Torreón Maciel (Archivo V)
+15
Jack
Dal
Evanna
Zarket
Rocavarancolia Rol
Alicia
Naeryan
Baurus
Poblo
LEC
Yber
Giniroryu
Red
Tak
Leonart
19 participantes
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Torreón Maciel (Archivo V)
06/08/13, 02:56 pm
Recuerdo del primer mensaje :
El único que comentó fue el insectoide, mientras que tan solo se ganó las miradas reprobatorias de los demás. No tardó en contestar al clinger.
-Quizás no será agilidad en tu planeta, Kamen Rider. Pero en mi planeta la agilidad es lo que te permite, por ejemplo, minimizar el daño de una caida, el accionar ciertos aparatos, abrir algunos temas de conversacion o el poder cargar con más o menos peso... Eso solo en ocasiones, claro que luego está la fuerza.-meditó unos instantes.- Luego tambien, a veces, el tener agilidad, implica que puedes potenciar tu velocidad, pero solo si no sabes decir otra palabra que el nombre de tu especie... Es un concepto bastante raro...-
Tanto Lara Croft como el clon de geonosiano tuvieron una breve discusión sobre que camino tomar. Aunque le doliera, el clinger tenia razón sobre el tema, pero la propuesta de Lara Croft era ampliamente más interesante y divertida. No vaciló en aquella ocasion y tomó la inciativa, mientras todavia tenian la discusión reciente.
El joven ruso abrió el camino del grupo. Aunque el insecto alienigena habia desbaratado sus planes la otra vez, él ya sabia a donde se dirigian y el guiar al grupo no le costó mucho, sobretodo teniendo en cuenta que en cuanto se habia callado, todos habian decidido unanimemente pasar de él.
-Estupidos Heart Ratings...-dijo en voz baja, al comprobar lo bajos que estaban. La tabla se extendia en siete columnas y, más abajo de cada una, una cara simpática dibujada que representaba a cada uno de los miembros del grupo. Justo debajo de esta, habia un número. Las columnas se llenaban de corazoncitos palpitantes dependiendo de este y, en estos momentos el número en todos era cero o cercano a este.
>> ¿Por que no me quieren? Soy adorable hasta el estandar de adorabilidad mortal -3-
>> Parece que va a llevarte un tiempo el entender el porque.
Pronto logró vislumbrar, en la lejania, el que era su objetivo actual, a donde les estaba llevando. Era un lugar algo desolado y tétrico. El último piso parecia estar construido con huesos de algun animal gigantesco. Aquello le dio un escalofrío. Unos olores le llegaron a la nariz. Una mezcla de olores que no podia distinguir unos de otros, pero que no olia igual que el resto de la ciudad. Algo perplejo, se fijó en las múltiples aves que sobrevolaban el torreón.
-Hay un nido de pajarracos.-les señaló, para indicarles que la cantidad de aves que iban y venian al torreón no era normal. Un mal presentimiento se acogió dentro de él. No le gustaban los pájaros negros.
Atravesaron los muros, franquearon el portón roto y finalmente llegaron a la puerta. Por el patio, habia huesos enormes repartidos. Algo le decia que fuera lo que fuera que hubiera pasado en aquel lugar años atrás, habria merecido más de una historia buena y graciosa. Se apoyó en la puerta de la entrada, como para intentar forzarla de alguna manera, para descubrir que en verdad estaba abierta. La pesada puerta se abrio con un chirrido y les abrio al que seria su nuevo hogar durante los próximos meses.
El joven atravesó el umbral con la mandibula colgándole y una expresión de pasmo increible, al contemplar lo que contenia la primera sala. Casi sin pararse a respirar, agarró las escaleras de caracol e intentó escalar de ellas, extasiado por aquel lugar. El metal rechinó y le hizo quedarse congelado con un pie sobre la barandilla. Quizás no seria muy sabio subir las escaleras del modo divertido. Lentamente, bajó el pie y subió las escaleras, al principio con un poco de duda pero luego aceleró el paso, hasta que se convirtió en una carrera, otro juego más.
Se paseó por la segunda planta, explorándolo todo, las camas y el escritorio con la silla a toda velocidad, emocionado por descubrir aquel lugar, dejó escapar una risilla divertida. Corrió de vuelta por las escaleras y llamó a los demás por la escalera para que subieran tambien para, a continuación, volver a retomar la subida por las escaleras como un crio que iba a abrir sus regalos de navidad.
Llego al tercer piso y no pudo hacer otra cosa que dar saltitos y retozar de felicidad. Aquella parecia ser un piso dedicado a entrenamiento. Asi que dedujo que pensaban, como mínimo, darles las herramientas para entrenar. Feliz, no tardó mucho en explorar el resto de aquel piso, porque de verdad tenia ganas de subir a la cuarta y última planta.
Cuando llegó, vio lo que esperaba ver. Infinitud de pájaros negros apuntando sus pares de ojos hacia el enclenque joven, intentando analizarle para saber si era una amenaza. Dejó escapar un grito ahogado de una mezcla de sorpresa y terror para entonces retroceder sobre sus pasos.
Bajó las escaleras, positivamente más feliz de poder alejarse de aquella cuarta planta cuanto antes y avisó a todos los que encontró que no debian acercarse a la cuarta planta, para luego describirles lo que vio.
Finalmente, de nuevo en la planta baja, se giró hacia los que estaban ahí presentes.
-¡Tenemos camas y un piso de entrenamiento! ¡Y hasta puede que un remake malillo de una peli de las de Hitchcock! ¿Habeis encontrado algo interesante por aquí abajo?-
El único que comentó fue el insectoide, mientras que tan solo se ganó las miradas reprobatorias de los demás. No tardó en contestar al clinger.
-Quizás no será agilidad en tu planeta, Kamen Rider. Pero en mi planeta la agilidad es lo que te permite, por ejemplo, minimizar el daño de una caida, el accionar ciertos aparatos, abrir algunos temas de conversacion o el poder cargar con más o menos peso... Eso solo en ocasiones, claro que luego está la fuerza.-meditó unos instantes.- Luego tambien, a veces, el tener agilidad, implica que puedes potenciar tu velocidad, pero solo si no sabes decir otra palabra que el nombre de tu especie... Es un concepto bastante raro...-
Tanto Lara Croft como el clon de geonosiano tuvieron una breve discusión sobre que camino tomar. Aunque le doliera, el clinger tenia razón sobre el tema, pero la propuesta de Lara Croft era ampliamente más interesante y divertida. No vaciló en aquella ocasion y tomó la inciativa, mientras todavia tenian la discusión reciente.
El joven ruso abrió el camino del grupo. Aunque el insecto alienigena habia desbaratado sus planes la otra vez, él ya sabia a donde se dirigian y el guiar al grupo no le costó mucho, sobretodo teniendo en cuenta que en cuanto se habia callado, todos habian decidido unanimemente pasar de él.
-Estupidos Heart Ratings...-dijo en voz baja, al comprobar lo bajos que estaban. La tabla se extendia en siete columnas y, más abajo de cada una, una cara simpática dibujada que representaba a cada uno de los miembros del grupo. Justo debajo de esta, habia un número. Las columnas se llenaban de corazoncitos palpitantes dependiendo de este y, en estos momentos el número en todos era cero o cercano a este.
>> ¿Por que no me quieren? Soy adorable hasta el estandar de adorabilidad mortal -3-
>> Parece que va a llevarte un tiempo el entender el porque.
Pronto logró vislumbrar, en la lejania, el que era su objetivo actual, a donde les estaba llevando. Era un lugar algo desolado y tétrico. El último piso parecia estar construido con huesos de algun animal gigantesco. Aquello le dio un escalofrío. Unos olores le llegaron a la nariz. Una mezcla de olores que no podia distinguir unos de otros, pero que no olia igual que el resto de la ciudad. Algo perplejo, se fijó en las múltiples aves que sobrevolaban el torreón.
-Hay un nido de pajarracos.-les señaló, para indicarles que la cantidad de aves que iban y venian al torreón no era normal. Un mal presentimiento se acogió dentro de él. No le gustaban los pájaros negros.
Atravesaron los muros, franquearon el portón roto y finalmente llegaron a la puerta. Por el patio, habia huesos enormes repartidos. Algo le decia que fuera lo que fuera que hubiera pasado en aquel lugar años atrás, habria merecido más de una historia buena y graciosa. Se apoyó en la puerta de la entrada, como para intentar forzarla de alguna manera, para descubrir que en verdad estaba abierta. La pesada puerta se abrio con un chirrido y les abrio al que seria su nuevo hogar durante los próximos meses.
El joven atravesó el umbral con la mandibula colgándole y una expresión de pasmo increible, al contemplar lo que contenia la primera sala. Casi sin pararse a respirar, agarró las escaleras de caracol e intentó escalar de ellas, extasiado por aquel lugar. El metal rechinó y le hizo quedarse congelado con un pie sobre la barandilla. Quizás no seria muy sabio subir las escaleras del modo divertido. Lentamente, bajó el pie y subió las escaleras, al principio con un poco de duda pero luego aceleró el paso, hasta que se convirtió en una carrera, otro juego más.
Se paseó por la segunda planta, explorándolo todo, las camas y el escritorio con la silla a toda velocidad, emocionado por descubrir aquel lugar, dejó escapar una risilla divertida. Corrió de vuelta por las escaleras y llamó a los demás por la escalera para que subieran tambien para, a continuación, volver a retomar la subida por las escaleras como un crio que iba a abrir sus regalos de navidad.
Llego al tercer piso y no pudo hacer otra cosa que dar saltitos y retozar de felicidad. Aquella parecia ser un piso dedicado a entrenamiento. Asi que dedujo que pensaban, como mínimo, darles las herramientas para entrenar. Feliz, no tardó mucho en explorar el resto de aquel piso, porque de verdad tenia ganas de subir a la cuarta y última planta.
Cuando llegó, vio lo que esperaba ver. Infinitud de pájaros negros apuntando sus pares de ojos hacia el enclenque joven, intentando analizarle para saber si era una amenaza. Dejó escapar un grito ahogado de una mezcla de sorpresa y terror para entonces retroceder sobre sus pasos.
Bajó las escaleras, positivamente más feliz de poder alejarse de aquella cuarta planta cuanto antes y avisó a todos los que encontró que no debian acercarse a la cuarta planta, para luego describirles lo que vio.
Finalmente, de nuevo en la planta baja, se giró hacia los que estaban ahí presentes.
-¡Tenemos camas y un piso de entrenamiento! ¡Y hasta puede que un remake malillo de una peli de las de Hitchcock! ¿Habeis encontrado algo interesante por aquí abajo?-
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
09/04/14, 06:39 pm
Lara ayudó a los que salían con las protecciones, para que no gastaran la magia que les pudiera hacer falta luego, y volvió al sofá. No tenía nada que hacer, o más bien no tenía ganas de hacer nada. La preocupación vino y se fue a ratos y la ordesa pasó lo que quedó de la mañana rebuscando en el libro de hechizos, rezándole a la suerte por encontrar aquel que había utilizado Archi. No quería depender de él para acabar de curar a su pequeña, siempre y cuando el conjuro curativo estuviese a su alcance.
Llegó la hora de comer y Lara seguía con el libro entre las manos. Ahora que sabía que había un remedio se sentía más tranquila. Se acercó a una de las alacenas para buscar sus frascos de requesón y vertió un poco en un vaso que luego llenaría de leche. Había traído la cesta consigo a la cocina y el balbuceo de los sanos la había distraído de tal manera que Lara no supo que Rica había dejado de respirar en su marsupio. No fue hasta que la madre tuvo el estómago lleno que sintió aquella punzada entre el miedo y el pánico.
Colocó la mano sobre el marsupio y nada parecía moverse debajo. Se activó la alarma y en su cabeza se sucedieron pensamientos atropellados que le pedían calma, que respirara hondo y que sacara a Rica del marsupio. No era la primera vez que la faceta agorera de Lara la asustaba, al no escuchar la respiración de algún bebé, y fue ese pensamiento el que le dio la esperanza caduca que movió sus articulaciones por ella.
Rica era una masilla de pelos en las manos de su madre. La pequeña parecía dormida y su rostro reflejaba una expresión tranquila, serena y muy parecida a la de los sueños apacibles. Y Lara rompió a llorar entonces, arrugando toda la cara. Lloró porque sabía que no respiraba. Lloró porque su cuerpecillo era un peso muerto entre sus manos. Lloró a Rica y a todos los futuros que se perdería sin ella.
—No. No. No… No puede ser—Lara quería gritar para pedir ayuda, aunque no supiera para quién, pero su cuerpo no respondió a sus necesidades. Solo era capaz de negar una y otra vez en voz baja.
Se había quedado bloqueada, de pie junto a la mesa de la cocina, con un nudo en la garganta, otro en la boca del estómago y los dos peores estrángulándole el alma y la conciencia. En aquellos momentos Lara no tenía control sobre sí misma. Solo sabía llorar y aplicar la fuerza justa en los brazos para que el cuerpo del bebé no se cayera. Cegada por las lágrimas, hubo un momento en el que le pareció quedarse a oscuras y casi pudo escuchar a dama Aroma jactándose de ella. Lara se llevó entonces el cuerpo de Rica al pecho y lo apretó con fiereza contra sí misma.
—No es justo ¡No es justo! ¡Noesjustonoesjustonoesjusto!—acabó gritando, completamente en estado de shock.
Las piernas estaban a punto de fallarle. De fondo el resto de bebés, ajenos a todo, seguían haciendo ruido.
Llegó la hora de comer y Lara seguía con el libro entre las manos. Ahora que sabía que había un remedio se sentía más tranquila. Se acercó a una de las alacenas para buscar sus frascos de requesón y vertió un poco en un vaso que luego llenaría de leche. Había traído la cesta consigo a la cocina y el balbuceo de los sanos la había distraído de tal manera que Lara no supo que Rica había dejado de respirar en su marsupio. No fue hasta que la madre tuvo el estómago lleno que sintió aquella punzada entre el miedo y el pánico.
Colocó la mano sobre el marsupio y nada parecía moverse debajo. Se activó la alarma y en su cabeza se sucedieron pensamientos atropellados que le pedían calma, que respirara hondo y que sacara a Rica del marsupio. No era la primera vez que la faceta agorera de Lara la asustaba, al no escuchar la respiración de algún bebé, y fue ese pensamiento el que le dio la esperanza caduca que movió sus articulaciones por ella.
Rica era una masilla de pelos en las manos de su madre. La pequeña parecía dormida y su rostro reflejaba una expresión tranquila, serena y muy parecida a la de los sueños apacibles. Y Lara rompió a llorar entonces, arrugando toda la cara. Lloró porque sabía que no respiraba. Lloró porque su cuerpecillo era un peso muerto entre sus manos. Lloró a Rica y a todos los futuros que se perdería sin ella.
—No. No. No… No puede ser—Lara quería gritar para pedir ayuda, aunque no supiera para quién, pero su cuerpo no respondió a sus necesidades. Solo era capaz de negar una y otra vez en voz baja.
Se había quedado bloqueada, de pie junto a la mesa de la cocina, con un nudo en la garganta, otro en la boca del estómago y los dos peores estrángulándole el alma y la conciencia. En aquellos momentos Lara no tenía control sobre sí misma. Solo sabía llorar y aplicar la fuerza justa en los brazos para que el cuerpo del bebé no se cayera. Cegada por las lágrimas, hubo un momento en el que le pareció quedarse a oscuras y casi pudo escuchar a dama Aroma jactándose de ella. Lara se llevó entonces el cuerpo de Rica al pecho y lo apretó con fiereza contra sí misma.
—No es justo ¡No es justo! ¡Noesjustonoesjustonoesjusto!—acabó gritando, completamente en estado de shock.
Las piernas estaban a punto de fallarle. De fondo el resto de bebés, ajenos a todo, seguían haciendo ruido.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
09/04/14, 11:39 pm
Ri bajó al escuchar el grito de Lara, pero nunca pasó de las escaleras. Murmuró un "¿Qué?" apagado, mientras el llanto de la ordesa ocupaba la sala y ahogaba los latidos en aumento de su pecho. Porque la albina, aun en la tétrica luz del día,no se había llegado a librar del sentimiento nefasto que viene con el miedo. Y ahora alguien parecía confirmarle que no había escapado nunca de la pesadilla, que algo malo había sucedido. Vaciló y se dio cuenta de que las piernas se resistían a andar hacia la ordesa, pero avanzó de todos modos.
Se dio cuenta al fin de que sucedía. Parte de ella quiso verlo como el peor de los augurios, pero esa parte nunca había ganado, y la otra la empujó a la realidad.
-Lara, shh.- Anriel estaba muy palida, con las pupilas enormes. Las manos acariciaron la cabeza de la ordesa. No se atrevía a abrazarla porque todavía sostenía el cadaver de su cría. Trató de guiarla al sillón para que se sentase. No tenía una madre, pero podía imaginar cuanto iba a llorar esta a su hija. Y probablemente lo necesitaría, no iba a interrumpir eso. Se sentó cerca y vigiló al resto de crías con animo sombrío. Su mano izquierda la posó sobre la rodilla de Lara, como recordatorio de que seguía alli, con ella.
Se dio cuenta al fin de que sucedía. Parte de ella quiso verlo como el peor de los augurios, pero esa parte nunca había ganado, y la otra la empujó a la realidad.
-Lara, shh.- Anriel estaba muy palida, con las pupilas enormes. Las manos acariciaron la cabeza de la ordesa. No se atrevía a abrazarla porque todavía sostenía el cadaver de su cría. Trató de guiarla al sillón para que se sentase. No tenía una madre, pero podía imaginar cuanto iba a llorar esta a su hija. Y probablemente lo necesitaría, no iba a interrumpir eso. Se sentó cerca y vigiló al resto de crías con animo sombrío. Su mano izquierda la posó sobre la rodilla de Lara, como recordatorio de que seguía alli, con ella.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
10/04/14, 02:53 am
Archime apenas había dedicado una breve mirada desalentada a Cío cuando este le aseguro que ya había hecho suficiente. El camino hasta Maciel se llevó a cabo en completo silencio y el irrense no podía dejar de pensar en posibles formas de sacar al humano de allí que no hubiese probado. No obstante, ya había comprobado que la magia no serviría y no tenía sentido darle vueltas. Pero se las daba.
Dejó que otro se encargase de gritar para que les abrieran y, en cuanto se bajó el puente levadizo, el irrense condujo sus pasos hacia el interior del torreón sin alzar la mirada del suelo. Notó la presencia de Anriel y Lara en el salón, aunque no se fijó en la escena que tenía ante sí y simplemente decidió informar cuanto antes de lo sucedido. Cuando habló lo hizo sin adornos y con el ligero deje de decaimiento en su habitual tono monocorde.
—Baurus ha muerto.
Solo entonces alzó la cabeza y lo vio. El cadáver de Rica en brazos de su madre. Archime abrió considerablemente los ojos y no supo identificar correctamente lo que sintió en aquel momento. No estaba del todo seguro de si la pena que lo embargó estaba dirigida hacia la pequeña fallecida o hacia su madre. En cualquier caso, no supo qué debía hacer.
Dejó que otro se encargase de gritar para que les abrieran y, en cuanto se bajó el puente levadizo, el irrense condujo sus pasos hacia el interior del torreón sin alzar la mirada del suelo. Notó la presencia de Anriel y Lara en el salón, aunque no se fijó en la escena que tenía ante sí y simplemente decidió informar cuanto antes de lo sucedido. Cuando habló lo hizo sin adornos y con el ligero deje de decaimiento en su habitual tono monocorde.
—Baurus ha muerto.
Solo entonces alzó la cabeza y lo vio. El cadáver de Rica en brazos de su madre. Archime abrió considerablemente los ojos y no supo identificar correctamente lo que sintió en aquel momento. No estaba del todo seguro de si la pena que lo embargó estaba dirigida hacia la pequeña fallecida o hacia su madre. En cualquier caso, no supo qué debía hacer.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
10/04/14, 04:23 pm
Anriel se incorporó cuando escuchó llegar al resto. Los latidos de su corazón se mantenían estables desde hacía rato.
-Rica ha fallecido- dijo de forma apagada- Lara no va a poder ocuparse del resto por el momento, lo mejor que podemos hacer es vigilarlos. Yo me encargo de la cena. No quiero saber como ha sucedido.
El miedo ya no estaba. Había sido sustituido por un peso amargo en el estómago, una certeza sombría: se morían. Y olvidarlo, aunque fuera a ratos, era un error. Todas las cosas que hizo Ri aquella noche fueron lentas; mucho más de lo que le correspondía a su eficiencia habitual. La albina obligaba a su cuerpo a seguir moviendose, a su mente a seguir pensando. Se morían. Pero todavía respiraban.
-Rica ha fallecido- dijo de forma apagada- Lara no va a poder ocuparse del resto por el momento, lo mejor que podemos hacer es vigilarlos. Yo me encargo de la cena. No quiero saber como ha sucedido.
El miedo ya no estaba. Había sido sustituido por un peso amargo en el estómago, una certeza sombría: se morían. Y olvidarlo, aunque fuera a ratos, era un error. Todas las cosas que hizo Ri aquella noche fueron lentas; mucho más de lo que le correspondía a su eficiencia habitual. La albina obligaba a su cuerpo a seguir moviendose, a su mente a seguir pensando. Se morían. Pero todavía respiraban.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
10/04/14, 06:39 pm
Los macieleros habían permanecido mucho tiempo frente a la casa, dominados por una esperanza vacía que les hacía creer que el humano saldría por su propio pie, algo que nunca llegó a pasar. Archi había intentado sacarlo de varias formas, pero no había logrado acceder a la casa con su magia, e intentarlo sin ella era una locura.
Finalmente se pusieron en marcha hacia Maciel, y durante todo el trayecto imperó un pesado silencio. Los pensamientos de la pelirroja eran sombríos y estaban dominados por una sensación de angustia, una muy similar a la que había experimentado tras la desaparición de Taro. Era muy fácil olvidar lo frágil que era la vida, y se habían vuelto a confiar, se habían descuidado y Baurus había muerto. Era irracional pensar lo contrario.
No obstante la muerte no solo llegaba por descuidos, y cuando los cosechados llegaron a Maciel y Archi trasmitió la noticia, la escena que les recibió les golpeo como un mazazo. Lara, con el cadáver de su hija Rica aferrado contra el pecho, lloraba con fuerza en un sillón. Ri les comunicó lo que ya estaban viendo con voz apagada, y la pelirroja permaneció inmóvil unos segundos, tratando de asimilar todo aquello. ¿Como era posible que la muerte les arrebatara a dos personas el mismo día?, ¿como se suponía que debían afrontar aquello? Esa y otras preguntas acudían a la mente de la ulterana, pero no lograba encontrar respuestas para ninguna, y haciendo un esfuerzo por salir de su trance, se acercó a la ordesa.
Con cuidado pero con firmeza retiró a Rica de los brazos de su madre, dejando el cuerpo de la pequeña sobre la mesa y cubriéndolo con un pañuelo. Después de esto regresó junto a Lara y la abrazó con fuerza, un gesto que decía todo lo que la pelirroja no podía expresar con palabras. No tardó en sumar su llanto silencioso al de la joven madre, pero no aflojó su presa en ningun momento.
—¿Qué es lo que quieres hacer con su cuerpo, Lara? —susurró al cabo de un rato—, no podemos dejarla así...
Finalmente se pusieron en marcha hacia Maciel, y durante todo el trayecto imperó un pesado silencio. Los pensamientos de la pelirroja eran sombríos y estaban dominados por una sensación de angustia, una muy similar a la que había experimentado tras la desaparición de Taro. Era muy fácil olvidar lo frágil que era la vida, y se habían vuelto a confiar, se habían descuidado y Baurus había muerto. Era irracional pensar lo contrario.
No obstante la muerte no solo llegaba por descuidos, y cuando los cosechados llegaron a Maciel y Archi trasmitió la noticia, la escena que les recibió les golpeo como un mazazo. Lara, con el cadáver de su hija Rica aferrado contra el pecho, lloraba con fuerza en un sillón. Ri les comunicó lo que ya estaban viendo con voz apagada, y la pelirroja permaneció inmóvil unos segundos, tratando de asimilar todo aquello. ¿Como era posible que la muerte les arrebatara a dos personas el mismo día?, ¿como se suponía que debían afrontar aquello? Esa y otras preguntas acudían a la mente de la ulterana, pero no lograba encontrar respuestas para ninguna, y haciendo un esfuerzo por salir de su trance, se acercó a la ordesa.
Con cuidado pero con firmeza retiró a Rica de los brazos de su madre, dejando el cuerpo de la pequeña sobre la mesa y cubriéndolo con un pañuelo. Después de esto regresó junto a Lara y la abrazó con fuerza, un gesto que decía todo lo que la pelirroja no podía expresar con palabras. No tardó en sumar su llanto silencioso al de la joven madre, pero no aflojó su presa en ningun momento.
—¿Qué es lo que quieres hacer con su cuerpo, Lara? —susurró al cabo de un rato—, no podemos dejarla así...
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
10/04/14, 08:27 pm
Desde que se había levantado, más tarde que de costumbre, Ippon apenas había salido de su cuarto más que para desayunar. Se había quedado allí, absorto en sus pensamientos y en el trozo de madera en el que había estado pintando durante la visita de los sendarios. Incluso habiendo cometido el garrafal error de trazar aquella línea en medio de este, no había quedado tan mal. Se las había ingeniado para repararlo de alguna forma que incluso llegaba a gustarle. ¿Desde cuándo le resultaba tan fácil arreglar esos desastres en hechos con carboncillo? En el ordenador era fácil; dándole a “paso atrás” se solucionaba. Pero con el carboncillo todo era mucho más complicado: si intentaba borrar algo, quedaba un borrón negro que lo empeoraba aún más.
No tardo mucho en acabar tumbado en el suelo frente a la pared, armado con un trozo de carboncillo y dibujando algo a base de trazos rápidos y seguros. A su alrededor no había nada; su mente ignoraba todo aquello que no fuese el carboncillo sobre la piedra, para completar lo que tenía en mente. Hasta que oyó la puerta. Aquel ruido había sido lo único que había conseguido que apartase la mirada de la roca, soltase el carboncillo y se levantase. «Un momento…¿Cuándo han salido?» , se preguntó, algo nervioso. Bajaba las escaleras oyendo los sollozos de Lara, sin tener idea de lo que estaba pasando. Y entonces lo oyó. La inconfundible voz de Archi, diciendo que Baurus había muerto. Ippon ese quedó quieto en mitad de las escaleras, sin saber qué hacer. Había salido y… No. No podía permitirse echarle la culpa de nuevo al exterior o nunca se atrevería a poner un paso fuera. Llegó al salón a tiempo de ver a Keiria sujetando a Rica. Ella también estaba muerta…Ippon tragó saliva, asustado y se acercó a Lara y a Keiriarei para abrazarlas a ambas, en silencio, sin saber que decir.
Mientras, todos sus pensamientos convergían en lo mismo: «¿Dónde está Shaco?»
No tardo mucho en acabar tumbado en el suelo frente a la pared, armado con un trozo de carboncillo y dibujando algo a base de trazos rápidos y seguros. A su alrededor no había nada; su mente ignoraba todo aquello que no fuese el carboncillo sobre la piedra, para completar lo que tenía en mente. Hasta que oyó la puerta. Aquel ruido había sido lo único que había conseguido que apartase la mirada de la roca, soltase el carboncillo y se levantase. «Un momento…¿Cuándo han salido?» , se preguntó, algo nervioso. Bajaba las escaleras oyendo los sollozos de Lara, sin tener idea de lo que estaba pasando. Y entonces lo oyó. La inconfundible voz de Archi, diciendo que Baurus había muerto. Ippon ese quedó quieto en mitad de las escaleras, sin saber qué hacer. Había salido y… No. No podía permitirse echarle la culpa de nuevo al exterior o nunca se atrevería a poner un paso fuera. Llegó al salón a tiempo de ver a Keiria sujetando a Rica. Ella también estaba muerta…Ippon tragó saliva, asustado y se acercó a Lara y a Keiriarei para abrazarlas a ambas, en silencio, sin saber que decir.
Mientras, todos sus pensamientos convergían en lo mismo: «¿Dónde está Shaco?»
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
10/04/14, 09:16 pm
Lara se había quedado vacía de cualquier tipo de voluntad, atascada en un punto en el que solo sabía llorar y aferrar al bebé muerto con fuerza. Se dejó llevar al sofá por Ri y una parte de ella agradeció en silencio las palmadas. En algún momento antes de la llegada de los macieleros, Lara había empezado a morderse el labio con fuerza. No era capaz casi de pensarlo, pero de alguna manera sabía que aquello había sido cosa suya. Ella había decidido venir. Ella había decidido traer a los niños. Y ahora estaba cobrando lo que se merecía. Y no había Suerte que lo cambiara.
Para cuando volvieron sus compañeros, la ordesa se había quedado tan seca que los llantos se habían vuelto ocasionales. La noticia de Baurus no la afectó más de lo que ya estaba. En algún momento, más adelante, lo echaría de menos, sentado en el patio con su silencio y su saber escuchar; pero ahora había una ausencia que pesaba más para la ordesa y solo había cuatro seres más en aquel torreón cuyas muertes pudieran competir con la de Rica.
Cuando Lara vio que Keiria trataba de coger a Rica, hizo un amago de apartarla, pero acabó cediendo. Ver aquel trapo tapando a su pequeña la desmoronó de nuevo, provocando que el llanto volviera a arancar con fuerza. Aquello también la ayudó a poner los pies en la tierra de una forma especialmente dolorosa. <<Un trapo>>. Era toda la distancia que había entre Lara y aquella cuerpecillo menudo que una vez habia sido una pequeña inquieta. A la madre, sin embargo, Rica se le antojó lejana, como si hubiera saltado de esta realidad a otra completamente inalcanzable.
Recibió el abrazo de la ibolense con aquella expresión de tristeza inmutable que se había quedado grabada en su cara y la envolvió con sus brazos, haciendo sitio a Ippon cuando quiso unirse. Aunque no lo supiera del todo, llevaba necesitando aquel gesto desde hacía rato. La ordesa quería desaparecer del mundo en aquel momento, no existir, no sufrir; dejar de lamentarse de aquella decisión nefasta que había tomado hacía dos meses. Perdió la vista en una de las ventanas e ideas negras se le antojaron tan cálidas como aquel abrazo. Iba a necesitar un valor horrible para seguir viva.
Finalmente llegó una de las preguntas cruciales y Lara sacó su moneda de uno de sus bolsillos, evaluando seriamente qué responder. La tradición era clara, pero la madre estaba harta de tanta claridad y tanta Suerte. Rica no tenía moneda y, aunque la tuviera, Lara no dejaría que ninguna entidad superior decidiera lo que ella consideraba un derecho, por muy tormentoso que fuera.
—Quiero incinerarla—respondió al cabo de un rato con la voz marchita y vocalizando solo a medias.
Para cuando volvieron sus compañeros, la ordesa se había quedado tan seca que los llantos se habían vuelto ocasionales. La noticia de Baurus no la afectó más de lo que ya estaba. En algún momento, más adelante, lo echaría de menos, sentado en el patio con su silencio y su saber escuchar; pero ahora había una ausencia que pesaba más para la ordesa y solo había cuatro seres más en aquel torreón cuyas muertes pudieran competir con la de Rica.
Cuando Lara vio que Keiria trataba de coger a Rica, hizo un amago de apartarla, pero acabó cediendo. Ver aquel trapo tapando a su pequeña la desmoronó de nuevo, provocando que el llanto volviera a arancar con fuerza. Aquello también la ayudó a poner los pies en la tierra de una forma especialmente dolorosa. <<Un trapo>>. Era toda la distancia que había entre Lara y aquella cuerpecillo menudo que una vez habia sido una pequeña inquieta. A la madre, sin embargo, Rica se le antojó lejana, como si hubiera saltado de esta realidad a otra completamente inalcanzable.
Recibió el abrazo de la ibolense con aquella expresión de tristeza inmutable que se había quedado grabada en su cara y la envolvió con sus brazos, haciendo sitio a Ippon cuando quiso unirse. Aunque no lo supiera del todo, llevaba necesitando aquel gesto desde hacía rato. La ordesa quería desaparecer del mundo en aquel momento, no existir, no sufrir; dejar de lamentarse de aquella decisión nefasta que había tomado hacía dos meses. Perdió la vista en una de las ventanas e ideas negras se le antojaron tan cálidas como aquel abrazo. Iba a necesitar un valor horrible para seguir viva.
Finalmente llegó una de las preguntas cruciales y Lara sacó su moneda de uno de sus bolsillos, evaluando seriamente qué responder. La tradición era clara, pero la madre estaba harta de tanta claridad y tanta Suerte. Rica no tenía moneda y, aunque la tuviera, Lara no dejaría que ninguna entidad superior decidiera lo que ella consideraba un derecho, por muy tormentoso que fuera.
—Quiero incinerarla—respondió al cabo de un rato con la voz marchita y vocalizando solo a medias.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
11/04/14, 12:08 am
Llegar al torreón portando tan malas noticias era perturbador. No tenía idea de cómo se anunciaba algo así a gente que contaba con que volvieran de un paseo rutinario. Quizá la forma en que lo hizo Archi era la mejor, soltarlo y las preguntas que vinieran después. Había entrado detrás de los demás, cabizbajo, pensativo. Solo la voz de Ri le hizo levantar la vista para mirar sin ver lo que había pasado también dentro del torreón. Otro suceso que lo cogió por sorpresa, pues había confiado alegremente en los milagros de la magia. Se quedó en blanco, en su cabeza parecía bullir una nube negra de pensamientos desagradables, opresivos, que no se llegaban a formar. No pudo hacer nada que no fuese mirar la escena con impotencia, aquel intercambio de malas noticias, abrazos que no traerían a nadie de vuelta. Y él poco pintaba allí. Querría hacer algo, sin tener ni idea de qué. Por eso vio una oportunidad para ponerse en movimiento con la elección de Lara. Sin decir ni una palabra se puso a reunir leña para hacer la pequeña pira en el patio. Su morro permaneció arrugado durante todo el proceso. Estaba enfadado, enfadado porque no pintaban nada allí, salvo morir. Su propio optimismo de unas horas atrás le parecía ahora propio de un auténtico gilipollas. Solo era consciente a medias de estar siendo cegado por los malos augurios, por ese futuro que sabía negro.
Cuando los preparativos estuvieron listos se hizo a un lado, apoyándose contra el muro del torreón. Aquella especie de ceremonia lúgubre comenzó, y Cío se mantuvo inmóvil, serio, hasta que las llamas se volvieron brasas. Tuvo tiempo para pensar en todo, en Baurus, cuyo cuerpo se había quedado encerrado, estuviese aún vivo o ya muerto en aquellos momentos, y en la chiquilla que tampoco habían podido salvar. De nada servía todo aquello con lo que había intentado animar a Lara, no podían levantar la espada contra una enfermedad. De hecho, era irónico. Allí, donde cientos de monstruos absurdos los podían matar, tenían que preocuparse también de meras enfermedades, algo que en su mundo de origen rara vez suponía un problema mortal.
Se retiró en silencio, sin querer alterar los acontecimientos del patio, como si fuese un mero fantasma. Solo al estar en el interior se permitió soltar un bufido de exasperación y dar dos vueltas como un animal enjaulado. Después subió escaleras hasta que el dique improvisado no le dejó seguir, y allí se sentó, ladeado, apoyando la espalda en la pared y mirando a la oscuridad del techo. Quería saber de dónde nacía aquella frustración, porque hacía ya mucho tiempo que daba su vida por perdida. ¿El mudito glotón? Ni siquiera le caía bien. Pero seguía siendo un compañero. La casa podría haberse comido a cualquiera, además. ¿Rica? Era una lástima que se perdiera una vida, pero era muy joven. Tal vez incluso tenía suerte si la vida de los demás consistía en seguir creciendo y muriendo en un mundo violento como aquel. El problema era Lara. Incluso alguien como él podía ver que no volvería a ser la de antes definitivamente. Aquel nuevo revés iba a ser nefasto para el grupo. Un grupo al que nunca había pedido pertenecer, de personas con las que no había pedido familiarizarse. Y estaba pasándolo mal por ellos, no por sí mismo. Darse cuenta de eso era otra de tantas cosas que lo traía de cabeza.
Cuando los preparativos estuvieron listos se hizo a un lado, apoyándose contra el muro del torreón. Aquella especie de ceremonia lúgubre comenzó, y Cío se mantuvo inmóvil, serio, hasta que las llamas se volvieron brasas. Tuvo tiempo para pensar en todo, en Baurus, cuyo cuerpo se había quedado encerrado, estuviese aún vivo o ya muerto en aquellos momentos, y en la chiquilla que tampoco habían podido salvar. De nada servía todo aquello con lo que había intentado animar a Lara, no podían levantar la espada contra una enfermedad. De hecho, era irónico. Allí, donde cientos de monstruos absurdos los podían matar, tenían que preocuparse también de meras enfermedades, algo que en su mundo de origen rara vez suponía un problema mortal.
Se retiró en silencio, sin querer alterar los acontecimientos del patio, como si fuese un mero fantasma. Solo al estar en el interior se permitió soltar un bufido de exasperación y dar dos vueltas como un animal enjaulado. Después subió escaleras hasta que el dique improvisado no le dejó seguir, y allí se sentó, ladeado, apoyando la espalda en la pared y mirando a la oscuridad del techo. Quería saber de dónde nacía aquella frustración, porque hacía ya mucho tiempo que daba su vida por perdida. ¿El mudito glotón? Ni siquiera le caía bien. Pero seguía siendo un compañero. La casa podría haberse comido a cualquiera, además. ¿Rica? Era una lástima que se perdiera una vida, pero era muy joven. Tal vez incluso tenía suerte si la vida de los demás consistía en seguir creciendo y muriendo en un mundo violento como aquel. El problema era Lara. Incluso alguien como él podía ver que no volvería a ser la de antes definitivamente. Aquel nuevo revés iba a ser nefasto para el grupo. Un grupo al que nunca había pedido pertenecer, de personas con las que no había pedido familiarizarse. Y estaba pasándolo mal por ellos, no por sí mismo. Darse cuenta de eso era otra de tantas cosas que lo traía de cabeza.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
13/04/14, 01:44 pm
Archime no dijo nada durante el resto de la tarde. Asistió a la incineración de Rica observando fijamente como el trapo que cubría el cadáver era consumido por las llamas hasta dejar al descubierto a la pequeña ordesa que había bajo él mientras esta también ardía hasta convertirse en cenizas. En Irraria siempre se incineraba a los muertos, pero por lo general nadie le daba mayor trascendencia al hecho. No era un rito, era un proceso lógico. Y, no obstante, lo que transmitía aquella escena distaba mucho de ser un simple suceso práctico.
El biomecánico continuó en silencio el resto del día, encerrado en el estudio mientras descifraba más hechizos. Había hecho algo de gasto mágico tratando de resctar a Baurus, por lo que se limitó a traducir y memorizar el procedimiento para llevar a cabo aquellos sortilegios. Lo hacía de forma automática, tan metódica e ininterrumpidamente como de costumbre. Y, sin embargo, el ingeniero no se sentía igual que siempre.
Tras la cena no bajó al salón, como siempre. Volvió al estudio y continuó con la misma tarea que había ocupado sla tarde. Fue entonces cuando vio acercarse a Keiria. No había olvidado que todavía tenía una conversación pendiente con ella. Esperó a que fuese la ulterana quien lo abordase, llevaba tantas horas en silencio que no fue capaz de romperlo por sí mismo.
El biomecánico continuó en silencio el resto del día, encerrado en el estudio mientras descifraba más hechizos. Había hecho algo de gasto mágico tratando de resctar a Baurus, por lo que se limitó a traducir y memorizar el procedimiento para llevar a cabo aquellos sortilegios. Lo hacía de forma automática, tan metódica e ininterrumpidamente como de costumbre. Y, sin embargo, el ingeniero no se sentía igual que siempre.
Tras la cena no bajó al salón, como siempre. Volvió al estudio y continuó con la misma tarea que había ocupado sla tarde. Fue entonces cuando vio acercarse a Keiria. No había olvidado que todavía tenía una conversación pendiente con ella. Esperó a que fuese la ulterana quien lo abordase, llevaba tantas horas en silencio que no fue capaz de romperlo por sí mismo.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
14/04/14, 08:17 pm
Keiria no fue capaz de abrir la boca durante todo el funeral, limitándose a observar con ojos vacíos como las llamas consumían el pequeño cuerpo de Rica. Aun no había asimilado del todo lo que había pasado a lo largo del día, por ese motivo se retiró a un rincón del patio tras la ceremonia. Necesitaba pensar, o mantener la mente en blanco, aun no lo tenía claro.
Invirtió la mayor parte de la tarde en ello, y cuando el cielo empezó a oscurecer, la pelirroja entró al torreón a hacerse algo de cena. Comió sin apetito, forzándose a ello por mera necesidad, y una vez hubo concluido, se encaminó hacia el estudio. Esperaba encontrar a Archi allí, y no se equivocó, pero en el momento de iniciar la conversación, la uterana se quedó en blanco. Se dejó caer en una silla pesadamente, y dedicó los siguientes minutos a observar la punta de sus dedos, sin saber que decir.
–Hmm... ¿qué opinas del diseño entonces? –preguntó dubitativa. No era su pregunta mas brillante, pero no se veía capaz de tocar el asunto realmente importante.
Invirtió la mayor parte de la tarde en ello, y cuando el cielo empezó a oscurecer, la pelirroja entró al torreón a hacerse algo de cena. Comió sin apetito, forzándose a ello por mera necesidad, y una vez hubo concluido, se encaminó hacia el estudio. Esperaba encontrar a Archi allí, y no se equivocó, pero en el momento de iniciar la conversación, la uterana se quedó en blanco. Se dejó caer en una silla pesadamente, y dedicó los siguientes minutos a observar la punta de sus dedos, sin saber que decir.
–Hmm... ¿qué opinas del diseño entonces? –preguntó dubitativa. No era su pregunta mas brillante, pero no se veía capaz de tocar el asunto realmente importante.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
14/04/14, 09:12 pm
El irrense desvió la mirada del libro hacia Keiria dando un leve bote en la silla. Al cabo de los segundos de silencio en los que se había sumido la ulterana, el irrense casi se había olvidado de que no se encontraba solo en el estudio.
—Si obtenemos materiales suficientes se puede llevar a cabo mediante el uso del hechizo de moldear materia inorgánica, aunque debido al gasto que supone tendré que invertir varios días en ello si no quiero agotar las reservas mágicas. No sería conveniente —explicó tras volver a dirigir la vista al grimorio.
Había seguido descifrando parcialmente los siguientes sortilegios mientras hablaba con la pelirroja y es por ello que de pronto algo captó su atención. El biomecánico escaneó con la mirada aquel hechizo cuyo efecto acababa de traducir de forma parcial y abrió el diccionario de golpe para descifrar lo que no comprendía sin su ayuda.
—Keiria... —dijo de pronto tras haber pasado varios segundos en silencio, leyendo y memorizando—. He encontrado un hechizo... Con el que tal vez podríamos encontrar a Taro o a Baurus en el caso de que siguiesen vivos pero atrapados.
Niebla mágica. Según su descripción permitía ver a cualquier punto dentro de un radio determinado, aunque hubiese cualquier objeto o superficie impidiéndolo. El ingeniero comenzó a recitar el inicio del hechizo acompañado de los gestos pertinentes.
—Si obtenemos materiales suficientes se puede llevar a cabo mediante el uso del hechizo de moldear materia inorgánica, aunque debido al gasto que supone tendré que invertir varios días en ello si no quiero agotar las reservas mágicas. No sería conveniente —explicó tras volver a dirigir la vista al grimorio.
Había seguido descifrando parcialmente los siguientes sortilegios mientras hablaba con la pelirroja y es por ello que de pronto algo captó su atención. El biomecánico escaneó con la mirada aquel hechizo cuyo efecto acababa de traducir de forma parcial y abrió el diccionario de golpe para descifrar lo que no comprendía sin su ayuda.
—Keiria... —dijo de pronto tras haber pasado varios segundos en silencio, leyendo y memorizando—. He encontrado un hechizo... Con el que tal vez podríamos encontrar a Taro o a Baurus en el caso de que siguiesen vivos pero atrapados.
Niebla mágica. Según su descripción permitía ver a cualquier punto dentro de un radio determinado, aunque hubiese cualquier objeto o superficie impidiéndolo. El ingeniero comenzó a recitar el inicio del hechizo acompañado de los gestos pertinentes.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
15/04/14, 09:00 am
Keiria ya había reunido los materiales y los había dejado limpios en un rincón del salón, solo faltaba montarlo todo y juntarlo con el hechizo del biomecánico, por lo que la chica no añadió nada mas sobre el asunto. El silencio volvió a imperar en la habitación, y mientras Archi volvía a enfrascarse en su grimorio, la ulterana se dedicó a observar sus gestos con aire ausente. Resultaba mas fácil si no pensaba en los sucesos del día, pero irremediablemente acudían a su cabeza pensamientos lúgubres, mezclados con imágenes del cadáver de Rica, la desaparición de Baurus, y su sueño.
Fue la voz del irrense la que la devolvió a la realidad, y la pelirroja aun tardó unos segundos en procesar la nueva información.
–¿Estás seguro? –inquirió dubitativa, no quería formarse falsas esperanzas– Si lo logras podríamos salir a... –prosigió, pero se calló y dejó que el chico se concentrara.
Keiria se inclinó hacia delante expectante, sin perder detalle de los movimientos de Archi, deseando en silencio que aquel hechizo funcionase. Los macieleros necesitaban aquello, una buena noticia por fin, algo que aliviara en parte la mala racha que llevaban a cuestas.
Fue la voz del irrense la que la devolvió a la realidad, y la pelirroja aun tardó unos segundos en procesar la nueva información.
–¿Estás seguro? –inquirió dubitativa, no quería formarse falsas esperanzas– Si lo logras podríamos salir a... –prosigió, pero se calló y dejó que el chico se concentrara.
Keiria se inclinó hacia delante expectante, sin perder detalle de los movimientos de Archi, deseando en silencio que aquel hechizo funcionase. Los macieleros necesitaban aquello, una buena noticia por fin, algo que aliviara en parte la mala racha que llevaban a cuestas.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
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Re: Torreón Maciel (Archivo V)
15/04/14, 12:36 pm
El hechizo funcionó. Los ojos del biomecánico funcionaban ahora como una cámara que podía desplazar mentalmente a su antojo hacia cualquier punto de la zona circundante. Keiria podría ver una niebla blanca cubriendo los ojos del irrense mientras este observaba sin impedimento alguno a un murciélago flamígero que volaba cerca de los muros del torreón.
—Estoy viendo el exterior. Los alrededores de Maciel —comunicó con un ligero deje de algo difícilmente distinguible entre su habitual tono monótono—. Hay dos esos roedores voladores incandescentes revoloteando cerca —Si la ulterana se asomase a la ventana, podría comprobar que era cierto—. Voy a comprobar el alcance del hechizo.
Archime desplazaría su visión en todas las direcciones posibles, hasta el límite del alcance del hechizo. Era un sortilegio bastante costoso, por lo que a pesar de que su intención era practicar con él toda la noche, se le agotarían mucho antes las energías y se quedaría dormido sobre la mesa.
—Estoy viendo el exterior. Los alrededores de Maciel —comunicó con un ligero deje de algo difícilmente distinguible entre su habitual tono monótono—. Hay dos esos roedores voladores incandescentes revoloteando cerca —Si la ulterana se asomase a la ventana, podría comprobar que era cierto—. Voy a comprobar el alcance del hechizo.
Archime desplazaría su visión en todas las direcciones posibles, hasta el límite del alcance del hechizo. Era un sortilegio bastante costoso, por lo que a pesar de que su intención era practicar con él toda la noche, se le agotarían mucho antes las energías y se quedaría dormido sobre la mesa.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
15/04/14, 03:30 pm
Fue la noche más larga desde que habían llegado. No durmió pero tampoco hizo nada. Pasó las horas tumbada, apenas sin moverse, los ojos abiertos mirando el techo. Estaba quedandose traspuesta cuando asomaron las primeras luces. Como si lo considerase algun tipo de señal se deslizó fuera del colchón. Nero dormía apaciblemente, ajeno a los miedos y a la desgracia.
Sentada en la cocina, se dio cuenta de que tampoco tenía apetito.
Sentada en la cocina, se dio cuenta de que tampoco tenía apetito.
-
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
15/04/14, 04:21 pm
Lara pidió ser quien prendiera la pira funeraria de Rica en el patio. Se sentó en el suelo frente al fuego y volvió a llorar desconsoladamente. La imagen de la pequeña ardiendo se le quedó grabada en la retina y la ordesa supo que aparecería en sus peores pesadillas durante mucho tiempo, pero no fue capaz de apartar la mirada. Quería verlo. Tenía que verlo. Había sido culpa suya y ahora tenía que tragar con las consecuencias. También quería creer que de este fallo encontraría el valor para no errar más con los cuatro bebés que todavía vivían.
Y lloró aún más.
Permaneció en el patio hasta que el fuego se apagó y solo quedaron cenizas y huesos diminutos. Lara se tragó cualquier repugnancia que sintiera y reunió el valor que no tenía para lo que haría. Se puso de rodillas frente a los restos y, manualmente, cargó las cenizas en una jarra de cristal de la cocina. Estaban todavía calientes y la madre se quemó las manos, pero no dio muestras de quejarse. Si le dolía era porque estaba viva y era más de lo que podía decirse de aquellos restos de que amontonaba.
Cuando acabó con las cenizas, limpio los restos de los huesos y los guardó en su marsupio. Se mordía el labio en un intento vano de reprimir de nuevo el llanto. Sus ojos no tenían ya lágrimas que derramar, solo una expresión identificable entre la rabia y la pena. Lara subió a la habitación con la jarra en una mano, la dejó en el suelo junto a su cama y sacó de debajo del colchón la falda semitransparente con la que había venido a la ciudad. La agarró de un punto y tiró hasta desgarrar la tela. Repitió aquello hasta que tuvo dos trozos simétricos; con uno cubrió la jarra y con otro hizo un saquillo para guardar los huesos.
Dejó ambas cosas bajo su cama y fue a recoger la cesta con los bebés, que se había habían quedado a cargo de Ippon durante el crematorio. Los subió con ella a la habitación y, en su cama, se hizo un ovillo. Le dolía ver el hueco que había dejado Rica en aquella cesta, pero seguía empeñada en no retirar la mirada. Se quedó así hasta que el sueño se la llevara por delante, contemplando su primer gran fallo y preguntándose si el resto de los retoños notaría la ausencia que tanto le estaba doliendo a ella.
Lara despertaría tarde a la mañana siguiente, todavía con las manos quemadas, y no abandonaría la cama hasta que sus bebés no se lo exigieran.
Y lloró aún más.
Permaneció en el patio hasta que el fuego se apagó y solo quedaron cenizas y huesos diminutos. Lara se tragó cualquier repugnancia que sintiera y reunió el valor que no tenía para lo que haría. Se puso de rodillas frente a los restos y, manualmente, cargó las cenizas en una jarra de cristal de la cocina. Estaban todavía calientes y la madre se quemó las manos, pero no dio muestras de quejarse. Si le dolía era porque estaba viva y era más de lo que podía decirse de aquellos restos de que amontonaba.
Cuando acabó con las cenizas, limpio los restos de los huesos y los guardó en su marsupio. Se mordía el labio en un intento vano de reprimir de nuevo el llanto. Sus ojos no tenían ya lágrimas que derramar, solo una expresión identificable entre la rabia y la pena. Lara subió a la habitación con la jarra en una mano, la dejó en el suelo junto a su cama y sacó de debajo del colchón la falda semitransparente con la que había venido a la ciudad. La agarró de un punto y tiró hasta desgarrar la tela. Repitió aquello hasta que tuvo dos trozos simétricos; con uno cubrió la jarra y con otro hizo un saquillo para guardar los huesos.
Dejó ambas cosas bajo su cama y fue a recoger la cesta con los bebés, que se había habían quedado a cargo de Ippon durante el crematorio. Los subió con ella a la habitación y, en su cama, se hizo un ovillo. Le dolía ver el hueco que había dejado Rica en aquella cesta, pero seguía empeñada en no retirar la mirada. Se quedó así hasta que el sueño se la llevara por delante, contemplando su primer gran fallo y preguntándose si el resto de los retoños notaría la ausencia que tanto le estaba doliendo a ella.
Lara despertaría tarde a la mañana siguiente, todavía con las manos quemadas, y no abandonaría la cama hasta que sus bebés no se lo exigieran.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
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Re: Torreón Maciel (Archivo V)
15/04/14, 06:35 pm
La oscuridad cayó, ya no entraba luz por ninguno de los ventanucos, salvo la que pudieran emitir los murciélagos que se acercaran a ellos en su vuelo errático. No tenía caso seguir sentado en aquel rincón frío del torreón. Se preparó para meterse en la cama pero no pasó por la cocina. Su estómago no aceptaba comida en ese momento, a pesar de que el cuerpo le pedía algo de sustento.
Le esperaba una noche de dar vueltas en la cama, con breves períodos de sueño donde, en algunas ocasiones, pudo ver la casa tragándose a Baurus. Otras veces Baurus se convertía en Taro, y en otras, en personas aleatorias del torreón. Y la casa en cualquier otro monstruo. Aquellos momentos en que lograba cerrar los ojos traían más que eso, otro tipo sueños absurdos y realistas, del presente y del pasado, que en su mayor parte serían olvidados a la mañana siguiente. Lo único que no se le pasaría por alto era el cansancio. Se levantó al poco de salir el sol, harto de dar vueltas desde tan temprano en la cama pero necesitado de descanso. Pensó que si bajaba y se movía acabaría echándose una siesta sin siquiera planteárselo.
Se imaginaba que tendría unas ojeras notables cuando pisó la cocina, después de haberse levado la cara en el patio, porque todavía seguía frotándose los ojos. Le rugía el estómago y empezó a sacar la comida más nutritiva que tenían, un bollito irrense y una barrita, además de exprimir un par de cítricos diferentes y bastante amargos. Ri estaba allí sentada, y solo le había dedicado un breve saludo. Si normalmente no sabía de qué hablar con ella, ese día menos.
Le esperaba una noche de dar vueltas en la cama, con breves períodos de sueño donde, en algunas ocasiones, pudo ver la casa tragándose a Baurus. Otras veces Baurus se convertía en Taro, y en otras, en personas aleatorias del torreón. Y la casa en cualquier otro monstruo. Aquellos momentos en que lograba cerrar los ojos traían más que eso, otro tipo sueños absurdos y realistas, del presente y del pasado, que en su mayor parte serían olvidados a la mañana siguiente. Lo único que no se le pasaría por alto era el cansancio. Se levantó al poco de salir el sol, harto de dar vueltas desde tan temprano en la cama pero necesitado de descanso. Pensó que si bajaba y se movía acabaría echándose una siesta sin siquiera planteárselo.
Se imaginaba que tendría unas ojeras notables cuando pisó la cocina, después de haberse levado la cara en el patio, porque todavía seguía frotándose los ojos. Le rugía el estómago y empezó a sacar la comida más nutritiva que tenían, un bollito irrense y una barrita, además de exprimir un par de cítricos diferentes y bastante amargos. Ri estaba allí sentada, y solo le había dedicado un breve saludo. Si normalmente no sabía de qué hablar con ella, ese día menos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
15/04/14, 07:18 pm
Archime abrió los ojos lentamente, parpadeando ante la molesta incidencia de la luz solar directamente a los cristales de sus gafas y, por tanto, a sus ojos. Por un instante creyó que volví a escuchar el enloquecedor tic-tac, pero tras unos segundos determinó que había sido producto de su imaginación, probablemente rememorando la mañana anterior. El biomecánico se sentía cansado, muy cansado. Pero de súbito recordó en qué había invertido gran parte de la noche y se levantó de la silla mientras su vista se posaba en el diccionario abierto sobre la mesa. Y después en Keiria.
No había reparado en la presencia de la ulterana hasta aquel momento, aunque enseguida se le vino a la mente la conversación de anoche y recordó por qué estaba ella allí. No obstante se preguntó si también se habría quedado dormida en el estudio igual que el, aunque no se lo cuestionó directamente a ella.
—Buenos... días —respondió con torpeza tras haber pronunciado la ulterana el mismo saludo—. Debería... hablar con el resto para explicarles el hallazgo de esta noche.
Tras el asentimiento de la pelirroja, ambos salieron del estudio y bajaron las escaleras en dirección a la cocina. Saludó a los que ya se encontraban allí con otro "buenos días" pronunciado en un tono muy moderado y, antes de decir nada, procedió a sentarse con su desayuno como de costumbre.
—He encontrado un hechizo... —comenzó a hablar de repente sin tener muy claro cómo explicarselo—. Permite ver en la distancia y a través de toda clase de superficies u objetos. Si Baurus o Taro estuviesen atrapados podría emplearlo para comprobarlo.
No había reparado en la presencia de la ulterana hasta aquel momento, aunque enseguida se le vino a la mente la conversación de anoche y recordó por qué estaba ella allí. No obstante se preguntó si también se habría quedado dormida en el estudio igual que el, aunque no se lo cuestionó directamente a ella.
—Buenos... días —respondió con torpeza tras haber pronunciado la ulterana el mismo saludo—. Debería... hablar con el resto para explicarles el hallazgo de esta noche.
Tras el asentimiento de la pelirroja, ambos salieron del estudio y bajaron las escaleras en dirección a la cocina. Saludó a los que ya se encontraban allí con otro "buenos días" pronunciado en un tono muy moderado y, antes de decir nada, procedió a sentarse con su desayuno como de costumbre.
—He encontrado un hechizo... —comenzó a hablar de repente sin tener muy claro cómo explicarselo—. Permite ver en la distancia y a través de toda clase de superficies u objetos. Si Baurus o Taro estuviesen atrapados podría emplearlo para comprobarlo.
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