Torre Serpentaria
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Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Torre Serpentaria
02/08/11, 06:42 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Refugio para neotransformados de cinco plantas. La torre culmina en una cúpula. Está situada junto a la plaza de la fuente y su puerta protegida por un hechizo que solo pueden desactivar los inquilinos. En las plantas inferiores se encuentran las habitaciones, dos salas comunes con dos chimeneas centrales interconectadas y una cocina comedor. En la planta superior, bajo la cúpula, hay una sala de entrenamiento mágico que cuenta con medidas de seguridad para no dañar el edificio. A esta planta se accede mediante una runa de presión que abre una trampilla en el techo yy de la que descienden escaleras. La mayoría de los muebles están hechizados y a algunos les gusta gastar bromas.
Los pomos de las puertas de los cuartos ocupados se vuelven de color rojo y una placa con el nombre de la o las personas que lo ocupan aparece en medio de la puerta.
Los pomos de las puertas de los cuartos ocupados se vuelven de color rojo y una placa con el nombre de la o las personas que lo ocupan aparece en medio de la puerta.
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Re: Torre Serpentaria
06/02/19, 01:16 am
Twix se alegró de que Irianna aceptase su abrazo, y de que Samika y Eara parecieran perdonarla tan fácilmente. Así podía dedicarse a algo más productivo que sentir vergüenza y compadecerse: mostrarles a las chicas el arte de los smoothies.
Fueron a la cocina, donde se había quedado Kimbra. La saludó con una sonrisa como si no hubiese pasado nada y les fue explicando qué era un smoothie (básicamente un batido de frutas sobrevalorado pero no iba a decirles eso) y les preguntó sobre sus frutas favoritas. Eligió teniendo en cuenta que iba a usar umbra en lugar de leche para que el color fina fuese bonito, así quedó un batido espeso y suave de un brillante naranja que adornó con hojas de menta.
Primero atendió a la crónica de la merienda y lo que cada una quisiera contarle de sus progresos como forma de compensarles por la interrupción, luego las puso al día con la tienda y lo que llevaba de la colección para su debut. Era una buena oportunidad para preguntarles qué echaban de menos en materia de moda en la ciudad y lo que les gustaría ver, así podría tenerlo en cuenta para sus futuras colecciones. También aprovechó para quejarse del volumen de trabajo, la falta de profesionales para cosas tan básicas como instalar la fontanería y otras tantas cosas que la tenían harta. Al final, aun con el malentendido, fue una tarde agradable, y le dio a Twix algo con lo que trabajar sobre sí misma.
Fueron a la cocina, donde se había quedado Kimbra. La saludó con una sonrisa como si no hubiese pasado nada y les fue explicando qué era un smoothie (básicamente un batido de frutas sobrevalorado pero no iba a decirles eso) y les preguntó sobre sus frutas favoritas. Eligió teniendo en cuenta que iba a usar umbra en lugar de leche para que el color fina fuese bonito, así quedó un batido espeso y suave de un brillante naranja que adornó con hojas de menta.
Primero atendió a la crónica de la merienda y lo que cada una quisiera contarle de sus progresos como forma de compensarles por la interrupción, luego las puso al día con la tienda y lo que llevaba de la colección para su debut. Era una buena oportunidad para preguntarles qué echaban de menos en materia de moda en la ciudad y lo que les gustaría ver, así podría tenerlo en cuenta para sus futuras colecciones. También aprovechó para quejarse del volumen de trabajo, la falta de profesionales para cosas tan básicas como instalar la fontanería y otras tantas cosas que la tenían harta. Al final, aun con el malentendido, fue una tarde agradable, y le dio a Twix algo con lo que trabajar sobre sí misma.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torre Serpentaria
06/02/19, 02:52 am
- Temporalidad: el día del sueño común -
Eara y Ayne habían vuelto en silencio del Macetero. No importaba cuantas veces Eara se armase de valor para hablar de algo, al final no era capaz de abrir la boca. A su edeel no parecía importarle que no hubiese ningún tipo de conversación, y su expresión neutra la ponía nerviosa porque no sabía en qué estaba pensando. ¿Qué clase de reacción esperaba de ella? ¿Decía en serio que podían fingir que nada había pasado? La mejor forma de comprobarlo era hablarle de cualquier cosa, pero a Eara se le atragantaban las palabras.
Ya en Serpentaria, Ayne subió a la biblioteca y Eara se quedó sola con sus pensamientos. Pasó la tarde limpiando la habitación y cocinando algo para que sus amigos tuviesen la cena hecha al volver al refugio. Aunque había bajado a comer algo, Ayne seguía en la biblioteca cuando ya estaba bien entrada la noche. Eara ni siquiera podía seguirlo allí por sí misma, así que decidió prepararse syv artificial e irse a dormir. No llegó a hacerlo, porque mientras escogía las hierbas sintió cómo su cuerpo perdía fuerza y se desplomaba. Mientras su consciencia se iba, la imagen de una torre siniestra permanecía grabada en sus retinas.
-----
Lo mismo le había sucedido a Ayne, que estudiaba magia en la biblioteca con una bandeja llena de migas y un vaso medio vacío a su lado. Se desplomó sobre sus notas y, cuando despertó, no supo ni precisar cuánto tiempo había pasado. Sentía su cuerpo pesado y difícil de mover, pero se levantó. Posiblemente era demasiado tarde para encontrar a otros despiertos, si se había dormido sobre la mesa después de cenar, pero lo que le había sucedido con la torre le parecía demasiado extraño. Tenía la sesación de que algo iba mal y, aunque fuese lo más difícil para él en aquel momento, tenía que buscar a Eara y comprobar que todo estaba en orden.
La aurva no se encontraba en su habitación, pero no tardó en escuchar su voz en la primera planta. Mientras bajaba las escaleras la escuchó sollozar, y también distinguió la voz de Irianna. Se detuvo, inconscientemente, pero ellas ya se iban. Pasaron por delante de las escaleras sin verlo y salieron por la puerta del refugio. Cuando se dio cuenta, llevaba un rato allí de pie, apretando con fuerza el pasamanos. Se dio la vuelta y empezó a subir peldaños con lentitud.
«Pero algo va mal» tuvo que recordarse. No sabía por qué, pero estaba completamente seguro de ello, y aquella certeza le dio fuerzas para decidirse a ir tras ellas.
-----
Cuando Eara despertó, su corazón estaba acelerado. Se separó enseguida del frío del suelo y miró a su alrededor, esperando que algo terrible le hubiese pasado, pero seguía en la cocina de Serpentaria. Echó a andar hacia su habitación. Estaba vacía. Llamó a Ayne. Luego llamó a Irianna, a Twix, a Lanor, a Kirés. Se acercó a las puertas de sus habitaciones, pero nadie contestaba ni al otro lado ni en ningún lugar.
«Me han abandonado» fue el pensamiento intrusivo que la invadió. Negó con la cabeza, como si así pudiese espantarlo. Era absurdo pensarlo, pero estaba asustada. Había un silencio anómalo en Serpentaria, y cuando empezó a reparar en los detalles se dio cuenta de que faltaban cosas por todo el refugio. Su preocupación fue en aumento de tal manera que decidió abrir las puertas de los cuartos de sus amigos, donde antes no había obtenido respuesta, solo para encontrarlos completamente vacíos de sus pertenencias.
—¿Cómo es posible…? —empezó a murmurar cuando hubo revisado el último. Estaba tan confundida que solo era capaz de sentirse afectada por aquel abandono repentino. La percepción del tiempo se había difuminado para ella, y se veía en un futuro que había llegado mientras ella seguía con su día a día insulso. Nadie necesitaba a una aurva sin transformar en sus nuevas vidas. Mil preguntas se agolpaban en su cabeza: ¿qué iba a hacer? ¿debería haber vuelto a Sinhdro cuando tuvo la oportunidad? ¿incluso Ayne a había abandonado? ¿lo había hecho por cómo se había comportado con él? ¿cuándo había empezado todo aquello?
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Lo que Ayne se encontró al atravesar la puerta de Serpentaria era muy diferente de lo que habría esperado. Samika, Twix e Irianna lo miraban de forma inquisitiva, de pie al otro lado del umbral. Su aurva no estaba por ningún lado.
—¿Por qué no te disculpaste? —soltó Irianna a bocajarro. El anima apenas reaccionó debido a la sorpresa—. Mira lo que has conseguido.
—¿Qué? —farfulló, confuso—. ¿Qué es lo que he conseguido?
—¿De verdad no te enteras de nada, no? —dijo Twix con desdén.
Ayne frunció el ceño, comenzando a enfadarse por aquella emboscada, hasta que escuchó lo que tenían que decirle.
—Por tu culpa Eara se ha marchado. —Era Samika—. Se ha vuelto a Sinhdro. Lanor y Kirés la están acompañando al portal ahora mismo.
—¿Qué? —bramó. Comenzaba a notar palpitaciones en las sienes—. ¿Por qué nadie me ha dicho nada…? ¿Cómo…?
Trató de pasar entre las chicas, pero ellas se plantaron con firmeza en su camino.
—Es demasiado tarde, Ayne —dijo Irianna—. Ya han debido de borrarle la memoria. Para ella su edeel está muerto, y tú ya no te pareces a la persona que ella conocía antes de venir a Rocavarancolia.
—¿Pero qué estás diciendo? ¿En qué momento…? —Su mundo se vino abajo en un instante. Se hizo dolorosamente evidente lo hipócrita que había sido al ofrecerle a su aurva volver a Sinhdro. ¿Qué habría hecho si le hubiese dicho que quería volver? ¿Qué iba a hacer ahora? Ni siquiera se había despedido de él. ¿Había sido porque lo creía mejor así o porque le despreciaba?
—Haberlo pensando antes —escuchó decir a Twix. Todas le hablaban con desprecio, culpándolo de la decisión de Eara.
—Quizá aún no es tarde —dijo con un hilo de voz. Sacó fuerzas de donde pudo y se abrió paso entre las chicas de un empujón. Echó a correr por las calles en dirección a la explanada de los portales. Ninguna lo siguió, y eso se debía a que ya no era necesario retenerlo más tiempo. El anima se sentía enfermo hasta las entrañas. De dolor, culpa y odio hacia a sí mismo.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torre Serpentaria
12/02/19, 07:15 pm
La despertó aquella abrumadora sensación de que algo ominoso se acercaba. No le dio tiempo, no obstante, ni a echar un vistazo a lo que podía discernir entre la niebla que cubría su cuarto, porque su visión fue totalmente eclipsada por la aparición de aquella imagen de una torre cuya mera existencia transmitía malevolencia. Y tan repentinamente como había despertado volvió a caer inconsciente sobre la almohada.
No supo cuánto pasó hasta que abrió los ojos de nuevo. Le habían parecido un instante, pero el cuarto, antes tenuemente bañado en la luz del amanecer que se colaba por la ventana, ahora se hallaba sumido en la más absoluta oscuridad. No veía nada, y aquello le hizo ponerse alerta de inmediato porque significaba que su niebla había desaparecido. Se levantó de la cama y se llevó una mano al pecho al notar el ambiente opresivo y pesado que había sustituido a la bruma de su cuarto. Estaba aterrorizada y ni siquiera sabía muy bien por qué. ¿Qué estaba ocurriendo? No tenía una respuesta, pero de algún modo sabía que se trataba de algo muy malo.
Buscó a tientas sus zapatillas y trató de extender su niebla, sin éxito. No quedaba ni rastro de su dominio ni en la habitación ni en el interior de su cuerpo. ¿Cómo podía ser? Con una mano temblorosa conjuró una luz mágica. Aparentemente, a excepción de la ausencia de la niebla y de la anormal atmósfera, todo estaba en su sitio en el cuarto. Abrió la puerta del mismo cautelosamente con la intención de dirigirse de inmediato a la habitación de Kimbra. El pasillo de Serpentaria también se encontraba a oscuras y la idrina dio unos pasos hacia la dirección del cuarto de la demonio rakshasa sin dejar de mirar en todas direcciones. No podía llevarle más que unos segundos llegar hasta el cuarto contiguo al suyo… Pero no fue así. Caminó y caminó durante varios minutos y solo veía pared. La nebulomante sentía su creciente inquietud apoderándose de ella.
Aquello no tenía ningún sentido, pensó, y se detuvo. Tragó saliva y se mantuvo varios segundos a la espera hasta que finalmente reunió el valor de hablar en voz alta.
—¿Hay alguien? ¿Kimbra? ¿Eara?
Su voz resonó en el vacío y no hubo respuesta. Comenzaba a preguntarse si debería intentar atravesar el suelo volviéndose intangible cuando el eco de pasos subiendo escaleras llegaron a sus oídos. Giró su cabeza en la dirección del sonido y se dirigió hacia la fuente de este. Se encontraba totalmente desorientada, pero parecía que las escaleras debían hallarse en aquella dirección. Con la esperanza de encontrarse con alguno de los habitantes de la torre apretó el paso, ansiosa por librarse de aquella fulminante soledad.
Cuando el rostro que se dibujó con cada vez más nitidez al verse iluminado por su hechizo apareció ante ella, no obstante, deseó no haberlo hecho.
—Vaya, vaya, parece que sin tu molesta niebla ya no eres tan valiente.
El shock la paralizó en una mueca de horror y tratando de apartarse de aquella pesadilla. Pues para la lacustre no había ninguna otra forma de definir la presencia de Veril.
—¿Cómo…?
—¿…estoy aquí? —completó la frase por ella—. Creía que a estas alturas ya te habrías dado cuenta de que no ibas a poder librarte de mí.
Irianna negó violentamente con la cabeza.
—Tú no puedes estar aquí. Es imposible.
El otro idrino compuso una sonrisa que no podía definir de otra forma que repulsiva.
—Y sin embargo aquí estoy, Iri. ¿No te parece una señal? El destino no quiere separarnos.
La lacustre apretó los dientes.
—Cállate. Tú no puedes estar aquí. Sigo dormida, ¿verdad? Tiene que ser eso.
Veril bufó y adoptó una actitud burlona.
—Sigue diciéndotelo a ti misma. ¿Acaso te parece esto un sueño?
Irianna no respondió. Todo lo que estaba ocurriendo no tenía ningún sentido y aquella atmósfera opresiva y ominosa dejaba claro que algo malo ocurría. Y sin embargo, el idrino decía la verdad: no creía estar soñando. Incluso si en la ciudad había experimentado las pesadillas más vívidas que nunca podría haber imaginado, aquello era distinto. Ni siquiera sabía explicar por qué, pero lo era.
—Veo que empiezas a aceptar la realidad, Iri.
La idrina no esperó. Empujó a Veril y trató de correr escaleras abajo. Daba igual lo que estuviese ocurriendo, si soñaba o alucinaba, pero no pensaba dedicarle ni una sola palabra más a aquel fantasma de sus recuerdos. Perdió el equilibrio al soltársele una zapatilla en mitad de los escalones que bajaba apresuradamente. Se precipitó hacia abajo y su hechizo lumínico se desvaneció. No veía hacía donde iba a caer, pero antes de que pudiese tocar el suelo unos brazos la sujetaron.
—No puedes huir de mí. Y lo sabes.
Veril la había atrapado al vuelo y ahora la estrechaba entre sus repugnantes brazos. Irianna lo miró con odio y comenzó a forcejear.
—Suéltame, escoria. Ahora —escupió las palabras con odio mientras luchaba por deshacerse de él.
El idrino solo rio. Una risa fría y despiadada que le heló la sangre. De pronto hacía mucho frío.
—¿No eras más fuerte que yo, Iri? A lo mejor es que en realidad siempre quisiste dejarte atrapar por mí.
Sus palabras se clavaron en su piel fría como agujas de hielo. Irianna sintió un escalofrío de horror y rechazo, pero se negó a rendirse. Comenzó a forcejar con más ímpetu, buscando propinarle patadas o cabezazos al idrino.
—¡No! ¡No entiendo lo que está pasando, pero no pienso permitir que vuelvas a controlar mis actos! ¡Sal de mi cabeza!
Irianna gritaba cada vez más alto y emitía resoplidos y gruñidos sin dejar de tratar de deshacerse de él. Veril reía y reía cada vez más, disfrutando de la incapacidad de la nebulomante para deshacerse de él.
Y entonces el idrino la tiró al suelo con un placaje, sin dejar de sujetarla ni de sonreír con aquella mueca repulsiva. Su captor le liberó los brazos, pero Irianna comprobó con horror que era incapaz de levantarse del suelo. De pronto todo su cuerpo resultaba extremadamente pesado.
—Ya te he dicho que no podías huir de mí.
Veril se inclinó sobre ella, tocando el contorno de su camisón. La nebulomante se revolvió tratando de rodar por el suelo, sin éxito. Los hechizos sin componente gestual que sabía morían en sus labios al intentar pronunciarlos.
—Tendrías que haber aceptado. Yo te ofrecí la única forma de deshacerte de él y te negaste. Ingenua…
La voz de otro idrino resonó tras ella. Irianna alzó la mirada para ver por encima de su cabeza a su dueño: el extraño idrino que había aparecido en sus sueños en otras ocasiones. Su mente bloqueada encontró en aquella nueva aparición un resquicio de sentido al que aferrarse.
—¡Es una pesadilla! ¡Tiene que serlo! ¡Lárgate y llévate a esta aberración contigo!
—¿Aberración? Eso duele, Iri —rio Veril—. Pero, ¿a quién le estás hablando?
El otro idrino ya no estaba y la lacustre volvió a mirar a Veril con rabia.
—¡¡Desaparece de una vez por todas!!
El idrino la observó en silencio dedicándole una mirada que transmitía todo aquello que repudiaba de su presencia: burla, condescendencia, lujuria, egolatría…
—Lo lamento, Iri. Pero simplemente no va a ocurrir.
Irianna gritó y mientras lo hacía de pronto todo empezó a desvanecerse a su alrededor. Su grito continuaba, perdiéndose en un torbellino de imágenes difuminadas. Lo último que vio antes de despertarse fue la mirada azul de Veril.
Sigue en el Salón del trono.
No supo cuánto pasó hasta que abrió los ojos de nuevo. Le habían parecido un instante, pero el cuarto, antes tenuemente bañado en la luz del amanecer que se colaba por la ventana, ahora se hallaba sumido en la más absoluta oscuridad. No veía nada, y aquello le hizo ponerse alerta de inmediato porque significaba que su niebla había desaparecido. Se levantó de la cama y se llevó una mano al pecho al notar el ambiente opresivo y pesado que había sustituido a la bruma de su cuarto. Estaba aterrorizada y ni siquiera sabía muy bien por qué. ¿Qué estaba ocurriendo? No tenía una respuesta, pero de algún modo sabía que se trataba de algo muy malo.
Buscó a tientas sus zapatillas y trató de extender su niebla, sin éxito. No quedaba ni rastro de su dominio ni en la habitación ni en el interior de su cuerpo. ¿Cómo podía ser? Con una mano temblorosa conjuró una luz mágica. Aparentemente, a excepción de la ausencia de la niebla y de la anormal atmósfera, todo estaba en su sitio en el cuarto. Abrió la puerta del mismo cautelosamente con la intención de dirigirse de inmediato a la habitación de Kimbra. El pasillo de Serpentaria también se encontraba a oscuras y la idrina dio unos pasos hacia la dirección del cuarto de la demonio rakshasa sin dejar de mirar en todas direcciones. No podía llevarle más que unos segundos llegar hasta el cuarto contiguo al suyo… Pero no fue así. Caminó y caminó durante varios minutos y solo veía pared. La nebulomante sentía su creciente inquietud apoderándose de ella.
Aquello no tenía ningún sentido, pensó, y se detuvo. Tragó saliva y se mantuvo varios segundos a la espera hasta que finalmente reunió el valor de hablar en voz alta.
—¿Hay alguien? ¿Kimbra? ¿Eara?
Su voz resonó en el vacío y no hubo respuesta. Comenzaba a preguntarse si debería intentar atravesar el suelo volviéndose intangible cuando el eco de pasos subiendo escaleras llegaron a sus oídos. Giró su cabeza en la dirección del sonido y se dirigió hacia la fuente de este. Se encontraba totalmente desorientada, pero parecía que las escaleras debían hallarse en aquella dirección. Con la esperanza de encontrarse con alguno de los habitantes de la torre apretó el paso, ansiosa por librarse de aquella fulminante soledad.
Cuando el rostro que se dibujó con cada vez más nitidez al verse iluminado por su hechizo apareció ante ella, no obstante, deseó no haberlo hecho.
—Vaya, vaya, parece que sin tu molesta niebla ya no eres tan valiente.
El shock la paralizó en una mueca de horror y tratando de apartarse de aquella pesadilla. Pues para la lacustre no había ninguna otra forma de definir la presencia de Veril.
—¿Cómo…?
—¿…estoy aquí? —completó la frase por ella—. Creía que a estas alturas ya te habrías dado cuenta de que no ibas a poder librarte de mí.
Irianna negó violentamente con la cabeza.
—Tú no puedes estar aquí. Es imposible.
El otro idrino compuso una sonrisa que no podía definir de otra forma que repulsiva.
—Y sin embargo aquí estoy, Iri. ¿No te parece una señal? El destino no quiere separarnos.
La lacustre apretó los dientes.
—Cállate. Tú no puedes estar aquí. Sigo dormida, ¿verdad? Tiene que ser eso.
Veril bufó y adoptó una actitud burlona.
—Sigue diciéndotelo a ti misma. ¿Acaso te parece esto un sueño?
Irianna no respondió. Todo lo que estaba ocurriendo no tenía ningún sentido y aquella atmósfera opresiva y ominosa dejaba claro que algo malo ocurría. Y sin embargo, el idrino decía la verdad: no creía estar soñando. Incluso si en la ciudad había experimentado las pesadillas más vívidas que nunca podría haber imaginado, aquello era distinto. Ni siquiera sabía explicar por qué, pero lo era.
—Veo que empiezas a aceptar la realidad, Iri.
La idrina no esperó. Empujó a Veril y trató de correr escaleras abajo. Daba igual lo que estuviese ocurriendo, si soñaba o alucinaba, pero no pensaba dedicarle ni una sola palabra más a aquel fantasma de sus recuerdos. Perdió el equilibrio al soltársele una zapatilla en mitad de los escalones que bajaba apresuradamente. Se precipitó hacia abajo y su hechizo lumínico se desvaneció. No veía hacía donde iba a caer, pero antes de que pudiese tocar el suelo unos brazos la sujetaron.
—No puedes huir de mí. Y lo sabes.
Veril la había atrapado al vuelo y ahora la estrechaba entre sus repugnantes brazos. Irianna lo miró con odio y comenzó a forcejear.
—Suéltame, escoria. Ahora —escupió las palabras con odio mientras luchaba por deshacerse de él.
El idrino solo rio. Una risa fría y despiadada que le heló la sangre. De pronto hacía mucho frío.
—¿No eras más fuerte que yo, Iri? A lo mejor es que en realidad siempre quisiste dejarte atrapar por mí.
Sus palabras se clavaron en su piel fría como agujas de hielo. Irianna sintió un escalofrío de horror y rechazo, pero se negó a rendirse. Comenzó a forcejar con más ímpetu, buscando propinarle patadas o cabezazos al idrino.
—¡No! ¡No entiendo lo que está pasando, pero no pienso permitir que vuelvas a controlar mis actos! ¡Sal de mi cabeza!
Irianna gritaba cada vez más alto y emitía resoplidos y gruñidos sin dejar de tratar de deshacerse de él. Veril reía y reía cada vez más, disfrutando de la incapacidad de la nebulomante para deshacerse de él.
Y entonces el idrino la tiró al suelo con un placaje, sin dejar de sujetarla ni de sonreír con aquella mueca repulsiva. Su captor le liberó los brazos, pero Irianna comprobó con horror que era incapaz de levantarse del suelo. De pronto todo su cuerpo resultaba extremadamente pesado.
—Ya te he dicho que no podías huir de mí.
Veril se inclinó sobre ella, tocando el contorno de su camisón. La nebulomante se revolvió tratando de rodar por el suelo, sin éxito. Los hechizos sin componente gestual que sabía morían en sus labios al intentar pronunciarlos.
—Tendrías que haber aceptado. Yo te ofrecí la única forma de deshacerte de él y te negaste. Ingenua…
La voz de otro idrino resonó tras ella. Irianna alzó la mirada para ver por encima de su cabeza a su dueño: el extraño idrino que había aparecido en sus sueños en otras ocasiones. Su mente bloqueada encontró en aquella nueva aparición un resquicio de sentido al que aferrarse.
—¡Es una pesadilla! ¡Tiene que serlo! ¡Lárgate y llévate a esta aberración contigo!
—¿Aberración? Eso duele, Iri —rio Veril—. Pero, ¿a quién le estás hablando?
El otro idrino ya no estaba y la lacustre volvió a mirar a Veril con rabia.
—¡¡Desaparece de una vez por todas!!
El idrino la observó en silencio dedicándole una mirada que transmitía todo aquello que repudiaba de su presencia: burla, condescendencia, lujuria, egolatría…
—Lo lamento, Iri. Pero simplemente no va a ocurrir.
Irianna gritó y mientras lo hacía de pronto todo empezó a desvanecerse a su alrededor. Su grito continuaba, perdiéndose en un torbellino de imágenes difuminadas. Lo último que vio antes de despertarse fue la mirada azul de Veril.
Sigue en el Salón del trono.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Torre Serpentaria
06/03/19, 04:35 pm
La niña no pudo mas que parpadear ante el resuelto halago de Rox sobre su aspecto. Ese dia, el humano era curiosamente reconocible, mas aun de lo habitual si aquello era posible. Al niña no le había pasado desapercibido los animales que día tras día en ese tiempo, habían ido apareciendo tatuados sobre el brazo de este. Imagino que era parte misma de su entrenamiento con su trasformación, aunque también a sus ojos le aprecia una buena forma de reconocerle siempre que supiese quien erra originalmente el dueño de aquel brazo.
La transformación de Rox no dejaba de fascinarle e intrigarle de alguna manera. Era como tener un amigo con millones de cuerpos y caras en un solo espacio.
-Mm no creo que haya problemas en que te escojan ¿vas como dependiente o para ayudar con la construcción no? No sabes coser- dijo Pelusa sin vergüenza alguna en ser tan clara en admitir aquello- Con eso de que puedes cambiar tu aspecto y todo eso, puedes ser tan atractivo como quieras o tan fuerte como quieras, en ese sentido tienes mas versatilidad que yo ¿no? - indico la niña con toda simplicidad mientras ya veía el torreón de Serpentaria, no difícil de identificar ante la cúpula que la coronaba y de la que ya le habían hablado. Una biblioteca se encontraba allí dentro y Pelusa tenia especial curiosidad por ella.
Una vez frente al portón, vieron el cartelito en la entrada que pertenecía a a Dama Isis y dió la contraseña que ya había pedido de antemano, una vez dentro Pelusa, recorrió con la mirada el lugar.
-Ya pregunto yo por la habitación de Dama Isis-dijo pelusa sin mucho problema pues ya había medio notado que su compañero no interinaba demasiado con otra gente en la Sede aparte de ellos, así que en principio prefirió ahorrarle la problemática de hablar con un nuevo desconocido mas a la lista de desconocidos que ya les rodeaba a de serie. Eso si no podría ayudarle cuando tuviese que hablar con Dama Isis, aunque bueno imaginaba que eso ya lo sabia y estaría mas que preparado para eso.
Por suerte la persona que encontró no era del todo desconocida, pues tampoco es que ella fuese muy fan de tener largas conversaciones con desconocidos sino le aportaban nada. Solo la había visto una vez que recordase, el primer día que llegaron, aun así Pelusa se adelantó a preguntarle a Naeleth sobre la habitación de Dama Isis y una vez le dijo le agradeció con calma, mirando a Rox por un momento antes de subir las escaleras. Ya frente a la puerta llamó esperando ver a quien se encontrara tras aquella puerta, no sin sentir algo de curiosidad.
-¿Dama Isis? Venimos por el anuncio que puso en la Sede buscando empleados-dijo Pelusa una vez llamo para dar aviso de su llegada.
La transformación de Rox no dejaba de fascinarle e intrigarle de alguna manera. Era como tener un amigo con millones de cuerpos y caras en un solo espacio.
-Mm no creo que haya problemas en que te escojan ¿vas como dependiente o para ayudar con la construcción no? No sabes coser- dijo Pelusa sin vergüenza alguna en ser tan clara en admitir aquello- Con eso de que puedes cambiar tu aspecto y todo eso, puedes ser tan atractivo como quieras o tan fuerte como quieras, en ese sentido tienes mas versatilidad que yo ¿no? - indico la niña con toda simplicidad mientras ya veía el torreón de Serpentaria, no difícil de identificar ante la cúpula que la coronaba y de la que ya le habían hablado. Una biblioteca se encontraba allí dentro y Pelusa tenia especial curiosidad por ella.
Una vez frente al portón, vieron el cartelito en la entrada que pertenecía a a Dama Isis y dió la contraseña que ya había pedido de antemano, una vez dentro Pelusa, recorrió con la mirada el lugar.
-Ya pregunto yo por la habitación de Dama Isis-dijo pelusa sin mucho problema pues ya había medio notado que su compañero no interinaba demasiado con otra gente en la Sede aparte de ellos, así que en principio prefirió ahorrarle la problemática de hablar con un nuevo desconocido mas a la lista de desconocidos que ya les rodeaba a de serie. Eso si no podría ayudarle cuando tuviese que hablar con Dama Isis, aunque bueno imaginaba que eso ya lo sabia y estaría mas que preparado para eso.
Por suerte la persona que encontró no era del todo desconocida, pues tampoco es que ella fuese muy fan de tener largas conversaciones con desconocidos sino le aportaban nada. Solo la había visto una vez que recordase, el primer día que llegaron, aun así Pelusa se adelantó a preguntarle a Naeleth sobre la habitación de Dama Isis y una vez le dijo le agradeció con calma, mirando a Rox por un momento antes de subir las escaleras. Ya frente a la puerta llamó esperando ver a quien se encontrara tras aquella puerta, no sin sentir algo de curiosidad.
-¿Dama Isis? Venimos por el anuncio que puso en la Sede buscando empleados-dijo Pelusa una vez llamo para dar aviso de su llegada.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Torre Serpentaria
10/03/19, 01:51 am
Rox pudo notar el rubor subir a sus mejillas cuando Pam recitó aquello que podía hacer. Puede que su nueva sangre fuera blanca, pero la sensación de estar poniéndose rojo tiñó sus mejillas de dicho color. El chico nunca se había considerado feo, le gustaba su cara y su cuerpo -disforia a parte- a grandes rasgos incluso antes de ser cambiante, pero debía admitir que desde que tenía sus poderes se había esforzado por verse lo mejor posible. Antes le había dado la razón con un gesto al no ser útil cosiendo, pero no esperaba seguidamente aquella suerte de piropo. Sabía que la mona solo hablaba de forma generalizada, pero eso no quitaba la agradable chispa de orgullo y satisfacción de su pecho.
Trató de ocultar el rubor con una sonrisa, dudando unos instantes como responder, si darle las gracias o devolverle algún cumplido relacionado a sus dotes de costura.
—No me lo digas dos veces, que me subes el ego —dijo, acompañado de una risa tímida—. Y tampoco te quites importancia, que sin ropa de poco sirve el vendedor.
La torre de Serpentaria apareció muy poco después ante sus ojos. No había sentido nervios hasta el momento, pero con el edificio tan cerca se removieron en su interior. No tenía idea de qué tipo de entrevista, si es que la tenían, iba a ser, ni qué tipo de persona era Dama Isis, y aquel fue el momento en el que empezó a darle vueltas a todo con más fuerzas. Agradeció mentalmente que Pam se encargase de la parte sociable, no tanto por su (ya disminuyente) aversión a los veteranos, sino porque así tendría tiempo a controlar su creciente nerviosismo. Respecto a lo otro, todavía estaba trabajando en ello. Si quería un trabajo de cara al público que menos que saber fingir una sonrisa, además, la política de no intervención, sus consecuencias y la empatía por haber pasado todos por lo mismo había ido calando en él.
No tuvieron tiempo a investigar demasiado el lugar, aunque ganas no le faltaron. Su vida en los últimos meses se había resumido a Letargo, más recientemente la Sede y la biblioteca, así que cualquier sitio que no estuviera en ruinas ni condiciones deplorables era todo un mundo nuevo. Se emocionó con la posibilidad de explorar con la excusa de buscar el cuarto de Dama Isis, pronto mitigado por el objetivo al que habían venido. «Luego», se reprimió.
Reconoció a Naeleth, a la cual le dio las gracias con una sonrisa avergonzada. Le daba palo pensar en el recuerdo que pudiera tener la mentalista de él, cuando aún siendo amable y de mucha ayuda el rubio había estado tan a la defensiva. Eso y, bueno, el hecho de que no se acordaba su nombre.
Ya situados y a pie de las escaleras le devolvió la mirada a la mona, con renovada determinación, antes de subir. A cada escalón sus nervios eran reemplazados por el simple gusanillo de la curiosidad, incentivado por un constante "venga, va a salir bien" en su cabeza. Pelusa llamó a la puerta y Rox se imaginó todo tipo de cosas antes de que esta se abriera, todas relacionadas al aspecto que tendría quien aguardaba dentro y como sería para querer abrir una tienda de ropa en el infierno.
Trató de ocultar el rubor con una sonrisa, dudando unos instantes como responder, si darle las gracias o devolverle algún cumplido relacionado a sus dotes de costura.
—No me lo digas dos veces, que me subes el ego —dijo, acompañado de una risa tímida—. Y tampoco te quites importancia, que sin ropa de poco sirve el vendedor.
La torre de Serpentaria apareció muy poco después ante sus ojos. No había sentido nervios hasta el momento, pero con el edificio tan cerca se removieron en su interior. No tenía idea de qué tipo de entrevista, si es que la tenían, iba a ser, ni qué tipo de persona era Dama Isis, y aquel fue el momento en el que empezó a darle vueltas a todo con más fuerzas. Agradeció mentalmente que Pam se encargase de la parte sociable, no tanto por su (ya disminuyente) aversión a los veteranos, sino porque así tendría tiempo a controlar su creciente nerviosismo. Respecto a lo otro, todavía estaba trabajando en ello. Si quería un trabajo de cara al público que menos que saber fingir una sonrisa, además, la política de no intervención, sus consecuencias y la empatía por haber pasado todos por lo mismo había ido calando en él.
No tuvieron tiempo a investigar demasiado el lugar, aunque ganas no le faltaron. Su vida en los últimos meses se había resumido a Letargo, más recientemente la Sede y la biblioteca, así que cualquier sitio que no estuviera en ruinas ni condiciones deplorables era todo un mundo nuevo. Se emocionó con la posibilidad de explorar con la excusa de buscar el cuarto de Dama Isis, pronto mitigado por el objetivo al que habían venido. «Luego», se reprimió.
Reconoció a Naeleth, a la cual le dio las gracias con una sonrisa avergonzada. Le daba palo pensar en el recuerdo que pudiera tener la mentalista de él, cuando aún siendo amable y de mucha ayuda el rubio había estado tan a la defensiva. Eso y, bueno, el hecho de que no se acordaba su nombre.
Ya situados y a pie de las escaleras le devolvió la mirada a la mona, con renovada determinación, antes de subir. A cada escalón sus nervios eran reemplazados por el simple gusanillo de la curiosidad, incentivado por un constante "venga, va a salir bien" en su cabeza. Pelusa llamó a la puerta y Rox se imaginó todo tipo de cosas antes de que esta se abriera, todas relacionadas al aspecto que tendría quien aguardaba dentro y como sería para querer abrir una tienda de ropa en el infierno.
- InvitadoInvitado
Re: Torre Serpentaria
11/03/19, 03:11 am
Dama Isis no esperaba que su anuncio tuviera tan buena acogida y estaba entusiasmada. Ya le habían llegado un par de personas ofreciéndose para trabajar en la tienda y parecía que algunas manos más bastaban para que su proyecto avanzase a pasos agigantados.
Como esperaba recibir a gente tan solo se pasaba por el edificio para revisar las obras un par de veces al día y trabajaba desde su habitación en Serpentaria. Tenía varios rollos de tela apoyados contra la pared que planeaba llevar al taller esa misma tarde, algunos marcos viejos que pensaba reutilizar apilados sobre la cama y en su escritorio el boceto final del rótulo de la fachada al que estaba dando los últimos retoques para entregárselo por fin al evanista que se encargaría de hacerlo. La llamada a la puerta la pilló con un pincel finísimo en la mano y la piel moteada de pintura dorada. Se apresuró a cerrar los botes de pintura y ordenar un poco el escritorio y se limpió las manos con un hechizo antes de abrir la puerta.
-¡Holi! Yo soy dama Isis, es un placer. Así que venís por el anuncio -dijo dedicándoles una gran sonrisa. Trataba de mantener su aura al mínimo para no deslumbrar a nadie, aunque se aseguraba de que la chispa estuviera ahí para causar una buena impresión.
Dama Isis llevaba ese día el pelo rosa recogido en un moño informal y el flequillo despuntado. Vestía un top también rosa, de tirantes, con franjas horizontales de tela transparente, unos vaqueros cortos con bordados de flores y unas zapatillas de lona con plataforma. El maquillaje era ligero, en tonos nude y se había hecho la manicura para que fuera a juego con su pelo y su top.
Sus visitantes eran claramente novatos, o eso o habían vivido bajo una piedra durante un año porque Isis no los había visto nunca. Los miró de arriba a abajo sin mucho disimulo, evaluándolos. El alto no estaba mal, la veela podía apreciar que cuidaba su aspecto aunque por su estilo deducía que no era frivy. La pequeñita de ojos gigantes tenía un aspecto algo inquietante pero la Luna le había regalado unas alas preciosas que le daban ganas de añadirlas en uno de sus diseños. Se preguntaba qué transformaciones tendrían.
-Pasad, por favor. Si no os importa os haré algunas preguntas.
Se apartó para dejar paso a los neotransformados al interior de la habitación y cerró la puerta tras ellos. Con un gesto descolgó un par de sillas plegables de la pared y las hizo levitar hasta un hueco despejado del suelo. Les invitó a tomar asiento y ella se sentó justo enfrente, en su silla de escritorio, con las piernas cruzadas. En sus manos sostenía una libretita y un bolígrafo de Pusheen que había comprado en su viaje a la Tierra.
-Bien, ¿para qué puesto os presentáis? Imagino vinisteis en la última cosecha, ¿no?
Como esperaba recibir a gente tan solo se pasaba por el edificio para revisar las obras un par de veces al día y trabajaba desde su habitación en Serpentaria. Tenía varios rollos de tela apoyados contra la pared que planeaba llevar al taller esa misma tarde, algunos marcos viejos que pensaba reutilizar apilados sobre la cama y en su escritorio el boceto final del rótulo de la fachada al que estaba dando los últimos retoques para entregárselo por fin al evanista que se encargaría de hacerlo. La llamada a la puerta la pilló con un pincel finísimo en la mano y la piel moteada de pintura dorada. Se apresuró a cerrar los botes de pintura y ordenar un poco el escritorio y se limpió las manos con un hechizo antes de abrir la puerta.
-¡Holi! Yo soy dama Isis, es un placer. Así que venís por el anuncio -dijo dedicándoles una gran sonrisa. Trataba de mantener su aura al mínimo para no deslumbrar a nadie, aunque se aseguraba de que la chispa estuviera ahí para causar una buena impresión.
Dama Isis llevaba ese día el pelo rosa recogido en un moño informal y el flequillo despuntado. Vestía un top también rosa, de tirantes, con franjas horizontales de tela transparente, unos vaqueros cortos con bordados de flores y unas zapatillas de lona con plataforma. El maquillaje era ligero, en tonos nude y se había hecho la manicura para que fuera a juego con su pelo y su top.
Sus visitantes eran claramente novatos, o eso o habían vivido bajo una piedra durante un año porque Isis no los había visto nunca. Los miró de arriba a abajo sin mucho disimulo, evaluándolos. El alto no estaba mal, la veela podía apreciar que cuidaba su aspecto aunque por su estilo deducía que no era frivy. La pequeñita de ojos gigantes tenía un aspecto algo inquietante pero la Luna le había regalado unas alas preciosas que le daban ganas de añadirlas en uno de sus diseños. Se preguntaba qué transformaciones tendrían.
-Pasad, por favor. Si no os importa os haré algunas preguntas.
Se apartó para dejar paso a los neotransformados al interior de la habitación y cerró la puerta tras ellos. Con un gesto descolgó un par de sillas plegables de la pared y las hizo levitar hasta un hueco despejado del suelo. Les invitó a tomar asiento y ella se sentó justo enfrente, en su silla de escritorio, con las piernas cruzadas. En sus manos sostenía una libretita y un bolígrafo de Pusheen que había comprado en su viaje a la Tierra.
-Bien, ¿para qué puesto os presentáis? Imagino vinisteis en la última cosecha, ¿no?
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torre Serpentaria
11/03/19, 02:55 pm
La mona del queso no pudo mas que levantar bien la vista a ver a Dama Isis no siendo capaz de apartar sus ojos totalmente de ella. Definitivamente era una mujer preciosa incluso si la mona del queso no tenia estandartes de belleza podía aceptar eso. Lo era incluso a pesar de su sencillo peinado y la ropa casual.
Un vistazo al interior de su cuarto le dejo a la vista los botes de pinturas con los que debía estar trabajando, así como los rollos de tela que atraparon por un instante la atención de la noche antes de seguirla, viendo como ponía un par de sillas para que se sentarse. La Spriggan lo hizo de un pequeño saltito, cuidando de no sentarse sobre sus propias alas, para ello las desplegó un poco para acomodarlas a su espalda de forma que no importunasen.
Sinceramente no tenía idea de como comportarse pues nunca había trabajado de esa forma, con contrato, cobrando y todos eso que parecía de otro mundo. Se sentía nerviosa de alguna forma y aunque su expresión no hacia evidencia de eso, el como mantenía los puños cerrados sobre sus piernas lo hacia evidente. Miró a Rox de reojo por un instante, no sabiendo si respondería algo primero, así que uniendo coraje intento alejar el nerviosismo de ella antes de hablar.
- Si, ambos somos de la ultima cosecha de Letargo, mi nombre es Pelusa - respondióo la niña con un voz suave mirando atentamente a Dama Isis pues realmente llamaba su atención. Cómo una polilla ala luz o algo así. No creia que fuese necesario al menos sino preguntaba el decir su transformación u origen, aunque igual no sabia si los monos del queso eran habituales en ese lugar- Yo vengo por el puesto de costurera. Era una de mis labores principales en mi mundo y aquí en la ciudad, dado mi tamaño, he tenido que arreglármelas con la ropa. - añadió la niña aun algo nerviosa no teniendo idea de si lo estaba haciendo bien o tal vez debía callar y no decir tanto. No sabia nada de nada de como se hacían esas entrevistas.
Un vistazo al interior de su cuarto le dejo a la vista los botes de pinturas con los que debía estar trabajando, así como los rollos de tela que atraparon por un instante la atención de la noche antes de seguirla, viendo como ponía un par de sillas para que se sentarse. La Spriggan lo hizo de un pequeño saltito, cuidando de no sentarse sobre sus propias alas, para ello las desplegó un poco para acomodarlas a su espalda de forma que no importunasen.
Sinceramente no tenía idea de como comportarse pues nunca había trabajado de esa forma, con contrato, cobrando y todos eso que parecía de otro mundo. Se sentía nerviosa de alguna forma y aunque su expresión no hacia evidencia de eso, el como mantenía los puños cerrados sobre sus piernas lo hacia evidente. Miró a Rox de reojo por un instante, no sabiendo si respondería algo primero, así que uniendo coraje intento alejar el nerviosismo de ella antes de hablar.
- Si, ambos somos de la ultima cosecha de Letargo, mi nombre es Pelusa - respondióo la niña con un voz suave mirando atentamente a Dama Isis pues realmente llamaba su atención. Cómo una polilla ala luz o algo así. No creia que fuese necesario al menos sino preguntaba el decir su transformación u origen, aunque igual no sabia si los monos del queso eran habituales en ese lugar- Yo vengo por el puesto de costurera. Era una de mis labores principales en mi mundo y aquí en la ciudad, dado mi tamaño, he tenido que arreglármelas con la ropa. - añadió la niña aun algo nerviosa no teniendo idea de si lo estaba haciendo bien o tal vez debía callar y no decir tanto. No sabia nada de nada de como se hacían esas entrevistas.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torre Serpentaria
14/03/19, 06:01 pm
La chica que abrió la puerta era guapa. Muy guapa. Como demisexual, Rox había sentido atracción sexual contadísimas veces en su vida (más allá de lo puramente visual), pero Dama Isis le hizo dudar durante unos segundos. Se quedó en blanco unos segundos antes de responder, asintiendo fugazmente con la cabeza.
—Un placer… sí.
Se obligó a parecer despreocupado cuando la chica les miró de arriba abajo, buscando dar otra imagen que no fuera la suya con los ojos en plato. Notó como descansaban sus hilos cuando la otra se dispuso a otra cosa, invitándoles a entrar.
«Muy buena, tigre, empiezas bien la entrevista» se riñó. «Si esos son los estándares frivys la llevo clara.»
Paseó la mirada por el cuarto, siguiendo con la mirada las sillas en las que debían sentarse. El hechizo de levitación no era nada nuevo para él, pero que lo hiciera con tanta soltura le pareció de película. Tomó asiento con una ligera sonrisa, encontrándose luego de bruces con la situación. Como si estuvieran conectados, le devolvió la mirada a Pam, agradeciendo inmensamente que respondiera primero. Con Dama Isis expectante se le ponían los nervios a flor de piel. Escudriñó en su cerebro que podía responder, agobiado. Pam al menos tenía experiencia cosiendo, podía corroborarlo, pero él…
—Pelusa tiene muy buena mano con la aguja —siguió tras la mona con seguridad, mirándola unos segundos antes de volver a la mayor. Soltar la lengua le libraba tensiones, y era mejor hacerlo con algo en lo que no tenía dudas—. Durante la cosecha era ella quien nos arreglaba la ropa.
«Cuando veníamos totalmente destrozados» pensó, pero no lo dijo.
—Puede arreglar cosas que están para tirar y dejarlas como nueva. Yo… no tengo experiencia laboral, pero estoy dispuesto a aprender. A las malas puedo cargar peso —ladeó la cabeza a un lado, dudando—. Sino, me gustaría como dependiente. Soy cambiante, puedo ser como quieras que sea, siempre que me des una referencia.
Sonrió de forma algo incómoda, llevándose una mano a la nuca para pasarse el pelo entre los dedos. No tenía ni idea de si había hablado demasiado.
—Un placer… sí.
Se obligó a parecer despreocupado cuando la chica les miró de arriba abajo, buscando dar otra imagen que no fuera la suya con los ojos en plato. Notó como descansaban sus hilos cuando la otra se dispuso a otra cosa, invitándoles a entrar.
«Muy buena, tigre, empiezas bien la entrevista» se riñó. «Si esos son los estándares frivys la llevo clara.»
Paseó la mirada por el cuarto, siguiendo con la mirada las sillas en las que debían sentarse. El hechizo de levitación no era nada nuevo para él, pero que lo hiciera con tanta soltura le pareció de película. Tomó asiento con una ligera sonrisa, encontrándose luego de bruces con la situación. Como si estuvieran conectados, le devolvió la mirada a Pam, agradeciendo inmensamente que respondiera primero. Con Dama Isis expectante se le ponían los nervios a flor de piel. Escudriñó en su cerebro que podía responder, agobiado. Pam al menos tenía experiencia cosiendo, podía corroborarlo, pero él…
—Pelusa tiene muy buena mano con la aguja —siguió tras la mona con seguridad, mirándola unos segundos antes de volver a la mayor. Soltar la lengua le libraba tensiones, y era mejor hacerlo con algo en lo que no tenía dudas—. Durante la cosecha era ella quien nos arreglaba la ropa.
«Cuando veníamos totalmente destrozados» pensó, pero no lo dijo.
—Puede arreglar cosas que están para tirar y dejarlas como nueva. Yo… no tengo experiencia laboral, pero estoy dispuesto a aprender. A las malas puedo cargar peso —ladeó la cabeza a un lado, dudando—. Sino, me gustaría como dependiente. Soy cambiante, puedo ser como quieras que sea, siempre que me des una referencia.
Sonrió de forma algo incómoda, llevándose una mano a la nuca para pasarse el pelo entre los dedos. No tenía ni idea de si había hablado demasiado.
- ♪♫♬:
- InvitadoInvitado
Re: Torre Serpentaria
15/03/19, 02:06 am
Dama Isis atendió encantada a los novatos, disfrutando de la sensación de poder que le daba ver pequeñas muestras de nerviosismo. ¿Quien iba a decirle que ser empleadora sería tan divertido?
-Yo también me ocupaba de arreglar la ropa de mis compañeros durante mi criba -comentó con una sonrisa -¿Entonces ese vestido es obra tuya? A ver, da una vuelta, déjame que lo vea.
Instó a Pelusa a que se levantara de la silla y girase sobre sí misma para poder ver mejor el vestido. Era básico y tosco, con los materiales que tenían los nuevos a su alcance no se podía hacer mucho más, pero el acabado era bueno. Asintió con aprobación.
-Nada mal. ¿Sabes usar máquina de coser?
No había reconocido a Pelusa como mona del queso, así que no podía saber que seguramente no habría visto una máquina de coser en su vida, igual que Saria.
La intervención de su compañero le pareció adorable, el buen ambiente en el trabajo era importante y si ambos eran amigos ya tenía un buen trecho ganado. Ya estaba pensando en que sería un desperdicio mandar al otro chico con los obreros cuando dijo la palabra mágica:
<< Cambiante.>>
A Isis se le iluminaron los ojos. Había oído hablar de los cambiantes pero los únicos que había en la ciudad tenían sus propios empleos, y claro como no había prestado atención a la última cosecha no había podido saber que la Luna Roja les había bendecido con un tercero.
-¡Eso es maravilloso! -exclamó. -Estoy preparando una nueva colección y necesito modelos para el catálogo y la publicidad. Oh, y claro que puedes ser dependiente si quieres, nadie ha solicitado ese puesto y seguro que puedes adaptarte bien a la imagen que busco.
El chico tenía cierto estilo, no tendría que empezar desde cero. Levitó un taco de revistas desde su mesilla de noche al regazo del novato.
-Eso es más o menos lo que estoy buscando, ¿crees que podrás hacerlo? No tienes que cambiar completamente, solo adaptarte a los cánones.
Las revistas eran en su mayoría frivys pero también había algunos recortes y revistas de moda terrícolas.
-Yo también me ocupaba de arreglar la ropa de mis compañeros durante mi criba -comentó con una sonrisa -¿Entonces ese vestido es obra tuya? A ver, da una vuelta, déjame que lo vea.
Instó a Pelusa a que se levantara de la silla y girase sobre sí misma para poder ver mejor el vestido. Era básico y tosco, con los materiales que tenían los nuevos a su alcance no se podía hacer mucho más, pero el acabado era bueno. Asintió con aprobación.
-Nada mal. ¿Sabes usar máquina de coser?
No había reconocido a Pelusa como mona del queso, así que no podía saber que seguramente no habría visto una máquina de coser en su vida, igual que Saria.
La intervención de su compañero le pareció adorable, el buen ambiente en el trabajo era importante y si ambos eran amigos ya tenía un buen trecho ganado. Ya estaba pensando en que sería un desperdicio mandar al otro chico con los obreros cuando dijo la palabra mágica:
<< Cambiante.>>
A Isis se le iluminaron los ojos. Había oído hablar de los cambiantes pero los únicos que había en la ciudad tenían sus propios empleos, y claro como no había prestado atención a la última cosecha no había podido saber que la Luna Roja les había bendecido con un tercero.
-¡Eso es maravilloso! -exclamó. -Estoy preparando una nueva colección y necesito modelos para el catálogo y la publicidad. Oh, y claro que puedes ser dependiente si quieres, nadie ha solicitado ese puesto y seguro que puedes adaptarte bien a la imagen que busco.
El chico tenía cierto estilo, no tendría que empezar desde cero. Levitó un taco de revistas desde su mesilla de noche al regazo del novato.
-Eso es más o menos lo que estoy buscando, ¿crees que podrás hacerlo? No tienes que cambiar completamente, solo adaptarte a los cánones.
Las revistas eran en su mayoría frivys pero también había algunos recortes y revistas de moda terrícolas.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torre Serpentaria
19/03/19, 01:30 pm
Rox pareció animarse al fin a hablar, lo que no esperaba Pelusa es que lo hiciera hablando bien de su forma de coser. La mona del queso le miro un tanto sorprendida y repentinamente algo avergonzada, sabía que era buena cosiendo, había sido su principal labor ademas de la enseñanza y la cocina, pero ser alabada por ello aun le era extraño. Removió inquieta en la silla, agradeciendo cuando Rox cambió su objetivo de ella, a el mismo.
Era la primera en mucho que la escuchaba decir su transformación en voz alta.
La petición de Dama Isis le pillo algo desprevenida pero Pelusa asintió, bajando de la silla y haciendo lo que le pedía, algo tensa. Vio que Dama isis sonreía tras observar su vestido atentamente y Pelusa se relajo un poco, al parecer lo que había visto entraba dentro de lo estándares pedidos.
-¿Maquina de coser?- susurro confundida ante aquello, pues no sabia lo que era. Se subió de nuevo a la silla viéndole con ojos muy abiertos <<¿¡Existe una cosa que cose por ti!? >> su sorpresa era genuina cuanto poco pero al parecer era la la única presente que no sabía que era eso- No, que yo sepa...no existía eso en el mundo de Ordesta. Y si existen a mi nunca me dejaron uno para trabajar, tenía que hacerlo de forma manual - dijo Pelusa confundida ante la posibilidad que si existiera pero no estuviera al alcance de los monos del queso- Pero no es problema, si me da un poco de tiempo, me quedo rápido con lo que se me enseña. Si me gustaría aprender a usarla...pero mientras lo hago puedo coser manual si hay prisa, soy bastante rápida...- comento Pelusa un poco nerviosa aun así aunque se mantuviera muy recta sentada en su silla. No sabiendo si el no saber coser con esa maravillosa maquina fuese a ser un impedimento muy grande.
La reacción de Dama Isis a la transformación de Rox o tal vez en general a las palabras de ambos no se dejo esperar. Pronto ambos tuvieron frente a ellos un montón de revistas con lo que parecía ser modelos visuales para que Rox pudiera tomas referencias. Pelusa lo miro interesada, sabía la transformación de Rox y había visto el antes y el después, así como sus nuevos tatuajes sobre la piel. Ademas era evidente que Dama Isis parecía conocer un poco sobre la trasformación de su amigo ¿sería de conocimiento mas bien común o tal vez existían mas cambiantes en la ciudad? Ella mismo sabía que no había mas spriggan como tal, pero en cuanto a Rox si había mas como el no tenía idea.
-Parece ser una transformación conocida...¿hay muchos cambiantes en la ciudad? -preguntó suavemente Pelusa ante el hecho de que Dama Isis pareciera saber que su amigo incluso podía cambiar solo partes y no totalmente, aunque bueno imaginaba que debía ser normal. Estaba habituada a verlo siendo que vio como Rox paso de ser un muñeco hilado a ser Rox.
Era la primera en mucho que la escuchaba decir su transformación en voz alta.
La petición de Dama Isis le pillo algo desprevenida pero Pelusa asintió, bajando de la silla y haciendo lo que le pedía, algo tensa. Vio que Dama isis sonreía tras observar su vestido atentamente y Pelusa se relajo un poco, al parecer lo que había visto entraba dentro de lo estándares pedidos.
-¿Maquina de coser?- susurro confundida ante aquello, pues no sabia lo que era. Se subió de nuevo a la silla viéndole con ojos muy abiertos <<¿¡Existe una cosa que cose por ti!? >> su sorpresa era genuina cuanto poco pero al parecer era la la única presente que no sabía que era eso- No, que yo sepa...no existía eso en el mundo de Ordesta. Y si existen a mi nunca me dejaron uno para trabajar, tenía que hacerlo de forma manual - dijo Pelusa confundida ante la posibilidad que si existiera pero no estuviera al alcance de los monos del queso- Pero no es problema, si me da un poco de tiempo, me quedo rápido con lo que se me enseña. Si me gustaría aprender a usarla...pero mientras lo hago puedo coser manual si hay prisa, soy bastante rápida...- comento Pelusa un poco nerviosa aun así aunque se mantuviera muy recta sentada en su silla. No sabiendo si el no saber coser con esa maravillosa maquina fuese a ser un impedimento muy grande.
La reacción de Dama Isis a la transformación de Rox o tal vez en general a las palabras de ambos no se dejo esperar. Pronto ambos tuvieron frente a ellos un montón de revistas con lo que parecía ser modelos visuales para que Rox pudiera tomas referencias. Pelusa lo miro interesada, sabía la transformación de Rox y había visto el antes y el después, así como sus nuevos tatuajes sobre la piel. Ademas era evidente que Dama Isis parecía conocer un poco sobre la trasformación de su amigo ¿sería de conocimiento mas bien común o tal vez existían mas cambiantes en la ciudad? Ella mismo sabía que no había mas spriggan como tal, pero en cuanto a Rox si había mas como el no tenía idea.
-Parece ser una transformación conocida...¿hay muchos cambiantes en la ciudad? -preguntó suavemente Pelusa ante el hecho de que Dama Isis pareciera saber que su amigo incluso podía cambiar solo partes y no totalmente, aunque bueno imaginaba que debía ser normal. Estaba habituada a verlo siendo que vio como Rox paso de ser un muñeco hilado a ser Rox.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
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Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Kanyum
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Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torre Serpentaria
24/03/19, 04:50 pm
La emoción de la veela le pilló por sorpresa, expandiendo una sonrisa entre alarmada y avergonzada por su rostro. Vaya que si había ido bien, sí, quizás incluso demasiado. Rox era extrovertido, pero encajar de golpe una oferta de trabajo como modelo a lo mejor excedía sus topes de timidez. Ser fotografiado y posar como los modelos de las tiendas… El chico agarró el taco de revistas, echándoles un vistazo por encima, experimentando dos cosas a la vez.
Por un lado el miedo a defraudar. Tenía que ponerse las pilas y practicar incansablemente hasta que su cuerpo alcanzara modificaciones sin demasiada complicación, y sobre todo, sin espejo. Estaba tan interesado en querer ser distintos animales que había dejado un poco de lado la parte humanoide, y aunque hubiera practicado con sus compañeros, ahora se arrepentía de no haberlo hecho con más insistencia.
Por otro lado, era esa misma responsabilidad la que le llenaba de ganas por intentarlo, ganas de verse tan guapo como los modelos impresos en papel y llevar ropa que le hiciera sentirse radiante, orgulloso de sí mismo. Si le sumaba que todo eso era por una buena causa (pagar la pierna de Eitne y el brazo de Rena), más motivos tenía para querer probar.
Emitió un corto ruido de duda, acordándose de ocultar la sorpresa cuando Dama Isis le preguntó si podría hacerlo.
—¡Sí, claro!—respondió con entusiasmo mal contenido. Para no morder más de lo que podía tragar, se apresuró en añadir:— Todavía estoy aprendiendo, pero con un poco de tiempo y todo este material estoy seguro de que puedo hacerlo —dijo sin perder la sonrisa. Un leve rubor le llenó las mejillas, debatiéndose en si tutear a Dama Isis o no—. Y sus consejos, claro.
La pregunta de Pam rompió la pequeña burbuja en la que él solito se había metido. Sabía que había varios licántropos y brujos de todo tipo en la Sede, que los cambiantes habían sido ciudadanos comunes en la ciudad gracias a los libros, pero no tenía claro cuántos había actualmente, ni si pudiera conocer a alguno. Su mirada pasó de la mona del queso a la frivy, destilando curiosidad.
Por un lado el miedo a defraudar. Tenía que ponerse las pilas y practicar incansablemente hasta que su cuerpo alcanzara modificaciones sin demasiada complicación, y sobre todo, sin espejo. Estaba tan interesado en querer ser distintos animales que había dejado un poco de lado la parte humanoide, y aunque hubiera practicado con sus compañeros, ahora se arrepentía de no haberlo hecho con más insistencia.
Por otro lado, era esa misma responsabilidad la que le llenaba de ganas por intentarlo, ganas de verse tan guapo como los modelos impresos en papel y llevar ropa que le hiciera sentirse radiante, orgulloso de sí mismo. Si le sumaba que todo eso era por una buena causa (pagar la pierna de Eitne y el brazo de Rena), más motivos tenía para querer probar.
Emitió un corto ruido de duda, acordándose de ocultar la sorpresa cuando Dama Isis le preguntó si podría hacerlo.
—¡Sí, claro!—respondió con entusiasmo mal contenido. Para no morder más de lo que podía tragar, se apresuró en añadir:— Todavía estoy aprendiendo, pero con un poco de tiempo y todo este material estoy seguro de que puedo hacerlo —dijo sin perder la sonrisa. Un leve rubor le llenó las mejillas, debatiéndose en si tutear a Dama Isis o no—. Y sus consejos, claro.
La pregunta de Pam rompió la pequeña burbuja en la que él solito se había metido. Sabía que había varios licántropos y brujos de todo tipo en la Sede, que los cambiantes habían sido ciudadanos comunes en la ciudad gracias a los libros, pero no tenía claro cuántos había actualmente, ni si pudiera conocer a alguno. Su mirada pasó de la mona del queso a la frivy, destilando curiosidad.
- ♪♫♬:
- InvitadoInvitado
Re: Torre Serpentaria
26/03/19, 03:48 am
A dama Isis le sorprendió descubrir que la chica de las alitas era de Ordesta. ¿Sería uno de esos monos del queso? Desde luego no se los había imaginado así, eran considerablemente menos feos de lo que pensaba.
-Oh, no te preocupes mi máquina de coser es super, super fácil de manejar, seguro que en un día lo tienes dominado, y ahorra un montón de tiempo -aseguró. Había cierto encanto en enseñarle a transformados de mundos con un nivel tecnológico menor cómo usar máquinas cotidianas y la veela lo disfrutaba mucho. Pasar la criba en esa maldita ciudad sin todos sus aparatos básicos había sido una pesadilla, no quería pensar en gente viviendo sin ello toda su vida.
Tanto uno como otro parecían tener buena actitud y ganas de aprender, algo que Isis agradecía. Podía darles un periodo de prueba a ver qué tal se desenvolvían y ya luego hacerles el contrato.
-La tienda aún está en construcción y tengo que terminar la colección de mi debut así que tienes tiempo de sobra para practicar con tus habilidades. Siendo un recién transformado no espero que seas un experto.
La mayoría de los veteranos en la ciudad estaban bien asentados así que los novatos eran su oportunidad para captar gente. Sabía lo tedioso que podía ser acostumbrarse a una transformación por lo que ya tenía la paciencia activada desde el principio.
Ya estaba sacando los cuestionarios para que los rellenasen cuando la monita le preguntó por los demás cambiantes. Isis había pasado bastante tiempo investigando los negocios de la ciudad para tantear posible competencia o socios y por el camino había podido estudiar más de una transformación interesante.
-Actualmente hay dos cambiantes en la ciudad, que yo sepa. Una es Mephis, trabaja en el Burdel de dama Espasmo y es como la cosa más preciosa que haya visto, como una muñeca. El otro se llama Dédalo y se dedica a comerciar con materiales de los mundos vinculados. Todavía no he podido conocerle en persona pero no he oído nada horrible sobre él.
Les tendió sendas hojas de papel y bolígrafos de colores brillantes.
-Tenéis que rellenar esto. Nombre, transformación si lo veis relevante, puesto al que optáis, forma de contactaros, experiencia… La forma de contactaros es muy importante porque si no no voy a saber dónde encontraros cuando os necesite y no tengo tiempo para andar persiguiendo novatos por la ciudad.
-Oh, no te preocupes mi máquina de coser es super, super fácil de manejar, seguro que en un día lo tienes dominado, y ahorra un montón de tiempo -aseguró. Había cierto encanto en enseñarle a transformados de mundos con un nivel tecnológico menor cómo usar máquinas cotidianas y la veela lo disfrutaba mucho. Pasar la criba en esa maldita ciudad sin todos sus aparatos básicos había sido una pesadilla, no quería pensar en gente viviendo sin ello toda su vida.
Tanto uno como otro parecían tener buena actitud y ganas de aprender, algo que Isis agradecía. Podía darles un periodo de prueba a ver qué tal se desenvolvían y ya luego hacerles el contrato.
-La tienda aún está en construcción y tengo que terminar la colección de mi debut así que tienes tiempo de sobra para practicar con tus habilidades. Siendo un recién transformado no espero que seas un experto.
La mayoría de los veteranos en la ciudad estaban bien asentados así que los novatos eran su oportunidad para captar gente. Sabía lo tedioso que podía ser acostumbrarse a una transformación por lo que ya tenía la paciencia activada desde el principio.
Ya estaba sacando los cuestionarios para que los rellenasen cuando la monita le preguntó por los demás cambiantes. Isis había pasado bastante tiempo investigando los negocios de la ciudad para tantear posible competencia o socios y por el camino había podido estudiar más de una transformación interesante.
-Actualmente hay dos cambiantes en la ciudad, que yo sepa. Una es Mephis, trabaja en el Burdel de dama Espasmo y es como la cosa más preciosa que haya visto, como una muñeca. El otro se llama Dédalo y se dedica a comerciar con materiales de los mundos vinculados. Todavía no he podido conocerle en persona pero no he oído nada horrible sobre él.
Les tendió sendas hojas de papel y bolígrafos de colores brillantes.
-Tenéis que rellenar esto. Nombre, transformación si lo veis relevante, puesto al que optáis, forma de contactaros, experiencia… La forma de contactaros es muy importante porque si no no voy a saber dónde encontraros cuando os necesite y no tengo tiempo para andar persiguiendo novatos por la ciudad.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torre Serpentaria
05/04/19, 11:59 pm
Pelusa se relajo un poco al saber que esa "maquina de coser" era de fácil uso pues realmente tenía ganas y curiosidad por usarla. Lo de que ahorrase tiempo le era especialmente llamativo, pues aunque ella cosiera y remendase rápido si iba a tener que hace mucha ropa seria de gran ayuda. <<Voy a poder seguir ayudando con los remiendos y demás en la ropa del resto, y tal vez si sobran telas hacer algo con ellas si me da permiso >> pensó Pelusa con ya algunas ideas. No tenía mucha idea de diseño pero estaba segura que aprendería bastante de eso con Dama Isis y pelusa le agradaba aprender cosas nuevas que la mantuvieran ocupada.
Vio a Dama Isis era bastante agradable y de fácil trato. Incluso calmo la inquietud de Rox respecto a su habilidades y respondió a su pregunta sobre los cambiantes. Miro a su compañero al saber que había dos mas aparte de el. Escuchar que uno de esos cambiantes trabajaba en un burdel hizo que alzase una ceja curiosa <<¿Hay burdeles aquí también?>> se pregunto no tan sorprendida como cabía esperar. Era como el primer oficio del mundo o algo así. Pelusa había vivido un tiempo en uno sirviendo así para ella sonaba muy normal. <<Una cambiante en un burdel...ya imagino ya >> no había que ser muy listo para imaginarse que seria bastante cotizada. Pelusa no tendría interés algunos en sexo, pero sabia unir cabos con facilidad ante lo evidente. <<Bueno al menos si Rox alguna vez quiere tratar con sus semejantes sabe quienes son >> pensó sin darle muchas mas vueltas, pues ella sencillamente solo había sentido curiosidad.
Tras ello se centro en los papeles que puso Dama Isis frente a ambos y lo datos que pedía, empezando a rellenarlo. No dudo en poner la Sede como lugar donde estaban quedándose, incluyendo piso y puerta donde se encontraba. Mas si lo hizo cuando toco poner su transformación y nombre. Miró a Dama Isis por un instante, se mordió el labio inferior antes de decidirse a preguntar lo que se le pasaba por la mente.
-Puedo preguntar, ¿por que el "Dama"? Quiero decir, no conocí a mucha gente pero si he visto que el "dama" parece ser algo un tanto usual entre varios veteranos. ¿Significa algo en especial en Rocavarancolia? - tal vez su cuestión sonaba extraña a esas alturas, si seguramente lo era. Pero no es como si hubiera tenido oportunidad de preguntar eso antes a otras mujeres que poseyeran ese dama aplicado a su nombre. Pelusa se había presentado como Pelusa desde el momento que se había transformado a todo el mundo y no como Pam, no por nada en especial, sino porque Pelusa era el nombre con el que se había bautizado a si misma de pequeña y Pam, pues jamas pronunciaría ese nombre completo ni para si misma, era el que le había puesto su dueño.
Pelusa era su nombre escogido por ella.
Pam era el nombre escogido por su dueño.
Pero ahora ya no era esclava por eso escogió Pelusa como el nombre con el cual se presentaba, incluso si ya no odiaba el Pam era mas bien simbólico. Tampoco era ya mas un mono del queso como tal, así que el Pelusa tal cual le recordaba a eso, haciéndole pensar que seguía siendo solo eso. ¿Cómo podía unir a la Pelusa mona del queso, libre y sin dueño, con la Pelusa Spriggan? Habia estado pensando vagamente en eso durante esos días, pero simplemente no viéndole mucho sentido había decidido quedarse como estaba. Tal vez solo estaba pensando demasiado.
Vio a Dama Isis era bastante agradable y de fácil trato. Incluso calmo la inquietud de Rox respecto a su habilidades y respondió a su pregunta sobre los cambiantes. Miro a su compañero al saber que había dos mas aparte de el. Escuchar que uno de esos cambiantes trabajaba en un burdel hizo que alzase una ceja curiosa <<¿Hay burdeles aquí también?>> se pregunto no tan sorprendida como cabía esperar. Era como el primer oficio del mundo o algo así. Pelusa había vivido un tiempo en uno sirviendo así para ella sonaba muy normal. <<Una cambiante en un burdel...ya imagino ya >> no había que ser muy listo para imaginarse que seria bastante cotizada. Pelusa no tendría interés algunos en sexo, pero sabia unir cabos con facilidad ante lo evidente. <<Bueno al menos si Rox alguna vez quiere tratar con sus semejantes sabe quienes son >> pensó sin darle muchas mas vueltas, pues ella sencillamente solo había sentido curiosidad.
Tras ello se centro en los papeles que puso Dama Isis frente a ambos y lo datos que pedía, empezando a rellenarlo. No dudo en poner la Sede como lugar donde estaban quedándose, incluyendo piso y puerta donde se encontraba. Mas si lo hizo cuando toco poner su transformación y nombre. Miró a Dama Isis por un instante, se mordió el labio inferior antes de decidirse a preguntar lo que se le pasaba por la mente.
-Puedo preguntar, ¿por que el "Dama"? Quiero decir, no conocí a mucha gente pero si he visto que el "dama" parece ser algo un tanto usual entre varios veteranos. ¿Significa algo en especial en Rocavarancolia? - tal vez su cuestión sonaba extraña a esas alturas, si seguramente lo era. Pero no es como si hubiera tenido oportunidad de preguntar eso antes a otras mujeres que poseyeran ese dama aplicado a su nombre. Pelusa se había presentado como Pelusa desde el momento que se había transformado a todo el mundo y no como Pam, no por nada en especial, sino porque Pelusa era el nombre con el que se había bautizado a si misma de pequeña y Pam, pues jamas pronunciaría ese nombre completo ni para si misma, era el que le había puesto su dueño.
Pelusa era su nombre escogido por ella.
Pam era el nombre escogido por su dueño.
Pero ahora ya no era esclava por eso escogió Pelusa como el nombre con el cual se presentaba, incluso si ya no odiaba el Pam era mas bien simbólico. Tampoco era ya mas un mono del queso como tal, así que el Pelusa tal cual le recordaba a eso, haciéndole pensar que seguía siendo solo eso. ¿Cómo podía unir a la Pelusa mona del queso, libre y sin dueño, con la Pelusa Spriggan? Habia estado pensando vagamente en eso durante esos días, pero simplemente no viéndole mucho sentido había decidido quedarse como estaba. Tal vez solo estaba pensando demasiado.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torre Serpentaria
23/04/19, 12:46 pm
Rox atendió con un brillo en los ojos, dedicándole una breve sonrisa a Pam cuando Dama Isis le explicó sobre la máquina de coser, asintiendo disimuladamente para confirmar aquello que la joven decía. Él no tenía ni idea de costura, pero estaba seguro de que con máquina tenía que ser más fácil que a mano. Cuando la frivy volvió a dirigirse a él su sonrisa se ensanchó, acompañada de un fino rubor al sentir sus expectativas subir. Apretó las revistas entre sus manos; lo primero que haría al volver a Sede sería cambiar como loco.
Siguió los gestos de la chica con interés, con la vista concretamente en los cuestionarios. La parte referente a los cambiantes le hizo alzar cabeza, devolviendo la mirada al rostro de Dama Isis.
«En el burdel, ¿eh?» pensó, ocultando una sonrisa traviesa en un gesto torpe, leyendo sin leer el formulario que les acababa de tender la chica. El pequeño rubor que teñía sus mejillas era más de sorpresa que otra cosa. Aquel trabajo tenía mucho sentido, y Rox no tardó en imaginar porqué, asintiendo para si según lo pensaba. Aunque él no lo considerase como trabajo para él (y más bien le causase escalofríos), tenía que admitir que era muy buena idea para un cambiante. «Espero que le paguen bien. Y Dédalo… ¿ese no era el que voló muy cerca del sol y se le derritieron las alas? No, no, ese era su sobrino… o su hijo, no sé.»
—Va, Mephis y Dédalo —murmuró para quedarse con los nombres, preguntándose si alguno sería humano. Mephis sería localizable si tenía un trabajo estable, el otro… Rox sabía en carne propia, aún desde su punto de vista amateur, que encontrar a un cambiante no podría ser sencillo—. Gracias. Está bien eso de que no tengan antecedentes penales, sí —bromeó.
Tampoco le cundía la prisa, claro, sino la curiosidad. No quería presentarse a ningún veterano siendo un simplón que todavía necesitaba un espacio de media hora para recuperar su aspecto de siempre.
Rellenó el cuestionario según leía los apartados. “Nombre: Rox. Transformación: Cambiante. Puesto: dependiente” se detuvo un instante, finalmente añadiendo “modelo” entre paréntesis con una pequeña interrogación al final. Apuntó la localización de su cuarto en la Sede para el contacto y se quedó en blanco al ver el apartado de experiencia, sintiendo el gusanillo del nervio subir de nuevo. Se deshizo de él vendiendo la moto, describiendo su gusto por la moda, su empeño por aprender y su carácter extrovertido, pensando en las veces que había hecho de consejero para señoras aleatorias en tiendas de ropa o para sus propios amigos.
«Y puedo ser tu amante bandido, tan guapo como tú quieras. Y soy un sieso de mierda con los más monstruos de la ciudad y aún tengo problemas controlando mi puta sal» se mordió el labio para evitar una risa. «No, eso mejor no lo pongo.»
Apartó el papel en dirección a Dama Isis en lo que terminó, dirigiendo la vista a Pelusa, sin comprender del todo su pregunta. Al ver que no había rellenado el campo de su nombre, dudó.
—¿Te quieres cambiar el nombre, Pelusa? —ya se había fijado en esa ¿costumbre? de poner “dama” delante de nombres femeninos, y no la comprendía del todo. Desconocía si necesitabas un título o hacer algo para conseguirlo. Dama Isis sonaba bien, pero otros como Dama Espasmo se le antojaban de chiste—. Dama Pelusa… —soltó una risita—. Oye, me gusta como suena.
Siguió los gestos de la chica con interés, con la vista concretamente en los cuestionarios. La parte referente a los cambiantes le hizo alzar cabeza, devolviendo la mirada al rostro de Dama Isis.
«En el burdel, ¿eh?» pensó, ocultando una sonrisa traviesa en un gesto torpe, leyendo sin leer el formulario que les acababa de tender la chica. El pequeño rubor que teñía sus mejillas era más de sorpresa que otra cosa. Aquel trabajo tenía mucho sentido, y Rox no tardó en imaginar porqué, asintiendo para si según lo pensaba. Aunque él no lo considerase como trabajo para él (y más bien le causase escalofríos), tenía que admitir que era muy buena idea para un cambiante. «Espero que le paguen bien. Y Dédalo… ¿ese no era el que voló muy cerca del sol y se le derritieron las alas? No, no, ese era su sobrino… o su hijo, no sé.»
—Va, Mephis y Dédalo —murmuró para quedarse con los nombres, preguntándose si alguno sería humano. Mephis sería localizable si tenía un trabajo estable, el otro… Rox sabía en carne propia, aún desde su punto de vista amateur, que encontrar a un cambiante no podría ser sencillo—. Gracias. Está bien eso de que no tengan antecedentes penales, sí —bromeó.
Tampoco le cundía la prisa, claro, sino la curiosidad. No quería presentarse a ningún veterano siendo un simplón que todavía necesitaba un espacio de media hora para recuperar su aspecto de siempre.
Rellenó el cuestionario según leía los apartados. “Nombre: Rox. Transformación: Cambiante. Puesto: dependiente” se detuvo un instante, finalmente añadiendo “modelo” entre paréntesis con una pequeña interrogación al final. Apuntó la localización de su cuarto en la Sede para el contacto y se quedó en blanco al ver el apartado de experiencia, sintiendo el gusanillo del nervio subir de nuevo. Se deshizo de él vendiendo la moto, describiendo su gusto por la moda, su empeño por aprender y su carácter extrovertido, pensando en las veces que había hecho de consejero para señoras aleatorias en tiendas de ropa o para sus propios amigos.
«Y puedo ser tu amante bandido, tan guapo como tú quieras. Y soy un sieso de mierda con los más monstruos de la ciudad y aún tengo problemas controlando mi puta sal» se mordió el labio para evitar una risa. «No, eso mejor no lo pongo.»
Apartó el papel en dirección a Dama Isis en lo que terminó, dirigiendo la vista a Pelusa, sin comprender del todo su pregunta. Al ver que no había rellenado el campo de su nombre, dudó.
—¿Te quieres cambiar el nombre, Pelusa? —ya se había fijado en esa ¿costumbre? de poner “dama” delante de nombres femeninos, y no la comprendía del todo. Desconocía si necesitabas un título o hacer algo para conseguirlo. Dama Isis sonaba bien, pero otros como Dama Espasmo se le antojaban de chiste—. Dama Pelusa… —soltó una risita—. Oye, me gusta como suena.
- ♪♫♬:
- InvitadoInvitado
Re: Torre Serpentaria
29/04/19, 07:14 pm
-Lo de ‘dama’ es simplemente una tradición que hay aquí. Algunas mujeres se lo ponen delante del nombre, pero no es obligatorio ni nada. Yo lo elegí para el mío porque me sonaba, no sé, muy rocavarancolés.
Dama Isis cada vez se sentía más parte de la ciudad que de su mundo de origen y quería reflejarlo en su nombre. Quería formar parte cuanto antes de la sociedad de Rocavarancolia, un engranaje en su resurrección.
-Oh, una cosa más, podéis recibir parte de vuestro sueldo en forma de productos frivys. Ya sabéis, ropa, calzado, productos de higiene personal, tecnología… Anotadlo en el cuestionario antes de dármelo.
Cuando los dos novatos terminaron de rellenar todo lo que había que rellenar recogió los cuestionarios y los miró por encima antes de meterlos en su respectiva carpeta.
-¡Muy bien, pues ya hemos terminado! A tí -señaló a Rox con el bolígrafo -ya te llamaré cuando tenga la colección para la sesión de fotos promocional. Y tú -señaló a Pelusa -puedes empezar pasado mañana a primera hora. Ven a buscarme a esta misma habitación y te enseñaré donde está el taller.
Dama Isis cada vez se sentía más parte de la ciudad que de su mundo de origen y quería reflejarlo en su nombre. Quería formar parte cuanto antes de la sociedad de Rocavarancolia, un engranaje en su resurrección.
-Oh, una cosa más, podéis recibir parte de vuestro sueldo en forma de productos frivys. Ya sabéis, ropa, calzado, productos de higiene personal, tecnología… Anotadlo en el cuestionario antes de dármelo.
Cuando los dos novatos terminaron de rellenar todo lo que había que rellenar recogió los cuestionarios y los miró por encima antes de meterlos en su respectiva carpeta.
-¡Muy bien, pues ya hemos terminado! A tí -señaló a Rox con el bolígrafo -ya te llamaré cuando tenga la colección para la sesión de fotos promocional. Y tú -señaló a Pelusa -puedes empezar pasado mañana a primera hora. Ven a buscarme a esta misma habitación y te enseñaré donde está el taller.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torre Serpentaria
06/05/19, 03:43 pm
El comentario Rox ante su indecisión con que nombre poner en el formulario hizo que le mirase con suma atención por un instante, sacándola de sus pensamientos y el como en un instante, puso en voz alta su indecisión, en cuanto Dama Isis explico el significada del 'dama' en Rocavarancolia.
<<Dama Pelusa >> saboreo mentalmente el nombre dicho por Rox, aun le sonaba extraño, no le disgustaba pero estaba aun insegura. No las tenia aun todas consigo incluso si creía que de algún modo tenía que unir todo lo que era ella ahora en un nombre no estaba aun 100% segura de hacerlo, así que simplemente puso pelusa en el formulario y miro a Rox.
-Me gusta pero....creo que aun tengo que pensar un poco en ello para decidirsme. Sonara un poco raro pero, eso del nombre si es importante para mi. Pero gracias Rox, me ha sido de mucha ayuda- susurro suavemente la niña rellenando el formulario también con los nuevos detalles añadidos por Dama Isis. Eso de poseer ropa de su mundo, calzado o productos de higiene le aprecia algo necesario y un buen añadido a su salario. El dinero era importante, porque con el podrían pagar el brazo de Rena, aunque protestase, así como la pierna de Eitne. Pero teniendo en cuenta las dificultades técnicas que poseía a la hora de buscar ropa de su talla o calzado, especialmente calzado le venia estupendamente bien.
Ademas si con eso podía conseguir telas o productos de higiene o cosas necesarias para ella o sus amigos lo aceptaba y estaba segura de que Rox también lo haría. Una vez lo hizo le entrego el formulario de vuelta a Dama Isis y asintió cuando dijo que ella empezaría al día siguiente, Rox tendría que esperar un poco mas.
-De acuerdo, pasado mañana entonces estaré aquí- dijo la niña que como siempre era sutil y casi inexpresiva, pero cuyos ojos lavandas surcados de negro brillaba na ligeramente como emoción y ganas de trabajar. Estaba acostumbrada a trabajar y dado que por el momento no podía ser muy útil de otras formas porque ni defenderse, ni magia podía hacer, quería hacer por lo menos eso.
<<Dama Pelusa >> saboreo mentalmente el nombre dicho por Rox, aun le sonaba extraño, no le disgustaba pero estaba aun insegura. No las tenia aun todas consigo incluso si creía que de algún modo tenía que unir todo lo que era ella ahora en un nombre no estaba aun 100% segura de hacerlo, así que simplemente puso pelusa en el formulario y miro a Rox.
-Me gusta pero....creo que aun tengo que pensar un poco en ello para decidirsme. Sonara un poco raro pero, eso del nombre si es importante para mi. Pero gracias Rox, me ha sido de mucha ayuda- susurro suavemente la niña rellenando el formulario también con los nuevos detalles añadidos por Dama Isis. Eso de poseer ropa de su mundo, calzado o productos de higiene le aprecia algo necesario y un buen añadido a su salario. El dinero era importante, porque con el podrían pagar el brazo de Rena, aunque protestase, así como la pierna de Eitne. Pero teniendo en cuenta las dificultades técnicas que poseía a la hora de buscar ropa de su talla o calzado, especialmente calzado le venia estupendamente bien.
Ademas si con eso podía conseguir telas o productos de higiene o cosas necesarias para ella o sus amigos lo aceptaba y estaba segura de que Rox también lo haría. Una vez lo hizo le entrego el formulario de vuelta a Dama Isis y asintió cuando dijo que ella empezaría al día siguiente, Rox tendría que esperar un poco mas.
-De acuerdo, pasado mañana entonces estaré aquí- dijo la niña que como siempre era sutil y casi inexpresiva, pero cuyos ojos lavandas surcados de negro brillaba na ligeramente como emoción y ganas de trabajar. Estaba acostumbrada a trabajar y dado que por el momento no podía ser muy útil de otras formas porque ni defenderse, ni magia podía hacer, quería hacer por lo menos eso.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torre Serpentaria
11/05/19, 12:03 pm
La explicación al “dama” fue más simple aún, aunque la explicación del porqué personal al “dama” de la frivy le provocó un pequeño «uuf» mental. Ni de coña metería un extra en su nombre solo por sonar más rocavarancolés.
—Tranqui, te entiendo —respondió a Pelusa—. Es algo muy personal y, en fin. Ya sabes —se encogió ligeramente de hombros con una media sonrisa, dejándolo ahí de forma que solo la mona pudiera pillarlo. Él había dejado de ser Roxanne hace mucho, igual que Adru había recortado su nombre hace menos. Aquel tema estaba lejos de serle desconocido. Le sorprendió que le diera las gracias porque no creía haber hecho nada, a lo que le sonrió y guiñó un ojo con sutileza—. No hay que darlas.
Dama Isis mencionó esa otra forma de pago parcial, así que el cambiante rectificó el movimiento de entregarle el papel para volver a mirar el formulario. Rox, a diferencia de la mona, no pensaba en ese momento en compartir ni en productos de higiene, en su mente se había encendido la necesidad de un capricho que la ciudad le había privado y eso era todo lo que ocupaba ahora sus pensamientos. Zapatos deportivos. Una sonrisa trataba de asomar en sus labios, resultando en una mueca contenida al imaginarse con nuevas zapatillas de formas y colores estridentes. Sus adidas estaban bien, pero hace tiempo habían dejado de ser totalmente blancas, las bandas negras empezaron a rasparse a mitad de cosecha, la suela era demasiado plana y como las usase mucho más se quebrarían por mil sitios. Además echaba de menos la variedad. En lo que se le pasó el ensimismamiento y hubo anotado que aceptaba recibir dichas cosas, pensó en Rena. A la irrense le vendría bien un tinte nuevo, así que se aseguraría de pedírselo a su jefa llegado el momento.
—¡De acuerdo! —respondió con energía, poniéndose firme como un soldadito de plomo—. ¡Estaré pendiente!
Las ganas que tenía de trabajar eran inmensas, aún con el corte que le daría los primeros días, no solo por el trabajo en sí, sino por lo raro y atraido que se sentía hacia su jefa. No podía esperar por llegar a la Sede y contárselo a los demás. Pasaría todo el camino de vuelta emocionado, bromeando y sin callar con Pelusa.
«Rox, cambiante y modelo profesional ¡Ja! Voy a necesitar un nombre artístico y todo.»
—Tranqui, te entiendo —respondió a Pelusa—. Es algo muy personal y, en fin. Ya sabes —se encogió ligeramente de hombros con una media sonrisa, dejándolo ahí de forma que solo la mona pudiera pillarlo. Él había dejado de ser Roxanne hace mucho, igual que Adru había recortado su nombre hace menos. Aquel tema estaba lejos de serle desconocido. Le sorprendió que le diera las gracias porque no creía haber hecho nada, a lo que le sonrió y guiñó un ojo con sutileza—. No hay que darlas.
Dama Isis mencionó esa otra forma de pago parcial, así que el cambiante rectificó el movimiento de entregarle el papel para volver a mirar el formulario. Rox, a diferencia de la mona, no pensaba en ese momento en compartir ni en productos de higiene, en su mente se había encendido la necesidad de un capricho que la ciudad le había privado y eso era todo lo que ocupaba ahora sus pensamientos. Zapatos deportivos. Una sonrisa trataba de asomar en sus labios, resultando en una mueca contenida al imaginarse con nuevas zapatillas de formas y colores estridentes. Sus adidas estaban bien, pero hace tiempo habían dejado de ser totalmente blancas, las bandas negras empezaron a rasparse a mitad de cosecha, la suela era demasiado plana y como las usase mucho más se quebrarían por mil sitios. Además echaba de menos la variedad. En lo que se le pasó el ensimismamiento y hubo anotado que aceptaba recibir dichas cosas, pensó en Rena. A la irrense le vendría bien un tinte nuevo, así que se aseguraría de pedírselo a su jefa llegado el momento.
—¡De acuerdo! —respondió con energía, poniéndose firme como un soldadito de plomo—. ¡Estaré pendiente!
Las ganas que tenía de trabajar eran inmensas, aún con el corte que le daría los primeros días, no solo por el trabajo en sí, sino por lo raro y atraido que se sentía hacia su jefa. No podía esperar por llegar a la Sede y contárselo a los demás. Pasaría todo el camino de vuelta emocionado, bromeando y sin callar con Pelusa.
«Rox, cambiante y modelo profesional ¡Ja! Voy a necesitar un nombre artístico y todo.»
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