Burdel de dama Espasmo

01/08/11, 01:16 am

Recuerdo del primer mensaje :

Edificio de cinco plantas de madera pulida con fachadas llenas de balcones y techadas con tejas azules. La entrada es un arco rectangular decorado con farolillos y da a una sala circular decorada con doseles y tapices. Una abertura atraviesa el edificio verticalmente, filtrando la luz que va a dar a una fuente de cristales de colores. Se utilizó como refugio para cosechados durante la primera cosecha pero actualmente es un negocio puesto en funcionamiento.

Empleados del burdel:

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23/09/12, 09:50 pm

El tiempo, aunque en el cielo negro no se reflejaba, avanzaba poco a poco. Vac echaba de menos la luna y las estrellas de su mundo, aquellas que le habían acompañado desde niño por las noches. El bullicio en la primera planta del burdel se fue apagando, sustituido por un silencio más íntimo en el resto de las plantas, donde los clientes disfrutaban de los servicios por los que habían pagado. Hacía rato que Feliks se había quedado dormido, pero el griego seguía muy despierto, incapaz de conciliar el sueño.

Se puso en pie, estirándose, y descendió hasta el balcón volando, entrando en su cuarto. Allí se quito la cazadora, dejándola en un perchero, y cogió una botella de licor de fuego que guardaba en una suerte de mueble bar. Vac salió al pasillo sin hacer ruido y se deslizó por el burdel en silencio, evitando molestar a los clientes, y bajando hasta la primera planta. El hado pasó por la cocina, donde cogió un vaso, y fue hasta el salón, sentándose en un sillón junto a la fuente, debajo del hueco del techo.

Se sirvió una copa y le dio un trago al vaso, dejando que el licor le calentara por dentro, la mirada perdida en el cielo oscuro. Aunque primero la música y ahora la bebida le relajaban, sus ojos estaban algo apagados y su sonrisa no era tan alegre como solía ser. El chico prefería la noche, disfrutaba más y se desenvolvía mejor en ella, pero sus estados de ánimo también se acentuaban.

24/09/12, 09:29 pm

Wen prestó atención a la conversación participando cuando era necesario. Nunca había sido amiga de los grandes grupos de personas, pero ellos eran diferentes. Desde su llegada a Rocavarancolia, su relación con las personas había mejorado considerablemente. Antes, nunca podría haber estado en esa habitación llena de gente, hablando amigablemente con todos ellos. “Realmente, la ciudad te cambia.” Se dijo. Miró durante unos segundos a Matt, que seguía actuando como el primer día. “Bueno, no a todos.” Rió para sí misma.

Wen se despidió cuando los visitantes decidieron volver a su torreón y quitó el cartel que le habían mandado poner. La noche fue bastante tranquila. Hubo algún que otro insensato que pretendía colarse sin llevar dinero encima o a fastidiar, pero Wen dominó la situación sin problemas. Cuando su turno terminó, se retiró a las termas, donde pasó una hora relajándose convertida en serpiente. Aunque su vuelo no era perfecto y apenas practico, había dominado el resto de movimientos que podía hacer como serpiente, de manera que se sentía igual de ella misma tanto de una forma como de otra. Antes, solo era una huerfanita; ahora, era una guerrera y una serpiente gigante: eso le encantaba. Cuando decidió que ya llevaba bastante tiempo en el agua, salió y volvió a transformarse. La ropa estaba de nuevo en su sitio, pero la tinta de las runas se estaba disolviendo con la humedad de su cuerpo. “Necesito algo que dure más.” Se dijo, y al instante recordó algo de lo que se había dado cuenta últimamente: Cain había aprendido a hacer tatuajes. Un tatuaje sería la solución perfecta para su problema y no tendría que dibujar las runas a todas horas.

Wen buscó al italiano por todo el burdel, encontrándolo finalmente en su estudio.

- Cain, ¿Tienes un minuto? - preguntó tras tocar la puerta y entrar.- Me gustaría pedirte una cosa. Tengo entendido que sabes hacer tatuajes. Necesito que me hagas dos, que pagaré con horas extra si es necesario. - le dijo, esperando una contestación afirmativa.

24/09/12, 10:25 pm

Cain observaba a Erika con un cliente a través de un globo de cristal. Aun no dominaba el proceso, por lo que necesitaba un globo por habitación, algo ligeramente engorroso, pero se había apañado bien con el tamaño, ordenándolos y etiquetándolos en una estantería, cogiendolos cuando quería tenerlos cerca. Veló la imagen y el sonido cuando alguien llamó a la puerta. Era Wen, y parecía que quería algo.

-No te voy a cobrar por un mísero tatuaje de runas, mujer, sé que es algo que necesitas. Tan solo necesitaré referencias y algo de tiempo para practicar, si me sale un churro no te va a servir de nada- dijo con humor.- Pásame una imagen nítida de las runas que necesitas para mañana y veré qué puedo hacer.

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Una planta más abajo, Ariven entraba en el salón central. Llevaba la melena negra recogida en una cola alta adornada con metales preciosos y vestía un conjunto de seda negra que consistía en un top escotado semitransparente y una falda abierta a ambos lados de la cadera. Pulseras tintineantes de metal adornaban sus muñecas y tobillos.

-¿Qué tal la noche? ¿Te puedes creer que no me ha elegido nadie? La gente aquí se está volviendo pusilánime, Circe tampoco tiene clientes hoy... -comentó con una sonrisa relajada, sentándose junto a Vacuum.- Sírveme anda, sé bueno.- pidió señalando la copa que bebía el hado

24/09/12, 10:58 pm

Una voz sacó a Vac de sus cavilaciones internas, devolviéndole a la realidad. Ariven acababa de entrar en el salón, comentando algo de que Circe y ella no tenían clientes esa noche. La muchacha iba deslumbrante, con un conjunto de seda negra y el pelo recogido en una cola alta, adornada con metales preciosos. Ariven se sentó a su lado, pidiendole que le sirviera una copa.

-Algo monótona -respondió a su primera pregunta-, y la verdad es que no me lo creo, tal vez estén ciegos -comentó el griego, apurando su copa.

No tenía ningún otro a mano, así que volvió a llenar el vaso y se lo tendió a la chica. Su top semitransparente y los cortes laterales de su falda dejaban poco a la imaginación, resultaba digna de admirar, y Vac seguía sin creerse que no tuviera ningún cliente aquella noche. Los ojos de la chica, incandescentes como dos brasas, atraparon su mirada un segundo, pero el chico la aparto con rapidez, volviendo a observar el cielo oscuro.

-Y sin tener en cuenta la noche libre, ¿qué tal lo llevas? -le pregunto con curiosidad, dedicándole una sonrisa.

Vac ya había bebido unas cuantas copas, y el licor le había calentado por dentro, si aun fuera humano tendría las mejillas algo sonrojadas. Aun así seguía estando sobrio, la apatía de las últimas horas no se había desvanecido del todo.

25/09/12, 12:27 am

Wen agradeció las palabras de Cain con una sonrisa. No le importaba hacer horas extra si con ello conseguía no tener que irse dibujando las runas a cada hora, pero agradecía que Cain lo pretendiera cobrarle y lo tomó como un regalo de su jefe.

- Si no te importa, te los dibujo ahora. - le dijo ante su petición de la imagen cogiendo una hoja y una pluma de su mesa.- Tanto tiempo dibujándomelas, me las he aprendido. - comentó mientras dibujaba.- Una es para el vientre y otra para el brazo. Voy a aprovechar y taparme las cicatrices.

Cuando terminó de dibujar, entregó el papel a Cain y volvió a darle las gracias antes de salir de su estudio, rumbo a su habitación, donde se preparó para dormir. Recordó los gatos que le habían dicho que tenían en Serpentaria y pensó que a ella también le gustaría tener alguna mascota. Pensó entonces en la familia de serpientes acuático-terrestres de los pozos y decidió que intentaría conseguirlas como mascotas. “¿Qué mejor que unas serpientes como mascotas de una vouivre?”

25/09/12, 12:47 am

Cain le tendió pluma y papel a Wen y observó como dibujaba las runas, tratando de memorizar los trazos. Cuando la chica las terminó y la tinta se hubo secado, Cain tomó los dibujos y los inspeccionó. Acordaron el tamaño y el lugar donde irían y Cain lo apuntó a modo de anotaciones.

-Cuando lo tenga te aviso y quedamos una tarde que no tengamos nada que hacer- le propuso- Si ves que se me olvida recuérdamelo, ultimamente con tantas cosas mi memoria no es muy buena- rió.

Wen dejó el estudio y Cain se dispuso a recoger sus cosas y a ordenar un poco los papeles, guardando los dibujos de runas en una carpetilla. Luego se fue hacia su habitación, se desvistió y se acostó, cayendo en un sueño ligero y frágil, que se rompería al menor disturbio. Estaba muy cansado.

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Ariven apuró el vaso de un trago y pidió otro, sin dar señales de que el alcohol le afectara. El segundo vaso se lo tomó más tranquilamente, a sorbos cortos, saboreando la bebida.

-Tu sabes, no me puedo quejar. Tengo buena racha, aunque alguno de mis habituales se me está pasando a la competencia- rió con amargura- Ahora les van las niñas monas y tiernas, deben de estar pasando alguna crisis. Uno de los que venían los jueves se pasó a Vivia así por la cara y si te contase lo que me dijo cuando acabó con él... - siguió riendo con un tinte cruelmente sincero.- Aun así justo ayer me regalaron esto.- le mostró una pulsera de eslabones de cobre hechizado- No sé de donde lo sacó, pero el acabado es precioso. Tiene buen gusto...

25/09/12, 01:37 am

La muchacha apuro el vaso de un trago y le pidió otro, que el hado sirvió al momento. El segundo lo saboreo mas, dando pequeños sorbos. El chico se colocó mejor en el sofá, poniéndose de cara a Ariven, para atender mejor a la conversación, Las palabras de la muchacha venían acompañadas de una risa con tintes de cruel sinceridad y amargura. Vac la observó mientras le enseñaba la pulsera, sin entender porque iba nadie a cancelar una cita con ella sin motivo.

-No esta mal -alabó el chico, girando la muñeca de Ariven para observar mejor la joya-, y estoy de acuerdo en que tiene buen gusto, solo hay que ver a quien se la ha regalado -le dijo con una sonrisa sincera.

La piel rojiza de Ariven estaba caliente, y de nuevo aquella sensación electrizante recorrió el brazo del griego. Vac soltó la muñeca de la chica con suavidad y dio un trago lento a la botella.

-No se que decirte, yo tampoco lo entiendo. Las niñas monas y tiernas supongo que están bien, pero no se… no es lo mío, personalmente prefiero otros tipos de ternura. Esas niñas aparentan demasiada fragilidad para mi gusto, y puede que no sean frágiles para nada, pero que actúen como muñecas no me convence. Prefiero algo más pasional, mas intenso, mas… ¿ardiente? -pregunto, tratando de explicarse-. El fuego es agradable –rió el hado, haciendo aparecer una llama negra en sus manos y jugueteando con ella entre los dedos-, y tú derrochas fuego -afirmó, extinguiendo la llama-. Los habituales no tardaran en darse cuenta y todo volverá a la normalidad -afirmó Vac con sinceridad, con una sonrisa imperceptiblemente resignada.

25/09/12, 02:40 pm

Ariven hizo un gesto despreocupado con la mano, dándole un sorbo al vaso y acabándolo.

-Nah, tampococreas que me afecta tanto. Esto va por épocas, además, no hay demasiados ciudadanos en Rocavarancolia actualmente, cuando la familia crezca, pro así decirlo, tendremos más clientes. No soy Mephis, no pienso tener una rabieta siempre que no sea el centro de atención- rió por lo bajo. Era habitual que los empleados del burdel se burlasen de vez en cuando de los aires de Mephis.

Dejó el vaso a un lado y se levantó, recolocándose la falda y las pulseras.

-Bueno tigre, voy a aporvechar que no hay faena esta noche para dormir un poco más, con suerte mañana podré ir de comprar a ese sitio nuevo que han abierto. Buenas noches.- dijo acariciando el hombro de Vacuum y alejándose escaleras arriba.

25/09/12, 04:00 pm

Ariven era positiva, y el comentario sobre Mephis arranco una risa suave al griego. La muchacha se puso en pie y se recoloco la ropa, mientras Vac atendía a sus palabras. Iba a aprovechar par dormir un poco, y así, tal vez, poder ir mañana a la nueva tienda de Garoni. Ariven se despidió, acariciando el hombro del hado, y se alejó escaleras arriba.

Vac se levantó de su asiento, observando a la muchacha hasta que se perdió de vista. Recogió el vaso y la botella vacía y lo llevó a la cocina, para después tomar el mismo camino que Ariven. Subió las escaleras sin hacer ruido y cuando llegó a su cuarto, cerro la puerta tras de sí con suavidad. La conversación con la muchacha había sido agradable, y había mejorado considerablemente el humor del griego.

El hado se desvistió en silencio, aun confuso por los escalofríos que le provocaba la chica roja, y se metió entre las sabanas negras, bastante cansado. Había sido un día extraño y el sueño no tardó en alcanzar a Vac. Un último escalofrió recorrió el cuerpo del griego antes de quedarse dormido, arrebujado bajo las sabanas.

25/09/12, 11:27 pm

Mucho más animado en todos los sentidos, hablando y dejando alguna que otra caricia,apretón o roce en los clientes mientras iba y venía por el salón, intercambiando miradas y bebiendo, acudí a la llamada del rubiales, atento.
-Veremos.-respondí apenas en un murmullo, volviendo al vestíbulo hacia el individuo.

Pasé por su espalda, pasando los dedos por los hombros y desapareciendo luego, dejándole confuso. Dio una vuelta sobre sí mismo hasta que encontró un hueco entre la gente, hueco por el que pudo verme sentado en el sofá, mirándole fijamente sin parpadear. Una figura se cruzó y aproveché para volver a aparecer a su espalda y susurrarle al oído "Hola preciosidad". Para cuando se giró, le empujé hacia el sofá y obligándole a sentarse, me subí en su regazo, turbándole quizá aún más.
-¿Qué te trae por aquí?-pregunto, pasando los dedos por sus piernas, pantalones marrones y con algún detalle amarillo.

-Yo... Yo venía a ver...-empieza, nervioso y sin casi saber qué decir.

-¿Sí? Sigue, cariño.-musito

-Curiosidad. Me hablaron bien del sitio y vine y aqui estoy, eso, aquí vine y aquí estamos, hablando con un desconocido y rodeado de más desconocidos hablando.-soltó a toda velocidad, trabándose.

-Con calma. ¿Desconocidos? ¿No hay nada remarcable en ellos?

-Son... agradables, exóticos, atractivos...-logra tartamudear barriendo el salón con la mirada, luego rectifica haciéndome sonreír.-Sois, sois.

-Oh, gracias. Muy amable. ¿Y bien? ¿Quieres compañía, beber algo, jugar a algo?-sigo inquiriendo, al tiempo que un camarero se acerca, para darle onversación y que se vaya soltando, mientras los dedos pasan a la camisa amarilla, jugueteando con los botones << Curioso estilo >>

-Yo, eh... ¿Vino? Pero que no sea muy caro...

El otro se fue sonriendo tras decirle yo algo moviendo sólo los labios y después me afianzo sobre sus piernas, apretando las mías y tamborileando con los dedos en las manos
-Será gratis si haces algo por mí.-le susurro al oído, dejándolo a cuadros un momento.-Muévete un poco más, que estás muy soso. Va, no vamos a comerte, no todavía.-remato enseñando los colmillos y riendo al ver su cara de espanto, pero un brillo de curiosidad asoma a su mirada.-Es tu noche, ¡muévete!

Dicho eso me levanto tirando del cuello de su camisa y lo llevo a donde la gente baila, sin dejarle otra opción y sin dejar de mirarle. Dejo que el cuerpo siga el ritmo mientras intento que me imite hasta que lo logro, sonriendo y alargando una mano hacia su copa de vino, la cual le doy a beber sin dársela.
-¿Te gusta?

Asiente con vigor y tropieza con mis veloces pies, pero no le digo nada sino que sigo sonriendo.
-¿No bebes?-inquiere a trompicones

Me tomo mi tiempo para responder, pegándome más a su cuerpo y recorriendole con mis manos, haciendo que se estremeciera al llegar a ciertos sitios.
-Yo bebo otras cosas.-musito relamiéndome.
-¡Ah! El vampiro, claro. Diablos... No me di cuenta, estoy... estoy...
-Nervioso y confuso.-le callo con un dedo en los labios.- Reláaaajate. A eso has venido, ¿no? Disfrutar y relajarse en una gran noche.
-Vendría por la mañana pero no quiero bailar con un esqueleto.-bromea, empezando a soltarse.
-¿Crees que vivirás más de esta noche? Pobre iluso.-río, volviendo a apretarme y a oler su sangre.-Delicioso.-susurro a su oído, rozándolo con la lengua hasta la palpitante arteria y sonriendo con su escalofrío.

Seguimos bailando un rato, invitando a sus manos a mi cuerpo y pidiendo otra copa de vino, a la que sumó una apenas llena de sangre que incluso se atrevió a probar. Le miro curioso cuando traga e intenta sonreír, pero no volverá a repetirlo por los gestos. Risas, a pesar de todo. Tras un rato bastante largo volvimos al sofá, sentados igual que antes. Hablando y hablando descubrí que venía a curiosear, parece que volverá y que recomendaá el sitio a sus conocidos.
-¿Ojitos verdes se va ya a dormir?
-Eso creo. Trabajo diurno, ya sabes.-murmuró, algo cansado.-Pero lo he paado bien y eh... Volveré. Más tiempo. Y más eh... ¿a solas?
-Como gustes.-luego le ayudé a levantarse dándole la mano.

Lo sorprendente fue que se dejó morder a modo de despedida, alegando o bien que no había bebido nada en su presencia o bien que era una previa del resto de su cuerpo. Nos despedimos con un hasta otra y fin, cada uno a su casa, yo en mi caso a mi dormitorio a rematar la noche tomando el fresco en el balcón, hasta que comenzó a amanecer y me acosté...

Y hoy... No tengo ganas de levantarme, no sé ni qué hora será ni nada. << ¿Y qué hago mordiendo la almohada? Ay... >> Vuelvo a tumbarme al revés, mirando al techo pero acabo durmiéndome otra vez. << Si alguien quiere algo, ya me entera... Zzz >>

26/09/12, 12:39 am

Giz había estado toda la mañana dándole vueltas a algo, sobre todo durante los entrenamientos. Por eso es que en el momento en el que debería haber continuado con el resto hacia Serpentaria acabó cambiando de dirección y poniendo rumbo al burdel.

Una vez llegó, saludó a Wen, que estaba guardando la puerta en esos momentos; cerró la gola para evitar sufrir efectos colaterales por los posibles hechizos que pulularan en el edificio y pasó al interior, para preguntar por Vac. No tardó en encontrar al hado leyendo algún libro en el Salón, sentado.

-Hola, Vac. Venía para pedirte saliva-se maldijo varias veces en silencio y trató de redirigir la petición por otro camino menos escatológico. Sabía que los flujos corporales no eran un tema humanamente educado-. No, quiero decir… un favor, sí, eso. Un favor.

Bajo el poncho, las uñas de Giz se clavaron en sus piernas, más que como castigo ante su falta de capacidades comunicativas, como señal de alerta para que midiera más las palabras antes de hablar.

-Verás… Empecé hace poco unas clases de genemagia y me vendría bien tener una muestra genética de la mayor cantidad de gente – y seres vivos en general- posible. La tuya en concreto la necesitaría para intentar… hacerle un pequeño regalo artesanal a Gael. Alguna mascota que no arda cuando lo toque y tal. Ignifuguez-dijo, inventándose esa última palabra debido al bloqueo mental que tenía en esos momentos y a la falta de una expresión mejor-. Por eso. Solo hace falta algo de saliva. Un escupitajo por aquí-dijo sacando una pequeña tarrina de cristal de debajo de su poncho-y listo.

Suspiró aliviado cuando acabó de hablar y le dio la espalda a Vac, para que pudiera escupir tranquilo. Por si le pudiera molestar o hacer sentir incómodo. La realidad era que tardaría en poder hacer la mascota para Gael, pero cuanto antes adquiriera las muestras, mejor.

26/09/12, 03:52 am

Una vez seco, el chico se vistió con unos vaqueros y una camiseta gris oscura, poniendo la toalla a secar y subiendo a la cocina. Vac se preparó un zumo y unas tostadas y se sentó en uno de los sillones del salón con las piernas cruzadas, ojeando un libro de alquimia mientras disfrutaba de su desayuno. Un rato después alguien llamó a la puerta, y cuando Wen le abrió resulto ser Giz, que al parecer estaba buscando al griego.

El chico escucho la extraña petición del asreniano con una sonrisa, se notaba que no estaba acostumbrado a las formas humanas, pero al griego no le importaba, no necesitaba que le trataran así. Las palabras del chico llamaron la atención de Vac, ¿qué era aquella genemagia de la que hablaba?. Vac había estudiado herbología, anatomía y biología e incluso algo de alquimia, así que el nuevo concepto despertó su curiosidad.

-¿Genemagia?, ¿qué es eso? -le pregunto mientras echaba algo de saliva en el recipiente que le había dado el Goliat-, parece interesante -comento con curiosidad, tendiéndole el tarro cerrado.

26/09/12, 10:10 pm

Giz guardó la muestra bajo su poncho. Sonrió cuando Vac se interesó por la genemagia y comenzó a hablar sin parar, como si hubiesen activado un mecanismo que invertía su recurrente silencio frente a casi todo.

-Pues verás...-Le contó a Vac sobre la cabra, sobre cómo buscó su procedencia y encontró en la biblioteca varios libros sobre genemagia. Le habló de ella, de lo que se podía hacer y cómo con sus hechizos. La incursión a la Tierra, con el robo de artefactos incluído, y el secuestro de Miloslava fueron los últimos temas que trató-. Y ahora está en el Castillo. Tiene genio, pero es maja y...-se dio cuenta repentinamente de la cantidad de tiempo que llevaba hablando sin parar y calló. Se rascó la cabeza y dejó que el silencio se reinstaurara por unos minutos, solo para volver a romperlo brevemente-. Eh... Gracias, Vac. Me voy ya.

Y salió del burdel con prisas, como si acabara de darse a la fuga, sumergido en su mundo mientras caminaba de vuelta a Serpentaria.

26/09/12, 11:19 pm

Vac escucho las palabras del goliat muy interesado, memorizando los detalles y sonriendo ante su emoción al explicarse. El detalle de que fuera una humana la que le enseñara llamó la atención del griego, y pregunto a Giz si podría conocerla en otro momento. El chico se quedó en silencio unos minutos, al darse cuenta que había estado hablando durante mucho tiempo, y antes de que el griego pudiera apenas despedirse, el asreniano salió por la puerta del burdel, perdiéndose en la ciudad.

Vac suspiro y recogió los restos de su desayuno, limpiando los platos en la cocina y dejandolo todo como estaba en un principio. Cogió su libro y subió a su habitación, donde paso leyendo unas cuantas horas. A media tarde, fue hasta el dojo, dispuesto a entrenar unas cuantas horas, y cuando ya la noche estaba apunto de llegar, el hado bajo a las cocinas a cenar algo y a darse un baño. Antes de irse a dormir estuvo conversando un rato con Wen, hablando de todo un poco.

A la mañana siguiente Vac se despertó de buen humor, y salió temprano hacia los entrenamientos, que trascurrieron entre bromas y risas, todos estaban ansiosos por que llegara la noche, expectantes ante la fiesta que se avecinaba. Cuando los entrenamientos concluyeron, Vac regreso con Wen al burdel, y mientras la vouivre se daba un baño, el hado preparo algo de comida. Después de comer, vac se relajó un rato en las termas, subiendo luego a su cuarto a descansar un rato. A media tarde ya estaba listo, vestido con unos vaqueros, unas botas negras, una camiseta gris y una cazadora oscura, cogió su guitarra, colgándosela a su espalda, y echó a volar hacia la taberna, silbando alegremente.

Continúa en la Taberna del Mago Tuerto.

27/09/12, 11:49 am

Había sido una mañana de trabajo normal; papeleo, compras recibos. Había tenido incluso tiempo de practicar un poco las runas que Wen le había encargado... justo antes de que las chicas le arrastrasen de compras al nuevo antro de Garoni. Para Cain, esa vieja momia era la competencia (aunque sus negocios fueran completamente distintos) y no le gustaba pisar territorio ajeno, pero las chicas querían ropa nueva y él no tenía nada que hacer salvo acompañarlas.

Esa noche no tuvo más remedio que poner seguridad demoníaca, pues se iban todos a la taberna a ver el concierto de Gael. Otra opción sería cerrar el burdel, tampoco tenían tantos clientes, pero Gahna iba esa noche y si le cerraban la puerta en las narices a un miembro del consejo tendrían problemas.

-Me quedaré a recibirla- le dijo Cain a Vacuum y los demás antes de que se fueran- Prometo llegar a tiempo e invitaros a algo.

La mujer llegó puntual como siempre, y Jau, su preferido, ya estaba listo para ella. En cuanto subieron a la habitación, Cain pudo escabullirse a la suya. Se puso unos pantalones de cuero, un chaleco de piel largo cuyas puntas acababan en alas de murciélago y botas altas, además de los múltiples talismanes que ya eran habituales en él. Salió en silencio por la puerta con Fresser en el hombro, y fue dando un paseo hasta la taberna.

Sigue en la Taberna.

27/09/12, 12:43 pm

Me tomé la mañana libre, vagueando en el dormitorio a oscuras, leyendo y entrenando de vez en cuando, pero en solitario, magia y dagas. Con Norou prefiero no usar hechizos, así que estos ejercicios los hago aparte. Runas, la poca piromancia que puedo permitirme, magia ofensiva de sangre, que deja extenuado a Elunin y que por esto solo practico una vez por semana, ocultamiento con la oscura y el resto de hechizos básicos. Todo acompañado de sangre suficiente y en la sala de entrenamiento en un rincón protegido para resistir los embites del fuego y demás agresiones.

Apenas salí al resto del edificio, solo para reponer mis reservas de sangre y dar los buenos días de forma muy ausente, saludando educadamente a Gahna cuando la vi acompañada de Jau. Hasta que escuché y recordé lo de la fiesta en la Taberna justo cuando Cain se iba.

<< Diablos ._. Cambio total de planes, ¡rápido! >> Dejé todo lo que estaba haciendo, empapado en rojo sudor, para darme un baño cuando ya atardecía. Así pues ocupé la poza individual, ya que empezaba a venir clientela, tenía prisa y no quería distracciones. Mientras, Elunin se disculpaba con el individuo de ayer, por no poder estar yo esta noche. Pero no se molestó y se quedó el resto del día, charlando y compartiendo con el resto de clientela y empleados, soltándose e interesándose. << En el fondo es un pervertido... >>

Una vez limpio, me vestí con unos pantalones de cuero negro ajustados casi como una segunda piel que desaparecían en unas botas hasta la rodilla, bastante pesadas sin la transformación. Cinturón y camiseta de rejilla mezclando negro y rojo oscuro, imperando este en la zona del cuello; sin mangas y pulseras negras con pinchos y runas blancas, protectoras contra hechizos como las de Norou. El pelo al aire, suelto, y a volar.
Sigue en la Taberna.

13/10/12, 12:42 am

Cuando llegaron al burdel cada uno se fue a su cuarto, a descansar. Vac se desvistió y se metió en la cama tras preparar las cosas para la mañana siguiente. Unas horas después Vac despertó, fresco y sonriente. Apenas estaba amaneciendo, era realmente pronto, pero el hado se encontraba completamente descansado. El griego cogió algo de ropa y bajo a las termas a darse un baño. Una vez aseado se relajo unos minutos en el agua, para salir después y vestirse tras secarse. En la cocina preparo una infusión de ortigas y tras ponerla en una bandeja junto con unas pastas, se encaminó hacia las escaleras.

Vac caminó por los pasillos hasta llegar al cuarto de Wen, y una vez allí, tras llamar a la puerta, entro en la habitación con una sonrisa. Estaba a oscuras, y Wen era un bulto bajo las sabanas. El chico dejo la bandeja en la mesita y tarareando una canción animada se acercó hasta la ventana y abrió las cortinas, dejando que la luz del sol entrara a raudales en la estancia. El chico no se giro, dejandole intimidad a la vouivre y le hablo en tono jovial.

-Buenos días, señorita, ¿qué tal hemos dormido hoy? -saludo el hado socarrón.

Wen no había bebido mucho, pero sin duda arrastraría algo de resaca. El griego podría ser algo bromista, pero le había traído un remedio para la resaca, no había ido únicamente a reírse de ella.

-Esa infusión te hará bien -le dijo riendo suavemente-. Cuando estés recuperada, ¿qué te parecería ir a desayunar a Serpentaria? -le pregunto en tono malicioso, los chicos habían bebido mucho mas (:'D).

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