Torreón Maciel (Archivo IV)
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Viktor Olbricht
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Vlad
Evanna
Naeryan
Red
23 participantes
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Torreón Maciel (Archivo IV)
10/09/12, 07:00 pm
Recuerdo del primer mensaje :
El paseo terminó frente a un edificio de piedra azulada. En el pasado debía de haber tenido cuatro plantas, pero ahora, el edificio estaba coronado por el esqueleto de algún animal marino. El idrino se quedo mirando la estructura, bastante asombrado. Su mirada se posó en una de las cadenas rotas del puente levadizo, y supuso que si hacían de aquel lugar su refugio, habría que arreglarla de alguna manera. El norteño comprobó la estabilidad del puente, y lo atravesó a paso rápido, llegando hasta las puertas, que para su sorpresa, estaban entreabiertas.
Saren entró en el edificio el primero, y mientras recorría el corredor que daba a la planta baja observando las pintadas de los muros en silencio, sus compañeros entraron detrás de él, cerrando las puertas cuando el último miembro del grupo estuvo dentro. El idrino se encontró en una gran estancia que, debido al aire enrarecido y por la capa de polvo intacta, debía de llevar abandonada varias semanas. Una mesa grande, unas cuantas sillas, y varios sillones bastante raídos, eran el principal mobiliario de aquella planta. A un lado de la estancia había una cocina, con una pequeña encimera, un horno de leña, y varios fogones de hierro, ademas de unos armarios de madera, que supuso llenos de algunos cacharros y bastantes telarañas.
Saren dejo la cesta que llevaba en la encimera, y se encaminó a las escaleras, dispuesto a ver que había arriba. No tardó en recorrer las dos plantas superiores, bajando para informar que en la segunda había una especie de estudio con estanterías vacías y un cuarto con barreños de latón para asearse; y que en la tercera había varios cuartos comunales con unas cuantas camas de aspecto cochambroso. No había subido al piso ocupado por el gran esqueleto, pero informo de que había oído algún que otro aleteo a través del techo de la tercera planta. Había baúles y armarios en as habitaciones, pero no había mirado dentro. Un patio de suelo empedrado, en cuyo centro se alzaba la estatua de un pájaro negro con un gran reloj bastante raro a sus pies, completaba el edificio. En él, había un pozo y al fondo, varios retretes.
-Bueno, yo tengo bastante hambre, así que si adecentáis un poco esa mesa -dijo señalándola, tras informar de sus descubrimientos-, yo me pondré con la cena.
El norteño se acercó a la cocina y busco algo para encender la cocina. Encontró una pila bastante escueta, pero suficiente por el momento, de leños polvorientos, que cogió y colocó en el hueco de piedra bajo los fogones. El norteño sacó un poco de yesca, con la que prendió la madera, paradespués cerrar la pequeña puerta de hierro que protegía el fuego. Mientras la cocina se calentaba, Saren procedió a buscar varios cacharros adecuados para cocinar, y unos cuantos platos y cubiertos que dejo a mano para aquel que pusiera la mesa. Les quitó el polvo, y salió al patio a por un poco de agua.
Saren se quitó los mitones y los guardó en uno de los bolsillos del abrigo, que colgó de un gancho en la pared, para cocinar mas cómodo. Se lavó las manos con un poco del agua que había traído y se arremangó la camisola oscura. Sacó algo de carne cruda y unas verduras de las cestas, y lo limpió todo con el agua del pozo que le quedaba, mientras ponía a calentar un par de cacerolas con un poco de la propia grasilla de la carne, esperando que se derritiera. Cuando tuvo los ingredientes listos, preparó un salteado con las verduras, mientras la carne se tostaba en dados con unas pocas hojas rojizas que había encontrado en la cesta. Apartó las cacerolas del fuego, antes de que la verdura se pasara y la carne se hiciera por el centro, y preparo esta última en una bandeja, para meter el recipiente en la pequeña cavidad al lado del fuego que hacia las veces de horno.
Unos minutos después saco la carne del horno y la puso junto con las verduras en una gran fuente, mientras un sabroso olor se extendía por el edificio. El exterior de la carne estaba algo mas churruscante por el asado. En bastante poco tiempo, Saren, haciendo gala de su talento para la cocina, había preparado un plato delicioso con un aroma casero, que algunos de sus compañeros desconocían, y que venía perfecto para reponer fuerzas. Unas piezas de fruta completaban el menú.
-La cena esta lista-anunció con una sonrisa, siempre le había gustado comer bien.
El paseo terminó frente a un edificio de piedra azulada. En el pasado debía de haber tenido cuatro plantas, pero ahora, el edificio estaba coronado por el esqueleto de algún animal marino. El idrino se quedo mirando la estructura, bastante asombrado. Su mirada se posó en una de las cadenas rotas del puente levadizo, y supuso que si hacían de aquel lugar su refugio, habría que arreglarla de alguna manera. El norteño comprobó la estabilidad del puente, y lo atravesó a paso rápido, llegando hasta las puertas, que para su sorpresa, estaban entreabiertas.
Saren entró en el edificio el primero, y mientras recorría el corredor que daba a la planta baja observando las pintadas de los muros en silencio, sus compañeros entraron detrás de él, cerrando las puertas cuando el último miembro del grupo estuvo dentro. El idrino se encontró en una gran estancia que, debido al aire enrarecido y por la capa de polvo intacta, debía de llevar abandonada varias semanas. Una mesa grande, unas cuantas sillas, y varios sillones bastante raídos, eran el principal mobiliario de aquella planta. A un lado de la estancia había una cocina, con una pequeña encimera, un horno de leña, y varios fogones de hierro, ademas de unos armarios de madera, que supuso llenos de algunos cacharros y bastantes telarañas.
Saren dejo la cesta que llevaba en la encimera, y se encaminó a las escaleras, dispuesto a ver que había arriba. No tardó en recorrer las dos plantas superiores, bajando para informar que en la segunda había una especie de estudio con estanterías vacías y un cuarto con barreños de latón para asearse; y que en la tercera había varios cuartos comunales con unas cuantas camas de aspecto cochambroso. No había subido al piso ocupado por el gran esqueleto, pero informo de que había oído algún que otro aleteo a través del techo de la tercera planta. Había baúles y armarios en as habitaciones, pero no había mirado dentro. Un patio de suelo empedrado, en cuyo centro se alzaba la estatua de un pájaro negro con un gran reloj bastante raro a sus pies, completaba el edificio. En él, había un pozo y al fondo, varios retretes.
-Bueno, yo tengo bastante hambre, así que si adecentáis un poco esa mesa -dijo señalándola, tras informar de sus descubrimientos-, yo me pondré con la cena.
El norteño se acercó a la cocina y busco algo para encender la cocina. Encontró una pila bastante escueta, pero suficiente por el momento, de leños polvorientos, que cogió y colocó en el hueco de piedra bajo los fogones. El norteño sacó un poco de yesca, con la que prendió la madera, paradespués cerrar la pequeña puerta de hierro que protegía el fuego. Mientras la cocina se calentaba, Saren procedió a buscar varios cacharros adecuados para cocinar, y unos cuantos platos y cubiertos que dejo a mano para aquel que pusiera la mesa. Les quitó el polvo, y salió al patio a por un poco de agua.
Saren se quitó los mitones y los guardó en uno de los bolsillos del abrigo, que colgó de un gancho en la pared, para cocinar mas cómodo. Se lavó las manos con un poco del agua que había traído y se arremangó la camisola oscura. Sacó algo de carne cruda y unas verduras de las cestas, y lo limpió todo con el agua del pozo que le quedaba, mientras ponía a calentar un par de cacerolas con un poco de la propia grasilla de la carne, esperando que se derritiera. Cuando tuvo los ingredientes listos, preparó un salteado con las verduras, mientras la carne se tostaba en dados con unas pocas hojas rojizas que había encontrado en la cesta. Apartó las cacerolas del fuego, antes de que la verdura se pasara y la carne se hiciera por el centro, y preparo esta última en una bandeja, para meter el recipiente en la pequeña cavidad al lado del fuego que hacia las veces de horno.
Unos minutos después saco la carne del horno y la puso junto con las verduras en una gran fuente, mientras un sabroso olor se extendía por el edificio. El exterior de la carne estaba algo mas churruscante por el asado. En bastante poco tiempo, Saren, haciendo gala de su talento para la cocina, había preparado un plato delicioso con un aroma casero, que algunos de sus compañeros desconocían, y que venía perfecto para reponer fuerzas. Unas piezas de fruta completaban el menú.
-La cena esta lista-anunció con una sonrisa, siempre le había gustado comer bien.
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
11/11/12, 10:39 pm
RR se giró hacia DL muy lentamente después de haber recibido el frutazo. Sus gafas, la capucha y el pañuelo ocultaban su expresión, pero un extraño brillo sutil y lo premeditadamente lento de sus movimientos le dieron un aire tenso, inquietante y temible. Se levantó con tranquilidad y se acercó a DL, tomando una fruta de las nuevas cestas, especialmente carnosa. Cuando llegó a estar enfrente suya, con toda la seriedad y tranquilidad del mundo, se la estampó en la cara, removió un poco con la mano para que se exprimiera adecuadamente, y se apartó, limpiándose las manos.
Posteriormente, tomó los bártulos y se dirigió al piso de arriba, dispuesto a echarse una siesta. Curiosamente, aquella minucia mágica que acababa de hacer le resultaba terriblemente agotadora, sumada al tratamiento contra el veneno.
-Si me disculpáis, camaradas…-comenzó a decir mientras subía las escaleras.- Voy a descansar un rato. Mañana me pondré a trabajar en profundidad con las runas y con las trampas en general, y si me encuentro bien le sugeriré a la señorita K que me acompañe en una expedición. Mientras, procurad que esto no salte por los aires y, si me necesitáis, llamad a la puerta, pero no entréis. Por vuestro bien.
Tras decir esto, terminó su ascensión y se metió en su habitación, tomando las precauciones necesarias para no ensartarse, y haciendo lo propio para cerrar. Después de esto, tomó su libro, un boli y su libreta, y comenzó a apuntar, estudiando las complejas y liosas explicaciones del compendio para poder sintetizarlas en algo más simple. Se había percatado de que sus compañeros tenían más facilidad que él para la magia, y tendría que pedirles ayuda para llevar a término sus ideas. Sólo Shizel y Wintel restaban por poner a prueba sus habilidades místicas, y estaba dispuesto a hacerles probar a punta de ballesta. No pretendía dejar que dos posibles talentos para la magia, que posiblemente pudieran ayudarles a todos a sobrevivir, se desperdiciaran así como así.
Mañana se pondría con ello.
Posteriormente, tomó los bártulos y se dirigió al piso de arriba, dispuesto a echarse una siesta. Curiosamente, aquella minucia mágica que acababa de hacer le resultaba terriblemente agotadora, sumada al tratamiento contra el veneno.
-Si me disculpáis, camaradas…-comenzó a decir mientras subía las escaleras.- Voy a descansar un rato. Mañana me pondré a trabajar en profundidad con las runas y con las trampas en general, y si me encuentro bien le sugeriré a la señorita K que me acompañe en una expedición. Mientras, procurad que esto no salte por los aires y, si me necesitáis, llamad a la puerta, pero no entréis. Por vuestro bien.
Tras decir esto, terminó su ascensión y se metió en su habitación, tomando las precauciones necesarias para no ensartarse, y haciendo lo propio para cerrar. Después de esto, tomó su libro, un boli y su libreta, y comenzó a apuntar, estudiando las complejas y liosas explicaciones del compendio para poder sintetizarlas en algo más simple. Se había percatado de que sus compañeros tenían más facilidad que él para la magia, y tendría que pedirles ayuda para llevar a término sus ideas. Sólo Shizel y Wintel restaban por poner a prueba sus habilidades místicas, y estaba dispuesto a hacerles probar a punta de ballesta. No pretendía dejar que dos posibles talentos para la magia, que posiblemente pudieran ayudarles a todos a sobrevivir, se desperdiciaran así como así.
Mañana se pondría con ello.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
12/11/12, 05:53 pm
Lo que menos se esperaba ya a esas alturas era recibir la represalia de RR por el accidente con la fruta, pero claro era obvio que no iba a quedarse sin hacer nada devolverla, igualmente Dl no se vio venir la acción de RR, consiguió apartarse antes de que la fruta terminara completamente exprimida contra su rostro, pero sí que se mancho bastante antes de que esta cayera al suelo.
-Mira que eres vengativo, fue un accidente -se quejo aunque algo entretenido escuchando las palabras del pelirrojo y lo que contaba sobre las runas "Suena interesante, tal vez mañana le pregunte como va eso exactamente según creo el tenia un libro de ese tema...por ahora hemos visto que tanto el como yo tenemos magia" DL echo un vistazo al resto con curiosidad limpiándose lo trozos de fruta con la mano "Me pregunto si todos seremos capaces de realizar magia..." pensó levantándose del sofá con toda la cara manchada de fruta y la camiseta del jugo de esta, saliendo al patio para limpiarse la cara con un cubo de agua aunque ahora olía fruta, literalmente. Suspiro cansino y aprovechando que nadie estaba usando el baño en esos momentos subió cubos a la bañera, yendo a su cuarto para pillar algo de ropa de los baúles que pudiera estarle bien, iba a lavar su camiseta para quitarle el olor a zumo, no le convenía oler a comida más de lo que ya lo haría para las criaturas de allá afuera. Luego cogió el jabón enjuagándose en la bañera para quitarse el olor a zumo y de paso lavando también su camiseta, escurriéndola lo máximo posible tras lavarla, vistiéndose con su ropa tras sacudirla y con una camiseta negra que encontró en uno de los baúles de mas o menos su talla. Tras vestirse volvió a bajar abajo para cenar algo de lo preparado por Saren, volviendo luego al dormitorio llevándose el libro de este de paso para echarle un vistazo antes de dormirse, total dormían en el mismo dormitorio. Dejo su camiseta a secar tumbándose en su cama, mientras iba pasando las hojas del libro.
No supo muy bien cuando, pero los ojos empezaron a pesarle, los dos hechizos que había realizado ese día habían causado bastante cansancio y de por si ese día había sido bastante caótico, estresante por completo, por tanto DL se quedo prácticamente dormido sobre su cama no mucho rato después.
-Mira que eres vengativo, fue un accidente -se quejo aunque algo entretenido escuchando las palabras del pelirrojo y lo que contaba sobre las runas "Suena interesante, tal vez mañana le pregunte como va eso exactamente según creo el tenia un libro de ese tema...por ahora hemos visto que tanto el como yo tenemos magia" DL echo un vistazo al resto con curiosidad limpiándose lo trozos de fruta con la mano "Me pregunto si todos seremos capaces de realizar magia..." pensó levantándose del sofá con toda la cara manchada de fruta y la camiseta del jugo de esta, saliendo al patio para limpiarse la cara con un cubo de agua aunque ahora olía fruta, literalmente. Suspiro cansino y aprovechando que nadie estaba usando el baño en esos momentos subió cubos a la bañera, yendo a su cuarto para pillar algo de ropa de los baúles que pudiera estarle bien, iba a lavar su camiseta para quitarle el olor a zumo, no le convenía oler a comida más de lo que ya lo haría para las criaturas de allá afuera. Luego cogió el jabón enjuagándose en la bañera para quitarse el olor a zumo y de paso lavando también su camiseta, escurriéndola lo máximo posible tras lavarla, vistiéndose con su ropa tras sacudirla y con una camiseta negra que encontró en uno de los baúles de mas o menos su talla. Tras vestirse volvió a bajar abajo para cenar algo de lo preparado por Saren, volviendo luego al dormitorio llevándose el libro de este de paso para echarle un vistazo antes de dormirse, total dormían en el mismo dormitorio. Dejo su camiseta a secar tumbándose en su cama, mientras iba pasando las hojas del libro.
No supo muy bien cuando, pero los ojos empezaron a pesarle, los dos hechizos que había realizado ese día habían causado bastante cansancio y de por si ese día había sido bastante caótico, estresante por completo, por tanto DL se quedo prácticamente dormido sobre su cama no mucho rato después.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
12/11/12, 08:44 pm
Shizel tuvo que hacer uso de todo su autocontrol para no quedarse boquiabierto al ver la manzana levitar por encima de su cabeza. Ni corto ni perezoso procedió a darle golpes tentativos, experimentando su estabilidad y comprobando que no había hilos invisibles. Sin embargo no pudo hallar nada. Aquello no tenía trampa ni cartón: estaba realmente levitando. Un hechizo, no un truco de salón.
Magia.
Se echó a reír suavemente, alucinado. Allí estaba, tan simple como una imagen pintada frente a sus ojos. La magia existía, y estaba allí, al alcance de su mano. Exactamente lo que llevaba años deseando.
Algo en su interior aulló de júbilo.
Entonces le asaltó una idea horrible. Él nunca había llegado a preguntarle a Miseria si él mismo sería capaz de hacer magia. Suponía que era algo metódico, sistemático, que podía suceder siempre que se dieran las condiciones adecuadas, y que cualquiera que las cumpliese podría hacerlo: ésos eran los supuestos de los que se partía en los experimentos idrinos al respecto que conocía. No había previsto que algunos pudieran ser capaces de hacerlo y otros no. La magia existía de verdad y se podía usar, como le habían prometido, ¿pero y si él fuese un completo negado?
Ver cómo los demás eran capaces de hacer magia y él no... Aquello sería la broma cruel que parecía típica en aquel lugar: prometer algo y luego dejarlo justo fuera de su alcance.
El deleite correspondiente a aquel increíble descubrimiento se vio rápidamente ahogado por una repentina punzada de celos. No miró a DL ni a RR para que no se dieran cuenta, aprovechando el oportuno incidente de la manzana como excusa. La cogió mientras rodaba desde su cabeza hasta abajo y le dio un mordisco con desparpajo.
-Qué bien, ahora me dan de comer sin tener que moverme- comentó, disimulando su resentimiento. Rió entre dientes cuando DL por fin recibió las represalias que hasta el momento había logrado esquivar.
Se sobresaltó notablemente cuando vio aparecer a Wintel por la puerta, pero se contuvo a tiempo.
"Mierda, creía que andaba por el patio". Siempre había estado acostumbrado a llevar la cuenta de quién entraba y salía en un grupo: aquel hábito era importante, no podía dejar que se le fuera. Y también tenía que empezar a inculcársela a los demás: ¿y si algún día era a él a quien encerraban afuera?
-DL dice que lo vio enterrado bajo un montón de escombros en el cruce- le explicó-. Y sí, estamos todos- omitió por educación el hecho de que o bien nadie había advertido su ausencia, o le habían creído deambulando por el torreón sin molestarse a comprobarlo.
El anuncio de RR fue como música para sus oídos: si más gente se apuntaba a aquella expedición él tendría ocasión de armarse de valor y despejar por su cuenta, con tranquilidad y sin miradas inquisitivas, sus últimos recelos acerca de la magia. No quería atar ese cabo suelto mientras hubiera gente presente; por eso se despidió de los pocos que aún seguían por el salón, alegrándose de que DL hubiera retirado aquella tentación en forma de libro de la sala.
-Adiós, sofá mío- se despidió dramáticamente mientras iba camino del piso de arriba-. Algún día estaremos juntos.
Había acabado por subirse un colchón y mantas al cuarto de YR, resignándose a que ningún otro cuarto iba a quedarse libre por ahora. Aunque al principio le había costado conciliar el sueño con el sonido de la respiración de otra persona llenando la habitación, había acabado por acostumbrarse: YR no despertaba y era como tener otro mueble en la habitación. Además, así podía tener la ventana abierta sin que nadie protestase por la seguridad: el foner estaba demasiado inconsciente para quejarse.
Dio vueltas en la cama, con la imagen de aquel libro grabada a fuego en su mente, urgiéndole a que bajara a hurtadillas a intentar algo, lo que fuera.
Resopló profundamente para alejar aquello de su cabeza. Entonces recordó que no se hallaba solo y se dio la vuelta en la cama con un gruñido.
La madrugada le encontró hecho un revoltijo en las mantas.
Magia.
Se echó a reír suavemente, alucinado. Allí estaba, tan simple como una imagen pintada frente a sus ojos. La magia existía, y estaba allí, al alcance de su mano. Exactamente lo que llevaba años deseando.
Algo en su interior aulló de júbilo.
Entonces le asaltó una idea horrible. Él nunca había llegado a preguntarle a Miseria si él mismo sería capaz de hacer magia. Suponía que era algo metódico, sistemático, que podía suceder siempre que se dieran las condiciones adecuadas, y que cualquiera que las cumpliese podría hacerlo: ésos eran los supuestos de los que se partía en los experimentos idrinos al respecto que conocía. No había previsto que algunos pudieran ser capaces de hacerlo y otros no. La magia existía de verdad y se podía usar, como le habían prometido, ¿pero y si él fuese un completo negado?
Ver cómo los demás eran capaces de hacer magia y él no... Aquello sería la broma cruel que parecía típica en aquel lugar: prometer algo y luego dejarlo justo fuera de su alcance.
El deleite correspondiente a aquel increíble descubrimiento se vio rápidamente ahogado por una repentina punzada de celos. No miró a DL ni a RR para que no se dieran cuenta, aprovechando el oportuno incidente de la manzana como excusa. La cogió mientras rodaba desde su cabeza hasta abajo y le dio un mordisco con desparpajo.
-Qué bien, ahora me dan de comer sin tener que moverme- comentó, disimulando su resentimiento. Rió entre dientes cuando DL por fin recibió las represalias que hasta el momento había logrado esquivar.
Se sobresaltó notablemente cuando vio aparecer a Wintel por la puerta, pero se contuvo a tiempo.
"Mierda, creía que andaba por el patio". Siempre había estado acostumbrado a llevar la cuenta de quién entraba y salía en un grupo: aquel hábito era importante, no podía dejar que se le fuera. Y también tenía que empezar a inculcársela a los demás: ¿y si algún día era a él a quien encerraban afuera?
-DL dice que lo vio enterrado bajo un montón de escombros en el cruce- le explicó-. Y sí, estamos todos- omitió por educación el hecho de que o bien nadie había advertido su ausencia, o le habían creído deambulando por el torreón sin molestarse a comprobarlo.
El anuncio de RR fue como música para sus oídos: si más gente se apuntaba a aquella expedición él tendría ocasión de armarse de valor y despejar por su cuenta, con tranquilidad y sin miradas inquisitivas, sus últimos recelos acerca de la magia. No quería atar ese cabo suelto mientras hubiera gente presente; por eso se despidió de los pocos que aún seguían por el salón, alegrándose de que DL hubiera retirado aquella tentación en forma de libro de la sala.
-Adiós, sofá mío- se despidió dramáticamente mientras iba camino del piso de arriba-. Algún día estaremos juntos.
Había acabado por subirse un colchón y mantas al cuarto de YR, resignándose a que ningún otro cuarto iba a quedarse libre por ahora. Aunque al principio le había costado conciliar el sueño con el sonido de la respiración de otra persona llenando la habitación, había acabado por acostumbrarse: YR no despertaba y era como tener otro mueble en la habitación. Además, así podía tener la ventana abierta sin que nadie protestase por la seguridad: el foner estaba demasiado inconsciente para quejarse.
Dio vueltas en la cama, con la imagen de aquel libro grabada a fuego en su mente, urgiéndole a que bajara a hurtadillas a intentar algo, lo que fuera.
Resopló profundamente para alejar aquello de su cabeza. Entonces recordó que no se hallaba solo y se dio la vuelta en la cama con un gruñido.
La madrugada le encontró hecho un revoltijo en las mantas.
- Xana
Ficha de cosechado
Nombre: Ariv
Especie: Sinhadre
Habilidades: Memoria, reflejos, orientación.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
13/11/12, 08:48 pm
Ariv prestaba toda la atención que podía a su amiga. No tener miedo, ¿eh? ¡Eso era muy fácil decirlo! Pero llevarlo a la práctica…
Ella nunca había tenido miedo hasta que había llegado el día del ritual de unión. Fue entonces cuando experimentó aquella sensación por primera vez, cuando se vio sola y condenada a ser sacrificada. Una vez llegó a la ciudad, y en las pocas salidas que habían llevado a cabo, el miedo parecía perseguirla y negarse a dejarla en paz. Veía muy difícil mantenerse firme en un enfrentamiento sin que el temor la hiciera temblar.
“¡Tienes que lograrlo!”, le dijo una vocecita optimista. “Tan sólo piensa en cómo eran las cosas antes… Antes del ritual, de venir aquí, ¡de todo!”.
Debía volver a ser la Ariv de entonces. O, al menos, en parte… Porque lo de pararse a pensar antes de reaccionar no iba con ella en absoluto. Bufó. Demasiadas cosas en muy poco tiempo.
¿De verdad era necesario todo aquello para aprender a defenderse?
K le enseñó a coger las dagas correctamente. Ariv ladeó la cabeza. Bueno, no parecía muy complicado… No obstante, en sus primeros intentos comprobó que se equivocaba. No era capaz de acertar en el blanco. ¡Manejar un arma se le estaba haciendo un poco cuesta arriba! Debería haber tenido paciencia por ser su primera clase, pero la niña no conocía esa palabra. En una rabieta, frunció el ceño, tiró la daga al suelo y protestó.
- ¡K, no me sale!
Ella estaba un poco enfadada consigo misma, pero su amiga parecía feliz. Aquel definitivamente era su mundo.
“Como me vaya igual con la magia no voy a ser capaz de hacer nada”, pensó, hastiada.
Ella nunca había tenido miedo hasta que había llegado el día del ritual de unión. Fue entonces cuando experimentó aquella sensación por primera vez, cuando se vio sola y condenada a ser sacrificada. Una vez llegó a la ciudad, y en las pocas salidas que habían llevado a cabo, el miedo parecía perseguirla y negarse a dejarla en paz. Veía muy difícil mantenerse firme en un enfrentamiento sin que el temor la hiciera temblar.
“¡Tienes que lograrlo!”, le dijo una vocecita optimista. “Tan sólo piensa en cómo eran las cosas antes… Antes del ritual, de venir aquí, ¡de todo!”.
Debía volver a ser la Ariv de entonces. O, al menos, en parte… Porque lo de pararse a pensar antes de reaccionar no iba con ella en absoluto. Bufó. Demasiadas cosas en muy poco tiempo.
¿De verdad era necesario todo aquello para aprender a defenderse?
K le enseñó a coger las dagas correctamente. Ariv ladeó la cabeza. Bueno, no parecía muy complicado… No obstante, en sus primeros intentos comprobó que se equivocaba. No era capaz de acertar en el blanco. ¡Manejar un arma se le estaba haciendo un poco cuesta arriba! Debería haber tenido paciencia por ser su primera clase, pero la niña no conocía esa palabra. En una rabieta, frunció el ceño, tiró la daga al suelo y protestó.
- ¡K, no me sale!
Ella estaba un poco enfadada consigo misma, pero su amiga parecía feliz. Aquel definitivamente era su mundo.
“Como me vaya igual con la magia no voy a ser capaz de hacer nada”, pensó, hastiada.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
14/11/12, 05:05 pm
Karime veía ganas de esforzarse en la cara de Ariv, pero su impaciencia no ayudaba demasiado. La niña se enfadó y tiró las dagas al suelo. Karime sonrió. “Me recuerda a mí en mis primeros entrenamientos. Me parecían tan estúpidas las primeras lecciones… yo solo quería actuar cuanto antes.” Se recordó.
- No pasa nada, Riv.- la tranquilizó.- La Capital no se hizo en un día. Estas cosas llevan tiempo. Yo misma tardé muchísimo en aprender a usar las dagas. Tú vas muy bien. Solo necesitas constancia y dedicación. ¿Qué te parece si nos ponemos 3 horas de práctica por las mañanas? Así empezamos con un entrenamiento suave y moderado y, cuando vayas mejorando, aumentamos horas. ¿Te parece bien?- le ofreció intentando que volviera a sonreír.- Ahora entremos, es tarde y me gustaría cambiarme el vendaje de la mano y dormir.
Karime entró en el torreón y se puso a preparar su crema hidratante casera, con la que volvió a untarse la mano. “Mañana otra vez y a la hora de comer como nueva.” Pensó mientras se vendaba la mano al ver como se había ido curando. Se dio cuenta que Saren había cocinado y se sentó a la mesa con el resto. Comió en silencio, más por cansancio que por no querer bromear. Se percató de Wintel y de que no se había dado cuenta de su ausencia y frunció el ceño pensando en dónde habría estado.
Cuando terminó de comer, se despidió rápidamente del resto del grupo y se fue a su habitación, donde rápidamente quedó dormida.
______________________________________________________________________________________________
Karime se despertó bastante descansada dando la bienvenida al nuevo día. Con una sonrisa de oreja a oreja, fue a la cocina donde desayuno lo primero que pilló y se volvió a cambiar el vendaje.
Karime esperó a que todos se despertaran en el patio, entrenando con una de sus espadas. “¿Cuál será la aventura de hoy?” pensó eufórica.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
14/11/12, 10:58 pm
El día siguiente mas rápido de lo esperado, o al menos esa fue la sensación de DL al despertar. Tardo unos segundo en ubicarse, levantándose de la cama dejando el Libro de Saren bajo su almohada haciendo compañía a su bestiario. Se desperezo, cogiendo sus armas como sus fieles compañeras y bajando a la cocina, donde dadas su pocas artes culinarias, se preparo simplemente algo de carne con verduras, no era lo mejor de lo mejor, pero era comestible. tras eso y comer algo caliente, sintiéndose renovado, salio al patio a refrescarse un poco la cara y tomar algo de agua, encontrándose allí a K ya despierta y practicando.
-Si que te levantas pronto -comento al verla ya practicando, admirando sus movimientos fluidos y a la vez poderosos con suma atención, alejándose de ella para practicar su puntería con los cuchillos arrojadizos, tal vez mas tarde comenzaría a entrenar con la kusarigama cuando estuviera mas despejado el patio.
-Si que te levantas pronto -comento al verla ya practicando, admirando sus movimientos fluidos y a la vez poderosos con suma atención, alejándose de ella para practicar su puntería con los cuchillos arrojadizos, tal vez mas tarde comenzaría a entrenar con la kusarigama cuando estuviera mas despejado el patio.
- Carmesí
Ficha de cosechado
Nombre: Lemus
Especie: Humano
Habilidades: Oído músical, carisma y valorPersonajes : Norou, Wintelgy y Lemus
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
15/11/12, 01:31 am
Wintelgy
Al parecer el pergamino viviente acabó sepultado y ningún componente de la expedición salió herido, todo perfecto.
Después de comer un poco de lo que estaban comiendo los demás se dirigió al patio donde con un cubo de agua me asee un poco. Hacía bastante frio pero nada comparado con mi tierra.
Después de volver a vestirme me fijé en el cielo en busca de las lunas, fui estúpido al pensar que las encontraría en este cielo, las echaba de menos. En aquel negro cielo solo volaban aquellas luciérnagas flamígeras.
Cuando volví a entrar no quedaba nadie en el salón y recogí mi lanza donde la dejé, RR pareció ignorar mi petición. También vi el libro que recogí de la biblioteca encima de la mesa, ¿Cómo lo habrían encontrado si lo escondí debajo de mi cama? No lo volví a cogerlo ya que si se habían molestado en buscarlo es que les hacía falta a los demás. Subí a la habitación y silenciosamente me metí en la cama y me dispuse a dormir.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------
Me desperté bien descansado y bajé abajo donde cogí los restos de comida inservible, frutas picadas de la anteriores cestas, huesos y desperdicios después de haber cocinado. Iba a hacer algo que se me había ocurrido la tarde anterior mientras deambulaba perdido por los barrios.
Subí hasta la 4 planta del torreón, con mucho cuidado sin alejarme de la escalera lance poco a poco los desperdicios a unos cuantos metros de mi con el objetivo de que algunas stirges comieran, en el momento de verme amenazado por algúna volvería corriendo abajo sin pensarlo.
(si algún Gm quisiera postear la reacción de las stirges más que mejor, si no que me lo digan por el chat y lo escribo en el próximo post)
-Tsuki Tsuki Tsuki♥♫♪-
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
La alegría de la huerta ha llegado
15/11/12, 01:56 pm
En cuanto sus compañeros señalaron el torreón Maciel a lo lejos, Tap echó un vistazo rápido a sus compañeros, arreó a la avispa y voló tan rápido como pudo hasta el edificio. Era mucho más feo que su panal Letargo, pero mucho. No había enredaderas ni nada verde que destacara. Solo una fachada aburrida de piedra. Dio un volteo rápido hasta dar con una ventana por la que colarse. Entró zumbando justo a la habitación de uno de los gigantes que había conocido en la biblioteca. Al lado había otro chico tumbado que desconocía, arropado. Y estaban dormidos. << Esto no puede ser... Deben llevar la pereza en la savia estos inútiles >>.
-¡Despertad, zánganos!-gritó al tiempo que se ponía a soltar chirridos por la espalda y se escapaba volando hacia el pasillo-. ¡Tenéis visita en el panal, no seais cardos y moved esos culos para abrir la puerta!-. Siguió haciendo ruido hasta que llegó al salón y allí pudo ver una salida hacia un patio bastante más amplio que el de Letargo. Y había gente. Gente despierta, con dos dedos de frente y los pies en la tierra-. ¡Por la Flora! Gigantes listos, qué me dices-palmeó divertido la espalda de su avispa y se dirigió hacia ellos-. Buenos días-saludó al tiempo que silbaba alegre por la espalda-. Soy Tap y vengo, venimos-se corrigió rápidamente-a haceros una visita desde Letargo-dio un vistazo al patio y negó con la cabeza-. Necesitais un huerto, por cierto-añadió como punto final a su escueta presentación.
Echó un vistazo a los dos gigantes que tenía en frente y se preguntó mentalmente cual sería su función dentro del grupo. Estaban entrenando con armas, por lo que debían de ser algún tipo de guerreros. Pero eran muy distintos. Uno, o una más bien, tenía el pecho bastante hinchado, y el otro, un chico, porque era plano tal y como le habían explicado, era casi difícil de mirar, con esos colores tan raros de ojos y pelo. << Será alguna subespecie exótica >> se dijo.
-¿Cómo decís que os llamáis?-en realidad daba igual, a Tap los nombres se le olvidaban demasiado rápido y estos estaban ya rebautizados como Bultos y Colorines.
-¡Despertad, zánganos!-gritó al tiempo que se ponía a soltar chirridos por la espalda y se escapaba volando hacia el pasillo-. ¡Tenéis visita en el panal, no seais cardos y moved esos culos para abrir la puerta!-. Siguió haciendo ruido hasta que llegó al salón y allí pudo ver una salida hacia un patio bastante más amplio que el de Letargo. Y había gente. Gente despierta, con dos dedos de frente y los pies en la tierra-. ¡Por la Flora! Gigantes listos, qué me dices-palmeó divertido la espalda de su avispa y se dirigió hacia ellos-. Buenos días-saludó al tiempo que silbaba alegre por la espalda-. Soy Tap y vengo, venimos-se corrigió rápidamente-a haceros una visita desde Letargo-dio un vistazo al patio y negó con la cabeza-. Necesitais un huerto, por cierto-añadió como punto final a su escueta presentación.
Echó un vistazo a los dos gigantes que tenía en frente y se preguntó mentalmente cual sería su función dentro del grupo. Estaban entrenando con armas, por lo que debían de ser algún tipo de guerreros. Pero eran muy distintos. Uno, o una más bien, tenía el pecho bastante hinchado, y el otro, un chico, porque era plano tal y como le habían explicado, era casi difícil de mirar, con esos colores tan raros de ojos y pelo. << Será alguna subespecie exótica >> se dijo.
-¿Cómo decís que os llamáis?-en realidad daba igual, a Tap los nombres se le olvidaban demasiado rápido y estos estaban ya rebautizados como Bultos y Colorines.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
15/11/12, 04:42 pm
Estaba recogiendo junto en ese momento los cuchillos que había lanzado ya por incontable vez, su puntería era más o menos buena al menos con algo que se mantenía quieto, ya con algo en movimiento aun debía probarlo. Un zumbido que iba aumentando llamo su atención, confundido por completo miro alrededor “¿Qué demonios es eso?” pensó pues lo escuchaba mas fuerte acercándose, pero no veía nada, hasta que para su sorpresa escucho un chirrido conocido y segundos después la voz chillona de la mini criatura que había conocido en la biblioteca.
-¿Qué haces tu aq…?…….- se quedo momentáneamente en silencio abriendo mucho los ojos sorprendido al ver que no solo un hierbajo-insecto había aparecido de la nada por el patio del torreón hablando sin parar, si no que venía insultándolos…diciéndoles que venía con compañía y contando algo de un huerto. DL no presto en realidad su completa atención a las palabras del pequeño que se hacía llamar Tap, sino que sus ojos miraban con completo asombro el enorme insecto en el que iba montado causante de aquel incesante zumbido – Ehm…encantado de conocerte a ti y a tu….montura- dijo con cierta confusión, ya había visto muchas cosas raras en la ciudad, pero era la primera vez en su vida que veía una hierba parlante montando una avispa, avispa que miro con desconfianza alejándose prudentemente y manteniendo bien a mano los cuchillos arrojadizos. Los insectos eran peligrosos, o al menos eso tenía bien aprendido de su mundo y no era fácil de sacar.
-Me llamo DL -dijo apartando la mirada de la avispa, por suerte el zumbido que producían sus alas era más que un aviso de cuando se acercaba u alejaba, mirando con atención y curiosidad a Tap- En cuanto a lo de tal huerto…no tengo idea de lo que hablas, el mundo de donde yo vengo no hay mucho de eso o al menos yo no vi ninguno…pero dudo que aquí se pueda plantar algo- sinceramente lo poco que conocía de ese tema era por libros, en fonera toda la comida estaba clasificada y envasada, echó un vistazo a Karime y luego a Tap de nuevo- Voy a abrirles antes de que se nos intenten colar del mismo modo que tu, aunque veo poco probable eso, y acaben apalizados por algunos de los se vayan despertando- añadió volviendo al torreón a ver quiénes eran los que acompañaban a Tap del otro torreón. Sentía curiosidad, pues apenas había hablado con los chicos y chicas que junto con ellos había aparecido en la fuente con el agua que cambiaba el idioma “A saber porque habrán decidido venir, puede que tuvieran algún problema o hayan encontrado algo raro, tal vez….tal vez también hayan encontrado algo sobre la magia” pensando en ello algo perdido escuchando ruidos en los pisos superiores, tal vez serian las criaturas del último piso o alguno de los otros despertándose “Si nosotros hemos descubierto la magia, tal vez ellos también lo hayan hecho…no estaría de más preguntarles” pensó mientras abría la puerta del torreón tras asegurarse que quienes estaba afuera era caras conocidas que no venia perseguidas por ningún bichejo, abriéndoles para dejarlos pasar.
-¿Qué haces tu aq…?…….- se quedo momentáneamente en silencio abriendo mucho los ojos sorprendido al ver que no solo un hierbajo-insecto había aparecido de la nada por el patio del torreón hablando sin parar, si no que venía insultándolos…diciéndoles que venía con compañía y contando algo de un huerto. DL no presto en realidad su completa atención a las palabras del pequeño que se hacía llamar Tap, sino que sus ojos miraban con completo asombro el enorme insecto en el que iba montado causante de aquel incesante zumbido – Ehm…encantado de conocerte a ti y a tu….montura- dijo con cierta confusión, ya había visto muchas cosas raras en la ciudad, pero era la primera vez en su vida que veía una hierba parlante montando una avispa, avispa que miro con desconfianza alejándose prudentemente y manteniendo bien a mano los cuchillos arrojadizos. Los insectos eran peligrosos, o al menos eso tenía bien aprendido de su mundo y no era fácil de sacar.
-Me llamo DL -dijo apartando la mirada de la avispa, por suerte el zumbido que producían sus alas era más que un aviso de cuando se acercaba u alejaba, mirando con atención y curiosidad a Tap- En cuanto a lo de tal huerto…no tengo idea de lo que hablas, el mundo de donde yo vengo no hay mucho de eso o al menos yo no vi ninguno…pero dudo que aquí se pueda plantar algo- sinceramente lo poco que conocía de ese tema era por libros, en fonera toda la comida estaba clasificada y envasada, echó un vistazo a Karime y luego a Tap de nuevo- Voy a abrirles antes de que se nos intenten colar del mismo modo que tu, aunque veo poco probable eso, y acaben apalizados por algunos de los se vayan despertando- añadió volviendo al torreón a ver quiénes eran los que acompañaban a Tap del otro torreón. Sentía curiosidad, pues apenas había hablado con los chicos y chicas que junto con ellos había aparecido en la fuente con el agua que cambiaba el idioma “A saber porque habrán decidido venir, puede que tuvieran algún problema o hayan encontrado algo raro, tal vez….tal vez también hayan encontrado algo sobre la magia” pensando en ello algo perdido escuchando ruidos en los pisos superiores, tal vez serian las criaturas del último piso o alguno de los otros despertándose “Si nosotros hemos descubierto la magia, tal vez ellos también lo hayan hecho…no estaría de más preguntarles” pensó mientras abría la puerta del torreón tras asegurarse que quienes estaba afuera era caras conocidas que no venia perseguidas por ningún bichejo, abriéndoles para dejarlos pasar.
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
15/11/12, 05:09 pm
Entre todo el alboroto del pasillo provocado por la pequeña criatura y su montura chillando como descosidos, RR despertó, cuanto menos alterado. Y, este hecho sumado a su notable mejoría, levantó un alboroto mucho mayor.
La puerta de su habitación de una patada, y salió de un torpe salto a la pata coja de él, esquivando la cuerda de la trampa. Llevaba sólo la chaqueta, los arneses, el pañuelo, las gafas y las botas. Por supuesto, más por casualidad que por respeto a la decencia y el decoro, llevaba puestos los calzoncillos, negros con un estampado de grandes triángulos con un círculo en su interior en rojo. Y, aunque fuera tapado con la capucha y el resto de la parafernalia, parecía escrutar un aura de nervios y de histeria violenta homicida. Quizá esto fuera debido a sus movimientos impulsivos, o más probablemente por el hacha y la ballesta que empuñaba con sus crispadas manos enguantadas.-
-¡¿Qué cojones es eso?!- Inquirió de un grito. Recordó casi inmediatamente que no había nadie que le pudiera contestar y que, realmente, le importaba tres cojones. Había un insecto enorme zumbando por su torreón, y sabía lo que tenía que hacer con los bichos.
Le lanzó el hacha con ganas y con relativa buena puntería. De no ser por la velocidad y el zigzagueo de la criatura, hubieran podido repartirse a Tap entre los torreones a partes iguales. Pero el afilado artilugio pasó al lado del bicho, adelantándolo y clavándose justo al lado de la pared de al lado de las escaleras.
Cuando bajó las escaleras, se encontró a DL conversando tranquilamente con el par de insectos tranquilamente.
-¡¿Se pude saber qué cojones haces?!- preguntó en voz alta y nerviosa con un leve toque de histeria patológica, apuntando a Tap y a su avispa con la ballesta cargada- ¡ES UN PUTO INSECTO!- aclaró en tono más agudo, como el que hubiera usado alguien que se encuentra a su amigo metiendo la cabeza dentro de las fauces de un tiburón blanco.
La puerta de su habitación de una patada, y salió de un torpe salto a la pata coja de él, esquivando la cuerda de la trampa. Llevaba sólo la chaqueta, los arneses, el pañuelo, las gafas y las botas. Por supuesto, más por casualidad que por respeto a la decencia y el decoro, llevaba puestos los calzoncillos, negros con un estampado de grandes triángulos con un círculo en su interior en rojo. Y, aunque fuera tapado con la capucha y el resto de la parafernalia, parecía escrutar un aura de nervios y de histeria violenta homicida. Quizá esto fuera debido a sus movimientos impulsivos, o más probablemente por el hacha y la ballesta que empuñaba con sus crispadas manos enguantadas.-
-¡¿Qué cojones es eso?!- Inquirió de un grito. Recordó casi inmediatamente que no había nadie que le pudiera contestar y que, realmente, le importaba tres cojones. Había un insecto enorme zumbando por su torreón, y sabía lo que tenía que hacer con los bichos.
Le lanzó el hacha con ganas y con relativa buena puntería. De no ser por la velocidad y el zigzagueo de la criatura, hubieran podido repartirse a Tap entre los torreones a partes iguales. Pero el afilado artilugio pasó al lado del bicho, adelantándolo y clavándose justo al lado de la pared de al lado de las escaleras.
Cuando bajó las escaleras, se encontró a DL conversando tranquilamente con el par de insectos tranquilamente.
-¡¿Se pude saber qué cojones haces?!- preguntó en voz alta y nerviosa con un leve toque de histeria patológica, apuntando a Tap y a su avispa con la ballesta cargada- ¡ES UN PUTO INSECTO!- aclaró en tono más agudo, como el que hubiera usado alguien que se encuentra a su amigo metiendo la cabeza dentro de las fauces de un tiburón blanco.
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
15/11/12, 05:45 pm
-¡Mi furcia favorita!- dijo Alder con una sonrisa cuando la puerta se abrió y el rostro de DL apareció detrás. Detrás, Seon se llevó las manos a la cara con exasperación.- Que gusto me da ver que seguís enteros.
Les dejó pasar al poco y dentro todos parecían haber cogido el virus de Thras, y empezaban a perder las prendas de ropa como hojas en otoño. RR estaba en calzoncillos, apuntando a Tap y a su avispa. Y a su lado había una chica, con el pecho descubierto, a la que no habían visto nunca, practicando con una espada. Mira, Tap y aprende lo que es estar bien dotado pensó Alder sonriendo con picardía al mirar a la chica.
- ¡RR! ¡la avispa es de Tap! ¡ No hace daño!- dijo alarmada Seon.
- Si, hombre. deja de apuntar a la gente con tu afilada ballesta mientras vas falto de ropa que es muy indecoroso.- contribuyó Alder con sorna.
Les dejó pasar al poco y dentro todos parecían haber cogido el virus de Thras, y empezaban a perder las prendas de ropa como hojas en otoño. RR estaba en calzoncillos, apuntando a Tap y a su avispa. Y a su lado había una chica, con el pecho descubierto, a la que no habían visto nunca, practicando con una espada. Mira, Tap y aprende lo que es estar bien dotado pensó Alder sonriendo con picardía al mirar a la chica.
- ¡RR! ¡la avispa es de Tap! ¡ No hace daño!- dijo alarmada Seon.
- Si, hombre. deja de apuntar a la gente con tu afilada ballesta mientras vas falto de ropa que es muy indecoroso.- contribuyó Alder con sorna.
-
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
15/11/12, 06:23 pm
Shizel se tenía a sí mismo por una persona racional, y por lo general pacífica. Sin embargo Rocavarancolia, o más bien la gente con la que compartía estancia, tenía la capacidad de poner aquello a prueba con una facilidad desquiciante. En Idris, o al menos ésa era su impresión, no había tantas cosas que le pusieran de mala leche; pero un punto común de ambos lugares lo constituía, sin duda, el que un ser indeterminado que hacía un ruido infernal le arrancase de su sueño.
No estaba acostumbrado a los despertares tempranos y bruscos. De hecho, no estaba acostumbrado a los despertares tempranos en absoluto. Iluso de él, ahora que se hallaba en posesión de un sucedáneo de cama había planeado pasar la mañana como las pasaba en Idris: durmiendo más de lo necesario y despertando a mediodía soñoliento y de mal humor.
Tenía mal despertar, y lo sabía. Muy mal despertar.
Ni corto ni perezoso agarró lo primero que pilló, que resultó ser un taburete cercano, y lo lanzó contra la pared que unos segundos antes había ocupado la avispa, con la precisa intención de dejarla clavada como en una exposición de coleópteros.
-¡No se puede comer, no se puede salir, no se puede ni dormir tranquilo en este sito, hostias!- aulló cabreadísimo aderezando la demostración con una sarta de palabrotas, sin importarle un comino que le oyera todo el torreón. Se incorporó con la intención de rematar la faena, sólo para descubrir que Tap ya se había ido.
Trató de volver a dormirse con la esperanza de que el resto de compañeros de su torreón se encargaran de hacerlo cachitos, pero pronto un alboroto en el piso de abajo lo hizo imposible. Shizel gruñó bajo las mantas, maldiciendo su estupidez al haberles revelado a los del otro grupo la localización de su torreón. Había subestimado las bendiciones que conllevaba que sus compañeros no se metieran con el horario de sueño de uno.
“Entidad rocavarancolesa que los ha traído aquí, por favor, llévatelos a todos de vuelta”, gimió interiormente.
Tuvo que apoyar la cabeza en la pared un ratito, cabeceando parcialmente, hasta que logró volver a incorporarse adecuadamente. Apenas se desperezó un poco le llegaron de sopetón los gritos de RR desde el patio.
“Ya está el colorado gritando como un energúmeno otra vez”, pensó. Parecía casi rutina, pensó sin saber cómo tomarse todo aquello.
"No me voy a quitar la manta para bajar, no me da la gana", acabó por decidir con altivez infantil. Si a él le despertaban, que todos sufrieran las consecuencias.
Emprendió el descenso por las escaleras prácticamente sonámbulo, murmurando incoherencias y envuelto como un paquetito en el edredón. Sin embargo en cuanto oyó voces en el piso de abajo dedujo que el visitante no había llegado solo, y volvió casi a pisotones de nuevo al piso de arriba: la educación inculcada a lo largo de más de década y media le impedía mostrarse recién levantado ante unas visitas. Subió las escaleras a vestirse y asearse, refunfuñando por lo bajo. En su tierra los invitados se anunciaban con antelación antes de venir, y desde luego no se adelantaban a despertar a los anfitriones a horas indecentes.
Para cuando hubo recuperado un nivel de consciencia coherente ya estaba notablemente más sereno, y su autocontrol idrino tomó las riendas.
-Baja la voz, colorado- dijo mientras entraba tranquilamente en el patio-. Tu melodiosa voz llega hasta el piso de arriba, pero comprende que el resto de seres de la ciudad quieran ahorrarse su magnificencia.
De la pintoresca escena lo primero que le llamó la atención fue el repoblador. Aunque en la biblioteca le había caído bien, lo habría asesinado en aquel preciso momento.
-Me ha despertado- se limitó a decir como si aquello fuese explicación suficiente-. Matadlo, y que sufra.
Sin embargo, se percató de que alguien ya había intentado hacer el trabajo: estaba bastante seguro de que aquel hacha no estaba clavada en la pared antes.
Miró de arriba abajo a K y RR, percatándose de un par de detalles importantes.
-¿Qué pasa, que el espectáculo sólo lo dais para las visitas?- esbozó una sonrisa maliciosa-. Por mí no os cortéis el resto del tiempo, eh, que ya hay confianza.
Acto seguido se giró hacia los visitantes, en aras de la cortesía.
-Si queréis desayunar, mantenedlo controlado- les pidió refiriéndose a Tap, medio en serio medio en burla-. No me hago responsable de que vuelva entero la próxima vez si esto se convierte en una costumbre.
No sabía cuáles eran los protocolos de cortesía en sus mundos, pero estaba seguro de que invitar a la gente a comer tranquilamente sería un denominador común.
No estaba acostumbrado a los despertares tempranos y bruscos. De hecho, no estaba acostumbrado a los despertares tempranos en absoluto. Iluso de él, ahora que se hallaba en posesión de un sucedáneo de cama había planeado pasar la mañana como las pasaba en Idris: durmiendo más de lo necesario y despertando a mediodía soñoliento y de mal humor.
Tenía mal despertar, y lo sabía. Muy mal despertar.
Ni corto ni perezoso agarró lo primero que pilló, que resultó ser un taburete cercano, y lo lanzó contra la pared que unos segundos antes había ocupado la avispa, con la precisa intención de dejarla clavada como en una exposición de coleópteros.
-¡No se puede comer, no se puede salir, no se puede ni dormir tranquilo en este sito, hostias!- aulló cabreadísimo aderezando la demostración con una sarta de palabrotas, sin importarle un comino que le oyera todo el torreón. Se incorporó con la intención de rematar la faena, sólo para descubrir que Tap ya se había ido.
Trató de volver a dormirse con la esperanza de que el resto de compañeros de su torreón se encargaran de hacerlo cachitos, pero pronto un alboroto en el piso de abajo lo hizo imposible. Shizel gruñó bajo las mantas, maldiciendo su estupidez al haberles revelado a los del otro grupo la localización de su torreón. Había subestimado las bendiciones que conllevaba que sus compañeros no se metieran con el horario de sueño de uno.
“Entidad rocavarancolesa que los ha traído aquí, por favor, llévatelos a todos de vuelta”, gimió interiormente.
Tuvo que apoyar la cabeza en la pared un ratito, cabeceando parcialmente, hasta que logró volver a incorporarse adecuadamente. Apenas se desperezó un poco le llegaron de sopetón los gritos de RR desde el patio.
“Ya está el colorado gritando como un energúmeno otra vez”, pensó. Parecía casi rutina, pensó sin saber cómo tomarse todo aquello.
"No me voy a quitar la manta para bajar, no me da la gana", acabó por decidir con altivez infantil. Si a él le despertaban, que todos sufrieran las consecuencias.
Emprendió el descenso por las escaleras prácticamente sonámbulo, murmurando incoherencias y envuelto como un paquetito en el edredón. Sin embargo en cuanto oyó voces en el piso de abajo dedujo que el visitante no había llegado solo, y volvió casi a pisotones de nuevo al piso de arriba: la educación inculcada a lo largo de más de década y media le impedía mostrarse recién levantado ante unas visitas. Subió las escaleras a vestirse y asearse, refunfuñando por lo bajo. En su tierra los invitados se anunciaban con antelación antes de venir, y desde luego no se adelantaban a despertar a los anfitriones a horas indecentes.
Para cuando hubo recuperado un nivel de consciencia coherente ya estaba notablemente más sereno, y su autocontrol idrino tomó las riendas.
-Baja la voz, colorado- dijo mientras entraba tranquilamente en el patio-. Tu melodiosa voz llega hasta el piso de arriba, pero comprende que el resto de seres de la ciudad quieran ahorrarse su magnificencia.
De la pintoresca escena lo primero que le llamó la atención fue el repoblador. Aunque en la biblioteca le había caído bien, lo habría asesinado en aquel preciso momento.
-Me ha despertado- se limitó a decir como si aquello fuese explicación suficiente-. Matadlo, y que sufra.
Sin embargo, se percató de que alguien ya había intentado hacer el trabajo: estaba bastante seguro de que aquel hacha no estaba clavada en la pared antes.
Miró de arriba abajo a K y RR, percatándose de un par de detalles importantes.
-¿Qué pasa, que el espectáculo sólo lo dais para las visitas?- esbozó una sonrisa maliciosa-. Por mí no os cortéis el resto del tiempo, eh, que ya hay confianza.
Acto seguido se giró hacia los visitantes, en aras de la cortesía.
-Si queréis desayunar, mantenedlo controlado- les pidió refiriéndose a Tap, medio en serio medio en burla-. No me hago responsable de que vuelva entero la próxima vez si esto se convierte en una costumbre.
No sabía cuáles eran los protocolos de cortesía en sus mundos, pero estaba seguro de que invitar a la gente a comer tranquilamente sería un denominador común.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
15/11/12, 06:50 pm
Karime vió a DL por el rabillo del ojo y lo saludó con un asentimiento de cabeza sin distraerse demasiado de su entrenamiento, aunque le habló como si se hubieran puesto a conversar.
- ¿Qué, con ganas de volver a los callejones sin salida a saludar a tu amiguito el trozo de papel?- bromeó la libense.
Ambos siguieron entrenando sin mirarse, concentrado cada uno en su entrenamiento, hasta que un sonido llamó la atención de Karime. “¿Un zumbido?” se preguntó, sin saber de dónde podía provenir el sonido, pero pronto dio con él. Una abeja gigante galopada por un manojo de hierba parlante era la causa.
- Me gusta este bichito, ¿Nos lo podemos quedar?- preguntó divertida a DL como si él fuera su madre.- Mi nombre es Karime, puñadito de hierba.- se presentó como si Tap fuera un niño pequeño.
Ante el espectáculo que montaban, tanto invitados como compañeros de torreón, Karime no pudo más que reír. Las reacciones de RR y Shizel le parecieron a cual más divertida.
- Pelirrojo, no sabía que tenías ese culito.- dijo socarronamente la morena guiñándole un ojo al foner. Ignorando el enfado de Shizel, se acercó a las dos chicas que vió, aliviada, por una parte, por no ser ella y Ariv las únicas, y por otra por el sarcasmo que destilaba la chica de pelo claro y que tanto le gustó.- Bienvenidas a mi torreón lleno de muchachotes como los que veis. Tampoco os emocionéis demasiado, junto con Burbujita, es lo mejor que tenemos por aquí. Me alegro muchísimo de ver más entes femeninos aquí, estos hombres no saben cuidarse solos. Mi nombre es Karime, de Libo. Encantada.- se presentó a las sinhadre con la sonrisa que solo utilizaba con Ariv.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
15/11/12, 07:03 pm
Yrio se llevó las manos a la cara, ocultando momentáneamente su expresión de desesperación cuando vio a Pechote colarse por una ventana del torreón y ponerse a dar chillidos. No conocía demasiado a los habitantes de Maciel pero sabía cómo reaccionaría él mismo ante una situación así y se imaginó que no sería muy diferente de la de los otros... Y a juzgar por los gritos que se empezaron a oír en el interior tenía toda la razón.
-¡Lo van a matar!- dijo angustiado a sus compañeros, sin estar muy seguro de si eso sería bueno o malo.
El chico con pintas de prostituto les abrió la puerta, y lejos de secundar la broma de Alder se escabulló al interior murmurando un educado ''Buenos días'' para ver si el bichito seguía entero. << Bueno, entero sigue...>> Pero tenía al pelirrojo borde en calzones apuntándole con una ballesta y a un chico albino de piel plateada muy enfadado tambien. Yrio estaba tan asustado de que fuesen a sufrir algun tipo de consecuencia por la cagada de Pechote que no acertó a fijarse en la desnudez de Karime hasta que esta se presentó.
-Er... No mateis a nuestro compañero, por favor, es un poco burro y odioso a veces pero no lo hace con mala intención- dijo poniendo ojos de cordero- Bueno, no siempre lo hace con mala intención.- sabía que el bicho tenía muy mala leche.- Soy Yrio por cierto. Encantado- despegó los ojos de los pechos de Karime no sin cierto esfuerzo y les dedicó una sonrisa angelical con la esperanza de que el tio de la ballesta le perdonase la vida a Pechote.
-¡Lo van a matar!- dijo angustiado a sus compañeros, sin estar muy seguro de si eso sería bueno o malo.
El chico con pintas de prostituto les abrió la puerta, y lejos de secundar la broma de Alder se escabulló al interior murmurando un educado ''Buenos días'' para ver si el bichito seguía entero. << Bueno, entero sigue...>> Pero tenía al pelirrojo borde en calzones apuntándole con una ballesta y a un chico albino de piel plateada muy enfadado tambien. Yrio estaba tan asustado de que fuesen a sufrir algun tipo de consecuencia por la cagada de Pechote que no acertó a fijarse en la desnudez de Karime hasta que esta se presentó.
-Er... No mateis a nuestro compañero, por favor, es un poco burro y odioso a veces pero no lo hace con mala intención- dijo poniendo ojos de cordero- Bueno, no siempre lo hace con mala intención.- sabía que el bicho tenía muy mala leche.- Soy Yrio por cierto. Encantado- despegó los ojos de los pechos de Karime no sin cierto esfuerzo y les dedicó una sonrisa angelical con la esperanza de que el tio de la ballesta le perdonase la vida a Pechote.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
15/11/12, 07:16 pm
DL se quedo un poco a cuadros cuando en los segundos en los que terminaba de hablar con Tap se iba a abrir, apareció una mancha borrosa roja, ataviada con la ropa justa y necesaria por las prisas “¿¡Qué demonios hace este tío medio en bolas!?” se pregunto con sorpresa al verlo simplemente en calzoncillos, con su chaqueta a cuesta y su inestimable ballesta apuntando a Tap; no pudiendo obviar que allí se encontraba también K, con toda su pechonalidad al aire para quien quisiera disfrutar viéndola, eso sí era mejor saludo mañanero que una maldita avispa, donde va a parar.
-¿Por qué estas casi desnudo?- pregunto extrañado exponiendo sus pensamientos en voz alta, sacudiendo la cabeza al notar como apuntaba a la pequeña criatura, los que les faltaba era ponerse a matarse allí en medio-¡Relájate y baja la ballesta, a ver si se te escapa la flecha por los nervios! RR que solo es la hierbita parlante que conocimos en la biblioteca…- respondió observándolo atentamente tanto a él como a K casi como si les protestara al respecto, era obvio que tenía un muy mal despertar, eso unido a la aparición de un bicho gigante sin explicación alguna era para espantarse. Su atención tuvo que quitarse momentáneamente del foner y de K para volverla hacia los que estaban entrando en el torreón escuchando un fuerte grito de Alder, sino recordaba mal, a nombre de 'furcia favorita' dirigido a él. Se quedo con expresión confusa por completo “¿¡porque furcia!?” se dijo ya sin entender, aunque lo atribuyo a que sería algo de la sociedad de otros mundos o algo así….tampoco se quejaba, al contrario le hacía gracia teniendo en cuenta el significado de la palabra- No tengo idea de por qué me dices furcia ni porque soy tu favorita, favorito mas bien, pero gracias por el elogio –respondió sonriendo algo entretenido dejándolos pasar a todos. No mucho después vio aparecer a un Shizel todo bien vestido y peinado corroborando sus propios pensamientos de la injusticia que cometía sus compañeros.
-Como aquí desayunemos todos….habrá que ir por las bolsas luego de nuevo- dijo contando el número de cabezas que había rascándose la nuca, “Toca despertar a Saren si es que se quedan a desayunar…espero que no, ya nos costó ayer ir por las cestas” se dijo sabiendo de sus pocas actitudes en la cocina y de las pocas ganas que tenia de volver aventurarse allí afuera por las cestas al menos ese día. Vio pasar a un chaval pequeño, al cual había visto en la fuente pero al que no conocía de más y como entraba casi disparado al patio para intentar intentar salvar el pequeño de la pequeña hierba parlante. Lo siguió tras que todos entraran, incluido el chico enorme de cabello blanco y el mencionado Atol, cerrando tras ellos y volviendo a la entrada del patio- Tap….sería buena idea dejar que tu avispa se marchase o escondiera- dijo intentando aligerar un poco el ambiente, entiendo perfectamente la obvia desconfianza de RR, la situación era un tanto surrealista- En nuestro mundos los insectos son prácticamente las criaturas mas peligrosas, no los tenemos como amistosos precisamente…así que si quieres evitarte acabar con tu avispa ensartada mejor dile que se esconda u algo…-esperando que le hiciera caso o que DL se convenciera de las miradas de niño bueno que le lanzaba el chico llamado Yrio intentando salvar a su mini compañero. “No hay mañanas tranquilas en este sitio”. pensó algo entretenido por lo absurdo de la situación.
-¿Por qué estas casi desnudo?- pregunto extrañado exponiendo sus pensamientos en voz alta, sacudiendo la cabeza al notar como apuntaba a la pequeña criatura, los que les faltaba era ponerse a matarse allí en medio-¡Relájate y baja la ballesta, a ver si se te escapa la flecha por los nervios! RR que solo es la hierbita parlante que conocimos en la biblioteca…- respondió observándolo atentamente tanto a él como a K casi como si les protestara al respecto, era obvio que tenía un muy mal despertar, eso unido a la aparición de un bicho gigante sin explicación alguna era para espantarse. Su atención tuvo que quitarse momentáneamente del foner y de K para volverla hacia los que estaban entrando en el torreón escuchando un fuerte grito de Alder, sino recordaba mal, a nombre de 'furcia favorita' dirigido a él. Se quedo con expresión confusa por completo “¿¡porque furcia!?” se dijo ya sin entender, aunque lo atribuyo a que sería algo de la sociedad de otros mundos o algo así….tampoco se quejaba, al contrario le hacía gracia teniendo en cuenta el significado de la palabra- No tengo idea de por qué me dices furcia ni porque soy tu favorita, favorito mas bien, pero gracias por el elogio –respondió sonriendo algo entretenido dejándolos pasar a todos. No mucho después vio aparecer a un Shizel todo bien vestido y peinado corroborando sus propios pensamientos de la injusticia que cometía sus compañeros.
-Como aquí desayunemos todos….habrá que ir por las bolsas luego de nuevo- dijo contando el número de cabezas que había rascándose la nuca, “Toca despertar a Saren si es que se quedan a desayunar…espero que no, ya nos costó ayer ir por las cestas” se dijo sabiendo de sus pocas actitudes en la cocina y de las pocas ganas que tenia de volver aventurarse allí afuera por las cestas al menos ese día. Vio pasar a un chaval pequeño, al cual había visto en la fuente pero al que no conocía de más y como entraba casi disparado al patio para intentar intentar salvar el pequeño de la pequeña hierba parlante. Lo siguió tras que todos entraran, incluido el chico enorme de cabello blanco y el mencionado Atol, cerrando tras ellos y volviendo a la entrada del patio- Tap….sería buena idea dejar que tu avispa se marchase o escondiera- dijo intentando aligerar un poco el ambiente, entiendo perfectamente la obvia desconfianza de RR, la situación era un tanto surrealista- En nuestro mundos los insectos son prácticamente las criaturas mas peligrosas, no los tenemos como amistosos precisamente…así que si quieres evitarte acabar con tu avispa ensartada mejor dile que se esconda u algo…-esperando que le hiciera caso o que DL se convenciera de las miradas de niño bueno que le lanzaba el chico llamado Yrio intentando salvar a su mini compañero. “No hay mañanas tranquilas en este sitio”. pensó algo entretenido por lo absurdo de la situación.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
15/11/12, 08:20 pm
Un tipo rojo apareció como una furia chillando idioteces y apuntando a la montura de Tap, era el de la biblioteca y, aunque no lo parecía, el que se había dejado envenenar en una salida a por comida. << Desagradecido >> fue lo primero que pensó << Bien que debieron de funcionar los ingredientes para el antídoto que se llevaron de NUESTRO torreón para que llegues así ahora a recibirme>>.
-¿Una avispa? ¡Oh, no me digas, Tulipán! ¿Y con qué la has visto, con los ojos? Sorprendente raza la vuestra-bufó. No le asustaba el tipo. Estaba histérico y nervioso, se percibía con claridad solo por su tono de voz y esos chillidos de roedor que lanzaba al aire. En ese estado a saber si no sería capaz de darle a Bultos sin querer-. Baja ese arma, animal-le advirtió en tono seco-. Y escucha a tus compañeros: solo vengo de visita-señaló a los que habían venido con él-. Eso sí, te juro que si le llegara a pasar algo a MÍ avispa, la próxima vez que te visitara vendría el enjambre entero conmigo- y no le importaría esperar el año que le había dicho el Sepalian. Porque estaría dispuesto a tolerar si algún animal la hubiera cazado para comer, era inevitable a veces y lo hacían por instinto, pero no que un gigante asustadizo la matara en un impulso suicida. Porque sería suicida si lo llegaba a hacer, vaya que sí.
Desde luego, Tap no entendía como no se daban cuenta de que no estaban de jornadas de descanso en Rocavarancolia. Estaban en peligro constante y deberían aprender a proteger mejor su panal y sus propias vidas, no a chillotear cuando el peligro ya estaba sobre ellos. Y si Tap podía entrar, cualquier bicho peor podría haberlo hecho también. Él no tenía la culpa de que esta especie fuese deficiente a la hora de defenderse. Y tampoco entendía toda la parafernalia de los modales. ¿Desde cuando madrugar era algo irrespetuoso? Por estas y otras lindezas Tap se tuvo que callar la boca en varias ocasiones. Además, parecía que estuvieran todos bajo el influjo de infusiones excitantes. << Estarán en celo >>. Tan solo Colorines y Bultos parecían hablar con normalidad.
Tap agradeció en silencio que Pechito y Quemaduras saltaran a defenderle, aunque no lo necesitara en absoluto, y acabó haciendo a regañadientes lo que le había pedido el chico de colores. Dio unas palmadas a la avispa y saltó de ella hacia el hombro de Bultos. Señaló al Tulipán con una mano, en lo que para Tap era un claro gesto de “estate quieto”, y observó como su montura se escondía en el hueco que había entre un cacharro y el pedestal de la estatua del patio, que era un tieso pájaro de piedra.
-Me llamo Tap. O pechote. Pero lo de puñado de hierba ha sido inteligente-le reconoció a la chica de los pechos grandes en un tono de voz bajo y divertido. Luego alzó la voz para el resto-. Deberíais ser más precavidos-fue lo más parecido a una disculpa que saldría de la boca de Tap-Dormir a deshora es morir con el tiempo-era un dicho de su colonia y para él, algo tan obvio y arraigado en su conciencia que no podía entender a los gigantes ni por asomo.
-¿Una avispa? ¡Oh, no me digas, Tulipán! ¿Y con qué la has visto, con los ojos? Sorprendente raza la vuestra-bufó. No le asustaba el tipo. Estaba histérico y nervioso, se percibía con claridad solo por su tono de voz y esos chillidos de roedor que lanzaba al aire. En ese estado a saber si no sería capaz de darle a Bultos sin querer-. Baja ese arma, animal-le advirtió en tono seco-. Y escucha a tus compañeros: solo vengo de visita-señaló a los que habían venido con él-. Eso sí, te juro que si le llegara a pasar algo a MÍ avispa, la próxima vez que te visitara vendría el enjambre entero conmigo- y no le importaría esperar el año que le había dicho el Sepalian. Porque estaría dispuesto a tolerar si algún animal la hubiera cazado para comer, era inevitable a veces y lo hacían por instinto, pero no que un gigante asustadizo la matara en un impulso suicida. Porque sería suicida si lo llegaba a hacer, vaya que sí.
Desde luego, Tap no entendía como no se daban cuenta de que no estaban de jornadas de descanso en Rocavarancolia. Estaban en peligro constante y deberían aprender a proteger mejor su panal y sus propias vidas, no a chillotear cuando el peligro ya estaba sobre ellos. Y si Tap podía entrar, cualquier bicho peor podría haberlo hecho también. Él no tenía la culpa de que esta especie fuese deficiente a la hora de defenderse. Y tampoco entendía toda la parafernalia de los modales. ¿Desde cuando madrugar era algo irrespetuoso? Por estas y otras lindezas Tap se tuvo que callar la boca en varias ocasiones. Además, parecía que estuvieran todos bajo el influjo de infusiones excitantes. << Estarán en celo >>. Tan solo Colorines y Bultos parecían hablar con normalidad.
Tap agradeció en silencio que Pechito y Quemaduras saltaran a defenderle, aunque no lo necesitara en absoluto, y acabó haciendo a regañadientes lo que le había pedido el chico de colores. Dio unas palmadas a la avispa y saltó de ella hacia el hombro de Bultos. Señaló al Tulipán con una mano, en lo que para Tap era un claro gesto de “estate quieto”, y observó como su montura se escondía en el hueco que había entre un cacharro y el pedestal de la estatua del patio, que era un tieso pájaro de piedra.
-Me llamo Tap. O pechote. Pero lo de puñado de hierba ha sido inteligente-le reconoció a la chica de los pechos grandes en un tono de voz bajo y divertido. Luego alzó la voz para el resto-. Deberíais ser más precavidos-fue lo más parecido a una disculpa que saldría de la boca de Tap-Dormir a deshora es morir con el tiempo-era un dicho de su colonia y para él, algo tan obvio y arraigado en su conciencia que no podía entender a los gigantes ni por asomo.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Xana
Ficha de cosechado
Nombre: Ariv
Especie: Sinhadre
Habilidades: Memoria, reflejos, orientación.
Re: Torreón Maciel (Archivo IV)
15/11/12, 08:42 pm
Ariv se había ido a dormir la noche anterior de muy malas pulgas. K le había dicho que tuviera paciencia, que aquello era cuestión de tiempo, pero ella era incapaz de esperar. Quería aprender a manejarse por sí sola, sin necesidad de que los demás la protegieran. Quería que dejaran de verla como a una niña pequeña e indefensa.
Pero nada, eso sólo era “cuestión de tiempo”. Pues genial.
No mejoró su mal humor el hecho de que la despertara el bullicio que venía de la planta baja. ¿Por qué estarían armando tanto escándalo? Ariv miró a su alrededor. K no estaba allí. Supuso que habría bajado ya, quizás a entrenarse antes de comenzar con las clases que le había prometido. Se levantó, se arregló un poco y bajó las escaleras con el ceño fruncido.
- ¿Qué es lo que…? – empezó a preguntar cuando llegó a la planta baja, pero la sorpresa le impidió terminar.
El torreón estaba lleno de gente extraña. Ariv se sintió como el primer día en Maciel. El enfado fue sustituido por la curiosidad, y comenzó a observar a los nuevos con detenimiento. Recordó en ese momento que sus compañeros le habían hablado de otro torreón hacía unos días y supuso que sus visitantes procederían de allí. Esbozó una media sonrisa. De pronto se le olvidó su desastrosa clase del día anterior y que la habían despertado no de muy buenas maneras.
- ¿Quiénes sois? – inquirió.
Fue justo en ese momento cuando se percató de la presencia de los tres sinhadres. Desde que llegó a la ciudad se había preguntado cómo reaccionaría si encontrase a alguien de su mundo y por fin obtuvo una respuesta. Simplemente, se quedó callada, mirándolos fijamente. Por un lado, se alegraba de encontrarlos allí – de ese modo, se sentía un poco menos sola -, pero, por otro, verlos le había traído recuerdos, recuerdos que quería olvidar.
Pero nada, eso sólo era “cuestión de tiempo”. Pues genial.
No mejoró su mal humor el hecho de que la despertara el bullicio que venía de la planta baja. ¿Por qué estarían armando tanto escándalo? Ariv miró a su alrededor. K no estaba allí. Supuso que habría bajado ya, quizás a entrenarse antes de comenzar con las clases que le había prometido. Se levantó, se arregló un poco y bajó las escaleras con el ceño fruncido.
- ¿Qué es lo que…? – empezó a preguntar cuando llegó a la planta baja, pero la sorpresa le impidió terminar.
El torreón estaba lleno de gente extraña. Ariv se sintió como el primer día en Maciel. El enfado fue sustituido por la curiosidad, y comenzó a observar a los nuevos con detenimiento. Recordó en ese momento que sus compañeros le habían hablado de otro torreón hacía unos días y supuso que sus visitantes procederían de allí. Esbozó una media sonrisa. De pronto se le olvidó su desastrosa clase del día anterior y que la habían despertado no de muy buenas maneras.
- ¿Quiénes sois? – inquirió.
Fue justo en ese momento cuando se percató de la presencia de los tres sinhadres. Desde que llegó a la ciudad se había preguntado cómo reaccionaría si encontrase a alguien de su mundo y por fin obtuvo una respuesta. Simplemente, se quedó callada, mirándolos fijamente. Por un lado, se alegraba de encontrarlos allí – de ese modo, se sentía un poco menos sola -, pero, por otro, verlos le había traído recuerdos, recuerdos que quería olvidar.
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