Torreón Maciel (Archivo IV)
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23 participantes
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- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Torreón Maciel (Archivo IV)
10/09/12, 07:00 pm
Recuerdo del primer mensaje :
El paseo terminó frente a un edificio de piedra azulada. En el pasado debía de haber tenido cuatro plantas, pero ahora, el edificio estaba coronado por el esqueleto de algún animal marino. El idrino se quedo mirando la estructura, bastante asombrado. Su mirada se posó en una de las cadenas rotas del puente levadizo, y supuso que si hacían de aquel lugar su refugio, habría que arreglarla de alguna manera. El norteño comprobó la estabilidad del puente, y lo atravesó a paso rápido, llegando hasta las puertas, que para su sorpresa, estaban entreabiertas.
Saren entró en el edificio el primero, y mientras recorría el corredor que daba a la planta baja observando las pintadas de los muros en silencio, sus compañeros entraron detrás de él, cerrando las puertas cuando el último miembro del grupo estuvo dentro. El idrino se encontró en una gran estancia que, debido al aire enrarecido y por la capa de polvo intacta, debía de llevar abandonada varias semanas. Una mesa grande, unas cuantas sillas, y varios sillones bastante raídos, eran el principal mobiliario de aquella planta. A un lado de la estancia había una cocina, con una pequeña encimera, un horno de leña, y varios fogones de hierro, ademas de unos armarios de madera, que supuso llenos de algunos cacharros y bastantes telarañas.
Saren dejo la cesta que llevaba en la encimera, y se encaminó a las escaleras, dispuesto a ver que había arriba. No tardó en recorrer las dos plantas superiores, bajando para informar que en la segunda había una especie de estudio con estanterías vacías y un cuarto con barreños de latón para asearse; y que en la tercera había varios cuartos comunales con unas cuantas camas de aspecto cochambroso. No había subido al piso ocupado por el gran esqueleto, pero informo de que había oído algún que otro aleteo a través del techo de la tercera planta. Había baúles y armarios en as habitaciones, pero no había mirado dentro. Un patio de suelo empedrado, en cuyo centro se alzaba la estatua de un pájaro negro con un gran reloj bastante raro a sus pies, completaba el edificio. En él, había un pozo y al fondo, varios retretes.
-Bueno, yo tengo bastante hambre, así que si adecentáis un poco esa mesa -dijo señalándola, tras informar de sus descubrimientos-, yo me pondré con la cena.
El norteño se acercó a la cocina y busco algo para encender la cocina. Encontró una pila bastante escueta, pero suficiente por el momento, de leños polvorientos, que cogió y colocó en el hueco de piedra bajo los fogones. El norteño sacó un poco de yesca, con la que prendió la madera, paradespués cerrar la pequeña puerta de hierro que protegía el fuego. Mientras la cocina se calentaba, Saren procedió a buscar varios cacharros adecuados para cocinar, y unos cuantos platos y cubiertos que dejo a mano para aquel que pusiera la mesa. Les quitó el polvo, y salió al patio a por un poco de agua.
Saren se quitó los mitones y los guardó en uno de los bolsillos del abrigo, que colgó de un gancho en la pared, para cocinar mas cómodo. Se lavó las manos con un poco del agua que había traído y se arremangó la camisola oscura. Sacó algo de carne cruda y unas verduras de las cestas, y lo limpió todo con el agua del pozo que le quedaba, mientras ponía a calentar un par de cacerolas con un poco de la propia grasilla de la carne, esperando que se derritiera. Cuando tuvo los ingredientes listos, preparó un salteado con las verduras, mientras la carne se tostaba en dados con unas pocas hojas rojizas que había encontrado en la cesta. Apartó las cacerolas del fuego, antes de que la verdura se pasara y la carne se hiciera por el centro, y preparo esta última en una bandeja, para meter el recipiente en la pequeña cavidad al lado del fuego que hacia las veces de horno.
Unos minutos después saco la carne del horno y la puso junto con las verduras en una gran fuente, mientras un sabroso olor se extendía por el edificio. El exterior de la carne estaba algo mas churruscante por el asado. En bastante poco tiempo, Saren, haciendo gala de su talento para la cocina, había preparado un plato delicioso con un aroma casero, que algunos de sus compañeros desconocían, y que venía perfecto para reponer fuerzas. Unas piezas de fruta completaban el menú.
-La cena esta lista-anunció con una sonrisa, siempre le había gustado comer bien.
El paseo terminó frente a un edificio de piedra azulada. En el pasado debía de haber tenido cuatro plantas, pero ahora, el edificio estaba coronado por el esqueleto de algún animal marino. El idrino se quedo mirando la estructura, bastante asombrado. Su mirada se posó en una de las cadenas rotas del puente levadizo, y supuso que si hacían de aquel lugar su refugio, habría que arreglarla de alguna manera. El norteño comprobó la estabilidad del puente, y lo atravesó a paso rápido, llegando hasta las puertas, que para su sorpresa, estaban entreabiertas.
Saren entró en el edificio el primero, y mientras recorría el corredor que daba a la planta baja observando las pintadas de los muros en silencio, sus compañeros entraron detrás de él, cerrando las puertas cuando el último miembro del grupo estuvo dentro. El idrino se encontró en una gran estancia que, debido al aire enrarecido y por la capa de polvo intacta, debía de llevar abandonada varias semanas. Una mesa grande, unas cuantas sillas, y varios sillones bastante raídos, eran el principal mobiliario de aquella planta. A un lado de la estancia había una cocina, con una pequeña encimera, un horno de leña, y varios fogones de hierro, ademas de unos armarios de madera, que supuso llenos de algunos cacharros y bastantes telarañas.
Saren dejo la cesta que llevaba en la encimera, y se encaminó a las escaleras, dispuesto a ver que había arriba. No tardó en recorrer las dos plantas superiores, bajando para informar que en la segunda había una especie de estudio con estanterías vacías y un cuarto con barreños de latón para asearse; y que en la tercera había varios cuartos comunales con unas cuantas camas de aspecto cochambroso. No había subido al piso ocupado por el gran esqueleto, pero informo de que había oído algún que otro aleteo a través del techo de la tercera planta. Había baúles y armarios en as habitaciones, pero no había mirado dentro. Un patio de suelo empedrado, en cuyo centro se alzaba la estatua de un pájaro negro con un gran reloj bastante raro a sus pies, completaba el edificio. En él, había un pozo y al fondo, varios retretes.
-Bueno, yo tengo bastante hambre, así que si adecentáis un poco esa mesa -dijo señalándola, tras informar de sus descubrimientos-, yo me pondré con la cena.
El norteño se acercó a la cocina y busco algo para encender la cocina. Encontró una pila bastante escueta, pero suficiente por el momento, de leños polvorientos, que cogió y colocó en el hueco de piedra bajo los fogones. El norteño sacó un poco de yesca, con la que prendió la madera, paradespués cerrar la pequeña puerta de hierro que protegía el fuego. Mientras la cocina se calentaba, Saren procedió a buscar varios cacharros adecuados para cocinar, y unos cuantos platos y cubiertos que dejo a mano para aquel que pusiera la mesa. Les quitó el polvo, y salió al patio a por un poco de agua.
Saren se quitó los mitones y los guardó en uno de los bolsillos del abrigo, que colgó de un gancho en la pared, para cocinar mas cómodo. Se lavó las manos con un poco del agua que había traído y se arremangó la camisola oscura. Sacó algo de carne cruda y unas verduras de las cestas, y lo limpió todo con el agua del pozo que le quedaba, mientras ponía a calentar un par de cacerolas con un poco de la propia grasilla de la carne, esperando que se derritiera. Cuando tuvo los ingredientes listos, preparó un salteado con las verduras, mientras la carne se tostaba en dados con unas pocas hojas rojizas que había encontrado en la cesta. Apartó las cacerolas del fuego, antes de que la verdura se pasara y la carne se hiciera por el centro, y preparo esta última en una bandeja, para meter el recipiente en la pequeña cavidad al lado del fuego que hacia las veces de horno.
Unos minutos después saco la carne del horno y la puso junto con las verduras en una gran fuente, mientras un sabroso olor se extendía por el edificio. El exterior de la carne estaba algo mas churruscante por el asado. En bastante poco tiempo, Saren, haciendo gala de su talento para la cocina, había preparado un plato delicioso con un aroma casero, que algunos de sus compañeros desconocían, y que venía perfecto para reponer fuerzas. Unas piezas de fruta completaban el menú.
-La cena esta lista-anunció con una sonrisa, siempre le había gustado comer bien.
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
25/06/13, 12:56 am
Mientras sigo en la silla puedo ver como Giz se dedica a sacar botes de la bolsa y almacenar muestras. "¿Pero de donde mierda saca tanto espacio?" Me pregunto observando como saca bote tras bote de esa bolsa de donde no podría extraer tanto utensilio. "Interesante. Luego le preguntaré mas tranquilamente."
Mientras pienso en mis tonterías la criatura blanca alada recula y se choca contra mi lobo de arena dándole un zarpazo que de no ser por mi velocidad de reacción le hubiese echo una bonita sonrisa a mi criatura. Lo alejo haciendo que de un salto atrás mientras suelto una carcajada de sorpresa. -Traaaaanquilidad señor pollo.- Me dispongo a decirle cuatro cosas a la supuesta arpía cuando he de callarme al momento al contemplar lo tensa que se ha vuelto la escena. Noel ha respondido al arrebato cogiendo al muchacho por el cuello mientras le hace un amago de afeitarle el pico de un hachazo."Esto se puede poner feo."
Me dispongo a intervenir cuando Noel suelta al chico que se tambalea hasta llegar a una nueva chica que no había visto hasta entonces. "Ains... Que lo ha dejao mu mal.. Mu tocaao.. Que esta como Santa Teresa de Jesús." Pienso mientras veo a la arpía absorta en su congoja. La nueva aparición me extraña un poco al reconocerla como una especie de niña lobo. Me alegro bastante por la idea de conocer otra transformación cuando un crujido a mi derecha me hace girarme.
El chico de escarcha se ha solidificado en hielo pero este se comienza a quebrar rápidamente."¿Brujo de hielo?" Pienso mientras le veo desaparecer por una de las ventanas tras despedirse. El trasgo de las manos supurantes parece decidir que ya no aguanta mas nuestra presencia puesto que sale del torreón a toda prisa sin mediar palabra. "¿Qué le ocurrirá?¿Cual será su transformación en realidad?" Divago mientras intento recordar alguna transformación con esas características pero no encuentro nada en mi memoria.
Tras un momento vuelvo a escuchar el gruñido de la niña lobo por lo que me fijo en ella y doy un par de palmadas. -¡Mira hijo!- Le digo a mi lobo mientras lo acerco a mí. -¡Ve a saludar a tu prima!- Tras decirle esto hago que el lobo se ponga en camino dirección a la los transformados mientras me levanto de mi silla dirigiéndome hacia la chica y el perdido del chico de plumas blancas.
-No nos toméis como una amenaza. Soy Matt y vivo en la torre Serp...- No me da tiempo a acabar la frase por que cuando el lobo se acerca lo suficiente a la pareja la niña lobo le propina un zarpazo que hace que la criatura ruede por el suelo perdiendo la mitad de su cabeza que se encuentra bajo las zarpas de la licantropa. -¡Oye!- - Digo acercándome rápido a mi bestia que se levanta sin cabeza. -Eso no se hace.-
Le digo algo molesto pero al momento sonrío y recapacito. "Matt esto es mucho para ellos. No se puedes tomar en cuenta....Por hoy se lo dejaré pasar." Pienso mientras niego con la cabeza y calmo mi tono de voz acercándome a ella. -No tienes que tener miedo. Como ya he dicho.- Hago una pausa y subo mi mano hasta estar cerca del hombro de la chica. -No venimos a haceros ningún daño.- Alzo la mano en dirección a su garra y los grumos de arena comienzan a trepar por el hueco de sus dedos volviendo a la figura para formar de nuevo la cabeza. -Con tu permiso.- Les digo con una sonrisa en la cara intentando parecer lo mas buena persona posible. Mientras toda la arena se termina de retirar.
Tras recomponerse la figura hago que se espolvoreé como si se estuviese quitando agua después de un chapuzón.
Mientras pienso en mis tonterías la criatura blanca alada recula y se choca contra mi lobo de arena dándole un zarpazo que de no ser por mi velocidad de reacción le hubiese echo una bonita sonrisa a mi criatura. Lo alejo haciendo que de un salto atrás mientras suelto una carcajada de sorpresa. -Traaaaanquilidad señor pollo.- Me dispongo a decirle cuatro cosas a la supuesta arpía cuando he de callarme al momento al contemplar lo tensa que se ha vuelto la escena. Noel ha respondido al arrebato cogiendo al muchacho por el cuello mientras le hace un amago de afeitarle el pico de un hachazo."Esto se puede poner feo."
Me dispongo a intervenir cuando Noel suelta al chico que se tambalea hasta llegar a una nueva chica que no había visto hasta entonces. "Ains... Que lo ha dejao mu mal.. Mu tocaao.. Que esta como Santa Teresa de Jesús." Pienso mientras veo a la arpía absorta en su congoja. La nueva aparición me extraña un poco al reconocerla como una especie de niña lobo. Me alegro bastante por la idea de conocer otra transformación cuando un crujido a mi derecha me hace girarme.
El chico de escarcha se ha solidificado en hielo pero este se comienza a quebrar rápidamente."¿Brujo de hielo?" Pienso mientras le veo desaparecer por una de las ventanas tras despedirse. El trasgo de las manos supurantes parece decidir que ya no aguanta mas nuestra presencia puesto que sale del torreón a toda prisa sin mediar palabra. "¿Qué le ocurrirá?¿Cual será su transformación en realidad?" Divago mientras intento recordar alguna transformación con esas características pero no encuentro nada en mi memoria.
Tras un momento vuelvo a escuchar el gruñido de la niña lobo por lo que me fijo en ella y doy un par de palmadas. -¡Mira hijo!- Le digo a mi lobo mientras lo acerco a mí. -¡Ve a saludar a tu prima!- Tras decirle esto hago que el lobo se ponga en camino dirección a la los transformados mientras me levanto de mi silla dirigiéndome hacia la chica y el perdido del chico de plumas blancas.
-No nos toméis como una amenaza. Soy Matt y vivo en la torre Serp...- No me da tiempo a acabar la frase por que cuando el lobo se acerca lo suficiente a la pareja la niña lobo le propina un zarpazo que hace que la criatura ruede por el suelo perdiendo la mitad de su cabeza que se encuentra bajo las zarpas de la licantropa. -¡Oye!- - Digo acercándome rápido a mi bestia que se levanta sin cabeza. -Eso no se hace.-
Le digo algo molesto pero al momento sonrío y recapacito. "Matt esto es mucho para ellos. No se puedes tomar en cuenta....Por hoy se lo dejaré pasar." Pienso mientras niego con la cabeza y calmo mi tono de voz acercándome a ella. -No tienes que tener miedo. Como ya he dicho.- Hago una pausa y subo mi mano hasta estar cerca del hombro de la chica. -No venimos a haceros ningún daño.- Alzo la mano en dirección a su garra y los grumos de arena comienzan a trepar por el hueco de sus dedos volviendo a la figura para formar de nuevo la cabeza. -Con tu permiso.- Les digo con una sonrisa en la cara intentando parecer lo mas buena persona posible. Mientras toda la arena se termina de retirar.
Tras recomponerse la figura hago que se espolvoreé como si se estuviese quitando agua después de un chapuzón.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
25/06/13, 01:48 am
El torreón pasaba poco a poco a ser mas un psiquiátrico, DL ya para esos entonces estaba mas que perdido viendo como las situaciones se sucedían como escenas ajenas. La aparición de Karime y sus gruñidos amenazantes primero a Branniel y luego a los recién llegados, mientras su aspecto iba variando del de una loba al de una humana "Tienes todo mi respeto K, que se bien lo difícil que es coger tu forma" pensó recordando lo que le había costado y sonriendo con ironía. Vio por el rabillo del ojo al tal Vacuum irse del torreón con bastante prisa, poco antes su atención tuviera que irse hacía Wintel, que comenzó a meterle patadas al draco que respondió de forma agresiva y amenazante, sobresaltando un tanto a DL, que no tuvo tiempo siquiera de ponerse ala defensiva cuando ya este se había alejado, daba igual que estuviera convertido su negación ala magia no iba a cambiar, ahora menos que nunca tras convertirse en lo que el consideraba un monstruo.
-Deja de intentar suicidarte, solo intentaba curarte, maldita sea. Entiéndelo ya Wintel...da igual si usas magia o no, la luna afecta a todos -le dijo empezando a cansarse que no pudiese aceptar la ayuda que le prestaban. Suspirando profundamente agobiado por la multitud y queriendo respirar un poco de aire fresco, siempre había sido el primero que decía de no salir nunca solo pero en esos momentos realmente le apetecía. "Ademas ya no somos cosechados" pensó viendo pequeñas porciones de la piel helada y humeante de Shizel cayendo con un repiqueteo en el suelo, que fueron recogidas rápidamente por el chico reptil. Tras eso el idrino se marcho sin esperar a nadie y dirigiéndole unas significativas palabras a Branniel que apenas unos segundos después salio corriendo fuera del torreón. "Tal vez es lo mejor, el no quiere dañarnos, pero es evidente que no puede contener su hambre...esperemos que pueda alimentarse lo suficiente sin dañar a ningún amigo antes de que pueda volver" pensó el foner sin intenciones de frenarlo.
Y ya para rematar todo el asunto y terminar por ponerle los pelos, o hilos de punta al foner, el chico que antes le había hablado salio repentinamente del cuerpo le metió un susto al foner que no se lo esperaba y que ya de por si tenia los nervios algo descompuestos aunque no lo pareciera, sintiendo su pobre corazón casi pararse por el repentino acto. La explicación de que se llamaba Koval y que era un fuego fatuo que poseía cadáveres no le aligero la sorpresa del todo "¡¿Es una llama con patas que habla y posee cdaveres!? Y yo que pensaba que era raro" Pensó sorprendido alejándose sutilmente de este, instintivamente no porque temiera que pudiera hacerle algo pero no sabia hasta que punto esos hilos que eran su cuerpo real ahora eran inflamables o si siquiera era hilos de verdad- Joder, que susto me has metido...igual, mm encantado- dijo rápidamente el foner intentando ser ducado dentro de lo posible, que sentía como toda la calma conseguida iba evaporándose ligeramente, muchas cosas en apenas horas para alguien como el que procesaba todo lo que oía, escuchaba y veía mil veces.
La presión, la desesperación y el agobio incrementaron en el cuerpo de DL cuando vio ese pequeño enfrentamiento entre la libense a medio convertir en loba y el chico de arena. Demasiada información, demasiada gente en ese pequeño espacio y aunque apenas era imperceptible en el por todo el estrés sufrido durante esa noche, algo lo invitaba salir de los muros del torreón, que en esos momentos empezaba sentir como si fuese una prisión.
-Como casi todos vais a ir ala biblioteca y como parece obvio que todos se van yendo, voy a darme una vuelta -comento el foner mirando a sus compañeros de torreón y luego a los transformados con atención- Gracias por la información, cuando pueda buscare a esos cambiantes que mencionasteis- observo ala libense en aquella forma y le sonrió un poco- Karime, sal...eres una loba ahora, debes correr, recorrer la ciudad, no estar encerrada entre los muros del torreón, creo que eso te hará sentirte mucho mejor con tu nueva apariencia- añadido intentando ayudar a la libense, antes de irse del torreón, no aguantaba mucho mas ahí dentro, necesitaba despejarse un poco y pensar en lo que haría a partir de ahora. Ya no era un cosechado, era alguien mas de aquella ciudad de maldiciones y maravillas, de monstruos y el ahora era uno de esos mismos monstruos. Observo sus manos aquellas que había creado de los hilos que lo conformaban "Cambiante...pude recuperar mi cuerpo de algún modo aunque se siente algo diferente, ¿pero solo puedo hacer esto? ¿cuales son los limites de esta tranformacion con la que me ha maldecido la luna? Se que hay cambiantes ahora, pero...eso tendrá que esperar, quiero averiguar algunas cosas por mi mismo primero" con eso en mente salio del torreón con un un lugar en especial en mente.
Sigue en la Plaza del Estandarte
-Deja de intentar suicidarte, solo intentaba curarte, maldita sea. Entiéndelo ya Wintel...da igual si usas magia o no, la luna afecta a todos -le dijo empezando a cansarse que no pudiese aceptar la ayuda que le prestaban. Suspirando profundamente agobiado por la multitud y queriendo respirar un poco de aire fresco, siempre había sido el primero que decía de no salir nunca solo pero en esos momentos realmente le apetecía. "Ademas ya no somos cosechados" pensó viendo pequeñas porciones de la piel helada y humeante de Shizel cayendo con un repiqueteo en el suelo, que fueron recogidas rápidamente por el chico reptil. Tras eso el idrino se marcho sin esperar a nadie y dirigiéndole unas significativas palabras a Branniel que apenas unos segundos después salio corriendo fuera del torreón. "Tal vez es lo mejor, el no quiere dañarnos, pero es evidente que no puede contener su hambre...esperemos que pueda alimentarse lo suficiente sin dañar a ningún amigo antes de que pueda volver" pensó el foner sin intenciones de frenarlo.
Y ya para rematar todo el asunto y terminar por ponerle los pelos, o hilos de punta al foner, el chico que antes le había hablado salio repentinamente del cuerpo le metió un susto al foner que no se lo esperaba y que ya de por si tenia los nervios algo descompuestos aunque no lo pareciera, sintiendo su pobre corazón casi pararse por el repentino acto. La explicación de que se llamaba Koval y que era un fuego fatuo que poseía cadáveres no le aligero la sorpresa del todo "¡¿Es una llama con patas que habla y posee cdaveres!? Y yo que pensaba que era raro" Pensó sorprendido alejándose sutilmente de este, instintivamente no porque temiera que pudiera hacerle algo pero no sabia hasta que punto esos hilos que eran su cuerpo real ahora eran inflamables o si siquiera era hilos de verdad- Joder, que susto me has metido...igual, mm encantado- dijo rápidamente el foner intentando ser ducado dentro de lo posible, que sentía como toda la calma conseguida iba evaporándose ligeramente, muchas cosas en apenas horas para alguien como el que procesaba todo lo que oía, escuchaba y veía mil veces.
La presión, la desesperación y el agobio incrementaron en el cuerpo de DL cuando vio ese pequeño enfrentamiento entre la libense a medio convertir en loba y el chico de arena. Demasiada información, demasiada gente en ese pequeño espacio y aunque apenas era imperceptible en el por todo el estrés sufrido durante esa noche, algo lo invitaba salir de los muros del torreón, que en esos momentos empezaba sentir como si fuese una prisión.
-Como casi todos vais a ir ala biblioteca y como parece obvio que todos se van yendo, voy a darme una vuelta -comento el foner mirando a sus compañeros de torreón y luego a los transformados con atención- Gracias por la información, cuando pueda buscare a esos cambiantes que mencionasteis- observo ala libense en aquella forma y le sonrió un poco- Karime, sal...eres una loba ahora, debes correr, recorrer la ciudad, no estar encerrada entre los muros del torreón, creo que eso te hará sentirte mucho mejor con tu nueva apariencia- añadido intentando ayudar a la libense, antes de irse del torreón, no aguantaba mucho mas ahí dentro, necesitaba despejarse un poco y pensar en lo que haría a partir de ahora. Ya no era un cosechado, era alguien mas de aquella ciudad de maldiciones y maravillas, de monstruos y el ahora era uno de esos mismos monstruos. Observo sus manos aquellas que había creado de los hilos que lo conformaban "Cambiante...pude recuperar mi cuerpo de algún modo aunque se siente algo diferente, ¿pero solo puedo hacer esto? ¿cuales son los limites de esta tranformacion con la que me ha maldecido la luna? Se que hay cambiantes ahora, pero...eso tendrá que esperar, quiero averiguar algunas cosas por mi mismo primero" con eso en mente salio del torreón con un un lugar en especial en mente.
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- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
25/06/13, 03:08 am
Toima y Tania
Siguiendo al grupo de cuchitrileros y los demás, se encontraron de nuevo con las revolucionadas alimañas de la ciudad. Igual que la última vez, Toima descargó parte de su estrés con los desgraciados bichos que intentaban atacarles, presos de algun tipo de rabia. El crujir sus cuellos y cortar sus diminutas cabezas fue tan solo una medida temporal, pues el ulterano estaba de muy mal humor y no dudaba un instante en dejarlo claro para el resto del grupo.
No entendia, porque deberian ir a ayudar a los cosechados en ese momento. Claro, estarán en su momento de mayor necesidad y la prohibición de no intervenir era levantada, pero tan solo por eso, no significaba que debian ir en su rescate como hermanas de la caridad. A Toima no le gustaba la idea de cambiar pañales a críos y, aunque transformados de anteriores cosechas le ayudaron a él en su momento, seguia sin ser capaz de entender porque iban. Pisando fuerte, llegó Maciel. No tenia buen recuerdos del lugar, pero tampoco eran precisamente malos. Recordó como forzó la puerta para entrar y como se apresuró en coger toda la comida que encontró y entonces el conde le disparó en el sitio. Una sonrisa cargada de nostalgia cruzó su arrugado rostro. Pero duró bien poco a la vista del primer cosechado.
-Genial...-dijo con sarna.
Mientras los demás avanzaron y se presentaron, curioseando en que se habian trasnformado, Toima se mantuvo al margen, en una esquina, analizándolo todo con sus ojos. No le gustaban. No le gustaban un pelo. Un cambiante, bien conocidos por ser traicioneros que se transformaban en sus victimas tras apuñalarlas por la espalda. Un trasgo, que tampoco le traia buenos recuerdos, solo que este parecia haberse fugado de algun laboratorio clandestino. Casi podia vislumbrar la imagen de giz soltando a seres como ese mientras reia como un maniaco. Una especie de ¿mujer? ¿Era una mujer o tan solo un felpudo que gruñia? No lo tenia muy claro pero no parecia muy contenta de verles. Otro crío parecia estar bastante agusto recien salido de un congelador, pero no parecia muy amenazador asi que no le dedicó mucho más a analizarle. Un pajarraco se retorcia en el suelo. Llego a ponerse bastante violento y un cuchillo apareció entre los nudillos de Toima antes de que ni si quiera lo pensara. Noel llegó a reducirlo con cariño y amor de draco de estinfalo y Toima no tuvo que preocuparse más, pero aun así, conservó el cuchillo a mano.
Por supuesto. No nos olvidemos del otro pajaro. Del tamaño de un autobus, serviria para alimentar a ocho personas en una buena parrillada. Algo le decia que era más de lo que sus ojos captaban. Su mirada lo decia. Quizás los demás no se fijaran en los pequeños detalles, pero Toima habia adquirido la paranoica costumbre de hacerlo.
Estuvo apunto de saltar cuando escuchó una voz ajena en su cabeza. Desenfundó el cuchillo y miró en todas direcciones, intentando encontrar la fuente. Finalmente la identificaron como la voz del enorme pajaro oscuro que habia en la sala y Toima deseó no haberse levantado aquel día. Ahora se veria forzado a escuchar a uno de los criajos, quisiera él o no. Se acercó a la puerta y la dejó abierta, permitiendo al aire pasara para que le golpeara el rostro. Aunque más lejos, estuvo antento a cada movimiento de cada cosechado en la sala.
Tania por su parte, habia permanecido entre los cuchitrileros y habia observado a cada uno de los cosechados con una mezcla de curiosidad y de intimidación. Solia pasarle con gente desconocida, especialmente si eran monstruos desconocidos. Escuchó sus palabras y pudo apreciar que estaban muy desorientados. ¿Habia sido así en las respectivas cosechas de los demás? No pudo evitar sentir un escalofrio cuando los ojos del trasgo se posaron en ella, aunque solo fuera por un momentó. Dudó si preguntarle algo, porque se habian posado en Kaethe tambien, pero vio que el chico no habia hecho mucho por iniciar una conversación y que finalmente, habia decidido marcharse, sin decir una sola palabra. ¿Podria ser, que fuera un nublino como ellas? Uno de los ojos de Toima cambió su trayectoria al descubrir a un objeto volando en su dirección. Toima hablo en dirección a los cuchitrileros, con algo de desgana, para informarles de su identidad.
-La niña bruja esta viniendo hacia aquí.-
Nia
Nia tardó poco en llegar al otro torreón. El baul con el que cargaba era bastante pesado, pero por suerte, solo le quedaba una parada. Encontró en la puerta al albino que la habia visto venir hace tiempo. Reasegurando el peso del baúl sobre su espalda, saludó al ulterano que simplemente soltó un gruñido en respuesta y entró en Maciel. Para sorpresa de la niña, estaban ahí el resto de cuchitrileros más otros conocidos.
-Vaya... Pensaba que yo habia venido pronto, pero hasta en letargo se me han escapado algunos.-
Miró por encima de estos y se fijó en los recién transformados. Sus caras de incentidumbre y duda la colmaron de pena pero no dejó que esto se notara. Al menos los letarguinos no parecian tan desolados. Puso su fachada de nuevo, como solia hacer, antes de dirigirse a los recien transformados, acercandose a ellos.
-¿Alguno de vosotros está herido? ¿Estais todos bien?-
Siguiendo al grupo de cuchitrileros y los demás, se encontraron de nuevo con las revolucionadas alimañas de la ciudad. Igual que la última vez, Toima descargó parte de su estrés con los desgraciados bichos que intentaban atacarles, presos de algun tipo de rabia. El crujir sus cuellos y cortar sus diminutas cabezas fue tan solo una medida temporal, pues el ulterano estaba de muy mal humor y no dudaba un instante en dejarlo claro para el resto del grupo.
No entendia, porque deberian ir a ayudar a los cosechados en ese momento. Claro, estarán en su momento de mayor necesidad y la prohibición de no intervenir era levantada, pero tan solo por eso, no significaba que debian ir en su rescate como hermanas de la caridad. A Toima no le gustaba la idea de cambiar pañales a críos y, aunque transformados de anteriores cosechas le ayudaron a él en su momento, seguia sin ser capaz de entender porque iban. Pisando fuerte, llegó Maciel. No tenia buen recuerdos del lugar, pero tampoco eran precisamente malos. Recordó como forzó la puerta para entrar y como se apresuró en coger toda la comida que encontró y entonces el conde le disparó en el sitio. Una sonrisa cargada de nostalgia cruzó su arrugado rostro. Pero duró bien poco a la vista del primer cosechado.
-Genial...-dijo con sarna.
Mientras los demás avanzaron y se presentaron, curioseando en que se habian trasnformado, Toima se mantuvo al margen, en una esquina, analizándolo todo con sus ojos. No le gustaban. No le gustaban un pelo. Un cambiante, bien conocidos por ser traicioneros que se transformaban en sus victimas tras apuñalarlas por la espalda. Un trasgo, que tampoco le traia buenos recuerdos, solo que este parecia haberse fugado de algun laboratorio clandestino. Casi podia vislumbrar la imagen de giz soltando a seres como ese mientras reia como un maniaco. Una especie de ¿mujer? ¿Era una mujer o tan solo un felpudo que gruñia? No lo tenia muy claro pero no parecia muy contenta de verles. Otro crío parecia estar bastante agusto recien salido de un congelador, pero no parecia muy amenazador asi que no le dedicó mucho más a analizarle. Un pajarraco se retorcia en el suelo. Llego a ponerse bastante violento y un cuchillo apareció entre los nudillos de Toima antes de que ni si quiera lo pensara. Noel llegó a reducirlo con cariño y amor de draco de estinfalo y Toima no tuvo que preocuparse más, pero aun así, conservó el cuchillo a mano.
Por supuesto. No nos olvidemos del otro pajaro. Del tamaño de un autobus, serviria para alimentar a ocho personas en una buena parrillada. Algo le decia que era más de lo que sus ojos captaban. Su mirada lo decia. Quizás los demás no se fijaran en los pequeños detalles, pero Toima habia adquirido la paranoica costumbre de hacerlo.
Estuvo apunto de saltar cuando escuchó una voz ajena en su cabeza. Desenfundó el cuchillo y miró en todas direcciones, intentando encontrar la fuente. Finalmente la identificaron como la voz del enorme pajaro oscuro que habia en la sala y Toima deseó no haberse levantado aquel día. Ahora se veria forzado a escuchar a uno de los criajos, quisiera él o no. Se acercó a la puerta y la dejó abierta, permitiendo al aire pasara para que le golpeara el rostro. Aunque más lejos, estuvo antento a cada movimiento de cada cosechado en la sala.
Tania por su parte, habia permanecido entre los cuchitrileros y habia observado a cada uno de los cosechados con una mezcla de curiosidad y de intimidación. Solia pasarle con gente desconocida, especialmente si eran monstruos desconocidos. Escuchó sus palabras y pudo apreciar que estaban muy desorientados. ¿Habia sido así en las respectivas cosechas de los demás? No pudo evitar sentir un escalofrio cuando los ojos del trasgo se posaron en ella, aunque solo fuera por un momentó. Dudó si preguntarle algo, porque se habian posado en Kaethe tambien, pero vio que el chico no habia hecho mucho por iniciar una conversación y que finalmente, habia decidido marcharse, sin decir una sola palabra. ¿Podria ser, que fuera un nublino como ellas? Uno de los ojos de Toima cambió su trayectoria al descubrir a un objeto volando en su dirección. Toima hablo en dirección a los cuchitrileros, con algo de desgana, para informarles de su identidad.
-La niña bruja esta viniendo hacia aquí.-
Nia
Nia tardó poco en llegar al otro torreón. El baul con el que cargaba era bastante pesado, pero por suerte, solo le quedaba una parada. Encontró en la puerta al albino que la habia visto venir hace tiempo. Reasegurando el peso del baúl sobre su espalda, saludó al ulterano que simplemente soltó un gruñido en respuesta y entró en Maciel. Para sorpresa de la niña, estaban ahí el resto de cuchitrileros más otros conocidos.
-Vaya... Pensaba que yo habia venido pronto, pero hasta en letargo se me han escapado algunos.-
Miró por encima de estos y se fijó en los recién transformados. Sus caras de incentidumbre y duda la colmaron de pena pero no dejó que esto se notara. Al menos los letarguinos no parecian tan desolados. Puso su fachada de nuevo, como solia hacer, antes de dirigirse a los recien transformados, acercandose a ellos.
-¿Alguno de vosotros está herido? ¿Estais todos bien?-
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
25/06/13, 05:42 am
Karime
Karime sintió un alivio inmediato cuando la chica morena, una de las que parecía más normal, le lanzó lo que parecía un hechizo. Su mente pareció aclararse y pudo recapacitar y pensar en lo que estaba haciendo y en lo que ocurría. La ansiada y esperada Luna Roja había salido y ellos se habían transformado en bestias y seres con distintas habilidades. Karime se sintió abrumada de repente por las percepciones que le llegaban de sus cinco sentidos desarrollados recientemente y su cabeza comenzó a alborotarse de nuevo ante tanta información. También se percató de su incapacidad para mantener o parar alguno de los cambios que se estaban efectuando en su cuerpo. “Voy a estar eternamente siendo medioloba mediolibense sin ser nunca ninguna de las dos cosas.” Se dijo. Los cambios físicos en si no la molestaban de sobremanera, podía adaptarse a su nueva percepción de los sentidos y se sentía con más fuerza, además que el pelo, las garras, el hocico, las orejas y la cola le gustaban, le hacían sentir libre y salvaje. Pero los psicológicos, esa terrible lucha interna que no dejaba de sufrir entre su lógica y sus instintos eran algo que deseaba dominar.
A pesar de que se encontraba aun en continuo cambio, aunque gracias al hechizo y a su mente más aclarada el proceso de cambio parecía ralentizarse; su mente seguía enviándole ordenes que se contradecían y que no podía asimilar con facilidad. Con toda esa confusión en su cabeza y ya sin que esta la dominara, no parecía darse cuenta de lo que ocurría, aunque, al mismo tiempo, lo percibía todo a través de su olfato y su oído. De repente, vio como a su lado uno de los que habían aparecido amenazaba a Wintel con un hacha. La líbense no había reaccionado rápido y cuando llegó a ellos el draco ya había soltado a su amigo. Aun así, la líbense se interpuso entre ambos, sin dejar de enseñarle los dientes y gruñirle al draco y pegándose a Wintel en ademan de cubrirlo y protegerlo. Giró a cabeza para comprobar que el nublino se encontrara bien, cuando este se agarró a ella en un intento de encontrar la estabilidad luego de trastabillar. Karime aguantó a Wintel para que no cayera y luego lo recostó en el suelo. Quiso contestarle que había estado en una especie de trance, pero ya había comprobado que de su boca solo parecían salir gruñidos inconexos.
Karime, que parecía que por fin iba a acabar su transformación en loba ya que solo le faltaba, esa vez, que sus patas delanteras se acortaran, se topó con una mole de arena en forma de congénere que avanzaba hacia ella. La líbense, que no confiaba en las buenas intenciones del ser y que no iba a permitir que se le acercara más de lo debido, lanzó su zarpa contra la cabeza del animal, llevándose la cabeza consigo, y enseñó los dientes amenazadoramente al que parecía su creador, que intentó tranquilizarla con palabras. “Necesito salir. Correr, saltar, liberar el instinto, aullar a la luna. Tengo que salir.” Se dijo, al darse cuenta que esa sería la mejor solución. A pesar de todo el alboroto, sus compañeros no parecían necesitar su ayuda y ella necesitaba liberarse. Cuando ya se disponía a salir, DL le habló con una sonrisa y, aunque dijo lo que ella ya pensaba, agradeció su consideración y, al no poder hacerlo verbalmente, decidió hacerlo al estilo líbense mezclado con el lobuno y puso sus dos patas delanteras sobre los hombros del foner para darle un pequeño mordisco en el moflete, para luego, siendo a veces líbense, otras loba y casi siempre ambas cosas, salir aullando del torreón, guiada por el resplandor de la luna hacia su representación en la tierra, la catedral roja.
Sigue en Rocavaragálago.
Wednesday
La vouivre vio aliviada como la loba se calmaba y se desentendió para centrarse en otro recién transformado, que en ese momento insultaba a Noel por haberle curado. No le sorprendió la reacción de Noel, pero si le asustó en cierta manera ya que ni quería que el draco se metiera en una pelea con un neófito ni que los nuevos pensaran que ellos venían buscando pelea. Cuando el draco soltó a la arpía, Wen le agarró del brazo acariciándoselo levemente en un intento de relajarle y, luego de eso, permaneció al margen de todo, recordando su vida en el torreón y, sobre todo, el día de su dolorosa transformación.
Al rato, llegó Nia cargaba de un baúl con claras intenciones de cuidar con sus productos de los nuevos transformados. En seguida el grupo decidió seguir su camino hacia Letargo, llevándose consigo dos transformados nuevos que parecían querer información sobre en lo que se habían transformado y Wen no dudó en seguirlos.
Sigue en el Torreón Letargo.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
25/06/13, 06:53 pm
El ambiente era tenso, pero no se podía esperar otra cosa tampoco. Por suerte entre las bromas del pájaro enorme y los de la cosecha anterior el ambiente pareció relajarse un poco, al menos hasta la curación del chico arpía. Todos se prepararon para saltar por un momento, en el que Gael no pudo evitar pensar un tanto irritado en lo exagerado e injustificado de la reacción de aquel personaje. «¿Qué mosca le ha picado a este? Encima está en desventaja y ataca igual sin pensar». Fue una suerte que las cosas pudieran volver a la normalidad después de aquello. El ave oscura y la chica con cola incluso aceptaron su compañía hasta la biblioteca. Sintiéndose ya un poco más confiado y siendo el único sin presentar, aprovechó como pudo la conversación para hacerlo.
-Antes de que os asustéis por el camino si veis que se levantan los bichos muertos tendré que presentarme de verdad –dijo con una media sonrisa. Apareció justo delante del cadáver que ocupaba, usurpándole la ropa a excepción de la interior-. Soy Koval, un fuego fatuo, y básicamente eso es lo que hago, poseer muertos.
Observó con curiosidad, pero sin pretender incomodar, las reacciones de los chicos al verle. Más de uno pareció un tanto inquieto, y eso le divertía.
Cuando volvió al cuerpo del chico, invocando de nuevo la ropa con la runa de este, Vac estaba recibiendo un aviso de que volviera al burdel. Se preocupó, pero se dio cuenta de que ni Wen ni Kaethe estaban incluidas, así que seguramente no era ningún problema con el burdel, sino cualquier asunto del hado. No fue el único en irse porque después, poco a poco, los antiguos cosechados se fueron marchando cada uno por sus motivos. No era una buena noche para andar por ahí solos y recién transformados, pero a esas alturas ya tenían que saber de sobra cómo cuidarse. Además que el trasgo y la loba se fueran casi le alivió. El trasgo por lo evidente, y la loba… sabía cómo era aquella transformación, recordaba a Jau retorciéndose entre dos formas, casi queriendo atacarlos a Nia y a él. No se fiaba de ella hasta que estuviese completamente transformada.
Precisamente la náyade fue la siguiente en llegar, encontrándose un torreón vacío y nada que hacer.
-Mala suerte, salieron en desbandada al vernos llegar –bromeó.
No tardaron en ir hacia la biblioteca como habían dicho, solo dejando atrás a Nia con la arpía que Gael no pudo evitar calificar de loco. Ya en la calle le dio un leve codazo a Noel y le dedicó una rápida mirada significativa.
-A propósito de vuestros compañeros… ¿esos a los que conocimos son todos los que sois en este torreón? –comenzó a decir.
Sigue en la Biblioteca Mágica.
-Antes de que os asustéis por el camino si veis que se levantan los bichos muertos tendré que presentarme de verdad –dijo con una media sonrisa. Apareció justo delante del cadáver que ocupaba, usurpándole la ropa a excepción de la interior-. Soy Koval, un fuego fatuo, y básicamente eso es lo que hago, poseer muertos.
Observó con curiosidad, pero sin pretender incomodar, las reacciones de los chicos al verle. Más de uno pareció un tanto inquieto, y eso le divertía.
Cuando volvió al cuerpo del chico, invocando de nuevo la ropa con la runa de este, Vac estaba recibiendo un aviso de que volviera al burdel. Se preocupó, pero se dio cuenta de que ni Wen ni Kaethe estaban incluidas, así que seguramente no era ningún problema con el burdel, sino cualquier asunto del hado. No fue el único en irse porque después, poco a poco, los antiguos cosechados se fueron marchando cada uno por sus motivos. No era una buena noche para andar por ahí solos y recién transformados, pero a esas alturas ya tenían que saber de sobra cómo cuidarse. Además que el trasgo y la loba se fueran casi le alivió. El trasgo por lo evidente, y la loba… sabía cómo era aquella transformación, recordaba a Jau retorciéndose entre dos formas, casi queriendo atacarlos a Nia y a él. No se fiaba de ella hasta que estuviese completamente transformada.
Precisamente la náyade fue la siguiente en llegar, encontrándose un torreón vacío y nada que hacer.
-Mala suerte, salieron en desbandada al vernos llegar –bromeó.
No tardaron en ir hacia la biblioteca como habían dicho, solo dejando atrás a Nia con la arpía que Gael no pudo evitar calificar de loco. Ya en la calle le dio un leve codazo a Noel y le dedicó una rápida mirada significativa.
-A propósito de vuestros compañeros… ¿esos a los que conocimos son todos los que sois en este torreón? –comenzó a decir.
Sigue en la Biblioteca Mágica.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
26/06/13, 06:42 pm
Nia
La cara de Nia se colmó de cansancio cuando confirmó que también había cosechados fugados de Maciel. Por un momento deseó que en futuras cosechas la movilidad de estos se viera reducida, lo suficiente para tratarles. Claro que había algunos que no tenían esa suerte y habían visto su movilidad reducida completamente durante la luna, como ella fue en su momento. El grupo de cuchitrileros y los nuevos transformados partieron para el otro torreón, como para hacer una reunión formal de todos los cosechados que no se habían fugado nada más salir la luna. Toima fue el primero en poner camino hacia al otro torreón y ni si quiera se quedó a escuchar como la náyade se despedía de todos diciendo que ya había estado ahí con Jack.
Uno tras otro, fueron dejando el torreón. Solo quedaron ella y el transformado arpía. Este había sufrido una crisis recientemente y aun tenia secuelas de sus poderes recién descubiertos. Nia se posó a su lado con delicadeza. Parecía muy desorientado y propenso a sufrir otra crisis pronto. No sabiendo muy bien que seria lo mejor para él, Nia probó a hablarle, mientras le hacia más llevadero el momento.
-¿Estás bien? ¿Como te llamas?-le preguntó mientras rebuscaba en su baúl una toallita pequeña y la rociaba con el contenido un recipiente pequeño de color esmeralda. Se giró hacia el chico, bocarriba en el suelo. Nia recorrió la silueta del nuevo pico que había aparecido en la cara de este y vaciló, algo intimidada. Solía tratar con todo tipo de monstruos, así que no era más bien la impresión de estar ante uno, sino el hecho de que en cualquier momento podría darle otro ataque. Por otra parte, nadie más iba a ayudarle y estaría a merced de cualquier criatura de la ciudad. Nia no iba a irse sin más. Posó la toallita gentilmente en el pico de el chico, dejando que inspirara lentamente el perfume que este emanaba. Olía a menta y dejó al chico en un estado de suma relajación mental y física, como si el cuerpo le pesara, ayudandole a pensar con más claridad.
La cara de Nia se colmó de cansancio cuando confirmó que también había cosechados fugados de Maciel. Por un momento deseó que en futuras cosechas la movilidad de estos se viera reducida, lo suficiente para tratarles. Claro que había algunos que no tenían esa suerte y habían visto su movilidad reducida completamente durante la luna, como ella fue en su momento. El grupo de cuchitrileros y los nuevos transformados partieron para el otro torreón, como para hacer una reunión formal de todos los cosechados que no se habían fugado nada más salir la luna. Toima fue el primero en poner camino hacia al otro torreón y ni si quiera se quedó a escuchar como la náyade se despedía de todos diciendo que ya había estado ahí con Jack.
Uno tras otro, fueron dejando el torreón. Solo quedaron ella y el transformado arpía. Este había sufrido una crisis recientemente y aun tenia secuelas de sus poderes recién descubiertos. Nia se posó a su lado con delicadeza. Parecía muy desorientado y propenso a sufrir otra crisis pronto. No sabiendo muy bien que seria lo mejor para él, Nia probó a hablarle, mientras le hacia más llevadero el momento.
-¿Estás bien? ¿Como te llamas?-le preguntó mientras rebuscaba en su baúl una toallita pequeña y la rociaba con el contenido un recipiente pequeño de color esmeralda. Se giró hacia el chico, bocarriba en el suelo. Nia recorrió la silueta del nuevo pico que había aparecido en la cara de este y vaciló, algo intimidada. Solía tratar con todo tipo de monstruos, así que no era más bien la impresión de estar ante uno, sino el hecho de que en cualquier momento podría darle otro ataque. Por otra parte, nadie más iba a ayudarle y estaría a merced de cualquier criatura de la ciudad. Nia no iba a irse sin más. Posó la toallita gentilmente en el pico de el chico, dejando que inspirara lentamente el perfume que este emanaba. Olía a menta y dejó al chico en un estado de suma relajación mental y física, como si el cuerpo le pesara, ayudandole a pensar con más claridad.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Carmesí
Ficha de cosechado
Nombre: Lemus
Especie: Humano
Habilidades: Oído músical, carisma y valorPersonajes : Norou, Wintelgy y Lemus
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
27/06/13, 12:56 am
Poco a poco los monstruos desconocidos como los conocidos fueron desalojando el torreón. La advertencia de aquel ser emplumado me pareció un tanto absurda pues no hacia falta salir para encontrarse con monstruos, ya venían de visita solos.
Me encontraba en el suelo tendido, no era capaz de aguantar mucho en vertical por el drástico cambio de mi cuerpo.
Cuando creía que estaba solo una voz suave me habló, esta no parecía ser un monstruo. Si a ella la luna no la había condenado quizás tuviera la solución a mi pesadilla. La chica comenzó a limpiar mi basto pico con algún unguerto con un intenso olor a hierba, hacia tiempo que no olía algo así. El olor me trasladó a mi antigua vida de pastor en medio del valle.
“Me llamo Wintelgy o así me llamaba cuando era un nublino –conteste entre relajado y triste- y como puedes ver no estoy bien, soy un monstruo… -continúe pesadamente, derrumbándome con los ojos llorosos- ¿Por qué a ti la luna no te a afectado? ¿Qué hice yo mal? Me mantuve alejado de la magia… –decía ahogado entre un llanto que no llegaba por surgir- y mira que he conseguido..-Paré de repente abriendo los ojos exageradamente-”
El tiempo se volvió a ralentizarse y volví a zambullirme en la imagen del frente, me volví a sumergir en un mar de vértigo.
Me hallaba enfrente de una torre en medio de un desierto. Millones de hormigas surgieron desde entre mis pies portando pequeñas semillas en sus bocas y llevándolas hacia el torreón. Un autómata de madera surgió de la nada portando un arco y disparando una flecha al cielo. La flecha silbó fuertemente y se perdió en el cielo. El cielo inmediatamente después de perderse la flecha en él se torno nubloso y comenzó a llover. Al cabo del rato dejo de llover y un agradable sol surgió de entre las nubes. Millones de plántulas comenzaron a crecer rápidamente alrededor de la torre y sobre ella, hasta cubrirlo completamente. Luego llegó una pequeña bandada de cuervos y se colaron por una de las ventanas, uno de ellos se posó y antes de entrar me miró y grazno fuertemente. Inmediatamente después de entrar el cuervo el sol comenzó a brillar con mayor intensidad. El fulgor inundaba el lugar y las plantas comenzaron a marchitarse hasta secarse y estas comenzaron a arder instantáneamente. El sol desapareció y se hizo de noche. La torre ardía en mitad de la noche. Las llamas se extinguieron de una exhalación siendo absorbidas por una gran luna roja en el cielo.
Cuando volví en mí, me asusté de nuevo por lo ocurrido pero el olor a hierbas me tranquilizó.
“No sé que me pasa –dije llorando llevándome las manos a los ojos tapándomelos- es como si saliese de mi cuerpo y apareciera en otro lugar – terminé soltando un graznido lastimero-“
Me encontraba en el suelo tendido, no era capaz de aguantar mucho en vertical por el drástico cambio de mi cuerpo.
Cuando creía que estaba solo una voz suave me habló, esta no parecía ser un monstruo. Si a ella la luna no la había condenado quizás tuviera la solución a mi pesadilla. La chica comenzó a limpiar mi basto pico con algún unguerto con un intenso olor a hierba, hacia tiempo que no olía algo así. El olor me trasladó a mi antigua vida de pastor en medio del valle.
“Me llamo Wintelgy o así me llamaba cuando era un nublino –conteste entre relajado y triste- y como puedes ver no estoy bien, soy un monstruo… -continúe pesadamente, derrumbándome con los ojos llorosos- ¿Por qué a ti la luna no te a afectado? ¿Qué hice yo mal? Me mantuve alejado de la magia… –decía ahogado entre un llanto que no llegaba por surgir- y mira que he conseguido..-Paré de repente abriendo los ojos exageradamente-”
El tiempo se volvió a ralentizarse y volví a zambullirme en la imagen del frente, me volví a sumergir en un mar de vértigo.
Me hallaba enfrente de una torre en medio de un desierto. Millones de hormigas surgieron desde entre mis pies portando pequeñas semillas en sus bocas y llevándolas hacia el torreón. Un autómata de madera surgió de la nada portando un arco y disparando una flecha al cielo. La flecha silbó fuertemente y se perdió en el cielo. El cielo inmediatamente después de perderse la flecha en él se torno nubloso y comenzó a llover. Al cabo del rato dejo de llover y un agradable sol surgió de entre las nubes. Millones de plántulas comenzaron a crecer rápidamente alrededor de la torre y sobre ella, hasta cubrirlo completamente. Luego llegó una pequeña bandada de cuervos y se colaron por una de las ventanas, uno de ellos se posó y antes de entrar me miró y grazno fuertemente. Inmediatamente después de entrar el cuervo el sol comenzó a brillar con mayor intensidad. El fulgor inundaba el lugar y las plantas comenzaron a marchitarse hasta secarse y estas comenzaron a arder instantáneamente. El sol desapareció y se hizo de noche. La torre ardía en mitad de la noche. Las llamas se extinguieron de una exhalación siendo absorbidas por una gran luna roja en el cielo.
Cuando volví en mí, me asusté de nuevo por lo ocurrido pero el olor a hierbas me tranquilizó.
“No sé que me pasa –dije llorando llevándome las manos a los ojos tapándomelos- es como si saliese de mi cuerpo y apareciera en otro lugar – terminé soltando un graznido lastimero-“
-Tsuki Tsuki Tsuki♥♫♪-
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
27/06/13, 03:43 pm
Nia
El chico le dió su nombre y vieja nacionalidad, para acontinuación derrumbarse. Por un momento, pensó que se le habia ido a mejor vida, pero pronto volvió en si. El chico le explicó lo que sentia cuando le daba un ataque como ese y Nia no pudo evitar fruncir el ceño. No habia leido nada en profundidad sobre las arpías, así que no tenia la más remota idea de como proceder; ayudarle para que se sintiera mejor. Por el momento, decidió ser sincera.
-El monstruo lo llevamos todos dentro, hayamos sido cosechados o no. La aparencia de este no significa nada si no se comporta uno como él.-
Nia a continuación remangó el final de su kimono, mostrandole el entresijo de tentáculos que tenia por parte inferior. La bioluz de estos reaccionó al poco, haciendo un leve destello y quedandose encendida unos instantes, como una bombilla titilante hasta que finalmente se apagó. La chica le dedicó una sonrisa cargada de empatia.
-No eres el único ni serás el último, Wintelgy de Nubla. Pero lo más importante que sepas, es que no estás solo. Tienes a tus compañeros de cosecha y toda una ciudad por conocer, tantas maravillas por aprender.-
Nia cortó ahí, pues el chico no estaba precisamente disfrutando en estos momentos y no lo estaria en un futuro próximo si no lograba serenar la mente y se reunia con sus compañeros, en vez de quedarse abandonado a merced de la ciudad. Retiró cuidadosamente la toalla y la volvio a guardar en su baul. Se giró hacia el arpia mientras los efectos del vapor desaparecian y volvia a ser consciente de su fuerza, manteniendo su calma.
-¿Puedes andar?-le preguntó, ofreciendole la mano mientras observaba sus nuevas extremidades con curiosidad.-Tenemos que reunirnos con los demás en Letargo cuanto antes.-le informó.
El chico le dió su nombre y vieja nacionalidad, para acontinuación derrumbarse. Por un momento, pensó que se le habia ido a mejor vida, pero pronto volvió en si. El chico le explicó lo que sentia cuando le daba un ataque como ese y Nia no pudo evitar fruncir el ceño. No habia leido nada en profundidad sobre las arpías, así que no tenia la más remota idea de como proceder; ayudarle para que se sintiera mejor. Por el momento, decidió ser sincera.
-El monstruo lo llevamos todos dentro, hayamos sido cosechados o no. La aparencia de este no significa nada si no se comporta uno como él.-
Nia a continuación remangó el final de su kimono, mostrandole el entresijo de tentáculos que tenia por parte inferior. La bioluz de estos reaccionó al poco, haciendo un leve destello y quedandose encendida unos instantes, como una bombilla titilante hasta que finalmente se apagó. La chica le dedicó una sonrisa cargada de empatia.
-No eres el único ni serás el último, Wintelgy de Nubla. Pero lo más importante que sepas, es que no estás solo. Tienes a tus compañeros de cosecha y toda una ciudad por conocer, tantas maravillas por aprender.-
Nia cortó ahí, pues el chico no estaba precisamente disfrutando en estos momentos y no lo estaria en un futuro próximo si no lograba serenar la mente y se reunia con sus compañeros, en vez de quedarse abandonado a merced de la ciudad. Retiró cuidadosamente la toalla y la volvio a guardar en su baul. Se giró hacia el arpia mientras los efectos del vapor desaparecian y volvia a ser consciente de su fuerza, manteniendo su calma.
-¿Puedes andar?-le preguntó, ofreciendole la mano mientras observaba sus nuevas extremidades con curiosidad.-Tenemos que reunirnos con los demás en Letargo cuanto antes.-le informó.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
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— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Carmesí
Ficha de cosechado
Nombre: Lemus
Especie: Humano
Habilidades: Oído músical, carisma y valorPersonajes : Norou, Wintelgy y Lemus
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
27/06/13, 05:52 pm
Las palabras de aquella chica me hicieron replantear mis creencias por un momento. ¿Entonces aquella luna lo único que hace es sacar la oscuridad que llevamos dentro a relucir?¿Es qué yo era así por dentro realmente?
La chica se subió sus ropajes y me enseño que a ella también le había cambiado la luna. Poseía unas especies de tentáculos que brillaban extrañamente. Por un momento pensé en la posibilidad de que estaba siendo engañado por una discípula de la luna pero sus siguientes palabras me hicieron negar esa posibilidad.
¿Qué no estaba solo? Había estado rechazando a todos mis compañeros durante toda la cosecha, a algunos por utilizar magia y a otros por miedo. No podía llegar ahora y pretender serlo, no, no sería justo.
“En mi caso si lo estoy… -dije firme pero triste-… Me resulta muy difícil mantener el equilibrio ahora –dije cogiendo su mano para ayudarme a levantar- Yo no quiero reunirme con los demás –hice una pausa mirando la luna que brillaba fuera- Necesito información de que clase de monstruo soy… y ya decidiré si me conviene más estar vivo o muerto…-dictaminé más bien para mí- Por cierto, ¿cual es tu nombre? –dije mientras soltaba su mano perdiendo el equilibrio y manteniéndome en vertical gracias al muro donde me dejé caer- Una vez fui a un lugar lleno de toda clases de libros, ¿crees que allí podre encontrar la información que busco?”
Aunque la respuesta de la chica fuese negativa iría allí para ver si encontraba información sobre posibles reinvertir la transformación. Aunque pensándolo bien no me veía con las posibilidades de llegar por mi solo.
La chica se subió sus ropajes y me enseño que a ella también le había cambiado la luna. Poseía unas especies de tentáculos que brillaban extrañamente. Por un momento pensé en la posibilidad de que estaba siendo engañado por una discípula de la luna pero sus siguientes palabras me hicieron negar esa posibilidad.
¿Qué no estaba solo? Había estado rechazando a todos mis compañeros durante toda la cosecha, a algunos por utilizar magia y a otros por miedo. No podía llegar ahora y pretender serlo, no, no sería justo.
“En mi caso si lo estoy… -dije firme pero triste-… Me resulta muy difícil mantener el equilibrio ahora –dije cogiendo su mano para ayudarme a levantar- Yo no quiero reunirme con los demás –hice una pausa mirando la luna que brillaba fuera- Necesito información de que clase de monstruo soy… y ya decidiré si me conviene más estar vivo o muerto…-dictaminé más bien para mí- Por cierto, ¿cual es tu nombre? –dije mientras soltaba su mano perdiendo el equilibrio y manteniéndome en vertical gracias al muro donde me dejé caer- Una vez fui a un lugar lleno de toda clases de libros, ¿crees que allí podre encontrar la información que busco?”
Aunque la respuesta de la chica fuese negativa iría allí para ver si encontraba información sobre posibles reinvertir la transformación. Aunque pensándolo bien no me veía con las posibilidades de llegar por mi solo.
-Tsuki Tsuki Tsuki♥♫♪-
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
11/07/13, 03:33 am
Apenas hubieron abierto la puerta de Maciel el pregón retumbó sobre sus cabezas. Hasta entonces Miseria había hecho sucesivos pregones desde puntos distintos de la ciudad, y todas las veces Shizel había dejado lo que estuviera haciendo para salir en su persecución. Solía volver a las dos horas, con su magia agotada en hechizos de localización fallidos y signos evidentes de frustración.
Aquella vez, sin embargo, no se movió. Ya sabía qué pasaba con la Luna Roja. Tenía muchas cosas que echarle en cara, pero ninguna ya que preguntarle.
Aquél no era el momento de arrebatos infantiles, no obstante. En aquel instante tenía otras cosas ocupándole la mente.
"¿Nos echan?", pensó incrédulo. "¿Meses hasta acostumbrarme a vivir en el Torreón Cochambre y ahora que por fin empieza a ser habitable nos echan?"
Su primera reacción fue de rechazo. No, él había cumplido su parte del trato. Se las había aguantado con tener que compartir vivienda, con sobrevivir a los monstruos, con no comer bien y con vivir en un cuchitril. No quería que le movieran de un sitio a otro como si fuera un mueble: ya tenía lo que había venido a buscar, la magia, y quería regresar a Idris. A su mansión, a sus comodidades, a las fiestas y a la vida fácil.
"No debe haber pasado aún un año...", cayó en la cuenta entonces, y algo alicaído se dio cuenta de algo más. "¿De todas formas cómo voy a volver a casa echando vapor?"
¿Habría alguna manera de arreglarlo? ¿O de disimularlo?
-Vayamos a por nuestras cosas- acabó rompiendo el silencio-. Mejor irnos por nuestro propio pie a que nos echen a patadas.
El grupo se dispersó y Shizel subió a su habitación a despejarla para las próximas visitas. No le gustaba dejar atrás sus bártulos, y no lo iba a hacer, al menos los más personales. Recogió sus canicas, su baraja de cartas y sus apuntes. Se cambió también a las ropas idrinas que llevaba el primer día que llegó, y tuvo que hacer un verdadero esfuerzo para dejar atrás todos y cada uno de los talismanes que se había acostumbrado a llevar encima. Se sentía indefenso sin ellos.
A medida que iba revisando las habitaciones para asegurarse de que no se dejaba nada notó que la sensación de disgusto por el desahucio iba creciendo. Sólo era un torreón roñoso de entre todos los demás torreones roñosos que había en la ciudad, ¿qué más les daba a los de ese Consejo que se quedaran, en lugar de llenarlo de gente desconocida dentro de unos meses?
"Un torreón roñoso lleno de gente desconocida." Aquello era exactamente lo que había pensado de Maciel los primeros días de su estancia, pero ahora se encontraba en la otra cara de la moneda.
"No quiero mudarme", admitió de improviso mientras bajaba las escaleras. Las palabras le dejaron un regusto amargo en la boca cuando se apoyó en el marco de la puerta de la entrada y dijo:
-Yo voy a Serpentaria. ¿Alguien más?
Sigue (cuando nos marchemos) en la Torre Serpentaria.
Aquella vez, sin embargo, no se movió. Ya sabía qué pasaba con la Luna Roja. Tenía muchas cosas que echarle en cara, pero ninguna ya que preguntarle.
Aquél no era el momento de arrebatos infantiles, no obstante. En aquel instante tenía otras cosas ocupándole la mente.
"¿Nos echan?", pensó incrédulo. "¿Meses hasta acostumbrarme a vivir en el Torreón Cochambre y ahora que por fin empieza a ser habitable nos echan?"
Su primera reacción fue de rechazo. No, él había cumplido su parte del trato. Se las había aguantado con tener que compartir vivienda, con sobrevivir a los monstruos, con no comer bien y con vivir en un cuchitril. No quería que le movieran de un sitio a otro como si fuera un mueble: ya tenía lo que había venido a buscar, la magia, y quería regresar a Idris. A su mansión, a sus comodidades, a las fiestas y a la vida fácil.
"No debe haber pasado aún un año...", cayó en la cuenta entonces, y algo alicaído se dio cuenta de algo más. "¿De todas formas cómo voy a volver a casa echando vapor?"
¿Habría alguna manera de arreglarlo? ¿O de disimularlo?
-Vayamos a por nuestras cosas- acabó rompiendo el silencio-. Mejor irnos por nuestro propio pie a que nos echen a patadas.
El grupo se dispersó y Shizel subió a su habitación a despejarla para las próximas visitas. No le gustaba dejar atrás sus bártulos, y no lo iba a hacer, al menos los más personales. Recogió sus canicas, su baraja de cartas y sus apuntes. Se cambió también a las ropas idrinas que llevaba el primer día que llegó, y tuvo que hacer un verdadero esfuerzo para dejar atrás todos y cada uno de los talismanes que se había acostumbrado a llevar encima. Se sentía indefenso sin ellos.
A medida que iba revisando las habitaciones para asegurarse de que no se dejaba nada notó que la sensación de disgusto por el desahucio iba creciendo. Sólo era un torreón roñoso de entre todos los demás torreones roñosos que había en la ciudad, ¿qué más les daba a los de ese Consejo que se quedaran, en lugar de llenarlo de gente desconocida dentro de unos meses?
"Un torreón roñoso lleno de gente desconocida." Aquello era exactamente lo que había pensado de Maciel los primeros días de su estancia, pero ahora se encontraba en la otra cara de la moneda.
"No quiero mudarme", admitió de improviso mientras bajaba las escaleras. Las palabras le dejaron un regusto amargo en la boca cuando se apoyó en el marco de la puerta de la entrada y dijo:
-Yo voy a Serpentaria. ¿Alguien más?
Sigue (cuando nos marchemos) en la Torre Serpentaria.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Xana
Ficha de cosechado
Nombre: Ariv
Especie: Sinhadre
Habilidades: Memoria, reflejos, orientación.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
11/07/13, 11:41 pm
Después de la que se había armado en la biblioteca, Ariv siguió buscando en los libros. Le llevó bastante tiempo más del que había pensado en un principio. No sabía muy bien por dónde empezar pero, finalmente, sus esfuerzos dieron fruto. Cuando ya pensaba que tendría que retrasar su búsqueda, encontró la respuesta a todas sus preguntas entre las páginas de un viejo volumen. Repasó bien los cambios que había notado, los síntomas previos a su transformación… No había duda.
Un lémur. En eso la había convertido la Luna Roja. Ahora comprendía por qué los fantasmas obedecían sus órdenes. El libro decía que podía percibir presencias sobrenaturales y que podía tener cierta autoridad sobre ellas. En aquel momento no estaba muy segura de cómo funcionaban sus poderes exactamente, pero aprendería. Tan sólo era cuestión de tiempo. En cuanto terminó, se dio cuenta de que se encontraba cansada. Habían sido demasiadas emociones en muy poco tiempo. Se acercó a Karime y a DL y, poco después, se quedó dormida junto a sus amigos, feliz porque, de momento, la Luna Roja no había conseguido separarlos. Tal vez eso sucediera, pero no quería pensar en ello esa noche.
A la mañana siguiente, cuando todos se despertaron, Shizel propuso volver a Maciel. Ariv estuvo de acuerdo. En aquel momento, aunque aún estaba confundida por todo lo que había ocurrido, creía que volver era lo más sensato. Al fin y al cabo, no podía quedarse en la biblioteca para siempre —aparte de que no era un hogar, estaba aquel bibliotecario tan simpático rondando por allí, y no le gustaba demasiado—, y el torreón era lo único que podía considerar como un hogar, a pesar de que tampoco estaba segura de pertenecer todavía a ese lugar que le había servido de casa. Karime le dio un libro para que lo llevara. Poco después, todos se pusieron en marcha. La niña estuvo todo el camino en silencio, pensando. Era increíble la cantidad de cosas que habían cambiado en las últimas horas. Se sentía un poco inquieta respecto al futuro. No le gustaba la incertidumbre.
Cuando alcanzaron la puerta del torreón, escucharon la voz de Miseria. Esta vez no anunciaba nada sobre sus mundos de procedencia. Simplemente, les decía que buscaran un nuevo sitio donde alojarse. Así que era eso. Acababan de llegar y ya tenían que marcharse otra vez, para siempre. Shizel les indicó que recogieran sus cosas. Ariv apenas tenía pertenencias, así que no tardó mucho. De todos modos, no quería postergar la partida. Estaba segura de que, si se quedaba más tiempo entre las paredes del torreón, sería incapaz de marcharse, a no ser que fuera a la fuerza. Por su cabeza pasaron todos los buenos momentos que había vivido allí desde su llegada, y esbozó una sonrisa. Los malos prefirió olvidarlos, al menos en ese instante.
¿Adónde iba a ir ahora? No estaba segura de querer alojarse en los lugares que les habían indicado, pero sabía que no le quedaba otra opción. Meditó durante unos minutos el que más le convenía. Se había entrenado para luchar durante bastante tiempo y, aunque tampoco había descuidado la magia, sentía que, debido a su transformación, debía centrarse un poco más en ella. Creía que le sería más útil con sus nuevas habilidades y, de todos modos, con lo que había aprendido podría defenderse más o menos bien. Ya tendría tiempo para volver a ello cuando desarrollara sus capacidades mágicas.
Por eso, cuando Shizel preguntó si alguien iba con él a Serpentaria, Ariv asintió en silencio.
—¡Voy contigo! —exclamó. Esperaba haber tomado la decisión correcta.
Sigue en la Torre Serpentaria.Un lémur. En eso la había convertido la Luna Roja. Ahora comprendía por qué los fantasmas obedecían sus órdenes. El libro decía que podía percibir presencias sobrenaturales y que podía tener cierta autoridad sobre ellas. En aquel momento no estaba muy segura de cómo funcionaban sus poderes exactamente, pero aprendería. Tan sólo era cuestión de tiempo. En cuanto terminó, se dio cuenta de que se encontraba cansada. Habían sido demasiadas emociones en muy poco tiempo. Se acercó a Karime y a DL y, poco después, se quedó dormida junto a sus amigos, feliz porque, de momento, la Luna Roja no había conseguido separarlos. Tal vez eso sucediera, pero no quería pensar en ello esa noche.
A la mañana siguiente, cuando todos se despertaron, Shizel propuso volver a Maciel. Ariv estuvo de acuerdo. En aquel momento, aunque aún estaba confundida por todo lo que había ocurrido, creía que volver era lo más sensato. Al fin y al cabo, no podía quedarse en la biblioteca para siempre —aparte de que no era un hogar, estaba aquel bibliotecario tan simpático rondando por allí, y no le gustaba demasiado—, y el torreón era lo único que podía considerar como un hogar, a pesar de que tampoco estaba segura de pertenecer todavía a ese lugar que le había servido de casa. Karime le dio un libro para que lo llevara. Poco después, todos se pusieron en marcha. La niña estuvo todo el camino en silencio, pensando. Era increíble la cantidad de cosas que habían cambiado en las últimas horas. Se sentía un poco inquieta respecto al futuro. No le gustaba la incertidumbre.
Cuando alcanzaron la puerta del torreón, escucharon la voz de Miseria. Esta vez no anunciaba nada sobre sus mundos de procedencia. Simplemente, les decía que buscaran un nuevo sitio donde alojarse. Así que era eso. Acababan de llegar y ya tenían que marcharse otra vez, para siempre. Shizel les indicó que recogieran sus cosas. Ariv apenas tenía pertenencias, así que no tardó mucho. De todos modos, no quería postergar la partida. Estaba segura de que, si se quedaba más tiempo entre las paredes del torreón, sería incapaz de marcharse, a no ser que fuera a la fuerza. Por su cabeza pasaron todos los buenos momentos que había vivido allí desde su llegada, y esbozó una sonrisa. Los malos prefirió olvidarlos, al menos en ese instante.
¿Adónde iba a ir ahora? No estaba segura de querer alojarse en los lugares que les habían indicado, pero sabía que no le quedaba otra opción. Meditó durante unos minutos el que más le convenía. Se había entrenado para luchar durante bastante tiempo y, aunque tampoco había descuidado la magia, sentía que, debido a su transformación, debía centrarse un poco más en ella. Creía que le sería más útil con sus nuevas habilidades y, de todos modos, con lo que había aprendido podría defenderse más o menos bien. Ya tendría tiempo para volver a ello cuando desarrollara sus capacidades mágicas.
Por eso, cuando Shizel preguntó si alguien iba con él a Serpentaria, Ariv asintió en silencio.
—¡Voy contigo! —exclamó. Esperaba haber tomado la decisión correcta.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
12/07/13, 12:42 am
Fue un grana alivio el llegar finalmente al torreón, porque fue para DL un respiro que duro mas bien poco. No había terminado de sacarse todo el peso extra de encima cuando el pregón se escucho por toda la ciudad dejándolo un poco confundido al comienzo. "¿Echarnos? Mira que lo sabia...y encima hay que elegir entre esos dos sitios, ni siquiera sabemos como son...esto va a ser difícil" pensó el foner sabiendo como era y lo que le costaba decidirse, así que viendo que ya no le quedaba otra que irse y dejar todas sus armas en la armería y volviendo al cuarto por sus apuntes y por la ropa con la que había llegado al torreón. Aun cargaba con la bolsa donde estaba metido a Pablo teniendo especia cuidado que la luz que entraba por las ventanas de Maciel no dieran en la bolsa.
Aprovecho para cambiarse de ropa y ponerse la chaqueta que le había arreglado Shizel tiempo atrás, guardando sus apuntes de hechizos y runas en los bolsillos, poniéndose nuevamente la bandolera improvisada donde llevaba a Pablo. No tenia mucho mas que recoger del torreón y dada la situación no había tenido mucho tiempo para pensar en el hecho de que eran echados de allí. No fue hasta que bajo y vio a los demás en pos de prepararse para marcharse que entendió que realmente ese era el momento de separarse, ya fuese para siempre o temporal, ya que cada cual iría al refugio que mas le conviniera. "Odio esto, con lo que nos ha costado mantenernos juntos durante toda la cosecha y ahora tenemos que ir separándonos, encima para ir a un sitio desconocido..." no le gustaba, Maciel había sido como una casa para ellos de alguna forma y no era por ponerse sentimental, peor la mayoría de estropicios, dolores de cabeza y cosas buenas y malas habían pasado allí. "Ahora nos toca irnos para dejar paso a la próxima cosecha...la que les espera" escucho el comentario de Shizel y el de Ariv para irse a serpentaria y eso le hizo pensar en donde iría el. No le gustaba ni un pelo tener que separarse de alguno de sus compañeros, solo esperaba que solo fuese temporal.
"Magia o cuerpo, básicamente...esta transformación parece mas física y aunque me interesa la magia, sino controlo esta transformación no podre sacar todo el potencial que tenga. Ire a la Sede por el momento " pensó mientras observaba la bandolera donde llevaba a Pablo. No iba a dejarlo allí, capaz era barrido o algo, ya que este escogiera donde ir cuando se hiciera de noche. Por ahora el cargaba, el decidía donde ir.
-Yo me voy a la Sede por ahora, ¿alguien mas se viene?- pregunto mirando a sus compañeros, dispuesto a ir hacia el lugar elegido.
Sigue en la (cuando nos decidamos a marchar)Sede de los Taumaturgos.
Aprovecho para cambiarse de ropa y ponerse la chaqueta que le había arreglado Shizel tiempo atrás, guardando sus apuntes de hechizos y runas en los bolsillos, poniéndose nuevamente la bandolera improvisada donde llevaba a Pablo. No tenia mucho mas que recoger del torreón y dada la situación no había tenido mucho tiempo para pensar en el hecho de que eran echados de allí. No fue hasta que bajo y vio a los demás en pos de prepararse para marcharse que entendió que realmente ese era el momento de separarse, ya fuese para siempre o temporal, ya que cada cual iría al refugio que mas le conviniera. "Odio esto, con lo que nos ha costado mantenernos juntos durante toda la cosecha y ahora tenemos que ir separándonos, encima para ir a un sitio desconocido..." no le gustaba, Maciel había sido como una casa para ellos de alguna forma y no era por ponerse sentimental, peor la mayoría de estropicios, dolores de cabeza y cosas buenas y malas habían pasado allí. "Ahora nos toca irnos para dejar paso a la próxima cosecha...la que les espera" escucho el comentario de Shizel y el de Ariv para irse a serpentaria y eso le hizo pensar en donde iría el. No le gustaba ni un pelo tener que separarse de alguno de sus compañeros, solo esperaba que solo fuese temporal.
"Magia o cuerpo, básicamente...esta transformación parece mas física y aunque me interesa la magia, sino controlo esta transformación no podre sacar todo el potencial que tenga. Ire a la Sede por el momento " pensó mientras observaba la bandolera donde llevaba a Pablo. No iba a dejarlo allí, capaz era barrido o algo, ya que este escogiera donde ir cuando se hiciera de noche. Por ahora el cargaba, el decidía donde ir.
-Yo me voy a la Sede por ahora, ¿alguien mas se viene?- pregunto mirando a sus compañeros, dispuesto a ir hacia el lugar elegido.
Sigue en la (cuando nos decidamos a marchar)Sede de los Taumaturgos.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
12/07/13, 02:32 am
Saren estuvo todo el camino algo ensimismado, dando vueltas a los problemas que le iba a acarrear su trasformación. No se podía fiar de nadie en lo que respectaba a la piel, y debía ocultar su condición de alguna forma. Cuando se clavó la segunda piedra en la planta del pie, el chico dejó de lado estos pensamientos y realizó un hechizo de levitación, alzándose varios centímetros sobre el suelo. Notaba el caudal mágico corriendo por su interior, fruto de las largas horas que había pasado trasformado en pájaro, y el hechizo le salió con mas fluidez que de costumbre. Le había llevado mucho tiempo dominar ese hechizo con el fin de elevar a una persona, pero lo había conseguido tiempo atrás; ahora le salía con mas facilidad de la que recordaba. Se arrebujó un poco en la piel al sentir el frió viento entumeciendo su cuerpo desnudo, pero ya se veía el torreón en la distancia.
En cuanto llegaron, el norteño salió al patio y comprobó que seguía allí su abrigo, justo donde lo había dejado antes de trasformarse. Sus botas estaban junto a el, pero el resto de sus ropas estaban hechas trizas. Los pantalones y la camisola estaban irreconocibles, aunque la bufanda se había salvado, al igual que los mitones, que se encontraban en uno de los bolsillos del abrigo. Estaba a punto de entrar de nuevo en el torreón, cuando la voz de Miseria se escuchó por toda la ciudad. El norteño prestó atención sin moverse, sopesando la información que le ofrecía aquel extraño hombre. Realmente no le importaba mudarse, el era un nómada y llevaba demasiado tiempo en el mismo sitio, aunque en su interior algo se resentía. Habían pasado mucas cosas en aquel lugar, momentos buenos y malos, pero al pensarlo fríamente el chico comprendió que no iba a separarse de sus compañeros, no de todos al menos, y eso era lo que importaba. El idrino ahogó aquel resentimiento irracional y entró en el edificio, ahora era mas importante conseguir un par de pantalones.
Encontró unos negros de su gusto, así como una camisa de color gris oscuro que se puso inmediatamente. Se calzó las botas y, poniéndose el abrigo, bajó a la primera planta. Llevaba todas sus posesiones en sus bolsillos, nunca se separaba de ellas, así que no invirtió demasiado tiempo en reunir sus cosas; lo único que tenía que dejar atrás era su hacha. La sopeso con sus manos, recordando todo el tiempo que había pasado con ella, y se dio cuenta de que le costaba desprenderse de aquel arma, pero eran ordenes del Consejo y, aunque le jodiera, prefería no meterse en líos tan pronto. De un movimiento rápido la dejo clavada en la gruesa puerta de madera que llevaba a las mazmorras, sería una grata bienvenida para los nuevos cosechados. La piel la tenía guardaba a buen recaudo en un pequeño saco de tela, bien escondido bajo su abrigo.
-La Sede para mi -anunció con una sonrisa fresca en el rostro uniéndose a sus compañeros en la puerta-, si me hago con otra hacha podré aprender a manejarme con ella, y como en forma de pollo soy un inútil mágicamente hablando, prefiero aprender técnicas de combate aéreas -aclaró. Notaba a sus compañeros algo huraños, estaba claro que no les convencía demasiado la idea de irse. -Venga, no es para tanto, vamos a seguir viéndonos y eso -trató de animarles sin demasiado éxito-. Es mas, a la noche pienso pasarme por Serpentaria a sacarte a dar un voltio, Polo -le dijo al lacustre dándole un suave puñetazo en el hombro. El tacto del chico le recordaba a los glaciares que había en su tierra natal.
DL aun estaba cargando con el saco que contenía a Pablo, y ademas llevaba encima varios libros y todas sus cosas.
-Déjame al vampiro a mi -le dijo, cogiendo el saco sin esperar respuesta y echándoselo al hombro-, tu ya vas demasiado cargado -afirmó. Estaban a punto de salir por la puerta cuando K se puso en medio gruñendo, no parecía muy contenta.
Continúa en la Sede de los Taumaturgos.
En cuanto llegaron, el norteño salió al patio y comprobó que seguía allí su abrigo, justo donde lo había dejado antes de trasformarse. Sus botas estaban junto a el, pero el resto de sus ropas estaban hechas trizas. Los pantalones y la camisola estaban irreconocibles, aunque la bufanda se había salvado, al igual que los mitones, que se encontraban en uno de los bolsillos del abrigo. Estaba a punto de entrar de nuevo en el torreón, cuando la voz de Miseria se escuchó por toda la ciudad. El norteño prestó atención sin moverse, sopesando la información que le ofrecía aquel extraño hombre. Realmente no le importaba mudarse, el era un nómada y llevaba demasiado tiempo en el mismo sitio, aunque en su interior algo se resentía. Habían pasado mucas cosas en aquel lugar, momentos buenos y malos, pero al pensarlo fríamente el chico comprendió que no iba a separarse de sus compañeros, no de todos al menos, y eso era lo que importaba. El idrino ahogó aquel resentimiento irracional y entró en el edificio, ahora era mas importante conseguir un par de pantalones.
Encontró unos negros de su gusto, así como una camisa de color gris oscuro que se puso inmediatamente. Se calzó las botas y, poniéndose el abrigo, bajó a la primera planta. Llevaba todas sus posesiones en sus bolsillos, nunca se separaba de ellas, así que no invirtió demasiado tiempo en reunir sus cosas; lo único que tenía que dejar atrás era su hacha. La sopeso con sus manos, recordando todo el tiempo que había pasado con ella, y se dio cuenta de que le costaba desprenderse de aquel arma, pero eran ordenes del Consejo y, aunque le jodiera, prefería no meterse en líos tan pronto. De un movimiento rápido la dejo clavada en la gruesa puerta de madera que llevaba a las mazmorras, sería una grata bienvenida para los nuevos cosechados. La piel la tenía guardaba a buen recaudo en un pequeño saco de tela, bien escondido bajo su abrigo.
-La Sede para mi -anunció con una sonrisa fresca en el rostro uniéndose a sus compañeros en la puerta-, si me hago con otra hacha podré aprender a manejarme con ella, y como en forma de pollo soy un inútil mágicamente hablando, prefiero aprender técnicas de combate aéreas -aclaró. Notaba a sus compañeros algo huraños, estaba claro que no les convencía demasiado la idea de irse. -Venga, no es para tanto, vamos a seguir viéndonos y eso -trató de animarles sin demasiado éxito-. Es mas, a la noche pienso pasarme por Serpentaria a sacarte a dar un voltio, Polo -le dijo al lacustre dándole un suave puñetazo en el hombro. El tacto del chico le recordaba a los glaciares que había en su tierra natal.
DL aun estaba cargando con el saco que contenía a Pablo, y ademas llevaba encima varios libros y todas sus cosas.
-Déjame al vampiro a mi -le dijo, cogiendo el saco sin esperar respuesta y echándoselo al hombro-, tu ya vas demasiado cargado -afirmó. Estaban a punto de salir por la puerta cuando K se puso en medio gruñendo, no parecía muy contenta.
Continúa en la Sede de los Taumaturgos.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
12/07/13, 03:23 am
Karime se puso a la cabeza del grupo con una sonrisa lobuna. Estaba bastante feliz, se sentía más fuerte, más vital, más juguetona y más salvaje que nunca, e iba de camino a lo que ya era su casa con todos sus amigos.
- Yo soy… soy un animal… y creo que puedo volver a ser libense.- comenzó a responder a la pregunta de Shizel con su ronca voz.- Realmente no sé lo que soy, pero me gusta. Además, al lado del castillo viven un montón de seres como yo, aunque no sé si ellos pueden volverse humanos.
La loba vio como alguien se había unido al grupo que antes no había visto y lanzó un aullido en dirección a Wintel, contenta porque él también estuviera bien, aunque el día anterior lo hubiera visto en desacuerdo con lo que les estaba pasando. Karime caminó a cuatro patas pegando saltos, eufórica.
En seguida llegaron al torreón y la loba aulló al entrar por la puerta antes de quitarle a Ariv el libro que le había dado y abrirlo en el suelo, pasando paginas malamente con las zarpas o la boca. El libro, como su cubierta, parecía adaptado para seres como ella y similares. Estaba leyendo por primera vez la palabra lobo cuando una de sus orejas viró hacia arriba captando un sonido fuera de lo común y entonces escuchó el pregón. La loba saltó y gruñó enfadada. “¿Irme? ¿De aquí? ¿De mi nuevo hogar?” se preguntó frustrada. Ella no pensaba irse por el simple hecho de que hacerlo parecía significar que ya nunca iban a ser un grupo. Los meses que habían pasado ahí le habían gustado, a pesar de las muertes. Se había sentido a gusto en ese torreón ruinoso y había hecho muchos amigos que nunca creyó posible. Simplemente, no quería perder todo eso.
- No… - comenzó susurrando con su ya habitual voz ronca, ya que todavía no sabía cambiar su aparato fonador del todo. Su susurro sonó como un gruñido.- ¡No!- gritó cuando vio que sus compañeros habían comenzado a moverse.
La libense comenzó a alterarse. No podía creer que sus amigos renunciaran a todo lo que habían creado, a todas las discusiones que habían superado, de forma tan indiferente. Al ver que no le hacían caso, se colocó en la entrada bloqueando en la puerta y comenzó a gruñirles y a enseñarles los dientes.
- De aquí no se mueve nadie.- gruñó roncamente.- No pueden echarnos ahora, cuando no nos dijeron a dónde teníamos que ir o qué teníamos que hacer cuando vinimos. No pueden separarnos.- les advirtió. Sus compañeros intentaron convencerla ya que, realmente, su reclamación era irracional ya que el torreón no era suyo y, si les decían que tenían que irse, tendrían que hacerlo, pero la loba seguía empecinada en no apartarse de la puerta.- ¿Pero acaso queréis separaros? ¿Es que estos meses no han significado nada para vosotros? ¡Somos un grupo! ¡Hemos sobrevivido gracias a eso! ¿Y ahora vais a tirarlo todo a la Cicatriz, como si fuera un despojo?- les preguntó indignada. Luego de que la tranquilizaran diciendo que ninguno de ellos pensaba eso y que tal cosa no ocurriría, la loba se apartó de la puerta luego de hacerles prometer a todos que no dejarían de visitarse mutuamente.
Estaba claro que la loba debía ir a la sede y, puesto que sus compañeros ya estaban por irse, subió corriendo al piso de arriba donde metió como pudo sus pertenencias, su ropa de entrenamiento únicamente, en la bolsa más amplia que le había hecho Aleksei antes de convertirse en un apestado para ella por cobarde. De nuevo en la planta de abajo, terminó de llenar la bolsa con el libro que había cogido de la biblioteca y los dardos con los que había estado lanzando en el mismo momento de su transformación. “Tendré que devolver las espadas y el arco, pero estos dardos son míos.” Se dijo, orgullosa de que ellos no pudieran arrebatarle esa arma que ella misma había fabricado con la abundante ayuda de Saren. Cuando terminó, intentó colocarse la bolsa alrededor del cuello o de la cintura, en un intento de llevarlo cómodamente, pero terminó desistiendo y pidiéndole a Saren, que parecía el menos cargado de los que iban a la Sede, que se lo llevara.
La loba, antes de emprender la marcha y como despedida de sus antiguos compañeros de torreón que en ese momento ponían rumbo a la torre de hechicería, lamió de barbilla a frente la cara de Ariv, Shizel y RR, para luego añadir.
- Y quiero que vuestra cara siga húmeda la próxima vez que nos veamos. Es una orden.- y luego añadió con un aullido juguetón.- En tu cara que sea escacha, Perlita, que hasta en esto tienes que tener un trato especial.
Sigue en la Sede de los Taumaturgos.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
25/07/13, 02:18 pm
Entrar en Maciel entrañaba una sensación más familiar que el entrar en Serpentaria. Shizel se obligó a sí mismo a recordar que si volvía a pisar este torreón no sería más que de visita.
El silencio reinante le inquietaba, y sin darse cuenta se descubrió recorriendo las habitaciones lo más sigilosamente que pudo, como para no perturbar a unos inexistentes nuevos inquilinos. Su objetivo era la habitación que habían compartido Saren, DL y el propio Aleksei. La funda de la almohada sobre la que había dormido el terrícola dio suficiente cuerda al hechizo de rastreo, y de nuevo los globos oculares de Shizel se tiñeron de negro. Su cuerpo levitó sin pedirle permiso, y emprendió por su cuenta el camino exacto que había seguido el objetivo del ensalmo.
Sin embargo el recorrido fue corto, y a los dos minutos Shizel parpadeaba confuso frente a la puerta de las letrinas. Se esforzó en recordar, y se dio cuenta de que cuando Aleksei había salido de ahí ya estaba casi completamente transformado, o al menos el proceso estaba lo bastante avanzado como para que el hechizo ya no le reconociera. Maldijo cuando se dio cuenta de que si quería buscarle iba a tener que ser de forma "manual".
No tenía un lugar mejor que ningún otro para empezar, así que decidió iniciar su búsqueda dándose un capricho.
Sigue en la Bahía de los Naufragios.
El silencio reinante le inquietaba, y sin darse cuenta se descubrió recorriendo las habitaciones lo más sigilosamente que pudo, como para no perturbar a unos inexistentes nuevos inquilinos. Su objetivo era la habitación que habían compartido Saren, DL y el propio Aleksei. La funda de la almohada sobre la que había dormido el terrícola dio suficiente cuerda al hechizo de rastreo, y de nuevo los globos oculares de Shizel se tiñeron de negro. Su cuerpo levitó sin pedirle permiso, y emprendió por su cuenta el camino exacto que había seguido el objetivo del ensalmo.
Sin embargo el recorrido fue corto, y a los dos minutos Shizel parpadeaba confuso frente a la puerta de las letrinas. Se esforzó en recordar, y se dio cuenta de que cuando Aleksei había salido de ahí ya estaba casi completamente transformado, o al menos el proceso estaba lo bastante avanzado como para que el hechizo ya no le reconociera. Maldijo cuando se dio cuenta de que si quería buscarle iba a tener que ser de forma "manual".
No tenía un lugar mejor que ningún otro para empezar, así que decidió iniciar su búsqueda dándose un capricho.
Sigue en la Bahía de los Naufragios.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
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