Torreón Letargo (Archivo V)
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Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Torreón Letargo (Archivo V)
05/08/13, 03:54 am
Recuerdo del primer mensaje :
Este torreón de cuatro plantas está completamente cubierto de enredaderas, por lo que en un inicio es un poco complicado encontrar la puerta, algo más pequeña que en los otros torreones. El puente levadizo suele estar bajado, y da a una franja de tierra que rodea la parte delantera del torreón. Los capullos de las flores, que solo se abren con la Luna Roja, despiden al anochecer una fragancia que atonta y adormece a quien la huele. En el patio tiene suelo de tierra y también está repleto de plantas, en su mayoría secas o raquíticas. En el centro hay una estatua de una ninfa atravesada por cientos de estacas.
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- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
30/07/15, 10:59 pm
Tras la charla de Irianna, Rasqa durmió de una sentada, como muy pocas noches más adelante podría. A pesar de que la idrina le había dado entereza y le había ayudado con el terror que se había instaurado en el parqio, no sería suficiente para que las horas de sueño se hilaran concediéndole un buen descanso. Por las noches, el parqio soñaría con frecuencia con un nuevo ataque del ulterano. A veces matándolo, a veces muriendo a sus manos. Sus compañeros de habitación no tendrían problemas para escuchar cuando el sueño llegaba al segundo final, pues el dragoncillo gritaba y se levantaba de los nervios. Cuando era él quien lo mataba, Rasqa revivía el momento durante el resto del día, recordando con exactitud lo que sentía al hundir los colmillos en el gaznate de Roaxen para insuflarse fuerza para el resto del día. El sueño recreaba la muerte del ulterano con tanta precisión que parecía real. El pulso decayendo, el sabor de la sangre colándose en la boca del dragón, la respiración agitada y los gorgoteos… Rasqa disfrutaba de los pequeños detalles.
Por precaución, Rasqa había dejado la cacería de murciélagos aparcada también, pero aprovechaba absolutamente cada salida que se hiciera para estirar las alas. Su estado de ánimo se veía un pelín mejorado durante las idas a por comida y era a la vuelta cuando más propenso era Rasqa a dar palique a la gente. Solía interesarse por cosas como la escritura de Irianna, los dibujos de Varsai, los entrenamientos físicos que realizaban los bípedos o el estado de la petición nudista de Kimbra. Sin embargo, lo que más le apetecía escuchar eran historias, cuanto más violentas y satisfactorias, mejor.
El peligro que el parqio sentía conviviendo con Roaxen se vio acrecentado al descubrir que faltaba material de la armería. Rasqa evitaba cruzarse con él, pero no por ello desconocía a qué horas tenía el ulterano su máxima actividad. Su miedo a recibir un ballestazo mutaba con los días en una suerte de paranoia siniestra que impedía a Rasqa disfrutar de nada. El parqio había dejado de lado sus vuelos matutinos en pos de su seguridad y, poco a poco, todo aquello iba pasando factura a su carácter. El dragoncillo pasó a ser un reptil taciturno en sus mejores días y arisco en los peores. A su mal genio se sumaba el hecho de que Rasqa continuaba creciendo y tanto la cola como las alas comenzaban a estorbarle en el interior del torreón, lugar del que apenas se permitía salir.
A pesar de todo, las charlas que buscaba con sus compañeros de torreón le aliviaban un poco y lograban que su carácter no fuera a peor de lo que ya estaba. Una de sus muchas conversaciones con Sekkeh había sido decisiva para que Rasqa empezara a humanizar a Roaxen y descartara la idea de fugarse o acabar incumpliendo el tratado de no agresión al pelovivo. Su miedo se convertía poco a poco en una mezcla de asco, odio y pena. Gracias a Sekkeh, además, sus horas de insomnio acababan llenas de aventuras piratas y encendían ligeramente la sed de nuevas emociones del parqio.
Aquella mañana Rasqa se había levantado de la cama con el peor final de sueño posible. Y a pesar de la taquicardia inicial, aquel miedo a morir por mantener en casa a un incompetente le dio un subidón de energía mañanera como nunca había ocurrido antes. El parqio dio un par de saltos en la cama, clavó las patas en el colchón y estiró los músculos a la vez que bostezaba sonoramente.
Rasqa dio un brinco hacia el suelo y salió al trote de la habitación. Al salir al pasillo miró de reojo hacia atrás y continuó con su carrera escaleras abajo, hasta que llegó a la cocina, donde se reunían todos. El parqio frenó a tiempo como para no hacerse daño, pero lo suficientemente tarde como para dar un buen cabezazo a Sekkeh; aunque se aseguró de no clavarle los cuernos.
—¿A dónde decís que vamos? —preguntó agitando la cabeza para sacudirse el testarazo de encima. Rasqa necesitaba salir. Se lo pedían los huesos y su salud mental. No quería estar encerrado, así como no quería permanecer en el mismo lugar que Roaxen una vez sus compañeros se fueran.
Por precaución, Rasqa había dejado la cacería de murciélagos aparcada también, pero aprovechaba absolutamente cada salida que se hiciera para estirar las alas. Su estado de ánimo se veía un pelín mejorado durante las idas a por comida y era a la vuelta cuando más propenso era Rasqa a dar palique a la gente. Solía interesarse por cosas como la escritura de Irianna, los dibujos de Varsai, los entrenamientos físicos que realizaban los bípedos o el estado de la petición nudista de Kimbra. Sin embargo, lo que más le apetecía escuchar eran historias, cuanto más violentas y satisfactorias, mejor.
El peligro que el parqio sentía conviviendo con Roaxen se vio acrecentado al descubrir que faltaba material de la armería. Rasqa evitaba cruzarse con él, pero no por ello desconocía a qué horas tenía el ulterano su máxima actividad. Su miedo a recibir un ballestazo mutaba con los días en una suerte de paranoia siniestra que impedía a Rasqa disfrutar de nada. El parqio había dejado de lado sus vuelos matutinos en pos de su seguridad y, poco a poco, todo aquello iba pasando factura a su carácter. El dragoncillo pasó a ser un reptil taciturno en sus mejores días y arisco en los peores. A su mal genio se sumaba el hecho de que Rasqa continuaba creciendo y tanto la cola como las alas comenzaban a estorbarle en el interior del torreón, lugar del que apenas se permitía salir.
A pesar de todo, las charlas que buscaba con sus compañeros de torreón le aliviaban un poco y lograban que su carácter no fuera a peor de lo que ya estaba. Una de sus muchas conversaciones con Sekkeh había sido decisiva para que Rasqa empezara a humanizar a Roaxen y descartara la idea de fugarse o acabar incumpliendo el tratado de no agresión al pelovivo. Su miedo se convertía poco a poco en una mezcla de asco, odio y pena. Gracias a Sekkeh, además, sus horas de insomnio acababan llenas de aventuras piratas y encendían ligeramente la sed de nuevas emociones del parqio.
Aquella mañana Rasqa se había levantado de la cama con el peor final de sueño posible. Y a pesar de la taquicardia inicial, aquel miedo a morir por mantener en casa a un incompetente le dio un subidón de energía mañanera como nunca había ocurrido antes. El parqio dio un par de saltos en la cama, clavó las patas en el colchón y estiró los músculos a la vez que bostezaba sonoramente.
Rasqa dio un brinco hacia el suelo y salió al trote de la habitación. Al salir al pasillo miró de reojo hacia atrás y continuó con su carrera escaleras abajo, hasta que llegó a la cocina, donde se reunían todos. El parqio frenó a tiempo como para no hacerse daño, pero lo suficientemente tarde como para dar un buen cabezazo a Sekkeh; aunque se aseguró de no clavarle los cuernos.
—¿A dónde decís que vamos? —preguntó agitando la cabeza para sacudirse el testarazo de encima. Rasqa necesitaba salir. Se lo pedían los huesos y su salud mental. No quería estar encerrado, así como no quería permanecer en el mismo lugar que Roaxen una vez sus compañeros se fueran.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
31/07/15, 09:06 pm
Sekk leyó la respuesta de Varsai con atención, asintiendo ante la propuesta de la varmana al mismo tiempo que Irianna mostraba su interés en la salida. La lacustre fue previsora, sin embargo, y compartió con sus compañeros su preocupación acerca de dejar a alguien solo con Roaxen. Ella misma aportó una solución al problema y fue en busca de Sigrún para pedirle que estuviera atento a los letarguinos que se quedaban en el torreón por si tenía que emplear la magia para defenderles del xolnita. Mientras tanto los presentes también se apuntaron a la expedición.
Sekk estaba apunto de acercarse a Kimbra para preguntarle algo cuando un lagarto acelerado le embistió sin previo aviso. El intara exhaló el aire con fuerza, por la sorpresa del golpe más que por la fuerza del mismo, completamente despejado después de aquel contundente saludo. A punto estuvo de recriminarle a Rasqa su descuido, pero al ver la emoción del parqio se tragó sus palabras con una media sonrisa. Hacía semanas que el dragoncillo no estaba tan entusiasmado con algo.
—Aún no lo hemos decidido —le respondió tras darle los buenos días—, pero hace tiempo que quiero ir a esa zona al noroeste que parece una hondonada, la que se divisa desde la azotea. No puedo asegurarlo, pues el desnivel reduce mucho la visibilidad, pero juraría que hay vegetación. Si os parece bien podríamos acercarnos a ver —sugirió, dejando que se lo pensaran mientras él bajaba a la armería a recoger su equipo.
Regresó a la cocina a por algunas provisiones antes de unirse a sus compañeros en la puerta.
Continúa en el Cementerio.
Sekk estaba apunto de acercarse a Kimbra para preguntarle algo cuando un lagarto acelerado le embistió sin previo aviso. El intara exhaló el aire con fuerza, por la sorpresa del golpe más que por la fuerza del mismo, completamente despejado después de aquel contundente saludo. A punto estuvo de recriminarle a Rasqa su descuido, pero al ver la emoción del parqio se tragó sus palabras con una media sonrisa. Hacía semanas que el dragoncillo no estaba tan entusiasmado con algo.
—Aún no lo hemos decidido —le respondió tras darle los buenos días—, pero hace tiempo que quiero ir a esa zona al noroeste que parece una hondonada, la que se divisa desde la azotea. No puedo asegurarlo, pues el desnivel reduce mucho la visibilidad, pero juraría que hay vegetación. Si os parece bien podríamos acercarnos a ver —sugirió, dejando que se lo pensaran mientras él bajaba a la armería a recoger su equipo.
Regresó a la cocina a por algunas provisiones antes de unirse a sus compañeros en la puerta.
Continúa en el Cementerio.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
01/09/15, 01:57 pm
Me calmo, observo atentamente a todo lo que dice la krabeliense en silencio y decido no volver a abrir la boca, no tengo más que decir y las ganas de salir pitando del cementerio no han disminuido en absoluto, cuanto antes deje de escuchar a los muertos muchísimo mejor, así que simplemente no vuelvo a hablar en todo el camino de vuelta. Una vez a salvo entre los muros de Letargo dejo que sean los otros los que lo cuenten, no quiero volver a hablar del tema así que solo observo la reacción de los que aguardaron en el torreón. Había sido un mal día, desde luego, no puedo sacarme las palabras de la anciana de la cabeza en ningún momento.
>>”Vuestra verdadera naturaleza hablará por vosotros”...¿Qué quería decir aquello?. Dios santo, todo aquí es tan difícil, ¿Acaso no somos los que creíamos, aún tenemos que llegar a ser quien realmente está en nuestro interior? ¿Y como va a ser todo esto? ¿De un día para otro?.<<
Me encuentro en mi cuarto, tumbada en la cama, solo me levanto cuando espero a que todas las chicas estén dormidas, es entonces cuando me asomo a la ventana, dejando que alguna que otra suave brisa me acaricia el pelo.
-Vosotros y vuestra estúpida Luna -musitó en la madrugada, al cabo de un rato es cuando me duermo finalmente.
Pasa un mes, el peor, el más desagradable que he tenido desde que he llegado, más incluso que cuando ocurrió la muerte de Ziack. Solo hay un tema fijo que ronda en mi cabeza todos estos días, el del que vamos a cambiar, me llega a la cabeza cuando como, cuando me ducho, cuando duermo, a todas horas hasta el punto de que se convierte en casi una obsesión. No decido contarles ese secreto a nadie, ni siquiera a Devoss, después de lo que pasó en el cementerio hablar de aquello es un tema espinoso, de modo que me mantengo al margen, distante en cuanto a tener que discutir el tema, ni siquiera hablo cuando se le cuenta la noticia a Maciel, ya que es inevitable que tenga que pensar en ello constantemente no quiero seguir haciéndolo en voz alta, ni siquiera le replico a Roaxen cuando este vuelve a hacer de las suyas varias veces.
Intento ocupar mi mente de la mejor forma posible, ya sea charlando con el holandés, entrenando con él o con Jace, me apunto a un mayor número de salidas aún a sabiendas de que me puedo encontrar algo peor, incluso logro sacar varios hechizos más sin mirar que cada vez mi alcance sobre la magia sigue siendo más limitado. Mi hoja de listado de hechizos avanza cada vez con más lentitud, peor no por ello me siento más inútil, estoy mejorando para esquivar, noto que cada vez lo hago con soltura, y Billy, el muñeco de entrenamiento es golpeado cada dos días en un afán de dar de forma más certera con las dagas.
Ese es mi día a día, bueno, eso y contemplar a través de la ventana algunas veces por las noches, no hay motivo, solo lo hago antes de acostarme, intento buscarle un por qué los primeros días pero no tiene que tratarse de algo raro, así que dejo de hacerlo. No fue eso lo único que cambió en mí, me percato de que voy cogiendo un poco de masa muscular en el abdomen, muy poco y si se lo dijera a alguien probablemente se reirían de mí, pero es algo que yo sé que pasa, los abdominales de Devoss van haciendo su efecto.
Esta mañana me despierto sin hacer ruido, levantándome de la cama con suavidad y bajando al patio con un pequeño bostezo, contemplo mi propio reflejo en el pozo, deslizo mis dedos por el flequillo, el pelo también me ha crecido, lo llevo tres dedos más de la altura de los hombros, pero no me apetece cortármelo, por una vez me gustaría llevarlo largo.
Cansada de estar allí me dirijo a la armería y apoyo mi espalda contra la pared, deslizándola hacia abajo hasta estar sentada en el suelo, últimamente he estado practicando hechizos de levitación, es obvio que no hasta al punto de llegar a levantar mi propio cuerpo como lo hace Irianna pero al menos si soy capaz de hacer flotar objetos, tras varios intentos bochornosos parece que empiezo a dominara algo, pero esta vez prefiero hacerlo a solas, la última vez le di accidentalmente con una manzana en la cabeza a Devoss, no fue un golpe fuerte pero lo suficiente para que desapareciera de la habitación antes de que el holandés viera quien había sido.
Fijo mi vista en mi propia daga, puesto en el suelo a un par de pies de donde estoy, y recito el hechizo acompañándolo de varios gestos, al instante el arma empieza a tener sacudidas en el suelo como si la estuvieran golpeando.
>>Venga, tienes que pescarla, concentrate<<.
Y la agarro, se empieza a elevar y una vez en el aire la giro despacio, mirando con satisfacción como da un pequeño rodeo, pero se da contra la pared y cae al suelo.
-Mierda, siempre se me ladea hacia la derecha.
>>”Vuestra verdadera naturaleza hablará por vosotros”...¿Qué quería decir aquello?. Dios santo, todo aquí es tan difícil, ¿Acaso no somos los que creíamos, aún tenemos que llegar a ser quien realmente está en nuestro interior? ¿Y como va a ser todo esto? ¿De un día para otro?.<<
Me encuentro en mi cuarto, tumbada en la cama, solo me levanto cuando espero a que todas las chicas estén dormidas, es entonces cuando me asomo a la ventana, dejando que alguna que otra suave brisa me acaricia el pelo.
-Vosotros y vuestra estúpida Luna -musitó en la madrugada, al cabo de un rato es cuando me duermo finalmente.
Pasa un mes, el peor, el más desagradable que he tenido desde que he llegado, más incluso que cuando ocurrió la muerte de Ziack. Solo hay un tema fijo que ronda en mi cabeza todos estos días, el del que vamos a cambiar, me llega a la cabeza cuando como, cuando me ducho, cuando duermo, a todas horas hasta el punto de que se convierte en casi una obsesión. No decido contarles ese secreto a nadie, ni siquiera a Devoss, después de lo que pasó en el cementerio hablar de aquello es un tema espinoso, de modo que me mantengo al margen, distante en cuanto a tener que discutir el tema, ni siquiera hablo cuando se le cuenta la noticia a Maciel, ya que es inevitable que tenga que pensar en ello constantemente no quiero seguir haciéndolo en voz alta, ni siquiera le replico a Roaxen cuando este vuelve a hacer de las suyas varias veces.
Intento ocupar mi mente de la mejor forma posible, ya sea charlando con el holandés, entrenando con él o con Jace, me apunto a un mayor número de salidas aún a sabiendas de que me puedo encontrar algo peor, incluso logro sacar varios hechizos más sin mirar que cada vez mi alcance sobre la magia sigue siendo más limitado. Mi hoja de listado de hechizos avanza cada vez con más lentitud, peor no por ello me siento más inútil, estoy mejorando para esquivar, noto que cada vez lo hago con soltura, y Billy, el muñeco de entrenamiento es golpeado cada dos días en un afán de dar de forma más certera con las dagas.
Ese es mi día a día, bueno, eso y contemplar a través de la ventana algunas veces por las noches, no hay motivo, solo lo hago antes de acostarme, intento buscarle un por qué los primeros días pero no tiene que tratarse de algo raro, así que dejo de hacerlo. No fue eso lo único que cambió en mí, me percato de que voy cogiendo un poco de masa muscular en el abdomen, muy poco y si se lo dijera a alguien probablemente se reirían de mí, pero es algo que yo sé que pasa, los abdominales de Devoss van haciendo su efecto.
Esta mañana me despierto sin hacer ruido, levantándome de la cama con suavidad y bajando al patio con un pequeño bostezo, contemplo mi propio reflejo en el pozo, deslizo mis dedos por el flequillo, el pelo también me ha crecido, lo llevo tres dedos más de la altura de los hombros, pero no me apetece cortármelo, por una vez me gustaría llevarlo largo.
Cansada de estar allí me dirijo a la armería y apoyo mi espalda contra la pared, deslizándola hacia abajo hasta estar sentada en el suelo, últimamente he estado practicando hechizos de levitación, es obvio que no hasta al punto de llegar a levantar mi propio cuerpo como lo hace Irianna pero al menos si soy capaz de hacer flotar objetos, tras varios intentos bochornosos parece que empiezo a dominara algo, pero esta vez prefiero hacerlo a solas, la última vez le di accidentalmente con una manzana en la cabeza a Devoss, no fue un golpe fuerte pero lo suficiente para que desapareciera de la habitación antes de que el holandés viera quien había sido.
Fijo mi vista en mi propia daga, puesto en el suelo a un par de pies de donde estoy, y recito el hechizo acompañándolo de varios gestos, al instante el arma empieza a tener sacudidas en el suelo como si la estuvieran golpeando.
>>Venga, tienes que pescarla, concentrate<<.
Y la agarro, se empieza a elevar y una vez en el aire la giro despacio, mirando con satisfacción como da un pequeño rodeo, pero se da contra la pared y cae al suelo.
-Mierda, siempre se me ladea hacia la derecha.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
01/09/15, 06:16 pm
No me equivoco, pierdo toda la tranquilidad que había obtenido, pero me muerdo la lengua. El seguir discutiendo solo nos pondría en más peligro. Mi única respuesta es una mirada de enfado a los que no están de acuerdo y al camino por donde se fue Dama Poda. Volvemos a Letargo, ando absorto siguiendo al grupo, no entiendo nada. ¿ Cómo nos va a poder cambiar una puñetera luna? Esto es para nada, cada sitio nuevo que visitamos, cada excursión a por comida. Para nada. Sobrevivir. Que palabra tan bonita..... Si no te dicen a que precio, claro....
Entramos en nuestro preciado torreón, guardo el arma y voy directo a la azotea. Quiero pensar con claridad, me quedo mirando la ciudad hasta que me voy a la cama. Ya dentro de ella intento contenerme, pero uno no puede con todo. Lloro en silencio. ¿ Por qué? Por seguir aquí, por haberle gritado a mis compañeros, y porque existe la posibilidad de que ninguno de nosotros seamos humanos cuando acabe el año.
El siguiente mes, hace que me ponga nervioso. Que pase significa dos cosas:1. Estamos vivos. 2. Se acerca la Luna Roja. Entreno como siempre, noto una mejoría, tengo la sensación de que si me atacara una hiena, ahora le daría su merecido. También sigo haciendo abdominales con Ruth, sonrío al ver que mis ejercicios la están ayudando. De vez en cuando voy a las recogidas de alimentos, no voy a estar encerrado todo este tiempo. Quiero sentirme útil para el grupo, y creo que cada vez lo soy más.
Últimamente me encontraba más tranquilo, incluso feliz, mis mejoras con la lanza me estaba subiendo el autoestima, no existía nada que me cabreara bastante. Pero uno de los últimos días del mes paso algo que no pude explicar. Íbamos a salir como otras tantas veces. Justo cuando me faltaban centímetros para coger el arma, Ruth es más rápida y me la arrebata entre risas. Nada más tocarla siento una rabia ilógica. ¿Por qué tiene que quitarme mi lanza? Es mía, no tiene ningún derecho a robármela. Me la devuelve con gesto burlón, está claro que era una broma, pero hasta que no deja de estar en sus manos la ira no disminuye. Evidentemente no le río la broma. Horas después continúo sin sacar una conclusión de mi cólera.
Ya en el día de hoy, me despierto temprano, me incorporo y bajo a la cocina a prepararme algo. Joder, un mes entero sin muertes, puede que la suerte exista...
Entramos en nuestro preciado torreón, guardo el arma y voy directo a la azotea. Quiero pensar con claridad, me quedo mirando la ciudad hasta que me voy a la cama. Ya dentro de ella intento contenerme, pero uno no puede con todo. Lloro en silencio. ¿ Por qué? Por seguir aquí, por haberle gritado a mis compañeros, y porque existe la posibilidad de que ninguno de nosotros seamos humanos cuando acabe el año.
El siguiente mes, hace que me ponga nervioso. Que pase significa dos cosas:1. Estamos vivos. 2. Se acerca la Luna Roja. Entreno como siempre, noto una mejoría, tengo la sensación de que si me atacara una hiena, ahora le daría su merecido. También sigo haciendo abdominales con Ruth, sonrío al ver que mis ejercicios la están ayudando. De vez en cuando voy a las recogidas de alimentos, no voy a estar encerrado todo este tiempo. Quiero sentirme útil para el grupo, y creo que cada vez lo soy más.
Últimamente me encontraba más tranquilo, incluso feliz, mis mejoras con la lanza me estaba subiendo el autoestima, no existía nada que me cabreara bastante. Pero uno de los últimos días del mes paso algo que no pude explicar. Íbamos a salir como otras tantas veces. Justo cuando me faltaban centímetros para coger el arma, Ruth es más rápida y me la arrebata entre risas. Nada más tocarla siento una rabia ilógica. ¿Por qué tiene que quitarme mi lanza? Es mía, no tiene ningún derecho a robármela. Me la devuelve con gesto burlón, está claro que era una broma, pero hasta que no deja de estar en sus manos la ira no disminuye. Evidentemente no le río la broma. Horas después continúo sin sacar una conclusión de mi cólera.
Ya en el día de hoy, me despierto temprano, me incorporo y bajo a la cocina a prepararme algo. Joder, un mes entero sin muertes, puede que la suerte exista...
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
02/09/15, 12:05 am
Irianna no podía sentirse más agradecida a Kimbra cuando les replicó a los humano, ya que las continuas confrontaciones cuestionando su forma diplomática de hacer las cosas comenzaban a resultarle muy tediosas. Ni siquiera comprendía por qué alguien podría mostrarse tan abiertamente inmaduro y terco en algo tan obvio y lo único que añadió al discurso de la hija de lunas fue un “nada de eso responde a la pregunta que os he hecho”, dando claras muestras de que para ella se había acabado la discusión. Tras asentir a Kimbra cuando se le adelantó sugiriendo volver, de hecho, apenas volvió a hablar hasta atravesar el portón de Letargo. No solo porque estuviese cansada, sino porque dama Poda les había dado demasiado en lo que pensar.
Fue una de las personas que ayudó a relatar lo sucedido a los que se habían quedado en el torreón, aunque omitió todo lo referente a la discusión que habían mantenido con los humanos. Para su sorpresa, Jace, Vorela y Sigrún no fueron los únicos oyentes del relato y por primera vez en muchas semanas la lacustre se cruzó con Roaxen. El xolnita no se acercó a ellos en ningún momento y la idrina hizo caso omiso de su presencia como si no se hubiera dado cuenta de que estaba escuchándoles.
Pero aquel evento marcó el fin del confinamiento absoluto de Roaxen y el ulterano comenzó a volver a dejarse ver e incluso interaccionar con ellos. La idrina, por su parte, mantuvo una actitud de indiferencia hacia el xolnita: si le hablaba le respondía escuetamente y si era necesario decirle algo lo hacía de la misma manera. Por suerte no hizo falta que interviniese en ningún otro incidente provocado por el capellán, aunque las ocasiones en las que surgió el tema de la información que les había facilitado dama Poda y el xolnita se encontraba delante, la lacustre tenía que hacer acopio de todo su autocontrol para evitar que se le notase lo mucho que le ponía de los nervios la reacción histérica que el ulterano adoptaba cada vez.
Ella, por su parte, no tenía muy claro qué pensar al respecto. Las reacciones de otros, como la del citado ulterano y la visión catastrofista que aportó Hal cuando informaron al grupo de Maciel le dejaban una sensación amarga. Por una parte era fácil contagiarse de una visión tan negativa, por otra le hacía pensar que la relativa tranquilidad que sentía ella misma al respecto no era normal. Lo cierto era que la lacustre no sabía qué creer. Se hizo a sí misma la pregunta de si de haberlo sabido se habría negado a acompañar a Miseria Nombre y no le costó demasiado dar con la respuesta. La duda era si seguiría manteniendo la calma con el paso de los meses y la Luna Roja amenazase con traerles el prometido cambio.
Decidió centrarse en el presente y mejorar en todos sus entrenamientos. El paso de las semanas y el hecho de que Roaxen no volviese a protagonizar una escena violenta hizo que la idrina pudiese sentirse con un mayor margen de maniobra en cuanto a repartir el tiempo para sus actividades, lo cual se traducía en no tener que priorizar por completo el estudio de magia, ya que de todos modos consideraba que ya conocía los hechizos más útiles en una situación de emergencia tras haber añadido alguno más durante aquel mes. El hechizo de corte, uno para volver las cosas ignífugas y otro de simular olores falsos se encontraban entre los que había podido realizar de una larga lista que tuvo que descartar porque simplemente no le salían por más que lo intentase. Quizás su mejor hallazgo durante aquel mes en el voluminoso grimorio fue un sortilegio de curación de mayor potencia que pronto descubrió que únicamente se encontraba a su alcance y al de Sigrún.
En el ámbito físico siempre tenía la sensación de progresar mucho más lentamente, sobre todo en el combate cuerpo a cuerpo, pero al menos se sentía bastante satisfecha con la mejora de su puntería. Al haberse vuelto cada vez más habituales sus salidas al patio para entrenar, la idrina acabó estableciendo una preferencia sobre el clima para llevarlos a cabo: por algún motivo la luz del sol le había empezado a resultar muy molesta y se sentía aliviada cuando se despertaba por las mañanas y se encontraba con que las nubes dominaban el cielo. Achacó la molestia a la costumbre de leer en el interior del torreón, donde reinaba la penumbra y por ello no le dio demasiada importancia ya que de todos modos no parecía agravarse.
En una ocasión tuvo una pesadilla muy desagradable. No había sido como la vez que soñó con la presencia de Veril en el torreón, aunque estaba claro que el desagraciado no pretendía abandonar por completo su subconsciente por muchos mundos de por medio que hubiese puesto entre ambos. Aquel vívido sueño la había impactado por otros motivos, aunque no se despertó chillando en esa ocasión, pero sí hiperventilando y con una sensación de agobio aplastante. Lo primero que hizo fue comprobar que su piel no tenía ninguna de aquellas repugnantes heridas provocadas por unos sapos que tan solo recordarlos le producía dentera. Y el rostro de Veril, grotescamente convertido en una máscara sobre aquel extraño… No pudo volver a dormir esa noche y se levantó para poder humedecer su garganta, completamente reseca. Así fue como se encontró a Sekkeh, insomne como de costumbre, y resultó que el ulterano también había tenido una pesadilla. La idrina no tuvo problema en relatarle la mayoría de los elementos de su sueño, pues los recordaba a la perfección, aunque se abstuvo de mencionar nada más sobre “la cara de otra persona”.
Si algo tenían en común su sueño y el de Sekkeh, tal y como le hizo notar al intara, era el cambio. Ambos habían cambiado en aquel sueño, y le planteó al chico la posibilidad de que tal vez la supuesta realidad que les había desvelado dama Poda les había inducido a soñar algo así. Aquel incidente no sucedió mucho antes del término de aquel mes, por lo que la lacustre volvía a darle vueltas a las palabras de la bruja en un bucle del que no podía salir: no había forma de comprobar si eran ciertas hasta que llegase el momento. Pero, según lo que Sekkeh había afirmado, el día se acercaba amenazadoramente. Quizás tres meses todavía fuese bastante tiempo, pero era menos de la mitad desde su llegada a Rocavarancolia.
La idrina solo tenía clara una única cosa: ni siquiera con la amenaza del cambio volvería a Idris si le diesen la oportunidad. Aferrándose a dicha convicción, su postura cada vez se acercaba más a la resignación de pagar el precio por ello.
Fue una de las personas que ayudó a relatar lo sucedido a los que se habían quedado en el torreón, aunque omitió todo lo referente a la discusión que habían mantenido con los humanos. Para su sorpresa, Jace, Vorela y Sigrún no fueron los únicos oyentes del relato y por primera vez en muchas semanas la lacustre se cruzó con Roaxen. El xolnita no se acercó a ellos en ningún momento y la idrina hizo caso omiso de su presencia como si no se hubiera dado cuenta de que estaba escuchándoles.
Pero aquel evento marcó el fin del confinamiento absoluto de Roaxen y el ulterano comenzó a volver a dejarse ver e incluso interaccionar con ellos. La idrina, por su parte, mantuvo una actitud de indiferencia hacia el xolnita: si le hablaba le respondía escuetamente y si era necesario decirle algo lo hacía de la misma manera. Por suerte no hizo falta que interviniese en ningún otro incidente provocado por el capellán, aunque las ocasiones en las que surgió el tema de la información que les había facilitado dama Poda y el xolnita se encontraba delante, la lacustre tenía que hacer acopio de todo su autocontrol para evitar que se le notase lo mucho que le ponía de los nervios la reacción histérica que el ulterano adoptaba cada vez.
Ella, por su parte, no tenía muy claro qué pensar al respecto. Las reacciones de otros, como la del citado ulterano y la visión catastrofista que aportó Hal cuando informaron al grupo de Maciel le dejaban una sensación amarga. Por una parte era fácil contagiarse de una visión tan negativa, por otra le hacía pensar que la relativa tranquilidad que sentía ella misma al respecto no era normal. Lo cierto era que la lacustre no sabía qué creer. Se hizo a sí misma la pregunta de si de haberlo sabido se habría negado a acompañar a Miseria Nombre y no le costó demasiado dar con la respuesta. La duda era si seguiría manteniendo la calma con el paso de los meses y la Luna Roja amenazase con traerles el prometido cambio.
Decidió centrarse en el presente y mejorar en todos sus entrenamientos. El paso de las semanas y el hecho de que Roaxen no volviese a protagonizar una escena violenta hizo que la idrina pudiese sentirse con un mayor margen de maniobra en cuanto a repartir el tiempo para sus actividades, lo cual se traducía en no tener que priorizar por completo el estudio de magia, ya que de todos modos consideraba que ya conocía los hechizos más útiles en una situación de emergencia tras haber añadido alguno más durante aquel mes. El hechizo de corte, uno para volver las cosas ignífugas y otro de simular olores falsos se encontraban entre los que había podido realizar de una larga lista que tuvo que descartar porque simplemente no le salían por más que lo intentase. Quizás su mejor hallazgo durante aquel mes en el voluminoso grimorio fue un sortilegio de curación de mayor potencia que pronto descubrió que únicamente se encontraba a su alcance y al de Sigrún.
En el ámbito físico siempre tenía la sensación de progresar mucho más lentamente, sobre todo en el combate cuerpo a cuerpo, pero al menos se sentía bastante satisfecha con la mejora de su puntería. Al haberse vuelto cada vez más habituales sus salidas al patio para entrenar, la idrina acabó estableciendo una preferencia sobre el clima para llevarlos a cabo: por algún motivo la luz del sol le había empezado a resultar muy molesta y se sentía aliviada cuando se despertaba por las mañanas y se encontraba con que las nubes dominaban el cielo. Achacó la molestia a la costumbre de leer en el interior del torreón, donde reinaba la penumbra y por ello no le dio demasiada importancia ya que de todos modos no parecía agravarse.
En una ocasión tuvo una pesadilla muy desagradable. No había sido como la vez que soñó con la presencia de Veril en el torreón, aunque estaba claro que el desagraciado no pretendía abandonar por completo su subconsciente por muchos mundos de por medio que hubiese puesto entre ambos. Aquel vívido sueño la había impactado por otros motivos, aunque no se despertó chillando en esa ocasión, pero sí hiperventilando y con una sensación de agobio aplastante. Lo primero que hizo fue comprobar que su piel no tenía ninguna de aquellas repugnantes heridas provocadas por unos sapos que tan solo recordarlos le producía dentera. Y el rostro de Veril, grotescamente convertido en una máscara sobre aquel extraño… No pudo volver a dormir esa noche y se levantó para poder humedecer su garganta, completamente reseca. Así fue como se encontró a Sekkeh, insomne como de costumbre, y resultó que el ulterano también había tenido una pesadilla. La idrina no tuvo problema en relatarle la mayoría de los elementos de su sueño, pues los recordaba a la perfección, aunque se abstuvo de mencionar nada más sobre “la cara de otra persona”.
Si algo tenían en común su sueño y el de Sekkeh, tal y como le hizo notar al intara, era el cambio. Ambos habían cambiado en aquel sueño, y le planteó al chico la posibilidad de que tal vez la supuesta realidad que les había desvelado dama Poda les había inducido a soñar algo así. Aquel incidente no sucedió mucho antes del término de aquel mes, por lo que la lacustre volvía a darle vueltas a las palabras de la bruja en un bucle del que no podía salir: no había forma de comprobar si eran ciertas hasta que llegase el momento. Pero, según lo que Sekkeh había afirmado, el día se acercaba amenazadoramente. Quizás tres meses todavía fuese bastante tiempo, pero era menos de la mitad desde su llegada a Rocavarancolia.
La idrina solo tenía clara una única cosa: ni siquiera con la amenaza del cambio volvería a Idris si le diesen la oportunidad. Aferrándose a dicha convicción, su postura cada vez se acercaba más a la resignación de pagar el precio por ello.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
02/09/15, 03:15 pm
La niña volvió al torreón dándole vueltas a lo del cambio, la propia anciana no parecía haber tenido cambios apreciables, o por lo menos se parecía bastante a Devoss y a Ruth como para poder suponer que la mujer era humana. ¿Quizá su cambio fuesen magias especiales? Varsai había visto como hacía crecer un árbol y por lo que ella sabía ni Irianna podía hacer eso.
Siguió dándole vueltas mientras el resto contaban la excursión. Durante los días siguientes la varmana estuvo pensativa tratando de llegar a alguna conclusión pero le faltaban datos para poder formarse una opinión clara. Una mañana le propuso al grupo salir a la biblioteca con el fin de encontrar más respuestas acerca de la luna y su destino cuando ésta emergiera. No encontraron mucho, algunos detalles crípticos pero nada que les aclarase en qué iban a transformarse.
Un poco frustrada Varsai volvió a su rutina de entrenamientos y poco a poco fue mejorando tanto en cuerpo a cuerpo como su puntería con el arco. En ocasiones se sentía desconcertada cuando sin entender cómo sabía siempre que Devoss entraba en una habitación en la que estaba ella, la niña no lo entendía. ¿Por qué sabía siempre que era él? ¿Qué tenía Devoss de especial para que cada vez que se acercaba Varsai supiese cuándo había entrado y su posición exacta? La chica decidió dejar por imposible aquel misterio.
Por lo demás la varmana se dedicó a lo de siempre, pintaba y tocaba su flauta. Siguió añorando a sus hermanos pero a veces sus rostros se veían sustituidos por el de Sekkeh y ella se preguntaba si era por que se estaba olvidando del rostro de sus hermanos o simplemente que cada vez veía más al ulterano como un hermanos mayor. Tampoco en esto llegó a una respuesta clara.
Pasado un mes la niña se levantó de la cama más temprano que nunca con la urgencia de ir al baño, y a la vuelta de éste le pareció ver una sombra flotando al lado de la pared del torreón pero cuando volvió a mirar ya no estaba allí. Pensando que se lo habría imaginado la niña volvió a la cama a intentar dormir un rato. Después de haberlo intentado por lo que le parecieron horas se levantó y fue a la cocina buscando algo que comer.
Se encontró con gente allí y tras comer alguna cosa cogida de las cestas propuso salir. Hacía tiempo que le apetecía ir a un lugar que aparecía marcado en el mapa y ya se sentía un poco encerrada dentro del torreón. Se preparó y pronto estuvo lista junto a la puerta.
Sigue en la Avenida Estatuada.
Siguió dándole vueltas mientras el resto contaban la excursión. Durante los días siguientes la varmana estuvo pensativa tratando de llegar a alguna conclusión pero le faltaban datos para poder formarse una opinión clara. Una mañana le propuso al grupo salir a la biblioteca con el fin de encontrar más respuestas acerca de la luna y su destino cuando ésta emergiera. No encontraron mucho, algunos detalles crípticos pero nada que les aclarase en qué iban a transformarse.
Un poco frustrada Varsai volvió a su rutina de entrenamientos y poco a poco fue mejorando tanto en cuerpo a cuerpo como su puntería con el arco. En ocasiones se sentía desconcertada cuando sin entender cómo sabía siempre que Devoss entraba en una habitación en la que estaba ella, la niña no lo entendía. ¿Por qué sabía siempre que era él? ¿Qué tenía Devoss de especial para que cada vez que se acercaba Varsai supiese cuándo había entrado y su posición exacta? La chica decidió dejar por imposible aquel misterio.
Por lo demás la varmana se dedicó a lo de siempre, pintaba y tocaba su flauta. Siguió añorando a sus hermanos pero a veces sus rostros se veían sustituidos por el de Sekkeh y ella se preguntaba si era por que se estaba olvidando del rostro de sus hermanos o simplemente que cada vez veía más al ulterano como un hermanos mayor. Tampoco en esto llegó a una respuesta clara.
Pasado un mes la niña se levantó de la cama más temprano que nunca con la urgencia de ir al baño, y a la vuelta de éste le pareció ver una sombra flotando al lado de la pared del torreón pero cuando volvió a mirar ya no estaba allí. Pensando que se lo habría imaginado la niña volvió a la cama a intentar dormir un rato. Después de haberlo intentado por lo que le parecieron horas se levantó y fue a la cocina buscando algo que comer.
Se encontró con gente allí y tras comer alguna cosa cogida de las cestas propuso salir. Hacía tiempo que le apetecía ir a un lugar que aparecía marcado en el mapa y ya se sentía un poco encerrada dentro del torreón. Se preparó y pronto estuvo lista junto a la puerta.
Sigue en la Avenida Estatuada.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
02/09/15, 07:50 pm
Rasqa necesitó un par de días para digerir lo que les había dicho aquella mujer arrugada y, cuando lo hizo, su opinión probablemente distó mucho de lo general. El parqio había pasado el último mes sintiéndose un estorbo, un bicho raro en constante peligro solo porque su aspecto difería del de los bípedos. La noticia de lo que les traía la luna había sido un regalo genuíno para Rasqa, que deseaba con todas sus fuerzas la llegada del astro para saber qué le deparaba. Para conocer su verdadera naturaleza, su verdadera esencia. Le habían prometido poder y aventuras y, después de tantos meses en la ciudad, había descubierto que no le habían engañado. Solo tenía que esperar, permanecer vivo. El reptil compartiría su visión al respecto con todos sus compañeros y dejaría que su entusiasmo respondiera a cada pensamiento negativo que fuera proferido cerca de él.
Cada salida que el parqio realizaba con su grupo aportaba su pequeño grano de arena a la recuperación del ánimo del parqio. Rasqa se sentía más vivo ante cada amenaza que enfrentaban, por pequeña que fuera, y todo el miedo que pudiera sentir se veía eclipsado poco a poco.
La fase de crecimiento del parqio también estaba contribuyendo. Rasqa se sentía cada vez más torpe dentro del torreón, pero más ágil fuera. Más temible. Se veía a sí mismo en la sombra que proyectaba su cuerpo en el suelo y volar le hacía sentir seguro de nuevo. Sus temores acerca de Roaxen se disipaban poco a poco. Por fin entendía que el ulterano era débil e inestable. Y estaba solo contra el resto del grupo. Rasqa sabía que cualquier intento de repetir su escena con Irianna acabaría con Roaxen y con la posibilidad de que encarara la Luna Roja con vida. Y ¿quién querría negarse a sí mismo tal privilegio?
Rasqa había retomado sus clases de vuelo con el añadido de una lanza ligera, con la intención de aprender a viajar con ella sin desestabilizarse. Poder moverse por el aire sin necesidad de magia era su baza y una lanza le confería más seguridad que la daga que había llevado consigo hasta ahora. Si alguien se le acercaba lo suficiente como para necesitar la daga, Rasqa sabía que podía confiar en sus colmillos para disuadir al atacante. Una vez recobró del todo su confianza, no era raro verle alejarse un poco del torreón durante sus entrenamientos, con poca pero suficiente prudencia.
Un mes más tarde, el parqio había madrugado como siempre para calentar sus alas y había acabado aterrizando en las almenas para descansar. Le gustaba observar la ciudad que quería matarlos desde lo alto del torreón, desde aquel rincón seguro. A pesar de que sabía que era él quien corría peligro cada vez que salía; no se sentía presa, sino cazador. Solo necesitaba tiempo para que la luna le diera lo que ya era suyo y así estar en el lado correcto de la ecuación.
El sonido del puente de Letargo al bajar le sacó de su ensimismamiento y el parqio no dudó en unirse a aquella nueva expedición, fuera a donde fuese.
Sigue en la Avenida Estatuada.
Cada salida que el parqio realizaba con su grupo aportaba su pequeño grano de arena a la recuperación del ánimo del parqio. Rasqa se sentía más vivo ante cada amenaza que enfrentaban, por pequeña que fuera, y todo el miedo que pudiera sentir se veía eclipsado poco a poco.
La fase de crecimiento del parqio también estaba contribuyendo. Rasqa se sentía cada vez más torpe dentro del torreón, pero más ágil fuera. Más temible. Se veía a sí mismo en la sombra que proyectaba su cuerpo en el suelo y volar le hacía sentir seguro de nuevo. Sus temores acerca de Roaxen se disipaban poco a poco. Por fin entendía que el ulterano era débil e inestable. Y estaba solo contra el resto del grupo. Rasqa sabía que cualquier intento de repetir su escena con Irianna acabaría con Roaxen y con la posibilidad de que encarara la Luna Roja con vida. Y ¿quién querría negarse a sí mismo tal privilegio?
Rasqa había retomado sus clases de vuelo con el añadido de una lanza ligera, con la intención de aprender a viajar con ella sin desestabilizarse. Poder moverse por el aire sin necesidad de magia era su baza y una lanza le confería más seguridad que la daga que había llevado consigo hasta ahora. Si alguien se le acercaba lo suficiente como para necesitar la daga, Rasqa sabía que podía confiar en sus colmillos para disuadir al atacante. Una vez recobró del todo su confianza, no era raro verle alejarse un poco del torreón durante sus entrenamientos, con poca pero suficiente prudencia.
Un mes más tarde, el parqio había madrugado como siempre para calentar sus alas y había acabado aterrizando en las almenas para descansar. Le gustaba observar la ciudad que quería matarlos desde lo alto del torreón, desde aquel rincón seguro. A pesar de que sabía que era él quien corría peligro cada vez que salía; no se sentía presa, sino cazador. Solo necesitaba tiempo para que la luna le diera lo que ya era suyo y así estar en el lado correcto de la ecuación.
El sonido del puente de Letargo al bajar le sacó de su ensimismamiento y el parqio no dudó en unirse a aquella nueva expedición, fuera a donde fuese.
Sigue en la Avenida Estatuada.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
09/09/15, 06:42 pm
Por el camino a Letargo Varsai preguntó que si podía quedarse con algunas de las piedras que les había dado la gárgola. Su plan inicial era decorar con ellas su cuaderno de dibujo aunque no tenía muy claro cómo podría pegarlas a él.
Pasaron unos días después de eso, en ellos la niña seguía con su rutina habitual, sin embargo cada vez que estaba dibujando la gente podía verla con un mechón de pelo metido en la boca. Ni siquiera se daba cuenta de que lo hacía, era algo por completo inconsciente y la niña ni siquiera recordaba como había empezado con esa manía.
Seguía sabiendo cuándo Devoss entraba en la sala, pero ya ni se molestaba en intentar entenderlo, lo aceptó y se resignó. Ni tan siquiera miraba para comprobar si era él.
Varsai pasó el día dibujando, entrenando con el arco y releyendo su libro de dragones. A la caída del sol ayudó a Irianna con la cena y cenó con el resto, en cuanto acabó salió a por agua al pozo para lavar los platos. Se había vuelto a meter el pelo en la boca sin darse cuenta mientras izaba el cubo con agua, una vez arriba la niña miró el vuelo de los murciélagos flamigeros hasta que se fijó en algo que no cuadraba. Había una estrella en el cielo, una única y brillantísima estrella en el firmamento, por un momento a la varmana se le olvidó que tenía un cubo en las manos y éste se le cayó al suelo, cosa que la sacó de su asombro.
Corrió hacia la puerta que daba al salón y dio un silbido justo en el quicio de la puerta, les hizo señas al resto para que salieran y empezó a escribir en su libreta de forma frenética.
"¿Esa estrella antes no estaba, no?" podrían leer el resto justo debajo de varias palabras tachadas.
Pasaron unos días después de eso, en ellos la niña seguía con su rutina habitual, sin embargo cada vez que estaba dibujando la gente podía verla con un mechón de pelo metido en la boca. Ni siquiera se daba cuenta de que lo hacía, era algo por completo inconsciente y la niña ni siquiera recordaba como había empezado con esa manía.
Seguía sabiendo cuándo Devoss entraba en la sala, pero ya ni se molestaba en intentar entenderlo, lo aceptó y se resignó. Ni tan siquiera miraba para comprobar si era él.
Varsai pasó el día dibujando, entrenando con el arco y releyendo su libro de dragones. A la caída del sol ayudó a Irianna con la cena y cenó con el resto, en cuanto acabó salió a por agua al pozo para lavar los platos. Se había vuelto a meter el pelo en la boca sin darse cuenta mientras izaba el cubo con agua, una vez arriba la niña miró el vuelo de los murciélagos flamigeros hasta que se fijó en algo que no cuadraba. Había una estrella en el cielo, una única y brillantísima estrella en el firmamento, por un momento a la varmana se le olvidó que tenía un cubo en las manos y éste se le cayó al suelo, cosa que la sacó de su asombro.
Corrió hacia la puerta que daba al salón y dio un silbido justo en el quicio de la puerta, les hizo señas al resto para que salieran y empezó a escribir en su libreta de forma frenética.
"¿Esa estrella antes no estaba, no?" podrían leer el resto justo debajo de varias palabras tachadas.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
09/09/15, 07:31 pm
La gárgola nos da una última cosa antes de regresar a Letargo, observo detenidamente lo que viene a ser un trocito de piedra con forma extraña y medito sobre qué es y para qué lo queremos, pero la Idrina da con la solución rápidamente.
-Sí que lo parece- digo y miro con curiosidad a Varsai cuando pide si alguien quiere darle su parte -toma, puedes quedártela, agradezco que nos lo haya dado pero yo no la quiero -le digo despejándome el flequillo de los ojos y ofreciéndosela en la mano.
Varios días pasaron, no demasiados, y con ellos mi inquietud hacia lo que aún puede estar por venir no se desvanece del todo, el nombre de Hurza navega en mi cabeza varias veces mientras hago mis tareas diarias, no puedo evitar seguir preguntándome el motivo real de la crueldad de aquel tío, y en poco tiempo nace una nueva incertidumbre que se una a las demás, >>¿Algún tipo de linchamiento a transformados podría haber sido el motivo por el que se persigue a la piedra negra? Pero no tiene sentido, dice no recordar nada de cosechados, si fuera un transformado al menos debería recordar su vida pasada y por tanto su cosecha, no puede haber perdido la memoria ¿No?<<, demasiadas preguntas y ninguna respuesta, al menos no la deseada, si que hay una incógnita resuelta a medias. >>”¿Estamos cambiando?. Pues no sé los demás pero al menos en lo referente a mí podría decirse que¿ “Algo”?<<, ni siquiera sé lo que es y si estoy segura de si es cierto, a penas surgió entre estos días, algo le pasó a mi pelo y pudo contenerme para no gritar en el momento, lo vi de reflejo así que la primera vez no le di importancia, no pensaba que fuera real, en la segunda comencé a asustarme. >>¡Chispas! !Eso fue lo que vi, un destello de apenas un segundo en el pelo!<<, por supuesto nadie las vio y yo no se lo comenté al resto, no al menos hasta que sea algo totalmente evidente, no quiero que me tomen por loca, ojalá pudiera demostrarlo de otra forma que no fuera con mi palabra.
En el día de hoy me encuentro en la cocina repasando el hechizo de levitación en la mente cuando el silbido de la varmana disipa mis pensamientos, me levanto rápido al verla tan emocionada. >>¿Maciel de nuevo?<<.
Pero no es eso, nos lleva al patio y escudriño la sala en señal de algo importante u algún dibujo en el suelo por el Varsai esté tan contenta.
-¿Qué pasa? -le pregunto ansiosa cruzándome de brazos y mirando con parpadeos el cuaderno de la chica, al momento alzo la mirada al cielo mordiéndome el labio. >>No puede ser<<, pero así es, un punto de luz destella en el cielo, brillante y hermosa, me recorre una súbita alegría.- ¡Es cierto!, de hecho creo que es la primera que veo desde que llegamos aquí, me pregunto por qué se deja ver ahora...
-Sí que lo parece- digo y miro con curiosidad a Varsai cuando pide si alguien quiere darle su parte -toma, puedes quedártela, agradezco que nos lo haya dado pero yo no la quiero -le digo despejándome el flequillo de los ojos y ofreciéndosela en la mano.
Varios días pasaron, no demasiados, y con ellos mi inquietud hacia lo que aún puede estar por venir no se desvanece del todo, el nombre de Hurza navega en mi cabeza varias veces mientras hago mis tareas diarias, no puedo evitar seguir preguntándome el motivo real de la crueldad de aquel tío, y en poco tiempo nace una nueva incertidumbre que se una a las demás, >>¿Algún tipo de linchamiento a transformados podría haber sido el motivo por el que se persigue a la piedra negra? Pero no tiene sentido, dice no recordar nada de cosechados, si fuera un transformado al menos debería recordar su vida pasada y por tanto su cosecha, no puede haber perdido la memoria ¿No?<<, demasiadas preguntas y ninguna respuesta, al menos no la deseada, si que hay una incógnita resuelta a medias. >>”¿Estamos cambiando?. Pues no sé los demás pero al menos en lo referente a mí podría decirse que¿ “Algo”?<<, ni siquiera sé lo que es y si estoy segura de si es cierto, a penas surgió entre estos días, algo le pasó a mi pelo y pudo contenerme para no gritar en el momento, lo vi de reflejo así que la primera vez no le di importancia, no pensaba que fuera real, en la segunda comencé a asustarme. >>¡Chispas! !Eso fue lo que vi, un destello de apenas un segundo en el pelo!<<, por supuesto nadie las vio y yo no se lo comenté al resto, no al menos hasta que sea algo totalmente evidente, no quiero que me tomen por loca, ojalá pudiera demostrarlo de otra forma que no fuera con mi palabra.
En el día de hoy me encuentro en la cocina repasando el hechizo de levitación en la mente cuando el silbido de la varmana disipa mis pensamientos, me levanto rápido al verla tan emocionada. >>¿Maciel de nuevo?<<.
Pero no es eso, nos lleva al patio y escudriño la sala en señal de algo importante u algún dibujo en el suelo por el Varsai esté tan contenta.
-¿Qué pasa? -le pregunto ansiosa cruzándome de brazos y mirando con parpadeos el cuaderno de la chica, al momento alzo la mirada al cielo mordiéndome el labio. >>No puede ser<<, pero así es, un punto de luz destella en el cielo, brillante y hermosa, me recorre una súbita alegría.- ¡Es cierto!, de hecho creo que es la primera que veo desde que llegamos aquí, me pregunto por qué se deja ver ahora...
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
09/09/15, 08:15 pm
Nos regala unas figuritas de piedra. Parece que si existe gente amable aquí. No sé para qué sirven, supongo que solo es una muestra de amabilidad y que no tiene ninguna utilidad. De camino al torreón acepto la oferta de la varmana. -Toma la mía también, seguro que le sacas más partido que yo.-
El tiempo transcurre, la amenaza de la Luna Roja sigue presente en mí. El no saber en qué vamos a transformarnos es una total tortura, la incertidumbre, los nervios por otra parte.... Aún así tengo esperanza de que no todo es negro. Sigue habiendo gente buena, transformada o no, como esa gárgola. Entreno como siempre, con la diferencia de que aumento el ritmo, intentando mejorar por mi bien. La última vez tuve suerte, no creo que la vuelva a tener si surgiera el caso.
Por otra parte siento que estoy cambiando. La situación en la que me enfadé con Ruth se repite, quizás es porque alguien me pasa la lanza, o incluso porque se acerca mucho a mi cama. Es estúpido, pero me estoy fijando en algo interesante. Estos cabreos injustificados no suceden porque sí, solo ocurre cuando alguien toca algo que es mio, pasa bastante cerca.....etc. Por ahora no le doy mucha importancia, a los minutos esta ira se desvanece igual de veloz que surge.
Sólo espero que no aumenten estos sucesos extraños. En el día actual no hago ejercicio, pues al aumentar el ritmo, tengo alguna que otra agujeta. Cuando ocurre, me pilla al lado de Ruth. Varsai nos silba para que la sigamos, leo lo que dice y miro al cielo. Es diferente, hay una solitaria estrella.
-Esto es nuevo...-.
El tiempo transcurre, la amenaza de la Luna Roja sigue presente en mí. El no saber en qué vamos a transformarnos es una total tortura, la incertidumbre, los nervios por otra parte.... Aún así tengo esperanza de que no todo es negro. Sigue habiendo gente buena, transformada o no, como esa gárgola. Entreno como siempre, con la diferencia de que aumento el ritmo, intentando mejorar por mi bien. La última vez tuve suerte, no creo que la vuelva a tener si surgiera el caso.
Por otra parte siento que estoy cambiando. La situación en la que me enfadé con Ruth se repite, quizás es porque alguien me pasa la lanza, o incluso porque se acerca mucho a mi cama. Es estúpido, pero me estoy fijando en algo interesante. Estos cabreos injustificados no suceden porque sí, solo ocurre cuando alguien toca algo que es mio, pasa bastante cerca.....etc. Por ahora no le doy mucha importancia, a los minutos esta ira se desvanece igual de veloz que surge.
Sólo espero que no aumenten estos sucesos extraños. En el día actual no hago ejercicio, pues al aumentar el ritmo, tengo alguna que otra agujeta. Cuando ocurre, me pilla al lado de Ruth. Varsai nos silba para que la sigamos, leo lo que dice y miro al cielo. Es diferente, hay una solitaria estrella.
-Esto es nuevo...-.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
09/09/15, 09:04 pm
Rasqa se quedó con una de las lágrimas de piedra y la guardó debajo de su cama como señal de respeto. Conocer a aquella criatura había sido una revelación en varios sentidos: les había dado el nombre de uno de los dioses, Hurza; llevaba tiempo sobreviviendo en la ciudad, la conocía y no les había hablado como si se hubiera comido un libro de enigmas; era una novedad muy interesante y el parqio deseaba visitarla en el futuro.
Pasaron los días y las mudas de piel dejaban de ser abundantes y cansinas, Rasqa estaba acabando de dar el estirón y, aunque todavía le quedaba por crecer, lo haría de forma más espaciada en el tiempo. El dragón medía algo más de metro y medio de altura y su piel se había uniformizado, quedando de un morado sucio con motas marrón claro.
El parqio había continuado con sus entrenamientos aéreos, volar era revitalizante para él. Le daba energía y, de alguna manera extraña, sentido a toda la monotonía que comenzaba a instaurarse. En sus últimos volteos, Rasqa se atrevía a ir más allá de las vueltas aburridas al torreón. No lo perdía nunca de vista, pero no era raro que se distanciara lo suficiente como para volver con alguna pequeña criatura en la boca. Rasqa dejaba los cadáveres de sus presas en la cocina, para que cualquiera los pudiera probar; salvo por el de una rata de doble cola, que le sentó tan mal al estómago que se pasó una noche entera vomitando y fue a parar directamente a las letrinas.
La noche que salió la emisaria, el dragoncillo reposaba en las al menas mientras se lamía su pata delantera izquierda, en la cual tenía una quemadura provocada por el murciélago que había cazado el día anterior. El cielo no había dado muestras de cambiar durante meses, por lo que aquella noche en concreto, Rasqa no sintió la necesidad de alzar la vista hasta que no vio el barullo que se formaba en el patio y descendió a curiosear.
Habían estado solos hasta ahora. Hacía tanto tiempo que no veía estrellas, que el brillo de aquel diminuto punto en el firmamento le pareció hermoso.
—Nos están vigilando... —susurró, conteniendo la sorpresa.
El parqio se preguntaba por qué ahora. ¿Sabrían los dioses que la Luna Roja se acercaba para otorgarles el poder que se merecían? <<Se han querido saltar lo más aburrido...>> fue lo único que se le ocurrió para no ver una sola estrella hasta ahora. Y no le sorprendería que los Ancianos y sus hijos quisieran saltarse la parte más monótona, pues era lo que él habría hecho de ser un dios.
Pasaron los días y las mudas de piel dejaban de ser abundantes y cansinas, Rasqa estaba acabando de dar el estirón y, aunque todavía le quedaba por crecer, lo haría de forma más espaciada en el tiempo. El dragón medía algo más de metro y medio de altura y su piel se había uniformizado, quedando de un morado sucio con motas marrón claro.
El parqio había continuado con sus entrenamientos aéreos, volar era revitalizante para él. Le daba energía y, de alguna manera extraña, sentido a toda la monotonía que comenzaba a instaurarse. En sus últimos volteos, Rasqa se atrevía a ir más allá de las vueltas aburridas al torreón. No lo perdía nunca de vista, pero no era raro que se distanciara lo suficiente como para volver con alguna pequeña criatura en la boca. Rasqa dejaba los cadáveres de sus presas en la cocina, para que cualquiera los pudiera probar; salvo por el de una rata de doble cola, que le sentó tan mal al estómago que se pasó una noche entera vomitando y fue a parar directamente a las letrinas.
La noche que salió la emisaria, el dragoncillo reposaba en las al menas mientras se lamía su pata delantera izquierda, en la cual tenía una quemadura provocada por el murciélago que había cazado el día anterior. El cielo no había dado muestras de cambiar durante meses, por lo que aquella noche en concreto, Rasqa no sintió la necesidad de alzar la vista hasta que no vio el barullo que se formaba en el patio y descendió a curiosear.
Habían estado solos hasta ahora. Hacía tanto tiempo que no veía estrellas, que el brillo de aquel diminuto punto en el firmamento le pareció hermoso.
—Nos están vigilando... —susurró, conteniendo la sorpresa.
El parqio se preguntaba por qué ahora. ¿Sabrían los dioses que la Luna Roja se acercaba para otorgarles el poder que se merecían? <<Se han querido saltar lo más aburrido...>> fue lo único que se le ocurrió para no ver una sola estrella hasta ahora. Y no le sorprendería que los Ancianos y sus hijos quisieran saltarse la parte más monótona, pues era lo que él habría hecho de ser un dios.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
09/09/15, 10:33 pm
La rutina de Irianna no se alteró en los días siguientes. En el momento en el que Varsai silbó para llamar su atención, la idrina se encontraba fregando los platos de la cena y, ante la promesa de alguna clase de novedad a juzgar por los comentarios que le llegaron de los compañeros que ya se congregaban en el patio, le dieron ganas de colgar el trapo y salir antes de terminar. Se contuvo, no obstante, y se limitó a apurar un poco la limpieza de los últimos vasos, que a fin de cuentas tan solo habían contenido agua, para poder reunirse con el resto y enterarse qué le había llamado tanto la atención a la balera.
—¿Qué estáis mir…? ¡Oh! —la lacustre se interrumpió a sí misma al seguir la dirección de las miradas del resto, orientadas hacia el firmamento nocturno. Dio unos pasos hacia el pozo, con la intención de lavarse las manos, pero si bajar la vista de aquel cuerpo celeste que brillaba solitario en un cielo completamente apagado hasta aquella noche—. Brilla mucho… ¿Por qué no podríamos verla hasta ahora? —preguntó mientras se lavaba las manos de forma distraída.
Irianna se secó las manos con el trapo de cocina que se había colgado de uno de los bolsillos de la vieja chaqueta gris proveniente de uno de los baúles de su habitación y se reunió con los demás, colocándose al lado de la varmana mientras reflexionaba sobre qué podía significar.
—Al igual que la Luna Roja, tal vez el resto de astros solo sean visibles en días concretos del año —aventuró—. No le encuentro la lógica, pero hay demasiadas cosas aquí que no la tienen. ¿O será una luz artificial? No lo parece, pero… —dejó la frase en el aire antes de cambiar de tren de pensamiento—. A lo mejor dice algo al respecto en el libro que Sekkeh Reikayame sacó de la biblioteca. Quería leerlo, pero he estado ocupada descifrando el libro de magia y tan solo le pude echar un vistazo.
—¿Qué estáis mir…? ¡Oh! —la lacustre se interrumpió a sí misma al seguir la dirección de las miradas del resto, orientadas hacia el firmamento nocturno. Dio unos pasos hacia el pozo, con la intención de lavarse las manos, pero si bajar la vista de aquel cuerpo celeste que brillaba solitario en un cielo completamente apagado hasta aquella noche—. Brilla mucho… ¿Por qué no podríamos verla hasta ahora? —preguntó mientras se lavaba las manos de forma distraída.
Irianna se secó las manos con el trapo de cocina que se había colgado de uno de los bolsillos de la vieja chaqueta gris proveniente de uno de los baúles de su habitación y se reunió con los demás, colocándose al lado de la varmana mientras reflexionaba sobre qué podía significar.
—Al igual que la Luna Roja, tal vez el resto de astros solo sean visibles en días concretos del año —aventuró—. No le encuentro la lógica, pero hay demasiadas cosas aquí que no la tienen. ¿O será una luz artificial? No lo parece, pero… —dejó la frase en el aire antes de cambiar de tren de pensamiento—. A lo mejor dice algo al respecto en el libro que Sekkeh Reikayame sacó de la biblioteca. Quería leerlo, pero he estado ocupada descifrando el libro de magia y tan solo le pude echar un vistazo.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
10/09/15, 12:45 am
La excursión al cementerio dejó una impresión indeleble en el intara, y las numerosas cuestiones que le surgieron a raíz del encuentro con dama Poda le atormentaron a todas horas en las semanas siguientes. El ulterano se negaba a dejarse dominar por el pánico, pero en el fondo le asustaba la gran incógnita que les deparaba el futuro, y la tensión que sentía por ese motivo agravaba su insomnio hasta extremos insanos. Le sobrevinieron mareos en más de una ocasión durante aquel largo mes, y unas extrañas taquicardias que el rubio achacó a la falta de sueño se empezaron a hacer frecuentes en su día a día.
Sekk trató aún así de mantener su rutina, y continuó relacionándose con sus compañeros como hasta el momento. Siguió instruyendo a Irianna y Varsai en combate cuerpo a cuerpo, cuidando el huerto y midiéndose en combate con Kimbra y cultivando amistades con sus compañeros. Con Roaxen, que había salido de su aislamiento contra todo pronóstico, no intercambio más que unas pocas palabras, pero no dejó de tener un ojo siempre puesto en él por precaución. Confiaba en su compatriota y estaba casi seguro de que era lo bastante inteligente para evitar problemas, pero una parte de si se resistía a bajar la guardia frente al xolnita.
Algunas noches el muchacho lograba dormir del tirón, pero en esas ocasiones las pesadillas le acosaban y siempre se despertaba con el corazón en un puño. No solía recordar aquellos sueños. En una ocasión, sin embargo, el intara despertó con la destrucción que había causado en su hogar grabada a fuego en la memoria, y aquella extraña pesadilla le perturbó sobremanera. Salió de la habitación con paso indeciso y gesto ausente para despejarse, encontrándose al cabo de un rato con Irianna en la planta baja. Al parecer ella también había tenido una pesadilla, y cuando pusieron en común lo extraño de sus sueños llegaron a la conclusión de que aquello no había sido algo normal. La idrina le hizo notar el punto en común que tenían ambos sueños y planteó la posibilidad de que fuera una jugarreta de su subconsciente en respuesta a la realidad que les había revelado dama Poda, pero el intara no estaba muy convencido.
También tuvo tiempo para estudiar y repasar una y otra vez el libro de poemas que había sacado de la biblioteca tiempo atrás. La conversación que habían mantenido con la anciana en el cementerio le había dado una nueva magnitud al texto, y el intara había dejado de considerarlo una simple recopilación de prosa con la que pasar el rato. Había mucha información escondida en aquellos versos, y a medida que desenterraba fragmentos, ayudándose del libro de historia para rellenar lagunas, la incertidumbre del ulterano iba en aumento. No era capaz de compartir aquello con sus compañeros, a pesar de todo, y aunque tuvo muchas oportunidades no llegó a sacar el tema.
Pasaba muchas noches en la azotea, observando el cielo nocturno como si buscara algo, y a veces se le podía ver acuclillado en el patio, murmurando cosas para sí mismo mientras hacía cálculos sobre el polvo que se apresuraba a borrar cuando alguien se acercaba. Parecía estar esperando algo, y ese momento llegó unos días después del encuentro que habían tenido sus compañeros con aquella extraña gárgola.
Sekk estaba en el salón, recostado en un sillón con los ojos cerrados. Trataba de conciliar el sueño sin demasiado éxito, pero cuando le llegaron las exclamaciones de sus compañeros desde el patio renunció a la idea y se pusó en pie con esfuerzo. Su mirada era sombría cuando alzó la vista hacia aquel punto luminoso que rompía la monótona negrura del cielo.
—”La aparición de la Emisaria es la primera señal de su llegada… “ —recitó con voz profunda un fragmento de su libro, apoyándose en el marco de la puerta sin apartar la mirada de la estrella. Quería hacerlo, pero era incapaz—. No queda mucho tiempo para que la Luna Roja brille sobre la ciudad, y a medida que se vaya acercando al planeta el cielo se llenará de estrellas —informó a los demás con seriedad. Sus ojeras daban aún más gravedad a su expresión.
Sekk trató aún así de mantener su rutina, y continuó relacionándose con sus compañeros como hasta el momento. Siguió instruyendo a Irianna y Varsai en combate cuerpo a cuerpo, cuidando el huerto y midiéndose en combate con Kimbra y cultivando amistades con sus compañeros. Con Roaxen, que había salido de su aislamiento contra todo pronóstico, no intercambio más que unas pocas palabras, pero no dejó de tener un ojo siempre puesto en él por precaución. Confiaba en su compatriota y estaba casi seguro de que era lo bastante inteligente para evitar problemas, pero una parte de si se resistía a bajar la guardia frente al xolnita.
Algunas noches el muchacho lograba dormir del tirón, pero en esas ocasiones las pesadillas le acosaban y siempre se despertaba con el corazón en un puño. No solía recordar aquellos sueños. En una ocasión, sin embargo, el intara despertó con la destrucción que había causado en su hogar grabada a fuego en la memoria, y aquella extraña pesadilla le perturbó sobremanera. Salió de la habitación con paso indeciso y gesto ausente para despejarse, encontrándose al cabo de un rato con Irianna en la planta baja. Al parecer ella también había tenido una pesadilla, y cuando pusieron en común lo extraño de sus sueños llegaron a la conclusión de que aquello no había sido algo normal. La idrina le hizo notar el punto en común que tenían ambos sueños y planteó la posibilidad de que fuera una jugarreta de su subconsciente en respuesta a la realidad que les había revelado dama Poda, pero el intara no estaba muy convencido.
También tuvo tiempo para estudiar y repasar una y otra vez el libro de poemas que había sacado de la biblioteca tiempo atrás. La conversación que habían mantenido con la anciana en el cementerio le había dado una nueva magnitud al texto, y el intara había dejado de considerarlo una simple recopilación de prosa con la que pasar el rato. Había mucha información escondida en aquellos versos, y a medida que desenterraba fragmentos, ayudándose del libro de historia para rellenar lagunas, la incertidumbre del ulterano iba en aumento. No era capaz de compartir aquello con sus compañeros, a pesar de todo, y aunque tuvo muchas oportunidades no llegó a sacar el tema.
Pasaba muchas noches en la azotea, observando el cielo nocturno como si buscara algo, y a veces se le podía ver acuclillado en el patio, murmurando cosas para sí mismo mientras hacía cálculos sobre el polvo que se apresuraba a borrar cuando alguien se acercaba. Parecía estar esperando algo, y ese momento llegó unos días después del encuentro que habían tenido sus compañeros con aquella extraña gárgola.
Sekk estaba en el salón, recostado en un sillón con los ojos cerrados. Trataba de conciliar el sueño sin demasiado éxito, pero cuando le llegaron las exclamaciones de sus compañeros desde el patio renunció a la idea y se pusó en pie con esfuerzo. Su mirada era sombría cuando alzó la vista hacia aquel punto luminoso que rompía la monótona negrura del cielo.
—”La aparición de la Emisaria es la primera señal de su llegada… “ —recitó con voz profunda un fragmento de su libro, apoyándose en el marco de la puerta sin apartar la mirada de la estrella. Quería hacerlo, pero era incapaz—. No queda mucho tiempo para que la Luna Roja brille sobre la ciudad, y a medida que se vaya acercando al planeta el cielo se llenará de estrellas —informó a los demás con seriedad. Sus ojeras daban aún más gravedad a su expresión.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
11/09/15, 03:47 pm
Varsai pensaba que la estrella era bonita pero que se veía muy solitaria ahí arriba. Cuando la idrina habló la varmana reflexionó sobre sus palabras, se preguntó si realmente eso sería posible, que un astro sólo se viese en determinados días del año.
Las palabras del ulterano la sacaron de sus pensamientos. La estrella tenía un nombre, aunque la niña no entendía bien de qué podía ser emisaria, ¿de la luna? ¿Acaso una estrella precedía la aparición del resto?
"¿Entonces habrá más estrellas en el cielo cuanto más cerca esté la luna?"
Pensó que sería un buen dibujo si podía pintarlas. Miró a Sekk fijamente y luego volvió a escribir.
"¿Estás bien? No tienes muy buena cara." tenía cara de preocupación.
Las palabras del ulterano la sacaron de sus pensamientos. La estrella tenía un nombre, aunque la niña no entendía bien de qué podía ser emisaria, ¿de la luna? ¿Acaso una estrella precedía la aparición del resto?
"¿Entonces habrá más estrellas en el cielo cuanto más cerca esté la luna?"
Pensó que sería un buen dibujo si podía pintarlas. Miró a Sekk fijamente y luego volvió a escribir.
"¿Estás bien? No tienes muy buena cara." tenía cara de preocupación.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
11/09/15, 05:17 pm
Aún cogida por la sorpresa disfruto viendo como va reaccionando el resto ante la nueva estrella,en esta ciudad las cosas son difíciles de explicar, así que el hecho de que sea un único punto de luz tililando en la noche no se queda atrás.>>¿Por qué ahora? ¿Qué ha cambiado?<<
Rasqa en cambio muestra su inquietud, le contesto al parquio en el cual se va viendo como cambia de unos días para otros, sus escamas empiezan a tornarse en un morado, no ha cambiado de color por completo pero va cubriendo esa gama poco a poco.
-Por dios no digas esas cosas- le digo levantando la cabeza de nuevo, sin poder dejar de mirar el astro que a medida que lo contemplo más empieza a gustarme. >>Fascinante ¿Una luz en la oscuridad?, no lo creo, pero sería bonito pensar que trajese cosas buenas<<.
Irianna comienza a teorizar el tema y yo por mi parte prefiero no calentarme la cabeza, no porque se algo malo o poco interesante sobre lo que la Idrina habla, sino porque que mirar las estrellas brillar en la noche es uno de mis mayores pasiones, aún recuerdo en el instituto cuando no profundizábamos mucho en temas de astronomía, era decepcionante tener que volver a casa sin haber entrado mucho en ello, así que prefiero no saber qué es ni por qué viene.
Pero Sekk ajeno a mis pensamiento recita en voz alta alguna que otra frase de su libro, y es ahí cuando se me vuelve a estropear las ilusiones. >>Nada, que aquí no puede crecer un árbol sin indicar alguna catástrofe.<<
-Entonces esta es la primera pero no la última -comienzo a decir con voz apagada y derramando toda la ilusión que tenía al suelo mientras miro a Varsai, sin intentar disimular la decepción continúo cruzándome de brazos. -si esa estrella augura que la Luna Roja se acerca ya no me parece tan bonita como antes, que irónico que un espectáculo de luces tan chulo como el que se supone que vendrá anuncie algo tan horrible.
Rasqa en cambio muestra su inquietud, le contesto al parquio en el cual se va viendo como cambia de unos días para otros, sus escamas empiezan a tornarse en un morado, no ha cambiado de color por completo pero va cubriendo esa gama poco a poco.
-Por dios no digas esas cosas- le digo levantando la cabeza de nuevo, sin poder dejar de mirar el astro que a medida que lo contemplo más empieza a gustarme. >>Fascinante ¿Una luz en la oscuridad?, no lo creo, pero sería bonito pensar que trajese cosas buenas<<.
Irianna comienza a teorizar el tema y yo por mi parte prefiero no calentarme la cabeza, no porque se algo malo o poco interesante sobre lo que la Idrina habla, sino porque que mirar las estrellas brillar en la noche es uno de mis mayores pasiones, aún recuerdo en el instituto cuando no profundizábamos mucho en temas de astronomía, era decepcionante tener que volver a casa sin haber entrado mucho en ello, así que prefiero no saber qué es ni por qué viene.
Pero Sekk ajeno a mis pensamiento recita en voz alta alguna que otra frase de su libro, y es ahí cuando se me vuelve a estropear las ilusiones. >>Nada, que aquí no puede crecer un árbol sin indicar alguna catástrofe.<<
-Entonces esta es la primera pero no la última -comienzo a decir con voz apagada y derramando toda la ilusión que tenía al suelo mientras miro a Varsai, sin intentar disimular la decepción continúo cruzándome de brazos. -si esa estrella augura que la Luna Roja se acerca ya no me parece tan bonita como antes, que irónico que un espectáculo de luces tan chulo como el que se supone que vendrá anuncie algo tan horrible.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
11/09/15, 05:53 pm
Estoy bastante pasmado, no hay ninguna estrella en todos estos meses y ahora aparece una, no dejo de mirarla. Escucho la teoría de Irianna y puede ser cierta, en este mundo ilógico tiene su coherencia. Es entonces cuando llega Sekk con su mala noticia. La estrella es la Emisaria y esta ahí para avisarnos de la llegada de la Luna. ¡Maldita sea! ¿¡Es que no existe nada bueno en este puñetero lugar!? ¡Casi todo lo que hay aquí está destinado a matarnos o amargarnos la vida! ¿Cómo pude aceptar para ir a semejante mierda?
Suspiro enfadado, pensé que teníamos más tiempo aunque está claro que me equivoqué. Supongo que es algo inevitable, la Luna llegará y con ella las transformaciones. En Rocavarancolia no hay posibilidad de ganar, si no mueres trágicamente te vuelves un monstruo. De todas maneras no podemos rendirnos, puede que exista una solución y si esta existiera no me perdonaría no haberla encontrado.
-Maldita sea, debe haber un modo de evitarlo. Por favor Sekk busca en tu libro, tiene que existir alguna manera de no transformarse. ¡Quizá exista un hechizo!- Hay que intentarlo, no podemos cruzarnos de brazos mientras ese astro infernal se nos acerca. En este momento odio más que nunca a la ciudad, pero sobre todo odio al malnacido que me trajo aquí. Si lo tuviera delante no sé lo que le haría.
Aún así algo me dice que será difícil salvarnos de lo que se nos viene encima.
Suspiro enfadado, pensé que teníamos más tiempo aunque está claro que me equivoqué. Supongo que es algo inevitable, la Luna llegará y con ella las transformaciones. En Rocavarancolia no hay posibilidad de ganar, si no mueres trágicamente te vuelves un monstruo. De todas maneras no podemos rendirnos, puede que exista una solución y si esta existiera no me perdonaría no haberla encontrado.
-Maldita sea, debe haber un modo de evitarlo. Por favor Sekk busca en tu libro, tiene que existir alguna manera de no transformarse. ¡Quizá exista un hechizo!- Hay que intentarlo, no podemos cruzarnos de brazos mientras ese astro infernal se nos acerca. En este momento odio más que nunca a la ciudad, pero sobre todo odio al malnacido que me trajo aquí. Si lo tuviera delante no sé lo que le haría.
Aún así algo me dice que será difícil salvarnos de lo que se nos viene encima.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo V)
11/09/15, 08:31 pm
Rasqa se encogió de hombros cuano Ruth le reprendió. Podía no repetirlo, pero no dejar de pensarlo. El parqio se había mantenido exceptico a todas las historias de su religión hasta que había llegado a la ciudad y había visto la magia. Estaban en la tierra muerta de unos dioses muertos y les habían traído para heredarla. Cada vez tenía más claro que la Luna les iba a bendecir con algo increíble y lo que les acababa de explicar Sekkeh solo se lo reafirmaba.
Los dioses al otro lado del cielo les habían dado la espalda y ahora que empezaba la cuenta atrás para la Luna, comenzaban a interesarse de nuevo por quienes iban aquel páramo lleno de bestias.
—¿De verdad lo queréis evitar? —Rasqa no les entendía, su concepción de monstruos no llevaba trazas de cosas tan horribles como las de los bípedos.
Los dioses al otro lado del cielo les habían dado la espalda y ahora que empezaba la cuenta atrás para la Luna, comenzaban a interesarse de nuevo por quienes iban aquel páramo lleno de bestias.
—¿De verdad lo queréis evitar? —Rasqa no les entendía, su concepción de monstruos no llevaba trazas de cosas tan horribles como las de los bípedos.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
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