Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
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Rocavarancolia Rol
30 participantes
- Rocavarancolia Rol
Burdel de dama Espasmo
01/08/11, 01:16 am
Recuerdo del primer mensaje :
Edificio de cinco plantas de madera pulida con fachadas llenas de balcones y techadas con tejas azules. La entrada es un arco rectangular decorado con farolillos y da a una sala circular decorada con doseles y tapices. Una abertura atraviesa el edificio verticalmente, filtrando la luz que va a dar a una fuente de cristales de colores. Se utilizó como refugio para cosechados durante la primera cosecha pero actualmente es un negocio puesto en funcionamiento.
- Empleados del burdel:
Mephis
Género: Le da igual (usa principalmente pronombres femeninos)
Raza: Desconocida
Transformación: Cambiante.
Descripción física: Puede tener cualquier aspecto que desee pero su forma favorita es el de una persona menuda y andrógina, de rasgos finos y aniñados, enormes ojos azules con pestañas espesas , nariz algo respingona y una boca pequeña y carnosa. Salvo por petición expresa todo en ella es completamente blanco a excepción de los ojos, cuyo iris suele colorear de rosa o azul pálido. Esa es su marca personal, pues no quiere pasar desapercibida si no que se la reconozca al instante. Le gusta llevar el cabello rizado y por encima de los hombros. Suele usar maquillaje discreto, a excepción de los labios que le gusta pintar de distintos tonos de azul. Adora la ropa pomposa, como de muñeca, con muchos encajes y volantes y los adornos de flores para el pelo. Sus joyas favoritas son las perlas. Siempre viste colores claros.
Personalidad: Sus servicios son los más caros de todo el burdel ya que puede ser literalmente lo que el cliente desee y por eso mismo se lo tiene bastante creído. Su temperamento hace que resulte difícil de tratar aunque ha mejorado con los años gracias a la convivencia con sus compañeros. Con los clientes es complaciente pero sin perder la vena de princesita caprichosa que muchos encuentran encantadora. Le gusta ser el centro de atención y que la halaguen pero odia a la gente vulgar y que se tomen demasiadas confianzas con ella. Es muy demandante con Cain y él la consiente todo lo que puede. Prefiere pasar su tiempo libre a solas o en compañía de Zedrig o Cain, sus dos personas favoritas. Le encantan las flores y las rosas en particular, siempre tiene flores frescas en la habitación.
Jau
Género: Masculino.
Raza: Terrícola.
Trasformación: Licántropo tigre.
Descripción física: Es un tipo grande, de 1’97 de altura, espaldas anchas y cuerpo musculado. Tiene la mandíbula bien marcada, nariz recta y unos ojos penetrantes y brillantes de color ambarino. Su piel bronceada a veces muestra marcas más oscuras que imitan su pelaje animal. Le gusta llevar otros rasgos de su transformación parcial como la cola, los colmillos o nariz oscura. Lleva el pelo corto, rapado en la nuca degradado de negro a naranja. Le gusta demasiado ir sin camiseta y suele vestir pantalones anchos de algodón o de lino, y no más complementos que alguna pulsera de cuero. Tiene dos piercings en la parte superior de la oreja izquierda.
Personalidad: Es un tipo energético, muy amigable y de buen temperamento. Le gusta socializar y estar rodeado de gente y tiene muchos amigos fuera del burdel. Su presencia puede resultar algo intimidante al principio pero se disipa pronto una vez lo oyes hablar. Eso sí, aunque es difícil que se enfade cuando lo hace es terrible. Adora bailar, los deportes de equipo y en general cualquier actividad física que le permita quemar energía. No puede pasar mucho tiempo encerrado o se pone nervioso e irritable. A pesar de no ser mucho de adornos es coqueto a su manera y lleva una dieta y rutina de ejercicios muy estricta. Es el predilecto de Gahna y a menudo está reservado solo para ella.
Vivia
Género: Femenino.
Raza: Idrina.
Transformación: No tiene.
Descripción física: Es una joven de piel gris perla, finísima y delicada sin ningún tipo de marca ni cicatrices, algo increíble teniendo en cuenta que fue una esclava antes de llegar al burdel. Su cabello es liso y largo hasta media espalda y lo lleva teñido de verde pálido. Tiene los ojos verdes, grandes y almendrados, labios finos y orejas similares a las aletas de un pez. Su cuerpo es esbelto, de 1’67 de altura, con cuello fino y piernas bien torneadas. Es increíblemente flexible. Le gusta la ropa de colores claros y prefiere las telas ligeras y transpirables. No usa casi joyas salvo en ocasiones especiales o para complacer a algún cliente.
Personalidad: Se le da bien leer a las personas y ha desarrollado sus habilidades sociales para adaptarse a cualquier situación. Su vivacidad y encanto la hacen realmente popular, especialmente entre hechiceros y brujos ególatras, pues se le da muy bien halagar a la gente. A veces usa su habilidad para leer a las personas para manipularlas a su favor, y no es raro que consiga sacar más de un regalo. Le entusiasma la magia y tiene la habitación llena de cachivaches mágicos, además de libros de hechizos que nunca podrá utilizar. Cuando está cómoda deja salir su insaciable curiosidad. Es la mejor amiga de Ariven.
Ariven
Género: Femenino.
Raza: Nublina.
Transformación: Demonio del fuego arruinado (tiene una piedra de Luna incrustada en el pecho, sobre el escote).
Descripción física: Mide 1’72, de cuerpo bien trabajado, caderas anchas y pechos firmes. Su piel tiene un color rojizo y es bastante oscura. Sus ojos rasgados son como brasas encendidas y varían de color, pasando por distintos tonos anaranjados. A veces se tiñe la esclerótica y los dientes de negro. Tiene el cabello negro azabache, largo y ondulado, y le gusta recogérselo en trenzas, colas altas, moños... Posee una cola fina y larga terminada en punta de flecha y le gusta usar prótesis de cuernos que se cambia cada cierto tiempo. Puede chamuscar cosas tocándolas y tiene la capacidad de aumentar mucho su temperatura corporal, además de ser resistente al fuego; por desgracia su nivel de magia es menor de lo que debería y no tiene afinidad para la magia de invocación.
Personalidad: Es una chica pasional, pero mide sus acciones al milímetro y le gusta dar la impresión de que tiene todo bajo control. Tiene una fuerte presencia, por lo que no suele pasar desapercibida. Es dominante en la cama y algo sádica, le gustan los juegos y crear escenas, es lo que más disfruta de su trabajo. Es muy cariñosa con sus amistades. Le gusta reír y es aficionada a la bebida fuerte y las largas conversaciones sobre cualquier tema. También adora la música, ya sea escucharla, bailarla o incluso cantarla. Le encantan las joyas, siempre lleva pulseras o pendientes de algún metal precioso, y suele vestir con colores oscuros para que hagan contraste. Tiene preferencia por las telas vaporosas y las trasparencias aunque el trabajo le exija mucho cuero y látex. De diario usa mucha ropa terrícola. Es la mejor amiga de Vivia.
Zedrig
Género: Masculino.
Raza: Nublino.
Transformación: No tiene.
Descripción física: De complexión delgada y 1’73 de altura (alto para ser nublino). Su piel es blanca con moteado azul en hombros, sienes, inicio de la columna y caderas. Tuvo cicatrices que han sido curadas con magia aunque aún le queden en muslos y muñecas. Además tiene un complejo tatuaje rúnico en tinta blanca a lo largo de su columna. Sus manos terminan en garras pero a veces usa fundas de silicona para que no le estorben. Tiene el cabello azul oscuro y le gusta llevarlo corto y con flequillo. Sus ojos también son azules, oscuro en el iris y claro en la esclerótica. Suele vestir con ropa tradicional de su mundo, aunque también le gusta el estilo sinhadre y el asiático terrestre. No es de llevar muchos adornos fuera del trabajo pero le gustan las gargantillas y el maquillaje y recientemente las garras libenses.
Personalidad: Es dulce y complaciente. Pasivo, de pocas palabras y voz suave, casi tímida. Al menos es así como se presenta ante sus clientes. En la realidad es un chico retraído y desconfiado al que le desagradan las multitudes y la gente escandalosa. Gran observador, sabe leer el ambiente y cómo evitar los conflictos. Fue sujeto de experimentación mágica por lo que todo lo relacionado con ella le hace sentir incómodo y guarda cierto rencor contra algunos transformados. Es un poco cínico y puede llegar a ser bastante cruel con sus opiniones, aunque rara vez las comparta. La lectura es su pasatiempo favorito. Es el mejor amigo de Mephis.
Vanyme
Género: Masculino
Raza: Ulterano terra.
Transformación: No tiene.
Descripción física: Es alto (1’83) y esbelto, con musculatura ligera. Tiene el pelo morado berenjena, algo por debajo de los hombros y lo suele llevar trenzado y recogido en una cola alta. Sus rasgos son marcados y regios, aunque aún algo suaves debido a su juventud. Tiene la piel muy morena, con algunas cicatrices sin importancia en manos y pies que ha insistido en conservar. Sus ojos son dorados, ligeramente rasgados, y son los que le dan su nombre. Intenta vestir con ropa cómoda; faldas largas, pantalones anchos de tela fina y suave, algunos adornos de piel o hueso, pero ha terminado cediendo a las joyas de oro que Cain no para de regalarle. Ha desarrollado cierto gusto por los kimonos de seda y los bordados de tonos metálicos.
Personalidad: Muy tímido, todavía sobrepasado por la situación en la que se encuentra pero poco a poco abriéndose a los demás. Es dulce y tranquilo, de risa fácil cuando está rodeado de gente de confianza. Con los clientes es distante y taciturno, pero famoso por su delicadeza. Se ha convertido en un ávido lector y tiene mucho interés por el arte y la música (incluso está pensando en aprender a tocar algún instrumento). Le gustan muchísimo los animales; tiene dos conejitos como mascota.
Wheem
Género: masculino.
Especie: varmano granta.
Transformación: brujo de las opiaceas.
Descripción física: Mide 1’65 y es delgado aunque con una musculatura bien formada gracias al trabajo y el baile. Es ágil y elegante con sus movimientos. Su piel es oscura y tiene el cabello rojo y liso cortado a media melena que a veces se recoge en una coleta baja. Sus ojos son de un rojo muy oscuro y su nariz felina es negra. Casi siempre tiene un cigarrillo en la boca. Tiene múltiples pendientes en las orejas que se va cambiando a placer. Le gusta la ropa de su mundo: pantalones de vestir, camisas y chalecos, trajes de chaqueta, a veces algún sombrero… No le gusta usar maquillaje.
Personalidad: Es lo que se suele llamar un vividor, amante de los placeres de la vida y con la brújula moral estropeada desde antes de llegar a la ciudad. Directo, brusco y con un ácido sentido del humor, aunque también sabe endulzar sus palabras para conseguir sus objetivos. Apasionado del baile, la bebida y cualquier droga que se fume. Tiene un serio problema con el juego y sigue acumulando deudas por culpa de este. Aunque se queje a menudo, en el fondo no tiene muchos remilgos para con sus clientes.
Dama Circe
Género: Femenino
Raza: Terrícola
Transformación: Licántropo.
Descripción física: En su forma humana mide 1’60. Tiene curvas marcadas: caderas anchas, buen culo, pecho generoso y tripita. Su piel suele estar bronceada y no tiene más marcas que algún lunar y estrías ya cicatrizadas en los muslos. Los rasgos de su rostro son redondeados, si bien algo asalvajados por el brillo especial de sus ojos marrones o la chispa de su sonrisa. Su cabello es castaño y liso, y le gusta llevarlo corto. En su forma lobuna, su pelaje es pardo moteado, sus ojos están vascularizados y es más grande que un lobo normal. Tiene una forma de vestir llamativa y le gusta seguir como puede las últimas tendencias tanto de la Tierra como de Frivo. Adora los pendientes grandes y los estampados animales y siempre tiene la manicura a punto. Es muy raro verla sin maquillaje, aunque sea la raya del ojo.
Personalidad: Es algo salvaje e impulsiva. Se pica con facilidad, tiende tener rabietas y puede llegar a ser verdaderamente borde, pero también es muy juguetona y bromista. Es algo menos refinada que sus compañeras, muchas veces habla más de lo que debería y le traiciona el entusiasmo cuando algo capta su atención. A pesar de todo se preocupa por sus compañeros y resalta por su sentido del humor y su animosidad. Le encantan los eventos sociales y el barullo y estar al tanto de cualquier cotilleo. En su tiempo libre le gusta salir a bailar o a beber con sus amigos y recientemente se ha enganchado a las telenovelas frivys, en parte por las risas y en parte de verdad (también le gustan los dibujos animados de la Tierra y los realities). Mantiene sus precios bajos a propósito, ya que según ella le ofrecen una mayor diversidad de clientes y es más interesante; ya ha alcanzado el nivel de vida que quiere y no pretende aspirar a más.
Vlad (esporádico)
Género: Masculino.
Raza: Terrícola
Transformación: Incubo.
Descripción física: Es un hombre de 1’88 de alto, de presencia imponente. Tiene rasgos rasgos regios y elegantes, aunque su personalidad altiva a veces los arruinen. Su piel es pálida, adornada con diversas cicatrices y escarificaciones, cortesía de su ama. Tiene piercings en los pezones, al inicio del hueso pélvico y en la base del pene. Su cuerpo está bien trabajado pero con una musculación más estética que por trabajo físico. Apenas tiene vello corporal. Unos cuernos curvos asoman entre su melena oscura, larga y lisa. Tiene los ojos rojos y sus uñas son largas y negras. Su lengua es larga y sus dientes afilados, y posee una cola acabada en punta que se va oscureciendo desde la base hasta adquirir el tono rojizo de la sangre seca. Viste con ropa libense de buena calidad para trabajar: faldas largas, gargantillas de cuero, cadenas… De diario usa ropa formal terrícola.
Personalidad: La personificación del libertinaje. Aun conservando los modales y el porte de su pasado noble, su desproporcionada libido le hace tener la mente puesta siempre en el sexo, y es en estos momentos cuando tiene permiso para dar rienda suelta a sus múltiples fetiches. No es demasiado exigente y mantiene unos precios a veces ridículos, pues suele interesarle más la recarga de magia que el dinero, pero le gusta tomarse su tiempo en el cortejo, seduciendo y jugando con sus objetivos. Morboso y calculador, sumiso ante su única ama, Mánia, cuya autoridad reconoce aun por encima de la de Cain. Es un ávido lector, tanto de novela como de poesía, y un amante de la música clásica.
- Referencias visuales:
-Tablón del burdel
-Tablón de Mephis
-Planta baja y termas
-Primer y segundo piso
-Tercer y cuarto piso
- Ver mensajes archivados:
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
17/01/19, 01:16 pm
—Oh, de hecho me encontré con ellos justo antes de venir. Sobrevolando la bahía con la ballena voladora de Giz —respondió echándose a reír—. Están dando un buen espectáculo allí: atrajeron la atención de media ciudad. A ellos precisamente les pregunté dónde estabas. Pero, claro, te puedo acompañar hasta allí y tomar algo rápido.
No estaba segura de si iba a sentirse del todo cómoda en la taberna en una noche en la que estaría tan concurrida y además quería buscar a Kimbra antes de que terminase la noche ya que no la había visto todavía. Pero no quería rechazar por completo la invitación de Vac: siempre era divertido reunirse con aquel grupo y si alguien podía conseguir que no se sintiese intimidada en un lugar lleno de desconocidos sin duda eran ellos.
Volvió a agradecer a Cain, Vivia y los demás el té y la charla y salió del burdel tras el hado infernal, renovando los hechizos para no empaparse con la tormenta lunar y sintiendo la caricia del astro rojo con mayor intensidad una vez en el exterior.
Sigue en las calles.
No estaba segura de si iba a sentirse del todo cómoda en la taberna en una noche en la que estaría tan concurrida y además quería buscar a Kimbra antes de que terminase la noche ya que no la había visto todavía. Pero no quería rechazar por completo la invitación de Vac: siempre era divertido reunirse con aquel grupo y si alguien podía conseguir que no se sintiese intimidada en un lugar lleno de desconocidos sin duda eran ellos.
Volvió a agradecer a Cain, Vivia y los demás el té y la charla y salió del burdel tras el hado infernal, renovando los hechizos para no empaparse con la tormenta lunar y sintiendo la caricia del astro rojo con mayor intensidad una vez en el exterior.
Sigue en las calles.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
02/07/19, 10:16 pm
Llevaba toda la mañana con los nervios a flor de piel. Se había levantado temprano ante la imposibilidad de volver a pegar ojo y se había puesto en marcha para adecentarse, todo con la excursión al burdel en mente. No era solo el hecho de visitar una casa de placeres con menores, sino la posibilidad de conocer a otro cambiante como él. Cada vez que lo pensaba le entraban ganas de sacar la cabeza por la ventana y pegar un alarido, solo por expulsar el gusanillo que le revolvía pulmones, corazón y estómago. Había estado más nervioso el día de su entrevista de trabajo, pero aquellos nervios estaban hechos de otro material, uno más emocionado.
Tras una ducha y más de media hora delante del espejo, Rox estaba listo para salir. Aquel día llevaba el pelo en ondas revoltosa, en el equilibrio justo del desorden cuidado y el “me he despertado así”, de un color rosa salmón casi rubio. Había descubierto lo mucho que le gustaba el color apenas unos días atrás, cuando su charla con Adru y Nime. Se vistió con una camiseta de tirantes masculina negra lo suficientemente ancha como para que le sobrara por casi todos lados (lo prefería a verse embutido en ella), y unos vaqueros grises gastados, cuyo ruedo estaba algo recogido para que se vieran sus calcetines. Día a día iba haciendo pequeños cambios en su imagen para verse un poco más masculino que el día anterior, aun sin perder ese aire andrógino que buscaba. Lo prefería a un cambio radical de la noche a la mañana, algo sutil aunque ligeramente más rápido a la transición con hormonas que habría tenido en la Tierra.
Esperó en la entrada de la Sede por los más rezagados del grupo. No pudo evitar pasarse el camino haciendo coñas para relajar el ambiente -relajarse a sí mismo-, ya que aunque no fueran en horario de trabajo seguía siendo un burdel.
—A lo mejor me meto a puto —bromeó con una sonrisa para los mayores. Delante de los pequeños evitaba hacer alusión de la función del sitio—. Lo mismo pagan mejor que como modelo.
No lo decía nada en serio, adoraba su trabajo y ya le costaba demasiado entender a los alosexuales como para considerarlo siquiera.
Antes de lo imaginado llegaron a las puertas del establecimiento. Era extraño, pero le incomodaba lo bonito que era; mucho más elegante y menos roñoso que la mayoría de ruinas de la ciudad. No pegaba con su imagen de monstruos follando. Los chicos bien vestidos que habían visto fugazmente en la bahía trabajaban allí, y recordar el estilo que se gastaban consiguió calmarle un poco. No estaban entrando a un puticlub de carretera cualquiera, aunque tan solo esperaba no encontrarse ningún horror digno de despedidas de soltera dentro.
Tras una ducha y más de media hora delante del espejo, Rox estaba listo para salir. Aquel día llevaba el pelo en ondas revoltosa, en el equilibrio justo del desorden cuidado y el “me he despertado así”, de un color rosa salmón casi rubio. Había descubierto lo mucho que le gustaba el color apenas unos días atrás, cuando su charla con Adru y Nime. Se vistió con una camiseta de tirantes masculina negra lo suficientemente ancha como para que le sobrara por casi todos lados (lo prefería a verse embutido en ella), y unos vaqueros grises gastados, cuyo ruedo estaba algo recogido para que se vieran sus calcetines. Día a día iba haciendo pequeños cambios en su imagen para verse un poco más masculino que el día anterior, aun sin perder ese aire andrógino que buscaba. Lo prefería a un cambio radical de la noche a la mañana, algo sutil aunque ligeramente más rápido a la transición con hormonas que habría tenido en la Tierra.
Esperó en la entrada de la Sede por los más rezagados del grupo. No pudo evitar pasarse el camino haciendo coñas para relajar el ambiente -relajarse a sí mismo-, ya que aunque no fueran en horario de trabajo seguía siendo un burdel.
—A lo mejor me meto a puto —bromeó con una sonrisa para los mayores. Delante de los pequeños evitaba hacer alusión de la función del sitio—. Lo mismo pagan mejor que como modelo.
No lo decía nada en serio, adoraba su trabajo y ya le costaba demasiado entender a los alosexuales como para considerarlo siquiera.
Antes de lo imaginado llegaron a las puertas del establecimiento. Era extraño, pero le incomodaba lo bonito que era; mucho más elegante y menos roñoso que la mayoría de ruinas de la ciudad. No pegaba con su imagen de monstruos follando. Los chicos bien vestidos que habían visto fugazmente en la bahía trabajaban allí, y recordar el estilo que se gastaban consiguió calmarle un poco. No estaban entrando a un puticlub de carretera cualquiera, aunque tan solo esperaba no encontrarse ningún horror digno de despedidas de soltera dentro.
- InvitadoInvitado
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
03/07/19, 12:53 am
A Rena le costó asimilar el hecho de que iban a ir a un burdel de visita, y con los críos. Después de la resaca le contaron la conversación con los dos tipos elegantes de la bahía, a qué se dedicaban y que los habían invitado a merendar. Lo de pagar por sexo no le parecía raro, lo que sí le chocaba era que el negocio estuviese ya asentado y floreciendo cuando la ciudad tenía aún carencias de muchas cosas. A veces las prioridades de la gente de allí le desconcertaban.
Tuvo que preguntar a sus amigos un par de veces cómo vestir, porque aunque sabía que no iban en horario laboral no tenía muy claro si había algún tipo de código, y al final optó por unos vaqueros cortos desgastados, una camiseta negra y una camisa de cuadros verde y gris que debía ser lo menos dos tallas más grande. Como plus se pintó las uñas, algo que no había hecho desde bastante antes de que la cosecharan.
Por el camino le siguió un poco las bromas a Rox, también cuidando de que los críos no se enteraran.
-¿Qué dices? Seguro que a la primera polla de monstruo que veas te da la risa y te echan.
El edificio del burdel tenía un estilo que no había visto en su vida. Las tejas azules brillaban al sol como si las hubiesen pintado con esmalte y las ventanas de casi todas las plantas estaban abiertas de par en par. Pensó en lo luminosas que debían ser las habitaciones.
No les hizo falta llamar a ningún timbre ni gritarle a nadie, en cuanto se acercaron a la puerta de entrada esta se abrió y uno de los tipos elegantes les saludó, de forma más entusiasta en el caso de los críos. Era el bajito de orejas puntiagudas. A Rena le dio buena impresión, parecía un tipo majo. Llevaba una camisa blanca remangada y pulseras de cuero trenzado con escarabajos de plata que llamaron la atención de la irrense.
-Llegáis justo a tiempo, el jefe acaba de sacar las tortitas -dijo Wheem, invitándoles a pasar al interior.
El recibidor olía a incienso y flores frescas y estaba poco iluminado. Toda la luz venía del gran salón que se abría justo a continuación. Rena miró maravillada como el techo se alzaba hasta la cima del edificio, conectando todas las plantas. Las pareces del salón eran paneles correderos pintados con escenas de naturaleza, que eran en realidad un hechizo de censura que cubría las verdaderas pinturas. Habían montado una gran mesa baja que estaba atestada de comida y había divanes, cojines, pufs y cosas blanditas por todas partes donde sentarse. El otro chico elegante se levantó al instante de uno de los pufs y fue hacia ellos, o más bien hacia los críos. Llevaba un cesto de mimbre en las manos
-¡Eitne, mira! El señor Cain me los ha regalado
Vanyme mostró dos crías de conejo acurrucadas dentro de la cesta. Uno era pardo y el otro prácticamente negro a excepción de una mancha en la nariz.
-Aún no les he puesto nombre… Podéis ayudarme a elegirlos.
-Después de comer.
Cain hizo su aparición con dos platos con sendas torres de tortitas humeantes en las manos. Llevaba el cabello rubio recogido en una cola alta y la ropa más informal que le había visto nadie en mucho tiempo. Colocó los platos en la mesa y se presentó al grupo.
-Soy Cain, el dueño del burdel y jefe de todos estos sinvergüenzas. Nos alegra mucho que hayáis venido al final. Ponéos cómodos, los demás irán bajando.
Como si sus palabras fueran un hechizo todos oyeron un trote apresurado bajar por las escaleras. Vivia entró como un torbellino verde.
-¡Déjame verlos! ¡Déjame verlos! ¡Iiiiiiiiiih! ¡Son adorables! ¡Míralos! -dijo dando saltitos en el sitio. Respetaba el espacio personal de los novatos pero se había olvidado hasta de saludar.
-Perdonad a Vivia, a veces es demasiado entusiasta. -dijo Wheem poniendo ambas manos sobre los hombros de la idrina para que se estuviera quieta.
Ariven no tardó mucho en bajar, con una actitud mucho más calmada que su amiga, y así lo hicieron los demás. Pronto todos los prostitutos a excepción de Mephis estuvieron en la sala.
Tuvo que preguntar a sus amigos un par de veces cómo vestir, porque aunque sabía que no iban en horario laboral no tenía muy claro si había algún tipo de código, y al final optó por unos vaqueros cortos desgastados, una camiseta negra y una camisa de cuadros verde y gris que debía ser lo menos dos tallas más grande. Como plus se pintó las uñas, algo que no había hecho desde bastante antes de que la cosecharan.
Por el camino le siguió un poco las bromas a Rox, también cuidando de que los críos no se enteraran.
-¿Qué dices? Seguro que a la primera polla de monstruo que veas te da la risa y te echan.
El edificio del burdel tenía un estilo que no había visto en su vida. Las tejas azules brillaban al sol como si las hubiesen pintado con esmalte y las ventanas de casi todas las plantas estaban abiertas de par en par. Pensó en lo luminosas que debían ser las habitaciones.
No les hizo falta llamar a ningún timbre ni gritarle a nadie, en cuanto se acercaron a la puerta de entrada esta se abrió y uno de los tipos elegantes les saludó, de forma más entusiasta en el caso de los críos. Era el bajito de orejas puntiagudas. A Rena le dio buena impresión, parecía un tipo majo. Llevaba una camisa blanca remangada y pulseras de cuero trenzado con escarabajos de plata que llamaron la atención de la irrense.
-Llegáis justo a tiempo, el jefe acaba de sacar las tortitas -dijo Wheem, invitándoles a pasar al interior.
El recibidor olía a incienso y flores frescas y estaba poco iluminado. Toda la luz venía del gran salón que se abría justo a continuación. Rena miró maravillada como el techo se alzaba hasta la cima del edificio, conectando todas las plantas. Las pareces del salón eran paneles correderos pintados con escenas de naturaleza, que eran en realidad un hechizo de censura que cubría las verdaderas pinturas. Habían montado una gran mesa baja que estaba atestada de comida y había divanes, cojines, pufs y cosas blanditas por todas partes donde sentarse. El otro chico elegante se levantó al instante de uno de los pufs y fue hacia ellos, o más bien hacia los críos. Llevaba un cesto de mimbre en las manos
-¡Eitne, mira! El señor Cain me los ha regalado
Vanyme mostró dos crías de conejo acurrucadas dentro de la cesta. Uno era pardo y el otro prácticamente negro a excepción de una mancha en la nariz.
-Aún no les he puesto nombre… Podéis ayudarme a elegirlos.
-Después de comer.
Cain hizo su aparición con dos platos con sendas torres de tortitas humeantes en las manos. Llevaba el cabello rubio recogido en una cola alta y la ropa más informal que le había visto nadie en mucho tiempo. Colocó los platos en la mesa y se presentó al grupo.
-Soy Cain, el dueño del burdel y jefe de todos estos sinvergüenzas. Nos alegra mucho que hayáis venido al final. Ponéos cómodos, los demás irán bajando.
Como si sus palabras fueran un hechizo todos oyeron un trote apresurado bajar por las escaleras. Vivia entró como un torbellino verde.
-¡Déjame verlos! ¡Déjame verlos! ¡Iiiiiiiiiih! ¡Son adorables! ¡Míralos! -dijo dando saltitos en el sitio. Respetaba el espacio personal de los novatos pero se había olvidado hasta de saludar.
-Perdonad a Vivia, a veces es demasiado entusiasta. -dijo Wheem poniendo ambas manos sobre los hombros de la idrina para que se estuviera quieta.
Ariven no tardó mucho en bajar, con una actitud mucho más calmada que su amiga, y así lo hicieron los demás. Pronto todos los prostitutos a excepción de Mephis estuvieron en la sala.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
03/07/19, 05:03 pm
Para Pelusa aquella visita no era tan alarmante, habiendo trabajado en un burdel sabía bien que fuera de sus horarios de trabajo, los trabajadores tenían sus vidas normales y corrientes. Así que en ese aspecto imaginaba que estando por allí los pequeños pues no tendrían conversaciones demasiado explicitas.
Su mayor preocupación en realidad para esa ocasión fue, como siempre, la ropa. Había visto el estilo tanto de Wheem como de Vanyme y se le hacía extraño ir con harapos, cosa imposible ya de plantearse teniendo en su mente la voz de Dama Isis juzgando su ropa. Tenía actualmente por suerte algo más de ropa que antes, mayormente arreglos propios.
Por ello se decidió a llevar algo más cómodo que sus usuales vestidos. Un overol de pantalón corto de color blanco que se sujetaba al cuello y bajo este una sencilla blusa rosada de mangas cortas que dejaba descubierta su espalda para la salida de las alas. En sus pies y dando gracias, llevaba uno sencillos tenis blancos que por fin había conseguido tras trabajar con Dama Isis, y que adoraba porque no le bailaban en los pies, en conjunto con unos calcetines altos a rayas rosa y blancas. El poder llevar algo de su talla que no fuese falda o vestido, había sido un descubrimiento único para Pelusa, sin duda alguna.
Iba por tanto muy cómoda y tranquila junto a su grupo, entre los más ilusionados pequeños y las conversaciones más subidas de tono que compartían especialmente Rena y Rox. El comentario de Rox dicho claramente en coña, le recordó la charla que tuvieron con Isis tiempo atrás, sobre alguien con la misma trasformación que su amigo viviendo en el burdel.
-Se ve Rox, que te encanta el peligro y la adrenalina, queriendo hacer competencia al otro cambiante del burdel…empezando bien fuerte por aquí sin duda- comentó Dama Pelusa con un tono suave acompañado de un evidente tinte burlón, añadiendo aquello al comentario de Rena.
No tardaron demasiado en llegar al lugar que Wheem y Vanyme les habían mencionado. Ya solo la fachada del edificio era un gran contraste con buena parte de la ciudad y a la spriggan a pesar de no demostrarlo demasiado en sus facciones, realmente le impresiono. Se sintió pequeña ante la apariencia del lugar. Replegó un poco más sus alas en un instintivo acto de intentar hacerse aún más pequeña, cosa que le costó un poco.
Desde hacía un par de días sentía sus alas un poco más tiesas de lo normal, inusualmente más frágiles y no entendía él porqué. Aquello la tenía un poco preocupada, pero a las personas con alas a las que le había preguntado no les ocurría. <<Tengo que ser más cuidadosa con ellas…aunque no sé cómo cuidarlas en si >> pensó con un suave suspiro dejando momentáneamente de lado aquel pensamiento invasor, cuando sus antenas captaron el movimiento de la puerta del burdel abriéndose y confundida levanto la vista, viendo a Wheem dándoles la bienvenida.
Pelusa curiosa, se adentró y lo que la recibió hizo que abriera su boca de par en par. El lugar era gigastesco, increíblemente decorado con un estilo que no había visto en su vida y que distaba muchísimo de todos los edificios que hubiese visto hasta ahora en la ciudad. Por un instante Pelusa tuvo que mirar tras ellos, teniendo la impresión de que todo su grupo había sido trasladado a otra parte cuando atravesaron aquella puerta. El aroma que llenaba todo el lugar no era pesado, más si relajante.
La visión que le siguió a todo eso, que ya era más suficiente para sorprender a la spriggan, fue la mesa con comida, rodeada de cómodos asientos que podrían bien absorberte en su interior y nunca más desear salir de allí, de los blanditos que parecían. Pelusa se removió inquieta, resistiendo la infantil tentación de hundirse en uno de esos puff.
Pelusa observó tanto a Wheem como Vanyme, que se acercó a Eitne para enseñarle dos pequeños conejos. Pelusa miro al pequeño daeliciano ante eso. <<Esperemos que no seduzca a sus conejos y acabemos con dos mascotas más en el torreón y un señor enorme muy enfadado con nosotros>> viniendo de Eitne no le sonaría tan descabellado, incluso sino lo hacía aposta.
El olor a tortita invadió el lugar, mezclándose con el aroma de flores e incienso, y la comida ya servida y Pelusa volvió sus ojos lavanda hacia el chico rubio que lucía un poco mayor que sus propios amigos. Su presentación relajada como jefe del burdel aligero su postura y Pelusa hizo caso a sus palabras yéndose a sentar a uno de esos puff que había llamado su atención. Fue, como pensaba, medio tragada por uno de ellos y Pelusa tuvo que medio luchar por unos instantes para salir del cómodo cojín que parecía tener vida propia. En ello estaba intentando no dañarse las alas en el proceso cuando aparecieron a cuentagotas el resto de empleados. Tanta cara nueva saturó un poco a Pelusa y el ver a la chica de piel plata acercarse a ellos se puso nerviosa por un momento.
Se había acostumbrado de alguna forma al contacto físico con sus amigos, y aunque la chica que se llamaba Vivia no les tocó en ningún momento, para Dama Pelusa aun le costaba un poco abrirse con la gente.
-No hay que disculparse…creo, ser entusiasta está bien…hace las cosas más sencillas- expresó la spriggan levantando un poco su mano con la mayor dignidad que pudo reunir, que no era mucha, hundida en ese puff tal y como estaba. Esa situación de presentaciones colectivas le era un poco incomodas aun, pues siempre tenía la impresión de ser demasiado seca aun sino pretendía serlo. No era timidez lo que la invadía, ni siquiera cohibición en sí, era simple y llanamente no saber muy bien como relacionarse con extraños así de primeras.
- Mi nombre es Dama Pelusa, encantada de conocerles - sus ojos lavanda recorriendo a cada uno de los presentes con vivido interés mientras luchaba por acomodarse en el puff hasta lograrlo, agarrándose de Zobriel que andaba cerca para hacerlo, suspirando aliviada. Entonces por fin pudo permitirse darle un poco más de atención ahora si a sus tonos de piel, sus colas y variadas singularidades que los hacían tan llamativos y únicos por igual a ojos de Pelusa. Estando trabajando con Dama Isis, no podía evitar comprarles en su mente y era evidente quien ganaba en aquella competición, aunque desde luego los que vivían en el burdel no podían quejarse de no ser llamativos a sus distintas formas. Ver tanta diversidad de gente reunida en un mismo lugar le recordó a ella misma y sus amigos.
Tras esos pensamientos y con algo de dificultad por la falta de costumbre mostró una breve sonrisa que casi parecía una mueca inquietante, en dirección esta vez a Caín.
- Y las tortitas tienen muy buen aspecto, gracias. -era lo máximo que podía hacer, sus músculos faciales parecían reacios a moverse naturalmente.
Su mayor preocupación en realidad para esa ocasión fue, como siempre, la ropa. Había visto el estilo tanto de Wheem como de Vanyme y se le hacía extraño ir con harapos, cosa imposible ya de plantearse teniendo en su mente la voz de Dama Isis juzgando su ropa. Tenía actualmente por suerte algo más de ropa que antes, mayormente arreglos propios.
Por ello se decidió a llevar algo más cómodo que sus usuales vestidos. Un overol de pantalón corto de color blanco que se sujetaba al cuello y bajo este una sencilla blusa rosada de mangas cortas que dejaba descubierta su espalda para la salida de las alas. En sus pies y dando gracias, llevaba uno sencillos tenis blancos que por fin había conseguido tras trabajar con Dama Isis, y que adoraba porque no le bailaban en los pies, en conjunto con unos calcetines altos a rayas rosa y blancas. El poder llevar algo de su talla que no fuese falda o vestido, había sido un descubrimiento único para Pelusa, sin duda alguna.
Iba por tanto muy cómoda y tranquila junto a su grupo, entre los más ilusionados pequeños y las conversaciones más subidas de tono que compartían especialmente Rena y Rox. El comentario de Rox dicho claramente en coña, le recordó la charla que tuvieron con Isis tiempo atrás, sobre alguien con la misma trasformación que su amigo viviendo en el burdel.
-Se ve Rox, que te encanta el peligro y la adrenalina, queriendo hacer competencia al otro cambiante del burdel…empezando bien fuerte por aquí sin duda- comentó Dama Pelusa con un tono suave acompañado de un evidente tinte burlón, añadiendo aquello al comentario de Rena.
No tardaron demasiado en llegar al lugar que Wheem y Vanyme les habían mencionado. Ya solo la fachada del edificio era un gran contraste con buena parte de la ciudad y a la spriggan a pesar de no demostrarlo demasiado en sus facciones, realmente le impresiono. Se sintió pequeña ante la apariencia del lugar. Replegó un poco más sus alas en un instintivo acto de intentar hacerse aún más pequeña, cosa que le costó un poco.
Desde hacía un par de días sentía sus alas un poco más tiesas de lo normal, inusualmente más frágiles y no entendía él porqué. Aquello la tenía un poco preocupada, pero a las personas con alas a las que le había preguntado no les ocurría. <<Tengo que ser más cuidadosa con ellas…aunque no sé cómo cuidarlas en si >> pensó con un suave suspiro dejando momentáneamente de lado aquel pensamiento invasor, cuando sus antenas captaron el movimiento de la puerta del burdel abriéndose y confundida levanto la vista, viendo a Wheem dándoles la bienvenida.
Pelusa curiosa, se adentró y lo que la recibió hizo que abriera su boca de par en par. El lugar era gigastesco, increíblemente decorado con un estilo que no había visto en su vida y que distaba muchísimo de todos los edificios que hubiese visto hasta ahora en la ciudad. Por un instante Pelusa tuvo que mirar tras ellos, teniendo la impresión de que todo su grupo había sido trasladado a otra parte cuando atravesaron aquella puerta. El aroma que llenaba todo el lugar no era pesado, más si relajante.
La visión que le siguió a todo eso, que ya era más suficiente para sorprender a la spriggan, fue la mesa con comida, rodeada de cómodos asientos que podrían bien absorberte en su interior y nunca más desear salir de allí, de los blanditos que parecían. Pelusa se removió inquieta, resistiendo la infantil tentación de hundirse en uno de esos puff.
Pelusa observó tanto a Wheem como Vanyme, que se acercó a Eitne para enseñarle dos pequeños conejos. Pelusa miro al pequeño daeliciano ante eso. <<Esperemos que no seduzca a sus conejos y acabemos con dos mascotas más en el torreón y un señor enorme muy enfadado con nosotros>> viniendo de Eitne no le sonaría tan descabellado, incluso sino lo hacía aposta.
El olor a tortita invadió el lugar, mezclándose con el aroma de flores e incienso, y la comida ya servida y Pelusa volvió sus ojos lavanda hacia el chico rubio que lucía un poco mayor que sus propios amigos. Su presentación relajada como jefe del burdel aligero su postura y Pelusa hizo caso a sus palabras yéndose a sentar a uno de esos puff que había llamado su atención. Fue, como pensaba, medio tragada por uno de ellos y Pelusa tuvo que medio luchar por unos instantes para salir del cómodo cojín que parecía tener vida propia. En ello estaba intentando no dañarse las alas en el proceso cuando aparecieron a cuentagotas el resto de empleados. Tanta cara nueva saturó un poco a Pelusa y el ver a la chica de piel plata acercarse a ellos se puso nerviosa por un momento.
Se había acostumbrado de alguna forma al contacto físico con sus amigos, y aunque la chica que se llamaba Vivia no les tocó en ningún momento, para Dama Pelusa aun le costaba un poco abrirse con la gente.
-No hay que disculparse…creo, ser entusiasta está bien…hace las cosas más sencillas- expresó la spriggan levantando un poco su mano con la mayor dignidad que pudo reunir, que no era mucha, hundida en ese puff tal y como estaba. Esa situación de presentaciones colectivas le era un poco incomodas aun, pues siempre tenía la impresión de ser demasiado seca aun sino pretendía serlo. No era timidez lo que la invadía, ni siquiera cohibición en sí, era simple y llanamente no saber muy bien como relacionarse con extraños así de primeras.
- Mi nombre es Dama Pelusa, encantada de conocerles - sus ojos lavanda recorriendo a cada uno de los presentes con vivido interés mientras luchaba por acomodarse en el puff hasta lograrlo, agarrándose de Zobriel que andaba cerca para hacerlo, suspirando aliviada. Entonces por fin pudo permitirse darle un poco más de atención ahora si a sus tonos de piel, sus colas y variadas singularidades que los hacían tan llamativos y únicos por igual a ojos de Pelusa. Estando trabajando con Dama Isis, no podía evitar comprarles en su mente y era evidente quien ganaba en aquella competición, aunque desde luego los que vivían en el burdel no podían quejarse de no ser llamativos a sus distintas formas. Ver tanta diversidad de gente reunida en un mismo lugar le recordó a ella misma y sus amigos.
Tras esos pensamientos y con algo de dificultad por la falta de costumbre mostró una breve sonrisa que casi parecía una mueca inquietante, en dirección esta vez a Caín.
- Y las tortitas tienen muy buen aspecto, gracias. -era lo máximo que podía hacer, sus músculos faciales parecían reacios a moverse naturalmente.
- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
03/07/19, 07:51 pm
La gloriosa vida que Zobriel había soñado era como una roca que empezó a girar el día de la Luna Roja...y luego se quedo atorada por el mismo Zob. Aquel día, parecía que pequeñas piedrecillas estaban deslizándose debajo de la roca lista para caer de nuevo. De hecho aun recordaba con vergüenza el día de la fiesta y como lo habían ayudado con el alcohol. Era consciente de que quería decir gracias por eso, pero temía que lo recordaran como el mismo lo hacía: "el novato que se embriago con un solo vaso de alcohol"
El camino con todos los demás se le hizo bastante agradable, de hecho las gafas que le había regalado Dama Pelusa le servían mucho, y las usaba siempre, aunque trataba de quitárselas y mantenerlas cerca siempre que hablaba con alguien. No le parecía muy respetuoso tener esos lentes en una conversación y no quería regresar a la venda para cubrir sus ojos. A pesar de esos pequeños inconvenientes, la verdad es que Zobriel sabia, según lo que leyó sobre su transformación, que en algún momento lo podría controlar, e incluso aumentaría su poder, pero no quería practicar ni comprobar eso con nadie. Y, aunque se le había ocurrido una noche, dudaba que las abejas de Neil fueran un buen método para practicar.
No se metió mucho en las conversaciones de camino al burdel, y se alegro bastante de no tener que estar llevando a los enanos amarados. Pensaba que podría ser peor y que irían de un lado a otro saltando. Aun así en medio de todos los chistes y al final de todos se sentía como uno de los enanos. Incluso Pam ahora era DAMA Pelusa, lo que le daba cierta importancia. Debería pensar en su nombre con mas prisa. Al final cuando llegaron a su destino, el asombro le gano. El burdel era mucho, mucho, muchísimo mas lujoso que cualquiera de los edificios que había visitado hasta entonces. Lo que no dejaba de tener cierta ironía. Recordando a algunos de sus primos en Nubla, parecía hasta mas lógico enseñarles el burdel a los cosechados y decirles que eso era uno de los tantos premios si sobrevivían, incluso podría ser mucho más efectivo en cosechados de otros mundos.
Cuando entraron agradeció no haberse quitado los lentes, o sus ojos abiertos como platos hubieran podido causar algún malentendido. Sonrió moviendo una mano fugazmente para saludar a todos pero cuando el dueño se presento fue diferente. Solo inclino la cabeza como saludo ante Caín y se sentó después de ayudar a Pam. Algo le decía que aquel sujeto era mucho más temible que cualquiera de los seres con los que se habían encontrado en la cosecha, incluso aquel maldito monstruo que los....bueno incluso el, en la mente de Zob, parecía no ser nada contra la calma de Caín. El basilisco se sentó cuidando de no golpear a nadie con su cola y se quedo con la mente en blanco. De alguna manera sabía que allí no pasaría nada malo, estaba relajado así que se permitió tratar de mantenerse ocupado y no quedar con la boca abierta ni con hambre.
- A mi me gusstaria una por favor... Sin pensarlo sonrió y se quito los lentes, poniéndolos en su regazo y mirando hacia abajo para no cruzar miradas accidentalmente. Mucho gusto..
El camino con todos los demás se le hizo bastante agradable, de hecho las gafas que le había regalado Dama Pelusa le servían mucho, y las usaba siempre, aunque trataba de quitárselas y mantenerlas cerca siempre que hablaba con alguien. No le parecía muy respetuoso tener esos lentes en una conversación y no quería regresar a la venda para cubrir sus ojos. A pesar de esos pequeños inconvenientes, la verdad es que Zobriel sabia, según lo que leyó sobre su transformación, que en algún momento lo podría controlar, e incluso aumentaría su poder, pero no quería practicar ni comprobar eso con nadie. Y, aunque se le había ocurrido una noche, dudaba que las abejas de Neil fueran un buen método para practicar.
No se metió mucho en las conversaciones de camino al burdel, y se alegro bastante de no tener que estar llevando a los enanos amarados. Pensaba que podría ser peor y que irían de un lado a otro saltando. Aun así en medio de todos los chistes y al final de todos se sentía como uno de los enanos. Incluso Pam ahora era DAMA Pelusa, lo que le daba cierta importancia. Debería pensar en su nombre con mas prisa. Al final cuando llegaron a su destino, el asombro le gano. El burdel era mucho, mucho, muchísimo mas lujoso que cualquiera de los edificios que había visitado hasta entonces. Lo que no dejaba de tener cierta ironía. Recordando a algunos de sus primos en Nubla, parecía hasta mas lógico enseñarles el burdel a los cosechados y decirles que eso era uno de los tantos premios si sobrevivían, incluso podría ser mucho más efectivo en cosechados de otros mundos.
Cuando entraron agradeció no haberse quitado los lentes, o sus ojos abiertos como platos hubieran podido causar algún malentendido. Sonrió moviendo una mano fugazmente para saludar a todos pero cuando el dueño se presento fue diferente. Solo inclino la cabeza como saludo ante Caín y se sentó después de ayudar a Pam. Algo le decía que aquel sujeto era mucho más temible que cualquiera de los seres con los que se habían encontrado en la cosecha, incluso aquel maldito monstruo que los....bueno incluso el, en la mente de Zob, parecía no ser nada contra la calma de Caín. El basilisco se sentó cuidando de no golpear a nadie con su cola y se quedo con la mente en blanco. De alguna manera sabía que allí no pasaría nada malo, estaba relajado así que se permitió tratar de mantenerse ocupado y no quedar con la boca abierta ni con hambre.
- A mi me gusstaria una por favor... Sin pensarlo sonrió y se quito los lentes, poniéndolos en su regazo y mirando hacia abajo para no cruzar miradas accidentalmente. Mucho gusto..
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Personajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
10/07/19, 12:23 am
Algunos días después de la fiesta en la bahía los letarguinos se reunieron para ir de visita al burdel, como habían acordado con Vanyme y Wheem. Milo estaba algo nervioso por la excursión y aunque procuraba no reflejarlo en su postura mientras caminaba se le notaba un poco en la mirada que no paraba de dirigir a todas partes. Sabía que no iban en horario de trabajo y los dos chicos habían asegurado que no molestaban, pero el irrense no podía evitar preocuparse por como iban a interpretar todo aquello los más pequeños. Él mismo, que se suponía uno de los adultos del grupo, no sabía como iba a interpretar todo aquello. En Irraria los burdeles no eran algo muy común y menos para alguien en busca y captura que no podía detenerse mucho en ninguna parte, por eso la ocupación de los empleados de aquel negocio se le antojaba tan extraña.
—¿Enserio? —no pudo evitar responder al comentario del cambiante con cierta incredulidad, aunque se apresuró en carraspear a continuación para restarle peso a su pregunta mientras pensaba detenidamente en ello. Imaginarse al coreano como un chico de placer no le hacía mucha gracia, pero por alguna razón que se le escapaba no pudo evitar ruborizarse un poco ante la idea—. ¡P-pagar por tirarte a alguien que te gusta me parece contraproducente! —concluyó al final con cierta exclamación, aunque en susurros para que los enanos no le oyeran.
No estaba muy dispuesto a discutir aquel punto si los otros le reclamaban de vuelta y, por suerte, la aparición de la fachada del Burdel de Dama Espasmo al doblar una esquina le dio una buena excusa para guardar silencio y quedarse con la boca abierta. El edificio era espectacular y desentonaba muchísimo con la estampa general que lucía la ciudad, pero lo más bonito en opinión del norteño era el tejado. El color azul de las tejas resultaba hipnótico y el chico apenas podía apartar la mirada.
—De repente no me siento con clase suficiente como para entrar ahí... —murmuró para nadie en particular, tirando con los dedos del bajo de su camiseta de manga corta con expresión ligeramente abatida. Completaban su conjunto unos vaqueros desgastados, unas zapatillas blancas y una cazadora fina con la que estaba bastante cómodo, pero iba demasiado informal para un lugar como aquel.
Cuando la puerta se abrió el moreno siguió a los demás al interior sin dejar de mirar a todas partes, tratando de no parecer un paleto cualquiera mientras se esforzaba por no correr de una talla a otra con expresión ilusionada. El edificio por dentro era aún mas espectacular que por fuera y sus habitantes, que fueron apareciendo poco a poco, eran igual de llamativos. A pesar de las palabras de bienvenida de Cain Milo no podía evitar sentirse un cero a la izquierda al estar rodeado de tanto lujo, pero hizo acopio de todo su aplomo como criminal antisistema y logró presentarse sin tartamudear ni una sola vez tras la aparición del torbellino verde al que el varmano identificó como Vivia.
—Yo me llamo Milo, un placer conoceros a todos. —saludó, alzando la mano a la manera irrense por puro reflejo.
—Pues yo soy Vac y también es un placer, chico —le respondió un hombre alto mientras salía de la cocina y le devolvía el gesto con una mueca divertida: sin implante era un saludo del todo fútil y ambos lo sabían—. ¿Alguien quiere galletas? —preguntó a continuación, dejando una bandeja de las susodichas recién echas junto al resto de comida antes de sentarse en uno de los cojines libres con una media sonrisa prendida en su rostro oscuro.
El hado infernal llevaba un camisa blanca abierta a la altura del pecho y se había recogido los puños hasta los codos para cocinar con libertad, dejando a la vista varios brazaletes y pulseras de oro que iban a juego con sus pendientes. Unos pantalones de lino oscuros y algo holgados completaban su atuendo, dándole un aspecto algo más informal que el de sus compañeros a pesar de las joyas, pero las lustrosas alas rojas a su espalda eran bastante llamativas y no lograba pasar desapercibido.
Había estado a punto de no asistir a la fiesta por no abrumar a los invitados con más gente de la que podían manejar, pues casi la plantilla del burdel al completo estaba presente en aquella merienda, pero Wheem le había hablado de la pequeña spriggan y sentía demasiada curiosidad. Ya había repasado a todos los letarguinos con la mirada para cuando se sentó en el cojín, pero había prestado especial atención a la mona del queso de la expresión rígida. «Seguro que nadie le ha dicho como se cuidan sus alas...» pensó para si, entornando los ojos con preocupación al ver el estado de sus frágiles apéndices. No fue el primero en abordarla, sin embargo, y aunque estaba claro que las reuniones sociales no eran el fuerte de su diminuta pariente de transformación dejó que fuera ella la que se fijara en la similitudes que compartían.
—¿Alguien quiere café? —preguntó a nadie en particular, llenando su taza generosamente antes de ofrecerse a servir a cualquier interesado.
—¿Enserio? —no pudo evitar responder al comentario del cambiante con cierta incredulidad, aunque se apresuró en carraspear a continuación para restarle peso a su pregunta mientras pensaba detenidamente en ello. Imaginarse al coreano como un chico de placer no le hacía mucha gracia, pero por alguna razón que se le escapaba no pudo evitar ruborizarse un poco ante la idea—. ¡P-pagar por tirarte a alguien que te gusta me parece contraproducente! —concluyó al final con cierta exclamación, aunque en susurros para que los enanos no le oyeran.
No estaba muy dispuesto a discutir aquel punto si los otros le reclamaban de vuelta y, por suerte, la aparición de la fachada del Burdel de Dama Espasmo al doblar una esquina le dio una buena excusa para guardar silencio y quedarse con la boca abierta. El edificio era espectacular y desentonaba muchísimo con la estampa general que lucía la ciudad, pero lo más bonito en opinión del norteño era el tejado. El color azul de las tejas resultaba hipnótico y el chico apenas podía apartar la mirada.
—De repente no me siento con clase suficiente como para entrar ahí... —murmuró para nadie en particular, tirando con los dedos del bajo de su camiseta de manga corta con expresión ligeramente abatida. Completaban su conjunto unos vaqueros desgastados, unas zapatillas blancas y una cazadora fina con la que estaba bastante cómodo, pero iba demasiado informal para un lugar como aquel.
Cuando la puerta se abrió el moreno siguió a los demás al interior sin dejar de mirar a todas partes, tratando de no parecer un paleto cualquiera mientras se esforzaba por no correr de una talla a otra con expresión ilusionada. El edificio por dentro era aún mas espectacular que por fuera y sus habitantes, que fueron apareciendo poco a poco, eran igual de llamativos. A pesar de las palabras de bienvenida de Cain Milo no podía evitar sentirse un cero a la izquierda al estar rodeado de tanto lujo, pero hizo acopio de todo su aplomo como criminal antisistema y logró presentarse sin tartamudear ni una sola vez tras la aparición del torbellino verde al que el varmano identificó como Vivia.
—Yo me llamo Milo, un placer conoceros a todos. —saludó, alzando la mano a la manera irrense por puro reflejo.
—Pues yo soy Vac y también es un placer, chico —le respondió un hombre alto mientras salía de la cocina y le devolvía el gesto con una mueca divertida: sin implante era un saludo del todo fútil y ambos lo sabían—. ¿Alguien quiere galletas? —preguntó a continuación, dejando una bandeja de las susodichas recién echas junto al resto de comida antes de sentarse en uno de los cojines libres con una media sonrisa prendida en su rostro oscuro.
El hado infernal llevaba un camisa blanca abierta a la altura del pecho y se había recogido los puños hasta los codos para cocinar con libertad, dejando a la vista varios brazaletes y pulseras de oro que iban a juego con sus pendientes. Unos pantalones de lino oscuros y algo holgados completaban su atuendo, dándole un aspecto algo más informal que el de sus compañeros a pesar de las joyas, pero las lustrosas alas rojas a su espalda eran bastante llamativas y no lograba pasar desapercibido.
Había estado a punto de no asistir a la fiesta por no abrumar a los invitados con más gente de la que podían manejar, pues casi la plantilla del burdel al completo estaba presente en aquella merienda, pero Wheem le había hablado de la pequeña spriggan y sentía demasiada curiosidad. Ya había repasado a todos los letarguinos con la mirada para cuando se sentó en el cojín, pero había prestado especial atención a la mona del queso de la expresión rígida. «Seguro que nadie le ha dicho como se cuidan sus alas...» pensó para si, entornando los ojos con preocupación al ver el estado de sus frágiles apéndices. No fue el primero en abordarla, sin embargo, y aunque estaba claro que las reuniones sociales no eran el fuerte de su diminuta pariente de transformación dejó que fuera ella la que se fijara en la similitudes que compartían.
—¿Alguien quiere café? —preguntó a nadie en particular, llenando su taza generosamente antes de ofrecerse a servir a cualquier interesado.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
10/07/19, 11:38 pm
Vestía la misma ropa que durante la fiesta de los dragones, ya que había asociado que era un atuendo elegante y, al mismo tiempo, le resultaba cómodo y bonito. Los pantalones negros anchos y la camisa con estampado de conejitos de colores eran su primer traje “de gala” por así decirlo. Al igual que el resto, el gamusino se encontraba anonadado por el edificio en el que acababan de entrar. Incluso si no entendía mucho del asunto y su interés no era académico en absoluto, sí que sabía apreciar cuando algo tenía mucho detalle y esfuerzo y la decoración de aquel lugar dejaban claro que alguien había invertido mucho tiempo en hacer que uno pensase “guau” al entrar. O al menos así era como lo describiría la sinhadre si le preguntasen. Miraba a todas partes sin disimulo alguno, conteniendo las ganas de tocar las cortinas o los cojines para comprobar si eran tan suaves como parecían. Apareció el brujo que les había dado las flores a Neil y ella, sobre quién preguntó disimuladamente a este último su nombre ya que lo había olvidado, y lo saludó con entusiasmo. Su atención se centró de inmediato en Vanyme, no obstante, y se acercó de un pequeño brinco a observar los pequeños animales que este le mostraba a la bestia del crepúsculo.
—¡Son pequeños gamusinos! —exclamó sonriendo ampliamente.
Por supuesto sabía de sobra que se trataba de conejos, pero el edeel se referiría a partir de entonces a los roedores de largas orejas y pomposas colas como las suyas de aquella manera. No era algo que hubiera decidido conscientemente, simplemente era lógico.
No mucho después aparecieron el dueño del lugar, a quien iban a visitar para que ayudase a Guille con su dominio, y una chica que le recordó a aquella que les había llevado el cadáver de Ina durante el día de la Pesadilla. No quería empañar aquella visita con un recuerdo tan triste, por lo que el gamusino decidió ignorar deliberadamente el pensamiento. La actitud entusiasta de la chica, rivalizando con la suya propia, le hizo mucho más fácil la tarea y no tardó mucho en imitarla dando saltitos. Justo cuando Pelusa hablaba sobre que ser entusiasta no era algo malo.
—¡Hola, yo soy Adru, el gamusino! También podéis llamarme Capi —anunció orgullosamente, cruzándose de brazos mientras sonreía con descaro.
Rox había comenzado a llamarle así y le había gustado aquella forma más corta y carente de género.
Aceptó la oferta de asiento y tortitas, aunque se movía inquieto en el sillón mientras empezaba a bajar aún más gente, no queriendo perderse a nadie. Intentaba adivinar sus transformaciones, pero solo logró distinguir a la demonio del fuego ya que una chica con esa misma transformación vivía en la Sede. Quizás muchos fuesen brujos o licántropos como varios de sus amigos. Aunque sin duda el que más llamó su atención fue aquel hombre tan alto que guardaba muchas similitudes con la mona del queso. Su piel era de color negro profundo y sus alas rojas, pero colores aparte el parecido con la spriggan era evidente.
—Hala, ¿eres un spriggan tú también? —preguntó sin ningún reparo mientras se llevaba un trozo de tortita a la boca y aceptaba una de las galletas que Vac ofrecía—. Café no, gracias.
Por suerte para sus amigos el café no le gustaba, era demasiado amargo.
—¡Son pequeños gamusinos! —exclamó sonriendo ampliamente.
Por supuesto sabía de sobra que se trataba de conejos, pero el edeel se referiría a partir de entonces a los roedores de largas orejas y pomposas colas como las suyas de aquella manera. No era algo que hubiera decidido conscientemente, simplemente era lógico.
No mucho después aparecieron el dueño del lugar, a quien iban a visitar para que ayudase a Guille con su dominio, y una chica que le recordó a aquella que les había llevado el cadáver de Ina durante el día de la Pesadilla. No quería empañar aquella visita con un recuerdo tan triste, por lo que el gamusino decidió ignorar deliberadamente el pensamiento. La actitud entusiasta de la chica, rivalizando con la suya propia, le hizo mucho más fácil la tarea y no tardó mucho en imitarla dando saltitos. Justo cuando Pelusa hablaba sobre que ser entusiasta no era algo malo.
—¡Hola, yo soy Adru, el gamusino! También podéis llamarme Capi —anunció orgullosamente, cruzándose de brazos mientras sonreía con descaro.
Rox había comenzado a llamarle así y le había gustado aquella forma más corta y carente de género.
Aceptó la oferta de asiento y tortitas, aunque se movía inquieto en el sillón mientras empezaba a bajar aún más gente, no queriendo perderse a nadie. Intentaba adivinar sus transformaciones, pero solo logró distinguir a la demonio del fuego ya que una chica con esa misma transformación vivía en la Sede. Quizás muchos fuesen brujos o licántropos como varios de sus amigos. Aunque sin duda el que más llamó su atención fue aquel hombre tan alto que guardaba muchas similitudes con la mona del queso. Su piel era de color negro profundo y sus alas rojas, pero colores aparte el parecido con la spriggan era evidente.
—Hala, ¿eres un spriggan tú también? —preguntó sin ningún reparo mientras se llevaba un trozo de tortita a la boca y aceptaba una de las galletas que Vac ofrecía—. Café no, gracias.
Por suerte para sus amigos el café no le gustaba, era demasiado amargo.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
14/07/19, 05:18 pm
Nime no se mostraba impresionada por la inminente visita a un burdel, pero interiormente sentía una gran curiosidad. Poco era lo que sabía de aquella clase de lugares, pero eso solo los hacía más interesantes. Habían conocido ya a algunos de los que vivían allí y no le habían dado ningún miedo. Ni siquiera los demonios, aunque no se le había olvidado que tenía que andarse con cuidado con ellos.
Como sabía que era de buena educación, escogió ropa que no estuviese rota y no diese mala imagen, como unos pantalones cortos vaqueros y una camiseta azul que se ataba detrás del cuello y dejaba la espalda al aire. Con todos aquellos cristales, y cada día parecían salirle más, era imposible no estropear las prendas. También se pintó los ojos lo mejor que pudo, esta vez tomando prestado maquillaje de verdad. Después de usar el carbón le habían escocido los ojos durante días.
Quien los recibió fue precisamente Wheem, a quien ya conocía, junto con un olor delicioso que salía del interior.
—¡Hola! —saludó agitando la mano, y entró con los demás.
Si la parte exterior ya le había impresionado por su arquitectura, el interior le hizo querer tocarlo todo. Particularmente le encantaría tirarse en plancha sobre los cojines gigantes del salón.
Hicieron su aparición más personas entre tanto: el jefe de aquel lugar, un hombre con un porte que de verdad le hacía creer que lo era, el chico al que le había escupido también, y una chica que chilló al verlos y la dejó un tanto desconcertada. Poco a poco se unieron muchos más. Nime se tomó la libertad de acercarse a los conejitos también, y se los quedó mirando. Eran peluditos como crías de gato, y parecían incluso más suaves.
—¿Puedo… puedo tocar? —preguntó, casi suplicando.
Algunos habían empezado a presentarse entre tanto. Era un buen momento, ahora que parecían estar todos presentes, así que empezó a centrar su atención en las caras nuevas, una por una. Algunos se notaba mucho que estaban transformados, pero muchos otros no tanto, o directamente no identificaba su especie de partida. Si quería saber lo que eran, no le quedaba otra que estar atenta a sus presentaciones.
—¡Yo soy Nime! —dijo, haciéndose oír. Su mirada se clavó entonces en la bebida que ofrecía el spriggan oscuro, pero aunque no la había probado nunca prefirió quedarse cerca de los conejos un poquito más. Habría tiempo para todo.
Como sabía que era de buena educación, escogió ropa que no estuviese rota y no diese mala imagen, como unos pantalones cortos vaqueros y una camiseta azul que se ataba detrás del cuello y dejaba la espalda al aire. Con todos aquellos cristales, y cada día parecían salirle más, era imposible no estropear las prendas. También se pintó los ojos lo mejor que pudo, esta vez tomando prestado maquillaje de verdad. Después de usar el carbón le habían escocido los ojos durante días.
Quien los recibió fue precisamente Wheem, a quien ya conocía, junto con un olor delicioso que salía del interior.
—¡Hola! —saludó agitando la mano, y entró con los demás.
Si la parte exterior ya le había impresionado por su arquitectura, el interior le hizo querer tocarlo todo. Particularmente le encantaría tirarse en plancha sobre los cojines gigantes del salón.
Hicieron su aparición más personas entre tanto: el jefe de aquel lugar, un hombre con un porte que de verdad le hacía creer que lo era, el chico al que le había escupido también, y una chica que chilló al verlos y la dejó un tanto desconcertada. Poco a poco se unieron muchos más. Nime se tomó la libertad de acercarse a los conejitos también, y se los quedó mirando. Eran peluditos como crías de gato, y parecían incluso más suaves.
—¿Puedo… puedo tocar? —preguntó, casi suplicando.
Algunos habían empezado a presentarse entre tanto. Era un buen momento, ahora que parecían estar todos presentes, así que empezó a centrar su atención en las caras nuevas, una por una. Algunos se notaba mucho que estaban transformados, pero muchos otros no tanto, o directamente no identificaba su especie de partida. Si quería saber lo que eran, no le quedaba otra que estar atenta a sus presentaciones.
—¡Yo soy Nime! —dijo, haciéndose oír. Su mirada se clavó entonces en la bebida que ofrecía el spriggan oscuro, pero aunque no la había probado nunca prefirió quedarse cerca de los conejos un poquito más. Habría tiempo para todo.
- Cuervo
Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mentalPersonajes : ·Guillermo: Humano Brujo de las Pendicularia
·Sarah: Humana y enterradora
Armas : ·Guillermo: ¿El poder de la amistad? y manos.
·Sarah: Lanza y pala
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
17/07/19, 04:39 pm
Guille se despertó muy ilusionado, no acababa de entender que era un burdel, pero la idea de conocer a mas gente e ir de excursión le tenia entusiasmado. Se vistió corriendo con lo primero que pillo. Y se quedo entre la cocina y la salida metiendo prisa a cada uno de sus amigos. No solo iban a pasárselo bien, sino que también le iban a enseñar a mejorar su habilidad como brujo.
Durante todo el camino fue pegando brincos he intentado ir más rápidamente, para entretenerse cogió un palo del suelo e iba dando golpecitos a las piedras del camino. A lo que las pendicularias kétchup y mostaza hicieron acto de presencia y empezaron a imitar a Guillermo por detrás de él.
Cuando llegaron Guille saludo al hombre que les estaba esperando en la puerta, pero basto con decir la palabra tortitas para que corriera todo lo que podía hacia dentro, una vez dentro se lanzo contra los pufs y las cosas blanditas donde sentarse.
Pronto la sala empezó a llenarse con mas y mas gente, en contra del sentido común, Guillermo se ilusionaba de ver a tanta gente reunida tan diferente. Así que hablo muy contento, presentándose.
-Holaaaaaa! Soy Guille y creo…-Buscando con la mirada a las pendicularias- esas son Kétchup y mostaza- que venían todavía con los palos a lo que Guillermo grito a tiempo- AAAAAA NOOOO DEIS A NADAAAAAAAAA - a lo que Ketchup se quedo paralizada en el aire apunto de dar a uno de los muebles.
-TORTITAAAASS!- dijo viendo venia Cain con la bandeja.
Durante todo el camino fue pegando brincos he intentado ir más rápidamente, para entretenerse cogió un palo del suelo e iba dando golpecitos a las piedras del camino. A lo que las pendicularias kétchup y mostaza hicieron acto de presencia y empezaron a imitar a Guillermo por detrás de él.
Cuando llegaron Guille saludo al hombre que les estaba esperando en la puerta, pero basto con decir la palabra tortitas para que corriera todo lo que podía hacia dentro, una vez dentro se lanzo contra los pufs y las cosas blanditas donde sentarse.
Pronto la sala empezó a llenarse con mas y mas gente, en contra del sentido común, Guillermo se ilusionaba de ver a tanta gente reunida tan diferente. Así que hablo muy contento, presentándose.
-Holaaaaaa! Soy Guille y creo…-Buscando con la mirada a las pendicularias- esas son Kétchup y mostaza- que venían todavía con los palos a lo que Guillermo grito a tiempo- AAAAAA NOOOO DEIS A NADAAAAAAAAA - a lo que Ketchup se quedo paralizada en el aire apunto de dar a uno de los muebles.
-TORTITAAAASS!- dijo viendo venia Cain con la bandeja.
- ☽◯☾:
BRUJA 1.ªHabla.BRUJA 2.ªPregúntanos.BRUJA 3.ªÁ todo te responderemos.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
23/07/19, 11:59 pm
Eitne había optado por un peto vaquero y una camiseta amarilla. En el pie que aún conservaba, calzaba una zapatilla blanca a la que ya le había hecho algún que otro churrete por el camino. Ahora que levitaba con soltura, al niño le gustaba jugar a “hacer malabares”: dar vueltas en el aire, apoyarse en paredes con la pata para coger impulso… Los giros mareantes eran sus preferidos, sobre todo cuando él frenaba pero la realidad seguía moviéndose.
Cuando llegaron al burdel, descendió al suelo y se valió de las muletas para avanzar. El lugar era precioso, olía muy bien y era agradable a la vista, lo que le llevó a pensar que posiblemente era uno de los mejores sitios de la ciudad. Eso y que ya quería volver otro día.
—¡Hola, Wheem! ¡Hola, Vanyme! —El daeliciano los saludó con el nivel de efusividad de “ya os conozco” y luego se quedó brevemente distraído por el hado que se acababa de presentar. Así hasta que Vanyme llegó a él y bajó la vista para ver qué contenía la cesta—. ¡Ala! ¡Son preciosos! Yo te puedo ayudar a ponerles nombres, se me da muy bien llamar cosas —aseguró. Su voz resonaba con libertad y llenaba de cascabeles los oídos de todos los presentes.
Les cortó un señor con un solo ojo que, quizás en un tiempo lejano, habría asustado al niño. En esta ocasión Eitne le saludó con un movimiento de mano y una sonrisa de oreja a oreja. Asintió (guardó en su memoria que después de comer podrían ver mejor a los animalitos) y se sentó a la mesa. Las tortitas olían de lujo.
—Yo me llamo Eitne —se presentó para los que acababan de llegar—. ¿Y vosotros?
Volvió a mirar las tortitas, que llamaban poderosamente su atención. No lo sabía en ese momento, pero más tarde sabría que le habían recordado a su antigua casa, a la sensación de seguridad suprema que solo conseguía su yaya con las magdalenas de colores. No era muy descabellado, porque el burdel le parecía tan grandioso que lo imaginaba inexpugnable.
—Gracias por las tortitas, señor Caín. ¿Puedo coger una? ¿Y puedo querer café de Vac? —la primera pregunta iba para el brujo de los demonios, la segunda para los adultos de su propio grupo. Sabía que el café ponía a la gente muy nerviosa, pero también que quería probarlo con muchas ganas.
De vez en cuando miraba a Vanyme y miraba atentamente para ver sus dientes puntiagudos, en otras ocasiones desviaba la atención a la mesa o a la cesta con los conejitos. Todo de forma poco disimulada, porque el niño no sabía que hiciera falta disimulo para ver algo bonito.
Cuando llegaron al burdel, descendió al suelo y se valió de las muletas para avanzar. El lugar era precioso, olía muy bien y era agradable a la vista, lo que le llevó a pensar que posiblemente era uno de los mejores sitios de la ciudad. Eso y que ya quería volver otro día.
—¡Hola, Wheem! ¡Hola, Vanyme! —El daeliciano los saludó con el nivel de efusividad de “ya os conozco” y luego se quedó brevemente distraído por el hado que se acababa de presentar. Así hasta que Vanyme llegó a él y bajó la vista para ver qué contenía la cesta—. ¡Ala! ¡Son preciosos! Yo te puedo ayudar a ponerles nombres, se me da muy bien llamar cosas —aseguró. Su voz resonaba con libertad y llenaba de cascabeles los oídos de todos los presentes.
Les cortó un señor con un solo ojo que, quizás en un tiempo lejano, habría asustado al niño. En esta ocasión Eitne le saludó con un movimiento de mano y una sonrisa de oreja a oreja. Asintió (guardó en su memoria que después de comer podrían ver mejor a los animalitos) y se sentó a la mesa. Las tortitas olían de lujo.
—Yo me llamo Eitne —se presentó para los que acababan de llegar—. ¿Y vosotros?
Volvió a mirar las tortitas, que llamaban poderosamente su atención. No lo sabía en ese momento, pero más tarde sabría que le habían recordado a su antigua casa, a la sensación de seguridad suprema que solo conseguía su yaya con las magdalenas de colores. No era muy descabellado, porque el burdel le parecía tan grandioso que lo imaginaba inexpugnable.
—Gracias por las tortitas, señor Caín. ¿Puedo coger una? ¿Y puedo querer café de Vac? —la primera pregunta iba para el brujo de los demonios, la segunda para los adultos de su propio grupo. Sabía que el café ponía a la gente muy nerviosa, pero también que quería probarlo con muchas ganas.
De vez en cuando miraba a Vanyme y miraba atentamente para ver sus dientes puntiagudos, en otras ocasiones desviaba la atención a la mesa o a la cesta con los conejitos. Todo de forma poco disimulada, porque el niño no sabía que hiciera falta disimulo para ver algo bonito.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
28/07/19, 07:07 pm
Al igual que Adru, Neil también vestía la misma ropa que había lucido en la fiesta en la bahía. Se suponía que iban a ir a un sitio elegante y Guille en la fiesta había hecho mucho hincapié en lo elegantes que eran las pajaritas, así que Neil había decidido que el gran lazo al cuello que había llevado en aquella ocasión sería igual de adecuado esta vez.
El brujo se encontraba bastante nervioso ante la excursión de aquel día. Las personas que habían conocido en la fiesta le habían caído muy bien a pesar del nerviosismo que le suponía que fueran desconocidos y le había gustado mucho el brujo de las flores y en realidad tenía muchas ganas de preguntarle más cosas sobre su dominio, pero el hecho de que les hubieran invitado a un sitio grande, elegante y lleno de personas no le hacía nada de bien a sus nervios. Al final, para el alivio del sinhadre, no fue para tanto. Es decir, el sitio era precioso y ciertamente elegante, pero no había tanta gente como se había esperado y todos eran absolutamente amables y les ofrecieron tortitas, galletas y algo llamado café cuyo olor le desagradó por amargo, pero que parecía gustar bastante entre los demás.
Neil se sentó en silencio junto a su edeel, agradeciendo en todo momento a los anfitriones por la comida y la invitación, pero sin atreverse a pedirles driv o a hablar con Wheem como quería. No obstante, se presentó debidamente a aquellos que no había conocido el día de la fiesta.
- Mi nombre es Neil, soy el aurva de Adru y brujo de la cera.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
30/07/19, 04:30 pm
El cambiante le quitó peso a las respuestas de sus compañeros con un gesto de mano, riendo especialmente por el comentario de Rena. La reacción de Milo, sin embargo, le dejó un rato traspuesto.
«¿Cómo que alguien que te gusta?» Podía referirse al hecho de cambiar, de poder transformarse en la persona que el cliente desease, pero en esos momentos se había quedado bloqueado. No tuvo tiempo a comerse más la cabeza porque las puertas se abrieron en el momento.
Si las pupilas se dilatan al ver algo que nos gusta, los ojos de Rox bien podrían haberse vuelto negros. Si el exterior del edificio era impresionante, el interior no tenía palabras. El pelirrosa no tuvo tiempo de mirar en detalle a aquel que les había abierto la puerta (el mismo chico gatuno de la bahía), quedando boquiabierta en seguida con toda la decoración y estructura del sitio. Aquel era un paraíso dentro de Rocavarancolia, casi tanto que sentía haber viajado atrás en el tiempo a la Asia de las leyendas o dentro de una película de fantasía oriental, de esas con samurais y monstruos. El cuello le habría dolido de tener músculos normales y huesos, de tanto mirar arriba y a los lados. No sabía donde posar los ojos, y más de una vez tropezó con algún compañero al no mirar a la velocidad a la que los demás caminaban. Ni siquiera cuando le respondió al irrense despegó la vista de las pinturas.
—Ya ves. Me tendría que haber puesto la camisa de las grullas, macho. —la cara se le torció en una mueca divertida, acompañada de un suave rubor. Podría haberse callado, pero antes de pensarlo dos veces ya estaba abriendo la boca para añadir:— Normal que la gente quiera follar aquí.
No se fijó hasta que lo tuvieron cerca, ensimismado como iba, en el chico alto al que reconoció como el ¿humano? que había acompañado al otro en la bahía. Se acordaba mejor de él por su ropa. A pesar de su tamaño y aspecto, cargaba con sumo cuidado una cesta de conejitos que le provocó una sonrisa indiscreta, incrédulo de estar en un burdel. En un visto y no visto la sala se llenó de gente, todos atractivos y con diversas transformaciones, algunas más obvias que otras. El corazón de Rox se aceleró ante la idea de que la cambiante Mephis estuviera allí, algo que a simple vista no tenía manera de saber. Procuró no retroceder con la aparición de Vivia, aunque su atención real estaba ahora en Caín. A pesar de llevar una torre de tortitas en cada mano, su aspecto era de alguna manera intimidante. No le sorprendió saber que era el jefe del lugar. «Es el parche. Tiene que ser el parche»
No veía correcto sentarse con los anfitriones aún de pie, así que hizo una sutil reverencia a modo de agradecimiento y apertura a su presentación. Aunque en Australia ese mismo gesto fuese bastante extranjero, todo el aspecto del burdel le influenciaba a viejas costumbres familiares.
—Muchas gracias por invitarnos —sus ojos bailaron sutilmente por los allí presentes, sin fijarse en ninguno en concreto—. Yo soy Rox, cambiante —su sonrisa se ensanchó un poco más. No decía su transformación en vano—. Tenéis un sitio espectacular.
Se mordió la lengua, tentado a bromear conque si alquilaban habitaciones. Lo cierto es que la pregunta sería genuina, y muy posiblemente la hiciera más adelante.
Aceptó el café del chico -literalmente- negro con alas y las tortitas, acomodándose de una vez sobre el puff. Se llevó la taza a la cara para soplar el calor, una excusa para esconder el rostro y mirar con más disimulo a los allí presentes. Seguía sin entender que pudiera haber tanta gente guapa junta.
—Prueba un poco —respondió al daeliciano, tendiéndole el café. Hablar con los de su grupo le ayudaba a desempolvar el nerviosismo inicial—. Si te gusta puedes pedir uno con leche y azúcar. Pero no lo escupas —se apresuró en añadir, recordando la faena pasada—. Por favor.
«¿Cómo que alguien que te gusta?» Podía referirse al hecho de cambiar, de poder transformarse en la persona que el cliente desease, pero en esos momentos se había quedado bloqueado. No tuvo tiempo a comerse más la cabeza porque las puertas se abrieron en el momento.
Si las pupilas se dilatan al ver algo que nos gusta, los ojos de Rox bien podrían haberse vuelto negros. Si el exterior del edificio era impresionante, el interior no tenía palabras. El pelirrosa no tuvo tiempo de mirar en detalle a aquel que les había abierto la puerta (el mismo chico gatuno de la bahía), quedando boquiabierta en seguida con toda la decoración y estructura del sitio. Aquel era un paraíso dentro de Rocavarancolia, casi tanto que sentía haber viajado atrás en el tiempo a la Asia de las leyendas o dentro de una película de fantasía oriental, de esas con samurais y monstruos. El cuello le habría dolido de tener músculos normales y huesos, de tanto mirar arriba y a los lados. No sabía donde posar los ojos, y más de una vez tropezó con algún compañero al no mirar a la velocidad a la que los demás caminaban. Ni siquiera cuando le respondió al irrense despegó la vista de las pinturas.
—Ya ves. Me tendría que haber puesto la camisa de las grullas, macho. —la cara se le torció en una mueca divertida, acompañada de un suave rubor. Podría haberse callado, pero antes de pensarlo dos veces ya estaba abriendo la boca para añadir:— Normal que la gente quiera follar aquí.
No se fijó hasta que lo tuvieron cerca, ensimismado como iba, en el chico alto al que reconoció como el ¿humano? que había acompañado al otro en la bahía. Se acordaba mejor de él por su ropa. A pesar de su tamaño y aspecto, cargaba con sumo cuidado una cesta de conejitos que le provocó una sonrisa indiscreta, incrédulo de estar en un burdel. En un visto y no visto la sala se llenó de gente, todos atractivos y con diversas transformaciones, algunas más obvias que otras. El corazón de Rox se aceleró ante la idea de que la cambiante Mephis estuviera allí, algo que a simple vista no tenía manera de saber. Procuró no retroceder con la aparición de Vivia, aunque su atención real estaba ahora en Caín. A pesar de llevar una torre de tortitas en cada mano, su aspecto era de alguna manera intimidante. No le sorprendió saber que era el jefe del lugar. «Es el parche. Tiene que ser el parche»
No veía correcto sentarse con los anfitriones aún de pie, así que hizo una sutil reverencia a modo de agradecimiento y apertura a su presentación. Aunque en Australia ese mismo gesto fuese bastante extranjero, todo el aspecto del burdel le influenciaba a viejas costumbres familiares.
—Muchas gracias por invitarnos —sus ojos bailaron sutilmente por los allí presentes, sin fijarse en ninguno en concreto—. Yo soy Rox, cambiante —su sonrisa se ensanchó un poco más. No decía su transformación en vano—. Tenéis un sitio espectacular.
Se mordió la lengua, tentado a bromear conque si alquilaban habitaciones. Lo cierto es que la pregunta sería genuina, y muy posiblemente la hiciera más adelante.
Aceptó el café del chico -literalmente- negro con alas y las tortitas, acomodándose de una vez sobre el puff. Se llevó la taza a la cara para soplar el calor, una excusa para esconder el rostro y mirar con más disimulo a los allí presentes. Seguía sin entender que pudiera haber tanta gente guapa junta.
—Prueba un poco —respondió al daeliciano, tendiéndole el café. Hablar con los de su grupo le ayudaba a desempolvar el nerviosismo inicial—. Si te gusta puedes pedir uno con leche y azúcar. Pero no lo escupas —se apresuró en añadir, recordando la faena pasada—. Por favor.
- ♪♫♬:
- InvitadoInvitado
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
02/08/19, 01:54 am
-Soy Rena. Un placer y eso.
Rena estaba algo cohibida. El sitio era demasiado elegante y los monstruos demasiado atractivos incluso aunque la mayoría tuviera narices y orejas raras. La mesa estaba puesta y todo tenía una pinta increíble, y también olía increíble. Dejó que su olfato de oso la llevara a una bandeja de tres pisos con bollos redonditos rellenos de mermelada de frutos rojos que tenían una pinta estupenda, no obstante prefirió esperar a que todo el mundo estuviera sentado y optó en su lugar por aceptar una taza de café y una galleta. El tipo que se la ofreció tenía unas alas parecidas a las de Pelusa. Rena intercambió una mirada inquisitiva con la spriggan. ¿Le haría alguna pregunta?
Tomó asiento en el suelo con las piernas cruzadas, ya que los puffs no le acababan de convencer.
-Sí, es alucinante -coincidió con Rox -Muchas gracias por invitarnos.
-No las deis, siempre está bien tener visita. -dijo Wheem.
El café estaba horriblemente amargo. ¿De qué cojones estaría hecho? Con todo el disimulo del que fue capaz le echó sus buenas cucharadas de azucar y bastante leche a ver si mejoraba. Una chica de pelo corto y delantera impresionante le pasó un frasco de una sustancia blanca y espesa que luego reconoció como leche condensada.
-Prueba con esto, créeme que mejora.
-Gracias.
Y vaya si mejoró.
Por su parte Vanyme estaba en su salsa. Se había sentado dejando que los enanos lo rodearan con la cesta de conejos en el regazo. Dejó que Nime los acariciara y prometió que podría cogerlos después de la merienda. No le importaba en absoluto que Eitne le mirase, estaba acostumbrado a las miradas lascivas así que la atención inocente de un niño no era nada, incluso resultaba encantador.
Cain observaba, de manera mucho menos inocente que Eitne. Ya había evaluado al grupo al completo y desde luego eran una pandilla interesante, sin embargo su único ojo se desviaba hacia una persona en concreto cada poco tiempo mientras repartía las tortitas. Se había encaprichado de él la primera noche de la Luna por una razón totalmente superficial y allí lo tenía delante para poder comprobar si su interés iría a más o se quedaría en algo anecdótico. El tiempo lo diría. Antes tenía algo de lo que ocuparse.
Wheem le había advertido de que tenían un pequeño brujo en el grupo. Si ya de por sí un brujo joven era un dolor de cabeza en la ciudad, uno que además tenía un dominio inteligente era algo más que una molestia. No le preocupaban especialmente los dominios rebeldes dentro de sus dominios, tenía medidas para ello, pero debía marcar los límites cuanto antes. Después de dejar el plato de tortitas sobre la mesa dio dos fuertes palmadas y todas las pendicularias desaparecieron, expulsadas del burdel por un hechizo de exclusión.
-Antes de que empecemos a comer voy a dejar algo claro. Guille, ¿verdad? - se acuclilló para quedar a la altura del niño y lo miró a los ojos. - Necesito que me prometas una cosa: Tus pendicularias deben portarse muy muy bien aquí, porque si no no les voy a permitir entrar. ¿Entendido? Son tu responsabilidad y debes ocuparte de que sean buenas. Nada de trastadas. -No había rastro de enfado en su expresión, ni usaba un tono agresivo, pero desde luego no parecía dejar mucho espacio a réplica. Si Guille se lo prometía levantaría el hechizo y dejaría entrar de nuevo a las criaturas en el gran salón.
Rena quedó impresionada por el gesto. ¿De verdad podían hacer desaparecer a las puñeteras manos esas así de fácil? Le tiró de la manga a Milo para que se acercase a ella y le susurró al oído.
-Luego le preguntas qué truco ha usado porque parece útil que te cagas.
Todos fueron tomando asiento. Vivia se puso junto a Rox y Zedrig junto a esta, para sorpresa de Ariven que iba a tomar ese sitio.
-Supongo que lo sabes, pero nosotros también tenemos un cambiante -dijo la idrina a Rox -Por desgracia no ha podido bajar.
-Nuestra Mephis lleva una temporada indispuesta y no tolera bien las multitudes -explicó Cain. -Claro que si quieres hablar con una veterana podrías subir a verla luego.
-Sí, mientras Circe no esté presente no hay ningún peligro -comentó Jau. Vivia, Ariven y Wheem se echaron a reír y dama Circe les hizo un corte de manga.
Rena estaba algo cohibida. El sitio era demasiado elegante y los monstruos demasiado atractivos incluso aunque la mayoría tuviera narices y orejas raras. La mesa estaba puesta y todo tenía una pinta increíble, y también olía increíble. Dejó que su olfato de oso la llevara a una bandeja de tres pisos con bollos redonditos rellenos de mermelada de frutos rojos que tenían una pinta estupenda, no obstante prefirió esperar a que todo el mundo estuviera sentado y optó en su lugar por aceptar una taza de café y una galleta. El tipo que se la ofreció tenía unas alas parecidas a las de Pelusa. Rena intercambió una mirada inquisitiva con la spriggan. ¿Le haría alguna pregunta?
Tomó asiento en el suelo con las piernas cruzadas, ya que los puffs no le acababan de convencer.
-Sí, es alucinante -coincidió con Rox -Muchas gracias por invitarnos.
-No las deis, siempre está bien tener visita. -dijo Wheem.
El café estaba horriblemente amargo. ¿De qué cojones estaría hecho? Con todo el disimulo del que fue capaz le echó sus buenas cucharadas de azucar y bastante leche a ver si mejoraba. Una chica de pelo corto y delantera impresionante le pasó un frasco de una sustancia blanca y espesa que luego reconoció como leche condensada.
-Prueba con esto, créeme que mejora.
-Gracias.
Y vaya si mejoró.
Por su parte Vanyme estaba en su salsa. Se había sentado dejando que los enanos lo rodearan con la cesta de conejos en el regazo. Dejó que Nime los acariciara y prometió que podría cogerlos después de la merienda. No le importaba en absoluto que Eitne le mirase, estaba acostumbrado a las miradas lascivas así que la atención inocente de un niño no era nada, incluso resultaba encantador.
Cain observaba, de manera mucho menos inocente que Eitne. Ya había evaluado al grupo al completo y desde luego eran una pandilla interesante, sin embargo su único ojo se desviaba hacia una persona en concreto cada poco tiempo mientras repartía las tortitas. Se había encaprichado de él la primera noche de la Luna por una razón totalmente superficial y allí lo tenía delante para poder comprobar si su interés iría a más o se quedaría en algo anecdótico. El tiempo lo diría. Antes tenía algo de lo que ocuparse.
Wheem le había advertido de que tenían un pequeño brujo en el grupo. Si ya de por sí un brujo joven era un dolor de cabeza en la ciudad, uno que además tenía un dominio inteligente era algo más que una molestia. No le preocupaban especialmente los dominios rebeldes dentro de sus dominios, tenía medidas para ello, pero debía marcar los límites cuanto antes. Después de dejar el plato de tortitas sobre la mesa dio dos fuertes palmadas y todas las pendicularias desaparecieron, expulsadas del burdel por un hechizo de exclusión.
-Antes de que empecemos a comer voy a dejar algo claro. Guille, ¿verdad? - se acuclilló para quedar a la altura del niño y lo miró a los ojos. - Necesito que me prometas una cosa: Tus pendicularias deben portarse muy muy bien aquí, porque si no no les voy a permitir entrar. ¿Entendido? Son tu responsabilidad y debes ocuparte de que sean buenas. Nada de trastadas. -No había rastro de enfado en su expresión, ni usaba un tono agresivo, pero desde luego no parecía dejar mucho espacio a réplica. Si Guille se lo prometía levantaría el hechizo y dejaría entrar de nuevo a las criaturas en el gran salón.
Rena quedó impresionada por el gesto. ¿De verdad podían hacer desaparecer a las puñeteras manos esas así de fácil? Le tiró de la manga a Milo para que se acercase a ella y le susurró al oído.
-Luego le preguntas qué truco ha usado porque parece útil que te cagas.
Todos fueron tomando asiento. Vivia se puso junto a Rox y Zedrig junto a esta, para sorpresa de Ariven que iba a tomar ese sitio.
-Supongo que lo sabes, pero nosotros también tenemos un cambiante -dijo la idrina a Rox -Por desgracia no ha podido bajar.
-Nuestra Mephis lleva una temporada indispuesta y no tolera bien las multitudes -explicó Cain. -Claro que si quieres hablar con una veterana podrías subir a verla luego.
-Sí, mientras Circe no esté presente no hay ningún peligro -comentó Jau. Vivia, Ariven y Wheem se echaron a reír y dama Circe les hizo un corte de manga.
- Cuervo
Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mental
Personajes : ·Guillermo: Humano Brujo de las Pendicularia
·Sarah: Humana y enterradora
Armas : ·Guillermo: ¿El poder de la amistad? y manos.
·Sarah: Lanza y pala
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
02/08/19, 11:56 am
Guillermo se quedo parado como si le fueran a regañar, ya que de pronto las Pendicularias desaparicieron a las dos palmadas de Caín, pero su tono fuera tranquilo cosa que sorprendio a Guille.
-... lo sientoooo... Son buenas solo que sea aburren un poco, me traen regalos e intentan hacerme reír siempre y yo me río.. Pero señor Caín no me hacen mucho caso pero no son malas en plan nunca hacen nada muy malo quizás en la fiesta no estuvo bien coger bebidas a la gente, pero no sabían que era robar, pero son muy inteligentes y recogen sus cosas si se lo digo muchas veces porque a veces entienden otra cosas y todo se lía más pero todo el mundo se acaba riendo- dijo buscando apoyo en el grupo- En el libro que cogí de la Biblioteca ponía que tenía que dar órdenes claras pero no funciona, porque yo se las doy, bueno a ver, bastante claras pero tampoco quiero obligarlas a hacer nada que no les guste así que las preguntó si lo quieren hacer ketchup si me hace más caso...les he enseñado juegos de manos y lo han aprendido muy bien... No no me hacen nada de caso y no se porque señor Cain...- Guille daba órdenes tan claras como la explicación que acaba de dar- yo las quiero mucho pero es como si la Luna me hubiera dado un montón de gatos y nose que hacer con ellos...
-... lo sientoooo... Son buenas solo que sea aburren un poco, me traen regalos e intentan hacerme reír siempre y yo me río.. Pero señor Caín no me hacen mucho caso pero no son malas en plan nunca hacen nada muy malo quizás en la fiesta no estuvo bien coger bebidas a la gente, pero no sabían que era robar, pero son muy inteligentes y recogen sus cosas si se lo digo muchas veces porque a veces entienden otra cosas y todo se lía más pero todo el mundo se acaba riendo- dijo buscando apoyo en el grupo- En el libro que cogí de la Biblioteca ponía que tenía que dar órdenes claras pero no funciona, porque yo se las doy, bueno a ver, bastante claras pero tampoco quiero obligarlas a hacer nada que no les guste así que las preguntó si lo quieren hacer ketchup si me hace más caso...les he enseñado juegos de manos y lo han aprendido muy bien... No no me hacen nada de caso y no se porque señor Cain...- Guille daba órdenes tan claras como la explicación que acaba de dar- yo las quiero mucho pero es como si la Luna me hubiera dado un montón de gatos y nose que hacer con ellos...
- ☽◯☾:
BRUJA 1.ªHabla.BRUJA 2.ªPregúntanos.BRUJA 3.ªÁ todo te responderemos.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
24/08/19, 03:20 pm
No podía dejar de observar todos los presentes con curiosidad real, aunque a ratos su atención se iba ya fuese a Guille y sus manos, ese niño o más bien su dominio siempre la ponían nerviosa cuando iban a sitios públicos. Y cuando no también, que no podía evitar echarle miradas de reojo de vez en cuando. Y por otro lado, a la comida. El desayuno que estaban sirviendo era digno de atrapar la atención de cualquiera.
-¿Zob me pasas un tortita? Este puff es una pequeña trampa y como me mueva me hundo- dijo la mona del queso con humor, intentando liberarse un poco de estoicismo al hablar con su compañero, del que medio se agarraba de la pierna ligeramente para no hundirse en el puff de nuevo. Era realmente una habilidad que se tenía que adquirir el sentarse adecuadamente en ese sitio, sin duda. Zobriel cerca de ella ya se había quitado las gafas y como siempre que estaban en grupo y lo hacía, se encontraba con la vista hacia abajo. La mona del queso suspiro para sí misma. <<En serio hay que hacer algo ya con eso de que pueda ver a través de telas, sabe el hechizo, pero sigue sin querer pedirle ayuda a Neil. Así nunca va a perder su timidez si tiene que estar mirando hacia abajo y no a la gente, por temor a noquearles con sus ojos >> Pelusa había convivido lo suficiente con el basilisco, tanto antes como después de transformarse, como para saber cuan tímido era.
Ella había cambiado mucho desde que llego a la ciudad y pretendía seguir haciéndolo ahora, asique quería ayudar a Zobriel a hacer lo mismo y sacar esa confianza que a veces mostraba. Era uno de los mayores e iban a necesitar toda la fuerza del mundo para unirse entre ellos para poner orden en ese caos que era su grupo.
-Oye Zob – dijo jalando un poco de su ropa para captar su atención, aunque igual estaba sentados uno al lado del otro en diferentes cojines, podría oírle sin problemas- ¿Por qué no le pediste hoy a Neil ayuda para ponerte una tela con el hechizo que me contaste? Las “gajas” ¿Se dice así?...Bueno como sea, esas cosa que te di están bien, pero ahora estarías más cómodo de la otra forma. ¿No? – dijo Pelusa cuando volvió con las tortitas. Otra cosa no, pero Zobriel se había hecho experto en evadir los ojos de la gente de los suyos propios, era ya casi un arte.
-Me pregunto que pasara primero, que tu puedas pronunciar bien el hechizo o que yo obtenga magia para ayudarte con ello. ¿Apostamos? –preguntó Pelusa un poco divertida, intentando tomarse el asunto con humo, pues estaba segura ocurriría antes lo primero que lo segundo. Al fin de cuentas ella aun a veces se le trataba la larga e inútil lengua que poseía, así que sabía que eso podía llevar tiempo, pero no tanto como a ella le llevaría cumplir su precio. Era como si apostara para perder, pensándolo bien, pero quien sabe tal vez jugando con la suerte ocurriera el milagro de una imposible tirada ganadora - Sea como sea, ojalá puedas ponerte la venda pronto…así podremos entrenar mejor sin temor a rompértelas por error y podrás ir obteniendo más confianza. Sin temor a noquear a nadie sino quieres- comento Pelusa suavemente animándolo, pues practicar juntos era algo que aun hacían cuando no estaban trabajando. Era posiblemente la persona, aparte de Rox por el trabajo, con la que más tiempo pasaba. Aunque bueno realmente pasaba muchísimo tiempo con todos, pues solían estar en piña casi todo el tiempo.
Estaba esperando a ver qué diría, cuando escucho la voz de Adru mencionar algo de una spriggan y por supuesto la niña, ya condicionada a reaccionar cada vez que escuchaba su trasformación, se giró a mirarle a ver qué pasaba con ella. Fue en ese momento que lo vio, cosa imposible de no hacer además y abrió los ojos al máximo, sintiendo su cuello crujir cuando miro hacia arriba y vio al chico que se presentó como Vac. Pelusa parpadeo sorprendida, sabiendo de la existencia de otro ser parecido a ella, un hado infernal sino recordaba mal; pero no esperaba encontrárselo así de golpe, sirviendo café y galletas en el burdel. ¿Trabajaba también allí entonces?
La forma más clara de describirlo a ojos de Pelusa, era ENORME, al menos desde su perspectiva. ¿Había crecido también al transformarse? Porqué ella había notado que lo había hecho cuando tuvo que arreglarse su ropa. << Yo creí como unos 6 o 7 centímetro. Él ya debía ser altísimo desde el principio>> pensó no pudiendo apartar sus ojos lavandas de él, de manera tal vez algo incomoda. Pero era la primera vez que veía a alguien lo más parecido a ella y no podía evitar la curiosidad.
Aun así, había evidentes diferencias entre ambos. Su piel completamente negra contrastaba por completo con la suya, blanca lechosa. Y no compartían la singularidad de tener una piel con una textura distinta, la suya lucia como el corcho la de él no. Pero sobretodo sus alas eran los que más llamaban su atención. Rojas y plegadas en su espalda, eran imposible no verlas. Pelusa se sintió encoger incluso más en el sitio. El sí que parecía una persona capaz de intimidar a otros y aterrarlos con su sola presencia, algo que ella no podía hacer de necesitarlo para su precio o porque le apeteciera. Daba de todo menos miedo o intimidación; como mucho, daba mal rollo.
Volvió su mirada hacia Zobriel momentáneamente. <<Venga, has dicho que le ayudaras con su confianza, sería muy mal ejemplo no tenerla tu para hablarle a ese chico. No te va a comer.>> se recordó Pelusa antes de volver a mirar a Vac, escuchando a sus amigos ya hablando con algunas personas del burdel o a Cain, otro imposible de no notar, hablando con Guille aparentemente algo sobre su dominio. De cuya cosa se interesaría mas tarde, porque ese dominio la traía loca.
Pero en ese momento, pensaba como iniciar una conversación con el hado y nada decente se le ocurría que no fuese ir a saco a preguntarle una y mil cosas. Era demasiado invasivo hasta para ella.
-Yo sí quiero café, por favor- logro al final decir, respondiendo la pregunta que este hizo, como punto de anclaje para iniciar la conversación antes de finalmente añadir algo para intentar continuarla- Eres el hado del que me hablaron cuando pregunte sobre mi trasformación ¿verdad?. Encantada, me llamo Dama Pelusa...por sino lo oíste antes. Me dijeron que soy aparentemente la única actualmente en la ciudad y que había otra persona con una transformación parecida a la mía. - comento torpemente no sabiendo como iniciar la conversación, por lo que apenas termino de decir eso, decidido entretenerse en darle un mordisco a la tortita que le había dado Zobriel antes. Así ganaba tiempo mientras pensaba como continuar, pues no se le daba nada bien pedir ayuda o consejos a nadie, era demasiado independiente. <<Luego le digo a Zobriel que no pasaba nada si pide ayuda de vez en cuando a Neil. Pero… ¡es diferente! Neil es nuestro amigo y este chico es un reciente conocido >> pensó intentando decirse a sí misma que no estaba siendo realmente hipócrita ahora.
-¿Zob me pasas un tortita? Este puff es una pequeña trampa y como me mueva me hundo- dijo la mona del queso con humor, intentando liberarse un poco de estoicismo al hablar con su compañero, del que medio se agarraba de la pierna ligeramente para no hundirse en el puff de nuevo. Era realmente una habilidad que se tenía que adquirir el sentarse adecuadamente en ese sitio, sin duda. Zobriel cerca de ella ya se había quitado las gafas y como siempre que estaban en grupo y lo hacía, se encontraba con la vista hacia abajo. La mona del queso suspiro para sí misma. <<En serio hay que hacer algo ya con eso de que pueda ver a través de telas, sabe el hechizo, pero sigue sin querer pedirle ayuda a Neil. Así nunca va a perder su timidez si tiene que estar mirando hacia abajo y no a la gente, por temor a noquearles con sus ojos >> Pelusa había convivido lo suficiente con el basilisco, tanto antes como después de transformarse, como para saber cuan tímido era.
Ella había cambiado mucho desde que llego a la ciudad y pretendía seguir haciéndolo ahora, asique quería ayudar a Zobriel a hacer lo mismo y sacar esa confianza que a veces mostraba. Era uno de los mayores e iban a necesitar toda la fuerza del mundo para unirse entre ellos para poner orden en ese caos que era su grupo.
-Oye Zob – dijo jalando un poco de su ropa para captar su atención, aunque igual estaba sentados uno al lado del otro en diferentes cojines, podría oírle sin problemas- ¿Por qué no le pediste hoy a Neil ayuda para ponerte una tela con el hechizo que me contaste? Las “gajas” ¿Se dice así?...Bueno como sea, esas cosa que te di están bien, pero ahora estarías más cómodo de la otra forma. ¿No? – dijo Pelusa cuando volvió con las tortitas. Otra cosa no, pero Zobriel se había hecho experto en evadir los ojos de la gente de los suyos propios, era ya casi un arte.
-Me pregunto que pasara primero, que tu puedas pronunciar bien el hechizo o que yo obtenga magia para ayudarte con ello. ¿Apostamos? –preguntó Pelusa un poco divertida, intentando tomarse el asunto con humo, pues estaba segura ocurriría antes lo primero que lo segundo. Al fin de cuentas ella aun a veces se le trataba la larga e inútil lengua que poseía, así que sabía que eso podía llevar tiempo, pero no tanto como a ella le llevaría cumplir su precio. Era como si apostara para perder, pensándolo bien, pero quien sabe tal vez jugando con la suerte ocurriera el milagro de una imposible tirada ganadora - Sea como sea, ojalá puedas ponerte la venda pronto…así podremos entrenar mejor sin temor a rompértelas por error y podrás ir obteniendo más confianza. Sin temor a noquear a nadie sino quieres- comento Pelusa suavemente animándolo, pues practicar juntos era algo que aun hacían cuando no estaban trabajando. Era posiblemente la persona, aparte de Rox por el trabajo, con la que más tiempo pasaba. Aunque bueno realmente pasaba muchísimo tiempo con todos, pues solían estar en piña casi todo el tiempo.
Estaba esperando a ver qué diría, cuando escucho la voz de Adru mencionar algo de una spriggan y por supuesto la niña, ya condicionada a reaccionar cada vez que escuchaba su trasformación, se giró a mirarle a ver qué pasaba con ella. Fue en ese momento que lo vio, cosa imposible de no hacer además y abrió los ojos al máximo, sintiendo su cuello crujir cuando miro hacia arriba y vio al chico que se presentó como Vac. Pelusa parpadeo sorprendida, sabiendo de la existencia de otro ser parecido a ella, un hado infernal sino recordaba mal; pero no esperaba encontrárselo así de golpe, sirviendo café y galletas en el burdel. ¿Trabajaba también allí entonces?
La forma más clara de describirlo a ojos de Pelusa, era ENORME, al menos desde su perspectiva. ¿Había crecido también al transformarse? Porqué ella había notado que lo había hecho cuando tuvo que arreglarse su ropa. << Yo creí como unos 6 o 7 centímetro. Él ya debía ser altísimo desde el principio>> pensó no pudiendo apartar sus ojos lavandas de él, de manera tal vez algo incomoda. Pero era la primera vez que veía a alguien lo más parecido a ella y no podía evitar la curiosidad.
Aun así, había evidentes diferencias entre ambos. Su piel completamente negra contrastaba por completo con la suya, blanca lechosa. Y no compartían la singularidad de tener una piel con una textura distinta, la suya lucia como el corcho la de él no. Pero sobretodo sus alas eran los que más llamaban su atención. Rojas y plegadas en su espalda, eran imposible no verlas. Pelusa se sintió encoger incluso más en el sitio. El sí que parecía una persona capaz de intimidar a otros y aterrarlos con su sola presencia, algo que ella no podía hacer de necesitarlo para su precio o porque le apeteciera. Daba de todo menos miedo o intimidación; como mucho, daba mal rollo.
Volvió su mirada hacia Zobriel momentáneamente. <<Venga, has dicho que le ayudaras con su confianza, sería muy mal ejemplo no tenerla tu para hablarle a ese chico. No te va a comer.>> se recordó Pelusa antes de volver a mirar a Vac, escuchando a sus amigos ya hablando con algunas personas del burdel o a Cain, otro imposible de no notar, hablando con Guille aparentemente algo sobre su dominio. De cuya cosa se interesaría mas tarde, porque ese dominio la traía loca.
Pero en ese momento, pensaba como iniciar una conversación con el hado y nada decente se le ocurría que no fuese ir a saco a preguntarle una y mil cosas. Era demasiado invasivo hasta para ella.
-Yo sí quiero café, por favor- logro al final decir, respondiendo la pregunta que este hizo, como punto de anclaje para iniciar la conversación antes de finalmente añadir algo para intentar continuarla- Eres el hado del que me hablaron cuando pregunte sobre mi trasformación ¿verdad?. Encantada, me llamo Dama Pelusa...por sino lo oíste antes. Me dijeron que soy aparentemente la única actualmente en la ciudad y que había otra persona con una transformación parecida a la mía. - comento torpemente no sabiendo como iniciar la conversación, por lo que apenas termino de decir eso, decidido entretenerse en darle un mordisco a la tortita que le había dado Zobriel antes. Así ganaba tiempo mientras pensaba como continuar, pues no se le daba nada bien pedir ayuda o consejos a nadie, era demasiado independiente. <<Luego le digo a Zobriel que no pasaba nada si pide ayuda de vez en cuando a Neil. Pero… ¡es diferente! Neil es nuestro amigo y este chico es un reciente conocido >> pensó intentando decirse a sí misma que no estaba siendo realmente hipócrita ahora.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.
Personajes : Zobriel: Nublino transformado en Basilisco
Kyllikki: Humana cosechada.
Armas : Zobriel: Malicioso, Colmillo veneno, Cuchillada, Cola veneno
Kyllikki: Elataquedelasmilteoriascientificasypseudocientificasmasinutildetodoslostiempos
Status : Disponible para cualquier debate ilógico
Humor : Culpable de dibujar horrible y hacer chistes peores aun
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
25/08/19, 05:05 pm
EL nublino estaba masticando sorprendido porque hubiera tan buena comida y tan buen ambiente. Es decir, después de la Luna, había entendido que la Ciudad Roja se mantenía en las sombras de los cosechados, pero aun así el choque entre tortitas, burdeles y reuniones amistosas era bastante grande. Asintió dos veces ante la petición de su amiga mientras se levantaba y ponía énfasis en no mover la cola demasiado mientras se acercaba por más tortitas. Su vista recorría vagamente la parte inferior de toda la habitación hasta que llego donde estaba Cain
-Están deliciosas, muchas gracias SSSeñor Cain… – mencionó el basilisco esbozando una sonrisa. No era una radiante sonrisa de anuncio, pero si lo suficientemente notable aun con la cabeza baja. Al regresar le tendió las tortitas a Pa…a Dama Pelusa para que las sostuviera mientras se sentaba, entre las alas de una y la cola del otro era casi imposible solo llegar y sentarse a descansar. Noto que había tomado un par de tortitas de más, normalmente estaba acostumbrado a darle comida a Ketchup o a alguna de las manos de Guille como para mantener ocupadas a las mascotas y que no empezaran a hacer desorden, pero sin ellas presentes, debería comerse el extra. De ninguna manera dejaría sin comer lo que les habían preparado. - No quise molesstarlo después del lio de las abejas, me sabe un poco mal pedirle magia cuando la cera por la que ssalio aquella noche es la que le recarga su magia..pero ssi te entiendo – le contesto a Dama Pelusa encogiéndose de hombros.
Admitia que ella tenia razón, y que eventualmente debería dejar las gafas, pero no pudo replicar nada porque tuvo que contener una amplia risa con la apuesta que le proponía. - Hey hey, que no soy tan torpe. No ess que las vaya a romper tan rápido...pero creo que podría ganarte ¿Qué vas a apostar? – le pregunto. La idea de pedirle una prenda de ropa se le vino rápidamente pensando en su nuevo trabajo. No había olvidado que tenia pendiente una entrevista de trabajo, así que ropa nueva y dejar de ssissear seria un dos por uno. Aun así, cuando el hado infernal llegó con el café, solo dejo que la curiosidad de su amiga fluyera, ya habría tiempo después para apostar, y aunque tuvo curiosidad por ese café, decidió dejarlo así. La ultima vez su curiosidad no le jugo a favor. Empezó a mover la mirada esta vez más arriba, no había olvidado que tenía que agradecer de nuevo por el hechizo que le lanzaron aquel día en la fiesta.
Capto una mirada de Dama Pelusa aunque no supo que significaba, así que solo hizo una señal en esa dirección y la dejo hablando con el hado mientras saltaba nuevamente al piso y se dirigía dónde estaba Wheem para agradecerle. ” La cola...los ojos...tranquilo, que no es nada difícil, solo tranquilo…cola…ojos… ”
-Están deliciosas, muchas gracias SSSeñor Cain… – mencionó el basilisco esbozando una sonrisa. No era una radiante sonrisa de anuncio, pero si lo suficientemente notable aun con la cabeza baja. Al regresar le tendió las tortitas a Pa…a Dama Pelusa para que las sostuviera mientras se sentaba, entre las alas de una y la cola del otro era casi imposible solo llegar y sentarse a descansar. Noto que había tomado un par de tortitas de más, normalmente estaba acostumbrado a darle comida a Ketchup o a alguna de las manos de Guille como para mantener ocupadas a las mascotas y que no empezaran a hacer desorden, pero sin ellas presentes, debería comerse el extra. De ninguna manera dejaría sin comer lo que les habían preparado. - No quise molesstarlo después del lio de las abejas, me sabe un poco mal pedirle magia cuando la cera por la que ssalio aquella noche es la que le recarga su magia..pero ssi te entiendo – le contesto a Dama Pelusa encogiéndose de hombros.
Admitia que ella tenia razón, y que eventualmente debería dejar las gafas, pero no pudo replicar nada porque tuvo que contener una amplia risa con la apuesta que le proponía. - Hey hey, que no soy tan torpe. No ess que las vaya a romper tan rápido...pero creo que podría ganarte ¿Qué vas a apostar? – le pregunto. La idea de pedirle una prenda de ropa se le vino rápidamente pensando en su nuevo trabajo. No había olvidado que tenia pendiente una entrevista de trabajo, así que ropa nueva y dejar de ssissear seria un dos por uno. Aun así, cuando el hado infernal llegó con el café, solo dejo que la curiosidad de su amiga fluyera, ya habría tiempo después para apostar, y aunque tuvo curiosidad por ese café, decidió dejarlo así. La ultima vez su curiosidad no le jugo a favor. Empezó a mover la mirada esta vez más arriba, no había olvidado que tenía que agradecer de nuevo por el hechizo que le lanzaron aquel día en la fiesta.
Capto una mirada de Dama Pelusa aunque no supo que significaba, así que solo hizo una señal en esa dirección y la dejo hablando con el hado mientras saltaba nuevamente al piso y se dirigía dónde estaba Wheem para agradecerle. ” La cola...los ojos...tranquilo, que no es nada difícil, solo tranquilo…cola…ojos… ”
El Odio es por mucho el placer mas duradero. El hombre Ama con prisas, pero llega a Odiar con mucha calma.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Burdel de dama Espasmo (Archivo IV)
14/09/19, 09:05 am
Milo se dejó caer en uno de los puffs tras el saludo del hado infernal, observando en silencio los movimientos del chico mientras este se servía una taza de café antes de volver a deslizar su mirada por la cada vez más concurrida estancia. El irrense, al igual que sus amigos, también se había fijado en lo guapos que eran todos los habitantes de aquel lugar y entendía la afirmación de Rox, pero lo que más le llamaba la atención era lo seguros de sí mismos que parecían y la buena relación que imperaba entre ellos. Antes de llegar a la ciudad había pasado muchos años sin experimentar un sentimiento de familiaridad tan fuerte como el que compartía con sus amigos, vagando de un lado a otro sin pararse el tiempo suficiente como para encontrar un hogar, y ahora que tenía algo así de nuevo le resultaba fácil verlo en otras personas. En aquel lugar que parecía sacado de algún catálogo de fantasía oriental se respiraba un ambiente familiar que no tardó en aplacar los nervios del irrense al respecto de aquella visita, relajándolo hasta tal punto que incluso su inquieta bola de cobre dejó de moverse y se quedó inerte junto a sus pies.
El brujo, con repentino apetito, había alcanzado una magdalena y se proponía mojarla en un vaso de leche endulzada con miel cuando Guille llamó la atención del jefe del burdel. Con un nudo de expectación en la garganta el moreno observó cómo Caín se deshacía de las pendicularias en un instante y se inclinaba sobre el español para advertirle al respecto de su control sobre ellas, pero parecía que solo quería ayudar y Milo pudo respirar aliviado antes de llevarse su aperitivo a la boca.
—Ya te digo, en cuanto pueda se lo pregunto... —le respondió a Rena tras tragar con rapidez cuando ésta le señalo al oído la utilidad del hechizo que acababa de ejecutar el italiano—. ¿Tú crees que también funcionará con los críos si se ponen pesados? —le preguntó a la ursántropa en tono confidencial, inclinándose también hacia ella para que no le oyeran los enanos.
Estos estaban demasiado ocupados, sin embargo, y cuando Eitne preguntó si podía probar el café el hado infernal alzó una ceja.
—¿Estás seguro? Es bastante amargo y no sé si a un deliciano... —empezó, pero cuando el cambiante le dijo al pequeño que podía probar el suyo el griego enmudeció y se limitó a observar expectante.
La pregunta de Adru no le sorprendió, pero si que lo hizo que viniera del gamusino. Esperaba que fuera la spprigan la que se decidiera a dar el paso, pero parecía distraída, y no fue hasta que su compañera mencionó su transformación que la mona del queso se fijó en él.
—La verdad es que no, pero su transformación y la mia se parecen —le respondió a la pelimorada con una sonrisa, desplegando las alas ligeramente para señalar la similitud más evidente. A diferencia de las de la spprigan, sin embargo, estás lucían bastante más lustrosas y sanas—. Yo soy un hado infernal. —le aclaró a la capitana dando un trago a su café mientras Pam se decidía a hablar.
Escucho su discurso nervioso en silencio, asintiendo ante su afirmación de que era la única con aquella transformación en la ciudad con amabilidad.
—Mi nombre es Vac, un placer —volvió a presentarse también, ofreciendole la mano para estrecharsela—. También he oído hablar de ti, Pelusa —confirmó, señalando a Wheem con un gesto de cabeza y omitiendo el Dama en el nombre de la muchacha (siempre le había parecido un honorífico recargado que entorpecía las conversaciones)—, y la verdad es que tenía muchas ganas de conocerte. —reconoció sonriente. Sus encuentros hasta la fecha con alguien con una transformación similar a la suya nunca habían sido de su agrado, pero aquello prometía.
El brujo, con repentino apetito, había alcanzado una magdalena y se proponía mojarla en un vaso de leche endulzada con miel cuando Guille llamó la atención del jefe del burdel. Con un nudo de expectación en la garganta el moreno observó cómo Caín se deshacía de las pendicularias en un instante y se inclinaba sobre el español para advertirle al respecto de su control sobre ellas, pero parecía que solo quería ayudar y Milo pudo respirar aliviado antes de llevarse su aperitivo a la boca.
—Ya te digo, en cuanto pueda se lo pregunto... —le respondió a Rena tras tragar con rapidez cuando ésta le señalo al oído la utilidad del hechizo que acababa de ejecutar el italiano—. ¿Tú crees que también funcionará con los críos si se ponen pesados? —le preguntó a la ursántropa en tono confidencial, inclinándose también hacia ella para que no le oyeran los enanos.
Estos estaban demasiado ocupados, sin embargo, y cuando Eitne preguntó si podía probar el café el hado infernal alzó una ceja.
—¿Estás seguro? Es bastante amargo y no sé si a un deliciano... —empezó, pero cuando el cambiante le dijo al pequeño que podía probar el suyo el griego enmudeció y se limitó a observar expectante.
La pregunta de Adru no le sorprendió, pero si que lo hizo que viniera del gamusino. Esperaba que fuera la spprigan la que se decidiera a dar el paso, pero parecía distraída, y no fue hasta que su compañera mencionó su transformación que la mona del queso se fijó en él.
—La verdad es que no, pero su transformación y la mia se parecen —le respondió a la pelimorada con una sonrisa, desplegando las alas ligeramente para señalar la similitud más evidente. A diferencia de las de la spprigan, sin embargo, estás lucían bastante más lustrosas y sanas—. Yo soy un hado infernal. —le aclaró a la capitana dando un trago a su café mientras Pam se decidía a hablar.
Escucho su discurso nervioso en silencio, asintiendo ante su afirmación de que era la única con aquella transformación en la ciudad con amabilidad.
—Mi nombre es Vac, un placer —volvió a presentarse también, ofreciendole la mano para estrecharsela—. También he oído hablar de ti, Pelusa —confirmó, señalando a Wheem con un gesto de cabeza y omitiendo el Dama en el nombre de la muchacha (siempre le había parecido un honorífico recargado que entorpecía las conversaciones)—, y la verdad es que tenía muchas ganas de conocerte. —reconoció sonriente. Sus encuentros hasta la fecha con alguien con una transformación similar a la suya nunca habían sido de su agrado, pero aquello prometía.
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