Torreón Letargo (Archivo VI)
+16
Giniroryu
Zarket
Lobo_Negro
Hiss
Rocavarancolia Rol
Kanyum
Seth
Naeryan
Lathspell
Evanna
Kial
Manasard
Yber
Jikan11
Red
Muffie
20 participantes
- Kial
Ficha de cosechado
Nombre: Hyun-Su
Especie: Humano
Habilidades: memoria, habilidad mental (acertijos, adivinanzas),astucia.Personajes : Hyun-su: el medio coreano medio estadounidense, serio, callado, cobarde, enclenque y egoista impulsado por su miedo.
altura: 1,77m
peso: 67 kg (estilizado)
edad: 15 años
Heridas/enfermedades : -Cicatrices en: mano, pecho, hombro y mejilla.
-Cojera por herida a medio curar en gemelo.
Torreón Letargo (Archivo VI)
22/11/15, 09:34 pm
Recuerdo del primer mensaje :
La chica a la cual le había dado el martillo utilizó éste para arrancar, de uno de los edificios en ruinas, una puerta un tanto podrida y así utilizarla de escudo <<no era el uso que esperaba que le diera>>. Una vez tuvo la puerta le devolvió el martillo.
Milo inició la carga contra las bestias avanzando seguros y a un paso ligero. Una de las ratas tiró una primera espina causando el sobresalto de Hyung. Si podían disparar nada les paraba de acribillarles a todos ellos. Claramente les superaban las ratas en número. Hyung se asombró, sus compañeros seguían avanzando, no se esperaba semejante envalentonamiento. Los que se habían quedado detrás empezaron a lanzar huesos y piedras que cogían del suelo << ¿¡Pero que hacen!? ¿¡Quieren que nos disparen a nosotros!?>>. Hyung se aparto del grupo alarmado esperando una lluvia de espinas hacia ellos. La mirada hacia él de una de las ratas al apartarse un poco le provoco un sobresalto. Sin embargo poco le importó a la bestia Hyung pues se giró de nuevo hacia los que se dirigían a las cestas. La estrategia de distracción había hecho poco pues todos ellos seguían sin haber recibido un disparó y las ratas se centraban en Milo, Rox y Rena. Finalmente llegaron y empezaron a agarrar las cestas, Rox perdió una debido a una espina que quedó cerca de darle en la mano. Consiguieron cinco y tiraron el resto distrayendo a unas cuantas ratas.
Tocaba huir, Los niños empezaron a correr Hyung aceleró << ¡no puedo quedarme atrás!>>. Hyung fue todo lo rápido que pudo dejando atrás a los demás. Frenó una vez una vez oyó el grito eufórico de Rox; estaban a salvo. La celebración de la victoria de Rox le provoco una risa tímida y bajita a Hyung. Era contagiosa su felicidad y por muy poco que hubiera hecho Hyung él también consideraba eso su victoria. El grupo se tomo un rato para recuperar el aliento y decidirse en que iban a hacer ahora. La atención de varios se dirigió a una especie de torre no muy lejos de allí. Finalmente se decidieron por avanzar hacía ésta para verla mejor.
Llegaron a la torre fácilmente. Menos mal no tuvieron problemas al continuar su camino hacia ésta. Hyung se paró ante ella y echó un vistazo largo. Aquel edificio de gran tamaño debía de tener un total de al menos tres plantas de bastante altura. Se encontraba rodeado de una franja de tierra y cubierto de enredaderas escondiendo lo que parecía la puerta, identificada como tal debido a que ésta daba a un puente levadizo que conectaba el torreón con la calle.
-Eso debe de ser la puerta. Aunque no estoy muy seguro.- dijo en un tono bajo. - Si queréis entrar ir vosotros primeros, pero tener en cuenta que allí podría haber cualquier cosa.
La chica a la cual le había dado el martillo utilizó éste para arrancar, de uno de los edificios en ruinas, una puerta un tanto podrida y así utilizarla de escudo <<no era el uso que esperaba que le diera>>. Una vez tuvo la puerta le devolvió el martillo.
Milo inició la carga contra las bestias avanzando seguros y a un paso ligero. Una de las ratas tiró una primera espina causando el sobresalto de Hyung. Si podían disparar nada les paraba de acribillarles a todos ellos. Claramente les superaban las ratas en número. Hyung se asombró, sus compañeros seguían avanzando, no se esperaba semejante envalentonamiento. Los que se habían quedado detrás empezaron a lanzar huesos y piedras que cogían del suelo << ¿¡Pero que hacen!? ¿¡Quieren que nos disparen a nosotros!?>>. Hyung se aparto del grupo alarmado esperando una lluvia de espinas hacia ellos. La mirada hacia él de una de las ratas al apartarse un poco le provoco un sobresalto. Sin embargo poco le importó a la bestia Hyung pues se giró de nuevo hacia los que se dirigían a las cestas. La estrategia de distracción había hecho poco pues todos ellos seguían sin haber recibido un disparó y las ratas se centraban en Milo, Rox y Rena. Finalmente llegaron y empezaron a agarrar las cestas, Rox perdió una debido a una espina que quedó cerca de darle en la mano. Consiguieron cinco y tiraron el resto distrayendo a unas cuantas ratas.
Tocaba huir, Los niños empezaron a correr Hyung aceleró << ¡no puedo quedarme atrás!>>. Hyung fue todo lo rápido que pudo dejando atrás a los demás. Frenó una vez una vez oyó el grito eufórico de Rox; estaban a salvo. La celebración de la victoria de Rox le provoco una risa tímida y bajita a Hyung. Era contagiosa su felicidad y por muy poco que hubiera hecho Hyung él también consideraba eso su victoria. El grupo se tomo un rato para recuperar el aliento y decidirse en que iban a hacer ahora. La atención de varios se dirigió a una especie de torre no muy lejos de allí. Finalmente se decidieron por avanzar hacía ésta para verla mejor.
Llegaron a la torre fácilmente. Menos mal no tuvieron problemas al continuar su camino hacia ésta. Hyung se paró ante ella y echó un vistazo largo. Aquel edificio de gran tamaño debía de tener un total de al menos tres plantas de bastante altura. Se encontraba rodeado de una franja de tierra y cubierto de enredaderas escondiendo lo que parecía la puerta, identificada como tal debido a que ésta daba a un puente levadizo que conectaba el torreón con la calle.
-Eso debe de ser la puerta. Aunque no estoy muy seguro.- dijo en un tono bajo. - Si queréis entrar ir vosotros primeros, pero tener en cuenta que allí podría haber cualquier cosa.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
01/12/15, 03:40 pm
Nime estaba tan entretenida espachurrando tubérculos que respondió a Eitne de forma ausente.
—No lo sé, huelen raro.
Algunos parecían pensar que era buena idea retomar aquel huerto medio muerto, pero Nime no tenía ni la menor idea de cuidar cosechas, y de hecho le parecía un trabajo aburrido, aun sin haberlo probado. «Si les hace ilusión…».
La libense no se enteró de la mitad de tareas de limpieza que estaban teniendo lugar del interior del torreón, pero pudo atar cabos al ver a la gente salir a por agua y a la enanita bajando con Rena la ropa de cama. Todos parecían tener mucho ánimo para colaborar en las tareas, y ella no sabía si podía ser de ayuda siquiera, aunque tampoco tenía muchas ganas de trabajar.
Fue el ofrecimiento de Pam a Eitne lo que la hizo deslizarse tras el daeliciano. Aunque no se lo habían dicho a ella, había encontrado una tarea fácil y que no le importaba hacer. Su motivación había sido ver qué clase de bichitos podía encontrar allí.
—¡Yo, yo quiero! Os ayudo. —Cogió una sábana y empezó a intentar extenderla solo logrando liarla un poco más. También la manchó de tierra con las manazas—. En mi mundo hay bichos muy bonitos. ¿Queréis verlos? —Dijo de pronto. Sin esperar respuesta comenzó a hurgar en el bolsillo en que guardaba un escarabajo y una cochinilla muertos.
—No lo sé, huelen raro.
Algunos parecían pensar que era buena idea retomar aquel huerto medio muerto, pero Nime no tenía ni la menor idea de cuidar cosechas, y de hecho le parecía un trabajo aburrido, aun sin haberlo probado. «Si les hace ilusión…».
La libense no se enteró de la mitad de tareas de limpieza que estaban teniendo lugar del interior del torreón, pero pudo atar cabos al ver a la gente salir a por agua y a la enanita bajando con Rena la ropa de cama. Todos parecían tener mucho ánimo para colaborar en las tareas, y ella no sabía si podía ser de ayuda siquiera, aunque tampoco tenía muchas ganas de trabajar.
Fue el ofrecimiento de Pam a Eitne lo que la hizo deslizarse tras el daeliciano. Aunque no se lo habían dicho a ella, había encontrado una tarea fácil y que no le importaba hacer. Su motivación había sido ver qué clase de bichitos podía encontrar allí.
—¡Yo, yo quiero! Os ayudo. —Cogió una sábana y empezó a intentar extenderla solo logrando liarla un poco más. También la manchó de tierra con las manazas—. En mi mundo hay bichos muy bonitos. ¿Queréis verlos? —Dijo de pronto. Sin esperar respuesta comenzó a hurgar en el bolsillo en que guardaba un escarabajo y una cochinilla muertos.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
03/12/15, 07:14 pm
Mientras los nuevos letarguinos exploraban el torreón y empezaban a plantear algunas tareas, Milo encendió su ordenador para comprobar de nuevo si de verdad había dejado de entender su idioma. La prueba no salió bien, como esperaba, pero saberlo de antemano no le alivió en absoluto, y cuando regresó a la realidad tenía el ceño ligeramente fruncido. No tardó en relajar su expresión, sin embargo, pues en cuanto recordó que tenía hambre esbozó una amplia sonrisa y se puso a hurgar en las cestas. Tras una breve búsqueda el chico dio con unos bollos irrenses, y se llevó una a la boca antes de guardarse otro en un bolsillo.
—¿Humpf? —masculló con la boca llena cuando Rox apareció por la puerta, casi atragantándose cuando le mostró el sable diciendo que era una escoba—. ¿De dónde has sacado esa chatarra? —logró preguntar entre risas cuando el ataque de tos remitió.
La coreana no tardó en explicarle que en el sótano había una sala repleta de armas arcaicas, dato que llamó poderosamente su atención, pero el irrense se abstuvo de volver a estar bajo tierra tan pronto. Hyung no tardó en aparecer para relevar a su compatriota con la escoba, y el norteño aprovechó la ocasión para anunciar lo que pensaba hacer.
—Tal vez haya otros utensilios de limpieza en las plantas superiores. Subiré a echar un vistazo y si encuentro algo empezaré a limpiar mientras desciendo —comentó, acabándose el aperitivo y enfilando las escaleras. Imaginaba que Rox le seguiría, pues la muchacha acababa de anunciar sus ganas de ver lo que había arriba, pero Milo no se quedó a esperar y subió los escalones de dos en dos.
Cuando llegó a la tercera planta se detuvo a evaluar la enorme estancia, agachándose a recoger una pieza de armadura herrumbrosa que examinó con ojo crítico.
—¿Para qué cuernos puede servir esto? Es un metal penoso... —murmuró para sí, volviéndola a dejar en el mismo sitio antes de enderezarse. Todo estaba lleno de mugre, nada que no se pudiera arreglar con un par de escobas y algo de agua, pero cuando se disponía a rebuscar por el lugar para dar con los huidizas fregonas una trampilla en el techo llamó su atención. El norteño, con cuidado, asió el cordón que colgaba de la misma e hizo descender las escaleras que daban a la azotea, esbozando una sonrisa de oreja a oreja cuando la atmósfera viciada del torreón empezó a renovarse.
—¿Como se verá la ciudad desde ahí arriba? —se preguntó, subiendo para averiguar por sí mismo la respuesta.
Al salir de la penumbra la luz lo cegó durante unos instantes, pero en cuanto su vista se acostumbró Milo estuvo a punto de perder el equilibrio debido a altura a la que se encontraba. Levemente mareado tuvo que apoyarse en una almena mientras la cabeza dejaba de darle vueltas, pero en cuanto se le pasó el acceso de vértigo no pudo evitar asombrarse con las impresionantes vistas.
—En los buenos tiempos este lugar debía de ser increíble. —comentó en voz alta, repasando con la mirada la enorme extensión de ruinas que le rodeaba. El aire que se respiraba en aquella ciudad estaba plagado de decadencia, pero aún se podían atisbar destellos de la gloria pasada de Rocavarancolia en alguno de aquellos edificios.
—¿Humpf? —masculló con la boca llena cuando Rox apareció por la puerta, casi atragantándose cuando le mostró el sable diciendo que era una escoba—. ¿De dónde has sacado esa chatarra? —logró preguntar entre risas cuando el ataque de tos remitió.
La coreana no tardó en explicarle que en el sótano había una sala repleta de armas arcaicas, dato que llamó poderosamente su atención, pero el irrense se abstuvo de volver a estar bajo tierra tan pronto. Hyung no tardó en aparecer para relevar a su compatriota con la escoba, y el norteño aprovechó la ocasión para anunciar lo que pensaba hacer.
—Tal vez haya otros utensilios de limpieza en las plantas superiores. Subiré a echar un vistazo y si encuentro algo empezaré a limpiar mientras desciendo —comentó, acabándose el aperitivo y enfilando las escaleras. Imaginaba que Rox le seguiría, pues la muchacha acababa de anunciar sus ganas de ver lo que había arriba, pero Milo no se quedó a esperar y subió los escalones de dos en dos.
Cuando llegó a la tercera planta se detuvo a evaluar la enorme estancia, agachándose a recoger una pieza de armadura herrumbrosa que examinó con ojo crítico.
—¿Para qué cuernos puede servir esto? Es un metal penoso... —murmuró para sí, volviéndola a dejar en el mismo sitio antes de enderezarse. Todo estaba lleno de mugre, nada que no se pudiera arreglar con un par de escobas y algo de agua, pero cuando se disponía a rebuscar por el lugar para dar con los huidizas fregonas una trampilla en el techo llamó su atención. El norteño, con cuidado, asió el cordón que colgaba de la misma e hizo descender las escaleras que daban a la azotea, esbozando una sonrisa de oreja a oreja cuando la atmósfera viciada del torreón empezó a renovarse.
—¿Como se verá la ciudad desde ahí arriba? —se preguntó, subiendo para averiguar por sí mismo la respuesta.
Al salir de la penumbra la luz lo cegó durante unos instantes, pero en cuanto su vista se acostumbró Milo estuvo a punto de perder el equilibrio debido a altura a la que se encontraba. Levemente mareado tuvo que apoyarse en una almena mientras la cabeza dejaba de darle vueltas, pero en cuanto se le pasó el acceso de vértigo no pudo evitar asombrarse con las impresionantes vistas.
—En los buenos tiempos este lugar debía de ser increíble. —comentó en voz alta, repasando con la mirada la enorme extensión de ruinas que le rodeaba. El aire que se respiraba en aquella ciudad estaba plagado de decadencia, pero aún se podían atisbar destellos de la gloria pasada de Rocavarancolia en alguno de aquellos edificios.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
04/12/15, 10:31 am
Un ataque de risa casi la atragantó a ella al ver la reacción de Milo, poniendo una cara de falsa ofenda cuando llamó chatarra a un arma tan chula.
—¿Qué pasa, que no barréis el polvo con esto en Irraria?—rió de nuevo, negando con la cabeza de forma irónica.
Poco a poco cada uno de sus compañeros encontraba algo que hacer, inspeccionaban el torreón y se repartían las tareas. A Rox no le molestó que Hyung le quitase la escoba, pensando que ya encontraría otra cosa que hacer: en un sitio tan sucio como aquel no era difícil, además, entendía que el coreano quisiera hacerse ver de utilidad después de sus pocas acciones anteriores. Ain bajó con una espada, lo cual hizo que la medio australiana tuviera cada ves más ganas de seguir explorando su nueva casa.
Ya estaba dispuesta a seguir a Milo plantas arriba cuando Adru requirió su atención, dejando que el irrense la adelantase.
—Ehm, las armas... —se rascó con insistencia la punta de la nariz. No quería que Adru estuviera abajo, en los calabozos, a oscuras y toqueteando armas. La combinación parecía tan peligrosa como dejar un botecito de ácido sulfúrico al alcance de sus manos—. ¡Será mejor que esperemos a tener luz para ir a por más armas! Hagamos una cosa, cuando hayamos ordenado todo, vamos juntos a buscar más, ¿vale? Con todo este polvo podrían eh...¡oxidarse y estropearse! O caérsele a alguien en un pie y hacerle mucho daño... Y si hay que cocinar solo vamos a entorpecer llenando esto de cosas, ¿verdad?
Miró a Ain, aprovechando la cercanía, en busca de apoyo con la mirada con una sonrisa que indicaba claramente "por favor, no me hagas darle un arma". Al verle manejar su iPod recordó que también llevaba el suyo encima, sacándolo del bolsillo para comprobar si se encendía. Ella había tenido más suerte que el otro humano, ya que no parecía pasarle nada raro al suyo.
—Te prometo que al terminar vamos. —Antes de que Adru tuviera tiempo de responder le dio varias palmaditas en la cabeza y subió, mirando hacia atrás por el rabillo del ojo para asegurarse de que no cogía la cimitarra.
No muy lejos empezó a escuchar a los que habían subido a organizar, así como la voz de Milo hablando solo. Echó un vistazo fugaz a los dormitorios y, mientras enrollaba y enchufada los cascos al iPod para guardarlo de forma ordenada, alcanzó al del brazo mecánico.
—¡Ey, espera! —le vio desaparecer por la trampilla, no tardando en subir después. El aire exterior le removió el pelo, y aunque hiciese algo de frío, toda la caminata y el haberse puesto en movimiento en el torreón le hicieron quitarse la parka que le había dado el moreno una vez estuvo arriba—. ¡Wow, menudo sitio!
Sujetó el abrigo con ambas manos, lanzando un vistazo rápido hasta que vio a Milo mareándose. Se acercó deprisa, con una mezcla de preocupación, curiosidad y diversión.
—Me da que tú aguantas poquito en mi mundo, eh... ¿Tienes vértigo? —rió. Hizo ademán de sujetarle, pero al ver que no tardaba en recomponerse Rox aprovechó para ver el paisaje. Considerando lo que había dicho, la ciudad debió de haber sido preciosa en su momento. Para romper hielo y evitar silencios incómodos, continuó hablando—. Ahora que lo pienso, creo que no te lo he dicho hasta ahora, pero gracias. Por el bollo, la parka y la parafernalia de coger las cestas.
Se estiró con una sonrisa, poniéndose de espalda a las almenas para, de un gesto rápido sentarse sobre una de ellas, colocándose la parka a modo de manta sobre el regazo. Movió las piernas de atrás adelante, mirando a ningún sitio en concreto de la ciudad.
—Se me hace extraño que vayamos a pasar aquí todo un año, y a la vez... Creo que me hace ilusión. —se removió el pelo de forma distraída, pensativa.— Debe de sonar raro, la mayoría están asustados y tenemos que ocuparnos de un montón de enanos, pero no puedo evitar sentir que me atrae este lugar.
—¿Qué pasa, que no barréis el polvo con esto en Irraria?—rió de nuevo, negando con la cabeza de forma irónica.
Poco a poco cada uno de sus compañeros encontraba algo que hacer, inspeccionaban el torreón y se repartían las tareas. A Rox no le molestó que Hyung le quitase la escoba, pensando que ya encontraría otra cosa que hacer: en un sitio tan sucio como aquel no era difícil, además, entendía que el coreano quisiera hacerse ver de utilidad después de sus pocas acciones anteriores. Ain bajó con una espada, lo cual hizo que la medio australiana tuviera cada ves más ganas de seguir explorando su nueva casa.
Ya estaba dispuesta a seguir a Milo plantas arriba cuando Adru requirió su atención, dejando que el irrense la adelantase.
—Ehm, las armas... —se rascó con insistencia la punta de la nariz. No quería que Adru estuviera abajo, en los calabozos, a oscuras y toqueteando armas. La combinación parecía tan peligrosa como dejar un botecito de ácido sulfúrico al alcance de sus manos—. ¡Será mejor que esperemos a tener luz para ir a por más armas! Hagamos una cosa, cuando hayamos ordenado todo, vamos juntos a buscar más, ¿vale? Con todo este polvo podrían eh...¡oxidarse y estropearse! O caérsele a alguien en un pie y hacerle mucho daño... Y si hay que cocinar solo vamos a entorpecer llenando esto de cosas, ¿verdad?
Miró a Ain, aprovechando la cercanía, en busca de apoyo con la mirada con una sonrisa que indicaba claramente "por favor, no me hagas darle un arma". Al verle manejar su iPod recordó que también llevaba el suyo encima, sacándolo del bolsillo para comprobar si se encendía. Ella había tenido más suerte que el otro humano, ya que no parecía pasarle nada raro al suyo.
—Te prometo que al terminar vamos. —Antes de que Adru tuviera tiempo de responder le dio varias palmaditas en la cabeza y subió, mirando hacia atrás por el rabillo del ojo para asegurarse de que no cogía la cimitarra.
No muy lejos empezó a escuchar a los que habían subido a organizar, así como la voz de Milo hablando solo. Echó un vistazo fugaz a los dormitorios y, mientras enrollaba y enchufada los cascos al iPod para guardarlo de forma ordenada, alcanzó al del brazo mecánico.
—¡Ey, espera! —le vio desaparecer por la trampilla, no tardando en subir después. El aire exterior le removió el pelo, y aunque hiciese algo de frío, toda la caminata y el haberse puesto en movimiento en el torreón le hicieron quitarse la parka que le había dado el moreno una vez estuvo arriba—. ¡Wow, menudo sitio!
Sujetó el abrigo con ambas manos, lanzando un vistazo rápido hasta que vio a Milo mareándose. Se acercó deprisa, con una mezcla de preocupación, curiosidad y diversión.
—Me da que tú aguantas poquito en mi mundo, eh... ¿Tienes vértigo? —rió. Hizo ademán de sujetarle, pero al ver que no tardaba en recomponerse Rox aprovechó para ver el paisaje. Considerando lo que había dicho, la ciudad debió de haber sido preciosa en su momento. Para romper hielo y evitar silencios incómodos, continuó hablando—. Ahora que lo pienso, creo que no te lo he dicho hasta ahora, pero gracias. Por el bollo, la parka y la parafernalia de coger las cestas.
Se estiró con una sonrisa, poniéndose de espalda a las almenas para, de un gesto rápido sentarse sobre una de ellas, colocándose la parka a modo de manta sobre el regazo. Movió las piernas de atrás adelante, mirando a ningún sitio en concreto de la ciudad.
—Se me hace extraño que vayamos a pasar aquí todo un año, y a la vez... Creo que me hace ilusión. —se removió el pelo de forma distraída, pensativa.— Debe de sonar raro, la mayoría están asustados y tenemos que ocuparnos de un montón de enanos, pero no puedo evitar sentir que me atrae este lugar.
- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
04/12/15, 08:19 pm
El torreón se volvió un hervidero de actividad. Todos salían o entraban buscando algo que hacer, mientras Zobriel estaba en medio sin saber qué hacer. La sonrisa en su rostro mostraba un optimismo que se había congelado con la actividad y con el saber que al menos estaban seguros…relativamente.
Cuando Adru desvió su atención hacia las armas que menciono Rox, no pudo evitar que se le escapara una risita. La chica parecía no poder estar quieta, así que se levantó de un salto y se acercó a su compañero.
Cuando Adru desvió su atención hacia las armas que menciono Rox, no pudo evitar que se le escapara una risita. La chica parecía no poder estar quieta, así que se levantó de un salto y se acercó a su compañero.
- Déjame ayudarte en la cocina - le dijo dando un paso hacia el - no quiero quedarme sin hacer nada. Así podremos tener esto limpio más rápido y ninguno de nosotros comerá tierra.
La perspectiva de mantenerse en actividad lo hizo pensar en cómo podrían preparase comidas de tantos mundos diferentes. Había visto cómo se las apañaba su familia en las celebraciones allá en Nubla, incluso los había ayudado muchas veces, pero no llegaba a imaginar qué clase de alimentos les habían dado, o si todos comerían cosas parecidas. Además de que el fuego de la cocina siempre podría hacer aquel viejo torreón más confortable.
Sin embargo, Rox no llevo a Adru con las armas (algo que en su fuero interno Zobriel apoyaba), y subió a las plantas altas. Zob no sabía mucho de sus nuevos compañeros así que, a pesar de quizá condenarla a una tarea aburrida, se plantó muy firme y se dirigió a la muchacha, utilizando la palabra con la que Milo se refirió a ella.
Sin embargo, Rox no llevo a Adru con las armas (algo que en su fuero interno Zobriel apoyaba), y subió a las plantas altas. Zob no sabía mucho de sus nuevos compañeros así que, a pesar de quizá condenarla a una tarea aburrida, se plantó muy firme y se dirigió a la muchacha, utilizando la palabra con la que Milo se refirió a ella.
- Me pongo a lavar trastos, capitana - le dijo esperando no quedar en ridículo – las lenguas de bebe no se cocinaran solas!!
Era totalmente consiente que no estaba en su mundo natal, pero el destino en esa ciudad dependía de ellos mismos. Y por lo menos aquel día el hambre no lucharía en su contra.
- Los elegidos nos merecemos una buena comida de bienvenida.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
05/12/15, 04:22 pm
-Pelusa me gusta, es gracioso. Bajo también los colchones para sacudirlos, ¿vale?- dijo Rena, dejando a los enanos con sus tareas.
Al pasar por el salon vió a Ain echado en uno de los sofás tan ricamente y frunció el ceño. Le dió una patada al sofá, no lo suficiente,ente fuerte para volcarlo pero sí para moverlo un poco y que el humano se diese por enterado.
-¡Mueve el culo palillo, que están los crios trabajando y tú ahí a la bartola! ¿No te da vergüenza?- bufó.
Arriba aprovechó para buscar algo de ropa para cambiarse. Hacía un calor horrible y con la actividad física iba a acabar con medio metro de lengua fuera de la boca. De hecho solo con cargar las sábanas y subir y bajar escaleras ya había empezado a asfixiarse. En uno de los cuartos encontró un baúl con ropa vieja y mal cuidada, pero que podría hacer el apaño. Cerró la puerta, vigilando que no hubiera nadie cerca. No era una persona pudorosa, pero no era lo mismo despelotarse delante de sus amigos y familiares que de completos desconocidos. Se quedó con el vaquero corto y se puso un blusón gris ancho de mangas largas que pudo remangarse.
Solo había dos dormitorios, por suerte. Solo tuvo que apilar los colchones e irlos lanzando escaleras abajo, gritando para avisar a los de abajo y evitar accidentes estúpidos. Luego los sacó al patio para sacudirlos.
-¡Adru!- llamó, sujetando un colchón frente a ella- ¡Ataca! ¡Dale fuerte!
Al pasar por el salon vió a Ain echado en uno de los sofás tan ricamente y frunció el ceño. Le dió una patada al sofá, no lo suficiente,ente fuerte para volcarlo pero sí para moverlo un poco y que el humano se diese por enterado.
-¡Mueve el culo palillo, que están los crios trabajando y tú ahí a la bartola! ¿No te da vergüenza?- bufó.
Arriba aprovechó para buscar algo de ropa para cambiarse. Hacía un calor horrible y con la actividad física iba a acabar con medio metro de lengua fuera de la boca. De hecho solo con cargar las sábanas y subir y bajar escaleras ya había empezado a asfixiarse. En uno de los cuartos encontró un baúl con ropa vieja y mal cuidada, pero que podría hacer el apaño. Cerró la puerta, vigilando que no hubiera nadie cerca. No era una persona pudorosa, pero no era lo mismo despelotarse delante de sus amigos y familiares que de completos desconocidos. Se quedó con el vaquero corto y se puso un blusón gris ancho de mangas largas que pudo remangarse.
Solo había dos dormitorios, por suerte. Solo tuvo que apilar los colchones e irlos lanzando escaleras abajo, gritando para avisar a los de abajo y evitar accidentes estúpidos. Luego los sacó al patio para sacudirlos.
-¡Adru!- llamó, sujetando un colchón frente a ella- ¡Ataca! ¡Dale fuerte!
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
08/12/15, 06:22 pm
Las energías exorbitantes de Nime podrían tener una perfecta batalla con las de Adru, a juzgar por como rápidamente se intereso en ayudar con lo de los insectos incluso cuando no le había dicho nada. Pam observo curiosidad los bichitos que mostró, viendo que ni siquiera era suficiente par aun bocado.
-Así que llevabas un aperitivo para el camino -respondió la mona del queso cuya base alimenticia, aunque no era insectos en si, si estaban incluidos en su dieta- No te comas los que encuentres, por si tienen veneno -advirtió a la niña antes de que se pusiera a limpiar las sabanas, sin tener idea de por que alguien llevaría bichos en sus bolsillos sino era para comérselos en otro momento.
Ante la forma de llamarle de Rena, Pam levanto la vista, un poco satisfecha de que la irrense hubiese cogido su apodo en vez de su nombre para llamarla. Hacía mucho tiempo que nadie le llamaba Pelusa aparte de si misma. De acuerdo con ella con lo de los colchones y ya con algunas sabanas limpias, Pam se adentro momentáneamente en el interior en busca de algo donde colgar la ropa mojada para que se secara mas rápido, llegando a ver la pequeña bronca de Rena al mono de la cicatriz. <<¿En serio esta tumbado mientras el resto trabaja? Otro inútil>> ya era el segundo que veía en un día y que fuesen ambos aparentemente del mismo estilo, solo indicaba que venia de un posición comodona, fuese cual fuese esta.
La mona del queso no pudo callarse.
-Sino trabajas no comes -aseguró Pam mirando al chico con crudeza y siendo concisa. A los flojos e inútiles no se les debía ni dirigir la mirada, un mono del queso debía aprender a cuidarse solo, que bastante tenía cargando con sus propias cruces como para tener que ir lidiando con la tarea de los demás. Y aunque fuese una especie de mono del queso rara, el concepto era el mismo. Todo el mundo trabaja dentro de sus posibilidades- Así que has algo, lo que sea mientras no sea el vago - dijo la niña alejando del humano para volver a salir, maldiciendo en su interior la estupidez y decidiendo que mejor seria no entrar para no fastidiarse viendo a mas gente haciendo nada, usando finalmente las estacas de la estatua como un tendedero improvisado.
Observando de reojo curiosa lo que hacia Rena con los colchones. <<Realmente tiene mucha fuerza, eso va a sernos muy útil. ¿Milo sera así también?>> pensó la niña del queso distraída, pues admiraba ese tipo de fuerza física como una cualidad útil par la supervivencia.
-Así que llevabas un aperitivo para el camino -respondió la mona del queso cuya base alimenticia, aunque no era insectos en si, si estaban incluidos en su dieta- No te comas los que encuentres, por si tienen veneno -advirtió a la niña antes de que se pusiera a limpiar las sabanas, sin tener idea de por que alguien llevaría bichos en sus bolsillos sino era para comérselos en otro momento.
Ante la forma de llamarle de Rena, Pam levanto la vista, un poco satisfecha de que la irrense hubiese cogido su apodo en vez de su nombre para llamarla. Hacía mucho tiempo que nadie le llamaba Pelusa aparte de si misma. De acuerdo con ella con lo de los colchones y ya con algunas sabanas limpias, Pam se adentro momentáneamente en el interior en busca de algo donde colgar la ropa mojada para que se secara mas rápido, llegando a ver la pequeña bronca de Rena al mono de la cicatriz. <<¿En serio esta tumbado mientras el resto trabaja? Otro inútil>> ya era el segundo que veía en un día y que fuesen ambos aparentemente del mismo estilo, solo indicaba que venia de un posición comodona, fuese cual fuese esta.
La mona del queso no pudo callarse.
-Sino trabajas no comes -aseguró Pam mirando al chico con crudeza y siendo concisa. A los flojos e inútiles no se les debía ni dirigir la mirada, un mono del queso debía aprender a cuidarse solo, que bastante tenía cargando con sus propias cruces como para tener que ir lidiando con la tarea de los demás. Y aunque fuese una especie de mono del queso rara, el concepto era el mismo. Todo el mundo trabaja dentro de sus posibilidades- Así que has algo, lo que sea mientras no sea el vago - dijo la niña alejando del humano para volver a salir, maldiciendo en su interior la estupidez y decidiendo que mejor seria no entrar para no fastidiarse viendo a mas gente haciendo nada, usando finalmente las estacas de la estatua como un tendedero improvisado.
Observando de reojo curiosa lo que hacia Rena con los colchones. <<Realmente tiene mucha fuerza, eso va a sernos muy útil. ¿Milo sera así también?>> pensó la niña del queso distraída, pues admiraba ese tipo de fuerza física como una cualidad útil par la supervivencia.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
10/12/15, 08:51 pm
Atendió pensativa a la respuesta que le dio Rox. ¿Más luz? ¿Tan oscuro estaba allí abajo que hacía falta? La subsiguiente explicación la convenció, no obstante.
—¡Claro, lo más importante es comer! Yo ayudo a limpiar el polvo, a veces lo hacía en mi casa. La cocina dejádsela a Neil, ya veréis lo rico que le sale todo —informó con una sonrisa.
Acogió las palmaditas en la cabeza con una expresión inquisitiva y después hizo un gesto de conformidad ante la promesa del humano. Se aseguraría de que más tarde le enseñaría donde estaban las armas.
De pronto había mucho que hacer y la sinhadre no sabía muy bien por dónde empezar. Nime sacó unos insectos del bolsillo que distrajeron su atención momentáneamente de cualquier otra cosa.
—¡Hala, como molan! Pero están muertos, a mí me gusta cazarlos vivos y después soltarlos. No estoy segura del todo de qué comen y por eso no me los quedo; a lo mejor no los estaría alimentando bien…
Aquello le hizo pensar en el lagarto que probablemente ya no volvería a ser capaz de encontrar, pero el desánimo le duró lo justo, hasta que Zobriel le informó de la situación y le recordó que tenía cosas que hacer.
>>¡Entendido, te asigno la tarea de ser el ayudante de cocina de Neil!
Habiéndose ofrecido el nublino, Adrune no intentaría ayudar a cocinar a su aurva, lo que probablemente supondría un enorme alivio para el chico. De todos modos tenía bastante más interés en lo que ahora estaban haciendo Rena, Nime y la diminuta que por fin había decidido presentarse.
—¡Tu nombre es muy guay! —Le confirmó después de la irrense—. Yo también quiero llamarte Pelusa, te pega más —asintió con convencimiento—. ¿Puedo sacudir yo ahora los colchones?
Por suerte para ella, Rena ya parecía haber pensado en la edeel para aquella tarea y una vez más volvieron a iluminársele los ojos cuando se le presentó aquella oportunidad de descargar parte de sus ilimitadas reservas de energía.
—¡A sus órdenes! —Exclamó justo antes de prepararse y coger una pequeña carrerilla.
Con energía, la sinhadre se estampó contra el colchón llenando el suelo del patio y a ella misma de polvo en el proceso. Después siguió sacudiéndolo a base de puñetazos mientras correteaba por todo su largo, tratando de no dejarse ningún rincón. Seguiría golpeando el colchón hasta que Rena le indicase lo contrario.
—¡Claro, lo más importante es comer! Yo ayudo a limpiar el polvo, a veces lo hacía en mi casa. La cocina dejádsela a Neil, ya veréis lo rico que le sale todo —informó con una sonrisa.
Acogió las palmaditas en la cabeza con una expresión inquisitiva y después hizo un gesto de conformidad ante la promesa del humano. Se aseguraría de que más tarde le enseñaría donde estaban las armas.
De pronto había mucho que hacer y la sinhadre no sabía muy bien por dónde empezar. Nime sacó unos insectos del bolsillo que distrajeron su atención momentáneamente de cualquier otra cosa.
—¡Hala, como molan! Pero están muertos, a mí me gusta cazarlos vivos y después soltarlos. No estoy segura del todo de qué comen y por eso no me los quedo; a lo mejor no los estaría alimentando bien…
Aquello le hizo pensar en el lagarto que probablemente ya no volvería a ser capaz de encontrar, pero el desánimo le duró lo justo, hasta que Zobriel le informó de la situación y le recordó que tenía cosas que hacer.
>>¡Entendido, te asigno la tarea de ser el ayudante de cocina de Neil!
Habiéndose ofrecido el nublino, Adrune no intentaría ayudar a cocinar a su aurva, lo que probablemente supondría un enorme alivio para el chico. De todos modos tenía bastante más interés en lo que ahora estaban haciendo Rena, Nime y la diminuta que por fin había decidido presentarse.
—¡Tu nombre es muy guay! —Le confirmó después de la irrense—. Yo también quiero llamarte Pelusa, te pega más —asintió con convencimiento—. ¿Puedo sacudir yo ahora los colchones?
Por suerte para ella, Rena ya parecía haber pensado en la edeel para aquella tarea y una vez más volvieron a iluminársele los ojos cuando se le presentó aquella oportunidad de descargar parte de sus ilimitadas reservas de energía.
—¡A sus órdenes! —Exclamó justo antes de prepararse y coger una pequeña carrerilla.
Con energía, la sinhadre se estampó contra el colchón llenando el suelo del patio y a ella misma de polvo en el proceso. Después siguió sacudiéndolo a base de puñetazos mientras correteaba por todo su largo, tratando de no dejarse ningún rincón. Seguiría golpeando el colchón hasta que Rena le indicase lo contrario.
- Manasard
Ficha de cosechado
Nombre: Ain
Especie: Humano
Habilidades: Nociones de Lucha, Planificación, Rapidez Mental
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
10/12/15, 09:32 pm
Había cerrado ya los ojos cuando noté un golpe en el sofá que casi me hizo caer al suelo me levanté de un brinco pensando que las ratas habían conseguido entrar en el edificio. Mire un segundo a mi alrededor y todo estaba como antes. Salvo por Rena, que parecía ser la culpable de mi sobresalto, que me recriminó el que estuviese tumbado -Ya hago algo...- en parte tenía razón así que estiré la espalda y salí al patio.
El que Rena fuese tan brusca no me molestó demasiado, sin embargo el comentario de Pam si que molestó más pero no sabía por qué. En el patio estaban limpiado las sabanas, algo que no me agradaba mucho. Estuve pensando un momento que hacer cuando oí un estrepito proveniente de las escaleras, cuando fui a ver encontré un colchón tirado en el suelo, y después un grito de Rena seguido de otro colchón que apareció por las escaleras. Ayudé a Rena a sacar los colchones y mientras esta incitaba a Adru a pelearse con uno de los colchones se me ocurrió una pequeña idea. Cogí uno de los colchones y lo coloqué apoyado en la estatua.
Empujé el colchón un par de veces para ver si aguantaba y viendo que parecía solido solté un puñetazo para ver si podría dar varios sin romperme la mano. El que había elegido estaba un poco duro, pero no más que el suelo de donde entrenaba. <<Ya que hay que limpiar, lo haré a mi modo y así aumento mis skils de lucha>> seguía empeñado en que ese mundo era como un videojuego, así que por primera vez tenía una razón de peso para ponerme en serio a entrenar.
Empecé despacio golpeando al colchón y una nube de polvo bastante grande salió de él haciéndome toser – ¿Cuánto tiempo llevará esto sin limpiar?- se me hacía bastante raro entrenar de forma “voluntaria” ya que siempre lo había hecho por presión de mi abuelo, ahora por lo menos tenía una razón de peso: Sobrevivir. Seguí un rato más con la paliza al colchón hasta que casi no salía polvo al golpearlo. Había intentado darle por todos los lados así que supuse que estaría suficientes condiciones para dormir en él. Volví al montón de colchones y cogí otro para iniciar de nuevo la paliza.
El que Rena fuese tan brusca no me molestó demasiado, sin embargo el comentario de Pam si que molestó más pero no sabía por qué. En el patio estaban limpiado las sabanas, algo que no me agradaba mucho. Estuve pensando un momento que hacer cuando oí un estrepito proveniente de las escaleras, cuando fui a ver encontré un colchón tirado en el suelo, y después un grito de Rena seguido de otro colchón que apareció por las escaleras. Ayudé a Rena a sacar los colchones y mientras esta incitaba a Adru a pelearse con uno de los colchones se me ocurrió una pequeña idea. Cogí uno de los colchones y lo coloqué apoyado en la estatua.
Empujé el colchón un par de veces para ver si aguantaba y viendo que parecía solido solté un puñetazo para ver si podría dar varios sin romperme la mano. El que había elegido estaba un poco duro, pero no más que el suelo de donde entrenaba. <<Ya que hay que limpiar, lo haré a mi modo y así aumento mis skils de lucha>> seguía empeñado en que ese mundo era como un videojuego, así que por primera vez tenía una razón de peso para ponerme en serio a entrenar.
Empecé despacio golpeando al colchón y una nube de polvo bastante grande salió de él haciéndome toser – ¿Cuánto tiempo llevará esto sin limpiar?- se me hacía bastante raro entrenar de forma “voluntaria” ya que siempre lo había hecho por presión de mi abuelo, ahora por lo menos tenía una razón de peso: Sobrevivir. Seguí un rato más con la paliza al colchón hasta que casi no salía polvo al golpearlo. Había intentado darle por todos los lados así que supuse que estaría suficientes condiciones para dormir en él. Volví al montón de colchones y cogí otro para iniciar de nuevo la paliza.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
12/12/15, 02:30 am
El no recibir contestación directa solo significó para Neil que nadie tenía ninguna preferencia y que podría decidir con libertad que cocinar. El sinhadre soltó un jadeo ahogado cuando Adru estuvo a punto de perder el cubo de agua en las profundidades del pozo y la reprendió con la mirada durante unos segundos antes de coger el cubo de agua y comenzar a arrastrarlo al interior.
- No, gracias, Adrune. Estoy seguro de que alguno de nuestros nuevos compañeros necesitará más tu ayuda- dijo algo nervioso intentando sonar despreocupado. Realmente, no podía salir nada bueno de que Adru quisiera cocinar.
Por suerte para él, la atención de su edeel fue captada por uno de sus compañeros que afirmaba haber encontrado armas. Neil prefirió concentrarse en su trabajo de limpiar cacharros. No quería pensar que algo tan peligroso como las armas podían estar al alcance de cualquiera, y mucho menos de su edeel.
El aurva había conseguido meter el cubo de agua en la cocina y se disponía a comenzar a lavar los platos cuando uno de sus nuevos compañeros, cuyo nombre no conocía, se acercó a él ofreciendo su ayuda para agilizar el trabajo. Neil le sonrió amablemente y le pasó un cucharón del montón de los cacharros sucios, aceptando su oferta.
La mente del sinhadre evitó en todo momento pensar en el hecho de que estaba ahí, en una ciudad desconocida, rodeado de gente extraña, lejos de sus padres y limpiando cacharros con la intención de cocinar después. Neil no quería pararse a pensar en que tanto sus acciones como las del resto del grupo indicaban que se estaban asentando, que realmente pretendían quedarse ahí más de unos cuantos días, que nadie confiaba en que volvieran a sus casas pronto. Neil reprimió el llanto y frotó con más fuerza la sartén que tenía entre sus manos.
- ¿Cómo te llamas?- le preguntó al chico con el que limpiaba-. Si te has presentando, no he oído tu nombre, lo siento. Yo me llamo Irenneil, pero todos me llaman Neil. Aunque supongo que ya lo debes saber- se presentó sonriendo, haciendo referencia a las muchas veces que Adru había gritado su nombre.
No tardaron mucho en terminar de limpiar, ya que había más bien pocos cacharros, y Neil comenzó a ojear las cestas y sacar las cosas que más le interesaban.
- No conozco la mayoría de estos ingredientes y así me será difícil cocinar algo bueno. ¿Podrías ayudarme? Si identificas algo dímelo, por favor. Sino creo que tendremos que hacer una cata o experimentar o arriesgarnos- dijo sin dejar de sacar alimentos de las cestas-. Jooo… no hay muchas cosas con las que hacer dulces- se quejó molesto.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
12/12/15, 07:30 pm
—¡No son aperitivos! —replicó Nime a Pam, ofendida—. Los guardé porque los colecciono, pero cada vez que mi hermano encuentra los que guardo me los tira y tengo que volver a empezar otra vez.
Le hizo sonreír que al menos Adru apreciase su modesta colección, aunque no entendió del todo su razonamiento.
—Qué rara eres —le respondió sin embargo, divertida.
Pronto volvió a guardarse los bichos en el bolsillo y siguió con el trabajo. En algún momento había perdido de vista a Eitne, pero tener una tarea entre manos la despistó lo suficiente como para no ser del todo consciente. Se peleó con las sábanas y se las pasó a Pam, siempre decepcionada porque no encontraba tantos bichos como había supuesto. Aparecieron un par de arañas, y ambas eran tan rápidas que se perdieron enseguida en el suelo del patio.
Llegó un momento en que se dio cuenta de que el trabajo de sacudir colchones era mucho más divertido que el que estaba haciendo ella misma, y se le iban los ojos hacia los que estaban a ello. Al final se quedó parada con una sábana entre las manos.
—¿Puedo sacudir un colchón? ¿Porfa?
Le hizo sonreír que al menos Adru apreciase su modesta colección, aunque no entendió del todo su razonamiento.
—Qué rara eres —le respondió sin embargo, divertida.
Pronto volvió a guardarse los bichos en el bolsillo y siguió con el trabajo. En algún momento había perdido de vista a Eitne, pero tener una tarea entre manos la despistó lo suficiente como para no ser del todo consciente. Se peleó con las sábanas y se las pasó a Pam, siempre decepcionada porque no encontraba tantos bichos como había supuesto. Aparecieron un par de arañas, y ambas eran tan rápidas que se perdieron enseguida en el suelo del patio.
Llegó un momento en que se dio cuenta de que el trabajo de sacudir colchones era mucho más divertido que el que estaba haciendo ella misma, y se le iban los ojos hacia los que estaban a ello. Al final se quedó parada con una sábana entre las manos.
—¿Puedo sacudir un colchón? ¿Porfa?
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
13/12/15, 10:50 pm
-¡Ahí, con brío! ¡Dale fuerte!- animó Rena- Intenta no golpear siempre en el mismo sitio, hay que sacudirlo por igual.
Cuando estuvo más o menos le dio la vuelta y dejó que la niña siguiese con su paliza hasta que estuvo limpio. El humano flojo salió al patio y se puso por su cuenta también a limpiar colchones, por lo que Rena le sonrió con aprobación, incluso se distrajo un poco por la forma de sus golpes. Parecía saber lo que hacía. << Luego tengo que preguntarle.>>
Nime se acercó al rato queriendo participar, por lo que la irrense le pidió a Adru que se apartase para dejar a la otra pelearse con el colchón.
-Vais por turnos, una cara cada una.
Entre los cuatro no tardaron mucho en terminar. Luego Rena pidió a las niñas que buscasen cepillos y cubos para ponerse con los suelos y llamó a Ain para que le ayudase a subir los colchones, olvidándose de su nombre completamente y apañándose con un ''comotellames'' Viendo los pisos que eran, echaba mucho de menos a ''Potito'' el robot de limpieza de su casa.
Cuando estuvo más o menos le dio la vuelta y dejó que la niña siguiese con su paliza hasta que estuvo limpio. El humano flojo salió al patio y se puso por su cuenta también a limpiar colchones, por lo que Rena le sonrió con aprobación, incluso se distrajo un poco por la forma de sus golpes. Parecía saber lo que hacía. << Luego tengo que preguntarle.>>
Nime se acercó al rato queriendo participar, por lo que la irrense le pidió a Adru que se apartase para dejar a la otra pelearse con el colchón.
-Vais por turnos, una cara cada una.
Entre los cuatro no tardaron mucho en terminar. Luego Rena pidió a las niñas que buscasen cepillos y cubos para ponerse con los suelos y llamó a Ain para que le ayudase a subir los colchones, olvidándose de su nombre completamente y apañándose con un ''comotellames'' Viendo los pisos que eran, echaba mucho de menos a ''Potito'' el robot de limpieza de su casa.
- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.
Personajes : Zobriel: Nublino transformado en Basilisco
Kyllikki: Humana cosechada.
Armas : Zobriel: Malicioso, Colmillo veneno, Cuchillada, Cola veneno
Kyllikki: Elataquedelasmilteoriascientificasypseudocientificasmasinutildetodoslostiempos
Status : Disponible para cualquier debate ilógico
Humor : Culpable de dibujar horrible y hacer chistes peores aun
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
17/12/15, 06:10 pm
- Perdón, mi nombre es Zobriel, pero muchos me dicen solo Zob. Encantado de estar aquí con vosotros. - le contesto sonriendo a Neil. Y así la limpieza de los trastes fue avanzando rápidamente y pronto llegaron al punto que Zob había temido.
La comida era bastante diversa, aparte de las manzanas había varias cosas muy reconocibles para Zob, entre ellas la carne (aunque no pensaba indagar de donde provenía), leche (¿de vacas rocavarancolesas?) y vegetales varios, así que la experimentación de productos no sería muy extensa, o eso esperaba el.
- Veo algunas cosas similares a las que teníamos en Nubla, aunque no imagino de donde vienen exactamente. - comento mientras tanteaba por la mesa dejando que Neil seleccionara las cosas que más le atraían. - Eso parece miel - dijo señalando un un pequeño recipiente - asi que tenemos un toque dulce en esta ciudad.
A pesar de la seguridad que los invadía en esos momentos seguía consiente de donde estaban, y le alegraba que tuvieran el patio a su disposición, después de todo extrañaría mucho el aire libre de su mudo al caer la noche.
- Tal vez podríamos hacer un pequ…¿esos son insectos? - Zobriel sabía que no todo sería…normal…pero se sobresaltó igualmente al encontrar aquello. Decidió dejarle las decisiones culinarias a Neil. Aunque no se imaginaba a nadie espolvoreando bichos sobre un puré de manzana, parecía que su compañero estaba mucho más confiado que el en la cocina.
- Espero que no quieras que probemos eso, ¿verdad Neil? - Le dijo mientras lo miraba. A pesar de que Adru lo había nombrado asistente, ni siquiera las ordenes de la capitana lo harían comerse eso, era claro lo que eran y allí se quedarían, a no ser que alguno de los demás los pidiera.- Por cierto, tu y ..emmm .. Adru ya se conocían desde antes ¿verdad? ¿Me contarías un poco del lugar de donde vienen? - dio un par de pasos lejos de aquellos bichos mientras cambiaba de tema. No era exactamente lo mejor que podía decir, y esperaba que Neil no lo tomara como imprudente, pero aun la comida le recordaba que ahora era parte de esa caótica ciudad.
La comida era bastante diversa, aparte de las manzanas había varias cosas muy reconocibles para Zob, entre ellas la carne (aunque no pensaba indagar de donde provenía), leche (¿de vacas rocavarancolesas?) y vegetales varios, así que la experimentación de productos no sería muy extensa, o eso esperaba el.
- Veo algunas cosas similares a las que teníamos en Nubla, aunque no imagino de donde vienen exactamente. - comento mientras tanteaba por la mesa dejando que Neil seleccionara las cosas que más le atraían. - Eso parece miel - dijo señalando un un pequeño recipiente - asi que tenemos un toque dulce en esta ciudad.
A pesar de la seguridad que los invadía en esos momentos seguía consiente de donde estaban, y le alegraba que tuvieran el patio a su disposición, después de todo extrañaría mucho el aire libre de su mudo al caer la noche.
- Tal vez podríamos hacer un pequ…¿esos son insectos? - Zobriel sabía que no todo sería…normal…pero se sobresaltó igualmente al encontrar aquello. Decidió dejarle las decisiones culinarias a Neil. Aunque no se imaginaba a nadie espolvoreando bichos sobre un puré de manzana, parecía que su compañero estaba mucho más confiado que el en la cocina.
- Espero que no quieras que probemos eso, ¿verdad Neil? - Le dijo mientras lo miraba. A pesar de que Adru lo había nombrado asistente, ni siquiera las ordenes de la capitana lo harían comerse eso, era claro lo que eran y allí se quedarían, a no ser que alguno de los demás los pidiera.- Por cierto, tu y ..emmm .. Adru ya se conocían desde antes ¿verdad? ¿Me contarías un poco del lugar de donde vienen? - dio un par de pasos lejos de aquellos bichos mientras cambiaba de tema. No era exactamente lo mejor que podía decir, y esperaba que Neil no lo tomara como imprudente, pero aun la comida le recordaba que ahora era parte de esa caótica ciudad.
El Odio es por mucho el placer mas duradero. El hombre Ama con prisas, pero llega a Odiar con mucha calma.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
18/12/15, 09:32 pm
Apenas si presto mayor atención a lo que hacían a su alrededor, por mas que la forma de limpiar colchones fuese bastante practica cada cual tenia sus tareas. Se sintió satisfecha al ver que mono del queso de la cicatriz colaboraba también en vez de estar tirado en el sofá como si fuese una babosa.
Terminando con la ropa de cama y ya solo teniendo que esperar que se secaran, dejo también para secar su poncho y delantal, llevandose el cuchillo consigo. Pam entró en el torreón escuchando la conversación sobre los alimentos de la cocina, despertando su interes. La niña se acercó a curiosear un poco las cestas, había mucha comida que no reconocía <<Hay frutas, verduras...¡oh ramitas y grillos! Ugh...también hay requeson>> a pesar de no mostrarlo se sintió aliviada de que hubiese comida apta para ella, que por mucho que se hubiese dicho de cazar alguno de los gusanos de la cicatriz, no era tarea fácil.
A pesar de saber que el niño cocinaría para el grupo, Pam escogió entre las ramitas, frutas y verduras para empezar a hacer su propio almuerzo. La mona del queso estaba acostumbrada a cocinar para ella misma por lo que alguien mas lo hiciera para ella, sin contar cuando estaba en la granja, era inaudito. El hecho de que hacer eso pudiera ser hiriente para el que cocinaba le daba igual, era la costumbre.
No hablo mucho mientras hacia la comida, no es que fuese especialmente habladora de serie de todos modos, y cuando al fin fue la hora de comer, se sentó en la mesa tras ponerla, silenciosa y con sus ojos puestos en la comida. Era consciente que la conversación sobre "¿ y ahora que hacemos?" se abriría entre el numeroso grupo cuando los estómagos de todos estuvieran llenos y calentitos. Tenían armas, comida diaria, refugio, bichejos extraños <<Un juego de supervivencia o de ganar puntos, faltaría la magia y no parece que la suerte este de nuestra parte para conseguirla rápido>> pensó la niña mientras comía. Lo mas temprano seria enterarse de quienes eran o de donde venían aquellos extraños monos del queso y el reptil, a pesar de ya haberse echo un pequeño esquema de quienes podían ser útil y quienes no, Pam no sabia mucho mas del resto. <<¿Como saca una información cuando no es sociable?>> ahí estaba el único problema para ella.
Quedaba solo que alguien mas abriera la conversación e ir tirando del hilo.
Terminando con la ropa de cama y ya solo teniendo que esperar que se secaran, dejo también para secar su poncho y delantal, llevandose el cuchillo consigo. Pam entró en el torreón escuchando la conversación sobre los alimentos de la cocina, despertando su interes. La niña se acercó a curiosear un poco las cestas, había mucha comida que no reconocía <<Hay frutas, verduras...¡oh ramitas y grillos! Ugh...también hay requeson>> a pesar de no mostrarlo se sintió aliviada de que hubiese comida apta para ella, que por mucho que se hubiese dicho de cazar alguno de los gusanos de la cicatriz, no era tarea fácil.
A pesar de saber que el niño cocinaría para el grupo, Pam escogió entre las ramitas, frutas y verduras para empezar a hacer su propio almuerzo. La mona del queso estaba acostumbrada a cocinar para ella misma por lo que alguien mas lo hiciera para ella, sin contar cuando estaba en la granja, era inaudito. El hecho de que hacer eso pudiera ser hiriente para el que cocinaba le daba igual, era la costumbre.
No hablo mucho mientras hacia la comida, no es que fuese especialmente habladora de serie de todos modos, y cuando al fin fue la hora de comer, se sentó en la mesa tras ponerla, silenciosa y con sus ojos puestos en la comida. Era consciente que la conversación sobre "¿ y ahora que hacemos?" se abriría entre el numeroso grupo cuando los estómagos de todos estuvieran llenos y calentitos. Tenían armas, comida diaria, refugio, bichejos extraños <<Un juego de supervivencia o de ganar puntos, faltaría la magia y no parece que la suerte este de nuestra parte para conseguirla rápido>> pensó la niña mientras comía. Lo mas temprano seria enterarse de quienes eran o de donde venían aquellos extraños monos del queso y el reptil, a pesar de ya haberse echo un pequeño esquema de quienes podían ser útil y quienes no, Pam no sabia mucho mas del resto. <<¿Como saca una información cuando no es sociable?>> ahí estaba el único problema para ella.
Quedaba solo que alguien mas abriera la conversación e ir tirando del hilo.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
20/12/15, 07:56 pm
El comentario de Rox, que le había seguido a través de la trampilla, encendió una chispa de curiosidad en la mente del irrense, pero aunque le tentaba la idea de bombardearla a preguntas se obligó a contenerse. Ya habría tiempo más adelante.
—La verdad es que no lo se, nunca he estado en un sitio tan alto —respondió, esbozando una sonrisa un tanto forzada sin soltarse aún de su asidero—. La superficie de Irraria es bastante cruda, por eso vivimos bajo tierra, y aunque los grandes edificios recorren varios niveles no se puede decir que asomarse a una de sus ventanas sea una experiencia extrema —rió con suavidad—. Eso si, alguien con claustrofobia lo pasaría fatal en mi mundo. —comentó, empezando a arañar la piedra de la almena con un dedo en un gesto inconsciente.
El agradecimiento de la coreana le pilló por sorpresa, pues le parecía fuera de lugar, y se apresuró a restarle importancia gesticulando con la mano libre.
—No hay porque darlas, de verdad —dijo con una media sonrisa—. Lo del bollo fue una tontería y parecía que necesitabas la parka más que yo, así que no hay nada que agradecer. Lo de la comida, sin embargo, fue trabajo en equipo, así que gracias a ti también. —concluyó, desviando la mirada hacia la ruinosa ciudad. No lo admitiría de buenas a primeras, pero prefería no observar como la humana se sentaba al borde del abismo y balanceaba las piernas de forma tan despreocupada. Le ponía nervioso.
Lo que dijo captó de nuevo su interés, sin embargo, y trató de entender su punto de vista. Podía comprender que estuviera ilusionada a pesar de todo, pues él mismo compartía la misteriosa atracción por aquella extraña ciudad, pero aún no sabían a qué clase de peligros iban a enfrentarse y eso le tenía bastante preocupado.
—No es tan raro —respondió tras unos segundos de silencio—, o al menos a mi no me lo parece —aclaró riendo, olvidándose poco a poco de que estaba varios metros por encima del nivel del suelo—. Pienso igual que tu, al menos a grandes rasgos, pero creo que si nos confiamos lo pasaremos mal… —auguró con gesto pensativo, observando la actividad de sus compañeros en el patio—. Deberíamos empezar a limpiar si no queremos que Rena nos linche, ¿no te parece? —añadió unos segundos después, esgrimiendo de nuevo su sonrisa habitual y encaminandose hacia la trampilla—. Creo que vi un par de escobas entre las armas de entrenamiento que había apoyadas en las paredes —informó antes de que su cabeza desapareciera bajo el suelo—. ¡Ten cuidado al bajar! —le advirtió al final alzando la voz, mordiéndose la lengua casi al instante antes de empezar a buscar los utensilios de limpieza.
No tardó en dar con lo que andaba buscando y le tendió una de las escobas a Rox cuando esta se le unió. Entre lo dos decidieron que lo mejor era reunir toda la mugre de la estancia en un montón frente a las escaleras para ir bajandolo de planta en planta, ya que no tenían un recogedor a mano, y una vez trazado el plan se pusieron a barrer con decisión. Habría resultado una tarea un tanto tediosa en otras circunstancias, pero por suerte para el irrense la humana era una buena conversadora y, mientras hablaban de temas intrascendentes, el trabajo se le hizo mucho más ameno de lo esperado.
—La verdad es que no lo se, nunca he estado en un sitio tan alto —respondió, esbozando una sonrisa un tanto forzada sin soltarse aún de su asidero—. La superficie de Irraria es bastante cruda, por eso vivimos bajo tierra, y aunque los grandes edificios recorren varios niveles no se puede decir que asomarse a una de sus ventanas sea una experiencia extrema —rió con suavidad—. Eso si, alguien con claustrofobia lo pasaría fatal en mi mundo. —comentó, empezando a arañar la piedra de la almena con un dedo en un gesto inconsciente.
El agradecimiento de la coreana le pilló por sorpresa, pues le parecía fuera de lugar, y se apresuró a restarle importancia gesticulando con la mano libre.
—No hay porque darlas, de verdad —dijo con una media sonrisa—. Lo del bollo fue una tontería y parecía que necesitabas la parka más que yo, así que no hay nada que agradecer. Lo de la comida, sin embargo, fue trabajo en equipo, así que gracias a ti también. —concluyó, desviando la mirada hacia la ruinosa ciudad. No lo admitiría de buenas a primeras, pero prefería no observar como la humana se sentaba al borde del abismo y balanceaba las piernas de forma tan despreocupada. Le ponía nervioso.
Lo que dijo captó de nuevo su interés, sin embargo, y trató de entender su punto de vista. Podía comprender que estuviera ilusionada a pesar de todo, pues él mismo compartía la misteriosa atracción por aquella extraña ciudad, pero aún no sabían a qué clase de peligros iban a enfrentarse y eso le tenía bastante preocupado.
—No es tan raro —respondió tras unos segundos de silencio—, o al menos a mi no me lo parece —aclaró riendo, olvidándose poco a poco de que estaba varios metros por encima del nivel del suelo—. Pienso igual que tu, al menos a grandes rasgos, pero creo que si nos confiamos lo pasaremos mal… —auguró con gesto pensativo, observando la actividad de sus compañeros en el patio—. Deberíamos empezar a limpiar si no queremos que Rena nos linche, ¿no te parece? —añadió unos segundos después, esgrimiendo de nuevo su sonrisa habitual y encaminandose hacia la trampilla—. Creo que vi un par de escobas entre las armas de entrenamiento que había apoyadas en las paredes —informó antes de que su cabeza desapareciera bajo el suelo—. ¡Ten cuidado al bajar! —le advirtió al final alzando la voz, mordiéndose la lengua casi al instante antes de empezar a buscar los utensilios de limpieza.
No tardó en dar con lo que andaba buscando y le tendió una de las escobas a Rox cuando esta se le unió. Entre lo dos decidieron que lo mejor era reunir toda la mugre de la estancia en un montón frente a las escaleras para ir bajandolo de planta en planta, ya que no tenían un recogedor a mano, y una vez trazado el plan se pusieron a barrer con decisión. Habría resultado una tarea un tanto tediosa en otras circunstancias, pero por suerte para el irrense la humana era una buena conversadora y, mientras hablaban de temas intrascendentes, el trabajo se le hizo mucho más ameno de lo esperado.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
20/12/15, 08:57 pm
Siguió con entusiasmo las instrucciones de Rena y cuando se tuvo que turnar con Nime se dedicó a corretear alrededor del colchón cuando no le tocaba, animando a la libense a que los sacudiese con energía. Lamentó cuando llegó la hora de cambiar de tarea, aunque no puso ninguna pega en ayudar con lo que les pidió la irrense, saludándola formalmente antes de echar a correr hacia el interior del torreón en busca de lo que había pedido. Uno de los cubos estaba en la cocina, por lo que lo recogió acercándose a su aurva y a Zobriel casi como si estuviese realizando alguna clase de representación humorística de una infiltración y si alguno de los chicos, o ambos, se giraba en su dirección tan solo les dedicaría una amplia sonrisa antes de echar a correr escaleras abajo, trastabillando con los escalones y no cayéndose de bruces contra el suelo debido a alguna suerte de milagro.
Era cierto que allí abajo estaba bastante oscuro y Adru recordó la promesa que le había hecho Rox.
—Aquí no deben de estar los cepillos o Rox los habría visto —razonó antes de volver a subir como una centella, dirigiéndose esta vez hacia la primera planta tras atravesar una vez más la cocina.
Dio con el baño abriendo la primera puerta que vio y localizó su objetivo: otro cubo y un par de cepillos en una esquina de la estancia. Se lanzó hacia los objetos con el brazo en el que no llevaba el cubo alzado y por enésima vez en el día se vio de pronto en el suelo tras rebotar hacia atrás. Su brazo había topado con una cuerda en la que ni siquiera se había fijado. La edeel no le quitó ojo mientras se levantaba del suelo ni mientras caminaba ahora hacia los utensilios de limpieza, inclinando su cuerpo al pasar bajo el cordel, a pesar de que estaba demasiado alto como para que lo alcanzase con la cabeza. A continuación recogió el otro cubo con ambos cepillos y salió como un torrente del baño, no sin antes girarse para sacarle la lengua al cordal.
Esperaría a Rena en el patio, con los cubos ya llenos de agua… O al menos uno de ellos, pues el segundo lo volcó al no fijarse donde lo apoyaba.
—Ups, el protocolo de limpieza se ha iniciado antes de lo previsto —dijo en tono cómico mientras se apresuraba a mojar el cepillo y comenzar a limpiar el patio. Sería un milagro si las cerdas de aquel cepillo sobrevivían al zafarrancho de limpieza si nadie le instaba a emplear menos fuerza.
Era cierto que allí abajo estaba bastante oscuro y Adru recordó la promesa que le había hecho Rox.
—Aquí no deben de estar los cepillos o Rox los habría visto —razonó antes de volver a subir como una centella, dirigiéndose esta vez hacia la primera planta tras atravesar una vez más la cocina.
Dio con el baño abriendo la primera puerta que vio y localizó su objetivo: otro cubo y un par de cepillos en una esquina de la estancia. Se lanzó hacia los objetos con el brazo en el que no llevaba el cubo alzado y por enésima vez en el día se vio de pronto en el suelo tras rebotar hacia atrás. Su brazo había topado con una cuerda en la que ni siquiera se había fijado. La edeel no le quitó ojo mientras se levantaba del suelo ni mientras caminaba ahora hacia los utensilios de limpieza, inclinando su cuerpo al pasar bajo el cordel, a pesar de que estaba demasiado alto como para que lo alcanzase con la cabeza. A continuación recogió el otro cubo con ambos cepillos y salió como un torrente del baño, no sin antes girarse para sacarle la lengua al cordal.
Esperaría a Rena en el patio, con los cubos ya llenos de agua… O al menos uno de ellos, pues el segundo lo volcó al no fijarse donde lo apoyaba.
—Ups, el protocolo de limpieza se ha iniciado antes de lo previsto —dijo en tono cómico mientras se apresuraba a mojar el cepillo y comenzar a limpiar el patio. Sería un milagro si las cerdas de aquel cepillo sobrevivían al zafarrancho de limpieza si nadie le instaba a emplear menos fuerza.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
21/12/15, 03:24 am
Nime soltó una risa traviesa entre dientes y se lanzó a por el primer colchón que al que le dejaron meter una paliza. Se lo tomó como un juego, porque era lo que más necesitaba en aquel momento. También intentó, a su manera, competir con Adru, aunque la diferencia entre sus fuerzas y alturas hacía evidente quién era más eficiente. No quedaba demasiado para sacudir cuando se unió a la tarea, así que su nuevo entretenimiento duró menos de lo que le habría gustado. La niña se había dado cuenta de que algunos colchones estaban más blandos que otros, pero solo tomó nota del dato para intentar agenciarse antes que nadie el más confortable que pudiese encontrar.
Cuando tocó buscar los bártulos para limpiar trató de revisar lugares diferentes que Adru para terminar más deprisa, pero no encontró nada. Su compañera era un torbellino y fue capaz de hacerse con lo que necesitaban demasiado deprisa. La libense se limitó entonces a unirse a ella, aunque con más bien pocas ganas.
Mientras fregaban suelos a Nime empezaron a dolerle las piernas de estar constantemente en la misma posición. Habían caminado y limpiado más que suficiente por un día, y empezaba a hartarse de todo aquello. Poco a poco fue logrando escaquearse de una buena cantidad de trabajo. La mayor parte de sus pensamientos estaba ocupada por los olores prometedores que provenían de la cocina. Su estómago le recordaba constantemente que habían pasado muchas horas agotadoras desde su última comida.
Por suerte para ella no tardaría en estar la mesa puesta y los comensales reuniéndose alrededor. Todavía no tenía claro qué se había cocinado, pero se sentía hasta capaz de comerse los platos por los que solía protestar en su casa. Miró alternativamente a la gente con la que iba a almorzar y, tras haber recordado su casa, sintió un ramalazo de añoranza. Añoranza que debía mantener a raya si quería ser digna de las heroínas de los cuentos.
—Yo quiero volver a salir a explorar, no seguir limpiando —dijo con un suspiro cuando por fin tomó asiento.
Cuando tocó buscar los bártulos para limpiar trató de revisar lugares diferentes que Adru para terminar más deprisa, pero no encontró nada. Su compañera era un torbellino y fue capaz de hacerse con lo que necesitaban demasiado deprisa. La libense se limitó entonces a unirse a ella, aunque con más bien pocas ganas.
Mientras fregaban suelos a Nime empezaron a dolerle las piernas de estar constantemente en la misma posición. Habían caminado y limpiado más que suficiente por un día, y empezaba a hartarse de todo aquello. Poco a poco fue logrando escaquearse de una buena cantidad de trabajo. La mayor parte de sus pensamientos estaba ocupada por los olores prometedores que provenían de la cocina. Su estómago le recordaba constantemente que habían pasado muchas horas agotadoras desde su última comida.
Por suerte para ella no tardaría en estar la mesa puesta y los comensales reuniéndose alrededor. Todavía no tenía claro qué se había cocinado, pero se sentía hasta capaz de comerse los platos por los que solía protestar en su casa. Miró alternativamente a la gente con la que iba a almorzar y, tras haber recordado su casa, sintió un ramalazo de añoranza. Añoranza que debía mantener a raya si quería ser digna de las heroínas de los cuentos.
—Yo quiero volver a salir a explorar, no seguir limpiando —dijo con un suspiro cuando por fin tomó asiento.
- Kial
Ficha de cosechado
Nombre: Hyun-Su
Especie: Humano
Habilidades: memoria, habilidad mental (acertijos, adivinanzas),astucia.Personajes : Hyun-su: el medio coreano medio estadounidense, serio, callado, cobarde, enclenque y egoista impulsado por su miedo.
altura: 1,77m
peso: 67 kg (estilizado)
edad: 15 años
Heridas/enfermedades : -Cicatrices en: mano, pecho, hombro y mejilla.
-Cojera por herida a medio curar en gemelo.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
22/12/15, 12:00 am
Hyung miró detenidamente el cuchillo que tanto le atrajo en principio. No podía subir y declararlo como suyo, parecería estúpido. Retrocedió todo lo avanzado por las escaleras de vuelta. Una vez abajo el coreano empezó a recorrer la habitación rebuscando algún sitio en el que esconder aquel cuchillo oxidado. Cuando la gente empezara a coger armas el sacaría el cuchillo. Miró al rededor, << podría clavarlo en alguno de los armarios>>, pero eso no sería esconderlo si no más bien llamar la atención. Al fijar su vista en uno de los cofres de armas se le ocurrió. Soltó su cuchillo en el suelo y empezó a cavar sacando toda arma dentro del baúl, una vez aligeró su contenido, lo agarró por el lado y levantó con dificultad. Sujetando en parte el baúl con la rodilla colocó el cuchillo. Se sentía estúpido haciendo lo que hacía pero aquel cuchillo, aún en tan malas condiciones, él creía que le valía la pena.
Subió de nuevo, ahora sí, para seguir con su oficio. <<¡Oh, mierda!>> Se dio cuenta que todo este tiempo se suponía que debía haber buscado un recogedor. Hizo memoria y se auto-convenció de que no vio ninguno, o al menos eso creía. Además bajar una vez más le daba vergüenza. Hyung se asomó al patio. El de la cicatriz, la hiperactiva, la niña pequeña y la chica del hocico se mantenían entretenidos pegándole a los colchones para quitarles la mugre.
-¿Donde pensáis dejarlos luego?- Preguntó Hyung, pensando en el piso como con el que dejaría de barrer.
Ain, que ahora dirigía un colchón al montón de los ya "limpios". Respondió:
-En el penúltimo piso, imagino- y recordando el porqué Hyung había bajado, continuó-Oye ¿Y has encontrado recogedor?- Realmente ni lo había buscado, pero no iba a responderle eso Hyung. Negó con la cabeza y añadió:
-No la he visto.- en su tono habitual. Se giró y volvió hacia el edificio dirigiéndose a las escaleras. Antes de llegar se asomó por la cocina, para ver a que se dedicaban.
-¿Qué pensáis preparar?- Dijo mirando los ingredientes. Una cantidad considerable le eran desconocidos.
Subió de nuevo, ahora sí, para seguir con su oficio. <<¡Oh, mierda!>> Se dio cuenta que todo este tiempo se suponía que debía haber buscado un recogedor. Hizo memoria y se auto-convenció de que no vio ninguno, o al menos eso creía. Además bajar una vez más le daba vergüenza. Hyung se asomó al patio. El de la cicatriz, la hiperactiva, la niña pequeña y la chica del hocico se mantenían entretenidos pegándole a los colchones para quitarles la mugre.
-¿Donde pensáis dejarlos luego?- Preguntó Hyung, pensando en el piso como con el que dejaría de barrer.
Ain, que ahora dirigía un colchón al montón de los ya "limpios". Respondió:
-En el penúltimo piso, imagino- y recordando el porqué Hyung había bajado, continuó-Oye ¿Y has encontrado recogedor?- Realmente ni lo había buscado, pero no iba a responderle eso Hyung. Negó con la cabeza y añadió:
-No la he visto.- en su tono habitual. Se giró y volvió hacia el edificio dirigiéndose a las escaleras. Antes de llegar se asomó por la cocina, para ver a que se dedicaban.
-¿Qué pensáis preparar?- Dijo mirando los ingredientes. Una cantidad considerable le eran desconocidos.
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