Fase 1, Ronda 1: Dama Vípera vs Noel

Noel no conocía el nombre que anunciaron como su contrincante en la primera ronda de lucha armada, pero su transformación era bastante obvia. El draco no se lo pensó demasiado en cuanto a la elección de armas y escogió la espada bastarda y el hacha lo más parecidas a las suyas propias, ya que no iba a conseguir mejor resultado con ningún otro tipo de arma. Vio a la naga cargando además con un arco, imaginándose el motivo, pero no consideró necesitar un arma de larga distancia que probablemente le entorpecería los movimientos más que otra cosa.

Estaba a punto de desearle buena suerte cuando escuchó su comentario y arqueó una ceja mientras se colocaba en posición de guardia frente a ella.
—Descuida, estas plumas no creo que te costase mucho sacarlas de entre los dientes —le replicó sin dar más explicaciones en tono sarcástico con una sonrisa a juego.

Sonrisa que se desvaneció inmediatamente, porque entonces el gong sonó y el sueco se puso serio. Había observado la elección de arma de la naga y cómo las había dispuesto. Ya que iba a usar una maza decidió que al menos por el momento, ya que no conocía las capacidades de combate de su oponente, utilizaría la bastarda a dos manos para disponer de un método de bloqueo más eficaz.

Dama Vípera lo rodeaba y hacía amagos de ataque, que el draco respondía con ademanes similares con su propia arma. Noel no pensaba permanecer en aquel plan eternamente, por lo que decidió tomar la iniciativa. Al menos su oponente no parecía del todo segura acerca de cómo atacarle, o al menos eso parecía debido a su constante avance y retroceso.

Blandió la espada con ambas manos y se impulsó hacia delante, pareciendo que iba a atacarle de frente. En el último instante fintó hacia un lado e intentó un corte lateral hacia la mitad de la cola de la naga. No perdió ojo del estoque llevaba en la punta de la misma, si hacía algo con él trataría de bloquearlo usando su ala más cercana.

—¡Dale duro a esa furcia! —se escuchó decir a la voz de Gael en las gradas—. ¡Hazle tragar su propio veneno!
Mientras agitaba los puños en el aire olvidó que tanto combate estaba empezando a hacerle perder la cordura. Los gritos que llevaba escuchando todo el día se le habían acabado pegando. Al darse cuenta se giró hacia los demás con expresión inocente—. Es que me caía como el culo.

Noel vio venir la maza mientras recuperaba la espada de entre las escamas de dama Vípera. Temiendo no poder evitar un golpe que podría ser fatal simplemente desplazando el torso hacia atrás, el draco optó por dejarse caer de espaldas al suelo. Amortiguó el golpe colocando sus brazos en ángulo recto para detener la caída con las manos, aunque con la derecha tuvo que dar con el puño en el suelo para no soltar el arma, e inmediatamente después se impulsó rápidamente para levantarse.

Aprovechó el impulso que le dio el movimiento para tratar de romper la guardia de la naga con un empujón en el hombro y después asestarle un tajo lateral.

Cuando la naga comenzó a trazar círculos a considerable velocidad a su alrededor, el draco desvió la vista para evitar marearse con la visión. Su oído le diría en qué momento los movimientos de su oponente variaban los suficiente como para haber iniciado alguna clase de ofensiva. Se puso mucho más alerta cuando notó que se acercaba y alzó la espada delante suyo, además de desplegar las alas para cubrir más terreno en caso de no tener tiempo de girarse para bloquear un ataque que no fuese frontal.

El susodicho llegó y Noel se vio obligado a hacer uso de una buena dosis de fuerza para que el golpe de la maza, que finalmente impactó contra la guarda de la bastarda, no le arrebatase el arma de las manos. Apretando los dientes, resistió el peso del contundente arma de dama Vípera antes de realizar una finta lateral y a continuación adelantarse con un pequeño salto destinado a dejar caer todo su peso sobre el mango de la maza. Intentaba desarmarla, pero sino al menos desestabilizarla y, blandiendo la espada frente a su rostro, tratar de asestar una estocada directa al abdomen de dama Vípera.

Noel se limitó a dedicarle una sonrisa burlona a dama Vípera ante su provocación. Estaba bastante seguro de que intentaba provocarle para que volase y utilizar el arco, probablemente porque tuviera mejor manejo de las armas a distancia que de otras, o simplemente porque creía que iba a ser más fácil pillarle así. En cualquier caso no pensaba darle el gusto, echaría a volar cuando lo considerase oportuno. Si es que llegaba a hacerlo a lo largo de aquel combate.

Su estocada se vio entorpecida por la maza pero el movimiento no fue completamente en vano ya que el filo de la espada encontró un nuevo objetivo en el rostro de la naga. El estoque de la cola, no obstante, encontró la pierna de Noel y le produjo un corte no excesivamente profundo pero largo, del que comenzó a brotar un reguero de sangre. Esperaba que su regeneración le ayudaría a no perder demasiada movilidad en aquella pierna a lo largo del combate.

Arquó una ceja ante el nuevo comentario de su "agradable" oponente y en aquella ocasión no pudo evitar responderle, mostrando una amplia sonrisa jocosa que no se esforzó en lo más mínimo por evitar.
—Los monstruos no necesitamos para nada tener de eso. Y es mucho peor cuando alguien resulta igual de repulsivo por dentro que por fuera —le espetó mientras se apartaba de ella y se aseguraba de mantener la guardia cubriéndole todo lo posible—. Oh, puede que te parezca un poco tarde para esto, pero te deseo suerte porque la vas a necesitar. No lo digo por el combate armado, no tengo por costumbre cometer el error de subestimar a nadie —le aseguró tranquilamente pero con cierto deje burlón subyacente en sus palabras—. Sino por la guerra verbal.

Volvió a sonreír ampliamente con malicia, enseñando los dientes y saltó ligeramente hacia atrás antes de lanzarse de nuevo a la carga. Amagaría un nuevo ataque directo para, sin acercarse del todo para mantener un margen, alzar rápidamente el vuelo y aterrizar enseguida a espaldas de dama Vípera con la intención de atacar a la punta de su cola y tratar de hacerle perder el estoque.

Noel no pudo prevenir que el estoque encontrase de nuevo en su pierna un hueco donde clavarse, ocupado en hacérselo perder como estaba. La parte trasera de su pierna derecha sumó ahora una herida más profunda que la anterior, pero al menos no había sido en vano.

El sueco aprovechó que lo tenía clavado para golpearlo con un mandoble y provocar que la naga lo soltase. Mientras su oponente se deshacía del estoque y retiraba la maza, el draco aprovechó para cambiar de arma. Se colgó la espada y empuñó entonces el hacha ahora que no necesitaba una defensa más eficaz como la que era necesaria para protegerse de un arma tan pesada y contundente como una maza.

Notó la cola serpenteando a sus pies y vio como su oponente preparaba una flecha. Interpuso instintivamente su propia cola, plumas incluidas, para entorpecer a la naga. A continuación y debido a que su pierna había perdido movilidad debido a las heridas tomó la decisión de alzar el vuelo rápidamente. Fue casi un salto, no obstante, ya que no planeaba permanecer más tiempo el aire. Noel se impulsó inmediatamente para arremeter contra la naga con el hacha por delante. Su objetivo era emplear la potencia de impacto del arma para intentar inutilizar el arco o al menos desestabilizar su disparo para evitar el proyectil.
—No creo haberme equivocado, pero gracias por la sugerencia de la cola entre las piernas.