Segundo sueño de Anriel

Asiente de forma breve mientras se pregunta como luces funcionarán las cosas ahora. Aquello había terminado de probar la inocencia de Nero. Nunca se quitaría su propia importancia. Pero también significaba que incluso si ella veía perfectamente, tenia que tratarlos a todos sin fiarse de posibles parejas. Habrian de ser todos individuos separados.
Ya no se fijaba  en la musica, excepto los breves segundos que cambiaba segun la persona. Se preguntó si estaba en su cabeza, si era otra parte del hechizo.
-Vayamos más rapido-pide-. No tenemos toda la noche.
Fuerza la marcha en el irrense. El castillo parece estar a estrellas de distancia y se esta poniendo nerviosa de nuevo. Solo esta noche.

Anriel cierra los ojos obediente. A traves de los párpados la luz la ciega, cuando llegan, aun le chispean las pupilas. El jardín del Castillo. ¿Decían que Lara estaba aqui? ¿tenía gatitos? Se dio cuenta de una verdad horrible: la madre no habría soportado la perdida de sus hijos, pero sus hijos tampoco habrian soportado la verdad de la maldición. ¿Los habrían abandonado los niños sinhadres, al verlos de noche como bolas peludas?¿Se habrían asustado los padres y sus aurvas los habrían ahogado en el lago o echado de casa? Lo más seguro, dada el ferreo respeto a la vida de sus creencias, se habrían limitado a abandonarlos. En cualquier caso, raro sería que no estuviesen muertos. Ri tendía a decirse que la muerte de esas crías era lo mejor. A veces, sin embargo, la insidiosa realidad le hablaba de un futuro en el que decían palabras y desarrollaban una conciencia, le oprimia el pecho. Aquello no era algo arbitrario, algo inevitable. Ni si quiera los libra de un futuro amargo. Es porque estaban malditos. Ahora entiende. Como animales, sin voz, sin rostro, estaban condenados. Mas que oprimirle le hace un nudo.
Se dirige a donde le ha indicado el irrense-buho a zancadas.

-¿Siguen el castillo?- deja traslucir brevemente la duda y la sorpresa, que pasa a la firmeza de siempre-. Si están en la sala de baile encontraré la manera de llevartelos.

Con la máscara puesta, Ri suaviza la mirada hasta dejarla mansa como un corderito.

- "Oh, son realmente bonitos. Había oido algo así, de gatitos hechizados, pero incluso de noche son monos, ¿no te parece? ¿Te importa si los sostengo? Quizás alguna criada me deje darles leche. Tengo algo con los animales. Son almas tan puras..."- representa esto para la madre. Tiene una cadencia suave y monotona. Años de hipocresía y buen comportamiento. Y un buen maestro en las mentiras, también. Baja la voz y dice en su neutralidad habitual:- Después del príncipe buscaré a los pequeños. Ahora solo deseáme suerte.

Dicho esto, siguió las señas. No quería perder el tiempo.

Mira a su relfejo oscuro confusa. ¿Hasta que punto no distinguen ahora los colores? ¿Cree el principe que es ella? ¿La esperaba, de algun modo, y por eso todos creen que puede besarlo? Es Nero. Se le cae el alma a los pies. Luego recapacita. Eso lo hace todo mucho más fácil. Siguiendo una coreografía que no recuerda donde aprendió, puede que un tiempo lejano, en una clase cualquiera, toma al primer chico apetecible que se cruza en su camino. Y baila para el. Son movimientos suaves, pero no carecen de intención. Esta seduciendolo, solo que la mirada que espera atraer es otra. Zalamera, conduce a su compañero a la cercanía de Nero. Cruza miradas con su reflejo y luego sonríe a Nero, como si no esperase nada de él, ni siquiera reconocimiento. Luego vuelve al peón en su juego. Conoce a Nero. No va a cazarlo, va a dejar que la cace a ella. El busca premios interesantes. Siempre.
"Robame" le desafía con los ojos en la mirada, antes de sonreír cortés a su pareja. Sus movimientos son elegantes y perfectos. No hablan de promesas oscuras, si no de algun tipo de pureza frágil. Ri es un lobo vestido de cordero.

Anriel se traga toda la incredulidad e insultos a su copia barata. Simplemente, tropieza, de forma natural, y golpea a ambos antes de que suceda el beso. Se lia en Nero y lo tira sobre el suelo.
- Vaya, lo siento, de verdad, majestad- murmura mientras lo ayuda a levantarse. Y luego añade con malicia- Oir estrategias tan viejas me hizo perder el equilibrio.

Le sonríe burlona. Le dice con los ojos "Nero, ¿ibas a dejarte cazar así? Con presas más apetecibles al alcance de la mano"

El primer grito tarda en salir de su garganta unos segundos Esta cubierta de sangre, y la escena es una suma de colores confusos. Tiene que frotarse los ojos para ver y llora de un color rosado. En mitad del shock, toca el cadaver como si las heridas bajo sus dedos pudiesen cerrarse. Burlate de mi, burlate de mi miedo, pero no estes muerto.. Que mal respira.
Algo la levanta por los brazos, y ella piensa tan, tan lento. Pero reacciona. Otro alarido, una negación. Le rompe la nariz a quien la sujeta de un codazo. Se revuelve, sabe que es un objetivo sencillo. Quizás la atraviesen con una flecha y muera como un ganso. No está pensando en eso.

- APARTAD- ruge. Va a cogerla. Se hace paso como puede entre la sala. ¿Por que tan concurrida? ¿Donde esta su reflejo negro?

Ariela es un cubo de agua fría a la impulsividad. Anriel se detiene, con el rostro sin emociones, pero surcos de sangre ajena todavía en sus mejillas.

- Bueno, teniendo en cuenta que acabas de matar a la persona que tenía que besar para librarme, librarnos, de esta parafernalia- un gesto engloba el vestido de plumas- podría haber pedido una mejor coordinación de tiempos.

Le duele el pecho más de lo que querría. Le late aun muy fuerte, asesino. ¿Por qué? La mira fijamente, helada. Puede partirle el cuello. Ahora mismo no lo haría con remordimientos. Parece casi aburrida, sin embargo. Como si tratase con Nero un mal día. No es así como deberían estar sucediendo las cosas. Piensa brevemente en los gatitos de Lara.

-Mi ultimo deber está muerto- dijo mordaz. Sus pies se arrastraron ligeramente en el suelo, buscando estabilidad.
Nero habría dicho: "Una carta también me valía". Tuvo el impulso de ponerlo en palabras, y solo posarlo en la lengua le supo a bilis.

- Pues en realidad no- dice apartando las manos-.Cambiaría la muerte de Enya. Y ya.
>Los oscuros son tan mortales como nosotras y la sociedad de grises no me exime de trabajar ni de las responsabilidades. Cuando no sean los sacerdotes o tu pareja, será tu gobierno. Y en el ultimo caso, tu misma, porque tu cuerpo pide comer y dormir y eso se paga con dinero y trabajo.- Ri hablaba fría. Sentía frío. La música era otra, de nuevo.- Siempre serás esclava de algo, Ariela. Y si crees que el deber se borra como el color, eres estúpida.

Mira de soslayo a Fara. Era un chico atractivo. Era cálido en el trato y siempre había sido bueno para su amiga. También era bueno en la cama. En un solo gesto, aprieta la traquea del pelirrojo como si pretendiese partirla, según pronuncia las ultimas silabas. No le importa nada mas que tengan que decir. Hace un gesto brusco con la otra mano para romperle el cuello.