Torreón Maciel (Archivo IV)
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Xana
Muffie
Viktor Olbricht
Carmesí
Álvar
Vlad
Evanna
Naeryan
Red
23 participantes
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Torreón Maciel (Archivo IV)
10/09/12, 07:00 pm
Recuerdo del primer mensaje :
El paseo terminó frente a un edificio de piedra azulada. En el pasado debía de haber tenido cuatro plantas, pero ahora, el edificio estaba coronado por el esqueleto de algún animal marino. El idrino se quedo mirando la estructura, bastante asombrado. Su mirada se posó en una de las cadenas rotas del puente levadizo, y supuso que si hacían de aquel lugar su refugio, habría que arreglarla de alguna manera. El norteño comprobó la estabilidad del puente, y lo atravesó a paso rápido, llegando hasta las puertas, que para su sorpresa, estaban entreabiertas.
Saren entró en el edificio el primero, y mientras recorría el corredor que daba a la planta baja observando las pintadas de los muros en silencio, sus compañeros entraron detrás de él, cerrando las puertas cuando el último miembro del grupo estuvo dentro. El idrino se encontró en una gran estancia que, debido al aire enrarecido y por la capa de polvo intacta, debía de llevar abandonada varias semanas. Una mesa grande, unas cuantas sillas, y varios sillones bastante raídos, eran el principal mobiliario de aquella planta. A un lado de la estancia había una cocina, con una pequeña encimera, un horno de leña, y varios fogones de hierro, ademas de unos armarios de madera, que supuso llenos de algunos cacharros y bastantes telarañas.
Saren dejo la cesta que llevaba en la encimera, y se encaminó a las escaleras, dispuesto a ver que había arriba. No tardó en recorrer las dos plantas superiores, bajando para informar que en la segunda había una especie de estudio con estanterías vacías y un cuarto con barreños de latón para asearse; y que en la tercera había varios cuartos comunales con unas cuantas camas de aspecto cochambroso. No había subido al piso ocupado por el gran esqueleto, pero informo de que había oído algún que otro aleteo a través del techo de la tercera planta. Había baúles y armarios en as habitaciones, pero no había mirado dentro. Un patio de suelo empedrado, en cuyo centro se alzaba la estatua de un pájaro negro con un gran reloj bastante raro a sus pies, completaba el edificio. En él, había un pozo y al fondo, varios retretes.
-Bueno, yo tengo bastante hambre, así que si adecentáis un poco esa mesa -dijo señalándola, tras informar de sus descubrimientos-, yo me pondré con la cena.
El norteño se acercó a la cocina y busco algo para encender la cocina. Encontró una pila bastante escueta, pero suficiente por el momento, de leños polvorientos, que cogió y colocó en el hueco de piedra bajo los fogones. El norteño sacó un poco de yesca, con la que prendió la madera, paradespués cerrar la pequeña puerta de hierro que protegía el fuego. Mientras la cocina se calentaba, Saren procedió a buscar varios cacharros adecuados para cocinar, y unos cuantos platos y cubiertos que dejo a mano para aquel que pusiera la mesa. Les quitó el polvo, y salió al patio a por un poco de agua.
Saren se quitó los mitones y los guardó en uno de los bolsillos del abrigo, que colgó de un gancho en la pared, para cocinar mas cómodo. Se lavó las manos con un poco del agua que había traído y se arremangó la camisola oscura. Sacó algo de carne cruda y unas verduras de las cestas, y lo limpió todo con el agua del pozo que le quedaba, mientras ponía a calentar un par de cacerolas con un poco de la propia grasilla de la carne, esperando que se derritiera. Cuando tuvo los ingredientes listos, preparó un salteado con las verduras, mientras la carne se tostaba en dados con unas pocas hojas rojizas que había encontrado en la cesta. Apartó las cacerolas del fuego, antes de que la verdura se pasara y la carne se hiciera por el centro, y preparo esta última en una bandeja, para meter el recipiente en la pequeña cavidad al lado del fuego que hacia las veces de horno.
Unos minutos después saco la carne del horno y la puso junto con las verduras en una gran fuente, mientras un sabroso olor se extendía por el edificio. El exterior de la carne estaba algo mas churruscante por el asado. En bastante poco tiempo, Saren, haciendo gala de su talento para la cocina, había preparado un plato delicioso con un aroma casero, que algunos de sus compañeros desconocían, y que venía perfecto para reponer fuerzas. Unas piezas de fruta completaban el menú.
-La cena esta lista-anunció con una sonrisa, siempre le había gustado comer bien.
El paseo terminó frente a un edificio de piedra azulada. En el pasado debía de haber tenido cuatro plantas, pero ahora, el edificio estaba coronado por el esqueleto de algún animal marino. El idrino se quedo mirando la estructura, bastante asombrado. Su mirada se posó en una de las cadenas rotas del puente levadizo, y supuso que si hacían de aquel lugar su refugio, habría que arreglarla de alguna manera. El norteño comprobó la estabilidad del puente, y lo atravesó a paso rápido, llegando hasta las puertas, que para su sorpresa, estaban entreabiertas.
Saren entró en el edificio el primero, y mientras recorría el corredor que daba a la planta baja observando las pintadas de los muros en silencio, sus compañeros entraron detrás de él, cerrando las puertas cuando el último miembro del grupo estuvo dentro. El idrino se encontró en una gran estancia que, debido al aire enrarecido y por la capa de polvo intacta, debía de llevar abandonada varias semanas. Una mesa grande, unas cuantas sillas, y varios sillones bastante raídos, eran el principal mobiliario de aquella planta. A un lado de la estancia había una cocina, con una pequeña encimera, un horno de leña, y varios fogones de hierro, ademas de unos armarios de madera, que supuso llenos de algunos cacharros y bastantes telarañas.
Saren dejo la cesta que llevaba en la encimera, y se encaminó a las escaleras, dispuesto a ver que había arriba. No tardó en recorrer las dos plantas superiores, bajando para informar que en la segunda había una especie de estudio con estanterías vacías y un cuarto con barreños de latón para asearse; y que en la tercera había varios cuartos comunales con unas cuantas camas de aspecto cochambroso. No había subido al piso ocupado por el gran esqueleto, pero informo de que había oído algún que otro aleteo a través del techo de la tercera planta. Había baúles y armarios en as habitaciones, pero no había mirado dentro. Un patio de suelo empedrado, en cuyo centro se alzaba la estatua de un pájaro negro con un gran reloj bastante raro a sus pies, completaba el edificio. En él, había un pozo y al fondo, varios retretes.
-Bueno, yo tengo bastante hambre, así que si adecentáis un poco esa mesa -dijo señalándola, tras informar de sus descubrimientos-, yo me pondré con la cena.
El norteño se acercó a la cocina y busco algo para encender la cocina. Encontró una pila bastante escueta, pero suficiente por el momento, de leños polvorientos, que cogió y colocó en el hueco de piedra bajo los fogones. El norteño sacó un poco de yesca, con la que prendió la madera, paradespués cerrar la pequeña puerta de hierro que protegía el fuego. Mientras la cocina se calentaba, Saren procedió a buscar varios cacharros adecuados para cocinar, y unos cuantos platos y cubiertos que dejo a mano para aquel que pusiera la mesa. Les quitó el polvo, y salió al patio a por un poco de agua.
Saren se quitó los mitones y los guardó en uno de los bolsillos del abrigo, que colgó de un gancho en la pared, para cocinar mas cómodo. Se lavó las manos con un poco del agua que había traído y se arremangó la camisola oscura. Sacó algo de carne cruda y unas verduras de las cestas, y lo limpió todo con el agua del pozo que le quedaba, mientras ponía a calentar un par de cacerolas con un poco de la propia grasilla de la carne, esperando que se derritiera. Cuando tuvo los ingredientes listos, preparó un salteado con las verduras, mientras la carne se tostaba en dados con unas pocas hojas rojizas que había encontrado en la cesta. Apartó las cacerolas del fuego, antes de que la verdura se pasara y la carne se hiciera por el centro, y preparo esta última en una bandeja, para meter el recipiente en la pequeña cavidad al lado del fuego que hacia las veces de horno.
Unos minutos después saco la carne del horno y la puso junto con las verduras en una gran fuente, mientras un sabroso olor se extendía por el edificio. El exterior de la carne estaba algo mas churruscante por el asado. En bastante poco tiempo, Saren, haciendo gala de su talento para la cocina, había preparado un plato delicioso con un aroma casero, que algunos de sus compañeros desconocían, y que venía perfecto para reponer fuerzas. Unas piezas de fruta completaban el menú.
-La cena esta lista-anunció con una sonrisa, siempre le había gustado comer bien.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
24/03/13, 10:01 pm
Nunca pensó que el ver el torreón de piedra rodeándolo le fuese a ser tan tranquilizador, teniendo en cuenta que irónicamente le agobiaba los espacio excesivamente pequeños y que había decidido salir precisamente pero el bullicio que había en el torreón. "Soy bipolar, últimamente ni yo me entiendo" pensó cansado, dejando la bolsa con los cangrejos en la cocina y saliendo al patio cubos de agua, necesitaba un baño para relajarse un poco y allí fue subiendo cubo por cubo tras calentar el agua en la cocina, ya que como bien sabia le era imposible calentar todo el agua de bañera. Tras tenerla llena se desvistió y se hundió en el agua caliente, no estuvo mucho rato, en cuanto sintió el agua enfriarse salio y se seco para colocarse ropa limpia, observando distraído su reflejo en el agua tocándose con los dedos los mechones de cabello mientras se secaba.
-Dentro de nada empezara a notarse el color original -murmuro para si mismo con distracción, no es que le diera ya mucha importancia al hecho de que su pelo se volviera rubio, su color natural, dado que e ese mundo eso no importaba demasiado. Pero le resultaba curioso que aun no se le fuera, dado el tiempo que llevaba allí le parecía extraño no notar las raíces rubias teniendo en cuenta que su pelo estaba un poco mas largo de cuando llego- Mmmm mañana si eso ya me fijo...-se dijo finalmente tras bostezar habían sido dos salidas en un día y tenia sueño. Cuando ya estuvo vestido se dirigió a su cuarto, tumbándose en la cama tras dejar sus armas junto a esta no tardando mucho tiempo en dormirse tras el baño de minutos antes.
-Dentro de nada empezara a notarse el color original -murmuro para si mismo con distracción, no es que le diera ya mucha importancia al hecho de que su pelo se volviera rubio, su color natural, dado que e ese mundo eso no importaba demasiado. Pero le resultaba curioso que aun no se le fuera, dado el tiempo que llevaba allí le parecía extraño no notar las raíces rubias teniendo en cuenta que su pelo estaba un poco mas largo de cuando llego- Mmmm mañana si eso ya me fijo...-se dijo finalmente tras bostezar habían sido dos salidas en un día y tenia sueño. Cuando ya estuvo vestido se dirigió a su cuarto, tumbándose en la cama tras dejar sus armas junto a esta no tardando mucho tiempo en dormirse tras el baño de minutos antes.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
25/03/13, 09:09 am
- ¿Qué manía le teneis los diurnos? Yo camino de día constantemente. - dijo muy divertida por la idea.
A partir de la plaza el camino fue facil. En cierto modo, intuyó que habían tenido la tremenda suerte de caminar en la dirección correcta, porque lo que quedaba era casi una línea recta.
Alder estaba cansada pero de muy buen humor, el cual mejoró cuando le abrió aquel chico extraño que siempre abría a la gente y del que no se había aprendido su nombre, porque solo lo veía barrer de vez en cuando. (En lo que a ella respectaba, se llamaba Escobita, pero no lo usaba en voz alta.) Muchos estaban en los dormitorios, y nadie más estaba para descubrir sus camisas llenas de dulces. Alder sacó un pedazo de bizcocho y se lo entregó a Escobita con una sonrisa.
- Toma, y guardame el secreto de que traemos esto, mañana tengo una sorpresa que dar.
El chico cogió el bizcocho como si temiese que fuese explosivo, lo que provocó una mirada extrañada de Alder, y que K se encogiese de hombros como explicación. Pero la respuesta que vino después fue positiva, asi que dejaron a Escobita feliz con su bizcocho y se despidieron al pie de la escalera.
- Tengo experimentos culinarios que hacer. Además, la noche es mi elemento.
Alder se fue primero a echar agua en la cara y manos.
Los primeros minutos los paso ordenando ingredientes y clasificando los que no conocía. No morirse en el proceso le pareció la prueba definitiva de que no estaban envenenados, porque fue probando de aqui y de alla. Tampoco Escobita había muerto, y ocupaba el sofa roncando. Alder no era Saren ni Atol en la cocina, pero era espabilada y sabía moverse por ella, especialmente porque siempre había sido muy comilona. Había aprendido de su hermano mayor, que era capaz de transformar dos piedras con un poco de caldo en algo digno de reyes.
Había bizcocho en trozos relativamente grandes, porque se había preocupado de ello. Se dedico a recortarlos con cuchillo, para darles un aspecto presentable. Optó por formas rectangulares u ovaladas, para no desperdiciarlo.
Derritió algo que olía y sabía parecido al cacao sinhadre, con cuidado y paciencia, y lo extendió por encima de varios bizcochos con un cuchillo. Luego pensó en que probablemente se endurecería con las horas, pero no podía hacer nada al respecto, así que continuó cocinando. Usó para decorar cosas blanditas de colores que sabían a azucar y Alder pensaba que eran frutos de algun arbusto que ella no conocía pero que como cualquier humano le hubiese explicado, eran gominolas.
Otras las cubrió con frutas de las cestas. Siguió usando con creatividad lo que pudo, y todo aquello que descartó bien porque no sabía que hacer con ello, bien porque el sabor no le parecía que pegase, lo dejó presentado con todo su ingenio en platos y cuencos. Había gominolas, galletas, frutas cubiertas de chocolate, y caramelos de diferentes formas y tamaños.
La mesa que quedó para el desayuno diurno, era tan colorida que Alder quisó besarse a si misma. Cosa que era imposible, porque alli no estaba Seon.
Habían pasado bastantes horas desde que había llegado, pero aun quedaban unas pocas para que amaneciese. Tapó con la restante y variopinta vajilla todos los platos, hasta que fuese el momento y de los recortes de bizcocho, y el chocolate pegado en la olla, dio buena cuenta ella mientras hacía todo lo demás. Había un trozo que no había tocado e iba a reservar para su aurva. Utilizó el tiempo restante para cambiarse ropa y darse un rapido baño frío del que salió tiritando, pero que la dejó totalmente despejada. Probablemente pasaría parte de la mañana junto al resto.
Se sentó en una silla de la cocina y cogió un libro. Cuando notó la primera claridad del día, empezó a destapar su obra.
Hizo bien, porque se escucharon pasos por la escalera.
- Tará~!- saludó al recien llegado.
NfR: Sed buenos y cededle el honor a Nare. Que ya podreis desayunar todos felices. Yo me conectaré sobre la una y media de nuevo por si tengo que postear. Notese que de todas formas, el final de mi posto esta abierto.
A partir de la plaza el camino fue facil. En cierto modo, intuyó que habían tenido la tremenda suerte de caminar en la dirección correcta, porque lo que quedaba era casi una línea recta.
Alder estaba cansada pero de muy buen humor, el cual mejoró cuando le abrió aquel chico extraño que siempre abría a la gente y del que no se había aprendido su nombre, porque solo lo veía barrer de vez en cuando. (En lo que a ella respectaba, se llamaba Escobita, pero no lo usaba en voz alta.) Muchos estaban en los dormitorios, y nadie más estaba para descubrir sus camisas llenas de dulces. Alder sacó un pedazo de bizcocho y se lo entregó a Escobita con una sonrisa.
- Toma, y guardame el secreto de que traemos esto, mañana tengo una sorpresa que dar.
El chico cogió el bizcocho como si temiese que fuese explosivo, lo que provocó una mirada extrañada de Alder, y que K se encogiese de hombros como explicación. Pero la respuesta que vino después fue positiva, asi que dejaron a Escobita feliz con su bizcocho y se despidieron al pie de la escalera.
- Tengo experimentos culinarios que hacer. Además, la noche es mi elemento.
Alder se fue primero a echar agua en la cara y manos.
Los primeros minutos los paso ordenando ingredientes y clasificando los que no conocía. No morirse en el proceso le pareció la prueba definitiva de que no estaban envenenados, porque fue probando de aqui y de alla. Tampoco Escobita había muerto, y ocupaba el sofa roncando. Alder no era Saren ni Atol en la cocina, pero era espabilada y sabía moverse por ella, especialmente porque siempre había sido muy comilona. Había aprendido de su hermano mayor, que era capaz de transformar dos piedras con un poco de caldo en algo digno de reyes.
Había bizcocho en trozos relativamente grandes, porque se había preocupado de ello. Se dedico a recortarlos con cuchillo, para darles un aspecto presentable. Optó por formas rectangulares u ovaladas, para no desperdiciarlo.
Derritió algo que olía y sabía parecido al cacao sinhadre, con cuidado y paciencia, y lo extendió por encima de varios bizcochos con un cuchillo. Luego pensó en que probablemente se endurecería con las horas, pero no podía hacer nada al respecto, así que continuó cocinando. Usó para decorar cosas blanditas de colores que sabían a azucar y Alder pensaba que eran frutos de algun arbusto que ella no conocía pero que como cualquier humano le hubiese explicado, eran gominolas.
Otras las cubrió con frutas de las cestas. Siguió usando con creatividad lo que pudo, y todo aquello que descartó bien porque no sabía que hacer con ello, bien porque el sabor no le parecía que pegase, lo dejó presentado con todo su ingenio en platos y cuencos. Había gominolas, galletas, frutas cubiertas de chocolate, y caramelos de diferentes formas y tamaños.
La mesa que quedó para el desayuno diurno, era tan colorida que Alder quisó besarse a si misma. Cosa que era imposible, porque alli no estaba Seon.
Habían pasado bastantes horas desde que había llegado, pero aun quedaban unas pocas para que amaneciese. Tapó con la restante y variopinta vajilla todos los platos, hasta que fuese el momento y de los recortes de bizcocho, y el chocolate pegado en la olla, dio buena cuenta ella mientras hacía todo lo demás. Había un trozo que no había tocado e iba a reservar para su aurva. Utilizó el tiempo restante para cambiarse ropa y darse un rapido baño frío del que salió tiritando, pero que la dejó totalmente despejada. Probablemente pasaría parte de la mañana junto al resto.
Se sentó en una silla de la cocina y cogió un libro. Cuando notó la primera claridad del día, empezó a destapar su obra.
Hizo bien, porque se escucharon pasos por la escalera.
- Tará~!- saludó al recien llegado.
NfR: Sed buenos y cededle el honor a Nare. Que ya podreis desayunar todos felices. Yo me conectaré sobre la una y media de nuevo por si tengo que postear. Notese que de todas formas, el final de mi posto esta abierto.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
25/03/13, 01:22 pm
El día había sido largo, y mientras preguntaba por alguna cama libre, estuve pensando en todo lo que había cambiado en unas horas. Por la mañana me había levantado en una sucia mazmorra, teniendo miedo y con cuidado de no alertar a ninguna alimaña, con la única compañía de Marina. Y esta noche ya estaba en un Torreón lleno de gente, con personas que podían enseñarme a luchar y a defenderme. Ciertamente, las perspectivas de sobrevivir tanto mías como de Marina habían mejorado bastante en ese día.
- Carmesí
Ficha de cosechado
Nombre: Lemus
Especie: Humano
Habilidades: Oído músical, carisma y valor
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
26/03/13, 02:47 pm
Desperté como si algo me sobresaltara, dando un pequeño brinco. Era la primera noche que pasaba afuera y se notaba el cambio de un colchón mullido al de unas mantas y trapos sobre la tierra. Los primero rayos de sol travesaban las rendijas del improvisado toldo que hacia de techo y una brisa de aire casi imperceptible mecían los móviles de plumas que inundaban toda la madriguera.
Casi no había podido pegar ojo pensando en todo lo que ocurrió el día anterior, ese sucio traidor, el pregón y todas aquellas ideas locas en mi cabeza. Necesitaba hablarlo con alguien pero en el torreón no había nadie con el que tuviera tanta confianza, solo se me ocurría una persona: Pablo.
Sabía que no era bien recibido en aquel lugar pero ¿en qué lugar lo era? Eso no me iba a echar para atrás, además de que ya había ido un par de veces y me conocía el camino. Estaba decidido.
Me quité las mantas de encima, cogí la lanza y mi bolsa llena de plumas y demás abalorios para Salir de la madriguera. Una vez fuera me sacudí el polvo de encima y me fui a la cocina a por algo de comida, con un poco de suerte no habría nadie despierto.
El torreón estaba inundado de un extraño olor dulce, para mi sorpresa la chica invitada del torreón estaba cocinando algo extraño y que era a lo que olía todo el salón.
Cogí un par de frutas, pan y un trozo de queso que guardé en la bolsa y bebí bastante agua. La chica se percató de mi presencia y le di los buenos días, pero nada más.
Parecia que no había nadie despierto, lo más seguro que ni se percatarían de que me había marchado, incluso pasarían días en que se percataran si acababa muerto por ahí afuera en algun lugar de aquella fetida ciudad.
Continua en la cicatriz de Arax
Casi no había podido pegar ojo pensando en todo lo que ocurrió el día anterior, ese sucio traidor, el pregón y todas aquellas ideas locas en mi cabeza. Necesitaba hablarlo con alguien pero en el torreón no había nadie con el que tuviera tanta confianza, solo se me ocurría una persona: Pablo.
Sabía que no era bien recibido en aquel lugar pero ¿en qué lugar lo era? Eso no me iba a echar para atrás, además de que ya había ido un par de veces y me conocía el camino. Estaba decidido.
Me quité las mantas de encima, cogí la lanza y mi bolsa llena de plumas y demás abalorios para Salir de la madriguera. Una vez fuera me sacudí el polvo de encima y me fui a la cocina a por algo de comida, con un poco de suerte no habría nadie despierto.
El torreón estaba inundado de un extraño olor dulce, para mi sorpresa la chica invitada del torreón estaba cocinando algo extraño y que era a lo que olía todo el salón.
Cogí un par de frutas, pan y un trozo de queso que guardé en la bolsa y bebí bastante agua. La chica se percató de mi presencia y le di los buenos días, pero nada más.
Parecia que no había nadie despierto, lo más seguro que ni se percatarían de que me había marchado, incluso pasarían días en que se percataran si acababa muerto por ahí afuera en algun lugar de aquella fetida ciudad.
Continua en la cicatriz de Arax
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
26/03/13, 11:18 pm
Shizel se despertó aquella mañana con unas energías visiblemente mayores que en aquellas últimas semanas. Tardó un poco en darse cuenta de que la noche anterior se había ido a dormir sin haber apurado su magia hasta el final, y probablemente era aquello lo que había marcado la diferencia.
Aprovechando sus energías renovadas se vistió lo más silenciosa y rápidamente que pudo y bajó las escaleras: esperaba coger algo ligero para desayunar por el camino, dejar una nota y marcharse a la Biblioteca sin armar mucho follón. Sin embargo un trajín abajo frustró sus planes, y recordó demasiado tarde que tener a una inquilina nocturna en Maciel no facilitaba aquella clase de escapadas.
El neutro saludo que iba a dedicar a Alder se detuvo en seco en cuanto sus ojos registraron todo lo que había encima de la mesa. Se quedó a medias en las escaleras, resistiendo el impulso de frotarse los ojos y conformándose con abrirlos como platos.
Pasteles, bizcocho, barquillo, dulces decorados con colores... ¿Aquello era cacao?
"No puede ser... ¿De dónde ha sacado todo esto?"
Se le hizo la boca agua. El escenario le recordó inmediatamente a cuando tenía siete años y se dio la casualidad de que en su cumpleaños sus dos padres estaban de viaje de negocios: ese día había obligado a los criados a servirle dulces para el desayuno, almuerzo y cena. Se había puesto malísimo, eso era cierto, pero aquello era secundario.
-No puedes hacerme esto- protestó en tono lastimero mientras bajaba definitivamente las escaleras. La queja perdía bastante fuerza teniendo en cuenta que estaba sonriendo tan ampliamente como un crío el día de Navidad-. No ahora que me estoy acostumbrando a vivir a pan y agua...
En algún oculto lugar de su cabeza apareció la tímida idea de avisar a los demás, pero fue rápidamente desechada. "Haber bajado antes", pensó el idrino con regocijo. Empezaba a hacerse una idea de las ventajas que confería madrugar.
-¿Cuánto tengo que pagarte para que te quedes?- preguntó con entusiasmo, cogiendo un poco de todo lo que encontraba y acumulándolo en una creciente montaña en su plato. No eran filigranas de confitería, no era algo que vería en la mesa de una recepción. Pero no dejaba de ser dulce, un capricho, y un capricho era algo que Shizel inconscientemente había echado muchísimo de menos.
Decidió aplazar la visita a la Biblioteca unos minutos dado que la ocasión lo merecía. Una vez estuvo satisfecho con el botín se sentó a la mesa y empezó a dar buena cuenta de él.
-No sé qué magia rara has usado para traer todo esto aquí- dijo mientras comía a dos carrillos, señalando a Alder acusatoriamente con la cuchara-, pero exijo que me la enseñes.
No era una pregunta directa sobre de dónde demonios había sacado todo aquello, pero se acercaba lo suficiente. Su capacidad de concentración en aquellos momentos no le dejaba elaborar mucho más.
No era muy consciente de que parecía un niño pequeño. De hecho, la única diferencia apreciable en aquellos momentos entre un Shizel de siete años y uno de diecisiete era que el segundo estaba teniendo en cuenta que lamerse los dedos era de mala educación.
Aprovechando sus energías renovadas se vistió lo más silenciosa y rápidamente que pudo y bajó las escaleras: esperaba coger algo ligero para desayunar por el camino, dejar una nota y marcharse a la Biblioteca sin armar mucho follón. Sin embargo un trajín abajo frustró sus planes, y recordó demasiado tarde que tener a una inquilina nocturna en Maciel no facilitaba aquella clase de escapadas.
El neutro saludo que iba a dedicar a Alder se detuvo en seco en cuanto sus ojos registraron todo lo que había encima de la mesa. Se quedó a medias en las escaleras, resistiendo el impulso de frotarse los ojos y conformándose con abrirlos como platos.
Pasteles, bizcocho, barquillo, dulces decorados con colores... ¿Aquello era cacao?
"No puede ser... ¿De dónde ha sacado todo esto?"
Se le hizo la boca agua. El escenario le recordó inmediatamente a cuando tenía siete años y se dio la casualidad de que en su cumpleaños sus dos padres estaban de viaje de negocios: ese día había obligado a los criados a servirle dulces para el desayuno, almuerzo y cena. Se había puesto malísimo, eso era cierto, pero aquello era secundario.
-No puedes hacerme esto- protestó en tono lastimero mientras bajaba definitivamente las escaleras. La queja perdía bastante fuerza teniendo en cuenta que estaba sonriendo tan ampliamente como un crío el día de Navidad-. No ahora que me estoy acostumbrando a vivir a pan y agua...
En algún oculto lugar de su cabeza apareció la tímida idea de avisar a los demás, pero fue rápidamente desechada. "Haber bajado antes", pensó el idrino con regocijo. Empezaba a hacerse una idea de las ventajas que confería madrugar.
-¿Cuánto tengo que pagarte para que te quedes?- preguntó con entusiasmo, cogiendo un poco de todo lo que encontraba y acumulándolo en una creciente montaña en su plato. No eran filigranas de confitería, no era algo que vería en la mesa de una recepción. Pero no dejaba de ser dulce, un capricho, y un capricho era algo que Shizel inconscientemente había echado muchísimo de menos.
Decidió aplazar la visita a la Biblioteca unos minutos dado que la ocasión lo merecía. Una vez estuvo satisfecho con el botín se sentó a la mesa y empezó a dar buena cuenta de él.
-No sé qué magia rara has usado para traer todo esto aquí- dijo mientras comía a dos carrillos, señalando a Alder acusatoriamente con la cuchara-, pero exijo que me la enseñes.
No era una pregunta directa sobre de dónde demonios había sacado todo aquello, pero se acercaba lo suficiente. Su capacidad de concentración en aquellos momentos no le dejaba elaborar mucho más.
No era muy consciente de que parecía un niño pequeño. De hecho, la única diferencia apreciable en aquellos momentos entre un Shizel de siete años y uno de diecisiete era que el segundo estaba teniendo en cuenta que lamerse los dedos era de mala educación.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
27/03/13, 01:03 am
Karime guiñó un ojo a su amiga antes de subir al cuarto de baño, donde dejó todas sus cosas y comenzó a subir cubos de agua. Cuando por fin la bañera estuvo llena, la libense se sumergió para relajarse mientras degustaba uno de los pastelitos, el más parecido a los de su mundo que había visto. Pasó sumergida algunas horas, hasta que decidió que ya era suficiente y salió para ir a su habitación a dormir, donde guardó a buen recaudo los dulces, preocupándose de que estuvieran protegidos y frescos.
Al día siguiente, despertó a Ariv con una sonrisa y un barquillo de chocolate y le contó la aventura del día anterior. Cuando pasó el suficiente tiempo como para que Alder hubiera llevado a cabo su “sorpresa”, la libense se puso en movimiento. Tenía que poner su plan en marcha.
Lo primero que hizo fue comerse un bollito relleno de esa especie de crema marrón que le había encantando cuando la había probado, con la que se untó los labios a modo de pintalabios. Con los labios completamente chocolateados, escribió una nota para su primera víctima, sabedora de que no era recomendable entrar en su habitación. Cuando RR despertara, pronto seguramente, debido a los fuertes golpes que sonaron en su puerta, encontraría un pastelito delicioso en el suelo al otro lado de la puerta con una nota en que se puede ver un “Si quieres más, hazme la pelota, Pelirrojo.” Y una marca chocolateada de unos labios.
Lo siguiente que hizo, y lo más divertido a su parecer, tenía lugar en la habitación de los chicos. Con todo el sigilo del mundo, Karime entró en la habitación de DL, Saren y Aleksei, aun con los labios generosamente chocolateados y dos grandes y apetitosos pasteles en las manos. Uno, lo dejó al lado de Saren, que dormía plácidamente, metiendo uno de los dedos de su mano dentro de la nata para que al despertar y restregársela contra la cara esta se llenara de nata y se mezclara con el chocolate que ella misma había dejado en su cara a base de tres sonoros besos en las respectivas mejillas y frente, para luego irse donde se encontraba DL.
- DL~.-comenzó a susurrar con voz dulce la libense junto al foner.- DL~.- siguió susurrando al oído del albino, hasta que este parpadeó confundido, momento que la libense aprovechó para plantarle un sonoro y chocolateado beso en la mejilla, tan fuerte que pudo resultar doloroso para el que lo recibió, para luego retirarse y relamerse de los labios los restos de chocolate que le quedaban y, con una gran sonrisa, poner frente a la cara del foner el pastelito que le correspondía.- Buenos días, DL, espero que hayas tenido dulces sueños, porque ahora también tendrás una dulce mañana.- terminó diciendo mientras le dejaba el pastelito sobre el pecho y le daba un lametón a la nata que lo recubría.- Cortesía de la jefa de este torreón, que cuida muy bien a sus chicos.- comentó refiriéndose a sí misma.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
27/03/13, 01:34 am
Como en la mayoría de noches desde que llegaron a aquella ciudad, tuvo un sueño tranquilo, presagiando un despertar intranquilo para variar. Por ello, el que DL en su estado semiconsciente comenzase a escuchar su nombre cerca de su oído, sin gritos, ni golpes, fue el detonante para que se despejase aturdido, porque que en el torreón hubiese un despertar civilizado, era signo de próximo desastre como mínimo.
-¿Karime?- murmuro amodorrado aun por el tranquilo despertar, pensando por unos instantes que estaba soñando. Obvio eso quedo en el olvido cuando sintió el beso de la libense en su mejilla, logrando finalmente espabilarlo con confusión absoluta, sus mejillas se enrojecieron ante el inesperado gesto, con al guardia baja como estaba. Parpadeo viéndola perdido incorporándose un poco para revolverse el pelo con la mano, casi cayéndose de espaldas y volver a su posición inicial, cuando Karime le puso enfrente aquel dulce. Medio ido, cuando despertaba de forma tranquila estaba incluso más ido que cuando lo despertaban a lo bruto, mirándolo intensamente cuando la vio lamer su dulce- ¿Vienes a dármelo o comértelo también?- pregunto mirándolo sonriendo, observando curioso el dulce y cual actitud momentáneamente e infantil metió un dedo en el dulce para probarlo, relamiéndose. Estaba realmente bueno y no se aprecia en anda a algo que hubiese probado antes- Mmm está realmente rico…- añadió sorprendido en verdad, observando a la libense y notando su mejilla pegajosa se la toco con los dedos notándolos manchados de dulce. Se echo a reír ante la imagen que estaba dando.
-Te aprovechas de tus chicos mientras dormimos- murmuro mirándola con una sonrisa divertida de buen humor, limpiándose la mejilla con los dedos para luego lameros sin mucho problema- Con la comida no se juega…- le protesto cogiendo el dulce y manchándole los labios con la nata, en actitud burlona se le ocurrió algo entretenido para hacer, esperando no ganarse un golpe de la libense se acerco, lamiendo la nata que acababa de poner sobre los labios de Karime y aprovechando ese instante para mancharle la mejilla de vuelta con los dedos. La miro de cerca, sonriendo de buen humor- Estamos en paz…- murmuro con un humor casi infantil mientras cogía de nuevo el dulce para comenzar a comérselo.
-¿Karime?- murmuro amodorrado aun por el tranquilo despertar, pensando por unos instantes que estaba soñando. Obvio eso quedo en el olvido cuando sintió el beso de la libense en su mejilla, logrando finalmente espabilarlo con confusión absoluta, sus mejillas se enrojecieron ante el inesperado gesto, con al guardia baja como estaba. Parpadeo viéndola perdido incorporándose un poco para revolverse el pelo con la mano, casi cayéndose de espaldas y volver a su posición inicial, cuando Karime le puso enfrente aquel dulce. Medio ido, cuando despertaba de forma tranquila estaba incluso más ido que cuando lo despertaban a lo bruto, mirándolo intensamente cuando la vio lamer su dulce- ¿Vienes a dármelo o comértelo también?- pregunto mirándolo sonriendo, observando curioso el dulce y cual actitud momentáneamente e infantil metió un dedo en el dulce para probarlo, relamiéndose. Estaba realmente bueno y no se aprecia en anda a algo que hubiese probado antes- Mmm está realmente rico…- añadió sorprendido en verdad, observando a la libense y notando su mejilla pegajosa se la toco con los dedos notándolos manchados de dulce. Se echo a reír ante la imagen que estaba dando.
-Te aprovechas de tus chicos mientras dormimos- murmuro mirándola con una sonrisa divertida de buen humor, limpiándose la mejilla con los dedos para luego lameros sin mucho problema- Con la comida no se juega…- le protesto cogiendo el dulce y manchándole los labios con la nata, en actitud burlona se le ocurrió algo entretenido para hacer, esperando no ganarse un golpe de la libense se acerco, lamiendo la nata que acababa de poner sobre los labios de Karime y aprovechando ese instante para mancharle la mejilla de vuelta con los dedos. La miro de cerca, sonriendo de buen humor- Estamos en paz…- murmuro con un humor casi infantil mientras cogía de nuevo el dulce para comenzar a comérselo.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
27/03/13, 02:50 am
A Karime le encantó la reacción de DL. Su sonrojo, su confusión y la reacción final tan infantil hicieron que la libense se sintiera orgullosa por el buen uso que había hecho de los dulces.
- ¿Aprovecharme? ¿Yo?- preguntó fingiendo indignación.- No necesito aprovecharme de los chicos para conseguir de ellos lo que quiera.- dijo pícaramente la libense.
En ese momento, DL manchó sus labios con nata, gesto que divirtió a la morena al ver que le seguía el juego. Fue a relamerse los labios cuando vió acercarse al foner con clara intención de hacer él ese trabajo y manchándole la mejilla por el camino. “Así que nos ponemos juguetones, ¿eh? Pues si quieres guerra, guerra es lo que vas a tener.” Pensó la libense dibujando en su cara una sonrisa de pura picardía.
- Qué lástima que no hayas aprovechado el regalo que te he hecho.- comentó con picardía, sin hacer ningún movimiento por el momento para evitar que el foner predijera sus intenciones.- Mira que embadurnar la mejilla de tu señora con nata, que pocos modales… - susurró con mofa para luego meter la mano en el pastel y lanzarle un puñado de nata y chocolate a la cara. La libense se echó a reír al ver la cara de DL cubierta de tarta y se acercó para lamerle la nariz.- mmmm… ¿A qué está rico?
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
27/03/13, 03:12 pm
Esperaba alguna reacción de la líbense, porque conociendo su personalidad, dudaba bastante que fuese a quedarse de brazos cruzados tras su juego. Sonrió viéndola divertido al notar su expresión picara, observando con curiosidad sus movimientos.
-Oh, claro que lo estoy aprovechando, solo que no por el método habitual - respondió con tono juguetón y media sonrisa burlona, sonrisa que desapareció cuando repentinamente recibió una cantidad considerable de anata en pleno rostro. Mirándola por unos segundos completamente perdido, sea no se esperaba esa acción precisamente - ¡Hey!…estas un poco mal de la cabeza…esto sí que es desaprovecharlo- respondió relamiéndose la nata que había caído en los labios, notando como le lamia la nariz haciéndole cosquillas, echándose a reír por lo absurdo de la situación y porque probablemente solo imaginarse toda la cara llena de nata, era para reírse.
- Vamos a improvisar un nuevo maquillaje…- añadió siendo lo bastante rápido para que no le diese tiempo apartarse, tomo el chocolate para empezar a “maquillarla” con este- Mi obra maestra…estas monísima con el nuevo look…- bromeo, pues le había puesto marquitas de bigotes, pintalabios y círculos de chocolate, pareciendo un gato. Le miro entretenido tomando la nata de su mejilla para lamerla y luego sonreí con una idea divertida, acercándose empezó a lamer el chocolate del rostro de K, sin apenas tocarla tomándose así su desayuno, más entretenido que con cuchara desde luego. Manchándole con su propia cara llena de nata, un mejunje curioso y bastante dulce, una forma peculiar de tomarse el desayuno, manchándole tanto que la tarta empezaba a escurrirse por el cuello de Karime. Mas que ayudarla a limpiarse, la estaba ensuciando mas, divertido.
-Oh, claro que lo estoy aprovechando, solo que no por el método habitual - respondió con tono juguetón y media sonrisa burlona, sonrisa que desapareció cuando repentinamente recibió una cantidad considerable de anata en pleno rostro. Mirándola por unos segundos completamente perdido, sea no se esperaba esa acción precisamente - ¡Hey!…estas un poco mal de la cabeza…esto sí que es desaprovecharlo- respondió relamiéndose la nata que había caído en los labios, notando como le lamia la nariz haciéndole cosquillas, echándose a reír por lo absurdo de la situación y porque probablemente solo imaginarse toda la cara llena de nata, era para reírse.
- Vamos a improvisar un nuevo maquillaje…- añadió siendo lo bastante rápido para que no le diese tiempo apartarse, tomo el chocolate para empezar a “maquillarla” con este- Mi obra maestra…estas monísima con el nuevo look…- bromeo, pues le había puesto marquitas de bigotes, pintalabios y círculos de chocolate, pareciendo un gato. Le miro entretenido tomando la nata de su mejilla para lamerla y luego sonreí con una idea divertida, acercándose empezó a lamer el chocolate del rostro de K, sin apenas tocarla tomándose así su desayuno, más entretenido que con cuchara desde luego. Manchándole con su propia cara llena de nata, un mejunje curioso y bastante dulce, una forma peculiar de tomarse el desayuno, manchándole tanto que la tarta empezaba a escurrirse por el cuello de Karime. Mas que ayudarla a limpiarse, la estaba ensuciando mas, divertido.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
27/03/13, 07:40 pm
- ¿Desaprovecharlo? ¡No! Qué cosas tienes. Yo no lo desaprovecho, le doy un mejor uso. ¿O es que a ti no te parece que el pastel está mucho más apetitoso sobre ti que en el plato?- dijo antes de que el foner comenzara a maquillarla con chocolate.- ¿Obra maestra? Cómo se nota que no has maquillado a nadie en la vida.- exclamó la libense soltando una carcajada.
Cuando el foner comenzó a lamerle el chocolate de la cara, pero sin rozar su piel, un calor asfixiante comenzó a recorrer a la libense. No era la primera vez que jugueteaba de forma sexual con alguien, por lo que no entendía el por qué de ese calor que la recorría y casi le hizo gemir por el sofoco. Ese calor contrastaba de forma muy agradable con el frescor de la nata recorriéndole el cuello.
- Ahora te vas a enterar.- amenazó la libense sentándose a horcajadas sobre la pelvis del foner y cogía sus muñecas para inmovilizadas sobre la cabeza.- Ahora, ¿Qué, eh? Te voy a enseñar cómo se comen los dulces en mi mundo. Créeme, te va a encantar esta costumbre de mi tierra.
Con la mano libre cogió lo que quedaba del pastel y empezó a dibujar con él en su pecho motivos sexuales adaptados a su nueva mente rocavarancolesa. Cuando terminó su obra de arte, le lanzó una mirada lujuriosa antes de comenzar a lamérselo sin dejar de mirarle.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
27/03/13, 08:04 pm
Alder saludó perpleja a Wintel, que salió del patio y se marchó sin más. Poco después terminó de bajar las escaleras Shiz, pero ella ya estaba sola. Alder lo recibió con la mayor de sus sonrisas y lo observó en silencio. Su entusiasmo al servirse la hizo reir.
- La cara que has puesto es suficiente.- Contestó. Se sentó también y se sirvió un poco a ella misma, después de comprobar que habría como para que todos probaran. No tenía especial hambre, porque había estado picando de las migas y el chocolate, pero era distinto el probarlo todo junto y bien presentado. No podía evitar sentir cierto orgullo.- Lo sacamos de una casa hecha de dulce, K y yo cuando nos perdimos al volver. Precisamente por eso no estoy segura de saber guiaros de vuelta. No creo que sea algo que se repita, así que disfrutalo.
Alder se quedó mirando a Shiz desde su sitio. Primero porque le producía satisfacción y diversión a partes iguales, y segundo porque le gustaba mirarlo. Los dos idrinos resultaban muy atractivos con aquella piel plateada, y Shiz, con su pelo blanco como la nieve, parecía sacado de alguna fantasía morbosa con mucha imaginación.
Durante un momento, quizás lo miró de la misma manera que Shiz miraba al chocolate. Luego se relajó y suspiró. Que Shiz fuese atractivo podía haber tenido que ver con la idea de sorprenderle con un desayuno, pero no lo había hecho para eso. Ya le tiraría los tejos en cualquier otro momento. Además, hasta ese momento, solo Thras parecía igual de interesado en el sexo que los sinhadres. A lo mejor en su mundo no les gustaba. De hecho puede que ni tuviera pene.
Echó de menos a Seon, y la connfianza que tenía con ella. El cuerpo le pedía poner el chocolate sobre cosas que no tenían nada que ver con bizcochos. Era su culpa por haber empezado a pensar en aquellas cosas.
- La cara que has puesto es suficiente.- Contestó. Se sentó también y se sirvió un poco a ella misma, después de comprobar que habría como para que todos probaran. No tenía especial hambre, porque había estado picando de las migas y el chocolate, pero era distinto el probarlo todo junto y bien presentado. No podía evitar sentir cierto orgullo.- Lo sacamos de una casa hecha de dulce, K y yo cuando nos perdimos al volver. Precisamente por eso no estoy segura de saber guiaros de vuelta. No creo que sea algo que se repita, así que disfrutalo.
Alder se quedó mirando a Shiz desde su sitio. Primero porque le producía satisfacción y diversión a partes iguales, y segundo porque le gustaba mirarlo. Los dos idrinos resultaban muy atractivos con aquella piel plateada, y Shiz, con su pelo blanco como la nieve, parecía sacado de alguna fantasía morbosa con mucha imaginación.
Durante un momento, quizás lo miró de la misma manera que Shiz miraba al chocolate. Luego se relajó y suspiró. Que Shiz fuese atractivo podía haber tenido que ver con la idea de sorprenderle con un desayuno, pero no lo había hecho para eso. Ya le tiraría los tejos en cualquier otro momento. Además, hasta ese momento, solo Thras parecía igual de interesado en el sexo que los sinhadres. A lo mejor en su mundo no les gustaba. De hecho puede que ni tuviera pene.
Echó de menos a Seon, y la connfianza que tenía con ella. El cuerpo le pedía poner el chocolate sobre cosas que no tenían nada que ver con bizcochos. Era su culpa por haber empezado a pensar en aquellas cosas.
-
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
28/03/13, 12:08 am
RR no lidió palabra con sus compañeros cuando llegaron al torreón. En vez de esto, se dirigió rápidamente a la armería, de dónde tomó una ballesta y un carcaj, para luego ascender de nuevo ipso facto a su habitación, cerrando a cal y canto tras de sí. Tenía mucho trabajo por delante, y era preferible que nadie le molestara.
Tomó el tubo más pequeño de los que había encontrado en los callejones y procedió a cortarlo en secciones espirales, para luego introducirlo en el grande. A este último le hizo una incisión en la parte trasera, a la que el otro tubo no había alcanzado. Seguidamente, unió este cañón casero al cuerpo de la ballesta que había tomado, para luego conectar a su parte posterior el cerrojo de una de las puertas de los callejones. Hizo diferentes incisiones en sendos extremos de este último: El primero, en la parte trasera para engarzar en percutor que debería activar las runas que más tarde grabaría Shizel; y el delantero, que permitiría que el casquillo fuera expulsado al echar para atrás la pieza.
Finalmente, tomando el catalejo que había conseguido en el barco y parte de la hojalata de la chatarra de los callejones, se dedicó a la difícil tarea de unir de forma eficiente el artefacto al arma casera para que este le sirviera de mira. Una vez lo hubo conseguido, se puso a cortar los cráneos que había pescado de la Cicatriz en dos con una sección vertical, dejando al lado de cada una los mangos de las cacerolas que había encontrado.
Tras esto, ya en noche cerrada, se acostó, fatigado, no sin antes contemplar a la luz de las velas su nueva creación con la profunda satisfacción del artesano que ve en su obra la auto superación y el perfeccionamiento de su técnica.
A la mañana siguiente un ruido en la puerta lo despertó de súbito. Presa de un acto reflejo, agarró la ballesta cargada que reposaba al lado de su lecho y la apuntó hacia la entrada. Instantes más tarde, cuando comprendió que no había nada que temer, se cargó con su chupa y su nueva creación y abrió la puerta, hallando en el umbral lo que parecía un dulce y una pequeña nota.
RR miró extrañado el plato, para luego comprobar que a ambos lados del pasillo no había nadie observándolo. Sus ojos pasaron durante unos instantes del dulce al corredor y del corredor al dulce. Tras un par de segundos de reflexión, movió tímidamente la vianda con la punta del rifle, comprobando que estuviera compuesto íntegramente del esponjoso manjar y que no estaba atado a algo que pudiera reventar. Finalmente, lo tomó con cuidado y, levantándolo mientras lo sopesaba por si a alguien se le había ocurrido llenarlo de explosivo plástico. Para terminar de asegurarse, rascó el lateral con delicadeza para inspeccionar su interior. Pasó a olerlo con tremenda concentración, intentando detectar algún aroma que no cuadrara. Cuando estuvo condenadamente seguro de que aquella cosa no iba a volarle la cabeza al meterle el primer mordisco, se lo introdujo en la boca de sopetón. La verdad es que tenía un hambre de mil demonios.
Tras aquellas comprobaciones, pasó a leer la carta adjunta al pequeño manjar, cuya dulzura no podía dejar de agradecer. Al ver el nombre del remitente y su curiosa “firma” sintió cierta in0quietud en el interior de sus vacías tripas. La verdad es que en cierto modo Karime intimidaba a RR, que había estado tan ocupado evitando que le abrieran en canal y se follaran su cadáver desde que llegó que no había tenido tiempo de satisfacer sus impulsos primarios en soledad. No es que en su mundo sus compañeros se le tiraran al cuello, pero al menos podía dar buena cuenta de los instantes a solas con sus manos.
Algo nervioso, decidió bajar al salón a comer algo, pero antes debía pasar por la habitación de los chicos para secuestrar a Shizel para que le ayudara a grabar las runas necesarias para el correcto funcionamiento del rifle.
Como era costumbre, entró en el habitáculo sin llamar.
-Shizel, cabrón escurridizo, despierta y mueve el culo, que hay mucho trabajo que ha…
RR se quedó con la palabra en la boca, y esta podría haberse resbalado por la comisura y haber dejado marca en el parqué de lo abierta que quedó al contemplar la peculiar escena. Un largo e interminable instante se arrastró en el más puro de los silencios dramáticos tras el parón en seco de toda la maquinaria desquiciada de la mente del foner. Sin mediar más palabra, cerró la puerta de sopetón y descendió al salón, dónde se sentó a la mesa, olvidando por un momento la cantidad de mierda que tenía que hacer, y con manos temblorosas se llenó la pipa de drogas y se las encendió. Y allí permaneció, con el rifle sobre la mesa, el saco lleno de chatarra a un lado, la pipa en la boca y la mirada clavada en el infinito.
Tomó el tubo más pequeño de los que había encontrado en los callejones y procedió a cortarlo en secciones espirales, para luego introducirlo en el grande. A este último le hizo una incisión en la parte trasera, a la que el otro tubo no había alcanzado. Seguidamente, unió este cañón casero al cuerpo de la ballesta que había tomado, para luego conectar a su parte posterior el cerrojo de una de las puertas de los callejones. Hizo diferentes incisiones en sendos extremos de este último: El primero, en la parte trasera para engarzar en percutor que debería activar las runas que más tarde grabaría Shizel; y el delantero, que permitiría que el casquillo fuera expulsado al echar para atrás la pieza.
Finalmente, tomando el catalejo que había conseguido en el barco y parte de la hojalata de la chatarra de los callejones, se dedicó a la difícil tarea de unir de forma eficiente el artefacto al arma casera para que este le sirviera de mira. Una vez lo hubo conseguido, se puso a cortar los cráneos que había pescado de la Cicatriz en dos con una sección vertical, dejando al lado de cada una los mangos de las cacerolas que había encontrado.
Tras esto, ya en noche cerrada, se acostó, fatigado, no sin antes contemplar a la luz de las velas su nueva creación con la profunda satisfacción del artesano que ve en su obra la auto superación y el perfeccionamiento de su técnica.
A la mañana siguiente un ruido en la puerta lo despertó de súbito. Presa de un acto reflejo, agarró la ballesta cargada que reposaba al lado de su lecho y la apuntó hacia la entrada. Instantes más tarde, cuando comprendió que no había nada que temer, se cargó con su chupa y su nueva creación y abrió la puerta, hallando en el umbral lo que parecía un dulce y una pequeña nota.
RR miró extrañado el plato, para luego comprobar que a ambos lados del pasillo no había nadie observándolo. Sus ojos pasaron durante unos instantes del dulce al corredor y del corredor al dulce. Tras un par de segundos de reflexión, movió tímidamente la vianda con la punta del rifle, comprobando que estuviera compuesto íntegramente del esponjoso manjar y que no estaba atado a algo que pudiera reventar. Finalmente, lo tomó con cuidado y, levantándolo mientras lo sopesaba por si a alguien se le había ocurrido llenarlo de explosivo plástico. Para terminar de asegurarse, rascó el lateral con delicadeza para inspeccionar su interior. Pasó a olerlo con tremenda concentración, intentando detectar algún aroma que no cuadrara. Cuando estuvo condenadamente seguro de que aquella cosa no iba a volarle la cabeza al meterle el primer mordisco, se lo introdujo en la boca de sopetón. La verdad es que tenía un hambre de mil demonios.
Tras aquellas comprobaciones, pasó a leer la carta adjunta al pequeño manjar, cuya dulzura no podía dejar de agradecer. Al ver el nombre del remitente y su curiosa “firma” sintió cierta in0quietud en el interior de sus vacías tripas. La verdad es que en cierto modo Karime intimidaba a RR, que había estado tan ocupado evitando que le abrieran en canal y se follaran su cadáver desde que llegó que no había tenido tiempo de satisfacer sus impulsos primarios en soledad. No es que en su mundo sus compañeros se le tiraran al cuello, pero al menos podía dar buena cuenta de los instantes a solas con sus manos.
Algo nervioso, decidió bajar al salón a comer algo, pero antes debía pasar por la habitación de los chicos para secuestrar a Shizel para que le ayudara a grabar las runas necesarias para el correcto funcionamiento del rifle.
Como era costumbre, entró en el habitáculo sin llamar.
-Shizel, cabrón escurridizo, despierta y mueve el culo, que hay mucho trabajo que ha…
RR se quedó con la palabra en la boca, y esta podría haberse resbalado por la comisura y haber dejado marca en el parqué de lo abierta que quedó al contemplar la peculiar escena. Un largo e interminable instante se arrastró en el más puro de los silencios dramáticos tras el parón en seco de toda la maquinaria desquiciada de la mente del foner. Sin mediar más palabra, cerró la puerta de sopetón y descendió al salón, dónde se sentó a la mesa, olvidando por un momento la cantidad de mierda que tenía que hacer, y con manos temblorosas se llenó la pipa de drogas y se las encendió. Y allí permaneció, con el rifle sobre la mesa, el saco lleno de chatarra a un lado, la pipa en la boca y la mirada clavada en el infinito.
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
28/03/13, 12:33 am
Escucharle decir tanta incoherencia junta empezaba a divertirle más a cada momento, la líbense tenía una personalidad carismática y divertida, algo pervertida también peor lo mejor de todo es que se podía tratar con ella de cualquier absurdez y juguetear como si fuesen críos un momento y adultos en otro sin muchos problemas. Se echo a reír cuando la escucho amenazarle mirándolo con una ceja alzada.
-¿Qué vas hacerme? ¿Violarme?- pregunto divertido, cogiéndole un poco por sorpresa, cuando lo tumbo en la cama y se sentó sobre su pelvis, tan repentinamente que le provoco un jadeo involuntario- Oye…que era una broma - añadió entre curioso y entretenido al verla sobre él, mas cuando le agarro las muñecas por sobre su cabeza para inmovilizarlo, literalmente. Porque hizo un intento de soltarse sin mucho éxito, lo cual era un poco patético a decir verdad, pero no le dio muchas vueltas, tampoco es que se quejara de la posición precisamente, tenía unas inmejorables vistas. Vistas que fueron interrumpidas momentáneamente ante el estremecimiento que le recorrió al contacto de la cálida lengua de la líbense sobre su pecho cubierto en nata. Ese estremecimiento dio paso a un calor creciente, partiendo de aquellas partes de su torso que Karime lamia, sin poder dejar de observarle ante la excitante y magnifica vista que la chica le proporcionaba.
-Tenéis una forma muy entretenida de tomar los postres en tu mundo- murmuro en un suave jadeo, moviéndose estremeciéndose involuntariamente, ante las cosquillas que comenzaba a sentir. Observándola con expresión juguetona, mordiéndose los labios para evitar dejar escapar alguna que otra risa, pues su cuerpo traicionero, le provocaba corrientes de calor a la vez que cosquillas. No contento con ser estar ahí sin hacer nada, se incorporo lo máximo que puso moviendo sus piernas bajo el cuerpo de Karime para empujarla contra su pecho, aprovechando la cercanía para pegarle un mordisco en el cuello y lamerlo con diversión, sintiendo el pecho de la líbense contra su torso dándole un calor agobiante que recorría cada centímetro del cuerpo. Saliendo el trance en que Karime lo tenía metido con sus toques, cuando noto movimiento desde la puerto, logrando ver por un hueco entre los brazos de Karime a un boquiabierto RR que salió prácticamente disparado el cuarto, alzo una ceja pero no le dio mayor importancia. A esas alturas la privacidad en el torreón era nula, más entretenido en recorrer con su lengua el cuello de K, lamiendo la nata que se haba escurrido por su piel minutos antes, saboreandola.
-¿Qué vas hacerme? ¿Violarme?- pregunto divertido, cogiéndole un poco por sorpresa, cuando lo tumbo en la cama y se sentó sobre su pelvis, tan repentinamente que le provoco un jadeo involuntario- Oye…que era una broma - añadió entre curioso y entretenido al verla sobre él, mas cuando le agarro las muñecas por sobre su cabeza para inmovilizarlo, literalmente. Porque hizo un intento de soltarse sin mucho éxito, lo cual era un poco patético a decir verdad, pero no le dio muchas vueltas, tampoco es que se quejara de la posición precisamente, tenía unas inmejorables vistas. Vistas que fueron interrumpidas momentáneamente ante el estremecimiento que le recorrió al contacto de la cálida lengua de la líbense sobre su pecho cubierto en nata. Ese estremecimiento dio paso a un calor creciente, partiendo de aquellas partes de su torso que Karime lamia, sin poder dejar de observarle ante la excitante y magnifica vista que la chica le proporcionaba.
-Tenéis una forma muy entretenida de tomar los postres en tu mundo- murmuro en un suave jadeo, moviéndose estremeciéndose involuntariamente, ante las cosquillas que comenzaba a sentir. Observándola con expresión juguetona, mordiéndose los labios para evitar dejar escapar alguna que otra risa, pues su cuerpo traicionero, le provocaba corrientes de calor a la vez que cosquillas. No contento con ser estar ahí sin hacer nada, se incorporo lo máximo que puso moviendo sus piernas bajo el cuerpo de Karime para empujarla contra su pecho, aprovechando la cercanía para pegarle un mordisco en el cuello y lamerlo con diversión, sintiendo el pecho de la líbense contra su torso dándole un calor agobiante que recorría cada centímetro del cuerpo. Saliendo el trance en que Karime lo tenía metido con sus toques, cuando noto movimiento desde la puerto, logrando ver por un hueco entre los brazos de Karime a un boquiabierto RR que salió prácticamente disparado el cuarto, alzo una ceja pero no le dio mayor importancia. A esas alturas la privacidad en el torreón era nula, más entretenido en recorrer con su lengua el cuello de K, lamiendo la nata que se haba escurrido por su piel minutos antes, saboreandola.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
28/03/13, 02:20 am
-¡Gracias!- se las arregló para pronunciar Shizel mientras masticaba felizmente. Le devolvió una sonrisa breve a Alder antes de seguir comiendo: no era la que utilizaba constantemente como un elemento más de su habla, sino de las pocas que había esbozado con verdadera sinceridad no desde que había llegado a Rocavarancolia, sino desde bastante antes. Durante aquel breve instante aquel lugar parecía un poquito mejor que su casa.
No obstante se le escapó una mueca de descontento cuando Alder le contó que aquello podría ser cosa de una sola vez: ya había empezado a hacerse ilusiones de volver a desayunar en condiciones todos los días.
Ensimismado como estaba dando buena cuenta del desayuno tardó aún un rato en volver la vista sobre la sinhadre; el justo en que tardó en quedarse saciado. Cuando lo hizo captó algo de refilón y eso le hizo dejar a un lado la gula y mirarla con más atención.
Cuando mentían demasiado descaradamente sus compañeros chirriaban a la vista: sus palabras decían una cosa y su cuerpo otra completamente distinta. El choque era visualmente tan agudo que si Shizel trataba de seguir demasiado tiempo el hilo de ambas cosas a la vez empezaba a sentir el principio de una migraña. Solía compararlo con tratar de leer dos páginas de un libro al mismo tiempo.
Ocultar información no era lo mismo. No daba dolor de cabeza, sólo era un poco confuso. No obstante no era el caso de Alder: el interés que captó brevemente en su mirada dejaba un mensaje bastante claro.
Divertido, le sostuvo la mirada a propósito esbozando una media sonrisa alentadora, bastante halagado en su fuero interno. Quizá no fuese a cuento de él, pero qué demonios, no había nadie más en la habitación en ese momento.
Una parte de el no podía evitar pensar satisfecha "ya era hora". Todos aquellos días fuera de Idris no había habido eventos sociales, ni reuniones entre amigos, fiestas, ni nada de nada... Nadie que le mirase con interés, invitación o que le diese señales sutiles de que deseaba una breve "charla a solas" con él. Estaba acostumbrado a no tener problemas en ese sentido y en un rinconcito subconsciente de su mente había empezado con el tiempo a sentirse inseguro a medida que pasaba el tiempo en Maciel y nada pasaba. Su ego, en otros aspectos bastante sano, agradeció aquel indicio tranquilizador en ese aspecto.
Cuando estaba a punto de iniciar un tanteo al respecto un alboroto arriba le informó de que buena parte del torreón se hallaba ya despierto, concretamente RR buscándole por alguna clase de zarandaja. Suspiró postergando definitivamente sus planes: a aquellas alturas se veía yendo a la Biblioteca antes de comer.
-Qué quieres- empezó a preguntar en voz alta, pero se interrumpió a mitad de frase dado que el mismo foner se reunió con ellos en el salón. Traía cara de muerto en vida y a Shizel se le olvidó momentáneamente lo que había ocupado sus pensamientos segundos atrás.
-¿RR? ¿Qué pasa?- preguntó un tanto alarmado. No creía que se hubiese colado nada peligroso arriba: de ser así el primer indicio sonoro que habrían recibido del foner habría sido el de un tiroteo y no unas simples voces. Pero aún así parecía bastante traumatizado.
No obstante se le escapó una mueca de descontento cuando Alder le contó que aquello podría ser cosa de una sola vez: ya había empezado a hacerse ilusiones de volver a desayunar en condiciones todos los días.
Ensimismado como estaba dando buena cuenta del desayuno tardó aún un rato en volver la vista sobre la sinhadre; el justo en que tardó en quedarse saciado. Cuando lo hizo captó algo de refilón y eso le hizo dejar a un lado la gula y mirarla con más atención.
Cuando mentían demasiado descaradamente sus compañeros chirriaban a la vista: sus palabras decían una cosa y su cuerpo otra completamente distinta. El choque era visualmente tan agudo que si Shizel trataba de seguir demasiado tiempo el hilo de ambas cosas a la vez empezaba a sentir el principio de una migraña. Solía compararlo con tratar de leer dos páginas de un libro al mismo tiempo.
Ocultar información no era lo mismo. No daba dolor de cabeza, sólo era un poco confuso. No obstante no era el caso de Alder: el interés que captó brevemente en su mirada dejaba un mensaje bastante claro.
Divertido, le sostuvo la mirada a propósito esbozando una media sonrisa alentadora, bastante halagado en su fuero interno. Quizá no fuese a cuento de él, pero qué demonios, no había nadie más en la habitación en ese momento.
Una parte de el no podía evitar pensar satisfecha "ya era hora". Todos aquellos días fuera de Idris no había habido eventos sociales, ni reuniones entre amigos, fiestas, ni nada de nada... Nadie que le mirase con interés, invitación o que le diese señales sutiles de que deseaba una breve "charla a solas" con él. Estaba acostumbrado a no tener problemas en ese sentido y en un rinconcito subconsciente de su mente había empezado con el tiempo a sentirse inseguro a medida que pasaba el tiempo en Maciel y nada pasaba. Su ego, en otros aspectos bastante sano, agradeció aquel indicio tranquilizador en ese aspecto.
Cuando estaba a punto de iniciar un tanteo al respecto un alboroto arriba le informó de que buena parte del torreón se hallaba ya despierto, concretamente RR buscándole por alguna clase de zarandaja. Suspiró postergando definitivamente sus planes: a aquellas alturas se veía yendo a la Biblioteca antes de comer.
-Qué quieres- empezó a preguntar en voz alta, pero se interrumpió a mitad de frase dado que el mismo foner se reunió con ellos en el salón. Traía cara de muerto en vida y a Shizel se le olvidó momentáneamente lo que había ocupado sus pensamientos segundos atrás.
-¿RR? ¿Qué pasa?- preguntó un tanto alarmado. No creía que se hubiese colado nada peligroso arriba: de ser así el primer indicio sonoro que habrían recibido del foner habría sido el de un tiroteo y no unas simples voces. Pero aún así parecía bastante traumatizado.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
28/03/13, 03:30 am
La libense rió congratulada por las reacciones que estaba generando en DL. En un principio, no pretendía que la entrega de dulces acabara así, pero las cosas habían dado un giro inesperado y Karime no era quién para quejarse de la situación que se estaba desarrollando. “Me mentiría a mi misma si dijera que ni lo deseo ni lo necesito.” Se dijo mientras terminaba de lamer el pecho del foner.
Ka ronroneó cuando DL comenzó a prestarle atención a su cuello y no se dio cuenta de la intromisión hasta que RR estuvo mirándolos con la boca abierta de par en par y los otros dos que dormían en la habitación se revolvieron inquietos, los gritos del foner les habían despertado.
- Ey, Pelirrojo, ¿vienes a por algo más de dulce? Todavía queda un poco en mi cuello.- le dijo al foner de casta roja mientras el de casta amarilla seguía lamiéndole. RR no pareció escucharla, ya que salió disparado sin decir una sola palabra.- Bueno, él se lo pierde.- fue simplemente lo que dijo la libense, antes de hacer un amago de centrarse de nuevo en la persona que tenía entre sus piernas, pero el movimiento de al lado le llamo la atención.
Los otros dos habían despertado. El primero en hacerlo fue Aleksei, al que Karime echó con una mirada amenazante y un simple “Largo.” A Saren no hizo falta decirle nada. El idrino se levantó confuso y parecía de mal humor. Salió de la habitación furioso y dando un portazo sin que Ka tuviera tiempo a decir nada. Aunque tampoco le importó. La libense estaba tan centrada en lo que estaba ocurriendo que poco le importó quien entrara o dejara de entrar. “Mientras no molesten.” Pensó inmersa en los placeres que sentía.
- ¿Morder? Así que te gusta morder, ¿eh?- preguntó con un susurro en el oído del foner para luego lamérselo y comenzar a morderle por el lóbulo de la oreja y comenzar el recorrido por el cuello para llegar al pecho y seguir bajando.
Al toparse con la cinturilla de su pantalón, la libense vió necesaria la ayuda de sus manos para seguir con la tarea, por lo que soltó las del foner con una mirada amenazante que claramente decía “No te muevas.” Y comenzó a bajarle los pantalones y los calzoncillos con sus manos y su boca, mordisqueando a su camino cada parte descubierta de la piel del foner. Una vez este estuvo completamente desnudo, Karime volvió a sujetar sus muñecas sobre su cabeza para observarlo de arriba abajo, sin permitir que el foner la tocara y relamiéndose los labios durante algunos segundos ante la imagen expectante que tenía bajo ella. “Esto promete. Nada que envidiar a los hombres de mi tierra.” Pensó para si pícaramente.
Karime volvió a inmovilizarlo sentándose sobre él y sin soltarle las manos y comenzó a morder, lamer y besar cuanto trozo de piel veía del foner. Cara, cuello, brazos, pecho,… no se dejó ni un milímetro, excepto los labios, los cuales ni siquiera rozo. Karime gozaba con las reacciones de DL casi tanto como con sus mordiscos y lametazos. Los movimiento de la libense, tan felinos y fluidos, habían evitado que DL se percatara de que esta se estaba quitando la única ropa que llevaba mientras le mordía. El foner no supo en qué momento habían desaparecido los pantalones de su compañera cuando por fin se percató de que no los llevaba.
- Spoiler:
- En ese momento, Karime lanzó una mirada a DL que no dejó lugar a dudas. No podía esperar más. Con un suave movimiento se situó sobre el foner, sonriéndole lujuriosamente. Hacía rato que se había acabado el juego, aunque no para Karime. Con ayuda de su mano, lo guió hasta su interior, pero cuando tuvo solo la punta dentro se quedó completamente parada para decepción del foner. Sus quejas complacieron en grado sumo a la libense. Sus caderas dibujaron un círculo sobre las de DL poco antes de bajar en un solo movimiento, haciendo que este se hundiera por completo y de un golpe dentro de Karime, que gimió fuertemente.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
28/03/13, 02:39 pm
No prestaba mucha atención a su alrededor más entretenido en recorrer con su lengua y sus dientes la piel tersa del cuello de la líbense. Apenas se percato por el rabillo del ojo como Aleksei y Saren salían de la habitación, cosa que agradeció a pesar de no haberles dado mucha importancia de tenerlos allí, prefería cierta privacidad. Así podrían hacer lo que quisieran sin tener que preocuparse de ser interrumpidos. Sonrió maliciosamente sobre su cuello.
-Algo así,…aunque que no sientas dolor es una lástima- murmuro repartiendo mordiscos por el cuello de Karime hasta su oreja, soltando un jadeo al sentir la caliente lengua de la líbense en su oreja y bajando por su pecho provocando estremecimientos placenteros y que el calor aumentara, su piel se erizaba ante los excitantes movimientos de Karime sobre su cuerpo, sin despegar la mirada de esta relamiéndose con deleite. Sonrió juguetonamente sintiendo una presión molesta en el pantalón, sonriendo de forma inocente cuando Karime le soltó con esa mirada amenazante, que lejos de molestarle excito aun más.
Podía moverse pero no lo hizo, observando los movimientos de esta tan juguetones e incitadores, ante esa prohibición a que la tocase que podría fácilmente rechazar libre como estaba, pero rompería el juego cosa que no deseaba en lo más mínimo. No tardo en verse agarrado de nuevo, completamente desnudo observando el rostro de la chica y su cuerpo bien proporcionado con autentico placer. Inmóvil, sintiendo un calor bastante asfixiante y excitación molesta pero placentera, con Karime sobre su cuerpo y viéndole de esa forma. Se trataba de un juego cruel y perverso, pero del que no se quejaba en lo más mínimo, le sonrió con cierto juego aprovechando la cercanía de la líbense para lamer su barbilla y morderla con expresión falsamente inocente.
-Algo así,…aunque que no sientas dolor es una lástima- murmuro repartiendo mordiscos por el cuello de Karime hasta su oreja, soltando un jadeo al sentir la caliente lengua de la líbense en su oreja y bajando por su pecho provocando estremecimientos placenteros y que el calor aumentara, su piel se erizaba ante los excitantes movimientos de Karime sobre su cuerpo, sin despegar la mirada de esta relamiéndose con deleite. Sonrió juguetonamente sintiendo una presión molesta en el pantalón, sonriendo de forma inocente cuando Karime le soltó con esa mirada amenazante, que lejos de molestarle excito aun más.
Podía moverse pero no lo hizo, observando los movimientos de esta tan juguetones e incitadores, ante esa prohibición a que la tocase que podría fácilmente rechazar libre como estaba, pero rompería el juego cosa que no deseaba en lo más mínimo. No tardo en verse agarrado de nuevo, completamente desnudo observando el rostro de la chica y su cuerpo bien proporcionado con autentico placer. Inmóvil, sintiendo un calor bastante asfixiante y excitación molesta pero placentera, con Karime sobre su cuerpo y viéndole de esa forma. Se trataba de un juego cruel y perverso, pero del que no se quejaba en lo más mínimo, le sonrió con cierto juego aprovechando la cercanía de la líbense para lamer su barbilla y morderla con expresión falsamente inocente.
- Spoiler:
- -Si…que te gusta jugar así….interesante- con la voz ligeramente más profunda y ronca por al excitación que empezaba consumirlo, era prácticamente imposible no calentarse ante esa imagen tan sensual que le mostraba Karime en esos momentos casi devorándolo vivo, prácticamente, cerró los ojos con una media sonrisa juguetona en los labios y jadeando con la piel sensible ante los mordiscos, lamidas y roces que le proporcionaba la líbense aumentando su calentura. Apenas estaba con la cabeza en su sitio cuando sintió un contacto conocido abriendo los ojos para encontrarse con la imagen de una completamente desnuda sobre su pelvis y mirándole de esa forma tan maliciosa y perversa que correspondió.
-Estamos ansioso…- murmuró con tono ronco hablando tanto por ella como por el mismo, que sentía toco el cuerpo reaccionando a al cercanía de la líbense de forma. La mirada de Karime le confirmo sus palabras y más aun sus acciones posteriores, sintiendo ahora más claramente la necesidad de tocarla y que esta le impedía lo frustraba y excitándolo a partes iguales. Mirándola con reproche cuando empezó a introducirse su ansioso y erecto miembro en su interior- Malvada…- protesto respirando entrecorto necesitando llevar aire a sus pulmones, el cuerpo de Karime quemama aumentando su propia temperatura corporal casi lo asfixiaba y mareaba. Apenas estaba llevando aire a sus pulmones mientras se intentaba soltar del sangre, cuando sintió el movimiento circular sobre sus caderas y antes siquiera de darse cuenta se encontraba en el caliente y apretado interior de la líbense, ahogando un gemido mordiéndose el labio inferior con fuerza ante la deliciosa sensación. Aprovechando el descuido de esta para soltarse y llevar sus manos a sus caderas incorporándose un poco con un calor sofocante y que solo parecía aliviarse cuando recorría con su boca el pálido y suave cuerpo de esta, hundiéndose en su interior, bajando sus manos a su trasero para apretarlo casi alzándola sobre sobre sus caderas, sonriendo entre jadeos recorría toda su garganta con largas lamidas y mordiscos, dejandole marca. Frotando su torso desnudo contra los pechos de Karime estremeciéndose de placer ante el contacto de los duros pezones contra su piel desnuda
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
28/03/13, 03:03 pm
RR tardó unos instantes en percatarse de que Shizel estaba a su lado. Poco a poco, el foner fue recordando sus proyectos, aunque aún en shock por la imagen de la habitación.
-Graba una runa de presión, aquí una de almacenamiento, y en el catalejo una de luz.- dijo tomando el rifle y señalando los lugares donde debía situar los símbolos mágicos, aún con la mirada en el infinito y sin posar sus ojos en su interlocutor. Luego, tomando las cacerolas que había estado usando como fuente de hojalata y su libreta, continuó la explicación.- Después, dales esta forma a los recortes de metal, ya sabes, como de botella, pero antes tienes que grabar en el interior de cada uno una runa explosiva: en el culo, para ser exactos. Y ten en cuenta que la boca tiene que tener el diámetro suficiente como para que esto…-comentó mientras sacaba una de las flechas del carcaj que había conseguido abajo y le cortaba el cabezal con unos alicates- quepa sin problemas. Que te cunda.
Tras decir esto, se levantó pesadamente y se retiró escaleras arriba hasta su habitación, dónde se encerró echando el “pestillo” (pues así había decidido llamar a la trampa que atravesaba a las visitas indeseadas) tras de él. Se sentó en su cama y, tras ponerse los cascos de su casi olvidado reproductor de música, comenzó a mirar las piedras que componían la pared de enfrente como si intentara ver qué había más allá. En su pipa ardían lentamente sus reservas de psicotrópicos, y su mente decidió emprender un viaje filosófico más allá de aquella fétida madriguera sin techo en la que se hallaba encerrado con todo aquel puñado de alienígenas lujuriosos y medio lobotomizados.
Mientras la pared comenzaba a cambiar de colores y formas, RR comenzó a darle vueltas a lo que acababa de ver en la habitación de al lado. Sabía que estaba consternado, pero no tenía muy claro por qué. En un primer momento, había creído que se debía al hecho de que DL callera en las redes de un alien sexista sólo por… por… bueno, por tener pechos. A parte de estar apoyando sus absurdas teorías de inferioridad masculina pensando con la polla, el amarillo estaba cayendo en una irresponsabilidad temeraria apareándose con K. Por lo que él sabía, en el mundo del que ella venía perfectamente podrían considerar rutinario comerse al macho una vez acabada la cópula, o castrarlo con una inesperada aunque probable dentadura vaginal. Sólo esperaba que cuando le descuartizara le viniera a la cabeza su cara de cabreo con un “Te lo dije, cabronazo” en los labios.
Pero cuando las rocas comenzaron a tomar un tono fucsia chillón, lo comprendió. Realmente lo que le había jodido era no ser él.
El tiempo transcurrido en aquella ciudad de mala muerte lo había pasado comprobando que todo lo que los rodeaba no mordiera, les disparara o explotara, intentando sobrevivir y que sus compañeros sobrevivieran con él. Bueno, vale, quizá (sólo quizá) su pellejo había estado más arriba en el orden de prioridades, pero aquello repercutía positivamente en el de los demás: Cuanto más tiempo siguiera él vivo, más podría proteger a los demás; de forma colateral, pero protegiéndolos igualmente.
Todo aquello había conllevado, cómo no, cierto grado de asocialidad por su parte. Pero cualquiera con dos dedos de frente podía entender el motivo. ¿Qué clase de hombre precavido sería él si dejara que cualquier alienígena entrara en su cuarto mientras dormía y lo abriera en canal para follarse su intestino? Había que ser cauto. Pero no lo entendían; y no sólo no lo entendían, sino que…
-Nadie te lo agradece.- dijo Schnarg, con su aterciopelada y dulce voz.
-Exactamente.- comentó en tono fatalista RR, mientras contemplaba una de las piedras de la pared, que le devolvía una mirada cargada de comprensión desde sus ojos de reptil.
-Pobre, pobre y triste RR.-continuó la escopeta mientras se acercaba a sentarse a su lado con tono maternal, rodeando sus hombros con un brazo mientras apoyaba la mano restante sobre las del foner.- Ninguno de esos vómitos de ciempiés comprende ni de lejos lo que haces por ellos, ¿verdad?- hizo una breve pausa, que el muchacho llenó con un sordo asentimiento, al que se sumó la ventana, que parecía claramente solidarizada con el muchacho.- Sobre todo esa hembrista desagradecida. Le has salvado el pellejo un par de veces, ¿y qué hace a cambio? Tentarte para luego irse con ese otro rufián de casta alta disfrazado de progresista. ¿Qué se cree esa reaccionaria? ¿que puede ir discriminándote como si fueras un sociópata paranóico por el mero hecho de que lo seas?
-De cabo a rabo, además.-comentó la trampa de la puerta, convertida en un enorme gecko de espalda espinosa, que atendía a la conversación mientras aguardaba encaramado al techo bocarriba.
-Y el niñito consentido de las runas. ¿Has visto que ojitos te ha puesto todos los días? Y ahora va y se arrima a la pirada religiosa, insinuándose, sólo porque no le obliga a hacer armas día y noche.
-Las pérfidas espirales de las escolopendras estivales.-puntualizó de forma críptica el sapo, que observaba la escena desde la charca de la esquina del cuarto. De no haber estado sumergido en una vorágine de autocompasión, RR le habría preguntado qué demonios era una “escolopendra” y qué cojones significaba “estival”. Pero, dado su estado de ánimo, asintió y dejó que Schnarg le tomara con delicada dulzura de la cabeza para que la reposara contra el primer y el segundo par de sus mullidos y aterciopelados pechos.
-Son todos unos desagradecidos…- continuó la escopeta, mientras jugueteaba con sus rojos cabellos.
-Sólo tú me entiendes- comentó con un hilillo de voz lastimera el foner, alzando la mirada hacia los expresivos y sensuales ojos rojos de roedor de su interlocutora. Poca gente podría llegar a comprender lo mucho que puede llegar a transmitir un par de ojos sin iris ni pupila, pero esto es porque no han mirado nunca fijamente a un auro. Ella se limitó a acercar sus suaves labios a los de RR, evitando adecuadamente golpearle con los dientes delanteros ni morderle al besarle. El atormentado muchacho notó cómo la lengua de su escopeta le acariciaba el paladar y volvía a recorrer los ya conocidos caminos dentro de su boca.
Cuando el largo beso llegó a su fin, volvió a mirarlo desde arriba, con sus ojos de feme fatal, acariciando su melena roja.
-No has tenido tiempo ni de tocarte, ¿verdad?- inquirió. Ante la negativa de RR, le comenzó a frotar la nariz con el hocico para consolarle.- Pobre, pobre y triste RR. Tendrás que hacerlo. No, tocarte no.- aclaró cuando notó que las manos del muchacho comenzaban a descender por su peluda espalda hasta sus pantalones.- Tendrás que cargártelos a hachazos. A todos. Lo llevas posponiendo muy tontamente, pero sabes que es la única manera de evitar la Quinta Gran Guerra.
El joven sopesó las palabras de su arma de fuego casera. Desde luego, no estaban faltas de lógica. Y sabía que era su deber. A fin de cuentas, ella era la única que lo comprendía.
-Tienes razón.- sentenció. Y, tras decir esto, se quitó los pantalones, agarró el hacha que yacía bajo la almohada, haciendo oídos sordos a las quejas de esta última, y salió de su habitación, junto con todo el humo que se había acumulado en el interior de la sala, y aún con la pipa en la boca, aunque ya apagada, bajó las escaleras hacia el salón, dónde halló a Shizel y a Alder, sentados a la mesa.
-Debo descuartizaros a hachazos para evitar un genocidio y salvar el mundo.- afirmó con tono serio y claro, lentamente, esperando que le escucharan bien y que la lógica aplastante de su argumento calara por sí sola.
-Graba una runa de presión, aquí una de almacenamiento, y en el catalejo una de luz.- dijo tomando el rifle y señalando los lugares donde debía situar los símbolos mágicos, aún con la mirada en el infinito y sin posar sus ojos en su interlocutor. Luego, tomando las cacerolas que había estado usando como fuente de hojalata y su libreta, continuó la explicación.- Después, dales esta forma a los recortes de metal, ya sabes, como de botella, pero antes tienes que grabar en el interior de cada uno una runa explosiva: en el culo, para ser exactos. Y ten en cuenta que la boca tiene que tener el diámetro suficiente como para que esto…-comentó mientras sacaba una de las flechas del carcaj que había conseguido abajo y le cortaba el cabezal con unos alicates- quepa sin problemas. Que te cunda.
Tras decir esto, se levantó pesadamente y se retiró escaleras arriba hasta su habitación, dónde se encerró echando el “pestillo” (pues así había decidido llamar a la trampa que atravesaba a las visitas indeseadas) tras de él. Se sentó en su cama y, tras ponerse los cascos de su casi olvidado reproductor de música, comenzó a mirar las piedras que componían la pared de enfrente como si intentara ver qué había más allá. En su pipa ardían lentamente sus reservas de psicotrópicos, y su mente decidió emprender un viaje filosófico más allá de aquella fétida madriguera sin techo en la que se hallaba encerrado con todo aquel puñado de alienígenas lujuriosos y medio lobotomizados.
Mientras la pared comenzaba a cambiar de colores y formas, RR comenzó a darle vueltas a lo que acababa de ver en la habitación de al lado. Sabía que estaba consternado, pero no tenía muy claro por qué. En un primer momento, había creído que se debía al hecho de que DL callera en las redes de un alien sexista sólo por… por… bueno, por tener pechos. A parte de estar apoyando sus absurdas teorías de inferioridad masculina pensando con la polla, el amarillo estaba cayendo en una irresponsabilidad temeraria apareándose con K. Por lo que él sabía, en el mundo del que ella venía perfectamente podrían considerar rutinario comerse al macho una vez acabada la cópula, o castrarlo con una inesperada aunque probable dentadura vaginal. Sólo esperaba que cuando le descuartizara le viniera a la cabeza su cara de cabreo con un “Te lo dije, cabronazo” en los labios.
Pero cuando las rocas comenzaron a tomar un tono fucsia chillón, lo comprendió. Realmente lo que le había jodido era no ser él.
El tiempo transcurrido en aquella ciudad de mala muerte lo había pasado comprobando que todo lo que los rodeaba no mordiera, les disparara o explotara, intentando sobrevivir y que sus compañeros sobrevivieran con él. Bueno, vale, quizá (sólo quizá) su pellejo había estado más arriba en el orden de prioridades, pero aquello repercutía positivamente en el de los demás: Cuanto más tiempo siguiera él vivo, más podría proteger a los demás; de forma colateral, pero protegiéndolos igualmente.
Todo aquello había conllevado, cómo no, cierto grado de asocialidad por su parte. Pero cualquiera con dos dedos de frente podía entender el motivo. ¿Qué clase de hombre precavido sería él si dejara que cualquier alienígena entrara en su cuarto mientras dormía y lo abriera en canal para follarse su intestino? Había que ser cauto. Pero no lo entendían; y no sólo no lo entendían, sino que…
-Nadie te lo agradece.- dijo Schnarg, con su aterciopelada y dulce voz.
-Exactamente.- comentó en tono fatalista RR, mientras contemplaba una de las piedras de la pared, que le devolvía una mirada cargada de comprensión desde sus ojos de reptil.
-Pobre, pobre y triste RR.-continuó la escopeta mientras se acercaba a sentarse a su lado con tono maternal, rodeando sus hombros con un brazo mientras apoyaba la mano restante sobre las del foner.- Ninguno de esos vómitos de ciempiés comprende ni de lejos lo que haces por ellos, ¿verdad?- hizo una breve pausa, que el muchacho llenó con un sordo asentimiento, al que se sumó la ventana, que parecía claramente solidarizada con el muchacho.- Sobre todo esa hembrista desagradecida. Le has salvado el pellejo un par de veces, ¿y qué hace a cambio? Tentarte para luego irse con ese otro rufián de casta alta disfrazado de progresista. ¿Qué se cree esa reaccionaria? ¿que puede ir discriminándote como si fueras un sociópata paranóico por el mero hecho de que lo seas?
-De cabo a rabo, además.-comentó la trampa de la puerta, convertida en un enorme gecko de espalda espinosa, que atendía a la conversación mientras aguardaba encaramado al techo bocarriba.
-Y el niñito consentido de las runas. ¿Has visto que ojitos te ha puesto todos los días? Y ahora va y se arrima a la pirada religiosa, insinuándose, sólo porque no le obliga a hacer armas día y noche.
-Las pérfidas espirales de las escolopendras estivales.-puntualizó de forma críptica el sapo, que observaba la escena desde la charca de la esquina del cuarto. De no haber estado sumergido en una vorágine de autocompasión, RR le habría preguntado qué demonios era una “escolopendra” y qué cojones significaba “estival”. Pero, dado su estado de ánimo, asintió y dejó que Schnarg le tomara con delicada dulzura de la cabeza para que la reposara contra el primer y el segundo par de sus mullidos y aterciopelados pechos.
-Son todos unos desagradecidos…- continuó la escopeta, mientras jugueteaba con sus rojos cabellos.
-Sólo tú me entiendes- comentó con un hilillo de voz lastimera el foner, alzando la mirada hacia los expresivos y sensuales ojos rojos de roedor de su interlocutora. Poca gente podría llegar a comprender lo mucho que puede llegar a transmitir un par de ojos sin iris ni pupila, pero esto es porque no han mirado nunca fijamente a un auro. Ella se limitó a acercar sus suaves labios a los de RR, evitando adecuadamente golpearle con los dientes delanteros ni morderle al besarle. El atormentado muchacho notó cómo la lengua de su escopeta le acariciaba el paladar y volvía a recorrer los ya conocidos caminos dentro de su boca.
Cuando el largo beso llegó a su fin, volvió a mirarlo desde arriba, con sus ojos de feme fatal, acariciando su melena roja.
-No has tenido tiempo ni de tocarte, ¿verdad?- inquirió. Ante la negativa de RR, le comenzó a frotar la nariz con el hocico para consolarle.- Pobre, pobre y triste RR. Tendrás que hacerlo. No, tocarte no.- aclaró cuando notó que las manos del muchacho comenzaban a descender por su peluda espalda hasta sus pantalones.- Tendrás que cargártelos a hachazos. A todos. Lo llevas posponiendo muy tontamente, pero sabes que es la única manera de evitar la Quinta Gran Guerra.
El joven sopesó las palabras de su arma de fuego casera. Desde luego, no estaban faltas de lógica. Y sabía que era su deber. A fin de cuentas, ella era la única que lo comprendía.
-Tienes razón.- sentenció. Y, tras decir esto, se quitó los pantalones, agarró el hacha que yacía bajo la almohada, haciendo oídos sordos a las quejas de esta última, y salió de su habitación, junto con todo el humo que se había acumulado en el interior de la sala, y aún con la pipa en la boca, aunque ya apagada, bajó las escaleras hacia el salón, dónde halló a Shizel y a Alder, sentados a la mesa.
-Debo descuartizaros a hachazos para evitar un genocidio y salvar el mundo.- afirmó con tono serio y claro, lentamente, esperando que le escucharan bien y que la lógica aplastante de su argumento calara por sí sola.
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
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