Torreón Letargo (Archivo VI)
+16
Giniroryu
Zarket
Lobo_Negro
Hiss
Rocavarancolia Rol
Kanyum
Seth
Naeryan
Lathspell
Evanna
Kial
Manasard
Yber
Jikan11
Red
Muffie
20 participantes
- Kial
Ficha de cosechado
Nombre: Hyun-Su
Especie: Humano
Habilidades: memoria, habilidad mental (acertijos, adivinanzas),astucia.Personajes : Hyun-su: el medio coreano medio estadounidense, serio, callado, cobarde, enclenque y egoista impulsado por su miedo.
altura: 1,77m
peso: 67 kg (estilizado)
edad: 15 años
Heridas/enfermedades : -Cicatrices en: mano, pecho, hombro y mejilla.
-Cojera por herida a medio curar en gemelo.
Torreón Letargo (Archivo VI)
22/11/15, 09:34 pm
Recuerdo del primer mensaje :
La chica a la cual le había dado el martillo utilizó éste para arrancar, de uno de los edificios en ruinas, una puerta un tanto podrida y así utilizarla de escudo <<no era el uso que esperaba que le diera>>. Una vez tuvo la puerta le devolvió el martillo.
Milo inició la carga contra las bestias avanzando seguros y a un paso ligero. Una de las ratas tiró una primera espina causando el sobresalto de Hyung. Si podían disparar nada les paraba de acribillarles a todos ellos. Claramente les superaban las ratas en número. Hyung se asombró, sus compañeros seguían avanzando, no se esperaba semejante envalentonamiento. Los que se habían quedado detrás empezaron a lanzar huesos y piedras que cogían del suelo << ¿¡Pero que hacen!? ¿¡Quieren que nos disparen a nosotros!?>>. Hyung se aparto del grupo alarmado esperando una lluvia de espinas hacia ellos. La mirada hacia él de una de las ratas al apartarse un poco le provoco un sobresalto. Sin embargo poco le importó a la bestia Hyung pues se giró de nuevo hacia los que se dirigían a las cestas. La estrategia de distracción había hecho poco pues todos ellos seguían sin haber recibido un disparó y las ratas se centraban en Milo, Rox y Rena. Finalmente llegaron y empezaron a agarrar las cestas, Rox perdió una debido a una espina que quedó cerca de darle en la mano. Consiguieron cinco y tiraron el resto distrayendo a unas cuantas ratas.
Tocaba huir, Los niños empezaron a correr Hyung aceleró << ¡no puedo quedarme atrás!>>. Hyung fue todo lo rápido que pudo dejando atrás a los demás. Frenó una vez una vez oyó el grito eufórico de Rox; estaban a salvo. La celebración de la victoria de Rox le provoco una risa tímida y bajita a Hyung. Era contagiosa su felicidad y por muy poco que hubiera hecho Hyung él también consideraba eso su victoria. El grupo se tomo un rato para recuperar el aliento y decidirse en que iban a hacer ahora. La atención de varios se dirigió a una especie de torre no muy lejos de allí. Finalmente se decidieron por avanzar hacía ésta para verla mejor.
Llegaron a la torre fácilmente. Menos mal no tuvieron problemas al continuar su camino hacia ésta. Hyung se paró ante ella y echó un vistazo largo. Aquel edificio de gran tamaño debía de tener un total de al menos tres plantas de bastante altura. Se encontraba rodeado de una franja de tierra y cubierto de enredaderas escondiendo lo que parecía la puerta, identificada como tal debido a que ésta daba a un puente levadizo que conectaba el torreón con la calle.
-Eso debe de ser la puerta. Aunque no estoy muy seguro.- dijo en un tono bajo. - Si queréis entrar ir vosotros primeros, pero tener en cuenta que allí podría haber cualquier cosa.
La chica a la cual le había dado el martillo utilizó éste para arrancar, de uno de los edificios en ruinas, una puerta un tanto podrida y así utilizarla de escudo <<no era el uso que esperaba que le diera>>. Una vez tuvo la puerta le devolvió el martillo.
Milo inició la carga contra las bestias avanzando seguros y a un paso ligero. Una de las ratas tiró una primera espina causando el sobresalto de Hyung. Si podían disparar nada les paraba de acribillarles a todos ellos. Claramente les superaban las ratas en número. Hyung se asombró, sus compañeros seguían avanzando, no se esperaba semejante envalentonamiento. Los que se habían quedado detrás empezaron a lanzar huesos y piedras que cogían del suelo << ¿¡Pero que hacen!? ¿¡Quieren que nos disparen a nosotros!?>>. Hyung se aparto del grupo alarmado esperando una lluvia de espinas hacia ellos. La mirada hacia él de una de las ratas al apartarse un poco le provoco un sobresalto. Sin embargo poco le importó a la bestia Hyung pues se giró de nuevo hacia los que se dirigían a las cestas. La estrategia de distracción había hecho poco pues todos ellos seguían sin haber recibido un disparó y las ratas se centraban en Milo, Rox y Rena. Finalmente llegaron y empezaron a agarrar las cestas, Rox perdió una debido a una espina que quedó cerca de darle en la mano. Consiguieron cinco y tiraron el resto distrayendo a unas cuantas ratas.
Tocaba huir, Los niños empezaron a correr Hyung aceleró << ¡no puedo quedarme atrás!>>. Hyung fue todo lo rápido que pudo dejando atrás a los demás. Frenó una vez una vez oyó el grito eufórico de Rox; estaban a salvo. La celebración de la victoria de Rox le provoco una risa tímida y bajita a Hyung. Era contagiosa su felicidad y por muy poco que hubiera hecho Hyung él también consideraba eso su victoria. El grupo se tomo un rato para recuperar el aliento y decidirse en que iban a hacer ahora. La atención de varios se dirigió a una especie de torre no muy lejos de allí. Finalmente se decidieron por avanzar hacía ésta para verla mejor.
Llegaron a la torre fácilmente. Menos mal no tuvieron problemas al continuar su camino hacia ésta. Hyung se paró ante ella y echó un vistazo largo. Aquel edificio de gran tamaño debía de tener un total de al menos tres plantas de bastante altura. Se encontraba rodeado de una franja de tierra y cubierto de enredaderas escondiendo lo que parecía la puerta, identificada como tal debido a que ésta daba a un puente levadizo que conectaba el torreón con la calle.
-Eso debe de ser la puerta. Aunque no estoy muy seguro.- dijo en un tono bajo. - Si queréis entrar ir vosotros primeros, pero tener en cuenta que allí podría haber cualquier cosa.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
21/05/17, 02:10 pm
Entre los mocos y las lágrimas de Eitne, asomó una sonrisa cansada. A pesar de que lo que decía Nime era bueno, el niño no paró de llorar hasta pasados unos minutos. Era todo caudal. Eitne trató de respirar hondo entre hipidos y agarró el bajo de la camiseta para limpiarse la cara con él. Poco le importaba pringar la ropa con todo lo que había ocurrido. Milo se acercó también a ellos y Eitne lo miró con preocupación. Decía que era una fractura limpia y que eso era bueno. El niño no entendía nada y no podía evitar pensar que Adru estaba lejos de estar limpia, igual que el resto de sus compañeros heridos.
Mientras Mike y Milo se movían, el niño fue por fin capaz de hablar.
—El Huesped n-n-no nos protegerá fuera del to-torreón —dijo a Nime en voz baja.
Y entonces se dio cuenta de una verdad horrible: ¿cuántos de los adultos que salían normalmente quedaban sanos? Otra vez quería llorar, pero se había quedado más seco que los pasteles que hacía su padre. Mike volvió para acabar de entablillar a Adru y el niño se hizo todo silencio otra vez, más allá de sus inspiraciones y espiraciones sonoras y sus sorbos de nariz. Su mirada se clavó en la pared que tenía enfrente y en el hechizo que sabía que había detrás.
La expresión vacía de sus ojos delataba que el niño no estaba allí, con sus compañeros. El sonido alrededor quedó amortiguado por una sensación de lejanía y Eitne se sintió ajeno a su propio cuerpo. Alzó las manos frente a su cara, agitó los dedos formando una ola y enseguida intuyó que algo no iba bien con él. Lo único que era enteramente suyo en aquel momento eran sus pensamientos y todos, todos eran horribles. Con los adultos heridos y las cestas vacías, los niños tendrían que salir de casa, y pocas cosas morían más facilmente que los niños.
El niño permanecería espaciado y en silencio mientras Mike acababa con Adru. Y mientras la levantaban de su regazo para moverla a una cama. Y mientras el resto de sus compañeros hablaban o sufrían en la misma habitación que él. Eitne se arrastró culo adelante hasta una pared y se apoyó en ella, hecho un ovillo ausente.
Mientras Mike y Milo se movían, el niño fue por fin capaz de hablar.
—El Huesped n-n-no nos protegerá fuera del to-torreón —dijo a Nime en voz baja.
Y entonces se dio cuenta de una verdad horrible: ¿cuántos de los adultos que salían normalmente quedaban sanos? Otra vez quería llorar, pero se había quedado más seco que los pasteles que hacía su padre. Mike volvió para acabar de entablillar a Adru y el niño se hizo todo silencio otra vez, más allá de sus inspiraciones y espiraciones sonoras y sus sorbos de nariz. Su mirada se clavó en la pared que tenía enfrente y en el hechizo que sabía que había detrás.
La expresión vacía de sus ojos delataba que el niño no estaba allí, con sus compañeros. El sonido alrededor quedó amortiguado por una sensación de lejanía y Eitne se sintió ajeno a su propio cuerpo. Alzó las manos frente a su cara, agitó los dedos formando una ola y enseguida intuyó que algo no iba bien con él. Lo único que era enteramente suyo en aquel momento eran sus pensamientos y todos, todos eran horribles. Con los adultos heridos y las cestas vacías, los niños tendrían que salir de casa, y pocas cosas morían más facilmente que los niños.
El niño permanecería espaciado y en silencio mientras Mike acababa con Adru. Y mientras la levantaban de su regazo para moverla a una cama. Y mientras el resto de sus compañeros hablaban o sufrían en la misma habitación que él. Eitne se arrastró culo adelante hasta una pared y se apoyó en ella, hecho un ovillo ausente.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
22/05/17, 06:15 pm
Solo la mención de su nombre habría conseguido que Pam dejara de sumergirse en su trabajo y si encima su nombre iba a acompañado de un “alien” delante, no resultaba agradable. Pam arrugo la nariz levantando apenas la vista para clavar sus ojos lavandas en el pequeño niño humano. ¿Con que derecho le decía Alien a ella? Ni que tener la cabeza llena de paja fuese algo normal.
-No me digas alíen o no te haré el mas mínimo caso. Pam o Pelusa, nada mas- dijo Pam con voz mas suave de lo que habría usado en otras ocasiones. Se lo dejaría pasar por esa vez, pues ese niño debía estar tan mal como todos los demás. Notó como miraba sus papeles y frunció ligeramente el ceño, alejándolos un poco celosa de su trabajo. Tenía el suficiente conocimiento en niños pequeños como para saber que no era inteligente dejarle cosas importante...menos con un pequeño al que apenas conocía y no sabia cuan trasto podía llegara ser. ¿Sabía leer tan siquiera? Ni lo sabía, pues parecía de la edad de Eitne pero Eitne parecía mas maduro, aunque en esos momentos el pequeño pareciera en estado letárgico allí sobre una de esas paredes cubierta de sus dibujos. La mona del queso suspiro suavemente, mirando de nuevo a Guille- No es una tarea fácil...estoy traduciendo, incluso si sabes leer, esto está en un idioma que no es el que hablamos, ni siquiera yo se todo lo que esta aquí escrito y llevo ya mas tiempo con esto - dijo Pam señalando la hoja que estaba traduciendo. Tal vez dos pensarían mas que uno, era cierto, pero tardaría mas en explicarle al niño que significaba cada letra o símbolo de lo que ya sabía hasta ahora que traduciendo por su cuenta.
<< Pues anda que pide poco el niño...¿magia para curar? ¿Te crees que sino tuviéramos algo de eso ya en nuestras manos no estaríamos curando a todo el mundo? Apenas ahora descubri un hechizo de curación entre los que tenía que traducir...>> pensó Pam con paciencia, recordando que Guille apenas llevaba días entre ellos y que recien ahora parecía despertar y darse cuenta de que era realmente lo que les rodeaba, saliendo de esa burbuja donde había estado aparentemente metido. Eso, y que de haber traducido ese hechizo antes, ya sabrían mínimo algo de curar. Aun así, Pam lo veía aun demasiado blando, inocente incluso...las cosa no eran tan sencillas como el las expresaba o ella no lo veía así al menos.
-Este hechizo con el que estoy trabajando parece curar, pero aun no esta traducido, no se puede pronunciar, por tanto sino se sabe decir correctamente no va a hacer nada -explico Pam como alguien que estaba acostumbrada a enseñar a gente dura de mollera. Le mostró los dos que tenía traducido, mirándole- Pero puedes practicar con esto...hay gente aquí que no puede hacer magia, no sabemos si tu puedes...intentalo con estos...generalmente incluso si posees el don, no sale las primeras veces – añadió Pam con cierto tono amargo, rozando con sus dedos el agua donde estaban metida sus pies, pronunciando el hechizo térmico con sus gestos para que Guille lo escuchara, sabiendo que de todas formas no iba a haber cambio alguno. Seguiría sin sentir na...
Pam alejo rápidamente los dedos del agua, sorprendida por el cosquilleo que sintió en la punta de sus dedos, como si una pequeña carga pareciera querer brotar de ellos, pero sin tener una vía de escape. Pam se olvido momentáneamente de la presencia de Guille a su lado, mirando su mano con confusión y sorpresa sintiendo el latir de corazón rápido en sus oídos. <<¿ Q- que ha sido eso? He notado algo...>> pensó confundida, fascinada y algo nerviosa, notando aun que el agua seguía fría bajo sus pies. Pero había notado algo. Juraba por todos los hados de la suerte que ella había sentido una especie de cosquilleo, que nunca había estado allí cuando intentaba usar magia. Algo había cambiado en ella, pero ¿el que? ¿cuando había ocurrido? << ¿Que esta pasando? Yo no he obtenido ningún amuleto como de los que hablaba Eitne >> dijo mirando su mano como si esta fuera a darle las respuestas a sus dudas.
No sabia como, por qué, no tenia idea de que ocurría, pero había sentido ese cosquilleo. Magia. Había magia en ella. << Un poco mas...solo un poco mas y saldrá...debe salir...así nunca mas tendré miedo. Solo un poco mas de paciencia >> Pam se mordió el labio inferior, sintiendo que de no hacerlo sus labios se curvarían en una sonrisa que no deseaba mostrar. << ¿Este es el pago por todo este día de malos augurios? No compensa pero...no importa >> Un ápice de alegría en su interior calmando toda la desazón de ese día. ¿Era egoísta por sentirse un poco feliz por algo tan pequeño, siendo que compañeros había muerto y todos parecían almas en pena? Probablemente. Pero de nuevo...daba igual, porque ese era un paso mas a ese futuro donde podría protegerse a ella mias y al resto.
-Intentalo tu Guille, sin apresurarse. Este es un hechizo termico, cambia la temperatura...practica con el agua de ese cubo - susurro Pam observando a Guille, permitiendole leer los hchizos sin alejarlos de ella y que usara el agua helada del cubo donde estaban sus pies, mientras ella seguia traduciendo manteniendo un oido sobre el para corregirle si se confundia. Si sabía hacer magia sería un componete mas para el grupo. Cualquiera que fuese util en algo iba a ser bienvenido, así era su filosofia de vida.
-No me digas alíen o no te haré el mas mínimo caso. Pam o Pelusa, nada mas- dijo Pam con voz mas suave de lo que habría usado en otras ocasiones. Se lo dejaría pasar por esa vez, pues ese niño debía estar tan mal como todos los demás. Notó como miraba sus papeles y frunció ligeramente el ceño, alejándolos un poco celosa de su trabajo. Tenía el suficiente conocimiento en niños pequeños como para saber que no era inteligente dejarle cosas importante...menos con un pequeño al que apenas conocía y no sabia cuan trasto podía llegara ser. ¿Sabía leer tan siquiera? Ni lo sabía, pues parecía de la edad de Eitne pero Eitne parecía mas maduro, aunque en esos momentos el pequeño pareciera en estado letárgico allí sobre una de esas paredes cubierta de sus dibujos. La mona del queso suspiro suavemente, mirando de nuevo a Guille- No es una tarea fácil...estoy traduciendo, incluso si sabes leer, esto está en un idioma que no es el que hablamos, ni siquiera yo se todo lo que esta aquí escrito y llevo ya mas tiempo con esto - dijo Pam señalando la hoja que estaba traduciendo. Tal vez dos pensarían mas que uno, era cierto, pero tardaría mas en explicarle al niño que significaba cada letra o símbolo de lo que ya sabía hasta ahora que traduciendo por su cuenta.
<< Pues anda que pide poco el niño...¿magia para curar? ¿Te crees que sino tuviéramos algo de eso ya en nuestras manos no estaríamos curando a todo el mundo? Apenas ahora descubri un hechizo de curación entre los que tenía que traducir...>> pensó Pam con paciencia, recordando que Guille apenas llevaba días entre ellos y que recien ahora parecía despertar y darse cuenta de que era realmente lo que les rodeaba, saliendo de esa burbuja donde había estado aparentemente metido. Eso, y que de haber traducido ese hechizo antes, ya sabrían mínimo algo de curar. Aun así, Pam lo veía aun demasiado blando, inocente incluso...las cosa no eran tan sencillas como el las expresaba o ella no lo veía así al menos.
-Este hechizo con el que estoy trabajando parece curar, pero aun no esta traducido, no se puede pronunciar, por tanto sino se sabe decir correctamente no va a hacer nada -explico Pam como alguien que estaba acostumbrada a enseñar a gente dura de mollera. Le mostró los dos que tenía traducido, mirándole- Pero puedes practicar con esto...hay gente aquí que no puede hacer magia, no sabemos si tu puedes...intentalo con estos...generalmente incluso si posees el don, no sale las primeras veces – añadió Pam con cierto tono amargo, rozando con sus dedos el agua donde estaban metida sus pies, pronunciando el hechizo térmico con sus gestos para que Guille lo escuchara, sabiendo que de todas formas no iba a haber cambio alguno. Seguiría sin sentir na...
Pam alejo rápidamente los dedos del agua, sorprendida por el cosquilleo que sintió en la punta de sus dedos, como si una pequeña carga pareciera querer brotar de ellos, pero sin tener una vía de escape. Pam se olvido momentáneamente de la presencia de Guille a su lado, mirando su mano con confusión y sorpresa sintiendo el latir de corazón rápido en sus oídos. <<¿ Q- que ha sido eso? He notado algo...>> pensó confundida, fascinada y algo nerviosa, notando aun que el agua seguía fría bajo sus pies. Pero había notado algo. Juraba por todos los hados de la suerte que ella había sentido una especie de cosquilleo, que nunca había estado allí cuando intentaba usar magia. Algo había cambiado en ella, pero ¿el que? ¿cuando había ocurrido? << ¿Que esta pasando? Yo no he obtenido ningún amuleto como de los que hablaba Eitne >> dijo mirando su mano como si esta fuera a darle las respuestas a sus dudas.
No sabia como, por qué, no tenia idea de que ocurría, pero había sentido ese cosquilleo. Magia. Había magia en ella. << Un poco mas...solo un poco mas y saldrá...debe salir...así nunca mas tendré miedo. Solo un poco mas de paciencia >> Pam se mordió el labio inferior, sintiendo que de no hacerlo sus labios se curvarían en una sonrisa que no deseaba mostrar. << ¿Este es el pago por todo este día de malos augurios? No compensa pero...no importa >> Un ápice de alegría en su interior calmando toda la desazón de ese día. ¿Era egoísta por sentirse un poco feliz por algo tan pequeño, siendo que compañeros había muerto y todos parecían almas en pena? Probablemente. Pero de nuevo...daba igual, porque ese era un paso mas a ese futuro donde podría protegerse a ella mias y al resto.
-Intentalo tu Guille, sin apresurarse. Este es un hechizo termico, cambia la temperatura...practica con el agua de ese cubo - susurro Pam observando a Guille, permitiendole leer los hchizos sin alejarlos de ella y que usara el agua helada del cubo donde estaban sus pies, mientras ella seguia traduciendo manteniendo un oido sobre el para corregirle si se confundia. Si sabía hacer magia sería un componete mas para el grupo. Cualquiera que fuese util en algo iba a ser bienvenido, así era su filosofia de vida.
- Cuervo
Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mental
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
22/05/17, 08:24 pm
-Perdón... Pam- dijo cortado- Si si se leer... y muy bien.
Se decepciono que no tuvieran ningún hechizo para curar, se arrepentio de no habérselo preguntado al huésped, pero confiaba en que Pam lo tradujera rápidamente.
Cuando le mostró el hechizo que ya había traducido, atendió a cada una de sus palabras, miraba muy atentamente y memorizando lo que decía. Una parte de él se sintió muy feliz con la posibilidad de hacer magia, aunque se sentía culpable por ello, ya que no era un momento para alegrarse de esas cosas, pero era como un sueño para él. Pam se quedo parada, Guille se dio cuenta que había pasado algo, que no pudo distinguir, ni saber, el que.
-Vale lo intentare- se sentó en el suelo alado del cubo de agua- Pero si necesitas que te eche una mano me lo dices, aunque sea traerte algo de beber o cualquier cosa.- "conseguir el hechizo de curar es mas importante"
Se arremango y se puso a ello, al principio pronunciaba mal las palabras que le había enseñado, pero a las repeticiones empezó a pronunciar de una manera que a él le pareció correcta, pero no pasaba nada. Se empezó a frustrar, y esa frustración se traducía en variar un poco el hechizo original para ver si funcionaba.
Se decepciono que no tuvieran ningún hechizo para curar, se arrepentio de no habérselo preguntado al huésped, pero confiaba en que Pam lo tradujera rápidamente.
Cuando le mostró el hechizo que ya había traducido, atendió a cada una de sus palabras, miraba muy atentamente y memorizando lo que decía. Una parte de él se sintió muy feliz con la posibilidad de hacer magia, aunque se sentía culpable por ello, ya que no era un momento para alegrarse de esas cosas, pero era como un sueño para él. Pam se quedo parada, Guille se dio cuenta que había pasado algo, que no pudo distinguir, ni saber, el que.
-Vale lo intentare- se sentó en el suelo alado del cubo de agua- Pero si necesitas que te eche una mano me lo dices, aunque sea traerte algo de beber o cualquier cosa.- "conseguir el hechizo de curar es mas importante"
Se arremango y se puso a ello, al principio pronunciaba mal las palabras que le había enseñado, pero a las repeticiones empezó a pronunciar de una manera que a él le pareció correcta, pero no pasaba nada. Se empezó a frustrar, y esa frustración se traducía en variar un poco el hechizo original para ver si funcionaba.
-Expecto patronum... hoorii rezasuto... Rashirudo... ¡Carta de Agua libérate ahora!- Se callo unos segundos- Creo que esto no funciona.
Y se quedo mirando a Pam y su papeles a ver si podía leer algo desde el suelo.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
25/05/17, 02:00 am
Nime terminó sentándose en el suelo, por miedo a que las piernas le fallasen. Al fin y al cabo, temblaba, y las cosas parecían haber empezado a tranquilizarse. Ya tenían todo lo necesario para los primeros auxilios a mano y nadie se movía de aquí para allá.
Pero no fue capaz de mirar a los demás a la cara. Estaba sumida en sus pensamientos. Solo reaccionó a dos cosas. Una fue el chasquido del brazo de Adru, que le hizo encogerse instintivamente, imaginándose lo que debía doler. Lo segundo fueron las palabras de Eitne, que tardaron tanto en llegar que Nime ya no recordaba siquiera haber dicho nada en voz alta.
Pero tenía toda la razón. Antes de que Eitne dijese nada, ella había asumido que podían vivir solo saliendo a por las cestas, y nada más. Pero aunque hasta ese momento ir a por comida había sido seguro, no había ninguna garantía de que continuase siendo así. El problema era que pensar de ese modo resultaba doloroso.
—Por lo menos hay un sitio seguro —farfulló, sin apartar la vista de su propio regazo. Antes no habían tenido ni eso. Y antes ni siquiera le había preocupado.
La libense se dio cuenta de cómo aquella ciudad la había cambiado poco a poco. ¿Cuándo había empezado a asumir que no había nada que pudiese hacer para demostrar su valía a toda Rocavarancolia? Sin embargo, en un momento como aquel, simplemente no era capaz de replantearse su cobardía.
Pero no fue capaz de mirar a los demás a la cara. Estaba sumida en sus pensamientos. Solo reaccionó a dos cosas. Una fue el chasquido del brazo de Adru, que le hizo encogerse instintivamente, imaginándose lo que debía doler. Lo segundo fueron las palabras de Eitne, que tardaron tanto en llegar que Nime ya no recordaba siquiera haber dicho nada en voz alta.
Pero tenía toda la razón. Antes de que Eitne dijese nada, ella había asumido que podían vivir solo saliendo a por las cestas, y nada más. Pero aunque hasta ese momento ir a por comida había sido seguro, no había ninguna garantía de que continuase siendo así. El problema era que pensar de ese modo resultaba doloroso.
—Por lo menos hay un sitio seguro —farfulló, sin apartar la vista de su propio regazo. Antes no habían tenido ni eso. Y antes ni siquiera le había preocupado.
La libense se dio cuenta de cómo aquella ciudad la había cambiado poco a poco. ¿Cuándo había empezado a asumir que no había nada que pudiese hacer para demostrar su valía a toda Rocavarancolia? Sin embargo, en un momento como aquel, simplemente no era capaz de replantearse su cobardía.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
28/05/17, 09:55 pm
Milo se apoyó en el marco de la puerta mientras Rena se limpiaba el polvo de espaldas a él. Su autodiagnóstico no le convencía demasiado, pero guardó silencio por el momento y se cruzó de brazos sin saber que decir para romper el silencio. No acertaba a imaginar que había supuesto aquella salida para su compatriota y trataba de encontrar las palabras para preguntárselo, pero fue la propia irrense la que empezó a hablar antes de que él abriera la boca. El norteño se quedó completamente inmóvil mientras su compañera le contaba como Ain había quedado sepultado y como lo habían dejado atrás al no poder mover los escombros, pero cuando la muchacha lanzó el trapo mojado con rabia contra la pared se aproximó a ella y le puso una mano en el hombro sano.
—No fue culpa tuya, Rena —le respondió, devolviendole el abrazo con fuerza—. No podías preveer un derrumbamiento, nadie podía, y si os hubierais quedado allí ninguno de vosotros habría regresado al torreón —añadió con expresión lúgubre. Milo había perdido a su padre en un accidente similar y sabía por lo que estaba pasando su compañera, pero torturarse de aquella manera no iba a hacerle ningún bien. Que lograra conciliar el sueño por las noches sería un proceso largo, pero evito el tema y dijo en voz alta algo que sabía que era cierto—. Ain habría querido que los trajeras a todos de vuelta y lo sabes. —sentenció, apartándola un poco para mirarle a los ojos.
Haciendo oídos sordos a cualquier posible protesta le secó el rostro con un trapo limpio y se sentó con ella en la cama.
—No lo se, Rena, de verdad que no lo se —murmuró en respuesta a sus últimas preguntas—. Esta ciudad es muy extraña y cuando creo empezar a entender como funciona pasan cosas como lo de hoy. Lo único que se es que estamos muy lejos de casa y vamos a ciegas, porque el discursito que no dieron al llegar no nos proporcionó apenas información. —añadió con una sonrisa torcida, ahogando la amargura que sentía para no empeorar más aún la situación.
Al volver a mirarla a los ojos el chico guardo silencio, pues se acaba de percatar de que había algo distinto en la irrense, algo destacable que no había percibido antes. Durante unos segundos aquella sensación lo dejó descolocado, pues no sabía precisar que era, pero al final regresó al momento presente con una sacudida de cabeza y se obligó a apartar aquella incógnita de su mente por el momento.
—¿Estás segura de que no te has roto ningún hueso? —preguntó por fin, señalando su hombro—. No me cuesta nada echarle un vistazo, de verdad.
—No fue culpa tuya, Rena —le respondió, devolviendole el abrazo con fuerza—. No podías preveer un derrumbamiento, nadie podía, y si os hubierais quedado allí ninguno de vosotros habría regresado al torreón —añadió con expresión lúgubre. Milo había perdido a su padre en un accidente similar y sabía por lo que estaba pasando su compañera, pero torturarse de aquella manera no iba a hacerle ningún bien. Que lograra conciliar el sueño por las noches sería un proceso largo, pero evito el tema y dijo en voz alta algo que sabía que era cierto—. Ain habría querido que los trajeras a todos de vuelta y lo sabes. —sentenció, apartándola un poco para mirarle a los ojos.
Haciendo oídos sordos a cualquier posible protesta le secó el rostro con un trapo limpio y se sentó con ella en la cama.
—No lo se, Rena, de verdad que no lo se —murmuró en respuesta a sus últimas preguntas—. Esta ciudad es muy extraña y cuando creo empezar a entender como funciona pasan cosas como lo de hoy. Lo único que se es que estamos muy lejos de casa y vamos a ciegas, porque el discursito que no dieron al llegar no nos proporcionó apenas información. —añadió con una sonrisa torcida, ahogando la amargura que sentía para no empeorar más aún la situación.
Al volver a mirarla a los ojos el chico guardo silencio, pues se acaba de percatar de que había algo distinto en la irrense, algo destacable que no había percibido antes. Durante unos segundos aquella sensación lo dejó descolocado, pues no sabía precisar que era, pero al final regresó al momento presente con una sacudida de cabeza y se obligó a apartar aquella incógnita de su mente por el momento.
—¿Estás segura de que no te has roto ningún hueso? —preguntó por fin, señalando su hombro—. No me cuesta nada echarle un vistazo, de verdad.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
29/05/17, 01:07 am
Rena sabía que Milo tenía razón, lo que decía era lógico, pero seguía sin convencerle. No quería tener que elegir entre la vida de Ain y la del resto del grupo, no debería ser así. Quería que todos estuviesen en el torreón, vivos << O en sus casas, lejos de este basurero>> Pero allí lo que era justo tenía poco o ningún valor. Ninguno de los avances que habían hecho merecían lo que estaban pasando. ¿Qué clase de prueba de mierda era esa? Lo único que quería en ese momento era encontrar a quien fuera que estuviera a cargo de semejante circo y pegarle un puñetazo.
-Sí, joder, no es nada- se quejó, hipando y secándose los ojos con el bajo de la camiseta- Siempre he sido un trasto, sé cuando me he roto algo.
En ese momento no tenía razones para mentir sobre sus heridas, al menos no en un grado que le perjudicase. Lo peor de su llantina había pasado, aunque seguía sorbiendo y sollozando de tanto en tanto, mientras buscaba entre la ropa.
-Mira, voy a hacerme un cabestrillo para que estés tranquilo.- dijo de malas maneras.
El otro irrense no merecía tragarse su frustración, pero Rena en ese momento solo se veía capaz de lanzar improperios y cagarse en el mundo entero. Y realmente lo prefería. Incluso si la cegaba y la llevaba a hacer cosas estúpidas, prefería mil veces estar enfadada que triste y paralizada por el miedo. El cabreo la mantenía en movimiento. Encontró un trapo lo bastante grande y se hizo un cabestrillo (en realidad acabó teniendo que pedirle ayuda a Milo para atárselo) Cuando lo tuvo volvió a sentarse en la cama.
-Estoy cansada. Y tengo hambre pero quiero vomitar solo de pensar en comida. -miró a Milo- ¿Qué vamos a hacer? Con la comida, con los enanos, con los heridos...
Podría parecer que Rena se recuperaba rápido, sin embargo solo era su propio mecanismo de evasión, una vez más, ocupando su cabeza en problemas prácticos para no enfrentarse a una perspectiva terrorífica que ni podía entender ni podía solucionar.
-Sí, joder, no es nada- se quejó, hipando y secándose los ojos con el bajo de la camiseta- Siempre he sido un trasto, sé cuando me he roto algo.
En ese momento no tenía razones para mentir sobre sus heridas, al menos no en un grado que le perjudicase. Lo peor de su llantina había pasado, aunque seguía sorbiendo y sollozando de tanto en tanto, mientras buscaba entre la ropa.
-Mira, voy a hacerme un cabestrillo para que estés tranquilo.- dijo de malas maneras.
El otro irrense no merecía tragarse su frustración, pero Rena en ese momento solo se veía capaz de lanzar improperios y cagarse en el mundo entero. Y realmente lo prefería. Incluso si la cegaba y la llevaba a hacer cosas estúpidas, prefería mil veces estar enfadada que triste y paralizada por el miedo. El cabreo la mantenía en movimiento. Encontró un trapo lo bastante grande y se hizo un cabestrillo (en realidad acabó teniendo que pedirle ayuda a Milo para atárselo) Cuando lo tuvo volvió a sentarse en la cama.
-Estoy cansada. Y tengo hambre pero quiero vomitar solo de pensar en comida. -miró a Milo- ¿Qué vamos a hacer? Con la comida, con los enanos, con los heridos...
Podría parecer que Rena se recuperaba rápido, sin embargo solo era su propio mecanismo de evasión, una vez más, ocupando su cabeza en problemas prácticos para no enfrentarse a una perspectiva terrorífica que ni podía entender ni podía solucionar.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
31/05/17, 12:23 am
Neil se agachó un poco para escuchar mejor el susurro de Eitne. El sinhadre no quería mentir al daeliciano pero, a pesar de que Hyun le desagradaba un poco, sabía que probablemente decía la verdad respecto a la mentira de los niños. Neil decidió limitarse a decirle que todo iba a ir bien, que no se preocupara, aunque después de como Hyun le había chistado al niño, hubiera preferido decirle otra cosa más alentadora.
Guille gritó algo y en seguida él y Nime, y más tarde Milo también, comenzaron a hablar de algo llamado “Navidad”, que parecía ser una fiesta terrestre que implicaba decoración y un árbol. Mientras Neil siguió limpiando los utensilios que había utilizado para hacer el almuerzo de todos ellos, implicándose de vez en cuando a la conversación, y así pasaron la mañana hasta que se oyó al grupo que había salido llegar.
Su llegada fue de todo menos alegre. El grupo llegó lleno de heridas y claramente decaído. Neil se apresuró a reunir trapos y agua para la limpieza de las heridas y a congelar parte del agua para bajar las inflamaciones, pero en cuanto el grupo comenzó a hablar y explicar lo que había ocurrido una enorme bola se le formó en la garganta impidiéndole hablar. Ain y Drake no volverían y aquellos horrores del exterior habían dejado de ser una posibilidad para convertirse en una realidad.
Neil no quería creer lo que estaba escuchando, pero ori y ver a Adru de esa manera fue suficiente para que las lágrimas comenzaran a correr por sus mejillas. Adru, su edeel, la viva imagen de la alegría y la positividad. Para Neil no había nada más representativo de los horrores que sus compañeros habían vivido que la actitud de Adru.
A pesar de que todavía quedaban muchos heridos que curar, Adru entre ellos, y mucho hielo que crear, Neil fue incapaz de moverse debido a aquella impactante imagen. El aurva se limitó a apretar fuertemente el paño que tenía entre las manos y a llorar silenciosamente mientras veía como Eitne recostaba la cabeza de su edeel en sus piernas y Mike la curaba. Solo consiguió salir del shock una vez hubieron trasladado a Adru a una cama. Neil se limpió rápidamente las lágrimas con el trapo que tenía entre sus manos, aunque esto no consiguió que dejara de llorar, se acercó con cautela al cuerpo desmayado de su edeel y comenzó a acariciarle el pelo sin saber qué decir o qué hacer, con los nervios a flor de piel y tan asustado que ya no sabía muy bien si tenía miedo a lo que había pasado fuera de aquel torreón o a lo que podría pasar.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguasPersonajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
31/05/17, 10:00 pm
Dolor. Eso fue lo primero que sintió en los primeros instantes. Sobre todo porque mientras la consciencia tiraba de ella de vuelta no tenía la capacidad para nada más. Tan solo durante aquellos instantes se pudo permitir olvidarse de sus compañeros muertos, la culpa, de tener que ver a Neil a la cara porque no podía seguir evitándole… Todo volvió a ahogarla repentinamente al notar el tacto de una mano en su pelo y comenzar a ser consciente de donde estaba y de que había perdido el conocimiento. Abrió los ojos, todavía desorientada, y durante segundos que le parecieron interminables no supo qué hacer. Adru siempre tenía algo que decir, aunque fuesen tonterías; pero estas habían terminado aquella tarde. Así lo sentía la sinhadre.
—No pude salvar a Ain —dijo débilmente, de pronto y sin previo aviso mientras trataba de incoporarse—. Y convencí a Rena para que lo dejásemos allí, porque no quería que ella y Rox se muriesen. —Le tembló la voz.
<<Es mi culpa>>. La resolución que había tomado en la casa en llamas, la misión auto impuesta de ejercer por última vez de capitana había concluido. Y con ella, regresaba toda la culpabilidad. La pesadilla dejó de estar al acecho y volvió a inundar sus pensamientos. Estaba agotada, igual que en su sueño. Había decepcionado a Neil, igual que en su sueño.
Finalmente, tras la agónica pausa, giró su rostro hacia su aurva.
—Jack mintió. Rocavarancolia es como el cuento. Como el que me contó él, y como el del libro que leímos. O a lo mejor quería decir que no existían monstruos con aspecto extraño, solo son otras personas —le dijo al chico mientras luchaba por contener las lágrimas y recomponer su voz quebrada. Una nueva pausa y la edeel se llevó la mano a la sien, componiendo una mueca de dolor. En una punzada había recordado el final de la pesadilla. Las lágrimas comenzaron a correr ahora libremente por sus mejillas—. ¿Me odias, Neil? —Preguntó a su aurva, con miedo de conocer la respuesta.
—No pude salvar a Ain —dijo débilmente, de pronto y sin previo aviso mientras trataba de incoporarse—. Y convencí a Rena para que lo dejásemos allí, porque no quería que ella y Rox se muriesen. —Le tembló la voz.
<<Es mi culpa>>. La resolución que había tomado en la casa en llamas, la misión auto impuesta de ejercer por última vez de capitana había concluido. Y con ella, regresaba toda la culpabilidad. La pesadilla dejó de estar al acecho y volvió a inundar sus pensamientos. Estaba agotada, igual que en su sueño. Había decepcionado a Neil, igual que en su sueño.
Finalmente, tras la agónica pausa, giró su rostro hacia su aurva.
—Jack mintió. Rocavarancolia es como el cuento. Como el que me contó él, y como el del libro que leímos. O a lo mejor quería decir que no existían monstruos con aspecto extraño, solo son otras personas —le dijo al chico mientras luchaba por contener las lágrimas y recomponer su voz quebrada. Una nueva pausa y la edeel se llevó la mano a la sien, componiendo una mueca de dolor. En una punzada había recordado el final de la pesadilla. Las lágrimas comenzaron a correr ahora libremente por sus mejillas—. ¿Me odias, Neil? —Preguntó a su aurva, con miedo de conocer la respuesta.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientaciónPersonajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
31/05/17, 11:23 pm
La voz de Adru le sorprendió y durante unos segundos paró de acariciar su pelo, pero enseguida siguió intentando consolarla con ese gesto a la vez que negaba con la cabeza a lo que decía. Para Neil, Adru nunca podría ser culpable de nada. Con su otra mano evitó que la sinhadre se incorporara cuando esta lo intentó. Neil no había revisado sus heridas detenidamente, pero prefería que se mantuviera recostada descansando.
Mientras Adru hablaba, el aurva no se atrevió a decir nada compungido y asustado todavía, pero en ningún momento dejó de acariciar su pelo y de negar sus palabras, aunque no sabía muy bien qué estaba negando. Cuando su edeel preguntó llorando si le odiaba algo dentro de Neil se rompió.
- ¡Luces, no! ¡Jamás, Adru! Jamás podría odiarte- exclamó horrorizado con la idea y saltando a abrazarla-. No fue tu culpa. Rena te lo ha dicho. No has hecho nada malo. Yo no podría odiarte- balbuceó sin saber bien qué decir para que esa idea se fuera de su cabeza.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguasPersonajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
01/06/17, 01:25 pm
Las palabras de Neil le quitaron un enorme peso de encima. La pesadilla no era del todo real a fin de cuentas. Poco a poco y mientras se dejaba abrazar por su aurva, las lágrimas comenzaron a secar. Se llevó su mano sana a los ojos para desempañarlos, y sorbió las mucosidades que colgaban de su nariz.
—Lo siento, Neil. Estuve a punto de conseguir que perdieses a tu parte oscura hoy y tenía mucho miedo. Pero te prometo… Te prometo que nadie más morirá incluso si ya no voy a ser la Capitana.
En su rostro había cierta resolución apenas identificable entre la rojez y la hinchazón de haber estado llorando. Hacía muchos años que la sinhadre no rompía a llorar de aquella manera. El pensamiento le añadió una desazón difícil de identificar, pero de todas formas Adrune en aquellos momentos había perdido toda su energía. Se dejó escurrir de nuevo en la cama y se dijo que haría todo lo que Neil y los demás le dijesen para recuperarse cuanto antes. De todas formas volvía a tener los pies llenos de quemaduras, más graves esta vez, y caminar era demasiado doloroso.
—Lo siento, Neil. Estuve a punto de conseguir que perdieses a tu parte oscura hoy y tenía mucho miedo. Pero te prometo… Te prometo que nadie más morirá incluso si ya no voy a ser la Capitana.
En su rostro había cierta resolución apenas identificable entre la rojez y la hinchazón de haber estado llorando. Hacía muchos años que la sinhadre no rompía a llorar de aquella manera. El pensamiento le añadió una desazón difícil de identificar, pero de todas formas Adrune en aquellos momentos había perdido toda su energía. Se dejó escurrir de nuevo en la cama y se dijo que haría todo lo que Neil y los demás le dijesen para recuperarse cuanto antes. De todas formas volvía a tener los pies llenos de quemaduras, más graves esta vez, y caminar era demasiado doloroso.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientaciónPersonajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
02/06/17, 12:05 am
Cuando Adru le pidió perdón Neil apretó más el abrazo contra sí, para luego soltarle y ayudarle a limpiarse las lágrimas con el trapo que tenía en la mano. El aurva no recordaba la última vez que había visto a su edeel llorar. De hecho, no sabía exactamente si había habido una primera vez. El estado natural de Adru era decidida y sonriendo y pocas veces podía verse fuera de esa actitud.
- No, no digas eso- exclamó cuando la sinhadre dijo que estuvo apunto de perder su parte oscura. Neil no quería ni pensar en la posibilidad de que eso hubiera sucedido-. Ni lo pienses. Esto no se va a repetir, ya verás- aseguró de forma dudosa-. Y no digas eso, Dru. Tú sigues siendo la capitana. ¿Necesitas algo? ¿Tienes hambre? ¿Te duele algo?
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
04/06/17, 02:58 pm
Milo asintió a lo del cabestrillo y le echó una mano a la irrense para atarselo, no dándose por aludido ante el creciente enfado de su compañera. La conocía lo suficiente como para saber que aquella era su manera de no venirse abajo.
—Yo también tengo hambre a pesar de todo, pero no es novedad porque siempre la tengo —trató de bromear sin demasiado éxito—. Supongo que habrá que encargarse de que coman, Rena, y de que después duerman. Necesitan nutrientes y reposo, incluida tu —le respondió, devolviendole la mirada antes de ponerse en pie—. Podemos subir a los que no puedan andar hasta sus camas y luego preparare algo para todos —añadió, pellizcándose el puente del hocico con aire pensativo. Podría pedirle ayuda a Neil, pero suponía que el chico no querría separarse de su edeel y él no pensaba obligarlo—. Los niños nos serán de ayuda para cuidar a los heridos, seguro, y de pasó les mantenemos ocupados.
No tardó en bajar junto a la irrense con ropa limpia para sus compañeros y luego, con ayuda de Mike y Hiss, empezaron a subir a los heridos a sus respectivas camas. Milo, imaginándose que alguno despertaría sediento, dejó agua de sobra en la habitación antes de volver a la cocina, y una vez a solas empezó a preparar un estofado de carne con expresión ausente. El norteño estaba seguro de que todos iban a recuperarse de sus heridas físicas, pero no sabía como iba a afectar todo aquello a la confianza del grupo y si iban a ser capaces de enfrentarse a la ciudad como habían estado haciendo hasta ahora.
—Yo también tengo hambre a pesar de todo, pero no es novedad porque siempre la tengo —trató de bromear sin demasiado éxito—. Supongo que habrá que encargarse de que coman, Rena, y de que después duerman. Necesitan nutrientes y reposo, incluida tu —le respondió, devolviendole la mirada antes de ponerse en pie—. Podemos subir a los que no puedan andar hasta sus camas y luego preparare algo para todos —añadió, pellizcándose el puente del hocico con aire pensativo. Podría pedirle ayuda a Neil, pero suponía que el chico no querría separarse de su edeel y él no pensaba obligarlo—. Los niños nos serán de ayuda para cuidar a los heridos, seguro, y de pasó les mantenemos ocupados.
No tardó en bajar junto a la irrense con ropa limpia para sus compañeros y luego, con ayuda de Mike y Hiss, empezaron a subir a los heridos a sus respectivas camas. Milo, imaginándose que alguno despertaría sediento, dejó agua de sobra en la habitación antes de volver a la cocina, y una vez a solas empezó a preparar un estofado de carne con expresión ausente. El norteño estaba seguro de que todos iban a recuperarse de sus heridas físicas, pero no sabía como iba a afectar todo aquello a la confianza del grupo y si iban a ser capaces de enfrentarse a la ciudad como habían estado haciendo hasta ahora.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
04/06/17, 11:10 pm
La Navidad se había roto. El ambiente en el torreón se había convertido en un reflejo distorsionado del sueño que Eitne había tenido hacía ya tiempo. No había niebla, ni una niña mala que se convertía en monstruo, pero había ausencias y heridas. Había huesos rotos y quemaduras tan feas, que al niño se le revolvía el estómago si miraba demasiado a sus compañeros. La noche llegó lenta y Eitne acabó cansado. No había hambre, no había fuerzas. Lo que quedaba de él era el fantasma de un niño. Había pasado todo el día cuidando de gente adulta, pero no había nadie para cuidar de él. Nadie iba a acariciarle la cabeza o besarle la frente para aliviar su pesar. Su abuela no iba a alzarlo en el aire para sacarle una sonrisa. No podría jugar con las vhadkhas recién nacidas para olvidarse de que Ain y Drake se habían muerto. Porque estaba claro que no iban a volver, ¿no? No necesitaba preguntarle eso al Huésped.
A pesar del cansancio que había acumulado, el sueño le dio de lado y el niño se revolvió incómodo en la cama. Procuraba no golpear a Neil con tanto movimiento y agradecía que hubieran separado la cama de Adru, para que no le dieran sin querer. Pero eso era todo lo positivo que se le ocurría. No dejaba de darle vueltas a todo lo que había pasado, a la historia que contaban las heridas de sus compañeros. A la historia que contaban sus caras y su ropa rota. Y el sueño seguía sin hacerle caso.
Eitne se recostó sobre el respaldo, se hizo un ovillo y se dedicó a echar de menos su casa durante horas. Rocavarancolia era tan horrible que dudaba que hubiera alguna forma de acercarla a la apariencia del mundo del Demiurgo. No se le ocurría una solución mejor que el propio Demiurgo bajando del cielo para destruir el lugar y reconstruirlo de cero. Y fuera como fuese, él no quería estar allí; quería alejarse y volver al pueblo, recuperar los colores que había perdido cuando lo echaron de casa.
De vez en cuando, descubría que no era el único que no dormía. Milo, Rena, Zobriel… La gente iba y venía del sueño a la vigilia. Debía de ser algo normal. Tal vez era la mejor forma de evitar una pesadilla horrible, se decía, y suspiraba. En el fondo, sin embargo, le daba igual soñar con algo feo: quería dormir como nunca lo había querido. Quería dormir y quería roncar como su padre. Quería dormir de una sentada y despertarse tan tarde, que todo el mundo estuviera curado ya.
El sueño le sobrevino con el cielo claro y le abandonó pasadas un par de horas, con la luz del sol. Eitne se despertó cansado y ojeroso, no recordaba lo que había soñado. Ni siquiera creía que le hubiera dado tiempo a soñar. El daeliciano pasó toda la mañana al servicio de los mayores y en silencio. Apenas hablaba un poco con los niños (a quienes sentía cómplices de la existencia del Huésped) y, sobre todo, con el propio Huésped, para explicarle lo mal que se sentía o preguntarle si todo saldría bien. La pared era honesta y sus respuestas no le gustaban del todo.
En mitad de la tarde, el niño pidió a Neil que separaran sus camas para no molestarle durante esa noche y, sin querer, acabó durmiendo una siesta de varias horas. El resto del día siguió supeditado a las órdenes de los sanos, deseoso de que alguien se sentara a su lado y le preguntara cómo estaba él. Eitne no se sentía bien por dentro, algo le fallaba al pensar y al moverse y el niño aun no sabía que era el ánimo y el no dormir durante ocho horas.
Con la llegada de la noche, Eitne cenó con miedo y volvió a la cama. A su nueva cama alejada, solitaria y pequeña. Se arropó con una sensación de inquietud creciente en el pecho y, de nuevo, el sueño no quiso saber nada de él. Las primeras horas las pasó fingiendo, con los ojos cerrados y la esperanza de que su actuación se convirtiera en algo real. Pero los pensamientos que tenía le agobiaban y no hubo suerte: le estaba costando muy poco imaginarse muerto.
En mitad de la noche, en un momento en el que creyó que todos sus compañeros dormían o no miraban, el niño decidió buscar las pinturas. Con ayuda de una vela pequeña, pintó un ojo en la pared, justo detrás de su cabecera, y cuatro ojos más en el suelo, alrededor de las patas, de tal forma que estas servían de pupilas. Acto seguido apagó la vela y volvió a meterse bajo sus sábanas.
El niño había creído que traer al Huésped a su cama le haría dormir mejor, pero nada más lejos de la realidad. Volvió a pasar el tiempo con los ojos cerrados y los pensamientos lleno de sangre y carne ardiente, hasta que Eitne se levantó y se salió al pasillo arropado con las mantas. El daeliciano encendió la vela de nuevo y se sentó en el suelo, apoyado contra la pared. Tras una conversación en susurros con el Huésped, el sueño lo arrolló como una avalancha de nieve.
Y de nuevo, no duró mucho. Un grito de Neil le despertó de forma súbita y le heló la sangre. Todos sus pelos se erizaron y el niño sintió que era una mala señal. Antes del incidente, se habría levantado para ver qué pasaba. En aquel instante se quedó paralizado y lloró en silencio. <<Protégele, Hechizo>>, fue todo lo que se atrevió a pensar.
A pesar del cansancio que había acumulado, el sueño le dio de lado y el niño se revolvió incómodo en la cama. Procuraba no golpear a Neil con tanto movimiento y agradecía que hubieran separado la cama de Adru, para que no le dieran sin querer. Pero eso era todo lo positivo que se le ocurría. No dejaba de darle vueltas a todo lo que había pasado, a la historia que contaban las heridas de sus compañeros. A la historia que contaban sus caras y su ropa rota. Y el sueño seguía sin hacerle caso.
Eitne se recostó sobre el respaldo, se hizo un ovillo y se dedicó a echar de menos su casa durante horas. Rocavarancolia era tan horrible que dudaba que hubiera alguna forma de acercarla a la apariencia del mundo del Demiurgo. No se le ocurría una solución mejor que el propio Demiurgo bajando del cielo para destruir el lugar y reconstruirlo de cero. Y fuera como fuese, él no quería estar allí; quería alejarse y volver al pueblo, recuperar los colores que había perdido cuando lo echaron de casa.
De vez en cuando, descubría que no era el único que no dormía. Milo, Rena, Zobriel… La gente iba y venía del sueño a la vigilia. Debía de ser algo normal. Tal vez era la mejor forma de evitar una pesadilla horrible, se decía, y suspiraba. En el fondo, sin embargo, le daba igual soñar con algo feo: quería dormir como nunca lo había querido. Quería dormir y quería roncar como su padre. Quería dormir de una sentada y despertarse tan tarde, que todo el mundo estuviera curado ya.
El sueño le sobrevino con el cielo claro y le abandonó pasadas un par de horas, con la luz del sol. Eitne se despertó cansado y ojeroso, no recordaba lo que había soñado. Ni siquiera creía que le hubiera dado tiempo a soñar. El daeliciano pasó toda la mañana al servicio de los mayores y en silencio. Apenas hablaba un poco con los niños (a quienes sentía cómplices de la existencia del Huésped) y, sobre todo, con el propio Huésped, para explicarle lo mal que se sentía o preguntarle si todo saldría bien. La pared era honesta y sus respuestas no le gustaban del todo.
En mitad de la tarde, el niño pidió a Neil que separaran sus camas para no molestarle durante esa noche y, sin querer, acabó durmiendo una siesta de varias horas. El resto del día siguió supeditado a las órdenes de los sanos, deseoso de que alguien se sentara a su lado y le preguntara cómo estaba él. Eitne no se sentía bien por dentro, algo le fallaba al pensar y al moverse y el niño aun no sabía que era el ánimo y el no dormir durante ocho horas.
Con la llegada de la noche, Eitne cenó con miedo y volvió a la cama. A su nueva cama alejada, solitaria y pequeña. Se arropó con una sensación de inquietud creciente en el pecho y, de nuevo, el sueño no quiso saber nada de él. Las primeras horas las pasó fingiendo, con los ojos cerrados y la esperanza de que su actuación se convirtiera en algo real. Pero los pensamientos que tenía le agobiaban y no hubo suerte: le estaba costando muy poco imaginarse muerto.
En mitad de la noche, en un momento en el que creyó que todos sus compañeros dormían o no miraban, el niño decidió buscar las pinturas. Con ayuda de una vela pequeña, pintó un ojo en la pared, justo detrás de su cabecera, y cuatro ojos más en el suelo, alrededor de las patas, de tal forma que estas servían de pupilas. Acto seguido apagó la vela y volvió a meterse bajo sus sábanas.
El niño había creído que traer al Huésped a su cama le haría dormir mejor, pero nada más lejos de la realidad. Volvió a pasar el tiempo con los ojos cerrados y los pensamientos lleno de sangre y carne ardiente, hasta que Eitne se levantó y se salió al pasillo arropado con las mantas. El daeliciano encendió la vela de nuevo y se sentó en el suelo, apoyado contra la pared. Tras una conversación en susurros con el Huésped, el sueño lo arrolló como una avalancha de nieve.
Y de nuevo, no duró mucho. Un grito de Neil le despertó de forma súbita y le heló la sangre. Todos sus pelos se erizaron y el niño sintió que era una mala señal. Antes del incidente, se habría levantado para ver qué pasaba. En aquel instante se quedó paralizado y lloró en silencio. <<Protégele, Hechizo>>, fue todo lo que se atrevió a pensar.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Kial
Ficha de cosechado
Nombre: Hyun-Su
Especie: Humano
Habilidades: memoria, habilidad mental (acertijos, adivinanzas),astucia.Personajes : Hyun-su: el medio coreano medio estadounidense, serio, callado, cobarde, enclenque y egoista impulsado por su miedo.
altura: 1,77m
peso: 67 kg (estilizado)
edad: 15 años
Heridas/enfermedades : -Cicatrices en: mano, pecho, hombro y mejilla.
-Cojera por herida a medio curar en gemelo.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
05/06/17, 04:32 pm
Ya llegaban, era el momento de decirles lo del muro. De ver que harían, que se decidiría. O al menos ese era su plan antes de que lo olvidara. antes de que, según fueran entrando sus compañeros, un sentimiento de terror creciera dentro de él. Según iba descubriendo lo que había ocurrido, con fuertes nauseas que solo crecían. Entonces, al ver a Rox, dejó de respirar, el estado del chico era horroroso. Con las noticias de Drake y Ain solo empeoraba la situación. La mente de Hyun daba vueltas a sus típicas predicciones de perdición. Y al mismo tiempo, sintiendo vergüenza de ello, se preocupaba de que por el estado de sus compañeros, ya no pudiera eludir salir el próximo día. Volvió de nuevo a la realidad bajo las ordenes de Milo que no tardó en empezar a ejecutar, no sin parar un segundo, nervioso, antes de salir al patio. No muy lejos del pozo no pudo aguantárselo más y vomito de nuevo. Mientras ayudaba con lo que pidiera la gente, no podía evitar que su mente negara la muerte de sus compañeros, como si no hubiera pasado, pensando que en cualquier momento entrarían por el portón. Su cuerpo mantenía una aparente calma al respecto de las noticias que poco a poco según iba asimilando, se convertía en una mayor amargura, más nauseas, más miedo. Cuando tocaba comer Hyun ya no era capaz. En su mente se preguntaba como contaría lo del muro ahora con un grupo más roto, dos de los mayores muertos y uno herido.
En la tarde Hyun siguió callado sabía que si abría la boca vomitaría, ayudando a Milo en lo necesario. Y al acercarse la noche mudo su colchón de un cuarto en el que ahora faltaban dos personas al de todos, sin olvidar el miedo a que el muro terminara con él aquella misma noche.
Las horas pasarón lentas, pero con la noche llegaba el peor momento del día para Hyun. Él sabía que no dormiría. Aun rodeado de todos sus compañeros, no podía evitar sus miedos, su temor. En su mente se mezclaban amenazas, y con dos muertos se volvía más frágil ante los peligros de su cabeza. Antes de que se diera cuenta le faltaba el aire y sus compañeros no eran un apoyo si no competidores que le quitaban poco a poco su soporte vital en una habitación que se hacía a cada rato más pequeña. Necesitaba escapar, pero hacerlo solo era peligroso. En sus pensamientos los candidatos para acompañarle eran limitados y cuando lo vió claro se fue con esa persona. Con cuidado llego a saltos a la cama de Milo, agitándolo para despertarlo en el caso de que hubiera conciliado el sueño. Hyun agradeció a Milo que aceptara, pues era de los gestos que más significaban para él. No entendiendo la cantidad de paciencia que el irrense demostraba. Hablaron durante un tiempo sobre lo ocurrido, al principio resultando incómodo, hasta que el coreano se calmó lo suficiente. Agradeciéndoselo de nuevo se fue cada uno a su cama, solo para Hyun pasar otra cantidad de horas despierto revolviéndose, tratando de no pensar en nada. Solo consiguió conciliar el sueño a la tarde del día siguiente en uno de los sofás.
El día después del incidente lo aprovechó para poner en orden sus planes. Lo del muro no debía quedarse olvidado, así que apunto a Rena como la mejor para contárselo entonces. Sin embargo el día fue demasiado ajetreado y no encontró un momento en el que separarla, o quizás no encontró valor, con miedo a que no lo creyera.
Al caer la noche repitió de nuevo la salida con Milo, esta vez mejor y menos incómoda, sin olvidar todo lo ocurrido, pero desde luego resultando un oasis en los horribles días que llevaban. Pasándose el tiempo un poco más rápido que de costumbre. De repente, cuando iban de vuelta por las escaleras, se olló un grito y Hyun, de manera inconsciente retrocedió, a punto de caerse por las escaleras, Hyun no quería entrar en lo que podía ser su fin, dandole igual lo que hiciera Milo. Arrepintiéndose de no haber hablado antes lo del muro.
En la tarde Hyun siguió callado sabía que si abría la boca vomitaría, ayudando a Milo en lo necesario. Y al acercarse la noche mudo su colchón de un cuarto en el que ahora faltaban dos personas al de todos, sin olvidar el miedo a que el muro terminara con él aquella misma noche.
Las horas pasarón lentas, pero con la noche llegaba el peor momento del día para Hyun. Él sabía que no dormiría. Aun rodeado de todos sus compañeros, no podía evitar sus miedos, su temor. En su mente se mezclaban amenazas, y con dos muertos se volvía más frágil ante los peligros de su cabeza. Antes de que se diera cuenta le faltaba el aire y sus compañeros no eran un apoyo si no competidores que le quitaban poco a poco su soporte vital en una habitación que se hacía a cada rato más pequeña. Necesitaba escapar, pero hacerlo solo era peligroso. En sus pensamientos los candidatos para acompañarle eran limitados y cuando lo vió claro se fue con esa persona. Con cuidado llego a saltos a la cama de Milo, agitándolo para despertarlo en el caso de que hubiera conciliado el sueño. Hyun agradeció a Milo que aceptara, pues era de los gestos que más significaban para él. No entendiendo la cantidad de paciencia que el irrense demostraba. Hablaron durante un tiempo sobre lo ocurrido, al principio resultando incómodo, hasta que el coreano se calmó lo suficiente. Agradeciéndoselo de nuevo se fue cada uno a su cama, solo para Hyun pasar otra cantidad de horas despierto revolviéndose, tratando de no pensar en nada. Solo consiguió conciliar el sueño a la tarde del día siguiente en uno de los sofás.
El día después del incidente lo aprovechó para poner en orden sus planes. Lo del muro no debía quedarse olvidado, así que apunto a Rena como la mejor para contárselo entonces. Sin embargo el día fue demasiado ajetreado y no encontró un momento en el que separarla, o quizás no encontró valor, con miedo a que no lo creyera.
Al caer la noche repitió de nuevo la salida con Milo, esta vez mejor y menos incómoda, sin olvidar todo lo ocurrido, pero desde luego resultando un oasis en los horribles días que llevaban. Pasándose el tiempo un poco más rápido que de costumbre. De repente, cuando iban de vuelta por las escaleras, se olló un grito y Hyun, de manera inconsciente retrocedió, a punto de caerse por las escaleras, Hyun no quería entrar en lo que podía ser su fin, dandole igual lo que hiciera Milo. Arrepintiéndose de no haber hablado antes lo del muro.
- Cuervo
Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mentalPersonajes : ·Guillermo: Humano Brujo de las Pendicularia
·Sarah: Humana y enterradora
Armas : ·Guillermo: ¿El poder de la amistad? y manos.
·Sarah: Lanza y pala
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
05/06/17, 04:42 pm
Cuando empezó a anochecer todo el mundo fue recogiéndose, Guille subió con ellos. Antes de acostarse cuando pensó que todo el mundo estaba acostado, sacó a Lechuga (oso de peluche) de su escondite, y lo miró, le tranquilizaba aunque no quisiera reconocerlo, pero esta noche le pareció que él era el que menos lo necesitaba, así que a escondidas, se levantó de la cama, camino despacio y se lo coloco alado de Rox "lo necesita más que yo esta noche".
Al volver a tumbarse en la cama se durmió enseguida, durmiendo toda la noche sin levantarse y sin darse cuenta de los ruidos de los que no podían dormir.
Al día siguiente intento conversar con los heridos, entretenerlos, pero parecía que no estaban muy interesados, tendrían muchas cosas que pensar y no quería molestarlos, se pasó el día con Eitne y Nime, aunque no hablaban mucho ,se sentía cómodo con niños de su edad.
Durante el día Guille empezó a maquinar algo, buscaba entre los cajones, y paraba si alguien le podía ver, cogía pequeños objetos o cosas que a ojos de los adultos podían ser basura, varias veces se sobresaltó al escuchar algún ruido, ya sea el viendo o algún animal, no quería que nadie le pillara.
La noche siguiente fue un calco de la anterior nada más rozar la cama se durmió, excepto por el hecho de que al despertar se dio cuenta que había pasado algo, todo el mundo estaba levantado mirando a Neil.
Se frotó los ojos con las mangas mientras se incorpora.
-¿Que ha pasado?
Al volver a tumbarse en la cama se durmió enseguida, durmiendo toda la noche sin levantarse y sin darse cuenta de los ruidos de los que no podían dormir.
Al día siguiente intento conversar con los heridos, entretenerlos, pero parecía que no estaban muy interesados, tendrían muchas cosas que pensar y no quería molestarlos, se pasó el día con Eitne y Nime, aunque no hablaban mucho ,se sentía cómodo con niños de su edad.
Durante el día Guille empezó a maquinar algo, buscaba entre los cajones, y paraba si alguien le podía ver, cogía pequeños objetos o cosas que a ojos de los adultos podían ser basura, varias veces se sobresaltó al escuchar algún ruido, ya sea el viendo o algún animal, no quería que nadie le pillara.
La noche siguiente fue un calco de la anterior nada más rozar la cama se durmió, excepto por el hecho de que al despertar se dio cuenta que había pasado algo, todo el mundo estaba levantado mirando a Neil.
Se frotó los ojos con las mangas mientras se incorpora.
-¿Que ha pasado?
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
05/06/17, 06:57 pm
La niña no supo lidiar con el vacío repentino que sentía después de todo lo que había pasado. Aunque terminó por dejar de llorar, no se sintió mejor. No había consuelo, ni nadie que intentase darlo. Esa noche tuvo mucho tiempo para pensar, al dormir mal y con el estómago vacío y revuelto a la vez. Decidió que aquello era una prueba también. Si no lo era para la ciudad, al menos lo era para sí misma y sus compañeros. Si conseguía ser fuerte, ayudar a los demás, al menos podría llevar la cabeza alta.
Sin embargo, al salir de la cama la mañana siguiente, aquella idea era más una intención que una motivación. Aun agotada, intentó ayudar en todo lo posible. Cada vez que veía las cestas en la cocina se preguntaba quiénes irían a recoger las siguientes, e intentaba no pensar demasiado en que la comida seguiría volatilizándose. La Nime que acababa de llegar a la ciudad se habría ofrecido voluntaria a ir a por las cestas sin dudarlo. La Nime del día anterior se habría apuntado a salir no sin ciertos reparos. Pero la Nime del presente se había vuelto un poco más sabia. Y mucho más cobarde.
En ocasiones intentó hablar con Eitne y Guille, pero no siempre parecían querer salir las palabras. Nime deseó saber cómo distraer a los que habían visto horrores más allá del muro que les protegía en ese momento, pero por primera vez en su vida, le preocupaba más llegar a ser una molestia. Al final se decidió y le pidió a Eitne que le enseñase el hechizo que habían usado para enfriar las heridas el día anterior. Podía ser útil de nuevo, y no había ningún motivo para retrasarlo más.
Después de practicar los movimientos con el daeliciano, Nime se marchó al patio con un vaso de agua y trató de probarlo por sí misma. Como no le salió de inmediato, se consoló diciéndose que no estaba en su mejor momento. El día empezaba a tomar tonos anaranjados cuando logró que se formase un pequeño cristal de hielo en el centro del vaso. Pegó un pequeño brinco de emoción y, aunque se sentía bastante más cansada, también se empezó a sentir un poquito más útil.
La segunda noche también durmió a ratos. En los sueños veía compañeros heridos, y los monstruos que imaginaba que había al otro lado del muro. A ratos era mejor simplemente estar despierto. No lo estaba cuando el grito de Neil volvió a sacarla de aquellos sueños inquietos. Al principio, pensó que el aurva gritaba en el sueño de la niña. Nime se quedó sentada en la cama, confusa, durante unos momentos.
Sin embargo, al salir de la cama la mañana siguiente, aquella idea era más una intención que una motivación. Aun agotada, intentó ayudar en todo lo posible. Cada vez que veía las cestas en la cocina se preguntaba quiénes irían a recoger las siguientes, e intentaba no pensar demasiado en que la comida seguiría volatilizándose. La Nime que acababa de llegar a la ciudad se habría ofrecido voluntaria a ir a por las cestas sin dudarlo. La Nime del día anterior se habría apuntado a salir no sin ciertos reparos. Pero la Nime del presente se había vuelto un poco más sabia. Y mucho más cobarde.
En ocasiones intentó hablar con Eitne y Guille, pero no siempre parecían querer salir las palabras. Nime deseó saber cómo distraer a los que habían visto horrores más allá del muro que les protegía en ese momento, pero por primera vez en su vida, le preocupaba más llegar a ser una molestia. Al final se decidió y le pidió a Eitne que le enseñase el hechizo que habían usado para enfriar las heridas el día anterior. Podía ser útil de nuevo, y no había ningún motivo para retrasarlo más.
Después de practicar los movimientos con el daeliciano, Nime se marchó al patio con un vaso de agua y trató de probarlo por sí misma. Como no le salió de inmediato, se consoló diciéndose que no estaba en su mejor momento. El día empezaba a tomar tonos anaranjados cuando logró que se formase un pequeño cristal de hielo en el centro del vaso. Pegó un pequeño brinco de emoción y, aunque se sentía bastante más cansada, también se empezó a sentir un poquito más útil.
La segunda noche también durmió a ratos. En los sueños veía compañeros heridos, y los monstruos que imaginaba que había al otro lado del muro. A ratos era mejor simplemente estar despierto. No lo estaba cuando el grito de Neil volvió a sacarla de aquellos sueños inquietos. Al principio, pensó que el aurva gritaba en el sueño de la niña. Nime se quedó sentada en la cama, confusa, durante unos momentos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
05/06/17, 09:30 pm
Su aurva consiguió que dejase de llorar y, tras asegurarle que no necesitaba nada y pedirle que se encargase de ayudar a Rox en su lugar, Adrune cerró los ojos. Por una vez en su vida no sentía ganas de moverse, aún a pesar de la incomodidad y la tensión que sentía en cada fibra de su ser. No puso objeciones a nada, ni siquiera a separar su cama de la de Neil o a que Eitne decidiese no dormir junto a ellos a partir de aquel instante. No se sentía con fuerzas para llevarle la contraria a nadie ni tampoco le daba mucho pensamiento a ninguna de las acciones de los demás.
Los dos días transcurrieron sin cambios en lo que a la edeel respectaba. Pasó casi todo el tiempo en la cama, durmiendo a ratos de forma intranquila y deseando fervientemente que los días transcurriesen con mayor velocidad para poder curarse cuanto antes y poder hacer algo por sus compañeros. A cualquiera que le preguntase por su estado le respondería con una sonrisa que todo iba bien y que no debían preocuparse por ella, pero si se la observaba en cualquier otro momento se la notaría seria, con una expresión grave que nadie, ni siquiera su propio aurva, había contemplado en su rostro hasta aquel fatídico día.
No se levantaba de la cama ni siquiera para comer, habiéndole pedido a Neil que le subiese las sobras cuando terminasen, pues necesitaría ayuda de alguno de los mayores para poder bajar y prefería que solo su aurva tuviese que tomarse aquella clase de molestias por ella. La primera noche, desvelada tras lo que eran retazos de su anterior pesadilla mezclada con el infierno en el que habían perdido a Ain, vio a Eitne abandonar el cuarto en plena oscuridad. No dijo nada, pero se preguntaba cómo se sentiría el pequeño daeliciano y cuánto era su culpa el que un niño pequeño fuese incapaz de dormir bien. Aquella noche no quiso volver a dormirse: no quería soñar de nuevo con que todos, y especialmente Neil, la odiaban.
Lo que no había dicho a nadie era aquella sensación que no se quitaba de la cabeza de que probablemente el haber perdido a Drake había sido lo mejor. Su pesadilla había resultado demasiado premonitoria, y la sinhadre no podía evitar sentir que el humano era malintencionado tal y como aquel sueño le había indicado. Incluso si no todo en él se había cumplido y no podía estar segura de ello, la muerte de Drake no tenía demasiado peso en su conciencia, al contrario que la de Ain. Quizás fue eso lo que permitió que la edeel no cayese por completo en la desesperación, o simplemente era demasiado testaruda como para suprimir por completo a la Adrune original.
Fuese como fuese, la siguiente noche no había resultado ser mejor: fue el grito de su aurva lo que la despertó tras haber tardado casi hasta el amanecer en conciliar el sueño. Un resorte en su interior la instó a levantarse súbitamente, no teniendo en cuenta momentáneamente sus heridas. El intenso dolor en los pies se lo recordó tortuosamente y tuvo que volver a tumbarse en la cama y arrastrarse hasta el borde orientado hacia la cama de su parte clara todo lo posible.
—¡Neil! ¿Qué te sucede?
La preocupación era evidente tanto en su rostro como en su voz. Antes de aquello le habría comenzado a quitar importancia al asunto desde el principio, pues sabía lo propenso que era su aurva a tener pesadillas. Pero ahora sabía que las pesadillas podían hacerse reales.
Los dos días transcurrieron sin cambios en lo que a la edeel respectaba. Pasó casi todo el tiempo en la cama, durmiendo a ratos de forma intranquila y deseando fervientemente que los días transcurriesen con mayor velocidad para poder curarse cuanto antes y poder hacer algo por sus compañeros. A cualquiera que le preguntase por su estado le respondería con una sonrisa que todo iba bien y que no debían preocuparse por ella, pero si se la observaba en cualquier otro momento se la notaría seria, con una expresión grave que nadie, ni siquiera su propio aurva, había contemplado en su rostro hasta aquel fatídico día.
No se levantaba de la cama ni siquiera para comer, habiéndole pedido a Neil que le subiese las sobras cuando terminasen, pues necesitaría ayuda de alguno de los mayores para poder bajar y prefería que solo su aurva tuviese que tomarse aquella clase de molestias por ella. La primera noche, desvelada tras lo que eran retazos de su anterior pesadilla mezclada con el infierno en el que habían perdido a Ain, vio a Eitne abandonar el cuarto en plena oscuridad. No dijo nada, pero se preguntaba cómo se sentiría el pequeño daeliciano y cuánto era su culpa el que un niño pequeño fuese incapaz de dormir bien. Aquella noche no quiso volver a dormirse: no quería soñar de nuevo con que todos, y especialmente Neil, la odiaban.
Lo que no había dicho a nadie era aquella sensación que no se quitaba de la cabeza de que probablemente el haber perdido a Drake había sido lo mejor. Su pesadilla había resultado demasiado premonitoria, y la sinhadre no podía evitar sentir que el humano era malintencionado tal y como aquel sueño le había indicado. Incluso si no todo en él se había cumplido y no podía estar segura de ello, la muerte de Drake no tenía demasiado peso en su conciencia, al contrario que la de Ain. Quizás fue eso lo que permitió que la edeel no cayese por completo en la desesperación, o simplemente era demasiado testaruda como para suprimir por completo a la Adrune original.
Fuese como fuese, la siguiente noche no había resultado ser mejor: fue el grito de su aurva lo que la despertó tras haber tardado casi hasta el amanecer en conciliar el sueño. Un resorte en su interior la instó a levantarse súbitamente, no teniendo en cuenta momentáneamente sus heridas. El intenso dolor en los pies se lo recordó tortuosamente y tuvo que volver a tumbarse en la cama y arrastrarse hasta el borde orientado hacia la cama de su parte clara todo lo posible.
—¡Neil! ¿Qué te sucede?
La preocupación era evidente tanto en su rostro como en su voz. Antes de aquello le habría comenzado a quitar importancia al asunto desde el principio, pues sabía lo propenso que era su aurva a tener pesadillas. Pero ahora sabía que las pesadillas podían hacerse reales.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.