Torreón Maciel (Archivo IV)
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Red
23 participantes
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Torreón Maciel (Archivo IV)
10/09/12, 07:00 pm
Recuerdo del primer mensaje :
El paseo terminó frente a un edificio de piedra azulada. En el pasado debía de haber tenido cuatro plantas, pero ahora, el edificio estaba coronado por el esqueleto de algún animal marino. El idrino se quedo mirando la estructura, bastante asombrado. Su mirada se posó en una de las cadenas rotas del puente levadizo, y supuso que si hacían de aquel lugar su refugio, habría que arreglarla de alguna manera. El norteño comprobó la estabilidad del puente, y lo atravesó a paso rápido, llegando hasta las puertas, que para su sorpresa, estaban entreabiertas.
Saren entró en el edificio el primero, y mientras recorría el corredor que daba a la planta baja observando las pintadas de los muros en silencio, sus compañeros entraron detrás de él, cerrando las puertas cuando el último miembro del grupo estuvo dentro. El idrino se encontró en una gran estancia que, debido al aire enrarecido y por la capa de polvo intacta, debía de llevar abandonada varias semanas. Una mesa grande, unas cuantas sillas, y varios sillones bastante raídos, eran el principal mobiliario de aquella planta. A un lado de la estancia había una cocina, con una pequeña encimera, un horno de leña, y varios fogones de hierro, ademas de unos armarios de madera, que supuso llenos de algunos cacharros y bastantes telarañas.
Saren dejo la cesta que llevaba en la encimera, y se encaminó a las escaleras, dispuesto a ver que había arriba. No tardó en recorrer las dos plantas superiores, bajando para informar que en la segunda había una especie de estudio con estanterías vacías y un cuarto con barreños de latón para asearse; y que en la tercera había varios cuartos comunales con unas cuantas camas de aspecto cochambroso. No había subido al piso ocupado por el gran esqueleto, pero informo de que había oído algún que otro aleteo a través del techo de la tercera planta. Había baúles y armarios en as habitaciones, pero no había mirado dentro. Un patio de suelo empedrado, en cuyo centro se alzaba la estatua de un pájaro negro con un gran reloj bastante raro a sus pies, completaba el edificio. En él, había un pozo y al fondo, varios retretes.
-Bueno, yo tengo bastante hambre, así que si adecentáis un poco esa mesa -dijo señalándola, tras informar de sus descubrimientos-, yo me pondré con la cena.
El norteño se acercó a la cocina y busco algo para encender la cocina. Encontró una pila bastante escueta, pero suficiente por el momento, de leños polvorientos, que cogió y colocó en el hueco de piedra bajo los fogones. El norteño sacó un poco de yesca, con la que prendió la madera, paradespués cerrar la pequeña puerta de hierro que protegía el fuego. Mientras la cocina se calentaba, Saren procedió a buscar varios cacharros adecuados para cocinar, y unos cuantos platos y cubiertos que dejo a mano para aquel que pusiera la mesa. Les quitó el polvo, y salió al patio a por un poco de agua.
Saren se quitó los mitones y los guardó en uno de los bolsillos del abrigo, que colgó de un gancho en la pared, para cocinar mas cómodo. Se lavó las manos con un poco del agua que había traído y se arremangó la camisola oscura. Sacó algo de carne cruda y unas verduras de las cestas, y lo limpió todo con el agua del pozo que le quedaba, mientras ponía a calentar un par de cacerolas con un poco de la propia grasilla de la carne, esperando que se derritiera. Cuando tuvo los ingredientes listos, preparó un salteado con las verduras, mientras la carne se tostaba en dados con unas pocas hojas rojizas que había encontrado en la cesta. Apartó las cacerolas del fuego, antes de que la verdura se pasara y la carne se hiciera por el centro, y preparo esta última en una bandeja, para meter el recipiente en la pequeña cavidad al lado del fuego que hacia las veces de horno.
Unos minutos después saco la carne del horno y la puso junto con las verduras en una gran fuente, mientras un sabroso olor se extendía por el edificio. El exterior de la carne estaba algo mas churruscante por el asado. En bastante poco tiempo, Saren, haciendo gala de su talento para la cocina, había preparado un plato delicioso con un aroma casero, que algunos de sus compañeros desconocían, y que venía perfecto para reponer fuerzas. Unas piezas de fruta completaban el menú.
-La cena esta lista-anunció con una sonrisa, siempre le había gustado comer bien.
El paseo terminó frente a un edificio de piedra azulada. En el pasado debía de haber tenido cuatro plantas, pero ahora, el edificio estaba coronado por el esqueleto de algún animal marino. El idrino se quedo mirando la estructura, bastante asombrado. Su mirada se posó en una de las cadenas rotas del puente levadizo, y supuso que si hacían de aquel lugar su refugio, habría que arreglarla de alguna manera. El norteño comprobó la estabilidad del puente, y lo atravesó a paso rápido, llegando hasta las puertas, que para su sorpresa, estaban entreabiertas.
Saren entró en el edificio el primero, y mientras recorría el corredor que daba a la planta baja observando las pintadas de los muros en silencio, sus compañeros entraron detrás de él, cerrando las puertas cuando el último miembro del grupo estuvo dentro. El idrino se encontró en una gran estancia que, debido al aire enrarecido y por la capa de polvo intacta, debía de llevar abandonada varias semanas. Una mesa grande, unas cuantas sillas, y varios sillones bastante raídos, eran el principal mobiliario de aquella planta. A un lado de la estancia había una cocina, con una pequeña encimera, un horno de leña, y varios fogones de hierro, ademas de unos armarios de madera, que supuso llenos de algunos cacharros y bastantes telarañas.
Saren dejo la cesta que llevaba en la encimera, y se encaminó a las escaleras, dispuesto a ver que había arriba. No tardó en recorrer las dos plantas superiores, bajando para informar que en la segunda había una especie de estudio con estanterías vacías y un cuarto con barreños de latón para asearse; y que en la tercera había varios cuartos comunales con unas cuantas camas de aspecto cochambroso. No había subido al piso ocupado por el gran esqueleto, pero informo de que había oído algún que otro aleteo a través del techo de la tercera planta. Había baúles y armarios en as habitaciones, pero no había mirado dentro. Un patio de suelo empedrado, en cuyo centro se alzaba la estatua de un pájaro negro con un gran reloj bastante raro a sus pies, completaba el edificio. En él, había un pozo y al fondo, varios retretes.
-Bueno, yo tengo bastante hambre, así que si adecentáis un poco esa mesa -dijo señalándola, tras informar de sus descubrimientos-, yo me pondré con la cena.
El norteño se acercó a la cocina y busco algo para encender la cocina. Encontró una pila bastante escueta, pero suficiente por el momento, de leños polvorientos, que cogió y colocó en el hueco de piedra bajo los fogones. El norteño sacó un poco de yesca, con la que prendió la madera, paradespués cerrar la pequeña puerta de hierro que protegía el fuego. Mientras la cocina se calentaba, Saren procedió a buscar varios cacharros adecuados para cocinar, y unos cuantos platos y cubiertos que dejo a mano para aquel que pusiera la mesa. Les quitó el polvo, y salió al patio a por un poco de agua.
Saren se quitó los mitones y los guardó en uno de los bolsillos del abrigo, que colgó de un gancho en la pared, para cocinar mas cómodo. Se lavó las manos con un poco del agua que había traído y se arremangó la camisola oscura. Sacó algo de carne cruda y unas verduras de las cestas, y lo limpió todo con el agua del pozo que le quedaba, mientras ponía a calentar un par de cacerolas con un poco de la propia grasilla de la carne, esperando que se derritiera. Cuando tuvo los ingredientes listos, preparó un salteado con las verduras, mientras la carne se tostaba en dados con unas pocas hojas rojizas que había encontrado en la cesta. Apartó las cacerolas del fuego, antes de que la verdura se pasara y la carne se hiciera por el centro, y preparo esta última en una bandeja, para meter el recipiente en la pequeña cavidad al lado del fuego que hacia las veces de horno.
Unos minutos después saco la carne del horno y la puso junto con las verduras en una gran fuente, mientras un sabroso olor se extendía por el edificio. El exterior de la carne estaba algo mas churruscante por el asado. En bastante poco tiempo, Saren, haciendo gala de su talento para la cocina, había preparado un plato delicioso con un aroma casero, que algunos de sus compañeros desconocían, y que venía perfecto para reponer fuerzas. Unas piezas de fruta completaban el menú.
-La cena esta lista-anunció con una sonrisa, siempre le había gustado comer bien.
- Xana
Ficha de cosechado
Nombre: Ariv
Especie: Sinhadre
Habilidades: Memoria, reflejos, orientación.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
28/09/12, 12:09 am
Ariv escuchó al foner con atención y le sonrió.
- Ariv – le dijo a DL, simplemente. A continuación, el chico le explicó que había una armería en las mazmorras… La niña no sabía exactamente qué se le daría mejor manejar. Ni siquiera estaba segura de poder luchar algún día, pero iba a poner todo su empeño en ello. Decidió dirigirse un momento hacia allí, con intención de escoger algún arma con la que empezar a practicar. Antes de marcharse, vio a Wintel en el salón. El muchacho le dijo que se alegraba de que se hubieran quedado, y Ariv volvió a sonreír, contenta. A pesar de todo lo ocurrido el día anterior, empezaba a sentirse como en casa.
Después de eso, bajó un momento a las mazmorras, mientras RR terminaba de afilar su arma. Quería darse prisa, así que echó un vistazo rápido. De inmediato descartó algunas armas que parecían demasiado pesadas para ella… Aunque pudiera defenderse, siempre era mejor comenzar por algo más ligero, pues podría moverse con más rapidez y facilidad. Finalmente, se decantó por un par de dagas. Las sostuvo un momento y las contempló, absorta. Se sentía extraña, en cierto modo, teniéndolas en las manos. No podía creerse que de verdad las fuera a utilizar.
Una vez hecho esto, Ariv regresó al salón y le tendió las dagas a RR para que las afilase. DL había mencionado algo sobre ir tras las bañeras para conseguir comida y, aunque la niña no estaba muy segura de a qué se refería, asintió con la cabeza. Ya habían hecho bastante con acogerlas… Ahora que vivían allí, estaba dispuesta a ayudar a sus compañeros en todo lo posible. No quería sentirse una carga. Necesitaba hacer cosas, no quedarse quieta todo el día en el torreón mientras sus compañeros se jugaban el cuello.
RR terminó de afilar las armas de todos, y él también explicó que necesitaban salir. Ariv asintió, emocionada, en cierto modo, por lo que pudieran encontrar fuera. Aunque aquella ciudad escondía muchos peligros, tenía ganas de conocerla un poco mejor, de saberse mover por sus calles, de averiguar qué clase de criaturas podía encontrarse. Aferró sus dagas con fuerza y esperó.
- ¡Sí! ¡Vamos a por comida! – exclamó. RR salió un momento al patio, y Ariv oyó que mencionaba a K. ¡Así que estaba fuera, entrenándose! Se propuso en silencio empezar con sus prácticas en cuanto volviesen y descansasen un poco.
Si Karime iba con ellos, Ariv se sentiría mucho más segura, así que se alegró de que el foner le hubiera dicho que los acompañase.
- Ariv – le dijo a DL, simplemente. A continuación, el chico le explicó que había una armería en las mazmorras… La niña no sabía exactamente qué se le daría mejor manejar. Ni siquiera estaba segura de poder luchar algún día, pero iba a poner todo su empeño en ello. Decidió dirigirse un momento hacia allí, con intención de escoger algún arma con la que empezar a practicar. Antes de marcharse, vio a Wintel en el salón. El muchacho le dijo que se alegraba de que se hubieran quedado, y Ariv volvió a sonreír, contenta. A pesar de todo lo ocurrido el día anterior, empezaba a sentirse como en casa.
Después de eso, bajó un momento a las mazmorras, mientras RR terminaba de afilar su arma. Quería darse prisa, así que echó un vistazo rápido. De inmediato descartó algunas armas que parecían demasiado pesadas para ella… Aunque pudiera defenderse, siempre era mejor comenzar por algo más ligero, pues podría moverse con más rapidez y facilidad. Finalmente, se decantó por un par de dagas. Las sostuvo un momento y las contempló, absorta. Se sentía extraña, en cierto modo, teniéndolas en las manos. No podía creerse que de verdad las fuera a utilizar.
Una vez hecho esto, Ariv regresó al salón y le tendió las dagas a RR para que las afilase. DL había mencionado algo sobre ir tras las bañeras para conseguir comida y, aunque la niña no estaba muy segura de a qué se refería, asintió con la cabeza. Ya habían hecho bastante con acogerlas… Ahora que vivían allí, estaba dispuesta a ayudar a sus compañeros en todo lo posible. No quería sentirse una carga. Necesitaba hacer cosas, no quedarse quieta todo el día en el torreón mientras sus compañeros se jugaban el cuello.
RR terminó de afilar las armas de todos, y él también explicó que necesitaban salir. Ariv asintió, emocionada, en cierto modo, por lo que pudieran encontrar fuera. Aunque aquella ciudad escondía muchos peligros, tenía ganas de conocerla un poco mejor, de saberse mover por sus calles, de averiguar qué clase de criaturas podía encontrarse. Aferró sus dagas con fuerza y esperó.
- ¡Sí! ¡Vamos a por comida! – exclamó. RR salió un momento al patio, y Ariv oyó que mencionaba a K. ¡Así que estaba fuera, entrenándose! Se propuso en silencio empezar con sus prácticas en cuanto volviesen y descansasen un poco.
Si Karime iba con ellos, Ariv se sentiría mucho más segura, así que se alegró de que el foner le hubiera dicho que los acompañase.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
28/09/12, 04:11 am
Saren rebusco en todos los rincones de las habitaciones minuciosamente, buscando algo similar a un talismán, algo que pudiera servir como fuente de energía mágica. El norteño no entendía aun el mecanismo de la magia, pero empezaba a comprender lo mas básico. La magia se podía usar en beneficio propio mediante el uso de hechizos, y los talismanes servían de fuente de energía en la realización de dichos hechizos. Aparte de eso, el chico poco mas sabia, pero quería encontrar algo que sirviera de talismán y comprobar que podía hacer con ello.
Estornudo varias veces al levantar nubes de polvo allá por donde pasaba, recorriendo al completo la tercera planta y la segunda, sin encontrar nada similar a un talismán. Sin embargo la búsqueda no fue del todo infructuosa, ya que en uno de los baúles que revolvió encontró una especie de objeto metálico que resulto ser un mechero. El idrino sonrió contento, encendiendo y apagando el artefacto con la misma ilusión con la que un niño juega con su juguete nuevo, observando el baile de la llama con curiosidad. Centrándose de nuevo en su tarea, Saren cerró el mechero con un chasquido metálico y lo introdujo en uno de sus bolsillos, poniéndolo a buen recaudo.
-¡Yo hoy me quedo a vigilar el torreón! -les dijo al resto en voz alta cuando le llegó el aviso de que salían a por comida, prefería continuar con su búsqueda del tesoro particular.
Un rato después, cuando el grupo de búsqueda ya había salido, Saren bajo al piso de abajo, de camino a las mazmorras, tenia la primera planta muy vista y dudaba que hubiera algún talismán por allí. Apenas se fijo en quien se había quedado en el torreón, pero creyó reconocer a Shiz y al duende, ambos sentados en sendos sillones leyendo. El idrino descendió las escaleras y tras comprobar que las mazmorras estaban bastante vaciás, entro en la armería. Sacó el mechero del bolsillo y alzando el objeto, para iluminar la estancia, comenzó a revolver entre las armas.
Tras una búsqueda meticulosa el norteño creyó encontrar lo que estaba buscando. Escondido entre dos estantes llenos de armas variadas, había un pequeño cofre, que el idrino abrió con ansiedad. La llama del mechero se reflejo, lanzando cientos de destellos, en las facetas de los numerosos cristales que el baúl contenía, haciendo brillar también algunas joyas. Saren rió con satisfacción, contento de haber encontrado aquel pequeño tesoro. El chico cerró el cofre y lo cogió con ambas manos, enfilando las escaleras hacia la primera planta con cierta prisa.
-¡Shiz! -llamó al lacustre entrando en el salón a toda velocidad, visiblemente emocionado, como un niño pequeño-. Necesito el libro, rápido -pidió, dejando el cofre sobre a mesa con un topetazo, sonriendo de oreja a oreja.
Estornudo varias veces al levantar nubes de polvo allá por donde pasaba, recorriendo al completo la tercera planta y la segunda, sin encontrar nada similar a un talismán. Sin embargo la búsqueda no fue del todo infructuosa, ya que en uno de los baúles que revolvió encontró una especie de objeto metálico que resulto ser un mechero. El idrino sonrió contento, encendiendo y apagando el artefacto con la misma ilusión con la que un niño juega con su juguete nuevo, observando el baile de la llama con curiosidad. Centrándose de nuevo en su tarea, Saren cerró el mechero con un chasquido metálico y lo introdujo en uno de sus bolsillos, poniéndolo a buen recaudo.
-¡Yo hoy me quedo a vigilar el torreón! -les dijo al resto en voz alta cuando le llegó el aviso de que salían a por comida, prefería continuar con su búsqueda del tesoro particular.
Un rato después, cuando el grupo de búsqueda ya había salido, Saren bajo al piso de abajo, de camino a las mazmorras, tenia la primera planta muy vista y dudaba que hubiera algún talismán por allí. Apenas se fijo en quien se había quedado en el torreón, pero creyó reconocer a Shiz y al duende, ambos sentados en sendos sillones leyendo. El idrino descendió las escaleras y tras comprobar que las mazmorras estaban bastante vaciás, entro en la armería. Sacó el mechero del bolsillo y alzando el objeto, para iluminar la estancia, comenzó a revolver entre las armas.
Tras una búsqueda meticulosa el norteño creyó encontrar lo que estaba buscando. Escondido entre dos estantes llenos de armas variadas, había un pequeño cofre, que el idrino abrió con ansiedad. La llama del mechero se reflejo, lanzando cientos de destellos, en las facetas de los numerosos cristales que el baúl contenía, haciendo brillar también algunas joyas. Saren rió con satisfacción, contento de haber encontrado aquel pequeño tesoro. El chico cerró el cofre y lo cogió con ambas manos, enfilando las escaleras hacia la primera planta con cierta prisa.
-¡Shiz! -llamó al lacustre entrando en el salón a toda velocidad, visiblemente emocionado, como un niño pequeño-. Necesito el libro, rápido -pidió, dejando el cofre sobre a mesa con un topetazo, sonriendo de oreja a oreja.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
28/09/12, 04:37 am
“Es bueno.” Pensó muchas veces a lo largo de todo el duelo. En un principio, había pensado ir suave, estaban utilizando espadas de verdad y no quería hacerle perder ningún miembro a su compañero; pero pronto se dio cuenta de que no hacía falta que fuera suave, de hecho, terminó considerándolo como cualquiera de sus duelos en la academia. Cuando el idrino dió por terminado el combate devolviéndole la espada a la libense, esta resopló mientras se soltaba el cinturón que llevaba a modo de sujetador.
- Vaya con el plateadito, ha resultado ser toda una joya con la espada.- comentó la morena volviéndose a colocar el cinturón, las espadas, el arco y el carcaj.
Cuando el idrino se fue, K se dedicó a mover en el aire ambas espadas a la vez, equilibrándose a sí misma en cada movimiento. Por suerte, había elegido unas gemelas ligeras, de manera que no le fue difícil dominar el movimiento de cada una por separado y compenetrarlos. Al oir su nombre, Karime dejó de practicar y dirigió su mirada al grupo que había en una esquina del patio.
- ¿He oído un amago de alago?- preguntó la morena con sarcasmo acercándose a RR.- Si te has cansado de las flechas y quieres que te enseñe a usar cuchillitos solo tienes que pedirlo, pelirrojo.- comentó, poniendo una pose desafiante cuando estuvo justo enfrente.- Ahora en serio, ¿Acaso creías que os iba a dejar la diversión a vosotros?- preguntó pícaramente mientras se metía al torreón.
Cuando entró de nuevo al torreón, pasó por al lado de Ariv, a la que le revolvió el pelo de pasada y saludó con un “Buenos días, pequeña clon.”, antes de subir a la habitación, en la que cogió su camiseta. “Si vamos a salir, necesito algo que me sujete el pecho.” Se recordó. De nuevo abajo, ya con su camiseta transparente puesta, se fijó en las dagas que la pequeña morena aferraba.
- Riv, te voy a enseñar a usar esas dagas, ¿vale? Ya veras, pequeña, será divertido.- le sugirió con una sonrisa amistosa, usando el diminutivo de su nombre que le había buscado. Sabía que Ariv no estaba tan familiarizada con las armas como ella y no quería que su amiga fuera indefensa por una ciudad tan peligrosa como el cojo que dormía inconsciente en el piso de arriba del torreón confirmaba.- Vamos a por comida. Va a ser como una excursión. ¿Te vienes?
Karime salió por la puerta del torreón para esperar ahí al resto del grupo que iban a salir a por comida. Cuando todos estuvieron listos, K cargó su arco y se dispuso a andar.
- Venga, pequeños exploradores, vamos a divertirnos.- bromeó la libense. Antes de echar a andar, dirigió su mirada de nuevo a la sinhadre.- Riv, colócate detrás de mí siempre. Si hay problemas, corre de vuelta al torreón, ¿entendido?- le dijo a su pequeña amiga, hacia la que había desarrollado un instinto de protección.
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- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
28/09/12, 01:55 pm
Le pareció algo extraño que RR decidiera afilarle las armas en vez de dejarles directamente la piedra de afilar pero no se quejo, total, el tendría mas mano en eso. DL después de recibir sus armas afiladas de vuelta a las que tendría que darle un repaso mas tarde volvió a la cocina a terminar de hacer el recuento de comida volviendo luego a la entrada y viendo parecer a Karime que volvía de entrenar. La miro atentamente mientras hablaba con RR con ese descaro y saludaba de forma toda amistosa a Ariv, había visto de refilon su forma de luchar y no podía negar que le había impresionado definitivamente debía practicar con ella en un futuro próximo.Fue en eso que escucho el grito de Saren desde uno de los pisos superiores diciendo que se quedaría vigilando.
-Entonces con que vayamos nosotros basta, a ver si con suerte cambia un poco el contenido de las bañeras- añadió acomodándose sus armas en sus fundas y en el cinturón saliendo del torreón, observando a Karime por unos momentos con cierta curiosidad al notar que se había cubierto el pecho que hasta ese momento había llevado desnudo. Definitivamente provenía de un mundo donde el mostrar el cuerpo no tenia prejuicio alguno, lo que daba unas buenas vistas pero debía ser algo incomodo suponía- He visto como luchas y eres muy diestra, me ha impresionado...espero que podamos practicar en un futuro...seria interesante...-comento DL no sin cierto entretenimiento, sabia diferenciar cuando alguien tenia experiencia con las armas y cuando era un novato y era obvio que Karime no era una novata, mientras se dirigían en dirección al lugar donde dejarían las bolsas.Esperaba que pudieran tomarlas sin encontrarse con ningún bicho extraño, hasta ahora habían tenido suerte, a saber cuanto les duraría.
Sigue en el Barrio de los Callejones Sin Salida.
-Entonces con que vayamos nosotros basta, a ver si con suerte cambia un poco el contenido de las bañeras- añadió acomodándose sus armas en sus fundas y en el cinturón saliendo del torreón, observando a Karime por unos momentos con cierta curiosidad al notar que se había cubierto el pecho que hasta ese momento había llevado desnudo. Definitivamente provenía de un mundo donde el mostrar el cuerpo no tenia prejuicio alguno, lo que daba unas buenas vistas pero debía ser algo incomodo suponía- He visto como luchas y eres muy diestra, me ha impresionado...espero que podamos practicar en un futuro...seria interesante...-comento DL no sin cierto entretenimiento, sabia diferenciar cuando alguien tenia experiencia con las armas y cuando era un novato y era obvio que Karime no era una novata, mientras se dirigían en dirección al lugar donde dejarían las bolsas.Esperaba que pudieran tomarlas sin encontrarse con ningún bicho extraño, hasta ahora habían tenido suerte, a saber cuanto les duraría.
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- Carmesí
Ficha de cosechado
Nombre: Lemus
Especie: Humano
Habilidades: Oído músical, carisma y valor
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
29/09/12, 02:19 am
Wintelgy
DL me explica la experiencia de la expedición de ayer mientras RR hábilmente arregla las armas. Mientras RR trabajaba con las armas conto algo de armas de fuego, ¿armas de fuego? Por lo que RR contaba eran armas poderosas, ¿pero por qué de fuego? ¿Quemaran? Quería preguntarle pero justo cuando iba a hacerlo me ofrece la lanza.
“Muchas gracias RR- Dije aceptando la lanza- has hecho un trabajo estupendo- dije mientras pasaba el pulgar cuidadosamente por la hoja terminando en la afilada punta-“
Cuando el duelo entre el piel plateada y la cara sucia había terminado RR le pidió indirectamente a Karime que le acompañara en la próxima expedición al comprobar su soltura en combate. Karime acepto y además le pidió a la de las trenzas que la acompañará también.
“Esta vez os acompaño quizás os pueda servir de ayuda si encontramos algo fuera de lo común- dije apagándome mientras miraba como una gran bandada de aves negras dejaban el alto del torreón- creo que van en dirección a los callejones…rápido chicos antes que nos dejen sin provisiones- dije dirigiéndome al portón-“
Sigue en el Barrio de los Callejones Sin Salida.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
29/09/12, 02:23 am
-Sí, sí, eso- contestó Shizel distraídamente al comentario burlón de Saren-. Sólo un momento...
Esperó leyendo en el sofá hasta que primero Timmy y luego Aleksei bajaron del baño, demostrando su impaciencia únicamente tamborileando con los dedos sobre el reposabrazos. Nunca había tenido que guardar turnos para hacer lo que quería, y no le estaba haciendo gracia.
Cuando por fin la bañera estuvo libre asomó la cabeza esperanzado para ver si alguien había sido tan amable de dejarse al menos un cubo o dos de agua limpia, pero una vez más no había sido el caso. Entre las idas y venidas del patio al segundo piso entreoyó los planes de los demás de salir a por las cestas.
-Os lleváis al Alfiletero prodigioso con vosotros, así que me pido la baja hoy- anunció aún trajinando con el cubo escaleras arriba, haciendo mención al mote con el que Saren había bautizado. Si fuese algo más que ir a la plazoleta de las provisiones probablemente se habría apuntado, pero no habían mencionado explorar nada más allá de esa zona y en cuanto algo comenzaba a volverse rutinario le aburría. Él mismo se encargó de atrancar la puerta del torreón tras ellos.
-Hale, fuera todos- les echó con desparpajo a medida que fueron saliendo. Cuando el último de los exploradores hubo traspasado sin problemas el foso el idrino cerró de un portazo y aseguró los candados, la mayoría de éstos oxidados.
Maciel era inquietantemente silencioso sin amenazas de muerte, operaciones improvisadas ni inquilinos sorpresa, y Shizel cogió la oportunidad al vuelo. Se habían quedado cuatro; cinco si contaban a YR, al cual estaba vigilando Aleksei en ese momento: notó de pasada que Saren correteaba arriba y abajo por todo el torreón y le preguntó si había visto por ahí algún útil de escritura que le pudiera servir para tomar notas. Ante la negativa del norteño suspiró y se resignó a alinear en su cabeza los datos que estaba comparando de los dos libros de la biblioteca. Timmy también se hallaba en el salón en ese momento pero estaba leyendo, así que el idrino pronto pasó a su mesa de deducciones mental sin demasiado esfuerzo.
El libro de historia que había cogido era demasiado general: parecía dar bastantes acontecimientos históricos por hecho y aquello le dificultaba bastante la tarea de entender qué había pasado con aquel lugar, y por qué estaba tan ruinoso. Ante él desfilaron nombres de reyes y reinas diversos, junto con breves reseñas de sus mandatos. Al parecer siempre había un regente en Rocavarancolia, apoyado por una especie de consejo de gobierno. No había referencias a elecciones de ninguna clase, y Shizel chasqueó la lengua: aquel sistema atrasado y las notas que había leído respecto a las decisiones de algunos monarcas casaba con la imagen decadente que ofrecía de momento la ciudad.
En busca de cualquier indicio de lo que se suponía que los "cosechados" tuvieran que hacer hasta que saliese la tal Luna Roja, Shizel también había escaneado los párrafos en busca de cualquier mención referente al periodo de criba. No obstante, sólo había sido recompensado con referencias de pasada tales como "la cosecha de aquel año había sido magnífica", o "las esencias de los habitantes de Nubla resultaban especialmente prolíficas aquella época", sin ninguna aclaración respecto a aquellas crípticas frases. Ni siquiera se podía sacar en claro si los cosechados se quedaban en la ciudad tras la Luna Roja o no: todo aquello el libro parecía darlo por sabido, lo que no hizo sino exasperarle aún más. No había leído el libro minuciosamente, aunque sospechaba que incluso si lo hacía no encontraría nada más: tendría que volver a la Biblioteca a ver si encontraba quizá un diario o un registro de la cosecha de un año anterior.
Había leído numerosas referencias al respecto de la magia en su propio libro, pero había decidido tomarlas por metáforas o lirismos exagerados. No obstante, su postura racionalista se fue al garete en cuanto echó mano al libro de Saren.
¿"Hechizos para principantes"? ¿Le estaban tomando el pelo?
No tenía sentido. Si realmente podían usar magia, ¿por qué estaba la ciudad en aquel estado? Si realmente la habían utilizado para "conquistar mundos vinculados", ¿por qué traían gente a escondidas?
Concentrado se hallaba cuando la voz de Saren a su lado le sobresaltó: no hacía falta ser idrino, ni siquiera mirarle, para notar que estaba muy entusiasmado por algo.
-¿Y a ti qué te pica?- preguntó divertido, pero le tendió el libro de vuelta. Miró con detenimiento el cofrecito que el norteño había subido de las mazmorras-. ¿Qué vas a hacer con eso, guardar flores secas?
Esperó leyendo en el sofá hasta que primero Timmy y luego Aleksei bajaron del baño, demostrando su impaciencia únicamente tamborileando con los dedos sobre el reposabrazos. Nunca había tenido que guardar turnos para hacer lo que quería, y no le estaba haciendo gracia.
Cuando por fin la bañera estuvo libre asomó la cabeza esperanzado para ver si alguien había sido tan amable de dejarse al menos un cubo o dos de agua limpia, pero una vez más no había sido el caso. Entre las idas y venidas del patio al segundo piso entreoyó los planes de los demás de salir a por las cestas.
-Os lleváis al Alfiletero prodigioso con vosotros, así que me pido la baja hoy- anunció aún trajinando con el cubo escaleras arriba, haciendo mención al mote con el que Saren había bautizado. Si fuese algo más que ir a la plazoleta de las provisiones probablemente se habría apuntado, pero no habían mencionado explorar nada más allá de esa zona y en cuanto algo comenzaba a volverse rutinario le aburría. Él mismo se encargó de atrancar la puerta del torreón tras ellos.
-Hale, fuera todos- les echó con desparpajo a medida que fueron saliendo. Cuando el último de los exploradores hubo traspasado sin problemas el foso el idrino cerró de un portazo y aseguró los candados, la mayoría de éstos oxidados.
Maciel era inquietantemente silencioso sin amenazas de muerte, operaciones improvisadas ni inquilinos sorpresa, y Shizel cogió la oportunidad al vuelo. Se habían quedado cuatro; cinco si contaban a YR, al cual estaba vigilando Aleksei en ese momento: notó de pasada que Saren correteaba arriba y abajo por todo el torreón y le preguntó si había visto por ahí algún útil de escritura que le pudiera servir para tomar notas. Ante la negativa del norteño suspiró y se resignó a alinear en su cabeza los datos que estaba comparando de los dos libros de la biblioteca. Timmy también se hallaba en el salón en ese momento pero estaba leyendo, así que el idrino pronto pasó a su mesa de deducciones mental sin demasiado esfuerzo.
El libro de historia que había cogido era demasiado general: parecía dar bastantes acontecimientos históricos por hecho y aquello le dificultaba bastante la tarea de entender qué había pasado con aquel lugar, y por qué estaba tan ruinoso. Ante él desfilaron nombres de reyes y reinas diversos, junto con breves reseñas de sus mandatos. Al parecer siempre había un regente en Rocavarancolia, apoyado por una especie de consejo de gobierno. No había referencias a elecciones de ninguna clase, y Shizel chasqueó la lengua: aquel sistema atrasado y las notas que había leído respecto a las decisiones de algunos monarcas casaba con la imagen decadente que ofrecía de momento la ciudad.
En busca de cualquier indicio de lo que se suponía que los "cosechados" tuvieran que hacer hasta que saliese la tal Luna Roja, Shizel también había escaneado los párrafos en busca de cualquier mención referente al periodo de criba. No obstante, sólo había sido recompensado con referencias de pasada tales como "la cosecha de aquel año había sido magnífica", o "las esencias de los habitantes de Nubla resultaban especialmente prolíficas aquella época", sin ninguna aclaración respecto a aquellas crípticas frases. Ni siquiera se podía sacar en claro si los cosechados se quedaban en la ciudad tras la Luna Roja o no: todo aquello el libro parecía darlo por sabido, lo que no hizo sino exasperarle aún más. No había leído el libro minuciosamente, aunque sospechaba que incluso si lo hacía no encontraría nada más: tendría que volver a la Biblioteca a ver si encontraba quizá un diario o un registro de la cosecha de un año anterior.
Había leído numerosas referencias al respecto de la magia en su propio libro, pero había decidido tomarlas por metáforas o lirismos exagerados. No obstante, su postura racionalista se fue al garete en cuanto echó mano al libro de Saren.
¿"Hechizos para principantes"? ¿Le estaban tomando el pelo?
No tenía sentido. Si realmente podían usar magia, ¿por qué estaba la ciudad en aquel estado? Si realmente la habían utilizado para "conquistar mundos vinculados", ¿por qué traían gente a escondidas?
Concentrado se hallaba cuando la voz de Saren a su lado le sobresaltó: no hacía falta ser idrino, ni siquiera mirarle, para notar que estaba muy entusiasmado por algo.
-¿Y a ti qué te pica?- preguntó divertido, pero le tendió el libro de vuelta. Miró con detenimiento el cofrecito que el norteño había subido de las mazmorras-. ¿Qué vas a hacer con eso, guardar flores secas?
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
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- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
29/09/12, 05:19 pm
RR miró a la muchacha inexpresivo, clavándole la mirada seria mientras notaba cómo el subidón se extendía por todo su cuerpo, reptando por su sistema nervioso mientras el aro de fuego iba consumiendo el cigarro con cada calada. Sus pupilas se fueron dilatando más y más…
Finalmente, sacó el cuchillo de su funda de un rápido movimiento, movido por aquella seta. Metió el dedo en una de las anillas para los dedos y lo hizo girar alrededor tan rápido cómo pudo. A los pocos segundos, lo detuvo firmemente, y enfundó el resto de ellos en sus respectivas anillas. Sí, las setas no se habían echado a perder.
-Gracias, bonita, pero me manejo bien con estas cosas, por el momento.- comentó- aunque supongo que no soy ni la mitad de bueno que tú… de cerca. Por cierto, no tengo por costumbre alagar a nadie. Digo lo que pienso, simple y llanamente. Te lo puedes tomar cómo quieras.
Sin agregar nada más, se echó la ballesta al hombro y se dirigió a paso ligero hacia la puerta.
-Vamos, joder. No vamos a hacer esperar a lo que intente comernos esta vez, ¿eh?
Y sin más dilación, comenzó a avanzar hacia la ciudad.
Sigue en el Barrio de los Callejones Sin Salida.
Finalmente, sacó el cuchillo de su funda de un rápido movimiento, movido por aquella seta. Metió el dedo en una de las anillas para los dedos y lo hizo girar alrededor tan rápido cómo pudo. A los pocos segundos, lo detuvo firmemente, y enfundó el resto de ellos en sus respectivas anillas. Sí, las setas no se habían echado a perder.
-Gracias, bonita, pero me manejo bien con estas cosas, por el momento.- comentó- aunque supongo que no soy ni la mitad de bueno que tú… de cerca. Por cierto, no tengo por costumbre alagar a nadie. Digo lo que pienso, simple y llanamente. Te lo puedes tomar cómo quieras.
Sin agregar nada más, se echó la ballesta al hombro y se dirigió a paso ligero hacia la puerta.
-Vamos, joder. No vamos a hacer esperar a lo que intente comernos esta vez, ¿eh?
Y sin más dilación, comenzó a avanzar hacia la ciudad.
Sigue en el Barrio de los Callejones Sin Salida.
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
- Xana
Ficha de cosechado
Nombre: Ariv
Especie: Sinhadre
Habilidades: Memoria, reflejos, orientación.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
29/09/12, 08:48 pm
Ariv esperó a sus compañeros, impaciente. Tanto Saren como Shizel habían decidido permanecer en el torreón, de momento, pero los demás estaban dispuestos a partir, incluida Karime. La niña sonrió. Si todos eran tan buenos luchando como su amiga, no tendrían problemas… O eso era lo que ella pensaba.
Le devolvió el saludo a K, y se sintió emocionada cuando le prometió enseñarle a usar sus dagas. Ariv estaba segura de que no podría encontrar una maestra mejor.
- ¡Muchas gracias! – exclamó. – Seré una buena alumna, ¡aprendo rápido!
Y eso era cierto, siempre y cuando tuviera interés. Esperaba no perderlo, pues sabía que se distraía con mucha facilidad.
Enseguida se puso detrás de Karime, con intención de seguirla, tal y como ella misma le había indicado. Sin embargo, lo que no pensaba hacer era volver al torreón en cuanto hubiera problemas. Eso no iba con ella. No había llegado a esa ciudad para huir, ni mucho menos. Cuando la libense le dijo aquello, Ariv frunció el ceño y negó con la cabeza, pero se mantuvo en silencio. No iba a ponerse a discutir en ese momento.
Salió del torreón, sin separarse de sus compañeros, y empezó a caminar detrás de ellos, preguntándose qué les depararía la ciudad aquella mañana… Y esperando que no fuera muy malo.
Sigue en el Barrio de los Callejones Sin Salida.
Le devolvió el saludo a K, y se sintió emocionada cuando le prometió enseñarle a usar sus dagas. Ariv estaba segura de que no podría encontrar una maestra mejor.
- ¡Muchas gracias! – exclamó. – Seré una buena alumna, ¡aprendo rápido!
Y eso era cierto, siempre y cuando tuviera interés. Esperaba no perderlo, pues sabía que se distraía con mucha facilidad.
Enseguida se puso detrás de Karime, con intención de seguirla, tal y como ella misma le había indicado. Sin embargo, lo que no pensaba hacer era volver al torreón en cuanto hubiera problemas. Eso no iba con ella. No había llegado a esa ciudad para huir, ni mucho menos. Cuando la libense le dijo aquello, Ariv frunció el ceño y negó con la cabeza, pero se mantuvo en silencio. No iba a ponerse a discutir en ese momento.
Salió del torreón, sin separarse de sus compañeros, y empezó a caminar detrás de ellos, preguntándose qué les depararía la ciudad aquella mañana… Y esperando que no fuera muy malo.
Sigue en el Barrio de los Callejones Sin Salida.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
30/09/12, 11:23 pm
Llegaron finalmente frente a la puerta del torreón, DL ya estaba prácticamente sin aire, notando que poco a poco RR quedaba sin fuerzas lo bajo, dejándolo sentado en el suelo apoyado en la pared de frente al lugar por donde habían venido.
-Abrid la puerta, RR esta herido -volvió a llamar DL cerca de la puerta por si casualidad lo de dentro no lo había escuchado mirando hacia atrás con desconfianza no viendo a la criatura, seguramente o habría salido huyendo o había muerto o Karime estaba aun entreteniendola permitiendoles asi escapar, lo que si estaba claro es que K y el lagarto habían quedados ambos en los callejones, solo esperaba que K aun estuviese viva. Volvió a llamar a la puerta viendo que tanto Ariv como Wintel estaban allí también- ¡Abrid de una vez, que se nos muere el pelirrojo de la ballesta! - exclamo exagerando un poco o tal vez no, al fin de cuentas no tenían de cual era los síntomas completos del venenos de la lagartija esa.
-Abrid la puerta, RR esta herido -volvió a llamar DL cerca de la puerta por si casualidad lo de dentro no lo había escuchado mirando hacia atrás con desconfianza no viendo a la criatura, seguramente o habría salido huyendo o había muerto o Karime estaba aun entreteniendola permitiendoles asi escapar, lo que si estaba claro es que K y el lagarto habían quedados ambos en los callejones, solo esperaba que K aun estuviese viva. Volvió a llamar a la puerta viendo que tanto Ariv como Wintel estaban allí también- ¡Abrid de una vez, que se nos muere el pelirrojo de la ballesta! - exclamo exagerando un poco o tal vez no, al fin de cuentas no tenían de cual era los síntomas completos del venenos de la lagartija esa.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
01/10/12, 02:30 am
Saren río ante la ocurrencia del lacustre, y sin parar de sonreír le enseño el contenido del cofre. Ante los ojos de Shiz brillaron los cristales y las joyas que había en el interior de la pequeña caja. El norteño hurgó en ella con cuidado, sacando un anillo plateado con extrañas runas grabadas en su superficie, poniéndoselo y comprobando que le iba bien. También manoseo un par de cristales, preguntándose si sería capaz de obrar algún hechizo con ellos.
-Guardar flores secas no, ¿pero hacer magia?... tal vez -dijo con voz misteriosa.
El día anterior, y hasta altas horas de la madrugada, el chico había estado memorizando los gestos de unos pocos hechizos sencillos, o eso creía él. Aunque creía haber imitado los gestos a la perfección, incluso variando el orden, la magia no se había manifestado, y eso le había dejado frustrado. Sin embargo, si su teoría era cierta, aquellos objetos le ayudarían a dar forma a algún hechizo.
Se disponía a compartir su teoría con Shiz, cuando unos gritos desde fuera del torreón llamaron toda su atención. Ambos idrinos se miraron estupefactos unos segundos, pero acabaron por reaccionar al mismo tiempo, poniéndose de acuerdo sin palabras. El lacustre corrió al piso de arriba a observar por una ventana, mientras Saren se acercaba a la puerta guardándose los dos cristales en el bolsillo, dispuesto a abrir a una señal de Shiz. Los gritos al otro lado de la puerta se intensificaron, y el norteño reconoció la voz de DL, hecho confirmado por la voz de Shiz desde el piso de arriba.
Saren abrió la puerta apresuradamente, dejando paso a DL, que cargaba con RR, y a los demás que venían detrás de él. El norteño siguió a los dos foner, acercándose a la mesa y despejandola, apartando el cofre y el libro que guardo a buen recaudo. Ayudo a DL a tumbar a RR sobre la mesa y pregunto que había pasado. RR parecía mareado y débil, y apenas podía moverse. Saren le quito la chaqueta y la camiseta, dejando sus heridas al aire. Tenia varios cortes superficiales en vientre y brazo, no parecían graves, así que el chico no entendía la debilidad que había asaltado al pelirrojo. Cogió unos trapos limpios y un poco de agua y empezó a limpiar las heridas, que revelaron un enfermizo tono verdoso.
-¡Mierda! -maldijo el idrino entre dientes-. Veneno, ¿verdad? -pregunto al resto del grupo que había salido-. ¿Qué narices os habéis encontrado ahí fuera? -inquirió, aunque realmente no quería una respuesta.
Saren pensaba a toda velocidad, tratando de elegir el mejor curso de acción. Estaba claro que nadie sabia mas de “medicina” que él, pero el veneno escapaba a sus conocimientos, necesitaba información. En aquella ciudad solo tenia conocimiento de un sitio que ofreciera información de cualquier tipo, y era la biblioteca, cuyas estrictas normas dejaban claro que cada persona podía llevarse un solo libro, devolviendole antes si quería coger otro. Algunos de sus compañeros aun no habían visitado la biblioteca, así que no habría ningún problema con eso.
-No tengo los conocimientos necesarios para neutralizar el veneno, tengo que ir a la biblioteca y alguien que no tenga libro me tendrá que acompañar -dijo en voz alta, su voz y semblante reflejaban seriedad.
Shiz y Wintel se ofrecieron a acompañarle, y el norteño lo agradeció, mientras comprobaba que llevaba todo lo necesario para la urgente expedición. Cogió algo de comida por si las cosas se complicaban, asegurándose también de llevar las cimitarras y los cuchillos enfundados en su sitio. Estaba seguro de que no sabría usarlas correctamente llegado el momento, pero sabría apuntar y dirigir el filo si fuera necesario, aunque esperaba que no sucediera nada grave. Ariv se ofreció a acompañarles a la biblioteca, pero Saren se negó rotundamente.
-Ni hablar, no con eso rondando por ahí afuera -dijo el norteño muy serio-, no quiero ser prepotente ni nada por el estilo, pero eres demasiado pequeña y no sabes usar tus dagas. No es que yo sea experto en usar estas -aclaró Saren señalando las cimitarras-, pero corro mucho si hace falta. Le próxima vez, Ariv -dijo el chico, en un tono que no admitía discusión.
El norteño observo al resto atentamente, mientras esperaba a que Shiz y Wintel estuvieran listos, y fue en ese momento en el que se percató de la ausencia de K. El idrino preguntó preocupado y los demás le resumieron la “aventura”. Al parecer la libense se había quedado a cubrirles y a despistar a la criatura. Saren sabía que la chica tenia muchas posibilidades de sobrevivir y de regresar, pero aun así estaba preocupado.
-¡Joder! -maldijo de nuevo-, no ganamos para disgustos -masculló-. Veremos si nos las encontramos de camino a la biblioteca, de todos modos andad atentos por si vuelve antes que nosotros, si no tendremos que ir a buscarla... -dijo a los que se iban a quedar-. DL, ¿podrías luego echar un vistazo en el bestiario que te has traído a ver si aparece lo que sea que os haya atacado? -le pregunto al peliblanco-, estaría bien saber a que veneno nos enfrentamos... En fin, trataremos de volver pronto -dijo, poniéndose en marcha junto con Shiz y Wintel, sin demorar mas la salida.
Continua en la Cicatriz de Arax.
-Guardar flores secas no, ¿pero hacer magia?... tal vez -dijo con voz misteriosa.
El día anterior, y hasta altas horas de la madrugada, el chico había estado memorizando los gestos de unos pocos hechizos sencillos, o eso creía él. Aunque creía haber imitado los gestos a la perfección, incluso variando el orden, la magia no se había manifestado, y eso le había dejado frustrado. Sin embargo, si su teoría era cierta, aquellos objetos le ayudarían a dar forma a algún hechizo.
Se disponía a compartir su teoría con Shiz, cuando unos gritos desde fuera del torreón llamaron toda su atención. Ambos idrinos se miraron estupefactos unos segundos, pero acabaron por reaccionar al mismo tiempo, poniéndose de acuerdo sin palabras. El lacustre corrió al piso de arriba a observar por una ventana, mientras Saren se acercaba a la puerta guardándose los dos cristales en el bolsillo, dispuesto a abrir a una señal de Shiz. Los gritos al otro lado de la puerta se intensificaron, y el norteño reconoció la voz de DL, hecho confirmado por la voz de Shiz desde el piso de arriba.
Saren abrió la puerta apresuradamente, dejando paso a DL, que cargaba con RR, y a los demás que venían detrás de él. El norteño siguió a los dos foner, acercándose a la mesa y despejandola, apartando el cofre y el libro que guardo a buen recaudo. Ayudo a DL a tumbar a RR sobre la mesa y pregunto que había pasado. RR parecía mareado y débil, y apenas podía moverse. Saren le quito la chaqueta y la camiseta, dejando sus heridas al aire. Tenia varios cortes superficiales en vientre y brazo, no parecían graves, así que el chico no entendía la debilidad que había asaltado al pelirrojo. Cogió unos trapos limpios y un poco de agua y empezó a limpiar las heridas, que revelaron un enfermizo tono verdoso.
-¡Mierda! -maldijo el idrino entre dientes-. Veneno, ¿verdad? -pregunto al resto del grupo que había salido-. ¿Qué narices os habéis encontrado ahí fuera? -inquirió, aunque realmente no quería una respuesta.
Saren pensaba a toda velocidad, tratando de elegir el mejor curso de acción. Estaba claro que nadie sabia mas de “medicina” que él, pero el veneno escapaba a sus conocimientos, necesitaba información. En aquella ciudad solo tenia conocimiento de un sitio que ofreciera información de cualquier tipo, y era la biblioteca, cuyas estrictas normas dejaban claro que cada persona podía llevarse un solo libro, devolviendole antes si quería coger otro. Algunos de sus compañeros aun no habían visitado la biblioteca, así que no habría ningún problema con eso.
-No tengo los conocimientos necesarios para neutralizar el veneno, tengo que ir a la biblioteca y alguien que no tenga libro me tendrá que acompañar -dijo en voz alta, su voz y semblante reflejaban seriedad.
Shiz y Wintel se ofrecieron a acompañarle, y el norteño lo agradeció, mientras comprobaba que llevaba todo lo necesario para la urgente expedición. Cogió algo de comida por si las cosas se complicaban, asegurándose también de llevar las cimitarras y los cuchillos enfundados en su sitio. Estaba seguro de que no sabría usarlas correctamente llegado el momento, pero sabría apuntar y dirigir el filo si fuera necesario, aunque esperaba que no sucediera nada grave. Ariv se ofreció a acompañarles a la biblioteca, pero Saren se negó rotundamente.
-Ni hablar, no con eso rondando por ahí afuera -dijo el norteño muy serio-, no quiero ser prepotente ni nada por el estilo, pero eres demasiado pequeña y no sabes usar tus dagas. No es que yo sea experto en usar estas -aclaró Saren señalando las cimitarras-, pero corro mucho si hace falta. Le próxima vez, Ariv -dijo el chico, en un tono que no admitía discusión.
El norteño observo al resto atentamente, mientras esperaba a que Shiz y Wintel estuvieran listos, y fue en ese momento en el que se percató de la ausencia de K. El idrino preguntó preocupado y los demás le resumieron la “aventura”. Al parecer la libense se había quedado a cubrirles y a despistar a la criatura. Saren sabía que la chica tenia muchas posibilidades de sobrevivir y de regresar, pero aun así estaba preocupado.
-¡Joder! -maldijo de nuevo-, no ganamos para disgustos -masculló-. Veremos si nos las encontramos de camino a la biblioteca, de todos modos andad atentos por si vuelve antes que nosotros, si no tendremos que ir a buscarla... -dijo a los que se iban a quedar-. DL, ¿podrías luego echar un vistazo en el bestiario que te has traído a ver si aparece lo que sea que os haya atacado? -le pregunto al peliblanco-, estaría bien saber a que veneno nos enfrentamos... En fin, trataremos de volver pronto -dijo, poniéndose en marcha junto con Shiz y Wintel, sin demorar mas la salida.
Continua en la Cicatriz de Arax.
- Carmesí
Ficha de cosechado
Nombre: Lemus
Especie: Humano
Habilidades: Oído músical, carisma y valorPersonajes : Norou, Wintelgy y Lemus
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
01/10/12, 01:50 pm
Wintelgy
Los minutos que esperamos a que abrieran el portón del torreón fueron eternos, no podía parar de mirar atrás esperando a que apareciera esa cosa furiosa por la esquina, pero parecía que Karime había hecho bien su trabajo o había saciado el hambre de aquella bestia termine pensando con amargura.
Al fin Saren abrió el portón y rápidamente atendieron a RR. Deje la cesta con la poca carne que podía haber recogido en la sala principal y me acerque a la mesa donde habían tumbado a RR.
“Veneno, no cabe duda-dije cuando vi el trapo manchado de ese icor verde en las manos de Saren- límpiale bien la herida de esa porquería bastante tendrá ya en su organismo”
Cuando Saren termino de Limpiarle las heridas coloqué a RR acostado sobre su costado, tenia el cuerpo paralizado no quería que se ahogara en su propio vomito.
“Yo no tengo libro, voy contigo-respondí a la propuesta de Saren- Pero rápido no se como actuará este veneno parece que es un paralizador muscular, no se como esta hecho RR por dentro pero si se asemeja a los nuestro el veneno terminara paralizándolo todos los musculos, incluido el corazón…-termine diciendo mas para mi que para los demás- Y por muy frio que este o espasmódico no taparlo con nada, su organismo debe perder el menor liquido posible“
Cogí la lanza y seguí a Saren y Shizel que también decidió acompañarnos, por cada zancada que daban los pieles plateadas yo debía dar dos, pero no me importaba no me quedaría atrás.
Sigue en Cicatriz de Arax.
-Tsuki Tsuki Tsuki♥♫♪-
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
01/10/12, 05:43 pm
Shizel alzó una ceja escéptico cuando Saren mencionó la palabra "magia". ¿De verdad era tan ingenuo como para creer que aquella ruina de ciudad había llegado alguna vez a tener aquello que les estaba costando la misma vida recrear en los laboratorios de Idris?
Su mente volvió al libro que le había prestado el norteño. Quizá aquel lugar hubiese llegado a tener alguna clase de tradición al respecto al igual que tenían los norteños de su mundo, lo cual habría sido probablemente la causa de que Saren hubiese picado inmediatamente. No obstante, Shizel estaba convencido de que se trataba de alguna clase de eufemismo o tapadera. Si pudiera encontrar en la biblioteca un documento de banca que le informara de adónde iba realmente el dinero camuflado, por ejemplo, como "gastos de contratación de alquimistas"...
En ese momento llamaron a gritos a la puerta, y su esquema mental se hizo pedazos.
“Joooooooder”, se quejó mentalmente mientras subía escaleras arriba para comprobar quién era como se había acordado. "Pues claro que son ellos, ¿quién más va a ser? Ya se oye al angustias de DL queriendo entrar, y a RR maldiciendo a nuestros muertos para que abramos de una v..."
Sus pensamientos se interrumpieron entonces. DL no solía ser el angustias del grupo precisamente, y RR no estaba gritando nada; de hecho no se le oía en absoluto.
Fue entonces cuando se asomó desde el cuarto piso y vio que el grupo traía al pelirrojo a cuestas.
-Joder- dijo, esta vez en voz alta.
La sorpresa dio paso rápidamente a la sospecha, y oteó el horizonte en busca de lo que fuera que les hubiera atacado. Sólo cuando se aseguró de que nada les había seguido decidió dar una voz a Saren para que los dejara pasar.
Volvió a atrancar la puerta con fastidio mientras los demás cargaban a RR dentro. Aquella rutina de traer un herido cada día al torreón estaba empezando a volverse cansina. El idrino, acostumbrado desde siempre a tener en cuenta a grandes grupos de gente con nombres y caras individuales, se dio cuenta inmediatamente de que faltaba K, pero no dijo nada al respecto. Una parte de él se alegraba internamente de que le hubiera tocado a los otros y no a él salir ese día.
Esperó en silencio mientras los demás contaban atropelladamente lo que había pasado, y mientras Saren trataba las heridas de RR. Shizel no había tenido nunca ocasión de tratar con venenos, pero si algo sabía era que, bueno, solían ser mortales. Para eso estaban.
-Yo voy- alzó la voz en cuanto Saren pidió voluntarios-. Pero tened en cuenta que saber qué clase de cura hay que aplicar y conseguirla son cosas distintas, y si vamos a ponernos a buscar los ingredientes en plena noche el colorado se nos muere de asco esperándonos. Así que deprisa, por favor.
En cuanto todos estuvieron listos salió a buen paso tras Saren, que había sido el primero. Aunque sabía que ser el primero conllevaba el mayor riesgo, comprendía que siendo el único con unas nociones de lucha en el grupo era más lógico que tomase la delantera.
-Dejad que vaya yo delante- les dijo al norteño y a Wintel en cuanto le alcanzó-. Conseguir el libro no va a servir de nada si algo se merienda al médico del grupo y al que tiene que sacarlo de la biblioteca... Así que si veis que saco la espada o pego un grito os quiero saliendo por pies calle arriba.
No tenía la menor intención de seguir la "estrategia K" y sacrificarse por el grupo, pero confiaba en que si daba la voz de alerta lo suficientemente pronto no le fuese necesario llegar a alternativas desagradables quizá para alguno de sus compañeros.
Sigue en la Cicatriz de Arax
Su mente volvió al libro que le había prestado el norteño. Quizá aquel lugar hubiese llegado a tener alguna clase de tradición al respecto al igual que tenían los norteños de su mundo, lo cual habría sido probablemente la causa de que Saren hubiese picado inmediatamente. No obstante, Shizel estaba convencido de que se trataba de alguna clase de eufemismo o tapadera. Si pudiera encontrar en la biblioteca un documento de banca que le informara de adónde iba realmente el dinero camuflado, por ejemplo, como "gastos de contratación de alquimistas"...
En ese momento llamaron a gritos a la puerta, y su esquema mental se hizo pedazos.
“Joooooooder”, se quejó mentalmente mientras subía escaleras arriba para comprobar quién era como se había acordado. "Pues claro que son ellos, ¿quién más va a ser? Ya se oye al angustias de DL queriendo entrar, y a RR maldiciendo a nuestros muertos para que abramos de una v..."
Sus pensamientos se interrumpieron entonces. DL no solía ser el angustias del grupo precisamente, y RR no estaba gritando nada; de hecho no se le oía en absoluto.
Fue entonces cuando se asomó desde el cuarto piso y vio que el grupo traía al pelirrojo a cuestas.
-Joder- dijo, esta vez en voz alta.
La sorpresa dio paso rápidamente a la sospecha, y oteó el horizonte en busca de lo que fuera que les hubiera atacado. Sólo cuando se aseguró de que nada les había seguido decidió dar una voz a Saren para que los dejara pasar.
Volvió a atrancar la puerta con fastidio mientras los demás cargaban a RR dentro. Aquella rutina de traer un herido cada día al torreón estaba empezando a volverse cansina. El idrino, acostumbrado desde siempre a tener en cuenta a grandes grupos de gente con nombres y caras individuales, se dio cuenta inmediatamente de que faltaba K, pero no dijo nada al respecto. Una parte de él se alegraba internamente de que le hubiera tocado a los otros y no a él salir ese día.
Esperó en silencio mientras los demás contaban atropelladamente lo que había pasado, y mientras Saren trataba las heridas de RR. Shizel no había tenido nunca ocasión de tratar con venenos, pero si algo sabía era que, bueno, solían ser mortales. Para eso estaban.
-Yo voy- alzó la voz en cuanto Saren pidió voluntarios-. Pero tened en cuenta que saber qué clase de cura hay que aplicar y conseguirla son cosas distintas, y si vamos a ponernos a buscar los ingredientes en plena noche el colorado se nos muere de asco esperándonos. Así que deprisa, por favor.
En cuanto todos estuvieron listos salió a buen paso tras Saren, que había sido el primero. Aunque sabía que ser el primero conllevaba el mayor riesgo, comprendía que siendo el único con unas nociones de lucha en el grupo era más lógico que tomase la delantera.
-Dejad que vaya yo delante- les dijo al norteño y a Wintel en cuanto le alcanzó-. Conseguir el libro no va a servir de nada si algo se merienda al médico del grupo y al que tiene que sacarlo de la biblioteca... Así que si veis que saco la espada o pego un grito os quiero saliendo por pies calle arriba.
No tenía la menor intención de seguir la "estrategia K" y sacrificarse por el grupo, pero confiaba en que si daba la voz de alerta lo suficientemente pronto no le fuese necesario llegar a alternativas desagradables quizá para alguno de sus compañeros.
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- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Álvar
Ficha de cosechado
Nombre: Timothy “Timmy” O’ Connors
Especie: Humano
Habilidades: Habilidad mental, astucia, planificación
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
01/10/12, 06:01 pm
Una vez que todos salieron del torreón, a Timmy volvió a entrarle cierto sueño. Había estado leyendo el libro que había sacado de la biblioteca, pero lo poco que entendía trataba sobre explosivos cuyos materiales no tenía a mano. No sabía de que podía servirle aquel libro a ese ser que habitaba en su interior, pero en aquel momento le era bastante indiferente. De pronto, perdió durante un segundo la consciencia, y cuando volvió en sí, su semblante había cambiado por completo.
-Ya era hora de que se largaran estos petardos insoportables. En serio, me dan dolor de cabeza- Se dijo para sí.-Este libro es una estafa. Por ahora no me sirve de nada, aunque quizás en el futuro me sea útil. De momento tendré que... reajustar mis planes.
Guardó su libro y comenzó a pasearse por la sala, observando su entorno en busca de algo que le fuera útil. Tras una exhaustiva búsqueda sus ojos se posaron en un candelabro situado en la pared.
-Bingo-Dijo mientras esbozaba una amplia sonrisa.
Se volvió hacia la cocina y empezó a rebuscar hasta que dio con una cacerola grande, la cual dejó junto al fuego. Entonces comenzó a registrar el torreón, cogiendo todas las velas que vio a su paso. Cuando tuvo suficientes, las introdujo en la cacerola. Después buscó el siguiente ingrediente. Necesitaba serrín, pero dudaba que fuera a encontrarlo, por lo que buscó trozos de madera rotos con los que conseguirlo. Encontró un trozo de lo que parecia ser una viga en la armeria, entre restos de desechos. Lo cogió y comenzó a serrarlo con uno de los cuchillos que había conseguido en su primer día en aquella ciudad. Cuando hubo producido una buena cantidad de serrín, lo introdujo en el casco de una armadura que encontró en el lugar, a modo de recipiente.
Cuando tuvo todo lo que necesitaba volvió a la sala principal. Cogió la cacerola con las velas y la puso a calentar al fuego, con cuidado de que no se quemara demasiado. Solo necesitaba que se quedara líquida, no queria que perdiera sus cualidades. Cuando lo hubo conseguido, sacó la pastilla de jabón que guardaba en su zurrón y cortó un trozo considerable, el cual introdujo en la cacerola. Tras removerlo bien la retiró del fuego y añadió el serrín que había conseguido. Acto seguido, bajó con la cacerola en dirección a los calabozos, pues no quería a nadie husmeando cerca. Allí encontró una celda vacía, la cual conservaba su llave en la cerradura. Decidió que era un buen lugar para guardar sus cosas, por lo que se apresuró a entrar. Una vez dentro, dejó la cacerola en el suelo para que la mezcla reposara.
-Es... hermoso. Y más que lo será, jijijiiii.-Admitió mientras admiraba su obra. Aquella mezcla no sería tan potente como la que había visto fabricar a los revolucionarios de Belfast, pero dadas las circunstancias en las que se encontraba, era todo a lo que podía aspirar. Y no era un mal comienzo, desde luego.
-Creo que el resto se sorprenderá bastante cuando vean lo que he hecho. Apenas faltan dos meses para Navidad y supongo que se alegrarán cuando vean las luces de colores que estoy preparando ¡¡¡JIAJIAJIJAAAAAAAAAAAAA!!!
Mientras acababa de cuajar la mezcla, fue a la armería a buscar un componente importante para su plan. Lo encontró sujetando diversos objetos de una pared: cuerda. Una delgada cuerda, desgastada por el tiempo pero en suficiente buen estado. La cogió y volvió a su escondite.
Todo estaba ya preparado. Vertió el contenido de la cacerola en los tarritos cerámicos que había conseguido en su primer día. Una vez llenos, los cerró fuertemente con unas tapitas de madera que traían, a las cuales practicó un agujero por el que introdujo unos trozos cortados de la cuerda que acababa de conseguir.
Todo estaba listo. Tenía preparada una docena de aquellos artefactos, y aún quedaban recipientes de sobra en la armería, así como velas en el torreón, para preparar dos docenas más.
Antes de salir de vuelta a la sala principal quiso comprobar que su mezcla cumpliría su función. Sacó una pequeña caja de cerillas del zurrón, la cual había sido fuente de calor en las duras noches de invierno en las calles de Belfast, y tras encender una la arrojó al interior de la cacerola, donde los restos de aquella mezcla ardieron de golpe, levantando una llamarada que en el primer momento a punto estuvo de rozar el techo de la sala.
-Glorioso, sencillamente glorioso.
Se guardó tres de aquellos artefactos en el zurrón y el resto los dejó en el suelo de la celda, lo más alejados posible de la puerta. Era peligroso llevar tanto explosivo encima, así que por ahora solo portaría aquellos tres por si le era absolutamente necesario recurrir a ellos. El resto los guardaría para el futuro, cuando las necesidades de su plan le llevaran a recurrir a semejante arsenal.
Antes de salir, se detuvo un momento. Metió la mano en el zurrón y sacó su disfraz de halloween perfectamente doblado, junto a la máscara que lo remataba. Un sudor frio, le recorrió el cuello. No sin esfuerzo, consiguió arrojarlo al fondo, cubriendo con él los tarros
Salió de la celda y la cerró con llave. Estaba de los nervios. Aquella máscara lo enloquecía, le hacía dejar de ser lo que era. Era perversa, astuta y malvada.
Le faltaba el aliento, se ahogaba. De pronto se desplomó y, tras permanecer unos segundos tirado en el suelo, volvió a despertar.
Estaba totalmente desorientado. ¿Cómo había acabado en los calabozos? De pronto se sintió solo, muy solo. Apenas llevaba unos días en aquella ciudad y todo seguía pareciendole increiblemente monstruoso y aterrador. De pronto, una imagen le vino a la mente. Aquella chica que había apercido el dia anterior en el torreón, Ariv. ¿Por qué acudía esa imagen a su mente? No lo sabía, pero había algo en aquella chica que le llamaba la atención. Quizás fuera porque parecían tener la misma edad.
De pronto oyó ruidos en el piso superior. Quizás los otros hubieran vuelto ya, por lo que se apresuró a subir. Mientras lo hacía, otra parte de él cayó en la cuenta de que la otra chica, Karime, también le llamaba la atención. No obstante, lo hacía de una forma diferente y distante, como si solo una parte de él estuviera interesada en ella. No quiso darle vueltas al asunto en aquel momento. Ahora solo quería subir arriba y ver que habían encontrado los demás, por lo que subó las escaleras corriendo con una alegre sonrisa en los labios.
Cuando llegó al piso superior, esa sonrisa se apagó por completo. Algo iba mal. El pelirrojo parecía herido y el resto parecían también preocupados por aquella chica, K, la cual parecía haberse quedado atrás.
En aquel momento se quedó paralizado ¿Qué podía hacer él? Trató de apartarse para no molestar al resto mientras su cerebro procesaba la situación.
De pronto aquella voz le habló desde su interior.
-Que se joda el pelirrojo. A ver si hay suerte y palma, aunque no caerá esa breva. En el fondo es mejor, a él le tengo preparado algo especial y... personal, jijijiji.
En aquel momento, Timmy tuvo verdadero miedo de si mismo.
-Ya era hora de que se largaran estos petardos insoportables. En serio, me dan dolor de cabeza- Se dijo para sí.-Este libro es una estafa. Por ahora no me sirve de nada, aunque quizás en el futuro me sea útil. De momento tendré que... reajustar mis planes.
Guardó su libro y comenzó a pasearse por la sala, observando su entorno en busca de algo que le fuera útil. Tras una exhaustiva búsqueda sus ojos se posaron en un candelabro situado en la pared.
-Bingo-Dijo mientras esbozaba una amplia sonrisa.
Se volvió hacia la cocina y empezó a rebuscar hasta que dio con una cacerola grande, la cual dejó junto al fuego. Entonces comenzó a registrar el torreón, cogiendo todas las velas que vio a su paso. Cuando tuvo suficientes, las introdujo en la cacerola. Después buscó el siguiente ingrediente. Necesitaba serrín, pero dudaba que fuera a encontrarlo, por lo que buscó trozos de madera rotos con los que conseguirlo. Encontró un trozo de lo que parecia ser una viga en la armeria, entre restos de desechos. Lo cogió y comenzó a serrarlo con uno de los cuchillos que había conseguido en su primer día en aquella ciudad. Cuando hubo producido una buena cantidad de serrín, lo introdujo en el casco de una armadura que encontró en el lugar, a modo de recipiente.
Cuando tuvo todo lo que necesitaba volvió a la sala principal. Cogió la cacerola con las velas y la puso a calentar al fuego, con cuidado de que no se quemara demasiado. Solo necesitaba que se quedara líquida, no queria que perdiera sus cualidades. Cuando lo hubo conseguido, sacó la pastilla de jabón que guardaba en su zurrón y cortó un trozo considerable, el cual introdujo en la cacerola. Tras removerlo bien la retiró del fuego y añadió el serrín que había conseguido. Acto seguido, bajó con la cacerola en dirección a los calabozos, pues no quería a nadie husmeando cerca. Allí encontró una celda vacía, la cual conservaba su llave en la cerradura. Decidió que era un buen lugar para guardar sus cosas, por lo que se apresuró a entrar. Una vez dentro, dejó la cacerola en el suelo para que la mezcla reposara.
-Es... hermoso. Y más que lo será, jijijiiii.-Admitió mientras admiraba su obra. Aquella mezcla no sería tan potente como la que había visto fabricar a los revolucionarios de Belfast, pero dadas las circunstancias en las que se encontraba, era todo a lo que podía aspirar. Y no era un mal comienzo, desde luego.
-Creo que el resto se sorprenderá bastante cuando vean lo que he hecho. Apenas faltan dos meses para Navidad y supongo que se alegrarán cuando vean las luces de colores que estoy preparando ¡¡¡JIAJIAJIJAAAAAAAAAAAAA!!!
Mientras acababa de cuajar la mezcla, fue a la armería a buscar un componente importante para su plan. Lo encontró sujetando diversos objetos de una pared: cuerda. Una delgada cuerda, desgastada por el tiempo pero en suficiente buen estado. La cogió y volvió a su escondite.
Todo estaba ya preparado. Vertió el contenido de la cacerola en los tarritos cerámicos que había conseguido en su primer día. Una vez llenos, los cerró fuertemente con unas tapitas de madera que traían, a las cuales practicó un agujero por el que introdujo unos trozos cortados de la cuerda que acababa de conseguir.
Todo estaba listo. Tenía preparada una docena de aquellos artefactos, y aún quedaban recipientes de sobra en la armería, así como velas en el torreón, para preparar dos docenas más.
Antes de salir de vuelta a la sala principal quiso comprobar que su mezcla cumpliría su función. Sacó una pequeña caja de cerillas del zurrón, la cual había sido fuente de calor en las duras noches de invierno en las calles de Belfast, y tras encender una la arrojó al interior de la cacerola, donde los restos de aquella mezcla ardieron de golpe, levantando una llamarada que en el primer momento a punto estuvo de rozar el techo de la sala.
-Glorioso, sencillamente glorioso.
Se guardó tres de aquellos artefactos en el zurrón y el resto los dejó en el suelo de la celda, lo más alejados posible de la puerta. Era peligroso llevar tanto explosivo encima, así que por ahora solo portaría aquellos tres por si le era absolutamente necesario recurrir a ellos. El resto los guardaría para el futuro, cuando las necesidades de su plan le llevaran a recurrir a semejante arsenal.
Antes de salir, se detuvo un momento. Metió la mano en el zurrón y sacó su disfraz de halloween perfectamente doblado, junto a la máscara que lo remataba. Un sudor frio, le recorrió el cuello. No sin esfuerzo, consiguió arrojarlo al fondo, cubriendo con él los tarros
Salió de la celda y la cerró con llave. Estaba de los nervios. Aquella máscara lo enloquecía, le hacía dejar de ser lo que era. Era perversa, astuta y malvada.
Le faltaba el aliento, se ahogaba. De pronto se desplomó y, tras permanecer unos segundos tirado en el suelo, volvió a despertar.
Estaba totalmente desorientado. ¿Cómo había acabado en los calabozos? De pronto se sintió solo, muy solo. Apenas llevaba unos días en aquella ciudad y todo seguía pareciendole increiblemente monstruoso y aterrador. De pronto, una imagen le vino a la mente. Aquella chica que había apercido el dia anterior en el torreón, Ariv. ¿Por qué acudía esa imagen a su mente? No lo sabía, pero había algo en aquella chica que le llamaba la atención. Quizás fuera porque parecían tener la misma edad.
De pronto oyó ruidos en el piso superior. Quizás los otros hubieran vuelto ya, por lo que se apresuró a subir. Mientras lo hacía, otra parte de él cayó en la cuenta de que la otra chica, Karime, también le llamaba la atención. No obstante, lo hacía de una forma diferente y distante, como si solo una parte de él estuviera interesada en ella. No quiso darle vueltas al asunto en aquel momento. Ahora solo quería subir arriba y ver que habían encontrado los demás, por lo que subó las escaleras corriendo con una alegre sonrisa en los labios.
Cuando llegó al piso superior, esa sonrisa se apagó por completo. Algo iba mal. El pelirrojo parecía herido y el resto parecían también preocupados por aquella chica, K, la cual parecía haberse quedado atrás.
En aquel momento se quedó paralizado ¿Qué podía hacer él? Trató de apartarse para no molestar al resto mientras su cerebro procesaba la situación.
De pronto aquella voz le habló desde su interior.
-Que se joda el pelirrojo. A ver si hay suerte y palma, aunque no caerá esa breva. En el fondo es mejor, a él le tengo preparado algo especial y... personal, jijijiji.
En aquel momento, Timmy tuvo verdadero miedo de si mismo.
Piensa en verde: pon un Duende en tu vida
O, en su defecto, deja que uno te la arrebate
- Xana
Ficha de cosechado
Nombre: Ariv
Especie: Sinhadre
Habilidades: Memoria, reflejos, orientación.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
01/10/12, 08:44 pm
Regresaron al torreón corriendo. Afortunadamente, habían dejado al lagarto atrás y ya no los seguía. Ariv, por esa parte, estaba más tranquila, pero no dejaba de reprocharse haber abandonado a K. Tenía que haberse quedado con ella. Aunque no supiera manejar sus dagas, a lo mejor podría haberla ayudado…
Sacudió la cabeza. De eso nada, habría sido un estorbo. Quizás era mejor así… A pesar de ello, no podía evitar sentirse un poco culpable. Y, aunque no quisiera admitirlo, en el fondo seguía asustada.
Una vez dentro, Saren indicó que debían ir a la biblioteca a buscar un libro donde se explicara cómo neutralizar el veneno que la criatura le había inoculado a RR. Aquello no parecía tan peligroso y, a lo mejor, si salían podían encontrar a K. A Ariv le pareció una buena idea acompañarlos. Además, de esa forma quizás lograría acabar con su miedo… No obstante, sus compañeros le explicaron que no sería prudente que saliera con ellos.
- ¡No es justo! – protestó la niña, enfurruñada. Sin embargo, el tono de voz de Saren indicaba que no iban a dejar que los acompañara bajo ninguna circunstancia.
“Eres demasiado pequeña y no sabes usar tus dagas…”.
Ariv suspiró. En el fondo, ellos tenían razón, pero le costaba admitirlo. Ella seguía empecinada en que debía unirse a la expedición para ayudar a RR. ¡Además, no había pisado la biblioteca y, por tanto, podría coger un libro! Y necesitaba saber que su amiga se encontraba bien…
Al final, tuvo que quedarse en el torreón. Mientras Saren, Shizel y Wintel se dirigían hacia su destino, Ariv cuidó del foner herido lo mejor que pudo. No sabía muy bien lo que tenía que hacer, pero no le quitó el ojo de encima ni un segundo. No quería que empeorase… Ya había perdido a K allí fuera y no quería que sucediera lo mismo por segunda vez. Eso sí, el enfado no se le pasó en todo el tiempo que estuvo esperando noticias de alguno de sus compañeros. No iba a ceder tan fácilmente.
Estar pendiente de RR la ayudó a olvidar por un momento los recuerdos que le habían venido a la cabeza durante el encuentro con la criatura y la huida, y eso le hizo bien.
Lo único que le quedaba era aguardar a que alguno de los que habían salido regresara… Aunque no estaba sola en el torreón, le preocupaba que les pudiera pasar algo malo.
Sacudió la cabeza. De eso nada, habría sido un estorbo. Quizás era mejor así… A pesar de ello, no podía evitar sentirse un poco culpable. Y, aunque no quisiera admitirlo, en el fondo seguía asustada.
Una vez dentro, Saren indicó que debían ir a la biblioteca a buscar un libro donde se explicara cómo neutralizar el veneno que la criatura le había inoculado a RR. Aquello no parecía tan peligroso y, a lo mejor, si salían podían encontrar a K. A Ariv le pareció una buena idea acompañarlos. Además, de esa forma quizás lograría acabar con su miedo… No obstante, sus compañeros le explicaron que no sería prudente que saliera con ellos.
- ¡No es justo! – protestó la niña, enfurruñada. Sin embargo, el tono de voz de Saren indicaba que no iban a dejar que los acompañara bajo ninguna circunstancia.
“Eres demasiado pequeña y no sabes usar tus dagas…”.
Ariv suspiró. En el fondo, ellos tenían razón, pero le costaba admitirlo. Ella seguía empecinada en que debía unirse a la expedición para ayudar a RR. ¡Además, no había pisado la biblioteca y, por tanto, podría coger un libro! Y necesitaba saber que su amiga se encontraba bien…
Al final, tuvo que quedarse en el torreón. Mientras Saren, Shizel y Wintel se dirigían hacia su destino, Ariv cuidó del foner herido lo mejor que pudo. No sabía muy bien lo que tenía que hacer, pero no le quitó el ojo de encima ni un segundo. No quería que empeorase… Ya había perdido a K allí fuera y no quería que sucediera lo mismo por segunda vez. Eso sí, el enfado no se le pasó en todo el tiempo que estuvo esperando noticias de alguno de sus compañeros. No iba a ceder tan fácilmente.
Estar pendiente de RR la ayudó a olvidar por un momento los recuerdos que le habían venido a la cabeza durante el encuentro con la criatura y la huida, y eso le hizo bien.
Lo único que le quedaba era aguardar a que alguno de los que habían salido regresara… Aunque no estaba sola en el torreón, le preocupaba que les pudiera pasar algo malo.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
01/10/12, 10:23 pm
Por fin las puertas se abrieron y a duras penas consiguieron meter a RR dentro, rápidamente, DL con cierta ayuda de Wintel consiguió poner a RR en la mesa donde al momento Saren se puso a intentar curarlo, pero fue evidente para este en cuanto vio al herida que había sido envenenado.
-Nos encontramos un jodido lagarto gigante, quería cenarse a RR, lo hirió y luego RR lo dejo tuerto…K se ha quedado fuera entreteniéndolo- explico rápidamente DL recuperando un poco el aliento después de formidable carrera hacia allí, ayudando a Saren a limpiar la herida o mejor dicho, aquel mejunje viscoso que parecía ser el veneno antes de que entrara aun mas al organismo. Se hizo obvio en apenas minutos que debían buscar una forma de curar ese veneno pues RR cada vez estaba más paralizado. Escucho atentamente la idea de Saren y Shizel sobre salir a la biblioteca- Debéis daros prisa entonces y tened cuidado…no sabemos qué ha pasado con K y si el lagarto ese sigue por ahí fuera…-DL suspiro cansinamente, en apenas días ya tenían dos heridos en el torreón, definitivamente YR se lo había buscado por su imprudencia al irse solo,….aunque el castigo que había recibido había sido demasiado. Pero que el pelirrojo neurótico fuera el siguiente herido…era mara sobresaltarse, ya que era siempre el más previsor cuando salían. En esa ciudad, daba igual lo previsor que seas, puedes caer a manos de un bicho. Vio como Saren, Shizel y Wintel organizaban la expedición a la biblioteca y como impedían que Ariv fuera, hecho obvio, era la más pequeña y no sabía usar las armas.
-Lo hare, mirare si encuentro algo en el libro- asintió DL viéndolos salir yc errando la puerta tras su salida, subiendo a su habitación por el libro para intentar buscar a la criatura que los había atacado, no sin antes pasarse un momento por la habitación donde habían dejado YR para verificar su estado y darle un poco de beber con un pañuelo húmedo, o se deshidrataría, bajando abajo nuevamente donde ya estaba Ariv cuidando de RR, notándola algo preocupada-Si estas preocupada por K, puedes mirar por la ventana y así ves si se acerca y le abrimos la puerta por si viene siendo perseguida por ese animal, yo me quedo vigilando el estado de RR – le dijo DL intentando así darle algo que hacer o acabaría aun más preocupada por K, que había hecho tanto un acto heroico como estúpido enfrentándose sola a esa criatura. Se sento cerca de donde tenia postrado a RR, leyéndose rápidamente el libro intentando buscar algo sobre el reptil y su veneno "Aun si encontramos el antídoto, ¿donde demonios vamos a conseguir los ingredientes? No hay nada en esta ciudad" pensó DL sin poder evitarlo, no había visto plantas algunas desde que llegaron, aunque recordaba haber visto que una de las chicas que estaba en el otro torreón tenia un botiquín "Siempre podemos intentarlo, no se pierde nada...se lo comentare al resto en cuanto lleguen y sepamos que hay que hacer para tratarlo" seria poco probable que hubiera un antídoto en ese botiquín, improbable, no imposible, pero quien sabe tal vez algo de lo que contuviera este podría servir para crear un antídoto.
-Nos encontramos un jodido lagarto gigante, quería cenarse a RR, lo hirió y luego RR lo dejo tuerto…K se ha quedado fuera entreteniéndolo- explico rápidamente DL recuperando un poco el aliento después de formidable carrera hacia allí, ayudando a Saren a limpiar la herida o mejor dicho, aquel mejunje viscoso que parecía ser el veneno antes de que entrara aun mas al organismo. Se hizo obvio en apenas minutos que debían buscar una forma de curar ese veneno pues RR cada vez estaba más paralizado. Escucho atentamente la idea de Saren y Shizel sobre salir a la biblioteca- Debéis daros prisa entonces y tened cuidado…no sabemos qué ha pasado con K y si el lagarto ese sigue por ahí fuera…-DL suspiro cansinamente, en apenas días ya tenían dos heridos en el torreón, definitivamente YR se lo había buscado por su imprudencia al irse solo,….aunque el castigo que había recibido había sido demasiado. Pero que el pelirrojo neurótico fuera el siguiente herido…era mara sobresaltarse, ya que era siempre el más previsor cuando salían. En esa ciudad, daba igual lo previsor que seas, puedes caer a manos de un bicho. Vio como Saren, Shizel y Wintel organizaban la expedición a la biblioteca y como impedían que Ariv fuera, hecho obvio, era la más pequeña y no sabía usar las armas.
-Lo hare, mirare si encuentro algo en el libro- asintió DL viéndolos salir yc errando la puerta tras su salida, subiendo a su habitación por el libro para intentar buscar a la criatura que los había atacado, no sin antes pasarse un momento por la habitación donde habían dejado YR para verificar su estado y darle un poco de beber con un pañuelo húmedo, o se deshidrataría, bajando abajo nuevamente donde ya estaba Ariv cuidando de RR, notándola algo preocupada-Si estas preocupada por K, puedes mirar por la ventana y así ves si se acerca y le abrimos la puerta por si viene siendo perseguida por ese animal, yo me quedo vigilando el estado de RR – le dijo DL intentando así darle algo que hacer o acabaría aun más preocupada por K, que había hecho tanto un acto heroico como estúpido enfrentándose sola a esa criatura. Se sento cerca de donde tenia postrado a RR, leyéndose rápidamente el libro intentando buscar algo sobre el reptil y su veneno "Aun si encontramos el antídoto, ¿donde demonios vamos a conseguir los ingredientes? No hay nada en esta ciudad" pensó DL sin poder evitarlo, no había visto plantas algunas desde que llegaron, aunque recordaba haber visto que una de las chicas que estaba en el otro torreón tenia un botiquín "Siempre podemos intentarlo, no se pierde nada...se lo comentare al resto en cuanto lleguen y sepamos que hay que hacer para tratarlo" seria poco probable que hubiera un antídoto en ese botiquín, improbable, no imposible, pero quien sabe tal vez algo de lo que contuviera este podría servir para crear un antídoto.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
01/10/12, 11:25 pm
RR estaba tendido sobre la mesa, notando cómo los miembros le iban fallando cada vez más. Era como si se le estuvieran durmiendo… a un nivel superior. La gente a su alrededor se organizaba muy deprisa, y pronto habían partido para la biblioteca en busca de una cura… pero el veneno avanzaba rápido, y pronto caería inconsciente. Quizás algo peor.
Pero Ariv y DL le estaban remendando y lo mantenían cuidado. Habían parado la hemorragia, y aquello era un comienzo. Además, el dolor no era más que un vago zumbido amortiguado por las drogas, que mantenían su mente en un plano diferente a nivel sensitivo. Aun con todo, estaba adormilándose, lo sabía, y cada segundo se convertía en una batalla más ardua que la anterior contra el sopor.
-Escucha.-dijo con voz algo debilitada, agarrando a DL por el cuello de la camisa con las pocas fuerzas que le quedaban.- De aquí a nada perderé el conocimiento. Y si la palmo antes de que lleguen, dile de mi parte a Aleksei que me cago en su puta vida. Si pide explicaciones… dispárale con esto.
Le mostró su ballesta, que cada vez le costaba más levantar. Finalmente, rendido, la apoyó contra si para no perderla de vista y no tener que hacer esfuerzos para sostenerla. La mezcla de drogas y veneno no le estaban haciendo demasiado bien a su salud mental.
Pero Ariv y DL le estaban remendando y lo mantenían cuidado. Habían parado la hemorragia, y aquello era un comienzo. Además, el dolor no era más que un vago zumbido amortiguado por las drogas, que mantenían su mente en un plano diferente a nivel sensitivo. Aun con todo, estaba adormilándose, lo sabía, y cada segundo se convertía en una batalla más ardua que la anterior contra el sopor.
-Escucha.-dijo con voz algo debilitada, agarrando a DL por el cuello de la camisa con las pocas fuerzas que le quedaban.- De aquí a nada perderé el conocimiento. Y si la palmo antes de que lleguen, dile de mi parte a Aleksei que me cago en su puta vida. Si pide explicaciones… dispárale con esto.
Le mostró su ballesta, que cada vez le costaba más levantar. Finalmente, rendido, la apoyó contra si para no perderla de vista y no tener que hacer esfuerzos para sostenerla. La mezcla de drogas y veneno no le estaban haciendo demasiado bien a su salud mental.
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
- Xana
Ficha de cosechado
Nombre: Ariv
Especie: Sinhadre
Habilidades: Memoria, reflejos, orientación.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
02/10/12, 11:51 pm
DL y Ariv cuidaban a RR mientras esperaban a que Saren, Shizel y Wintel regresaran de la biblioteca con un remedio para el foner. Tal y como le habían dicho, DL estaba mirando en su libro qué era la criatura que se habían encontrado en el Barrio de los Callejones sin Salida. Ariv esperaba que encontrara un poco de información. De ese modo, quizás sabrían mejor cómo enfrentarse a la situación que se les presentaba.
Poco después, mientras ambos vigilaban a RR, DL le propuso a la niña que, si estaba muy preocupada, fuera a mirar por la ventana, a ver si, con un poco de suerte, veía aparecer a K. Ariv ladeó la cabeza. No estaba muy segura de que eso fuera a tranquilizarla del todo, pero no importaba.
- De acuerdo… - terminó aceptando. Miró a RR antes de marcharse. – Espero que se ponga bien… Si empeora o algo avísame, ¿vale? Estaré arriba.
Después de indicarle aquello a DL, Ariv subió las escaleras y se metió en una de las habitaciones. Acto seguido, se acodó en la ventana y empezó a mirar. Se preguntó cuánto tiempo tendría que estar allí hasta que viera aparecer a alguien. De nuevo, y como venía siendo habitual en los últimos instantes, sólo le quedaba esperar.
“Ojalá les esté yendo bien a los demás en la biblioteca…”, pensó. “Y ojalá K aparezca pronto”.
Había demasiadas cosas que solucionar.
Poco después, mientras ambos vigilaban a RR, DL le propuso a la niña que, si estaba muy preocupada, fuera a mirar por la ventana, a ver si, con un poco de suerte, veía aparecer a K. Ariv ladeó la cabeza. No estaba muy segura de que eso fuera a tranquilizarla del todo, pero no importaba.
- De acuerdo… - terminó aceptando. Miró a RR antes de marcharse. – Espero que se ponga bien… Si empeora o algo avísame, ¿vale? Estaré arriba.
Después de indicarle aquello a DL, Ariv subió las escaleras y se metió en una de las habitaciones. Acto seguido, se acodó en la ventana y empezó a mirar. Se preguntó cuánto tiempo tendría que estar allí hasta que viera aparecer a alguien. De nuevo, y como venía siendo habitual en los últimos instantes, sólo le quedaba esperar.
“Ojalá les esté yendo bien a los demás en la biblioteca…”, pensó. “Y ojalá K aparezca pronto”.
Había demasiadas cosas que solucionar.
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