Torreón Maciel (Archivo II)
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HurzaComeojos
Soñador
Yber
Vlad
Giniroryu
Alicia
Shylver
Martalar
Caillech
Sevent
14 participantes
- Sevent
Ficha de cosechado
Nombre: Abel
Especie: Humano español
Habilidades: Intuición, imaginación y velocidadPersonajes :
Abel: humano español (1,90m)
Unidades mágicas : 5/5
Armas :
Abel: su arrolladora personalidad
Torreón Maciel (Archivo II)
05/11/11, 11:42 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Llegue al torreon seguido de Hannah que extrañamente parecia preocupada por mi, pero eso ya daba igual esto era ridiculo, estaba encerrado en una pesadilla de la que no podia despertar, asi que ¿Que mas daba si me mataban o no? Asi despertaria no? JAJAJAJAJAJJAJAJA
-Asi que este es el torreon......
Entre dentro de este, estaba en un estado bastante malo, no queria imaginarme que habia pasado ahi y menos lo que iba pasar, pero que mas daba total esto era ridiculo, no podia estar pasando...o si?
-HAANNAH! Lo hemos encontrado-dije
Llegue al torreon seguido de Hannah que extrañamente parecia preocupada por mi, pero eso ya daba igual esto era ridiculo, estaba encerrado en una pesadilla de la que no podia despertar, asi que ¿Que mas daba si me mataban o no? Asi despertaria no? JAJAJAJAJAJJAJAJA
-Asi que este es el torreon......
Entre dentro de este, estaba en un estado bastante malo, no queria imaginarme que habia pasado ahi y menos lo que iba pasar, pero que mas daba total esto era ridiculo, no podia estar pasando...o si?
-HAANNAH! Lo hemos encontrado-dije
Ven conmigo,Ven conmigo por la ciudad,ven conmigo, desatemos un vendaval, esta noche, no me importa lo que dirán
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
19/12/11, 08:44 pm
Vlad se despertó, mientras sus ojos eran atacados por la luz del sol que entraba por la ventana, agrediendo a su persona y destruyendo su sueño. Maldición, pensó al instante. Me he dormido.
No recordaba haber dormido de verdad en bastante tiempo, y la verdad es que su cuerpo lo agradecía. Las tensiones acumuladas de los días anteriores le habían hecho mella. Pero aquello no era explicación. Toda su maldita vida había vivido bajo presión, y precisamente por eso no dormía. En cierto modo, aun por los monstruos psicópatas que rondaban su hogar por la noche, se sentía más seguro que en casa. Los monstruos no eran nada nuevo. De hecho, sus padres encajaban a la perfección el aquella descripción. Supuso que el hecho de convivir con otra gente que padecía sus mismos males era un cierto alivio. Se enderezó y se frotó la cara con fuerza. Error. No podía confiar tampoco en ellos. No debía olvidarlo, o bajaría la guardia y acabaría con algo frío y afilado clavado en la espalda.
Se levantó raudo y se puso todas las armas encima con sus correspondientes cinturones de cuero. Salió despedido por la puerta. Tenía compromisos y cosas que hacer. Había quedado con Alicia para entrenar. Si cumplir con aquello conllevaba perder la clase de magia, que así fuera. Luego le pediría al señor Blanc que se la diera a él. Por la cara de ilusión extrema que tenía cuando Giz mostraba sus hechizos la noche anterior, seguramente hubiera memorizado y contabilizado cada una de las respiraciones que había tomado el muchacho-reptil.
Iba a llamar a la puerta de Alicia cuando un sonido le llamó la atención desde las escaleras. Eran los resoplidos característicos de quien hace ejercicio físico duramente.
Se asomó por el hueco de las escaleras y se encontró a un Toima desnudo dándolo todo en el entrenamiento.
-Señor Toima.-dijo con voz aterciopelada y agradable, aunque con un tono imperativo oculto, aunque irreprochable.- Me parece magnífico que se mantenga en forma y a punto en un mundo hostil como es el nuestro, pero le agradecería que lo hiciera vestido. Ya sabe, hay señoritas en el torreón y puede resultarles violento contemplar su desnudez, que por muy atlética que sea, sigue siendo desnudez. Ruégole vaya a vestirse para continuar su entrenamiento más tarde.
Tras decir esto, llamó a la puerta de Alicia con delicadeza. Sin abrir ni entrar, dijo:
-Señorita, espero que sepa disculpar mi terrible retraso, pero creo que es momento de dar comienzo el entrenamiento. Le espero en el patio, baje cuando esté lista.
Pasó cómo un rayo altivo por las escaleras y el piso de abajo. Justo cuando iba a atravesar el umbral que accedía al patio, se encontró con Mània aferrada a su libro de hechizos, y parecía temer salir al exterior. Se acercó a ella con cuidado de no alterarla.
-Señorita- le dijo en tono suave y cortés, pues sabía que resultaba inquietante para mucha gente, y no consideraba útil para aquella situación poner a la muchacha más nerviosa de lo que ya estaba.- Pretendo ayudar a la señorita Alicia a entrenar en combate. Cuando termine con su entrenamiento, me preguntaba si tendría a bien ayudarme con… ya sabe, la magia. Se lo agradecería enormemente. Perdone si le resulto brusco, pero llevo algo de prisa. Cuando acabe el entrenamiento vendré a saber su decisión al respecto. Si necesita cualquier cosa, no dude en acudir a mí. Ahora, con su permiso, señorita…
Y sin perder más tiempo, dio media vuelta y fue al patio, recuperando la compostura, aunque no la prisa. No varió su porte altivo ni su expresión decidida y fría, sin dejar de andar a grandes zancadas al lugar dónde suponía que debía darle clase a Alicia.
Mientras ella bajaba, observó las prácticas mágicas de los demás y escuchó a Giz hablar con atención. Era curioso que algunos estuvieran intentando practicar sin libro de referencia ni maestro [INDIRECTA, INDIRECTA…ejem, ejem…]. Supuso que, con lo que ya sabía, de la noche anterior y lo que consiguiese fijar en aquellos instantes, le permitiría invertir el tiempo justo en el aprendizaje mágico que le impartiría la recién llegada Mània (si ella lo tenía a bien, evidentemente). Consideraba que el tiempo era oro en aquel mundo donde su vida peligraba a cada instante.
Cuando Alicia descendió al fin, se levantó de la vértebra en la que se había sentado y se le acercó.
-Señorita, presupongo que habrá practicado desde la última clase que le impartí.-comenzó a decir el conde, mientras tomaba dos varas que había en el patio desde los últimos entrenamientos.- Aunque tengo la sensación de que han relegado la práctica de combate a un segundo plano desde que descubrieron sus habilidades mágicas. Cosa comprensible, desde luego, pero espero que no dejen de practicar. Usaremos palos, cómo la última vez.
Practicaron durante una hora, aproximadamente. Aunque Vlad seguía manteniendo la hegemonía en el combate, Alicia mostraba cierta mejor con respecto a su último entrenamiento.
Después de lo que había visto hacer a Toima con Mark, estaba dispuesto a practicar hasta con Hannah, con tal de que aquel psicópata no pusiera un dedo encima a una dama. Eso le metería en un combate que no tenía la certeza de poder ganar, pero que no podría evitar. No tenía la más mínima gana de combatir con Toima, al menos no en ese momento. Tenía la extraña sensación de que, si lo hacía, Sezk se uniría al albino para darle la paliza de su vida. Y había recibido buenas palizas, de eso estaba seguro. Con lo cual, quizás de aquella no saliera. Su único consuelo es que caería cómo un caballero. Lo cual explica que estuviera desanimado, porque no era un consuelo muy allá, que digamos.
Pero, de cara a la galería, se mostraba seguro y frío cómo siempre. Encerrando sus cavilaciones bajo una máscara de hielo sin expresión. No podía permitir que ellos se enteraran de que sospechaba, o podían tomar la delantera. Aunque no tenía pruebas para demostrar que estaban compinchados, su paranoia le gritaba al oído que se guardara las espaldas y que se comprara un paraguas, porque iba a llover mierda.
Cuando el entrenamiento hubo finalizado, Vlad abandonó el patio sin esperar demasiado y fue en busca de Mània. Debía aprender algo de magia. Quizás aquello le ayudara en ese futuro tan negro que se mostraba ante él.
-¿Se ha decidido ya, señorita?
No recordaba haber dormido de verdad en bastante tiempo, y la verdad es que su cuerpo lo agradecía. Las tensiones acumuladas de los días anteriores le habían hecho mella. Pero aquello no era explicación. Toda su maldita vida había vivido bajo presión, y precisamente por eso no dormía. En cierto modo, aun por los monstruos psicópatas que rondaban su hogar por la noche, se sentía más seguro que en casa. Los monstruos no eran nada nuevo. De hecho, sus padres encajaban a la perfección el aquella descripción. Supuso que el hecho de convivir con otra gente que padecía sus mismos males era un cierto alivio. Se enderezó y se frotó la cara con fuerza. Error. No podía confiar tampoco en ellos. No debía olvidarlo, o bajaría la guardia y acabaría con algo frío y afilado clavado en la espalda.
Se levantó raudo y se puso todas las armas encima con sus correspondientes cinturones de cuero. Salió despedido por la puerta. Tenía compromisos y cosas que hacer. Había quedado con Alicia para entrenar. Si cumplir con aquello conllevaba perder la clase de magia, que así fuera. Luego le pediría al señor Blanc que se la diera a él. Por la cara de ilusión extrema que tenía cuando Giz mostraba sus hechizos la noche anterior, seguramente hubiera memorizado y contabilizado cada una de las respiraciones que había tomado el muchacho-reptil.
Iba a llamar a la puerta de Alicia cuando un sonido le llamó la atención desde las escaleras. Eran los resoplidos característicos de quien hace ejercicio físico duramente.
Se asomó por el hueco de las escaleras y se encontró a un Toima desnudo dándolo todo en el entrenamiento.
-Señor Toima.-dijo con voz aterciopelada y agradable, aunque con un tono imperativo oculto, aunque irreprochable.- Me parece magnífico que se mantenga en forma y a punto en un mundo hostil como es el nuestro, pero le agradecería que lo hiciera vestido. Ya sabe, hay señoritas en el torreón y puede resultarles violento contemplar su desnudez, que por muy atlética que sea, sigue siendo desnudez. Ruégole vaya a vestirse para continuar su entrenamiento más tarde.
Tras decir esto, llamó a la puerta de Alicia con delicadeza. Sin abrir ni entrar, dijo:
-Señorita, espero que sepa disculpar mi terrible retraso, pero creo que es momento de dar comienzo el entrenamiento. Le espero en el patio, baje cuando esté lista.
Pasó cómo un rayo altivo por las escaleras y el piso de abajo. Justo cuando iba a atravesar el umbral que accedía al patio, se encontró con Mània aferrada a su libro de hechizos, y parecía temer salir al exterior. Se acercó a ella con cuidado de no alterarla.
-Señorita- le dijo en tono suave y cortés, pues sabía que resultaba inquietante para mucha gente, y no consideraba útil para aquella situación poner a la muchacha más nerviosa de lo que ya estaba.- Pretendo ayudar a la señorita Alicia a entrenar en combate. Cuando termine con su entrenamiento, me preguntaba si tendría a bien ayudarme con… ya sabe, la magia. Se lo agradecería enormemente. Perdone si le resulto brusco, pero llevo algo de prisa. Cuando acabe el entrenamiento vendré a saber su decisión al respecto. Si necesita cualquier cosa, no dude en acudir a mí. Ahora, con su permiso, señorita…
Y sin perder más tiempo, dio media vuelta y fue al patio, recuperando la compostura, aunque no la prisa. No varió su porte altivo ni su expresión decidida y fría, sin dejar de andar a grandes zancadas al lugar dónde suponía que debía darle clase a Alicia.
Mientras ella bajaba, observó las prácticas mágicas de los demás y escuchó a Giz hablar con atención. Era curioso que algunos estuvieran intentando practicar sin libro de referencia ni maestro [INDIRECTA, INDIRECTA…ejem, ejem…]. Supuso que, con lo que ya sabía, de la noche anterior y lo que consiguiese fijar en aquellos instantes, le permitiría invertir el tiempo justo en el aprendizaje mágico que le impartiría la recién llegada Mània (si ella lo tenía a bien, evidentemente). Consideraba que el tiempo era oro en aquel mundo donde su vida peligraba a cada instante.
Cuando Alicia descendió al fin, se levantó de la vértebra en la que se había sentado y se le acercó.
-Señorita, presupongo que habrá practicado desde la última clase que le impartí.-comenzó a decir el conde, mientras tomaba dos varas que había en el patio desde los últimos entrenamientos.- Aunque tengo la sensación de que han relegado la práctica de combate a un segundo plano desde que descubrieron sus habilidades mágicas. Cosa comprensible, desde luego, pero espero que no dejen de practicar. Usaremos palos, cómo la última vez.
Practicaron durante una hora, aproximadamente. Aunque Vlad seguía manteniendo la hegemonía en el combate, Alicia mostraba cierta mejor con respecto a su último entrenamiento.
Después de lo que había visto hacer a Toima con Mark, estaba dispuesto a practicar hasta con Hannah, con tal de que aquel psicópata no pusiera un dedo encima a una dama. Eso le metería en un combate que no tenía la certeza de poder ganar, pero que no podría evitar. No tenía la más mínima gana de combatir con Toima, al menos no en ese momento. Tenía la extraña sensación de que, si lo hacía, Sezk se uniría al albino para darle la paliza de su vida. Y había recibido buenas palizas, de eso estaba seguro. Con lo cual, quizás de aquella no saliera. Su único consuelo es que caería cómo un caballero. Lo cual explica que estuviera desanimado, porque no era un consuelo muy allá, que digamos.
Pero, de cara a la galería, se mostraba seguro y frío cómo siempre. Encerrando sus cavilaciones bajo una máscara de hielo sin expresión. No podía permitir que ellos se enteraran de que sospechaba, o podían tomar la delantera. Aunque no tenía pruebas para demostrar que estaban compinchados, su paranoia le gritaba al oído que se guardara las espaldas y que se comprara un paraguas, porque iba a llover mierda.
Cuando el entrenamiento hubo finalizado, Vlad abandonó el patio sin esperar demasiado y fue en busca de Mània. Debía aprender algo de magia. Quizás aquello le ayudara en ese futuro tan negro que se mostraba ante él.
-¿Se ha decidido ya, señorita?
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
19/12/11, 10:07 pm
Mánia leia cabeza abajo en el sillón, sujetando el libro sobre su cabeza con manos temblorosas. Prácticamente se había leído todos los hechizos que venían, saltándose los que ya conocía del otro libro de magia y trataba de aprender alguno nuevo. Quería haber probado el de presión, pero lo único que se le ocurría para practicar aparte de algún bicho eran las frutas de las cestas... pero no podía dejar a la gente del torreón sin fruta así que decidió esperar a llegar a ''casa'' para probarlo. En su lugar, usó sobre sí misma uno de olor falso, valiéndose del recuerdo de su perfume preferido, un regalo de Madre. Lo usaba casi a diario, por lo tanto lo conocía muy bien, y así disimulaba un poco la peste a sangre coagulada que se le había pegado.
Así estaba, sentada al revés en el sillón cuando el presunto conde llegó a ella con una petición. Se sentó correctamente cuanto antes, cerrando el libro, dejando un dedo entre las páginas que había estado leyendo, y escuchó atentamente. Quería que le enseñase magia, quería que fuese su profesora... Mánia se hinchó de orgullo al ver que otra persona le pedía ayuda.
-Con mucho gusto le enseñaré- le respondió imitando el tono del conde más por diversión que por otra cosa, ya que jamás se le habría ocurrido hablar con un hombre de forma tan educada.
Cuando Vlad se fue, Mánia se tomó muy en serio su papel de profesora. Antes había visto al chico peliblanco pasar de largo, y eso le hizo recordar su plan. Saltó del sillón y buscó por los rincones de la planta baja, sobretodo por las zonas cercanas a la puerta. Encontró una araña de tamaño considerable y la atrapó, envolviéndola en la tela de sus mangas por si picaba. La puso en la mesa y tuvo que darle caza varias veces porque n había forma de que se mantuviese en la mesa. Al final la mantuvo suspendida en el aire con el hechizo de levitación y cuando la tuvo revolviéndose inútilmente frente a ella, usó el de paralización. La araña quedó inmovil al instante, con las patas crispadas como en un rictus grotesco. Le dio vueltas en el aire para admirar su obra y sonrió. Perfecto.
Cuando el conde volvió ya lo tenía todo preparado, le tendió varios talismanes cargados, quedándose algunos para ella (siempre llevaba muchos encima) y puso el libro de forma que él pudiese verlos.
-He marcado los hechizos más fáciles... al menos los que a mi me parecieron más fáciles. El hechizo de fuego es el que están haciendo todos, y se hace solo con signos- le señaló los diagramas de manos haciendo los gestos necesarios para crear fuego y los imitó con soltura- Yo solo puedo hacer llamas pequeñitas, pero a mi me valen. Si no te sale a la primera no pasa nada, con algunos hay que practicar mucho...- tenía muchas ideas en las que usar ese hechizo. A continuación le enseñó los hechizos térmicos, remarcando el de frío, el de curación y el de paralización que acababa de aprender. Los había elegido expresamente con una intención, pero dudaba si explicarle esa intención a su ''alumno''.
-Hmmm... Los chicos esos raros... el del pelo blanco y el lagarto sin cola...-dudaba si hacer la pregunta, pero quería asegurarse- ¿Están enfermos? Quiero decir, de la cabeza... No me gustan mucho, de hecho ayer tenía ganas de rebanar al lagarto pero Madre siempre decía que hay que ser comprensivos con los enfermos...- miró a Vlad ladeando la cabeza, aguardando la respuesta.
Así estaba, sentada al revés en el sillón cuando el presunto conde llegó a ella con una petición. Se sentó correctamente cuanto antes, cerrando el libro, dejando un dedo entre las páginas que había estado leyendo, y escuchó atentamente. Quería que le enseñase magia, quería que fuese su profesora... Mánia se hinchó de orgullo al ver que otra persona le pedía ayuda.
-Con mucho gusto le enseñaré- le respondió imitando el tono del conde más por diversión que por otra cosa, ya que jamás se le habría ocurrido hablar con un hombre de forma tan educada.
Cuando Vlad se fue, Mánia se tomó muy en serio su papel de profesora. Antes había visto al chico peliblanco pasar de largo, y eso le hizo recordar su plan. Saltó del sillón y buscó por los rincones de la planta baja, sobretodo por las zonas cercanas a la puerta. Encontró una araña de tamaño considerable y la atrapó, envolviéndola en la tela de sus mangas por si picaba. La puso en la mesa y tuvo que darle caza varias veces porque n había forma de que se mantuviese en la mesa. Al final la mantuvo suspendida en el aire con el hechizo de levitación y cuando la tuvo revolviéndose inútilmente frente a ella, usó el de paralización. La araña quedó inmovil al instante, con las patas crispadas como en un rictus grotesco. Le dio vueltas en el aire para admirar su obra y sonrió. Perfecto.
Cuando el conde volvió ya lo tenía todo preparado, le tendió varios talismanes cargados, quedándose algunos para ella (siempre llevaba muchos encima) y puso el libro de forma que él pudiese verlos.
-He marcado los hechizos más fáciles... al menos los que a mi me parecieron más fáciles. El hechizo de fuego es el que están haciendo todos, y se hace solo con signos- le señaló los diagramas de manos haciendo los gestos necesarios para crear fuego y los imitó con soltura- Yo solo puedo hacer llamas pequeñitas, pero a mi me valen. Si no te sale a la primera no pasa nada, con algunos hay que practicar mucho...- tenía muchas ideas en las que usar ese hechizo. A continuación le enseñó los hechizos térmicos, remarcando el de frío, el de curación y el de paralización que acababa de aprender. Los había elegido expresamente con una intención, pero dudaba si explicarle esa intención a su ''alumno''.
-Hmmm... Los chicos esos raros... el del pelo blanco y el lagarto sin cola...-dudaba si hacer la pregunta, pero quería asegurarse- ¿Están enfermos? Quiero decir, de la cabeza... No me gustan mucho, de hecho ayer tenía ganas de rebanar al lagarto pero Madre siempre decía que hay que ser comprensivos con los enfermos...- miró a Vlad ladeando la cabeza, aguardando la respuesta.
- Sevent
Ficha de cosechado
Nombre: Abel
Especie: Humano español
Habilidades: Intuición, imaginación y velocidad
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
19/12/11, 11:00 pm
Al poco de hacer la pregunta llegó Alphonse, que parecia tambien entusiasmado por la idea de hacer magia, empezó practicando un hechizo de invocación de llamas, al principió falló en la realización, pero luego consiguió realizarlo correctamente, creó una llama bastante decente, al menos mejor que las que hacia yo era
-Anda!te ha salido muy bien!Felicidades-dije yo sonriendo
Luego de eso llegó Noel, el cual segun decia no era capaz de hacer magia, y Cail parecía que tampoco, que raro....casi todos a los que había visto hacian magia, seguro que le faltaba practicar un poco más, además Noel era muy trabajador, seguro que si se esforzaba lo conseguiria
-No te preocupes Noel, seguro que si practicas un poco más lo conseguirás-dije yo alegremente
Luego de eso pense que lo mejor sería buscar a Mània para que nos enseñara tanto a Alphonse como a mi, y ya de paso ayudar a Noel a que hiciera magia.Di con ella en la planta baja hablando con Vlad, me sabía mal molestarles, pero creia que debíamos aprender algo más de magia antes de que nos fueramos, y la chica era muy buena profesora, no sería ningún problema aprenderlo en poco tiempo
-Hola....esto...siento interrumpiros, pero Mània, me preguntaba si podrias enseñarnos magia a mi y a Alphonse?y tambien a Noel , pero no sabemos si puede realizarla...-dije-si puedes, claro...
No quería agobiarla, seguro que ella querría hacer muchas cosas además de esto...asi que fuera cual fuera la respuesta daba igual, si deciia que no entrenaria por mi cuenta...
-Anda!te ha salido muy bien!Felicidades-dije yo sonriendo
Luego de eso llegó Noel, el cual segun decia no era capaz de hacer magia, y Cail parecía que tampoco, que raro....casi todos a los que había visto hacian magia, seguro que le faltaba practicar un poco más, además Noel era muy trabajador, seguro que si se esforzaba lo conseguiria
-No te preocupes Noel, seguro que si practicas un poco más lo conseguirás-dije yo alegremente
Luego de eso pense que lo mejor sería buscar a Mània para que nos enseñara tanto a Alphonse como a mi, y ya de paso ayudar a Noel a que hiciera magia.Di con ella en la planta baja hablando con Vlad, me sabía mal molestarles, pero creia que debíamos aprender algo más de magia antes de que nos fueramos, y la chica era muy buena profesora, no sería ningún problema aprenderlo en poco tiempo
-Hola....esto...siento interrumpiros, pero Mània, me preguntaba si podrias enseñarnos magia a mi y a Alphonse?y tambien a Noel , pero no sabemos si puede realizarla...-dije-si puedes, claro...
No quería agobiarla, seguro que ella querría hacer muchas cosas además de esto...asi que fuera cual fuera la respuesta daba igual, si deciia que no entrenaria por mi cuenta...
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
20/12/11, 12:03 am
El sol caía por la ventana y le daba en los párpados, pero Alicia se aferraba al sueño. No se despertó por la luz, ni cuando el bulto calentito que era Mánia se le escurrió de entre los brazos. Se balanceaba en la fina línea del sueño y la somnolencia y de vez en cuando percibía vagamente cosas como el tacto de las sábanas. Escuchó llamar a la puerta, y eso le importó muy poco, pero el tono plano de Vlad la espabiló más que un cubo de agua fría. Levantada como por un resorte, gateó hasta el borde de la cama y se vistió con algo cómodo. Se apartó el pelo de la cara. La gomilla. Se le había caído del pelo por la noche y su trenza estaba completamente deshecha. Rebuscó en el colchón hasta dar con ella a toda velocidad y se recogió sin mucho cuidado el pelo en una coleta. De repente se quedó completamente parada. Aquellas prisas era como volver a ir al instituto. Se rió suavemente en la soledad de la habitación, que estaba vacía. « Se han despertado todos... Dios mio, ¿cuanto he dormido?» Aunque Vlad no le iba a dar un parte de retraso, Alicia se dejó de chistes internos y bajó.
Vlad le esperaba efectivamente en el patio, preparado. Giz estaba practicando magia con unos cuantos. El conde estaba equivocado. No había tocado la magia tanto como el resto. No se le daba mal, y era consciente de que si de verdad tenía alguna clase de talento debería de estar desarrollandolo todo lo posible. Otra cosa que añadir a la lista.
- Buenos días, señor conde. Sigo sin tener ganas de usar armas con filo, aunque no dude que es usted muy cuidadoso.
Le hablaba siempre más formal que al resto. Le divertía hacerlo y, a la vez, sentía cierto respeto por él. Es difícil no sentir respeto por alguien capaz de manejar un arma. Y de matar con ella.
El entrenamiento fue tan intenso como la primera vez, pero se sentía frustrada. No era cuestión de concentración; ponía todos sus sentidos mientras peleaba. Si a aquello se le podía llamar pelear. Se sentía torpe e insegura. Se sentía débil, y aquello era lo que más le molestaba. Alicia solo estaba siendo demasiado exigente consigo misma, había mejorado ligeramente desde el principio, y no podía esperar más progreso que aquel en ese poco tiempo, pero no era consciente de esto. Ella solo veía lo que había, lo que tendría que haber para ser bueno, y el balance se le quedaba corto.
El entrenamiento tuvo un efecto contrario al que había tenido las otras veces. En vez de descargar tensiones, se puso de un humor negro.
Era curioso que una noche tan buena fuera precedida de una mañana tan mala.
«Nunca tendría que haber abandonado la cama». E inmediatamente se contestó: «No, ni la de Dinamarca tampoco. Mira donde estas y piensa un poco, porque parece que evitas el tema desde que llegaste.» Alicia sacudió la cabeza y se fue a preparar un baño.
Cuando regresó estaba un poco más despejada. «Dijiste que olvidarías todo» . Se acercó al grupo que practicaba magia.
-¿llego tarde para el entrenamiento? ¿o teneis otros planes? Por cierto, lo he pensado... cuando vayamos a volver a Letargo... podeis venir y acompañarnos hasta la biblioteca, así la encontraís seguro.
Vlad le esperaba efectivamente en el patio, preparado. Giz estaba practicando magia con unos cuantos. El conde estaba equivocado. No había tocado la magia tanto como el resto. No se le daba mal, y era consciente de que si de verdad tenía alguna clase de talento debería de estar desarrollandolo todo lo posible. Otra cosa que añadir a la lista.
- Buenos días, señor conde. Sigo sin tener ganas de usar armas con filo, aunque no dude que es usted muy cuidadoso.
Le hablaba siempre más formal que al resto. Le divertía hacerlo y, a la vez, sentía cierto respeto por él. Es difícil no sentir respeto por alguien capaz de manejar un arma. Y de matar con ella.
El entrenamiento fue tan intenso como la primera vez, pero se sentía frustrada. No era cuestión de concentración; ponía todos sus sentidos mientras peleaba. Si a aquello se le podía llamar pelear. Se sentía torpe e insegura. Se sentía débil, y aquello era lo que más le molestaba. Alicia solo estaba siendo demasiado exigente consigo misma, había mejorado ligeramente desde el principio, y no podía esperar más progreso que aquel en ese poco tiempo, pero no era consciente de esto. Ella solo veía lo que había, lo que tendría que haber para ser bueno, y el balance se le quedaba corto.
El entrenamiento tuvo un efecto contrario al que había tenido las otras veces. En vez de descargar tensiones, se puso de un humor negro.
Era curioso que una noche tan buena fuera precedida de una mañana tan mala.
«Nunca tendría que haber abandonado la cama». E inmediatamente se contestó: «No, ni la de Dinamarca tampoco. Mira donde estas y piensa un poco, porque parece que evitas el tema desde que llegaste.» Alicia sacudió la cabeza y se fue a preparar un baño.
Cuando regresó estaba un poco más despejada. «Dijiste que olvidarías todo» . Se acercó al grupo que practicaba magia.
-¿llego tarde para el entrenamiento? ¿o teneis otros planes? Por cierto, lo he pensado... cuando vayamos a volver a Letargo... podeis venir y acompañarnos hasta la biblioteca, así la encontraís seguro.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
20/12/11, 01:15 am
Alicia y el conde aparecieron para entrenar mientras nosotros seguíamos enfrasccados en una conversación sobre magia. Me había parecido ver fugazmente a Mánia en la puerta del patio, pero ya no la veía por ningún sitio. ¿Valdría la pena entrar a pedirle el libro? No me dio tiempo a pensar en ello pues Hannah también se había acercado a nosotros y pudimos ver como intentaba hacer magia. Para mi satisfacción sin ningún éxito. De todos modos eso confirmaba que Caillech y yo no éramos los únicos que no podíamos, al menos por ahora. Estaba seguro de que tenía que haber una razón para ello, pues Rocavarancolia parecía un lugar lleno de magia y no creía que fuese simple casualidad que algunos no pudiésemos hacerla. O quizás simplemente me negaba a creer que era un inútil para la magia. Decidí no picar a Hannah con el tema, al fin y al cabo yo mismo tampoco conseguía nada.
-Mira, Cai, ella tampoco puede hacer magia -dije mirando hacia Hannah-. Estoy seguro de que hay algún motivo por el que algunos no podemos. De todas formas soy demasiado cabezota como para dejarlo, así que lo seguiré intentando hasta que me sangren los ojos y las páginas de los libros se deshagan en mis manos -anuncio mi determinación con expresión solemne y sonriendo ampliamente-. De todos modos la magia no lo es todo, yo creo que hay quien ni siquiera la necesita, yo es que soy un negado con las armas pero no es el caso de cierta guerrera impresionante -esto útimo lo digo mirando a Caillech sonriente.
Aunque en realidad no me sentía tan animado al respecto de no poder hacer magia, solté ese pequeño pero apasionado discurso por ver si conseguía algún efecto en Cai. Pero sí era cierto la parte de que no cejaría en mi empeño de intentar hacer magia, no era ninguna mentira. Pensaba seguir estudiando magia sin descanso.
Alicia y Vladimir terminaron de entrenar y ella se acerca a nosotros comentando algo que yo ya había dicho la noche anterior.
-Sí, se lo dije ayer a Alphonse. Venid todos los que queráis, pero una cosa... -se me acababa de ocurrir algo mientras hablaba pero vacilé un poco en decirlo- Sé que a algunos nos gustará la idea, pero deberíamos llevar a Sezk con nosotros. Os será muy útil su olfato para recordar las calles por las que pasaremos hasta llegar a la biblioteca para cuando queráis volver por vuestra cuenta, el camino es largo y no conviene perderse.
Finalicé el comentario mirando alternativamente a Cail y Giz con expresión de disculpa, casi como si me arrepintiese de lo que acababa de decir, pero verdaderamente creía que era importante para nuestros compañeros de Maciel.
-Mira, Cai, ella tampoco puede hacer magia -dije mirando hacia Hannah-. Estoy seguro de que hay algún motivo por el que algunos no podemos. De todas formas soy demasiado cabezota como para dejarlo, así que lo seguiré intentando hasta que me sangren los ojos y las páginas de los libros se deshagan en mis manos -anuncio mi determinación con expresión solemne y sonriendo ampliamente-. De todos modos la magia no lo es todo, yo creo que hay quien ni siquiera la necesita, yo es que soy un negado con las armas pero no es el caso de cierta guerrera impresionante -esto útimo lo digo mirando a Caillech sonriente.
Aunque en realidad no me sentía tan animado al respecto de no poder hacer magia, solté ese pequeño pero apasionado discurso por ver si conseguía algún efecto en Cai. Pero sí era cierto la parte de que no cejaría en mi empeño de intentar hacer magia, no era ninguna mentira. Pensaba seguir estudiando magia sin descanso.
Alicia y Vladimir terminaron de entrenar y ella se acerca a nosotros comentando algo que yo ya había dicho la noche anterior.
-Sí, se lo dije ayer a Alphonse. Venid todos los que queráis, pero una cosa... -se me acababa de ocurrir algo mientras hablaba pero vacilé un poco en decirlo- Sé que a algunos nos gustará la idea, pero deberíamos llevar a Sezk con nosotros. Os será muy útil su olfato para recordar las calles por las que pasaremos hasta llegar a la biblioteca para cuando queráis volver por vuestra cuenta, el camino es largo y no conviene perderse.
Finalicé el comentario mirando alternativamente a Cail y Giz con expresión de disculpa, casi como si me arrepintiese de lo que acababa de decir, pero verdaderamente creía que era importante para nuestros compañeros de Maciel.
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)
Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
20/12/11, 09:37 am
Un golpe en el plexo torácico. Bajo el centro de gravedad y doy un giro completo sobre mi misma con el pie derecho alargado frente a mi para tirar al suelo a mi oponente imaginario para depués darle una patada en el cuello mientras aún debía de estar, si fuese un ser real y no de mi imaginación, luchando por respirar.
Mientras entrenaba pude ver como entraban en el patio más personas, el torreón se estaba despertando poco a poco. Entre ellos vi a Alicia y al conde, el cual le empezó a entrenar. ¿Cuanto tiempo había pasado desde la última vez que el conde entreno a los que nos fuimos de esta torre para ir a Letargo? No tengo ni idea. ¿Cuanto tiempo había trascurrido desde que deje mis desiertos? Tampoco lo sabía. Jamás he sido de esos que cuentan los días, para mi eran todos iguales, para mi podrían haber pasado unos pocos días, semanas o meses, que no sabría decirte. En el desierto para mi el tiempo había dejado de existir, lo único que me importaba era el día a día y el hecho de poder llegar a ver el siguiente amanecer. Todo lo demás era secundario si no era menos.
A mis oidos llegaban la charla de aquellos que aún seguían practicando magia. Parecía que Hannah tampoco era capaz de llamar a la magia. Una sonrisa se dibujo en mi cara, parecía que no eramos los únicos que no apreciabamos su temperamento, la magia también lo rechazaba. Oí a Noel decir que él, aunque ahora no pudiese hacer magia, no cesaría en su empeño de lograrlo hasta ver resultados. Algo similar había decidido hacer yo también, aunque solo lo fuese a entrenar mientras nadie estubiese mirandome, no quería que nadie me viera fracasando nuevamente. Después oi como decía que existía aquellos que no necesitaban siquiera la magia, que conocia una guerrera que era impresionante y que no la necesitaba. Mi mirada fue hacia él para preguntarle de quien se trataba, quien era la guerrera que con solo su habilidad le bastaba, pero entonces vi su mirada. ¿Yo? ¿Yo era la guerrera de la que hablaba? Eso era... demasiado. Desde hace demasiado tiempo nadie había confiado tanto en mi como para hacer una observación o un cumplido así. Y se sentía... bien.
Di por finalizada por ahora el entrenamiento para unirme a los demás, quienes había comenzado a hablar sobre hacer una incursión en la biblioteca mágica y como deberíamos llevar al maldito Ranta con nosotros para que ellos pudieran volver otro día.
- ¿Y no sería más adecuado que sacar a los gusanos a pasear que les dibujases una replica de nuestro mapa? Así nos evitamos tensiones innecesarias e intentos de asesinatos que me sacan de mis casillas - me cruzo de brazos de forma defensiva, no me agrada la idea de Sezk junto a mi. Me alegraría cuando por fin volvieramos a nuestro torreón y pudiera olvidarme de él.
Mientras entrenaba pude ver como entraban en el patio más personas, el torreón se estaba despertando poco a poco. Entre ellos vi a Alicia y al conde, el cual le empezó a entrenar. ¿Cuanto tiempo había pasado desde la última vez que el conde entreno a los que nos fuimos de esta torre para ir a Letargo? No tengo ni idea. ¿Cuanto tiempo había trascurrido desde que deje mis desiertos? Tampoco lo sabía. Jamás he sido de esos que cuentan los días, para mi eran todos iguales, para mi podrían haber pasado unos pocos días, semanas o meses, que no sabría decirte. En el desierto para mi el tiempo había dejado de existir, lo único que me importaba era el día a día y el hecho de poder llegar a ver el siguiente amanecer. Todo lo demás era secundario si no era menos.
A mis oidos llegaban la charla de aquellos que aún seguían practicando magia. Parecía que Hannah tampoco era capaz de llamar a la magia. Una sonrisa se dibujo en mi cara, parecía que no eramos los únicos que no apreciabamos su temperamento, la magia también lo rechazaba. Oí a Noel decir que él, aunque ahora no pudiese hacer magia, no cesaría en su empeño de lograrlo hasta ver resultados. Algo similar había decidido hacer yo también, aunque solo lo fuese a entrenar mientras nadie estubiese mirandome, no quería que nadie me viera fracasando nuevamente. Después oi como decía que existía aquellos que no necesitaban siquiera la magia, que conocia una guerrera que era impresionante y que no la necesitaba. Mi mirada fue hacia él para preguntarle de quien se trataba, quien era la guerrera que con solo su habilidad le bastaba, pero entonces vi su mirada. ¿Yo? ¿Yo era la guerrera de la que hablaba? Eso era... demasiado. Desde hace demasiado tiempo nadie había confiado tanto en mi como para hacer una observación o un cumplido así. Y se sentía... bien.
Di por finalizada por ahora el entrenamiento para unirme a los demás, quienes había comenzado a hablar sobre hacer una incursión en la biblioteca mágica y como deberíamos llevar al maldito Ranta con nosotros para que ellos pudieran volver otro día.
- ¿Y no sería más adecuado que sacar a los gusanos a pasear que les dibujases una replica de nuestro mapa? Así nos evitamos tensiones innecesarias e intentos de asesinatos que me sacan de mis casillas - me cruzo de brazos de forma defensiva, no me agrada la idea de Sezk junto a mi. Me alegraría cuando por fin volvieramos a nuestro torreón y pudiera olvidarme de él.
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
20/12/11, 11:32 am
Después de todo mis palabras si parecieron tener algún tipo de efecto positivo en Caillech, o al menos esa fue la impresión que me dio cuando se giró hacia mí mientras hablaba. No quería que se obsesionase con no poder hacer magia de aquella manera. Yo estaba seguro de que tenía que haber alguna explicación lógica para ello. Lo que sí no le gustó fue lo último que sugerí, como ya había supuesto.
-Sé que no os gusta la idea, Cai, pero compréndelo: un mapa no les servirá de mucho en el barrio de los callejones sin salida u otros lugares laberínticos. Nosotros nos habríamos perdido durante horas posiblemente si no llega a ser por Giz o por ti -los miro a unos y a otros mientras hablo esperando algún tipo de opinión-. Los humanos no tenemos vuestro olfato, ya sabes... Y pienso que es una buena forma de que, ya que tienen que convivir con Sezk, les resulte útil. Si queréis podéis quedaros en Letargo cuando lleguemos y no llegar hasta la biblioteca, para que tengáis que pasar el menos tiempo posible cerca de él. Pero no debes preocuparte tanto, Cai, somos muchos en contra de Sezk en caso de que intentase algo. Realmente me preocupa más "el señor kaiser", el cual no sé si decidirá acompañarnos o no.
Esperaba que Caillech, al igual que Giz, entendiese mi razonamiento.
-Sé que no os gusta la idea, Cai, pero compréndelo: un mapa no les servirá de mucho en el barrio de los callejones sin salida u otros lugares laberínticos. Nosotros nos habríamos perdido durante horas posiblemente si no llega a ser por Giz o por ti -los miro a unos y a otros mientras hablo esperando algún tipo de opinión-. Los humanos no tenemos vuestro olfato, ya sabes... Y pienso que es una buena forma de que, ya que tienen que convivir con Sezk, les resulte útil. Si queréis podéis quedaros en Letargo cuando lleguemos y no llegar hasta la biblioteca, para que tengáis que pasar el menos tiempo posible cerca de él. Pero no debes preocuparte tanto, Cai, somos muchos en contra de Sezk en caso de que intentase algo. Realmente me preocupa más "el señor kaiser", el cual no sé si decidirá acompañarnos o no.
Esperaba que Caillech, al igual que Giz, entendiese mi razonamiento.
- HurzaComeojos
Ficha de cosechado
Nombre: Kromen Pietro (antes, Sezk)
Especie:
Habilidades: Salto, memoria y agilidad.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
20/12/11, 05:09 pm
Asiento mientras el Kaiser acepta. Tampoco es que me haga demasiada gracia ayudarnos mutuamente, pero tampoco se sabe. Me dirijo a mi celda cuando oigo a Alicia asegurarle a la niña rara que si me atrevo a tocarle un solo pelo, me va a cortar las escamas una a una. Río en la oscuridad mientras pienso que no sé si lo que me tienen es miedo o simplemente asco. Entro en mi celda y me recuesto en la pared. Otra vez se me ha olvidado pedirle a Hannah unas mantas. Otra vez a pasar frío.
Mierda. Me he vuelto a poner del lado del que el sol da. La próxima vez me tendré que acordar de acostarme en el suelo y no en la pared. Subo al piso de arriba y me encuentro a Vladimir entrenando con Alicia. Y Caillech y Noel. Yo paso de entrenar, como siempre. Tampoco sería tan malo que un monstruo me devorase, siempre y cuando lo hiciese con delicadeza, no me gusta que me digieran muy rápido. Me dirigí al rincón donde estaban concentrados los demás y les hablé.
-Perdonand, sólo me gustaría saber si soy capaz de hacer magia. ¿Podríais decirme cómo lo compruebo? -dirijo mi mirada a los talismanes que tiene la niña y le quito unos cuantos. Parece que están cargados. Acto seguido, le cojo el libro y repito los pasos de una de las páginas marcadas, vocalizando y repitiendo los movimientos de las manos indicados. Nada. Lo repito hasta cinco veces, y cuando me aseguro, le devuelvo los talismanes y el libro y me giro-. Gracias.
Pego un salto de unos pocos metros de altura y gesticulo exageradamente.
-¡¡Si!! ¡¡No puedo, no puedo, no puedo!!
Mierda. Me he vuelto a poner del lado del que el sol da. La próxima vez me tendré que acordar de acostarme en el suelo y no en la pared. Subo al piso de arriba y me encuentro a Vladimir entrenando con Alicia. Y Caillech y Noel. Yo paso de entrenar, como siempre. Tampoco sería tan malo que un monstruo me devorase, siempre y cuando lo hiciese con delicadeza, no me gusta que me digieran muy rápido. Me dirigí al rincón donde estaban concentrados los demás y les hablé.
-Perdonand, sólo me gustaría saber si soy capaz de hacer magia. ¿Podríais decirme cómo lo compruebo? -dirijo mi mirada a los talismanes que tiene la niña y le quito unos cuantos. Parece que están cargados. Acto seguido, le cojo el libro y repito los pasos de una de las páginas marcadas, vocalizando y repitiendo los movimientos de las manos indicados. Nada. Lo repito hasta cinco veces, y cuando me aseguro, le devuelvo los talismanes y el libro y me giro-. Gracias.
Pego un salto de unos pocos metros de altura y gesticulo exageradamente.
-¡¡Si!! ¡¡No puedo, no puedo, no puedo!!
No me saqéis de quicio.... U os mataré y me comeré vuestro páncreas.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
21/12/11, 12:07 pm
De repente estoy rodeado de gente y me veo incapaz de responder a todos uno por uno, sintiéndome un poco atosigado. Alphonse y Mark me cuentan que son capaces de hacer magia, me alegro por ellos y les sonrío. Al mismo tiempo, veo como Cai se desfoga atándose piedras a los tobillos para entrenar con ellas, << Algún día acabará rota o muerta por su forma de tomarse todo lo relacionado con la magia >>, y a Sezk mostrando una reacción totalmente contraria a la de Cai, casi enorgulleciéndose de no poder practicarla. Por lo que he podido escuchar, Hannah tampoco puede. Noel habla de ir a la biblioteca, de hecho ya lo dijo ayer, y sugiere que se lleven al ranta. Al principio la idea me chirría, pero lo cierto es que lleva razón, con su olfato no tendrían problemas para perderse. Poco a poco voy organizando mis ideas y trato de responder a todo lo que me han ido diciciendo al mismo tiempo.
-Está bien, el ranta vendrá con nosotros, yo mismo me aseguraré de que no meta la pata-sentencio-.Creo que lo mejor será que salgamos pronto. Alargando la hora de partida solo perdemos unas horas valiosas en la biblioteca. Tened en cuenta que solo se puede sacar un libro por individuo y cuanto más tiempo tengáis para pensarlo, mejor será-les informo-. Además, deberíais armaros bien, que no se sabe lo que podemos encontrar por el camino. Los hechizos pueden esperar-acabo diciéndoles a Alphonse y a Blanc.
Dicho esto me pongo en pie, conjuro rápidamente el hechizo térmico sobre mi poncho y me aseguro de que mi cinturón está bien sujeto. Ato bien la bolsa con los amuletos y la espada a este y me dirijo hacia la puerta.
-Está bien, el ranta vendrá con nosotros, yo mismo me aseguraré de que no meta la pata-sentencio-.Creo que lo mejor será que salgamos pronto. Alargando la hora de partida solo perdemos unas horas valiosas en la biblioteca. Tened en cuenta que solo se puede sacar un libro por individuo y cuanto más tiempo tengáis para pensarlo, mejor será-les informo-. Además, deberíais armaros bien, que no se sabe lo que podemos encontrar por el camino. Los hechizos pueden esperar-acabo diciéndoles a Alphonse y a Blanc.
Dicho esto me pongo en pie, conjuro rápidamente el hechizo térmico sobre mi poncho y me aseguro de que mi cinturón está bien sujeto. Ato bien la bolsa con los amuletos y la espada a este y me dirijo hacia la puerta.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
21/12/11, 01:02 pm
Toima estaba centrado en sus ejercicios cuando el conde le interrumpio, ignorando el estado de animo de Toima y eso fue la gota que rebaso el vaso. El ulterano estuvo apunto de lanzarse al cuello del hombre pero se limito a soltarse y a mirar al conde con una mirada sesina. Tenia ganas de abrirle el cuello, de sacarle las entrañas pero, porque no lo hacia? Se giro en redondo y subio las escaleras mientras le grindaban los dientes. Se miro la mano. Esta le temblaba violentamente, se la agarro con la otra y paro de temblar. Eso se debia a la adrenalina del momento. Entro en la habitacion y las manos le volvieron a temblar, descontroladamente.
-No lo he conseguido en años y de pronto me viene el autocontrol...afortunado que es el conde-rio con una cacofonia. Y temblor se volvio extremadamente molesto para el ulterano asi que coloco su mano sobre la mesa y a continuacion se la apuñalo al instante con uno de sus cuchilos. El grito de agonia murio en su garganta y mantuvo la compostura mordiendose los labios hasta hacerse sangre. Arranco el cuchillo de su carne ahogando otro espasmo de dolor y se vistio, con la mano muerta al costado, con aquella herida goteante en su mano que dejaba un tazo de gotas de una tonalidad roja pero con trazas verdosas. Bajo las escaleras, dando tumbos y goteando por el lugar. Se encontro al grupo apunto de salir, sin el, pero no hizo caso a eso se yse acerco al chico lagarto de los poderes. Si no se equivocaba, la lagarta habia dicho que podia curar las heridas. Le cogio de la ropa y tiro de el, mostrandole la mano herida, teñoda por la sangre del ulterano.
-Curala.-dijo con la voz seca.-No puedo lanzar asi...-le explico, rudamente. Se dio cuenta de que estaba siendo muy bruto con el crio como para estar pidiendole un favor asi que le solto y cerro los ojos, aun manteniendo la mano herida en alto. Un sonido bajo, casi en un susurro salio de la garganta de Toima. Giz creyo escuchar "por favor"
-No lo he conseguido en años y de pronto me viene el autocontrol...afortunado que es el conde-rio con una cacofonia. Y temblor se volvio extremadamente molesto para el ulterano asi que coloco su mano sobre la mesa y a continuacion se la apuñalo al instante con uno de sus cuchilos. El grito de agonia murio en su garganta y mantuvo la compostura mordiendose los labios hasta hacerse sangre. Arranco el cuchillo de su carne ahogando otro espasmo de dolor y se vistio, con la mano muerta al costado, con aquella herida goteante en su mano que dejaba un tazo de gotas de una tonalidad roja pero con trazas verdosas. Bajo las escaleras, dando tumbos y goteando por el lugar. Se encontro al grupo apunto de salir, sin el, pero no hizo caso a eso se yse acerco al chico lagarto de los poderes. Si no se equivocaba, la lagarta habia dicho que podia curar las heridas. Le cogio de la ropa y tiro de el, mostrandole la mano herida, teñoda por la sangre del ulterano.
-Curala.-dijo con la voz seca.-No puedo lanzar asi...-le explico, rudamente. Se dio cuenta de que estaba siendo muy bruto con el crio como para estar pidiendole un favor asi que le solto y cerro los ojos, aun manteniendo la mano herida en alto. Un sonido bajo, casi en un susurro salio de la garganta de Toima. Giz creyo escuchar "por favor"
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
21/12/11, 01:17 pm
Sezk aparecio, mi enemigo numero uno en este mundo, y vi como les pedía a los otros que les enseñara algún que otro hechizo para saber si era capaz de hacer magia. Mis ojos se quedaron clavados en él mientras veía como fallaba una y otra vez en los hechizos más fáciles, igual que yo, esperando a ver su reacción. ¿Sería de frustración? ¿Demostraría su loca faceta de asesino frustrado por el fracaso? No creía que ostentase la calma de Noel en ese aspecto, no era ni de lejos como él. Pero lo último que pense fue que se alegrase de esa manera. ¿Cómo podía estar dando saltos de alegría y gritando feliz su fracaso? Si antes tenía alguna duda sobre su comportamiento extraño y de su locura, esto me los había quitado. Ciertamente, estaba loco.
Agité la cabeza imperceptiblemente ante su arrebato de alegría. En mi mente no conseguía una razón para aquel comportamiento, pero ¿quien podría comprender las razones y lógica de un ser que carece de ello? Yo no por lo menos. Eso si, mi teoría de que la magia repelía en su mayoría a los que no eramos puros estaba un paso más cerca de hacerse realidad. Solo faltaba descubrir si el otro loco que habitaba aqui sino era capaz de hacer magia y ya tendría la respuesta a esa teoría. Aún así mi teoría renqueaba en un aspecto. Si los impuros eramos repelidos, entonces ¿por que Noel no podía hacer magia? No creía que el humano fuera malvado o inpuro, aunque lo conociese desde hace poco tiempo no me había dado muestra de ello en ningún momento. ¿Qué fallaba en mi razonamiento entonces? Debería de pulirlo más.
Volví a centrarme en la conversación sobre la incursión la biblioteca. Parecía que todos se había puesto de acuerdo en traer al Ranta con nosotros, no podía hacer nada. Veía la lógica en el argumento de Noel, aunque no me gustase ni una pizca estar más tiempo que el necesario con ese loco, menos me gustaba la idea de ver a mis compañeros solos con él por muy habil que se hubiese convertido Giz en la magia. No tenía opción.
- Esta bien, llevaremos al loco con nosotros - cedí con el ceño gruncido -. Eso si, yo también ire con vosotros allí. No es que no confie en tu manejo de la magia Giz, has aprendido muchos en estos pocos días - dije mirandolo -, pero me sentire mejor si estoy presente para protegeros con mis armas contra ese Ranta si se le pasa por la cabeza alguna tonteria. - seguí con tranquilidad mientras acariciaba la empuñadura de mi espada incoscientemente -. Pero me parece que lo más inteligente sería no dejarle llevar un arma con él en el viaje para quitarle la idea de hacer tonterias. Más vale prevenir que curar. Ya llevamos nosotros las armas en el caso de que lo necesitemos si es que nos ataca el ser del otro día - sentencié.
Agité la cabeza imperceptiblemente ante su arrebato de alegría. En mi mente no conseguía una razón para aquel comportamiento, pero ¿quien podría comprender las razones y lógica de un ser que carece de ello? Yo no por lo menos. Eso si, mi teoría de que la magia repelía en su mayoría a los que no eramos puros estaba un paso más cerca de hacerse realidad. Solo faltaba descubrir si el otro loco que habitaba aqui sino era capaz de hacer magia y ya tendría la respuesta a esa teoría. Aún así mi teoría renqueaba en un aspecto. Si los impuros eramos repelidos, entonces ¿por que Noel no podía hacer magia? No creía que el humano fuera malvado o inpuro, aunque lo conociese desde hace poco tiempo no me había dado muestra de ello en ningún momento. ¿Qué fallaba en mi razonamiento entonces? Debería de pulirlo más.
Volví a centrarme en la conversación sobre la incursión la biblioteca. Parecía que todos se había puesto de acuerdo en traer al Ranta con nosotros, no podía hacer nada. Veía la lógica en el argumento de Noel, aunque no me gustase ni una pizca estar más tiempo que el necesario con ese loco, menos me gustaba la idea de ver a mis compañeros solos con él por muy habil que se hubiese convertido Giz en la magia. No tenía opción.
- Esta bien, llevaremos al loco con nosotros - cedí con el ceño gruncido -. Eso si, yo también ire con vosotros allí. No es que no confie en tu manejo de la magia Giz, has aprendido muchos en estos pocos días - dije mirandolo -, pero me sentire mejor si estoy presente para protegeros con mis armas contra ese Ranta si se le pasa por la cabeza alguna tonteria. - seguí con tranquilidad mientras acariciaba la empuñadura de mi espada incoscientemente -. Pero me parece que lo más inteligente sería no dejarle llevar un arma con él en el viaje para quitarle la idea de hacer tonterias. Más vale prevenir que curar. Ya llevamos nosotros las armas en el caso de que lo necesitemos si es que nos ataca el ser del otro día - sentencié.
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
21/12/11, 02:45 pm
Estoy tan absorto en mis pensamientos, que no huelo llegar al chico y mucho menos me espero la forma con la que me agarra del poncho y tira de mí. Noto como mis pulsaciones se disparan por el susto y comienzo a respirar agitadamente. Me enseña una mano apuñalada por la palma que no para de sangrar y me pide que se la cure.. Al verla el cuerpo se me revuelve, más por los nervios y la situación en sí que por la propia herida.
-¡Suéltame!-le digo en un tono entre asustado y despectivo al tiempo que trato de echarme para atrás. Al principio no cede, está claro que físicamente no puedo competir con él, pero luego parece darse cuenta de su brusquedad y me suelta por propia iniciativa, susurrando algo que, por mis propios nervios, no consigo ni quiero entender. Me alejo un paso de él, respiro varias veces, tratando de devolver mi pulso a la normalidad, y tuerzo la boca. Estoy apunto de ignorar su petición y marchar al interior del torreón, pero al final mi conciencia me puede y acabo acercándome al Káiser. Lo agarro por la muñeca y rasgo mi túnica, atándola con fuerza alrededor de esta-. No podré curar esa herida con el hechizo que conozco-le informo con indiferencia, intentando disimular el miedo-. Conseguirá cerrarte la parte más externa de la herida, pero dudo que pueda abarcarla por completo- << Hay que estar loco para hacerse algo así >> desconozco cómo ha ocurrido, pero está claro que se lo ha hecho él solo, quizá por accidente, pues el resto está en el patio en estos momentos.
Coloco mi mano sobre la palma herida y pronuncio el hechizo curativo. La sangre desaparece y la herida se cierra rápidamente, bastante más que cuando utilicé el hechizo por primera vez. Le doy la vuelta y repito el mismo proceso para sanar el dorso de la mano. Finalmente vuelvo a apretar el nudo que había improvisado alrededor de su muñeca con saña, para que le duela. Sé que en el libro de Mánia podría haber buscado un hechizo más potente que curara la herida del todo, pero así no podrá tirar bien con esa mano y me cobro el susto con un poco de dolor de su parte. << Se lo merece >> Me digo a mí mismo para justificar este acto de moralidad dudosa.
Me alejo de él sin decir nada más, entro al torreón y me dirijo al patio. Los pies me tiemblan a cada paso y descubro, con cierto retraso, que mi poncho está manchado de sangre. << Genial, ahora tendré que lavarlo >> bromeo conmigo mismo para calmarme, aunque sin mucho éxito. Una vez frente al grupo, carraspeo para llamarles la atención.
-Chicos, estamos tardando en irnos-digo con un tono de voz notablemente nervioso. No hago ningún tipo de aclaración, pero el mensaje es exclusivamente para mis compañeros de Torreón. No me quiero quedar aquí.
-¡Suéltame!-le digo en un tono entre asustado y despectivo al tiempo que trato de echarme para atrás. Al principio no cede, está claro que físicamente no puedo competir con él, pero luego parece darse cuenta de su brusquedad y me suelta por propia iniciativa, susurrando algo que, por mis propios nervios, no consigo ni quiero entender. Me alejo un paso de él, respiro varias veces, tratando de devolver mi pulso a la normalidad, y tuerzo la boca. Estoy apunto de ignorar su petición y marchar al interior del torreón, pero al final mi conciencia me puede y acabo acercándome al Káiser. Lo agarro por la muñeca y rasgo mi túnica, atándola con fuerza alrededor de esta-. No podré curar esa herida con el hechizo que conozco-le informo con indiferencia, intentando disimular el miedo-. Conseguirá cerrarte la parte más externa de la herida, pero dudo que pueda abarcarla por completo- << Hay que estar loco para hacerse algo así >> desconozco cómo ha ocurrido, pero está claro que se lo ha hecho él solo, quizá por accidente, pues el resto está en el patio en estos momentos.
Coloco mi mano sobre la palma herida y pronuncio el hechizo curativo. La sangre desaparece y la herida se cierra rápidamente, bastante más que cuando utilicé el hechizo por primera vez. Le doy la vuelta y repito el mismo proceso para sanar el dorso de la mano. Finalmente vuelvo a apretar el nudo que había improvisado alrededor de su muñeca con saña, para que le duela. Sé que en el libro de Mánia podría haber buscado un hechizo más potente que curara la herida del todo, pero así no podrá tirar bien con esa mano y me cobro el susto con un poco de dolor de su parte. << Se lo merece >> Me digo a mí mismo para justificar este acto de moralidad dudosa.
Me alejo de él sin decir nada más, entro al torreón y me dirijo al patio. Los pies me tiemblan a cada paso y descubro, con cierto retraso, que mi poncho está manchado de sangre. << Genial, ahora tendré que lavarlo >> bromeo conmigo mismo para calmarme, aunque sin mucho éxito. Una vez frente al grupo, carraspeo para llamarles la atención.
-Chicos, estamos tardando en irnos-digo con un tono de voz notablemente nervioso. No hago ningún tipo de aclaración, pero el mensaje es exclusivamente para mis compañeros de Torreón. No me quiero quedar aquí.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Shylver
Ficha de cosechado
Nombre: Akasha
Especie: Ochroria
Habilidades: «Agilidad, Motivación, Carisma»
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
21/12/11, 03:22 pm
Entre el lío mental que me traigo desde que he conseguido modificar la forma de la llama de la antorcha, consigo escuchar algo sobre "prisa", "biblioteca" e "irnos". Claro, claro. "Tenemos prisa por irnos a la biblioteca", formo con las palabras. Creo que eso va más por mí. El resto simplemente quiere irse, a ningún lugar en particular. Pero lo importante en este momento es que nos van a enseñar a ir hasta la biblioteca para no tener que estar escoltándonos hasta allí siempre que tengamos la imperiosa necesidad de ir.
-Voy a por mis cosas.-indico a Giz y a Noel.
Mis cosas consisten en la lanza y una bolsa improvisada que he creado aprovechando lo reutilizable de unas ropas viejas que había en un baúl. Servirá por el momento, pero no me iría mal encontrar una mochila o algo similar, hecho específicamente para llevarlo a la espalda. A la larga es un poco incómodo. Si llevo la bolsa no es porque tenga nada que cargar ahora mismo, sino más bien en caso de que encontremos algo que necesitemos llevarnos, el ejemplo más cercano, los libros. De todas formas, introduzco un par de puñados de cristales en ella.
Lanza en mano derecha, mano izquierda en el bolsillo y bolsa al hombro, espero junto a Giz en la entrada a que se organicen las cosas.
Por lo visto, hay gente que no puede hacer magia. Es curioso. Según mis absurdas teorías, la magia es una fuerza que se halla en todo ser vivo. Refiriéndose a la magia como capacidad de usar la energía sobrenatural en favor de uno mismo y de los demás, así como generar energía a partir de la energía residual ambiental, claro, no simplemente como energía, pues energía puede encontrarse en todo tipo de ambientes. Partiendo de esa base que siempre me ha gustado creer, si tienen magia y no pueden usarla es porque tienen algún tipo de bloqueo, que no tienen la capacidad de generar energía propia ni de utilizarla, o bien, por qué no, que requieran que algo concreto suceda. Es un tema digno de estudio, y procederé a ello en cuanto me informe sobre estudios teóricos de lo sobrenatural. Ese sería un buen libro que buscar, puesto que solo se permite uno por persona.
-Voy a por mis cosas.-indico a Giz y a Noel.
Mis cosas consisten en la lanza y una bolsa improvisada que he creado aprovechando lo reutilizable de unas ropas viejas que había en un baúl. Servirá por el momento, pero no me iría mal encontrar una mochila o algo similar, hecho específicamente para llevarlo a la espalda. A la larga es un poco incómodo. Si llevo la bolsa no es porque tenga nada que cargar ahora mismo, sino más bien en caso de que encontremos algo que necesitemos llevarnos, el ejemplo más cercano, los libros. De todas formas, introduzco un par de puñados de cristales en ella.
Lanza en mano derecha, mano izquierda en el bolsillo y bolsa al hombro, espero junto a Giz en la entrada a que se organicen las cosas.
Por lo visto, hay gente que no puede hacer magia. Es curioso. Según mis absurdas teorías, la magia es una fuerza que se halla en todo ser vivo. Refiriéndose a la magia como capacidad de usar la energía sobrenatural en favor de uno mismo y de los demás, así como generar energía a partir de la energía residual ambiental, claro, no simplemente como energía, pues energía puede encontrarse en todo tipo de ambientes. Partiendo de esa base que siempre me ha gustado creer, si tienen magia y no pueden usarla es porque tienen algún tipo de bloqueo, que no tienen la capacidad de generar energía propia ni de utilizarla, o bien, por qué no, que requieran que algo concreto suceda. Es un tema digno de estudio, y procederé a ello en cuanto me informe sobre estudios teóricos de lo sobrenatural. Ese sería un buen libro que buscar, puesto que solo se permite uno por persona.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
21/12/11, 03:47 pm
Parecía que finalmente estaban de acuerdo conmigo. Mientras ultimábamos los preparativos para irnos llegaron primero Sezk y después "el señor kaiser". Sezk nos sorprendió a todos con sus acciones que se sucedieron como un torbellino: apareció con el libro en la mano, leyó lo que tenía que hacer e intentó hacer magia varias veces. No sucedió nada. Y Sezk se alegró por ello. No sabía qué motivo podía llevarle a alegrarle el no poder hacer magia, al fin y al cabo aunque fuese sólo para obtener poder prácticamente cualquiera querría poder hacerla, pero me alivió bastante que no pudiera, era algo menos de lo que preocuparse. No pude evitar dejar salir una breve risa observándolo, me resultaba basntante cómica su reacción. Aún no nos habíamos recuperado de la aparición de Sezk cuando "el señor kaiser" entró en el patio sin previo aviso y se abrió camino hasta llegar a Giz. Lo agarró de la túnica bruscamente y exigió que le curase una herida que ostentaba en su mano. << ¿Cómo se atreve a tratar así a Giz? >> pienso mientras me llevo la mano a la empuñadura de la cimitarra. Estuve a punto de intervenir, pero pareció rectificar su actitud ligeramente soltando a Giz y murmurand algo que sono a un "por favor" casi inaudible, sólo fui capaz de escucharlo porque me encontraba al lado de Giz. Giz parecía asustado mientras hacía lo que le había pedido. No podía culparle por ello, pero a mí la actitud del "señor kaiser" lejos de asustarme tan sólo conseguía sacarme de quicio.
-Giz, tampoco te molestes tanto, que aprenda a curarse sus propias heridas ya que es tan "genial" -dije con el ceño fruncido recordando su presentación del día anterior.
Tras este episodio algunos teníamos todavía más prisa por irnos. Giz y Alphonse fueron los primeros en resolver que querían irse cuanto antes. No tardé en unirme a ellos. Giz y Alphonse... <<¡Claro! Casi lo olvido... >> Un recuerdo me llegó de pronto a la mente al verlos a los dos juntos. Había algo que hacía días que quería preguntarle a Alphonse. Me acerqué a él con una sonrisa.
-Oye, Alphonse, tú que eres tan mañoso... ¿Serías capaz de fabricar un sombrero mexicano para Giz? O al menos decirnos como podríamos hacerlo. Tú fijate en él, con ese poncho... ¿no crees que le quedaría genial?
-Giz, tampoco te molestes tanto, que aprenda a curarse sus propias heridas ya que es tan "genial" -dije con el ceño fruncido recordando su presentación del día anterior.
Tras este episodio algunos teníamos todavía más prisa por irnos. Giz y Alphonse fueron los primeros en resolver que querían irse cuanto antes. No tardé en unirme a ellos. Giz y Alphonse... <<¡Claro! Casi lo olvido... >> Un recuerdo me llegó de pronto a la mente al verlos a los dos juntos. Había algo que hacía días que quería preguntarle a Alphonse. Me acerqué a él con una sonrisa.
-Oye, Alphonse, tú que eres tan mañoso... ¿Serías capaz de fabricar un sombrero mexicano para Giz? O al menos decirnos como podríamos hacerlo. Tú fijate en él, con ese poncho... ¿no crees que le quedaría genial?
- HurzaComeojos
Ficha de cosechado
Nombre: Kromen Pietro (antes, Sezk)
Especie:
Habilidades: Salto, memoria y agilidad.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
21/12/11, 04:12 pm
Ahora la niña tonta quiere que no lleve armas. Ya, claro. Me dirijo a ellos y pongo cara de medio cabreo.
-¡Y ahora queréis que no lleve armas! Sé que no os fiáis de mi, pero esto ya es demasiado. Si no podéis hacerlo solitos que os joroben, sois bastante tontos si no podéis recordar un puñetero camino. Y me da igual lo que diga Vladimir, yo no voy a menos que no me dejéis llevar un arma. Aunque sea bajo pena de muerte -le saco la lengua a Caillech y me voy a mi celda, a por una de las lanzas y el cuchillo. Luego subo al último piso a ver a los pájaros. Uno se me acerca y yo doy un manotazo al aire para que se aleje. Me echo a reir y me tropiezo con un pequeño hueco que hay en el suelo. Cuando me levanto, veo la herida que tengo en la mano.
Si tuvieses magia todo sería más facil. Podrías curar la herida.
Ya, claro. Y también me vería obligado a curar las heridas de los demá panolis, y hacer de niñera asquerosa. No, tampoco me serviría para nada. Prefiero ejercitarme físicamente, la magia no te hace más fuerte por fuera, y no evita que el cuerpo se atrofie.
Me lamo la herida y espero a que la sangre deje de salir. Si quieren mi ayuda, muy bien. Pero tampoco voy a dejar que me someta el estreñido de Vlad.
-¡Y ahora queréis que no lleve armas! Sé que no os fiáis de mi, pero esto ya es demasiado. Si no podéis hacerlo solitos que os joroben, sois bastante tontos si no podéis recordar un puñetero camino. Y me da igual lo que diga Vladimir, yo no voy a menos que no me dejéis llevar un arma. Aunque sea bajo pena de muerte -le saco la lengua a Caillech y me voy a mi celda, a por una de las lanzas y el cuchillo. Luego subo al último piso a ver a los pájaros. Uno se me acerca y yo doy un manotazo al aire para que se aleje. Me echo a reir y me tropiezo con un pequeño hueco que hay en el suelo. Cuando me levanto, veo la herida que tengo en la mano.
Si tuvieses magia todo sería más facil. Podrías curar la herida.
Ya, claro. Y también me vería obligado a curar las heridas de los demá panolis, y hacer de niñera asquerosa. No, tampoco me serviría para nada. Prefiero ejercitarme físicamente, la magia no te hace más fuerte por fuera, y no evita que el cuerpo se atrofie.
Me lamo la herida y espero a que la sangre deje de salir. Si quieren mi ayuda, muy bien. Pero tampoco voy a dejar que me someta el estreñido de Vlad.
No me saqéis de quicio.... U os mataré y me comeré vuestro páncreas.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
21/12/11, 06:34 pm
En cuanto Giz hubo terminado, Toima apartó su mano y la trajo para si, frotandose la herida. Aquella habilidad era extraordinaria, pero Toima solo dejó escapar una risa nerviosa, los ojos del chaval no mentian. Aquello no era todo lo que podia hacer pero con que hubiera cerrado la hemorragia bastaba. Asi no podia infectarse. Contempló como pensaban desarmaban a Sezk.
Que lo intenten conmigo
No podia dejar de reparar en el hecho que su mera presencia crispaba los nervios a todos los presentes. Si llegase una situación límite, y él tuviera que encargarse de proteger al grupo ¿le seguirian o por el contrario, le patearian como al lagarto sin cola? Sentia...¿empatia? por el lagarto. Ambos eran seres que no deberian haber nacido y el mundo se lo dejaba claro con cada accion o palabra que tomaban. Por eso quizas, Toima, se obsesionaba con quitar vidas, para llenar el hueco de la suya propia...O quizas es que le habian entrenado para ello. Se crujio el cuello. Con la mano derecha así tendria que confiar en su izquierda asi que pensó en recolocarse las cartucheras. Para ello, en un acto de poca importartancia para él, se quitó la sudadera y con ella fueron la camiseta y pantalones. Quedandose tan solo con la ropa interior. Se fue desabrochando uno a uno los cintos y cartucheras que le recorrian el cuerpo y se los colocaba en posición para zurdos.
-Cadencia por precisión, dicen.-dijo hablando consigo mismo. Mientras se volvia a vestir, repasó sus dos últimas cicatrices, ambas de origen vergonzoso, ya que la primera el que se la hizo seguia vivo porque él queria y la segunda se la hizo él mismo. Aquella ciudad le estaba avergonzando. De eso se trataba. Como guerrero, el morir en un combate no le asustaba, pero volverse el hazmerreir de los de su clase, era una verguenza. Finalmente se animó a hablar, al resto del grupo.
-Yo de vosotros reconsideraria eso de no permitir a mi compañero demente llevar sus armas. Miradlo de esta forma, yo herido, teneis, aparte del conde, crios y mujeres, bueno miento, la lagarta parece que tambien puede dar y tomar, pero el resto sois aún muy verdes para lo que hay fuera. Y como dijo mi maestro, bajo los truenos, buena es cualquier cubierta...Es un dicho, no se si teneis de esos en vuestras lenguas. Yo solo digo, si en algun momento fueramos a palmar todos ahí fuera, quiero que sepais que vuestras vidas me importan lo justo para tener una posibilidad de salvaros.-se crujio el cuello.-Y ya he hablado bastante...-dijo entonces, dandose cuenta de eso último él mismo. Se sentó y con un cuchillo fue raspandose las uñas, limpandose de sangre seca.
Que lo intenten conmigo
No podia dejar de reparar en el hecho que su mera presencia crispaba los nervios a todos los presentes. Si llegase una situación límite, y él tuviera que encargarse de proteger al grupo ¿le seguirian o por el contrario, le patearian como al lagarto sin cola? Sentia...¿empatia? por el lagarto. Ambos eran seres que no deberian haber nacido y el mundo se lo dejaba claro con cada accion o palabra que tomaban. Por eso quizas, Toima, se obsesionaba con quitar vidas, para llenar el hueco de la suya propia...O quizas es que le habian entrenado para ello. Se crujio el cuello. Con la mano derecha así tendria que confiar en su izquierda asi que pensó en recolocarse las cartucheras. Para ello, en un acto de poca importartancia para él, se quitó la sudadera y con ella fueron la camiseta y pantalones. Quedandose tan solo con la ropa interior. Se fue desabrochando uno a uno los cintos y cartucheras que le recorrian el cuerpo y se los colocaba en posición para zurdos.
-Cadencia por precisión, dicen.-dijo hablando consigo mismo. Mientras se volvia a vestir, repasó sus dos últimas cicatrices, ambas de origen vergonzoso, ya que la primera el que se la hizo seguia vivo porque él queria y la segunda se la hizo él mismo. Aquella ciudad le estaba avergonzando. De eso se trataba. Como guerrero, el morir en un combate no le asustaba, pero volverse el hazmerreir de los de su clase, era una verguenza. Finalmente se animó a hablar, al resto del grupo.
-Yo de vosotros reconsideraria eso de no permitir a mi compañero demente llevar sus armas. Miradlo de esta forma, yo herido, teneis, aparte del conde, crios y mujeres, bueno miento, la lagarta parece que tambien puede dar y tomar, pero el resto sois aún muy verdes para lo que hay fuera. Y como dijo mi maestro, bajo los truenos, buena es cualquier cubierta...Es un dicho, no se si teneis de esos en vuestras lenguas. Yo solo digo, si en algun momento fueramos a palmar todos ahí fuera, quiero que sepais que vuestras vidas me importan lo justo para tener una posibilidad de salvaros.-se crujio el cuello.-Y ya he hablado bastante...-dijo entonces, dandose cuenta de eso último él mismo. Se sentó y con un cuchillo fue raspandose las uñas, limpandose de sangre seca.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Martalar
Ficha de cosechado
Nombre: Hannah Lahey
Especie:
Habilidades: Vista de lince, automotivación y resistencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
21/12/11, 07:37 pm
Todos comienzan a prepararse.
Tal y como anuncié, yo también tengo intención de ir. Al fin y al cabo, llevo desde que salimos de esas mazmorras sin salir de allí. Y ya va siendo hora.
-Yo también quiero -les digo a los que ya están listos.
Desciendo el sótano, y paso junto al arco que cogí el primer día. Entonces, recuerdo la dificultad que tuve incluso para tensar la cuerda. Así que, finalmente, escojo una daga y la engancho en mi ropa. En realidad, no sé usarla. Sin embargo, nunca puede estar de más. Quizás cuando volvamos pueda pedirle a alguien que me entrene.
Pienso en principio en Vlad. Sin embargo, me planteo de nuevo pedirle ayuda a Alphonse. Al fin y al cabo, en los próximos días parece haber mejorado, y cualquier cosa que pueda enseñarme será bien recibida. Decidido. Probaré a ver si puede ayudarme, y si la respuesta es negativa, será a Vlad a quien recurra.
Antes de volver a subir, recuerdo las palabras del conde. Entonces, cojo una de las ballestas. Así tendré algo a largo alzance. Finalmente, vuelvo donde están los demás.
-Yo ya estoy -anuncio.
Tal y como anuncié, yo también tengo intención de ir. Al fin y al cabo, llevo desde que salimos de esas mazmorras sin salir de allí. Y ya va siendo hora.
-Yo también quiero -les digo a los que ya están listos.
Desciendo el sótano, y paso junto al arco que cogí el primer día. Entonces, recuerdo la dificultad que tuve incluso para tensar la cuerda. Así que, finalmente, escojo una daga y la engancho en mi ropa. En realidad, no sé usarla. Sin embargo, nunca puede estar de más. Quizás cuando volvamos pueda pedirle a alguien que me entrene.
Pienso en principio en Vlad. Sin embargo, me planteo de nuevo pedirle ayuda a Alphonse. Al fin y al cabo, en los próximos días parece haber mejorado, y cualquier cosa que pueda enseñarme será bien recibida. Decidido. Probaré a ver si puede ayudarme, y si la respuesta es negativa, será a Vlad a quien recurra.
Antes de volver a subir, recuerdo las palabras del conde. Entonces, cojo una de las ballestas. Así tendré algo a largo alzance. Finalmente, vuelvo donde están los demás.
-Yo ya estoy -anuncio.
El descenso hecho de desesperaciones y sin logros realiza un nuevo despertar que es un reverso de la desesperación.
Por lo que no podemos lograr, lo que se niega al amor, lo que hemos perdido en la anticipación... sigue un descenso, infinito e indestructible.
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