Fase 2, Ronda 1: Dama Diurna vs Noel

Desde aquella noche y su posterior resolución en el barrio Quemado, Wen se sentía mucho más cercana y unida a Noel de lo que había estado nunca. Noel le había mostrado todo lo horrible que tenía en su interior, y gracias a lo cual ambos por fin tenían la certeza de que eso no los separaría.

La vouivre se había vuelto a traer a Ornlu, ya que la vez anterior le había venido bien. Además, la británica lo consideraba algún tipo de compensación, ya que la mañana en la que los dos habían salido de la habitación en un parpadeo, el lobezno se había asustado y, cuando volvieron al burdel, se lo habían encontrado bastante inquieto.

Al oir su nombre, Wen sistemáticamente fue a dejar al lobezno en el regazo de Noel, pero Ornlu quedó suspendido en el aire estático cuando la vouivre oyó el nombre de su contrincante. Con los ojos como platos, la británica miró a su pareja y luego soltó una carcajada. Sin decirle nada al sueco, le pidió a Kae que le cuidara a Ornlu, para luego dejarlo en su regazo, y se levantó.

- El alumno ya superó una vez al maestro.- le dijo a Noel, refiriéndose a su victoria contra Adara.- A ver si la historia se repite.- terminó con una sonrisa.

Wen eligió las mismas armas que la vez anterior, como ya tenía planeado y se colocó en su posición.

- No se permiten gestos cariñosos ni manipulación sentimental.- le advirtió.- Y no sonrías ni muevas la cola. Me distrae.

En el instante en el que sonó el gong, como había hecho en su anterior combate, Wen disparó su primera flecha, esta vez, en dirección al ala derecha de su contrincante y pareja.

Noel había intercambiado una mirada con Wen cuando escucharon los nombres de ambos, cosa que pareció cogerla por sorpresa tanto como a él. Bajó a la arena volando, como siempre, mientras sonreía con diversión tras escuchar reír a la vouivre y para cuando ella llegó, el draco ya había elegido sus armas que tampoco variaron: espada bastarda y hacha.

El sueco resopló ante las primeras palabras de la británica y arqueó una ceja antes de responder.
—Existen las sutiles diferencias de que yo ni te considero mi alumna ni te voy a decir que vas a necesitar suerte. Tal vez eso cambie las cosas —le replicó en tono sarcástico.

Mientras ambos tomaban posición de combate, Noel no pudo reprimir una risa ante las apreciaciones de la vouivre.
—Si se trata de distracciones, entonces es mejor que directamente te prohíba pelear contra mí —comentó sonriendo con diversión y balanceando su cola de forma perfectamente visible.

Pero en cuanto sonó el gong, se puso serio y afianzó su posición mientras desenvainaba la espada. En cuanto vio que Wen preparaba una flecha, esperó al último instante en el que le sería posible reaccionar y se impulsó en un salto ayudándose de la cola. Tan solo desplegó las alas en el momento justo para elevarse y conseguir que la flecha atravesase el aire bajo estas, rozando por muy poco el final de su cola. Inmediatamente después se lanzó hacia la vouivre sujetando la espada con ambas manos y manteniéndola alta. Amagaría un ataque frontal volando cerca del suelo, pero cuando estuviese cerca de ella aterrizaría y daría un rápido paso lateral buscando cortar el carcaj que llevaba a la espalda para que las flechas se desparramasen por el suelo.

Wen puso una media sonrisa cuando vio como Noel esquivaba su primera flecha, pero no tardó en cargar de nuevo el arco y volver a disparar, siempre apuntando sus alas. Y no pretendía dejar de disparar flechas hasta que estuviera a unos pasos de ella, cuando la vouivre saltaría hacia atrás para ganar tiempo y colgarse a la espalda el arco a la vez que sacaba la doble guadaña. Si el draco todavía no la había alcanzado, cosa que dudaba bastante, bloquearía sus ataques con su arma.

A Wen solo le dio tiempo a disparar una flecha. Esta vez impactó contra su ala, pero no era tan fácil que un proyectil se colase entre su duro plumaje. El draco adelantó un hombro para que su ala cambiase de posición respecto a cuando la vouivre le había apuntado y, por tanto, aunque lo hubiese hecho calculadamente, la flecha rebotó sin llegar a clavarse.

El tiempo que tardó la británica en cambiar de arma, le dio al sueco el que necesitaba para alcanzar su objetivo. Blandió la bastarda con una sola mano y cortó verticalmente el carcaj provocando que se abriese y que las flechas cayesen sin remedio.

Con el brazo libre trató de defenderse de la doble guadaña, interponiendo el antebrazo. No obstante, se llevó un corte inevitablemente aunque no tan profundo como pudiera haber sido si se le clavaba en una zona carente de plumaje. Aprovechó el bloqueo, no obstante, para alejarse de un salto y adoptar una pose defensiva, con la bastarda empuñada con ambas manos.

La vouivre maldijo al verse desprovista de su arma a distancia.

- Diría que intentas impresionarme.- bromeó la vouivre, cuando este dio un salto atrás.

La vouivre giró su doble guadaña alrededor de su cintura de forma paralela a su cuerpo, con la intención de cortar el vientre bajo y los muslos de Noel con ambas hojas, por debajo del lugar donde empuñaba su bastarda. Si la situación lo requería, cambiaría el ángulo de la guadaña para bloquear los golpes bajos o usaría la flexibilidad de su tronco para esquivar los golpes altos.

Noel sonrió con socarronería ante el comentario de la vouivre pero sin bajar la guardia en ningún momento.
—Sabes que no. Porque no soy tan estúpido como para creer a estas alturas que te impresionas con tan poco.

No añadió nada más, porque ya llegaba la siguiente ofensiva. El draco giró rápidamente las muñecas para interponer su espada entre el filo superior de la guadaña apuntando con ella hacia abajo, al tiempo que subía la rodilla correspondiente, doblándola hacia fuera en un ángulo propocio para detener el segundo filo con la protección natural que le ofrecían las plumas de la parte inferior de sus piernas, además de las botas. Entre ambos elementos impidieron que se le clavase el arma en la carne, pero probablemente su calzado necesitaría un arreglo tras el combate.

Esa posición, no obstante, era demasiado arriesgada como para intentar un ataque, por lo que el sueco prefirió empujar el arma de Wen tanto con el filo de su espada como con su pierna y alejarla. Si no sufría ningún percance durante el movimiento, lo siguiente que haría sería empuñar la espada con una sola mano, la izquierda, y blandir el hacha con la derecha. Ya que el arma de la británica contaba con dos filos, intentaría golpear con la mayor potencia de impacto del hacha en su guadaña por si lograba hacérsela caer mientras que con la espada trataría de realizarle un corte horizontal en el brazo izquierdo. No sería un movimiento especialmente fluido el último debido a su menor destreza con la mano izquierda.

Tap estaba atendiendo en casi todas las rondas, guardándose los ánimos (y los desánimos) para casos muy concretos. Noel era uno de esos casos. La charla que había tenido con él días atrás le había abierto un poco os ojos, el gigante le había caído bien. El poltergeist lo había animado a voz en grito ya en el combate contra la playa portatil de Matt y no iba a quedarse corto en este.

—¡Deja el flirteo y dale duro, Noel! ¡Esto no es un festival de danzas de apareamiento! —a Tap le importaba tres pimientos qué relación hubiera entre ellos, quería que se pegasen.

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Giz, por su parte, atendía el combate en posición de tensión, saltando con la mirada de Wen a Noel y de Noel a Wen con una expresión de máxima seriedad. De vez en cuando, concentrado, echaba mano a un bote con galletas que se había traído de casa o hacía un amago de reírse con los comentarios del monigote de metal, procurando no distraerse.

Wen dio un salto atrás ante el empuje de Noel, para no perder el equilibrio. Luego de estabilizarse, se colocó de nuevo en guardia a la espera del contraataque del draco, que no tardó en llegar. Aunque pudo evitar que el hacha del sueco se llevara por delante su arma, le fue imposible evitar el corte del brazo, aunque poco profundo. La vouivre siseó.

- Empiezo a pensar que quieres hacerme daño.- comentó la vouivre.- ¿El trato no era que ibas a estarte quieto para que yo ganara gloriosamente?

La británica afianzó su guadaña y comenzó a girar con ella en círculos sobre sí misma y a orbitar a su vez alrededor del draco, con la intención de hacerles cortes limpios alrededor de su cintura. Si conseguía llegar hasta su espalda, cambiaría el ángulo de su arma para que el corte recorriera de arriba abajo la espalda de Noel.

El hacha de Noel golpeó la guadaña pero no logró desarmarla, aunque de todas formas sabía que Wen no se dejaría pillar tan fácilmente. Consiguió, no obstante, herirla levemente en el brazo, cosa que la vouivre no tardó en hacer notar.
—Nada más lejos de la realidad, lo único que hago es no subestimarte —le respondió a su primera apreciación mientras atendía al próximo movimiento de su pareja—. Y por eso ese trato nunca se podría producir, porque sé que estás tan capacitada como pueda estarlo yo para ganar este combate limpiamente. Así que tampoco te voy a poner las cosas fáciles.

Y, tras esbozar una sonrisa maliciosa, lo siguiente que hizo fue tratar de leer las intenciones de la británica mientras interponía ambas armas entre los filos de la guadaña, lo cual no evito que se llevase algún corte muy superficial en un costado y cerca del vientre debido a que bloquear de aquella manera era más complicado y no de la forma a la que estaba acostumbrado.

Al ver que se dirigía hacia su espalda, el sueco decidió no girarse y hacer uso de su cola cuando Wen ya tenía medio cuerpo a sus espaldas. Trató de entorpecer sus piernas y el filo más bajo de la guadaña dando bandazos con la cola manteniéndola a ras del suelo, al tiempo que aleteaba para provocar que el arma fuese rechazada por las plumas de las alas en lugar de clavarse en su espalda. Si conseguía que la guadaña y su ala se repeliesen, se daría la vuelta y trataría de aprovechar la inestabilidad de Wen para descargar un tajo horizontal con su hacha a la altura de su cintura. La espada quedaría relegada a la defensa solamente.

Wen consiguió evitar tropezarse con la cola de Noel dando un salto hacia atrás, pero no pudo seguir con su ataque inicial ya que las alas se lo impedían. En su lugar, extendió la doble guadaña tanto como pudo e hizo un barrido a ras de suelo con el que pretendía cortar tanto cola como tobillos o gemelos. Si Noel intentaba atacarla desde arriba mientras hacía el barrido, ya que el impulso ya estaría dado, dejaría una mano libre para intentar bloquear el ataque con la daga de su cinturón. Si el draco se alejaba de ella, se levantaría y se colocaría en posición defensiva. Otra opción sería rodar hasta donde sus flechas se desparramaban por el suelo. Aun sin el arco, podían ser de utilidad.

—Bonitos movimientos. Hechos con tanta técnica como precisión  —halagó a la vouivre tras su salto y el posterior barrido que realizó con la guadaña mientras le dedicaba una sonrisa jocosa—. Pero no es tan fácil cortarme en esa zona, como bien sabes.

Noel había alzado inmediatamente su cola, endurenciendo las plumas de la misma por si acaso, pero había sido la parte que la británica se había marcado como objetivo que más se había cuidado de mantener lejos del alcance de su arma, girando sobre su guardia si era necesario. El motivo era que su cola estaba mucho más expuesta, al carecer de algo que la cubriese como era el caso de las botas en las piernas, ni tampoco contar con plumas en toda su superficie. Sus gemelos, no obstante, se hallaban cubiertos por ambas cosas y, aunque en menor grado, también sus tobillos.

—Primero Shizel me obligó a quemar mi gabardina, ahora tú me quieres destrozar las botas —se quejó chasqueando la lengua pero sin dejar de sonreír con diversión—. Si es una indirecta para que renueve mi vestuario, no cuela.
Lo cierto era que debido a que el arma se le había clavado en ellas varias veces, presentaban varios cortes aquí y allá. No perdió el tiempo en cuanto vio una abertura por la que colarse y, habiendo aprovechado que la vouivre se concentraba en atacar la parte inferior de su cuerpo para colgar el hacha del cinturón y empuñar la bastarda con ambas manos. Realizaría un veloz movimiento ascendente describiendo una suerte de arco con la espada para tratar de bloquear y desestabilizar la doble guadaña chocando violentamente filo contra filo, el que se encontrase más a mano para la maniobra.

Como vio que la chica echó a rodar como resultado de esta, el draco alzó rápidamente el vuelo de un salto y se colocó justo donde terminaba el movimiento de Wen, blandiendo la espada en su dirección. Le atacaría de frente en cuanto se levantase si no reaccionaba a tiempo.