Torreón Maciel (Archivo IV)
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Xana
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Red
23 participantes
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Torreón Maciel (Archivo IV)
10/09/12, 07:00 pm
Recuerdo del primer mensaje :
El paseo terminó frente a un edificio de piedra azulada. En el pasado debía de haber tenido cuatro plantas, pero ahora, el edificio estaba coronado por el esqueleto de algún animal marino. El idrino se quedo mirando la estructura, bastante asombrado. Su mirada se posó en una de las cadenas rotas del puente levadizo, y supuso que si hacían de aquel lugar su refugio, habría que arreglarla de alguna manera. El norteño comprobó la estabilidad del puente, y lo atravesó a paso rápido, llegando hasta las puertas, que para su sorpresa, estaban entreabiertas.
Saren entró en el edificio el primero, y mientras recorría el corredor que daba a la planta baja observando las pintadas de los muros en silencio, sus compañeros entraron detrás de él, cerrando las puertas cuando el último miembro del grupo estuvo dentro. El idrino se encontró en una gran estancia que, debido al aire enrarecido y por la capa de polvo intacta, debía de llevar abandonada varias semanas. Una mesa grande, unas cuantas sillas, y varios sillones bastante raídos, eran el principal mobiliario de aquella planta. A un lado de la estancia había una cocina, con una pequeña encimera, un horno de leña, y varios fogones de hierro, ademas de unos armarios de madera, que supuso llenos de algunos cacharros y bastantes telarañas.
Saren dejo la cesta que llevaba en la encimera, y se encaminó a las escaleras, dispuesto a ver que había arriba. No tardó en recorrer las dos plantas superiores, bajando para informar que en la segunda había una especie de estudio con estanterías vacías y un cuarto con barreños de latón para asearse; y que en la tercera había varios cuartos comunales con unas cuantas camas de aspecto cochambroso. No había subido al piso ocupado por el gran esqueleto, pero informo de que había oído algún que otro aleteo a través del techo de la tercera planta. Había baúles y armarios en as habitaciones, pero no había mirado dentro. Un patio de suelo empedrado, en cuyo centro se alzaba la estatua de un pájaro negro con un gran reloj bastante raro a sus pies, completaba el edificio. En él, había un pozo y al fondo, varios retretes.
-Bueno, yo tengo bastante hambre, así que si adecentáis un poco esa mesa -dijo señalándola, tras informar de sus descubrimientos-, yo me pondré con la cena.
El norteño se acercó a la cocina y busco algo para encender la cocina. Encontró una pila bastante escueta, pero suficiente por el momento, de leños polvorientos, que cogió y colocó en el hueco de piedra bajo los fogones. El norteño sacó un poco de yesca, con la que prendió la madera, paradespués cerrar la pequeña puerta de hierro que protegía el fuego. Mientras la cocina se calentaba, Saren procedió a buscar varios cacharros adecuados para cocinar, y unos cuantos platos y cubiertos que dejo a mano para aquel que pusiera la mesa. Les quitó el polvo, y salió al patio a por un poco de agua.
Saren se quitó los mitones y los guardó en uno de los bolsillos del abrigo, que colgó de un gancho en la pared, para cocinar mas cómodo. Se lavó las manos con un poco del agua que había traído y se arremangó la camisola oscura. Sacó algo de carne cruda y unas verduras de las cestas, y lo limpió todo con el agua del pozo que le quedaba, mientras ponía a calentar un par de cacerolas con un poco de la propia grasilla de la carne, esperando que se derritiera. Cuando tuvo los ingredientes listos, preparó un salteado con las verduras, mientras la carne se tostaba en dados con unas pocas hojas rojizas que había encontrado en la cesta. Apartó las cacerolas del fuego, antes de que la verdura se pasara y la carne se hiciera por el centro, y preparo esta última en una bandeja, para meter el recipiente en la pequeña cavidad al lado del fuego que hacia las veces de horno.
Unos minutos después saco la carne del horno y la puso junto con las verduras en una gran fuente, mientras un sabroso olor se extendía por el edificio. El exterior de la carne estaba algo mas churruscante por el asado. En bastante poco tiempo, Saren, haciendo gala de su talento para la cocina, había preparado un plato delicioso con un aroma casero, que algunos de sus compañeros desconocían, y que venía perfecto para reponer fuerzas. Unas piezas de fruta completaban el menú.
-La cena esta lista-anunció con una sonrisa, siempre le había gustado comer bien.
El paseo terminó frente a un edificio de piedra azulada. En el pasado debía de haber tenido cuatro plantas, pero ahora, el edificio estaba coronado por el esqueleto de algún animal marino. El idrino se quedo mirando la estructura, bastante asombrado. Su mirada se posó en una de las cadenas rotas del puente levadizo, y supuso que si hacían de aquel lugar su refugio, habría que arreglarla de alguna manera. El norteño comprobó la estabilidad del puente, y lo atravesó a paso rápido, llegando hasta las puertas, que para su sorpresa, estaban entreabiertas.
Saren entró en el edificio el primero, y mientras recorría el corredor que daba a la planta baja observando las pintadas de los muros en silencio, sus compañeros entraron detrás de él, cerrando las puertas cuando el último miembro del grupo estuvo dentro. El idrino se encontró en una gran estancia que, debido al aire enrarecido y por la capa de polvo intacta, debía de llevar abandonada varias semanas. Una mesa grande, unas cuantas sillas, y varios sillones bastante raídos, eran el principal mobiliario de aquella planta. A un lado de la estancia había una cocina, con una pequeña encimera, un horno de leña, y varios fogones de hierro, ademas de unos armarios de madera, que supuso llenos de algunos cacharros y bastantes telarañas.
Saren dejo la cesta que llevaba en la encimera, y se encaminó a las escaleras, dispuesto a ver que había arriba. No tardó en recorrer las dos plantas superiores, bajando para informar que en la segunda había una especie de estudio con estanterías vacías y un cuarto con barreños de latón para asearse; y que en la tercera había varios cuartos comunales con unas cuantas camas de aspecto cochambroso. No había subido al piso ocupado por el gran esqueleto, pero informo de que había oído algún que otro aleteo a través del techo de la tercera planta. Había baúles y armarios en as habitaciones, pero no había mirado dentro. Un patio de suelo empedrado, en cuyo centro se alzaba la estatua de un pájaro negro con un gran reloj bastante raro a sus pies, completaba el edificio. En él, había un pozo y al fondo, varios retretes.
-Bueno, yo tengo bastante hambre, así que si adecentáis un poco esa mesa -dijo señalándola, tras informar de sus descubrimientos-, yo me pondré con la cena.
El norteño se acercó a la cocina y busco algo para encender la cocina. Encontró una pila bastante escueta, pero suficiente por el momento, de leños polvorientos, que cogió y colocó en el hueco de piedra bajo los fogones. El norteño sacó un poco de yesca, con la que prendió la madera, paradespués cerrar la pequeña puerta de hierro que protegía el fuego. Mientras la cocina se calentaba, Saren procedió a buscar varios cacharros adecuados para cocinar, y unos cuantos platos y cubiertos que dejo a mano para aquel que pusiera la mesa. Les quitó el polvo, y salió al patio a por un poco de agua.
Saren se quitó los mitones y los guardó en uno de los bolsillos del abrigo, que colgó de un gancho en la pared, para cocinar mas cómodo. Se lavó las manos con un poco del agua que había traído y se arremangó la camisola oscura. Sacó algo de carne cruda y unas verduras de las cestas, y lo limpió todo con el agua del pozo que le quedaba, mientras ponía a calentar un par de cacerolas con un poco de la propia grasilla de la carne, esperando que se derritiera. Cuando tuvo los ingredientes listos, preparó un salteado con las verduras, mientras la carne se tostaba en dados con unas pocas hojas rojizas que había encontrado en la cesta. Apartó las cacerolas del fuego, antes de que la verdura se pasara y la carne se hiciera por el centro, y preparo esta última en una bandeja, para meter el recipiente en la pequeña cavidad al lado del fuego que hacia las veces de horno.
Unos minutos después saco la carne del horno y la puso junto con las verduras en una gran fuente, mientras un sabroso olor se extendía por el edificio. El exterior de la carne estaba algo mas churruscante por el asado. En bastante poco tiempo, Saren, haciendo gala de su talento para la cocina, había preparado un plato delicioso con un aroma casero, que algunos de sus compañeros desconocían, y que venía perfecto para reponer fuerzas. Unas piezas de fruta completaban el menú.
-La cena esta lista-anunció con una sonrisa, siempre le había gustado comer bien.
- Xana
Ficha de cosechado
Nombre: Ariv
Especie: Sinhadre
Habilidades: Memoria, reflejos, orientación.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
04/01/13, 02:33 pm
DL le dijo que no era necesario hacer nada más, y eso supuso una alegría para Ariv. Al menos, esperarían a que los demás regresaran antes de continuar. Sonrió, se encogió de hombros y se dispuso a seguir practicando magia cuando el resto llegó por fin al torreón. La niña rió, contenta, cuando vio que sus compañeros se encontraban más o menos bien. Corrió a saludarlos y a abrazar a K.
—¿Qué habéis hecho? ¿Qué habéis visto? —les preguntó a todos, intrigada. Aún seguía sintiendo curiosidad por lo que aguardaba en las calles de Rocavarancolia, y estaba segura de que la ciudad nunca dejaría de sorprenderla. La libense procedió a contarles su historia, y Ariv se divirtió escuchándola. La chica era muy valiente, y realmente disfrutaba con el peligro de las calles. Quizás esa era la actitud correcta. Quizás para sobrevivir se necesitaba perder el miedo. La niña no lo sabía, pero estaba segura de que lo iría averiguando conforme pasara el tiempo. Una vez todos terminaron de ponerse al día, se fue a dormir, aunque no estaba muy cansada. De hecho, tardó en conciliar el sueño.
A la mañana siguiente, se despertó temprano y, después de un desayuno frugal, se dispuso a practicar, lo que fuera. Estaba decidida a mejorar, a conseguir luchar como K, a dar lo mejor de sí en cuanto a la magia. Al principio encontró dificultades para lograr su objetivo dada su facilidad a distraerse. En cuanto veía que no era capaz de conseguir algo, se enfurruñaba y era mejor que los demás la dejaran tranquila para que pudiera calmarse. Enseguida comenzaba a hacer otra cosa distinta, algo que de verdad se le diera bien. Repasó en numerosas ocasiones el mapa que había dibujado en el libro de Shizel para comprobar que los detalles que recordaba estaban perfectamente señalados.
Con el tiempo, y gracias a las salidas que realizaron en los días siguientes, Ariv logró recordar cada vez más detalles. Aunque aún no era capaz de acordarse de todo, tenía una buena memoria, y pronto fue capaz de orientarse bastante bien. Eso hacía que se sintiera contenta consigo misma. Tal vez fue ese sentimiento el que la animó a proseguir con el resto de sus prácticas, a pesar de todo. Viendo que sus enfados no servían de nada, resolvió intentar las cosas más veces, con más empeño. Cada vez que se distraía o estaba a punto de dejarse vencer por una de sus rabietas, se quedaba quieta unos instantes y contaba hasta diez. Tenía que aprender un poco de disciplina, y era consciente de ello. Tenía que cambiar si de verdad quería aprender y hacerse a la vida en el torreón.
Con el paso de los días, notó que cada vez se abstraía menos, que su capacidad de concentración había aumentado un poco, aunque aún le quedaba mucho camino por recorrer. Las clases con K se le hacían más amenas, y comprobó que, si se esforzaba, podía hacer las cosas bien. A pesar de que aún debía aprender muchas cosas, pronto fue capaz de sostener sus dagas sin vacilar. Cierto, aún no podía vencer a muchas de las criaturas que se escondían en las calles de Rocavarancolia, pero al menos lograba defenderse, con mayor o menor acierto. En cuanto supiera manejarlas con soltura, Ariv quería probar otras armas. Había estado en alguna ocasión en la armería, contemplándolas, tratando de descubrir cuál sería la más adecuada para ella. No obstante, debía tener paciencia, algo que siempre le había resultado muy difícil.
En cuanto a la magia, seguía sintiéndose cansada después de realizar hechizos sencillos. No entendía por qué le ocurría aquello, pero le fastidiaba mucho. Si cada vez que los ponía en práctica le robaban energías, ¿de qué le servirían a la hora de la verdad? No obstante, a medida que fue practicando, notaba que se cansaba menos utilizando los mismos hechizos. Memorizó algunos de ellos que le fueron muy útiles en su día a día. En cuanto Shizel les reveló que era capaz de hacer magia, Ariv le pidió en algunas ocasiones que practicara con ella. La niña notaba que el idrino tenía más facilidad para los hechizos que ella misma y, aunque al principio sentía envidia, pronto dejó de importarle. Lo que quería era ser capaz de valerse por sí misma. Le daba igual de lo que fueran capaces los demás.
Lo que le seguía costando, incluso a veces más que al principio, era limpiar el torreón. Todas las tareas le resultaban aburridas, así que, en general, trataba de escabullirse. Sus intentos solían acabar en fracaso, para su fastidio. La disciplina que se iba inculcando en los entrenamientos no era la misma que la que se aplicaba cuando ocupaba ocuparse de su hogar.
De este modo, transcurrieron dos semanas en el torreón, entre sus compañeros, a los que Ariv ya consideraba como su nueva familia. Su vida en Sinhdro, poco a poco, iba quedando atrás y, aunque no podía olvidar ciertas cosas, ya no pensaba tanto en ellas. Casi no dolían. Las heridas que le había hecho la ceremonia de unión iban cicatrizando. Algún día sanarían, seguro. De momento, Ariv creía verse capaz de hablar de ello con cierta tranquilidad.
Todo era cuestión de tiempo.
—¿Qué habéis hecho? ¿Qué habéis visto? —les preguntó a todos, intrigada. Aún seguía sintiendo curiosidad por lo que aguardaba en las calles de Rocavarancolia, y estaba segura de que la ciudad nunca dejaría de sorprenderla. La libense procedió a contarles su historia, y Ariv se divirtió escuchándola. La chica era muy valiente, y realmente disfrutaba con el peligro de las calles. Quizás esa era la actitud correcta. Quizás para sobrevivir se necesitaba perder el miedo. La niña no lo sabía, pero estaba segura de que lo iría averiguando conforme pasara el tiempo. Una vez todos terminaron de ponerse al día, se fue a dormir, aunque no estaba muy cansada. De hecho, tardó en conciliar el sueño.
A la mañana siguiente, se despertó temprano y, después de un desayuno frugal, se dispuso a practicar, lo que fuera. Estaba decidida a mejorar, a conseguir luchar como K, a dar lo mejor de sí en cuanto a la magia. Al principio encontró dificultades para lograr su objetivo dada su facilidad a distraerse. En cuanto veía que no era capaz de conseguir algo, se enfurruñaba y era mejor que los demás la dejaran tranquila para que pudiera calmarse. Enseguida comenzaba a hacer otra cosa distinta, algo que de verdad se le diera bien. Repasó en numerosas ocasiones el mapa que había dibujado en el libro de Shizel para comprobar que los detalles que recordaba estaban perfectamente señalados.
Con el tiempo, y gracias a las salidas que realizaron en los días siguientes, Ariv logró recordar cada vez más detalles. Aunque aún no era capaz de acordarse de todo, tenía una buena memoria, y pronto fue capaz de orientarse bastante bien. Eso hacía que se sintiera contenta consigo misma. Tal vez fue ese sentimiento el que la animó a proseguir con el resto de sus prácticas, a pesar de todo. Viendo que sus enfados no servían de nada, resolvió intentar las cosas más veces, con más empeño. Cada vez que se distraía o estaba a punto de dejarse vencer por una de sus rabietas, se quedaba quieta unos instantes y contaba hasta diez. Tenía que aprender un poco de disciplina, y era consciente de ello. Tenía que cambiar si de verdad quería aprender y hacerse a la vida en el torreón.
Con el paso de los días, notó que cada vez se abstraía menos, que su capacidad de concentración había aumentado un poco, aunque aún le quedaba mucho camino por recorrer. Las clases con K se le hacían más amenas, y comprobó que, si se esforzaba, podía hacer las cosas bien. A pesar de que aún debía aprender muchas cosas, pronto fue capaz de sostener sus dagas sin vacilar. Cierto, aún no podía vencer a muchas de las criaturas que se escondían en las calles de Rocavarancolia, pero al menos lograba defenderse, con mayor o menor acierto. En cuanto supiera manejarlas con soltura, Ariv quería probar otras armas. Había estado en alguna ocasión en la armería, contemplándolas, tratando de descubrir cuál sería la más adecuada para ella. No obstante, debía tener paciencia, algo que siempre le había resultado muy difícil.
En cuanto a la magia, seguía sintiéndose cansada después de realizar hechizos sencillos. No entendía por qué le ocurría aquello, pero le fastidiaba mucho. Si cada vez que los ponía en práctica le robaban energías, ¿de qué le servirían a la hora de la verdad? No obstante, a medida que fue practicando, notaba que se cansaba menos utilizando los mismos hechizos. Memorizó algunos de ellos que le fueron muy útiles en su día a día. En cuanto Shizel les reveló que era capaz de hacer magia, Ariv le pidió en algunas ocasiones que practicara con ella. La niña notaba que el idrino tenía más facilidad para los hechizos que ella misma y, aunque al principio sentía envidia, pronto dejó de importarle. Lo que quería era ser capaz de valerse por sí misma. Le daba igual de lo que fueran capaces los demás.
Lo que le seguía costando, incluso a veces más que al principio, era limpiar el torreón. Todas las tareas le resultaban aburridas, así que, en general, trataba de escabullirse. Sus intentos solían acabar en fracaso, para su fastidio. La disciplina que se iba inculcando en los entrenamientos no era la misma que la que se aplicaba cuando ocupaba ocuparse de su hogar.
De este modo, transcurrieron dos semanas en el torreón, entre sus compañeros, a los que Ariv ya consideraba como su nueva familia. Su vida en Sinhdro, poco a poco, iba quedando atrás y, aunque no podía olvidar ciertas cosas, ya no pensaba tanto en ellas. Casi no dolían. Las heridas que le había hecho la ceremonia de unión iban cicatrizando. Algún día sanarían, seguro. De momento, Ariv creía verse capaz de hablar de ello con cierta tranquilidad.
Todo era cuestión de tiempo.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
05/01/13, 01:45 am
El despertar de Shizel fue especialmente desagradable aquella mañana. Dos intensas punzadas en las muñecas le dieron la bienvenida a la realidad mientras el idrino se levantaba como un resorte, empapado en sudor.
Muy agitado, se palpó obsesivamente la cara y las manos. Todo seguía en su sitio, intacto.
El alivio que sintió fue tal que se dejó caer a plomo de espaldas en la cama, las imágenes del sueño aún pegadas a su retina. El dolor se había desvanecido tan rápidamente como había venido, pero no así la huella de angustia que la pesadilla había dejado. Se pasó una mano por los ojos, agotado.
"Me cortaban las manos...", pensó, demasiado aturdido aún como para asimilar de verdad las imágenes que había visto. "¿Desde cuándo sueño cosas tan retorcidas?"
Giró pesadamente en la cama, para darse cuenta de que ya era de día. Gruñó. Había vuelto a caer rendido a fuerza de ignorar sus límites, y las pocas horas que aquel sueño artificial le había conferido se reducían prácticamente a nada gracias a la pesadilla de las narices.
Sin embargo, si quería mantener la fachada tenía que despertarse y aparentar normalidad. Se arrastró fuera de la cama como pudo, igual que aquellas dos últimas semanas, sólo para mirarse en el espejo del primer piso y darse cuenta de que tenía unas ojeras espantosas. El cansancio con el que despertaba todos los días podía disfrazarlo, pero aquello no había forma humana de disimularlo.
“A la mierda”, bufó, rindiéndose a la evidencia. “Yo me vuelvo a dormir.”
Regresó de mala gana a la habitación. Antes de volver a tratar de conciliar el sueño, sentado sobre el camastro sacó su baraja de cartas del lugar donde la tenía guardada, y buscó la de la reina azul. Ninguna cara conocida le devolvió la mirada desde ella.
Cuando iba a devolver la baraja a la mesilla, más tranquilo ahora, una de las cartas resbaló al suelo aterrizando boca abajo. Shizel la recogió y le dio la vuelta. Esta vez fue el rey rojo el que le contemplaba inexpresivo desde la superficie de cartón.
Sintió un escalofrío. "Basta."
Ese día, antes de volver a echarse a dormir, Shizel dejó la ventana abierta de par en par.
Muy agitado, se palpó obsesivamente la cara y las manos. Todo seguía en su sitio, intacto.
El alivio que sintió fue tal que se dejó caer a plomo de espaldas en la cama, las imágenes del sueño aún pegadas a su retina. El dolor se había desvanecido tan rápidamente como había venido, pero no así la huella de angustia que la pesadilla había dejado. Se pasó una mano por los ojos, agotado.
"Me cortaban las manos...", pensó, demasiado aturdido aún como para asimilar de verdad las imágenes que había visto. "¿Desde cuándo sueño cosas tan retorcidas?"
Giró pesadamente en la cama, para darse cuenta de que ya era de día. Gruñó. Había vuelto a caer rendido a fuerza de ignorar sus límites, y las pocas horas que aquel sueño artificial le había conferido se reducían prácticamente a nada gracias a la pesadilla de las narices.
Sin embargo, si quería mantener la fachada tenía que despertarse y aparentar normalidad. Se arrastró fuera de la cama como pudo, igual que aquellas dos últimas semanas, sólo para mirarse en el espejo del primer piso y darse cuenta de que tenía unas ojeras espantosas. El cansancio con el que despertaba todos los días podía disfrazarlo, pero aquello no había forma humana de disimularlo.
“A la mierda”, bufó, rindiéndose a la evidencia. “Yo me vuelvo a dormir.”
Regresó de mala gana a la habitación. Antes de volver a tratar de conciliar el sueño, sentado sobre el camastro sacó su baraja de cartas del lugar donde la tenía guardada, y buscó la de la reina azul. Ninguna cara conocida le devolvió la mirada desde ella.
Cuando iba a devolver la baraja a la mesilla, más tranquilo ahora, una de las cartas resbaló al suelo aterrizando boca abajo. Shizel la recogió y le dio la vuelta. Esta vez fue el rey rojo el que le contemplaba inexpresivo desde la superficie de cartón.
Sintió un escalofrío. "Basta."
Ese día, antes de volver a echarse a dormir, Shizel dejó la ventana abierta de par en par.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
08/01/13, 11:35 pm
Después de recibir al lacayo grotesco enviado por Wen instando al grupo a acudir al burdel, se dirigieron la mayoría de los cuchitrileros, acompañados por Matt y Nia, quien había aparecido sorpresivamente, hacia allí. Al parecer Cain era quien los había hecho llamar y su propuesta fue inmediatamente bien recibida por el grupo. Noel desde luego no puso ninguna pega a la idea de ir a espiar cosechados, era algo que tenían todavía pendiente y ya que esa mañana no había entrenamiento le pareció una buena sustitución. Al parecer el invocador tenía los retratos de dos de los cosechados y ambos estaban refugiándose en Maciel, así que la decisión de ir primero a ese torreón llevó sus pasos hacia el área sudoeste de la ciudad.
Los cuchitrileros les contaron a sus amigos del burdel sobre el gólem que Matt les había regalado y por el camino debatieron acerca de qué nombre ponerle. Para cuando se quisieron dar cuenta ya podían ver Maciel bastante cerca, por lo que la conversación se interrumpió y apuraron el paso hacia los muros del torreón.
-Veamos si hay suerte y hay algún cosechado en el patio, así podemos encaramarnos al muro y observar desde ahí como la otra vez.
El draco no se hizo esperar y alzó el vuelo. Cuando alcanzó la parte superior de la pared, asomó la cabeza tratando de no hacer ruido. Vio a tres personas en el patio, realizando lo que sin duda era un entrenamiento. Noel volvió al suelo con el resto y les comunicó lo que había visto.
-Tan sólo hay tres ahora mismo, pero quizás salgan más. Los tres tienen apariencia humana aunque estoy casi seguro de que la chica mayor es de Libo. El hecho de que está llena de piercings y esa tendencia al exhibicionismo son bastante esclarecedores -explicó el chico acompañando su comentario de una leve carcajada- ¿Subimos, pues? -los invitó a todos con un gesto.
Una vez se encontraron todos en lo alto del muro, Noel observó más detenidamente a los tres cosechados que había debajo de ellos. Dos chicas y un chico. Como ya había dicho, estaba convencido de que la chica de pelo largo y negro era libense. El chico era un muchacho pelirrojo y de cuerpo menudo que estaba intentando lanzar unos cuchillos torpemente. Y la otra chica parecía ser más o menos de la misma edad que el pelirrojo, también bastante pequeña y que trataba de manejar unas dagas. Sobre esta última, Noel oyó a Jack contar con evidente emoción que se trataba de Ariv, una de sus cosechadas de Sinhdro.
-Ah, así que ella es una de tus sinhadres... En ese caso ya sé cuál será mi primera apuesta. Lo siento mucho por la chica pero apuesto por su muerte, hice una promesa y no la voy a incumplir aunque estuviera borracho cuando la hice. Los borrachos no mienten, dicen, y no voy a ser yo el que le lleve la contraria a un dicho tan extendido -le dijo el draco al vampiro sonriendo con malicia.
Volvió a observar a los otros dos y al cabo de unos segundos sus apuestas estaban decididas.
-Respecto a la chica de Libo, se ve que tiene bastante soltura con esas armas y que se sabe defender bien. Así que mi apuesta evidentemente es... su muerte -dijo el draco para luego girarse y recibir las miradas extrañadas. Sonrió ampliamente y prosiguió-. No me he vuelto loco. Bueno, tal vez sí, pero esta vez quiero perder. Tengo mucha curiosidad por saber qué clase de castigo me pondría el ganador y si realmente me resultaría algo difícil o desagradable de hacer -respondió a las mudas preguntas de sus amigos descaradamente y se encogió de hombros, todavía sonriente-. Y el chico apuesto que sobrevive, claro está -finalizó sin añadir nada más, no considerádolo necesario.
Era un niño bastante pequeño y debilucho. Por supuesto la ciudad estaba llena de sorpresas, pero sin duda de buenas a primeras no parecía tener muchas probabilidades de sobrevivir sin depender del resto de sus compañeros.
Mientras hacían las apuestas, Noel recordó que Matt y Wen no sabían que habían apostado también con sus vidas. El draco pensó que lo más probable era que lo dedujesen ahora, preguntándose qué pensarían al respecto. Además de eso, también se preguntaba acerca del peculiar objeto que Cain había insistido en llevar con él.
-Por cierto, ¿esa palangana es por si alguno de los cosechados nos produce vómitos? -bromeó el draco desvergonzadamente esperando que el invocador de demonios aclarase el motivo de traer algo de esas características.
Los cuchitrileros les contaron a sus amigos del burdel sobre el gólem que Matt les había regalado y por el camino debatieron acerca de qué nombre ponerle. Para cuando se quisieron dar cuenta ya podían ver Maciel bastante cerca, por lo que la conversación se interrumpió y apuraron el paso hacia los muros del torreón.
-Veamos si hay suerte y hay algún cosechado en el patio, así podemos encaramarnos al muro y observar desde ahí como la otra vez.
El draco no se hizo esperar y alzó el vuelo. Cuando alcanzó la parte superior de la pared, asomó la cabeza tratando de no hacer ruido. Vio a tres personas en el patio, realizando lo que sin duda era un entrenamiento. Noel volvió al suelo con el resto y les comunicó lo que había visto.
-Tan sólo hay tres ahora mismo, pero quizás salgan más. Los tres tienen apariencia humana aunque estoy casi seguro de que la chica mayor es de Libo. El hecho de que está llena de piercings y esa tendencia al exhibicionismo son bastante esclarecedores -explicó el chico acompañando su comentario de una leve carcajada- ¿Subimos, pues? -los invitó a todos con un gesto.
Una vez se encontraron todos en lo alto del muro, Noel observó más detenidamente a los tres cosechados que había debajo de ellos. Dos chicas y un chico. Como ya había dicho, estaba convencido de que la chica de pelo largo y negro era libense. El chico era un muchacho pelirrojo y de cuerpo menudo que estaba intentando lanzar unos cuchillos torpemente. Y la otra chica parecía ser más o menos de la misma edad que el pelirrojo, también bastante pequeña y que trataba de manejar unas dagas. Sobre esta última, Noel oyó a Jack contar con evidente emoción que se trataba de Ariv, una de sus cosechadas de Sinhdro.
-Ah, así que ella es una de tus sinhadres... En ese caso ya sé cuál será mi primera apuesta. Lo siento mucho por la chica pero apuesto por su muerte, hice una promesa y no la voy a incumplir aunque estuviera borracho cuando la hice. Los borrachos no mienten, dicen, y no voy a ser yo el que le lleve la contraria a un dicho tan extendido -le dijo el draco al vampiro sonriendo con malicia.
Volvió a observar a los otros dos y al cabo de unos segundos sus apuestas estaban decididas.
-Respecto a la chica de Libo, se ve que tiene bastante soltura con esas armas y que se sabe defender bien. Así que mi apuesta evidentemente es... su muerte -dijo el draco para luego girarse y recibir las miradas extrañadas. Sonrió ampliamente y prosiguió-. No me he vuelto loco. Bueno, tal vez sí, pero esta vez quiero perder. Tengo mucha curiosidad por saber qué clase de castigo me pondría el ganador y si realmente me resultaría algo difícil o desagradable de hacer -respondió a las mudas preguntas de sus amigos descaradamente y se encogió de hombros, todavía sonriente-. Y el chico apuesto que sobrevive, claro está -finalizó sin añadir nada más, no considerádolo necesario.
Era un niño bastante pequeño y debilucho. Por supuesto la ciudad estaba llena de sorpresas, pero sin duda de buenas a primeras no parecía tener muchas probabilidades de sobrevivir sin depender del resto de sus compañeros.
Mientras hacían las apuestas, Noel recordó que Matt y Wen no sabían que habían apostado también con sus vidas. El draco pensó que lo más probable era que lo dedujesen ahora, preguntándose qué pensarían al respecto. Además de eso, también se preguntaba acerca del peculiar objeto que Cain había insistido en llevar con él.
-Por cierto, ¿esa palangana es por si alguno de los cosechados nos produce vómitos? -bromeó el draco desvergonzadamente esperando que el invocador de demonios aclarase el motivo de traer algo de esas características.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
09/01/13, 12:52 am
Cain permaneció en silencio dejando a los chicos debatir sobre el nombre que le pondrían al golem que, al parecer, les había regalado Matt. Se había llevado la pipa y en cuanto tuvo oportunidad la encendió para fumar un rato, advirtiendo a los demás que evitasen respirar el humo en la medida de lo posible, aunque por si acaso había invocado un pequeño vórtice que absorvía el humo lejos de sus compañeros. Una vez encaramados al muro se echó rió por lo bajo a causa de las elecciones de Noel.
-Yo no me fiaría de los enanos debiluchos, siempre engañan- dijo dando una calada a la pipa- Y no, no voy a dejar que vomitéis en la palangana. Las apuestas no son divertidas con solo tres cachorros, ¿verdad? Y yo he venido a por unos en concreto...
Buscó un lugar donde apoyar la palangana y con tinta y grasa dibujó un círculo de invocación en el fondo, un pentáculo simple con algunos nombres clave en una lengua perdida. Enterró cinco cuentas azules en la grasa del círculo y luego llenó la palangana de agua.
-Este rito está bastante anticuado, así que necesitaré sangre de virgen...-paseó la mirada por el grupo- Tú mismo, por hablar- con una aguja que sacó de nadie sabe donde le dio un pinchazo a Noel en el brazo y extrajo una gota de sangre que luego enjuagó en el agua de la palangana.
La gota cayó, pesada como si fuese sólida, tornandose de un color violáceo y estirándose hasta alcanzar las puntas del pentáculo. De las esferas brotó escarcha, y de la escarcha nacieron escarabajos de hielo, decenas de escarabajos transparentes que rebosaron por los bordes de la palangana y a una orden de Cain bajaron por el muro y se desperdigaron por el patio y el interior del torreón.
-Tienen facilidad para camuflarse y son rápidos y escurridizos.- explicó. le dió unos toques a la palangana para calibrar la señal que venía de la visión de los insectos. Ahora el agua reflejaba a la chica libense desde un angulo bastante interesante. Cain se puso a hacer bocetos rápidos- Pedidle a la palangana qué sala quereis ver o hacia donde quereis que se muevan los bichos. Pero antes dejadme acabar a estos tres- y la imagen cambió a Timmy.
-Yo no me fiaría de los enanos debiluchos, siempre engañan- dijo dando una calada a la pipa- Y no, no voy a dejar que vomitéis en la palangana. Las apuestas no son divertidas con solo tres cachorros, ¿verdad? Y yo he venido a por unos en concreto...
Buscó un lugar donde apoyar la palangana y con tinta y grasa dibujó un círculo de invocación en el fondo, un pentáculo simple con algunos nombres clave en una lengua perdida. Enterró cinco cuentas azules en la grasa del círculo y luego llenó la palangana de agua.
-Este rito está bastante anticuado, así que necesitaré sangre de virgen...-paseó la mirada por el grupo- Tú mismo, por hablar- con una aguja que sacó de nadie sabe donde le dio un pinchazo a Noel en el brazo y extrajo una gota de sangre que luego enjuagó en el agua de la palangana.
La gota cayó, pesada como si fuese sólida, tornandose de un color violáceo y estirándose hasta alcanzar las puntas del pentáculo. De las esferas brotó escarcha, y de la escarcha nacieron escarabajos de hielo, decenas de escarabajos transparentes que rebosaron por los bordes de la palangana y a una orden de Cain bajaron por el muro y se desperdigaron por el patio y el interior del torreón.
-Tienen facilidad para camuflarse y son rápidos y escurridizos.- explicó. le dió unos toques a la palangana para calibrar la señal que venía de la visión de los insectos. Ahora el agua reflejaba a la chica libense desde un angulo bastante interesante. Cain se puso a hacer bocetos rápidos- Pedidle a la palangana qué sala quereis ver o hacia donde quereis que se muevan los bichos. Pero antes dejadme acabar a estos tres- y la imagen cambió a Timmy.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
09/01/13, 02:44 am
Cuando el grupo llegó a Maciel, Gael estaba hiperactivo por la emoción. Tenía muchas ganas de ver las caras a los nuevos cosechados. Además esta había sido una muy buena cosecha, aunque no para él, recordó con amargura. Aun así, eso no ensombrecía las ganas que tenía de acechar una vez más y, por supuesto, hacer las apuestas que seguramente se convertirían en tradición para todos ellos. Cuando Noel se encaramó al muro, Gael le siguió para agazaparse detrás de las piedras y se asomó lo justo y necesario. Solo la mala suerte haría que se giraran en ese momento y los viesen, porque estaban ocupados entrenando. «Maldita sea, pero solo hay tres en el patio, puñetera mala suerte» pensó al verlos. Noel volvió abajo para informar de la situación, supuso, ya que tenían que hablar demasiado bajo como para oírlo desde allí.
Esperó a que los demás subieran completamente oculto tras el muro, aunque aguzando el oído para poder escuchar si decían algo los que entrenaban. Cuando subieron supo que una de las chicas era sinhadre. La otra era bastante evidente que venía de Libo, y en cuanto al muchacho era difícil saberlo, su aspecto era totalmente humano y la vestimenta no revelaba nada. Las apuestas no tardaron en comenzar. Animado, Gael se puso a pensar en los que tenía delante, había podido ver su forma física.
-Bien, bien, bien –murmuró frotándose las manos-. A ver cómo sale la cosa este año, no querría perder dos veces seguidas. Para mí la libense tiene todas las de sobrevivir, en cuanto a los otros dos… parece que se esfuerzan en aprender, por eso voy a salvar a uno. Él muere, ella vive.
Tomó nota mental de sus elecciones, para poder escribirlas todas al volver a casa, tratando de no liar sus apuestas con las de los demás. Noel en ese momento estaba diciendo que quería perder a propósito, y después de haberse ganado dos miradas extrañadas seguidas, Gael se tragó una carcajada que pugnaba por salir.
-Ya decía yo… no te uniste a mí en la taberna solo por la diversión, en realidad te gusta pasar bochorno. –Con una sonrisa de oreja a oreja miró a su amigo desafiante-. Vale, me pensaré bien mis apuestas a ver si esta vez me toca ser a mí el que decide. Aunque por otro lado estaría bien que te saliera el tiro por la culata, por querer llevar la contraria.
Se le escapó una pequeña risilla, apenas un bufido, y empezó a pensar en qué cosas podría hacer si ganase. Sus pensamientos se interrumpieron cuando Noel mencionó la palangana de Caín. Se había imaginado que tendría que ver con algún demonio, pero no había llegado a preguntar. Hacía ya tiempo que tenía poco trato con Caín, y bastante le había sorprendido que les llamara para espiar juntos a los cosechados. Después de escuchar la explicación sintió más interés por lo que iba a hacer el invocador con la palangana, y no perdió detalle. Lo que Caín consiguió con aquel artilugio era algo tan genial que casi se le olvidó hablar en voz baja cuando lo comentó.
-¡Qué bueno! Si no fuera por ti las apuestas habrían sido cutrísimas –le dijo agradecido.
Esperaron a que terminase sus dibujos y empezaron a trastear para ver a los que no habían salido al patio. Entre todos fueron dándole órdenes para encontrar a los cosechados, y para algunos parecía un juego, porque se divirtieron y bromearon mientras se disputaban el derecho de decidir a donde mover los bichos, Gael entre ellos. Según fueron encontrando a algunos de ellos, el fuego fatuo fue haciendo sus apuestas.
-Vaya, este no está bien… -sintió una punzada de lástima al entrever en la sábana que le faltaba una pierna, pero se quitó esa idea de la cabeza. Que siguiera vivo y luchando hizo que se ganara su simpatía-. Aun así apuesto a que sobrevive. Si lo ha conseguido hasta ahora, dentro del torreón seguirá relativamente a salvo. –Poco después encontraron a otro, un chico moreno aparentemente humano que barría el suelo. «Elliot apostaría por su supervivencia, solo por limpiar el torreón» pensó divertido, aunque no llegó a decirlo en alto-. Apuesto por la muerte de este –señaló tras usar solo su intuición. Después se recordó que el año anterior su intuición no había sido precisamente útil, y las próximas apuestas iba a tener que pensárselas un poco más. A continuación decidieron ver la zona que ocupaban las estirges, y la casualidad quiso que hubiera otro cosechado allí en ese momento. Era claramente nublino, y parecía querer ganarse la amistad de las aves-. Este es un poco temerario, así que… este muere.
«Creo que estoy siendo bastante negativo» pensó, no sin una pizca de recochineo.
Esperó a que los demás subieran completamente oculto tras el muro, aunque aguzando el oído para poder escuchar si decían algo los que entrenaban. Cuando subieron supo que una de las chicas era sinhadre. La otra era bastante evidente que venía de Libo, y en cuanto al muchacho era difícil saberlo, su aspecto era totalmente humano y la vestimenta no revelaba nada. Las apuestas no tardaron en comenzar. Animado, Gael se puso a pensar en los que tenía delante, había podido ver su forma física.
-Bien, bien, bien –murmuró frotándose las manos-. A ver cómo sale la cosa este año, no querría perder dos veces seguidas. Para mí la libense tiene todas las de sobrevivir, en cuanto a los otros dos… parece que se esfuerzan en aprender, por eso voy a salvar a uno. Él muere, ella vive.
Tomó nota mental de sus elecciones, para poder escribirlas todas al volver a casa, tratando de no liar sus apuestas con las de los demás. Noel en ese momento estaba diciendo que quería perder a propósito, y después de haberse ganado dos miradas extrañadas seguidas, Gael se tragó una carcajada que pugnaba por salir.
-Ya decía yo… no te uniste a mí en la taberna solo por la diversión, en realidad te gusta pasar bochorno. –Con una sonrisa de oreja a oreja miró a su amigo desafiante-. Vale, me pensaré bien mis apuestas a ver si esta vez me toca ser a mí el que decide. Aunque por otro lado estaría bien que te saliera el tiro por la culata, por querer llevar la contraria.
Se le escapó una pequeña risilla, apenas un bufido, y empezó a pensar en qué cosas podría hacer si ganase. Sus pensamientos se interrumpieron cuando Noel mencionó la palangana de Caín. Se había imaginado que tendría que ver con algún demonio, pero no había llegado a preguntar. Hacía ya tiempo que tenía poco trato con Caín, y bastante le había sorprendido que les llamara para espiar juntos a los cosechados. Después de escuchar la explicación sintió más interés por lo que iba a hacer el invocador con la palangana, y no perdió detalle. Lo que Caín consiguió con aquel artilugio era algo tan genial que casi se le olvidó hablar en voz baja cuando lo comentó.
-¡Qué bueno! Si no fuera por ti las apuestas habrían sido cutrísimas –le dijo agradecido.
Esperaron a que terminase sus dibujos y empezaron a trastear para ver a los que no habían salido al patio. Entre todos fueron dándole órdenes para encontrar a los cosechados, y para algunos parecía un juego, porque se divirtieron y bromearon mientras se disputaban el derecho de decidir a donde mover los bichos, Gael entre ellos. Según fueron encontrando a algunos de ellos, el fuego fatuo fue haciendo sus apuestas.
-Vaya, este no está bien… -sintió una punzada de lástima al entrever en la sábana que le faltaba una pierna, pero se quitó esa idea de la cabeza. Que siguiera vivo y luchando hizo que se ganara su simpatía-. Aun así apuesto a que sobrevive. Si lo ha conseguido hasta ahora, dentro del torreón seguirá relativamente a salvo. –Poco después encontraron a otro, un chico moreno aparentemente humano que barría el suelo. «Elliot apostaría por su supervivencia, solo por limpiar el torreón» pensó divertido, aunque no llegó a decirlo en alto-. Apuesto por la muerte de este –señaló tras usar solo su intuición. Después se recordó que el año anterior su intuición no había sido precisamente útil, y las próximas apuestas iba a tener que pensárselas un poco más. A continuación decidieron ver la zona que ocupaban las estirges, y la casualidad quiso que hubiera otro cosechado allí en ese momento. Era claramente nublino, y parecía querer ganarse la amistad de las aves-. Este es un poco temerario, así que… este muere.
«Creo que estoy siendo bastante negativo» pensó, no sin una pizca de recochineo.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
09/01/13, 03:47 pm
Despertarse relativamente pronto s empezaba a hacer una rutina y el no separarse de sus armas y apuntes sobre magia y runas que había hecho en esas dos semanas también. Dl se desperezo abandonando la habitación y bajando al primer piso entrando a la cocina para tomar una fruta que comenzó a comerse, notando que estaban quedándose sin comida, de nuevo. Desde que YR había despertado la comida desaparecía incluso más rápido que de costumbre, el foner parecía tener un pozo sin fondo por estomago. “Tal vez debería intentar ayudarle aprender magia, en el caso de que tenga el poder, así al menos ayudaría un poco más que estando postrado. Pues ni con la pata de palo quiere moverse” pensó viendo al mencionado durmiendo en el sofá de la sala al salir de la cocina. Entendía que estuviera adolorido y cansado, era evidente, pero no podía estar eternamente así, debería dar un poco de si mismo también en ayudar al torreón. Supiro saliendo al patio viendo practicar a K junto a Ariv y Timmy como hacían en el último tiempo.
-Nos estamos quedando sin comida, de nuevo, como tenemos planeada esa posible salida al otro torreón mas tarde traeré las cestas, a ver si hoy si funciona mi método para variar- dijo informando al resto, antes de ir a la entrada del torreón abriendo la puerta para activar una runa que había dibujado sobre una piedra de la entrada. Le había costado bastante aprender a dibujarlas y aun no había conseguido del todo bien activarlas, y menos en largas distancias pero todos los días lo intentaba, ya que si conseguía su objetivo se salvarían de salidas peligrosas en alguna que otra ocasión que podrían aprovechar para otro tipo de salidas a la ciudad. El método era algo básico en realidad aunque complicado de realizar.
En esas dos semanas había realizado un circuito de runas, dibujando runas de impulso enlazada con una de levitación y con otra de dirección. Estoy circuitos se encontraban cada pocos metros realizados en diferentes días, cosa que le había costado lo suyo idear y que luego había pedido a Shizel que las anclara con su magia, desde el lugar donde dejaban siempre las cestas hasta pocos metros del puente que atravesaba el foso hacia el torreón, ahorrándoles un largo camino hasta las cestas y la aparición de “amigos” no tan bienvenidos. Pronto se dio cuenta que le era imposible para él, por eso le pidió la ayuda al idrino, pero si podía activarlas, como descubrió en una práctica inicial en el torreón al subir un cubo de agua desde el patio hasta el segundo piso, con la caída en picado posterior del mismo.
-A ver si hoy por fin funciona…que con la mala suerte que estoy teniendo usando la dichosa magia no se yo si habrá suerte-murmuro activando la runa de la pared que estaba conectada las otras, el problema es que el recorrido que debía hacer las cestas seria mas largo que el que realizo el cubo en el patio y tal vez no funcionaria, solo le quedaba probar-Sino bueno….al menos abre aprendido a dibujar correctamente las runas, seamos positivos-se dijo concentrándose en activar el recorrido de runas para el servicio a domicilio de cestas.
-Nos estamos quedando sin comida, de nuevo, como tenemos planeada esa posible salida al otro torreón mas tarde traeré las cestas, a ver si hoy si funciona mi método para variar- dijo informando al resto, antes de ir a la entrada del torreón abriendo la puerta para activar una runa que había dibujado sobre una piedra de la entrada. Le había costado bastante aprender a dibujarlas y aun no había conseguido del todo bien activarlas, y menos en largas distancias pero todos los días lo intentaba, ya que si conseguía su objetivo se salvarían de salidas peligrosas en alguna que otra ocasión que podrían aprovechar para otro tipo de salidas a la ciudad. El método era algo básico en realidad aunque complicado de realizar.
En esas dos semanas había realizado un circuito de runas, dibujando runas de impulso enlazada con una de levitación y con otra de dirección. Estoy circuitos se encontraban cada pocos metros realizados en diferentes días, cosa que le había costado lo suyo idear y que luego había pedido a Shizel que las anclara con su magia, desde el lugar donde dejaban siempre las cestas hasta pocos metros del puente que atravesaba el foso hacia el torreón, ahorrándoles un largo camino hasta las cestas y la aparición de “amigos” no tan bienvenidos. Pronto se dio cuenta que le era imposible para él, por eso le pidió la ayuda al idrino, pero si podía activarlas, como descubrió en una práctica inicial en el torreón al subir un cubo de agua desde el patio hasta el segundo piso, con la caída en picado posterior del mismo.
-A ver si hoy por fin funciona…que con la mala suerte que estoy teniendo usando la dichosa magia no se yo si habrá suerte-murmuro activando la runa de la pared que estaba conectada las otras, el problema es que el recorrido que debía hacer las cestas seria mas largo que el que realizo el cubo en el patio y tal vez no funcionaria, solo le quedaba probar-Sino bueno….al menos abre aprendido a dibujar correctamente las runas, seamos positivos-se dijo concentrándose en activar el recorrido de runas para el servicio a domicilio de cestas.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
09/01/13, 04:15 pm
Giz se había sentado en el aire, con las piernas cruzadas y asomándose lo justo para ver el patio de Maciel. Solo había tres cosechados, pero sus amigos no habían tardado en ponerse con las apuestas mientras Cain preparaba algo en la palangana. Escuchó con expresión divertida cómo Noel quería apostar al revés y casi hasta lo agradeció. El asreniano no estaba seguro de cuánto sentido del ridículo tendría y no quería comprobarlo por perder la apuesta.
-Hum... Yo creo que me apaño con no perder. No me importa no imponer el castigo-comentó en voz baja antes de ponerse con las apuestas- Y yendo al grano... Creo que el niño de los cuchillos vivirá y la niña pequeña también. Morirá la libense, me da en la nariz-Cain acabó de preparar su hechizo en el recipiente y Giz se asomó para ver al resto, conforme el dueño del burdel iba acabando los dibujos-. El cojo morirá, no se va a ningún lado sin pierna. El barrendero puede ser que viva, sobretodo si simplemente se dedica a darle a la escoba. El de las estirges... Diré que también vive-en concreto, el nublino le recordó a sus primeros días como cosechado, que también fueron en Maciel. Giz había hecho lo mismo con los pájaros.
Entonces sintió un cosquilleo en la gola y se asomó al patio, para observar al cosechado que acababa de poner en marcha las runas. Era un joven peliblanco, de ojos amarillos. No sabía de dónde podría ser, pero le dio un poco igual. Estaba haciendo magia.
-Ese sobrevive-comentó, mientras aguardaba a que Cain acabara los dibujos para ver al resto.
-Hum... Yo creo que me apaño con no perder. No me importa no imponer el castigo-comentó en voz baja antes de ponerse con las apuestas- Y yendo al grano... Creo que el niño de los cuchillos vivirá y la niña pequeña también. Morirá la libense, me da en la nariz-Cain acabó de preparar su hechizo en el recipiente y Giz se asomó para ver al resto, conforme el dueño del burdel iba acabando los dibujos-. El cojo morirá, no se va a ningún lado sin pierna. El barrendero puede ser que viva, sobretodo si simplemente se dedica a darle a la escoba. El de las estirges... Diré que también vive-en concreto, el nublino le recordó a sus primeros días como cosechado, que también fueron en Maciel. Giz había hecho lo mismo con los pájaros.
Entonces sintió un cosquilleo en la gola y se asomó al patio, para observar al cosechado que acababa de poner en marcha las runas. Era un joven peliblanco, de ojos amarillos. No sabía de dónde podría ser, pero le dio un poco igual. Estaba haciendo magia.
-Ese sobrevive-comentó, mientras aguardaba a que Cain acabara los dibujos para ver al resto.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Xana
Ficha de cosechado
Nombre: Ariv
Especie: Sinhadre
Habilidades: Memoria, reflejos, orientación.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
09/01/13, 10:38 pm
Ariv se levantó pronto aquella mañana. Había dormido pocas horas, pero había sido un sueño profundo, así que no se sentía cansada. Todo lo contrario: tenía muchas ganas de empezar el entrenamiento. Cuanto antes aprendiera a manejar las dagas, antes podría pedirle a K que le enseñara a utilizar otro tipo de armas, más difíciles. Tomó un desayuno frugal —la comida comenzaba a escasear— y, tras descansar un poco, cogió las dagas y salió al patio, donde la esperaban la libense y Timmy. Llevaban bastantes días entrenándose juntos. Aquello ya se había convertido en una rutina.
—¡Buenos días! — los saludó a ambos con una sonrisa. Las horas que pasaba practicando junto a ellos le gustaban mucho, tanto como las que pasaba inmersa en las páginas del libro de magia. No obstante, respecto a la magia sentía que tenía cierto límite, que no podría llegar al nivel máximo. Había hechizos que le costaban una barbaridad y otros que no había logrado realizar.
Sin embargo, tenía la sensación de que, si seguía entrenándose con regularidad, podría llegar a ser una buena luchadora. Tal vez eran impresiones suyas, pero estaba dispuesta a intentarlo.
De inmediato, se puso a practicar los movimientos que K le había enseñado. Sonrió al notar que tenía más soltura que al principio. En ese momento, llegó DL y anunció que tendrían que salir a por cestas, aunque después de la visita al otro torreón. Ariv asintió. Tenía muchas ganas de ver a sus otros compañeros. La vez que habían ido ellos a Maciel se había sentido tan confusa que apenas había tenido tiempo para hablar con ellos en condiciones.
—¡Yo te ayudo con las cestas! —se ofreció y, cuando el foner se fue, continuó con sus prácticas. Miró a K y a Timmy de reojo. Parecía que el muchacho también estaba mejorando, y se alegró por ello.
—¡Buenos días! — los saludó a ambos con una sonrisa. Las horas que pasaba practicando junto a ellos le gustaban mucho, tanto como las que pasaba inmersa en las páginas del libro de magia. No obstante, respecto a la magia sentía que tenía cierto límite, que no podría llegar al nivel máximo. Había hechizos que le costaban una barbaridad y otros que no había logrado realizar.
Sin embargo, tenía la sensación de que, si seguía entrenándose con regularidad, podría llegar a ser una buena luchadora. Tal vez eran impresiones suyas, pero estaba dispuesta a intentarlo.
De inmediato, se puso a practicar los movimientos que K le había enseñado. Sonrió al notar que tenía más soltura que al principio. En ese momento, llegó DL y anunció que tendrían que salir a por cestas, aunque después de la visita al otro torreón. Ariv asintió. Tenía muchas ganas de ver a sus otros compañeros. La vez que habían ido ellos a Maciel se había sentido tan confusa que apenas había tenido tiempo para hablar con ellos en condiciones.
—¡Yo te ayudo con las cestas! —se ofreció y, cuando el foner se fue, continuó con sus prácticas. Miró a K y a Timmy de reojo. Parecía que el muchacho también estaba mejorando, y se alegró por ello.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
10/01/13, 02:01 am
Por el camino, los cuchitrileros debaten qué nombre ponerle al regalo que Matt acaba de hacerles: un gólem de arena. Mientras, yo me devano el poco seso detallista pero no se me ocurre nada que regalarles, aunque ya haga tiempo de la inauguración de su nuevo hogar... Y lo poco que se me ocurre lo descarto por su reticencia a tener más deudas... <<Ya se me ocurrirá algo...>>
Al rato llegamos al torreón y, tras el anuncio de Noel, nos subimos al muro con cuidado, con lo que logramos ver a tres entrenando en el patio. Al momento reconozco a Ariv y lo comento en un susurro
-¿Veis a la otra chica? ¡Claro que la veis, es mi cosechada! La pobre... espero que sobreviva... Qué digo, sobrevivirá.-aseguro, desconociendo lo que el draco estaba a punto de decir.
Y habló. Y sacudí la cabeza, riendo a veces, con las apuestas, pero a la hora de apostar en contra de Ariv... Hum. Mirada asesina obligada, seguida de mi mejor sonrisa amenazadora
-Ay si yo ganase... -y vuelvo a reir en silencio, sin pensar en qué haría.
Después Cain nos revela el uso de su palangana y, para disfrute propio, elige pinchar al draco para lograr el rito. Los insectos se cuelan en el torreón y los demás se disputan su control mientras siguen apostando.
-Pues yo digo que Ariv, la de Libo y el de los cuchillos junto al de la magia sobreviven. El de la escoba, si atacasen el torreón como en la nuestra, sería un cebo ideal, junto con el cojo. Y el otro retratado, el humanoide de piel gris y ojos azules, también, a no ser que sean para ponerles una lápida en el cementerio... Y el nublino muere. Tan alto y con las estirges... Malamente.
A pesar de todo, me siento incómodo. Esos niños podrían morir en un par de horas, diantre... Y sin embargo, míralos apostando como si nada. ¿Y esta vuelta atrás? ¿Por los sinhadres? Se van a reír de mí como me niegue... Y miremoslo así: si apuesto en contra y vive, ¿dónde está el problema? <<Pero si mueren... Un regalo fresco para Gael. Qué digo, eso ya es otra cosa... Ugh, no>>
-¿Pues sabéis qué? Aquí da mucho el sol y yo no puedo asomarme tanto...-si fuera de noche, perfecto, pero en plena mañana y con la protección tenía que ir con cuidado o me verían.-Contadme las apuestas en Letargo.-remato sonriendo.
Acto seguido me deshago en humo y recorro el borde del muro dispersándome lo máximo posible y avanzando de manera casi imperceptible, buscando por dónde entrar. Por arriba descartado: podría espantar a las estirges e imagina que el nublino se asusta y se mata... Eh, ganaría un tanto!>> Así que decido buscar una ventana abierta y, mientras que todas están cerradas y algunas parecen incluso atrancadas, hay una tranquilamente abierta. Y dentro un durmiente idrino, reconocible por su piel gris y sus "orejas" de aleta. Y muy mala cara. Sigo deslizándome por el techo y luego bajo la puerta hacia la escalera, siguiendo otro rastro de sangre que me lleva a una puerta atrancada. Quien esté dentro está despierto, cosa que compruebo pasando bajo y entre un sinfín de mecanismos tras la madera. Otro pelirrojo, pero más mono, ¿diseñando armas? <<Esa ballesta parece hecha por él... Como Niko y yo... ¡Este sobrevive sin duda!>>
Salgo, recordando viejos tiempos, y pegado a los escalones y a la pared, me dejo casi caer intentando parecer polvo, buscando a los demás. Al llegar a la planta principal, veo a uno de los insectos volviendo de la cocina, o al menos iba envuelto en el olor del desayuno y más sangre, pero prefiero no aventurarme por si acuden todos a comer y vuelvo al dormitorio del durmiente.
-Nos vemos tras la Luna-le susurro al oído antes de volver a salir y poner rumbo a Letargo, imaginando que despierte y si sobrevive, recordarle la frase. O quizá no se la recuerde. O quizá salga luego a por cestas y le caiga un colaespina encima.
Sigue en el Torreón Letargo.
Al rato llegamos al torreón y, tras el anuncio de Noel, nos subimos al muro con cuidado, con lo que logramos ver a tres entrenando en el patio. Al momento reconozco a Ariv y lo comento en un susurro
-¿Veis a la otra chica? ¡Claro que la veis, es mi cosechada! La pobre... espero que sobreviva... Qué digo, sobrevivirá.-aseguro, desconociendo lo que el draco estaba a punto de decir.
Y habló. Y sacudí la cabeza, riendo a veces, con las apuestas, pero a la hora de apostar en contra de Ariv... Hum. Mirada asesina obligada, seguida de mi mejor sonrisa amenazadora
-Ay si yo ganase... -y vuelvo a reir en silencio, sin pensar en qué haría.
Después Cain nos revela el uso de su palangana y, para disfrute propio, elige pinchar al draco para lograr el rito. Los insectos se cuelan en el torreón y los demás se disputan su control mientras siguen apostando.
-Pues yo digo que Ariv, la de Libo y el de los cuchillos junto al de la magia sobreviven. El de la escoba, si atacasen el torreón como en la nuestra, sería un cebo ideal, junto con el cojo. Y el otro retratado, el humanoide de piel gris y ojos azules, también, a no ser que sean para ponerles una lápida en el cementerio... Y el nublino muere. Tan alto y con las estirges... Malamente.
A pesar de todo, me siento incómodo. Esos niños podrían morir en un par de horas, diantre... Y sin embargo, míralos apostando como si nada. ¿Y esta vuelta atrás? ¿Por los sinhadres? Se van a reír de mí como me niegue... Y miremoslo así: si apuesto en contra y vive, ¿dónde está el problema? <<Pero si mueren... Un regalo fresco para Gael. Qué digo, eso ya es otra cosa... Ugh, no>>
-¿Pues sabéis qué? Aquí da mucho el sol y yo no puedo asomarme tanto...-si fuera de noche, perfecto, pero en plena mañana y con la protección tenía que ir con cuidado o me verían.-Contadme las apuestas en Letargo.-remato sonriendo.
Acto seguido me deshago en humo y recorro el borde del muro dispersándome lo máximo posible y avanzando de manera casi imperceptible, buscando por dónde entrar. Por arriba descartado: podría espantar a las estirges e imagina que el nublino se asusta y se mata... Eh, ganaría un tanto!>> Así que decido buscar una ventana abierta y, mientras que todas están cerradas y algunas parecen incluso atrancadas, hay una tranquilamente abierta. Y dentro un durmiente idrino, reconocible por su piel gris y sus "orejas" de aleta. Y muy mala cara. Sigo deslizándome por el techo y luego bajo la puerta hacia la escalera, siguiendo otro rastro de sangre que me lleva a una puerta atrancada. Quien esté dentro está despierto, cosa que compruebo pasando bajo y entre un sinfín de mecanismos tras la madera. Otro pelirrojo, pero más mono, ¿diseñando armas? <<Esa ballesta parece hecha por él... Como Niko y yo... ¡Este sobrevive sin duda!>>
Salgo, recordando viejos tiempos, y pegado a los escalones y a la pared, me dejo casi caer intentando parecer polvo, buscando a los demás. Al llegar a la planta principal, veo a uno de los insectos volviendo de la cocina, o al menos iba envuelto en el olor del desayuno y más sangre, pero prefiero no aventurarme por si acuden todos a comer y vuelvo al dormitorio del durmiente.
-Nos vemos tras la Luna-le susurro al oído antes de volver a salir y poner rumbo a Letargo, imaginando que despierte y si sobrevive, recordarle la frase. O quizá no se la recuerde. O quizá salga luego a por cestas y le caiga un colaespina encima.
Sigue en el Torreón Letargo.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
10/01/13, 06:31 pm
Para cuando Shizel volvió a despertarse ya era muy pasado el mediodía. Le invadió una sensación a la vez familiar y extraña: aunque llevaba durmiendo hasta muy tarde prácticamente desde que nació, hacía años que no tenía la sensación de haberlo hecho por verdadera necesidad, y no por pereza.
Se acodó en el ventanal abierto y vio a sus compañeros entrenando abajo en el patio. El viento que entraba por él terminó de despejarle y decidió bajar a por un desayuno tardío. Aquello de no tirar de una campanilla para que le trajesen la comida a la cama en un día vago, sino bajar él mismo a prepararse algo desde cero, tenía cierto encanto. Escaso, pero lo tenía.
-Tengo la piel seca- fue lo primero que dijo (tras saludar a todo el mundo antes, la educación idrina ante todo) cuando llegó al patio, estirándose para desentumecer los huesos-. ¡Seca, joder! ¿Dónde están las piscinas en esta ciudad que no sean bañeras miserables?
Sin embargo se quejaba por vicio. Se sentía mejor de lo que lo había hecho en semanas, más lúcido. Estaba de tan buen humor que tenía ganas de silbar, y de hecho así lo hizo mientras se dirigía al pozo en busca de agua para el baño. Sin embargo, una vez allí el accidente que había tenido lugar días antes con el cubo y DL le dio una idea.
Entró de nuevo en el torreón y correteó por él hasta encontrar cierto libro de magia con el que hacía tiempo atrás había visto trastear a RR. Lo hojeó hasta encontrar lo que deseaba y se lo llevó consigo al patio.
Los movimientos no eran muy complejos pero sí rápidos y muy seguidos: le costó unos cuantos intentos, pero al final tuvo ante sí a un lacayo grotesco. No se hacía ilusiones respecto a tener un criado mágico propio: había leído las instrucciones antes y sabía que servía para acciones más bien pequeñas y que además no duraba mucho. Sin embargo, para aquello serviría.
Dirigió una mirada calculadora al cubo que lo había tenido esclavizado aquellas tres semanas.
-¿Puedes subir eso?- preguntó en tono dubitativo. Ante la falta de reacción del ente recordó que no entendía su idioma y hojeó frenéticamente el libro en busca de un equivalente.
-“Tráeme eso”- ordenó con la mayor precisión que pudo, señalándole el cántaro.
Se desplazó de un lado a otro del patio, comprobando que el lacayo le seguía con el cubo colgando de la boca y sin derramar ni una sola gota. Volvió a entrar en el torreón con aire triunfal y subió las escaleras con las manos en los bolsillos y una enorme sonrisa de satisfacción estampada en la cara, a plena vista de todos los que estaban en el patio en ese momento.
-Mwahahahaha- soltó una risotada maligna antes de desaparecer en dirección al piso de arriba-. Abrid paso al amo del cubo, mortales.
De haber sido su versión de siete años la que estaba allí, probablemente habría ido correteando por el camino. La versión de diecisiete, sin embargo, se limitó a hacer el recorrido las veces que hizo falta; muy ufano, eso sí.
La siguiente parte del experimento consistía en aplicar un hechizo térmico al agua de la bañera. Shizel siseó entusiasmado al notar cómo la perspectiva de un baño calentito, de los de verdad, se acercaba más y más a cada segundo en el que mantenía la mano sumergida.
-¡Agua caliente!- anunció ilusionadísimo por la ventana a sus compañeros cuando hubo terminado. Aquella cosa tan simple, que había dado por hecha en Idris, ahora bastaba para alegrarle el día. La tarde se presentaba inmejorable.
Mientras esperaba a que estuviese a la temperatura ideal, pensó en lo que había oído a DL acerca de ir a por las cestas si el armazón de runas no funcionaba. A la vuelta podrían pasarse por Letargo y con suerte volver para la hora de comer...
Se acodó en el ventanal abierto y vio a sus compañeros entrenando abajo en el patio. El viento que entraba por él terminó de despejarle y decidió bajar a por un desayuno tardío. Aquello de no tirar de una campanilla para que le trajesen la comida a la cama en un día vago, sino bajar él mismo a prepararse algo desde cero, tenía cierto encanto. Escaso, pero lo tenía.
-Tengo la piel seca- fue lo primero que dijo (tras saludar a todo el mundo antes, la educación idrina ante todo) cuando llegó al patio, estirándose para desentumecer los huesos-. ¡Seca, joder! ¿Dónde están las piscinas en esta ciudad que no sean bañeras miserables?
Sin embargo se quejaba por vicio. Se sentía mejor de lo que lo había hecho en semanas, más lúcido. Estaba de tan buen humor que tenía ganas de silbar, y de hecho así lo hizo mientras se dirigía al pozo en busca de agua para el baño. Sin embargo, una vez allí el accidente que había tenido lugar días antes con el cubo y DL le dio una idea.
Entró de nuevo en el torreón y correteó por él hasta encontrar cierto libro de magia con el que hacía tiempo atrás había visto trastear a RR. Lo hojeó hasta encontrar lo que deseaba y se lo llevó consigo al patio.
Los movimientos no eran muy complejos pero sí rápidos y muy seguidos: le costó unos cuantos intentos, pero al final tuvo ante sí a un lacayo grotesco. No se hacía ilusiones respecto a tener un criado mágico propio: había leído las instrucciones antes y sabía que servía para acciones más bien pequeñas y que además no duraba mucho. Sin embargo, para aquello serviría.
Dirigió una mirada calculadora al cubo que lo había tenido esclavizado aquellas tres semanas.
-¿Puedes subir eso?- preguntó en tono dubitativo. Ante la falta de reacción del ente recordó que no entendía su idioma y hojeó frenéticamente el libro en busca de un equivalente.
-“Tráeme eso”- ordenó con la mayor precisión que pudo, señalándole el cántaro.
Se desplazó de un lado a otro del patio, comprobando que el lacayo le seguía con el cubo colgando de la boca y sin derramar ni una sola gota. Volvió a entrar en el torreón con aire triunfal y subió las escaleras con las manos en los bolsillos y una enorme sonrisa de satisfacción estampada en la cara, a plena vista de todos los que estaban en el patio en ese momento.
-Mwahahahaha- soltó una risotada maligna antes de desaparecer en dirección al piso de arriba-. Abrid paso al amo del cubo, mortales.
De haber sido su versión de siete años la que estaba allí, probablemente habría ido correteando por el camino. La versión de diecisiete, sin embargo, se limitó a hacer el recorrido las veces que hizo falta; muy ufano, eso sí.
La siguiente parte del experimento consistía en aplicar un hechizo térmico al agua de la bañera. Shizel siseó entusiasmado al notar cómo la perspectiva de un baño calentito, de los de verdad, se acercaba más y más a cada segundo en el que mantenía la mano sumergida.
-¡Agua caliente!- anunció ilusionadísimo por la ventana a sus compañeros cuando hubo terminado. Aquella cosa tan simple, que había dado por hecha en Idris, ahora bastaba para alegrarle el día. La tarde se presentaba inmejorable.
Mientras esperaba a que estuviese a la temperatura ideal, pensó en lo que había oído a DL acerca de ir a por las cestas si el armazón de runas no funcionaba. A la vuelta podrían pasarse por Letargo y con suerte volver para la hora de comer...
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
10/01/13, 08:51 pm
Vaya vaya, así que estos son los chicos de Maciel… Interesante, no sabía que este año había tantos cosechados, pues también hay en letargo. En primer lugar, observo con detenimiento los que se pasan por el patio. Una de las chicas es nombrada por Jack como Ariv, una de las sinhadres que cosechó.
—Pues yo… de estos tres… La sinhadre digo que morirá, venga, y la otra chica diría que no, que vivirá. En cuanto al chico… –Por su aspecto diría que no, pero algo… una corazonada… no, ni siquiera es eso. No es que me destaque por mi intuición, pero… ¿Por qué no? Por una vez me fiaré–, digo que sobrevivirá.
Observo el rito que hace Caín en la palangana. Bien, ahora podemos verlos a todos. Es un alivio, podríamos esperar todo el día y aún no estaríamos seguros de haberlos visto a todos. Bien, venga. Observo en la palangana las peticiones de mis compañeros. Al primero al que vemos es a un chico que, desgraciadamente, parece que ha perdido la pierna en esta ciudad. Tenemos el precedente de alguien que ha sobrevivido sin una extremidad en mi cosecha, pero aun así…
Al segundo que vemos es a un chico que se encuentra haciendo limpieza del torreón. Parece tranquilo y sereno, aunque a la vez un tanto frágil. Creo que ya tengo decidido mi resultado para este.
A continuación, vemos a un nublino en el nido de las estirges. Curioso, parece que quiere ganarse su confianza. Es extraño, pero… me gusta su actitud. Además, creo que los nublinos tienen una capacidad de adaptación excepcional.
Giz detecta magia. ¿Runas? Me asomo junto a él al patio y descubro a un chico de pelo blanco. Me pregunto qué estará haciendo, ¿algún tipo de experimento? ¡Qué interesante…! Y qué precipitado, a la vez. Antes que me dé tiempo a pensar más en él, sale otro chico albino, pero esta vez con la piel de un curioso color plateado. Un idrino, sin duda. Interesante, tiene un carácter bastante llamativo, pero me gusta. Oh, y su exhibición mágica no ha estado mal… aunque quizás un tanto innecesaria. Tanto da, parece que era más bien un experimento.
Seguimos saltando habitaciones hasta que llegamos a una en la que reside un chico con un artilugio entre las manos que parece…
—Espera, ¡¿es eso una escopeta!? –Exclamo con un tono algo más alto del que debería.
Lo cierto es que el artefacto me sorprende, aunque el aspecto que tiene, aparte de tosco, se me antoja igual un tanto frágil… no, eso no; inestable es la palabra. Se nota que la ha hecho el chico, al igual que lo otro… ¿eso es una trampa? ¿Qué clase de loco pone trampas en su propio cuarto? Si me hablaras de mágicas aun, pero todo eso… cualquier fallo y el que puede acabar fatal es él.
Por último, pido visitar las cocinas, un lugar que parecía tan evidente que a nadie parece que se le había ocurrido… Y, evidentemente, ahí hay un chico cocinando. Cocinando… los cocineros son muy importantes, si muriera les fastidiaría bastante…
Cuando no parece que hay más cosechados que observar, procedo a expresar los resultados de mis conclusiones –o de mi intuición, más bien–.
—Bueno, menudo plantel hay Maciel este año… Apuesto por la muerte del tullido y del barrendero, pero tanto el nublino como los dos albinos creo que vivirán, me gusta el carácter y su afán por experimentar con la magia. En cambio, por el chico de la escopeta y el cocinero no doy muchos puntos… pero creo que el segundo vivirá, mientras que por el otro no doy mucho: morirá.
—Pues yo… de estos tres… La sinhadre digo que morirá, venga, y la otra chica diría que no, que vivirá. En cuanto al chico… –Por su aspecto diría que no, pero algo… una corazonada… no, ni siquiera es eso. No es que me destaque por mi intuición, pero… ¿Por qué no? Por una vez me fiaré–, digo que sobrevivirá.
Observo el rito que hace Caín en la palangana. Bien, ahora podemos verlos a todos. Es un alivio, podríamos esperar todo el día y aún no estaríamos seguros de haberlos visto a todos. Bien, venga. Observo en la palangana las peticiones de mis compañeros. Al primero al que vemos es a un chico que, desgraciadamente, parece que ha perdido la pierna en esta ciudad. Tenemos el precedente de alguien que ha sobrevivido sin una extremidad en mi cosecha, pero aun así…
Al segundo que vemos es a un chico que se encuentra haciendo limpieza del torreón. Parece tranquilo y sereno, aunque a la vez un tanto frágil. Creo que ya tengo decidido mi resultado para este.
A continuación, vemos a un nublino en el nido de las estirges. Curioso, parece que quiere ganarse su confianza. Es extraño, pero… me gusta su actitud. Además, creo que los nublinos tienen una capacidad de adaptación excepcional.
Giz detecta magia. ¿Runas? Me asomo junto a él al patio y descubro a un chico de pelo blanco. Me pregunto qué estará haciendo, ¿algún tipo de experimento? ¡Qué interesante…! Y qué precipitado, a la vez. Antes que me dé tiempo a pensar más en él, sale otro chico albino, pero esta vez con la piel de un curioso color plateado. Un idrino, sin duda. Interesante, tiene un carácter bastante llamativo, pero me gusta. Oh, y su exhibición mágica no ha estado mal… aunque quizás un tanto innecesaria. Tanto da, parece que era más bien un experimento.
Seguimos saltando habitaciones hasta que llegamos a una en la que reside un chico con un artilugio entre las manos que parece…
—Espera, ¡¿es eso una escopeta!? –Exclamo con un tono algo más alto del que debería.
Lo cierto es que el artefacto me sorprende, aunque el aspecto que tiene, aparte de tosco, se me antoja igual un tanto frágil… no, eso no; inestable es la palabra. Se nota que la ha hecho el chico, al igual que lo otro… ¿eso es una trampa? ¿Qué clase de loco pone trampas en su propio cuarto? Si me hablaras de mágicas aun, pero todo eso… cualquier fallo y el que puede acabar fatal es él.
Por último, pido visitar las cocinas, un lugar que parecía tan evidente que a nadie parece que se le había ocurrido… Y, evidentemente, ahí hay un chico cocinando. Cocinando… los cocineros son muy importantes, si muriera les fastidiaría bastante…
Cuando no parece que hay más cosechados que observar, procedo a expresar los resultados de mis conclusiones –o de mi intuición, más bien–.
—Bueno, menudo plantel hay Maciel este año… Apuesto por la muerte del tullido y del barrendero, pero tanto el nublino como los dos albinos creo que vivirán, me gusta el carácter y su afán por experimentar con la magia. En cambio, por el chico de la escopeta y el cocinero no doy muchos puntos… pero creo que el segundo vivirá, mientras que por el otro no doy mucho: morirá.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
10/01/13, 11:54 pm
KARIME
Como todas las mañanas, Karime había comenzado su entrenamiento poco después del amanecer. Últimamente había pasado a dormir poco y muy intensamente, por lo que se dedicaba a aprovechar al máximo las horas del día; sobre todo, las horas con luz.
Ella había sido la primera en salir al patio a entrenar, seguida de cerca por Timmy y luego por Ariv. “Sus niños”, como ella los llamaba juguetonamente, estaban progresando mucho, lo que le hacía sentir plena a la libense, que cada vez se empeñaba más en aprender nuevas técnicas y estilos de lucha para que sus cameos como profesora nunca se vieran faltos de aprendizaje.
Ka, como todos los días, les hizo representar a sus pequeños alumnos lo aprendido el día anterior para luego enseñarles movimientos nuevos o modificados y supervisarles mientras ella practicaba con sus armas. Ese tipo de aprendizaje funcionaba bastante bien, pero eso ella ya lo sabía, pues esta no era la primera vez que hacía de profesora. Por mucho que lo intentara, Karime no podía evitar recordar a Ilol cuando entrenaba por las mañanas. Su pequeño y avispado hermanito tenía la misma vitalidad que sus alumnos y el mismo interés en aprender. “Por las Brujas Antiguas, cuanto echo de menos a ese renacuajo.” Pensaba cada vez que veía a los pequeños del torreón manejarse con las armas. “Un andrógino… siempre supe que él era especial, que era alguien grande.” Se dijo con media sonrisa soñadora. “Si mama no lo hubiera vendido… ¡Le hubiera gustado tanto estar aquí!”
WEDNESDAY
Los cuchitrileros a los que había mandado llamar pronto estuvieron en el burdel, preparado para ir a espiar a los nuevos cosechados. “Seguro que nos espiaron a nosotros también. Seguro que siempre se ha espiado a los cosechados. ¿Se imaginarían que íbamos a acabar así? ¿Qué íbamos a ser amigos? No, seguramente muchos de ellos votaron por nuestra muerte.” Pensó la vouivre mientras seguía al grupo, que discutía sobre el mejor nombre para el golem que les había regalado Matt. “Yo también voy a votar por muertes, aunque puede que en un futuro los conozca personalmente.” Seguía reflexionando. “En el fondo, es un juego bastante inocente. Si, apostamos sobre quién morirá y quién vivirá, pero no vamos a ser nosotros quienes cumplan esa apuesta. La ciudad los intentará matar, como a todos. Solo tienen que saber ganársela.”
Cuando llegaron a Maciel, Wen no pudo evitar mirar el torreón con algo de melancolía por sus días de cosecha, cuando no era más que una niñata borde y antisocial. “Cuanto ha llovido desde entonces, a pesar de que fue hace nada.” Recordó. Sus amigos comenzaron a apostar con los pocos cosechados que se encontraban en el patio: dos chicas y un chico. Gracias a lo que había leído sobre mundos vinculados pudo reconocer la procedencia de la más mayor, una líbense que, para su asombro, llevaba el mismo arco que ella había usado durante su criba. Eso, unido a la destreza y conocimiento que demostraba con las armas, hizo que se ganara su voto. La otra chica, la cual Jack había identificado como sinhadre, le pareció más débil, pero le recordaba, en cierta manera, a Kaethe, por lo que le dio un voto de confianza. El niño, por el contrario, le pareció más bien carne de cañón, por mucho que se esforzara con los cuchillos.
Al verse imposibilitados para espiar al resto de habitantes de Maciel, Cain por fin descubrió el uso de la palangana y la usó para observar cualquier habitación del torreón. Los siguientes cosechados que se vieron fueron fáciles de catalogar como muerto/vivo. El tullido, el barrendero y el cocinero acabarían muertos, aunque la decisión de meter a este último entre los muertos quizás se debía por una pequeña envidia hacia ellos por tener quien les cocinara, al contrario de lo que ellos tuvieron en su criba. Por el contrario, el de las trampas en la habitación, el de la bañera, el de las runas y el de las estirges eran un voto positivo a su entender.
- Si, no he puesto a demasiados muertos, pero, no sé por qué, pero confío en una mayoría de vivos. - confesó casi sarcásticamente.
Tras catalogar a todos los habitantes del torreón, pusieron rumbo a Letargo, el cual la británica no conocía.
- Quiero saber y espero que no me neguéis el placer. - Comenzó a pedir.- ¿Quién de vosotros votó por mi muerte?
Sigue en el Torreón Letargo.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
12/01/13, 04:34 am
Nia
La ulterana y el resto del grupo finalmente llegaron a Maciel. A simple vista se podian apreciar a algunos de los cosechados, pero fue finalmente gracias a aquel ritual que habia conjurado Cain que pudieron apreciar a todos y a cada uno de los presentes. Nia no tardó en sacar un cuaderno y comenzó a anotar nombres y a dibujar rapidamente caras al lado de los nombres. Parecia tan concentrada en lo que hacia que nadie esperaba que dijera palabra alguna.
-Yo diria que dos o tres no llegarán más allá de la Luna Roja.-dijo de pronto. Los demás se sorprendieron ante las palabras de Nia, quien abiertamente se oponia a las apuestas sobre las vidas de los cosechados.-Solo intentando ser razonable, claro. Mi apuesta es para los dos más pequeños y el herido.-dijo, señalando a Timmy, a Ariv y a YR. Era algo cruel aquello, pero la ciudad no habia hecho distinciones antes y habia sido cruel con todos. Ciegamente dio por muertos a los más jóvenes ya que aguantarian menos que los más adultos, sanos o maduros. Suspiró a continuación, sopesando cada palabra que decia.
-Pero vamos, atendiendo a la lógica. No tengo nada en contra de ellos dos.-
<<Ni de ninguno de los otros.>>pensó y guardó silencio. Si por ella fuera, nadie tendria que morir en las cosechas. Pero aquello no compaginaba con la ciudad en la que estaba. Lo unico que podia hacer por ellos era, una vez llegada la Luna, que no se perdiesen más vidas por heridas o enfrentamientos tontos. Aquella pierna cercenada no tenia muy buena pinta. Casi habian hecho un apaño para el amputamiento de esta y Nia podia olerse una infeccion en ella. Sin embargo, mientras que alguno de los cosechados se les veia algo perdidos y condenados, otros portaban la fuerza caracteristica en los rocavarancolenses. Llamandole especialmente la atención la libense, por su destreza y fuerza, era sin duda una guerrera. Dejando de lado su llamativa apariencia, caracteristica de Libo, era la que podria llamarse entre ellos "su favorita" Era imposible que esa chica no sobreviviera a la Luna, pero como bien habia experimentado en sus propias carnes, aquella noche era una locura y desenfreno en la que de todo podia pasar.
Decidieron pasar ya al segundo torreón, el torreón letargo. Nostalgia se avecinó ante la ulterana recordando él lugar. Dio una amplia sonrisa. Esperaba que de alguno de los letarguinos le llamara la atención, por orgullo de ser una ex-letarguera más que nada. Se preguntó tambien si estarian limpiando bien el lugar. Elliot seguro que saltaria sobre sus pescuezos si no lo tenian por costumbre. Rió jovialmente por lo bajo y entonces escuchó como Wen preguntó porquien habia votado por ella a la hora de las muertes. Nia pronto se abrio de brazos y dio una respuesta escueta.
-Yo no aposté el año pasado.-dijo, quedandosele algo pendiente por decir que calló.
La ulterana y el resto del grupo finalmente llegaron a Maciel. A simple vista se podian apreciar a algunos de los cosechados, pero fue finalmente gracias a aquel ritual que habia conjurado Cain que pudieron apreciar a todos y a cada uno de los presentes. Nia no tardó en sacar un cuaderno y comenzó a anotar nombres y a dibujar rapidamente caras al lado de los nombres. Parecia tan concentrada en lo que hacia que nadie esperaba que dijera palabra alguna.
-Yo diria que dos o tres no llegarán más allá de la Luna Roja.-dijo de pronto. Los demás se sorprendieron ante las palabras de Nia, quien abiertamente se oponia a las apuestas sobre las vidas de los cosechados.-Solo intentando ser razonable, claro. Mi apuesta es para los dos más pequeños y el herido.-dijo, señalando a Timmy, a Ariv y a YR. Era algo cruel aquello, pero la ciudad no habia hecho distinciones antes y habia sido cruel con todos. Ciegamente dio por muertos a los más jóvenes ya que aguantarian menos que los más adultos, sanos o maduros. Suspiró a continuación, sopesando cada palabra que decia.
-Pero vamos, atendiendo a la lógica. No tengo nada en contra de ellos dos.-
<<Ni de ninguno de los otros.>>pensó y guardó silencio. Si por ella fuera, nadie tendria que morir en las cosechas. Pero aquello no compaginaba con la ciudad en la que estaba. Lo unico que podia hacer por ellos era, una vez llegada la Luna, que no se perdiesen más vidas por heridas o enfrentamientos tontos. Aquella pierna cercenada no tenia muy buena pinta. Casi habian hecho un apaño para el amputamiento de esta y Nia podia olerse una infeccion en ella. Sin embargo, mientras que alguno de los cosechados se les veia algo perdidos y condenados, otros portaban la fuerza caracteristica en los rocavarancolenses. Llamandole especialmente la atención la libense, por su destreza y fuerza, era sin duda una guerrera. Dejando de lado su llamativa apariencia, caracteristica de Libo, era la que podria llamarse entre ellos "su favorita" Era imposible que esa chica no sobreviviera a la Luna, pero como bien habia experimentado en sus propias carnes, aquella noche era una locura y desenfreno en la que de todo podia pasar.
Decidieron pasar ya al segundo torreón, el torreón letargo. Nostalgia se avecinó ante la ulterana recordando él lugar. Dio una amplia sonrisa. Esperaba que de alguno de los letarguinos le llamara la atención, por orgullo de ser una ex-letarguera más que nada. Se preguntó tambien si estarian limpiando bien el lugar. Elliot seguro que saltaria sobre sus pescuezos si no lo tenian por costumbre. Rió jovialmente por lo bajo y entonces escuchó como Wen preguntó porquien habia votado por ella a la hora de las muertes. Nia pronto se abrio de brazos y dio una respuesta escueta.
-Yo no aposté el año pasado.-dijo, quedandosele algo pendiente por decir que calló.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
12/01/13, 04:39 am
El draco escuchó el comentario de Gael acerca de su forma de hacer las apuestas y se echó a reír levemente.
-No me gusta pasar bochorno, amigo -le dijo con una sonrisa de autosuficiencia-. Lo que pasa es que para mí eso no es nada bochornoso. Tengo poco sentido del ridículo para esas cosas, pero eso sospecho que ya lo habréis notado -finalizó la aclaración encogiéndose de hombros- Por eso tengo curiosidad por el castigo que me pondríais. Y veo que Jack tiene ganas de ser quien lo ponga. Por mí perfecto, esfuérzate en ganar -dijo mientras le dirigía una mirada burlona al vampiro.
A Noel le cogió por sorpresa el pinchazo que le hizo Cain en el brazo para utilizar su sangre, pero no se quejó y no volvió a prestar más atención al hecho salvo para mirar mal a Jack brevemente debido a la actitud del vampiro. Cuando el invocador explicó la utilidad del peculiar recipiente, Noel se acercó curioso a mirar como el chico realizaba los preparativos para hacer de la palangana un objeto útil para la visita. Pronto se encontró pidiendo ver diferentes habitaciones del interior de Maciel junto con sus amigos una vez Cain les explicó el funcionamiento.
-Como mola, Cain, tú sí que sabes realizar espionaje en condiciones -le dijo el draco sonriente mientras observaba a uno de los cosechados con el invento-. Así no nos perderemos a ninguno.
Tras "pelearse" un rato por controlar la palangana, los primeros cosechados a los que vieron fueron a un chico moreno que estaba barriendo, un nublino que estaba intentando congeniar con las estirges y un chico de piel muy pálida al que faltaba una pierna. Después de escuchar las apuestas del resto de sus compañeros, entre los que para su sorpresa también se contaba Nia, emitió las suyas propias.
-El cojo yo no creo que dure mucho, puede que no salga y que lo cuiden bien, pero también hay que tener en cuenta lo que pueda entrar, o las infecciones que pueda tener. Así que mi apuesta es que sobrevive. El barrendero no da mucha información, pero de buenas a primeras no apostaría por su supervivencia... excepto porque sí lo voy a hacer como ya sabéis -hizo una pausa para soltar una carcajda, le divertía sobremanera el hecho de estar tratando de perder a propósito-. Y el nublino... coincido con Adara en que me gusta su actitud, sobre todo para tratarse de un nublino. Mi apuesta es por su muerte.
Poco después un chico tan pálido como aquel al que le faltaba una pierna salió al patio. El draco observó atentamente la escena, escuchando como decía algo sobre traer la comida al torreón. Su experimento con runas falló, pero se le veía bastante buena disposición, así que Noel consideró que tenía probabilidades de sobrevivir. Por ello anunció al resto del grupo que apostaba por la muerte del peliblanco.
No tuvieron que esperar mucho para ver a un nuevo cosechado salendo al patio. Esta vez se trata de lo que Noel identificó fácilmente como un idrino, ya que había leído bastante acerca de ese y otros mundos vinculados hacía un par de semanas. Noel observó divertido como el idrino primero se quejaba, luego invocaba un lacayo grotesco para subirle cubos y después se jactaba de ello.
-Utilizar a un lacayo grotesco para subir cubos... ¿No es un poco vago? -comentó entre risas-. Pero me ha hecho gracia su intervención... Otra muerte.
Por último pidieron a los bichos de Cain revisar el resto de las habitaciones del torreón hasta que no quedó ninguna por ver. Así fue como vieron al resto de los cosechados que habitaban en Maciel.
-Vaya, otro chico con la piel tan pálida como la de Jack -dijo Noel mientras observaban a un pelirrojo que tenía entre manos lo que recordaba a una escopeta-. No creo que sea una coincidencia, deben de ser del mismo mundo pero ni idea de cual, no me suena haber leído nada sobre gente con ese aspecto... -se rascó la barba pensativo-. En cualquier caso, ese pelirrojo tiene trampas puestas en su habitación. No sé si es paranoico o cauteloso, pero quizás eso le haga sobrevivir. A estas alturas ya no tengo que decir cuál es mi apuesta, ¿verdad? -sonrió socarronamente mientras la imagen cambiaba a otra habitación, la cocina esta vez-. Un idrino cocinero... -el draco hizo una pausa, la palabra "cocinero" le recordó irremediablemente a Ethan. Y este había muerto, pero... -Apuesto por su muerte -dijo simplemente.
Una vez finalizadas las apuestas comenzaron a moverse para dirigirse a Letargo. Al poco de comenzar a andar, Wen preguntó acerca de las apuestas del año anterior. <<Sabía que terminarían preguntando... Al menos no parece enfadada>>.
-Ninguno -respondió el draco a la pregunta de la vouivre-. Yo me encargué de contar las apuestas y no fue hace tanto, así que las recuerdo bastante bien. Sólo habíamos apostado Gael, Giz y yo, pero todos apostamos que sobrevivías. Y lo mismo con Nasher -añadió más información a sabiendas de que tendrían curiosidad-. A Tsusu ni siquiera le vimos cuando vinimos a Maciel, y en cuanto a Matt... -se giró hacia el brujo de la arena mientras se formaba una sonrisa maliciosa en sus labios-. Me temo que te sentenciamos a muerte los tres.
Noel se rió, ahora ya sin rastro de malicia, y siguió al resto del grupo camino al torreón Letargo. <<Letargo... hace ya más de un año que no piso ni siquiera sus inmediaciones>>, pensó el draco mientras se acercaban, poco a poco, al que había sido su hogar durante la criba.
Sigue en el Torreón Letargo.
-No me gusta pasar bochorno, amigo -le dijo con una sonrisa de autosuficiencia-. Lo que pasa es que para mí eso no es nada bochornoso. Tengo poco sentido del ridículo para esas cosas, pero eso sospecho que ya lo habréis notado -finalizó la aclaración encogiéndose de hombros- Por eso tengo curiosidad por el castigo que me pondríais. Y veo que Jack tiene ganas de ser quien lo ponga. Por mí perfecto, esfuérzate en ganar -dijo mientras le dirigía una mirada burlona al vampiro.
A Noel le cogió por sorpresa el pinchazo que le hizo Cain en el brazo para utilizar su sangre, pero no se quejó y no volvió a prestar más atención al hecho salvo para mirar mal a Jack brevemente debido a la actitud del vampiro. Cuando el invocador explicó la utilidad del peculiar recipiente, Noel se acercó curioso a mirar como el chico realizaba los preparativos para hacer de la palangana un objeto útil para la visita. Pronto se encontró pidiendo ver diferentes habitaciones del interior de Maciel junto con sus amigos una vez Cain les explicó el funcionamiento.
-Como mola, Cain, tú sí que sabes realizar espionaje en condiciones -le dijo el draco sonriente mientras observaba a uno de los cosechados con el invento-. Así no nos perderemos a ninguno.
Tras "pelearse" un rato por controlar la palangana, los primeros cosechados a los que vieron fueron a un chico moreno que estaba barriendo, un nublino que estaba intentando congeniar con las estirges y un chico de piel muy pálida al que faltaba una pierna. Después de escuchar las apuestas del resto de sus compañeros, entre los que para su sorpresa también se contaba Nia, emitió las suyas propias.
-El cojo yo no creo que dure mucho, puede que no salga y que lo cuiden bien, pero también hay que tener en cuenta lo que pueda entrar, o las infecciones que pueda tener. Así que mi apuesta es que sobrevive. El barrendero no da mucha información, pero de buenas a primeras no apostaría por su supervivencia... excepto porque sí lo voy a hacer como ya sabéis -hizo una pausa para soltar una carcajda, le divertía sobremanera el hecho de estar tratando de perder a propósito-. Y el nublino... coincido con Adara en que me gusta su actitud, sobre todo para tratarse de un nublino. Mi apuesta es por su muerte.
Poco después un chico tan pálido como aquel al que le faltaba una pierna salió al patio. El draco observó atentamente la escena, escuchando como decía algo sobre traer la comida al torreón. Su experimento con runas falló, pero se le veía bastante buena disposición, así que Noel consideró que tenía probabilidades de sobrevivir. Por ello anunció al resto del grupo que apostaba por la muerte del peliblanco.
No tuvieron que esperar mucho para ver a un nuevo cosechado salendo al patio. Esta vez se trata de lo que Noel identificó fácilmente como un idrino, ya que había leído bastante acerca de ese y otros mundos vinculados hacía un par de semanas. Noel observó divertido como el idrino primero se quejaba, luego invocaba un lacayo grotesco para subirle cubos y después se jactaba de ello.
-Utilizar a un lacayo grotesco para subir cubos... ¿No es un poco vago? -comentó entre risas-. Pero me ha hecho gracia su intervención... Otra muerte.
Por último pidieron a los bichos de Cain revisar el resto de las habitaciones del torreón hasta que no quedó ninguna por ver. Así fue como vieron al resto de los cosechados que habitaban en Maciel.
-Vaya, otro chico con la piel tan pálida como la de Jack -dijo Noel mientras observaban a un pelirrojo que tenía entre manos lo que recordaba a una escopeta-. No creo que sea una coincidencia, deben de ser del mismo mundo pero ni idea de cual, no me suena haber leído nada sobre gente con ese aspecto... -se rascó la barba pensativo-. En cualquier caso, ese pelirrojo tiene trampas puestas en su habitación. No sé si es paranoico o cauteloso, pero quizás eso le haga sobrevivir. A estas alturas ya no tengo que decir cuál es mi apuesta, ¿verdad? -sonrió socarronamente mientras la imagen cambiaba a otra habitación, la cocina esta vez-. Un idrino cocinero... -el draco hizo una pausa, la palabra "cocinero" le recordó irremediablemente a Ethan. Y este había muerto, pero... -Apuesto por su muerte -dijo simplemente.
Una vez finalizadas las apuestas comenzaron a moverse para dirigirse a Letargo. Al poco de comenzar a andar, Wen preguntó acerca de las apuestas del año anterior. <<Sabía que terminarían preguntando... Al menos no parece enfadada>>.
-Ninguno -respondió el draco a la pregunta de la vouivre-. Yo me encargué de contar las apuestas y no fue hace tanto, así que las recuerdo bastante bien. Sólo habíamos apostado Gael, Giz y yo, pero todos apostamos que sobrevivías. Y lo mismo con Nasher -añadió más información a sabiendas de que tendrían curiosidad-. A Tsusu ni siquiera le vimos cuando vinimos a Maciel, y en cuanto a Matt... -se giró hacia el brujo de la arena mientras se formaba una sonrisa maliciosa en sus labios-. Me temo que te sentenciamos a muerte los tres.
Noel se rió, ahora ya sin rastro de malicia, y siguió al resto del grupo camino al torreón Letargo. <<Letargo... hace ya más de un año que no piso ni siquiera sus inmediaciones>>, pensó el draco mientras se acercaban, poco a poco, al que había sido su hogar durante la criba.
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- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
12/01/13, 01:18 pm
Cain dejó que los comentarios de los chicos alimentasen su ego y se limitó a pedir de cuando en cuando que dejasen la imagen de la palangana quieta para que pudiera bocetear la cara de los cosechados. La verdad es que los había muy monos ese año, y según iban avanzando por las habitaciones iba cambiando de preferido. Descubrió a quien sería la mamá del grupo, cocinando la cena para sus cachorritos y se perdió momentáneamente en sus recuerdos de cosechado. No podía quejarse de lo que le había tocado tras la Luna (más bien lo que había conseguido) pero a pesar de los disgustos y las muertes su grupo había tenido una buena criba...
-¿Jacko, no te trae recuerdos el chef?
Pero Jack se había ido por su cuenta a explorar el torreón en forma de polvo. << Claro, para qué vas a aprovechar que tu amigo el invocador tiene espías por todo el torreónsi puedes ponerte en peligro y colarte tú en persona... Ojalá te pille el barrender, payaso>> pensó ofendido.
Los demás fueron haciendo sus apuestas, pero pasó del tema alegando que si él apostaba sería ''hacer trampas'' y no aceptó ninguna réplica al respecto. No obstante compartió algunas opiniones y comentarios sobre los cosechados. Se alegró de ver por fin a sus dos ''victimas'', sobretodo al idrino y sus cubos << ¿Qué dirá tu congénere sobre esa vagueza tuya, pescadito?>> pensó riendo por lo bajo.
-Oh, por favor, ¡que tío más anacrónico!- exclamó cuando vio la escopeta que llevaba el pelirrojo.- Está jodiendo la estética de la ciudad, si no muere en la criba lo mataré yo en cuanto salga la Luna- dijo con falsa indignación, y luego se echó a reír- Bueno, vamos a nuestra siguiente parada.
Silbó y todos los escarabajos volvieron a la palangana. Necesitaría otra gota de sangre para la siguiente invocación, pero no necesitaría hacer otra ver el rito entero. Hechizó la palangana para que el agua no desbordase y pusieron rumbo a Letargo.
Sigue en el Torreón Letargo.
-¿Jacko, no te trae recuerdos el chef?
Pero Jack se había ido por su cuenta a explorar el torreón en forma de polvo. << Claro, para qué vas a aprovechar que tu amigo el invocador tiene espías por todo el torreónsi puedes ponerte en peligro y colarte tú en persona... Ojalá te pille el barrender, payaso>> pensó ofendido.
Los demás fueron haciendo sus apuestas, pero pasó del tema alegando que si él apostaba sería ''hacer trampas'' y no aceptó ninguna réplica al respecto. No obstante compartió algunas opiniones y comentarios sobre los cosechados. Se alegró de ver por fin a sus dos ''victimas'', sobretodo al idrino y sus cubos << ¿Qué dirá tu congénere sobre esa vagueza tuya, pescadito?>> pensó riendo por lo bajo.
-Oh, por favor, ¡que tío más anacrónico!- exclamó cuando vio la escopeta que llevaba el pelirrojo.- Está jodiendo la estética de la ciudad, si no muere en la criba lo mataré yo en cuanto salga la Luna- dijo con falsa indignación, y luego se echó a reír- Bueno, vamos a nuestra siguiente parada.
Silbó y todos los escarabajos volvieron a la palangana. Necesitaría otra gota de sangre para la siguiente invocación, pero no necesitaría hacer otra ver el rito entero. Hechizó la palangana para que el agua no desbordase y pusieron rumbo a Letargo.
Sigue en el Torreón Letargo.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
12/01/13, 05:08 pm
Realizo varios intentos intentando activar el circuito de runas, mas por tozudez que por otra cosa, hasta que finalmente se rindió. Iba a terminar agotándose sin obtener ningún resultado, suspiro mirando las runas y sacando uno de los papeles que tenia con los apuntes de estas para que no se le olvidaran al dibujarlas. Escuchando de fondo un grito feliz de quien le pareció Shizel, aunque no estaba seguro, no escucho lo que dijo realmente-Esta bien dibujada, supongo no tengo suficiente nivel de magia para hacer esto -se dijo pensativo tomando lo mejor posible, casi que empezaba a acostumbrarse a que la magia le costara tanto, tal vez simplemente no era lo suyo. "O simplemente un cosechado no es capaz de hacer esto...se supone que a habido mas cosechas antes que nosotros, habrían intentado tener alguna comodidad a ser posible, si no lo consiguieron tal vez fue por algo..." pensó recién dándose cuenta de aquel detalle y animándolo un poco.
-Bueno, entonces tocara ir por las cestas...- murmuro recorriendo el torreón para asomarse al patio viendo allí a los tres aun entrenando- Hey, hay que ir por la comida, que las runas que puse no han funcionado...- añadió informándoles, antes de nada antes de volver al torreón, apenas se había levantado había bajado a por las runas y el día anterior, se había acostado realmente tarde por estar practicando con la kusarigama, la cual por fin estaba aprendiendo a controlar, aunque aun le solía poner el protector por si acaso, no quería quedarse sin cabeza. No había dormido mucho realmente y ahora se encontraba con bastante sueño, así que tras pensarlo un poco decidió darse un baño, que lo despertaría y relajaría a partes iguales. No pensó demasiado solo tomo un cubo con agua y subió hacia el baño, par empezar la subida y bajada continua hasta llenar la bañera, claro que cuando entro al baño y se vio que estaba ocupado por Shizel, se quedo un poco extrañado, mas cuando noto que había....vapor. Alzo una ceja entretenido al ver al idrino metido en la bañera de agua caliente, seguramente habría usado el hechizo térmico que a el aun le costaba realizar sin pasarse con la temperatura.
-Mira que amable, prepara el baño y se queda para hacerme compañía, así da gusto bañarse aquí- comento en tono jocoso, sin moverse de la entrada entretenido por la visión del peliblanco empapado. Obvio aquello le quito todo el posible sueño, pues n esas tres semanas era la primera vez que se topaba con uno de sus compañeros en aquel estado, algo realmente interesante, mucho. Mas porque el idrino era demasiado mono para lo que le convenía. "Empiezo a pensar como un pervertido..." pensó divertido.
-Bueno, entonces tocara ir por las cestas...- murmuro recorriendo el torreón para asomarse al patio viendo allí a los tres aun entrenando- Hey, hay que ir por la comida, que las runas que puse no han funcionado...- añadió informándoles, antes de nada antes de volver al torreón, apenas se había levantado había bajado a por las runas y el día anterior, se había acostado realmente tarde por estar practicando con la kusarigama, la cual por fin estaba aprendiendo a controlar, aunque aun le solía poner el protector por si acaso, no quería quedarse sin cabeza. No había dormido mucho realmente y ahora se encontraba con bastante sueño, así que tras pensarlo un poco decidió darse un baño, que lo despertaría y relajaría a partes iguales. No pensó demasiado solo tomo un cubo con agua y subió hacia el baño, par empezar la subida y bajada continua hasta llenar la bañera, claro que cuando entro al baño y se vio que estaba ocupado por Shizel, se quedo un poco extrañado, mas cuando noto que había....vapor. Alzo una ceja entretenido al ver al idrino metido en la bañera de agua caliente, seguramente habría usado el hechizo térmico que a el aun le costaba realizar sin pasarse con la temperatura.
-Mira que amable, prepara el baño y se queda para hacerme compañía, así da gusto bañarse aquí- comento en tono jocoso, sin moverse de la entrada entretenido por la visión del peliblanco empapado. Obvio aquello le quito todo el posible sueño, pues n esas tres semanas era la primera vez que se topaba con uno de sus compañeros en aquel estado, algo realmente interesante, mucho. Mas porque el idrino era demasiado mono para lo que le convenía. "Empiezo a pensar como un pervertido..." pensó divertido.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
12/01/13, 06:23 pm
Giz lanzó una falsa mirada de reproche a Noel cuando dijo que moriría el chico del lacayo grotesco y luego soltó una carcajada.
-Noel lleva razón, ese chico sobrevive-tras ese apunte, volvió a la palangana para ver al resto de los que se encontraban dentro. Había un muchacho ojipelirrojo con un arma que desconocía. Adara dijo algo de que era una escopeta y Cain se quejó de que rompía con la estética de la ciudad. Giz decidió votar al azar-. No sé lo que sea, pero sobrevive-el recipiente mostró esta vez a un muchacho parecido al del lacayo grotesco, salvo porque este estaba cocinando-. Es como Ethan...-comentó pensativo-. Este muere.
Giz hizo mutis cuando Wen preguntó acerca de las apuestas de su cosecha y dejó que Noel les explicara lo que habían votado. Sintió algo de lástima por Matt, pero afortunadamente, se habían equivocado todos y ahora el brujo se encontraba con ellos.
-Míralo por el lado bueno, tienes parte de la "culpa" de que Gael y Noel hicieran el ridículo apoteósicamente bien en la taberna-el asreniano se encogió de hombros y echó a caminar con el grupo, esperando de verdad que ese dato consolara a Matt.
Ahora tocaba Letargo y la sola idea de volver a ver esa torre le traía buenos recuerdos.
Sigue en el Torreón Letargo.
-Noel lleva razón, ese chico sobrevive-tras ese apunte, volvió a la palangana para ver al resto de los que se encontraban dentro. Había un muchacho ojipelirrojo con un arma que desconocía. Adara dijo algo de que era una escopeta y Cain se quejó de que rompía con la estética de la ciudad. Giz decidió votar al azar-. No sé lo que sea, pero sobrevive-el recipiente mostró esta vez a un muchacho parecido al del lacayo grotesco, salvo porque este estaba cocinando-. Es como Ethan...-comentó pensativo-. Este muere.
Giz hizo mutis cuando Wen preguntó acerca de las apuestas de su cosecha y dejó que Noel les explicara lo que habían votado. Sintió algo de lástima por Matt, pero afortunadamente, se habían equivocado todos y ahora el brujo se encontraba con ellos.
-Míralo por el lado bueno, tienes parte de la "culpa" de que Gael y Noel hicieran el ridículo apoteósicamente bien en la taberna-el asreniano se encogió de hombros y echó a caminar con el grupo, esperando de verdad que ese dato consolara a Matt.
Ahora tocaba Letargo y la sola idea de volver a ver esa torre le traía buenos recuerdos.
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No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
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