Torre Serpentaria
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Rocavarancolia Rol
25 participantes
- Rocavarancolia Rol
Torre Serpentaria
02/08/11, 06:42 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Refugio para neotransformados de cinco plantas. La torre culmina en una cúpula. Está situada junto a la plaza de la fuente y su puerta protegida por un hechizo que solo pueden desactivar los inquilinos. En las plantas inferiores se encuentran las habitaciones, dos salas comunes con dos chimeneas centrales interconectadas y una cocina comedor. En la planta superior, bajo la cúpula, hay una sala de entrenamiento mágico que cuenta con medidas de seguridad para no dañar el edificio. A esta planta se accede mediante una runa de presión que abre una trampilla en el techo yy de la que descienden escaleras. La mayoría de los muebles están hechizados y a algunos les gusta gastar bromas.
Los pomos de las puertas de los cuartos ocupados se vuelven de color rojo y una placa con el nombre de la o las personas que lo ocupan aparece en medio de la puerta.
Los pomos de las puertas de los cuartos ocupados se vuelven de color rojo y una placa con el nombre de la o las personas que lo ocupan aparece en medio de la puerta.
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- Merodeador
Ficha de cosechado
Nombre: Nadzieja Sikorski.
Especie: Humana.
Habilidades: Resistencia, oído musical e imaginación.
Re: Torre Serpentaria
10/11/15, 10:15 pm
Ergot escuchó con atención las palabras de la frivy sin apartar la mirada de esta. Asintió cuando esta le contó donde estaban los demás y el porqué de su regreso. Ya los tenia localizados y estaban bien, eso era lo importante.
Aceptó gustosamente el bollo de frutas, que era casi tan grande como su cabeza, el cual se dedicó a engullir mientras veía obrar la magia de Twixy’s creando palabras luminosas, para Samika, permitiéndose solo en ese momento apartar la mirada. Intento leer las palabras pero la hoja de libro sobre véspidos soldados que le presentó la frivy le quito la visión de ella misma y de las letras mágicas luminosas.
Se puso a leer la información sobre lo que era o al menos lo intento. Lo hacía en voz alta y a trompicones poniendo la mano sobre la línea para no perderse en la hoja.
-…Aunnento considra-dare-algo de la velocidad, refleyos… quiero decir reflejos. No se lo digáis a Ayne. Y fuerza en relacción a su tamano-ño… Capacidades visuales y olfffativas. ¡Ah! por eso me olían tan bien estos bollos… Continuemos…- Fue entonces cuando le habló Samika por lo que dejo de leer para prestarle toda su atención.
-Oh si, yo tengo la impresión de que voy a aplastarlas siempre pero están aguantando muy bien… estaba pensando en pedirle ayuda a Rasqa para aprender a volar… pero creo que voy a volver a intentar usarlas…- Se puso en pie usando el borde del libro de soporte mientras Samika le preguntaba algo a la frivy sobre su transformación.
Comenzó a aletear y sintió como sus pies se despegaban del suelo, por lo que aumento la velocidad y se elevó con una rapidez vertiginosa a grito de “Wiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii” hasta que hizo “Pom” contra el techo, para luego hacer un “plaf” contra el suave cojín del suelo.
-Necesitamos clases de Rasqa.- dijo cuándo recuperó el aliento.
Aceptó gustosamente el bollo de frutas, que era casi tan grande como su cabeza, el cual se dedicó a engullir mientras veía obrar la magia de Twixy’s creando palabras luminosas, para Samika, permitiéndose solo en ese momento apartar la mirada. Intento leer las palabras pero la hoja de libro sobre véspidos soldados que le presentó la frivy le quito la visión de ella misma y de las letras mágicas luminosas.
Se puso a leer la información sobre lo que era o al menos lo intento. Lo hacía en voz alta y a trompicones poniendo la mano sobre la línea para no perderse en la hoja.
-…Aunnento considra-dare-algo de la velocidad, refleyos… quiero decir reflejos. No se lo digáis a Ayne. Y fuerza en relacción a su tamano-ño… Capacidades visuales y olfffativas. ¡Ah! por eso me olían tan bien estos bollos… Continuemos…- Fue entonces cuando le habló Samika por lo que dejo de leer para prestarle toda su atención.
-Oh si, yo tengo la impresión de que voy a aplastarlas siempre pero están aguantando muy bien… estaba pensando en pedirle ayuda a Rasqa para aprender a volar… pero creo que voy a volver a intentar usarlas…- Se puso en pie usando el borde del libro de soporte mientras Samika le preguntaba algo a la frivy sobre su transformación.
Comenzó a aletear y sintió como sus pies se despegaban del suelo, por lo que aumento la velocidad y se elevó con una rapidez vertiginosa a grito de “Wiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii” hasta que hizo “Pom” contra el techo, para luego hacer un “plaf” contra el suave cojín del suelo.
-Necesitamos clases de Rasqa.- dijo cuándo recuperó el aliento.
- InvitadoInvitado
Re: Torre Serpentaria
12/11/15, 02:57 am
''Estoy trabajando en ello'' fue su única respuesta a la pregunta de Samika. Jugueteaba con un mechón que se le había salido del moño, y durante un segundo hubo preocupación en su mirada.
Salvo el pequeño susto que se pegó con el accidente de Ergot, no hubo nada más destacable. Siguió haciéndoles compañía hasta que decidió seguir en su habitación, donde podría practicar magia sin molestar a nadie.
Fue una sensación extraña el volver a tener verdadera intimidad, un espacio para ella sola por primera vez en siete meses. La habitación era... corriente, y le resultaba ajena, como si le costase creerse que ahora era suya. Dejó la pila de libros junto a la cama. Individual. De colchón blando y un edredón de patchwork. Se dejó caer sobre ella, mirando al techo, y así permaneció un buen rato asimilando todos los cambios. Cuando se levantó fue para quitarse la ropa y meterse en la cama. Había sábanas, y estaban limpias, olían a jabón y aunque se notaba que eran viejas las cuidaban bien. Se acurrucó abrazándose a la almohada y se permitió una llantina corta de descarga, luego una paja, para poder conciliar el sueño. Y durmió mejor que en mucho tiempo.
Al día siguiente estrenó los baños de Serpentaria, alegrándose de no tener que gastar magia y energías en darse un simple baño. Desayunó con el resto y pasó todo el día desentramando los misterios de su nueva identidad, haciendo una lista de cosas que quería hacer, nuevas posibilidades. Su nuevo nivel de magia la enamoró. Probó muchos hechizos que antes le habían estado vetados, y mientras descansaba entre atracón y atracón de magia dibujaba. Hacía una eternidad que no dibujaba y estaba algo oxidada, pero sus habilidades seguían siendo útiles para lo que quería hacer: planos para su nueva habitación y diseños de ropa. En cuanto tuviera con quien saldría por las casa abandonadas en busca de muebles y cosas que pudiera reciclar, y tendría que buscar la forma de conseguir telas. Su costurero se le estaba quedando pequeño, necesitaría uno nuevo también, y luego estaba el tema de cuidar su pelo con pastillas de jabón y agua sin tratar. << Hipertendré que buscar hechizos de belleza>> Y sobretodo, tenía que volver a Frivo. Había cumplido el plazo y tenía cuentas pendientes.
Salvo el pequeño susto que se pegó con el accidente de Ergot, no hubo nada más destacable. Siguió haciéndoles compañía hasta que decidió seguir en su habitación, donde podría practicar magia sin molestar a nadie.
Fue una sensación extraña el volver a tener verdadera intimidad, un espacio para ella sola por primera vez en siete meses. La habitación era... corriente, y le resultaba ajena, como si le costase creerse que ahora era suya. Dejó la pila de libros junto a la cama. Individual. De colchón blando y un edredón de patchwork. Se dejó caer sobre ella, mirando al techo, y así permaneció un buen rato asimilando todos los cambios. Cuando se levantó fue para quitarse la ropa y meterse en la cama. Había sábanas, y estaban limpias, olían a jabón y aunque se notaba que eran viejas las cuidaban bien. Se acurrucó abrazándose a la almohada y se permitió una llantina corta de descarga, luego una paja, para poder conciliar el sueño. Y durmió mejor que en mucho tiempo.
Al día siguiente estrenó los baños de Serpentaria, alegrándose de no tener que gastar magia y energías en darse un simple baño. Desayunó con el resto y pasó todo el día desentramando los misterios de su nueva identidad, haciendo una lista de cosas que quería hacer, nuevas posibilidades. Su nuevo nivel de magia la enamoró. Probó muchos hechizos que antes le habían estado vetados, y mientras descansaba entre atracón y atracón de magia dibujaba. Hacía una eternidad que no dibujaba y estaba algo oxidada, pero sus habilidades seguían siendo útiles para lo que quería hacer: planos para su nueva habitación y diseños de ropa. En cuanto tuviera con quien saldría por las casa abandonadas en busca de muebles y cosas que pudiera reciclar, y tendría que buscar la forma de conseguir telas. Su costurero se le estaba quedando pequeño, necesitaría uno nuevo también, y luego estaba el tema de cuidar su pelo con pastillas de jabón y agua sin tratar. << Hipertendré que buscar hechizos de belleza>> Y sobretodo, tenía que volver a Frivo. Había cumplido el plazo y tenía cuentas pendientes.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torre Serpentaria
14/11/15, 07:33 pm
Llegaron a Serpentaria sin haber podido alcanzado a Twix, y una vez en la torre trataron de encontrar la habitación en la que descansaba Samika y a Hal, para poder reunirse todos los antiguos macieleros con la excepción de la frivy. Los informaron de las palabras de Tesón y charlaron posteriormente sobre qué podría haberle pasado y qué le hacía comportarse así, sin llegar a ninguna conclusión clara. No tenían mucha energía para afrontar la posible amenaza de Tesón después de todo lo que les había pasado en las últimas horas. Decidieron que lo que necesitaban era, sobre todo, descansar. Todavía era por la tarde, pero ya no estaba tan lejos la hora de la cena, y los sinhadres decidieron que no era un mal momento para irse a dormir. Después de haber pasado una noche terrible en el torreón, que fuese más temprano de lo que solía ser cuando se retiraban –por culpa de sus compañeros normalmente, que los entretenían– era irrelevante.
Escogieron un cuarto de la misma planta que los demás que tenía dos camas y no era demasiado pequeña para alojar a dos personas. Se les hacía un poco extraño, después de haber dormido toda la criba en la misma cama, que de repente tuviera que haber aquella distancia. Eara se preguntaba si era temporal, su edeel directamente no lo sabía, al menos todavía.
Después de haber picado algo en la cocina como cena adelantada, se fueron a la habitación. Había un silencio incómodo.
—¿Me enseñas el hechizo que encendía una llama? Ese que era tan fácil —preguntó Ayne mientras se quitaba la chaqueta.
—Claro.
Eara le enseñó los gestos que debía realizar primero, y se los hizo repetir. Luego le enseñó las palabras y, por último, lo hizo todo a la vez, provocando que una llamita brillase donde la había invocado, suficiente para prender una vela. Tuvo que repetirlo un par de veces más porque Ayne no se aclaraba con la coordinación. Pero, para cuando él logró encender una llama, mayor que la de Eara pero que se apagó en poco tiempo, la sinhadre ya sentía en cansancio acechándola. Sabía que no llevaba ningún cristal encima, pero el único hechizo que había usado en todo el día había sido aquella mañana, hacía muchas horas. La cara de sorpresa de su edeel, que se quedó mudo aun tras apagarse la llama, no le quitó ningún peso de encima. Estaba demasiado confusa preguntándose qué pasaba con ella, pero dado que no padecía ningún problema, su situación había quedado un poco de lado durante todo el día, y tampoco quería llamar la atención sobre el asunto.
—¿Es por la falta de reservas, o algo así? —preguntó Ayne.
—Supongo que sí.
—¿Crees que la energía de las almas se convierte en magia? Y así escapa de nuestros cuerpos otra vez.
—Es posible… ¿Quizás viene de ahí en primer lugar? El libro decía que las almas se regeneran, ¿y si cada vez que hacemos magia estamos usando su energía? Siempre me agoto cuando hago varios hechizos, hasta que llega un momento en que no puedo seguir. Pero al día siguiente… Bueno, ya sabes cómo va.
—A lo mejor. Necesitaríamos leer más sobre el tema.
—Si fuese cierto quizá no tengas tanto de que preocuparte. Siempre y cuando no hagas daño a nadie…
En respuesta, Ayne resopló, en buena parte porque estaba agotado, de forma especial mentalmente. Demasiada información en tan pocas horas.
Se metieron cada uno en su cama, descubriendo lo mullidas que eran, y, ya con el cuarto en penumbra, Eara se quedó mirando el brillo rojizo que iluminaba sutilmente la cara de su edeel. Le hizo preguntarse un montón de cosas sobre cómo se sentiría tener su transformación. Luego se preguntó, de nuevo, qué tenía ella de especial. Sorprendentemente, fue Ayne quien terminó por sacar el tema, al cabo de un buen rato en silencio.
—En la biblioteca… ¿encontraste alguna pista sobre ti? ¿Has notado algo diferente como Kirés?
—No. Ni se me ocurre nada. Ayne… —No sabía por qué dudaba, pero necesitaba contárselo a alguien—. Todas las transformaciones con capacidad mágica sobre las que leí tenían una capacidad enorme… y Twix ha estado haciendo mucha magia sin cansarse como antes. Es solo un ejemplo. Pero es que yo… no noto nada diferente. Sigo tan limitada como siempre. Tampoco me siento más fuerte, ni nada en especial. La Luna solo me ha parecido terrorífica desde que apareció.
Su edeel tardó un poco en contestar. No sabía cómo interpretar aquello.
—¿Y si es algo sobre lo que no has leído?
—¿Y si no es nada? Quiero decir… Leí sobre esencias. Hay gente que no tiene, Ayne. Jack dijo que aquí ambos podríamos desarrollar nuestro potencial, por eso no me lo había planteado hasta ahora…
—Pero si siempre has tenido magia, Eara, ¿cómo puedes pensar eso? —la interrumpió él.
—¿Pero por qué debería habernos separado? ¿Por qué iba a traer solo a una parte a Rocavarancolia? A lo mejor es necesario que estén las dos presentes.
—Claro que no. Los demás están solos, ni siquiera se emparejan con sus partes claras u oscuras, y todos han cambiado. —Se hizo el silencio de nuevo. Al final fue el mismo Ayne quien lo rompió—. Le preguntaremos a Jack, deberíamos buscarle.
—Sí… Será lo mejor.
—Quizá algún veterano sepa guiarnos, o ayudarnos a encontrar a ese embustero.
—En realidad Jack no mintió. Solo… no es lo que esperábamos.
Ayne bufó. Motivos no le faltaban, así que Eara no insistió.
No hablaron mucho más, ni tampoco tardaron en quedarse dormidos a pesar de todo. Debido al cansancio acumulado se despertaron más tarde de lo que habrían esperado, pero seguía siendo todavía de noche. Durante el aseo matutino pudieron comprobar hasta qué punto el nuevo baño era un lujo comparado con el torreón, y también que las alacenas estaban maravillosamente equipadas sin ser necesario ir a buscar la comida al exterior. Se habían acostumbrado a la dura vida del torreón hasta llegar a no verla tan mala, y de repente tan poca cosa era chocante.
Se dedicaron a buscar prendas que pudiesen servirles entre la ropa comunal hasta que se fue acercando la hora del desayuno del resto. Eara empezó a preparar un desayuno energético para, al menos, su grupo, y entre tanto apareció el primer habitante de la torre. Era un chico de una especie desconocida para ellos, no muy alto, con hocico y una mano de apariencia enguantada pero que parecía esconder algo más. Buscando empezar con buen pie, Eara le ofreció a él también un plato, y descubrió que era amigable aunque tremendamente serio. Decidió contarle entonces por qué buscaba a Jack, por si podía guiarlos hasta él, pero lo que sonsacó al irrense tras una larga conversación, más que la ubicación del cosechador, fueron respuestas directamente.
El descubrimiento ni siquiera cogió a la sinhadre por sorpresa, aunque sí dolía. No podía compartir con los demás la frustración del cambio, y sabía que Ayne la envidiaba y se preguntaba cómo serían las cosas de haber sido ella la transformada. Sin embargo, cuando lo veía desde el punto de vista de los rocavarancoleses, era como si ella no tuviese ningún derecho a estar allí. Ni siquiera les importaba que fuese la parte clara de Ayne. El trasgo les había dicho que se ganarían el derecho a ser residentes cuando la Luna los bendijese, y no había hecho nada de eso con ella. Sin su edeel, seguía siendo tan vulnerable y ajena a la ciudad como lo había sido siempre.
A pesar de todo lo nuevo y tantos cambios, los dos primeros días como residentes de Serpentaria pasaron rapidísimo, mientras los nuevos transformados estudiaban sus propias características y se planteaban qué hacer con ellas. Ayne se abstuvo de acercarse a nadie, pero no por eso dejaba de sentir la necesidad de hacerlo, unas veces de forma más acuciante y otras casi anecdótica. No se atrevió a hablar a su aurva de aquella inquietud porque le aterraba que empezase a sentir asco por él, por la aberración que era su mera existencia. Solo su aspecto ya debía de ser suficiente para eso, pero Eara lo toleraba sin decir nada. La primera vez que el edeel se vio reflejado lo había hecho estando solo. Se miró durante interminables minutos, quieto, sintiendo cómo se le revolvían las entrañas. Al moverse su visión se volvía todavía más desagradable, como si la carne fuese gelatina adherida a su esqueleto. El brillo antinatural de sus cuentas vacías ya era la gota que colmaba el vaso.
Al no ser capaz de encontrar a nadie que supiese de la existencia de otro anima en la ciudad, Ayne había revisado el libro de la biblioteca entero, que trataba de criaturas con precios de magia inmorales, en busca de algún precio similar. Los de sus compañeros letarguinos eran muy diferentes del suyo propio, mucho más abstracto, pero al leerlos no sintió precisamente envidia de ellos. Más bien empezó a ser consciente de que sus problemas no eran el centro del mundo.
El día en que Twix se marchó, sola de nuevo, los sinhadres no se enteraron de adónde iba. Eara seguía preocupada por el tema de su pelo, y estaría esperando, junto a Ayne y mientras cocinaba, a que bajase alguien de su criba para preguntarle si sabía dónde estaba.
Escogieron un cuarto de la misma planta que los demás que tenía dos camas y no era demasiado pequeña para alojar a dos personas. Se les hacía un poco extraño, después de haber dormido toda la criba en la misma cama, que de repente tuviera que haber aquella distancia. Eara se preguntaba si era temporal, su edeel directamente no lo sabía, al menos todavía.
Después de haber picado algo en la cocina como cena adelantada, se fueron a la habitación. Había un silencio incómodo.
—¿Me enseñas el hechizo que encendía una llama? Ese que era tan fácil —preguntó Ayne mientras se quitaba la chaqueta.
—Claro.
Eara le enseñó los gestos que debía realizar primero, y se los hizo repetir. Luego le enseñó las palabras y, por último, lo hizo todo a la vez, provocando que una llamita brillase donde la había invocado, suficiente para prender una vela. Tuvo que repetirlo un par de veces más porque Ayne no se aclaraba con la coordinación. Pero, para cuando él logró encender una llama, mayor que la de Eara pero que se apagó en poco tiempo, la sinhadre ya sentía en cansancio acechándola. Sabía que no llevaba ningún cristal encima, pero el único hechizo que había usado en todo el día había sido aquella mañana, hacía muchas horas. La cara de sorpresa de su edeel, que se quedó mudo aun tras apagarse la llama, no le quitó ningún peso de encima. Estaba demasiado confusa preguntándose qué pasaba con ella, pero dado que no padecía ningún problema, su situación había quedado un poco de lado durante todo el día, y tampoco quería llamar la atención sobre el asunto.
—¿Es por la falta de reservas, o algo así? —preguntó Ayne.
—Supongo que sí.
—¿Crees que la energía de las almas se convierte en magia? Y así escapa de nuestros cuerpos otra vez.
—Es posible… ¿Quizás viene de ahí en primer lugar? El libro decía que las almas se regeneran, ¿y si cada vez que hacemos magia estamos usando su energía? Siempre me agoto cuando hago varios hechizos, hasta que llega un momento en que no puedo seguir. Pero al día siguiente… Bueno, ya sabes cómo va.
—A lo mejor. Necesitaríamos leer más sobre el tema.
—Si fuese cierto quizá no tengas tanto de que preocuparte. Siempre y cuando no hagas daño a nadie…
En respuesta, Ayne resopló, en buena parte porque estaba agotado, de forma especial mentalmente. Demasiada información en tan pocas horas.
Se metieron cada uno en su cama, descubriendo lo mullidas que eran, y, ya con el cuarto en penumbra, Eara se quedó mirando el brillo rojizo que iluminaba sutilmente la cara de su edeel. Le hizo preguntarse un montón de cosas sobre cómo se sentiría tener su transformación. Luego se preguntó, de nuevo, qué tenía ella de especial. Sorprendentemente, fue Ayne quien terminó por sacar el tema, al cabo de un buen rato en silencio.
—En la biblioteca… ¿encontraste alguna pista sobre ti? ¿Has notado algo diferente como Kirés?
—No. Ni se me ocurre nada. Ayne… —No sabía por qué dudaba, pero necesitaba contárselo a alguien—. Todas las transformaciones con capacidad mágica sobre las que leí tenían una capacidad enorme… y Twix ha estado haciendo mucha magia sin cansarse como antes. Es solo un ejemplo. Pero es que yo… no noto nada diferente. Sigo tan limitada como siempre. Tampoco me siento más fuerte, ni nada en especial. La Luna solo me ha parecido terrorífica desde que apareció.
Su edeel tardó un poco en contestar. No sabía cómo interpretar aquello.
—¿Y si es algo sobre lo que no has leído?
—¿Y si no es nada? Quiero decir… Leí sobre esencias. Hay gente que no tiene, Ayne. Jack dijo que aquí ambos podríamos desarrollar nuestro potencial, por eso no me lo había planteado hasta ahora…
—Pero si siempre has tenido magia, Eara, ¿cómo puedes pensar eso? —la interrumpió él.
—¿Pero por qué debería habernos separado? ¿Por qué iba a traer solo a una parte a Rocavarancolia? A lo mejor es necesario que estén las dos presentes.
—Claro que no. Los demás están solos, ni siquiera se emparejan con sus partes claras u oscuras, y todos han cambiado. —Se hizo el silencio de nuevo. Al final fue el mismo Ayne quien lo rompió—. Le preguntaremos a Jack, deberíamos buscarle.
—Sí… Será lo mejor.
—Quizá algún veterano sepa guiarnos, o ayudarnos a encontrar a ese embustero.
—En realidad Jack no mintió. Solo… no es lo que esperábamos.
Ayne bufó. Motivos no le faltaban, así que Eara no insistió.
No hablaron mucho más, ni tampoco tardaron en quedarse dormidos a pesar de todo. Debido al cansancio acumulado se despertaron más tarde de lo que habrían esperado, pero seguía siendo todavía de noche. Durante el aseo matutino pudieron comprobar hasta qué punto el nuevo baño era un lujo comparado con el torreón, y también que las alacenas estaban maravillosamente equipadas sin ser necesario ir a buscar la comida al exterior. Se habían acostumbrado a la dura vida del torreón hasta llegar a no verla tan mala, y de repente tan poca cosa era chocante.
Se dedicaron a buscar prendas que pudiesen servirles entre la ropa comunal hasta que se fue acercando la hora del desayuno del resto. Eara empezó a preparar un desayuno energético para, al menos, su grupo, y entre tanto apareció el primer habitante de la torre. Era un chico de una especie desconocida para ellos, no muy alto, con hocico y una mano de apariencia enguantada pero que parecía esconder algo más. Buscando empezar con buen pie, Eara le ofreció a él también un plato, y descubrió que era amigable aunque tremendamente serio. Decidió contarle entonces por qué buscaba a Jack, por si podía guiarlos hasta él, pero lo que sonsacó al irrense tras una larga conversación, más que la ubicación del cosechador, fueron respuestas directamente.
El descubrimiento ni siquiera cogió a la sinhadre por sorpresa, aunque sí dolía. No podía compartir con los demás la frustración del cambio, y sabía que Ayne la envidiaba y se preguntaba cómo serían las cosas de haber sido ella la transformada. Sin embargo, cuando lo veía desde el punto de vista de los rocavarancoleses, era como si ella no tuviese ningún derecho a estar allí. Ni siquiera les importaba que fuese la parte clara de Ayne. El trasgo les había dicho que se ganarían el derecho a ser residentes cuando la Luna los bendijese, y no había hecho nada de eso con ella. Sin su edeel, seguía siendo tan vulnerable y ajena a la ciudad como lo había sido siempre.
A pesar de todo lo nuevo y tantos cambios, los dos primeros días como residentes de Serpentaria pasaron rapidísimo, mientras los nuevos transformados estudiaban sus propias características y se planteaban qué hacer con ellas. Ayne se abstuvo de acercarse a nadie, pero no por eso dejaba de sentir la necesidad de hacerlo, unas veces de forma más acuciante y otras casi anecdótica. No se atrevió a hablar a su aurva de aquella inquietud porque le aterraba que empezase a sentir asco por él, por la aberración que era su mera existencia. Solo su aspecto ya debía de ser suficiente para eso, pero Eara lo toleraba sin decir nada. La primera vez que el edeel se vio reflejado lo había hecho estando solo. Se miró durante interminables minutos, quieto, sintiendo cómo se le revolvían las entrañas. Al moverse su visión se volvía todavía más desagradable, como si la carne fuese gelatina adherida a su esqueleto. El brillo antinatural de sus cuentas vacías ya era la gota que colmaba el vaso.
Al no ser capaz de encontrar a nadie que supiese de la existencia de otro anima en la ciudad, Ayne había revisado el libro de la biblioteca entero, que trataba de criaturas con precios de magia inmorales, en busca de algún precio similar. Los de sus compañeros letarguinos eran muy diferentes del suyo propio, mucho más abstracto, pero al leerlos no sintió precisamente envidia de ellos. Más bien empezó a ser consciente de que sus problemas no eran el centro del mundo.
El día en que Twix se marchó, sola de nuevo, los sinhadres no se enteraron de adónde iba. Eara seguía preocupada por el tema de su pelo, y estaría esperando, junto a Ayne y mientras cocinaba, a que bajase alguien de su criba para preguntarle si sabía dónde estaba.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Torre Serpentaria
14/11/15, 10:00 pm
Kimbra asintió a ambas explicaciones y guardó la información en su mente para repetirla y analizarla con posterioridad, ya que en aquel momento prefería centrarse en encontrar la información sobre su propia transformación y la de sus compañeros.
La Hija de Lunas guardó silencio ya que Irianna se encargó tanto de informar sobre su incapacidad para realizar de forma adecuada los hechizos requeridos tanto de realizar una de las cuestiones que la engendro quería concretar. En seguida la pregunta fue contestada y los hechizos necesarios fueron realizados, por lo que pronto estuvieron en lo que Kimbra dedujo era la biblioteca.
- ¿Podríais indicarnos cuales serian los libros más adecuados para llevar a cabo nuestra búsqueda?
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Torre Serpentaria
15/11/15, 06:04 pm
No mucho después de que Twixy's se fuera ara seguir su estudios de hechizos llegaron los faltantes de la biblioteca y Samika se interesó al momento por si había descubierto algo sobre las transformaciones del resto, pues aun no se sabia como iba lo de Ayne o que había pasado con Kires y Eara. Pero dado que comenzó a una conversación sobre la aparición de Tesón, algo que Twix no había mencionado, la charla corrió por esos derrotero.
Samika decidió preguntarles mejor al día siguiente cuando ya lograra oír si encontraron algo, porque conversar cuando todo tenía que ser por escrito, pues ya no estaba Twixy's para hacer el hechizo de las letras, era un incordio. Samika usaría las siguientes horas para moverse por la habitación ya con sus fuerzas recuperadas e intentar encontrarle el truco al al plegar y despliegue de aquellos trozos de pellejo colgantes. << ¿En serio podre volar con esto? Parecen demasiado frágiles para sostener mi peso >> era una de las tantas cuestiones al respecto sobre sus nuevas alas. Pues ella no era originalmente un murciélago, ni pesaba como uno.
Le llevo algunos intentos conseguirlo, al menos la arte del despliegue, que plegarla ya podía y soltó un gritito agudo de felicidad absoluta al conseguirlo. <<¡Por fin! ¡Al demonio sino puedo volar...¡puedo usar mis brazos! >> pensó alegremente por primera vez desde que la luna se poso sobre ella. Ya era de noche cuando logro aquello, no tenia sueño, la oscuridad le daba miedo aun y no se atrevía a salir locamente por aquel lugar desconocido, pero el tiempo pasaba lento y se aburría. Al final uso aquellas horas muertas para practicar movimientos de judo, aprovechando que ya sabia que hacer con el pellejo colgante. Esa noche Ergot le hizo compañía durmiendo en la habitación.
Para Samika aquella noche fue un autentico tostón. Con el pasar de las horas, la evaki notaria no solo que tenia facilidad moviendo sus brazos, sino también que el ruido iba lentamente desapareciendo, como si el tapón que impedía que escuchar correctamente se estuviera deshaciendo o la radio estuviera sintonizándose. Lento pero mejoraba, lo que era un gran alivio.
Al día siguiente Samika por fin fue capaz de salir del cuarto, no sin antes dormir las primera horas de la mañana, dándole encuentro al baño con bastón en mano para luego buscar a Eara y preguntar sobre que descubrió de la transformación de Ayne. Al escucharlo Samika le aseguro que no tenia problema y que no iba a alejarse de Ayne por eso, dijera lo que dijera.
Lo siguiendo dos días para la humana fueron repetidos, sin ningún cambio perceptible salvo intentar descubrir como iba lo de los ultrasonidos, que suponía sería algo similar al chasquido para la eco-localización en humanos o los chillidos de los murciélagos; y lo de anular magia, sin mucho éxito en averiguar como podría hacerse lo segundo.
Por otro lado, Ergot dejo de dormir en el cuarto y ella seguía sin poder salir de la jodida habitación al por la noche por miedos varios difíciles de quitar. Iba a tener que hacer algo con eso. Su miedo a la oscuridad siempre se había debido ante el miedo de perder su escasa visión, no existía ninguna explicación lógica mas allá de algo psicológico. Samika sabia que le llevaría un tiempo acostumbrarse al cambio e iba a necesitar cierta ayuda con eso y con sus habilidades. No tenía forma de descubrir como anular magia cuando ella no la poseía.
Y no seria a lo único que tendría que acostumbrarse. Cuando Samika al fin logro escuchar correctamente soltó un exclamación de alegría y fue rápidamente a buscar a sus amigos para avisarles, antes de descubrir que su audición se había ampliado a lo bestia.
Siempre había tenido buen oído al eliminarse casi totalmente su vista, pero descubrir no sin cierta perplejidad que escuchaba voces incluso a través de las paredes de sus cuarto, cortesía de sus amigos, era un tanto incomodo. Igual pasaba si alguien baja o subía las escaleras de ese piso o cerraba y abría puertas, era un autentico coñazo. Y daba igual cuanto se cubriera las orejas, seguía escuchando. Todo se mezclaban como si estuvieran hablándole junto al oído todos a la vez; y descubrió que concentrarse en una conversación real, cara a cara con alguien, resultaba mas difícil de lo pensado. Sus nuevas orejas se distraían con cualquier sonido. Había pasado de tener buen oído, a no oír nada y luego a tenerlo demasiado bueno en apenas unos días.
Samika ya no estaba segura de si prefería el ruido a eso, por lo que costaba concentrarse en conversaciones especificas.<< Se soluciona una cosa solo para empeorarla >> pensó frustrada aquella mañana, levantándose para buscar algo de ropa del baúl que había ido escogiendo en esos dos días, tras descubrir lo incomodo que era ponerse mangas o tirantes con sus nuevos brazos. Era otra cosa con la que tenia que lidiar, no es como si tuviera mucha ropa donde escoger y ella no sabia coser.
Tras ponerse un sencillo top negro y unos cortos vaqueros, bajo encontrándose a Ayne y a Eara sentados a la mesa. Había estado mas pendiente de lo que le gustaría a sus compañeros gracias a sus nuevos oídos acosadores, aunque sin ser capaz de concentrarse en lo que decía ninguno en esos días. Solo sabia que Twixy's se había marchado esa mañana y no sabia donde andaba.
-Buenos días, ¿estáis preocupados por Twix, no? -susurro Samika al tiempo que se pellizcaba el puente de la nariz- La escuche irse temprano, antes de quedarme dormida, y aquí no hay sitio donde entrenar sino es en tu cuarto -explico sentándose a la mesa tras pillar una fruta de una cesta. Últimamente era lo que mas comía.- ¿Tiene alguno idea de lo que esta haciendo? -preguntó preocupada observando las figuras borrosas de sus compañeros de cosecha. Los miro fijamente, intentando centrarse en aquella conversación y no en si alguien hablaba en el piso de arriba o bajaba las escaleras.
Samika decidió preguntarles mejor al día siguiente cuando ya lograra oír si encontraron algo, porque conversar cuando todo tenía que ser por escrito, pues ya no estaba Twixy's para hacer el hechizo de las letras, era un incordio. Samika usaría las siguientes horas para moverse por la habitación ya con sus fuerzas recuperadas e intentar encontrarle el truco al al plegar y despliegue de aquellos trozos de pellejo colgantes. << ¿En serio podre volar con esto? Parecen demasiado frágiles para sostener mi peso >> era una de las tantas cuestiones al respecto sobre sus nuevas alas. Pues ella no era originalmente un murciélago, ni pesaba como uno.
Le llevo algunos intentos conseguirlo, al menos la arte del despliegue, que plegarla ya podía y soltó un gritito agudo de felicidad absoluta al conseguirlo. <<¡Por fin! ¡Al demonio sino puedo volar...¡puedo usar mis brazos! >> pensó alegremente por primera vez desde que la luna se poso sobre ella. Ya era de noche cuando logro aquello, no tenia sueño, la oscuridad le daba miedo aun y no se atrevía a salir locamente por aquel lugar desconocido, pero el tiempo pasaba lento y se aburría. Al final uso aquellas horas muertas para practicar movimientos de judo, aprovechando que ya sabia que hacer con el pellejo colgante. Esa noche Ergot le hizo compañía durmiendo en la habitación.
Para Samika aquella noche fue un autentico tostón. Con el pasar de las horas, la evaki notaria no solo que tenia facilidad moviendo sus brazos, sino también que el ruido iba lentamente desapareciendo, como si el tapón que impedía que escuchar correctamente se estuviera deshaciendo o la radio estuviera sintonizándose. Lento pero mejoraba, lo que era un gran alivio.
Al día siguiente Samika por fin fue capaz de salir del cuarto, no sin antes dormir las primera horas de la mañana, dándole encuentro al baño con bastón en mano para luego buscar a Eara y preguntar sobre que descubrió de la transformación de Ayne. Al escucharlo Samika le aseguro que no tenia problema y que no iba a alejarse de Ayne por eso, dijera lo que dijera.
Lo siguiendo dos días para la humana fueron repetidos, sin ningún cambio perceptible salvo intentar descubrir como iba lo de los ultrasonidos, que suponía sería algo similar al chasquido para la eco-localización en humanos o los chillidos de los murciélagos; y lo de anular magia, sin mucho éxito en averiguar como podría hacerse lo segundo.
Por otro lado, Ergot dejo de dormir en el cuarto y ella seguía sin poder salir de la jodida habitación al por la noche por miedos varios difíciles de quitar. Iba a tener que hacer algo con eso. Su miedo a la oscuridad siempre se había debido ante el miedo de perder su escasa visión, no existía ninguna explicación lógica mas allá de algo psicológico. Samika sabia que le llevaría un tiempo acostumbrarse al cambio e iba a necesitar cierta ayuda con eso y con sus habilidades. No tenía forma de descubrir como anular magia cuando ella no la poseía.
Y no seria a lo único que tendría que acostumbrarse. Cuando Samika al fin logro escuchar correctamente soltó un exclamación de alegría y fue rápidamente a buscar a sus amigos para avisarles, antes de descubrir que su audición se había ampliado a lo bestia.
Siempre había tenido buen oído al eliminarse casi totalmente su vista, pero descubrir no sin cierta perplejidad que escuchaba voces incluso a través de las paredes de sus cuarto, cortesía de sus amigos, era un tanto incomodo. Igual pasaba si alguien baja o subía las escaleras de ese piso o cerraba y abría puertas, era un autentico coñazo. Y daba igual cuanto se cubriera las orejas, seguía escuchando. Todo se mezclaban como si estuvieran hablándole junto al oído todos a la vez; y descubrió que concentrarse en una conversación real, cara a cara con alguien, resultaba mas difícil de lo pensado. Sus nuevas orejas se distraían con cualquier sonido. Había pasado de tener buen oído, a no oír nada y luego a tenerlo demasiado bueno en apenas unos días.
Samika ya no estaba segura de si prefería el ruido a eso, por lo que costaba concentrarse en conversaciones especificas.<< Se soluciona una cosa solo para empeorarla >> pensó frustrada aquella mañana, levantándose para buscar algo de ropa del baúl que había ido escogiendo en esos dos días, tras descubrir lo incomodo que era ponerse mangas o tirantes con sus nuevos brazos. Era otra cosa con la que tenia que lidiar, no es como si tuviera mucha ropa donde escoger y ella no sabia coser.
Tras ponerse un sencillo top negro y unos cortos vaqueros, bajo encontrándose a Ayne y a Eara sentados a la mesa. Había estado mas pendiente de lo que le gustaría a sus compañeros gracias a sus nuevos oídos acosadores, aunque sin ser capaz de concentrarse en lo que decía ninguno en esos días. Solo sabia que Twixy's se había marchado esa mañana y no sabia donde andaba.
-Buenos días, ¿estáis preocupados por Twix, no? -susurro Samika al tiempo que se pellizcaba el puente de la nariz- La escuche irse temprano, antes de quedarme dormida, y aquí no hay sitio donde entrenar sino es en tu cuarto -explico sentándose a la mesa tras pillar una fruta de una cesta. Últimamente era lo que mas comía.- ¿Tiene alguno idea de lo que esta haciendo? -preguntó preocupada observando las figuras borrosas de sus compañeros de cosecha. Los miro fijamente, intentando centrarse en aquella conversación y no en si alguien hablaba en el piso de arriba o bajaba las escaleras.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torre Serpentaria
15/11/15, 06:09 pm
Krono Rádem
Heraldo Rocuo se encargó de realizar los sortilegios y explicaciones pertinentes sobre las recién llegadas por lo que tan solo tuvo que usar los conjuros sobre sí mismo. Comenzó el ascenso hacia la biblioteca y una vez atravesó el suelo de la misma deshizo los sortilegios y esperó a que se reuniesen todos mientras recogía de la estantería los grimorios que le interesaban.
—Hay varios ejemplares acerca de los diferentes dones de la Luna. Imagino que aún desconoces que el tuyo se denomina “demonio Rakshasa” —le respondió a Kimbra mientras se dirigía de nuevo hacia la estantería y alargaba el brazo para recoger un ejemplar y tendérselo a la demonio—. Aquí se encuentra información sobre la misma, aunque desconozco cuán completa es. Resulta aconsejable contrastar con otros ejemplares para un análisis en profundidad.
Irianna
Irianna agradeció la información y los hechizos, aplicándose a sí misma el de levitación inmediatamente después y siguiendo a los veteranos hacia el techo de la planta. Era una forma curiosa de entrar y ello le hizo pensar que tal vez aquel detalle hiciese que no resultase tan práctico vivir en un refugio como aquel para aquellos que no podían hacer magia. ¿O todo el mundo podía tras haber sido cambiado por la Luna? El ominario había dicho que Kimbra ahora debería poseer la capacidad para levitarse a sí misma y ella había notado que no se agotaba tanto como antes al realizar hechizos. ¿Habrían adquirido todos la capacidad de hacer magia, incluyendo aquellos que antes les estaban vedados? Se sintió tentada de preguntar al respecto. <<No, de hecho creo que debería hacerlo>> resolvió. Sus “anfitriones” no parecían precisamente molestos prestándoles ayuda y, aunque la idrina no quería abusar, el ambiente allí arriba con tan solo cuatro personas en el mismo cuarto era mucho más agradable para tratar aquellas cuestiones. De todos modos si notaba algún indicio de que les estuviera importunando o los veía ocupados se disculparía y simplemente les pediría consejo sobre qué libros escoger.
Pues, aunque no tan impresionante como el enorme edificio cercano a Letargo, la biblioteca de Serpentaria también se encontraba bien surtida. La impresión que le dio el lugar fue de que se trataba de un cuarto acogedor y con iluminación natural debido a la cúpula desde la que se podía observar claramente la Luna Roja. La idrina no pudo evitar en prendarse de aquel cuarto nada más echar un vistazo a su alrededor. Salió de su ensimismamiento al ser consciente de la conversación entre Kimbra y Krono Rádem, acercándose a ambos.
—¿Por algún casual sabes lo que soy yo? Necesito saber cómo deshacerme de la niebla, desde ayer me acompaña a todas partes y estoy preocupada por las molestias que estaré causando… Imagino que es difícil porque no he cambiado prácticamente en nada al contrario que la mayoría de mis compañeros, pero… Tal vez el hecho de que puedo sentir todo lo que hay en el interior de la niebla sea un dato de ayuda.
Krono Rádem
A continuación Irianna se acercó para preguntarle acerca de sus propios dones de Luna. Archime asintió ante la información que le proporcionó, que creía corroborar la casi certera hipótesis de los dones que la Luna le habían conferido a la idrina.
—Existe una ingente cantidad de posibilidades y por tanto hay un cierto margen de error en mis suposiciones. Pero es posible que poseas dominio sobre la propia niebla. Las opciones son más amplias ya que podría no ser tratarse de eso sino un elemento más concreto relacionado con este, como la condensación del agua, pero la habilidad que describes me lleva a pensar que la primera opción es la más probable. Este tipo de don de luna se denomina “brujo”, acompañado de aquello sobre lo que dicho brujo tiene control, su dominio. La ausencia de cambios físicos apreciables, aunque me constan que suele darse alguno de naturaleza anecdótica, también es una característica propia de esta clase de don y no se observan diferencias en ti respecto a otras personas de tu especie. Es decir, es altamente probable que seas una bruja de la niebla. —Hizo una pausa para permitir que la posible bruja asimilase la información y, mientras la chica permanecía pensativa, se dirigió hacia otro estante para sacar un nuevo libro—. Este ejemplar trata sobre dominios, es posible que encuentres el tuyo en él, aunque no lo sé con seguridad ya que no lo he examinado entero. Si no es así, en todo caso contiene información bastante completa acerca del concepto de dominio y en el mismo estante en el que se encontraba este hay más tomos donde se detallan más tipos de brujos.
Irianna
La información no se hizo esperar y el kairós, con aquella eficiencia que parecía caracterizarle, le proporcionó una buena cantidad de datos que parecían coincidir con su situación. <<Bruja>>. No era la primera vez que oía aquel término, pero no había sabido lo que implicaba hasta aquel momento. Estaba a punto de responderle a uno de sus guías particulares cuando este ya se había movido en busca de un nuevo libro, con el que regresó enseguida para ofrecérselo. La lacustre sonrió mientras lo aceptaba y se aseguró de agradecer no solo con palabras, sino también con gestos muy claros a Krono Rádem, acordándose de dirigirse también hacia Heraldo Rocuo.
—Os estamos muy agradecidas por todo lo que nos estáis ayudando. Es muy confuso encontrarse con tanta información nueva que asimilar de repente y… Bueno, imagino que no os es algo precisamente desconocido. Kimbra y yo nos pondremos a leer acerca de nuestras transformaciones entonces. No os querríamos entretener más por el momento.
El kairós tan solo asintió antes de darse la vuelta y dirigirse hacia una mesa en la que previamente había colocado varios tomos e Irianna hizo lo propio haciéndole un gesto a la hija de lunas para que la siguiera. Mientras se sentaba y abría el libro, la idrina pensaba en que, a pesar de lo surrealista que le había resultado aquel encuentro en un principio, casi agradecía la rigidez del kairós y el ominario, pues probablemente ir al grano era justo lo que más necesitaba en aquel momento. Tenía demasiadas preguntas pero esperaría a comprobar si se resolvían algunas de ellas leyendo aquellos ejemplares que les habían indicado. De todas formas para salir de la biblioteca iban a tener que volver a pedir la ayuda de los veteranos.
Heraldo Rocuo se encargó de realizar los sortilegios y explicaciones pertinentes sobre las recién llegadas por lo que tan solo tuvo que usar los conjuros sobre sí mismo. Comenzó el ascenso hacia la biblioteca y una vez atravesó el suelo de la misma deshizo los sortilegios y esperó a que se reuniesen todos mientras recogía de la estantería los grimorios que le interesaban.
—Hay varios ejemplares acerca de los diferentes dones de la Luna. Imagino que aún desconoces que el tuyo se denomina “demonio Rakshasa” —le respondió a Kimbra mientras se dirigía de nuevo hacia la estantería y alargaba el brazo para recoger un ejemplar y tendérselo a la demonio—. Aquí se encuentra información sobre la misma, aunque desconozco cuán completa es. Resulta aconsejable contrastar con otros ejemplares para un análisis en profundidad.
Irianna
Irianna agradeció la información y los hechizos, aplicándose a sí misma el de levitación inmediatamente después y siguiendo a los veteranos hacia el techo de la planta. Era una forma curiosa de entrar y ello le hizo pensar que tal vez aquel detalle hiciese que no resultase tan práctico vivir en un refugio como aquel para aquellos que no podían hacer magia. ¿O todo el mundo podía tras haber sido cambiado por la Luna? El ominario había dicho que Kimbra ahora debería poseer la capacidad para levitarse a sí misma y ella había notado que no se agotaba tanto como antes al realizar hechizos. ¿Habrían adquirido todos la capacidad de hacer magia, incluyendo aquellos que antes les estaban vedados? Se sintió tentada de preguntar al respecto. <<No, de hecho creo que debería hacerlo>> resolvió. Sus “anfitriones” no parecían precisamente molestos prestándoles ayuda y, aunque la idrina no quería abusar, el ambiente allí arriba con tan solo cuatro personas en el mismo cuarto era mucho más agradable para tratar aquellas cuestiones. De todos modos si notaba algún indicio de que les estuviera importunando o los veía ocupados se disculparía y simplemente les pediría consejo sobre qué libros escoger.
Pues, aunque no tan impresionante como el enorme edificio cercano a Letargo, la biblioteca de Serpentaria también se encontraba bien surtida. La impresión que le dio el lugar fue de que se trataba de un cuarto acogedor y con iluminación natural debido a la cúpula desde la que se podía observar claramente la Luna Roja. La idrina no pudo evitar en prendarse de aquel cuarto nada más echar un vistazo a su alrededor. Salió de su ensimismamiento al ser consciente de la conversación entre Kimbra y Krono Rádem, acercándose a ambos.
—¿Por algún casual sabes lo que soy yo? Necesito saber cómo deshacerme de la niebla, desde ayer me acompaña a todas partes y estoy preocupada por las molestias que estaré causando… Imagino que es difícil porque no he cambiado prácticamente en nada al contrario que la mayoría de mis compañeros, pero… Tal vez el hecho de que puedo sentir todo lo que hay en el interior de la niebla sea un dato de ayuda.
Krono Rádem
A continuación Irianna se acercó para preguntarle acerca de sus propios dones de Luna. Archime asintió ante la información que le proporcionó, que creía corroborar la casi certera hipótesis de los dones que la Luna le habían conferido a la idrina.
—Existe una ingente cantidad de posibilidades y por tanto hay un cierto margen de error en mis suposiciones. Pero es posible que poseas dominio sobre la propia niebla. Las opciones son más amplias ya que podría no ser tratarse de eso sino un elemento más concreto relacionado con este, como la condensación del agua, pero la habilidad que describes me lleva a pensar que la primera opción es la más probable. Este tipo de don de luna se denomina “brujo”, acompañado de aquello sobre lo que dicho brujo tiene control, su dominio. La ausencia de cambios físicos apreciables, aunque me constan que suele darse alguno de naturaleza anecdótica, también es una característica propia de esta clase de don y no se observan diferencias en ti respecto a otras personas de tu especie. Es decir, es altamente probable que seas una bruja de la niebla. —Hizo una pausa para permitir que la posible bruja asimilase la información y, mientras la chica permanecía pensativa, se dirigió hacia otro estante para sacar un nuevo libro—. Este ejemplar trata sobre dominios, es posible que encuentres el tuyo en él, aunque no lo sé con seguridad ya que no lo he examinado entero. Si no es así, en todo caso contiene información bastante completa acerca del concepto de dominio y en el mismo estante en el que se encontraba este hay más tomos donde se detallan más tipos de brujos.
Irianna
La información no se hizo esperar y el kairós, con aquella eficiencia que parecía caracterizarle, le proporcionó una buena cantidad de datos que parecían coincidir con su situación. <<Bruja>>. No era la primera vez que oía aquel término, pero no había sabido lo que implicaba hasta aquel momento. Estaba a punto de responderle a uno de sus guías particulares cuando este ya se había movido en busca de un nuevo libro, con el que regresó enseguida para ofrecérselo. La lacustre sonrió mientras lo aceptaba y se aseguró de agradecer no solo con palabras, sino también con gestos muy claros a Krono Rádem, acordándose de dirigirse también hacia Heraldo Rocuo.
—Os estamos muy agradecidas por todo lo que nos estáis ayudando. Es muy confuso encontrarse con tanta información nueva que asimilar de repente y… Bueno, imagino que no os es algo precisamente desconocido. Kimbra y yo nos pondremos a leer acerca de nuestras transformaciones entonces. No os querríamos entretener más por el momento.
El kairós tan solo asintió antes de darse la vuelta y dirigirse hacia una mesa en la que previamente había colocado varios tomos e Irianna hizo lo propio haciéndole un gesto a la hija de lunas para que la siguiera. Mientras se sentaba y abría el libro, la idrina pensaba en que, a pesar de lo surrealista que le había resultado aquel encuentro en un principio, casi agradecía la rigidez del kairós y el ominario, pues probablemente ir al grano era justo lo que más necesitaba en aquel momento. Tenía demasiadas preguntas pero esperaría a comprobar si se resolvían algunas de ellas leyendo aquellos ejemplares que les habían indicado. De todas formas para salir de la biblioteca iban a tener que volver a pedir la ayuda de los veteranos.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Torre Serpentaria
15/11/15, 08:36 pm
—No hay de qué, Irianna y Kimbra —respondió al agradecimiento de la idrina—. Es sensato que os queráis informar y demandar ayuda ante alguna dificultad. Si precisáis de cualquier cosa, aquí me tenéis. —Al fin y al cabo, era su deber espiritual ser de ayuda. Más ante alguien tan educado—. Los dioses iluminen vuestra búsqueda.
Una vez finalizada la conversación, dejó que ambas se encargaran de sus menesteres y él se ocupó con los propios. Otra mesa de conocimientos aguardaba su atención.
Una vez finalizada la conversación, dejó que ambas se encargaran de sus menesteres y él se ocupó con los propios. Otra mesa de conocimientos aguardaba su atención.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torre Serpentaria
17/11/15, 12:19 am
Samika fue la primera en aparecer en la cocina. Ayne la saludó con un movimiento de cabeza y Eara le devolvió los buenos días. También asintió, cuando ella siguió hablando. No la habían escuchado rondando por la planta baja, y supusieron que su conocimiento de lo que les preocupaba tenía que ver con su recién descubierto buen oído.
—Pues eso mismo queríamos preguntarte a ti. Pensábamos que tú lo sabrías —respondió Ayne a la evaki.
—¡Ah! Si esperas un momento sale un bizcocho del horno —le dijo también Eara cuando la vio coger una fruta. El olor del dulce ya inundaba toda la cocina, y como había supuesto que atraería a muchos habitantes de la torre, lo había hecho en la bandeja más grande que había encontrado.
—Pues eso mismo queríamos preguntarte a ti. Pensábamos que tú lo sabrías —respondió Ayne a la evaki.
—¡Ah! Si esperas un momento sale un bizcocho del horno —le dijo también Eara cuando la vio coger una fruta. El olor del dulce ya inundaba toda la cocina, y como había supuesto que atraería a muchos habitantes de la torre, lo había hecho en la bandeja más grande que había encontrado.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torre Serpentaria
17/11/15, 03:00 pm
Krono Rádem no solo le informó de cuales serían los libros adecuados para llevar a cabo su búsqueda, sino que además le tendió el ejemplar especifico y le indicó el nombre exacto por el que se conocía su transformación. Kimbra esperó pacientemente a que el kairós y la idrina terminaran de hablar para seguir a esta última a la mesa indicada donde se dispuso a buscar el nombre que se le había proporcionado.
La krabelinense dedujo que el hecho de que el nombre de su transformación se compusiera de dos palabras podría deberse a que el termino “demonio” englobaba unas características generales que podían verse en varias transformaciones, mientras que el termino “Rakshasa” englobaba unas características especificas propias y exclusivas de la transformación que ella sufría. Luego de una exhaustiva búsqueda y de la inestimable ayuda de Irianna para cerciorarse y corroborar que los términos encontrados eran correctos y coincidían con los buscados, Kimbra dio con la sección en la que se encontraba descrita su transformación. Solo tuvo que leer las características físicas que ahí aparecían plasmadas para confirmarse así misma que, efectivamente, aquella era la transformación que había sufrido.
- ¿Es posible hacer uso indefinido de este ejemplar u otros, o tengo la obligación de devolverlo a su lugar ipso facto?- preguntó en dirección a los dos habitantes de la torre. Luego añadió al percatarse de su necesidad de tomar apuntes sobre la información obtenida para analizarla y compararla con la de otros ejemplares-. ¿y podría ser posible acceder a algún tipo de material de escritura?
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- InvitadoInvitado
Re: Torre Serpentaria
17/11/15, 07:29 pm
-<< Si es una tontería hemos hecho lo mismo las dos.>>- se quejó Marsi por el comentario.
Sus nervios habían remitido un poco, tomando cierto matiz de ilusión. Era la primera vez en su vida que era correspondida. De hecho le costaba creérselo, ¿qué vería Alice en ella? Pero no le preguntó por miedo a arruinar el momento.
Dejó que la bruja se acurrucase en su hombro y le pasó una mano temblorosa por el pelo. Ella tampoco sabía qué hacer, si debían contarlo o no, cómo reaccionarían sus amigos. << Tal vez no debamos preocuparnos por eso ahora...>> Pensó. Lo cierto es que se encontraba bien abrazada a Alice, las dos en pijama en la cama sin hacer nada más que estar juntas. Poco a poco Marsi se fue calmando para disfrutar del momento. Era eso, no necesitaban hacer nada. Entrelazó la mano libre con la de Alice y empezó a jugar con sus dedos.
Sus nervios habían remitido un poco, tomando cierto matiz de ilusión. Era la primera vez en su vida que era correspondida. De hecho le costaba creérselo, ¿qué vería Alice en ella? Pero no le preguntó por miedo a arruinar el momento.
Dejó que la bruja se acurrucase en su hombro y le pasó una mano temblorosa por el pelo. Ella tampoco sabía qué hacer, si debían contarlo o no, cómo reaccionarían sus amigos. << Tal vez no debamos preocuparnos por eso ahora...>> Pensó. Lo cierto es que se encontraba bien abrazada a Alice, las dos en pijama en la cama sin hacer nada más que estar juntas. Poco a poco Marsi se fue calmando para disfrutar del momento. Era eso, no necesitaban hacer nada. Entrelazó la mano libre con la de Alice y empezó a jugar con sus dedos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torre Serpentaria
18/11/15, 08:59 pm
Krono Rádem
El irrense se hallaba absorto estudiando la ejecución del hechizo de vuelo cuando la voz de la demonio rakshasa le hizo levantar la cabeza del grimorio y atender a su cuestión. Era lógico que recién tocadas por la Luna Roja se hallasen llenas de dudas y al kairós no le importaba prestarles ayuda siempre que no le interrumpiesen constantemente. Al fin y al cabo a él también le habían ofrecido guía y consejo cuando acababa de llegar al refugio.
—No es posible llevar los libros al exterior de la Torre pero se puede hacer uso de ellos en cualquier parte del interior del edificio y no solo en esta biblioteca. Tampoco hay restricción de tiempo para devolverlo a su lugar, pero se suele hacer en un tiempo prudencial por si otra persona lo necesita —le explicó—. Sí existe material de escritura disponible para el uso de los inquilinos.
El ingeniero realizó un sencillo hechizo que consistía en una bola luminosa del tamaño de un puño y color azul brillante que se colocó cerca de la mesa donde se encontraban Kimbra e Irianna.
>>El orbe te guiará hacia el lugar donde puedes hallar dichos utensilios.
Y, una vez finalizó su explicación, volvió a sumergir el hocico en el libro.
Irianna
La idrina por su parte había comenzado a leer acerca del concepto de dominio. Aunque tenía bastantes ganas de descubrir si era efectivamente una “ bruja de la niebla”, le pareció adecuado empezar por aquellas nociones que le había indicado Krono Rádem y que al parecer eran comunes a aquel tipo de transformación. En aquel libro venía explicado con bastante detalle la relación que tenía un brujo con su dominio, exponiendo ejemplos de casos con seres vivos en contraposición a elementos inanimados, como era su caso. Cuando llegó a un párrafo en el que se explicaba que podían existir brujos incluso de seres inteligentes agradeció que su dominio no tuviese consciencia alguna: no necesitaba más conflicto moral que el que había empezado a vislumbrar que iba a tener que enfrentarse a partir de aquel momento incluso si a ella misma no le había tocado la peor parte.
Tras llevar un rato leyendo se convenció de que un tiempo antes, en el cuarto, la niebla efectivamente la había obedecido. Ese era, después de todo, el término correcto para referirse a lo que había experimentado entonces. Supo que se sentía tan bien en el interior de la neblina porque, al parecer, ello hacía que sus “reservas” mágicas aumentasen mediante una “recarga” que producía una sensación de plenitud instantánea. Aprendió también que mientras se mantuviese firme en sus órdenes, su dominio haría cualquier cosa que ella quisiese mientras entrase dentro de las posibilidades del elemento. Y también que, como era lógico, era más difícil que una entidad inerte malinterpretase a su antojo una orden, pues había leído también que los dominios vivos tendían a aprovechar cualquier agujero en las órdenes de sus brujos para torcerlas en su favor ya que el tener dominio absoluto sobre ellos no hacía que adorasen a su controlador, sino que frecuentemente sucedía lo contrario. Sí, sin duda la lacustre se sentía afortunada con lo que le había tocado.
Había encontrado algo que parecía que iba a solucionar, por fin, el problema que tenía con el despliegue de niebla permanente a su alrededor cuando la hija de lunas habló. La idrina volvió a ser consciente de la realidad más allá de encontrarse leyendo encerrada en la niebla y de hecho recordó que debería preguntarle a la krabelinense qué había descubierto sobre sí misma. No obstante, la nueva información que les ofreció Krono Rádem le hizo cerrar el libro y colocarlo bajo su brazo, antes de seguir con curiosidad aquel orbe de luz junto a Kimbra. A ella también le interesaba conocer donde se encontraría el material de escritura pues su propia pluma y cuaderno no durarían eternamente. La bola las perdió entre las estanterías hasta colocarse sobre una suerte de escritorio en donde emitió un leve tintineo y comenzó a agitarse hasta desaparecer. La lacustre comprobó que había pergaminos, plumas y tinteros en los cajones, además de un ejemplar de cada cosa dispuesto sobre la mesa. En el pergamino había anotaciones que no parecían tener ninguna relación unas con otras y supuso que lo utilizaban los habitantes de la torre cuando necesitaban escribir algo puntualmente.
—Podemos llevarnos los libros y material de escritura y volver al cuarto —Le sugirió a Kimbra—. Desde allí puedo seguir vigilando a Sekkeh… Aunque creo que debería hacerles una última pregunta a Krono Rádem y Heraldo Rocuo antes de irnos —resolvió al acordarse del intara.
Una vez recogieron el material necesario, la idrina regresó hacia donde estaban los dos chicos, inequívocamente gracias a que sabía su posición exacta dentro de la niebla y se dirigió a ellos.
—Perdonad, vamos a volver a nuestro cuarto pero antes me gustaría preguntaros una última cosa. —Esperó a obtener su atención antes de proseguir—. Uno de nuestros compañeros es algo que han denominado “berserker”. Pierde el control con facilidad y parece que después ni siquiera se acuerda de lo que ha hecho. ¿Va a ser siempre así? ¿Hay alguna manera de que… de evitar que tenga esos episodios?
Krono Rádem
Cuando las chicas regresaron con una nueva pregunta, el kairós terminó de leer la línea antes de alzar su cabeza hacia la idrina. Le dedicó una mirada parpadeante mientras pensaba en lo que acababa de decirle.
—Con el tiempo aprenderá a controlarse —le aseguró—. No soy un experto en ese tipo de don, pero en el ejemplar que Kimbra lleva entre sus manos hay información acerca de los berserkers —afirmó—. No obstante, si me indicáis donde se aloja, puedo ir en su busca más tarde y ofrecerle ayuda para evitar que cometa algún acto violento involuntariamente.
Irianna
A la idrina se le iluminó la mirada ante el ofrecimiento del kairós. Casi no se podía creer la suerte que habían tenido al encontrarse casualmente con aquellos dos habitantes de la torre.
—Sí, por favor. Creo que es necesario que alguien experimentado le ayude. No creo que necesitéis nada de una recién llegada como yo, pero si alguna vez requerís mi ayuda para algo no dudéis en pedírmelo. Os lo debo con todo lo que nos estáis ayudando.
A continuación le indicó cuál era el cuarto en el que habían dejado al ulterano y le dijo que la soñadora había efectuado sobre él un hechizo de sueño y que no sabían cuándo despertaría.
Krono Rádem le aseguró que no se trataba de nada costoso y que sabía aproximadamente cuando podría despertarse Sekkeh y, viendo que se iban, el ominario añadió un ofrecimiento de hechizo de intangibilidad para que pudieran descender de la biblioteca. Irianna se lo agradeció una última vez antes de acercarse a sacar otro libro sobre dominios de la estantería que le habían indicado al principio: no sabía si en el que tenía entre manos había información concreta sobre el dominio de la niebla a fin de cuentas. Tras meditarlo brevemente, buscó además un libro de magia: quería aprender cuanto antes a realizar por sí misma la intangibilidad. Todavía tenía muchas preguntas en la punta de su lengua que pugnaban por salir, pero finalmente no se vio capaz de importunar más al kairós y el ominario y. tras asegurarse de que Kimbra tenía todo lo que necesitaban, se encargó de hacerlas levitar a ambas mientras Heraldo Rocuo les intangibilizaba y las acompañaba hasta el piso inmediatamente inferior. Tras despedirse de él, Irianna le hizo un gesto con la cabeza a Kimbra antes de ponerse en marcha y volver escaleras abajo hasta el cuarto que habían escogido.
El irrense se hallaba absorto estudiando la ejecución del hechizo de vuelo cuando la voz de la demonio rakshasa le hizo levantar la cabeza del grimorio y atender a su cuestión. Era lógico que recién tocadas por la Luna Roja se hallasen llenas de dudas y al kairós no le importaba prestarles ayuda siempre que no le interrumpiesen constantemente. Al fin y al cabo a él también le habían ofrecido guía y consejo cuando acababa de llegar al refugio.
—No es posible llevar los libros al exterior de la Torre pero se puede hacer uso de ellos en cualquier parte del interior del edificio y no solo en esta biblioteca. Tampoco hay restricción de tiempo para devolverlo a su lugar, pero se suele hacer en un tiempo prudencial por si otra persona lo necesita —le explicó—. Sí existe material de escritura disponible para el uso de los inquilinos.
El ingeniero realizó un sencillo hechizo que consistía en una bola luminosa del tamaño de un puño y color azul brillante que se colocó cerca de la mesa donde se encontraban Kimbra e Irianna.
>>El orbe te guiará hacia el lugar donde puedes hallar dichos utensilios.
Y, una vez finalizó su explicación, volvió a sumergir el hocico en el libro.
Irianna
La idrina por su parte había comenzado a leer acerca del concepto de dominio. Aunque tenía bastantes ganas de descubrir si era efectivamente una “ bruja de la niebla”, le pareció adecuado empezar por aquellas nociones que le había indicado Krono Rádem y que al parecer eran comunes a aquel tipo de transformación. En aquel libro venía explicado con bastante detalle la relación que tenía un brujo con su dominio, exponiendo ejemplos de casos con seres vivos en contraposición a elementos inanimados, como era su caso. Cuando llegó a un párrafo en el que se explicaba que podían existir brujos incluso de seres inteligentes agradeció que su dominio no tuviese consciencia alguna: no necesitaba más conflicto moral que el que había empezado a vislumbrar que iba a tener que enfrentarse a partir de aquel momento incluso si a ella misma no le había tocado la peor parte.
Tras llevar un rato leyendo se convenció de que un tiempo antes, en el cuarto, la niebla efectivamente la había obedecido. Ese era, después de todo, el término correcto para referirse a lo que había experimentado entonces. Supo que se sentía tan bien en el interior de la neblina porque, al parecer, ello hacía que sus “reservas” mágicas aumentasen mediante una “recarga” que producía una sensación de plenitud instantánea. Aprendió también que mientras se mantuviese firme en sus órdenes, su dominio haría cualquier cosa que ella quisiese mientras entrase dentro de las posibilidades del elemento. Y también que, como era lógico, era más difícil que una entidad inerte malinterpretase a su antojo una orden, pues había leído también que los dominios vivos tendían a aprovechar cualquier agujero en las órdenes de sus brujos para torcerlas en su favor ya que el tener dominio absoluto sobre ellos no hacía que adorasen a su controlador, sino que frecuentemente sucedía lo contrario. Sí, sin duda la lacustre se sentía afortunada con lo que le había tocado.
Había encontrado algo que parecía que iba a solucionar, por fin, el problema que tenía con el despliegue de niebla permanente a su alrededor cuando la hija de lunas habló. La idrina volvió a ser consciente de la realidad más allá de encontrarse leyendo encerrada en la niebla y de hecho recordó que debería preguntarle a la krabelinense qué había descubierto sobre sí misma. No obstante, la nueva información que les ofreció Krono Rádem le hizo cerrar el libro y colocarlo bajo su brazo, antes de seguir con curiosidad aquel orbe de luz junto a Kimbra. A ella también le interesaba conocer donde se encontraría el material de escritura pues su propia pluma y cuaderno no durarían eternamente. La bola las perdió entre las estanterías hasta colocarse sobre una suerte de escritorio en donde emitió un leve tintineo y comenzó a agitarse hasta desaparecer. La lacustre comprobó que había pergaminos, plumas y tinteros en los cajones, además de un ejemplar de cada cosa dispuesto sobre la mesa. En el pergamino había anotaciones que no parecían tener ninguna relación unas con otras y supuso que lo utilizaban los habitantes de la torre cuando necesitaban escribir algo puntualmente.
—Podemos llevarnos los libros y material de escritura y volver al cuarto —Le sugirió a Kimbra—. Desde allí puedo seguir vigilando a Sekkeh… Aunque creo que debería hacerles una última pregunta a Krono Rádem y Heraldo Rocuo antes de irnos —resolvió al acordarse del intara.
Una vez recogieron el material necesario, la idrina regresó hacia donde estaban los dos chicos, inequívocamente gracias a que sabía su posición exacta dentro de la niebla y se dirigió a ellos.
—Perdonad, vamos a volver a nuestro cuarto pero antes me gustaría preguntaros una última cosa. —Esperó a obtener su atención antes de proseguir—. Uno de nuestros compañeros es algo que han denominado “berserker”. Pierde el control con facilidad y parece que después ni siquiera se acuerda de lo que ha hecho. ¿Va a ser siempre así? ¿Hay alguna manera de que… de evitar que tenga esos episodios?
Krono Rádem
Cuando las chicas regresaron con una nueva pregunta, el kairós terminó de leer la línea antes de alzar su cabeza hacia la idrina. Le dedicó una mirada parpadeante mientras pensaba en lo que acababa de decirle.
—Con el tiempo aprenderá a controlarse —le aseguró—. No soy un experto en ese tipo de don, pero en el ejemplar que Kimbra lleva entre sus manos hay información acerca de los berserkers —afirmó—. No obstante, si me indicáis donde se aloja, puedo ir en su busca más tarde y ofrecerle ayuda para evitar que cometa algún acto violento involuntariamente.
Irianna
A la idrina se le iluminó la mirada ante el ofrecimiento del kairós. Casi no se podía creer la suerte que habían tenido al encontrarse casualmente con aquellos dos habitantes de la torre.
—Sí, por favor. Creo que es necesario que alguien experimentado le ayude. No creo que necesitéis nada de una recién llegada como yo, pero si alguna vez requerís mi ayuda para algo no dudéis en pedírmelo. Os lo debo con todo lo que nos estáis ayudando.
A continuación le indicó cuál era el cuarto en el que habían dejado al ulterano y le dijo que la soñadora había efectuado sobre él un hechizo de sueño y que no sabían cuándo despertaría.
Krono Rádem le aseguró que no se trataba de nada costoso y que sabía aproximadamente cuando podría despertarse Sekkeh y, viendo que se iban, el ominario añadió un ofrecimiento de hechizo de intangibilidad para que pudieran descender de la biblioteca. Irianna se lo agradeció una última vez antes de acercarse a sacar otro libro sobre dominios de la estantería que le habían indicado al principio: no sabía si en el que tenía entre manos había información concreta sobre el dominio de la niebla a fin de cuentas. Tras meditarlo brevemente, buscó además un libro de magia: quería aprender cuanto antes a realizar por sí misma la intangibilidad. Todavía tenía muchas preguntas en la punta de su lengua que pugnaban por salir, pero finalmente no se vio capaz de importunar más al kairós y el ominario y. tras asegurarse de que Kimbra tenía todo lo que necesitaban, se encargó de hacerlas levitar a ambas mientras Heraldo Rocuo les intangibilizaba y las acompañaba hasta el piso inmediatamente inferior. Tras despedirse de él, Irianna le hizo un gesto con la cabeza a Kimbra antes de ponerse en marcha y volver escaleras abajo hasta el cuarto que habían escogido.
- Merodeador
Ficha de cosechado
Nombre: Nadzieja Sikorski.
Especie: Humana.
Habilidades: Resistencia, oído musical e imaginación.Personajes :- ● Ergot: -Véspido Soldado Repobladoril-
● Nadzieja: -Escoria Cosechada HomoSapiens-
Status : Las dudas son como los muertos, siempre acaban saliendo a flote.
Humor : Epístola de San Pablo a los adefesios: "Sois feos de cojones."
Re: Torre Serpentaria
18/11/15, 10:40 pm
Cuando regresaron los macieleros de la biblioteca, el repoblador los recibió con toda la alegría y entusiasmo que se puede demostrar tumbado boca abajo desde un cojín. Movió mucho todas sus extremidades y su voz fue extraordinariamente aguda y efusiva cuando les saludo con un “HOOOOOOLAAAAAAAAAAA ¿Estáis bien? ¿Qué tal la excursión? ¿Fuisteis a visitar a Emmit o algo así? ¿Habéis averiguado muchas cosas? ¡Mira Ayne estoy leyendo un libro!”
Sus compañeros llegaron con noticias sobre Tesón que Ergot escuchó con avidez. En cierto modo estaba enfadado con él por no haberse presentado cuando estaban todos presentes pero sobre todo lo estaba porque no hubieses vuelto mucho antes. Había estado preocupado por él. Aun así el véspido tampoco pudo encontrar una explicación coherente a la nueva actitud del roquense, no sabía si alegrarse a pesar de la evidente mejora.
Cuando se marcharon de la habitación los excursionistas Ergot no sé marchó con ellos. Estaba cansado y esa noche necesitaba compañía, se quedó a dormir en la habitación de Samika. Aun así a la mañana siguiente y con la ayuda de esta que le abrió la puerta para salir, la pequeña planta se fue en busca de su propia habitación que resultó ser la más posiblemente cercana a sus compañeros que se encontraba libre en ese momento.
La experiencia de encontrar y de tener su propia habitación, para el repoblador, fue toda una aventura en sí misma. Para empezar él iba tranquilamente caminando por el pasillo y arrastrando sus cosas, pensando en si llamar a las puertas para averiguar si alguien ya había reclamado la habitación como suya, cuando de la nada una de las puertas se encogió a lo que sería una medida perfecta para su nuevo tamaño. Ergot se quedó tan pasmado que sintió una necesidad imperiosa de mirar a su alrededor para comprobar que no era todo una alucinación. Se acercó a la puerta menguante con cautela, tan acostumbrado a las malas sorpresas de la ciudad, que esperaba que en cualquier momento volviese a recuperar su tamaño original. Al enfrentarse cara a cara a la puerta y ver que esta no parecía dispuesta a volver a cambiar, el primer desafío fue averiguar el funcionamiento de picaporte. El bicho comprendía que había que girar la cosa esa y luego mover la puerta, empezó moviendo el picaporte en todas direcciones, luego se le ocurrió que debía de ser en una única dirección, por suerte acertó en cual de ellas. Una vez girado el picaporte empezó a tirar de la puerta con todas sus fuerzas pero nada, hasta que del cansancio se apoyó en la puerta haciendo que esta se abriese de par en par. Y Ergot cayó estrepitosamente en el suelo de la habitación.
La habitación era enorme para un repoblador y ya sea dicho par un véspido soldado pero todos los muebles se habían adaptado para el tamaño de este último. Y aunque Ergot nunca hubiese entendido la referencia, los muebles parecían del tamaño perfecto para un bebé Nenuco. Todas las cosas de la habitación estaban en el centro de esta a excepción de la lámpara de araña del techo que se había mantenido de su tamaño original y en su lugar, aunque las esferas protectoras contra el fuego alrededor de las velas eran sospechosamente nuevas. El resto de muebles (los miniatura) consistían en una cama, un armario, un baúl, un escritorio con su silla y un par de alfombras. Casi todos eran de madera como el suelo y blancos excepto las alfombras que eran una de color miel y la otra verde claro.
El repoblador se levantó, fue a por sus cosas, las arrastro dentro de la habitación y cerró la puerta tras de sí. El resto del día lo pasó en su mayoría practicando su movilidad, durmiendo e intentando bajar a su alfombra verde del techo de su armario. Aparentemente la alfombra era alérgica al polvo y la bolsa de pelusas del repoblador no le había hecho mucha gracia, por lo que se había arrastrado por todas las superficies de la habitación mientras se contraía y estiraba en lo que parecían unos estornudos horribles, al final a Ergot le dio pena y acabo guardando sus pelusas y pelos dentro del armario pero colocó las tallas de Tesón junto a su cama.
El día siguiente, ya con la movilidad prácticamente recuperada, si salió de su habitación. Principalmente para comer, para saludar a sus amigos que se cruzase y explorar un poco más la torre y su cocina (y de este modo localizar los jornos infernales). Fue a lo largo de este día, que experimento los primeros impulsos extraños e imperiosos que le sorprendieron por su fuerza. Hasta el momento los había sentido como dormidos sin saberlo, la sensación era como dejar de oír un sonido que siempre ha estado ahí, hasta que no desaparece no te das cuenta de lo molesto que era y ahora sin esa extraña sensación de adormilamiento palpitante que era debida al agotamiento físico Ergot comenzaba a sentirlos. Hubo un momento durante la mañana cuando había vislumbrado a un extraño y su primer impulso había sido el de atacarlo y estaba seguro de que haber podido volar lo hubiese hecho, había sentido el veneno correr por su cuerpo de arriba abajo, la necesidad había sido tan fuerte que tuvo que irse en dirección contraria para evitar una tontería. También estaba el hecho de que sentía la necesidad de salir y “volar” pero no podía y eso era más que frustrante… Eran tantas necesidades nuevas. Con muchas preocupaciones se acostó aquella noche el véspido soldado.
Y aquella mañana en la que Twixy’s se había marchado temprano, de lo cual el repoblador no tenía ni idea. Ergot fue despertado e inexorablemente atraído por el delicioso olor que despedía la cocina, con una clara idea en mente “Eara está ahí.”
Cuando el véspido soldado llego a la cocina se encontró en ella a los sinhadres y a Samika. Se alegró enormemente de que no sintiese el impulso de atacarlos a ellos después de todo eran de su grupo pero si sintió el impulso de arrasar con toda la comida y de luchar por ella si necesario. Saludo a todos los presentes con un:
-¡Hola! ¿Qué tal estáis todos? ¿Puedo comer de eso que huele tan bien?- Se subió a la mesa y se sentó cerca de Ayne, olvidando la incomodidad que había sentido este último desde su transformación. Y dirigiéndose de nuevo al resto: -Por cierto ¿De qué hablabais?
Sus compañeros llegaron con noticias sobre Tesón que Ergot escuchó con avidez. En cierto modo estaba enfadado con él por no haberse presentado cuando estaban todos presentes pero sobre todo lo estaba porque no hubieses vuelto mucho antes. Había estado preocupado por él. Aun así el véspido tampoco pudo encontrar una explicación coherente a la nueva actitud del roquense, no sabía si alegrarse a pesar de la evidente mejora.
Cuando se marcharon de la habitación los excursionistas Ergot no sé marchó con ellos. Estaba cansado y esa noche necesitaba compañía, se quedó a dormir en la habitación de Samika. Aun así a la mañana siguiente y con la ayuda de esta que le abrió la puerta para salir, la pequeña planta se fue en busca de su propia habitación que resultó ser la más posiblemente cercana a sus compañeros que se encontraba libre en ese momento.
La experiencia de encontrar y de tener su propia habitación, para el repoblador, fue toda una aventura en sí misma. Para empezar él iba tranquilamente caminando por el pasillo y arrastrando sus cosas, pensando en si llamar a las puertas para averiguar si alguien ya había reclamado la habitación como suya, cuando de la nada una de las puertas se encogió a lo que sería una medida perfecta para su nuevo tamaño. Ergot se quedó tan pasmado que sintió una necesidad imperiosa de mirar a su alrededor para comprobar que no era todo una alucinación. Se acercó a la puerta menguante con cautela, tan acostumbrado a las malas sorpresas de la ciudad, que esperaba que en cualquier momento volviese a recuperar su tamaño original. Al enfrentarse cara a cara a la puerta y ver que esta no parecía dispuesta a volver a cambiar, el primer desafío fue averiguar el funcionamiento de picaporte. El bicho comprendía que había que girar la cosa esa y luego mover la puerta, empezó moviendo el picaporte en todas direcciones, luego se le ocurrió que debía de ser en una única dirección, por suerte acertó en cual de ellas. Una vez girado el picaporte empezó a tirar de la puerta con todas sus fuerzas pero nada, hasta que del cansancio se apoyó en la puerta haciendo que esta se abriese de par en par. Y Ergot cayó estrepitosamente en el suelo de la habitación.
La habitación era enorme para un repoblador y ya sea dicho par un véspido soldado pero todos los muebles se habían adaptado para el tamaño de este último. Y aunque Ergot nunca hubiese entendido la referencia, los muebles parecían del tamaño perfecto para un bebé Nenuco. Todas las cosas de la habitación estaban en el centro de esta a excepción de la lámpara de araña del techo que se había mantenido de su tamaño original y en su lugar, aunque las esferas protectoras contra el fuego alrededor de las velas eran sospechosamente nuevas. El resto de muebles (los miniatura) consistían en una cama, un armario, un baúl, un escritorio con su silla y un par de alfombras. Casi todos eran de madera como el suelo y blancos excepto las alfombras que eran una de color miel y la otra verde claro.
El repoblador se levantó, fue a por sus cosas, las arrastro dentro de la habitación y cerró la puerta tras de sí. El resto del día lo pasó en su mayoría practicando su movilidad, durmiendo e intentando bajar a su alfombra verde del techo de su armario. Aparentemente la alfombra era alérgica al polvo y la bolsa de pelusas del repoblador no le había hecho mucha gracia, por lo que se había arrastrado por todas las superficies de la habitación mientras se contraía y estiraba en lo que parecían unos estornudos horribles, al final a Ergot le dio pena y acabo guardando sus pelusas y pelos dentro del armario pero colocó las tallas de Tesón junto a su cama.
El día siguiente, ya con la movilidad prácticamente recuperada, si salió de su habitación. Principalmente para comer, para saludar a sus amigos que se cruzase y explorar un poco más la torre y su cocina (y de este modo localizar los jornos infernales). Fue a lo largo de este día, que experimento los primeros impulsos extraños e imperiosos que le sorprendieron por su fuerza. Hasta el momento los había sentido como dormidos sin saberlo, la sensación era como dejar de oír un sonido que siempre ha estado ahí, hasta que no desaparece no te das cuenta de lo molesto que era y ahora sin esa extraña sensación de adormilamiento palpitante que era debida al agotamiento físico Ergot comenzaba a sentirlos. Hubo un momento durante la mañana cuando había vislumbrado a un extraño y su primer impulso había sido el de atacarlo y estaba seguro de que haber podido volar lo hubiese hecho, había sentido el veneno correr por su cuerpo de arriba abajo, la necesidad había sido tan fuerte que tuvo que irse en dirección contraria para evitar una tontería. También estaba el hecho de que sentía la necesidad de salir y “volar” pero no podía y eso era más que frustrante… Eran tantas necesidades nuevas. Con muchas preocupaciones se acostó aquella noche el véspido soldado.
Y aquella mañana en la que Twixy’s se había marchado temprano, de lo cual el repoblador no tenía ni idea. Ergot fue despertado e inexorablemente atraído por el delicioso olor que despedía la cocina, con una clara idea en mente “Eara está ahí.”
Cuando el véspido soldado llego a la cocina se encontró en ella a los sinhadres y a Samika. Se alegró enormemente de que no sintiese el impulso de atacarlos a ellos después de todo eran de su grupo pero si sintió el impulso de arrasar con toda la comida y de luchar por ella si necesario. Saludo a todos los presentes con un:
-¡Hola! ¿Qué tal estáis todos? ¿Puedo comer de eso que huele tan bien?- Se subió a la mesa y se sentó cerca de Ayne, olvidando la incomodidad que había sentido este último desde su transformación. Y dirigiéndose de nuevo al resto: -Por cierto ¿De qué hablabais?
"Mientras no tengan conciencia de su fuerza no se rebelarán, y hasta después de haberse rebelado no serán conscientes. Éste es el problema." G.O.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torre Serpentaria
18/11/15, 11:41 pm
La evaki negó con la cabeza, dispuesta a darle un mordisco ala fruta y frenándose en seco ante el aviso de Eara. Devolvió al fruta a su sitio. un bizcocho con sabor a frutas era mas rico.
-No estoy segura, si menciono algo no debí enterarme. -respondió Samika, que no estaba segura de que cosas había escuchado de sus compañeros y de que no en esos días confusos- Aun no consigo centrarme en una sola conver....Alguien baja -se frenó Samika frunciendo el ceño, aturdida por que sus oídos captaron algo mas allá de la cocina. Aun identificar quien quien era complicado pues le costaba centrarse en un una sola voz o sonido al mismo tiempo. La aparición de Ergot poco después le confirmo que su orejas no habían fallado y suspiro largamente, cubriéndose estas ligeramente pues la voz de Ergot le sonaba incluso mas chillona que de costumbre.
No le dolía ni nada, al parecer podía soportar sonidos incluso mas agudos pero aun no se acostumbraba a oír tanto y tan claramente.
-Buenos días Ergot -saludo de todas formas Samika, sonriendo al vespido sentado en la mesa- Comentábamos que Twixy's volvió a salir y no sabemos donde.- le explico a este resumidamente pues tampoco es que tuvieran mucho mas datos que ese- Ella ya sabe que su pelo es muy querido en la ciudad, así que dudo que este paseándose sin precauciones por aquí, no es tan tonta. Seguramente estará viendo como adaptarse - añadió Samika dirigiéndose a los sinhadre y de paso intentando quitarse un poco de preocupación por su amiga. Twyx sabia cuidarse bien, aunque ante las dudas le preguntarían cuando volviera, mucho mas no podían hacer.
- A mi me esta costando lo ultimo. Me paso las horas muertas aburrida en el cuarto mientras el resto duerme y sigo sin saber ni por donde empezar en de una de mis habilidades - comento con desgano, tomando un trozo del bizcocho que le sirvió Eara- Y llevo sin salir de aquí desde que llegamos, me estoy agobiando. -añadió apoyando la barbilla en la palma de la mano, intentando evitar centrarse en ruidos de arriba
>>-¿Os parecería ir a ver la Sede? No estamos haciendo nada de todos modos- pregunto mirando a los demás atentamente, ansiosa por que aceptaran, pues había estado pensando en ello tras descubrir que no había zonas para entrenar en serpentaria. Ademas podrían visitar a los que se fueron a ese refugio.
-No estoy segura, si menciono algo no debí enterarme. -respondió Samika, que no estaba segura de que cosas había escuchado de sus compañeros y de que no en esos días confusos- Aun no consigo centrarme en una sola conver....Alguien baja -se frenó Samika frunciendo el ceño, aturdida por que sus oídos captaron algo mas allá de la cocina. Aun identificar quien quien era complicado pues le costaba centrarse en un una sola voz o sonido al mismo tiempo. La aparición de Ergot poco después le confirmo que su orejas no habían fallado y suspiro largamente, cubriéndose estas ligeramente pues la voz de Ergot le sonaba incluso mas chillona que de costumbre.
No le dolía ni nada, al parecer podía soportar sonidos incluso mas agudos pero aun no se acostumbraba a oír tanto y tan claramente.
-Buenos días Ergot -saludo de todas formas Samika, sonriendo al vespido sentado en la mesa- Comentábamos que Twixy's volvió a salir y no sabemos donde.- le explico a este resumidamente pues tampoco es que tuvieran mucho mas datos que ese- Ella ya sabe que su pelo es muy querido en la ciudad, así que dudo que este paseándose sin precauciones por aquí, no es tan tonta. Seguramente estará viendo como adaptarse - añadió Samika dirigiéndose a los sinhadre y de paso intentando quitarse un poco de preocupación por su amiga. Twyx sabia cuidarse bien, aunque ante las dudas le preguntarían cuando volviera, mucho mas no podían hacer.
- A mi me esta costando lo ultimo. Me paso las horas muertas aburrida en el cuarto mientras el resto duerme y sigo sin saber ni por donde empezar en de una de mis habilidades - comento con desgano, tomando un trozo del bizcocho que le sirvió Eara- Y llevo sin salir de aquí desde que llegamos, me estoy agobiando. -añadió apoyando la barbilla en la palma de la mano, intentando evitar centrarse en ruidos de arriba
>>-¿Os parecería ir a ver la Sede? No estamos haciendo nada de todos modos- pregunto mirando a los demás atentamente, ansiosa por que aceptaran, pues había estado pensando en ello tras descubrir que no había zonas para entrenar en serpentaria. Ademas podrían visitar a los que se fueron a ese refugio.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torre Serpentaria
19/11/15, 06:36 pm
«Da hasta reparo» pensó Ayne cuando Samika detectó que alguien bajaba las escaleras, aun si él no escuchaba absolutamente nada. Eara sonrió al ver a la evaki dejar la fruta de nuevo en su sitio y empezó a rebuscar el trapo para sacar del horno la fuente. Quien se presentó en la cocina fue Ergot, aparentemente con hambre.
—Dale solo unos minutos para que enfríe, y es tuyo. —La sinhadre cortó pedacitos para todos los presentes y los puso en platillos para que enfriasen más deprisa.
Entre tanto, Ayne se incorporaba a la conversación entre Samika y Ergot.
—Aun así no sé qué le costaba pedirle a alguien que la acompañase —dijo, un poco molesto. A la frivy parecía gustarle jugar con fuego. Cuando Samika habló de sí misma sonrió de medio lado y añadió—: Ni que saliésemos tanto del torreón antes.
Pero eso no quería decir que no le diese la razón. Simplemente, ahora que las cosas habían cambiado, seguían sin tener a ningún lugar en especial al que ir. El anima aún no se entendía con su transformación y Eara era la misma de siempre. Aunque Ayne sabía que le debía a su aurva ver Rocavarancolia, aún no tenía habilidades con las que defenderla eficazmente de los peligros de la ciudad.
—¿A la sede? ¿Para? —fue la respuesta del edeel a la propuesta de Samika.
—¿Por qué no? A lo mejor os gusta el sitio que tienen allí para entrenar, y nadie ha dicho que no podamos visitar a los que se han quedado allí.
—¿Entrenar, eh? Supongo que era una costumbre demasiado sana como para perderla del todo —dijo Ayne con un suspiro.
—Dale solo unos minutos para que enfríe, y es tuyo. —La sinhadre cortó pedacitos para todos los presentes y los puso en platillos para que enfriasen más deprisa.
Entre tanto, Ayne se incorporaba a la conversación entre Samika y Ergot.
—Aun así no sé qué le costaba pedirle a alguien que la acompañase —dijo, un poco molesto. A la frivy parecía gustarle jugar con fuego. Cuando Samika habló de sí misma sonrió de medio lado y añadió—: Ni que saliésemos tanto del torreón antes.
Pero eso no quería decir que no le diese la razón. Simplemente, ahora que las cosas habían cambiado, seguían sin tener a ningún lugar en especial al que ir. El anima aún no se entendía con su transformación y Eara era la misma de siempre. Aunque Ayne sabía que le debía a su aurva ver Rocavarancolia, aún no tenía habilidades con las que defenderla eficazmente de los peligros de la ciudad.
—¿A la sede? ¿Para? —fue la respuesta del edeel a la propuesta de Samika.
—¿Por qué no? A lo mejor os gusta el sitio que tienen allí para entrenar, y nadie ha dicho que no podamos visitar a los que se han quedado allí.
—¿Entrenar, eh? Supongo que era una costumbre demasiado sana como para perderla del todo —dijo Ayne con un suspiro.
- Merodeador
Ficha de cosechado
Nombre: Nadzieja Sikorski.
Especie: Humana.
Habilidades: Resistencia, oído musical e imaginación.Personajes :- ● Ergot: -Véspido Soldado Repobladoril-
● Nadzieja: -Escoria Cosechada HomoSapiens-
Status : Las dudas son como los muertos, siempre acaban saliendo a flote.
Humor : Epístola de San Pablo a los adefesios: "Sois feos de cojones."
Re: Torre Serpentaria
19/11/15, 09:39 pm
Ergot esperó pacientemente a que se enfriase su desayuno al tiempo que escuchaba lo que le contaban sus compañeros. Se sorprendió ante la noticia sobre la frivy y respondió a Ayne ante su reproche:
-Estoy de acuerdo con Samika, Twixy’s sabe cuidarse sola, aun así me gustaría saber a dónde ha ido… ¿creéis que ha ido sola porque es secreto? ¿Habrá ido a visitar a…- por su mente paso la imagen de Emmit convertido en árbol pero otra imagen mucho más aterradora la remplazo: -Lemus? Puede que sí debería de haber ido acompañada, al menos hasta que nos hayamos acostumbrado a todo “esto” y conozcamos bien la ciudad…
Cuando la evaki termino de hablar sobre su situación el véspido se sintió identificado y de la emoción casi se atraganta ante la propuesta de ir a visitar la Sede:
-Yo también quiero salir de aquí, al menos por unas horas… aun no puedo volar pero ya salto y camino casi como antes.- y tras el breve intercambio entre los sinhadres añadió: - Además es la oportunidad perfecta para Samika y para mí de buscar a Rasqa y pedirle ayuda…- dudó por unos momentos sin saber si lo siguiente que iba a decir era demasiado pedir: - y si nos sentimos con fuerzas después podríamos dar un rodeo y visitar a Emmit. Me gustaría ver si está bien y que nos vea con nuestra nueva apariencia. Seguro que le hace ilusión nuestra visita.
Se terminó el gran trozo bizcocho que aún le quedaba de una tacada y con más energía y felicidad gritó: -¿Y bueno a qué estamos esperando? ¡Vámonos a la Sede!
Sigue en...
-Estoy de acuerdo con Samika, Twixy’s sabe cuidarse sola, aun así me gustaría saber a dónde ha ido… ¿creéis que ha ido sola porque es secreto? ¿Habrá ido a visitar a…- por su mente paso la imagen de Emmit convertido en árbol pero otra imagen mucho más aterradora la remplazo: -Lemus? Puede que sí debería de haber ido acompañada, al menos hasta que nos hayamos acostumbrado a todo “esto” y conozcamos bien la ciudad…
Cuando la evaki termino de hablar sobre su situación el véspido se sintió identificado y de la emoción casi se atraganta ante la propuesta de ir a visitar la Sede:
-Yo también quiero salir de aquí, al menos por unas horas… aun no puedo volar pero ya salto y camino casi como antes.- y tras el breve intercambio entre los sinhadres añadió: - Además es la oportunidad perfecta para Samika y para mí de buscar a Rasqa y pedirle ayuda…- dudó por unos momentos sin saber si lo siguiente que iba a decir era demasiado pedir: - y si nos sentimos con fuerzas después podríamos dar un rodeo y visitar a Emmit. Me gustaría ver si está bien y que nos vea con nuestra nueva apariencia. Seguro que le hace ilusión nuestra visita.
Se terminó el gran trozo bizcocho que aún le quedaba de una tacada y con más energía y felicidad gritó: -¿Y bueno a qué estamos esperando? ¡Vámonos a la Sede!
Sigue en...
"Mientras no tengan conciencia de su fuerza no se rebelarán, y hasta después de haberse rebelado no serán conscientes. Éste es el problema." G.O.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torre Serpentaria
19/11/15, 11:59 pm
Kimbra asintió a la explicación del kairós y luego siguió el orbe como este le había indicado hasta que este desapareció frente a unos escritorios. Kimbra cogió todo el material que creyó conveniente y luego siguió a la idrina de vuelta al lugar de origen, donde les informó de su intención de volver a las habitaciones, además de pedirles información sobre la transformación sufrida por Sekkeh.
Ya con todo el material necesario, y habiéndoles agradecido debidamente a los dos habitantes de la torre su ayuda, se despidieron de ellos antes de volver a entrar a la habitación anteriormente seleccionada. Para beneficio de Kimbra, la estancia contaba con una mesa sobre la que pudo colocar el libro abierto y los materiales de escritura con la intención de comenzar a coger notas del mismo.
En un pergamino la krabelinense iba apuntando los puntos que creía clave de su transformación, remarcando los que en su opinión requerían de un análisis exhaustivo, y en otro pergamino iba escribiendo los conceptos cuyo significado desconocía con la intención de preguntarlos posteriormente a Irianna o consultarlos en algún libro. La letra de la Hija de Lunas todavía era tosca y primitiva, agravada además por el precario dominio de sus nuevas garras; cubierta de faltas de ortografía, y de ritmo lento y pausado, pero era legible y por el momento era lo único que la engendro necesitaba.
En aquel momento, la idrina llamó su atención preguntando por los aspectos más destacables de su transformación. Kimbra dejó la pluma sobre la mesa y se volvió hacia su compañera.
- Según queda plasmado en este ejemplar, mis arañazos resultan actualmente venenosos, comenzaré a tener una tendencia a llevar a cabo actividades morbosas, aunque desconozco el significado de dicho concepto-. Kimbra quedó callada unos segundos pensando en otros aspectos destacables-. Según dice he adquirido o voy a adquirir la capacidad de percibir los sucesos relacionados con la muerte. No he entendido exactamente este punto, por lo que creo que voy a tener que llevar a cabo una investigación más extensa sobre el significado de esta… habilidad. Algo que remarca bastante el libro es la forma de obtención de carga mágica. Parece ser que para poder hacer uso de la energía superior tengo que llevar a cabo una serie de acciones, o más bien parecen ser rituales, que consisten básicamente en impregnar mi coraza con fluidos corporales pertenecientes a seres inteligentes que yo misma haya extraído.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguasPersonajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torre Serpentaria
20/11/15, 10:43 pm
Ya que Kimbra se había sentado a escribir sobre el escritorio la idrina ocupó la cama para continuar leyendo. Mientras la krabelinense hacía anotaciones, la lacustre aprendía acerca de cómo manipular la niebla. Quería probar dos cosas que, según lo que había entendido, no deberían resultarle complicadas, pero primero se interesó por lo que había descubierto la hija de lunas sobre sí misma. Se acercó al escritorio mientras le preguntaba, ojeando de pasada sus anotaciones y señalándole los errores de escritura que saltaron a sus ojos solo con pasar la vista sobre el pergamino.
Atendió a la explicación de Kimbra sobre qué implicaba ser un demonio rakshasa. La descripción que le proporcionó en un principio tan solo le hizo volver a preguntarse cuánto de afortunada había sido con lo que le había tocado, pero cuando llegó al final, Irianna no pudo evitar inquietarse ante lo que la krabelinense le acababa de describir sin inmutarse.
—¿Tienes que hacer algo tan terrible para poder seguir usando magia? ¿Cómo… cómo te sientes al respecto?
La idrina no estaba segura de como tomarse aquella revelación. Ella solo tenía que estar en contacto con la niebla para no perder la capacidad de hacer magia. ¿Tendrían el resto de sus compañeros que llevar acabo atrocidades parecidas? No era justo. Había querido explicarle a Kimbra el concepto de morbo, pero la intención pasó a segundo plano mientras se preguntaba si la hija de lunas sería capaz de hacer algo como lo que había dicho. No había expresado desagrado, aunque realmente la krabelinense rara vez comunicaba emociones.
Atendió a la explicación de Kimbra sobre qué implicaba ser un demonio rakshasa. La descripción que le proporcionó en un principio tan solo le hizo volver a preguntarse cuánto de afortunada había sido con lo que le había tocado, pero cuando llegó al final, Irianna no pudo evitar inquietarse ante lo que la krabelinense le acababa de describir sin inmutarse.
—¿Tienes que hacer algo tan terrible para poder seguir usando magia? ¿Cómo… cómo te sientes al respecto?
La idrina no estaba segura de como tomarse aquella revelación. Ella solo tenía que estar en contacto con la niebla para no perder la capacidad de hacer magia. ¿Tendrían el resto de sus compañeros que llevar acabo atrocidades parecidas? No era justo. Había querido explicarle a Kimbra el concepto de morbo, pero la intención pasó a segundo plano mientras se preguntaba si la hija de lunas sería capaz de hacer algo como lo que había dicho. No había expresado desagrado, aunque realmente la krabelinense rara vez comunicaba emociones.
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