Subterráneos
+22
Raven
Kanyum
Dal
Red
Evanna
Zarket
Matt
Poblo
Muffie
alpeca
Leonart
Lops
Naeryan
Alicia
Giniroryu
Administración
Yber
Tak
Elliot
Jack
Fundador
Rocavarancolia Rol
26 participantes
- Rocavarancolia Rol
Subterráneos
03/08/11, 11:04 am
Recuerdo del primer mensaje :
Los subterráneos ocupan todo el subsuelo de la ciudad y están plagados de horribles criaturas. Se puede entrar en ellos desde cualquier punto de la ciudad y puedes salir en cualquier sitio.
- Descripción más detallada sacada de la saga:
- Cientos de aberraciones se daban cita en las entrañas de la ciudad, algunas tan desconocidas para él como la fauna alienígena que podía poblar el planeta más lejano. Allí merodeaban los cadáveres pálidos que se alimentaban del tuétano de sus víctimas; los espectros errantes a la caza siempre de cuerpos que poseer… En las profundidades de Rocavarancolia todavía era posible encontrar a los descendientes de los seres humanos a los que Eradianalavela había injertado almas de bestias; o a los vampiros de Rádix, capaces de succionar la sangre, las vísceras y los huesos de sus víctimas con sólo tocarlas; y a criaturas aún más terroríficas que aquéllas. Y los peligros no se reducían sólo a monstruos:
bajo la ciudad había escapes de magia asesina, turbulentas nubes de humo venenoso procedentes de la combustión de residuos mágicos…
La inmensa gruta era de origen natural, un lugar húmedo y rebosante de ecos que avanzaba en
dirección oeste. No había más aportación visible de los moradores de Rocavarancolia que las columnas que aseguraban el techo. Las había a decenas, esparcidas sin pauta ni orden alguno, apiñadas en compactas manadas o velando solitarias por la integridad de la galería; eran de piedra negra, extraordinariamente finas. Se trataba a todas luces de columnas mágicas. A pesar de su número, su aspecto era demasiado frágil como para poder sostener por sí mismas el techo de la caverna y el peso de los edificios que se levantaban sobre ésta. Resultaba difícil concebir que Rocavarancolia quedara sobre sus cabezas.
El suelo estaba encharcado y chapoteaban a la carrera, salpicándose unos a otros.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Subterráneos
17/05/13, 03:07 am
Por la tarde el grupo, compuesto por Giz, Noel, Wen y el propio Gael se dirigió a los subterráneos como habían acordado. El fuego fatuo dudó unos instantes delante de los cadáveres pero finalmente se decantó por la quimera nueva, con partes de oso y humanas. La presa que buscaba el asreniano no era precisamente modesta, por lo que la fuerza bruta sería bienvenida, «pero ahí está la gracia». Él, por su parte, tenía pensado recoger cuanto pudiera de lo que se metiera en su camino para futuros experimentos. Con esos objetivos en mente, llegaron a una de las tantas entradas que llevaban a las galerías que recorrían el subsuelo de la ciudad, y bajaron sin detenerse. El aire húmedo, el mal olor, el ambiente era el de siempre, pero había sutiles diferencias que se hicieron más y más evidentes según abandonaban las zonas a las que todavía llegaban los rayos del sol. El murmullo de fondo, los crujidos y chasquidos, gruñidos y golpes, eran más constantes y más numerosos que de costumbre, algo que al principio podía parecer una mera casualidad. Las primeras criaturas que vieron se encontraban enzarzadas en una pelea que ya se estaba decantando por uno de los bandos. Una langosta de casi un metro tenía medio tórax arrancado mientras un escorpión enorme y de exoesqueleto casi transparente seguía atacando sin piedad.
-Larguémonos rápido antes de que ese termine y busque víctimas nuevas.
Según avanzaban, varias escenas similares se repitieron, y en muchas de ellas ellos eran los atacados y también los vencedores. Había definitivamente algo extraño en la actitud de las alimañas, pues incluso las más débiles se volvían locas al verlos llegar y trataban de atacarlos, cuando normalmente huían.
-¿Qué coño pasa? –preguntó Gael mientras despachaba de un zarpazo a una pequeña quimera que ya traía una colección de heridas recientes consigo-. Normalmente no teníamos ni que enfrentarlos a tanta bicharrada. ¿Servirá de algo hacer más fuerte la luz?
«A lo mejor están nerviosos porque algo acaba de pasar por aquí, se sienten amenazados…»
Sin embargo, aunque recibieron la arremetida de varias bestias fuera de sí no tuvieron demasiados problemas. Tuvieron la suerte al encontrarse con las criaturas más comunes del área, hasta que se toparon con un grupo de masas pegajosas imposibles de identificar y que reptaban por el suelo. Se escondían de la luz y se movían tan rápido que era más sencillo escucharlas que verlas. Se agruparon para no perder de vista sus espaldas y trataron de identificar qué eran aquellas criaturas oscuras y gelatinosas.
-¿Creéis que podrían ser venenosos o algo así? –Un tentáculo viscoso asomó tras una pila de escombro e hizo un recorrido errático antes de desaparecer de nuevo, dejando un rastro oscuro dibujado sobre la roca. Gael llevaba entre manos una pequeña quimera que tiró enseguida hacia la oscuridad. Se oyó un chapoteo e inmediatamente después un sonido de succión terriblemente desagradable-. Qué asco.
El chico dirigió un hechizo de congelación en la dirección que había tirado la presa, esperando poder examinar aquel ser cuando hubieran acabado con todos. Supo que el hechizo había sido efectivo porque el ruido cesó de forma brusca.
-Larguémonos rápido antes de que ese termine y busque víctimas nuevas.
Según avanzaban, varias escenas similares se repitieron, y en muchas de ellas ellos eran los atacados y también los vencedores. Había definitivamente algo extraño en la actitud de las alimañas, pues incluso las más débiles se volvían locas al verlos llegar y trataban de atacarlos, cuando normalmente huían.
-¿Qué coño pasa? –preguntó Gael mientras despachaba de un zarpazo a una pequeña quimera que ya traía una colección de heridas recientes consigo-. Normalmente no teníamos ni que enfrentarlos a tanta bicharrada. ¿Servirá de algo hacer más fuerte la luz?
«A lo mejor están nerviosos porque algo acaba de pasar por aquí, se sienten amenazados…»
Sin embargo, aunque recibieron la arremetida de varias bestias fuera de sí no tuvieron demasiados problemas. Tuvieron la suerte al encontrarse con las criaturas más comunes del área, hasta que se toparon con un grupo de masas pegajosas imposibles de identificar y que reptaban por el suelo. Se escondían de la luz y se movían tan rápido que era más sencillo escucharlas que verlas. Se agruparon para no perder de vista sus espaldas y trataron de identificar qué eran aquellas criaturas oscuras y gelatinosas.
-¿Creéis que podrían ser venenosos o algo así? –Un tentáculo viscoso asomó tras una pila de escombro e hizo un recorrido errático antes de desaparecer de nuevo, dejando un rastro oscuro dibujado sobre la roca. Gael llevaba entre manos una pequeña quimera que tiró enseguida hacia la oscuridad. Se oyó un chapoteo e inmediatamente después un sonido de succión terriblemente desagradable-. Qué asco.
El chico dirigió un hechizo de congelación en la dirección que había tirado la presa, esperando poder examinar aquel ser cuando hubieran acabado con todos. Supo que el hechizo había sido efectivo porque el ruido cesó de forma brusca.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Subterráneos
17/05/13, 11:24 am
Bajar a los subterráneos nunca había sido una experiencia de las más agradables para Giz. El hedor de las vísceras en descomposición siempre le irritaba las narices y algunas criaturas, sin estar muertas, compartían un olor igual de difícil. Hoy, sin embargo, al asreniano le pareció que el aroma a podredumbre y bichos muertos era todavía más intenso y eso le erizaba las escamas de la gola. Sin embargo no le quedaba otra que hacer de tripas corazón. Los subterráneos eran como una tómbola de genoma y eso, para Giz, era lo suficiente atractivo como para aguantar un poco el aire.
En cuanto estuvieron más o menos dentro, Giz utilizó un hechizo de localización por genoma, aprovechando la muestra del macho que había cogido la otra vez. A pesar de las advertencias del resto del grupo, el asreniano no pudo evitar entretenerse por el camino y arriesgarse para pillar muestras de aquellos seres que más le llamaban la atención. Llevaba un zurrón lleno de frascos finos y alargados y, mientras le quedara uno para el dragón, el resto podía llenarlos con cualquier otra cosa. Sin embargo, ocasiones en las que le pareció más seguro dejar la muestra atrás. <<Ya volveré cuando estén menos alterados>>. Se dijo.
-Podrían ser cualquier cosa...-comentó Giz con un tono que oscilaba entre la fascinación y el asco cuando Gael congeló a la masa tentacular-. Creo que hemos venido en un mal día-pero ya que estaban abajo no tenía sentido dar la vuelta.
Poco tiempo después, tres lucecillas aparecieron flotando en la oscuridad, en dirección a ellos. Giz pensó en luciérnagas o algo parecido y por eso se sorprendió tanto cuando tres cuadrúpedos enormes atravesaron el perímetro de luz. A primera vista parecían perros. Perros negros, muesos y con unas hileras de colmillos nada despreciables. Sus ojos eran diminutos, propios para moverse por la oscuridad, y sus orejas enormes, probablemente por la misma razón. De la frente les colgaba un apéndice que acababa en un pequeño bulbo luminoso. Parecían más el tipo de animales que esperaban con paciencia a sus presas, pero en esta ocasión no dudaron en lanzarse contra los transformados.
Mientras el grupo los repelía sin muchos problemas, Giz no pudo evitar pensar que la evolución, o el genemago de turno, había hecho un buen trabajo con esa especie. Tras recoger una muestra más, volvió a centrarse en el rastreo del dragón.
-Espero que los dragones no estén tan alterados como el resto de animales-pensó en voz alta-. Porque parece que ya estamos cerca.
En cuanto estuvieron más o menos dentro, Giz utilizó un hechizo de localización por genoma, aprovechando la muestra del macho que había cogido la otra vez. A pesar de las advertencias del resto del grupo, el asreniano no pudo evitar entretenerse por el camino y arriesgarse para pillar muestras de aquellos seres que más le llamaban la atención. Llevaba un zurrón lleno de frascos finos y alargados y, mientras le quedara uno para el dragón, el resto podía llenarlos con cualquier otra cosa. Sin embargo, ocasiones en las que le pareció más seguro dejar la muestra atrás. <<Ya volveré cuando estén menos alterados>>. Se dijo.
-Podrían ser cualquier cosa...-comentó Giz con un tono que oscilaba entre la fascinación y el asco cuando Gael congeló a la masa tentacular-. Creo que hemos venido en un mal día-pero ya que estaban abajo no tenía sentido dar la vuelta.
Poco tiempo después, tres lucecillas aparecieron flotando en la oscuridad, en dirección a ellos. Giz pensó en luciérnagas o algo parecido y por eso se sorprendió tanto cuando tres cuadrúpedos enormes atravesaron el perímetro de luz. A primera vista parecían perros. Perros negros, muesos y con unas hileras de colmillos nada despreciables. Sus ojos eran diminutos, propios para moverse por la oscuridad, y sus orejas enormes, probablemente por la misma razón. De la frente les colgaba un apéndice que acababa en un pequeño bulbo luminoso. Parecían más el tipo de animales que esperaban con paciencia a sus presas, pero en esta ocasión no dudaron en lanzarse contra los transformados.
Mientras el grupo los repelía sin muchos problemas, Giz no pudo evitar pensar que la evolución, o el genemago de turno, había hecho un buen trabajo con esa especie. Tras recoger una muestra más, volvió a centrarse en el rastreo del dragón.
-Espero que los dragones no estén tan alterados como el resto de animales-pensó en voz alta-. Porque parece que ya estamos cerca.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Subterráneos
17/05/13, 04:01 pm
Tras los entrenamientos y haber comido, el grupo formado por Giz, Gael, Wen y el draco se dirigió a los subterráneos. El sueco tenía intención esta vez de realizar una breve visita a los hombres bestia, alegando que "hace ya demasiado tiempo que nadie les da problemas y se van a malacostumbrar". Ya hacía varios meses desde la última vez que había obtenido magia de ellos debido a sus frecuentes incursiones en los distintos mundos; pero ya que tras aprovechar el caos que se había formado en Varmania no había vuelto a reponer sus reservas, le pareció una ocasión tan buena como cualquier otra.
Aquella visita a los subterráneos, en cambio, si que no fue como cualquier otra. Desde que pusieron un pie en ellos, el sueco comentó extrañado acerca del alboroto que llegó a sus oídos nada más comenzar a adentrarse en las galerías. Siempre se podía escuchar alguna criatura gruñendo a la vuelta de la esquina, o un par de alimañanas carroñeras enzarzadas en una disputa por algún cadáver un poco más allá, pero ese día era diferente. Los subterráneos estaban agitados; las diferentes bestias que los habitaban, alteradas. Esto se hizo patente cuando toda clase de criaturas, normalmente asustadizas y que huían de su presencia, les salieron al paso y se lanzaron a atacarlos sin precaución alguna. Aunque a los cuatro transformados esto no les resultaba problemático en absoluto, sí que les resultó chocante, cosa que el fuego fatuo no tardó en exponer en voz alta.
-Este comportamiento suicida es antinatural -comentó mientras despachaba una especie de conejo con cuerpo felino, tratando de buscar una explicación-. Giz, ¿por casualidad no detectarás los restos de algún hechizo potente, verdad?
Realizó la cuestión sin estar demasiado seguro de aquella línea de pensamiento pero se le había ocurrido que tal vez aquel caos irresoluble hubiese sido producto de algún experimento mágico. Sin embargo, la negativa del goliat le hizo abandonar aquella incipiente hipótesis y aumentó su inquietud al respecto.
Una vez se hubieron deshecho de las masas viscosas y los cánidos extravagantes, el asreniano anunció que se encontraban cerca de su principal objetivo. Noel pidió que se desviasen ligeramente ya que una de las guaridas de los hombres bestia se encontraba cerca de allí. Los subterráneos eran bastante laberínticos, pero sus numerosas visitas a ellos además de su oído, hacían que ya no le resultase tan complicado orientarse en aquella confusa maraña de túneles. Por el camino pudieron comprobar que no era exclusivo de las primeras galerías que habían visitado: por todas partes criaturas visiblemente alteradas les salían al paso, siendo las que no lo hacían que estaban demasiado ocupadas saltándose unas al cuello de las otras.
Noel no tardó en encontrar a los primeros hombres bestia. Eran dos y parecían tener los mismos problemas que ellos con el resto de alimañas. Sin embargo, ellos mismos no se quedaban atrás y pudieron ver como desgarraban a las criaturas que se lanzaban sobre ellos con fiereza. Clavaron entonces sus ojos en Noel, quien se había adelantado para acercarse. Y tal como ya se esperaba a estas alturas, los hombres bestia no actuaron como siempre. A estas alturas aquellos seres huían instintivamente de él, sabiendo que si echaba a volar y se protegía con magia nada podían hacer. Pero no esta vez. Una de las criaturas no dudó en saltar a la carrera para atacarle, y de no haber estado alerta debido a su experiencia en el resto del túnel puede que hubiese conseguido herir al draco. Noel esquivó la embestida y aprovechó el desequilibrio de su contrincante en ese instante para propinarle un doloroso puñetazo cortante debido a las plumas de su antebrazo. Las represalias, sin embargo, no se hicieron esperar y el otro hombre bestia, lejos de amedrentarse, se lanzó a la carga. Pronto tuvo que enfrentarse a los dos a la vez y, aunque a aquellas alturas las criaturas no le suponían un peligro real, sí que consiguieron propinarle varios arañazos y mordiscos en su desenfrenado y descontrolado ataque. En un momento dado, ambas criaturas se lanzaron hacia él desde distintos lados y resultó evidente el completo descontrol que marcaba sus acciones cuando simplemente con apartarse el draco consiguió que chocasen violentamente el uno contra el otro. La breve escaramuza terminó con uno de los hombres bestia malherido y quejumbroso mientras el otro se decidía por fin a huír. Momento en el que Noel consideró que ya se había servido lo suficiente de ellos por ahora y regresó junto al resto todavía con un deje de perversa satisfacción en su sonrisa.
-Hay pocas probabilidades de que nuestro amigo con problemas de higiene bucal actúe de forma más pacífica que lo que hemos visto hasta ahora -comentó mientras volvían a reanudar la marcha hacia su objetivo original, ya acercándose-. Permaneced alerta, no podemos descuidarnos ni un instante, no contra un ser como ese.
Sobre todo él mismo, pensó, la otra vez un simple descuido lo hicieron quedar completamente vulnerable y habría estado en gran problemas si hubiese estado solo. Esta vez iban a tener que ser incluso más cautelosos.
Pronto, en la distancia, Noel advirtió de que ya podía escuchar el familiar rugido de aquel ser blanquecino, grabado en su memoría desde su primer trabajo allí abajo. Los demás, especialmente el asreniano, no tardaron mucho más en oírlo y en notar su pestilente olor, así como alguna que otra sacudida que hacía temblar las paredes y el suelo cercano. Ya casi habían llegado.
Aquella visita a los subterráneos, en cambio, si que no fue como cualquier otra. Desde que pusieron un pie en ellos, el sueco comentó extrañado acerca del alboroto que llegó a sus oídos nada más comenzar a adentrarse en las galerías. Siempre se podía escuchar alguna criatura gruñendo a la vuelta de la esquina, o un par de alimañanas carroñeras enzarzadas en una disputa por algún cadáver un poco más allá, pero ese día era diferente. Los subterráneos estaban agitados; las diferentes bestias que los habitaban, alteradas. Esto se hizo patente cuando toda clase de criaturas, normalmente asustadizas y que huían de su presencia, les salieron al paso y se lanzaron a atacarlos sin precaución alguna. Aunque a los cuatro transformados esto no les resultaba problemático en absoluto, sí que les resultó chocante, cosa que el fuego fatuo no tardó en exponer en voz alta.
-Este comportamiento suicida es antinatural -comentó mientras despachaba una especie de conejo con cuerpo felino, tratando de buscar una explicación-. Giz, ¿por casualidad no detectarás los restos de algún hechizo potente, verdad?
Realizó la cuestión sin estar demasiado seguro de aquella línea de pensamiento pero se le había ocurrido que tal vez aquel caos irresoluble hubiese sido producto de algún experimento mágico. Sin embargo, la negativa del goliat le hizo abandonar aquella incipiente hipótesis y aumentó su inquietud al respecto.
Una vez se hubieron deshecho de las masas viscosas y los cánidos extravagantes, el asreniano anunció que se encontraban cerca de su principal objetivo. Noel pidió que se desviasen ligeramente ya que una de las guaridas de los hombres bestia se encontraba cerca de allí. Los subterráneos eran bastante laberínticos, pero sus numerosas visitas a ellos además de su oído, hacían que ya no le resultase tan complicado orientarse en aquella confusa maraña de túneles. Por el camino pudieron comprobar que no era exclusivo de las primeras galerías que habían visitado: por todas partes criaturas visiblemente alteradas les salían al paso, siendo las que no lo hacían que estaban demasiado ocupadas saltándose unas al cuello de las otras.
Noel no tardó en encontrar a los primeros hombres bestia. Eran dos y parecían tener los mismos problemas que ellos con el resto de alimañas. Sin embargo, ellos mismos no se quedaban atrás y pudieron ver como desgarraban a las criaturas que se lanzaban sobre ellos con fiereza. Clavaron entonces sus ojos en Noel, quien se había adelantado para acercarse. Y tal como ya se esperaba a estas alturas, los hombres bestia no actuaron como siempre. A estas alturas aquellos seres huían instintivamente de él, sabiendo que si echaba a volar y se protegía con magia nada podían hacer. Pero no esta vez. Una de las criaturas no dudó en saltar a la carrera para atacarle, y de no haber estado alerta debido a su experiencia en el resto del túnel puede que hubiese conseguido herir al draco. Noel esquivó la embestida y aprovechó el desequilibrio de su contrincante en ese instante para propinarle un doloroso puñetazo cortante debido a las plumas de su antebrazo. Las represalias, sin embargo, no se hicieron esperar y el otro hombre bestia, lejos de amedrentarse, se lanzó a la carga. Pronto tuvo que enfrentarse a los dos a la vez y, aunque a aquellas alturas las criaturas no le suponían un peligro real, sí que consiguieron propinarle varios arañazos y mordiscos en su desenfrenado y descontrolado ataque. En un momento dado, ambas criaturas se lanzaron hacia él desde distintos lados y resultó evidente el completo descontrol que marcaba sus acciones cuando simplemente con apartarse el draco consiguió que chocasen violentamente el uno contra el otro. La breve escaramuza terminó con uno de los hombres bestia malherido y quejumbroso mientras el otro se decidía por fin a huír. Momento en el que Noel consideró que ya se había servido lo suficiente de ellos por ahora y regresó junto al resto todavía con un deje de perversa satisfacción en su sonrisa.
-Hay pocas probabilidades de que nuestro amigo con problemas de higiene bucal actúe de forma más pacífica que lo que hemos visto hasta ahora -comentó mientras volvían a reanudar la marcha hacia su objetivo original, ya acercándose-. Permaneced alerta, no podemos descuidarnos ni un instante, no contra un ser como ese.
Sobre todo él mismo, pensó, la otra vez un simple descuido lo hicieron quedar completamente vulnerable y habría estado en gran problemas si hubiese estado solo. Esta vez iban a tener que ser incluso más cautelosos.
Pronto, en la distancia, Noel advirtió de que ya podía escuchar el familiar rugido de aquel ser blanquecino, grabado en su memoría desde su primer trabajo allí abajo. Los demás, especialmente el asreniano, no tardaron mucho más en oírlo y en notar su pestilente olor, así como alguna que otra sacudida que hacía temblar las paredes y el suelo cercano. Ya casi habían llegado.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Subterráneos
17/05/13, 10:11 pm
No estaban ya lejos según Giz, y de hecho poco después de que Noel regresase de obtener magia este se quedó quieto con expresión alerta. Gael trató de escuchar lo mismo que el draco pero no pudo hasta un poco después. Para él ya era agobiante solo oír a las bestias que tenían más cerca. Cuando alejaba de una patada a una cochinilla demasiado grande para su gusto sintió retemblar el suelo, y los pasos que se escuchaban estaban prácticamente encima. Echaron a correr, preparados para lo que les esperaba allí adelante, y detrás de un montículo de arena y piedras encontraron finalmente al dragón, que había detenido momentáneamente su avance a causa de una manada de mamíferos lampiños y carnívoros. La bestia emitió un rugido que retumbó en todas las paredes y la peste se volvió aún más insoportable.
-¡Habrá que aprovechar que está distraído! -Ya que no había forma de escapar del campo de percepción del dragón, al menos sería una ventaja que otros animales le atacasen. El problema era que se aplicaba lo mismo para ellos.
Un animal de la manada se abalanzó contra la quimera de Gael, y por el rabillo del ojo vio que no era el único en atacar al grupo. Esquivó su espada con agilidad e hizo que el muchacho trastabillase, pero no perdió ocasión de darle un zarpazo que lo dejó confundido el tiempo suficiente para atravesarle el pecho con el arma. Poseyó aquel segundo cadáver y con él se lanzó a por el dragón, preparado para interceptar a los congéneres que abandonaran a su gran presa para atacar a los recién llegados. Entre tanto, el lagarto se defendía con dientes y garras, logrando quitarse de encima a varios animales que terminaron esparciendo parte de sus vísceras por la galería. Aquello, sin embargo, no le impedía tener a los recién llegados en el punto de mira, ya que además de defenderse trataba de avanzar paso a paso hacia ellos. Como una invitación a la refriega, el dragón lanzó su primer zarpazo en dirección a los muchachos.
-¡Habrá que aprovechar que está distraído! -Ya que no había forma de escapar del campo de percepción del dragón, al menos sería una ventaja que otros animales le atacasen. El problema era que se aplicaba lo mismo para ellos.
Un animal de la manada se abalanzó contra la quimera de Gael, y por el rabillo del ojo vio que no era el único en atacar al grupo. Esquivó su espada con agilidad e hizo que el muchacho trastabillase, pero no perdió ocasión de darle un zarpazo que lo dejó confundido el tiempo suficiente para atravesarle el pecho con el arma. Poseyó aquel segundo cadáver y con él se lanzó a por el dragón, preparado para interceptar a los congéneres que abandonaran a su gran presa para atacar a los recién llegados. Entre tanto, el lagarto se defendía con dientes y garras, logrando quitarse de encima a varios animales que terminaron esparciendo parte de sus vísceras por la galería. Aquello, sin embargo, no le impedía tener a los recién llegados en el punto de mira, ya que además de defenderse trataba de avanzar paso a paso hacia ellos. Como una invitación a la refriega, el dragón lanzó su primer zarpazo en dirección a los muchachos.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Subterráneos
18/05/13, 12:21 am
La dragona se topó con un hechizo de inmovilización que la dejó atorada con la garra en el aire y que le haría permanecer así durante el tiempo justo para que Giz ordenara sus prioridades de manera algo defectuosa. Para proteger a la que sería su trofeo, alzó una cortina de fulgor alrededor del reptil. Sin embargo, lo que tardó en acabar el hechizo, se descuidó lo suficiente como para que dos de las bestias calvas fueran a su alcance. Giró a la velocidad suficiente como para despachar a uno con un golpe en seco de su cola, pero el segundo logró alcanzarle la pierna de un mordisco antes de que Giz pudiera golpearle. A pesar de las protecciones que llevaba, la potencia del bocado consiguió que los dientes se hundieran superficialmente y la sangre brotara.
El goliat se guardó un gruñido y se mordió los labios. Hacía mucho tiempo que no se hacía daño en el trabajo y esa dentellada le había herido más el orgullo que el gemelo. Con el gesto torcido por el dolor, conjuró una barrera en torno a la alimaña y a él y, una vez a solas, se centró en cobrarse los daños. Paralizó al que lo había mordido, rodeó su cuello con ambas manos y lo ahorcó con el hechizo de constricción. Mientras la alimaña que se había llevado el coletazo intentaba derribar sin éxito la barrera, Giz se aseguró de curarse bien la herida.
En cuanto se levantó, lanzó un hechizo de impacto de lleno en la cara del que restaba, viendo con cierta satisfacción como se le saltaban un par de dientes. Giz era bastante pacífico, pero el mordisco le había tocado las castañas. Definitivamente, hoy los subterráneos resultaban más peligrosos y los rugidos del dragón de fondo, embistiendo la cortina de fulgor con la movilidad totalmente recuperada, se lo recordó de nuevo al asreniano.
-No va a durar mucho, pero estaría bien que limpiáramos la zona de tanta menudencia mientras la grandullona se entretiene-habló para el resto del grupo.
El olor a piel de alimaña quemada se alzaba en el aire, procedente de aquellas que habían intentado atravesar la cortina que protegía a la dragona, y Giz se vio obligado a realizar un hechizo ambientador antes de ponerse serio con ellas. Esta vez fue más cauteloso y se intangibilizó antes de encarar a los bichos.
Un par de animalillos muertos después, el dragón acabó de romper la cortina de fulgor.
El goliat se guardó un gruñido y se mordió los labios. Hacía mucho tiempo que no se hacía daño en el trabajo y esa dentellada le había herido más el orgullo que el gemelo. Con el gesto torcido por el dolor, conjuró una barrera en torno a la alimaña y a él y, una vez a solas, se centró en cobrarse los daños. Paralizó al que lo había mordido, rodeó su cuello con ambas manos y lo ahorcó con el hechizo de constricción. Mientras la alimaña que se había llevado el coletazo intentaba derribar sin éxito la barrera, Giz se aseguró de curarse bien la herida.
En cuanto se levantó, lanzó un hechizo de impacto de lleno en la cara del que restaba, viendo con cierta satisfacción como se le saltaban un par de dientes. Giz era bastante pacífico, pero el mordisco le había tocado las castañas. Definitivamente, hoy los subterráneos resultaban más peligrosos y los rugidos del dragón de fondo, embistiendo la cortina de fulgor con la movilidad totalmente recuperada, se lo recordó de nuevo al asreniano.
-No va a durar mucho, pero estaría bien que limpiáramos la zona de tanta menudencia mientras la grandullona se entretiene-habló para el resto del grupo.
El olor a piel de alimaña quemada se alzaba en el aire, procedente de aquellas que habían intentado atravesar la cortina que protegía a la dragona, y Giz se vio obligado a realizar un hechizo ambientador antes de ponerse serio con ellas. Esta vez fue más cauteloso y se intangibilizó antes de encarar a los bichos.
Un par de animalillos muertos después, el dragón acabó de romper la cortina de fulgor.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Subterráneos
18/05/13, 01:21 am
El grupo alcanzó por fin al dragón con una corta carrera. Se pararon al ver que este se encontraba siendo atacado por alimañas sin pelo. Incluso se atrevían con un ser de aquella envergadura y fuerza, arremetían contra él por mucho que fuesen ampliamente superados por el gran reptil. El estruendo producido por aquel feroz combate le hizo poner una mueca de desagrado. Varias de estas criaturas cambiaron su foco de atención de la dragona, pues Giz afirmó que se trataba del ejemplar hembra que necesita, a ellos. Noel hizo aparecer su hacha rápidamente a través del tatuaje y la ensartó con un movimiento rápido en la alimañana que saltaba hacia él. Despachó un par de ellas más que se le acercaron antes de darse cuenta de que el gigantesco reptil se había deshecho de las criaturas que le acosaban en aquel instante y se dirigía hacia ellos.
La parálisis y la cortina de fulgor de Giz les consiguieron unos instantes de respiro. Cuando el asreniano dijo que aprovechasen para acabar con los seres menores, el draco no se hizo esperar, recogió su hacha y alzó el vuelo. Desde el aire y haciendo varias maniobras, disparó desde sus alas y cola tantas plumas como pudo destinadas a clavarse en las alimañanas a las que estaba apuntando. Algunas cayeron en el vacío, otras fueron esquivadas, pero una buena cantidad alcanzó a los múltiples objetivos, hiriendo a varios y matando a un par.
Para cuando la cortina de fulgor se vino abajo, entre los cuatro habían conseguido aniquilar a buena parte de las criaturas menores. Pero eso también significaba que toda la atención de la dragona se iba a centrar en ellos a partir de aquel momento. El sueco hizo aparecer nuevamente su hacha, y se encaró con el reptil, acercándose a él mientras lo miraba fijamente. El inicio de un nuevo rugido ensordecedor por parte del animal que hizo temblar algunos escombros, provocó que Noel lanzarse casi sin pensar en lo que hacía un hechizo insonorizador para envolver la cabeza del animal, provocando repentinamente un extraño silencio en la galería, tan sólo roto por los leves gruñidos de las pocas alimañas menores que quedaban.
-Alguien debería haberle enseñado a no gritarles de esa manera a las visitas -se excusó con el resto encogiéndose de hombros mientras volvía a alzar el vuelo-. Yo distaigo su atención mientras vosotros termináis definitivamente con el resto de bichos -anunció para después realizar un campo de fuerza apoyado por un hechizo de refuerzo sobre sí mismo y sus compañeros, recordando el corrosivo líquido que había lanzado el primer ser igual que aquel al que se habían enfrentado.
Noel sabía que tratándose de un objetivo volador era muy probable que la dragona le prestase toda su atención si era lo suficientemente insistante. Y esta vez no pensaba descuidarse en ningún momento. El draco se lanzó en picado hacia una de las alas del ser y descargó un puñado de plumas contra ella para después cambiar de dirección haciendo uso de su velocidad y esquivar el inminente zarpazo. Sin embargo, el reptil no solo cargó con la extremidad, sino también con su cola, apéndice que logró alcanzar al draco. El sueco se cubrió justo a tiempo con un ala y, aunque el impacto del coletazo lo impulsó unos metros, el reptil también se hizo daño al cortarse con las duras plumas del draco debido a la fragilidad de su piel. El draco dejó escapar un bufido de fastidio y volvió a la carga contra el dragón con el hacha por delante.
La parálisis y la cortina de fulgor de Giz les consiguieron unos instantes de respiro. Cuando el asreniano dijo que aprovechasen para acabar con los seres menores, el draco no se hizo esperar, recogió su hacha y alzó el vuelo. Desde el aire y haciendo varias maniobras, disparó desde sus alas y cola tantas plumas como pudo destinadas a clavarse en las alimañanas a las que estaba apuntando. Algunas cayeron en el vacío, otras fueron esquivadas, pero una buena cantidad alcanzó a los múltiples objetivos, hiriendo a varios y matando a un par.
Para cuando la cortina de fulgor se vino abajo, entre los cuatro habían conseguido aniquilar a buena parte de las criaturas menores. Pero eso también significaba que toda la atención de la dragona se iba a centrar en ellos a partir de aquel momento. El sueco hizo aparecer nuevamente su hacha, y se encaró con el reptil, acercándose a él mientras lo miraba fijamente. El inicio de un nuevo rugido ensordecedor por parte del animal que hizo temblar algunos escombros, provocó que Noel lanzarse casi sin pensar en lo que hacía un hechizo insonorizador para envolver la cabeza del animal, provocando repentinamente un extraño silencio en la galería, tan sólo roto por los leves gruñidos de las pocas alimañas menores que quedaban.
-Alguien debería haberle enseñado a no gritarles de esa manera a las visitas -se excusó con el resto encogiéndose de hombros mientras volvía a alzar el vuelo-. Yo distaigo su atención mientras vosotros termináis definitivamente con el resto de bichos -anunció para después realizar un campo de fuerza apoyado por un hechizo de refuerzo sobre sí mismo y sus compañeros, recordando el corrosivo líquido que había lanzado el primer ser igual que aquel al que se habían enfrentado.
Noel sabía que tratándose de un objetivo volador era muy probable que la dragona le prestase toda su atención si era lo suficientemente insistante. Y esta vez no pensaba descuidarse en ningún momento. El draco se lanzó en picado hacia una de las alas del ser y descargó un puñado de plumas contra ella para después cambiar de dirección haciendo uso de su velocidad y esquivar el inminente zarpazo. Sin embargo, el reptil no solo cargó con la extremidad, sino también con su cola, apéndice que logró alcanzar al draco. El sueco se cubrió justo a tiempo con un ala y, aunque el impacto del coletazo lo impulsó unos metros, el reptil también se hizo daño al cortarse con las duras plumas del draco debido a la fragilidad de su piel. El draco dejó escapar un bufido de fastidio y volvió a la carga contra el dragón con el hacha por delante.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Subterráneos
21/05/13, 03:41 am
Cuando el hechizo que rodeaba a la dragona cayó, las cosas se complicaron un poco de nuevo. Habían despachado prácticamente a toda la manada de mamíferos, pero aún había otras criaturas con ganas de unirse a la pelea. Atendiendo a la petición de encargarse de todos aquellos, repartió zarpazos y ensartó la espada contra cada criatura que le atacaba, sin perder nunca de vista al lagarto gigante. Noel estaba peleando desde el aire en aquellos momentos, aunque ahora los conocimientos que tenían acerca del dragón les daban cierta ventaja, por lo que no había de qué preocuparse. Tenían las protecciones mágicas a punto todos y cada uno de ellos, y buena falta que les hicieron en cuanto la bestia al sentirse acorralada escupió sobre ellos aquella sustancia pegajosa y verduzca tan desagradable.
La batalla se estaba volviendo muy confusa para Gael. Poseía ya media docena de animales diferentes con los que trataba de mantener alejadas las alimañas oportunistas, dando espacio a sus amigos para encargarse tranquilamente de la dragona. Siempre que poseía más de seis y trataba de hacer cosas diferentes con ellos acaba perdiendo parte de su consciencia, y aun así trató de seguir sumando cadáveres hasta llegar a su límite actual. Creía que si tan solo podía hacer un cordón alrededor de donde los demás luchaban no haría falta seguir matando indefinidamente. El ataque paralizante del dragón lo cogió por sorpresa. La quimera principal estaba bien protegida, pero todo lo demás que poseía no, y pronto sintió como varias partes de sí mismo no se podían mover. Confuso como estaba, casi no sabía ni de qué se trataba y le costó dar con lo que debía abandonar. Otras criaturas también acabaron paralizadas, pero eso no impidió que la mayoría de animales que controlaba quedaran a merced de los carroñeros. Con fastidio, terminó por abandonarlos a todos a excepción de la quimera, aunque fue un alivio enorme poder volver a pensar con claridad. No pudo ni tomarse un respiro, porque una segunda carga de líquido viscoso se dirigió a ellos de nuevo.
«Al menos esta asquerosidad frena al resto de bicharrada» pensaba mientras veía la sustancia pestilente impactar contra el muro invisible conjurado.
La batalla se estaba volviendo muy confusa para Gael. Poseía ya media docena de animales diferentes con los que trataba de mantener alejadas las alimañas oportunistas, dando espacio a sus amigos para encargarse tranquilamente de la dragona. Siempre que poseía más de seis y trataba de hacer cosas diferentes con ellos acaba perdiendo parte de su consciencia, y aun así trató de seguir sumando cadáveres hasta llegar a su límite actual. Creía que si tan solo podía hacer un cordón alrededor de donde los demás luchaban no haría falta seguir matando indefinidamente. El ataque paralizante del dragón lo cogió por sorpresa. La quimera principal estaba bien protegida, pero todo lo demás que poseía no, y pronto sintió como varias partes de sí mismo no se podían mover. Confuso como estaba, casi no sabía ni de qué se trataba y le costó dar con lo que debía abandonar. Otras criaturas también acabaron paralizadas, pero eso no impidió que la mayoría de animales que controlaba quedaran a merced de los carroñeros. Con fastidio, terminó por abandonarlos a todos a excepción de la quimera, aunque fue un alivio enorme poder volver a pensar con claridad. No pudo ni tomarse un respiro, porque una segunda carga de líquido viscoso se dirigió a ellos de nuevo.
«Al menos esta asquerosidad frena al resto de bicharrada» pensaba mientras veía la sustancia pestilente impactar contra el muro invisible conjurado.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Subterráneos
23/05/13, 12:47 pm
Con la dragona despierta y la cantidad de bichos que se veían atraídos por la pelea, Giz optó por la intangibilidad como mecanismo de defensa principal. Algunos de los animales, que en otra ocasión habría interpretado como más cautelosos, no dudaban en lanzarle mordiscos a diestro y siniestro, encontrándose al final más violentos si cabe, cuando sus mandíbulas se cerraban y no obtenían más que aire. Hechizos de impacto e inyección le valieron para despachar a esas alimañas más pesadas y abrirse camino hacia la dragona.
Sin pararse a pensar en lo que se arriesgaba y aún sabiendo que el plan inicial era coger las muestras frescas del cadáver, el asreniano la rodeó y se puso a su espalda. Lanzó un hechizo de corte potente hacia la base de la cola del animal y, cuando esta cayó al suelo, la hizo levitar tras de sí. El desmembramiento hizo que la dragona se girara y se agitara violentamente, pero Giz no le prestó ninguna atención.
Simplemente puso entre ella y su cola una distancia prudencial, levantó una barrera a su alrededor y, una vez tangible de nuevo, se dedicó a sacar tantas muestras como podría necesitar del miembro amputado.
Sin pararse a pensar en lo que se arriesgaba y aún sabiendo que el plan inicial era coger las muestras frescas del cadáver, el asreniano la rodeó y se puso a su espalda. Lanzó un hechizo de corte potente hacia la base de la cola del animal y, cuando esta cayó al suelo, la hizo levitar tras de sí. El desmembramiento hizo que la dragona se girara y se agitara violentamente, pero Giz no le prestó ninguna atención.
Simplemente puso entre ella y su cola una distancia prudencial, levantó una barrera a su alrededor y, una vez tangible de nuevo, se dedicó a sacar tantas muestras como podría necesitar del miembro amputado.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Subterráneos
24/05/13, 06:02 pm
Noel apenas había podido intentar atacar directamente a la dragona debido a que estaba más ocupado esquivando sus furiosas y continuas embestidas. El comportamiento del gigantesco reptil era tan agresivo como el del resto de alimañas, y el draco temía que el ser volviese a cogerlo por sorpresa como la vez anterior por lo que estaba actuando con más cautela de la habitual. Quizás demasiada, pensó con cierto fastidio, pues a este paso entraría en un bucle infinito sin lograr ningún resultado.
De inmediato no tuvo tiempo de intentar cambiar la situación, ya que lo siguiente que hizo el reptil fue lanzarles una dosis de aquel repulsivo líquido verde. Por suerte el campo de fuerza que había conjurado especialmente para protegerse de aquella sustancia consiguió el efecto deseado y no se rompió con aquel primer impacto. Un vistazo le bastó para comprobar que todos estaban bien y únicamente habían salido perjudicadas las criaturas que Gael había poseído según avanzaba la pelea, por lo que volvió a centrar su atención en el reptil, el cual ya volvía a la carga. Pero la acción de Giz al cortarle la cola hizo que la criatura se girase bruscamente y con rabia hacia el asreniano y olvidándose del sueco momentáneamente.
<<Vaya con Giz, sí que tiene prisa por sacar las muestras>>, pensó mientras observaba los siguientes movimientos de su amigo, a su parecer un tanto apresurados. Aunque puede que sólo fuera su apreciación personal, ya que él seguía empeñado en acabar con aquel irritante ser. Fue entonces también cuando se fijó en la cola amputada del reptil, que aun se retorcía ligeramente en el suelo. Algo le había llamado la atención de su superficie: varias de sus plumas estaban clavadas en ella. Noel frunció el ceño, pues él no las había lanzado. Se habían tenido que clavar cuando se cubrió del coletazo con el ala, pero le resultó extraña la cantidad de ellas que se habían desprendido.
La dragona comenzó a arremeter, furiosa, contra la barrera que levantó el goliat a su alrededor, por lo que el draco tuvo que dejar sus cavilaciones a un lado y volvió a lanzarse hacia ella. Durante el corto vuelo para salvar la distancia que había puesto el reptil entre ambos, lanzó varias plumas destinadas a clavarse en un mismo punto cerca del cuello de la criatura, recordando lo que habían hecho él y Adara la última vez. Si el ser se resintió de los cortes producidos por los afilados proyectiles, no dio muestras de ello, continuando con su insistente ataque contra la barrera levantada por Giz, que a aquel paso corría el peligro de resquebrajarse muy pronto. Probablemente de no ser por el hechizo insonorizador que el draco había lanzado hacía unos minutos, se la podría oír rugiendo furiosamente. El draco chasqueó la lengua con fastidio al comprobar que su ataque no estaba sirviendo para que volviese a centrar la atención en él, aunque en cuanto se acercó a la dragona resultó evidente que la había herido en la base del cuello. Su comportamiento salvaje y descontrolado era lo que probablemente le estaba haciendo ignorar abiertamente la herida e intentar cazar al asreniano que le había cortado la cola. Noel decidió aprovecharse de ello y, colocándose de pie sobre el inicio de su espalda, clavó su hacha con fuerza en el lugar donde le había abierto una herida con las plumas.
De inmediato no tuvo tiempo de intentar cambiar la situación, ya que lo siguiente que hizo el reptil fue lanzarles una dosis de aquel repulsivo líquido verde. Por suerte el campo de fuerza que había conjurado especialmente para protegerse de aquella sustancia consiguió el efecto deseado y no se rompió con aquel primer impacto. Un vistazo le bastó para comprobar que todos estaban bien y únicamente habían salido perjudicadas las criaturas que Gael había poseído según avanzaba la pelea, por lo que volvió a centrar su atención en el reptil, el cual ya volvía a la carga. Pero la acción de Giz al cortarle la cola hizo que la criatura se girase bruscamente y con rabia hacia el asreniano y olvidándose del sueco momentáneamente.
<<Vaya con Giz, sí que tiene prisa por sacar las muestras>>, pensó mientras observaba los siguientes movimientos de su amigo, a su parecer un tanto apresurados. Aunque puede que sólo fuera su apreciación personal, ya que él seguía empeñado en acabar con aquel irritante ser. Fue entonces también cuando se fijó en la cola amputada del reptil, que aun se retorcía ligeramente en el suelo. Algo le había llamado la atención de su superficie: varias de sus plumas estaban clavadas en ella. Noel frunció el ceño, pues él no las había lanzado. Se habían tenido que clavar cuando se cubrió del coletazo con el ala, pero le resultó extraña la cantidad de ellas que se habían desprendido.
La dragona comenzó a arremeter, furiosa, contra la barrera que levantó el goliat a su alrededor, por lo que el draco tuvo que dejar sus cavilaciones a un lado y volvió a lanzarse hacia ella. Durante el corto vuelo para salvar la distancia que había puesto el reptil entre ambos, lanzó varias plumas destinadas a clavarse en un mismo punto cerca del cuello de la criatura, recordando lo que habían hecho él y Adara la última vez. Si el ser se resintió de los cortes producidos por los afilados proyectiles, no dio muestras de ello, continuando con su insistente ataque contra la barrera levantada por Giz, que a aquel paso corría el peligro de resquebrajarse muy pronto. Probablemente de no ser por el hechizo insonorizador que el draco había lanzado hacía unos minutos, se la podría oír rugiendo furiosamente. El draco chasqueó la lengua con fastidio al comprobar que su ataque no estaba sirviendo para que volviese a centrar la atención en él, aunque en cuanto se acercó a la dragona resultó evidente que la había herido en la base del cuello. Su comportamiento salvaje y descontrolado era lo que probablemente le estaba haciendo ignorar abiertamente la herida e intentar cazar al asreniano que le había cortado la cola. Noel decidió aprovecharse de ello y, colocándose de pie sobre el inicio de su espalda, clavó su hacha con fuerza en el lugar donde le había abierto una herida con las plumas.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Subterráneos
26/05/13, 11:34 pm
Hasta que no se vio satisfecho con la cantidad de muestras que había recogido sobre la dragona, Giz no tuvo ojos ni para la enorme bestia que intentaba derribar su barrera ni para sus tres compañeros de excursión, que lidiaban con ella y otras criaturas. Por esto mismo, cuando alzó la cabeza y vio la mandíbula sobredentada del dragón, no pudo evitar dar un respingo. Su gola se cerró y volvió a abrirse de forma espasmódica y Giz aún tardó un par de segundos en recordar que los hechizos defensivos todavía no habían cedido del todo.
Tras un suspiro de alivio, Giz se volvió intangible y deshizo el campo de fuerza. Atravesó el cuerpo de la dragona justo tras el hachazo de Noel y, al verlo en plena acción, el asreniano se dio cuenta de que había estado un poco ausente. Como disculpa, lanzó un hechizo de impacto a los cuartos traseros del animal con la intención de derribarlo para que fuera más sencillo de rematar. Cosa que habría hecho él mismo si no hubiera llevado una mano al zurrón con las muestras. <<Todavía podría coger más..>>.
Observó el salteado orgánico que salpicaba el suelo pedregoso y, como si no fueran con él la dragona y el resto de alimañas vivas, se perdió entre tantas fuentes de materia prima. Un nuevo campo de fuerza era lo único que lo volvía a proteger.
Tras un suspiro de alivio, Giz se volvió intangible y deshizo el campo de fuerza. Atravesó el cuerpo de la dragona justo tras el hachazo de Noel y, al verlo en plena acción, el asreniano se dio cuenta de que había estado un poco ausente. Como disculpa, lanzó un hechizo de impacto a los cuartos traseros del animal con la intención de derribarlo para que fuera más sencillo de rematar. Cosa que habría hecho él mismo si no hubiera llevado una mano al zurrón con las muestras. <<Todavía podría coger más..>>.
Observó el salteado orgánico que salpicaba el suelo pedregoso y, como si no fueran con él la dragona y el resto de alimañas vivas, se perdió entre tantas fuentes de materia prima. Un nuevo campo de fuerza era lo único que lo volvía a proteger.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Subterráneos
27/05/13, 01:07 am
Al clavar el hacha en la herida la dragona por fin pareció reaccionar a los ataques del draco y agitó su largo cuello en un espasmo que probablemente estuviera acompañado de un rugido de dolor que no se oyó debido a la insonorización. Tanto fue así que, antes de que al sueco le diese tiempo a apartarse, el cuello del reptil se giró en redondo hacia él y su mandíbula buscó cerrarse sobre su cuerpo. Lo consiguió parcialmente y Noel recibió un mordisco en el costado y brazo izquierdos. Apretó los dientes por el dolor pero la presión que las fauces del ser ejercían sobre él no duró demasiado debido a que el draco comenzó a mover frenéticamente las alas en su dirección, provocando que la cabeza de la criatura se llenase de cortes y rozaduras por el contacto con las plumas, haciendo que lo soltase de golpe.
Sin que la criatura tuviese tiempo a reaccionar más, llegó el hechizo de impacto de Giz mientras Noel se llevaba una mano a la herida y proporcionándole unos segundos de respiro que intentó aprovechar bien. Entre el asreniano, Wen y él parecía que habían conseguido hacer bastante mella en el animal. En la galería no paraban de entrar toda clase de alimañas suicidas de las que se estaba encargando principalmente el fuego fatuo, de seguir así no terminarían nunca. Por ello el draco pensó rápidamente en cual podría ser la mejor forma de terminar aquello cuanto antes. La magia sin duda era la mejor opción, por lo que hizo un repaso mental de los hechizos ofensivos que conocía, pensando cual podría ser lo suficientemente fulminante como para asegurarse de que moría sin tener que realizar más de uno. Cuando creyó haber dado con el adecuado, comenzó a conjurarlo mientras la vouivre se encargaba de distraerlo.
El relámpago negro y plata impactó violentamente contra el reptil, quien se convulsionó entero y se desplomó con un fuerte golpe seco al suelo. Noel tomó tierra, jadeando ligeramente por el esfuerzo y se aseguró de que estaba muerto. Lo estaba. El draco sonrió ligeramente con satisfacción, viendo cumplida su venganza personal contra aquel ser y se giró hacia el resto. Se rió al observar a Giz, quien se encontraba tomando muestras como un loco y dejó que Wen le curase la herida ya que insistió en hacerlo ella.
Mientras esperaba a que sus compañeros terminasen sus "negocios" particulares, volvió a observar el cadáver del dragón. Estaba cubierto de muchas de sus plumas que estaba seguro de no haber lanzado. No comprendía por qué se le desprendían tanto, era como si le estuvieran mudando. Pero nunca antes le había pasado y por alguna razón este hecho le inquietaba ligeramente.
Sin que la criatura tuviese tiempo a reaccionar más, llegó el hechizo de impacto de Giz mientras Noel se llevaba una mano a la herida y proporcionándole unos segundos de respiro que intentó aprovechar bien. Entre el asreniano, Wen y él parecía que habían conseguido hacer bastante mella en el animal. En la galería no paraban de entrar toda clase de alimañas suicidas de las que se estaba encargando principalmente el fuego fatuo, de seguir así no terminarían nunca. Por ello el draco pensó rápidamente en cual podría ser la mejor forma de terminar aquello cuanto antes. La magia sin duda era la mejor opción, por lo que hizo un repaso mental de los hechizos ofensivos que conocía, pensando cual podría ser lo suficientemente fulminante como para asegurarse de que moría sin tener que realizar más de uno. Cuando creyó haber dado con el adecuado, comenzó a conjurarlo mientras la vouivre se encargaba de distraerlo.
El relámpago negro y plata impactó violentamente contra el reptil, quien se convulsionó entero y se desplomó con un fuerte golpe seco al suelo. Noel tomó tierra, jadeando ligeramente por el esfuerzo y se aseguró de que estaba muerto. Lo estaba. El draco sonrió ligeramente con satisfacción, viendo cumplida su venganza personal contra aquel ser y se giró hacia el resto. Se rió al observar a Giz, quien se encontraba tomando muestras como un loco y dejó que Wen le curase la herida ya que insistió en hacerlo ella.
Mientras esperaba a que sus compañeros terminasen sus "negocios" particulares, volvió a observar el cadáver del dragón. Estaba cubierto de muchas de sus plumas que estaba seguro de no haber lanzado. No comprendía por qué se le desprendían tanto, era como si le estuvieran mudando. Pero nunca antes le había pasado y por alguna razón este hecho le inquietaba ligeramente.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Subterráneos
27/05/13, 01:43 am
Después de los dos ataques del dragón sus compañeros no perdieron el tiempo. Pudo ver como Giz cogía rápidamente las muestras de la cola y los otros dos despistaban y atacaban al animal. Él por su parte decidió que valía la pena seguir con lo que había hecho hasta ahora. Se había reducido el número de atacantes, pero no totalmente ni mucho menos. Algunos animales intuían la naturaleza de la sustancia viscosa y daban un rodeo para acercarse a la pelea. Los que volaban seguían podiendo acercarse, e incluso alcanzó a ver un extraño insecto que bien podría ser en parte un gólem de piedra rodando sin inmutarse sobre la secreción verdosa. Poseyó a un animal volador y con él trató de repeler todo lo que se aproximaba por donde no podía pisar, y sin dar tiempo a ninguna criatura a atacarle las fue espantando o matando a todas. Hasta que un fulgor escalofriante y conocido se reflejó en la galería. No le hizo falta girarse para saber lo que iba a ver, casi se podía considerar una señal de retirada. La dragona estaba cubierta de desgarrones de esta y otras peleas que habría tenido recientemente, le faltaba la cola y además tenía muchas plumas de Noel clavadas. Pero eso no le quitaba el atractivo, y empezó a sopesar los pros y los contras de llevarse lo que la última vez no había podido.
-¡Eh! -llamó con la voz que había tenido aquel frivy, pero cascada y vibrante-. Creo que me voy a llevar esto de trofeo, ¿no os importa cubrirme, ¿verdad?
Palmeó el costado de la criatura y se cargó la cola al hombro. Solo había una forma de sacar aquella mole de allí, no le quedó más remedio que volverla intangible y dirigirse a la salida haciéndola levitar. Dependió de sus compañeros al tener que cargar la cola, pero no hubo que lamentar ningún daño a mayores. Más de una alimaña se quedó perpleja tratando de roer la carne intangible de la dragona y olvidó atacar a los que todavía se movían. Una vez fuera, Gael respiró tranquilo y por fin pudo deshacer la intangibilidad.
-Empiezo a arrepentirme, ¿dónde voy a meter esto? Voy a tener que agenciarme también la casa de al lado y comunicarlas o algo así. Esto se me va de las manos. -A pesar de que sí lamentaba tener que seguir trabajando en el edificio de enfrente, reía. No podía dejar de pensar en lo grande que era el cadáver que había conseguido esa vez, lo demás le parecía secundario.
Sigue en el Cuchitril.
-¡Eh! -llamó con la voz que había tenido aquel frivy, pero cascada y vibrante-. Creo que me voy a llevar esto de trofeo, ¿no os importa cubrirme, ¿verdad?
Palmeó el costado de la criatura y se cargó la cola al hombro. Solo había una forma de sacar aquella mole de allí, no le quedó más remedio que volverla intangible y dirigirse a la salida haciéndola levitar. Dependió de sus compañeros al tener que cargar la cola, pero no hubo que lamentar ningún daño a mayores. Más de una alimaña se quedó perpleja tratando de roer la carne intangible de la dragona y olvidó atacar a los que todavía se movían. Una vez fuera, Gael respiró tranquilo y por fin pudo deshacer la intangibilidad.
-Empiezo a arrepentirme, ¿dónde voy a meter esto? Voy a tener que agenciarme también la casa de al lado y comunicarlas o algo así. Esto se me va de las manos. -A pesar de que sí lamentaba tener que seguir trabajando en el edificio de enfrente, reía. No podía dejar de pensar en lo grande que era el cadáver que había conseguido esa vez, lo demás le parecía secundario.
Sigue en el Cuchitril.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Subterráneos
15/09/13, 03:37 am
Tras aceptar su petición y observar, divertido, como llenaba el dormitorio de runas, le conté el plan. Pero no me quedé a contarlo allí sino que se lo fui diciendo por el camino.
-Vamos a ir a cazar a un sitio donde siempre hay comida y es de noche: los Subterráneos. Y dicho sea de paso, donde habitan las criaturas más peligrosas. Hay creaciones nigrománticas que te atacan tanto con magia como a golpes... Pero empezaremos por lo fácil.-y cuando llegamos a la entrada, alzo las cejas y sonrío.-A alguien se le ocurrió mezclar humanoides con alma de criatura y creó lo que llamamos "hombres bestia". Exacto, sangre de la buena.
A continuación le conté todo lo que sabía de estos: cómo vivían, atacaban, y que no usaban magia (al menos que yo supiera). Luego me interné en el túnel hasta llegar a donde la luz no llegaba, donde me deshice del hechizo. Ya olía a las criaturas, no solo de las que le hablé. Pero estando conmigo no le pasaría nada remarcable. Y yo tampoco sabía a qué me enfrentaría en mi primera visita. <<Al cuerno, como si nos topamos con un poseído>>
Eso sí, al escuchar al chico moverse me disolví en humo, no sin "despedirme":
- Estaré pendiente. A ver ese lado animal cazador que tanto te gusta. Ah, más al fondo hay un par de bichos que usan magia y ataques físicos..-mentira, creo, pero era más por meterle miedo.- Y no te voy a ayudar por una chorrada, ¿eh? Como si yo no estuviera.
Luego me pegué al techo en forma de humo y "sonreí" al ver el grupito de hombres bestia que rondaban al novato. Y de camino venían nuestros primos: murciélagos como los que atacaron el burdel en mi cosecha. <<Mira que creer que me convertiría en algo así, tan feo y tan hecho polvo. A ver si este novato se apaña... Si no sobrevive a algo tan sencillo, que se lo coman>>
-Vamos a ir a cazar a un sitio donde siempre hay comida y es de noche: los Subterráneos. Y dicho sea de paso, donde habitan las criaturas más peligrosas. Hay creaciones nigrománticas que te atacan tanto con magia como a golpes... Pero empezaremos por lo fácil.-y cuando llegamos a la entrada, alzo las cejas y sonrío.-A alguien se le ocurrió mezclar humanoides con alma de criatura y creó lo que llamamos "hombres bestia". Exacto, sangre de la buena.
A continuación le conté todo lo que sabía de estos: cómo vivían, atacaban, y que no usaban magia (al menos que yo supiera). Luego me interné en el túnel hasta llegar a donde la luz no llegaba, donde me deshice del hechizo. Ya olía a las criaturas, no solo de las que le hablé. Pero estando conmigo no le pasaría nada remarcable. Y yo tampoco sabía a qué me enfrentaría en mi primera visita. <<Al cuerno, como si nos topamos con un poseído>>
Eso sí, al escuchar al chico moverse me disolví en humo, no sin "despedirme":
- Estaré pendiente. A ver ese lado animal cazador que tanto te gusta. Ah, más al fondo hay un par de bichos que usan magia y ataques físicos..-mentira, creo, pero era más por meterle miedo.- Y no te voy a ayudar por una chorrada, ¿eh? Como si yo no estuviera.
Luego me pegué al techo en forma de humo y "sonreí" al ver el grupito de hombres bestia que rondaban al novato. Y de camino venían nuestros primos: murciélagos como los que atacaron el burdel en mi cosecha. <<Mira que creer que me convertiría en algo así, tan feo y tan hecho polvo. A ver si este novato se apaña... Si no sobrevive a algo tan sencillo, que se lo coman>>
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
Re: Subterráneos
16/09/13, 02:37 am
Los subterráneos. Una zona que no conocía de la ciudad, pero a partir de ese día me alegraría de no haberla visto antes. Criaturas peligrosas, monstruos, creaciones que atacan con magia... desde luego no parecía un buen lugar para perderse.
Ya llegaba con cierta idea de los seres que podía encontrar allí. La noche de la luna había visto unos cuantos.
“Hombres bestia... Esos son los que me atacaron en la fuente aquel día” Sabía gran parte de lo que Jack me fue contando sobre ellos, pero no dije nada, solo escuché. La información, aunque repetida, nunca está demás cuando no tenerla puede matarte.
A diferencia del vampiro, yo no noté el olor de lo que se acercaba. Lo cierto era que no había practicado ni intentado perfeccionar las capacidades de mi transformación, salvo convertirme polvo, y ahora pagaba las consecuencias.
Cuando estuvieron lo bastante cerca como para oírlas, unas últimas palabras, seguidas de la aparición de un montón de humo que se alejó dejaron claro que no recibiría ayuda. Estaba solo.
Solo, sí, frente a un puñado de hombres bestia que ya eran perfectamente visibles, y más atrás se veía lo que parecían ser murciélagos gigantes. “Claro, como me gusta taaanto mi lado animal. Chorrada dice. A ver como salgo de esta”
Al menos solo eran cuatro. Con el arco ya en mano cargué flechas paralizantes, que fui disparando cuando me embistieron. Dos de ellos cayeron paralizados, pero para entonces los demás ya estaban demasiado cerca como para seguir disparando. “Mierda, siempre igual. Si tan solo pudiera disparar más deprisa...”
Ya los tenía encima. Podía hacerme polvo y así evitarlos fácilmente. “Pero si empiezo a hacer eso la sed me volvería más deprisa. ¿Merece la pena?”
Solo un instante estuve indeciso, pero bastó para que el entorno decidiera por mí. Para cuando decidí que mejor no arriesgarme el primer hombre bestia me cayó encima.
Me derribó, y en el suelo me lanzó una dentellada a la cabeza que logré detener con un brazo, al precio de llevarme el mordisco en este. El dolor me sacudió como un baño de agua helada, pero también me dio una claridad de pensamiento que hasta ahora habían empañado mis constantes dudas, todo unido a una agresividad dormida y reprimida que, ahora, comenzaba a desperezarse.
Enseñé los dientes con un gruñido, y al mismo tiempo desenfundé la daga y se la clavé entre las costillas una, dos, tres veces, hasta que mi adversario se desplomó sobre mí, sin vida.
Sobre mi, sí. Impidiéndome levantarme e inmovilizándome el brazo de la daga, con el cuarto y último de los hombres bestia a punto de terminar lo que el otro había empezado.
Esta vez ya no había dudas. Apenas vi que me atacaba me convertí en polvo liberándome por muy poco. Luego, en los segundos que mi adversario tardaba en entender lo que había pasado, aparecí por detrás y le rajé la garganta.
El olor de la sangre, unido al combate, el dolor y el haberme convertido en polvo empezaban a actuar como un despertador para mis instintos dormidos, que iban apareciendo poco a poco. El aumento de mi agresividad ya era un claro síntoma.
Busqué a los murciélagos. Eran dos, y hasta ahora no se habían acercado porque Jack había descendido y los había mantenido alejados con hechizos. “¿No se suponía que no iba a intervenir? ¡Bah! ¿Qué importa? Ya se aleja de nuevo, así que podré machacarlos a gusto, luego me pondré morado con la sangre de los cuatro de antes”
Cada vez pensaba menos como un humano y más como un vampiro, y el "lado animal" que tanto decía el otro que me gustaba comenzaba a mostrarse, sediento de más muertes.
Ya llegaba con cierta idea de los seres que podía encontrar allí. La noche de la luna había visto unos cuantos.
“Hombres bestia... Esos son los que me atacaron en la fuente aquel día” Sabía gran parte de lo que Jack me fue contando sobre ellos, pero no dije nada, solo escuché. La información, aunque repetida, nunca está demás cuando no tenerla puede matarte.
A diferencia del vampiro, yo no noté el olor de lo que se acercaba. Lo cierto era que no había practicado ni intentado perfeccionar las capacidades de mi transformación, salvo convertirme polvo, y ahora pagaba las consecuencias.
Cuando estuvieron lo bastante cerca como para oírlas, unas últimas palabras, seguidas de la aparición de un montón de humo que se alejó dejaron claro que no recibiría ayuda. Estaba solo.
Solo, sí, frente a un puñado de hombres bestia que ya eran perfectamente visibles, y más atrás se veía lo que parecían ser murciélagos gigantes. “Claro, como me gusta taaanto mi lado animal. Chorrada dice. A ver como salgo de esta”
Al menos solo eran cuatro. Con el arco ya en mano cargué flechas paralizantes, que fui disparando cuando me embistieron. Dos de ellos cayeron paralizados, pero para entonces los demás ya estaban demasiado cerca como para seguir disparando. “Mierda, siempre igual. Si tan solo pudiera disparar más deprisa...”
Ya los tenía encima. Podía hacerme polvo y así evitarlos fácilmente. “Pero si empiezo a hacer eso la sed me volvería más deprisa. ¿Merece la pena?”
Solo un instante estuve indeciso, pero bastó para que el entorno decidiera por mí. Para cuando decidí que mejor no arriesgarme el primer hombre bestia me cayó encima.
Me derribó, y en el suelo me lanzó una dentellada a la cabeza que logré detener con un brazo, al precio de llevarme el mordisco en este. El dolor me sacudió como un baño de agua helada, pero también me dio una claridad de pensamiento que hasta ahora habían empañado mis constantes dudas, todo unido a una agresividad dormida y reprimida que, ahora, comenzaba a desperezarse.
Enseñé los dientes con un gruñido, y al mismo tiempo desenfundé la daga y se la clavé entre las costillas una, dos, tres veces, hasta que mi adversario se desplomó sobre mí, sin vida.
Sobre mi, sí. Impidiéndome levantarme e inmovilizándome el brazo de la daga, con el cuarto y último de los hombres bestia a punto de terminar lo que el otro había empezado.
Esta vez ya no había dudas. Apenas vi que me atacaba me convertí en polvo liberándome por muy poco. Luego, en los segundos que mi adversario tardaba en entender lo que había pasado, aparecí por detrás y le rajé la garganta.
El olor de la sangre, unido al combate, el dolor y el haberme convertido en polvo empezaban a actuar como un despertador para mis instintos dormidos, que iban apareciendo poco a poco. El aumento de mi agresividad ya era un claro síntoma.
Busqué a los murciélagos. Eran dos, y hasta ahora no se habían acercado porque Jack había descendido y los había mantenido alejados con hechizos. “¿No se suponía que no iba a intervenir? ¡Bah! ¿Qué importa? Ya se aleja de nuevo, así que podré machacarlos a gusto, luego me pondré morado con la sangre de los cuatro de antes”
Cada vez pensaba menos como un humano y más como un vampiro, y el "lado animal" que tanto decía el otro que me gustaba comenzaba a mostrarse, sediento de más muertes.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Subterráneos
16/09/13, 05:18 pm
El muchacho se apañó como buenamente pudo, aunque si pensaba mantener ese "estilo" (arco y luego luchar a la desesperada con un par de dagas) duraría poco <<Pero como es tan cerrado con sus cosas quizá no quiera modificarlo a mejor>>
Estuve un rato observando hasta que los murciélagos se acercaron al "límite". En ese momento me materialicé unos minutos para rechazarlos con hechizos de impulso. Y así hasta que Pablo estaba a punto de acabar con sus atacantes. En forma de humo pasé de largo de los murciélagos y recupere la forma solida.
-¿Puedo recomendarte un estilo de lucha menos suicida?-y entonces las criaturas me miraron, como si fueran a atacarme.- Eh, atendedle a él.-dije riendo y volví a desaparecer.
<<Esto será fácil... Pero si seguimos adelante a por grupos mayores..., una de dos, o aprende a disparar más rápido con más flechas a la vez o se lo comen. O mejora con las runas. ¿Y la magia? Sólo con runas no se vive>> pensaba mientras vigilaba el resto del pasaje. Más adelante había una encrucijada en la que había un camino, si mal no recordaba, que llevaba directo a una guarida de hombres bestia. <<¿Cómo se apañará sin apenas sitio ni tiempo para el arco?>>
Estuve un rato observando hasta que los murciélagos se acercaron al "límite". En ese momento me materialicé unos minutos para rechazarlos con hechizos de impulso. Y así hasta que Pablo estaba a punto de acabar con sus atacantes. En forma de humo pasé de largo de los murciélagos y recupere la forma solida.
-¿Puedo recomendarte un estilo de lucha menos suicida?-y entonces las criaturas me miraron, como si fueran a atacarme.- Eh, atendedle a él.-dije riendo y volví a desaparecer.
<<Esto será fácil... Pero si seguimos adelante a por grupos mayores..., una de dos, o aprende a disparar más rápido con más flechas a la vez o se lo comen. O mejora con las runas. ¿Y la magia? Sólo con runas no se vive>> pensaba mientras vigilaba el resto del pasaje. Más adelante había una encrucijada en la que había un camino, si mal no recordaba, que llevaba directo a una guarida de hombres bestia. <<¿Cómo se apañará sin apenas sitio ni tiempo para el arco?>>
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
Re: Subterráneos
18/09/13, 02:34 am
La pelea se había detenido momentáneamente, debido a la intervención de Jack para mantener alejados a los dos murciélagos, momento que aprovechó para criticar mi estilo de lucha. “¡Ya lo sé! Como si no llevara todo este tiempo buscando una alternativa.”
-Si tan poco te gusta estoy abierto a sugerencias- Le respondí de mala gana antes de que se esfumara de nuevo. Tras dudar un instante entre si atacarle a él o a mí se lanzaron los dos en mi dirección.
Disparé varias flechas con la intención de terminar esto rápido, pero los muy escurridizos las esquivaron todas sin dificultad.
Se lanzaron sobre mí, y me convertí en polvo una vez más para evitarlos, con la intención de acabar con esto como lo había echo antes con el hombre bestia. No funcionó; Conscientes de lo que había hecho aguardaron a que me recompusiera de nuevo, y entonces el sorprendido fui yo.
Sentí los mordiscos por todo el cuerpo, como si alguien estuviera salpicándome con metal fundido y quemándome por todas partes. Solo mi cabeza se libro de la acometida y por la sencilla razón de que me había protegido con los brazos.
Dolorido y furioso actué por instinto, y con una agresividad creciente comencé a devolverles los golpes a cuchilladas. Muchos de los tajos se los llevaron en las alas, dejándolas inservibles, pero aun estando heridos todavía seguían siendo dos contra uno, y la ventaja era suya.
A estas alturas, con las heridas, el dolor, la creciente sed por convertirme tantas veces seguidas en polvo, y el olor de la sangre de los hombres bestia aun fresco ya actuaba mucho más instintivamente de lo normal, y ya ni siquiera me paraba a pensar en las consecuencias de lo que hacía. El dolor de los constantes ataques que recibía cesó en cuanto me hube convertido polvo una vez más. Esta vez no intenté sorprenderlos por detrás, sino que me limité a alejarme de ellos. Heridos como estaban ya no podían seguirme, ni mucho menos esquivar. contaba con ello.
En forma humana de nuevo volví a recurrir al arco. Flecha tras flecha, esta vez no lograron evitarlas, y siguieron recibiéndolas incluso después de muertos, fruto de una ira desmedida que nunca antes había sentido. Habría gastado todo el carcaj, sino fuera porque el dolor de las heridas de los brazos acabó por obligarme a parar.
Heridas, si. Tenía mordiscos y tajos por todo el cuerpo. Las ropas estaban rasgadas y prácticamente rojas por la sangre, tanto la mía como la suya. Las superficiales ya comenzaban a sanar, pero a las otras les llevaría más tiempo. Ninguna parecía especialmente grave, pero cuando comencé a moverme se hizo evidente que cojeaba.
Lentamente y entre tropiezos me fui acercando a los hombres bestia, pero cuando alcancé a los que estaban muertos pasé de largo. No eran los que me interesaban. Buscaba a los dos que había paralizado con flechas, aun vivos.
Cuando llegué hasta ellos no hubo contemplaciones ni ceremonias. Llegué hasta el más cercano, le tomé el pulso para comprobar que seguía vivo y luego acabé con su vida alimentándome. Lo mismo hice con el otro.
Saciado, busqué el lugar donde debía encontrarse el vampiro y le dirigí una sonrisa ensangrentada, acompañada de una mirada sádica.
-Tenías razón. Es más fácil cuando están vivos. No tienes que succionar, sus corazones hacen el trabajo por ti-
Tal vez fuera por la sensación de sentirme saciado y victorioso, o simplemente por la libertad de poder cometer libremente las atrocidades que mi propia transformación me pedía libremente, sin recibir reprobación y sin consecuencias, o incluso por las dos cosas. En cualquier caso fue como si toda la tensión acumulada se hubiera ido, y sin previo aviso empecé a reírme a carcajadas, como si acabara de escuchar el chiste más gracioso del mundo.
Era una risa macabra, la risa de un loco, o simplemente las risas de un monstruo que ya no lamenta lo que es.
-Si tan poco te gusta estoy abierto a sugerencias- Le respondí de mala gana antes de que se esfumara de nuevo. Tras dudar un instante entre si atacarle a él o a mí se lanzaron los dos en mi dirección.
Disparé varias flechas con la intención de terminar esto rápido, pero los muy escurridizos las esquivaron todas sin dificultad.
Se lanzaron sobre mí, y me convertí en polvo una vez más para evitarlos, con la intención de acabar con esto como lo había echo antes con el hombre bestia. No funcionó; Conscientes de lo que había hecho aguardaron a que me recompusiera de nuevo, y entonces el sorprendido fui yo.
Sentí los mordiscos por todo el cuerpo, como si alguien estuviera salpicándome con metal fundido y quemándome por todas partes. Solo mi cabeza se libro de la acometida y por la sencilla razón de que me había protegido con los brazos.
Dolorido y furioso actué por instinto, y con una agresividad creciente comencé a devolverles los golpes a cuchilladas. Muchos de los tajos se los llevaron en las alas, dejándolas inservibles, pero aun estando heridos todavía seguían siendo dos contra uno, y la ventaja era suya.
A estas alturas, con las heridas, el dolor, la creciente sed por convertirme tantas veces seguidas en polvo, y el olor de la sangre de los hombres bestia aun fresco ya actuaba mucho más instintivamente de lo normal, y ya ni siquiera me paraba a pensar en las consecuencias de lo que hacía. El dolor de los constantes ataques que recibía cesó en cuanto me hube convertido polvo una vez más. Esta vez no intenté sorprenderlos por detrás, sino que me limité a alejarme de ellos. Heridos como estaban ya no podían seguirme, ni mucho menos esquivar. contaba con ello.
En forma humana de nuevo volví a recurrir al arco. Flecha tras flecha, esta vez no lograron evitarlas, y siguieron recibiéndolas incluso después de muertos, fruto de una ira desmedida que nunca antes había sentido. Habría gastado todo el carcaj, sino fuera porque el dolor de las heridas de los brazos acabó por obligarme a parar.
Heridas, si. Tenía mordiscos y tajos por todo el cuerpo. Las ropas estaban rasgadas y prácticamente rojas por la sangre, tanto la mía como la suya. Las superficiales ya comenzaban a sanar, pero a las otras les llevaría más tiempo. Ninguna parecía especialmente grave, pero cuando comencé a moverme se hizo evidente que cojeaba.
Lentamente y entre tropiezos me fui acercando a los hombres bestia, pero cuando alcancé a los que estaban muertos pasé de largo. No eran los que me interesaban. Buscaba a los dos que había paralizado con flechas, aun vivos.
Cuando llegué hasta ellos no hubo contemplaciones ni ceremonias. Llegué hasta el más cercano, le tomé el pulso para comprobar que seguía vivo y luego acabé con su vida alimentándome. Lo mismo hice con el otro.
Saciado, busqué el lugar donde debía encontrarse el vampiro y le dirigí una sonrisa ensangrentada, acompañada de una mirada sádica.
-Tenías razón. Es más fácil cuando están vivos. No tienes que succionar, sus corazones hacen el trabajo por ti-
Tal vez fuera por la sensación de sentirme saciado y victorioso, o simplemente por la libertad de poder cometer libremente las atrocidades que mi propia transformación me pedía libremente, sin recibir reprobación y sin consecuencias, o incluso por las dos cosas. En cualquier caso fue como si toda la tensión acumulada se hubiera ido, y sin previo aviso empecé a reírme a carcajadas, como si acabara de escuchar el chiste más gracioso del mundo.
Era una risa macabra, la risa de un loco, o simplemente las risas de un monstruo que ya no lamenta lo que es.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Subterráneos
19/09/13, 12:50 am
El chaval pronto pasó del arco a la daga, valiéndose de su instinto. Se estaba dejando llevar por este, el cual aumentaba con los mordiscos y golpes de los murciélagos, así como por convertirse en polvo, <<eh... Se llama Pablo, se hace polvo... ¿Polblo, Polbo?>> Pero tenía a su favor la agilidad y la regeneración propias de la transformación, por lo que la balanza fue equilibrándose a su favor hasta lograr vencerles. Eso sí, su ira no le supuso un obstáculo al retomar el arco para acabar con ellos. Y como era la primera caza de este tipo, entendí lo de seguir disparándoles ya muertos, <<pero tiene que controlar eso. Y el instinto, no puede dejarse llevar, tiene que dominarlo y usarlo a su favor>> Pero ya habría tiempo para decirle esto.
Después pasó a alimentarse de los paralizados de antes, sirviéndose de sus propios latidos. <<Algo es algo>> pensé, aunque luego -ya sólido- me sorprendó bastante su carcajada. Me crucé de brazos y alcé las cejas, sonriente. Esto habría sido la mitad de un aperitivo para mí, estaba ávido de avanzar en el túnel y luchar aún más. Pero el chico no podía seguir con esa daga tan cutre. Ni con esas heridas, por lo que le curé las más graves. Luego invoqué mis viejas dagas serradas, diseñadas para destrozar con velocidad, con las que empecé en su momento, y que de vez en cuando usaba aquí abajo. Tenían doble hoja y una empuñadura sólida en medio, aunque una de las hojas era más corta que la otra. Y por ese extremo se la tendí tras darles varias vueltas en mis manos.
-¿Qué tal? Ten, anda. Pruébalas y si te van bien, ya te buscamos otras. Consejo: no te dejes llevar por el instinto ni la sed, úsalos a tu favor. Conoce tu ira y explótala. Y mejor aún, conoce tus límites para no verte superado. Y sí, es fácil decirlo pero cuesta mucho tiempo acostumbrarse. Pero tiempo precisamente nos sobra.-dije optimista, sonriente.-Más adelante hay madrigueras de hombres bestia. Se nos echarán encima. Muévete rápido, transfórmate cuando haga falta, esquiva si puedes, y siembra el caos. Si lo haces bien quizá puedas incluso atrapar manchurrones de sangre en el aire.-rematé riendo.
Después me encaminé hacia donde había dicho, invocando a la vez mis armas. Él, por su parte, terminó de familiarizarse con sus nuevas armas y luego nos lanzamos al ataque. Entre gritos y golpes fui dándole indicaciones para que mejorase esto u aquello. Y tras un rato, ambos nos alimentamos y salimos, evaluando los "resultados": tenía que, o bien mejorar con el arco, o bien dedicarse a la lucha con dagas. Y, también, con magia. Quedamos en eso, en entrenar dagas y magia, aunque magia sobre todo la de protección diurna y los hechizos que empleaban en la criba.
Cuando cayó la noche, sin embargo, no quiso ir a la playa. Pero eso no iba a evitar que yo fuera, aunque fuese de incógnito, a echar un vistazo...
Después pasó a alimentarse de los paralizados de antes, sirviéndose de sus propios latidos. <<Algo es algo>> pensé, aunque luego -ya sólido- me sorprendó bastante su carcajada. Me crucé de brazos y alcé las cejas, sonriente. Esto habría sido la mitad de un aperitivo para mí, estaba ávido de avanzar en el túnel y luchar aún más. Pero el chico no podía seguir con esa daga tan cutre. Ni con esas heridas, por lo que le curé las más graves. Luego invoqué mis viejas dagas serradas, diseñadas para destrozar con velocidad, con las que empecé en su momento, y que de vez en cuando usaba aquí abajo. Tenían doble hoja y una empuñadura sólida en medio, aunque una de las hojas era más corta que la otra. Y por ese extremo se la tendí tras darles varias vueltas en mis manos.
-¿Qué tal? Ten, anda. Pruébalas y si te van bien, ya te buscamos otras. Consejo: no te dejes llevar por el instinto ni la sed, úsalos a tu favor. Conoce tu ira y explótala. Y mejor aún, conoce tus límites para no verte superado. Y sí, es fácil decirlo pero cuesta mucho tiempo acostumbrarse. Pero tiempo precisamente nos sobra.-dije optimista, sonriente.-Más adelante hay madrigueras de hombres bestia. Se nos echarán encima. Muévete rápido, transfórmate cuando haga falta, esquiva si puedes, y siembra el caos. Si lo haces bien quizá puedas incluso atrapar manchurrones de sangre en el aire.-rematé riendo.
Después me encaminé hacia donde había dicho, invocando a la vez mis armas. Él, por su parte, terminó de familiarizarse con sus nuevas armas y luego nos lanzamos al ataque. Entre gritos y golpes fui dándole indicaciones para que mejorase esto u aquello. Y tras un rato, ambos nos alimentamos y salimos, evaluando los "resultados": tenía que, o bien mejorar con el arco, o bien dedicarse a la lucha con dagas. Y, también, con magia. Quedamos en eso, en entrenar dagas y magia, aunque magia sobre todo la de protección diurna y los hechizos que empleaban en la criba.
Cuando cayó la noche, sin embargo, no quiso ir a la playa. Pero eso no iba a evitar que yo fuera, aunque fuese de incógnito, a echar un vistazo...
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.