Fase 3, Ronda 1: Koval vs Noel

Que fuese a ser Noel lo puso nervioso. Por un lado se sentía más cómodo enfrentándose a gente que no fuera cercana, por el otro, era interesante enfrentarse en serio a aquellos que conocías tan bien como ellos a ti. Pero desde que Noel iba a clases con deferentia ya no estaba tan seguro de que se tuviesen totalmente tanteados el uno al otro. Como quiera que fuese, le había visto en el torneo y sabía que iba a sudar.
En la arena le recibió con una sonrisa.
―Hey, ¡cuánto tiempo! ―bromeó―. ¿Sabes? Es preocupante enfrentarse al imbatido, pero aun así tengo que intentar fastidiarte el récord ―comentó de guasa. Pero el gong estaba cerca y tocaba ponerse serios―. Venga, ¡suerte!

Se frotó las manos con nerviosismo y esperó. Al sonido del gong su primera reacción fue darle una patada al suelo para hacer un ascenso rápido. No pretendía con ello situarse muy por encima del draco, sino simplemente comenzar el combate en movimiento para facilitar la evasión. Entre tanto levantó un campo de fuerza anclado a su cuerpo para proteger su fuego y, al darle Noel tregua, también hizo lo propio con un escudo mágico reforzado. Si nada se lo impedía, lo siguiente sería emplear un hechizo abrasivo cerca de los pies de Noel, pretendiendo mellar defensas y llevarse parte del suelo por delante para desequilibrarlo.

No le extrañó el emparejamiento porque a aquellas alturas había muy pocas opciones. Al igual que cuando se había enfrentado a Giz, se aseguraría de ser un oponente digno. En realidad le hacía bastante ilusión enfrentarse al fuego fatuo ya que todavía no habían coincidido hasta ahora y, aunque todos entrenasen juntos a menudo, nunca habían peleado tan en serio entre ellos como lo estaban haciendo en el torneo.
—Por lo menos, por lo menos... He parpadeado y te he perdido de vista durante un segundo —respondió a su "cuánto tiempo" en tono sarcástico—. Estoy seguro de que no eres el único que tiene ganas de eso, hasta los jueces. Acabarán echándome del torneo por estar hasta en la sopa — continuó bromeando—. ¿Listo para tirar abajo el anfiteatro? ¡Suerte!

En cuanto sonó el gong, no tardó en imitar a Gael y comenzó a erigir sus propias defensas, empezando por las mágicas en su caso. Hizo dos barreras pegadas al cuerpo y las respaldó. Le oyó conjurar el hechizo abrasivo y comenzó a conjurar él a su vez uno de racha de viento mientras el suelo bajo sus pies se desmigajaba, aunque no pudo evitar que sus defensas se carcomiesen un poco. La idea era que el viento molestase lo suficiente al fuego fatuo, ya que para evitar que su fuego se dispersase probablemente debería lidiar con él y así salir del agujero, mientras tanto, y lanzarle los hechizos de impacto que pudiese encadenar para tirar abajo sus defensas físicas o al menos desgastarlas.

Al sentir la racha de viento, se decantó por lo más rápido que se le ocurrió, la intangibilidad, con la idea de mantenerla mientras aquella eventualidad durase. Tuvo suerte con la elección, porque lo siguieron una serie de hechizos de impacto que terminaron por llevarse sus defensas físicas por delante, pero le dieron margen para realizar su próximo ataque. Puesto que había comenzado atacando las defensas físicas de Noel, siguió por ese camino, haciendo un hechizo de constricción al que necesitaba que no prestase atención hasta que hubiera mellado las defensas. Se cerraba a la altura de su pecho. Como distracción, envió una serie de hechizos de corte.

Noel empezaba a hartarse de la intangibilidad en aquella categoría. No sabía cuánto tiempo pensaba mantenerla Gael, pero tras los problemas que le había dado ese hechizo en concreto en sus anteriores duelos, decidió que "si no puedes con ellos, únete a ellos", y eso hizo al notar el primer hechizo de corte. Se hizo intangible y por tanto dejó que el fuego fatuo tirase abajo sus defensas pero sin que ello le pudiera afectar por ahora, exactamente igual que había sucedido en su caso.

Sabía que no podía mantenerse intangible demasiado tiempo, no obstante, pero ahora que Gael no podía atacarlo con nada físico decidió aprovechar la circunstancia. Mientras se acercaba a la posición del mismo, encerró al fuego fatuo en escudo mágico reforzado para que o bien se quitaba la intangibilidad o bien debería permanecer dentro y por tanto debería tirarlo abajo para poder atacarle. Si optaba por lo primero, aprovecharía que se encontraba sin barrera física alguna para lanzarle un nuevo hechizo de impacto. Si se quedaba dentro, empezaría un hostigamiento mágico con un lanzazo para dejar sus defensas mágicas a un golpe de quebrarse y después ya actuaría en consecuencia a las acciones de Gael.

Noel hizo lo mismo y, una vez se encontraron en ingualdad de condiciones, se chocó de lleno con una barrera que levantó a su alrededor. Incluso si se quitaba la intangibilidad, para poder salir tendría que renunciar a sus defensas mágicas, y exponerse de de esa manera no era para nada buena idea. Imaginándose la que le podía venir, fijó una segunda capa de protección mágica reforzada a la superficie de su cuerpo, esta para protegerle a él. Supo que lo alcanzó un lanzazo en la anterior, justo antes de crear la segunda capa defensiva, y por eso la extinguió. A continuación conjuró su propio lanzazo, pero respaldado para incrementar su potencia. Quería, necesitaba, tirar la barrera que había levantado Noel de un golpe, y le imprimió una buena cantidad de energía. En cuanto se viese libre, retrocedería en el aire sin perder de vista a Noel, preparado por si necesitaba efectuar algún desvío, y tomando aire para, si podía, prender llamas de fuego mágico alrededor de la barrera del draco. Si, en cambio, su defensa mágica había sufrido ataques, antes que atacar optaría por renovarla.

Noel no siguió intentando hostigarlo mágicamente y había puesto fin a la intangibilidad tras conjurar una nueva barrera física respaldada a la par que el nigromante reconstruía sus defensas mágicas. Mientras el fuego fatuo conjuraba el lanzazo, se había añadido además un sortilegio de defensa y lanzado un hechizo de levitación. Se había acercado a la posición de Gael levitando, cuando este le lanzó el fuego mágico. El draco dejó que su escudo mágico reforzado se encargase de ellas mientras empezaba a conjurar, ahora más cerca del fuego fatuo, un nuevo hechizo.

Esperó a que su escudo se quebrase y fuese entonces el sortilegio de defensa el que se encargase de la ofensiva para, acelerando la levitación, atravesar a Gael y, en cuanto se pusiera a su espalda, anclarle la barrera de inercia que estaba conjurando. Si no había puesto fin a tiempo al fuego que había conjurado, Gael habría visto carcomidas sus propias defensas. En plena caída del español, le lanzaría una bola de luz con la potencia suficiente para quebrar su escudo.

Llegó a prender el fuego, pero Noel parecía venir hacia él directo. Le había escuchado levantarse una defensa física, así que podía imaginarse que era tangible de nuevo. No tenía claro qué buscaba con aquello, aunque podía volver el fuego contra él, pero le conocía, y se decantó por lo que supuso que sería más inesperado. No extinguió el fuego, pero sí lo controló para que prediera solamente a la espalda del draco, minimizando su superficie pero evitando tener que conjurarlo de nuevo más tarde. Al mismo tiempo retiró la intangibilidad sobre sí mismo y, para cuando el draco se chocase con él, preparó un hechizo de parálisis que soltar en el momento justo en que sucediese. El fuego fatuo sufrió un pequeño rebote contra las defensas del draco, y mientras aún retrocedía ya trataba de conjurarse un campo de fuerza anclado para no estar desprotegido. El fuego volvió a cubrir a Noel por los cuatro costados.

Como Gael deshizo la intangibilidad y comenzó a conjurar un nuevo hechizo que conocía de sobra, interrumpió la barrera de inercia para conjurar un desvío. Quiso devolvérselo al fuego fatuo, pero lo aparatoso de la situación hizo que el sortilegio simplemente se perdiese en el aire. El choque había minado sus defensas físicas pero gracias a estas se había mantenido más firme en su sitio que su oponente. Mientras Gael se protegía de nuevo, él hizo lo propio con un escudo mágico ya que el sortilegio de defensa ya había dejado de tener efecto. También tenía que ocuparse de las llamas, pero no podía quedarse expuesto a otro hechizo de parálisis o un conjuro similar.

En cuanto las llamas se avivaron, volvió a tratar de anclarle la barrera de inercia. En esta ocasión en lugar de hostigarle con un ataque mágico, optaría por algo físico ya que eran las defensas más endebles del fuego fatuo en aquel momento. Mientras se alejaba, petrificaría las llamas y empleando un cántico del orden las dirigiría hacia su oponente mientras caía.

Si no podía, antes de que sus defensas ser carcomiesen del todo se volvería ignífugo mientras se alejaba y trataría de reconstruir sus defensas mágicas, respaldándolas esta vez.

Cuando vio a Noel empezar a conjurar se preparó para un desvío, pero al reconocer el hechizo supo que estaba directamente jodido porque no podría salir de su rango antes de que el draco lo definiese. Estando Noel cubierto y habiendo perdido el tiempo en gestos inútiles, enseguida se vio cayendo sin haber podido detener aquel hechizo a tiempo, que además había quedado anclado a él. Por suerte caía con los pies por delante y contaba con las protecciones físicas para encargarse de absorber el impacto. Eso le permitió ver los movimientos de Noel y, en consecuencia, conjurar un hechizo abrasivo que desmigajó el fuego petrificado antes de que lo alcanzase a él. Lo siguió un lanzazo de magia dirigido hacia Noel mientras sus defensas mágicas siguiesen dañadas. Como era probable que lo desviase, porque se veían perfectamente el uno al otro, al terminar de conjurar comenzaría a invocar otro inmediatamente, aprovechando que era un hechizo rápido. Tenía más probabilidades de acertar si enviaba dos seguidos. Si tenía margen de acción tras la ofensiva, reforzaría sus defensas físicas para paliar el golpe que habían recibido con la caída, pero también permanecía atento a los posibles movimientos del draco por si tenía que actuar en consecuencia.

Las defensas de Noel terminaron de romperse con el primer lanzazo, pero debido a que para cuando Gael lanzó el segundo él ya se había desplazado, descendiendo pero alejándose un poco, mediante la levitación y teniendo tiempo de oírle conjurar de nuevo lo mismo, le resultó más fácil desviarlo y tratar de devolvérselo a su dueño.

Sin detenerse, una vez hubo finalizado el gesto para desviar el lanzazo, reconstruyó y respaldó sus barreras mágicas ancladas a la par que el fuego fatuo hacía lo propio con las físicas.

Su siguiente movimiento sería lanzarle un sortilegio bastante peculiar apuntando a sus manos: un hechizo crecepelo, pero la variante que servía para hacer nacer plumas ya que era la única que realmente conocía por lo evidente. Y por sus efectos secundarios en aquellos que no disponían de plumas de forma natural. Si le daba, a Gael le saldrían unas molestas y deformes plumas en las manos, incluido dentro de ellas, lo cual esperaba que le entretuviese al menos unos instantes.

Y a continuación, trataría de comenzar a tejer una cortina de fulgor que delimitaría la parte inferior de la barrera de inercia en la que se encontraba el fuego fatuo y que carcomería constantemente sus defensas.

Tras desviar por los pelos el lanzazo que le llegó devuelto tuvo tiempo de reforzar sus defensas físicas como había planeado, a la vez que Noel reforzaba las mágicas. Iba a emplear un hechizo de dispersión sobre la barrera de inercia, pero casi vaciló al empezar a conjurar Noel algo rápido. No paró, aun así, y en vez de dispersar la barrera terminó dispersando el hechizo que venía hacia él. A continuación hizo lo propio con aquella molestia que lo mantenía pegado al suelo. Reconocía lo que estaba conjurando ahora Noel, y se impulsó contra el suelo para volver a ganar altura y mantener el movimiento. Por su parte, Gael comenzaría a conjurar una barrera mística para anclarse a sí mismo. Ya quedaba poco, según el reloj, y podía permitírselo. Recordando lo que se le acababa de casi venir encima, añadiría una cláusula para incluir hechizos orgánicos. No sabía si le daría tiempo, pero su intención era continuar con la ofensiva tras eso, una explosión, quizá, porque podía tanto dañar las defensas de Noel como, al suceder entre ambos, ser una distracción.