Torreón Maciel (Archivo V)
+15
Jack
Dal
Evanna
Zarket
Rocavarancolia Rol
Alicia
Naeryan
Baurus
Poblo
LEC
Yber
Giniroryu
Red
Tak
Leonart
19 participantes
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Torreón Maciel (Archivo V)
06/08/13, 02:56 pm
Recuerdo del primer mensaje :
El único que comentó fue el insectoide, mientras que tan solo se ganó las miradas reprobatorias de los demás. No tardó en contestar al clinger.
-Quizás no será agilidad en tu planeta, Kamen Rider. Pero en mi planeta la agilidad es lo que te permite, por ejemplo, minimizar el daño de una caida, el accionar ciertos aparatos, abrir algunos temas de conversacion o el poder cargar con más o menos peso... Eso solo en ocasiones, claro que luego está la fuerza.-meditó unos instantes.- Luego tambien, a veces, el tener agilidad, implica que puedes potenciar tu velocidad, pero solo si no sabes decir otra palabra que el nombre de tu especie... Es un concepto bastante raro...-
Tanto Lara Croft como el clon de geonosiano tuvieron una breve discusión sobre que camino tomar. Aunque le doliera, el clinger tenia razón sobre el tema, pero la propuesta de Lara Croft era ampliamente más interesante y divertida. No vaciló en aquella ocasion y tomó la inciativa, mientras todavia tenian la discusión reciente.
El joven ruso abrió el camino del grupo. Aunque el insecto alienigena habia desbaratado sus planes la otra vez, él ya sabia a donde se dirigian y el guiar al grupo no le costó mucho, sobretodo teniendo en cuenta que en cuanto se habia callado, todos habian decidido unanimemente pasar de él.
-Estupidos Heart Ratings...-dijo en voz baja, al comprobar lo bajos que estaban. La tabla se extendia en siete columnas y, más abajo de cada una, una cara simpática dibujada que representaba a cada uno de los miembros del grupo. Justo debajo de esta, habia un número. Las columnas se llenaban de corazoncitos palpitantes dependiendo de este y, en estos momentos el número en todos era cero o cercano a este.
>> ¿Por que no me quieren? Soy adorable hasta el estandar de adorabilidad mortal -3-
>> Parece que va a llevarte un tiempo el entender el porque.
Pronto logró vislumbrar, en la lejania, el que era su objetivo actual, a donde les estaba llevando. Era un lugar algo desolado y tétrico. El último piso parecia estar construido con huesos de algun animal gigantesco. Aquello le dio un escalofrío. Unos olores le llegaron a la nariz. Una mezcla de olores que no podia distinguir unos de otros, pero que no olia igual que el resto de la ciudad. Algo perplejo, se fijó en las múltiples aves que sobrevolaban el torreón.
-Hay un nido de pajarracos.-les señaló, para indicarles que la cantidad de aves que iban y venian al torreón no era normal. Un mal presentimiento se acogió dentro de él. No le gustaban los pájaros negros.
Atravesaron los muros, franquearon el portón roto y finalmente llegaron a la puerta. Por el patio, habia huesos enormes repartidos. Algo le decia que fuera lo que fuera que hubiera pasado en aquel lugar años atrás, habria merecido más de una historia buena y graciosa. Se apoyó en la puerta de la entrada, como para intentar forzarla de alguna manera, para descubrir que en verdad estaba abierta. La pesada puerta se abrio con un chirrido y les abrio al que seria su nuevo hogar durante los próximos meses.
El joven atravesó el umbral con la mandibula colgándole y una expresión de pasmo increible, al contemplar lo que contenia la primera sala. Casi sin pararse a respirar, agarró las escaleras de caracol e intentó escalar de ellas, extasiado por aquel lugar. El metal rechinó y le hizo quedarse congelado con un pie sobre la barandilla. Quizás no seria muy sabio subir las escaleras del modo divertido. Lentamente, bajó el pie y subió las escaleras, al principio con un poco de duda pero luego aceleró el paso, hasta que se convirtió en una carrera, otro juego más.
Se paseó por la segunda planta, explorándolo todo, las camas y el escritorio con la silla a toda velocidad, emocionado por descubrir aquel lugar, dejó escapar una risilla divertida. Corrió de vuelta por las escaleras y llamó a los demás por la escalera para que subieran tambien para, a continuación, volver a retomar la subida por las escaleras como un crio que iba a abrir sus regalos de navidad.
Llego al tercer piso y no pudo hacer otra cosa que dar saltitos y retozar de felicidad. Aquella parecia ser un piso dedicado a entrenamiento. Asi que dedujo que pensaban, como mínimo, darles las herramientas para entrenar. Feliz, no tardó mucho en explorar el resto de aquel piso, porque de verdad tenia ganas de subir a la cuarta y última planta.
Cuando llegó, vio lo que esperaba ver. Infinitud de pájaros negros apuntando sus pares de ojos hacia el enclenque joven, intentando analizarle para saber si era una amenaza. Dejó escapar un grito ahogado de una mezcla de sorpresa y terror para entonces retroceder sobre sus pasos.
Bajó las escaleras, positivamente más feliz de poder alejarse de aquella cuarta planta cuanto antes y avisó a todos los que encontró que no debian acercarse a la cuarta planta, para luego describirles lo que vio.
Finalmente, de nuevo en la planta baja, se giró hacia los que estaban ahí presentes.
-¡Tenemos camas y un piso de entrenamiento! ¡Y hasta puede que un remake malillo de una peli de las de Hitchcock! ¿Habeis encontrado algo interesante por aquí abajo?-
El único que comentó fue el insectoide, mientras que tan solo se ganó las miradas reprobatorias de los demás. No tardó en contestar al clinger.
-Quizás no será agilidad en tu planeta, Kamen Rider. Pero en mi planeta la agilidad es lo que te permite, por ejemplo, minimizar el daño de una caida, el accionar ciertos aparatos, abrir algunos temas de conversacion o el poder cargar con más o menos peso... Eso solo en ocasiones, claro que luego está la fuerza.-meditó unos instantes.- Luego tambien, a veces, el tener agilidad, implica que puedes potenciar tu velocidad, pero solo si no sabes decir otra palabra que el nombre de tu especie... Es un concepto bastante raro...-
Tanto Lara Croft como el clon de geonosiano tuvieron una breve discusión sobre que camino tomar. Aunque le doliera, el clinger tenia razón sobre el tema, pero la propuesta de Lara Croft era ampliamente más interesante y divertida. No vaciló en aquella ocasion y tomó la inciativa, mientras todavia tenian la discusión reciente.
El joven ruso abrió el camino del grupo. Aunque el insecto alienigena habia desbaratado sus planes la otra vez, él ya sabia a donde se dirigian y el guiar al grupo no le costó mucho, sobretodo teniendo en cuenta que en cuanto se habia callado, todos habian decidido unanimemente pasar de él.
-Estupidos Heart Ratings...-dijo en voz baja, al comprobar lo bajos que estaban. La tabla se extendia en siete columnas y, más abajo de cada una, una cara simpática dibujada que representaba a cada uno de los miembros del grupo. Justo debajo de esta, habia un número. Las columnas se llenaban de corazoncitos palpitantes dependiendo de este y, en estos momentos el número en todos era cero o cercano a este.
>> ¿Por que no me quieren? Soy adorable hasta el estandar de adorabilidad mortal -3-
>> Parece que va a llevarte un tiempo el entender el porque.
Pronto logró vislumbrar, en la lejania, el que era su objetivo actual, a donde les estaba llevando. Era un lugar algo desolado y tétrico. El último piso parecia estar construido con huesos de algun animal gigantesco. Aquello le dio un escalofrío. Unos olores le llegaron a la nariz. Una mezcla de olores que no podia distinguir unos de otros, pero que no olia igual que el resto de la ciudad. Algo perplejo, se fijó en las múltiples aves que sobrevolaban el torreón.
-Hay un nido de pajarracos.-les señaló, para indicarles que la cantidad de aves que iban y venian al torreón no era normal. Un mal presentimiento se acogió dentro de él. No le gustaban los pájaros negros.
Atravesaron los muros, franquearon el portón roto y finalmente llegaron a la puerta. Por el patio, habia huesos enormes repartidos. Algo le decia que fuera lo que fuera que hubiera pasado en aquel lugar años atrás, habria merecido más de una historia buena y graciosa. Se apoyó en la puerta de la entrada, como para intentar forzarla de alguna manera, para descubrir que en verdad estaba abierta. La pesada puerta se abrio con un chirrido y les abrio al que seria su nuevo hogar durante los próximos meses.
El joven atravesó el umbral con la mandibula colgándole y una expresión de pasmo increible, al contemplar lo que contenia la primera sala. Casi sin pararse a respirar, agarró las escaleras de caracol e intentó escalar de ellas, extasiado por aquel lugar. El metal rechinó y le hizo quedarse congelado con un pie sobre la barandilla. Quizás no seria muy sabio subir las escaleras del modo divertido. Lentamente, bajó el pie y subió las escaleras, al principio con un poco de duda pero luego aceleró el paso, hasta que se convirtió en una carrera, otro juego más.
Se paseó por la segunda planta, explorándolo todo, las camas y el escritorio con la silla a toda velocidad, emocionado por descubrir aquel lugar, dejó escapar una risilla divertida. Corrió de vuelta por las escaleras y llamó a los demás por la escalera para que subieran tambien para, a continuación, volver a retomar la subida por las escaleras como un crio que iba a abrir sus regalos de navidad.
Llego al tercer piso y no pudo hacer otra cosa que dar saltitos y retozar de felicidad. Aquella parecia ser un piso dedicado a entrenamiento. Asi que dedujo que pensaban, como mínimo, darles las herramientas para entrenar. Feliz, no tardó mucho en explorar el resto de aquel piso, porque de verdad tenia ganas de subir a la cuarta y última planta.
Cuando llegó, vio lo que esperaba ver. Infinitud de pájaros negros apuntando sus pares de ojos hacia el enclenque joven, intentando analizarle para saber si era una amenaza. Dejó escapar un grito ahogado de una mezcla de sorpresa y terror para entonces retroceder sobre sus pasos.
Bajó las escaleras, positivamente más feliz de poder alejarse de aquella cuarta planta cuanto antes y avisó a todos los que encontró que no debian acercarse a la cuarta planta, para luego describirles lo que vio.
Finalmente, de nuevo en la planta baja, se giró hacia los que estaban ahí presentes.
-¡Tenemos camas y un piso de entrenamiento! ¡Y hasta puede que un remake malillo de una peli de las de Hitchcock! ¿Habeis encontrado algo interesante por aquí abajo?-
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
10/09/13, 04:08 pm
Durante los días siguientes, ni Nero ni Ri salieron del torreón. Anriel, con mayor disciplina que aburrimiento, guardaba largos periodos de reposo que solo interrumpía para cumplir un mínimo de deberes diaros, como era preparar la comida de ambos cuando tenían hambre, independientemente de los horarios del resto. Al ser diurnos no siempre los hacían coincidir con los de los sinhadres pero tampoco eso se hacia muy complicado, a veces preparaban de más y solo había que recalentar el almuerzo. Nero había aparecido un día con una madera alargada para que ella la usase de bastón. “Coja y con bastón. Que poco te falta para ser una vieja.” Sus paseos se volvieron entonces más frecuentes porque no quería perder la forma física. Por las noches, cuando ya solo quedaba Archime manipulando lo que fuera que tenía en el brazo, se dedicaba a estirar músculos en el suelo del patio, sin tocar ni forzar su tobillo. Incluso asi, con la herida unida a la hinchazón, todavía podía quedarle algo más de una semana de reposo.
Entre los dos reunieron los nombres de los que nunca se habían presentado, a fuerza de oírlos de pasada en conversaciones. Nero era el único que parecía disfrutar de los dos, a pesar de las heridas. Solía aprovechar su estancia en el torreón para empezar alguna charla intrascendente con cualquiera que estuviese desocupado. Desviaba las preguntas personales con bastante agilidad, asi que por mucho que las charlas se alargasen, era francamente difícil sacarle nada en claro. Ri en cambio, aunque agradable si te dirigías a ella, no solía interrumpir a nadie para iniciar una conversación, y sus respuestas eran siempre concisas y sin desperdiciar palabras.
- Nero, escucha.- el edeel entreabrió los ojos y le miró. Su boca amenazaba con esbozar una sonrisa.- He tenido una pesadilla. Necesito dormir contigo. No digas nada, ¿vale? Solo cállate y hazme un sitio.
Nero rodó para ponerse de lado. Se metió temblorosa bajo la sabana y se pegó contra él, notando el brazo envolverla. Aun faltó para que conciliara el sueño, mientras se maldecía por haberle dado una muestra de debilidad.
Ri se fue dejando a su edeel dormido, cuando terminó su debate interno sobre si levantarse de día, o seguir pegada a Nero y arriesgarse a bromas. En el salón estaban Archi y Taro, y como si sospechase que sabían de su estupidez pasada, no pudo evitar tensarse al saludar.
Entre los dos reunieron los nombres de los que nunca se habían presentado, a fuerza de oírlos de pasada en conversaciones. Nero era el único que parecía disfrutar de los dos, a pesar de las heridas. Solía aprovechar su estancia en el torreón para empezar alguna charla intrascendente con cualquiera que estuviese desocupado. Desviaba las preguntas personales con bastante agilidad, asi que por mucho que las charlas se alargasen, era francamente difícil sacarle nada en claro. Ri en cambio, aunque agradable si te dirigías a ella, no solía interrumpir a nadie para iniciar una conversación, y sus respuestas eran siempre concisas y sin desperdiciar palabras.
- (e.e):
- Era un sueño plagado de luz, apenas dibujando en blanco las siluetas de una arboleda. Solo a veces la sombra ofrecida por las hojas dejaba entrever algún detalle: alguna hoja roja caída, un pájaro en una rama, un sendero hecho entre la hierba. Caminaba intranquila, segura de hacer lo incorrecto al internarse de día en aquel lugar. No recordaba motivos concretos, pero tenía la sensación en el pecho de estar marchándose. Sus pasos hacían crujir ramas, antes de que sus ojos le avisasen que estas estaban en el camino. Anriel continuó andando a través, demasiado cegada como para acelerar pero deseando poder abandonar aquel tramo de su viaje. Podía sentir que la miraban, pero al girar el rostro no había nada mas que las claras franjas de troncos perdiéndose en el día. El despiste la hizo tropezar y cayó de bruces. Había otro pájaro observándola desde una rama cercana.
Nerviosa, quiso ir más rápido y el crujido de sus pasos llenó el silencio. La detuvo notar ojos sobre ella, y el inicio de un gruñido sordo y grave. Con la respiración acelerada, se giró deprisa; pero su perseguidor estaba en todas y en ninguna parte.
Surgieron de entre la luz: pequeños y alargados reptiles, de pupilas de gato y colmillos finos. Su espalda chocó contra un tronco al retroceder. Arriba, sobre un árbol cercano, uno de ellos atrapó la cabeza del pájaro y la arrancó de cuajo, produciendo un horrible sonido. La cercaban, justo cuando la luz decaía. El paisaje reveló caminos de sangre y huesos. Algunas costillas blancas, fracturadas presumiblemente por el pie de la aurva. No había madera seca en el suelo del bosque, solo huesos y más huesos blancos que apestaban a muerte, rotos todos. Anriel se apretaba contra el árbol como si este fuera su única posibilidad de salvación. Pero lo notó pegajoso entre sus dedos y aun tuvo tiempo de mirarse las manos, mientras las serpientes-gato, la rodeaban siseantes. La sangre fresca le ensuciaba las palmas y la obligó a retirarse espantada de su refugio. Su mirada trepó hacia arriba. Los cadáveres de cientos de conocidos, mutilados a mordiscos, dispuestos entre las ramas sin ningún orden.
Y entonces atacaron.
- Nero, escucha.- el edeel entreabrió los ojos y le miró. Su boca amenazaba con esbozar una sonrisa.- He tenido una pesadilla. Necesito dormir contigo. No digas nada, ¿vale? Solo cállate y hazme un sitio.
Nero rodó para ponerse de lado. Se metió temblorosa bajo la sabana y se pegó contra él, notando el brazo envolverla. Aun faltó para que conciliara el sueño, mientras se maldecía por haberle dado una muestra de debilidad.
Ri se fue dejando a su edeel dormido, cuando terminó su debate interno sobre si levantarse de día, o seguir pegada a Nero y arriesgarse a bromas. En el salón estaban Archi y Taro, y como si sospechase que sabían de su estupidez pasada, no pudo evitar tensarse al saludar.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
10/09/13, 06:24 pm
Como si se hubiera atascado en un circulo vicioso de costumbre y cotidianez, el aprendiz pasó unos dias tranquilos, pero extremadamente aburridos en el torreón. Dormia poco por las noches, ya que apenas hacia nada durante el día salvo entrenar con su bõ y batallar enemigos imaginarios. No habia tenido ni una sola oportunidad de abrir nuevas rutas o expandir las ya abiertas y simplemente, entre descanso y descanso, contemplaba la existencia y el paso del tiempo con la mirada perdida. A veces se le podia oir lamentandose de su extremo aburrimiento mientras vagaba sin motivo por el torreón, como un fantasma.
Aunque se quedase despierto de madrugada, siempre esperaba a que el sol se alzase y entonces tomaba el rol de despertador que al parecer se habia adjudicado y seguiria haciendo hasta el fin de sus dias. Gritando los buenos dias y saludando al amanecer con positivismo y una sonrisa, siempre se volvia consciente de lo poco que podia hacer cada día para matar aquel aburrimiento omnipresente y, aunque habia salidas de vez en cuando, siempre eran monótonas, con miedo hasta el cuello y con las mismas personas.
Hablando de personas, no habia logrado ampliar especialmente ninguna ruta. El irrense de dos brazos mecánicos no habia aprovechado su flag, Maro no iniciaba más conversaciones con él y normalmente no hablaban tanto durante las salidas y la albina habia vuelto a su estado de introversión en el cual el ruso no se veia capaz de romper debido a su inexperencia con el género opuesto. Pero sin embargo, si que hubo algún que otro cambio en Lara Croft que habia empezado a hacer acopio de lo que aseguraba que eran talismanes. El aprendiz le insistio que acaso, la magia se conseguiria de moldear la tierra de sus alrededores, girándola a voluntad, conjurando maná y enderezándola de nuevo al siguiente turno, pero tampoco consiguio mucha reacción de la ordesa con estas palabras. Se podia decir que estaba abordo de un titanic de sim date y por desgracia, era tanto Jack como Rose. Lo que le hizo a su vez plantearse si entonces se salvaria al subirse en la puerta flotante, creando así una paradoja ya que era dos personas y una a la vez. Solia recurrir a esta para matar tiempo entre horas hasta que empezaba a dolerle la cabeza, y entonces paraba, ya que era peligroso.
Se vio que, por algún motivo, no añoraba la tierra. Habia algo ahí que le habia hecho aceptar ir a aquella ciudad, no sabia todavia el que, pero habia algo. Sus sueños no le mostraron mucho más, ya que se alternaban sueños de todo tipo con la pelea intercalada entre Sun Wukong y el Byakko que el sabio habia jurado ser una tal Mei Hùlín, aparentemente, la responsable de aquella cicatriz tan fea que surcaba su pecho.
El aprendiz, además, habia evitado todo contacto directo con cualquier fuente grande agua, solo usandola para lavarse los ojos ocasionalmente, la cara o las manos.
Todos andaban con sus manos ocupadas en diferentes cosas, todos procurando matar el tiempo como bien pudiesen pero, sin embargo el chico...
-Ah... Hoy salia One Piece... Creo...-dijo con la voz seca. Una especie de gimiteo prolongado, causado por la forma de respirar del aprendiz, comenzó a aflorar hasta que el sonido estridente le hizo salirse de su propio ensimismamiento, como un perro que se despierta a si mismo de su siesta con una flatulencia.
-...-
Pensó que quizás seria el momento de poner en práctica alguno de sus flicks y trucos varios con sus preciados juguetes. O quizás no. La reacción del Edward Elric no habia sido muy satisfactoria y probablemente el bicho solo le llenaria de babas los artefactos. Descartando tambien aquellos con los habia iniciado rutas le dejaban con demasiadas pocas posibilidades.
>> Ah-Ah... Ojalá un clip de papel se apiadara de mi y viniese ofreciendome su ayuda para saber que ruta tomar... Seguiria sin aceptarla, claro está. Nadie quiere al clip de papel.
Suspiró. Con aquellas circustancias, acabaria consumido por su propio aburrimiento.
-La realidad es en verdad un juego mierdoso...-dijo con ojos de siniestro tedio.
Parpadeó varias veces. Volvia a disiparse su mente, sin llegar a reunir sus pensamientos, la mañana llegó y comenzó a oirse gente bajar. Aquello fue lo que le sacó esta vez de sus pensamientos. Se obligó a levantarse. Tenia el cuerpo mustio por haber pasado gran parte de la mañana a la interperie y sentia sus extremidades entumecidas. Arrastrando los pies cual zombie, el aprendiz entró de vuelta al torreón y se arrastró hacia la cocina, con los brazos extendidos, gimoteando palabras inteligibles a primera vista.
-Interacción Social...-murmuraba.
Dio con la cocina. Dentro se hallaban Toro, la chica albina y el Edward Elric con gafas. Parecian enfrascados en una conversación asi que tan solo les saludó por encima y se dirigió hacia las cestas. Cogiendo un plátano, se giró hacia los otros dos y comenzó a tomar su desayuno mientras les escuchaba conversar, con su mirada de siniestro tedio. Cuando dieron un alto en su conversación, decidió hablar entonces.
-Oid... ¿No os parece que la vida dentro del torreón es muy... aburrida?-dijo. Su voz sonaba desprendida de su tono positivo y jovial, característico en él, sobretodo por las mañanas.
Aunque se quedase despierto de madrugada, siempre esperaba a que el sol se alzase y entonces tomaba el rol de despertador que al parecer se habia adjudicado y seguiria haciendo hasta el fin de sus dias. Gritando los buenos dias y saludando al amanecer con positivismo y una sonrisa, siempre se volvia consciente de lo poco que podia hacer cada día para matar aquel aburrimiento omnipresente y, aunque habia salidas de vez en cuando, siempre eran monótonas, con miedo hasta el cuello y con las mismas personas.
Hablando de personas, no habia logrado ampliar especialmente ninguna ruta. El irrense de dos brazos mecánicos no habia aprovechado su flag, Maro no iniciaba más conversaciones con él y normalmente no hablaban tanto durante las salidas y la albina habia vuelto a su estado de introversión en el cual el ruso no se veia capaz de romper debido a su inexperencia con el género opuesto. Pero sin embargo, si que hubo algún que otro cambio en Lara Croft que habia empezado a hacer acopio de lo que aseguraba que eran talismanes. El aprendiz le insistio que acaso, la magia se conseguiria de moldear la tierra de sus alrededores, girándola a voluntad, conjurando maná y enderezándola de nuevo al siguiente turno, pero tampoco consiguio mucha reacción de la ordesa con estas palabras. Se podia decir que estaba abordo de un titanic de sim date y por desgracia, era tanto Jack como Rose. Lo que le hizo a su vez plantearse si entonces se salvaria al subirse en la puerta flotante, creando así una paradoja ya que era dos personas y una a la vez. Solia recurrir a esta para matar tiempo entre horas hasta que empezaba a dolerle la cabeza, y entonces paraba, ya que era peligroso.
Se vio que, por algún motivo, no añoraba la tierra. Habia algo ahí que le habia hecho aceptar ir a aquella ciudad, no sabia todavia el que, pero habia algo. Sus sueños no le mostraron mucho más, ya que se alternaban sueños de todo tipo con la pelea intercalada entre Sun Wukong y el Byakko que el sabio habia jurado ser una tal Mei Hùlín, aparentemente, la responsable de aquella cicatriz tan fea que surcaba su pecho.
El aprendiz, además, habia evitado todo contacto directo con cualquier fuente grande agua, solo usandola para lavarse los ojos ocasionalmente, la cara o las manos.
Todos andaban con sus manos ocupadas en diferentes cosas, todos procurando matar el tiempo como bien pudiesen pero, sin embargo el chico...
-Ah... Hoy salia One Piece... Creo...-dijo con la voz seca. Una especie de gimiteo prolongado, causado por la forma de respirar del aprendiz, comenzó a aflorar hasta que el sonido estridente le hizo salirse de su propio ensimismamiento, como un perro que se despierta a si mismo de su siesta con una flatulencia.
-...-
Pensó que quizás seria el momento de poner en práctica alguno de sus flicks y trucos varios con sus preciados juguetes. O quizás no. La reacción del Edward Elric no habia sido muy satisfactoria y probablemente el bicho solo le llenaria de babas los artefactos. Descartando tambien aquellos con los habia iniciado rutas le dejaban con demasiadas pocas posibilidades.
>> Ah-Ah... Ojalá un clip de papel se apiadara de mi y viniese ofreciendome su ayuda para saber que ruta tomar... Seguiria sin aceptarla, claro está. Nadie quiere al clip de papel.
Suspiró. Con aquellas circustancias, acabaria consumido por su propio aburrimiento.
-La realidad es en verdad un juego mierdoso...-dijo con ojos de siniestro tedio.
Parpadeó varias veces. Volvia a disiparse su mente, sin llegar a reunir sus pensamientos, la mañana llegó y comenzó a oirse gente bajar. Aquello fue lo que le sacó esta vez de sus pensamientos. Se obligó a levantarse. Tenia el cuerpo mustio por haber pasado gran parte de la mañana a la interperie y sentia sus extremidades entumecidas. Arrastrando los pies cual zombie, el aprendiz entró de vuelta al torreón y se arrastró hacia la cocina, con los brazos extendidos, gimoteando palabras inteligibles a primera vista.
-Interacción Social...-murmuraba.
Dio con la cocina. Dentro se hallaban Toro, la chica albina y el Edward Elric con gafas. Parecian enfrascados en una conversación asi que tan solo les saludó por encima y se dirigió hacia las cestas. Cogiendo un plátano, se giró hacia los otros dos y comenzó a tomar su desayuno mientras les escuchaba conversar, con su mirada de siniestro tedio. Cuando dieron un alto en su conversación, decidió hablar entonces.
-Oid... ¿No os parece que la vida dentro del torreón es muy... aburrida?-dijo. Su voz sonaba desprendida de su tono positivo y jovial, característico en él, sobretodo por las mañanas.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
10/09/13, 09:33 pm
La ordesa no se tomó a mal su comentario, a diferencia del primer día, y eso le agradó. Podría ser un retaco hortera y bocazas pero estaba empezando a caerle bien. Lo que le inquietaba era, en realidad, a qué venía tanta obsesión por los pezones. «Ya preguntaré otro día».
—Deja, creo que de momento la suerte me va sonriendo —le respondió sonriendo ampliamente cuando les sugirió ponerse algún amuleto como aquellos.
Se sentó a la mesa y se sirvió cuanto pudo. Muerto de hambre como estaba le habría bajado incluso crudo. Al terminar agradeció la comida a la cocinera y volvió al sofá a seguir hurgando en el reloj hasta que quedó claro que con un simple destornillador y sin una mesa no iba a hacer gran cosa. Descubrió, eso sí, el uso de la llave que pendía de la cadena. Encajaba tanto en las agujas para moverlas como en un agujero trasero que, suponía, servía para darle cuerda, aunque girarlo fuese inservible por el momento. Existían mecanismos así en su mundo, pero nadie necesitaba usarlos ya, y él no era ninguna excepción.
Así fue como empezó a buscar la manera de extraer el mecanismo, sirviéndose de una de las mesas de la cocina cuando nadie la utilizaba para comer y herramientas que le iba tomando prestadas a Archi. Normalmente se acercaba a él y tomaba o dejaba utensilios de su bata como si fuese una suerte de caja de herramientas andante. Le divertía soberanamente ver lo desconcertado que se quedaba el otro irrense cada vez que lo hacía. En los ratos que dedicaba a abrir el artilugio a veces conversaba con gente, sin atender demasiado por lo general, y siempre conversaciones superficiales. Alguna vez era Nero, otra Ippon, o quizá algún otro. Él estaba ensimismado descubriendo cómo se correspondían los engranajes con símbolos grabados sobre el metal, de qué forma se había roto el eje del engranaje suelto, y pensando cómo podría reponerlo. Tenía tendencia a olvidar cómo se colocaba todo de nuevo cuando quería volver a cerrarlo, y encima había algunos tornillos que se le resistían, seguramente por estar algo oxidados. Entre unas cosas y otras, lo único útil que había hecho había sido limpiar el mecanismo superficialmente.
Pero aquello no fue lo único a lo que se dedicó en los días siguientes. Sin hablarlo con nadie se impuso a sí mismo un programa de ejercicios físicos a los que dedicaba las horas que buenamente podía cada día. El patio no era muy grande, así que se cansaba enseguida de correr en círculos y se sentaba jadeando. Poco más que eso podía hacer, aparte de estiramientos con el torso y las piernas. Nunca había sido muy amigo del deporte pero ahora estaba empeñado en alcanzar a los compañeros que le daban envidia, por poder ir a por las cestas o por ser capaces de defenderse. No quería vivir encerrado en el torreón.
Una mañana, bajando de darse su primer baño en agua fría –y tras vivir la experiencia, supuso que sería el último en mucho tiempo–, se encontró en la cocina a Taro, Anriel, Archi y Shaco. Pasó entre ellos para coger algo de desayuno y, sin volverse, respondió al pelirrojo, metiéndose en la conversación.
—Por mí vamos afuera a recibir más de estos cuando queráis. —Señaló vagamente el mordisco aún marcado en su pierna—. Nosotros no sé, pero las alimañas se van a divertir cosa mala.
—Deja, creo que de momento la suerte me va sonriendo —le respondió sonriendo ampliamente cuando les sugirió ponerse algún amuleto como aquellos.
Se sentó a la mesa y se sirvió cuanto pudo. Muerto de hambre como estaba le habría bajado incluso crudo. Al terminar agradeció la comida a la cocinera y volvió al sofá a seguir hurgando en el reloj hasta que quedó claro que con un simple destornillador y sin una mesa no iba a hacer gran cosa. Descubrió, eso sí, el uso de la llave que pendía de la cadena. Encajaba tanto en las agujas para moverlas como en un agujero trasero que, suponía, servía para darle cuerda, aunque girarlo fuese inservible por el momento. Existían mecanismos así en su mundo, pero nadie necesitaba usarlos ya, y él no era ninguna excepción.
Así fue como empezó a buscar la manera de extraer el mecanismo, sirviéndose de una de las mesas de la cocina cuando nadie la utilizaba para comer y herramientas que le iba tomando prestadas a Archi. Normalmente se acercaba a él y tomaba o dejaba utensilios de su bata como si fuese una suerte de caja de herramientas andante. Le divertía soberanamente ver lo desconcertado que se quedaba el otro irrense cada vez que lo hacía. En los ratos que dedicaba a abrir el artilugio a veces conversaba con gente, sin atender demasiado por lo general, y siempre conversaciones superficiales. Alguna vez era Nero, otra Ippon, o quizá algún otro. Él estaba ensimismado descubriendo cómo se correspondían los engranajes con símbolos grabados sobre el metal, de qué forma se había roto el eje del engranaje suelto, y pensando cómo podría reponerlo. Tenía tendencia a olvidar cómo se colocaba todo de nuevo cuando quería volver a cerrarlo, y encima había algunos tornillos que se le resistían, seguramente por estar algo oxidados. Entre unas cosas y otras, lo único útil que había hecho había sido limpiar el mecanismo superficialmente.
Pero aquello no fue lo único a lo que se dedicó en los días siguientes. Sin hablarlo con nadie se impuso a sí mismo un programa de ejercicios físicos a los que dedicaba las horas que buenamente podía cada día. El patio no era muy grande, así que se cansaba enseguida de correr en círculos y se sentaba jadeando. Poco más que eso podía hacer, aparte de estiramientos con el torso y las piernas. Nunca había sido muy amigo del deporte pero ahora estaba empeñado en alcanzar a los compañeros que le daban envidia, por poder ir a por las cestas o por ser capaces de defenderse. No quería vivir encerrado en el torreón.
Una mañana, bajando de darse su primer baño en agua fría –y tras vivir la experiencia, supuso que sería el último en mucho tiempo–, se encontró en la cocina a Taro, Anriel, Archi y Shaco. Pasó entre ellos para coger algo de desayuno y, sin volverse, respondió al pelirrojo, metiéndose en la conversación.
—Por mí vamos afuera a recibir más de estos cuando queráis. —Señaló vagamente el mordisco aún marcado en su pierna—. Nosotros no sé, pero las alimañas se van a divertir cosa mala.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
11/09/13, 02:30 am
Los siguientes días fueron bastante importantes para Lara, incluso a pesar de que no abandonó el torreón de nuevo. Los paso entre pañales y llantos, pero esa era solo la parte más cotidiana y aburrida. En su tiempo libre, probaba a imitar a su madre en pos de ver qué futuro acabaría ocurriéndoles. Así, creyéndose totalmente su nivel de novata en la adivinación, no solo habló con sus compañeros, sino que fue tratando de hacerse una idea global de cómo eran cada uno. El que más le preocupaba de todos era el niño irrense que, por ser el más pequeño, era quien más facilidades tenía para sacar su lado maternal (aunque le sacara una cabeza a su propio padre). Su "afuerofobia", según palabras textuales de la propia ordesa, no le traería nada bueno. <<La experiencia no se gana encerrándose aquí dentro...>>. El resto de su especie eran dos casos particulares: el primero era Cio, de quien mantenía todavía lo del buen fondo difícil de ver, y el segundo, Archi, a quien había catalogado enseguida como el inteligente descuidado; tenía toda la pinta de ser tan listo que a veces pecaba de tonto. O eso, o cada vez que hablaba de esas cosas mecánicas de su brazo, se inventaba todo el vocabulario y el tipo resultaba ser tonto a secas, pero Lara dudaba seriamente eso.
Luego estaban Shaco y Baurus, ambos de Humania y ambos bastante difíciles de analizar. Uno apenas hablaba y el otro apenas paraba de hablar, pero al final, ambos resultaban ser indescifrables. Con la pareja que se adaptaba a los hábitos diurnos tenía una sensación parecida: la chica era de pocas palabras y el chico era de muchas conversaciones, pero al final no sacaba mucho en claro con ninguno, aunque casados estaban como poco; le daba a Lara en la nariz. Por otro lado estaba Taro, por cuyo mundo sentía mucha curiosidad, pero su nivel de locuacidad rayaba unos mínimos absurdos y Lara no tenía ni paciencia ni un sacacorchos para sacarle las palabras necesarias. Xalkoth simplemente le resultaba impredecible, aunque Lara ya barajaba la idea de que fuese un niño dentro de los estándares de su lugar de origen. De Keiria apreciaba sus grandes habilidades culinarias.
De toda su investigación, Lara solo sacó una cosa real en claro: no había visto nada de nada. Su madre no había conseguido su excelente fama con los inciensos y ella probablemente necesitaría practicar más a menudo para poder igualarla siquiera. Lejos de molestarle, la idea mantuvo a Lara entusiasmada. <<Ahora tengo talismanes y protecciones. Esto solo es el principio de algo grande>>. Obviamente, ni el excepticismo del resto de elegidos la habían sacado de sus trece.
-------------
<<Adornos no son, eso es obvio. Pinchan demasiado>> se planteaba de buena mañana, mientras acunaba a sus hijos y los arrullaba con una nana improvisada en un idioma sin concretar, de esos que solo los bebés entienden. <<Está claro que son algo distinto. Tal vez como las pociones con área de efecto pero sin ser poción... ¿Magia concentrada cristalizada? Eso estaría bien. Tal vez haya que arrojarlos como piedras para que se rompan y estallen desatando la magia que llevan dentro, guardada(...)>>. Llegó con su nana a la cocina casi sin darse cuenta y la interrumpió durante un par de breves segundos para dar los buenos días a sus compañeros de aventura. Después siguió cantando, y bailando para mecer a los niños dentro de su marsupio, mientras se hacía un vaso de leche con requesón.
-Yo estoy dispuesta a salir, si alguien se queda con los niños, claro-añadió a la conversación, cuando se hizo una idea sobre lo que iba.
Luego estaban Shaco y Baurus, ambos de Humania y ambos bastante difíciles de analizar. Uno apenas hablaba y el otro apenas paraba de hablar, pero al final, ambos resultaban ser indescifrables. Con la pareja que se adaptaba a los hábitos diurnos tenía una sensación parecida: la chica era de pocas palabras y el chico era de muchas conversaciones, pero al final no sacaba mucho en claro con ninguno, aunque casados estaban como poco; le daba a Lara en la nariz. Por otro lado estaba Taro, por cuyo mundo sentía mucha curiosidad, pero su nivel de locuacidad rayaba unos mínimos absurdos y Lara no tenía ni paciencia ni un sacacorchos para sacarle las palabras necesarias. Xalkoth simplemente le resultaba impredecible, aunque Lara ya barajaba la idea de que fuese un niño dentro de los estándares de su lugar de origen. De Keiria apreciaba sus grandes habilidades culinarias.
De toda su investigación, Lara solo sacó una cosa real en claro: no había visto nada de nada. Su madre no había conseguido su excelente fama con los inciensos y ella probablemente necesitaría practicar más a menudo para poder igualarla siquiera. Lejos de molestarle, la idea mantuvo a Lara entusiasmada. <<Ahora tengo talismanes y protecciones. Esto solo es el principio de algo grande>>. Obviamente, ni el excepticismo del resto de elegidos la habían sacado de sus trece.
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<<Adornos no son, eso es obvio. Pinchan demasiado>> se planteaba de buena mañana, mientras acunaba a sus hijos y los arrullaba con una nana improvisada en un idioma sin concretar, de esos que solo los bebés entienden. <<Está claro que son algo distinto. Tal vez como las pociones con área de efecto pero sin ser poción... ¿Magia concentrada cristalizada? Eso estaría bien. Tal vez haya que arrojarlos como piedras para que se rompan y estallen desatando la magia que llevan dentro, guardada(...)>>. Llegó con su nana a la cocina casi sin darse cuenta y la interrumpió durante un par de breves segundos para dar los buenos días a sus compañeros de aventura. Después siguió cantando, y bailando para mecer a los niños dentro de su marsupio, mientras se hacía un vaso de leche con requesón.
-Yo estoy dispuesta a salir, si alguien se queda con los niños, claro-añadió a la conversación, cuando se hizo una idea sobre lo que iba.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
11/09/13, 03:33 pm
Archime permaneció en silencio uos segundos, meditando las palabras de Taro antes de responder. El irrense estaba acostumbrado a dormir pocas horas cada dos días, pero era cierto que aquel horario se había expandido ininterrumpidamente desde la primera noche en la ciudad. La adicción al trabajo del biomecánico hacía que dormir tuviese menos peso en su mente que dormir las ocho horas diarias reglamentarias, pero no es que no supiese que las palabras del carabés encerraban una lógica irrebatible en sus apreciaciones acerca del descanso.
—El dormitorio no es un lugar de trabajo adecuado, podría perturbar el sueño de los demás. Desconozco cómo os organizáis para dormir, pero los dormitorios cuentan con ocho camas cada uno por lo que ambos deben estar ocupados —explicó—. No obstante tal vez deba solventar esta eventualidad por el bien de mi rendimiento y mis articulaciones —añadió prácticamente para sí mientras se levantaba para desayunar.
Mientras degustaba un poco de pan con queso una buena parte de sus compañeros se congregaron en la cocina mientras las posibles conversaciones se sucedían alrededor del silencioso irrense. Le lanzó una mirada de soslayo a Cío, sin embargo, ya que todavía tenía en su poder unas pinzas que normalmente estaban en uno de los bolsillos de su bata, pero todavía sin saber si debería comentarle algo al respecto. Cuando se habló de realizar una nueva exploración, el interés del ingeniero por la conversación aumentó pero tan solo habló para confirmar que contasen con su presencia en dicha salida.
—El dormitorio no es un lugar de trabajo adecuado, podría perturbar el sueño de los demás. Desconozco cómo os organizáis para dormir, pero los dormitorios cuentan con ocho camas cada uno por lo que ambos deben estar ocupados —explicó—. No obstante tal vez deba solventar esta eventualidad por el bien de mi rendimiento y mis articulaciones —añadió prácticamente para sí mientras se levantaba para desayunar.
Mientras degustaba un poco de pan con queso una buena parte de sus compañeros se congregaron en la cocina mientras las posibles conversaciones se sucedían alrededor del silencioso irrense. Le lanzó una mirada de soslayo a Cío, sin embargo, ya que todavía tenía en su poder unas pinzas que normalmente estaban en uno de los bolsillos de su bata, pero todavía sin saber si debería comentarle algo al respecto. Cuando se habló de realizar una nueva exploración, el interés del ingeniero por la conversación aumentó pero tan solo habló para confirmar que contasen con su presencia en dicha salida.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
11/09/13, 08:38 pm
Aunque Ri tratase de ser discreta a Taro le resultaba difícil pasarla por alto; su cabello blanco la hacía destacar mucho. Saludó a la muchacha de pasada, y en ese momento entró Shaco por la otra puerta poniendo fin también a la conversación con Archi. El ingeniero parecía haberse dado por enterado, más o menos, pero todo dentro de su burbuja personal. Taro hizo nota mental de preguntarle sobre un par de cosas sobre su ordenador en otro momento.
-No sé en qué sitios habrás vivido tú, pero raramente quedarse en casa es emocionante- dijo el carabés en respuesta al comentario de Shaco, sin saber qué se esperaba el ruso. Pero si se refería a salir en más ocasiones Taro estaba de acuerdo. El confinamiento le había vuelto temerario y se moría por ir a algún sitio distinto, descartando los encontronazos que habían tenido hasta entonces como pura mala suerte. Toda la ciudad no podía estar así... O eso esperaba.
-Algún sitio habrá sin bichos- dijo aunque no muy convencido ante las palabras de Cio-. Y en algún momento tendremos que salir de todas formas, así que cuanto antes...
Escurrió el bulto disimuladamente cuando Lara habló de encontrar una canguro para los niños, aprovechando para bajar a la armería. Se colgó el arco a la espalda por tozudez, pero recordando el poco uso del que le había sido la última vez cogió un par de puñales que engancharse al cinturón. El solo hecho de pensar que podría necesitarlos le ponía nervioso.
Una vez fuera y tras una breve discusión sobre qué dirección tomar, acabaron decidiéndose por explorar al sur. De acuerdo a la línea de pensamiento de "si lo vemos a tiempo, podremos huir a tiempo", Taro recorrió la mayor parte del trayecto caminando a lo largo de muretes derruidos, a la suficiente altura como para escudriñar una distancia considerable de la calle frente a ellos, pero manteniéndose al lado del grupo.
Sigue en la Plaza del Estandarte.
-No sé en qué sitios habrás vivido tú, pero raramente quedarse en casa es emocionante- dijo el carabés en respuesta al comentario de Shaco, sin saber qué se esperaba el ruso. Pero si se refería a salir en más ocasiones Taro estaba de acuerdo. El confinamiento le había vuelto temerario y se moría por ir a algún sitio distinto, descartando los encontronazos que habían tenido hasta entonces como pura mala suerte. Toda la ciudad no podía estar así... O eso esperaba.
-Algún sitio habrá sin bichos- dijo aunque no muy convencido ante las palabras de Cio-. Y en algún momento tendremos que salir de todas formas, así que cuanto antes...
Escurrió el bulto disimuladamente cuando Lara habló de encontrar una canguro para los niños, aprovechando para bajar a la armería. Se colgó el arco a la espalda por tozudez, pero recordando el poco uso del que le había sido la última vez cogió un par de puñales que engancharse al cinturón. El solo hecho de pensar que podría necesitarlos le ponía nervioso.
Una vez fuera y tras una breve discusión sobre qué dirección tomar, acabaron decidiéndose por explorar al sur. De acuerdo a la línea de pensamiento de "si lo vemos a tiempo, podremos huir a tiempo", Taro recorrió la mayor parte del trayecto caminando a lo largo de muretes derruidos, a la suficiente altura como para escudriñar una distancia considerable de la calle frente a ellos, pero manteniéndose al lado del grupo.
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"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
12/09/13, 01:02 am
Se giró para ver entrar a Shaco. El chico, aun sin clasificar en claro u oscuro, llevaba despertándola a gritos desde el inicio de la convivencia. Anriel le dedicó una mirada vacía, y murmuró que seguía herida. Aquella mañana la idea de salir le era más desagradable de lo habitual. Quiso marcharse antes de que la ordesa la cargase con la responsabilidad de sus crías un día más y se cruzó con Nero a medio vestir en las escaleras. El rostro de Ri se endureció como advertencia, y el edeel detuvo su paseo para mirarla fijamente, tras frotarse los ojos. La leve sonrisa dibujada en su cara era burla más que suficiente. Después corresponder el gesto con un saludo frío y tenso, la sinhadre subió a los pisos superiores, no queriendo estar a fuera mientras brillase el sol. Aun quedaban trazas del miedo que le impedirían tomárselo como algo apacible y relajante.
Nero supo de la salida muy poco antes de que se produjese, pero no dudó en unirse, preparándose rápidamente. Encontraba divertida la idea de que Ri probablemente lo echaría en falta. Irónico, como poco.
Nero supo de la salida muy poco antes de que se produjese, pero no dudó en unirse, preparándose rápidamente. Encontraba divertida la idea de que Ri probablemente lo echaría en falta. Irónico, como poco.
-
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
12/09/13, 02:23 am
Lara estaba ya lista para salir: Llevaba todos los amuletos que había acumulado desde el día que los encontró, varios cristales en un bolsillo, un escudo y su Diezdiez al cinto. Solo le faltaba un pequeño detalle para poder salir a jugarse la vida por sus niños (y por cualquier tipo de objeto mágico, comida, menaje o cualquier cosa sin utilidad aparente.. ): dejar a los propios niños al cuidado de quienes se quedaban dentro. Contenta con el resultado que había dado Anri, la ordesa volvió a buscarla a ella. Tardó su buen par de minutos en encontrarla.
-Ey, Anri-llamó su atención-. ¿Te importa volver a quedarte al cargo de la cesta?-a diferencia de la vez anterior, ahora la cesta estaba un pelín más adornada, En la parte más alta del asa, había atado un colgante que hacía las veces de móvil infantil. Además, rebuscó en uno de los bolsillos y le dio a la sinhadre un par de cristales-. Les hace gracia el ruido que hacen al chocarse, si los agitas igual que si fueras a lanzar los dados. Ahora están dormidos y recién comidos, pero por si acaso te dieran problemas, ¿vale? Si pasa algo... Utilízalos-<<Mejor que no pase nada>>-. Tengo una corazonada con estos cristalillos En serio.
Se despidió de la chica y bajó hasta dar con el grueso de los que tenían gana de aventura.
Sigue en la Plaza del Estandarte.
-Ey, Anri-llamó su atención-. ¿Te importa volver a quedarte al cargo de la cesta?-a diferencia de la vez anterior, ahora la cesta estaba un pelín más adornada, En la parte más alta del asa, había atado un colgante que hacía las veces de móvil infantil. Además, rebuscó en uno de los bolsillos y le dio a la sinhadre un par de cristales-. Les hace gracia el ruido que hacen al chocarse, si los agitas igual que si fueras a lanzar los dados. Ahora están dormidos y recién comidos, pero por si acaso te dieran problemas, ¿vale? Si pasa algo... Utilízalos-<<Mejor que no pase nada>>-. Tengo una corazonada con estos cristalillos En serio.
Se despidió de la chica y bajó hasta dar con el grueso de los que tenían gana de aventura.
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No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
12/09/13, 03:43 pm
Mientras los demás iban a por las cestas de nuevo, Ippon conversó con Keiria mientras dibujaba a Taro en su ordenador. Desde el primer momento le había parecido maja y resultó serlo. Tras la conversación bajó a enterarse de cómo había ido la búsqueda de alimentos y luego ayudó a la ulterana a hacer la comida, sonriente como siempre. Ya que no iba a salir del torreón ni aunque le obligasen, al menos tendría que resultar útil dentro.
El irrense pasó el día dibujando, medio en su mundo. Había retocado todos sus dibujos varias veces, corrigiendo y añadiendo detalles a cada uno. Su favorito era el de Taro entrando por la ventana, aunque no sabría decir por qué, ya que consideraba que el que estaba mejor hecho era el de Lara. Había bajado a la armería, sabedor de los peligros que había en la ciudad, mero no se había atrevido a coger ninguna. No iba a salir y nunca iba a saber usar una; lo más cerca de una espada que había estado hasta entonces había sido la que usaba un personaje de uno de sus RPGs favoritos.
Al llegar la noche, Ippon se durmió enseguida y soñó con Irraria y con la magia que les faltaba en Rocavarancolia. Despertó de golpe, recordando que les habían engañado.
---------------------
Los siguientes días pasaron a velocidades totalmente opuestas; algunos rápido y otros lento, pero todos se basaban en la misma rutina que Ippon seguía con pequeñas variantes: se quedaba en el torreón, hablaba con alguno de sus compañeros y dibujaba. Pronto se quedó sin gente que dibujar y pasó a dibujar personajes inventados siguiendo rasgos básicos de los mundos de procedencia de sus compañeros, aunque los dibujos de insectos basados en Xalkoth eran más.
Aquel insecto le había gustado al irrense desde el primer momento y lo consideraba su mascota, pero nunca había hecho una referencia a ello. Aunque le gustase hablar, sabía ser discreto cuando debía. También había cogido un par de aquellos cristalitos y los llevaba siempre en el bolsillo. Si estaban allí, servirían para algo, ¿no? Si Ippon tuviese conexión a la red y hubiese entendido lo que ponía en su pantalla habría hecho varias búsquedas para encontrar qué eran aquellos chismes. Pero como no cumplía ninguno de los requisitos que necesitaba, tendría que aguantarse.
-------------------
Aquella mañana, Ippon bajó a la cocina aún medio adormilado. Hablaban de salir, a lo que el niño se negó en rotundo mientras comí un trozo de queso con pan. «Saldré cuando sepa hacer magia», se propuso. Sin mucho que hacer allí, se sentó en uno de los sillones y buscó en la memoria de su ordenador todas las fotos que tenía para entretenerse. Tardaría bastante en verlas todas.
El irrense pasó el día dibujando, medio en su mundo. Había retocado todos sus dibujos varias veces, corrigiendo y añadiendo detalles a cada uno. Su favorito era el de Taro entrando por la ventana, aunque no sabría decir por qué, ya que consideraba que el que estaba mejor hecho era el de Lara. Había bajado a la armería, sabedor de los peligros que había en la ciudad, mero no se había atrevido a coger ninguna. No iba a salir y nunca iba a saber usar una; lo más cerca de una espada que había estado hasta entonces había sido la que usaba un personaje de uno de sus RPGs favoritos.
Al llegar la noche, Ippon se durmió enseguida y soñó con Irraria y con la magia que les faltaba en Rocavarancolia. Despertó de golpe, recordando que les habían engañado.
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Los siguientes días pasaron a velocidades totalmente opuestas; algunos rápido y otros lento, pero todos se basaban en la misma rutina que Ippon seguía con pequeñas variantes: se quedaba en el torreón, hablaba con alguno de sus compañeros y dibujaba. Pronto se quedó sin gente que dibujar y pasó a dibujar personajes inventados siguiendo rasgos básicos de los mundos de procedencia de sus compañeros, aunque los dibujos de insectos basados en Xalkoth eran más.
Aquel insecto le había gustado al irrense desde el primer momento y lo consideraba su mascota, pero nunca había hecho una referencia a ello. Aunque le gustase hablar, sabía ser discreto cuando debía. También había cogido un par de aquellos cristalitos y los llevaba siempre en el bolsillo. Si estaban allí, servirían para algo, ¿no? Si Ippon tuviese conexión a la red y hubiese entendido lo que ponía en su pantalla habría hecho varias búsquedas para encontrar qué eran aquellos chismes. Pero como no cumplía ninguno de los requisitos que necesitaba, tendría que aguantarse.
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Aquella mañana, Ippon bajó a la cocina aún medio adormilado. Hablaban de salir, a lo que el niño se negó en rotundo mientras comí un trozo de queso con pan. «Saldré cuando sepa hacer magia», se propuso. Sin mucho que hacer allí, se sentó en uno de los sillones y buscó en la memoria de su ordenador todas las fotos que tenía para entretenerse. Tardaría bastante en verlas todas.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
12/09/13, 05:07 pm
Los días para Xalkoth pasaron de forma aburrida, y uno de los pocos logros de aquel lapso de tiempo fue que el clinger consiguió aprenderse todos los nombres por fin, aunque se negó a pronunciar los completos de aquellos que tenían más de dos sílabas, como el de Lara, al que le eliminó el numero que iba añadido al final.
Retomó los entrenamientos que había dejado de hacer desde que abandonó su mundo, y junto a Shaco notó que eran los únicos que parecían interesados en mantenerse en forma, aunque nunca entrenaran juntos.
Para aumentar su aburrimiento no volvió a salir de exploración, con la excepción de cuando iba a por las cestas con el naranjito y Taro, pero eso no era suficiente para él.
El tema que había sobre la magia tampoco le gustaba nada, y se podía apreciar que el clinger estaba irritable cuando aparecía como tema de conversación, algo que, indirectamente, hizo que Taro fuera poco a poco entrando en la lista de personas que no le caían bien, seguido de Lara.
En contraste, aprendió a utilizar todos los mecanismos del torreón, como el puente levadizo, algo que no le resultó tan difícil como había creído en un principio, ya que el mecanismo no era complejo, solo extraño.
Se despertó sin mucho ánimo, listo para otro día monótono. No fue hasta que escuchó que hablaban de salir cuando su ánimo volvió.
-¿Salir? Yo voy- Otros días habría reaccionado de forma más alocada o infantil, pero llevaba demasiado tiempo en la monotonía. Aun así su tono no admitía réplica alguna.
Sigue en la Plaza del Estandarte.
Retomó los entrenamientos que había dejado de hacer desde que abandonó su mundo, y junto a Shaco notó que eran los únicos que parecían interesados en mantenerse en forma, aunque nunca entrenaran juntos.
Para aumentar su aburrimiento no volvió a salir de exploración, con la excepción de cuando iba a por las cestas con el naranjito y Taro, pero eso no era suficiente para él.
El tema que había sobre la magia tampoco le gustaba nada, y se podía apreciar que el clinger estaba irritable cuando aparecía como tema de conversación, algo que, indirectamente, hizo que Taro fuera poco a poco entrando en la lista de personas que no le caían bien, seguido de Lara.
En contraste, aprendió a utilizar todos los mecanismos del torreón, como el puente levadizo, algo que no le resultó tan difícil como había creído en un principio, ya que el mecanismo no era complejo, solo extraño.
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Se despertó sin mucho ánimo, listo para otro día monótono. No fue hasta que escuchó que hablaban de salir cuando su ánimo volvió.
-¿Salir? Yo voy- Otros días habría reaccionado de forma más alocada o infantil, pero llevaba demasiado tiempo en la monotonía. Aun así su tono no admitía réplica alguna.
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- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
13/09/13, 02:21 am
Los siguientes días pasaron rápido para la ultrana, aunque la pelirroja notaba que sus compañeros empezaban a mostrarse aburridos. La chica suponía que se debía a la falta de salidas, pero ella no acusaba la diferencia, apenas había puesto un pie fuera del torreón desde que se habían instalado, y aunque tenía pensado participar en alguna de las próximas expediciones, no tenía demasiada prisa. Aun así no falto la comida, Xalk, Taro y Shaco se ocupaban de alcanzar las cestas antes de que alcanzaran el punto de descarga saltando por los tejados, y la pelirroja agradecía esa agilidad, era al fin y al cabo la que les proporcionaba el sustento diario necesario. Keiria pasó el tiempo libre que tenía trabajando en su pequeño proyecto de relojería, y también intentó socializar mas con sus compañeros, pero no se le daba especialmente bien y siempre terminaba por echarse atrás cuando trataba de iniciar una conversación con alguno de ellos. Con el pequeño Ippon le salía de forma natural, y con Archi no era difícil si sacabas el tema apropiado, pero los demás eran un misterio para ella y prefería que fueran ellos los que iniciaran las conversaciones. El tema de la magia le interesaba, controlar una energía aparentemente invisible y doblegarla a tu voluntad para hacer cosas increíbles atraía poderosamente su atención. Dedicó un día entero a observar y manipular los "talismanes" que había encontrado Lara, pero no logro ningún resultado, y cuando quedó claro que la magia no estaba a su alcance por el momento, la pelirroja descartó el tema al cajón de asuntos pendientes, prefería no obcecarse con trabajos estancados.
Cuando amaneció y la chica se despertó, sus compañeros aun dormían. Keiria bajó al patio en silenció y empezó a subir cubos de agua a la segunda planta, siguiendo una rutina que había empezado unos días antes. Una vez tuvo el agua suficiente, la chica se desvistió y se limpió, sumergiéndose después en la bañera y pasando un rato bajo el agua. Seca y con la ropa limpia, la ulterana bajó a la planta baja para encontrarse con que sus compañeros ya estaban desayunando, y al cabo de un rato, se pusieron de acuerdo en que querían salir. Keiria prefirió quedarse también aquella vez, aun no había bajado a la armería y no llevaba nada para defenderse. Se despidió de los demás en la puerta y observo el salón casi vacío, exceptuando la presencia silenciosa de Ippon. Anriel parecía haber desaparecido escaleras arriba con las crías de Lara, y el irrense estaba concentrado, por lo que decidió no molestarle.
La chica se acercó a la cocina y empezó a calentar algo de aquel té que Anriel y Nero llamaban shiv, con la mirada perdida en un punto indefinido, pensativa. No estaba segura, pero creía que la sinhadre no había desayunado, y aunque Keiria no era muy habladora, si que era bastante observadora, y no se le había pasado por alto el estado algo decaído de la albina.
-Anriel, ¿te apetece comer o beber algo? -llamó en voz alta hacia las escaleras, antes siquiera de pensar en hacerlo.
Keiria no sabía a que había venido aquel arrebato de compañerismo, pero ya estaba hecho, y mientras esperaba la respuesta de la peliblanca, continuó preparando el desayuno.
Cuando amaneció y la chica se despertó, sus compañeros aun dormían. Keiria bajó al patio en silenció y empezó a subir cubos de agua a la segunda planta, siguiendo una rutina que había empezado unos días antes. Una vez tuvo el agua suficiente, la chica se desvistió y se limpió, sumergiéndose después en la bañera y pasando un rato bajo el agua. Seca y con la ropa limpia, la ulterana bajó a la planta baja para encontrarse con que sus compañeros ya estaban desayunando, y al cabo de un rato, se pusieron de acuerdo en que querían salir. Keiria prefirió quedarse también aquella vez, aun no había bajado a la armería y no llevaba nada para defenderse. Se despidió de los demás en la puerta y observo el salón casi vacío, exceptuando la presencia silenciosa de Ippon. Anriel parecía haber desaparecido escaleras arriba con las crías de Lara, y el irrense estaba concentrado, por lo que decidió no molestarle.
La chica se acercó a la cocina y empezó a calentar algo de aquel té que Anriel y Nero llamaban shiv, con la mirada perdida en un punto indefinido, pensativa. No estaba segura, pero creía que la sinhadre no había desayunado, y aunque Keiria no era muy habladora, si que era bastante observadora, y no se le había pasado por alto el estado algo decaído de la albina.
-Anriel, ¿te apetece comer o beber algo? -llamó en voz alta hacia las escaleras, antes siquiera de pensar en hacerlo.
Keiria no sabía a que había venido aquel arrebato de compañerismo, pero ya estaba hecho, y mientras esperaba la respuesta de la peliblanca, continuó preparando el desayuno.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
13/09/13, 08:39 am
No parecía que salir de la cocina hubiese evitado que le encargasen responsabilidades ajenas. Aceptó la cesta y los cristales con un leve asentimiento, sin rastro de disgusto en el rostro. Llevaba muchos años haciendo lo correcto y lo que le tocaba, y estaba acostumbrada a que esas tareas no le viniesen solo de su edeel. Estaba enseñada a hacer sin quejarse. Miró a las crías, que se revolvieron haciendo ruiditos, ya acostumbradas a su presencia.
- Yo no tendría por qué hacer nada con vosotros. – No eran más que una petición. Y no sabía si podía clasificarse de deber como parte de un grupo.- Al menos, no sois Historia de los Fundamentos Políticos.
Keiria la llamó desde abajo, antes de que pudiese retomar el camino a su cama. Cruzó miradas con los bichos pelones una vez más, sabiendo que, en cualquier caso, ya tenía prohibido el descanso. En vez de responder bajó las escaleras. Había tenido que soltar el bastón para coger lo que le daba Lara y fue apoyando el pie, con el consecuente dolor vago que subía desde el tobillo.
-Gracias, Keiria.- Anriel era una perfecta fachada de neutralidad cordial. No había cruzado muchas palabras con la chica completa, solo sabía que ella cocinaba para el resto de diurnos casi siempre. Soltó la cesta sobre la mesa de la cocina, cogiendo asiento y agitó los cristales sobre las cabezas de los cachorros. Había mirado su tobillo esa misma mañana. Se cambiaba el vendaje todos los días, y comprobaba el avance de sus heridas y de las de Nero. No había infección, pero aun tardaría en dejar de molestarle al andar.
- Yo no tendría por qué hacer nada con vosotros. – No eran más que una petición. Y no sabía si podía clasificarse de deber como parte de un grupo.- Al menos, no sois Historia de los Fundamentos Políticos.
Keiria la llamó desde abajo, antes de que pudiese retomar el camino a su cama. Cruzó miradas con los bichos pelones una vez más, sabiendo que, en cualquier caso, ya tenía prohibido el descanso. En vez de responder bajó las escaleras. Había tenido que soltar el bastón para coger lo que le daba Lara y fue apoyando el pie, con el consecuente dolor vago que subía desde el tobillo.
-Gracias, Keiria.- Anriel era una perfecta fachada de neutralidad cordial. No había cruzado muchas palabras con la chica completa, solo sabía que ella cocinaba para el resto de diurnos casi siempre. Soltó la cesta sobre la mesa de la cocina, cogiendo asiento y agitó los cristales sobre las cabezas de los cachorros. Había mirado su tobillo esa misma mañana. Se cambiaba el vendaje todos los días, y comprobaba el avance de sus heridas y de las de Nero. No había infección, pero aun tardaría en dejar de molestarle al andar.
-
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
13/09/13, 05:55 pm
La albina apareció por las escaleras cojeando ligeramente y se sentó tras darle las gracias, dejando las cestas con las crías de Lara sobre la mesa.
-No hay de que -murmuro, terminando de preparar el shiv y sirviéndolo en un par de tazas. También dispuso en un plato unos trozos de pan y unos pedazos de aquel alimento que los demás llamaban "queso". La ulterana no sabía que era, pero no le resultaba desagradable el sabor, y estaba bien para desayunar o tomar un pequeño aperitivo a deshoras. Una vez estuvo todo listo, la chica acercó una de las tazas a la shinadre y dejo el plato a su alcance, tomando también asiento en la mesa. Mientras daba un sorbo a su taza, los ojos de Keiria observaron momentáneamente el cabello de Anriel, pensativos. La primera vez que la había visto la había confundido con una watahré, una de los primeros hijos de Ul: su cabello blanco era el detalle mas significativo, pero que fuera de otro planeta descartaba esa opción. La pelirroja había visto pocos watahrés, aunque debido a la posición de su padre se había cruzado con alguno, sin embargo no sabia mucho de ellos, solo que ocupaban un alto rango en los ejércitos ulteranos, por eso había ocultado su ojo oscuro con tanta rapidez, no quería saber que le haría un soldado de tan alta posición si lo descubriera.
Cogió uno de los trozos de pan con queso y le dio un mordisco distraído, observando a las crías pelonas de la ordesa, y reflexionando sobre la apariencia cordial de Anriel, que era demasiado perpetua para no llamar la atención de la ulterana. Keiria era poco habladora, le costaba conversar con gente que apenas conocía, pero se le daba bien observar, y por lo menos a ella no le pasaba desapercibida la shinadre que tenía sentada enfrente. Ocultaba sus emociones bastante bien, y a base de convivencia silenciosa, la pelirroja se había dado cuenta de que siempre era muy correcta, quizás demasiado, y la pelirroja no entendía porque siempre parecía estar dispuesta a cualquier petición que le hicieran, aunque su tobillo estuviera dolorido y lo que realmente necesitara fuera dormir.
-Oye... ¿quieres que cuide yo a los pelones hasta que venga su madre? -le ofreció-, parece que necesitas dormir un poco y a mi no me supone demasiado problema. Deberías mantener en reposo ese tobillo, y siendo nocturna no creo que te haga bien esta luz -añadió dubitativa.
-No hay de que -murmuro, terminando de preparar el shiv y sirviéndolo en un par de tazas. También dispuso en un plato unos trozos de pan y unos pedazos de aquel alimento que los demás llamaban "queso". La ulterana no sabía que era, pero no le resultaba desagradable el sabor, y estaba bien para desayunar o tomar un pequeño aperitivo a deshoras. Una vez estuvo todo listo, la chica acercó una de las tazas a la shinadre y dejo el plato a su alcance, tomando también asiento en la mesa. Mientras daba un sorbo a su taza, los ojos de Keiria observaron momentáneamente el cabello de Anriel, pensativos. La primera vez que la había visto la había confundido con una watahré, una de los primeros hijos de Ul: su cabello blanco era el detalle mas significativo, pero que fuera de otro planeta descartaba esa opción. La pelirroja había visto pocos watahrés, aunque debido a la posición de su padre se había cruzado con alguno, sin embargo no sabia mucho de ellos, solo que ocupaban un alto rango en los ejércitos ulteranos, por eso había ocultado su ojo oscuro con tanta rapidez, no quería saber que le haría un soldado de tan alta posición si lo descubriera.
Cogió uno de los trozos de pan con queso y le dio un mordisco distraído, observando a las crías pelonas de la ordesa, y reflexionando sobre la apariencia cordial de Anriel, que era demasiado perpetua para no llamar la atención de la ulterana. Keiria era poco habladora, le costaba conversar con gente que apenas conocía, pero se le daba bien observar, y por lo menos a ella no le pasaba desapercibida la shinadre que tenía sentada enfrente. Ocultaba sus emociones bastante bien, y a base de convivencia silenciosa, la pelirroja se había dado cuenta de que siempre era muy correcta, quizás demasiado, y la pelirroja no entendía porque siempre parecía estar dispuesta a cualquier petición que le hicieran, aunque su tobillo estuviera dolorido y lo que realmente necesitara fuera dormir.
-Oye... ¿quieres que cuide yo a los pelones hasta que venga su madre? -le ofreció-, parece que necesitas dormir un poco y a mi no me supone demasiado problema. Deberías mantener en reposo ese tobillo, y siendo nocturna no creo que te haga bien esta luz -añadió dubitativa.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
13/09/13, 06:26 pm
Ri posó su taza para mirar directamente a Keiria. Suspiró brevemente y giró la taza entre sus manos.
- No, esta luz no es gran cosa. Realmente, podría ser mucho peor. - se lo estaba diciendo a sí misma. Sonrió brevemente retomando la distracción de agitar cristales.- además si no cambiasemos horarios, no parecería que vivimos juntos.
Apretó ligeramente las esquinas del cristal, mientras pensaba en que en aquella expedición estaba Nero.
"Imbecil...". El cristal estaba más afilado de lo esperado y le hizo sangre. No fue el escozor típico de cualquier herida lo que le hizo soltarlo como si ardiese. Fue el hecho de que había empezado a brillar.
- No, esta luz no es gran cosa. Realmente, podría ser mucho peor. - se lo estaba diciendo a sí misma. Sonrió brevemente retomando la distracción de agitar cristales.- además si no cambiasemos horarios, no parecería que vivimos juntos.
Apretó ligeramente las esquinas del cristal, mientras pensaba en que en aquella expedición estaba Nero.
"Imbecil...". El cristal estaba más afilado de lo esperado y le hizo sangre. No fue el escozor típico de cualquier herida lo que le hizo soltarlo como si ardiese. Fue el hecho de que había empezado a brillar.
-
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
13/09/13, 08:36 pm
Anriel declinó la oferta, y sus palabras hicieron que Keiria se preguntara como eran los días en su planeta de origen. Era cierto que la luz de aquella ciudad era tenue, el sol que brillaba sobre Ibolia era bastante mas fuerte, pero no tanto como para ser mucho peor que aquello. La mente de la chica divagaba sobre las ventajas y desventajas de una sociedad nocturna mientras fregaba lo que había manchado cuando Anriel se cortó con el cristal que estaba agitando a modo de sonajero para distraer a las crías. La ulterana terminó apresuradamente lo que estaba haciendo y se acercó con un trapo limpio y un poco de agua a la albina, pidiéndole permiso con la mirada para curarle aquello. Anriel no parecía prestarle atención, así que Keiria le limpió el dedo y lo envolvió con el trapo, antes de percatarse de que el cristal causante de la herida estaba brillando.
-¿Esto es magia? -preguntó, inclinándose a mirar el cristal al percatarse que era uno de los talisamanes que había encontrado Lara-, no parece algo tan llamativo, ¿me permites? -preguntó, cogiendo el cristal de la mano de Anriel con ojos curiosos. En cuanto la piel de la sinhadre perdió el contacto con la piedra, esta dejo de brillar, por lo que Keiria volvió a dejarla sobre su mano, donde se encendió de nuevo.
La pelirroja repitió el experimento un par de veces mas, alzando luego el cristal y mirando en su interior. A contraluz se podían apreciar unos surcos en el interior de la piedra, unos surcos que parecían haber llevado una gota de la sangre de la albina al centro de la misma. Cuando Keiria se dio cuenta de que tal ves estaba incomodando a la otra chica con su cercanía ya llevaba unos minutos absorta en la "magia" del cristal, así que se apartó apresuradamente algo sonrojada y le tendió de nuevo el talismán, dejándolo caer sobre la palma de Anriel.
-Lo siento -murmuró, desviando el tema a continuación con una pequeña teoría sobre lo que acababa de pasar-. Creo que la sangre es algún tipo de catalizador y que el cristal reacciona al contacto con el propietario de esa sangre para cargarse de energía, presumiblemente mágica. También puede ser una linterna sin mas, pero me parece un método bastante absurdo para obtener simplemente algo de luz...
La pelirroja cogió el otro cristal que había traído la sinhadre y lo sopesó entre las manos.
-Realmente solo puedo demostrar esto probándolo yo misma, así que vamos allá -dijo, y sin más se hizo un corte en la palma de la mano, profundo al no medir bien su fuerza. El tálsiman empezó a brillar en cuanto absorbió parte de la sangre y la ulterana lo alzó para mirarlo de cerca, manchando la mesa con el líquido rojo en el proceso, demasiado absorta para sentir el corte.
-¿Esto es magia? -preguntó, inclinándose a mirar el cristal al percatarse que era uno de los talisamanes que había encontrado Lara-, no parece algo tan llamativo, ¿me permites? -preguntó, cogiendo el cristal de la mano de Anriel con ojos curiosos. En cuanto la piel de la sinhadre perdió el contacto con la piedra, esta dejo de brillar, por lo que Keiria volvió a dejarla sobre su mano, donde se encendió de nuevo.
La pelirroja repitió el experimento un par de veces mas, alzando luego el cristal y mirando en su interior. A contraluz se podían apreciar unos surcos en el interior de la piedra, unos surcos que parecían haber llevado una gota de la sangre de la albina al centro de la misma. Cuando Keiria se dio cuenta de que tal ves estaba incomodando a la otra chica con su cercanía ya llevaba unos minutos absorta en la "magia" del cristal, así que se apartó apresuradamente algo sonrojada y le tendió de nuevo el talismán, dejándolo caer sobre la palma de Anriel.
-Lo siento -murmuró, desviando el tema a continuación con una pequeña teoría sobre lo que acababa de pasar-. Creo que la sangre es algún tipo de catalizador y que el cristal reacciona al contacto con el propietario de esa sangre para cargarse de energía, presumiblemente mágica. También puede ser una linterna sin mas, pero me parece un método bastante absurdo para obtener simplemente algo de luz...
La pelirroja cogió el otro cristal que había traído la sinhadre y lo sopesó entre las manos.
-Realmente solo puedo demostrar esto probándolo yo misma, así que vamos allá -dijo, y sin más se hizo un corte en la palma de la mano, profundo al no medir bien su fuerza. El tálsiman empezó a brillar en cuanto absorbió parte de la sangre y la ulterana lo alzó para mirarlo de cerca, manchando la mesa con el líquido rojo en el proceso, demasiado absorta para sentir el corte.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
14/09/13, 10:08 am
-No me estoy muriendo- dijo cuando Keiria le limpió el dedo, con una sonrisa leve. Apenas era un rasguño. Levantó el cristal, que había dejado de brillar al soltarlo, para que lo viese la chica. En cuanto lo rozaron sus manos, volvió el fulgor. No lo dejó caer, sino que con cierta tensión le mostró el culpable a la pelirroja. Después de comprobar que solo ella lo encendía, Keiria se hizo con el otro cristal. - ¡No!
Pero su reacción no evitó que se cortase. Anriel dejó su cristal todo lo lejos que le permitía el brazo, cogió el paño y limpió la herida, apretando para cortar la hemorragia. Era un corte más profundo de lo necesario, hecho sin ningún cuidado.
-Bueno, al menos ahora sabemos que más sangre no significa más brillo.- comentó mientras estaba en su tarea. Su mirada se desvió a las gotas de sangre sobre la mesa.- ¿es así como tendría que ser tu sangre?
Resplandecía en verde.
Pero su reacción no evitó que se cortase. Anriel dejó su cristal todo lo lejos que le permitía el brazo, cogió el paño y limpió la herida, apretando para cortar la hemorragia. Era un corte más profundo de lo necesario, hecho sin ningún cuidado.
-Bueno, al menos ahora sabemos que más sangre no significa más brillo.- comentó mientras estaba en su tarea. Su mirada se desvió a las gotas de sangre sobre la mesa.- ¿es así como tendría que ser tu sangre?
Resplandecía en verde.
-
- Baurus
Ficha de cosechado
Nombre: Baurus
Especie: Terrícola
Habilidades: Agilidad, Rapidez mental, Nociones de luchaPersonajes : Baurus Takanashi
Re: Torreón Maciel (Archivo V)
15/09/13, 12:54 am
Los días siguientes avanzaron con gran velocidad. El torreón fue invadido por la "Rutina". Desconocía la actividad que realizaban bastante gente del grupo, pero tampoco me importaba demasiado. En mi caso, una vez conseguí encontrar una nueva camiseta por algún baúl del torreón para sustituirla por mis harapos, decidí aprender a manejar mi espada cuanto antes. No costó demasiado esfuerzo para mi sorpresa. Aun que desconocía que clase arma era, aprendí a controlar su peso a la hora de atacar y moverme, tanto con dos como con una mano. Lo único que necesitaba era aguante. Mejorar mi forma física. Practicaba todos los días en el patio, a ser posible, apartado de cualquiera que pudiera interrumpirme. Aun que si lo hiciera, no podría conseguirlo. Una vez empuñaba la espada, me sentía libre. Libre y poderoso. Ignoraba todo a mi alrededor en esos momentos.
A la hora de las comidas, intentaba echarle huevos e intentar hablar al grupo, pero siempre ocurría cualquier cosa que me cortara, o simplemente, no era el momento adecuado según me parecía. Aun que cada vez se me agotaba más la paciencia. No podía soportar la presión de comer junto a ellos, sin siquiera haberme presentado en condiciones, y después de haber tenido anteriormente malas intenciones con ellos. No estaba en mi "hogar". No podía salir libremente sin saber lo que me esperaba. Por lo que, el permitirme el lujo de apartarme de ellos cuando me recibieron de esta forma, sería lo último que deseo. ¿Unicamente me aprovechaba de su hospitalidad? Quizás. Mis ideas todavía se encontraban revueltas.
Ya después de la práctica diaria con la espada, me dio el antojo de entrar en el torreón. Por lo que vi, varios integrantes del grupo lo abandonaron con la intención de explorar de nuevo. En un sentido me interesaba saber dónde me encontraba, pero por otra, todavía me sentí débil ante el exterior. Entré al torreón todavía con la espada en mano, y vi a la chica de pelo blanco y a la de ojos distintos, aparentemente, jugueteando con cristales luminosos. Instantes después, la chica de ojos distintos, se cortó en la palma de la mano con uno de ellos, causando que se iluminara. No entendí ese proceso en aquel momento, solo observé la sangre que brotaba de su mano. Me acerqué ligeramente.
-Si intentas lo que yo creo, posiblemente sea más eficaz si lo haces en la muñeca, ¿Sabes?
A la hora de las comidas, intentaba echarle huevos e intentar hablar al grupo, pero siempre ocurría cualquier cosa que me cortara, o simplemente, no era el momento adecuado según me parecía. Aun que cada vez se me agotaba más la paciencia. No podía soportar la presión de comer junto a ellos, sin siquiera haberme presentado en condiciones, y después de haber tenido anteriormente malas intenciones con ellos. No estaba en mi "hogar". No podía salir libremente sin saber lo que me esperaba. Por lo que, el permitirme el lujo de apartarme de ellos cuando me recibieron de esta forma, sería lo último que deseo. ¿Unicamente me aprovechaba de su hospitalidad? Quizás. Mis ideas todavía se encontraban revueltas.
Ya después de la práctica diaria con la espada, me dio el antojo de entrar en el torreón. Por lo que vi, varios integrantes del grupo lo abandonaron con la intención de explorar de nuevo. En un sentido me interesaba saber dónde me encontraba, pero por otra, todavía me sentí débil ante el exterior. Entré al torreón todavía con la espada en mano, y vi a la chica de pelo blanco y a la de ojos distintos, aparentemente, jugueteando con cristales luminosos. Instantes después, la chica de ojos distintos, se cortó en la palma de la mano con uno de ellos, causando que se iluminara. No entendí ese proceso en aquel momento, solo observé la sangre que brotaba de su mano. Me acerqué ligeramente.
-Si intentas lo que yo creo, posiblemente sea más eficaz si lo haces en la muñeca, ¿Sabes?
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