Torreón Letargo (Archivo VI)
+16
Giniroryu
Zarket
Lobo_Negro
Hiss
Rocavarancolia Rol
Kanyum
Seth
Naeryan
Lathspell
Evanna
Kial
Manasard
Yber
Jikan11
Red
Muffie
20 participantes
- Kial
Ficha de cosechado
Nombre: Hyun-Su
Especie: Humano
Habilidades: memoria, habilidad mental (acertijos, adivinanzas),astucia.Personajes : Hyun-su: el medio coreano medio estadounidense, serio, callado, cobarde, enclenque y egoista impulsado por su miedo.
altura: 1,77m
peso: 67 kg (estilizado)
edad: 15 años
Heridas/enfermedades : -Cicatrices en: mano, pecho, hombro y mejilla.
-Cojera por herida a medio curar en gemelo.
Torreón Letargo (Archivo VI)
22/11/15, 09:34 pm
Recuerdo del primer mensaje :
La chica a la cual le había dado el martillo utilizó éste para arrancar, de uno de los edificios en ruinas, una puerta un tanto podrida y así utilizarla de escudo <<no era el uso que esperaba que le diera>>. Una vez tuvo la puerta le devolvió el martillo.
Milo inició la carga contra las bestias avanzando seguros y a un paso ligero. Una de las ratas tiró una primera espina causando el sobresalto de Hyung. Si podían disparar nada les paraba de acribillarles a todos ellos. Claramente les superaban las ratas en número. Hyung se asombró, sus compañeros seguían avanzando, no se esperaba semejante envalentonamiento. Los que se habían quedado detrás empezaron a lanzar huesos y piedras que cogían del suelo << ¿¡Pero que hacen!? ¿¡Quieren que nos disparen a nosotros!?>>. Hyung se aparto del grupo alarmado esperando una lluvia de espinas hacia ellos. La mirada hacia él de una de las ratas al apartarse un poco le provoco un sobresalto. Sin embargo poco le importó a la bestia Hyung pues se giró de nuevo hacia los que se dirigían a las cestas. La estrategia de distracción había hecho poco pues todos ellos seguían sin haber recibido un disparó y las ratas se centraban en Milo, Rox y Rena. Finalmente llegaron y empezaron a agarrar las cestas, Rox perdió una debido a una espina que quedó cerca de darle en la mano. Consiguieron cinco y tiraron el resto distrayendo a unas cuantas ratas.
Tocaba huir, Los niños empezaron a correr Hyung aceleró << ¡no puedo quedarme atrás!>>. Hyung fue todo lo rápido que pudo dejando atrás a los demás. Frenó una vez una vez oyó el grito eufórico de Rox; estaban a salvo. La celebración de la victoria de Rox le provoco una risa tímida y bajita a Hyung. Era contagiosa su felicidad y por muy poco que hubiera hecho Hyung él también consideraba eso su victoria. El grupo se tomo un rato para recuperar el aliento y decidirse en que iban a hacer ahora. La atención de varios se dirigió a una especie de torre no muy lejos de allí. Finalmente se decidieron por avanzar hacía ésta para verla mejor.
Llegaron a la torre fácilmente. Menos mal no tuvieron problemas al continuar su camino hacia ésta. Hyung se paró ante ella y echó un vistazo largo. Aquel edificio de gran tamaño debía de tener un total de al menos tres plantas de bastante altura. Se encontraba rodeado de una franja de tierra y cubierto de enredaderas escondiendo lo que parecía la puerta, identificada como tal debido a que ésta daba a un puente levadizo que conectaba el torreón con la calle.
-Eso debe de ser la puerta. Aunque no estoy muy seguro.- dijo en un tono bajo. - Si queréis entrar ir vosotros primeros, pero tener en cuenta que allí podría haber cualquier cosa.
La chica a la cual le había dado el martillo utilizó éste para arrancar, de uno de los edificios en ruinas, una puerta un tanto podrida y así utilizarla de escudo <<no era el uso que esperaba que le diera>>. Una vez tuvo la puerta le devolvió el martillo.
Milo inició la carga contra las bestias avanzando seguros y a un paso ligero. Una de las ratas tiró una primera espina causando el sobresalto de Hyung. Si podían disparar nada les paraba de acribillarles a todos ellos. Claramente les superaban las ratas en número. Hyung se asombró, sus compañeros seguían avanzando, no se esperaba semejante envalentonamiento. Los que se habían quedado detrás empezaron a lanzar huesos y piedras que cogían del suelo << ¿¡Pero que hacen!? ¿¡Quieren que nos disparen a nosotros!?>>. Hyung se aparto del grupo alarmado esperando una lluvia de espinas hacia ellos. La mirada hacia él de una de las ratas al apartarse un poco le provoco un sobresalto. Sin embargo poco le importó a la bestia Hyung pues se giró de nuevo hacia los que se dirigían a las cestas. La estrategia de distracción había hecho poco pues todos ellos seguían sin haber recibido un disparó y las ratas se centraban en Milo, Rox y Rena. Finalmente llegaron y empezaron a agarrar las cestas, Rox perdió una debido a una espina que quedó cerca de darle en la mano. Consiguieron cinco y tiraron el resto distrayendo a unas cuantas ratas.
Tocaba huir, Los niños empezaron a correr Hyung aceleró << ¡no puedo quedarme atrás!>>. Hyung fue todo lo rápido que pudo dejando atrás a los demás. Frenó una vez una vez oyó el grito eufórico de Rox; estaban a salvo. La celebración de la victoria de Rox le provoco una risa tímida y bajita a Hyung. Era contagiosa su felicidad y por muy poco que hubiera hecho Hyung él también consideraba eso su victoria. El grupo se tomo un rato para recuperar el aliento y decidirse en que iban a hacer ahora. La atención de varios se dirigió a una especie de torre no muy lejos de allí. Finalmente se decidieron por avanzar hacía ésta para verla mejor.
Llegaron a la torre fácilmente. Menos mal no tuvieron problemas al continuar su camino hacia ésta. Hyung se paró ante ella y echó un vistazo largo. Aquel edificio de gran tamaño debía de tener un total de al menos tres plantas de bastante altura. Se encontraba rodeado de una franja de tierra y cubierto de enredaderas escondiendo lo que parecía la puerta, identificada como tal debido a que ésta daba a un puente levadizo que conectaba el torreón con la calle.
-Eso debe de ser la puerta. Aunque no estoy muy seguro.- dijo en un tono bajo. - Si queréis entrar ir vosotros primeros, pero tener en cuenta que allí podría haber cualquier cosa.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
29/12/15, 07:59 pm
Si algo tenía de bueno poner a Adru a limpiar era que gastaba buena parte de sus casi inagotables energías en aquella tarea, más o menos inofensiva para la gente a su alrededor ya que lo más grave que podía suceder es que les salpicase agua. Dejó caer con una gran sonrisa el cepillo, no obstante, ante la llamada a comer, ya que a la sinhadre le habían enseñado que debía colaborar en las tareas de la casa y le parecía justo que todo el mundo arrimase el hombro, pero eso no quería decir que le gustase. Además llevaba demasiadas horas sin comer y si su estómago ya estaba resentido cuando se despertó en aquel sucio catre ahora rugía como un felino que hacía días que no salía de su cueva. Se frotó las manos con anticipación mientras Neil colocaba la comida sobre la mesa y fue de las primeras en blandir el tenedor ante sí… Dejándolo con un sonido escandaloso de nuevo sobre la mesa al darse cuenta de que el primer plato se comía con las manos. Adrune comió con voracidad, aunque no se olvidó de elogiar a su aurva. Con la boca llena, eso sí.
—Parefe que no haf dejado tu toque en Finhdro, Neil.
Acto seguido dejó escapar una risa ahogada entre la comida que todavía tenía en la boca, como si hubiese contado un chiste muy bueno.
Durante la comida Ain le preguntó a Milo sobre los brazos metálicos que tenían él y Rena y la chica atendió con descarado interés, clavando su mirada en el aurva y expectante por su respuesta. Esta la dejó pensativa, frunciendo el ceño mientras seguía comiendo, aunque no dijo nada y Milo siguió hablando. Los engranajes de su cabeza habían comenzado a funcionar quejumbrosamente desde la explicación del autoproclamado irrense y, como si se hubieran deshecho de la herrumbre que les impedía encajar correctamente unos en otros, volvieron a girar a toda velocidad ante las conclusiones de Milo debido a la pregunta de Neil.
—¡Claro! Por eso tenéis esas protuberancias tan raras en los oídos, como algunos animales, aunque son diferentes… —Empezó hablando en un tono bastante elevado pero luego fue descendiendo a medida que comenzaba a perder el hilo del punto que estaba tratando, dándose cuenta justo a tiempo para evitar divagar—. La ciudad de los monstruos sin monstruos no está en Sinhdro, por eso Jack decía que venía de muy lejos, y vosotros sois alienígenas —concluyó asintiendo efusivamente y mostrando una sonrisa orgullosa como si hubiera descubierto un gran secreto—. No, espera, si estamos todos en un mundo que no es el nuestro todos somos alienígenas. ¡Qué guay, Neil, somos alienígenas! —Le comunicó a su aurva como si el chico no hubiera podido escuchar el resto de su verborrea—. Ahora que somos alienígenas no creo que debamos preocuparnos por los horarios de dormir. Hemos dormido toda la noche en aquella celda mugrienta, ya se nos han trastocado. —Hizo una pausa para meter un nuevo trozo de carne en la boca—. Pedo fi quieref irte a dormir aun afí te acompañaré.
—Parefe que no haf dejado tu toque en Finhdro, Neil.
Acto seguido dejó escapar una risa ahogada entre la comida que todavía tenía en la boca, como si hubiese contado un chiste muy bueno.
Durante la comida Ain le preguntó a Milo sobre los brazos metálicos que tenían él y Rena y la chica atendió con descarado interés, clavando su mirada en el aurva y expectante por su respuesta. Esta la dejó pensativa, frunciendo el ceño mientras seguía comiendo, aunque no dijo nada y Milo siguió hablando. Los engranajes de su cabeza habían comenzado a funcionar quejumbrosamente desde la explicación del autoproclamado irrense y, como si se hubieran deshecho de la herrumbre que les impedía encajar correctamente unos en otros, volvieron a girar a toda velocidad ante las conclusiones de Milo debido a la pregunta de Neil.
—¡Claro! Por eso tenéis esas protuberancias tan raras en los oídos, como algunos animales, aunque son diferentes… —Empezó hablando en un tono bastante elevado pero luego fue descendiendo a medida que comenzaba a perder el hilo del punto que estaba tratando, dándose cuenta justo a tiempo para evitar divagar—. La ciudad de los monstruos sin monstruos no está en Sinhdro, por eso Jack decía que venía de muy lejos, y vosotros sois alienígenas —concluyó asintiendo efusivamente y mostrando una sonrisa orgullosa como si hubiera descubierto un gran secreto—. No, espera, si estamos todos en un mundo que no es el nuestro todos somos alienígenas. ¡Qué guay, Neil, somos alienígenas! —Le comunicó a su aurva como si el chico no hubiera podido escuchar el resto de su verborrea—. Ahora que somos alienígenas no creo que debamos preocuparnos por los horarios de dormir. Hemos dormido toda la noche en aquella celda mugrienta, ya se nos han trastocado. —Hizo una pausa para meter un nuevo trozo de carne en la boca—. Pedo fi quieref irte a dormir aun afí te acompañaré.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
30/12/15, 12:49 am
La timidez de Eitne le impidió algo tan simple como colaborar en las tareas como el demiurgo mandaba. Nime se le había adelantado y la verdad era que lo agradecía, porque al daeliciano le daba un repelús horrible tocar bichos que no conocía. Para cuando sintió que podría atreverse, Nime ya había acabado de ayudar a Pam y Eitne permaneció en un segundo plano. Decidió moverse por el torreón para hacer cualquier pequeña tarea que le mandaran, siempre con la expresión perdida y cierto aire ausente. El niño necesitaba tiempo para absorber toda la información.
Llegada la hora de comer, Eitne se sentó en la mesa y se encogió tanto como se lo permitía su cuerpecillo. Le resultaba intimidante sentarse con tantos desconocidos alrededor, todos de especies diferentes a la suya. Sabía que eran buena gente porque le habían ayudado, pero al verlos a todos juntos y uno tras otro... ¿Cómo no le iba a sobrevenir de nuevo el miedo?
El pobre, cohibido como estaba, se dedicó a comer en silencio. La comida, se acababa de fijar, tenía el mismo color soso que el resto de la ciudad. El sabor era algo dulce, poco para el gusto del daeliciano, pero el sabor en general era agradable y Eitne sabía apreciarlo. De haber sido capaz, habría abierto la boca para darle las gracias a los cocineros por su esfuerzo, pero no lo fue. Y probablemente tampoco hablaría si no se dirigían a él específicamente.
Llegada la hora de comer, Eitne se sentó en la mesa y se encogió tanto como se lo permitía su cuerpecillo. Le resultaba intimidante sentarse con tantos desconocidos alrededor, todos de especies diferentes a la suya. Sabía que eran buena gente porque le habían ayudado, pero al verlos a todos juntos y uno tras otro... ¿Cómo no le iba a sobrevenir de nuevo el miedo?
El pobre, cohibido como estaba, se dedicó a comer en silencio. La comida, se acababa de fijar, tenía el mismo color soso que el resto de la ciudad. El sabor era algo dulce, poco para el gusto del daeliciano, pero el sabor en general era agradable y Eitne sabía apreciarlo. De haber sido capaz, habría abierto la boca para darle las gracias a los cocineros por su esfuerzo, pero no lo fue. Y probablemente tampoco hablaría si no se dirigían a él específicamente.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
30/12/15, 03:25 am
A pesar de toda la actividad gastada y la muy buena pinta que tenía, Rox no se excedió comiendo. Probó al menos un bocado de todo, centrándose sobre todo en la carne, el queso fundido de la ensalada y el batido. Le costaba pensar que estuviera comiendo mejor allí que en su propia casa los días laborales de sus padres.
A medida que surgían preguntas, la coreana era más y más consciente de las enormes diferencias que había entre todos: un lagarto, un adolescente gris...
Puede que no se conocieran de nada, pero se alegraba mucho de tener allí a otros tres humanos; pensando en ello comprendía más el miedo que Eitne pudiera sentir, siendo tan pequeño y el único de su especie.
Un pensamiento fugaz y una mirada de sorpresa dedicada a Ain la interrumpieron cuando se llevaba un último sorbo de batido a la boca. Le había costado mucho evitar mantener la vista fija en el brazo de Milo mientras limpiaba, pero llegaba él y preguntaba con una facilidad que Rox tenía que envidiar. Igual que Adru, prestó suma atención a las respuestas del irrense, observando con total fascinación el brazo, cambiando luego al de Rena, mucho más tuneado. No sabía hasta que punto era bueno preguntar, pero antes de que pudiera pensárselo dos veces, ya estaba hablando.
—¿Entonces podéis dar descargas eléctricas? ¿A lo anguila eléctrica? ¿Nacéis... sin un brazo y luego os lo ponen? ¿Puedo tocarlo luego? —su rostro se encendió ligeramente, sintiéndose demasiado descarada. Lo más probable es que muchos ni supieran lo que era una anguila, y para tratar de disimular fue a dar otro sorbo al batido, fallando estrepitosamente al no quedar más en su vaso. Las palabras de la sinhadre la distrajeron en seguida—. Uhm... ¿Te refieres a las orejas? ¿Es que no...?
Observó a Adru y Neil con atención, abriendo los ojos como platos al descubrir que ellos no disponían de orejas.
—¡Ostras que fuerte, como la Cenicienta! ¡No tenéis orejas! —se tapó la boca con ambas manos, sin llegar a ocultar una sonrisa.—Los humanos obsesionados con encontrar vida extraterrestre, y mira ahora... Va a ser verdad que somos todos aliens.
Tras darse un golpecito en la frente contra la palma de su mano para dramatizar "el descubrimiento", se rió con ganas y se levantó para ayudar a recoger. Al fijarse en Eitne le tocó el pelo con suavidad con la mano libre, acercándola luego a su plato.
—¿Has terminado ya, alien gominola? —no borró la sonrisa del rostro, y hasta que no tuvo su confirmación no levantó el plato del menor.
A medida que surgían preguntas, la coreana era más y más consciente de las enormes diferencias que había entre todos: un lagarto, un adolescente gris...
Puede que no se conocieran de nada, pero se alegraba mucho de tener allí a otros tres humanos; pensando en ello comprendía más el miedo que Eitne pudiera sentir, siendo tan pequeño y el único de su especie.
Un pensamiento fugaz y una mirada de sorpresa dedicada a Ain la interrumpieron cuando se llevaba un último sorbo de batido a la boca. Le había costado mucho evitar mantener la vista fija en el brazo de Milo mientras limpiaba, pero llegaba él y preguntaba con una facilidad que Rox tenía que envidiar. Igual que Adru, prestó suma atención a las respuestas del irrense, observando con total fascinación el brazo, cambiando luego al de Rena, mucho más tuneado. No sabía hasta que punto era bueno preguntar, pero antes de que pudiera pensárselo dos veces, ya estaba hablando.
—¿Entonces podéis dar descargas eléctricas? ¿A lo anguila eléctrica? ¿Nacéis... sin un brazo y luego os lo ponen? ¿Puedo tocarlo luego? —su rostro se encendió ligeramente, sintiéndose demasiado descarada. Lo más probable es que muchos ni supieran lo que era una anguila, y para tratar de disimular fue a dar otro sorbo al batido, fallando estrepitosamente al no quedar más en su vaso. Las palabras de la sinhadre la distrajeron en seguida—. Uhm... ¿Te refieres a las orejas? ¿Es que no...?
Observó a Adru y Neil con atención, abriendo los ojos como platos al descubrir que ellos no disponían de orejas.
—¡Ostras que fuerte, como la Cenicienta! ¡No tenéis orejas! —se tapó la boca con ambas manos, sin llegar a ocultar una sonrisa.—Los humanos obsesionados con encontrar vida extraterrestre, y mira ahora... Va a ser verdad que somos todos aliens.
Tras darse un golpecito en la frente contra la palma de su mano para dramatizar "el descubrimiento", se rió con ganas y se levantó para ayudar a recoger. Al fijarse en Eitne le tocó el pelo con suavidad con la mano libre, acercándola luego a su plato.
—¿Has terminado ya, alien gominola? —no borró la sonrisa del rostro, y hasta que no tuvo su confirmación no levantó el plato del menor.
- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
30/12/15, 08:00 am
Cuando todos se sentaron a comer, Zob no pudo evitar sentirse satisfecho. Trabajar con Neil había sido una experiencia bastante interesante. Las indicaciones del muchacho eran fáciles de seguir y el nuevo menú fue cobrando forma poco a poco. Algunos de sus compañeros entraban y salían de la cocina, y pesar de que le hubiese gustado preguntarles sobre sus gustos, la preparación consumió todo su tiempo. Así la comida, aunque rara, se había transformado, según las indicaciones de su chef, en platillos que todos alabaron. El ambiente en la mesa fue bastante cordial y gracias a las preguntas de Rox pudo conocer algo más de los chicos con brazos de metal. Aunque le quedaban preguntas pendientes de su conversación previa con el Sinhadre, dejaría para más tarde el preguntarle que era exactamente un edeel.
Mientras algunos empezaban a levantarse, el nublino decidió no sobrecargar demasiado aquel ambiente mientras unos u otros lavaban los platos. Se acercó unos pasos hacia la puerta del patio mirando hacia el cielo. En verdad había aún bastante luz pero eventualmente caería la noche. Y se preguntaba si debían hacer alguna guardia o refugiarse todos juntos para dormir, cuando cayó en la cuenta de la conversación de Milo sobre los horarios de dormir.
- Tal vez podríamos terminar de limpiar mañana - dijo dirigiéndose al grupo, y esperando que Rena no lo castigara con alguna tarea incomoda. - podríamos subir a las habitaciones y conocer más de nuestros mundos alienígenas, así evitaríamos cosas incomodas como los horarios… o algo que molestase a alguien… o no se… – termino balbuceando. No era flojo, ni quería que pensaran eso de él, pero quería mantener la seguridad del grupo. No sabía cómo se metió en ese embrollo, pero mientras algunos salían de la cocina después de fregar sus platos, una verdad se le hecho encima y trato de salvar el momento. - venga que si esas ratas espinosas se enteran que limpiamos hasta tarde, no serán más amables con nosotros solo por eso. – ya estaba, cogió su plato con la cabeza medio agachada y todo lo colorado que su piel nublina le permitía y fue directo a fregarlo.
Mientras algunos empezaban a levantarse, el nublino decidió no sobrecargar demasiado aquel ambiente mientras unos u otros lavaban los platos. Se acercó unos pasos hacia la puerta del patio mirando hacia el cielo. En verdad había aún bastante luz pero eventualmente caería la noche. Y se preguntaba si debían hacer alguna guardia o refugiarse todos juntos para dormir, cuando cayó en la cuenta de la conversación de Milo sobre los horarios de dormir.
- Tal vez podríamos terminar de limpiar mañana - dijo dirigiéndose al grupo, y esperando que Rena no lo castigara con alguna tarea incomoda. - podríamos subir a las habitaciones y conocer más de nuestros mundos alienígenas, así evitaríamos cosas incomodas como los horarios… o algo que molestase a alguien… o no se… – termino balbuceando. No era flojo, ni quería que pensaran eso de él, pero quería mantener la seguridad del grupo. No sabía cómo se metió en ese embrollo, pero mientras algunos salían de la cocina después de fregar sus platos, una verdad se le hecho encima y trato de salvar el momento. - venga que si esas ratas espinosas se enteran que limpiamos hasta tarde, no serán más amables con nosotros solo por eso. – ya estaba, cogió su plato con la cabeza medio agachada y todo lo colorado que su piel nublina le permitía y fue directo a fregarlo.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
30/12/15, 06:45 pm
Nime torció el morro con cara lastimera cuando Rox le pidió que se lo tomara con calma, pero lo cierto era que debió admitir la derrota para sí misma porque después de todo lo que había tenido que hacer, tenía ganas de cualquier cosa menos de seguir moviéndose. Ni siquiera había podido echarse la siesta, ni comer, y ya era bastante tarde.
La comida fue del agrado de la libense, a fin de cuentas le gustaba el dulce y había muchas cosas con ese toque. No fue difícil recuperar el buen humor al conseguir llenar por fin el estómago.
—¡Está muy bueno! —dijo mirando a la brigada de la cocina. Realmente no tenía claro quién había hecho exactamente cada cosa, así que se abstuvo de hacer preguntas sobre lo que estaba comiendo.
Se interesó por las conversaciones que tenían lugar en la mesa. Su casa podía ser bastante ruidosa, pero era raro para ella comer rodeada de tanta gente. La explicación de Milo le pareció muy interesante, aunque no entendió ni la mitad.
—¿Pero entonces cómo es eso? ¿Podemos usaros para tener luz aquí dentro? —preguntó riendo escandalosamente.
Había demasiadas personas a las que quería atender. Adru decía que todos eran alienígenas, y lo cierto era que no dejaba de ser la verdad. Pero como se hablaba también de dormir, Nime terminó soltando un bostezo aparatoso. La digestión siempre le daba sueño, pero habían comido demasiado tarde. La conclusión de Adru fue lo que le abrió los ojos: ya no estaba en su casa, podía saltarse la rutina.
—Yo tampoco quiero dormir ahora, seguro que luego no me quiero levantar. ¡Hagamos algo divertido! —No quería limpiar, y no tenía ánimos para explorar, pero estaba segura de poder aguantarse el sopor si se contaban cosas de sus respectivos mundos como había propuesto Zobriel—. Va, porfa, ya hemos trabajado mucho por hoy.
La comida fue del agrado de la libense, a fin de cuentas le gustaba el dulce y había muchas cosas con ese toque. No fue difícil recuperar el buen humor al conseguir llenar por fin el estómago.
—¡Está muy bueno! —dijo mirando a la brigada de la cocina. Realmente no tenía claro quién había hecho exactamente cada cosa, así que se abstuvo de hacer preguntas sobre lo que estaba comiendo.
Se interesó por las conversaciones que tenían lugar en la mesa. Su casa podía ser bastante ruidosa, pero era raro para ella comer rodeada de tanta gente. La explicación de Milo le pareció muy interesante, aunque no entendió ni la mitad.
—¿Pero entonces cómo es eso? ¿Podemos usaros para tener luz aquí dentro? —preguntó riendo escandalosamente.
Había demasiadas personas a las que quería atender. Adru decía que todos eran alienígenas, y lo cierto era que no dejaba de ser la verdad. Pero como se hablaba también de dormir, Nime terminó soltando un bostezo aparatoso. La digestión siempre le daba sueño, pero habían comido demasiado tarde. La conclusión de Adru fue lo que le abrió los ojos: ya no estaba en su casa, podía saltarse la rutina.
—Yo tampoco quiero dormir ahora, seguro que luego no me quiero levantar. ¡Hagamos algo divertido! —No quería limpiar, y no tenía ánimos para explorar, pero estaba segura de poder aguantarse el sopor si se contaban cosas de sus respectivos mundos como había propuesto Zobriel—. Va, porfa, ya hemos trabajado mucho por hoy.
- Kial
Ficha de cosechado
Nombre: Hyun-Su
Especie: Humano
Habilidades: memoria, habilidad mental (acertijos, adivinanzas),astucia.
Personajes : Hyun-su: el medio coreano medio estadounidense, serio, callado, cobarde, enclenque y egoista impulsado por su miedo.
altura: 1,77m
peso: 67 kg (estilizado)
edad: 15 años
Heridas/enfermedades : -Cicatrices en: mano, pecho, hombro y mejilla.
-Cojera por herida a medio curar en gemelo.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
01/01/16, 04:48 pm
La respuesta de Neil le alegró; sonaba a comida bastante normal. Se sintió un poco tonto, porque ya se había temido comidas de lo más raras viendo la diferencia de razas.
- Sí, me encanta el dulce, gracias.- Asintió forzando una sonrisa en respuesta a la que le dirigió el primero.- Bueno, seguiré barriendo un poco mientras termináis.
Hyung se dirigió hacia las escaleras para comenzar sus tareas. Mientras barría intentaba canturrear para apartar sus pensamientos de lo que le aterraba. Pero la canción, que ni recordaba bien, ni tenía musicalidad en el nuevo idioma, estaba sirviendo de poco. Cuanto más se forzaba en no pensar, más cosas le cruzaban la cabeza, creándole un vacío en el estomago. Empezaban a sudarle las manos y se sentía mareado. <<No volveré a ver a mi hermana, ni a su marido, ni a mis padres. Estoy encerrado en este lugar con seres desconocidos...>>
La bajada de los otros chicos para comer lo sacó de su trance. No había podido terminar, pero le daba igual. Tenía que beber, comer y hablar para tapar su desesperación. Bajó las escaleras lentamente, mientras miraba a sus compañeros. Hasta entonces no se había fijado en ninguno de los seres en especial, pero ahora a través de Rox podía ver la nuca de Milo: cada pelo, el color, hasta el último de los detalles de su piel. Le era tan raro tener delante a otra "persona" tan diferente a sí. Al salir al piso principal, Hyung apartó la mirada, esperando que nadie le hubiera visto tan concentrado en Milo. Según llegaban se iban sentando a comer.
-Gracias por la comida.- dijo Hyung seguido de una ligera reverencia, antes de sentarse. La conversación se centro al principio en los dos de brazos metálicos. A esto Hyung tenía poco que decir, por lo que se mantuvo en silencio, comiendo lento como le era habitual. Hyung miraba con atención a los otros chicos. La charla se centró en resaltar las diferencias de cada raza, dejando claro el hecho de que todos eran alienígenas en ese mundo. Para cuando el coreano llegó al postre los demás ya estaban terminando. Estaba realmente rico para lo raro que era. Los sinhadres habían comenzado a hablar sobre los horarios, y con el comentario de Zobriel, el coreano decidió unirse.
- Lo siento, pero solo he terminado esta planta y empezado la segunda. A mí todavía me falta un poco antes de descansar- tomó un bocado más del postre y prosiguió -. Además debemos acordar una hora a la que dormir cuanto antes, según la hora a la que más gente duerma.- añadió pensando en la mayor cantidad de humanos que otras razas.
En respuesta a lo que se hablaba, la pequeña de pelo negro añadió que no quería seguir trabajando y prefería que ahora se divirtieran un poco. Nime le sorprendía a Hyung desde que llegaron; su falta de preocupación era curiosa. << Somos los niños perdidos y ella es Peter Pan>>. Aunque parándose a mirar a todos, ninguno resultaba especialmente asustado a parte del llorón. Quizás, como él, lo escondían.
- Sí, me encanta el dulce, gracias.- Asintió forzando una sonrisa en respuesta a la que le dirigió el primero.- Bueno, seguiré barriendo un poco mientras termináis.
Hyung se dirigió hacia las escaleras para comenzar sus tareas. Mientras barría intentaba canturrear para apartar sus pensamientos de lo que le aterraba. Pero la canción, que ni recordaba bien, ni tenía musicalidad en el nuevo idioma, estaba sirviendo de poco. Cuanto más se forzaba en no pensar, más cosas le cruzaban la cabeza, creándole un vacío en el estomago. Empezaban a sudarle las manos y se sentía mareado. <<No volveré a ver a mi hermana, ni a su marido, ni a mis padres. Estoy encerrado en este lugar con seres desconocidos...>>
La bajada de los otros chicos para comer lo sacó de su trance. No había podido terminar, pero le daba igual. Tenía que beber, comer y hablar para tapar su desesperación. Bajó las escaleras lentamente, mientras miraba a sus compañeros. Hasta entonces no se había fijado en ninguno de los seres en especial, pero ahora a través de Rox podía ver la nuca de Milo: cada pelo, el color, hasta el último de los detalles de su piel. Le era tan raro tener delante a otra "persona" tan diferente a sí. Al salir al piso principal, Hyung apartó la mirada, esperando que nadie le hubiera visto tan concentrado en Milo. Según llegaban se iban sentando a comer.
-Gracias por la comida.- dijo Hyung seguido de una ligera reverencia, antes de sentarse. La conversación se centro al principio en los dos de brazos metálicos. A esto Hyung tenía poco que decir, por lo que se mantuvo en silencio, comiendo lento como le era habitual. Hyung miraba con atención a los otros chicos. La charla se centró en resaltar las diferencias de cada raza, dejando claro el hecho de que todos eran alienígenas en ese mundo. Para cuando el coreano llegó al postre los demás ya estaban terminando. Estaba realmente rico para lo raro que era. Los sinhadres habían comenzado a hablar sobre los horarios, y con el comentario de Zobriel, el coreano decidió unirse.
- Lo siento, pero solo he terminado esta planta y empezado la segunda. A mí todavía me falta un poco antes de descansar- tomó un bocado más del postre y prosiguió -. Además debemos acordar una hora a la que dormir cuanto antes, según la hora a la que más gente duerma.- añadió pensando en la mayor cantidad de humanos que otras razas.
En respuesta a lo que se hablaba, la pequeña de pelo negro añadió que no quería seguir trabajando y prefería que ahora se divirtieran un poco. Nime le sorprendía a Hyung desde que llegaron; su falta de preocupación era curiosa. << Somos los niños perdidos y ella es Peter Pan>>. Aunque parándose a mirar a todos, ninguno resultaba especialmente asustado a parte del llorón. Quizás, como él, lo escondían.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Personajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
01/01/16, 06:23 pm
Drusar asintió a la respuesta del sinhadre. Aún se le hacía extraño estar en presencia de otras especies, ni creía que fuera a adaptarse nunca. No hacía falta ser muy listo para darse cuenta de que era el único asreniano del grupo, cosa que le molestaba un poco al estar en cierta manera “aislado.” Se preguntó si los que estaban solos como él pensaban igual. El lagarto tuvo que reconocer que sabían cocinar, le hubiera gustado hacer la comida él mismo por desconfianza, pero después de probar el postre no tenia ningún motivo para pensar tal cosa.
Los demás empezaron a hablar de los brazos de Milo y Rena, y Drusar puso especial atención a lo de “descargas eléctricas.”-¿Qué es descargas eléctricas?-. Preguntó por curiosidad más que nada. Estaba claro que no tenía ni idea de sus mundos, igual que ellos del suyo, claro. Por lo que le pareció bien la propuesta del nublino. El hecho de saber cosas de otros planetas ponía nervioso incluso a alguien tan calmado como Drusar, aunque este intentó ocultarlo.
Cuando el sinhadre propuso dormir el lagarto se sorprendió. <<¿Dormir a estas horas? Si que somos diferentes entre nosotros.>> A estas horas estaría buscando comida para la tribu, trabajo que no le agradaba tanto como el prepararla después, pero era su oficio y tenía que hacerlo. Era su obligación, por eso estaba un poco desubicado ante la negación de este.
-Creo que lo mejor sería seguir mañana, hagamos lo que hagamos os ayudaré con el tema de la limpieza, pero no tenemos prisa. Vamos a quedarnos aquí bastante tiempo.- Opinó sin ninguna pizca de tristeza, ya que Drusar no dejaba a nadie atrás al haber aceptado ir.
Los demás empezaron a hablar de los brazos de Milo y Rena, y Drusar puso especial atención a lo de “descargas eléctricas.”-¿Qué es descargas eléctricas?-. Preguntó por curiosidad más que nada. Estaba claro que no tenía ni idea de sus mundos, igual que ellos del suyo, claro. Por lo que le pareció bien la propuesta del nublino. El hecho de saber cosas de otros planetas ponía nervioso incluso a alguien tan calmado como Drusar, aunque este intentó ocultarlo.
Cuando el sinhadre propuso dormir el lagarto se sorprendió. <<¿Dormir a estas horas? Si que somos diferentes entre nosotros.>> A estas horas estaría buscando comida para la tribu, trabajo que no le agradaba tanto como el prepararla después, pero era su oficio y tenía que hacerlo. Era su obligación, por eso estaba un poco desubicado ante la negación de este.
-Creo que lo mejor sería seguir mañana, hagamos lo que hagamos os ayudaré con el tema de la limpieza, pero no tenemos prisa. Vamos a quedarnos aquí bastante tiempo.- Opinó sin ninguna pizca de tristeza, ya que Drusar no dejaba a nadie atrás al haber aceptado ir.
- Jikan11
Ficha de cosechado
Nombre: Drake.
Especie: Humano.
Habilidades: Imaginación,habilidad mental y astucia
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
01/01/16, 07:09 pm
Drake se sentó en la mesa junto a los demás con realmente bastante poca hambre, pero aún así, y pensando en que no comer sería una falta de respeto, falta respeto que solo contribuiría a su dificultad de relacionarse, sumándose además a que se hubiese escaqueado de las tareas en las que los demás se centraron.
Comió casi sin levantar la cabeza, en un momento hizo ademán de meterse en la conversación que tenían sus compañeros -Vamos di algo, rompe el hielo de una puta vez-. No lo logró, de sus labios solo salió una vergonzoso titubeo que le hizo volver a centrarse en su plato y desear que se abriese un enorme agujero en la tierra, el cual se lo llevase muy lejos.
Agradeció la proposición de subir a las habitaciones, eso le dejaría sólo a el y a sus pensamientos.
-No sobreviviré ni dos dias en este infierno solo, debo hacerlo, voy a sobreponerme a esta puñetera tímidez, no pasa de mañana- Se dijo Drake.
Comió casi sin levantar la cabeza, en un momento hizo ademán de meterse en la conversación que tenían sus compañeros -Vamos di algo, rompe el hielo de una puta vez-. No lo logró, de sus labios solo salió una vergonzoso titubeo que le hizo volver a centrarse en su plato y desear que se abriese un enorme agujero en la tierra, el cual se lo llevase muy lejos.
Agradeció la proposición de subir a las habitaciones, eso le dejaría sólo a el y a sus pensamientos.
-No sobreviviré ni dos dias en este infierno solo, debo hacerlo, voy a sobreponerme a esta puñetera tímidez, no pasa de mañana- Se dijo Drake.
Sic parvis magna.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
01/01/16, 09:16 pm
Pam estuvo pendiente de la conversaciones que circulaban a su alrededor, viendo que por suerte para ella no seria necesario hablar para sacar en claro algunas cosas de sus ahora compañeros. La suerte le había dado un numero alto con compañeros tan parlanchines y gracias a eso pudo descubrir el porque de esos estraños brazos metalicos de Rena y Milo que le habían llamado la atención al comienzo de ese día. <<Cualquiera diría que ha pasado mucho tiempo y apenas pasó un día >> habían hecho tantas cosas en poco tiempo que la información se acumulaba sin orden.
Por otra parte la mona del queso se mantuvo en un tranquilo silencio comiendo su propia comida y absteniéndose de probar lo hecho por Neil, escuchaba atentamente sobre los horarios de dormir que de nuevo causaron cierta confusión en ella. No lo hizo tanto la mención a que todos eran alinigenas, que eso ya era evidente para Pam. <<Aun así son monos del queso raros para mi de todas formas>> sentencio sin querer complicarse demasiado en algo así a pesar de ya saber que ninguno pertenecía a su especie ni por azar.
-¿Alguno sabe usar las armas de abajo? O cualquiera...-preguntó Pam por primera vez en toda la conversación a los que quedaban en el salón, cuando termino de comer y se dispuso a llevar sus platos para fregarlos, recordando la armería que había en el sótano tras darle vueltas de nuevo al tema de los horarios de sueños que aprecia distar un poco de unos a otros- Si algunos saben, como es la primera noche, estaría bien que fuesen quienes vigilaran, no vayan colarse esas ratas puercoespin o cualquier otra cosa -añadió Pam con calma teniendo bastante arraigado el temita de cumplir los horarios, ante toda el desorden le disgustaba. Y dudosa, pues tampoco es como hubiese mostrado interés en ella volvió a hablar mientras iba a fregar en la cocina.
Por otra parte la mona del queso se mantuvo en un tranquilo silencio comiendo su propia comida y absteniéndose de probar lo hecho por Neil, escuchaba atentamente sobre los horarios de dormir que de nuevo causaron cierta confusión en ella. No lo hizo tanto la mención a que todos eran alinigenas, que eso ya era evidente para Pam. <<Aun así son monos del queso raros para mi de todas formas>> sentencio sin querer complicarse demasiado en algo así a pesar de ya saber que ninguno pertenecía a su especie ni por azar.
-¿Alguno sabe usar las armas de abajo? O cualquiera...-preguntó Pam por primera vez en toda la conversación a los que quedaban en el salón, cuando termino de comer y se dispuso a llevar sus platos para fregarlos, recordando la armería que había en el sótano tras darle vueltas de nuevo al tema de los horarios de sueños que aprecia distar un poco de unos a otros- Si algunos saben, como es la primera noche, estaría bien que fuesen quienes vigilaran, no vayan colarse esas ratas puercoespin o cualquier otra cosa -añadió Pam con calma teniendo bastante arraigado el temita de cumplir los horarios, ante toda el desorden le disgustaba. Y dudosa, pues tampoco es como hubiese mostrado interés en ella volvió a hablar mientras iba a fregar en la cocina.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
03/01/16, 01:55 am
Rena había comido demasiado rápido, así que se tomó unos minutos para reposar reclinada en su silla, atendiendo a las conversaciones por si le interesaba unirse a alguna. Hizo un mohín con la pregunta de Ain. ¿Por qué no se lo habia preguntado a ella? << Mi brazo mola mucho mas que el de ese larguirucho>> Al final se unió para ayudar a Milo con las respuestas.
-Qué va, nosotros ya no podemos dar descargas, haría falta añadir un taser al implante y eso es ilegal.- le dijo a Rox.- Y el brazo nos lo amputan cuando alcanzamos cierta edad. Si no descargamos la electricidad por algún lado puede ser peligroso. Yo partí mi primer implante al poco de ponérmelo, mi madre casi me mata.- se echó a reir.- Pero eh, lo de la luz si que podemos hacerlo.- Apuntó a Nime con la linterna de su brazo y la encendió y apagó un par de veces, como cuando hacía señales a sus compañeros en la mina.
Si llegan a preguntarle, (o si no) contaría con detalle el incidente del brazo, enlazando con alguna batallita de su grupo de amigos de Irraria, y un poco de su trabajo y su familia. En un descuido de Adru, le levantó el pelo con descaro para ver sus no-orejas, y le pareció algo adorable. Dijo que parecía una lagartija.
El tema del día y la noche la confundía un poco, aunque había oído historias de como era el cielo nocturno de la superficie, había visto fotos de estrellas, y tenía muchas ganas de verlas.
-Lo siento Pelusilla, pero yo no he tocado un arma en mi vida. Hoy es la primera vez que he visto una en vivo y en directo. Como mucho puedo liarme a hostias. Lo que si es verdad que va a oscurecer y no tenemos más luz electrica que mi brazo y el de Milo quizás fuera mejor que nos fuesemos todos al mismo cuarto, durmamos de noche o no. Será más seguro que estar desperdigados por el torreón.
-Qué va, nosotros ya no podemos dar descargas, haría falta añadir un taser al implante y eso es ilegal.- le dijo a Rox.- Y el brazo nos lo amputan cuando alcanzamos cierta edad. Si no descargamos la electricidad por algún lado puede ser peligroso. Yo partí mi primer implante al poco de ponérmelo, mi madre casi me mata.- se echó a reir.- Pero eh, lo de la luz si que podemos hacerlo.- Apuntó a Nime con la linterna de su brazo y la encendió y apagó un par de veces, como cuando hacía señales a sus compañeros en la mina.
Si llegan a preguntarle, (o si no) contaría con detalle el incidente del brazo, enlazando con alguna batallita de su grupo de amigos de Irraria, y un poco de su trabajo y su familia. En un descuido de Adru, le levantó el pelo con descaro para ver sus no-orejas, y le pareció algo adorable. Dijo que parecía una lagartija.
El tema del día y la noche la confundía un poco, aunque había oído historias de como era el cielo nocturno de la superficie, había visto fotos de estrellas, y tenía muchas ganas de verlas.
-Lo siento Pelusilla, pero yo no he tocado un arma en mi vida. Hoy es la primera vez que he visto una en vivo y en directo. Como mucho puedo liarme a hostias. Lo que si es verdad que va a oscurecer y no tenemos más luz electrica que mi brazo y el de Milo quizás fuera mejor que nos fuesemos todos al mismo cuarto, durmamos de noche o no. Será más seguro que estar desperdigados por el torreón.
- Manasard
Ficha de cosechado
Nombre: Ain
Especie: Humano
Habilidades: Nociones de Lucha, Planificación, Rapidez Mental
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
04/01/16, 05:25 pm
Producían electricidad y hablaban de ello tan tranquilos, mientras terminaba de comer había estado dándole vueltas a las posibilidades que eso tenía y la posibilidad de resolver la crisis energética que había en la tierra, aunque sinceramente, en lo que pensé fue en poder cargar el Ipod sin necesidad de estar en casa. Y ya me quedé flipando cuando Rena saco una linterna de su mano. <Es como Snake, ¿también podrán lanzarlo a propulsión? >
La conversación siguió bastante rápida, los horarios de dormir, sobre nuestros planetas… me gusto bastante la reflexión de que todos éramos aliens en una tierra desconocida para todos, tendría que apuntármelo en algún lado como idea. Seguí mirando divertido la escena, no nos conocíamos de nada pero hablábamos entre nosotros normalmente, bueno, casi todos. Miré de reojo a Drake, no estaba muy seguro de si se había presentado, pero el chico no había abierto la boca que yo recordase, y eso que yo tampoco era el más hablador, por es le medio comprendía.
Pam pregunto si alguien tenía alguna idea sobre armas tras la respuesta de Rena hable yo –Yo no tengo demasiada idea, en donde entrenaba se practicaba con algunas armas, pero yo apenas las usé, cosa de lo que ahora me arrepiento- dije esto con cierta amargura, sabiendo que hubiese llegado a este lugar probablemente me hubiese esforzado más. -Y en cuanto a la guardia no me importa hacer un rato, tampoco dormía demasiado antes.- en verdad entre entrenamientos, juegos y estudios había conseguido aprender a dormir poco las noches necesarias, aunque después siempre necesitaba recuperar el sueño perdido.
La conversación siguió bastante rápida, los horarios de dormir, sobre nuestros planetas… me gusto bastante la reflexión de que todos éramos aliens en una tierra desconocida para todos, tendría que apuntármelo en algún lado como idea. Seguí mirando divertido la escena, no nos conocíamos de nada pero hablábamos entre nosotros normalmente, bueno, casi todos. Miré de reojo a Drake, no estaba muy seguro de si se había presentado, pero el chico no había abierto la boca que yo recordase, y eso que yo tampoco era el más hablador, por es le medio comprendía.
Pam pregunto si alguien tenía alguna idea sobre armas tras la respuesta de Rena hable yo –Yo no tengo demasiada idea, en donde entrenaba se practicaba con algunas armas, pero yo apenas las usé, cosa de lo que ahora me arrepiento- dije esto con cierta amargura, sabiendo que hubiese llegado a este lugar probablemente me hubiese esforzado más. -Y en cuanto a la guardia no me importa hacer un rato, tampoco dormía demasiado antes.- en verdad entre entrenamientos, juegos y estudios había conseguido aprender a dormir poco las noches necesarias, aunque después siempre necesitaba recuperar el sueño perdido.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
07/01/16, 01:07 am
Nime dio un par de palmaditas de excitación al ver la demostración de Rena. Estaba deseando preguntar qué más cosas hacían esos brazos, pero se estaba hablando de más cosas a la vez y tuvo que esperar a que se le prestara atención. Al final ella misma perdió el hilo de lo que tenía en mente y no llegó a preguntar nada.
Cuando se hablaba de armas la niña habría disfrutado si hubiese podido decir que entendía del tema, pero no era así. Le daba rabia, pero todo lo que sabía de armas era, prácticamente, por donde se cogían. Jugaba con sus amigos fingiendo que los palos eran espadas o lanzas, y ni siquiera había visto nunca una pelea de verdad. Siempre había pensado que sería genial venir de una familia militar en vez de pescadora, pero hasta ahora no había sido tampoco algo que lamentar.
Mientras se conversaba, Nime empezó a encontrarse mal, lo que provocó que dejase de prestar demasiada atención a lo que se decía. Pensó que tal vez había comido demasiado rápido y en exceso por culpa del hambre, pero eso solo parecía un agravante del malestar que sentía.
No fue la única en encontrarse mal y visitar constantemente las letrinas. Empezó a creer que las cestas eran una trampa en la que habían caído de lleno, y que solo podían culparse a sí mismos de ese descuido. Pasó un buen rato en un sofá, soltando quejidos lastimeros y resoplando. En ese momento echó de menos que su padre estuviese allí para cuidar de ella, y aun así trató de hacerse la fuerte sin demasiado éxito. El día había sido tan largo para Nime que, después de que el dolor de barriga empezase a remitir, estaba ya completamente agotada. Se fue a dormir cuando aún había bastante luz y solo se quitó las botas antes de meterse en una cama cualquiera y caer redonda.
Cuando se hablaba de armas la niña habría disfrutado si hubiese podido decir que entendía del tema, pero no era así. Le daba rabia, pero todo lo que sabía de armas era, prácticamente, por donde se cogían. Jugaba con sus amigos fingiendo que los palos eran espadas o lanzas, y ni siquiera había visto nunca una pelea de verdad. Siempre había pensado que sería genial venir de una familia militar en vez de pescadora, pero hasta ahora no había sido tampoco algo que lamentar.
Mientras se conversaba, Nime empezó a encontrarse mal, lo que provocó que dejase de prestar demasiada atención a lo que se decía. Pensó que tal vez había comido demasiado rápido y en exceso por culpa del hambre, pero eso solo parecía un agravante del malestar que sentía.
No fue la única en encontrarse mal y visitar constantemente las letrinas. Empezó a creer que las cestas eran una trampa en la que habían caído de lleno, y que solo podían culparse a sí mismos de ese descuido. Pasó un buen rato en un sofá, soltando quejidos lastimeros y resoplando. En ese momento echó de menos que su padre estuviese allí para cuidar de ella, y aun así trató de hacerse la fuerte sin demasiado éxito. El día había sido tan largo para Nime que, después de que el dolor de barriga empezase a remitir, estaba ya completamente agotada. Se fue a dormir cuando aún había bastante luz y solo se quitó las botas antes de meterse en una cama cualquiera y caer redonda.
- Kial
Ficha de cosechado
Nombre: Hyun-Su
Especie: Humano
Habilidades: memoria, habilidad mental (acertijos, adivinanzas),astucia.Personajes : Hyun-su: el medio coreano medio estadounidense, serio, callado, cobarde, enclenque y egoista impulsado por su miedo.
altura: 1,77m
peso: 67 kg (estilizado)
edad: 15 años
Heridas/enfermedades : -Cicatrices en: mano, pecho, hombro y mejilla.
-Cojera por herida a medio curar en gemelo.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
08/01/16, 12:06 pm
Una de los pequeños preguntó por conocimiento de armas. A Hyung se le pasó el cuchillo oxidado por la cabeza; con él no podía no podría ni cortar carne. Recordaba como lo escondió con vergüenza <<Me he comportado como un niño chico, no se utilizarlo>>. Ni siquiera Rena que era la que más capaz se veía. Él sentimiento de desesperación, que desde que llegó era una constante, volvió, ¿Cómo iban a sobrevivir en aquel sitio sin saber usar armas? Se le volvía a revolver el estomago al pensarlo.
- Estaba todo muy rico, gracias.- afirmó una vez había terminado. Se levantó y acercó su plato y vaso a la cocina. Aunque hubiera hablado de decidir todos lo que iban a hacer, él tenía claro que iba a terminar de barrer, dándole lo mismo el plan de irse al cuarto. Además estaba mareado y prefería entretenerse en otra cosa y dejar de preocuparse. Se puso a barrer, pero incluso así no se le iba el mareo. Cada vez iba a más, no pensaba que le hubiera afectado tanto. Ya no podía aguantarse, corrió todo lo que pudo bajando las escaleras, a medio camino se tapó la boca <<¡No de nuevo!>>, no sirvió de nada todo lo que había comido salió con fuerza. Regó todas las escaleras. Pensó que ya estaba, pero no, atragantado y con el olor de ese primer vomito le volvieron las arcadas, esto no era normal. Salió al patio, a las letrinas, pero estaban ocupadas, no era el único mal; tenía que ser la comida. Incapaz de aguantar, vomitó cerca de una de las paredes.
Poco a poco casi todos fueron entrando en aquellas letrinas. El patio se llenó de malos olores. Hyung estaba temblando debido al mal estar, sacó su martillo y lo agarró con fuerza, como si le fuera a ayudar. Limpiaría el vomito de las escaleras pero tenía miedo de que ello le provocara otro. El resto del tiempo lo pasó retorciéndose y suspirando. Prefería no hablar.
Empezaba a sentir como le faltaba el aire. Sentía como se le hacían las paredes del patio más pequeñas y el olor más fuerte. Salió a la puerta principal con su martillo, pegado a la puerta, le daba miedo salir del torreón pero no podía seguir dentro. Siguió apretando el martillo, como si lo fuera a perder. Ya más calmado recordó que en breve tendría que ir a limpiar.
<<No quiero entrar de nuevo>>
- Estaba todo muy rico, gracias.- afirmó una vez había terminado. Se levantó y acercó su plato y vaso a la cocina. Aunque hubiera hablado de decidir todos lo que iban a hacer, él tenía claro que iba a terminar de barrer, dándole lo mismo el plan de irse al cuarto. Además estaba mareado y prefería entretenerse en otra cosa y dejar de preocuparse. Se puso a barrer, pero incluso así no se le iba el mareo. Cada vez iba a más, no pensaba que le hubiera afectado tanto. Ya no podía aguantarse, corrió todo lo que pudo bajando las escaleras, a medio camino se tapó la boca <<¡No de nuevo!>>, no sirvió de nada todo lo que había comido salió con fuerza. Regó todas las escaleras. Pensó que ya estaba, pero no, atragantado y con el olor de ese primer vomito le volvieron las arcadas, esto no era normal. Salió al patio, a las letrinas, pero estaban ocupadas, no era el único mal; tenía que ser la comida. Incapaz de aguantar, vomitó cerca de una de las paredes.
Poco a poco casi todos fueron entrando en aquellas letrinas. El patio se llenó de malos olores. Hyung estaba temblando debido al mal estar, sacó su martillo y lo agarró con fuerza, como si le fuera a ayudar. Limpiaría el vomito de las escaleras pero tenía miedo de que ello le provocara otro. El resto del tiempo lo pasó retorciéndose y suspirando. Prefería no hablar.
Empezaba a sentir como le faltaba el aire. Sentía como se le hacían las paredes del patio más pequeñas y el olor más fuerte. Salió a la puerta principal con su martillo, pegado a la puerta, le daba miedo salir del torreón pero no podía seguir dentro. Siguió apretando el martillo, como si lo fuera a perder. Ya más calmado recordó que en breve tendría que ir a limpiar.
<<No quiero entrar de nuevo>>
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
09/01/16, 09:59 pm
En cuanto oyó que el humano Ain ''entrenaba'', su curiosidad aumentó. Se le pasó por la cabeza varias veces preguntarle, pero la conversación fue dando bandazos, al igual que su atención y participación en esta, por lo que acabó por olvidarse. Se levantó justo después del primero que fuese a recoger los platos, y ayudó un poco para tener una excusa y quitarse de en medio rápido. Quería bajar al sótano, e inspeccionar más a fondo las armas que había, y allí se dirigió en cuanto acabó.
Apenas había empezado a separar las armas de madera de las metálicas en montones cuando sintió un fuerte retortijón de barriga. Su primer intento por ignorarlo se vio frustrado por un segundo pinchazo de dolor, y un tercero. Alguna alimaña se estaba haciendo una madriguera en sus tripas. Corrió al piso superior, hacia las letrinas, y allí presenció el caos. Hyung había potado por todas las escaleras, Nime gimoteaba en un sofá y en mayor o menor medida todos parecían sufrir del estómago.
-¿Pero qué cojones llevaba esa comida?- preguntó a nadie en particular.
La tarde se limitó a idas y venidas de unos y otros a las letrinas, a consolar a Neil y a poner en común qué carajo habían comido para estar todos tan mal. O casi todos. Milo y la Pelusa estaban como dos frescas y estúpidamente sanas lechugas.
A pesar de su cabezonería, Rena terminó por abandonar sus intentos por ordenar la armería, y se resignó a quedarse sentada en un sillón quejándose de lo malita que estaba, o jugueteando con una daga. En mala hora, al final de la tarde, se le ocurrió hacerse una infusión caliente de una de las botellas que había en las cestas... y endulzarla con miel. Como consecuencia, estuvo toda la noche visitando las letrinas con mucha más frecuencia que la vez anterior. Durmió (o lo intentó) en el sofá, cubierta por una manta fina que se había bajado del dormitorio, maldiciendo a la ciudad, a Yttria y a la madre que la parió.
Apenas había empezado a separar las armas de madera de las metálicas en montones cuando sintió un fuerte retortijón de barriga. Su primer intento por ignorarlo se vio frustrado por un segundo pinchazo de dolor, y un tercero. Alguna alimaña se estaba haciendo una madriguera en sus tripas. Corrió al piso superior, hacia las letrinas, y allí presenció el caos. Hyung había potado por todas las escaleras, Nime gimoteaba en un sofá y en mayor o menor medida todos parecían sufrir del estómago.
-¿Pero qué cojones llevaba esa comida?- preguntó a nadie en particular.
La tarde se limitó a idas y venidas de unos y otros a las letrinas, a consolar a Neil y a poner en común qué carajo habían comido para estar todos tan mal. O casi todos. Milo y la Pelusa estaban como dos frescas y estúpidamente sanas lechugas.
A pesar de su cabezonería, Rena terminó por abandonar sus intentos por ordenar la armería, y se resignó a quedarse sentada en un sillón quejándose de lo malita que estaba, o jugueteando con una daga. En mala hora, al final de la tarde, se le ocurrió hacerse una infusión caliente de una de las botellas que había en las cestas... y endulzarla con miel. Como consecuencia, estuvo toda la noche visitando las letrinas con mucha más frecuencia que la vez anterior. Durmió (o lo intentó) en el sofá, cubierta por una manta fina que se había bajado del dormitorio, maldiciendo a la ciudad, a Yttria y a la madre que la parió.
- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.
Personajes : Zobriel: Nublino transformado en Basilisco
Kyllikki: Humana cosechada.
Armas : Zobriel: Malicioso, Colmillo veneno, Cuchillada, Cola veneno
Kyllikki: Elataquedelasmilteoriascientificasypseudocientificasmasinutildetodoslostiempos
Status : Disponible para cualquier debate ilógico
Humor : Culpable de dibujar horrible y hacer chistes peores aun
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
10/01/16, 02:48 am
La noche que cayó sobre el torreón fue una de las peores en la vida de Zob. Muchas de las cosas en las que quería pensar se vieron obstruidas por el dolor y el malestar. No fue el primero pero tampoco el último. Muchos de sus compañeros junto con el empezaron a desfilar lastimeramente hacia las letrinas y aunque trataban de sobrellevar la situación, no parecía que fuera casual.
Se sentía doblemente mal. ¿Acaso se habría equivocado el en la cocina? No podía evitar pensar en eso y era impensable para el dudar de la capacidad de Neil. Quizá fuese una trampa quizá una broma, quizá…*dolor*….*DOLOR*… quizá solo debiera recostarse.
Cuando entraba al salón vio que algunos de sus compañeros se habían quedado en él, aun con mala cara. Haciendo de tripas corazón, volvió a subir las escaleras hacia las habitaciones esquivando el desastre de Hyung y bajo unas cuantas mantas. Fue dejando algunas en los sitios vacíos. A Nime y Rena les hecho una manta encima a cada una antes de salir al jardín y envolverse bien en una. A pesar del calor del interior y la seguridad que tanto había añorado hace unas horas, se sentía fatal y el aire fresco siempre lo calmaba. Fue allí cuando vio Hyung a lo lejos pero ya no le quedaban mantas, ni fuerzas para subir por más.
- Lo siento compañero- suspiro en voz baja - hoy no es buena noche para ninguno.
Y se quedó esperando poder dormir en medio del dolor, mientras miraba las estrellas y le daba vueltas en su cabeza, una vez mas, a todo el proceso de cocina de aquella noche.
Se sentía doblemente mal. ¿Acaso se habría equivocado el en la cocina? No podía evitar pensar en eso y era impensable para el dudar de la capacidad de Neil. Quizá fuese una trampa quizá una broma, quizá…*dolor*….*DOLOR*… quizá solo debiera recostarse.
Cuando entraba al salón vio que algunos de sus compañeros se habían quedado en él, aun con mala cara. Haciendo de tripas corazón, volvió a subir las escaleras hacia las habitaciones esquivando el desastre de Hyung y bajo unas cuantas mantas. Fue dejando algunas en los sitios vacíos. A Nime y Rena les hecho una manta encima a cada una antes de salir al jardín y envolverse bien en una. A pesar del calor del interior y la seguridad que tanto había añorado hace unas horas, se sentía fatal y el aire fresco siempre lo calmaba. Fue allí cuando vio Hyung a lo lejos pero ya no le quedaban mantas, ni fuerzas para subir por más.
- Lo siento compañero- suspiro en voz baja - hoy no es buena noche para ninguno.
Y se quedó esperando poder dormir en medio del dolor, mientras miraba las estrellas y le daba vueltas en su cabeza, una vez mas, a todo el proceso de cocina de aquella noche.
El Odio es por mucho el placer mas duradero. El hombre Ama con prisas, pero llega a Odiar con mucha calma.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
10/01/16, 09:44 pm
Milo escuchó la teoría de Adru con una ligera sonrisa, limpiando mientras tantos los platos que había ensuciado durante la comida. Le hacía gracia que aún algunos se estuvieran percatando en ese momento de que eran un variado grupo de alienígenas en un planeta extraño, pero se cuidó de comentar nada y asintió a las palabras de Rena.
—Sería ilegal, ciertamente. —comentó a lo del taser con su mejor sonrisa de buen chico, cuidándose de no reflejar en su rostro que a él le habían ofrecido modificaciones similares en más de una ocasión. La potencia del ordenador de su prótesis, de hecho, sobrepasaba los estándares normales, y definir el uso que hacía del mismo como “ilegal” era quedarse corto.
Estaba claro que la mayor parte de sus compañeros no se sentía con ganas de seguir limpiando y preferían sentarse a descansar, algo que Milo no les reprochaba. Al irrense, sin embargo, no le gustaba dejar las cosas a medias, por lo que aprovechó una pausa en la conversación general para regresar a la planta de los dormitorios y acabar de barrer el pasillo. Centrado como estaba en su trabajo tardó un rato en percatarse del malestar que sacudió a casi todos sus compañeros, y fueron las arcadas de Hyung, que barría una planta más abajo, las que le alertaron.
—¿Qué te ocu… ? ¡Joder! —empezó a preguntar asomándose a las escaleras, cortándose a la mitad y soltando un taco cuando el coreano empezó a vomitar. El chico no debió oírle, pues salió corriendo hacia el patio sin mirar atrás, y el norteño, arrugando el hocico por el olor, regresó a sus quehaceres para terminarlos cuanto antes. Acabó en poco tiempo y aprovechó para terminar la planta del baño al ver que Hyung no estaba en condiciones, pero esquivó el charco de vómito, dejándole la tarea de limpiarlo al responsable.
Una vez libre, el hacker trató de ayudar a sus compañeros, pero no tardó mucho en deducir que no podía hacer nada por ellos. Parecía algún tipo de indigestión, pero Pam y él mismo no estaban afectados. Lo mejor era que descansaran y que trataran de averiguar qué ingrediente era el responsable al día siguiente, y con esto en mente subió a la azotea para que le diera el aire un rato. La música le distrajo mientras el pálido sol de aquel planeta se hundía en el horizonte, sumiendo la ciudad en una oscuridad extraña. Tardó un rato en comprender que fallaba en aquella escena, pues había visto el cielo nocturno en muy contadas ocasiones, pero al darse de cuenta de no había ni una sola estrella en el firmamento el muchacho esbozó una mueca de extrañeza. ¿Cómo era aquello posible? El hacker no tenía respuesta para aquella pregunta, pero aquella oscuridad tan inmensa empezó a marearle y decidió regresar al interior del torreón.
Se encontró a Rox en la sala de entrenamiento. La coreana, visiblemente molesta por la indigestión se distraía sacudiendo un muñeco de prácticas, por lo que en un principio el irrense decidió dejarla tranquila. Antes de poner un pie en la escalera, sin embargo, cambió de opinión e inició una conversación con ella informándola de su curioso descubrimiento astronómico, preguntándole si en la Tierra aquello era algo normal. No estaba seguro, pero quizá fuera capaz de animarla un poco antes de irse a dormir.
—Sería ilegal, ciertamente. —comentó a lo del taser con su mejor sonrisa de buen chico, cuidándose de no reflejar en su rostro que a él le habían ofrecido modificaciones similares en más de una ocasión. La potencia del ordenador de su prótesis, de hecho, sobrepasaba los estándares normales, y definir el uso que hacía del mismo como “ilegal” era quedarse corto.
Estaba claro que la mayor parte de sus compañeros no se sentía con ganas de seguir limpiando y preferían sentarse a descansar, algo que Milo no les reprochaba. Al irrense, sin embargo, no le gustaba dejar las cosas a medias, por lo que aprovechó una pausa en la conversación general para regresar a la planta de los dormitorios y acabar de barrer el pasillo. Centrado como estaba en su trabajo tardó un rato en percatarse del malestar que sacudió a casi todos sus compañeros, y fueron las arcadas de Hyung, que barría una planta más abajo, las que le alertaron.
—¿Qué te ocu… ? ¡Joder! —empezó a preguntar asomándose a las escaleras, cortándose a la mitad y soltando un taco cuando el coreano empezó a vomitar. El chico no debió oírle, pues salió corriendo hacia el patio sin mirar atrás, y el norteño, arrugando el hocico por el olor, regresó a sus quehaceres para terminarlos cuanto antes. Acabó en poco tiempo y aprovechó para terminar la planta del baño al ver que Hyung no estaba en condiciones, pero esquivó el charco de vómito, dejándole la tarea de limpiarlo al responsable.
Una vez libre, el hacker trató de ayudar a sus compañeros, pero no tardó mucho en deducir que no podía hacer nada por ellos. Parecía algún tipo de indigestión, pero Pam y él mismo no estaban afectados. Lo mejor era que descansaran y que trataran de averiguar qué ingrediente era el responsable al día siguiente, y con esto en mente subió a la azotea para que le diera el aire un rato. La música le distrajo mientras el pálido sol de aquel planeta se hundía en el horizonte, sumiendo la ciudad en una oscuridad extraña. Tardó un rato en comprender que fallaba en aquella escena, pues había visto el cielo nocturno en muy contadas ocasiones, pero al darse de cuenta de no había ni una sola estrella en el firmamento el muchacho esbozó una mueca de extrañeza. ¿Cómo era aquello posible? El hacker no tenía respuesta para aquella pregunta, pero aquella oscuridad tan inmensa empezó a marearle y decidió regresar al interior del torreón.
Se encontró a Rox en la sala de entrenamiento. La coreana, visiblemente molesta por la indigestión se distraía sacudiendo un muñeco de prácticas, por lo que en un principio el irrense decidió dejarla tranquila. Antes de poner un pie en la escalera, sin embargo, cambió de opinión e inició una conversación con ella informándola de su curioso descubrimiento astronómico, preguntándole si en la Tierra aquello era algo normal. No estaba seguro, pero quizá fuera capaz de animarla un poco antes de irse a dormir.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
11/01/16, 05:31 pm
Escuchó al resto desde la cocina, limpiando su plato y el de Eitne en silencio, atenta a las conversaciones. De vez en cuando se giraba para dedicarles una mirada curiosa, soltando "uooooh"s lo suficientemente alto cada vez que Rena contaba algo interesante. La idea de amputar el brazo, sin embargo, le producía escalofríos, y se preguntaba cuanto tardaban en acostumbrarse a la prótesis o si conectar los nervios era doloroso.
La idea de Zobriel captó su atención, dejando lo de limpiar en algo menor. Aún así, no iba a abandonar la tarea cuando estaban tan cerca de terminarla.
—¡Eso estaría genial! Sino, la curiosidad me come antes de dos días. Terminamos de barrer lo que nos queda y vamos. — ante la falta de gente que supiera usar armas por la pregunta de... ¿Pelusilla? Rox se encogió de hombros y se ofreció. Estaba cansada, pero al ser la primera noche dudaba que fuese a descansar de igual forma—. No sé si el taekwondo sirve contra un animal, pero al menos puedo ser uno de los que vigile. Pego un grito si veo algo.
Iba a cumplir su palabra, y así fue en un principio. Siguió barriendo con Milo hasta que un dolor, inicialmente leve y cada vez más fuerte, le atacó en la boca del estómago. Trató de actuar con fuerza e ignorarlo, achacándolo a haber comido demasiadas cosas nuevas en un día y quitarle importancia, pero cuando el mareo le hizo difícil sujetar el palo de la escoba, tuvo que dejarle la tarea al irrense. Se disculpó y bajó al salón, resoplando y palpándose el estómago, encontrándose un panorama de gente en igual o peor estado que ella. Hubo overbooking en las letrinas, el dolor no parecía remitir, y el propio quejido de los demás le mellaba el ánimo. Cuando empezaba a sentirse mejor, Hyung dejó su marca personal en el torreón.
El olor a vómito hizo que cualquier mejora se fuese al traste, así como su humor. Si tenía que volver a verle vomitar, se sacaría los ojos y la pituitaria amarilla con la cimitarra. Apenas aguantó en el salón un rato más, así que pasó el resto del tiempo en la última planta, esperando a que el dolor amainase del todo en una esquina de la habitación. Cuando este desapareció por completo y llegó la noche, se entretuvo pateando sin fuerzas uno de los muñecos que había en el suelo, dejando en manos de otro vigilar el torreón. Tenía el estómago vació de nuevo, pero cero ganas de comer; así como sueño, pero era incapaz de pegar ojo. Podían ponerle pruebas físicas o de valor, que la coreana trataría de hacerlas lo mejor posible. Podían ponerla a solas contra tres rataspines, o incluso veinte y llevar todas las de perder, que al menos lo intentaría, pero... Si la ciudad luchaba contra ellos haciéndoles enfermar, Rox no podía hacer nada, lo cual le producía pavor.
Estaba tan inmersa en quejarse mentalmente y en los ruidos que producía el maniquí cada vez que lo pisaba, que no se percató en Milo hasta que este le habló.
Se esforzó en sonreír a pesar del cansancio, aunque fuese obvio que hasta eso le costaba. De todas formas, la noticia de que no hubiera estrellas la pilló por sorpresa. Explicó al irrense que en la Tierra había tanta contaminación que era normal que en algunas zonas las estrellas fueran casi en su totalidad, invisibles, pero que aún así al menos alguna se veía. Para relajarse terminó divagando a lo mucho que echaba de menos el cielo nocturno en Australia y la conversación se le hizo más amena, hablando con el irrense de algunas cosas que esperaba poder compartir con el grueso del grupo cuando estuvieran bien.
Cuanto este se fue a dormir, la medio australiana aprovechó su imposibilidad de dormir para subir a la azotea a pesar del frío que pudiera hacer por la noche. Se echó la parka encima y contempló el, tal y como había dicho el moreno, cielo sin estrellas de Rocavarancolia, sintiendo un vacío tremendo. Estuvo allí más tiempo del que esperaba, ya que cuando bajó gran parte de sus compañeros habían caído rendidos. Al igual que Rena, se echó en uno de los sillones y se acurrucó en este, usando la parka de Milo de manta habiendo perdido la esperanza de poder dormir. El sueño le llegó mucho más tarde, cuando los primeros rayos de sol teñían la oscuridad del salón. Le daban igual las voces de los más madrugadores, que a Rox no la despertarían ni con un terremoto.
La idea de Zobriel captó su atención, dejando lo de limpiar en algo menor. Aún así, no iba a abandonar la tarea cuando estaban tan cerca de terminarla.
—¡Eso estaría genial! Sino, la curiosidad me come antes de dos días. Terminamos de barrer lo que nos queda y vamos. — ante la falta de gente que supiera usar armas por la pregunta de... ¿Pelusilla? Rox se encogió de hombros y se ofreció. Estaba cansada, pero al ser la primera noche dudaba que fuese a descansar de igual forma—. No sé si el taekwondo sirve contra un animal, pero al menos puedo ser uno de los que vigile. Pego un grito si veo algo.
Iba a cumplir su palabra, y así fue en un principio. Siguió barriendo con Milo hasta que un dolor, inicialmente leve y cada vez más fuerte, le atacó en la boca del estómago. Trató de actuar con fuerza e ignorarlo, achacándolo a haber comido demasiadas cosas nuevas en un día y quitarle importancia, pero cuando el mareo le hizo difícil sujetar el palo de la escoba, tuvo que dejarle la tarea al irrense. Se disculpó y bajó al salón, resoplando y palpándose el estómago, encontrándose un panorama de gente en igual o peor estado que ella. Hubo overbooking en las letrinas, el dolor no parecía remitir, y el propio quejido de los demás le mellaba el ánimo. Cuando empezaba a sentirse mejor, Hyung dejó su marca personal en el torreón.
El olor a vómito hizo que cualquier mejora se fuese al traste, así como su humor. Si tenía que volver a verle vomitar, se sacaría los ojos y la pituitaria amarilla con la cimitarra. Apenas aguantó en el salón un rato más, así que pasó el resto del tiempo en la última planta, esperando a que el dolor amainase del todo en una esquina de la habitación. Cuando este desapareció por completo y llegó la noche, se entretuvo pateando sin fuerzas uno de los muñecos que había en el suelo, dejando en manos de otro vigilar el torreón. Tenía el estómago vació de nuevo, pero cero ganas de comer; así como sueño, pero era incapaz de pegar ojo. Podían ponerle pruebas físicas o de valor, que la coreana trataría de hacerlas lo mejor posible. Podían ponerla a solas contra tres rataspines, o incluso veinte y llevar todas las de perder, que al menos lo intentaría, pero... Si la ciudad luchaba contra ellos haciéndoles enfermar, Rox no podía hacer nada, lo cual le producía pavor.
Estaba tan inmersa en quejarse mentalmente y en los ruidos que producía el maniquí cada vez que lo pisaba, que no se percató en Milo hasta que este le habló.
Se esforzó en sonreír a pesar del cansancio, aunque fuese obvio que hasta eso le costaba. De todas formas, la noticia de que no hubiera estrellas la pilló por sorpresa. Explicó al irrense que en la Tierra había tanta contaminación que era normal que en algunas zonas las estrellas fueran casi en su totalidad, invisibles, pero que aún así al menos alguna se veía. Para relajarse terminó divagando a lo mucho que echaba de menos el cielo nocturno en Australia y la conversación se le hizo más amena, hablando con el irrense de algunas cosas que esperaba poder compartir con el grueso del grupo cuando estuvieran bien.
Cuanto este se fue a dormir, la medio australiana aprovechó su imposibilidad de dormir para subir a la azotea a pesar del frío que pudiera hacer por la noche. Se echó la parka encima y contempló el, tal y como había dicho el moreno, cielo sin estrellas de Rocavarancolia, sintiendo un vacío tremendo. Estuvo allí más tiempo del que esperaba, ya que cuando bajó gran parte de sus compañeros habían caído rendidos. Al igual que Rena, se echó en uno de los sillones y se acurrucó en este, usando la parka de Milo de manta habiendo perdido la esperanza de poder dormir. El sueño le llegó mucho más tarde, cuando los primeros rayos de sol teñían la oscuridad del salón. Le daban igual las voces de los más madrugadores, que a Rox no la despertarían ni con un terremoto.
- ♪♫♬:
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.