Torreón Maciel (Archivo VI)
+10
Leonart
Evanna
Dal
Jack
Red
Tak
Naeryan
Yber
Alicia
Giniroryu
14 participantes
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguasPersonajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Torreón Maciel (Archivo VI)
20/04/14, 07:13 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Archime no pudo hacer otra cosa que dejarse arrastrar hasta Maciel una vez más. Como aquella ocasión en la bahía. En realidad había más paralelismos de los que parecía a simple vista, pues en aquella ocasión también habían rescatado a Taro -aunque no solo a él- y el biomecánico también había agotado sus energías. El camino transcurrió si que el biomecánico fuese apenas consciente de lo que lo rodeaba, centrado en todo momento en controlar su respiración. No había llegado a darle un ataque de asma, pero si se sobreesforzaba sin duda le ocurriría.
Se aposentó en el sillón de siempre, todavía recuperando el aliento y habló tras Anriel.
—Debemos... curarlo... —musitó con la respiración agitada para después intentar llevar a cabo un hechizo de restauración.
No pudo. Probablemente todavía conservaba cierta reserva de energía mágica, pero el cansancio del uso continuado de hechizos exigentes fue superior a él. Se agitó ligeramente cuando recibió la palmada de Shaco y dejó en sus manos la tarea de curar al carabés mientras se recostaba en el sillón completamente agotado. Posiblemente debían repetir los sortilegios sanadores durante los próximos días para que Taro se recuperase correctamente, pero Archime les dio su visto bueno internamente a los que aplicó el humano a modo de primeros auxilios, dejando de preocuparse por aquel asunto en concreto.
—No deberías realizar... movimientos bruscos. Es preferible que... pidas ayuda para lo que necesites, por ahora —advirtió al carabés poco después cuando este hizo ademán de moverse.
Archime no pudo hacer otra cosa que dejarse arrastrar hasta Maciel una vez más. Como aquella ocasión en la bahía. En realidad había más paralelismos de los que parecía a simple vista, pues en aquella ocasión también habían rescatado a Taro -aunque no solo a él- y el biomecánico también había agotado sus energías. El camino transcurrió si que el biomecánico fuese apenas consciente de lo que lo rodeaba, centrado en todo momento en controlar su respiración. No había llegado a darle un ataque de asma, pero si se sobreesforzaba sin duda le ocurriría.
Se aposentó en el sillón de siempre, todavía recuperando el aliento y habló tras Anriel.
—Debemos... curarlo... —musitó con la respiración agitada para después intentar llevar a cabo un hechizo de restauración.
No pudo. Probablemente todavía conservaba cierta reserva de energía mágica, pero el cansancio del uso continuado de hechizos exigentes fue superior a él. Se agitó ligeramente cuando recibió la palmada de Shaco y dejó en sus manos la tarea de curar al carabés mientras se recostaba en el sillón completamente agotado. Posiblemente debían repetir los sortilegios sanadores durante los próximos días para que Taro se recuperase correctamente, pero Archime les dio su visto bueno internamente a los que aplicó el humano a modo de primeros auxilios, dejando de preocuparse por aquel asunto en concreto.
—No deberías realizar... movimientos bruscos. Es preferible que... pidas ayuda para lo que necesites, por ahora —advirtió al carabés poco después cuando este hizo ademán de moverse.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
31/05/14, 12:17 am
Dieron el partidillo por terminado en cuanto oyeron que el puente bajaba. El carabés llevaba ventaja en ese momento, y se permitió alzar los puños al aire y dar una vuelta sobre sí mismo a modo de baile de la victoria.
-Alguien le va a dar caña al fogón hoy- canturreó mientras iba en dirección al interior-. ¡Buen partido!- añadió antes de desaparecer por la puerta de acceso al salón.
Fue a abrir el portón, encontrándose con los cuatro exploradores hechos un cromo. Estaban todos y el recuento de heridas no parecía ser muy grave, de modo que Taro no se alarmó mucho.
-Qué guapos venís- comentó sin más, y les dejó pasar-. ¿Qué habéis visto?
-Alguien le va a dar caña al fogón hoy- canturreó mientras iba en dirección al interior-. ¡Buen partido!- añadió antes de desaparecer por la puerta de acceso al salón.
Fue a abrir el portón, encontrándose con los cuatro exploradores hechos un cromo. Estaban todos y el recuento de heridas no parecía ser muy grave, de modo que Taro no se alarmó mucho.
-Qué guapos venís- comentó sin más, y les dejó pasar-. ¿Qué habéis visto?
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
31/05/14, 02:36 am
Tuvieron suerte de no tener más incidentes. Ya al llegar a terreno conocido por fin pudieron permitirse tomar aire. Todavía se preguntaba cómo esperaba Lara haber rematado a aquella cosa. Lo más fácil era no volver a pisar su territorio, como habían hecho hasta el momento con buenos resultados. No habría tardado en recuperar la verticalidad y no sabían de qué era capaz si se hubieran acercado. «Ni correr es siempre cobardía ni enfrentarse a un peligro valor. Enfrentarse a los monstruos de la ciudad yo, al menos, lo llamo estupidez». Aunque eso lo pensó, no llegó a decírselo a la ordesa, entre otras cosas porque con tanto jadeo no era capaz de hablar.
El resto del camino de vuelta lo hizo sin emitir una queja, sintiendo cada vez menos el dolor de la rodilla, pero no porque desapareciese. Si bien en esta no parecía haber nada mal en apariencia, en su hombro sí había aparecido un buen moratón. Nada importante, por suerte. Hasta que llegaron al torreón y sus músculos empezaron a relajarse, no empezó a adquirir una leve cojera.
―¿Guapos? ―soltó indignado con un mohín―. Casi nos aplasta una bola de mierda que llevaba un escarabajo de como dos metros, que quería además matarnos. También nos han caído escombros encima por intentar volarle la cabeza. Por último, hemos tenido que correr como auténticos matados porque, como es evidente, no lo conseguimos. ―Soltó el aire que le quedaba en los pulmones e inspiró profundamente hasta tranquilizarse―. El bicho más grande que vaya tolerar no debe sobrepasar eso ―añadió señalando a Xalk. «Y preferible en tamaño normal».
Al entrar se dejó caer en el sofá tan pesadamente que pensó que se lo cargaba. Se relajó a gusto, y lo único que hizo hasta la hora de irse a dormir fue cenar. Al día siguiente no se apuntó a la salida, pero la mayoría de los días seguiría saliendo, ya fuese a buscar comida o a ayudar con los recuerdos del aprendiz.
Sobre el humano precisamente habló con Keiria, porque aunque a ellos todavía no los recordaba, podían preguntarle si seguía queriendo entrenar con ellos como antaño. Si se lo planteó a la ulterana fue porque vio que ya no había recelo por su parte con el chico.
Una noche, hablando con Ippon, que dibujaba a la luz del brasero, tuvieron una idea tonta para los críos de Lara. Para cuando cayese la noche, momento en que el móvil de Keiria apenas destacaba por la oscuridad, crearon una especie de animación de formas de colores siguiendo movimientos y efectos hipnóticos. Se podría decir, de hecho, que prácticamente todo lo hizo el niño, pero el ordenador era el de Cío y trató de, al menos, dar ideas o ayudar con el programa. Como tontería que era la terminaron de hacer enseguida, y al testarla con los pequeños ordeses a estos pareció gustarles bastante. Cío pensó que era una pena que no crecieran más rápido, porque mientras gastasen aquel tamaño no se podía jugar con ellos como de verdad era divertido.
Aquella mañana se estaba hablando de salir una vez más. No sabía si unirse sin esperar a que se pronunciasen todos o no, ya que tenía un leve dolor de cabeza desde la noche anterior. Decidió esperar, a ver qué decidían los demás.
El resto del camino de vuelta lo hizo sin emitir una queja, sintiendo cada vez menos el dolor de la rodilla, pero no porque desapareciese. Si bien en esta no parecía haber nada mal en apariencia, en su hombro sí había aparecido un buen moratón. Nada importante, por suerte. Hasta que llegaron al torreón y sus músculos empezaron a relajarse, no empezó a adquirir una leve cojera.
―¿Guapos? ―soltó indignado con un mohín―. Casi nos aplasta una bola de mierda que llevaba un escarabajo de como dos metros, que quería además matarnos. También nos han caído escombros encima por intentar volarle la cabeza. Por último, hemos tenido que correr como auténticos matados porque, como es evidente, no lo conseguimos. ―Soltó el aire que le quedaba en los pulmones e inspiró profundamente hasta tranquilizarse―. El bicho más grande que vaya tolerar no debe sobrepasar eso ―añadió señalando a Xalk. «Y preferible en tamaño normal».
Al entrar se dejó caer en el sofá tan pesadamente que pensó que se lo cargaba. Se relajó a gusto, y lo único que hizo hasta la hora de irse a dormir fue cenar. Al día siguiente no se apuntó a la salida, pero la mayoría de los días seguiría saliendo, ya fuese a buscar comida o a ayudar con los recuerdos del aprendiz.
Sobre el humano precisamente habló con Keiria, porque aunque a ellos todavía no los recordaba, podían preguntarle si seguía queriendo entrenar con ellos como antaño. Si se lo planteó a la ulterana fue porque vio que ya no había recelo por su parte con el chico.
Una noche, hablando con Ippon, que dibujaba a la luz del brasero, tuvieron una idea tonta para los críos de Lara. Para cuando cayese la noche, momento en que el móvil de Keiria apenas destacaba por la oscuridad, crearon una especie de animación de formas de colores siguiendo movimientos y efectos hipnóticos. Se podría decir, de hecho, que prácticamente todo lo hizo el niño, pero el ordenador era el de Cío y trató de, al menos, dar ideas o ayudar con el programa. Como tontería que era la terminaron de hacer enseguida, y al testarla con los pequeños ordeses a estos pareció gustarles bastante. Cío pensó que era una pena que no crecieran más rápido, porque mientras gastasen aquel tamaño no se podía jugar con ellos como de verdad era divertido.
Aquella mañana se estaba hablando de salir una vez más. No sabía si unirse sin esperar a que se pronunciasen todos o no, ya que tenía un leve dolor de cabeza desde la noche anterior. Decidió esperar, a ver qué decidían los demás.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
31/05/14, 01:27 pm
Archime observó el desarrollo del juego desde su posición. Poco después del inicio del mismo, los hijos de Lara rompieron a llorar nuevamente y el biomecánico volvió a mover el móvil, esta vez con las manos. Ello no los calmó por completo y el irrense se rascó la nuca con nerviosismo mientras observaba alternativamente a los jugadores, pensando en preguntarles qué debería hacer pero no queriendo interrumpirlos. Finalmente, recurrió a la magia, como siempre, y se apresuró a conjurar un bloque de hielo luminoso que movió sobre las cabezas de los pequeños. Como tuvo éxito, a continuación probó otros conjuros menores e invocó unas llamas pequeñas a las que dotó de diferentes colores, asegurándose de mantenerlas siempre alejadas de los niños, que las miraban fijamente con fascinación y extendían los brazos hacia ellas. Esculpió las llamas, dándoles diversas formas sencillas que desfilaron ante los atentos ojos de los niños. Por suerte, cuando ya empezaba a considerar que ya había gastado suficiente magia de aquella manera, los pequeños comenzaron a bostezar y Archime devolvió a las llamas a su color original, manteniendo una forma simple, como si estuviesen prendidas sobre una vela. El ingeniero esperó a que se durmiesen por completo y detuvo el pequeño espectáculo por completo para volver a centrar su atención en los jugadores.
Cuando el partido ya había terminado y el irrense se encontraba en el sillón con el grimorio a pantalla completa en su ordenador, mientras mantenía la cesta cerca por si los pequeños se despertaban, el grupo de exploración regresó. Archime se había levantado para subir el puente y, cuando volvió a la planta baja, pudo observar el estado en el que volvían. Escuchó el relato de lo sucedido en aquel barrio de proporciones gigantescas mientras le tendía a la ordesa la cesta donde aún dormían sus hijos. Habían utilizado el circuito rúnico explosivo, por lo que apuntó mentalmente realizar otro para volver a ponerlo a su disposición, tal vez aumentando, además, la potencia de la explosión.
Durante los siguientes días el biomecánico practicó nuevos hechizos. Una tarde salió al patio y conjuró nubes sobre el mismo, a las cuales hizo que captasen humedad del ambiente para provocar una pequeña lluvia. Al mismo tiempo probó un hechizo sencillo que consistía en un tapón mágico y el cual probó sobre la boca del pozo, comprobando que la lluvia no se filtraba con dicho sortilegio aplicado sobre la misma. Después de las pruebas, aplicó reiteradas veces el hechizo de drenaje para no dejar el patio completamente mojado ya que alguien podría resbalarse y tener un accidente innecesario.
Aquella mañana había vuelto a despertarse en la cama cuando se había quedado dormido en el salón, tras pasarse el efecto de un hechizo de iluminación que había probado. Consistía en iluminar una estancia realizando una simple palmada como único gesto y comprobó que según pasaban los minutos la luz se atenuaba. Dicho efecto logró que el biomecánico se sintiese más somnoliento progresivamente hasta quedarse dormido, una vez más, en el sillón. Ya no le sorprendió encontrarse metido en la cama por la mañana, aunque sin haberse cambiado de ropa ya que lo único que se había quitado era la bata, la cual encontró pulcramente colgada de una silla. Sin demorarse demasiado, bajó a la cocina para desayunar.
El aprendiz anunció que quería volver a realizar una nueva salida en busca de sus recuerdos y Archime propuso la biblioteca ya que habían estado varias veces allí. Además, nunca era mal momento para visitar la biblioteca, por lo que si el humano accedía, lo acompañaría.
Cuando el partido ya había terminado y el irrense se encontraba en el sillón con el grimorio a pantalla completa en su ordenador, mientras mantenía la cesta cerca por si los pequeños se despertaban, el grupo de exploración regresó. Archime se había levantado para subir el puente y, cuando volvió a la planta baja, pudo observar el estado en el que volvían. Escuchó el relato de lo sucedido en aquel barrio de proporciones gigantescas mientras le tendía a la ordesa la cesta donde aún dormían sus hijos. Habían utilizado el circuito rúnico explosivo, por lo que apuntó mentalmente realizar otro para volver a ponerlo a su disposición, tal vez aumentando, además, la potencia de la explosión.
Durante los siguientes días el biomecánico practicó nuevos hechizos. Una tarde salió al patio y conjuró nubes sobre el mismo, a las cuales hizo que captasen humedad del ambiente para provocar una pequeña lluvia. Al mismo tiempo probó un hechizo sencillo que consistía en un tapón mágico y el cual probó sobre la boca del pozo, comprobando que la lluvia no se filtraba con dicho sortilegio aplicado sobre la misma. Después de las pruebas, aplicó reiteradas veces el hechizo de drenaje para no dejar el patio completamente mojado ya que alguien podría resbalarse y tener un accidente innecesario.
Aquella mañana había vuelto a despertarse en la cama cuando se había quedado dormido en el salón, tras pasarse el efecto de un hechizo de iluminación que había probado. Consistía en iluminar una estancia realizando una simple palmada como único gesto y comprobó que según pasaban los minutos la luz se atenuaba. Dicho efecto logró que el biomecánico se sintiese más somnoliento progresivamente hasta quedarse dormido, una vez más, en el sillón. Ya no le sorprendió encontrarse metido en la cama por la mañana, aunque sin haberse cambiado de ropa ya que lo único que se había quitado era la bata, la cual encontró pulcramente colgada de una silla. Sin demorarse demasiado, bajó a la cocina para desayunar.
El aprendiz anunció que quería volver a realizar una nueva salida en busca de sus recuerdos y Archime propuso la biblioteca ya que habían estado varias veces allí. Además, nunca era mal momento para visitar la biblioteca, por lo que si el humano accedía, lo acompañaría.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
31/05/14, 05:14 pm
Taro resopló exasperado ante el relato de Cío pero no comentó nada. ¿Para qué hacerse el sorprendido a aquellas alturas? Bien podrían haber vuelto cubiertos de purpurina rosa y tampoco habría resultado anormal en aquella ciudad.
Se alegró de haberse quedado en casa en esta ocasión, aunque por otra parte las vistas desde lo alto de un edificio de aquel barrio debían ser espectaculares. El carabés tomó nota de por dónde quedaba por si alguna vez conseguía que colase una propuesta de volver por allí.
Más tarde ese día, cesadas las alarmas y las curaciones de rigor para los exploradores, le volvió a la mente el asunto del aprendiz. Como siempre que le pasaba cuando no podía quitarse algo de la cabeza Taro pasó lo que quedaba de tarde inquieto, yendo de un lado a otro del torreón y sin centrarse mucho en nada. Al final cogió al ruso por banda y le soltó, con más buena intención que elegancia:
-Keiria me ha contado... A ver, no te cabrees con ella, le pregunté yo. Sé que es chungo recordar esas cosas, he pasado por ahí. Así que si alguna vez necesitas hablarlo o lo que sea... pues aquí estoy. Ya está.
Acto seguido y sin dejarle mucho margen a que respondiera Taro se escabulló de vuelta al interior del torreón. Por el camino pasó junto a una ventana, y sintió el impulso de asomarse por ella. Sin pararse a pensar por qué fue al alféizar y sacó medio cuerpo por él, buscando qué era lo que le había llamado la atención.
Frunció el ceño ante la calle vacía, que apenas alcanzaba a entrever. Nada.
Los días siguientes pasaron sin ningún acontecimiento destacable. Aquella mañana Taro se levantó muy tarde y rabiando aún por el calambre matutino, que no había conseguido desperezarle del todo, bajó al salón. Ya habían estado haciendo planes y de refilón captó que alguien proponía la biblioteca. Cuando la propuesta fue secundada Taro desconectó los oídos de la conversación y centró las escasas capacidades mentales que podía reunir en ese momento para decidir qué desayunaba.
Si alguien preguntaba si se apuntaba negaría en silencio con la cabeza, siguiendo a lo suyo. Nunca había explicado de viva voz por qué, pero daba por hecho que todos se hacían una idea. Taro hurgó dentro del congelador casero, aprovechando que no se le veía la cara para bostezar sin que nadie se diera cuenta.
Se alegró de haberse quedado en casa en esta ocasión, aunque por otra parte las vistas desde lo alto de un edificio de aquel barrio debían ser espectaculares. El carabés tomó nota de por dónde quedaba por si alguna vez conseguía que colase una propuesta de volver por allí.
Más tarde ese día, cesadas las alarmas y las curaciones de rigor para los exploradores, le volvió a la mente el asunto del aprendiz. Como siempre que le pasaba cuando no podía quitarse algo de la cabeza Taro pasó lo que quedaba de tarde inquieto, yendo de un lado a otro del torreón y sin centrarse mucho en nada. Al final cogió al ruso por banda y le soltó, con más buena intención que elegancia:
-Keiria me ha contado... A ver, no te cabrees con ella, le pregunté yo. Sé que es chungo recordar esas cosas, he pasado por ahí. Así que si alguna vez necesitas hablarlo o lo que sea... pues aquí estoy. Ya está.
Acto seguido y sin dejarle mucho margen a que respondiera Taro se escabulló de vuelta al interior del torreón. Por el camino pasó junto a una ventana, y sintió el impulso de asomarse por ella. Sin pararse a pensar por qué fue al alféizar y sacó medio cuerpo por él, buscando qué era lo que le había llamado la atención.
Frunció el ceño ante la calle vacía, que apenas alcanzaba a entrever. Nada.
-
Los días siguientes pasaron sin ningún acontecimiento destacable. Aquella mañana Taro se levantó muy tarde y rabiando aún por el calambre matutino, que no había conseguido desperezarle del todo, bajó al salón. Ya habían estado haciendo planes y de refilón captó que alguien proponía la biblioteca. Cuando la propuesta fue secundada Taro desconectó los oídos de la conversación y centró las escasas capacidades mentales que podía reunir en ese momento para decidir qué desayunaba.
Si alguien preguntaba si se apuntaba negaría en silencio con la cabeza, siguiendo a lo suyo. Nunca había explicado de viva voz por qué, pero daba por hecho que todos se hacían una idea. Taro hurgó dentro del congelador casero, aprovechando que no se le veía la cara para bostezar sin que nadie se diera cuenta.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
31/05/14, 09:18 pm
Aprendiz
El joven ruso respondió a la ulterana con una sonrisa algo apenada y se despidió de ella. Ella y Taro echaron un partido con la pelota mientras Archi con los niños los observaba. Se sentia que no merecia disfrutar de nada de momento y así estuvo, todavia sin ganas de nada hasta que pasó el tiempo. Taro parecio haber ganado.
Entonces se escuchó como habian llegado los otros de la salida. Algo recluciente, el aprendiz se acercó a observar las maugulladuras que tenian unos y otros. Y el olor. Pero se sintió aliviado de oir que seguian de una pieza, aun a pesar de los problemas.
Después, Taro se acercó a él y le mostró su empatia y preocupación, para decirle al final que si necesitaba hablar con él que no lo dudara para luego escaparse con aparatosidad. La sonrisa del ruso tardó un par de minutos en desaparecer pero lo acabó haciendo.
Los siguientes dias, el aprendiz se mostró terriblemente pasivo. Apenas reia y el hecho que no encontraban nada en particular de sus recuerdos alli donde iban tan solo le deprimia más. Entrenaba por su cuenta y cuando se le avisaba para entrenar en compañia accedia, pero no se mostraba exultante de energia como solia, sino más bien apagado.
Aquel dia se habia propuesto ir a la biblioteca, con tal de encontrar posibles objetos personales y recuerdos en ella. El chico no estaba muy seguro del lugar, pero acabó por acceder a ir. No habia mucho positivismo en él con aquella excursión. Estuvo listo de los primeros, con el bõ al hombro y algo cabizabajo.
El joven ruso respondió a la ulterana con una sonrisa algo apenada y se despidió de ella. Ella y Taro echaron un partido con la pelota mientras Archi con los niños los observaba. Se sentia que no merecia disfrutar de nada de momento y así estuvo, todavia sin ganas de nada hasta que pasó el tiempo. Taro parecio haber ganado.
Entonces se escuchó como habian llegado los otros de la salida. Algo recluciente, el aprendiz se acercó a observar las maugulladuras que tenian unos y otros. Y el olor. Pero se sintió aliviado de oir que seguian de una pieza, aun a pesar de los problemas.
Después, Taro se acercó a él y le mostró su empatia y preocupación, para decirle al final que si necesitaba hablar con él que no lo dudara para luego escaparse con aparatosidad. La sonrisa del ruso tardó un par de minutos en desaparecer pero lo acabó haciendo.
Los siguientes dias, el aprendiz se mostró terriblemente pasivo. Apenas reia y el hecho que no encontraban nada en particular de sus recuerdos alli donde iban tan solo le deprimia más. Entrenaba por su cuenta y cuando se le avisaba para entrenar en compañia accedia, pero no se mostraba exultante de energia como solia, sino más bien apagado.
Aquel dia se habia propuesto ir a la biblioteca, con tal de encontrar posibles objetos personales y recuerdos en ella. El chico no estaba muy seguro del lugar, pero acabó por acceder a ir. No habia mucho positivismo en él con aquella excursión. Estuvo listo de los primeros, con el bõ al hombro y algo cabizabajo.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
01/06/14, 09:52 pm
Lara llegó a Maciel con el pie ensangrentado y lo primero que hizo, todavía enfurruñada, fue sentarse a curárselo sobre el propio suelo de la entrada. Del corte de la mejilla se había olvidado por completo. Todavía estaba mosqueada por haber dejado escapar una oportunidad de oro para rematar a aquel insecto. <<Lo teníamos en el bote, joder ¿Cómo vamos a mejorar una mierda si solamente huimos y huimos y huimos? Podíamos haberle cortado las patas y atravesarlo desde arriba. ¿Qué nos habría podido hacer un escarabajo inválido? Pufff... >>. Lara resopló tanto real como mentalmente. Entendía el miedo de sus compañeros, pero la cobardía de la que hacían gala por no plantearse el enfrentamiento le provocaba úlceras en el orgullo grupal.
Lara se fue a la cama todavía molesta y, tras un par de horas durmiendo incómodamente, la despertó una pesadilla. Estaba tiritando, cubierta de sudor y con los ojos a punto de arrancar a llorar. Se abrazó fuertemente a sí misma y se sentó sobre la almohada, mirando a un punto muerto en la pared. <<No me merezco esto…>> se repetía una y otra vez. En ocasiones anteriores se calmaba pensando que los sueños no eran reales, pero a estas alturas aquella había dejado de ser una afirmación segura.
Incapaz de dormir, la ordesa subió los sacos de huesos sobre el colchón y dejó que pasaran las horas mientras los contemplaba. Poco a poco se fue haciendo preguntas cuya respuesta era difícil de adivinar: <<¿Qué habrá sido de ellos? ¿Uno se muere sin más o sus pensamientos viajan a alguna parte? ¿Cómo se llama esa alguna parte, de existir? ¿Merecerá la pena morirse? ¿Serán felices allí?>>. Esas primeras preguntas condujeron a una última, decisiva para que la mentalidad de la ordesa se resquebrajara un poco más:
<<¿Los muertos necesitan dormir?>>.
Aquella pregunta le resultó tan turbia por alguna razón que Lara no fue capaz de aguantar más la mirada sobre los huesos. A la madre no le quedó otro remedio que subir hasta el estudio y dejar que fuesen las runas quienes la acunaran hasta caer dormida. Sin embargo, varias jornadas más tarde, en las que Lara volvió a su condición de reclusa voluntaria, la ordesa se encontró a sí misma en el patio una noche. Acunaba dos sacos de huesos a la luz de unos murciélagos llameantes que iban y venían, como sus nanas. Arrullos para dos bebés muertos.
Al día siguiente, la rutina se levantaría con ella y cualquiera de sus compañeros podría encontrarla disparando saetas contra las dianas con tanto ahínco que a veces se le escapaba un grito al tensar el arco. Lara estaba asustada de sí misma. Y, en el fondo, de absolutamente todo.
Lara se fue a la cama todavía molesta y, tras un par de horas durmiendo incómodamente, la despertó una pesadilla. Estaba tiritando, cubierta de sudor y con los ojos a punto de arrancar a llorar. Se abrazó fuertemente a sí misma y se sentó sobre la almohada, mirando a un punto muerto en la pared. <<No me merezco esto…>> se repetía una y otra vez. En ocasiones anteriores se calmaba pensando que los sueños no eran reales, pero a estas alturas aquella había dejado de ser una afirmación segura.
Incapaz de dormir, la ordesa subió los sacos de huesos sobre el colchón y dejó que pasaran las horas mientras los contemplaba. Poco a poco se fue haciendo preguntas cuya respuesta era difícil de adivinar: <<¿Qué habrá sido de ellos? ¿Uno se muere sin más o sus pensamientos viajan a alguna parte? ¿Cómo se llama esa alguna parte, de existir? ¿Merecerá la pena morirse? ¿Serán felices allí?>>. Esas primeras preguntas condujeron a una última, decisiva para que la mentalidad de la ordesa se resquebrajara un poco más:
<<¿Los muertos necesitan dormir?>>.
Aquella pregunta le resultó tan turbia por alguna razón que Lara no fue capaz de aguantar más la mirada sobre los huesos. A la madre no le quedó otro remedio que subir hasta el estudio y dejar que fuesen las runas quienes la acunaran hasta caer dormida. Sin embargo, varias jornadas más tarde, en las que Lara volvió a su condición de reclusa voluntaria, la ordesa se encontró a sí misma en el patio una noche. Acunaba dos sacos de huesos a la luz de unos murciélagos llameantes que iban y venían, como sus nanas. Arrullos para dos bebés muertos.
Al día siguiente, la rutina se levantaría con ella y cualquiera de sus compañeros podría encontrarla disparando saetas contra las dianas con tanto ahínco que a veces se le escapaba un grito al tensar el arco. Lara estaba asustada de sí misma. Y, en el fondo, de absolutamente todo.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
02/06/14, 01:25 pm
Aquella noche la sombra de Kei hizo algo extraño. Ri tenía los ojos posados en ella, absorta, cuando al fijarse le pareció que se distorsionaba un momento. Se dijo que era un juego de luces y continuó sin darle más importancia. Sin embargo, durante los días que siguieron, se fijaba de vez en cuando en ella de forma inconsciente. Todas las veces, sin importar la luz, algo parecía desfigurarla. Solo un instante, como si hubiera sido pillada en falta y se escondiese de su mirada. Unida a la sensación de que algo la acompañaba cuando estaba a solas, Ri comenzó a estar alerta y a dormir mal.
Cuando se habló de salir, se apuntó con firmeza. Una parte de ella pensaba que estaba loca por salir del torreón al encuentro de casas carnívoras y escarabajos gigantes pero lo cierto es que los prefería a un mal indistinguible y al miedo a estar a solas. Nero, por supuesto, también se preparó con las armas a un lado del pantalón.
Cuando se habló de salir, se apuntó con firmeza. Una parte de ella pensaba que estaba loca por salir del torreón al encuentro de casas carnívoras y escarabajos gigantes pero lo cierto es que los prefería a un mal indistinguible y al miedo a estar a solas. Nero, por supuesto, también se preparó con las armas a un lado del pantalón.
-
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
02/06/14, 09:43 pm
Fue un partido reñido, pero para cuando los demás llegaron y acordaron terminar, era el carabés el que llevaba ventaja. Keiria aceptó la derrota con una sonrisa sincera, prometiéndole a su contrincante cuando se alejaba que la próxima vez seria distinto. La pelirroja entró tras Taro, cavilando ya sobre el menú para la cena, pero las pintas que traían los expedicionarios rompieron el hilo de sus pensamientos. Les resumieron la historia, y una vez todos estuvieron curados, la ulterana se apalancó en la cocina, sin muchas ganas de pensar en lo que le había sucedido a sus compañeros.
Preparó carne asada con guarnición de verduras salteadas y una especie de puré de patata con unos tubérculos de color rojizo, llamando a los macieleros cuando todo estuvo listo. Sirvió ración doble al carabés, como habían acordado, pero todo aquel que quiso repetir pudo hacerlo, pues había hecho comida de sobra. La ibolense no trasnocho en aquella ocasión, y poco después de recoger la cocina subió a acostarse, cayendo dormida casi al instante.
Los días siguientes transcurrieron con bastante tranquilidad, sin ningun suceso destacable aparte de la conversación que mantuvo con Cío sobre si invitar al pelinaranja a los entrenamientos. La ulterana no tuvo ningun problema con ello, y accedió a proponerselo. No había vuelto a hablar con el humano de la conversación que habían mantenido en el patio, pues aunque buscaba el momento adecuado, este no se presentaba nunca.
Continúa en la Biblioteca Mágica.
Preparó carne asada con guarnición de verduras salteadas y una especie de puré de patata con unos tubérculos de color rojizo, llamando a los macieleros cuando todo estuvo listo. Sirvió ración doble al carabés, como habían acordado, pero todo aquel que quiso repetir pudo hacerlo, pues había hecho comida de sobra. La ibolense no trasnocho en aquella ocasión, y poco después de recoger la cocina subió a acostarse, cayendo dormida casi al instante.
Los días siguientes transcurrieron con bastante tranquilidad, sin ningun suceso destacable aparte de la conversación que mantuvo con Cío sobre si invitar al pelinaranja a los entrenamientos. La ulterana no tuvo ningun problema con ello, y accedió a proponerselo. No había vuelto a hablar con el humano de la conversación que habían mantenido en el patio, pues aunque buscaba el momento adecuado, este no se presentaba nunca.
—
Aquella mañana se propuso una salida hacia la biblioteca, y Keiria no tuvo que pensárselo demasiado antes de apuntarse. Se pertrechó para el paseo con sus armas y algo de comida, pues aunque el destino era un lugar seguro podía pasar cualquier cosa de camino. Cuando estuvo lista se reunió con sus compañeros en la puerta, y tras despedirse de los demás, se pusieron en marcha hacia el norte.Continúa en la Biblioteca Mágica.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
02/06/14, 11:14 pm
Un total de cinco personas salían de expedición, y además por una zona que tenía más que vista. Eso ayudó a que decidiera quedarse, y se terminó el desayuno con calma mientras los demás se marchaban. Tras recoger y salir al patio a hacer algunos estiramientos volvió a interior, pensando en subir a la habitación para coger una chaqueta de manga larga. Había sentido un escalofrío estando fuera y, aunque no tenía frío, era mejor prevenir que curar. Cuando se asomó, encontró a Taro totalmente entusiasmado gesticulando, con aquel reproductor de música a la vieja usanza. Pensó que estaría siguiendo el ritmo imitando algún instrumento manual o algo así. Al acercarse al baúl soltaba una carcajada, y empezó a urgar en este.
―Debe estar emocionante eso ―bromeó―. A propósito, ¿cómo le cargas la batería? ―añadió, dejando de lado el cachondeo. El ordenador de Ippon hacía meses que se había convertido en un trasto inútil.
―Debe estar emocionante eso ―bromeó―. A propósito, ¿cómo le cargas la batería? ―añadió, dejando de lado el cachondeo. El ordenador de Ippon hacía meses que se había convertido en un trasto inútil.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
03/06/14, 12:49 am
Taro sabía que se avecinaban como mínimo un par de horas muertas y no le apetecía salir al patio mientras aún hacía frío, de modo que se había limitado a subir al dormitorio a digerir la modorra matutina escuchando música. A sabiendas de que era muy poco probable que irrumpiera nadie había subido el volumen a tope, y de seguir el ritmo con la cabeza y los pies había acabado tocando, enfocadísimo, una guitarra invisible. Solía hacerlo antes de ir a Rocavarancolia, y tal y como quedó patente cuando Cío entró a por algo, al carabés aún se le olvidaba a veces que ahora vivía acompañado.
Paró inmediatamente, interrumpido en mitad de un punteo, y miró a Cío al principio con la cara del crío al que han pillado con la mano metida en el tarro de las galletas. Luego sacudió la cabeza con una risotada y con ella se sacudió el corte.
-Bueno, ahí quedan mis ilusiones de ser guitarrista profesional- se encogió de hombros-. Sueno bien, ¿eh?
>>Por tacto- respondió a la pregunta, sin comprender con qué otra cosa podían recargarse. Luego cayó en que los reproductores de Irraria seguramente funcionaban de forma diferente, con aquella electricidad suya, y aclaró:-. Como los talismanes de aquí. ¿Los vuestros cómo son?
Paró inmediatamente, interrumpido en mitad de un punteo, y miró a Cío al principio con la cara del crío al que han pillado con la mano metida en el tarro de las galletas. Luego sacudió la cabeza con una risotada y con ella se sacudió el corte.
-Bueno, ahí quedan mis ilusiones de ser guitarrista profesional- se encogió de hombros-. Sueno bien, ¿eh?
>>Por tacto- respondió a la pregunta, sin comprender con qué otra cosa podían recargarse. Luego cayó en que los reproductores de Irraria seguramente funcionaban de forma diferente, con aquella electricidad suya, y aclaró:-. Como los talismanes de aquí. ¿Los vuestros cómo son?
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
03/06/14, 01:15 am
―Buf. La magia para quien la entienda ―respondió en broma―. Pensaba que irían por electricidad, como nuestros ordenadores. ―Alzó la muñeca izquierda al mencionarlo―. Los que no van directamente conectados a nosotros se descargan con el uso y hay que enchufarlos a la corriente. ―Mientras hablaba se acercó al carabés para examinar su cacharro de cerca. No parecía servir para mucho más, y era de quita y pon.
―¿Sabes tocar instrumentos clásicos? ―preguntó de pronto. Era algo lo suficientemente poco común para él como para llamar su atención―. Mi hermano quería ser músico, pero usaba un teclado y un montón de metralla que tenía metida en su ordenador.
No sabía por qué lo había sacado a colación. A pesar de la envidia que pudiera tenerle, suponía que en el fondo estaba orgulloso de él. Al menos Radilo había sabido encontrar la forma de tratar de dejar aquella explotación agraria de poca monta.
―¿Sabes tocar instrumentos clásicos? ―preguntó de pronto. Era algo lo suficientemente poco común para él como para llamar su atención―. Mi hermano quería ser músico, pero usaba un teclado y un montón de metralla que tenía metida en su ordenador.
No sabía por qué lo había sacado a colación. A pesar de la envidia que pudiera tenerle, suponía que en el fondo estaba orgulloso de él. Al menos Radilo había sabido encontrar la forma de tratar de dejar aquella explotación agraria de poca monta.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
03/06/14, 11:31 am
-El mío es un trasto- repuso Taro, descolgándose los auriculares de las orejas y pasándoselos a Cío cuando quiso examinarlos-. Pero tuve que ahorrar la hostia para conseguirlo y más me vale que no se me estropee aquí.
En aquel periodo de tiempo y esfuerzo por conseguir créditos extra incluso había sacado una puntuación de ochenta en uno de los controles de Mágico-Técnica. Taro aún no sabía con qué entidad sobrenatural había hecho un pacto sin darse cuenta para conseguirlo, y temía el momento en que dicha entidad viniese algún día a cobrarse el precio del favor.
Asintió pensativo ante lo que le contó el irrense: era lógico que teniendo uno disponible la fuente de recarga, todos los aparatos estuvieran permanentemente conectados. Debía de ser práctiquísimo tener el ordenador disponible las veinticuatro horas del día, pero por otro lado no lo entendía. ¿Podían pasarse ahí todo el día si querían? A juzgar por la despreocupación con la que los tres irrenses usaban sus terminales, no parecía que hubiesen tenido nunca los privilegios de red restringidos. Taro no les envidiaba mucho, dado que la red en Carabás no estaba enfocada al entretenimiento precisamente para evitar ese tipo de cosas.
La pregunta de Cío le distrajo y bufó con sorna.
-¿Sabes cuánto cuesta un chisme de esos?- resopló y negó con la cabeza-. No me daban los cuartos para tener uno. Y para usar la sala de música tienes que pasar por lista de espera, tener la puntuación mínima, y apañártelas para ensayar cuando ninguno de los capullos de la rama de artes esté ahí para reírse. Así que no he tocado una guitarra literalmente en toda mi vida.
Se echó hacia atrás, sentado en la cama con las piernas cruzadas.
-Pero me habría gustado mucho, sí- reconoció-. Eh, ¿cómo es que conoces a tu hermano?- aquella parte le había sorprendido.
En aquel periodo de tiempo y esfuerzo por conseguir créditos extra incluso había sacado una puntuación de ochenta en uno de los controles de Mágico-Técnica. Taro aún no sabía con qué entidad sobrenatural había hecho un pacto sin darse cuenta para conseguirlo, y temía el momento en que dicha entidad viniese algún día a cobrarse el precio del favor.
Asintió pensativo ante lo que le contó el irrense: era lógico que teniendo uno disponible la fuente de recarga, todos los aparatos estuvieran permanentemente conectados. Debía de ser práctiquísimo tener el ordenador disponible las veinticuatro horas del día, pero por otro lado no lo entendía. ¿Podían pasarse ahí todo el día si querían? A juzgar por la despreocupación con la que los tres irrenses usaban sus terminales, no parecía que hubiesen tenido nunca los privilegios de red restringidos. Taro no les envidiaba mucho, dado que la red en Carabás no estaba enfocada al entretenimiento precisamente para evitar ese tipo de cosas.
La pregunta de Cío le distrajo y bufó con sorna.
-¿Sabes cuánto cuesta un chisme de esos?- resopló y negó con la cabeza-. No me daban los cuartos para tener uno. Y para usar la sala de música tienes que pasar por lista de espera, tener la puntuación mínima, y apañártelas para ensayar cuando ninguno de los capullos de la rama de artes esté ahí para reírse. Así que no he tocado una guitarra literalmente en toda mi vida.
Se echó hacia atrás, sentado en la cama con las piernas cruzadas.
-Pero me habría gustado mucho, sí- reconoció-. Eh, ¿cómo es que conoces a tu hermano?- aquella parte le había sorprendido.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
03/06/14, 01:40 pm
Los auriculares sí se parecían mucho a los que usaban los críos en Irraria, aunque eran más grandes. Hizo una prueba con uno, pero no le encajaba en la oreja. Se quedó un momento escuchando la música que salía por ellos, aun así. Sonaba bastante bien. «Vaya, pues no parece algo tan caro».
Mientras Taro hablaba continuó sujetando el auricular cerca del oído, sin saber siquiera que estaba cogiendo el de la oreja contraria.
―¿Es que vivís en una dictadura? ―preguntó automáticamente durante su explicación acerca de los instrumentos, entornando los ojos. En Irraria los instrumentos clásicos eran sencillamente escasos, pero la gente con buenos sueldos podía ahorrar para pagárselos. Lo que le llamó la atención fue que, a pesar de compartirlos, no podía acceder a ellos, y no entendía por qué.
―¿Eh? ¿Es tan raro? ―preguntó, sorprendido por el cambio de tema. Aunque hubiese hermanos que se viesen más bien poco, era muy improbable que no llegasen ni a conocerse―. Es lo normal, no sé. ¿A vosotros os separan o algo así? ―Le devolvió el reproductor con cuidado―. Hey, no suena nada mal.
Mientras Taro hablaba continuó sujetando el auricular cerca del oído, sin saber siquiera que estaba cogiendo el de la oreja contraria.
―¿Es que vivís en una dictadura? ―preguntó automáticamente durante su explicación acerca de los instrumentos, entornando los ojos. En Irraria los instrumentos clásicos eran sencillamente escasos, pero la gente con buenos sueldos podía ahorrar para pagárselos. Lo que le llamó la atención fue que, a pesar de compartirlos, no podía acceder a ellos, y no entendía por qué.
―¿Eh? ¿Es tan raro? ―preguntó, sorprendido por el cambio de tema. Aunque hubiese hermanos que se viesen más bien poco, era muy improbable que no llegasen ni a conocerse―. Es lo normal, no sé. ¿A vosotros os separan o algo así? ―Le devolvió el reproductor con cuidado―. Hey, no suena nada mal.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
03/06/14, 02:52 pm
Taro frunció el ceño automáticamente, aunque de haberse parado a pensarlo habría podido darse cuenta de que lo que imperaba en Carabás se asemejaba de forma peligrosa, efectivamente, a una modalidad de dictadura.
-No, son los puntos- le corrigió, con la máxima en la que le habían criado toda su vida. Era algo tan básico que no cayó en la cuenta de que Cío no tenía por qué entender aquella frase-. Si no rindes, no ganas. Y yo no rendía.
No lo dijo con amargura. La que le hubiera podido quedar por no estar a la altura de sus compañeros se había apagado hacía ya bastante tiempo, cuando se había acogido al fácil recurso de dejar de intentarlo.
-Pues... donde yo vengo sí- dijo con vacilación sobre el asunto de los hermanos-. Más que separarnos... nos criamos todos en el mismo lado. La mayoría nacen ya en una sede estatal, los que menos los entregan las madres, y muy pocos se crían en casa. Pero esos son los mimados- soltó el estereotipo sin pensarlo, ya que nunca había tenido motivos para ponerlo en duda-. Así que solo esos últimos llegan a saber si tienen algún hermano. Se supone que los demás también si nuestros padres dejan sus datos, pero total, ¿para qué?- se encogió de hombros. Él nunca había acudido al registro a comprobarlo, y estaba seguro de que la gran mayoría tampoco-. Por eso me ha llamado la atención. No te ofendas, pero no tienes cara de niño de mamá.
Sonrió cuando Cío declaró que le gustaba lo que oía.
-Oye, ¿sigues teniendo música ahí dentro?- inquirió señalando la muñeca del irrense. Si tenían gustos parecidos, aquello podía resultar en un intercambio cultural provechoso.
-No, son los puntos- le corrigió, con la máxima en la que le habían criado toda su vida. Era algo tan básico que no cayó en la cuenta de que Cío no tenía por qué entender aquella frase-. Si no rindes, no ganas. Y yo no rendía.
No lo dijo con amargura. La que le hubiera podido quedar por no estar a la altura de sus compañeros se había apagado hacía ya bastante tiempo, cuando se había acogido al fácil recurso de dejar de intentarlo.
-Pues... donde yo vengo sí- dijo con vacilación sobre el asunto de los hermanos-. Más que separarnos... nos criamos todos en el mismo lado. La mayoría nacen ya en una sede estatal, los que menos los entregan las madres, y muy pocos se crían en casa. Pero esos son los mimados- soltó el estereotipo sin pensarlo, ya que nunca había tenido motivos para ponerlo en duda-. Así que solo esos últimos llegan a saber si tienen algún hermano. Se supone que los demás también si nuestros padres dejan sus datos, pero total, ¿para qué?- se encogió de hombros. Él nunca había acudido al registro a comprobarlo, y estaba seguro de que la gran mayoría tampoco-. Por eso me ha llamado la atención. No te ofendas, pero no tienes cara de niño de mamá.
Sonrió cuando Cío declaró que le gustaba lo que oía.
-Oye, ¿sigues teniendo música ahí dentro?- inquirió señalando la muñeca del irrense. Si tenían gustos parecidos, aquello podía resultar en un intercambio cultural provechoso.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
03/06/14, 04:22 pm
Que una sociedad se basase en un sistema de puntos lo dejó pensativo. ¿Acaso no era Irraria parecida con sus test? Y aun así, se le antojaba más restrictivo todavía ese sistema carabés. Él también había sido alguien que no rendía, o que no tenía ninguna habilidad en especial, como sí su hermano. Sus posibilidades de llegar a tener otro trabajo o vivir en otro lugar eran prácticamente cero.
La explicación sobre qué pasaba con los niños en Carabás le resultó extraña, pero tampoco demasiado, al menos al principio. En las ciudades irrenses eso era lo que faltaba, dar a los niños a los colegios anónimamente. Los había que se veían mucho, y los había que se desapegaban completamente de su familia. Fue la mención a los niños mimados lo que le arrancó una risotada.
―Para mí, al menos, los niños mimados son los que van a los internados en las ciudades. Tienen un montón de posibilidades por delante, tienen a sus padres detrás igual dándoles todo lo que quieren, y encima no viven en el culo del mundo. ―Tiendas, amigos… todo eso en un pueblo era algo mucho más difícil de encontrar―. Puede que nosotros viviésemos con nuestros padres, pero lo único que nos enseñaron es a deslomarnos recogiendo verdura y llevándola de un lado para otro. Cero ventajas en todo. ―«Ya me hubiera gustado a mí no verle el pelo al viejo todos estos años».
―Sí, por tener… ―empezó, cuando Taro hizo la última pregunta, a la vez que daba toquecitos al ordenador―. Pero si quisieras oírla… Ah, creo que Ippon tenía unos auriculares, podría reconocerlos y enviar por ellos el audio. Tenemos implantes auditivos así que no llevamos altavoces encima ―explicó―. A lo mejor ya se les ha acabado la batería, me parece que estaban… ―Entró a la habitación contigua y volvió con ellos en la mano. El niño tenía su ordenador inutilizado abandonado en una repisa, y a su lado estaban los auriculares también. Se los tendió a Taro, como preguntando «¿va?». Se había intercambiado mucha información entre mundos, pero música no, que él supiera.
La explicación sobre qué pasaba con los niños en Carabás le resultó extraña, pero tampoco demasiado, al menos al principio. En las ciudades irrenses eso era lo que faltaba, dar a los niños a los colegios anónimamente. Los había que se veían mucho, y los había que se desapegaban completamente de su familia. Fue la mención a los niños mimados lo que le arrancó una risotada.
―Para mí, al menos, los niños mimados son los que van a los internados en las ciudades. Tienen un montón de posibilidades por delante, tienen a sus padres detrás igual dándoles todo lo que quieren, y encima no viven en el culo del mundo. ―Tiendas, amigos… todo eso en un pueblo era algo mucho más difícil de encontrar―. Puede que nosotros viviésemos con nuestros padres, pero lo único que nos enseñaron es a deslomarnos recogiendo verdura y llevándola de un lado para otro. Cero ventajas en todo. ―«Ya me hubiera gustado a mí no verle el pelo al viejo todos estos años».
―Sí, por tener… ―empezó, cuando Taro hizo la última pregunta, a la vez que daba toquecitos al ordenador―. Pero si quisieras oírla… Ah, creo que Ippon tenía unos auriculares, podría reconocerlos y enviar por ellos el audio. Tenemos implantes auditivos así que no llevamos altavoces encima ―explicó―. A lo mejor ya se les ha acabado la batería, me parece que estaban… ―Entró a la habitación contigua y volvió con ellos en la mano. El niño tenía su ordenador inutilizado abandonado en una repisa, y a su lado estaban los auriculares también. Se los tendió a Taro, como preguntando «¿va?». Se había intercambiado mucha información entre mundos, pero música no, que él supiera.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
03/06/14, 05:25 pm
Cío había hablado como si vivir en una ciudad fuese una elección. Aquello le llamó la atención, y el que se declarase "en el culo del mundo" también. ¿No había en todas partes lo mismo? Algunas ciudades centrales tenían mayor oferta de cualquiera que fuese su especialidad, pero no se echaba nunca nada de menos.
-¿Tenéis ciudades así de pequeñas?- tanteó. Ni por un momento cruzó por su mente el que el irrense se pudiera referir a pleno campo.
-Pues qué raro- comentó extrañado cuando Cío habló de cómo había crecido-. Vais justo al revés. ¿Y recogiendo verdura os da el dinero para vivir... cuatro?- no sabía si Cío tenía más hermanos aparte del que había mencionado- en una misma casa? ¿Desde el principio?
Cuando el irrense lo había mencionado Taro había deducido que sus padres debían estar bastante forrados, pero no parecía ser el caso dado que el muchacho había mencionado mover cajas de verduras.
-No sé cómo pagaríais el alquiler cuando vosotros dos erais muy críos para trabajar- admitió. ¿Cómo se sostenía aquel sistema?
Aquélla era otra de las razones por las que se miraba mal a los "niños de mamá": se consideraba que chupaban del bote.
Aceptó el auricular que le tendió Cío y se lo acercó a la oreja todo lo que pudo, ya que en el oído no encajaba. Escuchó y veinte segundos bastaron para dejarle el tímpano inutilizado: justo como a él le gustaba.
-Creo que me va a interesar este material- anunció con una sonrisa satisfecha; sin darse cuenta había empezado a balancear ligeramente la cabeza al ritmo de la música-. ¿Tienes altavoces, aparte de los implantes?- aquel detalle le había parecido muy molón-. Si es así lo puedo grabar en el mío a lo cutre, y tú igual con lo que te interese.
-¿Tenéis ciudades así de pequeñas?- tanteó. Ni por un momento cruzó por su mente el que el irrense se pudiera referir a pleno campo.
-Pues qué raro- comentó extrañado cuando Cío habló de cómo había crecido-. Vais justo al revés. ¿Y recogiendo verdura os da el dinero para vivir... cuatro?- no sabía si Cío tenía más hermanos aparte del que había mencionado- en una misma casa? ¿Desde el principio?
Cuando el irrense lo había mencionado Taro había deducido que sus padres debían estar bastante forrados, pero no parecía ser el caso dado que el muchacho había mencionado mover cajas de verduras.
-No sé cómo pagaríais el alquiler cuando vosotros dos erais muy críos para trabajar- admitió. ¿Cómo se sostenía aquel sistema?
Aquélla era otra de las razones por las que se miraba mal a los "niños de mamá": se consideraba que chupaban del bote.
Aceptó el auricular que le tendió Cío y se lo acercó a la oreja todo lo que pudo, ya que en el oído no encajaba. Escuchó y veinte segundos bastaron para dejarle el tímpano inutilizado: justo como a él le gustaba.
-Creo que me va a interesar este material- anunció con una sonrisa satisfecha; sin darse cuenta había empezado a balancear ligeramente la cabeza al ritmo de la música-. ¿Tienes altavoces, aparte de los implantes?- aquel detalle le había parecido muy molón-. Si es así lo puedo grabar en el mío a lo cutre, y tú igual con lo que te interese.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo VI)
03/06/14, 07:15 pm
―No son ciudades pequeñas, son pueblos. Tan muertos como esta ciudad pero con un noventa y nueve por ciento menos de peligros ―le había corregido divertido antes de volver con los auriculares. Después se puso a dar explicaciones a lo que había dicho Taro antes mientras peleaba con la configuración por culpa de las trabas del idioma―. Eh, la parte buena de nuestro sistema es eso, que todos tienen trabajo, nadie se muere de hambre. Más o menos. La casa, la educación, y eso, lo pone el Estado, así que siempre sobran créditos del sueldo, y lo que hagas con ellos es tu problema. ―Se obligó a sí mismo a no mencionar la parte menos idílica de todo aquello porque no era un buen momento para el politiqueo. Cuando había intentado explicarle algunas cosas a Nero no sabía si le habían quedado claras o siquiera interesado. Por otro lado, parecía que por los auriculares ya salía la música, así que escogió una pista al azar y esperó a la reacción del carabés.
Él también sonrió con satisfación cuando Taro anunció que era de su estilo. Lamentaba que tuvieran trabas para compartir el material «una pena que no hubiera sido irrense», pero a lo mejor existía alguna manera de hacer un apaño.
―No tengo nada, esos auriculares son todo lo que podemos usar, y no va a durarles la batería eternamente. No creo que se oiga muy bien grabando desde ellos, pero a las malas nos queda esperar a traernos algo que se pueda usar cuando nos dejen volver a casa.
Él también sonrió con satisfación cuando Taro anunció que era de su estilo. Lamentaba que tuvieran trabas para compartir el material «una pena que no hubiera sido irrense», pero a lo mejor existía alguna manera de hacer un apaño.
―No tengo nada, esos auriculares son todo lo que podemos usar, y no va a durarles la batería eternamente. No creo que se oiga muy bien grabando desde ellos, pero a las malas nos queda esperar a traernos algo que se pueda usar cuando nos dejen volver a casa.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.