Torreón Maciel (Archivo IV)
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23 participantes
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Torreón Maciel (Archivo IV)
10/09/12, 07:00 pm
Recuerdo del primer mensaje :
El paseo terminó frente a un edificio de piedra azulada. En el pasado debía de haber tenido cuatro plantas, pero ahora, el edificio estaba coronado por el esqueleto de algún animal marino. El idrino se quedo mirando la estructura, bastante asombrado. Su mirada se posó en una de las cadenas rotas del puente levadizo, y supuso que si hacían de aquel lugar su refugio, habría que arreglarla de alguna manera. El norteño comprobó la estabilidad del puente, y lo atravesó a paso rápido, llegando hasta las puertas, que para su sorpresa, estaban entreabiertas.
Saren entró en el edificio el primero, y mientras recorría el corredor que daba a la planta baja observando las pintadas de los muros en silencio, sus compañeros entraron detrás de él, cerrando las puertas cuando el último miembro del grupo estuvo dentro. El idrino se encontró en una gran estancia que, debido al aire enrarecido y por la capa de polvo intacta, debía de llevar abandonada varias semanas. Una mesa grande, unas cuantas sillas, y varios sillones bastante raídos, eran el principal mobiliario de aquella planta. A un lado de la estancia había una cocina, con una pequeña encimera, un horno de leña, y varios fogones de hierro, ademas de unos armarios de madera, que supuso llenos de algunos cacharros y bastantes telarañas.
Saren dejo la cesta que llevaba en la encimera, y se encaminó a las escaleras, dispuesto a ver que había arriba. No tardó en recorrer las dos plantas superiores, bajando para informar que en la segunda había una especie de estudio con estanterías vacías y un cuarto con barreños de latón para asearse; y que en la tercera había varios cuartos comunales con unas cuantas camas de aspecto cochambroso. No había subido al piso ocupado por el gran esqueleto, pero informo de que había oído algún que otro aleteo a través del techo de la tercera planta. Había baúles y armarios en as habitaciones, pero no había mirado dentro. Un patio de suelo empedrado, en cuyo centro se alzaba la estatua de un pájaro negro con un gran reloj bastante raro a sus pies, completaba el edificio. En él, había un pozo y al fondo, varios retretes.
-Bueno, yo tengo bastante hambre, así que si adecentáis un poco esa mesa -dijo señalándola, tras informar de sus descubrimientos-, yo me pondré con la cena.
El norteño se acercó a la cocina y busco algo para encender la cocina. Encontró una pila bastante escueta, pero suficiente por el momento, de leños polvorientos, que cogió y colocó en el hueco de piedra bajo los fogones. El norteño sacó un poco de yesca, con la que prendió la madera, paradespués cerrar la pequeña puerta de hierro que protegía el fuego. Mientras la cocina se calentaba, Saren procedió a buscar varios cacharros adecuados para cocinar, y unos cuantos platos y cubiertos que dejo a mano para aquel que pusiera la mesa. Les quitó el polvo, y salió al patio a por un poco de agua.
Saren se quitó los mitones y los guardó en uno de los bolsillos del abrigo, que colgó de un gancho en la pared, para cocinar mas cómodo. Se lavó las manos con un poco del agua que había traído y se arremangó la camisola oscura. Sacó algo de carne cruda y unas verduras de las cestas, y lo limpió todo con el agua del pozo que le quedaba, mientras ponía a calentar un par de cacerolas con un poco de la propia grasilla de la carne, esperando que se derritiera. Cuando tuvo los ingredientes listos, preparó un salteado con las verduras, mientras la carne se tostaba en dados con unas pocas hojas rojizas que había encontrado en la cesta. Apartó las cacerolas del fuego, antes de que la verdura se pasara y la carne se hiciera por el centro, y preparo esta última en una bandeja, para meter el recipiente en la pequeña cavidad al lado del fuego que hacia las veces de horno.
Unos minutos después saco la carne del horno y la puso junto con las verduras en una gran fuente, mientras un sabroso olor se extendía por el edificio. El exterior de la carne estaba algo mas churruscante por el asado. En bastante poco tiempo, Saren, haciendo gala de su talento para la cocina, había preparado un plato delicioso con un aroma casero, que algunos de sus compañeros desconocían, y que venía perfecto para reponer fuerzas. Unas piezas de fruta completaban el menú.
-La cena esta lista-anunció con una sonrisa, siempre le había gustado comer bien.
El paseo terminó frente a un edificio de piedra azulada. En el pasado debía de haber tenido cuatro plantas, pero ahora, el edificio estaba coronado por el esqueleto de algún animal marino. El idrino se quedo mirando la estructura, bastante asombrado. Su mirada se posó en una de las cadenas rotas del puente levadizo, y supuso que si hacían de aquel lugar su refugio, habría que arreglarla de alguna manera. El norteño comprobó la estabilidad del puente, y lo atravesó a paso rápido, llegando hasta las puertas, que para su sorpresa, estaban entreabiertas.
Saren entró en el edificio el primero, y mientras recorría el corredor que daba a la planta baja observando las pintadas de los muros en silencio, sus compañeros entraron detrás de él, cerrando las puertas cuando el último miembro del grupo estuvo dentro. El idrino se encontró en una gran estancia que, debido al aire enrarecido y por la capa de polvo intacta, debía de llevar abandonada varias semanas. Una mesa grande, unas cuantas sillas, y varios sillones bastante raídos, eran el principal mobiliario de aquella planta. A un lado de la estancia había una cocina, con una pequeña encimera, un horno de leña, y varios fogones de hierro, ademas de unos armarios de madera, que supuso llenos de algunos cacharros y bastantes telarañas.
Saren dejo la cesta que llevaba en la encimera, y se encaminó a las escaleras, dispuesto a ver que había arriba. No tardó en recorrer las dos plantas superiores, bajando para informar que en la segunda había una especie de estudio con estanterías vacías y un cuarto con barreños de latón para asearse; y que en la tercera había varios cuartos comunales con unas cuantas camas de aspecto cochambroso. No había subido al piso ocupado por el gran esqueleto, pero informo de que había oído algún que otro aleteo a través del techo de la tercera planta. Había baúles y armarios en as habitaciones, pero no había mirado dentro. Un patio de suelo empedrado, en cuyo centro se alzaba la estatua de un pájaro negro con un gran reloj bastante raro a sus pies, completaba el edificio. En él, había un pozo y al fondo, varios retretes.
-Bueno, yo tengo bastante hambre, así que si adecentáis un poco esa mesa -dijo señalándola, tras informar de sus descubrimientos-, yo me pondré con la cena.
El norteño se acercó a la cocina y busco algo para encender la cocina. Encontró una pila bastante escueta, pero suficiente por el momento, de leños polvorientos, que cogió y colocó en el hueco de piedra bajo los fogones. El norteño sacó un poco de yesca, con la que prendió la madera, paradespués cerrar la pequeña puerta de hierro que protegía el fuego. Mientras la cocina se calentaba, Saren procedió a buscar varios cacharros adecuados para cocinar, y unos cuantos platos y cubiertos que dejo a mano para aquel que pusiera la mesa. Les quitó el polvo, y salió al patio a por un poco de agua.
Saren se quitó los mitones y los guardó en uno de los bolsillos del abrigo, que colgó de un gancho en la pared, para cocinar mas cómodo. Se lavó las manos con un poco del agua que había traído y se arremangó la camisola oscura. Sacó algo de carne cruda y unas verduras de las cestas, y lo limpió todo con el agua del pozo que le quedaba, mientras ponía a calentar un par de cacerolas con un poco de la propia grasilla de la carne, esperando que se derritiera. Cuando tuvo los ingredientes listos, preparó un salteado con las verduras, mientras la carne se tostaba en dados con unas pocas hojas rojizas que había encontrado en la cesta. Apartó las cacerolas del fuego, antes de que la verdura se pasara y la carne se hiciera por el centro, y preparo esta última en una bandeja, para meter el recipiente en la pequeña cavidad al lado del fuego que hacia las veces de horno.
Unos minutos después saco la carne del horno y la puso junto con las verduras en una gran fuente, mientras un sabroso olor se extendía por el edificio. El exterior de la carne estaba algo mas churruscante por el asado. En bastante poco tiempo, Saren, haciendo gala de su talento para la cocina, había preparado un plato delicioso con un aroma casero, que algunos de sus compañeros desconocían, y que venía perfecto para reponer fuerzas. Unas piezas de fruta completaban el menú.
-La cena esta lista-anunció con una sonrisa, siempre le había gustado comer bien.
- Álvar
Ficha de cosechado
Nombre: Timothy “Timmy” O’ Connors
Especie: Humano
Habilidades: Habilidad mental, astucia, planificación
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
26/09/12, 06:02 pm
Timmy se despertó de mala manera y con un dolor bastante fuerte en la espalda. Hacía rato que, pese a estar sumido en un profundo sueño, había percibido ruidos en la estancia en la que se encontraba, seguramente porque alguno de los otros había bajado a coger algo a la armería.
Se encontraba en el suelo tirado tras unas cajas, por lo que seguramente nadie le hubiera visto al pasar. Había dormido en el suelo, y no recordaba como había llegado allí. Lo que si tenía claro es que no era un lugar idóneo para dormir.
Se dispuso a levantarse, aún un poco aturdido, y subió las escaleras de vuelta al salón principal. Allí se encontró a Shizel fregando la sala.
-Buenos días-Dijo entre bostezos.
El joven le respondió de la misma manera, dejando patente al pronunciar ese caracter tan propio de él.
-¿Podría darme un baño? Estoy sucio y me siento incómodo, por lo que quisiera lavarme y cambiarme de ropa. Además tengo molida la espalda y el agua me sentará bien.
El joven le respondió, no sin desgana, que tendría que ponerse a la cola, pues DL se le había adelantado y ya estaba subiendo cubos de agua para darse él un baño. Respecto a la ropa, le indicó que tendría que esperar a que el resto se levantara para preguntarles si había ropa de sobra en alguna de las habitaciones.
Así pues, Timmy decidió esperar su turno sentado en uno de los sillones. Cuando se hubo situado, sacó de su zurrón el libro que había tomado prestado en la biblioteca y comenzó a ojearlo, sin comprender muy bien por que aquella otra voz tenía tanto interés en él.
Se encontraba en el suelo tirado tras unas cajas, por lo que seguramente nadie le hubiera visto al pasar. Había dormido en el suelo, y no recordaba como había llegado allí. Lo que si tenía claro es que no era un lugar idóneo para dormir.
Se dispuso a levantarse, aún un poco aturdido, y subió las escaleras de vuelta al salón principal. Allí se encontró a Shizel fregando la sala.
-Buenos días-Dijo entre bostezos.
El joven le respondió de la misma manera, dejando patente al pronunciar ese caracter tan propio de él.
-¿Podría darme un baño? Estoy sucio y me siento incómodo, por lo que quisiera lavarme y cambiarme de ropa. Además tengo molida la espalda y el agua me sentará bien.
El joven le respondió, no sin desgana, que tendría que ponerse a la cola, pues DL se le había adelantado y ya estaba subiendo cubos de agua para darse él un baño. Respecto a la ropa, le indicó que tendría que esperar a que el resto se levantara para preguntarles si había ropa de sobra en alguna de las habitaciones.
Así pues, Timmy decidió esperar su turno sentado en uno de los sillones. Cuando se hubo situado, sacó de su zurrón el libro que había tomado prestado en la biblioteca y comenzó a ojearlo, sin comprender muy bien por que aquella otra voz tenía tanto interés en él.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
26/09/12, 08:35 pm
Poco a poco la gente fue bajando. Shizel se había aburrido de limpiar y había mirado disimuladamente por el rabillo del ojo a DL cuando iba a prepararse el desayuno, pero para su decepción se había limitado a coger un par de cosas de la cesta más cercana sin hacer el menor amago de manejar los fogones. El idrino esperaba que Saren hiciera uso de su magia culinaria todos los días, o al menos captar un destello fugaz de cómo se hacía, o se vería obligado a escurrir el bulto cada vez que tocara preparar la cena para que nadie se diera cuenta de que él no sabría ni por dónde empezar.
-Di que sí- dijo distraídamente en respuesta al comentario del foner. Cocinar, limpiar, subir un cubo de agua fría tras otro... Nunca había tenido que preocuparse de esas cosas antes: siempre estaban hechas, dejándole a él vía libre para dedicarse a sus intereses. Sin embargo, ahora estaba comprobando en sus carnes la ingente cantidad de tiempo que gastaban inútilmente.
"¿Y éste dónde ha dormido?", se preguntó Shizel al ver subir a Timmy desde las mazmorras, pero correspondió a su saludo con desenfado. Le informó acerca de la ropa y el baño, sin ocultar un poso de fastidio. Según había leído en el libro aquella cosa de la cosecha llevaba siglos teniendo lugar, ¿por qué en todo aquel tiempo a nadie se le había ocurrido habilitarles una vivienda decente?
Mientras Saren seguía muerto para el mundo en el sofá, más gente fue saliendo de sus escondrijos y se fueron reuniendo en el salón. Entre ellos se hallaba Karime, cuya característica más reseñable era que sólo llevaba puestos unos pantalones cortos, unas botas y un chaleco que cumplía un magnífico papel en su cometido de no ocultar absolutamente nada.
-¿Te acuerdas de ponerte las botas y no una camiseta?- bromeó cuando ella cruzó por donde se encontraba él. A su parecer él no tenía nada por lo que avergonzarse o desviar la mirada: la gente mostraba lo que estaba dispuesta a enseñar, y si la chica quería ir alegrándoles la vista por el torreón él desde luego no se iba a quejar.
Dándole vueltas estaba a las posibles diferencias culturales al respecto que pudiera haber entre todos los habitantes del torreón cuando la chica volvió a subir de la armería, cargada con diversas armas y entre ellas espadas.
"Sabe del tema", se dio cuenta en cuanto la vio subir. El cinturón estaba equilibradamente situado, y las espadas que sobresalían de él parecían estar bien elegidas para alguien de las dimensiones de Karime: no había ido a por los espadones directamente. Sonrió cuando la chica les invitó a salir al patio si la buscaban, y salió tras ella.
-Coincidirás conmigo en que practicar solo es un asco- anunció en voz alta, de un humor inmejorable-. ¿Te importa que nos utilicemos mutuamente como muñeco de prácticas?
-Di que sí- dijo distraídamente en respuesta al comentario del foner. Cocinar, limpiar, subir un cubo de agua fría tras otro... Nunca había tenido que preocuparse de esas cosas antes: siempre estaban hechas, dejándole a él vía libre para dedicarse a sus intereses. Sin embargo, ahora estaba comprobando en sus carnes la ingente cantidad de tiempo que gastaban inútilmente.
"¿Y éste dónde ha dormido?", se preguntó Shizel al ver subir a Timmy desde las mazmorras, pero correspondió a su saludo con desenfado. Le informó acerca de la ropa y el baño, sin ocultar un poso de fastidio. Según había leído en el libro aquella cosa de la cosecha llevaba siglos teniendo lugar, ¿por qué en todo aquel tiempo a nadie se le había ocurrido habilitarles una vivienda decente?
Mientras Saren seguía muerto para el mundo en el sofá, más gente fue saliendo de sus escondrijos y se fueron reuniendo en el salón. Entre ellos se hallaba Karime, cuya característica más reseñable era que sólo llevaba puestos unos pantalones cortos, unas botas y un chaleco que cumplía un magnífico papel en su cometido de no ocultar absolutamente nada.
-¿Te acuerdas de ponerte las botas y no una camiseta?- bromeó cuando ella cruzó por donde se encontraba él. A su parecer él no tenía nada por lo que avergonzarse o desviar la mirada: la gente mostraba lo que estaba dispuesta a enseñar, y si la chica quería ir alegrándoles la vista por el torreón él desde luego no se iba a quejar.
Dándole vueltas estaba a las posibles diferencias culturales al respecto que pudiera haber entre todos los habitantes del torreón cuando la chica volvió a subir de la armería, cargada con diversas armas y entre ellas espadas.
"Sabe del tema", se dio cuenta en cuanto la vio subir. El cinturón estaba equilibradamente situado, y las espadas que sobresalían de él parecían estar bien elegidas para alguien de las dimensiones de Karime: no había ido a por los espadones directamente. Sonrió cuando la chica les invitó a salir al patio si la buscaban, y salió tras ella.
-Coincidirás conmigo en que practicar solo es un asco- anunció en voz alta, de un humor inmejorable-. ¿Te importa que nos utilicemos mutuamente como muñeco de prácticas?
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
26/09/12, 09:08 pm
Tuvo que hacer el recorrido con los cubos en varias ocasiones, pero finalmente la bañera estaba llena y dado que era lo único que tenía, no penaba quejarse, le bastaba con poder bañarse. Se hizo con el jabón, desnudándose y pensando seriamente en buscarse algo de ropa en los baúles.
“La ropa no va durar limpia y entra eternamente, tocara lavarla “pensó cansino para sí mismo mientras se metía en la bañera a lavarse a conciencia temblando ligeramente por el frio del agua a lo que se tendría que acostumbrar- ¡Joder!...Espero que en un futuro encontremos formas de calentar el agua, porque como haya época a de frio aquí vamos a morir congelados- gruño hastiado bañándose rápidamente, enjabonándose para poder salir rápido, limpio fresco. Secándose con una toalla que encontró que aprecia más o menos en buen estado, vistiéndose luego y bajando abajo encontrándose a Timmy allí leyendo y a RR en su mundo paralelo afilando su cuchillo con una piedra de afilar que llamo su atención.
-El baño ya está desocupado, por si quieres usarlo- dijo simplemente, pasando por su lado para bajar a la armería, necesitaba hacerse con un arma extra aparte de la katana. Estuvo buscando entre los escudos maltrechos y armaduras, encontrando una kusarigama, una especie de hoz que se utilizaba para segar el campo según uno de los libros que leyó tiempo atrás, unida a una cadena de hierro. DL la cogió pesándola y pasando un dedo por la cuchilla algo desafilada sopesándola- No está mal…serviría para alcance medio….aunque tengo que practicar…y necesito algo para hacerlo sin cortarme…-murmuro para sí mismo buscando en la armería una funda de espada corta o de daga, encontrando al más o menos similar y colocándosela a la zona cortante de la kusarigama, enrollando la cadena fina a su alrededor y colocándosela en un cinturón que se puso en la cintura, volviendo arriba acercándose a RR.
-RR, ¿me dejarías la piedra de afilar? Tengo que hacer algo para afilar esto -pidio mostrándole la katana y apartando un poco la funda de su nueva arma para mostrárselo- Son buenas armas, pero sin filo son algo inútiles…- añadió viendo extrañado lo que hacía, más bien se la pasaba haciendo cosas extrañas- Por cierto…¿Qué demonios estas haciendo ahora? –pregunto con duda cogiendo su cuchillo con filo para poder diseñar una funda rudimentaria para su nueva arma o se cortaría cada vez que practicara con ella. No era un manitas, pero esperaba que al menos poder hacer algo simple.
“La ropa no va durar limpia y entra eternamente, tocara lavarla “pensó cansino para sí mismo mientras se metía en la bañera a lavarse a conciencia temblando ligeramente por el frio del agua a lo que se tendría que acostumbrar- ¡Joder!...Espero que en un futuro encontremos formas de calentar el agua, porque como haya época a de frio aquí vamos a morir congelados- gruño hastiado bañándose rápidamente, enjabonándose para poder salir rápido, limpio fresco. Secándose con una toalla que encontró que aprecia más o menos en buen estado, vistiéndose luego y bajando abajo encontrándose a Timmy allí leyendo y a RR en su mundo paralelo afilando su cuchillo con una piedra de afilar que llamo su atención.
-El baño ya está desocupado, por si quieres usarlo- dijo simplemente, pasando por su lado para bajar a la armería, necesitaba hacerse con un arma extra aparte de la katana. Estuvo buscando entre los escudos maltrechos y armaduras, encontrando una kusarigama, una especie de hoz que se utilizaba para segar el campo según uno de los libros que leyó tiempo atrás, unida a una cadena de hierro. DL la cogió pesándola y pasando un dedo por la cuchilla algo desafilada sopesándola- No está mal…serviría para alcance medio….aunque tengo que practicar…y necesito algo para hacerlo sin cortarme…-murmuro para sí mismo buscando en la armería una funda de espada corta o de daga, encontrando al más o menos similar y colocándosela a la zona cortante de la kusarigama, enrollando la cadena fina a su alrededor y colocándosela en un cinturón que se puso en la cintura, volviendo arriba acercándose a RR.
-RR, ¿me dejarías la piedra de afilar? Tengo que hacer algo para afilar esto -pidio mostrándole la katana y apartando un poco la funda de su nueva arma para mostrárselo- Son buenas armas, pero sin filo son algo inútiles…- añadió viendo extrañado lo que hacía, más bien se la pasaba haciendo cosas extrañas- Por cierto…¿Qué demonios estas haciendo ahora? –pregunto con duda cogiendo su cuchillo con filo para poder diseñar una funda rudimentaria para su nueva arma o se cortaría cada vez que practicara con ella. No era un manitas, pero esperaba que al menos poder hacer algo simple.
- Viktor Olbricht
Ficha de cosechado
Nombre: Aleksei Dorne
Especie:
Habilidades: Habilidad manual, artesanía, motivación.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
26/09/12, 09:53 pm
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<div style="opacity:0.5; font-family: lucida pro; font-size: 30px; text-transform: uppercase; text-shadow: 1px 1px 1px 1px black; letter-spacing:1px;">
Post: 7
</div><div style="opacity:0.7; font-family: Edwardian Script ITC,adorable, trajan pro; font-size: 35px; text-shadow: 1px 1px 1px 1px black; letter-spacing:1px;">Realidad inhumana.
</div>Música de fondo.
<object width="340" height="20"><param name="movie" value="https://www.youtube.com/v/mScjrqbVCKw"></param><param name="allowFullScreen" value="true"></param><param name="allowscriptaccess" value="always"></param><embed src="https://www.youtube.com/v/mScjrqbVCKw" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="340" height="20"></embed></object>
Mis ojos se cerraron, de nuevo azotado por alguien por culpa de ayudar, puede que tuviera razón aquel pelirrojo pero no tenía por qué tratarme de esa manera. Ya había sufrido suficiente en mi mundo como para que un alienígena viniera y me tratara como basura, incluso con aquellos insultos. Yo sabía muy bien a lo que olía, pues más de una vez tuvimos que cicatrizar heridas en el taller de mi padre, pero no quise siquiera acercarme o saber más diversos motivos. Tirado en el suelo después de recibir ese vocerío en mi contra, con los ojos ahora abiertos sentía cómo mi corazón iba a salirse del pecho, tenía ganas de levantarme y arrearle con todas mis fuerzas, de estrangularlo y dejarlo frío entre mis manos. Sacudí la cabeza y me comencé a levantar, viendo cómo todo se dirigía a las plantas superiores. Aquellos pensamientos no eran buenos, no debía de rebajarme a poner mano encima a nadie, eso no era de personas buenas. Además, de todos los que allí estábamos, seguro que no era el más apropiado para pelear, sabiendo cómo aquellos alienígenas seguramente estarían mucho más evolucionados en ese aspecto. Suspiré y me arreglé el cuello de la camisa, miré hacia las escaleras para escuchar gritos de aquel mismo que me había agarrado minutos antes, y en mi mente se forjó un juramento propio capaz de disolver el más fuerte metal.- Será mejor que me despeje. -Susurré para mí mismo, sabiendo que nadie me escucharía. No me iba a disculpar ante aquel tipo, yo sólo trataba de ayudar y por mucho mundo peligroso en el que estuviéramos, parecía más peligroso aún aquel violento ser.
En cuanto pisé de nuevo la armería me dirigí hacia la celda que antes había cerrado con sabiduría, pues viendo la actitud de algunos que allí se encontraban era lo mejor. Entré en la celda y, como estaba anocheciendo no pensaba que nadie volviera. Nadie me prestaba real atención, pero cuando hacía algo malo, bien que me la prestaban. Tenía ganas de suicidarme, bien como dijo aquel pelirrojo violento y estúpido, pero no le daría el gusto. Abrí el saco y reconté los materiales, seguidamente me dirigí a la armería de nuevo a coger algunas tiras de cuero que había visto en algunas armaduras rotas y empuñaduras de espadas. Y tras coger aquellas cintas de cuero, me fijé en una pequeña daga, la cogí y me la metí en el bolsillo de la chaqueta, para así volver a la celda de antes y guardarlo todo. Tenía que pensarlo bien, recordar aquellos inventos que mi padre hacía con pocas cosas, y apoyando contra la pared de la celda, cansado y hambriento, me dormí.
El ruido de alguien entrando en la armería me despertó de un sueño extraño, que no conseguía terminar de recordar. Parpadeé, y me estiré en aquel pequeño cubículo, recordando que la puerta la había cerrado al entrar, busqué la llave en mi bolsillo. Suspiré aliviado al verla y saber que podría salir de allí sin problema. Había sido una chica, una de las chicas que había entrado el día anterior por culpa mía, pero eso no me importaba, sólo no quería hacer ver que yo estaba allí. Esperé para salir cuando el último chico bajó haciendo algo de estruendo entre las armas del lugar y decidí ponerme manos a la obra con una idea que me surgió hacía unos minutos. Agarré una pechera de cuero y tras darle algunas vueltas para observarla mejor comencé a hacerle seis agujeros en cada lateral con la daga que cogí. Seguidamente corté el jubón en dos mitades exactas en sentido vertical de hombro a hombro, quedando la protección delantera con doce agujeros en una mano y la posterior en otra con otros doce agujeros. Aquel cuero era duro, estaba bien curado y parecía incluso reforzado con tachones de hierro, pero no pesaba demasiado. Saqué aquellas cintas de cuero y conté dieciséis, me sobraban cuatro tiras que usaría más tarde con seguridad, así que las guardé. Comencé a meter con cuidado y esfuerzo tira por tira en los "agujeros" que había hecho, dejando entre la parte posterior y anterior algo más de veinticinco centímetros, dos palmos. Ladeé la cabeza al ver cómo había quedado, con las tiras anudadas para no salirse y me lo probé, quedando algo suelto en mi pecho, pero esa era la intención. Sonreí al ver que podía hacer cosas como mi padre, y eso me dio fuerzas para seguir. Metí aquel "prototipo" de armadura en la bolsa, me guardé la daga y con la misma mano saqué la llave para abrir la celda y cerrarla tras de mí.
Subí lentamente, algo cansado y dolorido en el cuello por las malas posturas y decidí darme un baño en el piso superior si no recordaba mal. Subiendo las escaleras se escuchaban ruidos de choque entre piedra y metal. Suspiré al ver que había dos de los habitantes del torreón en esa sala y sonreí, viendo como otro llegaba avisando de la operatividad del baño.- Oh, genial. Si me permitís lo usaré, no quiero acabar atrayendo a bestias por el olor. -Dije soltando una risita ahogada, y subiendo al baño para darme un buen remojón que me bajara todas las ideas que habían surgido.
En cuanto pisé de nuevo la armería me dirigí hacia la celda que antes había cerrado con sabiduría, pues viendo la actitud de algunos que allí se encontraban era lo mejor. Entré en la celda y, como estaba anocheciendo no pensaba que nadie volviera. Nadie me prestaba real atención, pero cuando hacía algo malo, bien que me la prestaban. Tenía ganas de suicidarme, bien como dijo aquel pelirrojo violento y estúpido, pero no le daría el gusto. Abrí el saco y reconté los materiales, seguidamente me dirigí a la armería de nuevo a coger algunas tiras de cuero que había visto en algunas armaduras rotas y empuñaduras de espadas. Y tras coger aquellas cintas de cuero, me fijé en una pequeña daga, la cogí y me la metí en el bolsillo de la chaqueta, para así volver a la celda de antes y guardarlo todo. Tenía que pensarlo bien, recordar aquellos inventos que mi padre hacía con pocas cosas, y apoyando contra la pared de la celda, cansado y hambriento, me dormí.
El ruido de alguien entrando en la armería me despertó de un sueño extraño, que no conseguía terminar de recordar. Parpadeé, y me estiré en aquel pequeño cubículo, recordando que la puerta la había cerrado al entrar, busqué la llave en mi bolsillo. Suspiré aliviado al verla y saber que podría salir de allí sin problema. Había sido una chica, una de las chicas que había entrado el día anterior por culpa mía, pero eso no me importaba, sólo no quería hacer ver que yo estaba allí. Esperé para salir cuando el último chico bajó haciendo algo de estruendo entre las armas del lugar y decidí ponerme manos a la obra con una idea que me surgió hacía unos minutos. Agarré una pechera de cuero y tras darle algunas vueltas para observarla mejor comencé a hacerle seis agujeros en cada lateral con la daga que cogí. Seguidamente corté el jubón en dos mitades exactas en sentido vertical de hombro a hombro, quedando la protección delantera con doce agujeros en una mano y la posterior en otra con otros doce agujeros. Aquel cuero era duro, estaba bien curado y parecía incluso reforzado con tachones de hierro, pero no pesaba demasiado. Saqué aquellas cintas de cuero y conté dieciséis, me sobraban cuatro tiras que usaría más tarde con seguridad, así que las guardé. Comencé a meter con cuidado y esfuerzo tira por tira en los "agujeros" que había hecho, dejando entre la parte posterior y anterior algo más de veinticinco centímetros, dos palmos. Ladeé la cabeza al ver cómo había quedado, con las tiras anudadas para no salirse y me lo probé, quedando algo suelto en mi pecho, pero esa era la intención. Sonreí al ver que podía hacer cosas como mi padre, y eso me dio fuerzas para seguir. Metí aquel "prototipo" de armadura en la bolsa, me guardé la daga y con la misma mano saqué la llave para abrir la celda y cerrarla tras de mí.
Subí lentamente, algo cansado y dolorido en el cuello por las malas posturas y decidí darme un baño en el piso superior si no recordaba mal. Subiendo las escaleras se escuchaban ruidos de choque entre piedra y metal. Suspiré al ver que había dos de los habitantes del torreón en esa sala y sonreí, viendo como otro llegaba avisando de la operatividad del baño.- Oh, genial. Si me permitís lo usaré, no quiero acabar atrayendo a bestias por el olor. -Dije soltando una risita ahogada, y subiendo al baño para darme un buen remojón que me bajara todas las ideas que habían surgido.
- Xana
Ficha de cosechado
Nombre: Ariv
Especie: Sinhadre
Habilidades: Memoria, reflejos, orientación.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
26/09/12, 10:19 pm
Ariv se despertó, aunque apenas tenía ganas de salir de la cama. Estaba tan cómoda allí… Sonrió, contenta, y se dio la vuelta, dispuesta a seguir durmiendo, pero pronto empezó a oír ruidos abajo. Parecía que los demás habitantes del torreón ya estaban despiertos y habían empezado el día con ganas.
La niña se giró para ver si su compañera seguía durmiendo, pero no la encontró allí. Su colchón estaba vacío. Ariv se rascó la cabeza y, a pesar de que le apetecía quedarse en su habitación, descansando, decidió que debía levantarse y ponerse en marcha. No quería que los demás se lo reprocharan. En circunstancias normales, habría sido la primera en empezar a hacer cosas, pero, después de dos días vagando por la ciudad, quería quedarse un rato más…
Sacudió la cabeza y se obligó a ponerse en pie. Salió del cuarto y bajó las escaleras hasta llegar al salón. Allí estaban algunos de lo chicos que había conocido el día anterior. Los miró fijamente. ¿Recordaba sus nombres? Rebuscó en su memoria y sí, sí se acordaba. Con una sonrisa satisfecha, se acercó a ellos.
- ¡Buenos días! – los saludó, alegremente.
Llevaban armas en la mano, y uno de ellos parecía afilar la suya con cierto aire ausente. Ariv los miró con curiosidad.
- ¿Qué hacéis? – inquirió a continuación. Vale, había armas en el torreón. La niña se alegró por ello. Así, ya no tendría que salir indefensa… La dificultad estaba en aprender a utilizarlas. Se propuso ponerse a ello enseguida, en cuanto pudiera. Tenía ganas de ser capaz de defenderse por sí misma.
Mientras esperaba la respuesta de los chicos, buscó a Karime con la mirada. No estaba allí. Se preguntó dónde se encontraría su amiga.
La niña se giró para ver si su compañera seguía durmiendo, pero no la encontró allí. Su colchón estaba vacío. Ariv se rascó la cabeza y, a pesar de que le apetecía quedarse en su habitación, descansando, decidió que debía levantarse y ponerse en marcha. No quería que los demás se lo reprocharan. En circunstancias normales, habría sido la primera en empezar a hacer cosas, pero, después de dos días vagando por la ciudad, quería quedarse un rato más…
Sacudió la cabeza y se obligó a ponerse en pie. Salió del cuarto y bajó las escaleras hasta llegar al salón. Allí estaban algunos de lo chicos que había conocido el día anterior. Los miró fijamente. ¿Recordaba sus nombres? Rebuscó en su memoria y sí, sí se acordaba. Con una sonrisa satisfecha, se acercó a ellos.
- ¡Buenos días! – los saludó, alegremente.
Llevaban armas en la mano, y uno de ellos parecía afilar la suya con cierto aire ausente. Ariv los miró con curiosidad.
- ¿Qué hacéis? – inquirió a continuación. Vale, había armas en el torreón. La niña se alegró por ello. Así, ya no tendría que salir indefensa… La dificultad estaba en aprender a utilizarlas. Se propuso ponerse a ello enseguida, en cuanto pudiera. Tenía ganas de ser capaz de defenderse por sí misma.
Mientras esperaba la respuesta de los chicos, buscó a Karime con la mirada. No estaba allí. Se preguntó dónde se encontraría su amiga.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
27/09/12, 12:12 am
K se dispuso a entrenar por fin, cuando se dio cuenta que no tenía consigo su cinta para sujetar su pecho durante los entrenamientos. Dejó el arco, el carcaj y el cinturón con las gemelas en el suelo, reflexionado sobre qué podría servirle como tal. “Quizás podría hacerme un arreglillo con una sabana, pero, por ahora, me tendré que conformar con el cinturón.” Pensó mientras liberaba el cinturón de las espadas y se lo colocaba de manera que sujetaba sus pechos por debajo de estos y a su espalda y nuca. Cuando hubo terminado, se percató de la presencia del chico de piel plateada, el cual recordaba que se había presentado como Shizel.
- ¿Muñecos de prácticas humanos? ¿Es que acaso existen de otro tipo?- preguntó pícaramente por encima de su hombro al chico.
Retirando el resto de sus armas con un pie hacia un lado, Karime cogió las gemelas, lanzándole una a Shizel para que la usara en esta pelea improvisada.
- Uno contra uno. Solo usando espadas. Es lo más justo que te puedo ofrecer, así no te quejaras cuando te de una paliza.- comentó, con una sonrisa de superioridad, con la única finalidad de picar al chico.
No tardaron mucho en comenzar a pelear, impacientes por medir sus habilidades. No le extrañó la diferencia de estilos de lucha. “Viene de otro mundo distinto al mío, lo raro hubiera sido que fuera el mismo estilo.” Se dijo mientras bloqueaba uno de sus ataques. Lo que si le extrañó es que un chico fuera tan diestro en esa disciplina. Aunque conocía hombres que pertenecían al ejército, la mayoría llegaban a su nivel con más edad que la que tendría e chico plateado.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- Carmesí
Ficha de cosechado
Nombre: Lemus
Especie: Humano
Habilidades: Oído músical, carisma y valorPersonajes : Norou, Wintelgy y Lemus
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
27/09/12, 03:20 pm
Wintelgy
Un tintineo de metal contra metal me despertó, tenía la boca pastosa y los ojos hinchados, ¿pero cuanto había dormido? Me preguntaba mientras me incorporaba en la cama y me levantaba para ir a mirar por la ventana en busca del origen de esos sonidos. Los sonidos provenían de una lucha, el piel plateada Shizel contra la cara sucia Karime. Luchaban ferozmente, tardé en darme cuenta en que solo era un entrenamiento. Me quedé un rato observándolos desde las alturas. La técnica de Karime era elegante pero directa mientras que la de Shizel parecía no tener una forma definida era rápido, muy rápido y se servía de esto para hacer innumerables esquivas y contrataques.
También pude observar que el pelirrojo RR y el peliblanco DL se encontraban en el patio haciendo algo con sus armas, Seguidamente mire a la mía y la recogí de la cama. Observe que hoja de la punta estaba llena de muecas corroídas por el oxido. Cogí la lanza y bajé al patio con los demás. Por el camino me encontré con la chica de las trenzas que vino acompañando a la cara sucia Karime.
“Hola buenos días, me alegro de que os quedarais aquí- dije de pasada mientras le sonreía-“
En cuanto salí al patio la brisa fría de la mañana me dio la bienvenida, lo que me recordó levemente a mi hogar y de lo que había venido a hacer a la afamada e usurpadora Rocavarancolia.
Me acerqué a RR y a DL qué estaban puliendo el filo de sus respectivas armas. Las manos de RR se movían rápidas y casi de forma automática, y aunque parecía que afilar su cuchillo era a lo que menos atención le estaba prestando lo hacía con mucha habilidad.
“Buenos días Chicos, ¿os importaría ayudarme un poco con esto?-dije señalando la maltratada punta de la lanza y sentándome en el suelo- no serviría mucho en estas condiciones. Por cierto aun no he tenido la ocasión de preguntaros donde fuisteis a ayer ni donde encontrasteis al herido-termine esperando a que me contestara mientras miraba como afilaban sus armas con la intención de aprender a hacerlo-”
-Tsuki Tsuki Tsuki♥♫♪-
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
27/09/12, 05:25 pm
El duelo, que en un principio se había imaginado más rápido, terminó por alargarse más de lo que esperaba. No se había equivocado: la chica era buena. Es más, le sorprendió con una técnica depurada y directa, fruto de un entrenamiento concienzudo. Sin embargo su formación, fuese esta cual fuese, hacía que tendiese a veces a repetir movimientos, lo que Shizel aprovechaba para escabullirse con más facilidad.
Se esforzó por ser más imprevisible que de costumbre, cambiando constantemente de posición alrededor de Karime para forzarla a que se moviera y se cansase más rápido. Leer el cuerpo del adversario era importante en esgrima, y usó la ventaja de su idrinidad a su favor. No obstante los golpes de la chica eran seguros y contundentes, y más de una vez había tenido que fintar a la desesperada para evitar un palo bastante severo.
La verdad fuese dicha, se lo estaba pasando bastante bien. El estilo diferente de Karime era un reto refrescante para sus habilidades, y las pullas que se lanzaban mutuamente mientras tenía lugar el choque de espadas hicieron más ameno el entrenamiento, sin resquemores.
Al cabo de un rato dio dos zancadas hacia atrás para ponerse fuera del alcance de la libense y le tendió de vuelta su espada por el lado de la empuñadura, dando por finalizada la liza.
-Voy arriba a refrescarme, que se me cae la piel a tiras- avisó, aún riendo-. ¡Buen combate!
Cuando volvió a entrar al salón camino a ver si alguien había tenido la bondad de dejarse olvidados por casualidad unos cuantos cubos de agua limpia arriba en el baño, se encontró con que Saren ya estaba empezando a desperezarse, murmurando algo incomprensible. Ni se le pasó por la cabeza que pudiera estar demasiado adormilado para contestar, o que no le hiciera gracia que le interrogasen por la mañana, así que fue a hablarle directamente.
-Préstame el libro un rato, anda- le pidió, sin ningún tono autoritario pero olvidando por completo utilizar cualquier fórmula de cortesía como pudiera ser "por favor", no estaba acostumbrado-. He visto algo en el mío que me ha llamado la atención, y el tuyo podría aclarármelo un poco...
[Red me ha dado permiso para semidespertar a Saren, eh]
Se esforzó por ser más imprevisible que de costumbre, cambiando constantemente de posición alrededor de Karime para forzarla a que se moviera y se cansase más rápido. Leer el cuerpo del adversario era importante en esgrima, y usó la ventaja de su idrinidad a su favor. No obstante los golpes de la chica eran seguros y contundentes, y más de una vez había tenido que fintar a la desesperada para evitar un palo bastante severo.
La verdad fuese dicha, se lo estaba pasando bastante bien. El estilo diferente de Karime era un reto refrescante para sus habilidades, y las pullas que se lanzaban mutuamente mientras tenía lugar el choque de espadas hicieron más ameno el entrenamiento, sin resquemores.
Al cabo de un rato dio dos zancadas hacia atrás para ponerse fuera del alcance de la libense y le tendió de vuelta su espada por el lado de la empuñadura, dando por finalizada la liza.
-Voy arriba a refrescarme, que se me cae la piel a tiras- avisó, aún riendo-. ¡Buen combate!
Cuando volvió a entrar al salón camino a ver si alguien había tenido la bondad de dejarse olvidados por casualidad unos cuantos cubos de agua limpia arriba en el baño, se encontró con que Saren ya estaba empezando a desperezarse, murmurando algo incomprensible. Ni se le pasó por la cabeza que pudiera estar demasiado adormilado para contestar, o que no le hiciera gracia que le interrogasen por la mañana, así que fue a hablarle directamente.
-Préstame el libro un rato, anda- le pidió, sin ningún tono autoritario pero olvidando por completo utilizar cualquier fórmula de cortesía como pudiera ser "por favor", no estaba acostumbrado-. He visto algo en el mío que me ha llamado la atención, y el tuyo podría aclarármelo un poco...
[Red me ha dado permiso para semidespertar a Saren, eh]
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
27/09/12, 05:39 pm
Saren caminaba sobre la delgada linea que separa el sueño de la vigilia debido a los sonidos a su alrededor, que lo habían develado. El chico se había quedado dormido en el sillón en el que había estado leyendo, arrebujado en su abrigo había descansado a gusto pero el ajetreo matutino a su alrededor tiraba de su mente hacia la consciencia. En ese estado se encontraba cuando una chispa se encendió en su mente, inflamando su memoria como si de pólvora se tratara.
-Talismanes... -murmuró para si, apenas consciente de sus compañeros, que hacían vida a su alrededor-. Buenos días, por cierto -dijo en general.
Había recordado que en Idris, los Adeptos conservaban talismanes que se legaban de generación en generación, y que se usaban en sus rituales de magia, tal vez esa era la fuente de energía a la que se refería el libro. Una voz le sacó de sus divagaciones internas, y el norteño enfocó a Shiz, restregándose los ojos, que le hacía una pregunta.
-Se pide por favor, señorito -le dijo Saren en tono burlón, pero con una sonrisa cargada de somnolienta camaradería-. Pero no hay problema, aunque antes deja que mire una cosa...
Una vez aclarada la cuestión, el idrino se puso a ojear el libro que había traído de la biblioteca a toda velocidad, buscando algo que le diera la razón. Si enfocaba el tema de la fuente de energía como un talismán, todo tenia mas sentido. Saren cerró el libro, se lo tendió al lacustre con un “Con vuelta” acompañado de una sonrisa, y sin mas se puso a explorar por todo el torreón, buscando cualquier cosa que pudiera ser o pareciera un talismán. Subió hasta la última planta y empezó a buscar, aunque evito el cuarto de RR deliberadamente, no quería saber que había montado el pelirrojo ahí dentro.
-Talismanes... -murmuró para si, apenas consciente de sus compañeros, que hacían vida a su alrededor-. Buenos días, por cierto -dijo en general.
Había recordado que en Idris, los Adeptos conservaban talismanes que se legaban de generación en generación, y que se usaban en sus rituales de magia, tal vez esa era la fuente de energía a la que se refería el libro. Una voz le sacó de sus divagaciones internas, y el norteño enfocó a Shiz, restregándose los ojos, que le hacía una pregunta.
-Se pide por favor, señorito -le dijo Saren en tono burlón, pero con una sonrisa cargada de somnolienta camaradería-. Pero no hay problema, aunque antes deja que mire una cosa...
Una vez aclarada la cuestión, el idrino se puso a ojear el libro que había traído de la biblioteca a toda velocidad, buscando algo que le diera la razón. Si enfocaba el tema de la fuente de energía como un talismán, todo tenia mas sentido. Saren cerró el libro, se lo tendió al lacustre con un “Con vuelta” acompañado de una sonrisa, y sin mas se puso a explorar por todo el torreón, buscando cualquier cosa que pudiera ser o pareciera un talismán. Subió hasta la última planta y empezó a buscar, aunque evito el cuarto de RR deliberadamente, no quería saber que había montado el pelirrojo ahí dentro.
- Álvar
Ficha de cosechado
Nombre: Timothy “Timmy” O’ Connors
Especie: Humano
Habilidades: Habilidad mental, astucia, planificación
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
27/09/12, 06:41 pm
A medida que la gente empezaba a despertarse iban pasando por la sala. A Timmy le llamó la atención la aparición de dos chicas nuevas que no había visto antes, una de las cuales salió al patio. Le hubiera gustado presentarse, pero la idea le intimidaba un poco.
Entonces Timmy vio como aquel chico moreno tan extraño se dirigia a las escaleras con intención de darse un baño, saltándose su turno. La expresión de su cara cambió de pronto.
-¡Eh, tú, tirillas! No se quien te has creido que eres, pero como se te ocurra colarte en el baño te juro por dios que te cortaré los testiculos y haré que te atragantes con ellos al tiempo que te ahorco de lo mas alto del torreón con tus propios intestinos. ¿Lo pillas, huesitos?
Tras aquel intenso momento y la incertidumbre que lo acompañó, el irlandés habló de nuevo.
-Espera, ¿yo acabo de decir eso?-Preguntó sujetandose la frente como si le doliera la cabeza.-No... no se que me ha podido pasar, lo siento. Es como si hubiera dejado de ser yo por un momento. Como decía -dijo mientras pasaba por delante del chico moreno- iba a darme un baño yo en cuanto DL terminase, así que si me disculpas...
Se apresuró a subir al piso de arriba antes de que nadie pudiera decir nada. Todo se quedó en silencio por un instante, aunque algunos habrían jurado oir una ligera risa con un aire macabro, procedente del piso superior.
-Otro más para la lista negra, ¿no crees, Timmy? jijijijiiiiii
-Por favor, cállate...
Según acabó de subir las escaleras, vio que una de las habitaciones estaba con la puerta abierta y vacía, por lo que decidió echar un vistazo a los armarios, a ver si encontraba algo de ropa de su talla. Para su sorpresa, encontró lo que buscaba: unos pantalones, unas botas, una camisa de lana y un chaleco de cuero, todo en colores pardos, como a él le gustaban.
Todo estaba limpio y eran de su tamaño, asi que lo cogio todo y se lo llevó al baño. Cuando entró, observó que la bañera ya estaba llena, por lo que supuso que su predecesor no la había vaciado. Otros en su lugar habrían descartado la posibilidad de bañarse con agua ya usada, pero acostumbrado a tener por bañera los sucios desagües de su ciudad y la lluvia acida, la perspectiva de bañarse en un agua tan relativamente pura era un sueño para él.
Estaba tan emocionado por tener al fin un lugar acogedor en el que residir, que no pudo evitar que se le derramara una lágrima. Se apresuró a desnudarse y a guardar en su zurrón el disfraz bien doblado, de donde también sacó una gran pastilla de jabón que guardaba envuelta en una hoja de periodico. Se metió en la bañera y se sumergió en el agua.
Se quedó unos instantes mirando el reflejo del agua, y por un momento vio una forma extraña donde debiera estar la imagen de su cara, pero se apresuró echarse agua encima y, cuando se hubieran calmado las ondas en el agua, vio al fin la imagen de su tez blanquecina y su pelo rojizo.
Tras disfrutar unos instantes de aquella sensación de tranquilidad, acabó de lavarse y salió. Se dispuso a secarse y luego a vestirse con su nueva ropa recien adquirida, no sin antes vaciar la bañera, y bajó de nuevo a la sala principal. Allí pasó de nuevo hasta el sillón donde antes había estado leyendo y, sin decir nada, sacó su libro y continuó donde lo había dejado.
Entonces Timmy vio como aquel chico moreno tan extraño se dirigia a las escaleras con intención de darse un baño, saltándose su turno. La expresión de su cara cambió de pronto.
-¡Eh, tú, tirillas! No se quien te has creido que eres, pero como se te ocurra colarte en el baño te juro por dios que te cortaré los testiculos y haré que te atragantes con ellos al tiempo que te ahorco de lo mas alto del torreón con tus propios intestinos. ¿Lo pillas, huesitos?
Tras aquel intenso momento y la incertidumbre que lo acompañó, el irlandés habló de nuevo.
-Espera, ¿yo acabo de decir eso?-Preguntó sujetandose la frente como si le doliera la cabeza.-No... no se que me ha podido pasar, lo siento. Es como si hubiera dejado de ser yo por un momento. Como decía -dijo mientras pasaba por delante del chico moreno- iba a darme un baño yo en cuanto DL terminase, así que si me disculpas...
Se apresuró a subir al piso de arriba antes de que nadie pudiera decir nada. Todo se quedó en silencio por un instante, aunque algunos habrían jurado oir una ligera risa con un aire macabro, procedente del piso superior.
-Otro más para la lista negra, ¿no crees, Timmy? jijijijiiiiii
-Por favor, cállate...
Según acabó de subir las escaleras, vio que una de las habitaciones estaba con la puerta abierta y vacía, por lo que decidió echar un vistazo a los armarios, a ver si encontraba algo de ropa de su talla. Para su sorpresa, encontró lo que buscaba: unos pantalones, unas botas, una camisa de lana y un chaleco de cuero, todo en colores pardos, como a él le gustaban.
Todo estaba limpio y eran de su tamaño, asi que lo cogio todo y se lo llevó al baño. Cuando entró, observó que la bañera ya estaba llena, por lo que supuso que su predecesor no la había vaciado. Otros en su lugar habrían descartado la posibilidad de bañarse con agua ya usada, pero acostumbrado a tener por bañera los sucios desagües de su ciudad y la lluvia acida, la perspectiva de bañarse en un agua tan relativamente pura era un sueño para él.
Estaba tan emocionado por tener al fin un lugar acogedor en el que residir, que no pudo evitar que se le derramara una lágrima. Se apresuró a desnudarse y a guardar en su zurrón el disfraz bien doblado, de donde también sacó una gran pastilla de jabón que guardaba envuelta en una hoja de periodico. Se metió en la bañera y se sumergió en el agua.
Se quedó unos instantes mirando el reflejo del agua, y por un momento vio una forma extraña donde debiera estar la imagen de su cara, pero se apresuró echarse agua encima y, cuando se hubieran calmado las ondas en el agua, vio al fin la imagen de su tez blanquecina y su pelo rojizo.
Tras disfrutar unos instantes de aquella sensación de tranquilidad, acabó de lavarse y salió. Se dispuso a secarse y luego a vestirse con su nueva ropa recien adquirida, no sin antes vaciar la bañera, y bajó de nuevo a la sala principal. Allí pasó de nuevo hasta el sillón donde antes había estado leyendo y, sin decir nada, sacó su libro y continuó donde lo había dejado.
Piensa en verde: pon un Duende en tu vida
O, en su defecto, deja que uno te la arrebate
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
27/09/12, 08:40 pm
Apenas se sentó cerca de RR a crear una funda para su arma cuando llego una de las chicas que habían venido el día anterior, de la cual no conocía aun el nombre “Se el de la otra, Karime… pero no llegue a escuchar el de ella” pensó DL observándola y escuchando su pregunta. Suspiro ligeramente de todos modos el también sentía curiosidad por sobre lo que estaba haciendo RR, asique la miro y respondió a la pregunta, al menos lo que le concernía.
-Intento afilar mis armas y crear una funda para poder practicar sin cortarme – respondió antes de volver su atención a lo que hacía ya que no era muy bueno con la artesanía como RR- Hay una armería en las mazmorras…ya que veo que no estás armada, deberías buscar algo que puedas usar allá abajo…sino tienes mucha idea de armas siempre alguna podríamos enseñarte -añadió DL concentrado en lo que hacía y recordando que aun no se había presentado- Por cierto, no me presente ayer, estábamos todos muy nervioso por lo de nuestro compañero herido…me llamo DL -No dijo anda mas ya que en esos momentos aprecio Wintel, acercándose a ellos con su propia arma y preguntando si podríamos ayudarle con esta, definitivamente DL no era un manitas pero en cuanto a armas se refería tenía cierta idea sobre estas. Observo la lanza atentamente, no estaba en tal mal estándolo que si era necesario que fuera bien afilada.
-Ponte a la cola, solo parece haber una piedra de afilar y la tiene RR y ya fui yo quien se la pidió prestada-respondió DL encogiéndose de hombros liado con su funda e intentando atarla con un trozo de cuero para que no se pudiera cortar- Fuimos a la Biblioteca – respondió DL como si nada y añadió por si las dudas- Encontré un trozo de mapa que indicaba el cómo llegar sin problemas y cogimos algunos libros que podrían sernos útiles…a la vuelta nos encontramos a YR, el foner lisiado…y lo trajimos tras que RR se pusiera en plan cebo con los bichos que estaban comiéndoselo –finalizo el relato lo más resumidamente posible maldiciendo por lo bajo y tras conseguir finalmente una funda improvisada para su arma, se levanto alejándose del resto manejándola cuidadosamente viendo si había peligro de cortarse al usarla y alegrándose al notar que la funda se mantenía en su lugar. En cuanto pudiera intentaría practicar, solo que primero debía afilar su katana, miro al resto con cierta duda recordando que había llegado dos nuevas habitantes al torreón, que tenían un herido y que deberían salir de nuevo por la comida de esas bañeras flotantes-Supongo hoy tocara salir de nuevo por las bañeras, no creo que la comida que hay sea suficiente para tantos como somos ahora…- añadió sin dirigirse a nadie en especial, acercándose a la cocina para echar un vistazo a el suministro de comida que tenían y haciendo recuento mental de cuantos era y las porciones que habría para cada uno, tras ver como Shizel entraba de vuelta en el torreón tras haber estado casi todo el tiempo en el patio entrenando.
-Intento afilar mis armas y crear una funda para poder practicar sin cortarme – respondió antes de volver su atención a lo que hacía ya que no era muy bueno con la artesanía como RR- Hay una armería en las mazmorras…ya que veo que no estás armada, deberías buscar algo que puedas usar allá abajo…sino tienes mucha idea de armas siempre alguna podríamos enseñarte -añadió DL concentrado en lo que hacía y recordando que aun no se había presentado- Por cierto, no me presente ayer, estábamos todos muy nervioso por lo de nuestro compañero herido…me llamo DL -No dijo anda mas ya que en esos momentos aprecio Wintel, acercándose a ellos con su propia arma y preguntando si podríamos ayudarle con esta, definitivamente DL no era un manitas pero en cuanto a armas se refería tenía cierta idea sobre estas. Observo la lanza atentamente, no estaba en tal mal estándolo que si era necesario que fuera bien afilada.
-Ponte a la cola, solo parece haber una piedra de afilar y la tiene RR y ya fui yo quien se la pidió prestada-respondió DL encogiéndose de hombros liado con su funda e intentando atarla con un trozo de cuero para que no se pudiera cortar- Fuimos a la Biblioteca – respondió DL como si nada y añadió por si las dudas- Encontré un trozo de mapa que indicaba el cómo llegar sin problemas y cogimos algunos libros que podrían sernos útiles…a la vuelta nos encontramos a YR, el foner lisiado…y lo trajimos tras que RR se pusiera en plan cebo con los bichos que estaban comiéndoselo –finalizo el relato lo más resumidamente posible maldiciendo por lo bajo y tras conseguir finalmente una funda improvisada para su arma, se levanto alejándose del resto manejándola cuidadosamente viendo si había peligro de cortarse al usarla y alegrándose al notar que la funda se mantenía en su lugar. En cuanto pudiera intentaría practicar, solo que primero debía afilar su katana, miro al resto con cierta duda recordando que había llegado dos nuevas habitantes al torreón, que tenían un herido y que deberían salir de nuevo por la comida de esas bañeras flotantes-Supongo hoy tocara salir de nuevo por las bañeras, no creo que la comida que hay sea suficiente para tantos como somos ahora…- añadió sin dirigirse a nadie en especial, acercándose a la cocina para echar un vistazo a el suministro de comida que tenían y haciendo recuento mental de cuantos era y las porciones que habría para cada uno, tras ver como Shizel entraba de vuelta en el torreón tras haber estado casi todo el tiempo en el patio entrenando.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
27/09/12, 11:48 pm
RR salió de su trance al ver que había tres personas alrededor de él. Suspiró, como hastiado levemente.
-Si tenéis la bondad, ir dejándome lo que queráis que os afile, os haga u os repare, y veo que puedo hacer.
Fue tomando las armas de cada uno y afilándoselas, tan bien cómo pudo. Le agradaba sentirse útil y tener las manos ocupadas en algo. Posiblemente porque normalmente, su vida se resumía en dos grandes partes: Aquellas en las que hacía algún trabajo manual y las otras, en las que corría tanto cómo podía para salvar su culo.
-Estos chismes no están mal…-comentó en voz alta, quizás para sí mismo, quizás conversando con los demás. Lo cierto era que mientras hablaba mantenía la vista fija en su trabajo y que no se preocupó de que le estuvieran escuchando.- Tampoco es que esté diciendo que estén bien, ojo. Son mejores que ir pegándoles a los bichos con un hierro oxidado. Pero lo que yo echo de menos de verdad es un buen arma de fuego. Porque la ballesta te saca de un apuro, no te digo yo que no, y es silenciosa y tal, pero llegada la hora de la verdad, yo lo que quiero es una buena escopeta con la que volarle los sesos a lo que sea que me intente comer, y no un chisme que lanza un palo relativamente afilado. Quizás el problema sean las velocidades. No del proyectil, claro, pero sí de recarga. Es podidamente engorroso tener que volver a poner a punto ese chisme en medio de una bronca. En cambio con la escopeta… disparas, tiras del sistema de corredera y ya estás listo para dar más leña. En el pero de los casos, accionas una palanquita y la recargas con relativa comodidad. Esto, en cambio… en fin, no se todavía de nadie dispuesto a esperar a soltarte un mascazo mientras tú tiras de la cuerda brutalmente tensa para ponerla en su agarre y ponerle la saetita… Me siento en cierto modo desnudo, cómo si me jugase el pellejo al 50-50. Un solo disparo… No es que dude de mi puntería, y realmente esa cosa es relativamente potente, pero coño, pueden suceder tantas cosas…
A aquellas alturas de su diatriba, ya había afilado las armas de sus compañeros, con lo que se puso de pie y se guardó la suya, también más que aceptablemente funcional, y se acercó a los compañeros que estaban sus camaradas practicando. Mientras disfrutaba del espectáculo, se apoyó contra la pared de al lado de la puerta y procedió a prepararse un cigarro religiosamente con un poco de su seta verde, de la que cortó una rodaja que más adelante espizcó cuidadosamente entre sus dedos, para luego mezclarlo con un poco del liquen seco que traía. Le llamó la atención la soltura de la tal K, además de su verdaderamente agradable falta de ropa. A lo mejor la palmaba al salir por la puerta, a si que, ¿por qué no alegrarse la vista?
Aun con todo parecía un adversario temible. Él tenía las nociones de combate sucio y sin reglas que todo el mundo aprende en un bar con la suficientemente mala reputación con la gente lo suficientemente violenta y rastrera. Al menos, la que aprendían los que seguían vivos. Uno aprendía de valerse de su entorno y a aprovechar hasta la última ventaja para dejar fuera de juego a su contrincante, aunque no fuera haciendo gala de una elegancia y porte superiores. Pero, en igualdad de condiciones, se las vería muy negras contra alguien que de verdad supiera usar un arma de aquellas. Porque él enfocaba su estilo de combate a dejar en el suelo al otro y correr hacia la escopeta y, con suerte, salir cagando hostias antes de que el otro se levantara del suelo.
-Creo que hablo en nombre de todos, K, si te sugiero que nos acompañes a por las bañeras.- comentó distraídamente RR mientras se encendía el cigarro, tapando la llama de su mechero con una mano, dejando que el humo lo recorriera y le diera nueva vida, despertando cada articulación y cada miembro de su cuerpo con un agradable hormigueo.
-Si tenéis la bondad, ir dejándome lo que queráis que os afile, os haga u os repare, y veo que puedo hacer.
Fue tomando las armas de cada uno y afilándoselas, tan bien cómo pudo. Le agradaba sentirse útil y tener las manos ocupadas en algo. Posiblemente porque normalmente, su vida se resumía en dos grandes partes: Aquellas en las que hacía algún trabajo manual y las otras, en las que corría tanto cómo podía para salvar su culo.
-Estos chismes no están mal…-comentó en voz alta, quizás para sí mismo, quizás conversando con los demás. Lo cierto era que mientras hablaba mantenía la vista fija en su trabajo y que no se preocupó de que le estuvieran escuchando.- Tampoco es que esté diciendo que estén bien, ojo. Son mejores que ir pegándoles a los bichos con un hierro oxidado. Pero lo que yo echo de menos de verdad es un buen arma de fuego. Porque la ballesta te saca de un apuro, no te digo yo que no, y es silenciosa y tal, pero llegada la hora de la verdad, yo lo que quiero es una buena escopeta con la que volarle los sesos a lo que sea que me intente comer, y no un chisme que lanza un palo relativamente afilado. Quizás el problema sean las velocidades. No del proyectil, claro, pero sí de recarga. Es podidamente engorroso tener que volver a poner a punto ese chisme en medio de una bronca. En cambio con la escopeta… disparas, tiras del sistema de corredera y ya estás listo para dar más leña. En el pero de los casos, accionas una palanquita y la recargas con relativa comodidad. Esto, en cambio… en fin, no se todavía de nadie dispuesto a esperar a soltarte un mascazo mientras tú tiras de la cuerda brutalmente tensa para ponerla en su agarre y ponerle la saetita… Me siento en cierto modo desnudo, cómo si me jugase el pellejo al 50-50. Un solo disparo… No es que dude de mi puntería, y realmente esa cosa es relativamente potente, pero coño, pueden suceder tantas cosas…
A aquellas alturas de su diatriba, ya había afilado las armas de sus compañeros, con lo que se puso de pie y se guardó la suya, también más que aceptablemente funcional, y se acercó a los compañeros que estaban sus camaradas practicando. Mientras disfrutaba del espectáculo, se apoyó contra la pared de al lado de la puerta y procedió a prepararse un cigarro religiosamente con un poco de su seta verde, de la que cortó una rodaja que más adelante espizcó cuidadosamente entre sus dedos, para luego mezclarlo con un poco del liquen seco que traía. Le llamó la atención la soltura de la tal K, además de su verdaderamente agradable falta de ropa. A lo mejor la palmaba al salir por la puerta, a si que, ¿por qué no alegrarse la vista?
Aun con todo parecía un adversario temible. Él tenía las nociones de combate sucio y sin reglas que todo el mundo aprende en un bar con la suficientemente mala reputación con la gente lo suficientemente violenta y rastrera. Al menos, la que aprendían los que seguían vivos. Uno aprendía de valerse de su entorno y a aprovechar hasta la última ventaja para dejar fuera de juego a su contrincante, aunque no fuera haciendo gala de una elegancia y porte superiores. Pero, en igualdad de condiciones, se las vería muy negras contra alguien que de verdad supiera usar un arma de aquellas. Porque él enfocaba su estilo de combate a dejar en el suelo al otro y correr hacia la escopeta y, con suerte, salir cagando hostias antes de que el otro se levantara del suelo.
-Creo que hablo en nombre de todos, K, si te sugiero que nos acompañes a por las bañeras.- comentó distraídamente RR mientras se encendía el cigarro, tapando la llama de su mechero con una mano, dejando que el humo lo recorriera y le diera nueva vida, despertando cada articulación y cada miembro de su cuerpo con un agradable hormigueo.
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
- Xana
Ficha de cosechado
Nombre: Ariv
Especie: Sinhadre
Habilidades: Memoria, reflejos, orientación.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
28/09/12, 12:09 am
Ariv escuchó al foner con atención y le sonrió.
- Ariv – le dijo a DL, simplemente. A continuación, el chico le explicó que había una armería en las mazmorras… La niña no sabía exactamente qué se le daría mejor manejar. Ni siquiera estaba segura de poder luchar algún día, pero iba a poner todo su empeño en ello. Decidió dirigirse un momento hacia allí, con intención de escoger algún arma con la que empezar a practicar. Antes de marcharse, vio a Wintel en el salón. El muchacho le dijo que se alegraba de que se hubieran quedado, y Ariv volvió a sonreír, contenta. A pesar de todo lo ocurrido el día anterior, empezaba a sentirse como en casa.
Después de eso, bajó un momento a las mazmorras, mientras RR terminaba de afilar su arma. Quería darse prisa, así que echó un vistazo rápido. De inmediato descartó algunas armas que parecían demasiado pesadas para ella… Aunque pudiera defenderse, siempre era mejor comenzar por algo más ligero, pues podría moverse con más rapidez y facilidad. Finalmente, se decantó por un par de dagas. Las sostuvo un momento y las contempló, absorta. Se sentía extraña, en cierto modo, teniéndolas en las manos. No podía creerse que de verdad las fuera a utilizar.
Una vez hecho esto, Ariv regresó al salón y le tendió las dagas a RR para que las afilase. DL había mencionado algo sobre ir tras las bañeras para conseguir comida y, aunque la niña no estaba muy segura de a qué se refería, asintió con la cabeza. Ya habían hecho bastante con acogerlas… Ahora que vivían allí, estaba dispuesta a ayudar a sus compañeros en todo lo posible. No quería sentirse una carga. Necesitaba hacer cosas, no quedarse quieta todo el día en el torreón mientras sus compañeros se jugaban el cuello.
RR terminó de afilar las armas de todos, y él también explicó que necesitaban salir. Ariv asintió, emocionada, en cierto modo, por lo que pudieran encontrar fuera. Aunque aquella ciudad escondía muchos peligros, tenía ganas de conocerla un poco mejor, de saberse mover por sus calles, de averiguar qué clase de criaturas podía encontrarse. Aferró sus dagas con fuerza y esperó.
- ¡Sí! ¡Vamos a por comida! – exclamó. RR salió un momento al patio, y Ariv oyó que mencionaba a K. ¡Así que estaba fuera, entrenándose! Se propuso en silencio empezar con sus prácticas en cuanto volviesen y descansasen un poco.
Si Karime iba con ellos, Ariv se sentiría mucho más segura, así que se alegró de que el foner le hubiera dicho que los acompañase.
- Ariv – le dijo a DL, simplemente. A continuación, el chico le explicó que había una armería en las mazmorras… La niña no sabía exactamente qué se le daría mejor manejar. Ni siquiera estaba segura de poder luchar algún día, pero iba a poner todo su empeño en ello. Decidió dirigirse un momento hacia allí, con intención de escoger algún arma con la que empezar a practicar. Antes de marcharse, vio a Wintel en el salón. El muchacho le dijo que se alegraba de que se hubieran quedado, y Ariv volvió a sonreír, contenta. A pesar de todo lo ocurrido el día anterior, empezaba a sentirse como en casa.
Después de eso, bajó un momento a las mazmorras, mientras RR terminaba de afilar su arma. Quería darse prisa, así que echó un vistazo rápido. De inmediato descartó algunas armas que parecían demasiado pesadas para ella… Aunque pudiera defenderse, siempre era mejor comenzar por algo más ligero, pues podría moverse con más rapidez y facilidad. Finalmente, se decantó por un par de dagas. Las sostuvo un momento y las contempló, absorta. Se sentía extraña, en cierto modo, teniéndolas en las manos. No podía creerse que de verdad las fuera a utilizar.
Una vez hecho esto, Ariv regresó al salón y le tendió las dagas a RR para que las afilase. DL había mencionado algo sobre ir tras las bañeras para conseguir comida y, aunque la niña no estaba muy segura de a qué se refería, asintió con la cabeza. Ya habían hecho bastante con acogerlas… Ahora que vivían allí, estaba dispuesta a ayudar a sus compañeros en todo lo posible. No quería sentirse una carga. Necesitaba hacer cosas, no quedarse quieta todo el día en el torreón mientras sus compañeros se jugaban el cuello.
RR terminó de afilar las armas de todos, y él también explicó que necesitaban salir. Ariv asintió, emocionada, en cierto modo, por lo que pudieran encontrar fuera. Aunque aquella ciudad escondía muchos peligros, tenía ganas de conocerla un poco mejor, de saberse mover por sus calles, de averiguar qué clase de criaturas podía encontrarse. Aferró sus dagas con fuerza y esperó.
- ¡Sí! ¡Vamos a por comida! – exclamó. RR salió un momento al patio, y Ariv oyó que mencionaba a K. ¡Así que estaba fuera, entrenándose! Se propuso en silencio empezar con sus prácticas en cuanto volviesen y descansasen un poco.
Si Karime iba con ellos, Ariv se sentiría mucho más segura, así que se alegró de que el foner le hubiera dicho que los acompañase.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Personajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
28/09/12, 04:11 am
Saren rebusco en todos los rincones de las habitaciones minuciosamente, buscando algo similar a un talismán, algo que pudiera servir como fuente de energía mágica. El norteño no entendía aun el mecanismo de la magia, pero empezaba a comprender lo mas básico. La magia se podía usar en beneficio propio mediante el uso de hechizos, y los talismanes servían de fuente de energía en la realización de dichos hechizos. Aparte de eso, el chico poco mas sabia, pero quería encontrar algo que sirviera de talismán y comprobar que podía hacer con ello.
Estornudo varias veces al levantar nubes de polvo allá por donde pasaba, recorriendo al completo la tercera planta y la segunda, sin encontrar nada similar a un talismán. Sin embargo la búsqueda no fue del todo infructuosa, ya que en uno de los baúles que revolvió encontró una especie de objeto metálico que resulto ser un mechero. El idrino sonrió contento, encendiendo y apagando el artefacto con la misma ilusión con la que un niño juega con su juguete nuevo, observando el baile de la llama con curiosidad. Centrándose de nuevo en su tarea, Saren cerró el mechero con un chasquido metálico y lo introdujo en uno de sus bolsillos, poniéndolo a buen recaudo.
-¡Yo hoy me quedo a vigilar el torreón! -les dijo al resto en voz alta cuando le llegó el aviso de que salían a por comida, prefería continuar con su búsqueda del tesoro particular.
Un rato después, cuando el grupo de búsqueda ya había salido, Saren bajo al piso de abajo, de camino a las mazmorras, tenia la primera planta muy vista y dudaba que hubiera algún talismán por allí. Apenas se fijo en quien se había quedado en el torreón, pero creyó reconocer a Shiz y al duende, ambos sentados en sendos sillones leyendo. El idrino descendió las escaleras y tras comprobar que las mazmorras estaban bastante vaciás, entro en la armería. Sacó el mechero del bolsillo y alzando el objeto, para iluminar la estancia, comenzó a revolver entre las armas.
Tras una búsqueda meticulosa el norteño creyó encontrar lo que estaba buscando. Escondido entre dos estantes llenos de armas variadas, había un pequeño cofre, que el idrino abrió con ansiedad. La llama del mechero se reflejo, lanzando cientos de destellos, en las facetas de los numerosos cristales que el baúl contenía, haciendo brillar también algunas joyas. Saren rió con satisfacción, contento de haber encontrado aquel pequeño tesoro. El chico cerró el cofre y lo cogió con ambas manos, enfilando las escaleras hacia la primera planta con cierta prisa.
-¡Shiz! -llamó al lacustre entrando en el salón a toda velocidad, visiblemente emocionado, como un niño pequeño-. Necesito el libro, rápido -pidió, dejando el cofre sobre a mesa con un topetazo, sonriendo de oreja a oreja.
Estornudo varias veces al levantar nubes de polvo allá por donde pasaba, recorriendo al completo la tercera planta y la segunda, sin encontrar nada similar a un talismán. Sin embargo la búsqueda no fue del todo infructuosa, ya que en uno de los baúles que revolvió encontró una especie de objeto metálico que resulto ser un mechero. El idrino sonrió contento, encendiendo y apagando el artefacto con la misma ilusión con la que un niño juega con su juguete nuevo, observando el baile de la llama con curiosidad. Centrándose de nuevo en su tarea, Saren cerró el mechero con un chasquido metálico y lo introdujo en uno de sus bolsillos, poniéndolo a buen recaudo.
-¡Yo hoy me quedo a vigilar el torreón! -les dijo al resto en voz alta cuando le llegó el aviso de que salían a por comida, prefería continuar con su búsqueda del tesoro particular.
Un rato después, cuando el grupo de búsqueda ya había salido, Saren bajo al piso de abajo, de camino a las mazmorras, tenia la primera planta muy vista y dudaba que hubiera algún talismán por allí. Apenas se fijo en quien se había quedado en el torreón, pero creyó reconocer a Shiz y al duende, ambos sentados en sendos sillones leyendo. El idrino descendió las escaleras y tras comprobar que las mazmorras estaban bastante vaciás, entro en la armería. Sacó el mechero del bolsillo y alzando el objeto, para iluminar la estancia, comenzó a revolver entre las armas.
Tras una búsqueda meticulosa el norteño creyó encontrar lo que estaba buscando. Escondido entre dos estantes llenos de armas variadas, había un pequeño cofre, que el idrino abrió con ansiedad. La llama del mechero se reflejo, lanzando cientos de destellos, en las facetas de los numerosos cristales que el baúl contenía, haciendo brillar también algunas joyas. Saren rió con satisfacción, contento de haber encontrado aquel pequeño tesoro. El chico cerró el cofre y lo cogió con ambas manos, enfilando las escaleras hacia la primera planta con cierta prisa.
-¡Shiz! -llamó al lacustre entrando en el salón a toda velocidad, visiblemente emocionado, como un niño pequeño-. Necesito el libro, rápido -pidió, dejando el cofre sobre a mesa con un topetazo, sonriendo de oreja a oreja.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
28/09/12, 04:37 am
“Es bueno.” Pensó muchas veces a lo largo de todo el duelo. En un principio, había pensado ir suave, estaban utilizando espadas de verdad y no quería hacerle perder ningún miembro a su compañero; pero pronto se dio cuenta de que no hacía falta que fuera suave, de hecho, terminó considerándolo como cualquiera de sus duelos en la academia. Cuando el idrino dió por terminado el combate devolviéndole la espada a la libense, esta resopló mientras se soltaba el cinturón que llevaba a modo de sujetador.
- Vaya con el plateadito, ha resultado ser toda una joya con la espada.- comentó la morena volviéndose a colocar el cinturón, las espadas, el arco y el carcaj.
Cuando el idrino se fue, K se dedicó a mover en el aire ambas espadas a la vez, equilibrándose a sí misma en cada movimiento. Por suerte, había elegido unas gemelas ligeras, de manera que no le fue difícil dominar el movimiento de cada una por separado y compenetrarlos. Al oir su nombre, Karime dejó de practicar y dirigió su mirada al grupo que había en una esquina del patio.
- ¿He oído un amago de alago?- preguntó la morena con sarcasmo acercándose a RR.- Si te has cansado de las flechas y quieres que te enseñe a usar cuchillitos solo tienes que pedirlo, pelirrojo.- comentó, poniendo una pose desafiante cuando estuvo justo enfrente.- Ahora en serio, ¿Acaso creías que os iba a dejar la diversión a vosotros?- preguntó pícaramente mientras se metía al torreón.
Cuando entró de nuevo al torreón, pasó por al lado de Ariv, a la que le revolvió el pelo de pasada y saludó con un “Buenos días, pequeña clon.”, antes de subir a la habitación, en la que cogió su camiseta. “Si vamos a salir, necesito algo que me sujete el pecho.” Se recordó. De nuevo abajo, ya con su camiseta transparente puesta, se fijó en las dagas que la pequeña morena aferraba.
- Riv, te voy a enseñar a usar esas dagas, ¿vale? Ya veras, pequeña, será divertido.- le sugirió con una sonrisa amistosa, usando el diminutivo de su nombre que le había buscado. Sabía que Ariv no estaba tan familiarizada con las armas como ella y no quería que su amiga fuera indefensa por una ciudad tan peligrosa como el cojo que dormía inconsciente en el piso de arriba del torreón confirmaba.- Vamos a por comida. Va a ser como una excursión. ¿Te vienes?
Karime salió por la puerta del torreón para esperar ahí al resto del grupo que iban a salir a por comida. Cuando todos estuvieron listos, K cargó su arco y se dispuso a andar.
- Venga, pequeños exploradores, vamos a divertirnos.- bromeó la libense. Antes de echar a andar, dirigió su mirada de nuevo a la sinhadre.- Riv, colócate detrás de mí siempre. Si hay problemas, corre de vuelta al torreón, ¿entendido?- le dijo a su pequeña amiga, hacia la que había desarrollado un instinto de protección.
Sigue en el Barrio de los Callejones Sin Salida.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
28/09/12, 01:55 pm
Le pareció algo extraño que RR decidiera afilarle las armas en vez de dejarles directamente la piedra de afilar pero no se quejo, total, el tendría mas mano en eso. DL después de recibir sus armas afiladas de vuelta a las que tendría que darle un repaso mas tarde volvió a la cocina a terminar de hacer el recuento de comida volviendo luego a la entrada y viendo parecer a Karime que volvía de entrenar. La miro atentamente mientras hablaba con RR con ese descaro y saludaba de forma toda amistosa a Ariv, había visto de refilon su forma de luchar y no podía negar que le había impresionado definitivamente debía practicar con ella en un futuro próximo.Fue en eso que escucho el grito de Saren desde uno de los pisos superiores diciendo que se quedaría vigilando.
-Entonces con que vayamos nosotros basta, a ver si con suerte cambia un poco el contenido de las bañeras- añadió acomodándose sus armas en sus fundas y en el cinturón saliendo del torreón, observando a Karime por unos momentos con cierta curiosidad al notar que se había cubierto el pecho que hasta ese momento había llevado desnudo. Definitivamente provenía de un mundo donde el mostrar el cuerpo no tenia prejuicio alguno, lo que daba unas buenas vistas pero debía ser algo incomodo suponía- He visto como luchas y eres muy diestra, me ha impresionado...espero que podamos practicar en un futuro...seria interesante...-comento DL no sin cierto entretenimiento, sabia diferenciar cuando alguien tenia experiencia con las armas y cuando era un novato y era obvio que Karime no era una novata, mientras se dirigían en dirección al lugar donde dejarían las bolsas.Esperaba que pudieran tomarlas sin encontrarse con ningún bicho extraño, hasta ahora habían tenido suerte, a saber cuanto les duraría.
Sigue en el Barrio de los Callejones Sin Salida.
-Entonces con que vayamos nosotros basta, a ver si con suerte cambia un poco el contenido de las bañeras- añadió acomodándose sus armas en sus fundas y en el cinturón saliendo del torreón, observando a Karime por unos momentos con cierta curiosidad al notar que se había cubierto el pecho que hasta ese momento había llevado desnudo. Definitivamente provenía de un mundo donde el mostrar el cuerpo no tenia prejuicio alguno, lo que daba unas buenas vistas pero debía ser algo incomodo suponía- He visto como luchas y eres muy diestra, me ha impresionado...espero que podamos practicar en un futuro...seria interesante...-comento DL no sin cierto entretenimiento, sabia diferenciar cuando alguien tenia experiencia con las armas y cuando era un novato y era obvio que Karime no era una novata, mientras se dirigían en dirección al lugar donde dejarían las bolsas.Esperaba que pudieran tomarlas sin encontrarse con ningún bicho extraño, hasta ahora habían tenido suerte, a saber cuanto les duraría.
Sigue en el Barrio de los Callejones Sin Salida.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Carmesí
Ficha de cosechado
Nombre: Lemus
Especie: Humano
Habilidades: Oído músical, carisma y valorPersonajes : Norou, Wintelgy y Lemus
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
29/09/12, 02:19 am
Wintelgy
DL me explica la experiencia de la expedición de ayer mientras RR hábilmente arregla las armas. Mientras RR trabajaba con las armas conto algo de armas de fuego, ¿armas de fuego? Por lo que RR contaba eran armas poderosas, ¿pero por qué de fuego? ¿Quemaran? Quería preguntarle pero justo cuando iba a hacerlo me ofrece la lanza.
“Muchas gracias RR- Dije aceptando la lanza- has hecho un trabajo estupendo- dije mientras pasaba el pulgar cuidadosamente por la hoja terminando en la afilada punta-“
Cuando el duelo entre el piel plateada y la cara sucia había terminado RR le pidió indirectamente a Karime que le acompañara en la próxima expedición al comprobar su soltura en combate. Karime acepto y además le pidió a la de las trenzas que la acompañará también.
“Esta vez os acompaño quizás os pueda servir de ayuda si encontramos algo fuera de lo común- dije apagándome mientras miraba como una gran bandada de aves negras dejaban el alto del torreón- creo que van en dirección a los callejones…rápido chicos antes que nos dejen sin provisiones- dije dirigiéndome al portón-“
Sigue en el Barrio de los Callejones Sin Salida.
-Tsuki Tsuki Tsuki♥♫♪-
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