Primer sueño de Stefan

Una luz brillante me cegó, entrecerré los ojos y me hice sombra con la mano para poder ver a mi alrededor. Me encontraba en un bosque, <<¿Cuándo he llegado aquí?, ¿dónde estoy?,- miré alrededor- ¿un bosque?, ¿hay un lugar como este en Rocavarancolia?, no lo recuerdo de los mapas, y más importante, ¿cómo he llegado aquí?>>, pero por más que me esforzara en recordar no encontraba esos recuerdos.

Pronto me acostumbré a la luz y pude ver con mas claridad mi alrededor dándome cuenta de que aquel lugar no era un bosque común, era de cristal, miles de cristales me rodeaban formando un intrincado diseño, la luz pasaba a través de aquellos cristales de colores dotando a la escena de una belleza sobrecogedora, al final sí que había maravillas en aquella ciudad, pues era imposible que aquel lugar se encontrara fuera de un lugar con magia. Se oían tintineos en la distancia, como si el viento estuviese pasando a través de las hojas de los arboles haciendo que se golpearan para producir aquel bello compás.

Me acerqué a uno de los arboles y lo toqué con la palma de la mano notando su suave tacto bajo mi piel, me maravillé de aquel escenario un tiempo más y cuando me di la vuelta vi un reguero de baldosas amarillas que se perdía en la distancia.

<<¿Adonde llevara ese camino?, quizás si lo sigo me encuentre con el resto, o dé con la salida. Bueno, no lo sabré si no lo sigo>>.

Y comencé a andar por aquel camino de cristales amarillos mirando a mi alrededor y empapándome de toda la belleza del lugar, si los demás no estaban allí al menos tendría algo que contarles cuando saliese.

Llevaba ya un buen rato andando por aquel camino sin saber hasta donde me llevaría, iba viendo el bosque a mi alrededor y no pude evitar fijarme que cada vez había mas vegetación a mi alrededor. <<Quizás me este acercando al epicentro de este curioso lugar y por eso es tan denso el bosque ahora>>.

Observe algunos animales entre la vegetación, vi incluso un alce por allí rondando, la cornamenta también hecha de cristal era impresionante, y hubo otros animales pero todos me ignoraron.

Un tiempo después de andar sobre aquellas baldosas amarillas sentí un fuerte pinchazo en el brazo derecho, al mirar descubrí una especie de mosquito del tamaño de mi puño, me sorprendí enormemente, era enorme. Mire el lugar del pinchazo y vi un buen hueco por el que aun salia algo de sangre, decidí ser pragmático y me arranque un trozo de ropa para atarlo alrededor del antebrazo y parar la sangre.

Al levantar la mirada el mosquito seguía por allí, se veía la sangre en su interior y el mosquito volaba pesadamente, un mosquito de cristal no debería comer. En pos de saber que podría hacer con mi sangre decidí seguirlo, estaba completamente seguro de poder encontrar el camino si nos desviábamos mucho.

Seria un descubrimiento tremendo que un mosquito de ese tamaño y ademas de cristal se alimentara y de sangre, como tampoco sabia si aquel tipo de mosquito vivía en manada decidí seguirlo con precaución y al mínimo indicio de peligro echaría a correr.

Seguí al mosquito entre los arboles, el cual se alejaba cada vez mas del sendero, por suerte sabia el camino, y en caso de no saberlo no tenia mas que seguir el camino de hierba rota que dejaba atrás.

Según me iba adentrando en aquel lugar los tintineos se fueron apagando, cosa que tenia mas bien poco sentido o nada, si los tintineos no venían de la espesura no tenia ni idea de donde podrían provenir.

Al cabo de un rato andando ya por el bosque de cristal divise como el mosquito caía al suelo y se rompía en pedazos, me acerque rápidamente para ver sorprendido como mi sangre se filtraba por el suelo y las plantas la absorbían quedando de un color rosado.

<<¿Acaso los mosquitos tienen una especie de simbiosis con los arboles y plantas de este lugar?, no , no puede ser una simbiosis, en caso de serlo el mosquito no se destrozaría cuando entregase la sangre, y sin embargo esta claro que los arboles se alimentan de sangre.... pero, no entiendo por que los mosquitos se sacrificarían para alimentarlos si no ganan nada, eso en caso de que sea por eso, que puede que esto haya sido una casualidad simplemente....>>.

Un zumbido interrumpió mis pensamientos, como cristal al zumbar, levante la mirada y vi a lo mínimo una decena de mosquitos como el otro. Las intenciones se les veían a la legua, y no pensaba ser presa fácil, que una decena de picotazos de aquello podía dejarme bastante fastidiado, por no hablar de la perdida de sangre que seria una cantidad mas que considerable. Pero por encima de todo no iba a convertirme en alimento para unos arboles de cristal.

Eche a correr por donde había venido a sabiendas de que el camino aun estaba lejos, pero quizás pudiera despistarlos. Maldita fuera la hora en la que no traje armas a este lugar, pero aunque no hubiese traído mi espada y escudo aun me quedaba mi magia.
Me aplique un hechizo de barrera, no sabia cuan bien podría llegar a funcionar, y trace los signos mágicos para hacer que uno de los mosquitos se comprimiese y destrozarlo en pedazos, tendría que mirar si funcionaba.

Cuando el hechizo de constricción dio en el blanco gire la cabeza para ver los resultados, veo como el mosquito de cristal estalla. <<Bien son frágiles, no se de que me sorprendo tampoco, al fin y al cabo son de cristal, pero joder como pican>>. Ya se me había echado todo el enjambre encima, en ningún momento deje de correr hasta llegar al camino.

Cuando llegue me senté en el suelo para recuperar aliento y me examine los brazos, las picaduras no eran excesivamente profundas sin embargo eran muchas y tenia los brazos ardiendo. Vi con satisfacción como los mosquitos caían y se partían liberando mi sangre al suelo, también observe ya no con tanto placer como la vegetación alrededor se volvía roja.

Un maullido que no me dejo indiferente llego desde mi derecha, conocía aquella forma de maullar, la conocía demasiado bien. <<No es posible, el no puede estar aquí >>. Me pongo en pie y armándome de valor miro hacia el lugar de donde provienen los maullidos. Lo que veo me deja descolocado por completo, los sonidos vienen de un ejemplar de león bellamente tallado en cristal al que no tardo en reconocer como mi gato.

-Sombra...- Echo a correr hacia el animal del que tan solo me separan unos diez metros y cuando llego a su lado me arrodillo y le abrazo.- ¿Que te han hecho?, ¿como han podido?.- Las lágrimas ruedan por mis mejillas, <<Si ha pasado lo mismo que con los mosquitos me atacara, lo se. Y lo peor es que no puedo hacer nada por el, lo único que puedo hacer es acabar con su sufrimiento, si, quizás sea lo mejor>>. Volví a conjurar otra constricción esta vez dirigida contra la cabeza del león mientras las lágrimas no dejaban de salir de mis ojos e iban a estrellarse contra el suelo.

Cuando el hechizo salio me encogí sobre mi mismo para protegerme de los cristales que fueran a caer, y estando ya en el suelo mis pensamientos se desbocaron.

<<Sea quien sea el que haya hecho esto me las va a pagar, ha usado a mi gato, mi único amigo de verdad para crear una aberración, es imperdonable, cuando lo encuentre lo matare con mis propias manos>>. Las lágrimas que regaban ahora mis ojos eran de pura rabia.

-Lo siento..... lo siento,- dije entre el llanto con la cabeza apoyada sobre el suelo.

El sonido que emitió el león casi me deja sordo, levante la mirada solo para ver como la cabeza estalla en mil pedazos, pueden verse mas lagrimas en mis ojos, pero al fondo brilla un fuego que no se apagara hasta que obtenga venganza por lo que me han hecho. Mi furia duro breves instantes, pues en pocos segundos me hundí, se me tragaron aguas doradas que antes eran un camino arrastrándome hacia un destino incierto, pero que presumía estaba al final de la corriente.

Dentro del agua la corriente me zarandeaba como si de un muñeco me tratase, a los lados de las doradas aguas vi salir un montón de leones de cristal, sin embargo muchos eran deformes como si los hubieran hecho mal o con prisas, sus gruñidos lastimeros me estaban volviendo loco, no quería oír aquello, la desesperación se unió en un grito que salio de mi garganta en un momento que emergí a la superficie.

-Callaos,- me dio tiempo a gritar antes de volver a hundirme en el agua, el resto de la frase la pronuncie mentalmente, <<Por dios basta ya>>. Como si los arboles quisieran darme la razón y echarme una mano muchísimas lianas surgieron de la espesura y atraparon a las criaturas cristalinas ahogándolas.

<<No, yo no quería eso joder, quería que no maullaran como si sintieran lastima por mi, no que muriesen>>. Un poco mas abajo en el río vi como los arboles carmesíes abrían una especie de boca y también se ponían a gritar. <<Tengo que salir de aquí >>, pensé desesperado, <<pero si me meto por la espesura seguirán gritando>>. Mire a todas partes y una cosa me llamo la atención al final de la corriente, se veía algo verde.

Un recuerdo me asalto de cuando era pequeño. Mi madre diciéndome una cosa: "El verde es el color de la esperanza, siempre que veas verde es que hay vida, verde como tus ojos". Con eso en mente comencé a nadar hacia aquella mancha verde que cada vez veía mas cercana.

Al cabo de un rato desisto de nadar y dejo que la corriente me arrastre hacia mi destino. Al cabo de un rato puede verse claramente que la mota es una ciudad. Concretamente Rocavarancolia, <<Entonces yo tenia razón, estaba en este mundo, ¿pero por que razón esta todo tan verde en la ciudad? Bueno, ya lo veré cuando llegue, si tampoco tengo prisa>>.

El río acaba depositándome en un área de la ciudad que no reconozco, pero al alzar el rostro cual es mi sorpresa al verlo todo hecho de esmeraldas, me frote los ojos pues aquello no podía ser verdad. <<Una reconstrucción de la ciudad a escala hecha de esmeraldas. Esto debe de ser carisimo>>.

Había algo que me escamaba de aquel sitio, al principio no ubicaba el que, pero al final di con lo que era. Silencio. Un silencio sepulcral que reinaba sobre la ciudad salvo por... <<¿Que es ese repiqueteo?>>.

La curiosidad me pudo y me deje guiar por el oído, pero con cuidado por si me encontraba ante algo peligroso. Si al final no era nada miraría si el torreón estaba por allí, quizás mis compañeros estuvieran allí y pudieran explicarme que estaba pasando.