Segundo sueño de Anriel

-No, espera- dice, deteniendolo. Para qué fingir. Taro es una Ardilla y ella un revuelto emplumado-. No voy a desmayarme, me conoces de sobra. Pero esto- se tira de una pluma del pelo como si fuese a arrancarla a fuerza bruta-, esto- remarca tocandole las orejas a Taro, tan raras, tan reales. No termina la frase ni el hilo de sus pensamientos- dime que tenemos que hacer en ese castillo, y si hay prisa, dimelo mientras vamos.

Tira de su mano y se pone en marcha. Hay cosas más importantes que un par de adornos incrustados en la piel. Ese paseo interminente, de detenerse a entender y continuar por inercia no puede ser. Lo que sea que ocurre al amanecer, parece serio.

Anriel aprieta el paso tanto como él. Nunca le ha costado correr, es veloz, vuela. "De noche personas, de día animales" ¿Que aspecto tiene ella cuando sale el sol? ¿Por que esa magia? ¿por qué ellos? Pero no se plantea que sea mentira, y por tanto se dispone a actuar como lo necesiten.
- Taro- dice en un momento algo más pausado- haré algo más que besarle si es necesario, pero dime las señas. Y si eso falla, si hay un hechicero al que matar... Nos sacaré de esta aunque tenga que arrancarle los ojos con el pico.

Duda un momento, a pesar de lo firme de sus palabras.
-¿Quien más ha caido en esto?

Sabe que eso lo pondrá nervioso, asi que prefiere interrumpirlo.
-Enseñame a entrar y haré el resto. Confia en mi.

Un ratón, por supuesto. Pequeño y chillón, que decía Nero. Atisba brevemente esa posibilidad, pero ¿ella estaría así? No, el sentido del humor de su edeel nunca llega al punto de buscarse su propio fastidio.  La música cambia y no sabe ya si extrañarse. Esta tiene que asociarse a su amigo, supone.
- Vale, pero ¿quieres decirme que aspecto tiene?-  le dice a Shaco, echando una última mirada de duda a Taro - Sin referencias absurdas.

"¿Y como voy a saber a quien besar?". No dice nada y corre, la música le sigue el ritmo, y el corazón toca las notas mientras ella se apresura. Salta los obstaculos, los usa como le han enseñado, y por algun motivo, el barro no la mancha, nada rompe su vestido de plumas. Todo le es ligero, como si no estorbase. Quizás lleva mucho tiempo así. Quizás su cuerpo se ha adaptado a lo que ya es parte de ella.

-Pues sí- "porque se explican de pena". Va con paso apresurado. Cio no será tan rapido como los otros dos chicos-. O mas bien, ¿por qué está maldición y por qué solo yo puedo romperla? Se lo dije a Taro, no tengo problemas en hacer esto. Solo querría que fuerais un poco mas especificos. Como en la manera de entrar o de reconocerle.

Anriel reflexiona unos momentos. Intenta discernir si besarlo supondrá alguna clase de compromiso, si podrá colarse asi decorada, tan inapropiado a su clase, si, una vez más, podría ser Nero. Era la unica sinhadre afectada, convertida en un ave blanca, ¿Podria ser eso su humor retorcido? Una vez más, se recuerda que tiene un papel que cumplir con él y que eso no se entorpece por una broma de mal gusto. No esta transformado, eso debe saberlo. Cio ha dicho que es la unica. Unica, ella sola. ¿Donde esta el ahora? Podria ser de ayuda. Mientras camina, se pierden las dudas.  Se desprenden mejor que las plumas blancas. Si el príncipe la elige como su esposa, no se echará atrás. Compromisos con idiotas ya ha tenido antes. ¿Que es el matrimonio para un sinhadre, si no otro papel? No pondrá en peligro a los demás.
Arregla su pelo de forma distraída, aunque no hay nada  que necesite ser arreglado. No es un misterio como funcionan los altos círculos. Sabrá ver las miradas, encontrar en los susurros al que busca. No hace falta preguntar. Las chicas ansiosas gritan con los ojos, con el cuerpo. Formaran corro, lo miraran a hurtadillas. Si le dejan pasar, ¿por qué iba él a besarla? Pero se le ofrecerá con la mirada, confiará en el brillo que su blancura deja entre las marañas de colores. Siempre ha llamado la atención, no tiene porque ser distinto ahora. Le dirá: " Si el principe me quiere honrar con un beso..." y le susurrará "yo puedo honrarlo entre las sabanas".

Asiente de forma breve mientras se pregunta como luces funcionarán las cosas ahora. Aquello había terminado de probar la inocencia de Nero. Nunca se quitaría su propia importancia. Pero también significaba que incluso si ella veía perfectamente, tenia que tratarlos a todos sin fiarse de posibles parejas. Habrian de ser todos individuos separados.
Ya no se fijaba  en la musica, excepto los breves segundos que cambiaba segun la persona. Se preguntó si estaba en su cabeza, si era otra parte del hechizo.
-Vayamos más rapido-pide-. No tenemos toda la noche.
Fuerza la marcha en el irrense. El castillo parece estar a estrellas de distancia y se esta poniendo nerviosa de nuevo. Solo esta noche.

Anriel cierra los ojos obediente. A traves de los párpados la luz la ciega, cuando llegan, aun le chispean las pupilas. El jardín del Castillo. ¿Decían que Lara estaba aqui? ¿tenía gatitos? Se dio cuenta de una verdad horrible: la madre no habría soportado la perdida de sus hijos, pero sus hijos tampoco habrian soportado la verdad de la maldición. ¿Los habrían abandonado los niños sinhadres, al verlos de noche como bolas peludas?¿Se habrían asustado los padres y sus aurvas los habrían ahogado en el lago o echado de casa? Lo más seguro, dada el ferreo respeto a la vida de sus creencias, se habrían limitado a abandonarlos. En cualquier caso, raro sería que no estuviesen muertos. Ri tendía a decirse que la muerte de esas crías era lo mejor. A veces, sin embargo, la insidiosa realidad le hablaba de un futuro en el que decían palabras y desarrollaban una conciencia, le oprimia el pecho. Aquello no era algo arbitrario, algo inevitable. Ni si quiera los libra de un futuro amargo. Es porque estaban malditos. Ahora entiende. Como animales, sin voz, sin rostro, estaban condenados. Mas que oprimirle le hace un nudo.
Se dirige a donde le ha indicado el irrense-buho a zancadas.

-¿Siguen el castillo?- deja traslucir brevemente la duda y la sorpresa, que pasa a la firmeza de siempre-. Si están en la sala de baile encontraré la manera de llevartelos.

Con la máscara puesta, Ri suaviza la mirada hasta dejarla mansa como un corderito.

- "Oh, son realmente bonitos. Había oido algo así, de gatitos hechizados, pero incluso de noche son monos, ¿no te parece? ¿Te importa si los sostengo? Quizás alguna criada me deje darles leche. Tengo algo con los animales. Son almas tan puras..."- representa esto para la madre. Tiene una cadencia suave y monotona. Años de hipocresía y buen comportamiento. Y un buen maestro en las mentiras, también. Baja la voz y dice en su neutralidad habitual:- Después del príncipe buscaré a los pequeños. Ahora solo deseáme suerte.

Dicho esto, siguió las señas. No quería perder el tiempo.