Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
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Rocavarancolia Rol
30 participantes
- Rocavarancolia Rol
Burdel de dama Espasmo
01/08/11, 01:16 am
Recuerdo del primer mensaje :
Edificio de cinco plantas de madera pulida con fachadas llenas de balcones y techadas con tejas azules. La entrada es un arco rectangular decorado con farolillos y da a una sala circular decorada con doseles y tapices. Una abertura atraviesa el edificio verticalmente, filtrando la luz que va a dar a una fuente de cristales de colores. Se utilizó como refugio para cosechados durante la primera cosecha pero actualmente es un negocio puesto en funcionamiento.
- Empleados del burdel:
Mephis
Género: Le da igual (usa principalmente pronombres femeninos)
Raza: Desconocida
Transformación: Cambiante.
Descripción física: Puede tener cualquier aspecto que desee pero su forma favorita es el de una persona menuda y andrógina, de rasgos finos y aniñados, enormes ojos azules con pestañas espesas , nariz algo respingona y una boca pequeña y carnosa. Salvo por petición expresa todo en ella es completamente blanco a excepción de los ojos, cuyo iris suele colorear de rosa o azul pálido. Esa es su marca personal, pues no quiere pasar desapercibida si no que se la reconozca al instante. Le gusta llevar el cabello rizado y por encima de los hombros. Suele usar maquillaje discreto, a excepción de los labios que le gusta pintar de distintos tonos de azul. Adora la ropa pomposa, como de muñeca, con muchos encajes y volantes y los adornos de flores para el pelo. Sus joyas favoritas son las perlas. Siempre viste colores claros.
Personalidad: Sus servicios son los más caros de todo el burdel ya que puede ser literalmente lo que el cliente desee y por eso mismo se lo tiene bastante creído. Su temperamento hace que resulte difícil de tratar aunque ha mejorado con los años gracias a la convivencia con sus compañeros. Con los clientes es complaciente pero sin perder la vena de princesita caprichosa que muchos encuentran encantadora. Le gusta ser el centro de atención y que la halaguen pero odia a la gente vulgar y que se tomen demasiadas confianzas con ella. Es muy demandante con Cain y él la consiente todo lo que puede. Prefiere pasar su tiempo libre a solas o en compañía de Zedrig o Cain, sus dos personas favoritas. Le encantan las flores y las rosas en particular, siempre tiene flores frescas en la habitación.
Jau
Género: Masculino.
Raza: Terrícola.
Trasformación: Licántropo tigre.
Descripción física: Es un tipo grande, de 1’97 de altura, espaldas anchas y cuerpo musculado. Tiene la mandíbula bien marcada, nariz recta y unos ojos penetrantes y brillantes de color ambarino. Su piel bronceada a veces muestra marcas más oscuras que imitan su pelaje animal. Le gusta llevar otros rasgos de su transformación parcial como la cola, los colmillos o nariz oscura. Lleva el pelo corto, rapado en la nuca degradado de negro a naranja. Le gusta demasiado ir sin camiseta y suele vestir pantalones anchos de algodón o de lino, y no más complementos que alguna pulsera de cuero. Tiene dos piercings en la parte superior de la oreja izquierda.
Personalidad: Es un tipo energético, muy amigable y de buen temperamento. Le gusta socializar y estar rodeado de gente y tiene muchos amigos fuera del burdel. Su presencia puede resultar algo intimidante al principio pero se disipa pronto una vez lo oyes hablar. Eso sí, aunque es difícil que se enfade cuando lo hace es terrible. Adora bailar, los deportes de equipo y en general cualquier actividad física que le permita quemar energía. No puede pasar mucho tiempo encerrado o se pone nervioso e irritable. A pesar de no ser mucho de adornos es coqueto a su manera y lleva una dieta y rutina de ejercicios muy estricta. Es el predilecto de Gahna y a menudo está reservado solo para ella.
Vivia
Género: Femenino.
Raza: Idrina.
Transformación: No tiene.
Descripción física: Es una joven de piel gris perla, finísima y delicada sin ningún tipo de marca ni cicatrices, algo increíble teniendo en cuenta que fue una esclava antes de llegar al burdel. Su cabello es liso y largo hasta media espalda y lo lleva teñido de verde pálido. Tiene los ojos verdes, grandes y almendrados, labios finos y orejas similares a las aletas de un pez. Su cuerpo es esbelto, de 1’67 de altura, con cuello fino y piernas bien torneadas. Es increíblemente flexible. Le gusta la ropa de colores claros y prefiere las telas ligeras y transpirables. No usa casi joyas salvo en ocasiones especiales o para complacer a algún cliente.
Personalidad: Se le da bien leer a las personas y ha desarrollado sus habilidades sociales para adaptarse a cualquier situación. Su vivacidad y encanto la hacen realmente popular, especialmente entre hechiceros y brujos ególatras, pues se le da muy bien halagar a la gente. A veces usa su habilidad para leer a las personas para manipularlas a su favor, y no es raro que consiga sacar más de un regalo. Le entusiasma la magia y tiene la habitación llena de cachivaches mágicos, además de libros de hechizos que nunca podrá utilizar. Cuando está cómoda deja salir su insaciable curiosidad. Es la mejor amiga de Ariven.
Ariven
Género: Femenino.
Raza: Nublina.
Transformación: Demonio del fuego arruinado (tiene una piedra de Luna incrustada en el pecho, sobre el escote).
Descripción física: Mide 1’72, de cuerpo bien trabajado, caderas anchas y pechos firmes. Su piel tiene un color rojizo y es bastante oscura. Sus ojos rasgados son como brasas encendidas y varían de color, pasando por distintos tonos anaranjados. A veces se tiñe la esclerótica y los dientes de negro. Tiene el cabello negro azabache, largo y ondulado, y le gusta recogérselo en trenzas, colas altas, moños... Posee una cola fina y larga terminada en punta de flecha y le gusta usar prótesis de cuernos que se cambia cada cierto tiempo. Puede chamuscar cosas tocándolas y tiene la capacidad de aumentar mucho su temperatura corporal, además de ser resistente al fuego; por desgracia su nivel de magia es menor de lo que debería y no tiene afinidad para la magia de invocación.
Personalidad: Es una chica pasional, pero mide sus acciones al milímetro y le gusta dar la impresión de que tiene todo bajo control. Tiene una fuerte presencia, por lo que no suele pasar desapercibida. Es dominante en la cama y algo sádica, le gustan los juegos y crear escenas, es lo que más disfruta de su trabajo. Es muy cariñosa con sus amistades. Le gusta reír y es aficionada a la bebida fuerte y las largas conversaciones sobre cualquier tema. También adora la música, ya sea escucharla, bailarla o incluso cantarla. Le encantan las joyas, siempre lleva pulseras o pendientes de algún metal precioso, y suele vestir con colores oscuros para que hagan contraste. Tiene preferencia por las telas vaporosas y las trasparencias aunque el trabajo le exija mucho cuero y látex. De diario usa mucha ropa terrícola. Es la mejor amiga de Vivia.
Zedrig
Género: Masculino.
Raza: Nublino.
Transformación: No tiene.
Descripción física: De complexión delgada y 1’73 de altura (alto para ser nublino). Su piel es blanca con moteado azul en hombros, sienes, inicio de la columna y caderas. Tuvo cicatrices que han sido curadas con magia aunque aún le queden en muslos y muñecas. Además tiene un complejo tatuaje rúnico en tinta blanca a lo largo de su columna. Sus manos terminan en garras pero a veces usa fundas de silicona para que no le estorben. Tiene el cabello azul oscuro y le gusta llevarlo corto y con flequillo. Sus ojos también son azules, oscuro en el iris y claro en la esclerótica. Suele vestir con ropa tradicional de su mundo, aunque también le gusta el estilo sinhadre y el asiático terrestre. No es de llevar muchos adornos fuera del trabajo pero le gustan las gargantillas y el maquillaje y recientemente las garras libenses.
Personalidad: Es dulce y complaciente. Pasivo, de pocas palabras y voz suave, casi tímida. Al menos es así como se presenta ante sus clientes. En la realidad es un chico retraído y desconfiado al que le desagradan las multitudes y la gente escandalosa. Gran observador, sabe leer el ambiente y cómo evitar los conflictos. Fue sujeto de experimentación mágica por lo que todo lo relacionado con ella le hace sentir incómodo y guarda cierto rencor contra algunos transformados. Es un poco cínico y puede llegar a ser bastante cruel con sus opiniones, aunque rara vez las comparta. La lectura es su pasatiempo favorito. Es el mejor amigo de Mephis.
Vanyme
Género: Masculino
Raza: Ulterano terra.
Transformación: No tiene.
Descripción física: Es alto (1’83) y esbelto, con musculatura ligera. Tiene el pelo morado berenjena, algo por debajo de los hombros y lo suele llevar trenzado y recogido en una cola alta. Sus rasgos son marcados y regios, aunque aún algo suaves debido a su juventud. Tiene la piel muy morena, con algunas cicatrices sin importancia en manos y pies que ha insistido en conservar. Sus ojos son dorados, ligeramente rasgados, y son los que le dan su nombre. Intenta vestir con ropa cómoda; faldas largas, pantalones anchos de tela fina y suave, algunos adornos de piel o hueso, pero ha terminado cediendo a las joyas de oro que Cain no para de regalarle. Ha desarrollado cierto gusto por los kimonos de seda y los bordados de tonos metálicos.
Personalidad: Muy tímido, todavía sobrepasado por la situación en la que se encuentra pero poco a poco abriéndose a los demás. Es dulce y tranquilo, de risa fácil cuando está rodeado de gente de confianza. Con los clientes es distante y taciturno, pero famoso por su delicadeza. Se ha convertido en un ávido lector y tiene mucho interés por el arte y la música (incluso está pensando en aprender a tocar algún instrumento). Le gustan muchísimo los animales; tiene dos conejitos como mascota.
Wheem
Género: masculino.
Especie: varmano granta.
Transformación: brujo de las opiaceas.
Descripción física: Mide 1’65 y es delgado aunque con una musculatura bien formada gracias al trabajo y el baile. Es ágil y elegante con sus movimientos. Su piel es oscura y tiene el cabello rojo y liso cortado a media melena que a veces se recoge en una coleta baja. Sus ojos son de un rojo muy oscuro y su nariz felina es negra. Casi siempre tiene un cigarrillo en la boca. Tiene múltiples pendientes en las orejas que se va cambiando a placer. Le gusta la ropa de su mundo: pantalones de vestir, camisas y chalecos, trajes de chaqueta, a veces algún sombrero… No le gusta usar maquillaje.
Personalidad: Es lo que se suele llamar un vividor, amante de los placeres de la vida y con la brújula moral estropeada desde antes de llegar a la ciudad. Directo, brusco y con un ácido sentido del humor, aunque también sabe endulzar sus palabras para conseguir sus objetivos. Apasionado del baile, la bebida y cualquier droga que se fume. Tiene un serio problema con el juego y sigue acumulando deudas por culpa de este. Aunque se queje a menudo, en el fondo no tiene muchos remilgos para con sus clientes.
Dama Circe
Género: Femenino
Raza: Terrícola
Transformación: Licántropo.
Descripción física: En su forma humana mide 1’60. Tiene curvas marcadas: caderas anchas, buen culo, pecho generoso y tripita. Su piel suele estar bronceada y no tiene más marcas que algún lunar y estrías ya cicatrizadas en los muslos. Los rasgos de su rostro son redondeados, si bien algo asalvajados por el brillo especial de sus ojos marrones o la chispa de su sonrisa. Su cabello es castaño y liso, y le gusta llevarlo corto. En su forma lobuna, su pelaje es pardo moteado, sus ojos están vascularizados y es más grande que un lobo normal. Tiene una forma de vestir llamativa y le gusta seguir como puede las últimas tendencias tanto de la Tierra como de Frivo. Adora los pendientes grandes y los estampados animales y siempre tiene la manicura a punto. Es muy raro verla sin maquillaje, aunque sea la raya del ojo.
Personalidad: Es algo salvaje e impulsiva. Se pica con facilidad, tiende tener rabietas y puede llegar a ser verdaderamente borde, pero también es muy juguetona y bromista. Es algo menos refinada que sus compañeras, muchas veces habla más de lo que debería y le traiciona el entusiasmo cuando algo capta su atención. A pesar de todo se preocupa por sus compañeros y resalta por su sentido del humor y su animosidad. Le encantan los eventos sociales y el barullo y estar al tanto de cualquier cotilleo. En su tiempo libre le gusta salir a bailar o a beber con sus amigos y recientemente se ha enganchado a las telenovelas frivys, en parte por las risas y en parte de verdad (también le gustan los dibujos animados de la Tierra y los realities). Mantiene sus precios bajos a propósito, ya que según ella le ofrecen una mayor diversidad de clientes y es más interesante; ya ha alcanzado el nivel de vida que quiere y no pretende aspirar a más.
Vlad (esporádico)
Género: Masculino.
Raza: Terrícola
Transformación: Incubo.
Descripción física: Es un hombre de 1’88 de alto, de presencia imponente. Tiene rasgos rasgos regios y elegantes, aunque su personalidad altiva a veces los arruinen. Su piel es pálida, adornada con diversas cicatrices y escarificaciones, cortesía de su ama. Tiene piercings en los pezones, al inicio del hueso pélvico y en la base del pene. Su cuerpo está bien trabajado pero con una musculación más estética que por trabajo físico. Apenas tiene vello corporal. Unos cuernos curvos asoman entre su melena oscura, larga y lisa. Tiene los ojos rojos y sus uñas son largas y negras. Su lengua es larga y sus dientes afilados, y posee una cola acabada en punta que se va oscureciendo desde la base hasta adquirir el tono rojizo de la sangre seca. Viste con ropa libense de buena calidad para trabajar: faldas largas, gargantillas de cuero, cadenas… De diario usa ropa formal terrícola.
Personalidad: La personificación del libertinaje. Aun conservando los modales y el porte de su pasado noble, su desproporcionada libido le hace tener la mente puesta siempre en el sexo, y es en estos momentos cuando tiene permiso para dar rienda suelta a sus múltiples fetiches. No es demasiado exigente y mantiene unos precios a veces ridículos, pues suele interesarle más la recarga de magia que el dinero, pero le gusta tomarse su tiempo en el cortejo, seduciendo y jugando con sus objetivos. Morboso y calculador, sumiso ante su única ama, Mánia, cuya autoridad reconoce aun por encima de la de Cain. Es un ávido lector, tanto de novela como de poesía, y un amante de la música clásica.
- Referencias visuales:
-Tablón del burdel
-Tablón de Mephis
-Planta baja y termas
-Primer y segundo piso
-Tercer y cuarto piso
- Ver mensajes archivados:
- InvitadoInvitado
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
08/12/19, 02:13 pm
-¡Ah, sí, las runas! Zarpa usa una para vestirse cuando se transforma
Se sintió un podo idiota por no haber caído en eso, aunque en realidad no sabía prácticamente nada sobre las runas. Al principio había pensado que serían como una pegatina con un efecto pero por lo que Milo le estaba contando eran mucho más complejas y versátiles. Incluso aunque se le escapaban muchos detalles de la explicación podía imaginar las posibilidades, y le estaban encantando.
-Lo del estudio te lo dejo a ti -dijo entre risas, dándole un par de palmadas en el hombro.
Más tarde le preguntaría si se le podrían añadir algunas mejoras a su futuro implante con eso de las runas. Un brazo mecánico que se transformaba era guay, pero un brazo mecánico que se transformaba y además lanzaba bolas de fuego era todavía más guay.
Tampoco había prestado mucha atención a lo que hacían los enanos. El ambiente se sentía lo bastante seguro para que no le diera cargo de conciencia dejarlos a su aire, y la verdad es que lo disfrutaba. El comentario de Milo las descolocó un poco hasta que le contaron de qué iba la cosa. Los enanos habían organizado una excursión con algunos de los chicos del burdel, y lejos de enfadarle a Rena le pareció una idea cojonuda.
-¡Yo también quiero ir a cazar bichos peludos! -Se giró hacia Milo -Eh, no me incluyas en el paquete, yo molo igual que esta gente -dijo empujándole, tal vez con fuerza de más.
Rena no se cansaba de estar al aire libre, y desde su transformación sentía que había algo que la ciudad no podía darle. Algo en su nuevo cerebro vibraba con anticipación, y encima iban a ir con gente que sabía.
Wheem soltó un bufido.
-Si con ‘nosotros’ te refieres a vosotros los novatos, sí, es más poderoso.
Ariven se tapó la boca para que no se viera su sonrisa. Wheem era el único del burdel con un poder similar al de Cain y sabía lo mucho que le molestaba que los comparasen así. Intentó matizar un poco las palabras de su amigo y las del basilisco.
-El poder del señor Cain no viene solo de los dones que le dio la Luna Roja. Ha trabajado mucho para crear esto y precísamente esa amabilidad que mencionas es una sus herramientas.
Cain había conseguido crearse una imagen gracias a sus acciones en sus primeros años en la ciudad y a unas muy convenientes amistades y era en eso en lo que radicaba realmente su poder. Ni Wheem ni Ariven quisieron revelar demasiado al novato, y aunque su propio orgullo les impedía dejar que Zobriel mantuviese esa imagen idealizada del invocador, la realidad era que ambos estaban bajo el influjo de sus artimañas, les gustase o no. Sabían perfectamente lo que se escondía debajo de esa ‘’amabilidad’’.
En su habitación, Mephis alimentaba su ego de una manera distinta a la habitual. Su barrera de fingida indiferencia ante el novato se había ido debilitando y ya parecía estar manteniendo una conversación normal, o al menos todo lo normal que era posible para ella. De normal no encontraba placer en ofrecer ayuda o consejo, y la naturaleza de sus otros compañeros de transformación no le habían permitido sentir esa responsabilidad hacia los nuevos bendecidos que era tradición en la ciudad. Es por esto que cuando Rox preguntó por Yip, Mephis miró a Zedrig con algo parecido a la inseguridad, no quería disgustar al humano. Zedrig le tomó la mano y entrelazó los dedos para reconfortarla. No iba a mentirle a un novato por lástima, ¿no?
<< Lo harás debil>> le dijo en su cabeza.
Mephis suspiró.
-Yip fue un cambiante que llegó con la cosecha de Cain. No encajó bien el cambio, la Luna lo volvió completamente loco - << No, no fue culpa de la Luna, fue solo suya >> -Verás, hay algunos órganos que hay que mantener para sobrevivir: el corazón, los pulmones y eso, si cometes el error de olvidar que debes mantener tus funciones vitales puedes despedirte. Eso es sencillo, mantener el cerebro intacto no tanto, el caso es que Yip nunca pudo volver a ese sitio seguro. Se encerró en el faro durante años y un día simplemente se tiró.
Podría haberse creado unas alas, una coraza, cientos de cosas, pero no lo hizo. Saltó y se estampó contra el suelo y ese fue el final del supuesto milagro. Mephis flexionó las rodillas y se abrazó las piernas. Sin querer volcó su taza de té y esta rodó por el edredón hasta la alfombra derramando su contenido. Zedrig se incorporó a toda prisa, no para recoger la taza si no para comprobar Si Mephis estaba bien. La cambiante se había quedado mirando fijamente sus rodillas. Su autocontrol luchaba por no devolverla a un cuerpo aún más infantil. No quería parecer débil delante del novato.
-Creo que es mejor que te vayas ya -le dijo a Rox, recomponiéndose de pronto -Ha estado bien, pero me gustaría descansar y tus amigos deben echarte en falta.
Se sintió un podo idiota por no haber caído en eso, aunque en realidad no sabía prácticamente nada sobre las runas. Al principio había pensado que serían como una pegatina con un efecto pero por lo que Milo le estaba contando eran mucho más complejas y versátiles. Incluso aunque se le escapaban muchos detalles de la explicación podía imaginar las posibilidades, y le estaban encantando.
-Lo del estudio te lo dejo a ti -dijo entre risas, dándole un par de palmadas en el hombro.
Más tarde le preguntaría si se le podrían añadir algunas mejoras a su futuro implante con eso de las runas. Un brazo mecánico que se transformaba era guay, pero un brazo mecánico que se transformaba y además lanzaba bolas de fuego era todavía más guay.
Tampoco había prestado mucha atención a lo que hacían los enanos. El ambiente se sentía lo bastante seguro para que no le diera cargo de conciencia dejarlos a su aire, y la verdad es que lo disfrutaba. El comentario de Milo las descolocó un poco hasta que le contaron de qué iba la cosa. Los enanos habían organizado una excursión con algunos de los chicos del burdel, y lejos de enfadarle a Rena le pareció una idea cojonuda.
-¡Yo también quiero ir a cazar bichos peludos! -Se giró hacia Milo -Eh, no me incluyas en el paquete, yo molo igual que esta gente -dijo empujándole, tal vez con fuerza de más.
Rena no se cansaba de estar al aire libre, y desde su transformación sentía que había algo que la ciudad no podía darle. Algo en su nuevo cerebro vibraba con anticipación, y encima iban a ir con gente que sabía.
Wheem soltó un bufido.
-Si con ‘nosotros’ te refieres a vosotros los novatos, sí, es más poderoso.
Ariven se tapó la boca para que no se viera su sonrisa. Wheem era el único del burdel con un poder similar al de Cain y sabía lo mucho que le molestaba que los comparasen así. Intentó matizar un poco las palabras de su amigo y las del basilisco.
-El poder del señor Cain no viene solo de los dones que le dio la Luna Roja. Ha trabajado mucho para crear esto y precísamente esa amabilidad que mencionas es una sus herramientas.
Cain había conseguido crearse una imagen gracias a sus acciones en sus primeros años en la ciudad y a unas muy convenientes amistades y era en eso en lo que radicaba realmente su poder. Ni Wheem ni Ariven quisieron revelar demasiado al novato, y aunque su propio orgullo les impedía dejar que Zobriel mantuviese esa imagen idealizada del invocador, la realidad era que ambos estaban bajo el influjo de sus artimañas, les gustase o no. Sabían perfectamente lo que se escondía debajo de esa ‘’amabilidad’’.
En su habitación, Mephis alimentaba su ego de una manera distinta a la habitual. Su barrera de fingida indiferencia ante el novato se había ido debilitando y ya parecía estar manteniendo una conversación normal, o al menos todo lo normal que era posible para ella. De normal no encontraba placer en ofrecer ayuda o consejo, y la naturaleza de sus otros compañeros de transformación no le habían permitido sentir esa responsabilidad hacia los nuevos bendecidos que era tradición en la ciudad. Es por esto que cuando Rox preguntó por Yip, Mephis miró a Zedrig con algo parecido a la inseguridad, no quería disgustar al humano. Zedrig le tomó la mano y entrelazó los dedos para reconfortarla. No iba a mentirle a un novato por lástima, ¿no?
<< Lo harás debil>> le dijo en su cabeza.
Mephis suspiró.
-Yip fue un cambiante que llegó con la cosecha de Cain. No encajó bien el cambio, la Luna lo volvió completamente loco - << No, no fue culpa de la Luna, fue solo suya >> -Verás, hay algunos órganos que hay que mantener para sobrevivir: el corazón, los pulmones y eso, si cometes el error de olvidar que debes mantener tus funciones vitales puedes despedirte. Eso es sencillo, mantener el cerebro intacto no tanto, el caso es que Yip nunca pudo volver a ese sitio seguro. Se encerró en el faro durante años y un día simplemente se tiró.
Podría haberse creado unas alas, una coraza, cientos de cosas, pero no lo hizo. Saltó y se estampó contra el suelo y ese fue el final del supuesto milagro. Mephis flexionó las rodillas y se abrazó las piernas. Sin querer volcó su taza de té y esta rodó por el edredón hasta la alfombra derramando su contenido. Zedrig se incorporó a toda prisa, no para recoger la taza si no para comprobar Si Mephis estaba bien. La cambiante se había quedado mirando fijamente sus rodillas. Su autocontrol luchaba por no devolverla a un cuerpo aún más infantil. No quería parecer débil delante del novato.
-Creo que es mejor que te vayas ya -le dijo a Rox, recomponiéndose de pronto -Ha estado bien, pero me gustaría descansar y tus amigos deben echarte en falta.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
16/12/19, 04:53 pm
Realmente la spriggan estaba muy concentrada en todas y cada una de las palabras dichas por Vacuum, en ese momento, le gustase o no, era el único con el que podía contar para poder entender un poco mejor su trasformación y sus implicaciones. Pensar que la Luna no solo habría cambiado su aspecto sino también su mente no le asusto tanto como debiera, tal vez porque ya había analizado aquello durante aquel tiempo, tras haber leído una y otra vez lo que significa su trasformación, su precio y también había investigado a otras criaturas que como ella, también lo poseían. No había mirado con exactitud el precio de los hados infernales, o más concretamente el proceso en el que obtenían la magia, más si sabía que como ella necesitaba dañar e infligir diferentes tipos de daño a la gente.
Pelusa miro a Vac, con una sensación extraña de envidia, pues aun tenia sentimientos encontrados con su propio precio. Tan confuso y difícil de obtener, por todo lo que implicaba. Estaba segura que le sería mucho más fácil dañar a alguien por elección, por necesidad o solo porque si, que hacerlo teniendo que seguir un patrón de comportamiento protector hacia alguien, de tipo que fuese. Pero Dama Pelusa se había resignado ya a la evidencia ¿Cuándo las cosas le habían sido fáciles para ella? Nunca.
Por eso aún se le hacía difícil confiar en algunas de las palabras del hado cuando decía que las criaturas inmorales provocaban temor con su presencia solo por el hecho de serlo. No es como si creyese que mintiera, no era eso, era más bien, que se tenía una concepción muy pobre de sí misma. Tener tal nivel de confianza tan bajo en si misma le era también extraño.
-No sabría decir si alguien al verme ha llegado temerme alguna vez, sé que resultó inquietante a simple vista, eso si, porque me lo han dicho – asintió Pelusa, imaginando que era lo máximo que podría conseguir, no es como si pareciera ser una transformación muy conocida por la mayoría de la gente, tal vez por eso no eran capaces de temerle de primeras. O tal vez simplemente ella no se daba cuenta de eso. Pelusa soto un leve bufido que casi solo a suave risa sarcástica al escuchar lo de que “podria noquear a la mitad de sus amigos”. Bueno sabia era bastante fuerte por haber estado pegándole a muñecos de práctica, pero no creía que llegase a tanto ¿no? Sus ojos buscaron por un breve momento cierto cabello verde, hasta dar con Rena y se imaginó a si misma intentando a noquear a 3 metros de puro pelo y musculo, y si hubiera sido una niña más expresiva, posiblemente se habría echado a reír de lo ridículo de la imagen <<Aunque no hay comparación ahí, creo que he puesto el listón muy alto>> pues aun sin magia Rena, en su forma de osa, no sería precisamente fácil de noquear para nadie con pura fuerza física. Ya no solo a ella.
Aquel breve pensamiento le hizo sentir un poco mejor, si ponía Rena como un ejemplo dificultad, ya no se sentía tan sola, sabiendo que no solo ella de entre su grupo de amigos lo tendría fácil.
-Había leído sobre ello- asintió en respuesta a las palabras de Vacuuum, frunciendo ligeramente el ceño. Guardaespaldas. Si algo de eso había leído también, aunque se le hacía aun difícil de imaginarse así misma de esa forma, protegiendo con su menudo cuerpo a cualquier otro ser que le duplicase el tamaño. Nunca había tenido complejo con su altura era aun poco molesto empezar a tenerlo ahora- Y si, a veces he tenido eso impulso de querer proteger a mis amigos, de una palabra o una ofensa…pero ha sido tan breve, tan sutil, que nunca ha llegado a nada. – podía recordar la sensación, como la molestia nacía repentina, como el sentimiento de devolver el daño al ver la mirada dolida de algunos de sus amigos, su enfado, hacía que el suyo se incrementase. Pero no sabía si era porque había sido tan leve que no había sido capaz de reaccionar o era algo mas- Puede que mi miedo a enfrentarme a alguien, cuando me veo tan poco fuerte, tan pequeña, sin habilidades para defenderme, pueda mas que el impulso que me da mi propio instinto de querer protegerles. Y me molesta mucho sentirme así, porque nunca he tenido tan poca confianza en mis misma ni he sido una cobarde, prudente sí, pero no cobarde—añadió con un suave tono molesto consigo misma, pues no era tan tonta, se había analizado a si misma mucho, muy a menudo y todo el tiempo, buscando que fallaba en ella y como solucionarlo. Y le estaba costando mucho expresar aquello con un casi desconocido, pero sentía que necesitaba soltarlo, porque era algo que había tenido todo el tiempo dentro sin saber cómo decirle a sus amigos. Ellos podrían apoyarla y cuidarla, mas no entenderla. No del todo.
Pelusa había sentido miedo muchas veces, habiendo sido una esclava huyendo de sus amos a un mundo donde todo podía ser mortal para alguien tan pequeña y frágil. Y aun así se había enfrentado a muchas cosas, nunca había pecado de imprudente, ni de actuar sin pensar salvo cuando realmente se enojaba y cuando eso había ocurrido no le había importado pelear con gente mucho más grandes que ella, armados incluso. Un breve recuerdo de cierto acontecimiento de un martillo durante su cosecha volvió a su mente y lo sacudió rápidamente con un gesto. No era el mejor ejemplo que se le venía a la mente, pero si, ahí estaba. Se sentía tan frustrada.
-Muchas cosas que aprender, si, tantas que no se ni por dónde empezar- acepto eso, tal vez estaba tan frustrada porque se sentía impaciente. Siempre había sido así, demasiado impaciente, demasiado obsesiva. Vio al hado moverse, escuchando su risa mientras le explicaba sobre su flexibilidad y Pelusa alzo una ceja ligeramente, imaginándose de pronto a semejante tipo tan enorme cual contorsionista. No pudo evitar esbozar una ligera sonrisa apenas perceptible ante semejante imagen. Es como intentar imaginarse una columna queriéndose retorcer sobre sí misma, aquel pensamiento aligero un poco su taciturnos pensamientos- Me es un poco raro imaginarte contorsionándote intentando cepillar tus alas. Tiene que ser una imagen un poco ridícula, eres demasiado grande -admitió Pelusa con un cierto sentido del humor suave y algo ácido, parpadeando cuando lo vio sentarse en el suelo, ofreciéndose a ayudarla aquella vez con las alas. Se revolvió algo nerviosa, porque no estaba muy acostumbrada a que la tocasen, pero…tendría que hacerlo, iba a necesitar ayuda siempre en el futuro con sus alas. Así que tras un segundo asintió sentándose en el puff frente a él, cuidando de no hundirse, dándole la espalda, dejando sus frágiles alas a su alcance.
-Sé que puedo confiar en mis amigos para que me ayuden con ellas. Por ejemplo, él, Zobriel- dijo señalando al basilisco que se encontraba hablando animadamente con Ariven, sino recordaba mal, y con Wheem, al parecer habiendo vencido un poco su enorme timidez- Es quien me ha estado ayudando hasta ahora para acostumbrarme a sentirlas, porque no sabía ni como desplegarlas al comienzo. - admitió la niña y tras un momento de duda, miro un poco por encima de su hombro, buscando tras ella el enorme cuerpo del hado infernal. No queriendo dar nada por supuesto, quería asegurarse
- También…antes dijiste, que más adelante me enseñaría hechizos para cuidar mis alas…- comento la spriggan aun dudosa intentando no trabarse con su lengua siempre hablaba despacio, pues, aunque había expresado la duda en su mente claramente, no lo había hecho en voz alta hasta ahora- ¿Eso significa que va a seguir ayudándome y enseñándome a tratar con… lo que soy ahora y lo que puedo hacer con ello, incluso después de esto? - dijo señalando con un gesto de cabeza las alas a su espalda como obviedad- ¿No será demasiado trabajo? No quiero molestar – pregunto dudosa, porque si suponía que trabajaba en aquel burdel, debía tener horario nocturno ¿no? Dudaba que fuera a querer perder su tiempo de descanso en ayudarla a lidiar con su trasformación así de gratis.
Habían tenido relativamente buena suerte tras transformarse, para encontrar transformados más veteranos que realmente querían ayudarles voluntariamente y no pidiendo cosas a cambios, salvo en casos de trabajos oficiales claro, pero Pelusa siempre era cuidadosa.
Pelusa miro a Vac, con una sensación extraña de envidia, pues aun tenia sentimientos encontrados con su propio precio. Tan confuso y difícil de obtener, por todo lo que implicaba. Estaba segura que le sería mucho más fácil dañar a alguien por elección, por necesidad o solo porque si, que hacerlo teniendo que seguir un patrón de comportamiento protector hacia alguien, de tipo que fuese. Pero Dama Pelusa se había resignado ya a la evidencia ¿Cuándo las cosas le habían sido fáciles para ella? Nunca.
Por eso aún se le hacía difícil confiar en algunas de las palabras del hado cuando decía que las criaturas inmorales provocaban temor con su presencia solo por el hecho de serlo. No es como si creyese que mintiera, no era eso, era más bien, que se tenía una concepción muy pobre de sí misma. Tener tal nivel de confianza tan bajo en si misma le era también extraño.
-No sabría decir si alguien al verme ha llegado temerme alguna vez, sé que resultó inquietante a simple vista, eso si, porque me lo han dicho – asintió Pelusa, imaginando que era lo máximo que podría conseguir, no es como si pareciera ser una transformación muy conocida por la mayoría de la gente, tal vez por eso no eran capaces de temerle de primeras. O tal vez simplemente ella no se daba cuenta de eso. Pelusa soto un leve bufido que casi solo a suave risa sarcástica al escuchar lo de que “podria noquear a la mitad de sus amigos”. Bueno sabia era bastante fuerte por haber estado pegándole a muñecos de práctica, pero no creía que llegase a tanto ¿no? Sus ojos buscaron por un breve momento cierto cabello verde, hasta dar con Rena y se imaginó a si misma intentando a noquear a 3 metros de puro pelo y musculo, y si hubiera sido una niña más expresiva, posiblemente se habría echado a reír de lo ridículo de la imagen <<Aunque no hay comparación ahí, creo que he puesto el listón muy alto>> pues aun sin magia Rena, en su forma de osa, no sería precisamente fácil de noquear para nadie con pura fuerza física. Ya no solo a ella.
Aquel breve pensamiento le hizo sentir un poco mejor, si ponía Rena como un ejemplo dificultad, ya no se sentía tan sola, sabiendo que no solo ella de entre su grupo de amigos lo tendría fácil.
-Había leído sobre ello- asintió en respuesta a las palabras de Vacuuum, frunciendo ligeramente el ceño. Guardaespaldas. Si algo de eso había leído también, aunque se le hacía aun difícil de imaginarse así misma de esa forma, protegiendo con su menudo cuerpo a cualquier otro ser que le duplicase el tamaño. Nunca había tenido complejo con su altura era aun poco molesto empezar a tenerlo ahora- Y si, a veces he tenido eso impulso de querer proteger a mis amigos, de una palabra o una ofensa…pero ha sido tan breve, tan sutil, que nunca ha llegado a nada. – podía recordar la sensación, como la molestia nacía repentina, como el sentimiento de devolver el daño al ver la mirada dolida de algunos de sus amigos, su enfado, hacía que el suyo se incrementase. Pero no sabía si era porque había sido tan leve que no había sido capaz de reaccionar o era algo mas- Puede que mi miedo a enfrentarme a alguien, cuando me veo tan poco fuerte, tan pequeña, sin habilidades para defenderme, pueda mas que el impulso que me da mi propio instinto de querer protegerles. Y me molesta mucho sentirme así, porque nunca he tenido tan poca confianza en mis misma ni he sido una cobarde, prudente sí, pero no cobarde—añadió con un suave tono molesto consigo misma, pues no era tan tonta, se había analizado a si misma mucho, muy a menudo y todo el tiempo, buscando que fallaba en ella y como solucionarlo. Y le estaba costando mucho expresar aquello con un casi desconocido, pero sentía que necesitaba soltarlo, porque era algo que había tenido todo el tiempo dentro sin saber cómo decirle a sus amigos. Ellos podrían apoyarla y cuidarla, mas no entenderla. No del todo.
Pelusa había sentido miedo muchas veces, habiendo sido una esclava huyendo de sus amos a un mundo donde todo podía ser mortal para alguien tan pequeña y frágil. Y aun así se había enfrentado a muchas cosas, nunca había pecado de imprudente, ni de actuar sin pensar salvo cuando realmente se enojaba y cuando eso había ocurrido no le había importado pelear con gente mucho más grandes que ella, armados incluso. Un breve recuerdo de cierto acontecimiento de un martillo durante su cosecha volvió a su mente y lo sacudió rápidamente con un gesto. No era el mejor ejemplo que se le venía a la mente, pero si, ahí estaba. Se sentía tan frustrada.
-Muchas cosas que aprender, si, tantas que no se ni por dónde empezar- acepto eso, tal vez estaba tan frustrada porque se sentía impaciente. Siempre había sido así, demasiado impaciente, demasiado obsesiva. Vio al hado moverse, escuchando su risa mientras le explicaba sobre su flexibilidad y Pelusa alzo una ceja ligeramente, imaginándose de pronto a semejante tipo tan enorme cual contorsionista. No pudo evitar esbozar una ligera sonrisa apenas perceptible ante semejante imagen. Es como intentar imaginarse una columna queriéndose retorcer sobre sí misma, aquel pensamiento aligero un poco su taciturnos pensamientos- Me es un poco raro imaginarte contorsionándote intentando cepillar tus alas. Tiene que ser una imagen un poco ridícula, eres demasiado grande -admitió Pelusa con un cierto sentido del humor suave y algo ácido, parpadeando cuando lo vio sentarse en el suelo, ofreciéndose a ayudarla aquella vez con las alas. Se revolvió algo nerviosa, porque no estaba muy acostumbrada a que la tocasen, pero…tendría que hacerlo, iba a necesitar ayuda siempre en el futuro con sus alas. Así que tras un segundo asintió sentándose en el puff frente a él, cuidando de no hundirse, dándole la espalda, dejando sus frágiles alas a su alcance.
-Sé que puedo confiar en mis amigos para que me ayuden con ellas. Por ejemplo, él, Zobriel- dijo señalando al basilisco que se encontraba hablando animadamente con Ariven, sino recordaba mal, y con Wheem, al parecer habiendo vencido un poco su enorme timidez- Es quien me ha estado ayudando hasta ahora para acostumbrarme a sentirlas, porque no sabía ni como desplegarlas al comienzo. - admitió la niña y tras un momento de duda, miro un poco por encima de su hombro, buscando tras ella el enorme cuerpo del hado infernal. No queriendo dar nada por supuesto, quería asegurarse
- También…antes dijiste, que más adelante me enseñaría hechizos para cuidar mis alas…- comento la spriggan aun dudosa intentando no trabarse con su lengua siempre hablaba despacio, pues, aunque había expresado la duda en su mente claramente, no lo había hecho en voz alta hasta ahora- ¿Eso significa que va a seguir ayudándome y enseñándome a tratar con… lo que soy ahora y lo que puedo hacer con ello, incluso después de esto? - dijo señalando con un gesto de cabeza las alas a su espalda como obviedad- ¿No será demasiado trabajo? No quiero molestar – pregunto dudosa, porque si suponía que trabajaba en aquel burdel, debía tener horario nocturno ¿no? Dudaba que fuera a querer perder su tiempo de descanso en ayudarla a lidiar con su trasformación así de gratis.
Habían tenido relativamente buena suerte tras transformarse, para encontrar transformados más veteranos que realmente querían ayudarles voluntariamente y no pidiendo cosas a cambios, salvo en casos de trabajos oficiales claro, pero Pelusa siempre era cuidadosa.
- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
16/12/19, 07:06 pm
La poca confianza de Zob había ido y venido durante aquel día como nunca antes. Y de nuevo decayó cuando supo que su pregunta no había sido del todo certera, aunque le causó cierta gracia que aun entre ellos parecían tener celos de poder. Se preguntaba si algún día estaría celoso de la fuerza de Rena o de que Pam volara y el no. ¿Quién sabe? Aun así sonrió un poco antes de callarse unos momentos.
- Sssi claro…nosotros..n-no ustedes digo….bueno esso.. – pudo alcanzar a decir, de nuevo en siseos nerviosos. Su postura sin embargo no era tensa, estaba relajado. O estaba venciendo su timidez, o tal ves estaba acostumbrándose a no ser un hacha socialmente y tratar de manejar mejor su escaso nivel, tomándolo ya como normal. Al menos pocos segundos después continuo con la conversación, ya no con cosas serias, sino cosas mundanas como las mañanas en Rocavarancolia, que horas eran peligrosas o por que zonas se podía encontrar mas gente, las fiestas que habían en la ciudad, o si había algún que debían conocer o que recomendaran para ir a ver. Así, poco a poco, el tiempo fue pasando ya entre aprender cosas nuevas y echarle un ojo a los enanos o solo en conversar de cosas más simples. Nunca había pensado que el lugar más normal que encontraría en la ciudad que siempre ansió, hubiese sido un burdel en horas de descanso, supuso que eran cosas de los dioses.
Cuando salieran de allí se despediría de Wheem y Ariven agradeciéndoles mucho, pero muchísimo y quizás demasiado efusivamente, y del señor Cain de una forma mucho, muchísimo más formal. Caminaría con su amiga spriggan al costado pero sin detallarle nada de lo conversado. Las preguntas a Pam las dejaría para después en la sede, pero si bromearía (pesimamente) por el camino de vuelta a lo que ahora llamaban hogar. Cosas como “Bonito sitio, ha sssido muy divertido, estaría bien regresar…de mañana digo…en la mañana…siempre que ellos nos permitan….”
- Sssi claro…nosotros..n-no ustedes digo….bueno esso.. – pudo alcanzar a decir, de nuevo en siseos nerviosos. Su postura sin embargo no era tensa, estaba relajado. O estaba venciendo su timidez, o tal ves estaba acostumbrándose a no ser un hacha socialmente y tratar de manejar mejor su escaso nivel, tomándolo ya como normal. Al menos pocos segundos después continuo con la conversación, ya no con cosas serias, sino cosas mundanas como las mañanas en Rocavarancolia, que horas eran peligrosas o por que zonas se podía encontrar mas gente, las fiestas que habían en la ciudad, o si había algún que debían conocer o que recomendaran para ir a ver. Así, poco a poco, el tiempo fue pasando ya entre aprender cosas nuevas y echarle un ojo a los enanos o solo en conversar de cosas más simples. Nunca había pensado que el lugar más normal que encontraría en la ciudad que siempre ansió, hubiese sido un burdel en horas de descanso, supuso que eran cosas de los dioses.
Cuando salieran de allí se despediría de Wheem y Ariven agradeciéndoles mucho, pero muchísimo y quizás demasiado efusivamente, y del señor Cain de una forma mucho, muchísimo más formal. Caminaría con su amiga spriggan al costado pero sin detallarle nada de lo conversado. Las preguntas a Pam las dejaría para después en la sede, pero si bromearía (pesimamente) por el camino de vuelta a lo que ahora llamaban hogar. Cosas como “Bonito sitio, ha sssido muy divertido, estaría bien regresar…de mañana digo…en la mañana…siempre que ellos nos permitan….”
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
16/12/19, 11:00 pm
Neil siguió a Adru cuando esta le indicó a Zob y a él que fueran con ella a ver más de cerca a los conejitos. La verdad es que Neil quería también acercarse a acariciarlos por lo suaves y blanditos que se veían. Así que enseguida se encontró a sí mismo comiendo tortitas con una mano y acariciando a un conejito con la otra mientras escuchaba tranquilamente la conversación de los demás sin querer entrar en ella. Rechazó amablemente la oferta de café, nunca le habían gustado las cosas amargas y la cara de desagrado de Eitne solo corroboró que había tomado la decisión correcta, aunque no pudo evitar reir con su explicación de a qué sabía cuando Nime le preguntó.
El brujo decidió animarse a coger algún trozo de fruta cuando Vivia les trajo el tazón que le pidió Vanyme, alimentando con algo de miedo al conejito que acariciaba, temeroso de asustarle. El conejito por su parte no puso ninguna resistencia y encantado se acercó a la mano del aurva para comer los pedazos de fruta que este le ofrecía.
Mientras Neil disfrutaba de alimentar al conejito, Eitne y luego Nime preguntaron sobre la posibilidad de tener ellos conejitos, pero en seguida Vanyme les dijo que no podrían ser de estos, ya que no podían tener hijos. Eso claramente puso triste a los niños, pero en seguida se les ofreció una alternativa. Con esto, los niños comenzaron a trazar un plan con entusiasmo para aprender a cuidar de los conejos y así cuando fueran a cazarlos los mayores no podrían decirles que no para quedárselos. Mientras Neil no podía evitar pensar en lo fácil que parecía tener una mascota en aquel lugar, pero lo complicado que sería tener a sus abejas. No es que tuviera rencor o le molestara que sus amigos fueran a tener conejitos y él todavía no pudiera tener abejas, pero no podía evitar ver las diferencias entre la facilidad de conseguir uno y la complejidad del otro.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
17/12/19, 01:36 am
Rox notó en seguida el cambio en el ambiente. Estaba claro que había dado en una tecla delicada y la situación le hizo reacomodarse en la silla a una postura más alerta. Y escuchó. Lo hizo en absoluto en silencio, con una expresión indescriptible en el rostro: la seriedad del asunto le pesaba sobre los hombros casi fisicamente, y en sus ojos, antes centrados en Mephis pero ahora perdidos en algún punto de las sábanas, se veía un atisbo de miedo creciente.
Después del incidente que había afectado a toda la ciudad, las pesadillas de Rox no habían cesado: solo se habían moderado. Aún se despertaba a media noche con las mejillas húmedas, demasiado alterado como para volver a dormirse. Seguía soñando, soñando con colas de escorpión clavándose en su carne y la de sus amigos, con dientes desgarrándole el hombro mientras cientos de ojos observaban atentos desde las paredes. Soñaba con Ain ardiendo en silencio, con el cuerpo desfigurado de Mike rodeado de tierra y pájaros negros, con Drake con sus ojos muertos y la cabeza en un ángulo imposible, con los gritos de Eitne al desangrarse. Había sufrido esas pesadillas antes de transformarse, pero desde que todos tenían habitación propia y dormía solo, sus ataques de pánico al despertar habían empeorado considerablemente. La Luna le había regalado un cuerpo nuevo, pero la ciudad le había jodido con heridas que no sabía como curar.
El pelirrosa tardó en reaccionar. Sentía que sus hilos perdían consistencia, deteniendo en acto reflejo el perder su imagen cuando la taza chocó contra el suelo. El ruido le sacó de su agujero de sentimientos, aunque ver a Mephis abrazándose las rodillas le desestabilizó todavía más. Ni siquiera ella estaba bien. Emitió un ruido gutural de afirmación, apenas audible, en un intento de sacar voz. Luego tomó aire y sacudió la cabeza suavemente para recomponerse, con menos éxito que ella.
—Sí. Lo siento. Descansa, Mephis. Muchas gracias por todo.
El cambiante se levantó con cierta dificultad al tener todo el cuerpo tirante. Una vez de pie le dedicó a la muchacha una mirada de empatía y preocupación. Le habría encantado decir algo más, agradecerle con más énfasis todo lo anterior, pero en esos instantes estaba centrando todos sus esfuerzos en no derrumbarse. Salió a paso ligero de la habitación, cerrando la puerta detrás de sí con sumo cuidado para no hacer ningún ruido, y al encontrarse con la soledad del pasillo el chico apoyó la espalda contra la pared y se dejó caer hasta el suelo. Igual que lo había hecho Mephis, Rox se abrazó a sus rodillas, indeciso de si quería llorar o no antes de bajar con los demás. Había leido lo suficiente de cambiantes perdiendo la razón como para que aquello no le afectase de esa manera. Pasaron por lo menos 5 minutos en los que el australiano no se movió, tratando de ocupar el menor sitio posible y deshacerse de ese malestar. Durante la criba había pasado meses ocultando sus problemas por el bien de los más pequeños, todos lo hacían, ¿por qué le costaba tanto tragárselos ahora?
Cuando bajó fingió su mejor sonrisa y su mejor expresión de ánimos. Saludó de nuevo a los allí presentes y retomó su sitio el poco tiempo que les quedase para darle un mordisco a cualquier dulce, casi con confianzas de más. Si preguntaban por como había ido respondería positiva pero vagamente, y sobretodo omitiendo toda información sobre la última parte. La facilidad con la que podía mentirse a sí mismo era pasmosa, sin embargo algo dentro suyo se achicaba a cada rato que se aguantaba la verdad. Se centró en preguntar por el resto, interesarse en todo lo que habían hablado en su ausencia para mantenerse distraido. El chico echaría de menos el sitio, la decoración refinada y hasta la extraña compañía de sus integrantes, pero agradeció el salir de allí no mucho más tarde. Quizás de vuelta a la Sede sacase el valor de sincerase con algunos. De momento hablar de conejos era más agradable.
Después del incidente que había afectado a toda la ciudad, las pesadillas de Rox no habían cesado: solo se habían moderado. Aún se despertaba a media noche con las mejillas húmedas, demasiado alterado como para volver a dormirse. Seguía soñando, soñando con colas de escorpión clavándose en su carne y la de sus amigos, con dientes desgarrándole el hombro mientras cientos de ojos observaban atentos desde las paredes. Soñaba con Ain ardiendo en silencio, con el cuerpo desfigurado de Mike rodeado de tierra y pájaros negros, con Drake con sus ojos muertos y la cabeza en un ángulo imposible, con los gritos de Eitne al desangrarse. Había sufrido esas pesadillas antes de transformarse, pero desde que todos tenían habitación propia y dormía solo, sus ataques de pánico al despertar habían empeorado considerablemente. La Luna le había regalado un cuerpo nuevo, pero la ciudad le había jodido con heridas que no sabía como curar.
El pelirrosa tardó en reaccionar. Sentía que sus hilos perdían consistencia, deteniendo en acto reflejo el perder su imagen cuando la taza chocó contra el suelo. El ruido le sacó de su agujero de sentimientos, aunque ver a Mephis abrazándose las rodillas le desestabilizó todavía más. Ni siquiera ella estaba bien. Emitió un ruido gutural de afirmación, apenas audible, en un intento de sacar voz. Luego tomó aire y sacudió la cabeza suavemente para recomponerse, con menos éxito que ella.
—Sí. Lo siento. Descansa, Mephis. Muchas gracias por todo.
El cambiante se levantó con cierta dificultad al tener todo el cuerpo tirante. Una vez de pie le dedicó a la muchacha una mirada de empatía y preocupación. Le habría encantado decir algo más, agradecerle con más énfasis todo lo anterior, pero en esos instantes estaba centrando todos sus esfuerzos en no derrumbarse. Salió a paso ligero de la habitación, cerrando la puerta detrás de sí con sumo cuidado para no hacer ningún ruido, y al encontrarse con la soledad del pasillo el chico apoyó la espalda contra la pared y se dejó caer hasta el suelo. Igual que lo había hecho Mephis, Rox se abrazó a sus rodillas, indeciso de si quería llorar o no antes de bajar con los demás. Había leido lo suficiente de cambiantes perdiendo la razón como para que aquello no le afectase de esa manera. Pasaron por lo menos 5 minutos en los que el australiano no se movió, tratando de ocupar el menor sitio posible y deshacerse de ese malestar. Durante la criba había pasado meses ocultando sus problemas por el bien de los más pequeños, todos lo hacían, ¿por qué le costaba tanto tragárselos ahora?
Cuando bajó fingió su mejor sonrisa y su mejor expresión de ánimos. Saludó de nuevo a los allí presentes y retomó su sitio el poco tiempo que les quedase para darle un mordisco a cualquier dulce, casi con confianzas de más. Si preguntaban por como había ido respondería positiva pero vagamente, y sobretodo omitiendo toda información sobre la última parte. La facilidad con la que podía mentirse a sí mismo era pasmosa, sin embargo algo dentro suyo se achicaba a cada rato que se aguantaba la verdad. Se centró en preguntar por el resto, interesarse en todo lo que habían hablado en su ausencia para mantenerse distraido. El chico echaría de menos el sitio, la decoración refinada y hasta la extraña compañía de sus integrantes, pero agradeció el salir de allí no mucho más tarde. Quizás de vuelta a la Sede sacase el valor de sincerase con algunos. De momento hablar de conejos era más agradable.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Personajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
27/01/20, 09:18 pm
Vac escuchó en silencio las palabras de la spriggan, procurando no interrumpirle mientras se sinceraba con él de aquella forma, pero cuando sacó a colocación el tema de ser una cobarde no pudo evitar que soltar un suspiro.
—Esta ciudad no es famosa por mejorar la confianza de la gente, Pelusa, no la de la mayoría al menos… Rocavarancolia está plagada de monstruos de muy diversa naturaleza, tanto buena como mala, y es responsabilidad de cada uno abrirse un hueco con todas las herramientas de las que dispone —aseguró, guardando silencio durante unos instantes después de soltar aquello—. Lo que quiero decir es que sentirse cobarde es normal, pero sentirse mal por ello no sirve de nada… tienes que recomponerte, levantar la cabeza y seguir avanzando. Si sigues creyendo que eres débil durante mucho tiempo al final esos pensamientos se harán realidad y no podrás recuperarte de ellos. —sentenció en un tono demasiado serio.
La seriedad de su rostro no duró demasiado, sin embargo, pues no pretendía asustar a la mona del queso, y la mención a su flexibilidad le arrancó una sonrisa divertida.
—Si que sería una imagen ridícula, si. —rió con ganas, acomodándose sobre sus piernas cruzadas en el suelo cuando la spriggan tomó asiento en el puff frente a él.
Con mano experta y gestos cuidados el hado infernal empezó a separar las delicadas alas de la pequeña, deslizando sus dedos por la superficie membranosa con extrema suavidad. Su toque apenas era perceptible y Pam siquiera notaría un roce más similar a una brisa que a una caricia.
—Claro que sí —respondió a su pregunta sobre si antes le había ofrecido ayuda más allá de ocuparse de sus alas en aquella ocasión—. Ya te dije que a mi me habría venido bien tener más ayuda durante mis primeros días de transformado, así que lo menos que puedo hacer por ti es brindarte ese apoyo que a mi me faltó en su momento —razonó, alcanzando el cepillo que había dejado a un lado—. Tengo tiempo, no te preocupes por eso, así que todo sea por el compañerismo entre camaradas. —aclaró antes de empezar su tarea. Aún dándole la espalda la mona del queso podría notar la sonrisa en su tono de voz.
A partir de entonces el griego guardó silencio y se centró exclusivamente en su trabajo, liberando poco a poco las alas de la pequeña de su exceso de polvo y suciedad. A sus pies no tardó en formarse un buen montón de diminutas escamas de quitina que el chico ignoró deliberadamente al no tener las mismas propiedades que las que generaban sus propios apéndices, y cuando terminó de purgar las alas de la spriggan eliminó los residuos con un rápido hechizo de limpieza.
—¿Las notas más ligeras? —le preguntó a Pelusa, deslizando un dedo por el borde del ala superior izquierda mientras admiraba el bonito patrón de puntos. Liberadas del exceso de escamas eran mucho más brillantes y llamativas—. Ahora viene el verdadero secreto. —informó, alzando el bote de spray y agitándolo con suavidad.
El fijador resultaba fresco cuando se aplicaba, pero la sensación de seguridad que transmitía el tener las alas mínimamente protegidas era casi inmediato. Aquel líquido impermealizaba la estructura membranosa, ayudaba con la producción de quitina y mantenía a raya la suciedad.
—¿Qué tal las notas? —preguntó, mostrándole varios movimientos que podía hacer para evaluar su estado.
Milo mientras tanto se tambaleó en su asiento tras sufrir el empujón de Rena.
—Vale, vale, tampoco hace falta recurrir a la violencia —respondió en tono de fingida indignación, alisándose las arrugas de la manga con gesto afectado—. Esta claro que aquí la transformación que no mola es la mía. —añadió. Su bola de cobre se agitó a la altura de sus rodillas y empezó formar figuras extrañas en clara actitud de protesta, pero el irrense dejó de prestarle atención y desvió la mirada hacia las escaleras por las que volvía Rox.
Por la expresión del cambiante parecía que su reunión con Mephis había ido bien, razonamiento que parecía de lo más acertado tras su saludo efusivo y las respuestas positivas que dió cuando le preguntaron al respecto. La mente inquisitva del brujo, sin embargo, le advertía de que algo no cuadraba del todo. Quizás era porque conocía demasiado al cambiante, pero la vaguedad de las respuestas de su amigo se le antojaba inusual.
—Me alegro mucho, Rox. —respondió a pesar de todo, obviando sus sospechas mientras alcanzaba otra magdalena.
No creía que fuera necesario recordarle al coreano que si quería hablar de cualquier cosa podía contar con ellos. «Pues ya podrías aplicarte el cuento, gilipollas» se recriminó, torciendo el gesto durante un segundo al recordar su secreto particular.
—Esta ciudad no es famosa por mejorar la confianza de la gente, Pelusa, no la de la mayoría al menos… Rocavarancolia está plagada de monstruos de muy diversa naturaleza, tanto buena como mala, y es responsabilidad de cada uno abrirse un hueco con todas las herramientas de las que dispone —aseguró, guardando silencio durante unos instantes después de soltar aquello—. Lo que quiero decir es que sentirse cobarde es normal, pero sentirse mal por ello no sirve de nada… tienes que recomponerte, levantar la cabeza y seguir avanzando. Si sigues creyendo que eres débil durante mucho tiempo al final esos pensamientos se harán realidad y no podrás recuperarte de ellos. —sentenció en un tono demasiado serio.
La seriedad de su rostro no duró demasiado, sin embargo, pues no pretendía asustar a la mona del queso, y la mención a su flexibilidad le arrancó una sonrisa divertida.
—Si que sería una imagen ridícula, si. —rió con ganas, acomodándose sobre sus piernas cruzadas en el suelo cuando la spriggan tomó asiento en el puff frente a él.
Con mano experta y gestos cuidados el hado infernal empezó a separar las delicadas alas de la pequeña, deslizando sus dedos por la superficie membranosa con extrema suavidad. Su toque apenas era perceptible y Pam siquiera notaría un roce más similar a una brisa que a una caricia.
—Claro que sí —respondió a su pregunta sobre si antes le había ofrecido ayuda más allá de ocuparse de sus alas en aquella ocasión—. Ya te dije que a mi me habría venido bien tener más ayuda durante mis primeros días de transformado, así que lo menos que puedo hacer por ti es brindarte ese apoyo que a mi me faltó en su momento —razonó, alcanzando el cepillo que había dejado a un lado—. Tengo tiempo, no te preocupes por eso, así que todo sea por el compañerismo entre camaradas. —aclaró antes de empezar su tarea. Aún dándole la espalda la mona del queso podría notar la sonrisa en su tono de voz.
A partir de entonces el griego guardó silencio y se centró exclusivamente en su trabajo, liberando poco a poco las alas de la pequeña de su exceso de polvo y suciedad. A sus pies no tardó en formarse un buen montón de diminutas escamas de quitina que el chico ignoró deliberadamente al no tener las mismas propiedades que las que generaban sus propios apéndices, y cuando terminó de purgar las alas de la spriggan eliminó los residuos con un rápido hechizo de limpieza.
—¿Las notas más ligeras? —le preguntó a Pelusa, deslizando un dedo por el borde del ala superior izquierda mientras admiraba el bonito patrón de puntos. Liberadas del exceso de escamas eran mucho más brillantes y llamativas—. Ahora viene el verdadero secreto. —informó, alzando el bote de spray y agitándolo con suavidad.
El fijador resultaba fresco cuando se aplicaba, pero la sensación de seguridad que transmitía el tener las alas mínimamente protegidas era casi inmediato. Aquel líquido impermealizaba la estructura membranosa, ayudaba con la producción de quitina y mantenía a raya la suciedad.
—¿Qué tal las notas? —preguntó, mostrándole varios movimientos que podía hacer para evaluar su estado.
Milo mientras tanto se tambaleó en su asiento tras sufrir el empujón de Rena.
—Vale, vale, tampoco hace falta recurrir a la violencia —respondió en tono de fingida indignación, alisándose las arrugas de la manga con gesto afectado—. Esta claro que aquí la transformación que no mola es la mía. —añadió. Su bola de cobre se agitó a la altura de sus rodillas y empezó formar figuras extrañas en clara actitud de protesta, pero el irrense dejó de prestarle atención y desvió la mirada hacia las escaleras por las que volvía Rox.
Por la expresión del cambiante parecía que su reunión con Mephis había ido bien, razonamiento que parecía de lo más acertado tras su saludo efusivo y las respuestas positivas que dió cuando le preguntaron al respecto. La mente inquisitva del brujo, sin embargo, le advertía de que algo no cuadraba del todo. Quizás era porque conocía demasiado al cambiante, pero la vaguedad de las respuestas de su amigo se le antojaba inusual.
—Me alegro mucho, Rox. —respondió a pesar de todo, obviando sus sospechas mientras alcanzaba otra magdalena.
No creía que fuera necesario recordarle al coreano que si quería hablar de cualquier cosa podía contar con ellos. «Pues ya podrías aplicarte el cuento, gilipollas» se recriminó, torciendo el gesto durante un segundo al recordar su secreto particular.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
29/01/20, 04:09 am
Eitne se había despistado durante un rato, enfrascado en dar amor a los conejos para “afinidarlos” mucho. Si se llevaban muy bien con él y los demás niños, probablemente a los prostitutos les haría más ilusión tenerlos por allí de vez en cuando; aunque lo más importante era que a Eitne también le haría ilusión poder ir a menudo. Se lo había pasado muy bien, le habían parecido todos gente maja (incluso aquellos con los que no había cruzado ni una sola palabra, por simple contagio) y Vanyme le parecía una persona muy… ¿ejemplar? Eitne no sabría expresarlo aunque le preguntaran.
—¡Vamos a ser un montón! —exclamó sonriente al escuchar que Rena también quería cazar.
Dicho eso, se ayudó de las palmas de las manos para incorporarse en un movimiento rápido, fruto de la costumbre por el tiempo que se había prolongado su cojera, y se hizo levitar. Ya en el aire se despidió uno por uno de todos aquellos a los que le sabía poner nombre y luego añadió, en general:
—¡Nos vemos pronto!
Una vez fuera, abordó a sus compañeros con multitud de preguntas:
—¿Podemos volver pasado mañana a ver si los conejos están bien? ¿De qué habéis hablado con los demás? ¿De verdad os gusta el café? (...) ¿Existen los conejos gigantes? Sería super divertido subirse en uno y saltar muy lejos (...) ¿Queda mucho para que se haga de noche?
Su verborrea habitual se multiplicó durante media hora larga.
—¡Vamos a ser un montón! —exclamó sonriente al escuchar que Rena también quería cazar.
Dicho eso, se ayudó de las palmas de las manos para incorporarse en un movimiento rápido, fruto de la costumbre por el tiempo que se había prolongado su cojera, y se hizo levitar. Ya en el aire se despidió uno por uno de todos aquellos a los que le sabía poner nombre y luego añadió, en general:
—¡Nos vemos pronto!
Una vez fuera, abordó a sus compañeros con multitud de preguntas:
—¿Podemos volver pasado mañana a ver si los conejos están bien? ¿De qué habéis hablado con los demás? ¿De verdad os gusta el café? (...) ¿Existen los conejos gigantes? Sería super divertido subirse en uno y saltar muy lejos (...) ¿Queda mucho para que se haga de noche?
Su verborrea habitual se multiplicó durante media hora larga.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
12/02/20, 08:55 pm
Habían conseguido solucionar el asunto de los conejos e incluso los mayores no se podían oponer. Cuando Milo bromeó sobre que eran menos interesantes que la gente del burdel Nime iba a replicar, pero cuando Rena se excluyó se echó a reír.
—Dices que no mola pero con esa bolita de metal puedes hacer las jaulas para atrapar a los conejos —dijo en cambio a Milo con un tono que parecía indicar que intentaba chincharlo cuando estaba haciendo todo lo contrario. Lo cierto era que para la niña era molesto, aunque fuera en broma, que insinuase que su transformación era aburrida, porque lo que la libense echaba más de menos era poder hacer magia.
Al cabo de un tiempo, cuando Nime se encontraba totalmente confortable en aquel sitio, decidieron volver al refugio. Al despedirse, la libense lo hizo con más énfasis al dirigirse a aquellos con los que había estado hablando durante la tarde, y recordándoles su promesa. En el camino de vuelta, sus palabras se sumaron a las de Eitne haciendo preguntas sobre las cosas de las que habían hablado esa tarde y sobre el burdel en sí, sin mostrar apenas reparos.
—Dices que no mola pero con esa bolita de metal puedes hacer las jaulas para atrapar a los conejos —dijo en cambio a Milo con un tono que parecía indicar que intentaba chincharlo cuando estaba haciendo todo lo contrario. Lo cierto era que para la niña era molesto, aunque fuera en broma, que insinuase que su transformación era aburrida, porque lo que la libense echaba más de menos era poder hacer magia.
Al cabo de un tiempo, cuando Nime se encontraba totalmente confortable en aquel sitio, decidieron volver al refugio. Al despedirse, la libense lo hizo con más énfasis al dirigirse a aquellos con los que había estado hablando durante la tarde, y recordándoles su promesa. En el camino de vuelta, sus palabras se sumaron a las de Eitne haciendo preguntas sobre las cosas de las que habían hablado esa tarde y sobre el burdel en sí, sin mostrar apenas reparos.
- InvitadoInvitado
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
14/02/20, 01:20 am
-Tu transformación mola un puñao, so tontopollas -le dijo Rena a Milo. Odiaba que sus amigos menospreciaran sus habilidades. Cuando Nime dio una idea de lo que podía hacer con el cobre le hizo una seña al irrense como diciendo: ‘’¿Ves???’’
Rox volvió de su charla con Mephis sin dar muchas explicaciones pero mostrándose animado. Rena le siguió el juego, le puso al día de lo que habían hablado en su ausencia y le recomendó los mejores dulces, pero había pasado el tiempo suficiente con él, también fingiendo que todo iba bien, como para saber que algo le preocupaba. Intercambió una mirada con Milo. Ya le preguntaría cuando estuvieran en la Sede.
La velada terminó bien, con muchos planes emocionantes para el futuro y nuevos contactos. Rena pudo hablar un poco con los dos licántropos que aunque no compartían el mismo animal sí que coincidían en muchas cosas. Uno de ellos, el tigre, incluso se ofreció para acompañarles a la excursión de caza. La ursántropa no sabía si dos días entre visitas era demasiado poco, pero por su parte no le importaría nada volver al burdel.
*
Los habitantes del burdel fueron dando por terminadas sus conversaciones y despidiéndose del grupo de novatos. Cain los acompañó a la puerta por ser el anfitrión y Vanyme lo siguió tratando de estirar al máximo la conversación con los niños. Los demás prostitutos intercambiaron miradas de sorpresa. Ver a Vanyme acercarse a la puerta por voluntad propia era todo un acontecimiento.
-Nos ha encantado teneros. Sed libres de venir a visitarnos cuando queráis -dijo Cain.
-Sí, y ya concretaremos al día de la excursión. ¡Tengo muchas ganas! -añadió Vanyme.
El grupo de novatos no podría verlos, pero mientras se alejaban del burdel Mephis y Zedrig les observaron desde uno de los balcones, y en la mirada de la cambiante había algo muy parecido a la curiosidad.
Rox volvió de su charla con Mephis sin dar muchas explicaciones pero mostrándose animado. Rena le siguió el juego, le puso al día de lo que habían hablado en su ausencia y le recomendó los mejores dulces, pero había pasado el tiempo suficiente con él, también fingiendo que todo iba bien, como para saber que algo le preocupaba. Intercambió una mirada con Milo. Ya le preguntaría cuando estuvieran en la Sede.
La velada terminó bien, con muchos planes emocionantes para el futuro y nuevos contactos. Rena pudo hablar un poco con los dos licántropos que aunque no compartían el mismo animal sí que coincidían en muchas cosas. Uno de ellos, el tigre, incluso se ofreció para acompañarles a la excursión de caza. La ursántropa no sabía si dos días entre visitas era demasiado poco, pero por su parte no le importaría nada volver al burdel.
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Los habitantes del burdel fueron dando por terminadas sus conversaciones y despidiéndose del grupo de novatos. Cain los acompañó a la puerta por ser el anfitrión y Vanyme lo siguió tratando de estirar al máximo la conversación con los niños. Los demás prostitutos intercambiaron miradas de sorpresa. Ver a Vanyme acercarse a la puerta por voluntad propia era todo un acontecimiento.
-Nos ha encantado teneros. Sed libres de venir a visitarnos cuando queráis -dijo Cain.
-Sí, y ya concretaremos al día de la excursión. ¡Tengo muchas ganas! -añadió Vanyme.
El grupo de novatos no podría verlos, pero mientras se alejaban del burdel Mephis y Zedrig les observaron desde uno de los balcones, y en la mirada de la cambiante había algo muy parecido a la curiosidad.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
15/02/20, 04:44 pm
Se le hacía aun algo extraño estar sincerándose con un extraño, realmente no se quitaba esa sensación. Porque en el fondo seguía siendo un poco desconfiada y de personalidad independiente, pero todo aquello se le había hecho tan grande y un mundo tan nuevo, que sentía la única opción que tenía era pedir ayuda.
Agradeció por ello en silencio que el hado escuchase sin decir nada, porque aquello le costaba bastante más de lo que se podría esperar por como andaba expresando sus temores. No esperaba una solución mágica a sus dudas y miedos, es más le molestaría una solución así, teniendo aun la magia tan lejos de su alcance.
Escucho atenta a Vacuum, pensativa, como tan bien sabía hacer mientras estaba atenta a cada palabra. Y no veía falta de sentido en lo que decía. La cobardía era algo normal, podía aceptar eso y que no se repusiera de ella y de sentimiento de ser débil, podría hacer que acabara mal también lo entendía. <<Tal vez… ¿necesito mostrarme más claramente a mí misma que puedo protegerme sola? Sé que soy fuerte, lo comprobé contra los muñecos de prácticas, pero no por ello se defenderme. Ni puedo cuidar de otros, que es lo que necesito conseguir si alguna vez quiero obtener magia>> pensó ante la posibilidad. Iba a estar siempre en desventaja física contra los demás, era un hecho, por más fuerza que tuviera, por mas ágil, o resistente, habría cosas que no podría suplir por simple tamaño. <<Pero, puedo suplirlo con inteligencia >> pensó abriendo lentamente los ojos ante aquella comprensión repentina.
Lo que por tamaño no pudiera realizar, lo haría con inteligencia e inventiva. Los repobladores eran más pequeños que ella, mucho más pequeños que ella y tenían forma de defenderse, luchar, ser molestos y hasta dañinos, con palabras y actos. ¿Por qué no ella? <<Además ¿no solo obtengo magia dañando físicamente, no? Vale cualquier tipo de daño mientras se por cuidar a otros>> pensó sintiendo que estaba llegando a algo, poco a poco, un posible camino por el que seguir para no sentirse frágil y débil, dependiente. Al menos hasta saber defenderse físicamente, hasta saber volar, hasta tener mayores armas a su alcance, tendría que trabajar con la que poseía. Su mente, su ingenio y su ahora, larga lengua mordaz, capaz de atacar en los puntos débiles de la gente.
-Creo que empiezo a ver una forma de dejar de sentirme frágil y débil- murmuro Pelusa con una cierta esperanza creciente, sintiendo que aquella conversación estaba por fin abriéndole un poco los ojos, mientras sentía a sus espaldas el apenas ligero toque de las grandes manos de Vacuum sobre sus alas. Curiosa y atenta intentaba mirar por sobre su hombro cuanto podía, mientras escuchaba con satisfacción y alivio, como afirmaba que seguiría ayudándola en el futuro más allá de aquello- Si quiero, cuidar de otros y de mi misma, necesitare saber pelear, aunque se aun poco. Y también cosas de la ciudad y de sus habitantes- afirmo Pelusa, porque una buena forma de saber si sus amigos estarían en riesgo es conocer todo lo que pudiera de los habitantes de la ciudad, especialmente de la zona más turbia de ella.
Pronto el tratamiento que Vacuum estaba haciéndole en las alas empezó a surtir efecto, las notaba más ligeras, menos pesadas y mustias. Intento moverlas un poco. Ya no las sentías apelmazadas cual membranas pegajosas y secas. ¿Todo eso era por haberlas cepillado?
-Es la primera vez que las noto tan ligeras- afirmo Pelusa con un suave voz sorprendida, mirando tras ella, todo lo que podía pudiendo ver parte del patrón que tenía y que nunca se había visto tan claro como en ese momento. Le miro ligeramente muy atenta, cuando aseguro que lo mejor llegaba, notando la frescura en sus alas, que aprecia casi absorber el líquido, humectándose y dándole una sensación calmante de seguridad. Y ano sentía que hija resquebrajarse al más mínimo movimiento. Era una sensación extraña, tras todos esos días de incomodidad- Es una sensación rara tras tantos días temiendo que fuese a romperse, pero me siento…con más seguridad para moverlas sin temor- admitió Pelusa, abriéndolas por primera vez totalmente a sus espaldas, siendo claramente visible el patrón incluso para ella. Negras, con puntitos blancos en su zona central cual cielo estrellado y bordeadas del color lavanda. Lavanda sobre negro, igual a sus ojos.
Pelusa sintió por primera vez en todo ese tiempo, que sus alas eran preciosas y el tener algo tan bonito saliendo de su cuerpo, pálido, pequeño y delgado, era fascinante. << ¿Como algo tan bonito puede estar en el cuerpo de alguien que podría llegar a matar por protección? >> era de alguna forma fascinante. Y no le desagradaba, era una sensación casi revitalizante.
Daba igual las cosas que tuviera que hacer por obtener magia, por cuidar de sus amigos o lo que haría por lealtad. Sus alas siempre permanecerían hermosas, con aquellos puntitos blancos como recordatorio de que seguiría habiendo luz en ella. Era un pensamiento casi místico, pero que le trajo cierta calma. Se giró hacia Vacuum completamente.
-Gracias, cuidare bien de mis alas desde ahora para mantenerlas limpias, brillante y cuidadas, intentare aprender a usarlas pronto para que puedas enseñarme a volar. Quiero aprender todo lo que pueda, porque el conocimiento es mi mayor arma - dijo con una brillante mirada. El aprendizaje era algo que siempre despertaba su ilusión e interés. Eso no había cambiado y si encima le sería útil en el futuro para su vida en la ciudad, no dejaría de intentarlo.
Su charla no pudo continuar mucho más de aquello, pues sus amigos empezaron dar señales de tener intenciones de irse, por lo que Pelusa admitió que ya era hora de irse. Habían tomado mucho tiempo de los empleados del burdel, no podían seguir abusando de aquello y aunque ella seguía teniendo muchas preguntas como era normal en ella, también tenían muchas cosas que descubrir por sí misma. Tener además la certeza de que volvería a encontrarse con el hado, a quien claramente le dijo que vivía en la Sede y que también podría encontrarla en la boutique de Dama Isis. Se aseguró de decirle que le buscaría pronto, porque tenía muchas cosas que aun quería aprender y acepto con gusto el regalo del cepillo y el spray que tan útil iba a serle desde ahora.
Una vez estuvo más que segura que la conversación había terminado bien y que se encontrarían en el futuro se reunión con sus amigos batiendo ligeramente las alas, con alivio y orgullo al sentirlas tan libres.
Pelusa se aseguro de despedirse de todos los de burdel con un suave gesto de cabeza, curiosa ante la mención de un excursión. Tendría cosas que preguntar a sus amigos sobre sus propias charlas con los demás miembros del burdel, así como también enseñarles a quien quisiera ayudarla, el como cuidar de sus alas.
Agradeció por ello en silencio que el hado escuchase sin decir nada, porque aquello le costaba bastante más de lo que se podría esperar por como andaba expresando sus temores. No esperaba una solución mágica a sus dudas y miedos, es más le molestaría una solución así, teniendo aun la magia tan lejos de su alcance.
Escucho atenta a Vacuum, pensativa, como tan bien sabía hacer mientras estaba atenta a cada palabra. Y no veía falta de sentido en lo que decía. La cobardía era algo normal, podía aceptar eso y que no se repusiera de ella y de sentimiento de ser débil, podría hacer que acabara mal también lo entendía. <<Tal vez… ¿necesito mostrarme más claramente a mí misma que puedo protegerme sola? Sé que soy fuerte, lo comprobé contra los muñecos de prácticas, pero no por ello se defenderme. Ni puedo cuidar de otros, que es lo que necesito conseguir si alguna vez quiero obtener magia>> pensó ante la posibilidad. Iba a estar siempre en desventaja física contra los demás, era un hecho, por más fuerza que tuviera, por mas ágil, o resistente, habría cosas que no podría suplir por simple tamaño. <<Pero, puedo suplirlo con inteligencia >> pensó abriendo lentamente los ojos ante aquella comprensión repentina.
Lo que por tamaño no pudiera realizar, lo haría con inteligencia e inventiva. Los repobladores eran más pequeños que ella, mucho más pequeños que ella y tenían forma de defenderse, luchar, ser molestos y hasta dañinos, con palabras y actos. ¿Por qué no ella? <<Además ¿no solo obtengo magia dañando físicamente, no? Vale cualquier tipo de daño mientras se por cuidar a otros>> pensó sintiendo que estaba llegando a algo, poco a poco, un posible camino por el que seguir para no sentirse frágil y débil, dependiente. Al menos hasta saber defenderse físicamente, hasta saber volar, hasta tener mayores armas a su alcance, tendría que trabajar con la que poseía. Su mente, su ingenio y su ahora, larga lengua mordaz, capaz de atacar en los puntos débiles de la gente.
-Creo que empiezo a ver una forma de dejar de sentirme frágil y débil- murmuro Pelusa con una cierta esperanza creciente, sintiendo que aquella conversación estaba por fin abriéndole un poco los ojos, mientras sentía a sus espaldas el apenas ligero toque de las grandes manos de Vacuum sobre sus alas. Curiosa y atenta intentaba mirar por sobre su hombro cuanto podía, mientras escuchaba con satisfacción y alivio, como afirmaba que seguiría ayudándola en el futuro más allá de aquello- Si quiero, cuidar de otros y de mi misma, necesitare saber pelear, aunque se aun poco. Y también cosas de la ciudad y de sus habitantes- afirmo Pelusa, porque una buena forma de saber si sus amigos estarían en riesgo es conocer todo lo que pudiera de los habitantes de la ciudad, especialmente de la zona más turbia de ella.
Pronto el tratamiento que Vacuum estaba haciéndole en las alas empezó a surtir efecto, las notaba más ligeras, menos pesadas y mustias. Intento moverlas un poco. Ya no las sentías apelmazadas cual membranas pegajosas y secas. ¿Todo eso era por haberlas cepillado?
-Es la primera vez que las noto tan ligeras- afirmo Pelusa con un suave voz sorprendida, mirando tras ella, todo lo que podía pudiendo ver parte del patrón que tenía y que nunca se había visto tan claro como en ese momento. Le miro ligeramente muy atenta, cuando aseguro que lo mejor llegaba, notando la frescura en sus alas, que aprecia casi absorber el líquido, humectándose y dándole una sensación calmante de seguridad. Y ano sentía que hija resquebrajarse al más mínimo movimiento. Era una sensación extraña, tras todos esos días de incomodidad- Es una sensación rara tras tantos días temiendo que fuese a romperse, pero me siento…con más seguridad para moverlas sin temor- admitió Pelusa, abriéndolas por primera vez totalmente a sus espaldas, siendo claramente visible el patrón incluso para ella. Negras, con puntitos blancos en su zona central cual cielo estrellado y bordeadas del color lavanda. Lavanda sobre negro, igual a sus ojos.
Pelusa sintió por primera vez en todo ese tiempo, que sus alas eran preciosas y el tener algo tan bonito saliendo de su cuerpo, pálido, pequeño y delgado, era fascinante. << ¿Como algo tan bonito puede estar en el cuerpo de alguien que podría llegar a matar por protección? >> era de alguna forma fascinante. Y no le desagradaba, era una sensación casi revitalizante.
Daba igual las cosas que tuviera que hacer por obtener magia, por cuidar de sus amigos o lo que haría por lealtad. Sus alas siempre permanecerían hermosas, con aquellos puntitos blancos como recordatorio de que seguiría habiendo luz en ella. Era un pensamiento casi místico, pero que le trajo cierta calma. Se giró hacia Vacuum completamente.
-Gracias, cuidare bien de mis alas desde ahora para mantenerlas limpias, brillante y cuidadas, intentare aprender a usarlas pronto para que puedas enseñarme a volar. Quiero aprender todo lo que pueda, porque el conocimiento es mi mayor arma - dijo con una brillante mirada. El aprendizaje era algo que siempre despertaba su ilusión e interés. Eso no había cambiado y si encima le sería útil en el futuro para su vida en la ciudad, no dejaría de intentarlo.
Su charla no pudo continuar mucho más de aquello, pues sus amigos empezaron dar señales de tener intenciones de irse, por lo que Pelusa admitió que ya era hora de irse. Habían tomado mucho tiempo de los empleados del burdel, no podían seguir abusando de aquello y aunque ella seguía teniendo muchas preguntas como era normal en ella, también tenían muchas cosas que descubrir por sí misma. Tener además la certeza de que volvería a encontrarse con el hado, a quien claramente le dijo que vivía en la Sede y que también podría encontrarla en la boutique de Dama Isis. Se aseguró de decirle que le buscaría pronto, porque tenía muchas cosas que aun quería aprender y acepto con gusto el regalo del cepillo y el spray que tan útil iba a serle desde ahora.
Una vez estuvo más que segura que la conversación había terminado bien y que se encontrarían en el futuro se reunión con sus amigos batiendo ligeramente las alas, con alivio y orgullo al sentirlas tan libres.
Pelusa se aseguro de despedirse de todos los de burdel con un suave gesto de cabeza, curiosa ante la mención de un excursión. Tendría cosas que preguntar a sus amigos sobre sus propias charlas con los demás miembros del burdel, así como también enseñarles a quien quisiera ayudarla, el como cuidar de sus alas.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
20/02/20, 10:36 pm
Obel se plantó ante el edificio que era el burdel con el corazón bastante acelerado, no sólo por el tipo de lugar que era si no porque iba a conocer a mucha gente veterana de golpe. Los de Letargo le habían comentado que eran buena gente y con todo le debía una visita a Caín, del cual se alegraba que no le hubiera pasado nada durante el sueño. Había invitado a Tay por supuesto, y habría hecho lo propio con su hermano si no estuviera muy ocupado trabajando. Por suerta Samika había estado presente durante la invitación y decidió acompañarlos.
Evidentemente la ciudad seguía sin ser segura y, aunque el gárgola confiaba en sus nuevas capacidades, llevaba consigo una lanza sacada de la armería de la Sede. La tenía cruzada a la espalda con el mango pasando entre las dos alas para que no resultase incómodo. Seguía yendo sin camiseta pero había empezado a acostumbrarse a aquello. Sus alas no eran precisamente poco rígidas y tendía a romper las camisetas al intentar ponérselas.
-Bueno pues... - dijo a sus acompañantes.- ¿Vamos? ¿Cómo pico, con los nudillos? ¿O tienen alguna forma de llamador?
Evidentemente la ciudad seguía sin ser segura y, aunque el gárgola confiaba en sus nuevas capacidades, llevaba consigo una lanza sacada de la armería de la Sede. La tenía cruzada a la espalda con el mango pasando entre las dos alas para que no resultase incómodo. Seguía yendo sin camiseta pero había empezado a acostumbrarse a aquello. Sus alas no eran precisamente poco rígidas y tendía a romper las camisetas al intentar ponérselas.
-Bueno pues... - dijo a sus acompañantes.- ¿Vamos? ¿Cómo pico, con los nudillos? ¿O tienen alguna forma de llamador?
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
22/02/20, 06:58 pm
No había esperado inicialmente unirse a aquella pequeña visita al Burdel, pero había decidido acompañar tanto a Obel como a Tayron, el chico lémur, con el que no había hablado demasiado pese a coincidir con el de vez en cuando en el torreón. La mención de Cain por parte de Obel, le había recordado de inmediato el suceso del sueño y viendo que ninguno parecía saber dónde encontrarle, Samika había decidido echarles una mano y llevarlos al Burdel. Aunque no es como si pasase desapercibido.
Y ahí se encontraba finalmente frente al edificio del Burdel, con una sonrisa ante la curiosa pregunta de la gárgola, que como siempre, al menos que ella supiera, iba medio desnudo. Sus alas estaban siéndole una seria dificultad a la hora de vestirse, era evidente.
- Es posible que nos abra, sino el vigilante algunos de los empleados del burdel que este despierto. Ya estuve aquí antes con Dama Isis, pero no tuve oportunidad de conocerles. – indico suavemente la Evaki, tomando el golpeador de la puerta ella misma para llamar. - Eh...buenos días, venimos buscando a Caín- dijo suavemente con algo de duda, preguntándose de pronto por primera vez, sino estarían molestando viniendo así de la nada. suspiro, mirando a la puerta, pues sino recordaba mal eso hacía que alguno de los demonios del brujo avisara de la llegada de posibles invitado, así que esperó, intentando enfocarse en si la puerta cambiaba en algún aspecto. Los demonios eran entidades un tanto curiosas para Samika, curiosas e inquietantes, pues alguno era capaz de medio visualizarlos, caso contrario a los fantasmas que jamás podía verlos.
Por un segundo, mientras esperaban, vagamente se preguntó si el lémur habría venido solo con ellos o le acompañaba algún fantasma, pues sabía que al menos uno solía estar con él por conversaciones que había oído. Y por los escalofríos que a veces sentía en el torreón sin venir a cuento y que reconocía perfectamente como la sensación que había llegado a tener en el pasado ante la cercanía de Tesón.
Miro ligeramente alrededor, aunque sabía que de poco serviría. Por mucho que la evaki intentara concentrarse en ver a un fantasma, era algo imposible, estaba completamente fuera de su rango visual. Ya podría haber una docena de fantasmas entre ellos que, si no se le acercaban o hablaban, ella no se enteraría de nada. Era un asco.
Y ahí se encontraba finalmente frente al edificio del Burdel, con una sonrisa ante la curiosa pregunta de la gárgola, que como siempre, al menos que ella supiera, iba medio desnudo. Sus alas estaban siéndole una seria dificultad a la hora de vestirse, era evidente.
- Es posible que nos abra, sino el vigilante algunos de los empleados del burdel que este despierto. Ya estuve aquí antes con Dama Isis, pero no tuve oportunidad de conocerles. – indico suavemente la Evaki, tomando el golpeador de la puerta ella misma para llamar. - Eh...buenos días, venimos buscando a Caín- dijo suavemente con algo de duda, preguntándose de pronto por primera vez, sino estarían molestando viniendo así de la nada. suspiro, mirando a la puerta, pues sino recordaba mal eso hacía que alguno de los demonios del brujo avisara de la llegada de posibles invitado, así que esperó, intentando enfocarse en si la puerta cambiaba en algún aspecto. Los demonios eran entidades un tanto curiosas para Samika, curiosas e inquietantes, pues alguno era capaz de medio visualizarlos, caso contrario a los fantasmas que jamás podía verlos.
Por un segundo, mientras esperaban, vagamente se preguntó si el lémur habría venido solo con ellos o le acompañaba algún fantasma, pues sabía que al menos uno solía estar con él por conversaciones que había oído. Y por los escalofríos que a veces sentía en el torreón sin venir a cuento y que reconocía perfectamente como la sensación que había llegado a tener en el pasado ante la cercanía de Tesón.
Miro ligeramente alrededor, aunque sabía que de poco serviría. Por mucho que la evaki intentara concentrarse en ver a un fantasma, era algo imposible, estaba completamente fuera de su rango visual. Ya podría haber una docena de fantasmas entre ellos que, si no se le acercaban o hablaban, ella no se enteraría de nada. Era un asco.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
25/02/20, 02:12 pm
No lo negaría ante nadie, cuando el pequeño grupo se plantó ante aquel gran edificio de tejas azules Tayron sintió el nerviosismo acumularse en la barriga, incluso se atrevería a decir que una mezcla de expectación y excitación comenzaba a apoderarse de él. El nuevo lémur aceptó encantado la invitación de su amigo, quería acompañarle ante tantos desconocidos y a decir verdad... se moría de ganas de ver lo que significaba un burdel en un lugar tan disparatado como Rocavarancolia.
La última integrante la componía Samika, una transformada más antigua que ellos y con la que no había mantenido conversación a penas, aunque siempre que se cruzaba con ella se quedaba embobado mirando sus alas de murciélago, esa tía molaba tela. De vez en cuando se quedaba observándola, ya preguntó de manera discreta y sabía que era ciega o parcialmente ciega, lo que desconocía era si a raíz de la Luna Roja con su transformación o si lo sufría de antes. A pesar de que de vez en cuando la evaki miraba a su alrededor no sería el quién le preguntara al respecto.
Ojalá Dafne le hubiera acompañado porque sentía que se había encalomado un poco, pero la chica cada vez salía menos de la habitación y Tay decidió no insistirle cuando también se negó a acudir a la merienda del día siguiente. Pero logró apartar aquellos pensamientos de su mente, pues cuando Samika llamó a la puerta sin quererlo tomó un poco la posición de resguardarse tras su ala, aunque no era muy propio de él... ¿qué podría decirle a ese tal Caín?. Ellos al menos se interesaban por él tras compartir una pesadilla, Obel se lo había contado todo. “Sí, muy buenas, soy un niñato que no puede dormir sin saber que albergan las paredes de tu negocio, encantado”.
Encontró alivio al percibir que al parecer no había fantasmas en el interior, aunque no descartaba otras presencias extrañas. Si ya de por sí quería mantener su rol de acompañante no le gustaría llamar la atención con un número fantasmal. No quería molestar a nadie si un fantasma decidía echarle la bronca por su mera existencia como había ocurrido antes.
Más relajado deslizó su peluda cola a rayas tras su espalda con movimientos suaves, no lo había pensado pero sus colores combinaban con la chaqueta de cuero que vestía. Aquel día la llevaba abierta con con una camiseta verde oscuro y de cuello muy amplio, más los pantalones más pegados y rechulones que pudo encontrar en la Sede.
-No entiendo por qué vas provocando- le susurraría a la gárgola mientras esperaban para intentar picarle y rebajar su propia tensión- joder, como mucho te pueden poner de adorno en la fachada con un saquito en el suelo para que te echen moneditas y te muevas un poco. ¿No?- remató, pensando en lo poco informado que estaba del resto de la ciudad. ¿Quién carajos era Dama Isis?.
La última integrante la componía Samika, una transformada más antigua que ellos y con la que no había mantenido conversación a penas, aunque siempre que se cruzaba con ella se quedaba embobado mirando sus alas de murciélago, esa tía molaba tela. De vez en cuando se quedaba observándola, ya preguntó de manera discreta y sabía que era ciega o parcialmente ciega, lo que desconocía era si a raíz de la Luna Roja con su transformación o si lo sufría de antes. A pesar de que de vez en cuando la evaki miraba a su alrededor no sería el quién le preguntara al respecto.
Ojalá Dafne le hubiera acompañado porque sentía que se había encalomado un poco, pero la chica cada vez salía menos de la habitación y Tay decidió no insistirle cuando también se negó a acudir a la merienda del día siguiente. Pero logró apartar aquellos pensamientos de su mente, pues cuando Samika llamó a la puerta sin quererlo tomó un poco la posición de resguardarse tras su ala, aunque no era muy propio de él... ¿qué podría decirle a ese tal Caín?. Ellos al menos se interesaban por él tras compartir una pesadilla, Obel se lo había contado todo. “Sí, muy buenas, soy un niñato que no puede dormir sin saber que albergan las paredes de tu negocio, encantado”.
Encontró alivio al percibir que al parecer no había fantasmas en el interior, aunque no descartaba otras presencias extrañas. Si ya de por sí quería mantener su rol de acompañante no le gustaría llamar la atención con un número fantasmal. No quería molestar a nadie si un fantasma decidía echarle la bronca por su mera existencia como había ocurrido antes.
Más relajado deslizó su peluda cola a rayas tras su espalda con movimientos suaves, no lo había pensado pero sus colores combinaban con la chaqueta de cuero que vestía. Aquel día la llevaba abierta con con una camiseta verde oscuro y de cuello muy amplio, más los pantalones más pegados y rechulones que pudo encontrar en la Sede.
-No entiendo por qué vas provocando- le susurraría a la gárgola mientras esperaban para intentar picarle y rebajar su propia tensión- joder, como mucho te pueden poner de adorno en la fachada con un saquito en el suelo para que te echen moneditas y te muevas un poco. ¿No?- remató, pensando en lo poco informado que estaba del resto de la ciudad. ¿Quién carajos era Dama Isis?.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- InvitadoInvitado
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
26/02/20, 01:48 am
La cara perruna de un demonio de ojos saltones apareció en la superficie de la puerta como si hubiese estado tallada en ella toda la vida. Miró a los visitantes de arriba a abajo y luego, sin decir nada, volvió a hundirse en la madera. Unos instantes después la puerta se abrió y una figura grácil de larga melena blanca les recibió al otro lado. Parecía nublina, salvo por el hecho de que tenía dos pares de ojos, suaves pezuñas de caballo en lugar de pies y un único cuerno dorado en la frente.
-Por favor, pasad, el señor Cain les recibirá enseguida.
Cain había estado con Mephis cuando los novatos llamaron a la puerta. La expresión de horror del brujo cuando vio a las tres figuras en su bola de cristal duró apenas un segundo, pero fue suficiente para que Mephis la notara y para que se apresurase a bajar la primera a ver qué tendrían esos novatos para descolocar al rubio. Les echó miradas fugaces mientras los guiaba por el corredor hasta una de las salas de la planta baja. A la evaki ya la conocía, de hecho seguramente reconocería el camino pues les llevaba a la misma sala donde Cain la recibió en su última visita.
Dentro y fuera de la sala correteaban diablillos azules poniéndolo todo a punto. Llevaban cojines para que los invitados se sentasen, encendían velas, quitaban cualquier resto de polvo que pudiera quedar.
-Por favor, tomad asiento -dijo, señalando unos cojines dispuestos alrededor de una mesa baja finamente tallada.
En ese momento Cain apareció por el pasillo. Llevaba un kimono de seda verde con dragones dorados bordados ceñido a la cintura con un corsé de cuero. Llevaba el pelo recogido en una coleta baja y no llevaba más maquillaje que la ralla negra tatuada en su ojo sano. No llevaba zapatos, pero tenía anillos en los dedos de los pies, al igual que en las manos.
-Gracias, ya puedes irte -le dijo a la cambiante invitándola a salir de la sala con un gesto.
Mephis puso cara de poker para disimular una sonrisa, sabía que estaba enfadado, por mucho que fingiera, y eso avivaba aún más su curiosidad. Aun así, hizo una reverencia a los invitados y enfiló el pasillo hacia las escaleras. Cain dejó escapar un suspiro y luego se recompuso para sonreír al trío de visitantes.
-Lamento la espera, no esperaba visitas.
Y tanto que no las esperaba. El burdel estaba vacío por una vez y Mephis y él estaban aprovechando para ''ponerse al día'' ya que la cambiante se encontraba mejor. Los habría mandado con viento fresco de no ser porque eran Samika y Obel, precisamente, quienes le buscaban.
-Samika, es un placer volver a verte. ¿En qué puedo ayudaros? ¿Queréis tomar algo? ¿Driv? ¿Té? Si no os importa, yo tomaré vino. Es mi hora del aperitivo.
Le dio la orden a un diablillo de los que correteaban por la habitación antes de despedirlos a todos y cerrar la puerta.
-Por favor, pasad, el señor Cain les recibirá enseguida.
Cain había estado con Mephis cuando los novatos llamaron a la puerta. La expresión de horror del brujo cuando vio a las tres figuras en su bola de cristal duró apenas un segundo, pero fue suficiente para que Mephis la notara y para que se apresurase a bajar la primera a ver qué tendrían esos novatos para descolocar al rubio. Les echó miradas fugaces mientras los guiaba por el corredor hasta una de las salas de la planta baja. A la evaki ya la conocía, de hecho seguramente reconocería el camino pues les llevaba a la misma sala donde Cain la recibió en su última visita.
Dentro y fuera de la sala correteaban diablillos azules poniéndolo todo a punto. Llevaban cojines para que los invitados se sentasen, encendían velas, quitaban cualquier resto de polvo que pudiera quedar.
-Por favor, tomad asiento -dijo, señalando unos cojines dispuestos alrededor de una mesa baja finamente tallada.
En ese momento Cain apareció por el pasillo. Llevaba un kimono de seda verde con dragones dorados bordados ceñido a la cintura con un corsé de cuero. Llevaba el pelo recogido en una coleta baja y no llevaba más maquillaje que la ralla negra tatuada en su ojo sano. No llevaba zapatos, pero tenía anillos en los dedos de los pies, al igual que en las manos.
-Gracias, ya puedes irte -le dijo a la cambiante invitándola a salir de la sala con un gesto.
Mephis puso cara de poker para disimular una sonrisa, sabía que estaba enfadado, por mucho que fingiera, y eso avivaba aún más su curiosidad. Aun así, hizo una reverencia a los invitados y enfiló el pasillo hacia las escaleras. Cain dejó escapar un suspiro y luego se recompuso para sonreír al trío de visitantes.
-Lamento la espera, no esperaba visitas.
Y tanto que no las esperaba. El burdel estaba vacío por una vez y Mephis y él estaban aprovechando para ''ponerse al día'' ya que la cambiante se encontraba mejor. Los habría mandado con viento fresco de no ser porque eran Samika y Obel, precisamente, quienes le buscaban.
-Samika, es un placer volver a verte. ¿En qué puedo ayudaros? ¿Queréis tomar algo? ¿Driv? ¿Té? Si no os importa, yo tomaré vino. Es mi hora del aperitivo.
Le dio la orden a un diablillo de los que correteaban por la habitación antes de despedirlos a todos y cerrar la puerta.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
26/02/20, 01:10 pm
La evaki advirtió como el lémur parecía reguardares tras ella y se le hizo curioso. De las veces que lo había escuchado en el torreón, porque no habían interactuado demasiado, no le había aparecido tan tímido. Más bien lo contrario. Aunque tal vez solo estaba siendo prudente por ser un sitio desconocido.
Aunque si la idea era usarla de parapeto, para no ser casi visto fallaba un poco siendo que ella era bastante más baja que él. Fue inevitable a su vez, dada la cercanía y su buen el oído, el escuchar el susurro de Tayron hacia Obel, con el claro pique y broma implícita. Samika se rió, moviendo ligeramente las largas orejas puntiagudas ante eso, mirando por encima del hombro a ambos chicos.
-Así que eres de ese tipo de amigos que pinchan a sus amistades. No te preocupes Obel, esos son luego los que más te quieren. – bromeo Samika logrando atisbar vagamente como la puerta del burdel parecía mutar frente a ella. Una figura borrosa con forma de cabeza apareció y Samika se sintió observada. Pronto la cabeza borrosa desapareció. Parpadeo lentamente, suponiendo que no tardaría en llegar alguien para abrirles- Y perdonad por escuchar, no puedo evitarlo. Tengo muy buen oído. – añadió suavemente viendo como apenas unos minutos después la puerta se abría y aparecía una figura que aun viendo borrosa, se veía tan blanca, que su confusión aumento por unos segundos. << Es como una especie de pequeña ninfa unicornio o algo así, debe ser monísima.>> pensó Samika sintiéndose curiosa. No conocía a los empleados del burdel y sinceramente de lo que sabía no recordaba tampoco que hubiera nadie con esa descripción. << ¿Tal vez es la cambiante? Había oído que había una trabajando aquí >> también podía ser una nueva empelada sin más, concluyo, mientras con un asentimiento la siguió hacia el interior.
No pudo evitar hacer un chequeo del lugar, sonriendo. A Samika le agradaba el lugar, ya lo había hecho la primera vez que fue y no tardo en reconocer hacia donde se dirigían y de sorprenderse ante las pequeñas figurilla azuladas que correteaba por todos lados y que no lograba identificar. <<<¿Duendes? No, imposible. ¿Diablillos o algo así?>> si eso tenía más sentido teniendo en cuenta el dominio del dueño del burdel.
- Gracias- dijo Samika sonriendo ante las palabras de la desconocida, mientras miraba de nuevo de reojo a sus acompañantes, curiosa de sus reacciones. Mas no tuvo tiempo de decir nada, porque sus oídos captaron pasos sobre el suelo y volteo hacia la puerta, notando la figura de Cain adentrarse. Ese pelo rubio reconocible, aunque se viera todo borroso. Podía notar los puntos de color en su ropa. <<Creo que la última vez llevaba ropa que parecía oriental, japonesa o algo así ¿también lleva algo parecido?>> no podría asegurarlo sin que se acercase más. Desde luego si algo podía decir es que el brujo tenía muy buen gusto vistiendo, Isis debía estar más que satisfecha con él como cliente.
- Creo que tendríamos que ser nosotros los que no disculpásemos por venir así repentinamente, perdona por si interrumpimos algo. Y también es un placer volver a verte, ya me entiendes– rió Samika con humor, una vez noto que la chica que ella había confundido con una especie de ninfa se había marchado. Tenía un poco de curiosidad por ella realmente, pero tal vez preguntaría si eso luego por ella, si surgía- Té está perfecto para mí, gracias. –dijo alegremente antes de mirar de reojo a los dos chicos, pensando en que tal vez sería bueno presentarlos, así tal vez se soltaban a decir algo
-Hum, ellos son Obel, no sé si lo recordaras -admitió pensativa, realmente no tenía idea si lo recordaría. ¿Había llegado a decir Obel su nombre en el sueño compartido? No se acordaba, sinceramente. Habían pasado muchas cosas en ese entonces y para ese momento ella había estado aparte de ciega, sorda- Y él es Tayron, son de la misma cosecha y están en la sede conmigo. -los presento la evaki intentando allanarles un poco el camino de alguna forma.
Aunque si la idea era usarla de parapeto, para no ser casi visto fallaba un poco siendo que ella era bastante más baja que él. Fue inevitable a su vez, dada la cercanía y su buen el oído, el escuchar el susurro de Tayron hacia Obel, con el claro pique y broma implícita. Samika se rió, moviendo ligeramente las largas orejas puntiagudas ante eso, mirando por encima del hombro a ambos chicos.
-Así que eres de ese tipo de amigos que pinchan a sus amistades. No te preocupes Obel, esos son luego los que más te quieren. – bromeo Samika logrando atisbar vagamente como la puerta del burdel parecía mutar frente a ella. Una figura borrosa con forma de cabeza apareció y Samika se sintió observada. Pronto la cabeza borrosa desapareció. Parpadeo lentamente, suponiendo que no tardaría en llegar alguien para abrirles- Y perdonad por escuchar, no puedo evitarlo. Tengo muy buen oído. – añadió suavemente viendo como apenas unos minutos después la puerta se abría y aparecía una figura que aun viendo borrosa, se veía tan blanca, que su confusión aumento por unos segundos. << Es como una especie de pequeña ninfa unicornio o algo así, debe ser monísima.>> pensó Samika sintiéndose curiosa. No conocía a los empleados del burdel y sinceramente de lo que sabía no recordaba tampoco que hubiera nadie con esa descripción. << ¿Tal vez es la cambiante? Había oído que había una trabajando aquí >> también podía ser una nueva empelada sin más, concluyo, mientras con un asentimiento la siguió hacia el interior.
No pudo evitar hacer un chequeo del lugar, sonriendo. A Samika le agradaba el lugar, ya lo había hecho la primera vez que fue y no tardo en reconocer hacia donde se dirigían y de sorprenderse ante las pequeñas figurilla azuladas que correteaba por todos lados y que no lograba identificar. <<<¿Duendes? No, imposible. ¿Diablillos o algo así?>> si eso tenía más sentido teniendo en cuenta el dominio del dueño del burdel.
- Gracias- dijo Samika sonriendo ante las palabras de la desconocida, mientras miraba de nuevo de reojo a sus acompañantes, curiosa de sus reacciones. Mas no tuvo tiempo de decir nada, porque sus oídos captaron pasos sobre el suelo y volteo hacia la puerta, notando la figura de Cain adentrarse. Ese pelo rubio reconocible, aunque se viera todo borroso. Podía notar los puntos de color en su ropa. <<Creo que la última vez llevaba ropa que parecía oriental, japonesa o algo así ¿también lleva algo parecido?>> no podría asegurarlo sin que se acercase más. Desde luego si algo podía decir es que el brujo tenía muy buen gusto vistiendo, Isis debía estar más que satisfecha con él como cliente.
- Creo que tendríamos que ser nosotros los que no disculpásemos por venir así repentinamente, perdona por si interrumpimos algo. Y también es un placer volver a verte, ya me entiendes– rió Samika con humor, una vez noto que la chica que ella había confundido con una especie de ninfa se había marchado. Tenía un poco de curiosidad por ella realmente, pero tal vez preguntaría si eso luego por ella, si surgía- Té está perfecto para mí, gracias. –dijo alegremente antes de mirar de reojo a los dos chicos, pensando en que tal vez sería bueno presentarlos, así tal vez se soltaban a decir algo
-Hum, ellos son Obel, no sé si lo recordaras -admitió pensativa, realmente no tenía idea si lo recordaría. ¿Había llegado a decir Obel su nombre en el sueño compartido? No se acordaba, sinceramente. Habían pasado muchas cosas en ese entonces y para ese momento ella había estado aparte de ciega, sorda- Y él es Tayron, son de la misma cosecha y están en la sede conmigo. -los presento la evaki intentando allanarles un poco el camino de alguna forma.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
26/02/20, 04:14 pm
-¿Que yo voy provocando? - contestó Obel también en voz baja.- ¿Y tú qué, que vas con la cola fuera todo el día? - respondió en doble sentido.- Si a mi me tiran monedas por ser una estatua contigo podrían hacer un show de fantasmas y cobrar entrada - le sacó la lengua.
La cara que se formó en la puerta sorprendió al gárgola que se sobresaltó ligeramente. Una chica que a Obel le pareció muy guapa les abrió la puerta. Tenía cascos de caballo y un cuerno dorado en la frente, así como dos pares de ojos. Obel se planteó varias cosas en ese momento, una tan común como si aquella chica no sería también de Nubla. Y otras preguntándose si era posible que te gustase la gente con rasgos animales.
Pasó adentro y miró alrededor. Observó con mucha curiosidad a los diablillos moverse de un lado a otro mientras disponían y limpiaban.
-Gracias, eres muy amable - respondió también a la chica unicornio con un asentimiento de cabeza y sonrojándose levemente al pensar si esa chica trabajaría allí como prostituta.
Obel se sentó con cuidado, rezando para que la silla aguantase su peso. Observó con cuidado a Caín cuando entró en la sala, no tenía aquellas manos blancas saliendo de su espalda como en el sueño, así que el joven supuso que no había sido más que cosa de la pesadilla.
-Sí, disculpa que no hayamos dicho con anterioridad que veníamos - se disculpo Obel con atropello.- Oí a los chicos de Letargo decir que habíais sido muy amables y al escuchar tu nombre recordé que te debía una visita. Nunca supe qué te había ocurrido tras el sueño y... bueno, quería asegurarme de que estabas bien - el sonrojo fue más agresivo esta vez. ¿Qué rayos estaba diciendo Obel? ¿Que se preocupaba por un veterano que solo la Luna sabría cuantos años llevaba en la ciudad? Era ridículo desde luego.
-Té, sí. Té está bien, está bueno y no quiero molestar más de lo necesario... - Obel se obligó a callar, tenía la sensación de que cada vez metía más la pata.
La cara que se formó en la puerta sorprendió al gárgola que se sobresaltó ligeramente. Una chica que a Obel le pareció muy guapa les abrió la puerta. Tenía cascos de caballo y un cuerno dorado en la frente, así como dos pares de ojos. Obel se planteó varias cosas en ese momento, una tan común como si aquella chica no sería también de Nubla. Y otras preguntándose si era posible que te gustase la gente con rasgos animales.
Pasó adentro y miró alrededor. Observó con mucha curiosidad a los diablillos moverse de un lado a otro mientras disponían y limpiaban.
-Gracias, eres muy amable - respondió también a la chica unicornio con un asentimiento de cabeza y sonrojándose levemente al pensar si esa chica trabajaría allí como prostituta.
Obel se sentó con cuidado, rezando para que la silla aguantase su peso. Observó con cuidado a Caín cuando entró en la sala, no tenía aquellas manos blancas saliendo de su espalda como en el sueño, así que el joven supuso que no había sido más que cosa de la pesadilla.
-Sí, disculpa que no hayamos dicho con anterioridad que veníamos - se disculpo Obel con atropello.- Oí a los chicos de Letargo decir que habíais sido muy amables y al escuchar tu nombre recordé que te debía una visita. Nunca supe qué te había ocurrido tras el sueño y... bueno, quería asegurarme de que estabas bien - el sonrojo fue más agresivo esta vez. ¿Qué rayos estaba diciendo Obel? ¿Que se preocupaba por un veterano que solo la Luna sabría cuantos años llevaba en la ciudad? Era ridículo desde luego.
-Té, sí. Té está bien, está bueno y no quiero molestar más de lo necesario... - Obel se obligó a callar, tenía la sensación de que cada vez metía más la pata.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
26/02/20, 07:48 pm
Tayron rio con la broma de Samika tras su sorpresa porque escuchara el comentario, aunque no con las palabras de Obel, con quien fingió algo de molestia retirando la cola de su cercanía lo máximo posible.
-Discúlpanos a nosotros, no deberíamos estar susurrando en primer lugar- aunque menos mal que no estaba hablando mal de nadie, se lo apuntaría para la próxima- pues ya ves, a veces hay que quererlos así o se te suben a la espalda.
Poco después la puerta tomó forma perruna y dio paso a una joven con un cuerno dorado en la frente, quien les indicó que la siguieran. Tay no sabría discernir qué punto de todo aquello le llamaba más la atención, si la desconocida, los seres azules que adecentaban el lugar o el burdel en sí por dentro, el cual parecía bastante amplio y acogedor. Se tomó su tiempo mientras era conducido por la chica para observar los tapices y doseles, además del arco con farolillos que era la entrada, pero no se quedó atrás y tomó asiento junto con Obel y Samika en los cojines que se les ofrecían. A priori le gustaba, no solo porque no pareciera una trampa mortal.
El nuevo lémur continuó observando a los duendecillos mientras correteaban y hacían sus tareas un ratito más mientras esperaba con ansias quién podía ser la persona a la que su amigo y la evaki querían visitar. Así que esas eran las presencias que había advertido antes de entrar en el edificio, no era una sensación insistente como podía ser la de un fantasma pero estaba allí de lejos como en segundo plano y de manera dispersa, el chico podía decir que se extendía a todo el lugar. ¿Eran pequeños demonios o algo así?.
Pero por fin llegó Cain y el muchacho tuvo que luchar para no hacer notar que su aspecto despertaba curiosidad en él, lo mismo que la chica de melena blanca de antes. Lo primero que pensó fue que notaba a leguas que era un pez gordo aún si no supiera su identidad por palabras de su amigo, solo un verdadero jefazo se presentaría en kimono a recibir invitados desconocidos, y vaya kimono, por cierto. Sin embargo se quedó con el detalle de la línea negra tatuada bajo su ojo, era lo que más le gustaba.
-Sí, Tayron, encantado- respondió con agilidad tras Samika, le habría gustado presentarse él mismo pero no le molestó que lo hubiera hecho ella, y aún menos cuando dejó claro que vivían juntos en la Sede- aún no tengo nombre rocavarancolés- y le tendió una mano amistosa para que se la estrechara, al mismo tiempo que sonreía divertido por lo tímido que Obel se mostraba, pocas veces le había visto tan nervioso, aunque debía admitir que él mismo no paraba de tamborilear con los dedos en su rodilla izquierda- yo...- habría querido tomar aquel vino, la verdad, pero se decantó por seguir la estela del resto- un té estaría bien, gracias- y se dispuso a dejar que Samika y Obel llevaran la voz cantante, y al fin y al cabo él sobraba y no había compartido ninguna pesadilla de tal calibre, no quería perturbar lo que fuese que hablaran. Así que permaneció en silencio dando pequeños sorbitos aunque ruidosos a su té y observando sin parar de arriba a abajo tanto a Cain cuando creía que no le miraba como a todas las esquinas, como si algún empleado pudiese salir por arte de magia de ellas.
-Discúlpanos a nosotros, no deberíamos estar susurrando en primer lugar- aunque menos mal que no estaba hablando mal de nadie, se lo apuntaría para la próxima- pues ya ves, a veces hay que quererlos así o se te suben a la espalda.
Poco después la puerta tomó forma perruna y dio paso a una joven con un cuerno dorado en la frente, quien les indicó que la siguieran. Tay no sabría discernir qué punto de todo aquello le llamaba más la atención, si la desconocida, los seres azules que adecentaban el lugar o el burdel en sí por dentro, el cual parecía bastante amplio y acogedor. Se tomó su tiempo mientras era conducido por la chica para observar los tapices y doseles, además del arco con farolillos que era la entrada, pero no se quedó atrás y tomó asiento junto con Obel y Samika en los cojines que se les ofrecían. A priori le gustaba, no solo porque no pareciera una trampa mortal.
El nuevo lémur continuó observando a los duendecillos mientras correteaban y hacían sus tareas un ratito más mientras esperaba con ansias quién podía ser la persona a la que su amigo y la evaki querían visitar. Así que esas eran las presencias que había advertido antes de entrar en el edificio, no era una sensación insistente como podía ser la de un fantasma pero estaba allí de lejos como en segundo plano y de manera dispersa, el chico podía decir que se extendía a todo el lugar. ¿Eran pequeños demonios o algo así?.
Pero por fin llegó Cain y el muchacho tuvo que luchar para no hacer notar que su aspecto despertaba curiosidad en él, lo mismo que la chica de melena blanca de antes. Lo primero que pensó fue que notaba a leguas que era un pez gordo aún si no supiera su identidad por palabras de su amigo, solo un verdadero jefazo se presentaría en kimono a recibir invitados desconocidos, y vaya kimono, por cierto. Sin embargo se quedó con el detalle de la línea negra tatuada bajo su ojo, era lo que más le gustaba.
-Sí, Tayron, encantado- respondió con agilidad tras Samika, le habría gustado presentarse él mismo pero no le molestó que lo hubiera hecho ella, y aún menos cuando dejó claro que vivían juntos en la Sede- aún no tengo nombre rocavarancolés- y le tendió una mano amistosa para que se la estrechara, al mismo tiempo que sonreía divertido por lo tímido que Obel se mostraba, pocas veces le había visto tan nervioso, aunque debía admitir que él mismo no paraba de tamborilear con los dedos en su rodilla izquierda- yo...- habría querido tomar aquel vino, la verdad, pero se decantó por seguir la estela del resto- un té estaría bien, gracias- y se dispuso a dejar que Samika y Obel llevaran la voz cantante, y al fin y al cabo él sobraba y no había compartido ninguna pesadilla de tal calibre, no quería perturbar lo que fuese que hablaran. Así que permaneció en silencio dando pequeños sorbitos aunque ruidosos a su té y observando sin parar de arriba a abajo tanto a Cain cuando creía que no le miraba como a todas las esquinas, como si algún empleado pudiese salir por arte de magia de ellas.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
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