Torre Serpentaria

-No especifico demasiado realmente sobre vuestra relación y tampoco quise indagar mucho, si habló un poco de todos con los que vivía, eso si...especialmente de su buen amigo Toima y sus desventuras, pero solo tuve la oportunidad de conocer a  Giz y Koval...bueno y ahora a ti - admitió Samiika riendo ante lo que se escucho como una broma de Dama Diurna.

Pronto llego Kimbra y Samika suspiro aliviada, escuchando aquel nombre que había oído ya alguna que otra vez pero cuyo dueño de dicho nombre nunca había tenido oportunidad de ver. Por ello curiosa realizo un escaneo con un suave sonido y lo que capto fue aquel enorme ¿perro?¿lobo? Algo similar parecía a si de primeras y que le dio una cierta curiosidad. <<Este lugar tiene mas animales y dominios que personas viviendo en el >> pensó la evaki que en su trayecto allí se había encontrado con varias estirges revoloteando por aquí y por allá cerca del torreón como si fuesen su patio de recreo.

Samika se dio libertad para coger uno de los primeros de los muffins que se comería con real apetito, saboreandolo con placer, mientras ponía sus orejas atentas ala conversación que inicio Dama Diurna y que Irianna continuo, no sabiendo muy bien de lo que hablaban. Realmente estaba muy despistada sobre lo proyectos a gran escala de sus amigos, especialmente de aquellos que vivían en Serpentaria. Aunque bueno por lo que podían entender, se conocían de trabajar juntas en algún proyecto en un mundo vinculado.

-¿Como os conocisteis? Si puede saberse vaya -pregunto Samika interesada, lamentablemente un poco perdida en esa conversación de ambas, su nivel de socializacion con el mundo mas allá de sus compañeros de ejercito estaba siendo bastante reducido, así que vivía en una especie de pequeña burbujita intentando captar alrededor con algunas dificultades aun. Agradeció con un sonrisa el driv que trajeron, echándose un taza y oliéndolo con gusto, pues se había acostumbrado bastante a este durante sus tiempos de cosecha, lo mas cercano al té terrestre que había tenido por ese entonces, escuchando los pasos de Kimbra llegar a la cocina antes de que los demás la vieran siquiera.

-¿Ocurrió algo interesante? -secundo a la pregunta de Irianna, pues de lo que sabia de Kimbra, solía ser realmente alguien que no era de meterse en broncas ni nada así que no creía que hubiese tenido problemas de ese tipo. Pero vaya, el mercado siempre era un lugar lleno de sorpresas; no podían negarselo con la de conversaciones extrañas que habría escuchado ella cada vez que pasaba por allí.

Wednesday

Wen rió cuando Samika nombró a Toima pensando que cualquier cosa que Noel haya dicho de Toima probablemente sería acertado.

- Sí, Erika también es mi amiga- contestó a Irianna-. De hecho, antes vivía en el burdel conmigo, pero también se fue. Es una chica genial, pero he de decir que no sabe elegir bien sus compañías. Y por compañías me refiero por supuesto a su pareja-comentó en tono de broma. Incluso aunque no podía evitar fastidiar al vampiro incluso cuando este no estaba escuchando, tampoco quería realmente que se llevaran la impresión equivocada sobre su relación-. Es probable que no vuelva a iniciar un proyecto como ese nunca más. Ha sido interesante, sí, pero también significa pasar demasiado tiempo fuera de la ciudad y parece ser que no soy tan aventurera como pensaba.

Wen tranquilamente cogió otro muffin y le dio un bocado mientras veía como Kimbra volvía a bajar y se acomodaba cerca de ellas.

- No tiene mucho misterio, en realidad. Soy la cosechadora de Krabelin, como puede que ya sepas, y Kimbra aquí presente quiso viajar a su mundo al poco de ser transformada y las reglas de la ciudad exigen que esos primeros viajes se hagan en compañía de un veterano. Obviamente, teniendo en cuenta lo mucho que viajaba ahí en aquel momento yo parecía ser la mejor opción, así que me lo pidió e Irianna decidió unirse. Luego volvimos un par de veces más e Irianna se interesó por mi trabajo- explicó a la pregunta de Samika.


Kimbra

La engendro se mantuvo en silencio durante toda la explicación que dama Diurna dio sobre su primer encuentro, consciente que de ser requeridos los detalles tanto Irianna como la propia Diurna podrían darlos sin necesidad de que ella interfiriera, pero pronto se convirtió en el foco de atención cuando tanto Irianna como Samika preguntaron por su estancia en el mercado, sospechó la engendro que debido a su retraso.

- Las transacciones económicas han sido, en el mejor de los casos, satisfactorias. He podido vender gran parte de la mercancía, principalmente piezas poco comunes y pieles tratadas, aunque ciertamente no he tenido la misma suerte con la caza más común, pero al finalizar, y siendo esta la razón de mi tardanza, si que ha ocurrido algo interesante. Se me ha presentado una oferta de empleo tentadora y previsiblemente, si su desarrollo es favorable, puede convertirse en mi oficio estable.

Dejó escapar una risa cuando dama Diurna bromeó sobre Jack: estaba claro que en aquel grupo había una confianza considerable o no harían aquella clase de comentarios de personas con las que se llevaban bien. La nebulomante no estaba muy acostumbrada a verse rodeada de gente con aquel tipo de sentido del humor, pero no podía decir que le disgustase. Resultaba refrescante en muchos sentidos y le hacía sentir que no tenía que ser perfecta en todo momento.
—Entiendo… —comentó cuando la bruja maldita explicó que no pensaba realizar otro trabajo como aquel—. La verdad es que creo que yo tampoco estaría a gusto pasando tanto tiempo fuera, pero sí planeo hacer bastantes excursiones a mundos vinculados. Me han nombrado cosechadora de La Cercanía, así que planeo visitar el mundo un par de veces antes de Samhein.

A continuación dama Diurna explicó cómo se conocieron respondiendo a la pregunta de Samika, a lo que la lacustre asintió con una sonrisa ya que no tenía mucho que aportar a lo dicho por ella.
—Kimbra y yo siempre te estaremos muy agradecidas por eso, ¿verdad?
La demonio, por su parte, explicó el motivo de su tardanza. Parecía que las cosas le habían ido bien y la idrina se alegraba por ella.
>>¿Qué tipo de oferta de empleo, si no es indiscreción?
Sabía que la hija de lunas no tendría reparos en hablar de lo que fuese, pero tratándose de Rocavarancolia igual el cliente sí había pedido discreción.

Se dio cuenta de que la sinhadre llevaba un buen rato callada y de que probablemente estuviese un poco cohibida, por lo que se propuso tratar de incluirla más activamente en la conversación de modo que pudiese participar.
—¿Tú te planteas cambiar de trabajo en un futuro próximo, Eara? No se está mal en la plantación, pero yo siempre lo he visto como algo por lo que empezar, para ser sincera.

Kimbra no tardó en aparecer para alivio de la sinhadre. La saludó cuando pasó por allí y pasado un rato le sirvió también su taza de syv para que fuese templándose mientras no bajaba. Entre tanto Eara bebía y sonreía con los comentarios mordaces de dama Diurna, especialmente cuando habló de Jack, ya que se notaba que bromeaba. También le devolvió una sonrisa a Irianna cuando mencionó que tenía buenas compañeras de trabajo, pero no encontraba palabras para aportar nada a la conversación. La charla sobre lo que hacían en Krabelin le interesaba mucho, y mientras escuchaba se preguntaba cómo sería llevar a cabo un trabajo que casi parecía sacado de un libro de aventuras. No podía negar que envidiaba que pudiesen hacer algo tan diferente de lo que ella estaba acostumbrada.

Kimbra regresó a la mesa cuando Eara había empezado a morder su primer pastelito. Lo degustó buscándole las pegas para mejorar la receta de cara a la próxima vez. Tal vez no habían levedado suficiente, y quizás les sobraba algo de azúcar, pero sí que estaban ricos.

Lo último que dijo Kimbra la hizo mirarla con asombro y dejar el pastelito sobre la mesa. ¿Qué podían haberle ofrecido por la calle? Tras la pregunta de Irianna, ella no pudo evitar añadir, con cierta preocupación:
—¿Te lo ha ofrecido alguien fiable?

Cuando la nebulomante se dirigió a ella la cogió por sorpresa. Estaba acostumbrada a presenciar conversaciones importantes sin aportar nada, como solía pasar en casa de Ayne. Allí estaba comportándose exactamente igual pero por el hecho de no ser transformada. Tenía que dejar de pensar de aquella manera, ya que la única que no era su amiga allí era dama Diurna, y no quería perder la oportunidad de darse a conocer.
—No tenemos planes concretos —respondió—, pero sí que pensamos buscar algo que nos guste más en algún momento. Sea lo que sea, seguiré trabajando donde lo haga Ayne. —De haber estado sola con las chicas de su cosecha habría añadido que nunca podría buscar un trabajo por sí misma. Sabía que ellas entendían la injusticia que era, pero al estar dama Diurna delante no quería dar la impresión de que se quejaba. Por supervivencia, su actitud ante transformados desconocidos era mostrarse agradecida de poder vivir en Rocavarancolia a pesar de todo. En cambio, añadió una explicación dirigiéndose a la invitada, ya que no sabía si habían sido presentados—: Ayne es mi edeel.

Escuchó atentamente las explicaciones dadas por Dama Diurna sobre como se habían conocido y asintió sabiendo perfectamente cuando dijo que los viajes inicialmente solo podían hacerse con veteranos.  Así como la mención de un tal Erika que no consocia realmente y de su  pareja nada adecuada, aunque logro percibir la broma en ella por lo que nos e preocupo mucho.

-Si, se eso, lo de tener que ir con un veterano, Virai, que esta en ejercito al igual que yo...fue conmigo y una amiga a la Tierra, Dama Iris se hace llamar ahora, no se si la conocerás - indico Samika sonriendo ante eso, pues había sido un viaje digno de mencionar- Lo cual debo decir nos vino genial, porque habría costado llegar a Londres a ciegas, incluso si Dama Iris se aseguro de preparar todo para que fuésemos seguras, cosa que agradezco. -dijo Samika divertida ante eso.

Por otro lado cuando Kimbra explico el motivo de su tardanza, no pudo evitar mover ligeramente las orejas intrigad,a especialmente por lo ultimo. ¿Una oferta de empleo sin mas al ir al mercado? eso si que era nuevo. Y un tanto sospechoso también.

-Dices que es una oferta tentadora, ¿no sera nada riesgoso ¿no? - dijo Samika intentando pensar que le podrían haber propuesto sin mucho éxito. Eran múltiples posibilidades y no podía mas que acompañar a Eara en su preocupación, había mucha gente rara en esa ciudad, había que andarse con cien ojos. Que a veces lo mas amables resultaba ser lo peores o a la inversa.

-Pienso realmente que una buena forma de hacer negocios en este lugar es haciendo muchos contactos con gente de cierta confianza - indico no pudiendo evitar añadir algo a las apalabras de Irianna y a la respuesta de Eara, ahora que hablaba sobre posibles proyectos futuros- Te abre mas puertas a la hora de iniciar cualquier cosa mas adelante... así que creo que la plantación sirve tanto como inicio como una forma de hacer contactos ¿no? Ya es una buena base para cuando queráis dedicaros a algo mas - añadió Samika que ya había tenido hacia no mucho una conversacional al respecto con ella y Ayne sobre el tema un poco por encima, mientras le daba otro mordisco a un muffin con glotonería.

Wednesday

Wen no dudó en felicitar a Irianna cuando esta contó que le habían hecho cosechadora de La Cercanía. A su entender, era algo bastante positivo teniendo en cuenta que era un trabajo relativamente fijo, que no quitaba mucho tiempo, no demasiado complicado y avalado por el consejo. A Wen ser cosechadora siempre le suponía un dinero extra que solía venirle muy bien.

La vouivre se limitó a asentir con compresión hacia Eara cuando ésta dijo que seguiría a Ayne, su edeel, al trabajo que fuera. Aquella dinámica de parejas de los sinhadres siempre le había dado curiosidad, aunque no lo suficiente como para que se pusiera a explorar sobre ella.

La británica escuchó cuando Samika contó su viaje a Londres e indicó que no creía conocer a dama Isis o, al menos, no le sonaba su nombre.

- Los contactos siempre son importantes en una ciudad como esta. Ya sea por trabajo, para conseguir algún producto poco común, para hacer favores y que te los devuelvan,... En esta ciudad prácticamente todo es un negocio y el boca a boca es la mejor promoción. No es como si hubiera internet para poder promocionarse a gran escala- bromeó, para luego dirigirse a las no terrestres-. Es una cosa de la Tierra.

Wen no le preguntó a Kimbra sobre el trabajo que le habían ofrecido porque todas las preguntas ya habían sido hechas, pero si atendió a sus palabras, tanto por curiosidad como para vigilar que no hubiera nada peligrosos o poco fiable en el trato. La krabelinense le caía bien y no quería que ya desde el principio se juntarse con la chusma de la ciudad, no al menos sin ser consciente de ello.


Kimbra

Kimbra escuchó tranquilamente las preguntas de todas mientras le daba un sorbo a su bebida antes de contestar.

- Todavía no puedo juzgar si la persona para la que voy a hacer el trabajo es o no de fiar, pero puedo asegurar que no se trata de un trabajo con un nivel alto de riesgo. De hecho, es un oficio que yo ya ocupaba en mi mundo de origen. Para lo que se me ha contestado exactamente ha sido para cazar y domar una montura- explicó la demonio-. No ha sido una oferta a priori, sino el resultado de una situación algo curiosa. El brujo que me ha contratado se ha acercado en un principio a mí con la intención de comprar a Ámarok- contó la engendro y, aunque mantuvo su tono monótono durante la explicación, se pudo percibir cierto tono de incredulidad hacia el final-. Por supuesto, no había manera de que esa transacción se llevara a cabo, pero dicho suceso desencadenó cierto pensamiento en mí y le planteé la posibilidad de cazar y domar yo misma a su montura. Pareció bastante satisfecho con la idea. Pienso que este trabajo puede ser beneficioso para mí, me puede aportar dinero y la posibilidad de hacer uso de mis habilidades a la par que realizó una actividad de mi agrado. Posiblemente, si esta primera vez sale bien, lo establezca como mi oficio principal. Además, tal y como ha señalado Samika, supone una oportunidad para darme a conocer y generar contactos. En conclusión he de decir que no tenéis que preocuparos por la situación, ya que en definitiva ha resultado beneficiosa. Asimismo, ha supuesto una oportunidad para hacer uso por primera vez de mi nuevo nombre rocavarancolés, lo que ha sido un añadido positivo.

—Oh, no sabía que habíais ido a la Tierra —le dijo a Samika—. A ver si puedo ir yo también, tal vez el año que viene… Vac me ha explicado cómo grabáis y reproducís música los humanos y necesito conseguir uno de esos aparatos. A lo mejor también me entero de qué son cosas como Internet —añadió mirando hacia dama Diurna con una sonrisa.
La nebulomante sentía mucha curiosidad por la tecnología de mundos más avanzados como la Tierra e Irraria, aunque de este último no sabía demasiado.

A continuación escuchó la detallada respuesta de Kimbra, quedándose satisfecha con lo que dijo: no parecía nada peligroso y desde luego no era algo descabellado.
—Pues es una buena idea: tienes muy buena mano con los animales, está claro. Oh, y me alegro de que pudieses usar tu nuevo nombre… Yo todavía estoy indecisa al respecto.

Finalmente, prestó atención a la respuesta de Eara y asintió pensativa mientras daba un nuevo sorbo a su taza de té.
—Sí, es lógico… Pero a lo mejor tienes tú una idea antes que él y será él quien trabaje donde tú lo hagas —añadió sonriendo y tratando de imprimir un tono neutral.
No quería que la sinhadre se lo tomase como una crítica, pero no había podido evitar notar que parecía poner a su edeel siempre por delante de ella. No es que fuese sorprendente teniendo en cuenta lo que sabía de la cultura sinhadre, pero a la idrina le molestaban las diferencias sociales tan marcadas.

Eara escuchó en qué consistía la oferta de Kimbra y se tranquilizó. Más que ofrecerle el trabajo una persona sospechosa, ella había decidido hacerlo por sí misma. Y era un buen trabajo, teniendo en cuenta que ya sabía cómo realizarlo. Podía aprender a domar todo tipo de monturas en el futuro y, seguramente, en Rocavarancolia era algo valioso. No conocía a nadie que se dedicarse a dormarlas, solo había visto gente comerciando con animales salvajes en el mercado.

—Los kerlax son monturas impresionantes, seguro que mucha más gente se interesará en ellas cuando haya más en la ciudad —dijo, sonriéndole a Kimbra—. Me alegra que ya tengas tu primer cliente. Asegúrate de que hable bien de ti. —Como decían las demás, los contactos lo eran todo. Su primer trabajo era muy importante para empezar a ganar buena fama.

La aurva se rio con el comentario de Irianna sobre quién iba a trabajar para quién. En realidad no le importaba de quién fuese la idea, siempre que los dos estuviesen de acuerdo en qué hacer.
—Si iniciásemos algo lo más probable es que fuésemos socios. De cara a la ciudad… supongo que nunca va a ser visto así. Pero no pasa nada —explicó, tratando de no mostrarse nerviosa. De nuevo no quería que dama Diurna percibiese que se quejaba de tener que vivir subordinada a un transformado. La realidad era que, como aurva, estaba tan acostumbrada a aquello que no le parecía diferente a como había sido toda su vida.

La mención a los nuevos nombres había captado su atención, así que se giró hacia Kimbra y le habló con cierta timidez debido a que aquello la cogía por sorpresa.
—No había oído que fueses a cambiarte el nombre, ¿cuál es? ¿Cómo prefieres que nos dirijamos a ti? —Luego miró a Irianna—. ¿No encuentras un nombre que te guste o no sabes si cambiarlo?

Eara trataba de tomarse con normalidad los cambios de nombre, pero para ella, que no había cambiado, eran una costumbre extraña. Podía entender por qué lo hacían. Los efectos que la transformación había producido en la gente saltaban a la vista. Para cada transformado había un antes y un después claros. Ella también sentía que había cambiado, pero había un abismo entre sus sensaciones y las de los demás.

Samika se rió de acuerdo con Dama Diurna sobre el detalle del Internet, ciertamente era una dificultad técnica a la hora de hacer muchas cosas.

-Internet era un buen amigo, ayudaba mucho al hora de buscar cualquier cosa, mas encima cuando tenia un ordenador adaptado para escribir en braille, ahora hasta para escribir o leer debo ingeniármelas- asintió la evaki tomando un sorbo de su té tras explicar brevemente que era un"ordenador" y el "braille" a las dos no humanas que no conocían el termino, pues con Eara si hablo de eso ultimo hace tiempo.Lo que acompaño a su vez la curiosidad que mostró Irianna al respecto sobre la tecnología terrestre- Llevábamos mucho tiempo planeando ir a la Tierra a ver a mi familia, así que que aproveche y le mostré un poco mi ciudad- acepto la evaki sonriendo- Y sobre los aparatos, creo recordar que había forma de traerlos y que aun funcionaran ¿no? - cuestiono mas que nada a Dama Diurna que era la que mas tiempo llevaba en la ciudad- Recuerdo que Dama Isis podía poner música en el torreón cuando aun eramos cosechados...- añadió pensativa, acordándose bien de las sesiones de entrenamiento, tomando otro sorbo de su té mientras escuchaba el intercambio de palabras entre Eara e Irianna.

Y no pudo evitar fruncir levemente el ceño ante ciertas palabras de Eara respecto a lo de que la ciudad no le vería como socios a ella y a Ayne. Bajo la taza de té pensando en ello.¿Seria muy incomodo para ella ser una una no-transformada entre tanto transformado? porque bueno, mas o menos en si lo eran. El pensamiento de que alguien pudiera ver de menos a Eara por eso no le gustaba en lo mas mínimo y no le improtaba mucho mencionarlo.

-Creo que haréis un excelente equipo como socios Eara, que en la ciudad puede decir misa...no quita que eres como todos nosotros. Así que quédate un poco con eso...opiniones sin sentido de gente que ni conoces, no te valen la pena ni escucharlas si llegan a decir algo, y esto funciona seas de donde seas o luzcas como luzcas. A palabras necias oídos sordos, es lo mejor- indico la evaki con calma y una suave sonrisa, no buscando pelea o algo tan solo dando su opinión al respecto. Eara no era menos por no haberse transformado y pobrecito de la cinturilla de la ciudad que alguna vez diera indicio de lo contrario.

La charla continuo en este caso con Kimbra explicando un poco sobre lo que le había ocurrido en el mercado y la evaki presto bastante atención a eso. Habia sido de algun modo un buen golpe de suerte, encontrar un oficio que le gustaba y del que era buena de esa forma...aunque teniendo en cuenta lo que había llegado a percibir de Amarok cuando esta lo llevo a su cuarto, desde luego era una criatura increíble que claramente atraería la atención. No era de extrañar que se hubiesen fijado en el.

-Si eres buena amaestrandolas, supongo que mas adelante también podrás aventurarte con otras especies de otro mundos, seguro habrá mucha gente que quiera tenerlas y no puedan por ser salvajes- añadió Samika que tenia en cuenta la cantidad de mundos que había con animales de todo tipo. Podia ser realmente un trabajo con futuro, visto que la extravagancias en la ciudad estaban a la orden del día- ¿Cambiaste de nombre? Vaya, eso si estas decidida e ir a por todo de una - comento la evaki sorprendida porque ya hubiera tenido el atino de presentarse con el nuevo nombre que ciertamente le daba curiosidad saber. No tendría problema en llamarle de esa forma si eso quería, sabia que había gente que solo cambiaba de nombre de forma profesional y no entre amistades, así que no sabia como seria en el caso de Kimbra.

Kimbra

Kimbra agradeció con un asentimiento de cabeza y una leve mueca satisfecha las felicitaciones por su nuevo trabajo y procedió a explicar su nuevo nombre a aquellas que no lo sabían, que eran todas menos Irianna.

- Teniendo en cuenta que en Krabelin cambié, o tuve la intención de cambiar, mi nombre al decidir irme con los nombrados, pensé que la tradición rocavarancolesa de cambiar de nombre era del todo adecuada ahora que pertenezco a la ciudad. Mi nombre elegido ha sido Estigma, ya que, una vez descubrí su significado, lo creí correcto dado mi origen como engendro y mi actual transformación- explicó lo más conciso que pudo, no porque no quisiera que supieran las razones, sino porque sabía que si empezaba a explicar toda la situación de forma detallada resultaría en un monólogo largo y algo complejo que podría molestar a sus compañeras-. No tengo la necesidad de ser llamada con mi nuevo nombre habitualmente ni tengo ninguna animadversión con el nombre de Kimbra, por lo que si queréis seguir llamándome así o creéis que os sentiríais más cómodos de esta manera, no tengo ninguna objeción.


Wednesday

Wen sonrió ante la explicación de la krabelinense. Era bastante común cambiarse el nombre de puertas para afuera y seguir manteniendo el anterior solo para la gente cercana. Ella misma lo hacía de esa manera, aunque para ella era importante quién tenía o no permiso para llamarla de determinada manera ya que representaba en quién depositaba su confianza.

- La tradición del cambio de nombre es algo que cada uno lleva como quiere. Hay quien hace el ritual completo y tira al foso de Rocavaragálago sus pertenencias antes de decir su nuevo nombre y hay quien directamente no se lo cambia. Yo conozco a muchos que prefieren la segunda opción y creo que a nadie que haya elegido la primera, pero, claro, tampoco es como si yo fuera preguntando a todos los que conozco cómo lo hicieron ellos- comentó omitiendo cómo lo había hecho ella. No es que hubiera participado del ritual completo, pero para ella lo del cambio de nombre era algo íntimo e importante por lo que tenía claro que nunca preguntaría a nadie cómo lo hizo a menos que esa persona quisiera contárselo-. ¿Alguna idea que barajes por el momento?- pregunto directamente a Irianna.

—Samika tiene razón. Ya cambiarán de opinión cuando comprueben lo eficiente que eres —replicó a Eara con una sonrisa. No importaba qué tipo de negocio fuesen a regentar sus amigos: tenía claro que la aurva se esforzaría mucho en lo que fuese.
Ella ya sabía cuál era el nombre de Kimbra, pero dejó que la propia hija de lunas respondiese a la pregunta, explicando también sus motivaciones tras aquella decisión.

Lo que explicó la evaki acerca de internet llamó mucho su atención, pero decidió abstenerse de hacer demasiadas preguntas para saciar su curiosidad, ya que probablemente no iba a entender los tecnicismos y una reunión como aquella no era el momento para tratar de entender el funcionamiento de la tecnología alienígena.
—Sí, sobre eso me explicó algo Vac —respondió, no obstante, a la pregunta de la chica sobre el transporte de aparatos electrónicos a través de los portales—. Si se toman algunas precauciones se pueden traer sin que se estropeen. De todos modos seguro que personas como Krono Rádem serían capaces de repararlos aun así. Yo también quiero uno de esos aparatitos que pueden contener un montón de canciones. ¿Cómo se llamaban? ¿MT3?

La idrina centró su atención en Eara una vez más al plantearle esta una pregunta.
—Supongo que un poco de ambas, aunque más bien no creo que necesite usar otro nombre hasta que no tenga claro que haré para ganarme la vida en la ciudad por mi cuenta.
Asintió ante la explicación de dama Diurna, que encajaba en lo que había observado en aquellos habitantes más antiguos que conocía y lo que había leído al respecto de las traciciones.
>>En el Macetero no tenemos que tratar con nadie que no pertenezca a la plantación por lo que es innecesario, pero creo que sí querré tener un segundo nombre para negocios. Además, “Irianna” como nombre en la portada de una novela escrita por mí no creo que destaque demasiado en una ciudad como esta —bromeó riéndose—. Sí que sopesé alguno, como dama Bruma… Pero lo acabé descartando por ser demasiado directo y simple. Me gustaría algo con un poco más de significancia, pero la verdad es que ni yo misma tengo claro qué estoy buscando. Tengo tiempo para pensarlo, supongo.

La charla estaba resultando animada y la idrina animó a las invitadas a que se terminasen los cupcakes que aún quedaban sobre la mesa, que ya no eran demasiados. La nebulomante se dedicó a escuchar las respuestas de sus amigas a todo lo que comentaban sin intervenir demasiado durante un rato, pues le daba vueltas a algo en su cabeza. Desde hacía un rato se preguntaba si debía aprovechar aquella reunión para dejar salir algo que llevaba un tiempo planteándose cómo tratar con la gente más cercana a ella, sintiendo en parte que debía una explicación a algunas personas, tranquilizar a otras y, además, dar el paso de ser capaz de contarlo.
—Oíd, me gustaría contaros algo… personal —dijo finalmente cuando encontró un hueco en la conversación—. En realidad Eara y dama Diurna conocen parte de la historia, pero… Bueno, creo que será mejor que empiece por el principio. Hay un motivo por el que acepté venir a la ciudad sin necesidad de que me drogasen como sé que ocurre normalmente.

La lacustre relató brevemente cómo había conocido a un chico amable hacía unos años que le ayudó con los estudios y como se habían hecho buenos amigos. Les explicó cómo se torció todo cuando Veril se obsesionó con ella y descubrió su verdadera cara. El calvario que sufrió durante aquel año, sin poder contarle a nadie lo que ocurría porque tenía la certeza de que no le iban a creer y que probablemente sus padres tan solo creyeran que se había inventado una historia inverosímil para justificar la “irracional” fobia que había adquirido hacia los hombres.
—Les expliqué a ellas el problema que tenía, aunque no profundicé en los detalles. No me sentía preparada para hacerlo y durante mucho tiempo creía que no iba a poder afrontar mi problema. Pero con el paso del tiempo me di cuenta de que no podía seguir así. Y finalmente conseguí reunir el valor para dar el paso necesario y atreverme a atravesar el portal de Idris una vez más…
Les relató entonces su breve visita a su mundo natal. Cómo había emboscado a Veril en plena noche en mitad de un espeso banco de niebla.
>>Supongo que le debió de doler: ahora soy más fuerte que él —sonrió complacida cuando les refirió acerca de la sonora bofetada que le había regalado al idrino. Hizo una pausa entonces para tomar aire y darle el último sorbo a su segunda taza de driv—. Creo que nunca me había sentido mejor conmigo misma, si soy sincera.

Eara agradeció las palabras de ánimo Samika e Irianna, pero le costaba creer que hacerse respetar fuese tan fácil como desearlo, y más teniendo en cuenta que su edeel no dejaba de meterle miedo en el cuerpo con su actitud protectora. Por suerte pronto se estuvo hablando únicamente de la costumbre de cambiarse el nombre, y Eara escuchó atentamente la explicación de Kimbra.
—Suena bien —le dijo—. Trataré de usarlo al menos delante de quienes no te conozcan. —Lo cierto era que aún no se había acostumbrado a aquella clase de nombres, pero admitía que pegaban con la ciudad y allí eran frecuentes.

Luego fue el turno de Irianna de explicar que sopesaba cambiarse el nombre.
—Tómate el tiempo que necesites, es más importante elegir un nombre que te guste de verdad —dijo en respuesta, a falta de ideas para sonar menos genérica. Le habría dicho que su nombre sonaba bonito tal y como estaba, pero sospechaba que no era lo que quería oir.

La conversación continuó durante un rato, en el que Eara se dedicó a revolver los posos del syv y escuchar, pero dejó el vaso en la mesa en cuando intuyó que lo que quería contar Irianna era serio y no otra anécdota más. Entendió enseguida que iba a tratar sobre su fobia. El día que le había hablado de ella no había querido hacer preguntas para no presionarla, y parecía que por fin se había decidido a contar la historia entera.

Aunque escuchó con atención, a ratos su mirada se perdía en los posos del vaso de nuevo y sus dedos apretujaban el cristal. ¿Cómo podían sus padres haberla ignorado de ese modo? Lo peor era que no le resultaba tan extraño, que conocía casos con algunas similitudes, pero se sentía fatal por Irianna. Por suerte la anécdota no se quedó ahí. La nebulomante empezaba a superar sus problemas, incluso se había atrevido a enfrentarse a la persona que más la aterraba. Eara lamentó no haber sido consciente de aquello antes. «A Irianna Rocavarancolia la ha ayudado, en vez de cambiarla para mal» meditó, dándose cuenta de que no era ni mucho menos el único caso.
—Siento mucho no haber podido apoyarte antes en todo esto, Irianna. Pero me alegra saber que estás dejando el pasado atrás. Ha debido de ser muy doloroso... todo este tiempo. —Cuando logró hablar miraba a Irianna seria, insegura de si sonreírle sería una opción mejor. Empatizaba, de algún modo, con el sufrimiento de la idrina, y su historia le había dejado mal cuerpo a pesar de la sonrisa con la que había narrado el final—. Si todavía puedo ser de ayuda, puedes hablarme cuando quieras de lo que necesites. Las fobias no deben tomarse a la ligera, y ya sabes que nunca voy a juzgarte por algo así.

Asintió a las palabras de Irianna, no queria que Eara se hundiera o se sintiera inferior o algo así por no estar transformada, le parecía realmente lo de menos eso. Había sufrido tanto como ellos, era una mas, para las buenas y malas.

La evaki, dejo que la conversación continuara mientras tomaba otro dulce y lo saboreaba golosamente escuchando las palabras de Kimbra sobre su nombre y como Irianna pretendía cambiárselo también cuando diera con el adecuado.

-'Estigma'...realmente parece encajar bien con esta ciudad, me gusta como te queda- indico Samika pensativa, le resultaría algo extraño llamarle así en publico pero, bueno se había acostumbrado con Twixy's- Y sobre el tuyo, Irianna...no creo que haya prisa como dice Eara, seguro encontraras uno con el que te sientas cómoda o encaje con lo que desees hacer- aseguro Samika y luego sonrio- Yo no voy a comerme la cabeza con eso, me quedare con mi nombre, de por si es algo singular...y toda yo ya es lo bastante llamativa a simple vista como para añadirle algo mas- bromeo la evaki, dándole otro mordisco al dulce, notando como tras un poco de charla respecto al asunto de los nombres, Irianna empezó a hablar con un tono que hizo que Samika moviese sus orejaS instintivamente, notando una suerte de seriedad en su voz.

Escucho atenta extrañada al escuchar que era algo que al parecer ya sabían Eara y Dama Diurna y que así de primeras, le preocupo un poco. ¿Le había ocurrido algo? Y vaya si le había ocurrido... Samika escucho con expresión seria y silenciosa las palabras claras de Irianna, no pudiendo verla pero aun así notando en su voz cuanto le costaba en el fondo hablar de ello. La evaki no dijo nada, seria y silenciosa no queriendo perderse nada de lo que la bruja había decidido finalmente contarles...y fue algo realmente le sorprendió y sobrecogió. Y sintió unas terribles ganas de tener a ese tal Veril delante y dejarle la cara irreconocible a puñetazos.

Samika no pudo evitar sentir congoja y un cierto escalofrío al escuchar con detalles como ese tipo habia estado tras ella, como todo un claro acosador escalofriante sin que nadie pudiera pararlo, cosa que le aprecia horrible de parte de sus padres que no hicieran absolutamente nada.¿Que clase de padres eran de no escuchar un llamado de auxilio de su propia hija? ¿no que los idrinos supuestamente captaban bien lo gestos y esas cosas? ¡Por dios, era enfermiza la situación por donde se le viera!. La evaki estaba en parte molesta y en parte horrorizada con lo escuchado, era como escuchar una pesadilla vivida... le parecía incluso mas horrible que cualquier monstruo de la ciudad, porque era al fin de cuentas era algo que te hacia alguien en quien inicialmente confiabas, que tiene pase a tu casa, que crees cercano. Ya no solo el acosos en si y el desinterés de sus padres no haciendo gran cosa aparentemente...sino las amenazas y comentarios...el agotamiento físico y psicológico que eso suponía.

Evidentemente para Samika, el hecho de que Irianna tenía fobia a los hombres nunca había dio algo tanjente y notorio sino era algo mencionado, se sentia una espantosa amiga por no haberlo notado y maldecía en su fuero interno esas cosas pequeñas cosas que no podía captar por su dificultad de visión. Por ello le sorprendido escuchar aquello y aun mas el escuchar el motivo que había detrás.

Pero no pensó en ella, se quedo con las ultimas palabras de Irianna, esas que decían que fue a su mundo a enfrentarse con el causante de sus miedos y Samika no pudo mas que sentirse profundamente orgullosa por ella. Daba igual que no fuese algo que hubiese vivido, era imposible no empatizar y sentir cuanto valor habría necesitado para hacer eso.

-Debes sentirlo, muy pero muy orgullosa de lo que has hecho...es un gran paso para demostrar cuan fuerte eres y para decidir que quieres hacer con tu vida sin tener su sombra tras de ti.- aseguro Samika con sus ojos ciegos puestos firmes en la figura borrosa de Irianna-No creo para nada que tu decisión para venir fuese un intento de huida, fue una búsqueda de oportunidades, de buscar ese valor que te faltaba...porque fuerte siempre has sido, de eso estoy segura, no es algo que se aprende, se tiene, es algo que todos tenemos. Solo que a veces se necesita un empuje y eso te lo dio este lugar - aseguro Samika con convicción, mirando a Irianna y apretó los puños y se modio los labios escuchando la voz de Eara dándole todo su apoyo y ayuda- Y lo siento mucho por no darme cuenta, por no saber hasta que grado llegaba tu fobia...y te dire lo mismo que Eara, siempre que necesites a alguien aquí me tienes, para hablar...o para partirla la cara a quien sea, aunque de eso puedas valerte mas que perfectamente sola -aseguro la evadir sonriendole- Pensar que hay imbéciles así en otros lugares angustiante, parece un germen común en cualquier mundo y es algo que sinceramente debería ni existir...bastante malditos tenemos así en la Tierra como para que se multiplique en otro lugares también- bufo Samika un molesta por ese tipejo, por lo que respiro hondo y se centro en Irianna- Pero también se agradece que haya mujeres capaces de darle una buena patada donde mas duele si intentan pasarse de listos...espero que esto te haya ayudado de verdad a perder un poco de ese temor.

Kimbra

Kimbra agradeció la consideración que se tuvo hacia su nuevo nombre y en seguida le indicó a Irianna que, si bien ella ya había comenzado a usar el suyo, no había necesidad de que el cambio fuera inmediato, no si todavía no había encontrado el nombre adecuado.

La exposición de Irianna sobre su fobia la dejó entre confusa y orgullosa, a pesar de durante unos instantes sintió un poco de decepción y pena al ver que la nebulomante no había confiado en ella con aquel tema, pero en seguida comprendió el por qué de esta decisión, ya que ella no era ni mucho menos había sido alguien versado en sentimientos y relaciones, por lo que no era la opción más optima si se iba en busca de consejo o comprensión.

- Me alegra que hayas decidido enfrentar ese miedo y que al final la experiencia te haya hecho sentirte mejor contigo misma. Todavía soy bastante torpe en lo que a las relaciones y sentimientos se refiere, pero puedo deducir que ha habido una evolución y un resultado positivo. No obstante, si te ves en la necesidad de solicitar ayuda, me complacerá extraer todos los fluidos de ese individuo de forma considerablemente dolorosa si dicho acto puede resultar de utilidad.



Wednesday

La británica guardó silencio mientras escuchaba atentamente las explicaciones de Irianna y el cómo había golpeado literalmente a su miedo como terapia para superarlo.

- Como dice Samika, tienes que sentirte muy orgullosa de ti misma y no lo digo solo por cómo debiste dejarle la cara al desgraciado, sino por la valentía con la que tomaste la decisión cuando era mucho más fácil dejarlo aparcado e intentar olvidarlo y más teniendo en cuenta que nunca ibas a volverte a cruzar con él. Como bien ha dicho Eara, los miedos y las fobias no son una tontería que se pueda tomar a la ligera, enterrar o esconder y tú supiste ver la manera de que dejara de atormentarte incluso desde la distancia.

Aunque Wen era consciente de la seriedad del asunto y también de las buenas intenciones de la demonio, no pudo evitar reir cuando esta sugirió prácticamente torturara aquel que había hecho sufrir a su amiga.

Irianna sonrió cálidamente ante los comentarios de sus amigas, sintiéndose apoyada y comprendida de una manera que en Idris nunca hubiera podido. Negó con la cabeza ante comentarios de disculpa como el de Eara, no obstante.
—No tuve el valor de contárselo a nadie hasta mucho tiempo después. Es al contrario: dama Diurna y tú me habéis apoyado desde que lo supisteis. Y lo sé: ya no volveré a tragar con nada parecido yo sola —añadió ante las amables palabras de la sinhadre.

A continuación fue Samika la que expresó sus sentimientos al respecto y la nebulomante asintió cuando le dijo que debía sentirse orgullosa.
—No podíais saberlo. De verdad: no tenéis culpa de nada si no todo lo contrario —insistió cuando la evaki también emitió una disculpa—. ¿De verdad es algo tan común en la Tierra? —O eso le había parecido entender de las palabras de la humana—. Es horrible, no quiero que nadie tenga que pasar por algo parecido a lo que pasé yo. Ojalá pudiese hacer algo al respecto.

Cuando fue Kimbra la que habló Irianna sintió una ligera punzada de culpabilidad al hacerse una idea aproximada de los sentimientos que la demonio rakshasa demostró en un principio con su lenguaje corporal.
—Sé que siempre puedo contar contigo, Kimbra. Perdóname por no habértelo contado antes, pero no quería que te preocupases por mí debido a problema que posiblemente no ibas a entender. De todos modos quería que lo supieras y por eso lo estoy contando ahora.
Se echó a reír ante el ofrecimiento final de la hija de lunas, creándose una imagen mental que resultaba a la vez desagradable pero también tentadora.
>>No te preocupes: creo que prefiero dejar las cosas como están. Aunque no lo descart si alguna vez vuelvo a Idris y me entero de que sigue haciendo de la vida de alguna otra chica un infierno… Espero que no, traté de asegurarme de que no le quedasen ganas.

Y finalmente habló dama Diurna, la primera persona a la que había acudido para pedir ayuda. Le había resultado más sencillo en un principio tratar con alguien a quien no era tan cercana y que además consideraba una mujer experimentada y fuerte.
—Lo estoy, la verdad —afirmó cuando la bruja maldita reiteró que debía sentirse orgullosa—. Nunca pensé que hubiese podido avanzar tan rápido, pero sin duda ha sido gracias a la confianza que me otorgó esta ciudad y las personas de las que me he rodeado.
Al decir lo último miró a todas sus amigas allí reunidas tratando de transmitir agradecimiento con sus gestos y su sonrisa.

La nebulomante se sentía muy ligera después de aquella conversación y siguió charlando animadamente con el resto de cualquier tema que surgiese, pero por desgracia aquella velada empezaba a llegar a su fin. Dama Diurna había dicho que debía irse y los cupcakes ya eran historia tras haber insistido en que las invitadas se terminasen los últimos. La lacustre había empezado ya a recoger las tazas y platos para lavarlos cuando se fuesen.
—Muchas gracias por haber venido: me lo he pasado muy bien.

Twix se había volcado en el trabajo para mantener la mente alejada de los malos pensamientos, y sobre todo para desviar el cabreo tan grande que sentía por no haber sido invitada a la merienda con esa dama Comosellame. Samika se lo había contado, de forma casual, unos días antes, y había necesitado de todas sus dotes de interpretación para no montar una escena. Tenía varios planos, listas de constructores y presupuestos esparcidos por el escritorio e iba revisando unos y otros. El taller ya estaba utilizable y la colección con la que quería debutar en la ciudad estaba en marcha, solo tenía que cerrar un par de tratos y empezar a construir. Dio un largo suspiro y se preguntó de qué estarían hablando Samika, Eara y sus nuevas amigas. Alargó la mano para hurgar en la bolsa de cereales que se había llevado para picotear mientras trabajaba, pero estaba vacía, y como el haberse acabado antes de tiempo fuera la mayor de las traiciones la veela soltó una maldición y redujo la bolsa a cenizas.

Ya al final de la escalera podía oír las voces de las chicas y empezó a ponerse mala. Antes de entrar en la cocina se tomó unos segundos para formar su mejor máscara de indiferencia y recorrió con rapidez y elegancia el camino hasta una de las alacenas. No miró a nadie, no podía, si lo hacía sabía que iba a perder el control. Solo oler los restos de driv y dulces era bastante para que quisiera echarse a llorar de rabia.

-No os preocupéis, ya me voy -dijo en un tono gélido. Cogió una bolsa de cereales idéntica a la que ya se había comido y de la misma forma que había llegado se fue, sin siquiera despedirse.

Eara se permitió sonreir cuando comprobó que las palabras de apoyo de todas tranquilizaban a Irianna y relajaban el ambiente. Sabía que ninguna iba a pensar mal de la nebulomante por tener aquel problema, pero también entendía que para ella no era fácil contarlo si en su mundo la trataban de aquel modo.
—Me alegra mucho que hayas podido sacarte esa espina clavada. A partir de ahora las cosas solo irán a mejor —le dijo a Irianna, antes de que la comida se terminase y empezasen a recoger la mesa.

Fue mientras limpiaba las migajas del mantel cuando Twix entró en la cocina sin mirarlas ni saludar. La sinhadre entendió enseguida que le pasaba algo, y no era difícil atar cabos para saber el qué. No había pensado que estuviese en Serpentaria aquella tarde; si lo hubiese estado, habrían estado encantadas de que se uniese a la merienda. Llevaba tantos días prácticamente ausente preparando su negocio que Eara ni siquiera se habían planteado  el por qué de su ausencia. Y ahora, al verla molesta, se sintió culpable.
—Twix… ¡Espera! —le dijo mientras salía por la puerta. Miró con preocupación a sus amigas, insegura respecto a qué hacer—. Deberíamos… Voy a buscarla.
Salió al pasillo y la llamó una vez más. Si ya se había alejado demasiado trataría de alcanzarla.