Torreón Maciel (Archivo II)
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HurzaComeojos
Soñador
Yber
Vlad
Giniroryu
Alicia
Shylver
Martalar
Caillech
Sevent
14 participantes
- Sevent
Ficha de cosechado
Nombre: Abel
Especie: Humano español
Habilidades: Intuición, imaginación y velocidadPersonajes :
Abel: humano español (1,90m)
Unidades mágicas : 5/5
Armas :
Abel: su arrolladora personalidad
Torreón Maciel (Archivo II)
05/11/11, 11:42 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Llegue al torreon seguido de Hannah que extrañamente parecia preocupada por mi, pero eso ya daba igual esto era ridiculo, estaba encerrado en una pesadilla de la que no podia despertar, asi que ¿Que mas daba si me mataban o no? Asi despertaria no? JAJAJAJAJAJJAJAJA
-Asi que este es el torreon......
Entre dentro de este, estaba en un estado bastante malo, no queria imaginarme que habia pasado ahi y menos lo que iba pasar, pero que mas daba total esto era ridiculo, no podia estar pasando...o si?
-HAANNAH! Lo hemos encontrado-dije
Llegue al torreon seguido de Hannah que extrañamente parecia preocupada por mi, pero eso ya daba igual esto era ridiculo, estaba encerrado en una pesadilla de la que no podia despertar, asi que ¿Que mas daba si me mataban o no? Asi despertaria no? JAJAJAJAJAJJAJAJA
-Asi que este es el torreon......
Entre dentro de este, estaba en un estado bastante malo, no queria imaginarme que habia pasado ahi y menos lo que iba pasar, pero que mas daba total esto era ridiculo, no podia estar pasando...o si?
-HAANNAH! Lo hemos encontrado-dije
Ven conmigo,Ven conmigo por la ciudad,ven conmigo, desatemos un vendaval, esta noche, no me importa lo que dirán
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
17/12/11, 12:46 am
Empiezan a aparecer de uno en uno aquellos que dejamos atras, aquellos compañeros que dejamos aquí por mi confrontamiento con Sezk. Y lo cierto es que no es que me agrade tener que volver aqui sabiendo que el se encuentra en una mazmorra, en las entrañas del torreón. Su sola presencia, aunque sea el recuerdo de él, me desagrada profundamente. Por más que hubiera cambiado los años que había vivido en el desierto seguía manteniendo mi odio hacia los suyos y más aún a él. Era un peligro para todo ser vivo, lo sabía. Puede que pudiese mantenerse cuerdo unas cuantas horas, hasta unos cuantos días, pero al terminar el día estaba segura que su locura saldría a la luz y que alguién pagaría por ello. Es por eso que me alegro saber que esta encerrad...
En ese momento me llegan las palabras de Mark. ¿Cómo que Sezk esta en libertad? Debía estar bromeando, pero de ser así no tenía ni pizca de gracia. No oigo gran cosa después de eso, solo unos cuantos fragmentos mientras vuelvo a agarrar mis armas nuevamente. No me pillará con la guardia baja ese despreciable Ranta. Estos días que había estado lejos de aquí los había pasado entrenando muy duramente, algunos dirian que demasiado, para el momento en que debiera enfrentarme nuevamente a él. Aunque el momento parecía que se había precipitado, yo esa posibilidad lo había visto un tanto lejana pero ahora... Ciertamente, había pensado que estos humanos tenían más sentido común en ese respecto.
Giz, el Giz tranquilo y cariñoso que conozco, salta enfadado al enterarse de ello. A él tampoco le ha gustado la mención de su libertad como es normal al parecer. Es entonces que me doi cuenta que Sezk se encontraba ahí. Empieza a hablarnos, con esa forma de hablar suya que me saca de quicio. Agarro más fuertemente las armas.
- ¿Quién ha sacado a la escoría a dar un paseo por aquí? - digo con un rictus de asco y odio marcados en mi rostro - Y tú, sucio Ranta, no me vas a decir donde puedo poner mis escamas y donde no. ¿Piensas que te tengo miedo o que? ¿O acaso crees que tienes algún poder sobre mi? - levanto la daga apuntandole - Cuida bien tus palabras, Sezk, que he estado entrenando muy duramente y he aprendido un par de cosas sobre como inflingir el mayor daño posible a mis enemigos en unas pocas estocadas. Yo que tu no me metería conmigo en estos momentos, no estoy de humor como para tus estupideces después de haber tenido que escaparnos de un monstruo hace poco.
Le dirijo una mirada cargada de odio e intenciones, no muy puras que digamos, y en ningún momento aparto los ojos de él. No pienso dejarle ningún resquicio en mi defensa para que pueda emplearlo en mi contra. Esa era una de las normas de mi libro, jamás apartes la mirada de tu enemigo. Eso y, estate preparada para lo peor. No aparto la mirada de él mientras aparece el nuevo recluta del torreón, un macho que me da mala espina. Hay algo en él que me hace desconfiar. Vale que soy desconfiada por naturaleza, pero... No se, si lo que han dicho de él es cierto y es más peligroso que Sezk, no conseguira mi confianza a la ligera. Mi impresión de él no mejora con sus palabras tampoco.
- Yo también me alegro de conocerte, extraño - le digo sarcasticamente - y dejame decirte que odio que me digan que estoy condenada a morir o que menosprecien de esa forma, siempre acabo demostrandoles lo equivocados que estan respecto a mi. Y si te interesa, soy Caillech, la Mirie Kitade desterrada sin razón, y puedo ser tan peligrosa como una fuerte ventisca de desierto - le suelto con mis armas en la mano aún. Yo siempre haciendo amigos... -. Siento desilusionante, extraño, por no ser lo que esperabas, pero si tanto ansias una buena pelea a mi no me importaría mostrarte un poco de respeto. Luego ya podrá curarte Giz con su magia sanadora. Lo necesitaras - sigo diciendole con una sonrisa maliciosa mientras observo a los dos peligros de la sala. Al nuevo y a Sezk. Nosotros seríamos un iman para los monstruos, pero los de este torreón eran un iman para los locos. Eso nadie podría discutirme.
En ese momento me llegan las palabras de Mark. ¿Cómo que Sezk esta en libertad? Debía estar bromeando, pero de ser así no tenía ni pizca de gracia. No oigo gran cosa después de eso, solo unos cuantos fragmentos mientras vuelvo a agarrar mis armas nuevamente. No me pillará con la guardia baja ese despreciable Ranta. Estos días que había estado lejos de aquí los había pasado entrenando muy duramente, algunos dirian que demasiado, para el momento en que debiera enfrentarme nuevamente a él. Aunque el momento parecía que se había precipitado, yo esa posibilidad lo había visto un tanto lejana pero ahora... Ciertamente, había pensado que estos humanos tenían más sentido común en ese respecto.
Giz, el Giz tranquilo y cariñoso que conozco, salta enfadado al enterarse de ello. A él tampoco le ha gustado la mención de su libertad como es normal al parecer. Es entonces que me doi cuenta que Sezk se encontraba ahí. Empieza a hablarnos, con esa forma de hablar suya que me saca de quicio. Agarro más fuertemente las armas.
- ¿Quién ha sacado a la escoría a dar un paseo por aquí? - digo con un rictus de asco y odio marcados en mi rostro - Y tú, sucio Ranta, no me vas a decir donde puedo poner mis escamas y donde no. ¿Piensas que te tengo miedo o que? ¿O acaso crees que tienes algún poder sobre mi? - levanto la daga apuntandole - Cuida bien tus palabras, Sezk, que he estado entrenando muy duramente y he aprendido un par de cosas sobre como inflingir el mayor daño posible a mis enemigos en unas pocas estocadas. Yo que tu no me metería conmigo en estos momentos, no estoy de humor como para tus estupideces después de haber tenido que escaparnos de un monstruo hace poco.
Le dirijo una mirada cargada de odio e intenciones, no muy puras que digamos, y en ningún momento aparto los ojos de él. No pienso dejarle ningún resquicio en mi defensa para que pueda emplearlo en mi contra. Esa era una de las normas de mi libro, jamás apartes la mirada de tu enemigo. Eso y, estate preparada para lo peor. No aparto la mirada de él mientras aparece el nuevo recluta del torreón, un macho que me da mala espina. Hay algo en él que me hace desconfiar. Vale que soy desconfiada por naturaleza, pero... No se, si lo que han dicho de él es cierto y es más peligroso que Sezk, no conseguira mi confianza a la ligera. Mi impresión de él no mejora con sus palabras tampoco.
- Yo también me alegro de conocerte, extraño - le digo sarcasticamente - y dejame decirte que odio que me digan que estoy condenada a morir o que menosprecien de esa forma, siempre acabo demostrandoles lo equivocados que estan respecto a mi. Y si te interesa, soy Caillech, la Mirie Kitade desterrada sin razón, y puedo ser tan peligrosa como una fuerte ventisca de desierto - le suelto con mis armas en la mano aún. Yo siempre haciendo amigos... -. Siento desilusionante, extraño, por no ser lo que esperabas, pero si tanto ansias una buena pelea a mi no me importaría mostrarte un poco de respeto. Luego ya podrá curarte Giz con su magia sanadora. Lo necesitaras - sigo diciendole con una sonrisa maliciosa mientras observo a los dos peligros de la sala. Al nuevo y a Sezk. Nosotros seríamos un iman para los monstruos, pero los de este torreón eran un iman para los locos. Eso nadie podría discutirme.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
17/12/11, 04:01 pm
La carrera les condujo al final a su viejo torreón. Lo cierto es que el ser alado no les había perseguido. Corrían, en parte, por una costumbre que se estaba afianzando de correr ante cualquier cosa o ser fuera de lo normal. Era una forma de asegurar la supervivencia; pero en aquel momento Alicia no tenía muy claro si había servido de algo quedarse si aire en los pulmones, si existía realmente un peligro evitado, o solo se habían lanzado terreno abajo para huir de una amenaza imaginaria. De cualquier manera, el corazón seguía latiendo en el pecho, e incluso habían adelantado una visita que Alicia llevaba tiempo queriendo realizar. Noel llamó a la puerta de Maciel con fuerza y su voz se unió a la de Cail llamando a sus antiguos compañeros. Mark fue el primero en aparecer, emocionado y agitado. «En el sueño, el perro tendría que haber sido él» pensó mientras la sonrisa se ensachaba en su cara, «Solo le falta una cola que menear. Saluda igual que el perro de Karina». No pudo evitar reirse.
- Hola, Mark.- respondió. El chico estaba despeinado y sucio, pero de su alegría se deducía que no había pasado nada grave, y que estaba bien. Después de saludar se acercó con torpeza a Mania y se presentó.
Cuando llegó Alphonse, Alicia se alteró. ¡Tenía mil cosas que contarle! Antes de irse, había quedado en contarle sus descubrimientos. Alphonse les contó los suyos. Estaba impresionada. Ella no había llegado a conclusiones tan claras antes de disponer de los libros de la biblioteca. Solo había conseguido aclarar que la sangre ponía en marcha los cristales. Se sintió un poco estúpida por la lentitud de sus razonamientos, que habían necesitado tantos empujones para llegar a formarse.
- Vaya.- dijo laconicamente al terminar su explicación el chico. No le gustaban las exibiciones, pero consideró que era lo único que podía añadir a aquello, que él no supiese. Había aprendido otros hechizos las otras noches, pero el de fuego tenía algo especial por eso de ser el primero. Con un movimiento fluido de manos y unas palabras, la llama surgió sobre su palma, y aguantó un rato más largo del que había aguantado en otras ocasiones, bailando en el aire como prueba de las palabras de Alphonse. Se quedó un momento cohibida y añadió.- es todo lo que puedo añadir a tu explicación, Alphonse. Todo lo que has dicho es cierto, y sabemos que hay... baterías que no requieren sangre. - se sacó de la blusa los espantosos colgantes metálicos.- pero los hechizos los aprendimos de unos pocos libros. Hay un edificio cercano a Letargo... a nuestro torreón actual, una biblioteca llena, Alphonse, y fascinante. La mitad de los libros estan en otros idiomas, pero puedes encontrar cosas útiles. Ya hablaremos sobre todo esto después, te prometí poner en común lo que supiera ¿no?
Se calló al ver a Vlad aparecer, y después iba Sezk. El reptil les saludó con simpatía, casi, pero Alicia designó para él su mirada más fría, antipática e indiferente.
No comprendía porque lo habían sacado. Miró alternativamente a Cail y Giz. Sezk estaba loco y no tendría que haber salido. Dirigió una mirada reprobatoria a Vlad.
- Te consideraba razonable, Vlad. Imagino que tendrás algún motivo para haber sacado al sin cola.
Giz sin embargo parece muy enfadado, mas que Cail, de hecho, que quitando el odio que destilan sus palabras, parece hasta calmada. Ellos también tienen nuevos en la plantilla. Un chico aparentemente humano, pero con el pelo... parecían tentaculos. Y su piel brillaba resbaladiza. Y que risa tan desagradable. Se presentó mientras mostraba una colección de cuchillos. Alicia estaba indignada y su nueva simpatía fue aplastada por el cabreo.
-Otro chalado, fantástico, Vlad, ¿los coleccionas o qué?
Giz contestó con rudeza al de los cuchillos, y de un empujón, lo apartó para subir por las escaleras. Alicia miro furibunda primero a Sezk, luego al nuevo chico de pelo raro y por último a Vlad. No le daba miedo el nuevo. Cail y Giz le habían asustado mucho la primera vez, pero Vlad y Alphonse no parecían muy asustados por su presencia, y él hablaba como si compartiese techo con todos. Ni siquiera su risa loca le daba miedo. Ahora mismo solo estaba enfadada, y eso le quitaba toda la prudencia. Alicia se diriguió al kaiser con la voz de los primeros días. Tan plana y fría que comparada con su simpatico saludo a Alphonse y Mark, sonaba peor que si vociferase. De hecho, cada palabra parecía una bofetada.
- Magnifica colección que nadie ha pedido que saques. Para futuras conversaciones, agradecería que pensases antes de hablar y no fueses tan maleducado. Ahí donde lo ves, el señor Vlad odia la mala educación. - siguió a Giz tras las escaleras, añadiendo:- por cierto, tu risa me chirría en los oídos.
Subió las escaleras, y lo que no había transpasado a su voz, se escuchó en los fuertes pisotones que daba en cada escalón. Fue, por primera vez, al piso de los pájaros. Sabía que a Giz le gustaba el lugar.
- ¿hola? ¿Giz?
Lo localizó en la penumbra. En realidad no sabía que decir. Ambos acababan de hacer gala de un enfado impropio. Así que se quedó plantada frente a él.
Alphonse subió poco después. Sus palabras tranquilizadoras para Giz también la calmaron un poco a ella. Aunque seguía pensando que el kaiser era un gilipollas, y sezk, un pirado.
Información que poner en común. Si, aquello les distraería a los tres un rato. Procedió, con ayuda de Giz, a explicarle los acontecimientos, y a mostrarle los hechizos que sabían.
- Hola, Mark.- respondió. El chico estaba despeinado y sucio, pero de su alegría se deducía que no había pasado nada grave, y que estaba bien. Después de saludar se acercó con torpeza a Mania y se presentó.
Cuando llegó Alphonse, Alicia se alteró. ¡Tenía mil cosas que contarle! Antes de irse, había quedado en contarle sus descubrimientos. Alphonse les contó los suyos. Estaba impresionada. Ella no había llegado a conclusiones tan claras antes de disponer de los libros de la biblioteca. Solo había conseguido aclarar que la sangre ponía en marcha los cristales. Se sintió un poco estúpida por la lentitud de sus razonamientos, que habían necesitado tantos empujones para llegar a formarse.
- Vaya.- dijo laconicamente al terminar su explicación el chico. No le gustaban las exibiciones, pero consideró que era lo único que podía añadir a aquello, que él no supiese. Había aprendido otros hechizos las otras noches, pero el de fuego tenía algo especial por eso de ser el primero. Con un movimiento fluido de manos y unas palabras, la llama surgió sobre su palma, y aguantó un rato más largo del que había aguantado en otras ocasiones, bailando en el aire como prueba de las palabras de Alphonse. Se quedó un momento cohibida y añadió.- es todo lo que puedo añadir a tu explicación, Alphonse. Todo lo que has dicho es cierto, y sabemos que hay... baterías que no requieren sangre. - se sacó de la blusa los espantosos colgantes metálicos.- pero los hechizos los aprendimos de unos pocos libros. Hay un edificio cercano a Letargo... a nuestro torreón actual, una biblioteca llena, Alphonse, y fascinante. La mitad de los libros estan en otros idiomas, pero puedes encontrar cosas útiles. Ya hablaremos sobre todo esto después, te prometí poner en común lo que supiera ¿no?
Se calló al ver a Vlad aparecer, y después iba Sezk. El reptil les saludó con simpatía, casi, pero Alicia designó para él su mirada más fría, antipática e indiferente.
No comprendía porque lo habían sacado. Miró alternativamente a Cail y Giz. Sezk estaba loco y no tendría que haber salido. Dirigió una mirada reprobatoria a Vlad.
- Te consideraba razonable, Vlad. Imagino que tendrás algún motivo para haber sacado al sin cola.
Giz sin embargo parece muy enfadado, mas que Cail, de hecho, que quitando el odio que destilan sus palabras, parece hasta calmada. Ellos también tienen nuevos en la plantilla. Un chico aparentemente humano, pero con el pelo... parecían tentaculos. Y su piel brillaba resbaladiza. Y que risa tan desagradable. Se presentó mientras mostraba una colección de cuchillos. Alicia estaba indignada y su nueva simpatía fue aplastada por el cabreo.
-Otro chalado, fantástico, Vlad, ¿los coleccionas o qué?
Giz contestó con rudeza al de los cuchillos, y de un empujón, lo apartó para subir por las escaleras. Alicia miro furibunda primero a Sezk, luego al nuevo chico de pelo raro y por último a Vlad. No le daba miedo el nuevo. Cail y Giz le habían asustado mucho la primera vez, pero Vlad y Alphonse no parecían muy asustados por su presencia, y él hablaba como si compartiese techo con todos. Ni siquiera su risa loca le daba miedo. Ahora mismo solo estaba enfadada, y eso le quitaba toda la prudencia. Alicia se diriguió al kaiser con la voz de los primeros días. Tan plana y fría que comparada con su simpatico saludo a Alphonse y Mark, sonaba peor que si vociferase. De hecho, cada palabra parecía una bofetada.
- Magnifica colección que nadie ha pedido que saques. Para futuras conversaciones, agradecería que pensases antes de hablar y no fueses tan maleducado. Ahí donde lo ves, el señor Vlad odia la mala educación. - siguió a Giz tras las escaleras, añadiendo:- por cierto, tu risa me chirría en los oídos.
Subió las escaleras, y lo que no había transpasado a su voz, se escuchó en los fuertes pisotones que daba en cada escalón. Fue, por primera vez, al piso de los pájaros. Sabía que a Giz le gustaba el lugar.
- ¿hola? ¿Giz?
Lo localizó en la penumbra. En realidad no sabía que decir. Ambos acababan de hacer gala de un enfado impropio. Así que se quedó plantada frente a él.
Alphonse subió poco después. Sus palabras tranquilizadoras para Giz también la calmaron un poco a ella. Aunque seguía pensando que el kaiser era un gilipollas, y sezk, un pirado.
Información que poner en común. Si, aquello les distraería a los tres un rato. Procedió, con ayuda de Giz, a explicarle los acontecimientos, y a mostrarle los hechizos que sabían.
- HurzaComeojos
Ficha de cosechado
Nombre: Kromen Pietro (antes, Sezk)
Especie:
Habilidades: Salto, memoria y agilidad.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
17/12/11, 04:09 pm
Qué asco. Tener visita no es nada divertido. La niñita de los ojos violetas salta al instante después de mi observación, y no parece nada contenta. Lo mismo va por Giz y por Caillech. Veo la mirada que me dirige Alicia y no hago caso. Suelto una risita tonta y le contesto.
-Ya, yo también supongo que a ti no te gustaría quedarte sin manos mientras duermes, ¿a qué no? Se perderían esas bonitas uñas. Y a ti, Caillech. No te eleves a una categoría mayor que la de un loco, no te conviene. No te sobreestimes y tampoco me subestimes. Una semana de entrenamiento no te hacen la mejor luchando. Yo no he hecho demasiado estos días, pero no voy a permitir que mis oídos se contaminen oyendo gilipolleces como ésa.
Observo sus caras mientras hablo. Los ojos de Caillech tienen una extraña expresión de... impotencia. Vamos a sacarla de sus casillas, si es que todavía se puede.
-Vaaaale. Por lo visto ya sabéis cómo hacer magia. ¿Tú puedes, Caillech? No por nada, lo que pasa es que tienes una expresión de inutilidad psíquica total. Deberías darte un buen baño caliente, eso siempre quita el estrés. Pero bueno, vamos a lo que vamos. ¿Y a qué íbamos? -suelto una risotada bastante subida de tono, pero bueno.
Endurezco el semblante. Se acabaron las estupideces. Han venido al torreón dos personas que me odian bastante, así que voy a tener que tomar precauciones.
-Bueno, hay asuntos que requieren mi atención, señores. Los pájaros no comen solos.
Me acerco a Kaiser y le llevo a una esquina.
-Bien, me gustaría proponerte algo. Ellos ya han descubierto como utilizar los cristales y la magia. Eso es un punto en contra de los locos. Te voy a proponer algo. Si te atacan a ti, yo haré lo posible para que ese ataque se frene y tú puedas escapar. Lo mismo al revés. No puedo hacer mucho solo, tú tampoco. Pero juntos, no creo que nos vaya tan mal. ¿Aceptas?
Mientras espero que se decida, me doy cuenta de que hoy los pájaros no comerán.
-Ya, yo también supongo que a ti no te gustaría quedarte sin manos mientras duermes, ¿a qué no? Se perderían esas bonitas uñas. Y a ti, Caillech. No te eleves a una categoría mayor que la de un loco, no te conviene. No te sobreestimes y tampoco me subestimes. Una semana de entrenamiento no te hacen la mejor luchando. Yo no he hecho demasiado estos días, pero no voy a permitir que mis oídos se contaminen oyendo gilipolleces como ésa.
Observo sus caras mientras hablo. Los ojos de Caillech tienen una extraña expresión de... impotencia. Vamos a sacarla de sus casillas, si es que todavía se puede.
-Vaaaale. Por lo visto ya sabéis cómo hacer magia. ¿Tú puedes, Caillech? No por nada, lo que pasa es que tienes una expresión de inutilidad psíquica total. Deberías darte un buen baño caliente, eso siempre quita el estrés. Pero bueno, vamos a lo que vamos. ¿Y a qué íbamos? -suelto una risotada bastante subida de tono, pero bueno.
Endurezco el semblante. Se acabaron las estupideces. Han venido al torreón dos personas que me odian bastante, así que voy a tener que tomar precauciones.
-Bueno, hay asuntos que requieren mi atención, señores. Los pájaros no comen solos.
Me acerco a Kaiser y le llevo a una esquina.
-Bien, me gustaría proponerte algo. Ellos ya han descubierto como utilizar los cristales y la magia. Eso es un punto en contra de los locos. Te voy a proponer algo. Si te atacan a ti, yo haré lo posible para que ese ataque se frene y tú puedas escapar. Lo mismo al revés. No puedo hacer mucho solo, tú tampoco. Pero juntos, no creo que nos vaya tan mal. ¿Aceptas?
Mientras espero que se decida, me doy cuenta de que hoy los pájaros no comerán.
- Sevent
Ficha de cosechado
Nombre: Abel
Especie: Humano español
Habilidades: Intuición, imaginación y velocidad
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
17/12/11, 05:11 pm
Una vez acabada mi explicación Alphonse se acercó para completar el final de ésta con una jerga de palabras incomprensible, por suerte yo leía mucho, y entendií todo lo que dijo, pero ese vocabulario que usaba, Alphonse debía de haber estudiado mucho, era increible cuanto sabía.
-El merito es todo suyo, el fue él quien descubrió todo-murmuré
Estaba muy agradecido sin su ayuda quizas nunca hubieramos descubierto nada, lo unico que hice yo fue cortarme con el cristal y descubrir que el líquido que lo encendía era la sangre y no cualquier otro, pero fue a causa de mi torpeza, Alphonse era quien realmente se había esforzado aquí.
Al parecer, todos sabían eso ya, porque Alicia se le acercó y en un rapido movimiento creó una llama que se posaba en su mano, mi boca no se movía, magia, existía...magía de verdad, siempre, desde pequeño había soñado con ella, con tener magia...pero siempre había sabido que no existìa, al igual que Papa Noel y los reyws magos, nunca había creido en tales cosas, ni siquiera de pequeño....pero ahora podía ver que la magia existía.
Un sentimiento de emoción afloró en mí, pronto se desvaneció al oír los gritos que Mania le estaba propinando a Sezk, me dirigí hacia ellos intentando poner calma
-Sezk, por favor no hables así de la gente de este torreón....-dije dubitavio
Me quedé parado, no pensaba en serio cortarle las manos a Caillech ¿Verdad?No, no, eso no estaba bien, no debiamos pelearnos, esa no era la manera de solucionar las cosas
Luego miré a Mània y le susurré sin que me oyerá Sezk:
-Por favor, ten paciencia, si te vuelve a decir algo no te diré nada, pero por el bien de todos no quiero que se arme un escandalo
Una vez el Sezk se marchó me dispuse a hablar con Mania sobre lo que habia oido de Alicia, al parecer habian encontrado libros de hechizos en un edificio Rocavarancoles, quería aprender magía, tenia que saber donde tenian ese libro y al menos hojearlo
-Mània...he oído que habéis encontrado unos libros de magia o algo por estilo...si no es molestia..quiero...decir...solo si quieres podriías enseñarme alguno de los libros-murmure avergonzado
-El merito es todo suyo, el fue él quien descubrió todo-murmuré
Estaba muy agradecido sin su ayuda quizas nunca hubieramos descubierto nada, lo unico que hice yo fue cortarme con el cristal y descubrir que el líquido que lo encendía era la sangre y no cualquier otro, pero fue a causa de mi torpeza, Alphonse era quien realmente se había esforzado aquí.
Al parecer, todos sabían eso ya, porque Alicia se le acercó y en un rapido movimiento creó una llama que se posaba en su mano, mi boca no se movía, magia, existía...magía de verdad, siempre, desde pequeño había soñado con ella, con tener magia...pero siempre había sabido que no existìa, al igual que Papa Noel y los reyws magos, nunca había creido en tales cosas, ni siquiera de pequeño....pero ahora podía ver que la magia existía.
Un sentimiento de emoción afloró en mí, pronto se desvaneció al oír los gritos que Mania le estaba propinando a Sezk, me dirigí hacia ellos intentando poner calma
-Sezk, por favor no hables así de la gente de este torreón....-dije dubitavio
Me quedé parado, no pensaba en serio cortarle las manos a Caillech ¿Verdad?No, no, eso no estaba bien, no debiamos pelearnos, esa no era la manera de solucionar las cosas
Luego miré a Mània y le susurré sin que me oyerá Sezk:
-Por favor, ten paciencia, si te vuelve a decir algo no te diré nada, pero por el bien de todos no quiero que se arme un escandalo
Una vez el Sezk se marchó me dispuse a hablar con Mania sobre lo que habia oido de Alicia, al parecer habian encontrado libros de hechizos en un edificio Rocavarancoles, quería aprender magía, tenia que saber donde tenian ese libro y al menos hojearlo
-Mània...he oído que habéis encontrado unos libros de magia o algo por estilo...si no es molestia..quiero...decir...solo si quieres podriías enseñarme alguno de los libros-murmure avergonzado
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
17/12/11, 06:10 pm
Mark sale a recibirnos de muy buen humor. Parece sucio, cansado y... ¿algo herido? Sin embargo está bien, lo cual me alivia. Nos invita amblemente a pasar a la sala y nos pone al corriente de las cosas más importantes en pocas palabras. Me preocupa lo que ha dicho sobre que Sezk estaba suelto y lo del nuevo chico... Parece que él le había provocado una de las heridas. Mientras lo escuchaba me puse alerta y lleve la mano a la empuñadura de la cimitarra. Mientras hablábamos enseguida apareció Alphonse, lanza en mano, quien también parecía contento de vernos.
-Mark, Alphonse, me alegro mucho de veros -digo sinceramente-. Parece que todos estáis bien por aquí... salvo porque tenéis a un par de locos campando a sus anchas.
Atiendo a la explicación de Alphonse sobre lo que habían descubierto y estoy a punto de decir algo cuando aparece Vladimir.
-Buenas tardes, señor conde -sonrío burlonamente y realizo una breve reverencia-. Guarda las armas, parece que no nos persigue nada. Hemos visto una escena perturbadora en la cicatriz y decidimos que lo mejor era salir huyendo de allí.
Expliqué la situación un poco más de detalle y Alicia contó algo sobre los cristales, la magia, los talismanes y la biblioteca y los deja alucinados haciendo un simple hechizo. No me había fjado hasta ahora pero Alicia parecía hacer magia casi con tanta naturalidad como Giz. Estaba apunto de añadir algo cuando de pronto aparece Sezk. Ya nos había advertido Mark sobre ello, pero la situación se vuelve tensa al instante. Nos habla casi con cierta amigabilidad pero eso apenas relaja el ambiente.
La reacción de Mánia ante la presentación de Vladimir fue de genuino asombro, pero aunque pareció estar a punto de añadir algo más se contuvo. Sin embargo no dejó pasar el hecho de que Sezk la hubiese llamado "loca". Se encara a Sezk y no puedo evitar tener un mal presentimiento acerca de esta situación.
-Mánia, ten cuidado -trato de advertirle-. Sezk es peligroso, le hizo mucho daño a Caillech el día anterior a nuestra marcha.
No estaba seguro de que me fuese a hacer caso, pero por intentarlo...
La tensión se podría cortar con un cuchillo cuando Caillech y Sezk intercambian palabras poco agradables. Giz tampoco parece nada contento con la situación, pero la gota que colmó el vaso fue la aparición de Toima. Un chico de apariencia casi humana apareció en las escaleras. Hubiese pasado totalmente por un humano de no ser porque de pronto su pelo comenzó a moverse y a formar lo que parecían tentáculos. Saludando de forma maleducada, tal y como hizo notar Alicia, nos mostro una colección de duchillos que guardaba bajo su ropa en una actitud amenazante y arrogante. Sin pensarlo un segundo saqué mi cimitarra, esta vez había conseguir reunir el valor suficiente para empuñar el arma. Pero Giz fue más rápido. Un cuchillo salió volando de las manos del recién llegado y Giz lo desvió con un hechizo de impulso y el cuchillo cayó cerca de su dueño. Nunca había visto a Giz tan enfadado, pero compartía sus sentimientos. Siendo mucho más brusco que de costumbre se abrió paso por la sala y subió las escaleras, seguido apresuradamente por Alphonse. Alicia no tardó en seguirlos hablándole al nuevo con la misma brusquedad. Para mi propia sorpresa decidí ponerme en marcha yo también.
-Sezk, te aconsejo que te moderes, estoy seguro de que podemos convivir sin problemas si lo haces -miro a Caillech de reojo, Sezk la había provocado con un tema delicado para ella-. Además ahora Giz puede hacer magia y aunque Caillech y yo no podamos hemos estado entrenando duramente.
Era una verdad a medias, pues yo no había entrenado tanto, pero sí me sentía mucho más cómodo con el arma que antes. Al pasar junto a Toima me sentí más seguro de lo que creía que jamás hubiese podido. No me asustaban sus amenazas. Giz y los demás sabían hacer magia y seguro que nos protegerían.
-Hola, "señor kaiser" -le digo manteniendo la espada a media altura-. Yo soy Noel, un chico normal y corriente, a mí me gusta esta espada mucho, sobre todo cuando le pida a Giz que la envuelva en llamas -imito su "presentación" y le sonrío burlonamente mientras subo las escaleras.
No tenía ni idea de si se podía envolver una espada en llamas con magia pero es lo que se me ocurrió en ese mismo momento.
Sabía exactamente hacia donde había ido Giz y me apresuré a alcanzar el último piso del torreón. Allí estaban Giz, Alicia y Alphonse, charlando acerca de magia y de nuestros descubrimientos en general. Saludé a los pájaros que seguían igual de amenazantes que siempre y me acerqué a mis compañeros.
-Alphonse, ese chico de los tentáculos que tenéis es un tanto bravucón, ¿no crees? Casi lo encerraría a él antes que a Sezk.
A continuación saco mi libro de mapas y se lo muestro a Alphonse.
-El ambiente ahí abajo se está poniendo mal, confío en que Vladimir sabrá manejar la situación, yo prefiero esta pequeña reunión. Mira, Alphonse, este libro contiene mapas muy detallados de la ciudad. El torreón donde vivís se llama Maciel y el nuestro Letargo -se los señalo en el mapa-. Hemos sacado todos los libros de la biblioteca, está cerca de nuestro torreón. Podríamos ir mañana todos los que queráis para que conozcáis el camino -le indico los nombres de los lugares más destacables por los que hemos pasado: barrio de los callejones sin salida, cicatriz de arax, barrio derruido-. Y respecto a la magia seguro que Giz y Alicia te pueden enseñar mejores cosas... Tenemos un libro de magia con nosotros pero lo tenía Mánia. Aunque te advierto algo: parece que no todos podemos hacer magia. Entre nosotros Cail y yo no podemos, pero los demás sí. Especialmente Giz y Alicia parecen tener un talento natural para la magia.
-Mark, Alphonse, me alegro mucho de veros -digo sinceramente-. Parece que todos estáis bien por aquí... salvo porque tenéis a un par de locos campando a sus anchas.
Atiendo a la explicación de Alphonse sobre lo que habían descubierto y estoy a punto de decir algo cuando aparece Vladimir.
-Buenas tardes, señor conde -sonrío burlonamente y realizo una breve reverencia-. Guarda las armas, parece que no nos persigue nada. Hemos visto una escena perturbadora en la cicatriz y decidimos que lo mejor era salir huyendo de allí.
Expliqué la situación un poco más de detalle y Alicia contó algo sobre los cristales, la magia, los talismanes y la biblioteca y los deja alucinados haciendo un simple hechizo. No me había fjado hasta ahora pero Alicia parecía hacer magia casi con tanta naturalidad como Giz. Estaba apunto de añadir algo cuando de pronto aparece Sezk. Ya nos había advertido Mark sobre ello, pero la situación se vuelve tensa al instante. Nos habla casi con cierta amigabilidad pero eso apenas relaja el ambiente.
La reacción de Mánia ante la presentación de Vladimir fue de genuino asombro, pero aunque pareció estar a punto de añadir algo más se contuvo. Sin embargo no dejó pasar el hecho de que Sezk la hubiese llamado "loca". Se encara a Sezk y no puedo evitar tener un mal presentimiento acerca de esta situación.
-Mánia, ten cuidado -trato de advertirle-. Sezk es peligroso, le hizo mucho daño a Caillech el día anterior a nuestra marcha.
No estaba seguro de que me fuese a hacer caso, pero por intentarlo...
La tensión se podría cortar con un cuchillo cuando Caillech y Sezk intercambian palabras poco agradables. Giz tampoco parece nada contento con la situación, pero la gota que colmó el vaso fue la aparición de Toima. Un chico de apariencia casi humana apareció en las escaleras. Hubiese pasado totalmente por un humano de no ser porque de pronto su pelo comenzó a moverse y a formar lo que parecían tentáculos. Saludando de forma maleducada, tal y como hizo notar Alicia, nos mostro una colección de duchillos que guardaba bajo su ropa en una actitud amenazante y arrogante. Sin pensarlo un segundo saqué mi cimitarra, esta vez había conseguir reunir el valor suficiente para empuñar el arma. Pero Giz fue más rápido. Un cuchillo salió volando de las manos del recién llegado y Giz lo desvió con un hechizo de impulso y el cuchillo cayó cerca de su dueño. Nunca había visto a Giz tan enfadado, pero compartía sus sentimientos. Siendo mucho más brusco que de costumbre se abrió paso por la sala y subió las escaleras, seguido apresuradamente por Alphonse. Alicia no tardó en seguirlos hablándole al nuevo con la misma brusquedad. Para mi propia sorpresa decidí ponerme en marcha yo también.
-Sezk, te aconsejo que te moderes, estoy seguro de que podemos convivir sin problemas si lo haces -miro a Caillech de reojo, Sezk la había provocado con un tema delicado para ella-. Además ahora Giz puede hacer magia y aunque Caillech y yo no podamos hemos estado entrenando duramente.
Era una verdad a medias, pues yo no había entrenado tanto, pero sí me sentía mucho más cómodo con el arma que antes. Al pasar junto a Toima me sentí más seguro de lo que creía que jamás hubiese podido. No me asustaban sus amenazas. Giz y los demás sabían hacer magia y seguro que nos protegerían.
-Hola, "señor kaiser" -le digo manteniendo la espada a media altura-. Yo soy Noel, un chico normal y corriente, a mí me gusta esta espada mucho, sobre todo cuando le pida a Giz que la envuelva en llamas -imito su "presentación" y le sonrío burlonamente mientras subo las escaleras.
No tenía ni idea de si se podía envolver una espada en llamas con magia pero es lo que se me ocurrió en ese mismo momento.
Sabía exactamente hacia donde había ido Giz y me apresuré a alcanzar el último piso del torreón. Allí estaban Giz, Alicia y Alphonse, charlando acerca de magia y de nuestros descubrimientos en general. Saludé a los pájaros que seguían igual de amenazantes que siempre y me acerqué a mis compañeros.
-Alphonse, ese chico de los tentáculos que tenéis es un tanto bravucón, ¿no crees? Casi lo encerraría a él antes que a Sezk.
A continuación saco mi libro de mapas y se lo muestro a Alphonse.
-El ambiente ahí abajo se está poniendo mal, confío en que Vladimir sabrá manejar la situación, yo prefiero esta pequeña reunión. Mira, Alphonse, este libro contiene mapas muy detallados de la ciudad. El torreón donde vivís se llama Maciel y el nuestro Letargo -se los señalo en el mapa-. Hemos sacado todos los libros de la biblioteca, está cerca de nuestro torreón. Podríamos ir mañana todos los que queráis para que conozcáis el camino -le indico los nombres de los lugares más destacables por los que hemos pasado: barrio de los callejones sin salida, cicatriz de arax, barrio derruido-. Y respecto a la magia seguro que Giz y Alicia te pueden enseñar mejores cosas... Tenemos un libro de magia con nosotros pero lo tenía Mánia. Aunque te advierto algo: parece que no todos podemos hacer magia. Entre nosotros Cail y yo no podemos, pero los demás sí. Especialmente Giz y Alicia parecen tener un talento natural para la magia.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
17/12/11, 07:13 pm
A Mánia le chirriaban los dientes. El tono prepotente del lagarto no había variado lo más mínimo, de hecho, se había vuelto aún más malintencionado. Estaba claro que estaba tratando de provocar a Caillech, y había logrado provocarla a ella. << ¿Cortarme las manos? Yo si que le cortaré algo a él y estará un poco más abajo que la lengua...>> pensó, furibunda, y sus puños se afianzaron en sus armas. Estaba dispuesta a cortar al lagartijo en rebanadas...
El chico sumiso trató de refrenarla y Noel también hizo lo propio.
-Oh, ¿y por que sea peligroso hay que dejarle que haga lo que le salga de los huevos?- no había rastro de miedo en la voz de Noel, de hecho no había rastro de miedo en ninguno de los que vivían con aquel bicho, a excepción del chico sumiso. De hecho, el propio lagarto tan solo desprendía un fuerte olor a locura << Solo es un pobre enfermo mental...>> pensó Mánia al tiempo que sus oídos captaban las preguntas de Mark.
Su primera reacción fue buscar el libro y abrazarse a él como si temiese que el chico fuese a quitárselo. Cuando vio que las preguntas eran eso... preguntas, se calmó y enseguida se encaramó de nuevo al sillón con el libro sobre las piernas cruzadas para mostrárselo.
-Sí, hay una biblioteca y está llena de libros, hay también muchos de magia. Nosotros tenemos dos- dijo con orgullo, olvidando por un instante su enfado ante la perspectiva de poder mostrar sus conocimientos- Este lo acabamos de coger y es más completo que el otro. Para hacer un hechizo necesitas estos- le puso a Mark uno de sus talismanes en el cuello- Y pronunciar el conjuro que viene aquí- le mostró una página al azar- Algunos necesitan también hacer símbolos con las manos. Yo se muchos hechizos, aunque algunos son tan difíciles que no puedo hacerlos. Por ejemplo, Giz puede curar heridas más rápìdo que yo, aunque en este libro he encontrado un hechizo más potente que el que ya sabía. Mira- se hizo un corte en el brazo con sus propias garras sin dar la más mínima muestra de dolor, y pronunció el conjuro haciendo que la herida se cerrase casi al instante.- Hay hechizos muy divertidos, como el de hacer fuego, el de congelar o calentar cosas. El que Giz hizo antes era de impulso. Es muy divertido, puedes saltar muy alto con él...- Era algo extraño que Mánia hablase tanto con alguien que apenas conocía y que encima era un hombre, pero aquello era como jugar a las institutrices y le parecía divertido. Invitó a Mark a probar el hechizo de impulso, uno de los más fáciles, con un anillo, y miró a Sezk de reojo. Estaba hablando con el chico de los cuchillos que se había presentado de aquella forma tan tonta. ¿Qué les importaba a ellos que le gustasen los cuchillos? A ella también le gustaban y no se lo iba contando a todo le mundo. Los demás no parecían estar muy cómodos a su alrededor así que pensó en que seguramente sería otro enfermo mental. Tenía el pelo largo y blanco... no le gustaba el blanco, era un color vulgar... además reía raro... El lagarto hablaba con él en tono confidencial y aunque a Mánia no podía importarle menos de lo que estuviesen hablando, no les quitó ojo de encima mientras hacía levitar una pulsera entre sus manos para entretenerse.
El chico sumiso trató de refrenarla y Noel también hizo lo propio.
-Oh, ¿y por que sea peligroso hay que dejarle que haga lo que le salga de los huevos?- no había rastro de miedo en la voz de Noel, de hecho no había rastro de miedo en ninguno de los que vivían con aquel bicho, a excepción del chico sumiso. De hecho, el propio lagarto tan solo desprendía un fuerte olor a locura << Solo es un pobre enfermo mental...>> pensó Mánia al tiempo que sus oídos captaban las preguntas de Mark.
Su primera reacción fue buscar el libro y abrazarse a él como si temiese que el chico fuese a quitárselo. Cuando vio que las preguntas eran eso... preguntas, se calmó y enseguida se encaramó de nuevo al sillón con el libro sobre las piernas cruzadas para mostrárselo.
-Sí, hay una biblioteca y está llena de libros, hay también muchos de magia. Nosotros tenemos dos- dijo con orgullo, olvidando por un instante su enfado ante la perspectiva de poder mostrar sus conocimientos- Este lo acabamos de coger y es más completo que el otro. Para hacer un hechizo necesitas estos- le puso a Mark uno de sus talismanes en el cuello- Y pronunciar el conjuro que viene aquí- le mostró una página al azar- Algunos necesitan también hacer símbolos con las manos. Yo se muchos hechizos, aunque algunos son tan difíciles que no puedo hacerlos. Por ejemplo, Giz puede curar heridas más rápìdo que yo, aunque en este libro he encontrado un hechizo más potente que el que ya sabía. Mira- se hizo un corte en el brazo con sus propias garras sin dar la más mínima muestra de dolor, y pronunció el conjuro haciendo que la herida se cerrase casi al instante.- Hay hechizos muy divertidos, como el de hacer fuego, el de congelar o calentar cosas. El que Giz hizo antes era de impulso. Es muy divertido, puedes saltar muy alto con él...- Era algo extraño que Mánia hablase tanto con alguien que apenas conocía y que encima era un hombre, pero aquello era como jugar a las institutrices y le parecía divertido. Invitó a Mark a probar el hechizo de impulso, uno de los más fáciles, con un anillo, y miró a Sezk de reojo. Estaba hablando con el chico de los cuchillos que se había presentado de aquella forma tan tonta. ¿Qué les importaba a ellos que le gustasen los cuchillos? A ella también le gustaban y no se lo iba contando a todo le mundo. Los demás no parecían estar muy cómodos a su alrededor así que pensó en que seguramente sería otro enfermo mental. Tenía el pelo largo y blanco... no le gustaba el blanco, era un color vulgar... además reía raro... El lagarto hablaba con él en tono confidencial y aunque a Mánia no podía importarle menos de lo que estuviesen hablando, no les quitó ojo de encima mientras hacía levitar una pulsera entre sus manos para entretenerse.
- Martalar
Ficha de cosechado
Nombre: Hannah Lahey
Especie:
Habilidades: Vista de lince, automotivación y resistencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
17/12/11, 08:03 pm
Vaya. Fin de la conversación, al parecer.
Al instante, el piso de abajo se llena de ruido. Bajo a ver qué pasa. Después de la tranquilidad de estos días, me resulta extraño ver a tanta gente junta.
Pero sí, allí están algunos de los que fueron al otro torreón. Sabiendo la calma en la que hemos vivido últimamente, me siento tentada de preguntarles cómo les va, si todo está bien. Sin embargo, al instante vienen a mi cabeza imágenes de cuando todos vivíamos aquí.
Demasiadas peleas, para mi gusto. Y, si en realidad no me desagrada que se hayan marchado, no tengo por qué fingir alegría por su vuelta.
Hay saludos y, sin embargo, a pesar de que poso la vista sobre cada uno de ellos, no presto demasiada atención. El tiempo justo como para comprobar que a ninguno de ellos les falta nada.
Sí que me fijo en otro ser. Así que han ampliado la colección, pienso. Sonrío para mis adentros.
-¡Vaya, con lo a gusto que estábamos...! -murmuro, suspirando teatralmente-. ¿Y a qué habéis venido, si se puede saber?
Entonces, subo al último piso, siguiendo a Noel. Tenía la esperanza de poder ponerle la zancadilla mientras subía escaleras, pero camina bastante rápido... Bah, en realidad debería dejar gestos tan absurdos e infantiles como esos.
Arriba, escucho la conversación de aquellos que comienzan a hablar sobre sus respectivos descubrimientos. ¿Magia? ¿Libros de magia?
Quizás yo podría probar. ¿Quién sabe?
Al instante, el piso de abajo se llena de ruido. Bajo a ver qué pasa. Después de la tranquilidad de estos días, me resulta extraño ver a tanta gente junta.
Pero sí, allí están algunos de los que fueron al otro torreón. Sabiendo la calma en la que hemos vivido últimamente, me siento tentada de preguntarles cómo les va, si todo está bien. Sin embargo, al instante vienen a mi cabeza imágenes de cuando todos vivíamos aquí.
Demasiadas peleas, para mi gusto. Y, si en realidad no me desagrada que se hayan marchado, no tengo por qué fingir alegría por su vuelta.
Hay saludos y, sin embargo, a pesar de que poso la vista sobre cada uno de ellos, no presto demasiada atención. El tiempo justo como para comprobar que a ninguno de ellos les falta nada.
Sí que me fijo en otro ser. Así que han ampliado la colección, pienso. Sonrío para mis adentros.
-¡Vaya, con lo a gusto que estábamos...! -murmuro, suspirando teatralmente-. ¿Y a qué habéis venido, si se puede saber?
Entonces, subo al último piso, siguiendo a Noel. Tenía la esperanza de poder ponerle la zancadilla mientras subía escaleras, pero camina bastante rápido... Bah, en realidad debería dejar gestos tan absurdos e infantiles como esos.
Arriba, escucho la conversación de aquellos que comienzan a hablar sobre sus respectivos descubrimientos. ¿Magia? ¿Libros de magia?
Quizás yo podría probar. ¿Quién sabe?
El descenso hecho de desesperaciones y sin logros realiza un nuevo despertar que es un reverso de la desesperación.
Por lo que no podemos lograr, lo que se niega al amor, lo que hemos perdido en la anticipación... sigue un descenso, infinito e indestructible.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
17/12/11, 11:24 pm
Me cuesta entender que Vlad, Alphonse y el resto estén de acuerdo en dejar sueltos a Sezk y al Kaiser ese, pero ya más tranquilo, recapacito y caigo en la cuenta de que eso no es problema mío.<< No pertenezco a su tribu >>, por decirlo de forma que lo entienda de una vez. << Por tanto no soy nadie para cuestionar las decisiones que hayan tomado >>. Alphonse no tarda en subir, se le ve nervioso, o más bien excitado, y me reprocha la conducta de antes. Sin embargo no parece importarle mucho en realidad. Lo que quiere es algo muy distinto de un sermón.
-No te preocupes por los pájaros-le informo al tiempo que apago la vela-. Si respetas su espacio, ellos respetarán el tuyo. Pero ahora vamos a lo que quieres...-justo cuando iba a empezar a hablar, suben Noel y Alicia. Entre todos le explicamos cómo habíamos descubierto la biblioteca, lo de los cristales y los hechizos-. Si quieres, yo puedo enseñarte cómo hacer algún hechizo-me ofrezco después de la explicación grupal que habíamos hecho-. Porque abajo hay un libro de hechizos, pero es el de Mánia, y apuesto a que no podremos convencerla fácilmente de que nos lo preste-añado inusualmente sonriente-. De todas formas, esto será mejor hacerlo en otro piso, lejos del nido-y dicho esto, echo a andar hacia el estudio.
En todo el tiempo que habíamos hablado, he actuado como si no hubiera pasado nada abajo. Lamento mi comportamiento, de veras, y me gustaría haberles pedido perdón, pero hoy ya lo he hecho varias veces y cada vez parece que me cuesta más pronunciar las mismas palabras. Además, hoy ya he metido una pata hasta el fondo y no quiero meter la otra tratando de disculparme,lo cual es una posibilidad muy viable, tratándose de mí. Una vez en el estudio, me siento en el suelo y saco un par de talismanes de mi bolsa, de los que no requieren sangre. No sé si tienen aquí, pero no pasará nada porque les de un par o dos. Es más sano esto que dejarles hacerse cortes para cargar los otros, al menos hasta ver que pueden hacer magia y curarse. Mientras que espero a que bajen, hago aparecer una llama en mi mano izquierda, para después repetir el hechizo de forma con la derecha. La pequeña lengua de fuego va adquiriendo una forma redondeada muy simple, de la cual surgen varias líneas finas, hasta que consigue asemejarse a una araña garabateada por un niño pequeño. En ese momento, junto las palmas de ambas manos y la llama se esfuma seguida de una voluta de humo.
-No te preocupes por los pájaros-le informo al tiempo que apago la vela-. Si respetas su espacio, ellos respetarán el tuyo. Pero ahora vamos a lo que quieres...-justo cuando iba a empezar a hablar, suben Noel y Alicia. Entre todos le explicamos cómo habíamos descubierto la biblioteca, lo de los cristales y los hechizos-. Si quieres, yo puedo enseñarte cómo hacer algún hechizo-me ofrezco después de la explicación grupal que habíamos hecho-. Porque abajo hay un libro de hechizos, pero es el de Mánia, y apuesto a que no podremos convencerla fácilmente de que nos lo preste-añado inusualmente sonriente-. De todas formas, esto será mejor hacerlo en otro piso, lejos del nido-y dicho esto, echo a andar hacia el estudio.
En todo el tiempo que habíamos hablado, he actuado como si no hubiera pasado nada abajo. Lamento mi comportamiento, de veras, y me gustaría haberles pedido perdón, pero hoy ya lo he hecho varias veces y cada vez parece que me cuesta más pronunciar las mismas palabras. Además, hoy ya he metido una pata hasta el fondo y no quiero meter la otra tratando de disculparme,lo cual es una posibilidad muy viable, tratándose de mí. Una vez en el estudio, me siento en el suelo y saco un par de talismanes de mi bolsa, de los que no requieren sangre. No sé si tienen aquí, pero no pasará nada porque les de un par o dos. Es más sano esto que dejarles hacerse cortes para cargar los otros, al menos hasta ver que pueden hacer magia y curarse. Mientras que espero a que bajen, hago aparecer una llama en mi mano izquierda, para después repetir el hechizo de forma con la derecha. La pequeña lengua de fuego va adquiriendo una forma redondeada muy simple, de la cual surgen varias líneas finas, hasta que consigue asemejarse a una araña garabateada por un niño pequeño. En ese momento, junto las palmas de ambas manos y la llama se esfuma seguida de una voluta de humo.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Sevent
Ficha de cosechado
Nombre: Abel
Especie: Humano español
Habilidades: Intuición, imaginación y velocidadPersonajes :
Abel: humano español (1,90m)
Unidades mágicas : 5/5
Armas :
Abel: su arrolladora personalidad
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
18/12/11, 12:05 am
Mània reaccionó ante mis palabras bruscamente, lo primero que hizo fue aferrarse al libro de magia, como si temiera que se lo robara, al principio me dolió un poco, pero tenía que entender que al no conocerme ella podía desconfiar, no era culpa suya, quizás había sido demasiado brusco con tanta pregunte.Al final Mània pareció calmarse y me dió una charla explicativa sobre como realizar hechizos, yo atendía entusiasmado, por primera vez estaba disfrutando aprendiendo de algo,mis ojos se abrieron de par en par cuando me dijo de usar un hechizo, tenía que aplicarlo sobre un anillo, era un hechizo de impulso lo que significaba que lo podría mover o algo por estilo, estaba emocionado,como un crio al que le habían regalado un juguete nuevo, sin pensarlo mucho seguí las instrucciones de Mània, primero cogí el cristal que Mània había cargado, estaba algo vacío por el hechizo que Mània había ejecutado así que cortandome con éste lo recargué, además me sabía mal usar la energía que Mània había conseguido haciéndose daño, recite el hechizo y con un gesto algo teatral lo ejecute, sentí la energía fluir dentro de mí, energía que salió disparada hacía el anillo que contra mi voluntad salió disparado por los aires, poco a poco fui consiguiendo controlarlo, me costaba bastante,bueno,más bien era algo extraño, quizás el concepto de controlar un objeto que no tocaba era lo que más dificultaba que lo ejecutara correctamente, al final conseguí mover el anillo a mi mano
Sonreí como un tonto, había hecho magia, existía, era real...
Le devolví el anillo a Mània.Tras esto practique con ella el hechizo de invocar llamas, lo tuve que repetir más de 3 veces para que me saliera decente y tampoco estuve muy contento con el resultado,pero era magia,podía hacer magia,eso era lo importante
-Creo que debería aprender más hechizos, ahora estoy cansado...asi que me debería ir a dormir...mañana temprano, antes de que os vayáis -hice una pausa,no quería que se pensará que quería que se fueran, más bien quería todo lo contrario-pero,si os queréis quedar os podéis quedar....siempre seréis bienvenidos...-murmuré-bueno,lo que haré será baja y practicar el hechizo de Impulso y cuando te despiertes si no te molesta, me gustaría que me dejarás un rato el libro para aprenderme un par de hechizos,por favor-dije amablemente
A Mània parecía importarle mucho que no le quitaran ese libro, y me había ayudado mucho,la verdad es que le estaba muy agradecido, había sido una excelente profesora,y le agradecía que hubiera tenido tanta paciencia con un torpe como yo,la chica era muy amable y no como me pareció al principio,realmente el dicho es verdad:no se debe juzgar a la gente por las apariencias.Así que al final me despedí de ella y me fui a dormir
-Bueno, si necesitas cualquier cosa llama a mi habitación,o si no a Alphonse o a Vlad, este ultimo aunque sea algo excéntrico es buena persona, y ya sabes puedes elegir cualquier habitación que este vacía...y bueno...Muchas Gracias por enseñarme, de verás-dije sonriendo
Y sin mas parsimonia me dirigí a mi habitación, hoy había sido un dia agotador...
Ya no podía más conmigo mismo así que me tumbé y comencé a dormir
"Me encontraba en medio de una plazoleta lugubre rodeada enteramente de edificios extraños;un palicio en forma de L de color cobrizo en el que miles de espantos se apelotonaban, Una torre inclinada con forma de cuerda gigante hecha de cristal azulado, la cual sería hermosa si no fuera por las miles cucarachas que se movían dentro de ella rapidamente siempre con el mismo patrón de movimientos, los demás edificios eran de lo más curiosos también pero poco tiempo me dio para fijarme en ellos, ya que del castillo mencionado anteriormente salió una pasarela que llegó hasta mi para invitarme a pasar, iluso de mi me dirigí hacia el castillo y esta pasarela volvió sobre sus pasos llevando hacia éste
Una vez dentro me volví a encontrar con el escenario de mi anterior sueño, el mismo salón del trono, solo que en este no había trono ni esqueleto ni nada,solamente una cortina color escarlata con un símbolo en forma de espiral en él, me fui acercando poco a poco a este para descubrir que había detrás de la cortina.
Por suerte o desgracia la cortina se abrió sola cuando a duras penas había dado 3 pasos, detrás de ella se encontraban dos figuras desconocidas para mí.
La primera de ella era un enorme basilisco(tanto, que la cupula del castillo había sido destrozada para que cabiera su cabeza) cuyas escamas estaban recubiertas de pelo, pelo moreno y sedoso,pelo....de perro?Mire más hacia arriba y pude observar que el basilisco no tenía cabeza de víbora,aunque si algo parecido, las escamas convergían en la mitad superior desnuda del cuerpo de Hannah, su cara era diferente,sus ojos habían tomado un color entre verdoso y rojizo,y sus facciones se habían vuelto afiladas, a la vez su cabello era mucho,pero que mucho más largo, y había ennegrecido en gran parte
La segunda figura era una versión de Alphonse con dos alas de fuego, al lado de Hannah era diminuto,aunque yo no era el más indicado para hablar...Alphonse también había cambiado físicamente , era mas corpulento y su pelo se había acortado..., llevaba una gran cimitarra como arma y parecía dispuesto a usarla si se daba el caso
Me dirigí hacia ellos con miedo, las anteriores versiones de Alphonse y Hannah en mis sueños habían sido ridículas;un colibrí y un perro, en cambio estas versiones eran imponentes y muy valiente había que ser para enfrentarse con ellos en mi situación
A medio pensar Hannah comenzó a hablar
-Bienvenido Mark-siseó
-No te preocupes,no estamos aquí para hacerte daño-siguió Alphonse-debes confiar en nosotros
Confiar en vosotros? Si ni siquiera se si sois Hannah y Alphonse
Hannah como leyendó mis pensamientos me contesto
-Creeme o no, no me importa, él es Alphonse y yo Hannah, al menos la imagen que tienes de nosotros en tu mente pero...tranquilo esta vez no te voy gritar, solo vengo a informarte-siseó, al hablar podía ver su lengua bífida moverse en circulos-el lugar de donde provenimos tu mente, todo aquí es parte de ti, y a la vez no lo es, es parte del mundo...información de este recopilada en las entrañas de tu ser, mezclandose y formando imágenes difusas. Reales o no? eso que más da...estamos en un mundo con magia, todo puede ser cierto-una carcajada se le escapo entre un siseo-Lo importante y lo que tiene que saber es que aquí dentro tienes lo que mucha gente ansia, la verdad del mundo, no te puedo dar más información,aunque ya me gustaría, lo juro por ahora solo te puedo decir una cosa, busca la verdad, esta aquí, en la gran biblioteca de tu ser,busca la verdad...
Fue entonces,cuando el discurso de Hannah paro, interrumpido por Alphonse
-Yo te guiaré, es mi cometido, para eso estoy aquí, mejor dicho para eso me has creado
Yo, me encontraba en estado de shock,no sabía que decir, la verdad se encontraba aquí y tenía que buscarla...que estupidez era esa...
Alphonse lanzó un conjuro y,sin previo aviso todo comenzó a dar vueltas y vueltas, lo único que recuerdo antes de desmayarme fue la cara de Alphonse que giraba a mi alrededor , cuyos ojos estaban rodeados de pequeñas chispas de fuego.
Al despertarme me encontraba en una gran biblioteca,mejor dicho, inmensa, no veía las paredes de esta,ni detrás no delante ni a los lados,yo, me encontraba en medio de esta,supongo que lo de la biblioteca de mi ser no era una metáfora sino algo literal...Corrí hasta la desesperación buscando una salida pero no conseguí más que cansarme tontamente.
Poco a poco me di cuenta de que para salir de aquí tenía que encontrar la verdad de la que Hannah y Alphonse me habían hablado,no se a que se referían pero debía buscarla...busque libro a libro estantería a estantería, por desgracia lo único que encontré fueron libros de fantasía estúpidos y sin sentido
De repente una voz que venia de la nada comenzó hablar
-Decepcionante...parece ser que aún no estás preparado, bueno eso si es verdad que el proceso es prematuro...
De que hablaba? Que proceso?
-Quizás deberíamos buscar otra verdad, quizás una verdad más obvia, una verdad totalmente diferente a la que esos dos lacayos te han mandado ir a ver....la verdad más obvia y a la vez la que mas cuesta ver...
No se como pero al final acabe en una habitación oscura, totalmente negra,sin nada de luz, solo podía verme a mi y el polvo que removían mis pies
-Entonces,cuentame,Has sido feliz hasta ahora?dime la verdad, vamos no seas tímido
Dude un momento, quien era el que se escondía tras esa voz?y más importante aún,que quería de mí?
-ES UNA ORDEN!,DIMELO!ENSEÑAME TODO LO QUE HAS VIVIDO,MUESTRAMELO AHORA MISMO,AQUÍ Y AHORA!-gritó la voz
Eso si que me había asustado, que quería esa voz de mi ? Ya estaba agotado,pero parecía que no me quedaba opción
-Si te cuento todo lo que quieras....me dejaras salir de aquí?-susurré
-Si, claro, esa es la única forma de que salgas de aquí-dijo la voz en un tono mas dulce
Tras toser un rato me dispuse a comenzar, a contarle todo,a contarle todo desde el día desde que nací
<Nací un 13 de Abril, día que ya ahuguraba la desgracia que iba a ocurrir... mi hermana murió en el parto ahorcada por mí,por mi cordón umbilical, desde ese día mis padres vivieron obsesionados con mi bienestar, por suerte a los 6 años se olvidaron en gran parte de ella, ya no se preocupaban tanto, aun y así seguían siendo atentos y amables conmigo, más de lo normal...me daban todo lo que quería, todo lo que pedía...yo,no era consciente de la suerte que tenía, no era maldad, era ingenuidad lo que tenía, era un crio completamente inocente, sin maldad alguna, no me daba cuenta de lo que pasaba alrededor...ni de que hería a los demás, ni de los sufrimientos ajenos, de absolutamente nada, solo me preocupaba de mí,anteponía mi bienestar al de los demás, no era egoísta, simplemente no sabía que los demás sufrían...no sabia nada...poco a poco mis amigos se fueron alejando de mi, poco queria saberme yo de ellos también,y al final me quede solo.Fue a los 8 años cuando comencé a darme cuenta de mi error, nadie hablaba conmigo, todos me trataban de bicho raro y nadie me quería tener como amigo...poco a poco conseguí tener un grupo de amigos, no eran muchos pero me habitué,por ese entonces había cambiado mucho... Me habia vuelto una persona extrovertida, DEMASIADO extrovertida,hacía muchas veces el ridiculo por lo que pensaba y por supuesto decía, hablaba de cosas que no debía hablar ni decir,no, eso no era exactamente lo que pasaba, si hubieran sido mis amigos de verdad ellos nunca habrían dicho nada..., todos mis secretos fueron revelados a las demás personas y poco a poco me di cuenta de lo que pasaba, ellos se burlaban de mí a mis espaldas, contaba todo lo que les decía, absolutamente todo.....
Desde ese entonces me volví callado, serio, inseguro de mi mismo, nadie ni nada era bueno para mí, me alejaba de los demás para no ser traicionado....
Un día llamo a mi puerta una chica, o mejor dicho 3 meses de felicidad, por ese entonces tenía 11 años y a 4 meses de cumplir 12. Como dije llamo a la puerta, la chica era nueva en el barrio, se acababa de mudar desde Inglaterra, Londrés...la chica era bondadosa cariños y extrovertida...solo vino a presentarse como nueva vecina pero al final acabamos siendo inseparables,como ya dije la felicidad duró bien poco, un mes antes de mi cumpleaños oí la conversación que destruiría toda esa felicidad:
-Oye, por que vas con ese ?-le preguntó una de sus amigas
Ella se rió a carcajada limpia
-Me da pena...Si no fuera porque somos vecinos no le dirigiría la palabra
Volvió a reír estrepitosamente, esa risa se clavó en mi corazon como un puñal envenenado,lo peor de todo fue que me vio, me miro fijamente y se comenzó a reír, en ese momento pensé que me iba a volver loco, salí corriendo del colegio, y llegue a casa mientras lloraba desconsoladamente..
Ese mismo día me dieron la noticia...había matado a mi hermana...
Escape de casa, estuve fuera hasta el día de mi cumpleaños, la policía me encontró durmiendo debajo de un puente para ese entonces
Luego de eso corrieron rumores extraños, no volví a hablar con ella..y desde ese entonces me volví como soy ahora...>
Termine mi relato con un suspiro,no me había dado cuenta de que habita tenido cerrados los ojos todo este tiempo,para cuando los abrí,la oscura habitación se habia llenado con imágenes de mis memorias
-Muy bien, entonces...crees que has sido y eres feliz?-dijo la voz
-Absolutamente-no dude en decirlo ni un segundo
-Como? Con todo lo que te ha pasado? Sigues podiendo sonreir?
-si, hay gente que sufre mucho más que yo, esa gente no se lo merece, es injusto....así que pienso que soy afortunado por tener la vida que tengo...
-Mentira.....eso es mentira, ¿no es verdad que piensas que tu tampoco te lo mereces? ¿Que no te merecías nada de lo que ha pasado?¿ que todo, todo lo que ha pasrado es culpa suya y no tuya...?
¿Que decía?Estaba loco?¿Como iba a pensar esas cosas?
-No....no, yo creo que me lo merezco....si de pequeño me hubiera fijado más en lo que sentían los demás y no solo en mi mismo, nada de esto hubiera pasado...es culpa mía, no suya...por eso yo ahora...-dije
-Ahora ¿Que? Finges ser feliz a todas horas, finges ser una persona que no eres, finges ser inocente y bueno, pero, en el fondo lo sabes, los odias, a todos...crees que son mejores que tú, que se burlan a tus espaldas, y que merecerían sufrir tanto o mas de lo que tu has sufrido
No, eso era mentira...tenía que ser mentira, yo....no era así, no aparentaba ser nada...no, no les odiaba...no se merecían eso....
-No, yo...eso no es verdad...yo no pienso eso...-dije
-Si, si que lo es
De repente del techo de la habitación una figura femenina apareció, era mi hermana, una versión adulta de ella, el escenario se volvió como el del primer sueño que tuve en Rocavarancolia, ambos forcejeamos en nuestra clase totalmente cerrada
-Los odias, a todos, piensas que te mereces ser mejor, mucho mejor que ellos, ser feliz, eres egoísta y caprichoso,pero..¿Y que mas da? Te lo mereces todo ¿No es así?-dijo ella
-NO! No es verdad...Nunca he querido ser mejor que ellos...y solo por haber sufrido un poco en esta vida, no me merezco todo eso...todo lo contrario...debería ser más infeliz, tengo mucha suerte, suerte, que no debería tener, y doy gracias de tenerla
Mi hermana enfureció, tanto que consiguió tirarme al suelo, y, como en el anterior sueño comenzó a acuchillarme
-ENTONCES, DIME DE UNA VEZ¿QUIEN SOY YO?
Su cuerpo y rostro cambiaban a cada cuchillada, me di cuenta que cambiaban por el orden en el que conocí a las personas, desde la primera a la última, los ultimos rostros que vi fueron los de mis compañeros de torreón, el antepenúltimo Toima, y el penúltimo Mània,y el ultimo...el ultimo fue mi rostro...y antes de darme la cuchillada que me mataría me dijo
-Entonces,¿Lo sabes? Dimelo, y todo esto acabara.
-Lo se, pero no pienso decirlo
La ultima cuchillada fue la mas dolorosa de todas, me dio justamente en mi cabeza, en el centro....un dolor punzante y agudo, que no me haría olvidar el sueño"
Sonreí como un tonto, había hecho magia, existía, era real...
Le devolví el anillo a Mània.Tras esto practique con ella el hechizo de invocar llamas, lo tuve que repetir más de 3 veces para que me saliera decente y tampoco estuve muy contento con el resultado,pero era magia,podía hacer magia,eso era lo importante
-Creo que debería aprender más hechizos, ahora estoy cansado...asi que me debería ir a dormir...mañana temprano, antes de que os vayáis -hice una pausa,no quería que se pensará que quería que se fueran, más bien quería todo lo contrario-pero,si os queréis quedar os podéis quedar....siempre seréis bienvenidos...-murmuré-bueno,lo que haré será baja y practicar el hechizo de Impulso y cuando te despiertes si no te molesta, me gustaría que me dejarás un rato el libro para aprenderme un par de hechizos,por favor-dije amablemente
A Mània parecía importarle mucho que no le quitaran ese libro, y me había ayudado mucho,la verdad es que le estaba muy agradecido, había sido una excelente profesora,y le agradecía que hubiera tenido tanta paciencia con un torpe como yo,la chica era muy amable y no como me pareció al principio,realmente el dicho es verdad:no se debe juzgar a la gente por las apariencias.Así que al final me despedí de ella y me fui a dormir
-Bueno, si necesitas cualquier cosa llama a mi habitación,o si no a Alphonse o a Vlad, este ultimo aunque sea algo excéntrico es buena persona, y ya sabes puedes elegir cualquier habitación que este vacía...y bueno...Muchas Gracias por enseñarme, de verás-dije sonriendo
Y sin mas parsimonia me dirigí a mi habitación, hoy había sido un dia agotador...
Ya no podía más conmigo mismo así que me tumbé y comencé a dormir
"Me encontraba en medio de una plazoleta lugubre rodeada enteramente de edificios extraños;un palicio en forma de L de color cobrizo en el que miles de espantos se apelotonaban, Una torre inclinada con forma de cuerda gigante hecha de cristal azulado, la cual sería hermosa si no fuera por las miles cucarachas que se movían dentro de ella rapidamente siempre con el mismo patrón de movimientos, los demás edificios eran de lo más curiosos también pero poco tiempo me dio para fijarme en ellos, ya que del castillo mencionado anteriormente salió una pasarela que llegó hasta mi para invitarme a pasar, iluso de mi me dirigí hacia el castillo y esta pasarela volvió sobre sus pasos llevando hacia éste
Una vez dentro me volví a encontrar con el escenario de mi anterior sueño, el mismo salón del trono, solo que en este no había trono ni esqueleto ni nada,solamente una cortina color escarlata con un símbolo en forma de espiral en él, me fui acercando poco a poco a este para descubrir que había detrás de la cortina.
Por suerte o desgracia la cortina se abrió sola cuando a duras penas había dado 3 pasos, detrás de ella se encontraban dos figuras desconocidas para mí.
La primera de ella era un enorme basilisco(tanto, que la cupula del castillo había sido destrozada para que cabiera su cabeza) cuyas escamas estaban recubiertas de pelo, pelo moreno y sedoso,pelo....de perro?Mire más hacia arriba y pude observar que el basilisco no tenía cabeza de víbora,aunque si algo parecido, las escamas convergían en la mitad superior desnuda del cuerpo de Hannah, su cara era diferente,sus ojos habían tomado un color entre verdoso y rojizo,y sus facciones se habían vuelto afiladas, a la vez su cabello era mucho,pero que mucho más largo, y había ennegrecido en gran parte
La segunda figura era una versión de Alphonse con dos alas de fuego, al lado de Hannah era diminuto,aunque yo no era el más indicado para hablar...Alphonse también había cambiado físicamente , era mas corpulento y su pelo se había acortado..., llevaba una gran cimitarra como arma y parecía dispuesto a usarla si se daba el caso
Me dirigí hacia ellos con miedo, las anteriores versiones de Alphonse y Hannah en mis sueños habían sido ridículas;un colibrí y un perro, en cambio estas versiones eran imponentes y muy valiente había que ser para enfrentarse con ellos en mi situación
A medio pensar Hannah comenzó a hablar
-Bienvenido Mark-siseó
-No te preocupes,no estamos aquí para hacerte daño-siguió Alphonse-debes confiar en nosotros
Confiar en vosotros? Si ni siquiera se si sois Hannah y Alphonse
Hannah como leyendó mis pensamientos me contesto
-Creeme o no, no me importa, él es Alphonse y yo Hannah, al menos la imagen que tienes de nosotros en tu mente pero...tranquilo esta vez no te voy gritar, solo vengo a informarte-siseó, al hablar podía ver su lengua bífida moverse en circulos-el lugar de donde provenimos tu mente, todo aquí es parte de ti, y a la vez no lo es, es parte del mundo...información de este recopilada en las entrañas de tu ser, mezclandose y formando imágenes difusas. Reales o no? eso que más da...estamos en un mundo con magia, todo puede ser cierto-una carcajada se le escapo entre un siseo-Lo importante y lo que tiene que saber es que aquí dentro tienes lo que mucha gente ansia, la verdad del mundo, no te puedo dar más información,aunque ya me gustaría, lo juro por ahora solo te puedo decir una cosa, busca la verdad, esta aquí, en la gran biblioteca de tu ser,busca la verdad...
Fue entonces,cuando el discurso de Hannah paro, interrumpido por Alphonse
-Yo te guiaré, es mi cometido, para eso estoy aquí, mejor dicho para eso me has creado
Yo, me encontraba en estado de shock,no sabía que decir, la verdad se encontraba aquí y tenía que buscarla...que estupidez era esa...
Alphonse lanzó un conjuro y,sin previo aviso todo comenzó a dar vueltas y vueltas, lo único que recuerdo antes de desmayarme fue la cara de Alphonse que giraba a mi alrededor , cuyos ojos estaban rodeados de pequeñas chispas de fuego.
Al despertarme me encontraba en una gran biblioteca,mejor dicho, inmensa, no veía las paredes de esta,ni detrás no delante ni a los lados,yo, me encontraba en medio de esta,supongo que lo de la biblioteca de mi ser no era una metáfora sino algo literal...Corrí hasta la desesperación buscando una salida pero no conseguí más que cansarme tontamente.
Poco a poco me di cuenta de que para salir de aquí tenía que encontrar la verdad de la que Hannah y Alphonse me habían hablado,no se a que se referían pero debía buscarla...busque libro a libro estantería a estantería, por desgracia lo único que encontré fueron libros de fantasía estúpidos y sin sentido
De repente una voz que venia de la nada comenzó hablar
-Decepcionante...parece ser que aún no estás preparado, bueno eso si es verdad que el proceso es prematuro...
De que hablaba? Que proceso?
-Quizás deberíamos buscar otra verdad, quizás una verdad más obvia, una verdad totalmente diferente a la que esos dos lacayos te han mandado ir a ver....la verdad más obvia y a la vez la que mas cuesta ver...
No se como pero al final acabe en una habitación oscura, totalmente negra,sin nada de luz, solo podía verme a mi y el polvo que removían mis pies
-Entonces,cuentame,Has sido feliz hasta ahora?dime la verdad, vamos no seas tímido
Dude un momento, quien era el que se escondía tras esa voz?y más importante aún,que quería de mí?
-ES UNA ORDEN!,DIMELO!ENSEÑAME TODO LO QUE HAS VIVIDO,MUESTRAMELO AHORA MISMO,AQUÍ Y AHORA!-gritó la voz
Eso si que me había asustado, que quería esa voz de mi ? Ya estaba agotado,pero parecía que no me quedaba opción
-Si te cuento todo lo que quieras....me dejaras salir de aquí?-susurré
-Si, claro, esa es la única forma de que salgas de aquí-dijo la voz en un tono mas dulce
Tras toser un rato me dispuse a comenzar, a contarle todo,a contarle todo desde el día desde que nací
<Nací un 13 de Abril, día que ya ahuguraba la desgracia que iba a ocurrir... mi hermana murió en el parto ahorcada por mí,por mi cordón umbilical, desde ese día mis padres vivieron obsesionados con mi bienestar, por suerte a los 6 años se olvidaron en gran parte de ella, ya no se preocupaban tanto, aun y así seguían siendo atentos y amables conmigo, más de lo normal...me daban todo lo que quería, todo lo que pedía...yo,no era consciente de la suerte que tenía, no era maldad, era ingenuidad lo que tenía, era un crio completamente inocente, sin maldad alguna, no me daba cuenta de lo que pasaba alrededor...ni de que hería a los demás, ni de los sufrimientos ajenos, de absolutamente nada, solo me preocupaba de mí,anteponía mi bienestar al de los demás, no era egoísta, simplemente no sabía que los demás sufrían...no sabia nada...poco a poco mis amigos se fueron alejando de mi, poco queria saberme yo de ellos también,y al final me quede solo.Fue a los 8 años cuando comencé a darme cuenta de mi error, nadie hablaba conmigo, todos me trataban de bicho raro y nadie me quería tener como amigo...poco a poco conseguí tener un grupo de amigos, no eran muchos pero me habitué,por ese entonces había cambiado mucho... Me habia vuelto una persona extrovertida, DEMASIADO extrovertida,hacía muchas veces el ridiculo por lo que pensaba y por supuesto decía, hablaba de cosas que no debía hablar ni decir,no, eso no era exactamente lo que pasaba, si hubieran sido mis amigos de verdad ellos nunca habrían dicho nada..., todos mis secretos fueron revelados a las demás personas y poco a poco me di cuenta de lo que pasaba, ellos se burlaban de mí a mis espaldas, contaba todo lo que les decía, absolutamente todo.....
Desde ese entonces me volví callado, serio, inseguro de mi mismo, nadie ni nada era bueno para mí, me alejaba de los demás para no ser traicionado....
Un día llamo a mi puerta una chica, o mejor dicho 3 meses de felicidad, por ese entonces tenía 11 años y a 4 meses de cumplir 12. Como dije llamo a la puerta, la chica era nueva en el barrio, se acababa de mudar desde Inglaterra, Londrés...la chica era bondadosa cariños y extrovertida...solo vino a presentarse como nueva vecina pero al final acabamos siendo inseparables,como ya dije la felicidad duró bien poco, un mes antes de mi cumpleaños oí la conversación que destruiría toda esa felicidad:
-Oye, por que vas con ese ?-le preguntó una de sus amigas
Ella se rió a carcajada limpia
-Me da pena...Si no fuera porque somos vecinos no le dirigiría la palabra
Volvió a reír estrepitosamente, esa risa se clavó en mi corazon como un puñal envenenado,lo peor de todo fue que me vio, me miro fijamente y se comenzó a reír, en ese momento pensé que me iba a volver loco, salí corriendo del colegio, y llegue a casa mientras lloraba desconsoladamente..
Ese mismo día me dieron la noticia...había matado a mi hermana...
Escape de casa, estuve fuera hasta el día de mi cumpleaños, la policía me encontró durmiendo debajo de un puente para ese entonces
Luego de eso corrieron rumores extraños, no volví a hablar con ella..y desde ese entonces me volví como soy ahora...>
Termine mi relato con un suspiro,no me había dado cuenta de que habita tenido cerrados los ojos todo este tiempo,para cuando los abrí,la oscura habitación se habia llenado con imágenes de mis memorias
-Muy bien, entonces...crees que has sido y eres feliz?-dijo la voz
-Absolutamente-no dude en decirlo ni un segundo
-Como? Con todo lo que te ha pasado? Sigues podiendo sonreir?
-si, hay gente que sufre mucho más que yo, esa gente no se lo merece, es injusto....así que pienso que soy afortunado por tener la vida que tengo...
-Mentira.....eso es mentira, ¿no es verdad que piensas que tu tampoco te lo mereces? ¿Que no te merecías nada de lo que ha pasado?¿ que todo, todo lo que ha pasrado es culpa suya y no tuya...?
¿Que decía?Estaba loco?¿Como iba a pensar esas cosas?
-No....no, yo creo que me lo merezco....si de pequeño me hubiera fijado más en lo que sentían los demás y no solo en mi mismo, nada de esto hubiera pasado...es culpa mía, no suya...por eso yo ahora...-dije
-Ahora ¿Que? Finges ser feliz a todas horas, finges ser una persona que no eres, finges ser inocente y bueno, pero, en el fondo lo sabes, los odias, a todos...crees que son mejores que tú, que se burlan a tus espaldas, y que merecerían sufrir tanto o mas de lo que tu has sufrido
No, eso era mentira...tenía que ser mentira, yo....no era así, no aparentaba ser nada...no, no les odiaba...no se merecían eso....
-No, yo...eso no es verdad...yo no pienso eso...-dije
-Si, si que lo es
De repente del techo de la habitación una figura femenina apareció, era mi hermana, una versión adulta de ella, el escenario se volvió como el del primer sueño que tuve en Rocavarancolia, ambos forcejeamos en nuestra clase totalmente cerrada
-Los odias, a todos, piensas que te mereces ser mejor, mucho mejor que ellos, ser feliz, eres egoísta y caprichoso,pero..¿Y que mas da? Te lo mereces todo ¿No es así?-dijo ella
-NO! No es verdad...Nunca he querido ser mejor que ellos...y solo por haber sufrido un poco en esta vida, no me merezco todo eso...todo lo contrario...debería ser más infeliz, tengo mucha suerte, suerte, que no debería tener, y doy gracias de tenerla
Mi hermana enfureció, tanto que consiguió tirarme al suelo, y, como en el anterior sueño comenzó a acuchillarme
-ENTONCES, DIME DE UNA VEZ¿QUIEN SOY YO?
Su cuerpo y rostro cambiaban a cada cuchillada, me di cuenta que cambiaban por el orden en el que conocí a las personas, desde la primera a la última, los ultimos rostros que vi fueron los de mis compañeros de torreón, el antepenúltimo Toima, y el penúltimo Mània,y el ultimo...el ultimo fue mi rostro...y antes de darme la cuchillada que me mataría me dijo
-Entonces,¿Lo sabes? Dimelo, y todo esto acabara.
-Lo se, pero no pienso decirlo
La ultima cuchillada fue la mas dolorosa de todas, me dio justamente en mi cabeza, en el centro....un dolor punzante y agudo, que no me haría olvidar el sueño"
Ven conmigo,Ven conmigo por la ciudad,ven conmigo, desatemos un vendaval, esta noche, no me importa lo que dirán
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
18/12/11, 12:07 am
Toima reaccionó deleitandose con cada una de las reacciones de los invitados. Con sus amenaza y furia, probablemente por la tensión que tenian aparentemente con Sezk, Toima ya pensaba que alguno se abalanzaria sobre él, y su rostro apareceria en sueños. El pequeño lagarto fue el primero en moverse que, cargado de furia, se lanzó a coger el cuchillo que Toima habia lanzado.
Crío estúpido, ese pesa demasiado para tí. No conseguirás darme a esta distancia.
Sin embargo, Toima, abrio los ojos desorbitadamente cuando vio que el chico golpeaba el marco de la puerta y el cuchillo salia disparado. Aquello no era real ni lógico asi que por instinto un segundo cuchillo se resbaló en su mano cuando creyó encontrarse en peligro. El pequeño se calmó y subio las escaleras, antes de dejarle claro que no le agradaba. Toima río brevemente, mientras se apartaba para dejarle pasar.
-No deberias de culparle a los cuchillos que no tengas coraje para matar a alguien, enano.-y entonces se giró de nuevo a los invitados, algunos seguian reaccionando ante su llegada. El otro lagarto es el siguente en reaccionar. Toima guardó silenciosamente su hoja en el mecanismo oculto. Se crujio el cuello y se quedó con la mirada perdida mientras la mujer continuaba su discurso. Ya le sorprendian sus rasgos de reptil, sumados a que era ligeramente más alto que él. Siguio hablando y hablando. No callaba. Toima estaba pensando en como, seguramente, seguiria hablando si le cortase la lengua. Era aburrido aquello...SAlvo la parte de las peleas, eso le hizo emocionarse momentaneamente para desilusionarse al instante. Solo los imbeciles creian que tenian las de vencer. Toima se hurgó finalmente en el oido y le dio una toba a un poco de cerumen que habia quedado en el dedo. Un silencio escaso, fue roto por la estridente voz del Ulterano.
-¿Ya has terminado?-se crujio el cuello y se centró en el resto. De momento, aquellos invitados estaban resultando un chasco. La ciudad los devoraria.
Esta vez, otra mujer, pero de la raza de los pelicortos se envalentonó y se enfretó a él. Otra que soltaba un discursito. Toima estuvo por irse, no quedaban muchos que podian interesarle. Solo mujeres y crios. Mujeres charlatanas y crios ingenuos. Suspiró y no dijo nada hasta que la mujer subio escaleras arriba.
-Tsk...Zorra...-soltó de pronto.
Cuando se iba a ir, se fijó en el otro crio, el chico con la cimitarra desenvainada. Eran carne de cañon, pero en sus manos podrian acabar como verdaderos asesinos. Sonrio macabramente, mostrando las hileras de colmillos que recorrian su boca. Si de verdad se abalanzaba sobre él, tenia pensado dejarle con vida pero no podia dejarle en perfecto estado no. La naturaleza fue sabia al darle dos manos. Toima río con una cacofonia, algo desafiante y escuchó lo que el crío tenia que decir. Una amenaza directa y simple. Le gustaba el estilo del crio. Le revolvio el pelo.
-Me caes bien crio. Una espada es un buen arma. Pero no te olvides que lso demás tambien tienen las suyas. Si quieres, un dia de estos te puedo enseñar la mejor manera de matar a tus amigos.-y entonces se apartó, riendo como un maniaco mientras atendia a la llamada de Sezk.
-¿Quieres decir una alianza?-Toima río brevemente.-No me hagas reir. Yo no soy de confianza para ti ni tu para mi. De momento, mi alianza es con el torreon, asi que no dudes de que si causas problemas a la gente de aqui, que mis cuchillos no aterritaran sobre tu garganta. Por otra parte, el pequeño circo de monstruitos me ha demostrado que estos corderos tienen garras, pero sin afilar. No quiero ser yo el que les provoque...Mejor será que les mate a todos mientras duerma si...-y rio en voz baja, infantil mente. Extrajo una pastilla y se la tomó, tranquilizandose. Su mirada se quedo perdida en el techo.
¿Por donde iba?
-Ah si, la alianza...Acepto tu trato, de demente a demente. Pero esto será mejor que no lo sepa nadie.-dijo entonces levantando su mirada por encima del hombro del lagarto, lanzando una mirada inquisitiva a la cria que no habia reaccionado con su llegada. Sin duda le gustaria que hubiera reaccionado, como los demás.
Crío estúpido, ese pesa demasiado para tí. No conseguirás darme a esta distancia.
Sin embargo, Toima, abrio los ojos desorbitadamente cuando vio que el chico golpeaba el marco de la puerta y el cuchillo salia disparado. Aquello no era real ni lógico asi que por instinto un segundo cuchillo se resbaló en su mano cuando creyó encontrarse en peligro. El pequeño se calmó y subio las escaleras, antes de dejarle claro que no le agradaba. Toima río brevemente, mientras se apartaba para dejarle pasar.
-No deberias de culparle a los cuchillos que no tengas coraje para matar a alguien, enano.-y entonces se giró de nuevo a los invitados, algunos seguian reaccionando ante su llegada. El otro lagarto es el siguente en reaccionar. Toima guardó silenciosamente su hoja en el mecanismo oculto. Se crujio el cuello y se quedó con la mirada perdida mientras la mujer continuaba su discurso. Ya le sorprendian sus rasgos de reptil, sumados a que era ligeramente más alto que él. Siguio hablando y hablando. No callaba. Toima estaba pensando en como, seguramente, seguiria hablando si le cortase la lengua. Era aburrido aquello...SAlvo la parte de las peleas, eso le hizo emocionarse momentaneamente para desilusionarse al instante. Solo los imbeciles creian que tenian las de vencer. Toima se hurgó finalmente en el oido y le dio una toba a un poco de cerumen que habia quedado en el dedo. Un silencio escaso, fue roto por la estridente voz del Ulterano.
-¿Ya has terminado?-se crujio el cuello y se centró en el resto. De momento, aquellos invitados estaban resultando un chasco. La ciudad los devoraria.
Esta vez, otra mujer, pero de la raza de los pelicortos se envalentonó y se enfretó a él. Otra que soltaba un discursito. Toima estuvo por irse, no quedaban muchos que podian interesarle. Solo mujeres y crios. Mujeres charlatanas y crios ingenuos. Suspiró y no dijo nada hasta que la mujer subio escaleras arriba.
-Tsk...Zorra...-soltó de pronto.
Cuando se iba a ir, se fijó en el otro crio, el chico con la cimitarra desenvainada. Eran carne de cañon, pero en sus manos podrian acabar como verdaderos asesinos. Sonrio macabramente, mostrando las hileras de colmillos que recorrian su boca. Si de verdad se abalanzaba sobre él, tenia pensado dejarle con vida pero no podia dejarle en perfecto estado no. La naturaleza fue sabia al darle dos manos. Toima río con una cacofonia, algo desafiante y escuchó lo que el crío tenia que decir. Una amenaza directa y simple. Le gustaba el estilo del crio. Le revolvio el pelo.
-Me caes bien crio. Una espada es un buen arma. Pero no te olvides que lso demás tambien tienen las suyas. Si quieres, un dia de estos te puedo enseñar la mejor manera de matar a tus amigos.-y entonces se apartó, riendo como un maniaco mientras atendia a la llamada de Sezk.
-¿Quieres decir una alianza?-Toima río brevemente.-No me hagas reir. Yo no soy de confianza para ti ni tu para mi. De momento, mi alianza es con el torreon, asi que no dudes de que si causas problemas a la gente de aqui, que mis cuchillos no aterritaran sobre tu garganta. Por otra parte, el pequeño circo de monstruitos me ha demostrado que estos corderos tienen garras, pero sin afilar. No quiero ser yo el que les provoque...Mejor será que les mate a todos mientras duerma si...-y rio en voz baja, infantil mente. Extrajo una pastilla y se la tomó, tranquilizandose. Su mirada se quedo perdida en el techo.
¿Por donde iba?
-Ah si, la alianza...Acepto tu trato, de demente a demente. Pero esto será mejor que no lo sepa nadie.-dijo entonces levantando su mirada por encima del hombro del lagarto, lanzando una mirada inquisitiva a la cria que no habia reaccionado con su llegada. Sin duda le gustaria que hubiera reaccionado, como los demás.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Shylver
Ficha de cosechado
Nombre: Akasha
Especie: Ochroria
Habilidades: «Agilidad, Motivación, Carisma»
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
18/12/11, 12:23 pm
Tomo nota mental con cierta dificultad de todo lo que Alicia me va contando. Sobre los caminos que recorren la ciudad entre los dos torreones, sobre la dirección relativa de la biblioteca desde su torreón, de la propia biblioteca, y del inquietante bibliotecario, así como de los incidentes acontecidos en sus distintas y variadas salidas. Todo esto con la ayuda visual de los mapas de Noel y las intervenciones puntuales de Giz para proporcionar algunos detalles más.
-Pues por aquí no tenemos mucho que contar. Bueno, Toima se coló un día pensando que no había nadie para ver si podía robar comida de las cestas. Vlad lo interceptó antes de que pudiera irse, y desde entonces vive en el torreón. Creo que es algún tipo de ayuda condicional o algo. No me fío mucho de eso. Vlad dejó a Sezk libre porque era el único que podía guiarnos hacia las cestas del barrio de al lado, y no lo hemos vuelto a encerrar. Aunque sigue durmiendo ahí abajo todas las noches. Últimamente está más tranquilo.-les cuento a modo de respuesta.- Y por otro lado, lo único extraño a parte de eso es que la gente está ligeramente esquiva conmigo estos últimos días.-añado, más como reflexión personal. "O a lo mejor el esquivo soy yo, que me paso todo el día encerrado en el estudio."
Durante la explicación Hannah se une al grupo sin intervenir, como espectadora. Todo termina con Alicia realizando un par de hechizos, los justos antes de que Giz la detenga y proponga proseguir con la demostración en un lugar alejado del nido. No podría estar más de acuerdo.
Giz se levanta y se va al estudio, y el resto de los presentes vamos detrás. Por fin fuera del territorio de los pájaros esos. Me siento liberado. Cuando atravieso el umbral de la puerta, le veo haciendo cosas extrañas a la par que inquietantes con llamas de claro origen sobrenatural. ¡No puedo esperar a ponerle las manos encima a uno de esos hechizos! Me siento en una de las sillas que hay junto al escritorio.
-Tengo una pregunta, Giz. ¿Solo tenéis grimorios? ¿Libros prácticos? ¿No tenéis ningún libro sobre teoría mágica?
Los libros prácticos son útiles a nivel de hechizos determinados, pero un texto teórico es de un valor incalculable en el campo del desarrollo de hechizos. Es la diferencia técnica entre un hechicero y un mago, un hechicero lanza lo que tiene a mano basándose en su habilidad innata, y un mago realiza un estudio intensivo de esa teoría mágica con el objetivo de desarrollar un listado de hechizos adaptados a sus necesidades. Improvisación contra estudio. No sabría por qué decidirme.
-Pues por aquí no tenemos mucho que contar. Bueno, Toima se coló un día pensando que no había nadie para ver si podía robar comida de las cestas. Vlad lo interceptó antes de que pudiera irse, y desde entonces vive en el torreón. Creo que es algún tipo de ayuda condicional o algo. No me fío mucho de eso. Vlad dejó a Sezk libre porque era el único que podía guiarnos hacia las cestas del barrio de al lado, y no lo hemos vuelto a encerrar. Aunque sigue durmiendo ahí abajo todas las noches. Últimamente está más tranquilo.-les cuento a modo de respuesta.- Y por otro lado, lo único extraño a parte de eso es que la gente está ligeramente esquiva conmigo estos últimos días.-añado, más como reflexión personal. "O a lo mejor el esquivo soy yo, que me paso todo el día encerrado en el estudio."
Durante la explicación Hannah se une al grupo sin intervenir, como espectadora. Todo termina con Alicia realizando un par de hechizos, los justos antes de que Giz la detenga y proponga proseguir con la demostración en un lugar alejado del nido. No podría estar más de acuerdo.
Giz se levanta y se va al estudio, y el resto de los presentes vamos detrás. Por fin fuera del territorio de los pájaros esos. Me siento liberado. Cuando atravieso el umbral de la puerta, le veo haciendo cosas extrañas a la par que inquietantes con llamas de claro origen sobrenatural. ¡No puedo esperar a ponerle las manos encima a uno de esos hechizos! Me siento en una de las sillas que hay junto al escritorio.
-Tengo una pregunta, Giz. ¿Solo tenéis grimorios? ¿Libros prácticos? ¿No tenéis ningún libro sobre teoría mágica?
Los libros prácticos son útiles a nivel de hechizos determinados, pero un texto teórico es de un valor incalculable en el campo del desarrollo de hechizos. Es la diferencia técnica entre un hechicero y un mago, un hechicero lanza lo que tiene a mano basándose en su habilidad innata, y un mago realiza un estudio intensivo de esa teoría mágica con el objetivo de desarrollar un listado de hechizos adaptados a sus necesidades. Improvisación contra estudio. No sabría por qué decidirme.
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)
Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
18/12/11, 02:25 pm
Mi mano apreta fuertemenre la espada, mi espada, al oir a Sezk. Por primera vez en mi vida siento unas ansias de matar a un ser vivo, unas ansias que me susurran que el llevar a cabo lo que me dice me dara una paz y tranquilidad que pocas veces he conocido, que hasta me divertiré al ver como la chispa de la vida en los ojos de aquel despreciable Ranta desaparece. Aunque mis ganas de saltar hacia él y desgarrarle la garganta con mi espada es muy poderosa y tentadora, me resito. No soy como él, no soy un monstruo como él o como los que viven en este mundo.
Es cierto, aún me duelen sus palabras, unas palabras que han clavado una espina en una parte sensible. Aún sigo sin superar el hecho de que la magia no me acepte por razones que no comprendo pero espero hacerlo algún día. Y que, cuando llegue ese día pueda hacer magia como mis amigos, pues sabre lo que hice mal y como remediarlo.
Miro a Sezk y al nuevo. Si yo no he sido capaz de emplear la magia, porque no soy digna para ella, pues mi alma hace tiempo dejo de ser pura para poder sobrevivir a los peligros del desierto, ellos lo tendran peor aún. En sus ojos se refleja que tipo de almas tienen y en ellas no hay ni una chispa de luz, solo una oscuridad absoluta, una oscuridad que engulle y destruye todo lo que encuentra a su paso sin dejar nada con vida. No, ellos también fracasaran igual que yo lo hice. Ninguno de los tres somos puros y puede que en nuestro caso sea esa razón por la que la magia nos rechaza.
Esa idea me consuela, me consuela pensar que vere como fracasaran ambos. Alguien me dijo una vez: Mal de muchos consuelo de tontos. Puede que fuera una tonta, pero eso era lo único que me impedía no saltar encima de él e intentar matarlo para así convertirme en un ser peor que él mismo.
No le contesto, no merece que gaste con un despreciable Ranta mi saliva. No le contesto, no porque me sienta superior a él, sino porque soy superior a él. Y lo demuestro así, dejando de lado mi ira hacia él y salir de la habitación con la cabeza alta, sin demostrar el dolor que me había causado sus palabras. Para ojos ajenos parecería como una escultura andante. Nada en mi indicaba lo que realmente sentía.
Me alejé de allí hacia la habitación que había sido mia cuando solia estar aqui. Era no muy grande y oscura, sin muchos adornos ni tonterias, pero era más de lo que había tenido durante toda mi vida en Asrena. Una vez la fue cerrada y puse una silla para que impidiera que nadie entrara sin antes despertarme a mi en el proceso, dandome tiempo para prepararme para el ataque. Cuando me sentí más segura, segura de que ni el nuevo ni Sezk podrían sorprenderme durante la noche, empecé a entrenar con mi espada cortando el aire como si realmente estuviera luchando con un enemigo real. Estuve horas así, dando mandobles sin apenas descanso. Cada día descubría que iba mejorando en el arte de las armas. Eso estaba bien. Si no podía usar la magia por lo menos mis armas me salvarían mis escamas.
En algún momento me di cuenta que ya había caido la noche. ¿Tanto tiempo había estado entrenando primiero con la espada y luego con mis puños y pies? Jamás lo habría dicho. Con el cansancio típico de quien ha estado trabajando duramente me apollé contra la pared, con las armas en las manos, un hábito que había cogido, y cerré los ojos dandole la bienvenida al sueño...
Es cierto, aún me duelen sus palabras, unas palabras que han clavado una espina en una parte sensible. Aún sigo sin superar el hecho de que la magia no me acepte por razones que no comprendo pero espero hacerlo algún día. Y que, cuando llegue ese día pueda hacer magia como mis amigos, pues sabre lo que hice mal y como remediarlo.
Miro a Sezk y al nuevo. Si yo no he sido capaz de emplear la magia, porque no soy digna para ella, pues mi alma hace tiempo dejo de ser pura para poder sobrevivir a los peligros del desierto, ellos lo tendran peor aún. En sus ojos se refleja que tipo de almas tienen y en ellas no hay ni una chispa de luz, solo una oscuridad absoluta, una oscuridad que engulle y destruye todo lo que encuentra a su paso sin dejar nada con vida. No, ellos también fracasaran igual que yo lo hice. Ninguno de los tres somos puros y puede que en nuestro caso sea esa razón por la que la magia nos rechaza.
Esa idea me consuela, me consuela pensar que vere como fracasaran ambos. Alguien me dijo una vez: Mal de muchos consuelo de tontos. Puede que fuera una tonta, pero eso era lo único que me impedía no saltar encima de él e intentar matarlo para así convertirme en un ser peor que él mismo.
No le contesto, no merece que gaste con un despreciable Ranta mi saliva. No le contesto, no porque me sienta superior a él, sino porque soy superior a él. Y lo demuestro así, dejando de lado mi ira hacia él y salir de la habitación con la cabeza alta, sin demostrar el dolor que me había causado sus palabras. Para ojos ajenos parecería como una escultura andante. Nada en mi indicaba lo que realmente sentía.
Me alejé de allí hacia la habitación que había sido mia cuando solia estar aqui. Era no muy grande y oscura, sin muchos adornos ni tonterias, pero era más de lo que había tenido durante toda mi vida en Asrena. Una vez la fue cerrada y puse una silla para que impidiera que nadie entrara sin antes despertarme a mi en el proceso, dandome tiempo para prepararme para el ataque. Cuando me sentí más segura, segura de que ni el nuevo ni Sezk podrían sorprenderme durante la noche, empecé a entrenar con mi espada cortando el aire como si realmente estuviera luchando con un enemigo real. Estuve horas así, dando mandobles sin apenas descanso. Cada día descubría que iba mejorando en el arte de las armas. Eso estaba bien. Si no podía usar la magia por lo menos mis armas me salvarían mis escamas.
En algún momento me di cuenta que ya había caido la noche. ¿Tanto tiempo había estado entrenando primiero con la espada y luego con mis puños y pies? Jamás lo habría dicho. Con el cansancio típico de quien ha estado trabajando duramente me apollé contra la pared, con las armas en las manos, un hábito que había cogido, y cerré los ojos dandole la bienvenida al sueño...
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
18/12/11, 05:35 pm
Vlad observó las escenas de tensión que se desarrollaron en el hall, estoico. No pareció inmutarse ante los reproches que los recién llegados le hacían por haber dejado al ranta suelto y por haber permitido vivir allí a Toima. Él tenía sus razones, aunque no pudiera exponerlas en voz alta. Pero su atención queda desviada hacia las explicaciones que la recién llegada, Mània, le da a Mark sobre la magia. Él también había quedado fascinado secretamente por el milagro que había realizado Giz con el cuchillo del káiser, aunque, cómo de costumbre, ni su gesto, ni su rostro ni su postura lo revelaban.
Pensó unos instantes en las posibilidades que se abrían ante ellos. Magia. Magia real. Cómo aquella era la mente de Vlad, ninguna de las posibilidades que se le ocurrían se nombrarán a continuación para no herir la sensibilidad del lector.
Pero los hechizos deberían esperar por el momento. Tenía entuertos que aclarar. Se sentía en cierto modo responsable del torreón, pues parecía que era lo único que separaba a Alphonse, Mark y Hannah de Sezk y Toima, pues si acaecía algún altercado, será él el responsable y ningún otro; pues el decidió dejar libre a uno y permitir vivir en la torre al otro.
Subió las escaleras en dirección al estudio con intención de dirigirse a los recién llegados que suponía que se habrían reunido allí con Alphonse, pues parecía que aquel muchacho rara vez salía de aquella habitación.
En las escaleras encontró a Toima y a Sezk, que acababan de terminar una conversación, y el sentido paranoico de Vlad le gritaba al oído de su mente que aquello no podía conllevar nada bueno. Aun así, el káiser se acababa de tomar una pastilla, con lo cual supuso que sería más receptivo a sus palabras. Tanto mejor, pensó, porque debo hablar con los dos.
Abordó a la pareja antes de que se separaran en la escalera.
-Caballeros- comenzó a decir, en un tono educado aunque severo, pero nada violento. Sabía que era un momento delicado y no debía resultarles violento a ambos, pero tampoco débil. Se mantuvo en la fina línea que separaba ambas cosas mientras hablaba, haciendo gala de toda su habilidad lingüística.- Debo hablar con ustedes a cerca de su comportamiento para con los invitados. Es evidente, señor Toima, que no comparte mi concepción de la cortesía, y no tengo nada que objetar al respecto. Aun así, debo decirle que no debe usted dirigirse a nuestros aliados (porque eso es lo que son) de manera tan despectiva. Por mucho que nuestros puntos de vista en cuanto al buen hacer de las relaciones públicas sean distintos, debe comprender que llamarlos “corderos listos para la matanza” es considerado una increpación, por mucho que usted tenga razón o no. Así que le ruego que a partir de ahora sea considerado para con ellos para que puedan ver lo útil que puede resultar usted para nuestra supervivencia.
En cuanto a usted, señor Sezk, me temo que está comenzando a infligir las normas que decidió aceptar cuando le permitimos estar en libertad por este torreón. No queremos problemas, así que sus comentarios despectivos se los puede usted guardar para sus adentros, le guste o no. Tenga en cuenta que está usted en la cuerda floja, y el hecho de reincidir en su mal hacer para con los demás miembros de su especie o los integrantes del otro torreón puede redundar en la ejecución del castigo que acordamos en el pacto. Por tanto déjeme aclararle un par de cosas para que pueda evitar tan desagradable hecho: No se dirija de forma despectiva a nuestros invitados. Si eso conlleva no dirigirles la palabra, sea. Las mazmorras no son su territorio, cómo no lo es ninguna parte de este torreón, pues es propiedad del conjunto del grupo. Con lo cual, no tiene usted ningún derecho de veto al paso sobre ellas. No haga uso pues de tal privilegio, que no posee. No queremos violencia en este lugar, señor. Le recomiendo seguir al pie de la letra estas instrucciones para con el bien de su integridad física y del buen hacer en el torreón. Que tengan buena noche, caballeros.
Tras lo que consideró un sermón correcto y completo, el conde se retiró, subiendo las escaleras.
Cuando al fin estuvo en la puerta del estudio, que encontró abierta, halló a Alphonse, Alicia y Giz discutiendo acerca de asuntos mágicos, que a él ciertamente le interesaban. Escuchó la conversación desde el quicio de la puerta, sin llamar la atención a los muchachos sobre su presencia, escuchando su debate. Cuando consideró que había escuchado suficiente, dio unos toques con los nudillos en la madera del quicio, haciendo ademán de pedir permiso de entrada.
-Disculpen, caballeros, que les interrumpa su más que interesante conversación, pero debo interrumpirla durante unos instantes para dar las explicaciones que considero oportunas y necesarias sobre las condiciones del torreón tras su marcha. Veo que el señor Blanc les ha puesto al día en unos mínimos sobre la sucesión de los acontecimientos, pero me veo obligado a explicarlas en profundidad.
Preparándose para su discurso, cerró la puerta tras de si y se acercó a la mesa en la que estaban reunidos.
-Comprendan que, tras su partida, nuestro grupo quedó muy reducido. Nos vimos sin un inestimable apoyo que representaba la presencia del señor Giz y de la señorita Caillech para guiarnos en busca de comida en la ciudad. No nos quedó otra que dejar libre a Sezk para que cumpliera esta función, bajo la promesa de que no se excedería en su comportamiento, so pena de expulsión o muerte, lo que fuera más adecuado para la situación, dando preferencia a esto último. Pero el problema se presentaba claro. Siendo yo el único del torreón que hace uso fluido del combate, quedábamos bajo la amenaza de que el ranta intentara rebelarse contra nosotros. Fue entonces cuando apareció el señor Toima. Se me ocurrió que, si poníamos al káiser del lado del torreón, prometiéndole comida a cambio de sus servicios como combatiente, podríamos intimidar a Sezk para evitar que a este se le ocurriera recurrir a comportamientos violentos. Ahora temo que se puedan poner de acuerdo contra nosotros, aunque a Toima es posible que le interese más la comida que ponerse del lado de un pobre diablo con el que no sacará ningún beneficio. Pero es un riesgo que debíamos correr, a mi entender. Tras la ida de Caillech, en Maciel nuestra capacidad de defensa quedó muy reducida. Si somos atacados por alguna criatura del exterior, yo sólo no puedo defender este lugar. En cambio, con esos dos ahí fuera, tenemos posibilidades. Les ruego que comprendan mi posición y perdonen el comportamiento desquiciado de los dos enfermos, a los que ya he reprochado su conducta.
Y, por otra parte, su conversación sobre la magia es tremendamente interesante, pero creo que es ya tarde para ella. Mañana quizás podrían los recién llegados explicar a nuestro grupo sus descubrimientos en una “clase”. Por el momento, veo prudente que nos retiremos a descansar. Giz, le ruego que transmita esta información a la señorita Caillech, si no es molestia. Buenas noches, caballeros.
Tras esto, salió de la habitación en dirección al vestíbulo, dónde Mánia se hallaba sentada en un sillón. La observó durante unos segundos, percatándose de su extraña forma de vestir. Destacaban las orejas de gato que portaba en la cabeza. Hacían sentirse incómodo al conde. Vlad tenía cierta… llamémoslo “predilección” por los felinos. Puesto que no había podido desarrollar de forma normal su sexualidad, no tenía muy claro a qué atenerse en aquella situación. Ciertamente el aspecto de aquella señorita le resultaba… ¿cautivador, inquietante? No tenía muy claro cual era la expresión correcta. Aun así, hizo acopio de su ya famosa frialdad y cortesía y se acercó a ella.
-Señorita,-comenzó a decir en tono educado y suave, procurando no enfadarla, pues presuponía que no coincidían en procedencia de mundos; aunque sí notaba que estaba acostumbrada a tratar a la misma gente que él. Con lo cual, procuró ser correcto con ella.- Quizá esté usted cansada por su viaje y desee dormir. En tal caso, me gustaría enseñarle las habitaciones del torreón donde puede descansar. No sería adecuado que se echara a dormir en este sillón. Si lo considera oportuno, sígame, por favor.
Subió las escaleras y dejó abierta uno de los habitáculos, cerca del suyo, donde podría descansar ella.
-Si requiere algo por la noche, no dude en llamarme. Esa es mi habitación.- le dijo, señalándola.
Sin más preámbulos, se fue a dormir, agotado. Sabía que de algún modo había ofendido anteriormente a la muchacha en el llamado choque de culturas, y a Vladimir no le gustaba en absoluto la idea de ofender a una dama. Y, para colmo, estaba todo el trajín de Sezk, Toima y los habitantes del ahora llamado torreón Letargo, con él en medio.
Cerró la puerta, dejó sus armas a mano y se echó en la cama, con el cuchillo bien agarrado bajo la almohada, boca arriba, para volver a sumirse en aquella ligera vigilia que él consideraba sueño. Alerta.
Pensó unos instantes en las posibilidades que se abrían ante ellos. Magia. Magia real. Cómo aquella era la mente de Vlad, ninguna de las posibilidades que se le ocurrían se nombrarán a continuación para no herir la sensibilidad del lector.
Pero los hechizos deberían esperar por el momento. Tenía entuertos que aclarar. Se sentía en cierto modo responsable del torreón, pues parecía que era lo único que separaba a Alphonse, Mark y Hannah de Sezk y Toima, pues si acaecía algún altercado, será él el responsable y ningún otro; pues el decidió dejar libre a uno y permitir vivir en la torre al otro.
Subió las escaleras en dirección al estudio con intención de dirigirse a los recién llegados que suponía que se habrían reunido allí con Alphonse, pues parecía que aquel muchacho rara vez salía de aquella habitación.
En las escaleras encontró a Toima y a Sezk, que acababan de terminar una conversación, y el sentido paranoico de Vlad le gritaba al oído de su mente que aquello no podía conllevar nada bueno. Aun así, el káiser se acababa de tomar una pastilla, con lo cual supuso que sería más receptivo a sus palabras. Tanto mejor, pensó, porque debo hablar con los dos.
Abordó a la pareja antes de que se separaran en la escalera.
-Caballeros- comenzó a decir, en un tono educado aunque severo, pero nada violento. Sabía que era un momento delicado y no debía resultarles violento a ambos, pero tampoco débil. Se mantuvo en la fina línea que separaba ambas cosas mientras hablaba, haciendo gala de toda su habilidad lingüística.- Debo hablar con ustedes a cerca de su comportamiento para con los invitados. Es evidente, señor Toima, que no comparte mi concepción de la cortesía, y no tengo nada que objetar al respecto. Aun así, debo decirle que no debe usted dirigirse a nuestros aliados (porque eso es lo que son) de manera tan despectiva. Por mucho que nuestros puntos de vista en cuanto al buen hacer de las relaciones públicas sean distintos, debe comprender que llamarlos “corderos listos para la matanza” es considerado una increpación, por mucho que usted tenga razón o no. Así que le ruego que a partir de ahora sea considerado para con ellos para que puedan ver lo útil que puede resultar usted para nuestra supervivencia.
En cuanto a usted, señor Sezk, me temo que está comenzando a infligir las normas que decidió aceptar cuando le permitimos estar en libertad por este torreón. No queremos problemas, así que sus comentarios despectivos se los puede usted guardar para sus adentros, le guste o no. Tenga en cuenta que está usted en la cuerda floja, y el hecho de reincidir en su mal hacer para con los demás miembros de su especie o los integrantes del otro torreón puede redundar en la ejecución del castigo que acordamos en el pacto. Por tanto déjeme aclararle un par de cosas para que pueda evitar tan desagradable hecho: No se dirija de forma despectiva a nuestros invitados. Si eso conlleva no dirigirles la palabra, sea. Las mazmorras no son su territorio, cómo no lo es ninguna parte de este torreón, pues es propiedad del conjunto del grupo. Con lo cual, no tiene usted ningún derecho de veto al paso sobre ellas. No haga uso pues de tal privilegio, que no posee. No queremos violencia en este lugar, señor. Le recomiendo seguir al pie de la letra estas instrucciones para con el bien de su integridad física y del buen hacer en el torreón. Que tengan buena noche, caballeros.
Tras lo que consideró un sermón correcto y completo, el conde se retiró, subiendo las escaleras.
Cuando al fin estuvo en la puerta del estudio, que encontró abierta, halló a Alphonse, Alicia y Giz discutiendo acerca de asuntos mágicos, que a él ciertamente le interesaban. Escuchó la conversación desde el quicio de la puerta, sin llamar la atención a los muchachos sobre su presencia, escuchando su debate. Cuando consideró que había escuchado suficiente, dio unos toques con los nudillos en la madera del quicio, haciendo ademán de pedir permiso de entrada.
-Disculpen, caballeros, que les interrumpa su más que interesante conversación, pero debo interrumpirla durante unos instantes para dar las explicaciones que considero oportunas y necesarias sobre las condiciones del torreón tras su marcha. Veo que el señor Blanc les ha puesto al día en unos mínimos sobre la sucesión de los acontecimientos, pero me veo obligado a explicarlas en profundidad.
Preparándose para su discurso, cerró la puerta tras de si y se acercó a la mesa en la que estaban reunidos.
-Comprendan que, tras su partida, nuestro grupo quedó muy reducido. Nos vimos sin un inestimable apoyo que representaba la presencia del señor Giz y de la señorita Caillech para guiarnos en busca de comida en la ciudad. No nos quedó otra que dejar libre a Sezk para que cumpliera esta función, bajo la promesa de que no se excedería en su comportamiento, so pena de expulsión o muerte, lo que fuera más adecuado para la situación, dando preferencia a esto último. Pero el problema se presentaba claro. Siendo yo el único del torreón que hace uso fluido del combate, quedábamos bajo la amenaza de que el ranta intentara rebelarse contra nosotros. Fue entonces cuando apareció el señor Toima. Se me ocurrió que, si poníamos al káiser del lado del torreón, prometiéndole comida a cambio de sus servicios como combatiente, podríamos intimidar a Sezk para evitar que a este se le ocurriera recurrir a comportamientos violentos. Ahora temo que se puedan poner de acuerdo contra nosotros, aunque a Toima es posible que le interese más la comida que ponerse del lado de un pobre diablo con el que no sacará ningún beneficio. Pero es un riesgo que debíamos correr, a mi entender. Tras la ida de Caillech, en Maciel nuestra capacidad de defensa quedó muy reducida. Si somos atacados por alguna criatura del exterior, yo sólo no puedo defender este lugar. En cambio, con esos dos ahí fuera, tenemos posibilidades. Les ruego que comprendan mi posición y perdonen el comportamiento desquiciado de los dos enfermos, a los que ya he reprochado su conducta.
Y, por otra parte, su conversación sobre la magia es tremendamente interesante, pero creo que es ya tarde para ella. Mañana quizás podrían los recién llegados explicar a nuestro grupo sus descubrimientos en una “clase”. Por el momento, veo prudente que nos retiremos a descansar. Giz, le ruego que transmita esta información a la señorita Caillech, si no es molestia. Buenas noches, caballeros.
Tras esto, salió de la habitación en dirección al vestíbulo, dónde Mánia se hallaba sentada en un sillón. La observó durante unos segundos, percatándose de su extraña forma de vestir. Destacaban las orejas de gato que portaba en la cabeza. Hacían sentirse incómodo al conde. Vlad tenía cierta… llamémoslo “predilección” por los felinos. Puesto que no había podido desarrollar de forma normal su sexualidad, no tenía muy claro a qué atenerse en aquella situación. Ciertamente el aspecto de aquella señorita le resultaba… ¿cautivador, inquietante? No tenía muy claro cual era la expresión correcta. Aun así, hizo acopio de su ya famosa frialdad y cortesía y se acercó a ella.
-Señorita,-comenzó a decir en tono educado y suave, procurando no enfadarla, pues presuponía que no coincidían en procedencia de mundos; aunque sí notaba que estaba acostumbrada a tratar a la misma gente que él. Con lo cual, procuró ser correcto con ella.- Quizá esté usted cansada por su viaje y desee dormir. En tal caso, me gustaría enseñarle las habitaciones del torreón donde puede descansar. No sería adecuado que se echara a dormir en este sillón. Si lo considera oportuno, sígame, por favor.
Subió las escaleras y dejó abierta uno de los habitáculos, cerca del suyo, donde podría descansar ella.
-Si requiere algo por la noche, no dude en llamarme. Esa es mi habitación.- le dijo, señalándola.
Sin más preámbulos, se fue a dormir, agotado. Sabía que de algún modo había ofendido anteriormente a la muchacha en el llamado choque de culturas, y a Vladimir no le gustaba en absoluto la idea de ofender a una dama. Y, para colmo, estaba todo el trajín de Sezk, Toima y los habitantes del ahora llamado torreón Letargo, con él en medio.
Cerró la puerta, dejó sus armas a mano y se echó en la cama, con el cuchillo bien agarrado bajo la almohada, boca arriba, para volver a sumirse en aquella ligera vigilia que él consideraba sueño. Alerta.
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
18/12/11, 06:16 pm
Mánia se había quedado sola. El chico sumiso que al parecer se llamaba Mark se había ido a dormir, pidiéndole que le dejase su libro al día siguiente, cosa que a la andrógina no le importaba realmente, le gustaba eso de hacer de profesora, le hacía sentirse importante. Todos los demás estaban arriba, habían ido subiendo uno tras otro detrás de Giz y no había vuelto a saber de ellos, claro que tampoco había mostrado ningún interés, de hecho acababa de darse cuenta. Tan solo quedó el hombre que tanto le había parecido un habitante de su mundo, que no tardo en subir también. Para alivio de la andrógina, tanto el chico del pelo blanco como el lagarto impertinente estaban ya lejos.
Ahora que no tenía nadie a su lado ni ninguna distracción que la apartase de los hechos fue cuando pensó de forma frían en lo que acababa de pasar. A pesar de la agresividad que había demostrado encarándose al extraño lagarto, sus palabras no habían caído en saco roto. Mánia no conocía a ninguno como para saber si serían capaces de cumplir su amenaza (ella, como mínimo, pondría todo su empeño en ello) pero no pensaba dejarles demostrarlo. Sabía era pequeña y no muy fuerte, además que todo eso del combate era nuevo para ella, pero también sabía que hasta el mosquito más minúsculo puede tumbar a un gigante si lleva la enfermedad adecuada. << Veamos cual es la enfermedad adecuada para ellos...>> pensó pasando las páginas del libro que aún tenía sobre el regazo.
El hechizo de paralización ya lo conocía, y aunque había tenido oportunidad de practicarlo se sabía el conjuro de memoria... más o menos... Lo repasó de nuevo varias veces pronunciándolo con labios mudos hasta que se aseguró de que se lo sabía bien. Buscó con la mirada algo que pudiese servirle para probarlo, pero no había rastro de ningun animalillo ni insecto al que hechizar. Pasó las páginas con desgana, pensando en qué hechizos podrían servirle en una pelea, muchos de ellos estaban fuera de sus posibilidades.
Pensaba en esto cuando de pronto el hombre alto apareció frente a ella, sorprendiéndola. Le hablaba en un tono aterciopelado que de alguna forma lograba poner a Mánia nerviosa. Había algo... siniestro en aquel tipo, algo que le recordaba horriblemente a la duquesa de Vitech, y que por alguna razón ocultaba. Le ofreció una habitación, y Mánia se sintió extraña por el trato delicado que estaba recibiendo, pues a pesar de cuánto le había costado, se estaba desacostumbrando al trato que recibía en casa. Ladeó la cabeza a modo de agradecimiento y se metió rapidamente en la habitación.
La cama estaba fría, toda la habitación estaba fría, y no había el más mínimo resquicio de luz, por lo que Mánia se encontró mirando a la nada, al vacío. Trató de dormirse, pues realmente estaba cansada, pero solo dio vueltas y vueltas en la cama. Por su cabeza pasaban hechizos y hechizos, párrafos del libro rojo de Cail, las palabras del lagarto, las de Noel, el emfado de Giz. Se puso a pensar en Giz, y en cosas que solía hacer en el torreón, y se vio a sí misma buscando algúna pista que le revelase un punto débil.
-¡Mánia estás loca, loca de atar!- se dijo saltando de la cama y saliendo de la habitación.
Buscó a los demás por los pasillos, ahsta dar con ellos, con ella, con Alicia. Se acercó a la chica con paso primero vacilante y luego más decidido y le susurró al oído:
-El... el lagarto ese sin cola dijo que me cortaría las manos y... no es que tenga miedo ni nada pero... ¿podrías dormir conmigo esta noche? ...¿Porfa?
Ahora que no tenía nadie a su lado ni ninguna distracción que la apartase de los hechos fue cuando pensó de forma frían en lo que acababa de pasar. A pesar de la agresividad que había demostrado encarándose al extraño lagarto, sus palabras no habían caído en saco roto. Mánia no conocía a ninguno como para saber si serían capaces de cumplir su amenaza (ella, como mínimo, pondría todo su empeño en ello) pero no pensaba dejarles demostrarlo. Sabía era pequeña y no muy fuerte, además que todo eso del combate era nuevo para ella, pero también sabía que hasta el mosquito más minúsculo puede tumbar a un gigante si lleva la enfermedad adecuada. << Veamos cual es la enfermedad adecuada para ellos...>> pensó pasando las páginas del libro que aún tenía sobre el regazo.
El hechizo de paralización ya lo conocía, y aunque había tenido oportunidad de practicarlo se sabía el conjuro de memoria... más o menos... Lo repasó de nuevo varias veces pronunciándolo con labios mudos hasta que se aseguró de que se lo sabía bien. Buscó con la mirada algo que pudiese servirle para probarlo, pero no había rastro de ningun animalillo ni insecto al que hechizar. Pasó las páginas con desgana, pensando en qué hechizos podrían servirle en una pelea, muchos de ellos estaban fuera de sus posibilidades.
Pensaba en esto cuando de pronto el hombre alto apareció frente a ella, sorprendiéndola. Le hablaba en un tono aterciopelado que de alguna forma lograba poner a Mánia nerviosa. Había algo... siniestro en aquel tipo, algo que le recordaba horriblemente a la duquesa de Vitech, y que por alguna razón ocultaba. Le ofreció una habitación, y Mánia se sintió extraña por el trato delicado que estaba recibiendo, pues a pesar de cuánto le había costado, se estaba desacostumbrando al trato que recibía en casa. Ladeó la cabeza a modo de agradecimiento y se metió rapidamente en la habitación.
La cama estaba fría, toda la habitación estaba fría, y no había el más mínimo resquicio de luz, por lo que Mánia se encontró mirando a la nada, al vacío. Trató de dormirse, pues realmente estaba cansada, pero solo dio vueltas y vueltas en la cama. Por su cabeza pasaban hechizos y hechizos, párrafos del libro rojo de Cail, las palabras del lagarto, las de Noel, el emfado de Giz. Se puso a pensar en Giz, y en cosas que solía hacer en el torreón, y se vio a sí misma buscando algúna pista que le revelase un punto débil.
-¡Mánia estás loca, loca de atar!- se dijo saltando de la cama y saliendo de la habitación.
Buscó a los demás por los pasillos, ahsta dar con ellos, con ella, con Alicia. Se acercó a la chica con paso primero vacilante y luego más decidido y le susurró al oído:
-El... el lagarto ese sin cola dijo que me cortaría las manos y... no es que tenga miedo ni nada pero... ¿podrías dormir conmigo esta noche? ...¿Porfa?
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
18/12/11, 07:30 pm
La planta alta pronto estuvo ocupada tambien por Noel, e incluso por Hannah, quien saludó con indiferencia. La charla de magia había obrado su cometido y Alicia estaba relajada. Así que se permitió olvidar que no estaba en Dinamarca hablando con sus amigos, y habló sin preocupaciones.
- Vaya, Hannah, comprendo que a Noel no le echarás de menos,- miró de reojo al chico, con una sonrisa ladeada que daba a entender que estaba bromeando.- pero no quieras colarme que no nos has echado en falta. Tus nuevas compañías se rien mucho, pero les falta nuestro carisma.
No perdió la sonrisa mientras habló,- una sonrisa que mas que alegre parecía sarcástica- y aunque bromeaba, no habló con tono de chiste, Alicia era demasiado seria para eso.
Vlad apareció muy poco después, o quizás llevaba ya un rato alli. No lo había oido llegar. Ya había cumplido con lo de relajarse un poco con los demás, pero Vlad no era la clase de personas con las que se bromea. Podría decirse que Alicia consideraba su relación "estrictamente profesional", por llamarlo de algún modo. Su interés en él radicaba en que le era útil, y aunque siniestro, tenía la cabeza puesta en su sitio, y se fiaba de su opinión. Escuchó seriamente su explicación. Y porque lo comprendió perfectamente. no dijo nada. En cualquier caso, le dejaba preocupada. el Kaiser y Sezk podían servirse el uno al otro de amenaza, pero no parecía que eso fuera a funcionar. Tenían una personalidad tan parecida -egocentrica y desequilibrada- que o bien se mataban el uno al otro durante una discusión o se aliaban y Alicia no quería ni pensar en esa posibilidad.
Al final, decidieron posponer aquella explicación para el día siguiente. Antes de que Vlad se fuese, le detuvo un segundo con suavidad.
- Espero que no se olvide de nuestros entrenamientos, señor Vlad. Mañana me gustaría comprobar si sigo muriendo tan a menudo como en nuestro último encuentro.
bah, probablemente así sea. Y si en otro momento puede corregirme la postura al tirar con arco, mejor todavía. Siento tenerle pendiente de estas cosas, pero por ahora es el único profesor posible. El pelo-blanco parece muy interesado en cuchillos, pero preferiría clavarme uno en el pie a entrenar con él. Así que si no le importa... bueno, era solo eso. Buenas noches.
Alicia siempre le hablaba con tono frío y práctico a Vlad. Aunque estaba segura de que eso le resultaba a él más comodo que si ella hubiera intentado ser dulce y simpática. De hecho, ni siquiera su comentario sobre Toima era broma.
Se disponía a irse a dormir; incluso se había cambiado de ropa, (por mera costumbre, aunque el concepto de pijama alli no tuviera mucho sentido), cuando llegó Mánia. Le susurró al oido y Alicia sonrió. Tenía miedo, o al menos, se sentía intranquila. Ella también se había quedado algo preocupada por el tema, aunque no daba mayor importancia a la amenaza de Sezk. Aun así le dijo con seriedad a Mánia.
- Si Sezk te toca una sola uña, le quitaré escama por escama con un hierro al rojo vivo.- lo dijo suave, y se sorprendió por la violencia implicita de sus palabras, y también de su propia determinación de cumplir aquella promesa dicha con tanta ligereza. A cualquier niña probablemente aquello no le hubiera dejado tranquila, pero por lo poco que sabía de Mánia, ella lo daría como algo lógico y normal. Decía que la Cicatriz era bonita... hay que ver.- pero claro, puedes dormir conmigo. Aqui refresca de noche, dormir juntos es agradable.
Se llevó a Mánia hasta los dormitorios, y abrazada a la niña, como había abrazado tantas noches a su gato, se quedó dormida entre el burruño de mantas. Tranquilizada por la respiración de Mánia y el sonido de sus latidos.
- Vaya, Hannah, comprendo que a Noel no le echarás de menos,- miró de reojo al chico, con una sonrisa ladeada que daba a entender que estaba bromeando.- pero no quieras colarme que no nos has echado en falta. Tus nuevas compañías se rien mucho, pero les falta nuestro carisma.
No perdió la sonrisa mientras habló,- una sonrisa que mas que alegre parecía sarcástica- y aunque bromeaba, no habló con tono de chiste, Alicia era demasiado seria para eso.
Vlad apareció muy poco después, o quizás llevaba ya un rato alli. No lo había oido llegar. Ya había cumplido con lo de relajarse un poco con los demás, pero Vlad no era la clase de personas con las que se bromea. Podría decirse que Alicia consideraba su relación "estrictamente profesional", por llamarlo de algún modo. Su interés en él radicaba en que le era útil, y aunque siniestro, tenía la cabeza puesta en su sitio, y se fiaba de su opinión. Escuchó seriamente su explicación. Y porque lo comprendió perfectamente. no dijo nada. En cualquier caso, le dejaba preocupada. el Kaiser y Sezk podían servirse el uno al otro de amenaza, pero no parecía que eso fuera a funcionar. Tenían una personalidad tan parecida -egocentrica y desequilibrada- que o bien se mataban el uno al otro durante una discusión o se aliaban y Alicia no quería ni pensar en esa posibilidad.
Al final, decidieron posponer aquella explicación para el día siguiente. Antes de que Vlad se fuese, le detuvo un segundo con suavidad.
- Espero que no se olvide de nuestros entrenamientos, señor Vlad. Mañana me gustaría comprobar si sigo muriendo tan a menudo como en nuestro último encuentro.
bah, probablemente así sea. Y si en otro momento puede corregirme la postura al tirar con arco, mejor todavía. Siento tenerle pendiente de estas cosas, pero por ahora es el único profesor posible. El pelo-blanco parece muy interesado en cuchillos, pero preferiría clavarme uno en el pie a entrenar con él. Así que si no le importa... bueno, era solo eso. Buenas noches.
Alicia siempre le hablaba con tono frío y práctico a Vlad. Aunque estaba segura de que eso le resultaba a él más comodo que si ella hubiera intentado ser dulce y simpática. De hecho, ni siquiera su comentario sobre Toima era broma.
Se disponía a irse a dormir; incluso se había cambiado de ropa, (por mera costumbre, aunque el concepto de pijama alli no tuviera mucho sentido), cuando llegó Mánia. Le susurró al oido y Alicia sonrió. Tenía miedo, o al menos, se sentía intranquila. Ella también se había quedado algo preocupada por el tema, aunque no daba mayor importancia a la amenaza de Sezk. Aun así le dijo con seriedad a Mánia.
- Si Sezk te toca una sola uña, le quitaré escama por escama con un hierro al rojo vivo.- lo dijo suave, y se sorprendió por la violencia implicita de sus palabras, y también de su propia determinación de cumplir aquella promesa dicha con tanta ligereza. A cualquier niña probablemente aquello no le hubiera dejado tranquila, pero por lo poco que sabía de Mánia, ella lo daría como algo lógico y normal. Decía que la Cicatriz era bonita... hay que ver.- pero claro, puedes dormir conmigo. Aqui refresca de noche, dormir juntos es agradable.
Se llevó a Mánia hasta los dormitorios, y abrazada a la niña, como había abrazado tantas noches a su gato, se quedó dormida entre el burruño de mantas. Tranquilizada por la respiración de Mánia y el sonido de sus latidos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
18/12/11, 07:55 pm
Mientras hablábamos con Alphonse, Hannah se unió a nosotros sin decir nada. La miré un instante con indiferencia, no me apetecía discutir con ella nada más llegar, ya habíamos tenido suficiente "fiesta" por ahora. Alicia bromeó acerca de nosotros y le devolví la sonrisa cuando me miró explícitamente para hacerme saber que era una broma. No se tenía que preocupar, aunque no hubiese sido una broma no podía importarme menos.
-Yo también estoy seguro de eso, Alicia -lo dije con una amplía sonrisa en la cara.
Hannah me odiaba, Vlad no parecía sentir especial interés por prácticamente nadie, Mánia aunque ya pasaba menos de mí tampoco es que me dirigiese mucho la palabra... pero no me importaba, en general me llevaba bien con todos. Se podía decir que me sentía a gusto con mis compañeros, especialmente desde que nos habíamos mudado de torreón. Aún así me alegraba de volver a verlos, incluso me alegraba de ver a Vladimir o a Sezk, así como a Hannah. El nuevo aún me daba que pensar, su actitud hacia nosotros había sido de arrogancia absoluta. Y no me gustaban los arrogantes. Sin embargo, cuando nos mudamos de la planta superior al estudio, apareció Vladimir, de pronto y sin avisar. Nos explicó más a fondo que Alphonse la situación en Maciel. Así que "el señor kaiser" necesitaba tomar pastillas para contener esa personalidad suya... bien, quizás sólo padeciese alguna enfermedad mental, pero los locos son peligrosos. << No hay más que ver a Sezk. >> Estuve a punto preguntar acerca del loco, estaba claro que venía de algún planeta desconocido para nosotros, pero la conversación se desvió hacia la magia y se estaba haciendo tarde. Poco a poco todos se fueron despidiendo para irse a dormir. Mañana seguramente sería otro día agotador más, por lo que no tardé en dirigirme a mi antiguo cuarto el cual apenas había utilizado más que un par de días. Me hubiese gustado practicar magia un rato antes de dormir, pero el único libro del torreón lo tenía Mánia... no estaba muy por la labor de ir a pedírselo. Me quité la ropa para no dormir con ella puesta y busqué en la habitación una simple túnica para no pasar frío. Practiqué de memoria los hechizos que se me habían grabado el día anterior. El de curación, el de las llamas, el de impulso... No obtuve ningún resultado, por supuesto, pero si no los recordaba mal ya los sabía de memoria. Mientras intentaba recordar el hechizo de levitación el sueño poco a poco se fue apoderando de mí.
-Yo también estoy seguro de eso, Alicia -lo dije con una amplía sonrisa en la cara.
Hannah me odiaba, Vlad no parecía sentir especial interés por prácticamente nadie, Mánia aunque ya pasaba menos de mí tampoco es que me dirigiese mucho la palabra... pero no me importaba, en general me llevaba bien con todos. Se podía decir que me sentía a gusto con mis compañeros, especialmente desde que nos habíamos mudado de torreón. Aún así me alegraba de volver a verlos, incluso me alegraba de ver a Vladimir o a Sezk, así como a Hannah. El nuevo aún me daba que pensar, su actitud hacia nosotros había sido de arrogancia absoluta. Y no me gustaban los arrogantes. Sin embargo, cuando nos mudamos de la planta superior al estudio, apareció Vladimir, de pronto y sin avisar. Nos explicó más a fondo que Alphonse la situación en Maciel. Así que "el señor kaiser" necesitaba tomar pastillas para contener esa personalidad suya... bien, quizás sólo padeciese alguna enfermedad mental, pero los locos son peligrosos. << No hay más que ver a Sezk. >> Estuve a punto preguntar acerca del loco, estaba claro que venía de algún planeta desconocido para nosotros, pero la conversación se desvió hacia la magia y se estaba haciendo tarde. Poco a poco todos se fueron despidiendo para irse a dormir. Mañana seguramente sería otro día agotador más, por lo que no tardé en dirigirme a mi antiguo cuarto el cual apenas había utilizado más que un par de días. Me hubiese gustado practicar magia un rato antes de dormir, pero el único libro del torreón lo tenía Mánia... no estaba muy por la labor de ir a pedírselo. Me quité la ropa para no dormir con ella puesta y busqué en la habitación una simple túnica para no pasar frío. Practiqué de memoria los hechizos que se me habían grabado el día anterior. El de curación, el de las llamas, el de impulso... No obtuve ningún resultado, por supuesto, pero si no los recordaba mal ya los sabía de memoria. Mientras intentaba recordar el hechizo de levitación el sueño poco a poco se fue apoderando de mí.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
18/12/11, 09:54 pm
El inconfundible olor a conde me alerta de que se ha añadido alguien más a la conversación, sin embargo no doy muestras de haberlo notado, pues lo que habíamos estado explicando bien le interesaba también a Vlad. De hecho, pronto se une oficialmente y nos da unos motivos, bastante discutibles en mi opinión, por los que ha dejado que el lagarto y el blandito húmedo locos anden por el torreón como lagarto por el desierto. Aunque me cuesta horrores, consigo no cuestionar sus decisiones.
Tras dicha explicación, nos obliga de forma amable a dejar la práctica de los hechizos para mañana. A mí no me habría importado pasar la noche despierto ni mucho menos, pero de nuevo vuelvo a concienciarme de que este sitio ya no es mi torreón y hay que respetar las decisiones de nuestros anfitriones. Me levanto, sacudiéndome el poncho, que se me ha arrugado de estar sentado, y me despido de ellos. Inconscientemente, acabo saliendo al patio y sentándome a los pies de la estatua. Prefiero pasar la noche al aire libre, aunque eche de menos toda la vegetación del otro torreón, que ayudaba a olvidar todas estas paredes de piedra que nos rodean constantemente. Aplico el hechizo térmico sobre el poncho, para mantener una temperatura suave, y me recuesto hasta caer rendido al sueño.
---Amanece, que no es poco----
Me despierto con los primeros rayos de sol. Hacía días que no dormía tanto, porque la emoción y las ganas de ensayar con el libro de hechizos me habían vuelto irrespetuoso con mis horas de sueño. Entro dentro a por alguna pieza pequeña de comida, para que no mi hambre no repercuta demasiado en sus provisiones, y vuelvo al patio. Hoy partimos de nuevo hasta Letargo y pasaremos por la cicatriz, por lo que decido ensayar el hechizo de levitación.
Comienzo lanzando piedras hacia arriba, tratando de hacerlas levitar antes de que caigan, pues las cestas son más pesadas que una piedra y así compenso con la gravedad la diferencia. La primera vez que realizo el hechizo, la piedra comienza a subir después de haber tocado el suelo. Ocurre lo mismo la segunda vez. A la tercera intentona, consigo que la piedra se alce antes de rozarlo. Unos intentos más tarde, consigo frenar la piedra con facilidad justo poco después de que comience a caer. Tras un rato siguiendo el mismo patrón, acabo por añadirle una variante nueva para matar el aburrimiento: impulsar la piedra hacia adelante nada más hacerla levitar. La decisión de utilizar el hechizo de impulso se debe en parte al vergonzoso espectáculo de ayer con Kaiser; la próxima vez el hechizo alcanzará la fuerza necesaria para placar una posible amenaza con él.
Tras dicha explicación, nos obliga de forma amable a dejar la práctica de los hechizos para mañana. A mí no me habría importado pasar la noche despierto ni mucho menos, pero de nuevo vuelvo a concienciarme de que este sitio ya no es mi torreón y hay que respetar las decisiones de nuestros anfitriones. Me levanto, sacudiéndome el poncho, que se me ha arrugado de estar sentado, y me despido de ellos. Inconscientemente, acabo saliendo al patio y sentándome a los pies de la estatua. Prefiero pasar la noche al aire libre, aunque eche de menos toda la vegetación del otro torreón, que ayudaba a olvidar todas estas paredes de piedra que nos rodean constantemente. Aplico el hechizo térmico sobre el poncho, para mantener una temperatura suave, y me recuesto hasta caer rendido al sueño.
---Amanece, que no es poco----
Me despierto con los primeros rayos de sol. Hacía días que no dormía tanto, porque la emoción y las ganas de ensayar con el libro de hechizos me habían vuelto irrespetuoso con mis horas de sueño. Entro dentro a por alguna pieza pequeña de comida, para que no mi hambre no repercuta demasiado en sus provisiones, y vuelvo al patio. Hoy partimos de nuevo hasta Letargo y pasaremos por la cicatriz, por lo que decido ensayar el hechizo de levitación.
Comienzo lanzando piedras hacia arriba, tratando de hacerlas levitar antes de que caigan, pues las cestas son más pesadas que una piedra y así compenso con la gravedad la diferencia. La primera vez que realizo el hechizo, la piedra comienza a subir después de haber tocado el suelo. Ocurre lo mismo la segunda vez. A la tercera intentona, consigo que la piedra se alce antes de rozarlo. Unos intentos más tarde, consigo frenar la piedra con facilidad justo poco después de que comience a caer. Tras un rato siguiendo el mismo patrón, acabo por añadirle una variante nueva para matar el aburrimiento: impulsar la piedra hacia adelante nada más hacerla levitar. La decisión de utilizar el hechizo de impulso se debe en parte al vergonzoso espectáculo de ayer con Kaiser; la próxima vez el hechizo alcanzará la fuerza necesaria para placar una posible amenaza con él.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
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