Torreón Maciel (Archivo III)
+15
Giniroryu
Naeryan
Esmael
Fundador
MewtwoEsMiAmanteBandido
Dys
Elliot
LEC
Administración
dama draco
Matt
Frikomid
C.a.e
Muffie
hechdi
19 participantes
- hechdi
Ficha de cosechado
Nombre: Lief
Especie:
Habilidades: buen oido, reflejos y velocidadPersonajes : -Lief: 15 años. Varmano, raza balera. Altura media, pelo azul con tonos morados, piel clara y ojos oscuros. Es tímido, imaginativo, y le gusta llevarse bien con la gente.
-Athan: 16 años. Es griego. Estatura media y complexión fuerte. Pelo castaño y ojos oscuros. Es tímido, imaginativo y se agobia con facilidad. El mar le apasiona.
Torreón Maciel (Archivo III)
15/04/12, 12:20 am
Recuerdo del primer mensaje :
Después de andar un rato acabamos llegando al edificio del que hablaban. Era un edificio de tres plantas, aunque parecía que fuera a haber cuatro, solo que donde debería estar ésta había una especie de esqueleto empotrado. Al principio era un edificio que parecía seguro, pero según me acercaba iba cambiando de idea. Había algo en él que no me gustaba, aparte del esqueleto.Me acerqué el primero. No sabía si el resto se habían quedado parados o solamente habían frenado un poco, pero no me importaba. Solo me importaba encontrar un sitio seguro donde pasar la noche. Abrí la puerta despacio, sin fijarme en ella apenas, solo quería saber como estaba el interior. Al abrirse ésta produjo un leve chirrido, que a lo mejor el resto no escuchaba, pero yo sí. Entré dentro. En cuanto puse un pie dentro me vino un olor a polvo que me hizo toser. Todo estaba oscuro. Apenas veía un paso por delante de mi. En cuanto puede me apoyé en una pared para tener un sistema de referencia. Miré a mi alrededor. Fui notando como me acostumbraba a la penumbra. Cuando veía medianamente bien vi que el interior estaba en bastante buen estado "Parece que no está tan mal al fin y al cabo" Me dije mientras lo observaba todo. Entonces di media vuelta y salí fuera.
- Está bastante bien por dentro. Les dije desde la puerta. Fue en ese momento cuando me fijé en que una de las cadenas del portón estaba rota, y que había pintadas. Pero no le di importancia. Cada vez estaba más cansado y quería encontrar un lugar seguro donde dormir, y ese torreón era el edificio más seguro que me había parecido ver en toda esta maldita ciudad. - Está muy oscuro, tened cuidado de no chocaros con nada. Les advertí. "No me puedo creer que este edificio con un esqueleto encima sea lo más seguro que hayamos visto en esta ciudad" Me repetía una y otra vez asombrado de que pudiera haber ciudades tan horribles.
Busqué con la mano algo donde sentarme mientras todos entraban. Estaba muerto de cansancio. Llevaba sin dormir desde esa mañana, y no es que hubiera dormido especialmente bien. Su mano encontró una silla. La sacudió un poco y se sentó en ella, sumido en sus pensamientos.
Después de andar un rato acabamos llegando al edificio del que hablaban. Era un edificio de tres plantas, aunque parecía que fuera a haber cuatro, solo que donde debería estar ésta había una especie de esqueleto empotrado. Al principio era un edificio que parecía seguro, pero según me acercaba iba cambiando de idea. Había algo en él que no me gustaba, aparte del esqueleto.Me acerqué el primero. No sabía si el resto se habían quedado parados o solamente habían frenado un poco, pero no me importaba. Solo me importaba encontrar un sitio seguro donde pasar la noche. Abrí la puerta despacio, sin fijarme en ella apenas, solo quería saber como estaba el interior. Al abrirse ésta produjo un leve chirrido, que a lo mejor el resto no escuchaba, pero yo sí. Entré dentro. En cuanto puse un pie dentro me vino un olor a polvo que me hizo toser. Todo estaba oscuro. Apenas veía un paso por delante de mi. En cuanto puede me apoyé en una pared para tener un sistema de referencia. Miré a mi alrededor. Fui notando como me acostumbraba a la penumbra. Cuando veía medianamente bien vi que el interior estaba en bastante buen estado "Parece que no está tan mal al fin y al cabo" Me dije mientras lo observaba todo. Entonces di media vuelta y salí fuera.
- Está bastante bien por dentro. Les dije desde la puerta. Fue en ese momento cuando me fijé en que una de las cadenas del portón estaba rota, y que había pintadas. Pero no le di importancia. Cada vez estaba más cansado y quería encontrar un lugar seguro donde dormir, y ese torreón era el edificio más seguro que me había parecido ver en toda esta maldita ciudad. - Está muy oscuro, tened cuidado de no chocaros con nada. Les advertí. "No me puedo creer que este edificio con un esqueleto encima sea lo más seguro que hayamos visto en esta ciudad" Me repetía una y otra vez asombrado de que pudiera haber ciudades tan horribles.
Busqué con la mano algo donde sentarme mientras todos entraban. Estaba muerto de cansancio. Llevaba sin dormir desde esa mañana, y no es que hubiera dormido especialmente bien. Su mano encontró una silla. La sacudió un poco y se sentó en ella, sumido en sus pensamientos.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
17/08/12, 02:28 pm
El torreón olía a muerte. Los cadáveres se amontonaban entre los vivos, y algunos vivos olvidaban que todavía no eran cadáveres. Después de la muerte del ranta a manos de Wen, Nasher se había limitado a preparar los funerales. Inexplicablemente, tenía una nueva invitada en la ceremonia. Kaethe, junto con Enna que parecía haberse acostumbrado al rito, había comido como la que más, con una voracidad que, de no ser por el estado en el que había quedado Nasher le habría asustado de verdad. El cadáver del ranta fue sencillamente descuartizado y cremado. Si su alma quería ascender a Nassandra allá ella, pero no iba a permitir que la otra permaneciese con el grupo.
Después de aquella noche en la que el asreniano se había limitado a mirar fijamente una pared en lugar de dormir llegó un nuevo día, y con el objetivos a cumplir. Pasó la mayor parte de la mañana y la tarde en el sótano, con Lief, esforzándose inutilmente en aprender a leer... Su mente estaba atormentada por acusaciones, impidiéndole concentrarse debidamente en la lección. Además, el estado deplorable en el que se encontraba su amigo le hacía sentirse aun más culpable. Subía y bajaba todo el rato para enjuagarle la herida y tratar de calmar el escozor, en lo cual también estaba fallando estrepitosamente. Después de un convulso ataque de fiebre del varmano tuvieron que dejar la clase, y Nasher por fin estalló en gritos y golpes contra todo lo que encontraba, sintiéndose inútil e impotente.
No podía hacer nada para ayudar a sus amigos, no podía ser de utilidad para el grupo... Encima se había callado la identidad del ranta, no había advertido a los demás, había cerrado la boca y se había confiado como un completo idiota. Y Dys había muerto por su culpa, Dys estaba muerto porque él no había hablado... Podría haberlo evitado y sin embargo...
-Joder!!!!
Se dio un golpe seco en la cabeza contra un muro y se quedó allí, llorando a ratos en silencio a ratos a gritos. Incapaz de centrarse en nada productivo e incapaz de dejar de sentirse culpable por ello, atrapado en un círculo vicioso.
Después de aquella noche en la que el asreniano se había limitado a mirar fijamente una pared en lugar de dormir llegó un nuevo día, y con el objetivos a cumplir. Pasó la mayor parte de la mañana y la tarde en el sótano, con Lief, esforzándose inutilmente en aprender a leer... Su mente estaba atormentada por acusaciones, impidiéndole concentrarse debidamente en la lección. Además, el estado deplorable en el que se encontraba su amigo le hacía sentirse aun más culpable. Subía y bajaba todo el rato para enjuagarle la herida y tratar de calmar el escozor, en lo cual también estaba fallando estrepitosamente. Después de un convulso ataque de fiebre del varmano tuvieron que dejar la clase, y Nasher por fin estalló en gritos y golpes contra todo lo que encontraba, sintiéndose inútil e impotente.
No podía hacer nada para ayudar a sus amigos, no podía ser de utilidad para el grupo... Encima se había callado la identidad del ranta, no había advertido a los demás, había cerrado la boca y se había confiado como un completo idiota. Y Dys había muerto por su culpa, Dys estaba muerto porque él no había hablado... Podría haberlo evitado y sin embargo...
-Joder!!!!
Se dio un golpe seco en la cabeza contra un muro y se quedó allí, llorando a ratos en silencio a ratos a gritos. Incapaz de centrarse en nada productivo e incapaz de dejar de sentirse culpable por ello, atrapado en un círculo vicioso.
- Frikomid
Ficha de cosechado
Nombre: Tsusu
Especie:
Habilidades: - Sentido Comun, reflejos, conocimiento de técnicas de supervivencia
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
17/08/12, 11:45 pm
Tsusu se encontraba asustado; y últimamente se pasaba casi todo el día girando con su garrote de madera para evadirse del mundo.
Para el había sido un duro golpe ver el cadaver de Dys y el de Resizsan; verlos muertos... ¡ya eran tres los asesinados en lo que iba de estancia! Lo peor era que, según parecía, Resizsan había asesinado a ese pálido sepalian justo cuando el estaba en el piso de arriba intentando hacer magia, lo cual era muy frustrante.
Le había costado conciliar el sueño, y tras ello, se puso a empollarse el libro de "magia", sobre todo esa parte que intentó el otro día con un resultado un poco frustrante.
Tsusu cogió el libro y empezó a leerlo, a practicar mentalmente los esparajismos que hacían en el libro con la mano, intentaba pronunciar en voz baja.
- %$" "&· $&%·/&· ·&%·&5 $/&·... y ahora giro así las manos... bien; luego esto... y lo otro...
Tsusu se estaba quedando con la copla; así que se levantó; se clavó accidentalmente un cristal de esos que se iluminaban con la sangre, pues los tenía en una tela atada a la cintura; empezó a hacer los esparajismos y los movimientos y pronunciar las palabras y se onduló un poco el ambiente.
Lo que Tsusu tubo delante de el, fue una especie de "ente" esférico con muchas arrugas... Tsusu se quedó pálido, hiperventiló, sus poros eran un hervidero; cogió la estaca y huyó corriendo de la sala.
Para el había sido un duro golpe ver el cadaver de Dys y el de Resizsan; verlos muertos... ¡ya eran tres los asesinados en lo que iba de estancia! Lo peor era que, según parecía, Resizsan había asesinado a ese pálido sepalian justo cuando el estaba en el piso de arriba intentando hacer magia, lo cual era muy frustrante.
Le había costado conciliar el sueño, y tras ello, se puso a empollarse el libro de "magia", sobre todo esa parte que intentó el otro día con un resultado un poco frustrante.
Tsusu cogió el libro y empezó a leerlo, a practicar mentalmente los esparajismos que hacían en el libro con la mano, intentaba pronunciar en voz baja.
- %$" "&· $&%·/&· ·&%·&5 $/&·... y ahora giro así las manos... bien; luego esto... y lo otro...
Tsusu se estaba quedando con la copla; así que se levantó; se clavó accidentalmente un cristal de esos que se iluminaban con la sangre, pues los tenía en una tela atada a la cintura; empezó a hacer los esparajismos y los movimientos y pronunciar las palabras y se onduló un poco el ambiente.
Lo que Tsusu tubo delante de el, fue una especie de "ente" esférico con muchas arrugas... Tsusu se quedó pálido, hiperventiló, sus poros eran un hervidero; cogió la estaca y huyó corriendo de la sala.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
17/08/12, 11:55 pm
Nasher había estado descargando su frustración en el patio. Entrenar le relajaba, y en realidad había mejorado bastante en los pocos días de entrenamiento intensivo que llevaba, y eso logró subirle un poco el ánimo. Recogió los muñecos destrozados y los recompuso como pudo para dejarlos en su sitio, luego se refrescó con agua del pozo. Aunque se había acostumbrado a eso de tener agua en casa aun le parecía un milagro, y muchas veces se quedaba embobado mirándola.
Cuando acabó, entró de nuevo en el torreón y se dispuso a hacer la ronda. Durante sus horas de meditación y drama interno se le había ocurrido revisar el torreon cada cierto tiempo, varias veces al día, para asegurarse de que todos sus compañeros estaban bien. Ya subía las escaleras cuando vio bajar a Tsu, asustado.
-Ey, que ocurre?? Que has visto??
Contagiándose rápidamente por el miedo de su compañero, pero tratand de que no lo dominase, corrió en dirección de donde había venido para ver qué era lo le había asustado. Y se encontró con una habitación vacía y un libro tirado en el suelo.
-Tsu, aquí no hay nada!- le llamó. Cogio el libro dle suelo y pasó las páginas tratando de figurarse de qué trataba, aunque los dibujos le dieron una idea- ¿Es un libro de magia?- preguntó- Hmmm ¿Has conseguido hacer magia?
Cuando acabó, entró de nuevo en el torreón y se dispuso a hacer la ronda. Durante sus horas de meditación y drama interno se le había ocurrido revisar el torreon cada cierto tiempo, varias veces al día, para asegurarse de que todos sus compañeros estaban bien. Ya subía las escaleras cuando vio bajar a Tsu, asustado.
-Ey, que ocurre?? Que has visto??
Contagiándose rápidamente por el miedo de su compañero, pero tratand de que no lo dominase, corrió en dirección de donde había venido para ver qué era lo le había asustado. Y se encontró con una habitación vacía y un libro tirado en el suelo.
-Tsu, aquí no hay nada!- le llamó. Cogio el libro dle suelo y pasó las páginas tratando de figurarse de qué trataba, aunque los dibujos le dieron una idea- ¿Es un libro de magia?- preguntó- Hmmm ¿Has conseguido hacer magia?
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e Imaginación
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
19/08/12, 02:31 pm
Enna llegó al torreón. En la biblioteca había estado leyendo libros de magia y había dado con el problema. Algunos de los sonidos que venian en su libro no eran como ella los había interpretado o faltaban. Había varios sonidos que tenía que sustituir por otros. Había estado mucho tiempo mirando el cristal y haciendose pequeños cortecitos en las manos con él para ver el efecto. En cuanto el cristal dejaba de estar en contacto con su piel, por mucha sangre que lo empapase, dejaba de brillar, pero, si lo tocaba, aunque solo fuese con un dedo y aunque solo tuviese una gotita de sangre, se iluminaba. Nunca había visto nada igual antes.
Cuando llegó a su cuarto, lo primero que hizo fue coger el libro. Jugaba con la piedra en su mano, haciendola saltar en su mano y viendo como parpadeaba al entrar en contacto con su piel. Comenzó a leer uno de los hechizos cambiando los sonidos que había aprendido en la biblioteca y sintió un cosquelleo que desaparecio, al igual que la luz, cuando lanzó el cristalito al aire. La niña miró con el ceño fruncido el libro y sus manos y paso las paginas hasta encontrar el hechizo de curación. Con el cristal se hizo un corte en la mano de considerable tamaño y la sangre lo empapó haciendo que brillase con fuerza. Luego comenzó el hechizo, cambiando de nuevo los sonidos. Lo intentó una primera vez, y un cosquilleo invadió todo su cuerpo, pero no consiguió nada. Volvió a intentarlo, sintiendose cada vez mas, y mas motivada, sabiendo ahora que podría conseguirlo. Al quinto intento, pudo ver como la herida brillaba levemente y comenzaba a cerrarse. Se notó cansada, como si hubiese hecho un gran esfuerzo, pero se obligó a repetirlo. Volvio a cortarse y repitio el proceso con el mismo resultado. Enna rio para si misma. Magia. Lo había conseguido, lo había conseguido...
Iba a tratar de realizar otro cuando escuchó golpes y gritos. Dejó el libro y la piedra guardados y corrio hacia el lugar de donde procedía el ruido. Para cuando llegó, Enna se quedó atónita. No había escuchado llegar a Nasher y a los demás pero allí estaban... si, ellos y un cadaver en el suelo. Enna no sabía hacia donde mirar, había demasiadas cosas a su alrededor. Por una parte, Dys estaba destripado, su sangre manchaba las paredes e hipnotizaba a la pequeña, pero había otra escena que también llamaba su atención. Wed había hundido su cuchillo en Res ante la mirada de Nasher y la pequeña. El Ranta escupia sangre mientras moría. Murte, muerte, muerte. Todo se volvía blanco en los pensamientos de Enna. Todo se volvia rojo a su alrededor. Miró a Res en el suelo y en un segundo la escena cobró sentido. Res había matado a Dys... y Wed había matado a Res en respuesta. Ojo por ojo. La pequeña miró al ranta en el suelo de nuevo. "Podría ser yo... podria haber sido yo... si se enteran... si lo supiesen... me matarían igual" Enna sonrió levemente mientras acariciaba las cicatrices del brazo que narraban sus maravillosas atrocidades. "Pero no lo harán... no lo harán porque la muerte me ha elegido a mi... si... y si lo hacen..." Una sonrisa se dibujo solo en sus pensamientos "No tengo tanto que perder... la vida no vale nada sin la muerte acechandola, la vida no tiene sentido sin un final"
La pequeña vio como todos se movían freneticos o como miraban atónitos. Ella decidió escabullirse de allí, no sin antes guardar la deliciosa escena en sus pensamientos. Se encerró en su cuarto, sintiendose aun algo cansada. Se quedó dormida durante varias horas, pero despertó cuando la noche aun cubría la ciudad con su oscuridad.
Decidió bajar a comer algo para ver si se recuperaba un poco. La pequeña pensaba en la magia mientras bajaba por el torreón cuando pasó de nuevo por delante de la habitación de Cira. "Menuda inutil... Solo duerme, y duerme, y duerme... que desperdicio de tiempo, que poco aprecio le tiene a la vida que le queda..." Un pensamiento fugaz cruzó su mente y una sonrisa teñida de sangre y dolor iluminó su cara por un segundo. "Si no aprecias tu vida, pequeña, déjame usarla... si no aprecias la vida, veamos que piensas de la muerte" Enna tenía pensado darle una buena utilidad a esa niña que parecia despreciar tanto su vida como para no hacer nada con ella.
La Daeliciana entró al cuarto en silencio, con una sonrisa dulce en la cara y se acercó a la chica que dormia tranquilamente en la cama. Le miró unos segundos y luego acarició su pelo, aspero a su parecer, enredando sus manos en el. Agarró el pelo con fuerza y despues en un movimiento rápido, empotró su cabeza dos veces contra la pared de piedra sin que Cira tuviese tiempo de reaccionar. Los golpes resonaron por la habitación como si fuese el mismo corazón del torreón palpitando. La niña esperó unos segundos, escuchando el silencio de la noche mientras todos dosmian, asegurándose de que nadie le había escuchado. Enna no quería matar a la niña aun, ella sabía como dejar inconsciente a alguien y eso era mas que suficiente por el momento. "Ahora si tendras dulces sueños. Sueños de dolor y lagrimas, sueños de blanco y rojo, sueños de gritos y desesperación. Duerme ahora, porque cuando despiertes desearas volver a tus pesadillas"
La sangre manaba de la frente de la chica inconsciente y Enna lamió la cara de la niña limpiandola. Su sangre tenía un sabor extraño y agradable, como a oxido, como a sal. Repasó con la lengua toda gotita de aquel liquido rojo, y cuando hubo terminado, agarró a la niña y comenzó a arrastrarla para llevarla a su cuarto. Por los golpes que había recibido, debería de estar inconsciente bastante tiempo, puede que hasta una hora, pero Enna prefería no arriesgarse.
Cira pesaba mas de lo que Enna había supuesto y le costó un poco llevarla hasta su habitación, pero por suerte todos estaban dormidos y nadie le vio. Una vez en la habitación, Enna dejó a la niña tirada en el suelo y rapidamente se dispuso a romper una sabana en tiras con el cuchillo que llevaba en la pierna. Comprobó que la basta tela con la que estaban hechas, era lo suficientemente resistente. La niña desnudó a su victima y luego, costosamente le dio la vuelta para atarle las manos a su espalda. Le ató en una postura poco comoda, pero de la que sin duda no podria escapar. Luego procedió a hacer lo mismo con las piernas y por ultimo colocó una pelota de tela en la boca de la chica y la amordazó.
Enna se retiró el sudor de la frente con una sonrisa admirando su obra que yacía en el suelo mientras acariciaba lentamente la piel desnuda de la chica. No era muy distinta de los Daelicianos, lo unico que cambiaba era el color. Viendo que el amanecer comenzaba a verterse sobre los tejados de la ciudad, la niña sacó todas las cosas que había en uno de los baules y sin demasiado cuidado, metió a su victima dentro. Tuvo que hacer algo de fuerza para que el baul cerrase, pero finalmente lo consiguió.
Luego trabó la puerta de su cuarto de modo que nadie pudiese abrirla, al menos no sin hacer ruido. La niña volvió a la cama. Necesitaría recuperar todas sus fuerzas para lo que haría despues, cuando la niña que dormía en el baul despertase. Enna cerró sus ojos con una sonrisa en su boca y tuvo blancos sueños de sangre y magia.
Despertó y lo primero que hizo tras comprobar que la puerta estaba bien cerrada fue acercarse al baúl, desilusionándose al comprobar que Cira seguía inconsciente... o al menos dormida. "bah, que aburrido..." pensó mientras lo cerraba de nuevo. Al parecer le había dado demasiado fuerte o algo así.
Salió del cuarto y bajó las escaleras para ir a por algo de comida a la cocina. Cuando llegó se encontró con las cestas casi vacías. Pensó en salir a por más, pero deshecho la idea, no debía salir sola del torreón. No aun... no hasta que esa magia que se había doblegado a su voluntad tuviese la fuerza suficiente como para serle útil. Comió los ultimos restos de los botes de miel, apurándolos al máximo. Luego subió las escaleras y se topó con Tsusu que huia de unos de los cuartos y con Nasher un poco mas adelante que miraba un libro de... "¿Magia? ¿El bicho verde hace magia también?" Le echó una mirada de soslayo al pequeño ser. No le gustaba que otros pudiesen dominar lo que ella creía que era suyo.
-¿Magia? - Preguntó la niña con voz llena de curiosidad infantil. - ¿Sabes hacer magia? - Los ojos de la pequeña brillaron con falsa emoción. - ¡Quiero ver magia! ¡Quiero ver magia! - Dijo dando saltitos con alegría, "Quiero ver de lo que eres capaz" pensó mientras.
Cuando llegó a su cuarto, lo primero que hizo fue coger el libro. Jugaba con la piedra en su mano, haciendola saltar en su mano y viendo como parpadeaba al entrar en contacto con su piel. Comenzó a leer uno de los hechizos cambiando los sonidos que había aprendido en la biblioteca y sintió un cosquelleo que desaparecio, al igual que la luz, cuando lanzó el cristalito al aire. La niña miró con el ceño fruncido el libro y sus manos y paso las paginas hasta encontrar el hechizo de curación. Con el cristal se hizo un corte en la mano de considerable tamaño y la sangre lo empapó haciendo que brillase con fuerza. Luego comenzó el hechizo, cambiando de nuevo los sonidos. Lo intentó una primera vez, y un cosquilleo invadió todo su cuerpo, pero no consiguió nada. Volvió a intentarlo, sintiendose cada vez mas, y mas motivada, sabiendo ahora que podría conseguirlo. Al quinto intento, pudo ver como la herida brillaba levemente y comenzaba a cerrarse. Se notó cansada, como si hubiese hecho un gran esfuerzo, pero se obligó a repetirlo. Volvio a cortarse y repitio el proceso con el mismo resultado. Enna rio para si misma. Magia. Lo había conseguido, lo había conseguido...
Iba a tratar de realizar otro cuando escuchó golpes y gritos. Dejó el libro y la piedra guardados y corrio hacia el lugar de donde procedía el ruido. Para cuando llegó, Enna se quedó atónita. No había escuchado llegar a Nasher y a los demás pero allí estaban... si, ellos y un cadaver en el suelo. Enna no sabía hacia donde mirar, había demasiadas cosas a su alrededor. Por una parte, Dys estaba destripado, su sangre manchaba las paredes e hipnotizaba a la pequeña, pero había otra escena que también llamaba su atención. Wed había hundido su cuchillo en Res ante la mirada de Nasher y la pequeña. El Ranta escupia sangre mientras moría. Murte, muerte, muerte. Todo se volvía blanco en los pensamientos de Enna. Todo se volvia rojo a su alrededor. Miró a Res en el suelo y en un segundo la escena cobró sentido. Res había matado a Dys... y Wed había matado a Res en respuesta. Ojo por ojo. La pequeña miró al ranta en el suelo de nuevo. "Podría ser yo... podria haber sido yo... si se enteran... si lo supiesen... me matarían igual" Enna sonrió levemente mientras acariciaba las cicatrices del brazo que narraban sus maravillosas atrocidades. "Pero no lo harán... no lo harán porque la muerte me ha elegido a mi... si... y si lo hacen..." Una sonrisa se dibujo solo en sus pensamientos "No tengo tanto que perder... la vida no vale nada sin la muerte acechandola, la vida no tiene sentido sin un final"
La pequeña vio como todos se movían freneticos o como miraban atónitos. Ella decidió escabullirse de allí, no sin antes guardar la deliciosa escena en sus pensamientos. Se encerró en su cuarto, sintiendose aun algo cansada. Se quedó dormida durante varias horas, pero despertó cuando la noche aun cubría la ciudad con su oscuridad.
Decidió bajar a comer algo para ver si se recuperaba un poco. La pequeña pensaba en la magia mientras bajaba por el torreón cuando pasó de nuevo por delante de la habitación de Cira. "Menuda inutil... Solo duerme, y duerme, y duerme... que desperdicio de tiempo, que poco aprecio le tiene a la vida que le queda..." Un pensamiento fugaz cruzó su mente y una sonrisa teñida de sangre y dolor iluminó su cara por un segundo. "Si no aprecias tu vida, pequeña, déjame usarla... si no aprecias la vida, veamos que piensas de la muerte" Enna tenía pensado darle una buena utilidad a esa niña que parecia despreciar tanto su vida como para no hacer nada con ella.
La Daeliciana entró al cuarto en silencio, con una sonrisa dulce en la cara y se acercó a la chica que dormia tranquilamente en la cama. Le miró unos segundos y luego acarició su pelo, aspero a su parecer, enredando sus manos en el. Agarró el pelo con fuerza y despues en un movimiento rápido, empotró su cabeza dos veces contra la pared de piedra sin que Cira tuviese tiempo de reaccionar. Los golpes resonaron por la habitación como si fuese el mismo corazón del torreón palpitando. La niña esperó unos segundos, escuchando el silencio de la noche mientras todos dosmian, asegurándose de que nadie le había escuchado. Enna no quería matar a la niña aun, ella sabía como dejar inconsciente a alguien y eso era mas que suficiente por el momento. "Ahora si tendras dulces sueños. Sueños de dolor y lagrimas, sueños de blanco y rojo, sueños de gritos y desesperación. Duerme ahora, porque cuando despiertes desearas volver a tus pesadillas"
La sangre manaba de la frente de la chica inconsciente y Enna lamió la cara de la niña limpiandola. Su sangre tenía un sabor extraño y agradable, como a oxido, como a sal. Repasó con la lengua toda gotita de aquel liquido rojo, y cuando hubo terminado, agarró a la niña y comenzó a arrastrarla para llevarla a su cuarto. Por los golpes que había recibido, debería de estar inconsciente bastante tiempo, puede que hasta una hora, pero Enna prefería no arriesgarse.
Cira pesaba mas de lo que Enna había supuesto y le costó un poco llevarla hasta su habitación, pero por suerte todos estaban dormidos y nadie le vio. Una vez en la habitación, Enna dejó a la niña tirada en el suelo y rapidamente se dispuso a romper una sabana en tiras con el cuchillo que llevaba en la pierna. Comprobó que la basta tela con la que estaban hechas, era lo suficientemente resistente. La niña desnudó a su victima y luego, costosamente le dio la vuelta para atarle las manos a su espalda. Le ató en una postura poco comoda, pero de la que sin duda no podria escapar. Luego procedió a hacer lo mismo con las piernas y por ultimo colocó una pelota de tela en la boca de la chica y la amordazó.
Enna se retiró el sudor de la frente con una sonrisa admirando su obra que yacía en el suelo mientras acariciaba lentamente la piel desnuda de la chica. No era muy distinta de los Daelicianos, lo unico que cambiaba era el color. Viendo que el amanecer comenzaba a verterse sobre los tejados de la ciudad, la niña sacó todas las cosas que había en uno de los baules y sin demasiado cuidado, metió a su victima dentro. Tuvo que hacer algo de fuerza para que el baul cerrase, pero finalmente lo consiguió.
Luego trabó la puerta de su cuarto de modo que nadie pudiese abrirla, al menos no sin hacer ruido. La niña volvió a la cama. Necesitaría recuperar todas sus fuerzas para lo que haría despues, cuando la niña que dormía en el baul despertase. Enna cerró sus ojos con una sonrisa en su boca y tuvo blancos sueños de sangre y magia.
Despertó y lo primero que hizo tras comprobar que la puerta estaba bien cerrada fue acercarse al baúl, desilusionándose al comprobar que Cira seguía inconsciente... o al menos dormida. "bah, que aburrido..." pensó mientras lo cerraba de nuevo. Al parecer le había dado demasiado fuerte o algo así.
Salió del cuarto y bajó las escaleras para ir a por algo de comida a la cocina. Cuando llegó se encontró con las cestas casi vacías. Pensó en salir a por más, pero deshecho la idea, no debía salir sola del torreón. No aun... no hasta que esa magia que se había doblegado a su voluntad tuviese la fuerza suficiente como para serle útil. Comió los ultimos restos de los botes de miel, apurándolos al máximo. Luego subió las escaleras y se topó con Tsusu que huia de unos de los cuartos y con Nasher un poco mas adelante que miraba un libro de... "¿Magia? ¿El bicho verde hace magia también?" Le echó una mirada de soslayo al pequeño ser. No le gustaba que otros pudiesen dominar lo que ella creía que era suyo.
-¿Magia? - Preguntó la niña con voz llena de curiosidad infantil. - ¿Sabes hacer magia? - Los ojos de la pequeña brillaron con falsa emoción. - ¡Quiero ver magia! ¡Quiero ver magia! - Dijo dando saltitos con alegría, "Quiero ver de lo que eres capaz" pensó mientras.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
20/08/12, 02:15 am
La respuesta del pequeñín, lejos de ser clara le confundió aun más. Seguía empeñado en la presencia de algún tipo de monstruo, incluso llegó a señalar una página de su libro frenéticamente como si eso lo explicase todo. Evidentemente, como Nasher no podía leer, no entendió una palabra del hechizo.
Con la llegada de Enna pasaron de la inexplicable aparición y Tsu les hizo una demostración de hechizos sencillos. Habló de un hechizo de llamas pero se negó rotundamente a realizarlo. Sin embargo, ese fue precisamente el que Nasher decidió llevar a cabo. Cogió uno de los cristales y lo cargó, abriéndose una vieja herida para llenarlo de sangre. Tardó unos minutos en parte por que el cristal estaba descargado, en parte porque Nahser se había quedado embobado mirando la luz. Era algo increíble; miles de motitas irisadas centelleando, mezclandose con el rojo de su sangre, tan vívido que desafiaba la realidad. Cuando el cristal se apagó, trató de leer el hechizo... y evidentemente no pudo. Por suerte, se necesitaban más signos que palabras, así que con seguir los dibujos del libro tendría que bastar. Nasher probó los símbolos en varias direcciones y en distinto orden, sentía el cosquilleo en la mano que le habían descrito, pero no funcionaba. Derrotado, le devolvió el libro y el cristal a Tsusu, que continuó su demostración.
-¿Tú que has conseguido?- le preguntó a Enna
Sentía envidia por sus compañeros, aunque más que envidia, era la rabia y la frustración que ya conocía que volvía a apoderarse de él. << No, no me puedo rendir, a lo mejor no lo estoy haciendo bien...>> Decidió dejarlo un rato y probar de nuevo más tarde. Fue a por agua y le bajó comida a Lief. Su herida y su fiebre iban cada vez peor, y encima ahora tenía que triturarle la comida para que pudiese comer....
-Lief no mejora...- informó cuando volvió con los otros dos. En realidad, parecía que el unico que le había prestado atención al varmano ultimamente era él. << Será por el olor?>> Puede, ese olor repulsivo que se había apoderado de él y que hacia difíciles hasta las buenas intenciones de Nasher.
Con la llegada de Enna pasaron de la inexplicable aparición y Tsu les hizo una demostración de hechizos sencillos. Habló de un hechizo de llamas pero se negó rotundamente a realizarlo. Sin embargo, ese fue precisamente el que Nasher decidió llevar a cabo. Cogió uno de los cristales y lo cargó, abriéndose una vieja herida para llenarlo de sangre. Tardó unos minutos en parte por que el cristal estaba descargado, en parte porque Nahser se había quedado embobado mirando la luz. Era algo increíble; miles de motitas irisadas centelleando, mezclandose con el rojo de su sangre, tan vívido que desafiaba la realidad. Cuando el cristal se apagó, trató de leer el hechizo... y evidentemente no pudo. Por suerte, se necesitaban más signos que palabras, así que con seguir los dibujos del libro tendría que bastar. Nasher probó los símbolos en varias direcciones y en distinto orden, sentía el cosquilleo en la mano que le habían descrito, pero no funcionaba. Derrotado, le devolvió el libro y el cristal a Tsusu, que continuó su demostración.
-¿Tú que has conseguido?- le preguntó a Enna
Sentía envidia por sus compañeros, aunque más que envidia, era la rabia y la frustración que ya conocía que volvía a apoderarse de él. << No, no me puedo rendir, a lo mejor no lo estoy haciendo bien...>> Decidió dejarlo un rato y probar de nuevo más tarde. Fue a por agua y le bajó comida a Lief. Su herida y su fiebre iban cada vez peor, y encima ahora tenía que triturarle la comida para que pudiese comer....
-Lief no mejora...- informó cuando volvió con los otros dos. En realidad, parecía que el unico que le había prestado atención al varmano ultimamente era él. << Será por el olor?>> Puede, ese olor repulsivo que se había apoderado de él y que hacia difíciles hasta las buenas intenciones de Nasher.
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e Imaginación
Personajes : Elliot es una Dullahan bastante fácil de cabrear y con quien es mejor no llevarse mal (aun que ésto sea dificil) Conoce el manejo del casi todas las armas, y tiene un Dragón llamado Deatach que es quien le instruye y ayuda.
Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
20/08/12, 11:43 am
El bichito verde no paraba de repetir que había un monstruo en el cuarto y Enna, inconscientemente, acarició por encima de la ropa el cuchillo que llevaba oculto en la pierna. Señaló una de las páginas en la que Enna pudo leer "Invocación de un Lacayo Grotesco" Repasó las palabras en voz baja. El libro de Tsu parecía mucho mas básico y sencillo que el suyo, no tenía demasiados sonidos extraños y los movimientos venían algo mas detallados.
El bichito hizo algunos hechizos de los que Enna no había oído hablar en su libro y otros de bastante sencillos que ella ya había memorizado con anterioridad. No era nada preocupante por el momento, pero la niña tendría que ponerse a practicar pronto si quería dominarlo. Tsu se negó a realizar el hechizo de fuego y Enna no hizo el amago de intentarlo, solo lo leyó y trato de memorizarlo para poderlo usar en un futuro. Nasher en cambio si que trató de hacerlo pero por lo que comprobó Enna, no fue capaz.
-Pues... no lo he intentado... - mintió ella cogiendo el libro del bichito verde y una de las piedras. La niña se cortó un poco la mano con un gemido de falso dolor. El cristal se ilumino y ella comenzó a realizar uno de los hechizos, pronunciando intencionadamente mal una de las palabras de forma casi imperceptible para que no le saliese. La niña frunció el ceño como si realmente le frustrase que no le hubiese salido. Luego miró con cara apenada a Nasher y a Tsu - A lo mejor... a lo mejor solo pueden hacer magia los bichitos como tu- dijo señalando al repoblador.
Nasher salió de la habitación y Enna y Tsu le siguieron, quedándose en el salón mientras charlaban. Al rato Nasher volvió trayendo noticias de Lief. "Otro inútil... mas le valdría honrar al demiurgo y morirse de una vez" - Pobre... - Dijo la niña con la voz llena de tristeza. - Necesitamos medicinas... sin medicinas no podemos curar las heridas - "Yo si puedo, puedo curar heridas solo con mis manos, con mis manos y magia" sonrió internamente. La niña dejó a sus dos compañeros en el salón mientras ella subía a su cuarto.
Nada mas entrar, la pequeña escucho los golpes que provenían del interior del baul. Cerró la puerta con cuidado y fue hasta allí, abriendolo ceremoniosamente. Dentro Cira se revolvía tratando de soltarse de las ataduras que le inmovilizaban.
-Oh, ¿Ya has regresado del mundo de los sueños? ¡Por fin! - Dijo agarrando a la chica y sacándola a la fuerza de su confinamiento. La puso en el suelo sin ningún cuidado. - Ya pensé que la muerte iba a abrazarte... hubiese sido un desperdicio. Bueno, no mas desperdicio que lo que tu estabas haciendo en tu continuo letargo. - Le hablaba con una sonrisa fría en la cara, muy distinta de todas esas sonrisas dulces y cuidadas que mostraba a sus compañeros. Era un reflejo de pura demencia, sus tenían un brillo divertido y perverso. - Pero ahora vas a ser de utilidad... ya que no tu no has hecho nada por el grupo, he decidido que no te importara que lo haga yo por ti, ¿verdad? - Preguntó aunque la niña seguía amordazada y todo lo que salía de ella eran sonidos desesperados. - Gracias a ti, podré dominar este don que el demiurgo me ha entregado. Magia, Cira... ¿Puedes creértelo? Si, y con esa magia podre mantener con vida a esos ineptos de ahí abajo. ¿No te parece que te voy a dar un uso muy noble? ¡Gracias a ti salvare a todos! - Dijo riendo. "O les condenaré... pero, ¿no es acaso lo mismo?" La pequeña se alejó de su victima unos segundos para coger su libro de magia y la piedra. Luego sacó el cuchillo de su escondite mostrándoselo por primera vez a alguien en aquella ciudad. Sin previo aviso, Enna hizo un largo corte en la mejilla de la muchacha, arrastrando tras el cuchillo su lengua para limpiar la sangre tras ella mientras Cira se retorcía y lloraba, mezclando en la boca de la Daeliciana los frutos del dolor y del miedo.
Enna comenzó a realizar el hechizo de curación que ya había memorizado y al segundo intento vio como la herida de la chica se cerraba. Volvió a coger el cuchillo y esta vez el corte fue en las costillas, mas largo y más profundo. El suelo se manchó de sangre, la ropa y las manos de Enna también, pero en apenas unos minutos, la herida volvía a estar cerrada. -
-Mirate... ¿No adoras las maravillas que estas presenciando? Sangre, dolor, sufrimiento... y magia... - Dijo la niña que le miraba con una sonrisita. Enna creia firmemente que eso era un milagro, una maravilla mas allá de lo que la gente podía reconocer. Ella tenía el poder para herir y curar a esa niña. Tenía el poder para hacerle sufrir tanto como quisiese... Continuó así, haciendo cortes grandes y pequeños, superficiales y profundos a lo largo de todo el cuerpo de la chica, curándole después hasta que notó que su energía había disminuido de forma considerable.
Buscó otro hechizo rápidamente por el libro y cuando dio con él, comenzó a realizarlo. Una vez para Cira. Otra vez para ella. Otra más para el suelo. Cuando acabó todo estaba limpio, como si nunca hubiese sucedido nada. - ¿Por que lloras? No llores... ¿No te das cuenta de todo el bien que estas haciendo? Es por el bien del grupo, es por el bien de todos... dormida no eras útil y ahora si lo eres. ¡Deberías agradecérmelo! - Enna miró a la chica unos segundos y luego le dió un beso en las mejillas que sabían a sal y a miedo. Luego ayudandose un poco de un hechizo de levitación volvió a ponerle en el baul y lo cerró. - No hagas ruido. No querría tener que dejarte sin comer ni beber. - Amenazó Enna mientras salía del cuarto y cerraba la puerta tras de si.
Bajó sonriente a donde estaba el resto de gente. Sin haberse dado cuenta, ya era mas de medio día. Se acercó a la cocina y cogió algo de carne en salazón para comer puesto que ya no quedaba nada de miel.
-Cuando Wed y Matt vuelvan podríamos salir a por algo de comida... se nos acaba. - Dijo mordiendo el trocito de carne.
El bichito hizo algunos hechizos de los que Enna no había oído hablar en su libro y otros de bastante sencillos que ella ya había memorizado con anterioridad. No era nada preocupante por el momento, pero la niña tendría que ponerse a practicar pronto si quería dominarlo. Tsu se negó a realizar el hechizo de fuego y Enna no hizo el amago de intentarlo, solo lo leyó y trato de memorizarlo para poderlo usar en un futuro. Nasher en cambio si que trató de hacerlo pero por lo que comprobó Enna, no fue capaz.
-Pues... no lo he intentado... - mintió ella cogiendo el libro del bichito verde y una de las piedras. La niña se cortó un poco la mano con un gemido de falso dolor. El cristal se ilumino y ella comenzó a realizar uno de los hechizos, pronunciando intencionadamente mal una de las palabras de forma casi imperceptible para que no le saliese. La niña frunció el ceño como si realmente le frustrase que no le hubiese salido. Luego miró con cara apenada a Nasher y a Tsu - A lo mejor... a lo mejor solo pueden hacer magia los bichitos como tu- dijo señalando al repoblador.
Nasher salió de la habitación y Enna y Tsu le siguieron, quedándose en el salón mientras charlaban. Al rato Nasher volvió trayendo noticias de Lief. "Otro inútil... mas le valdría honrar al demiurgo y morirse de una vez" - Pobre... - Dijo la niña con la voz llena de tristeza. - Necesitamos medicinas... sin medicinas no podemos curar las heridas - "Yo si puedo, puedo curar heridas solo con mis manos, con mis manos y magia" sonrió internamente. La niña dejó a sus dos compañeros en el salón mientras ella subía a su cuarto.
Nada mas entrar, la pequeña escucho los golpes que provenían del interior del baul. Cerró la puerta con cuidado y fue hasta allí, abriendolo ceremoniosamente. Dentro Cira se revolvía tratando de soltarse de las ataduras que le inmovilizaban.
-Oh, ¿Ya has regresado del mundo de los sueños? ¡Por fin! - Dijo agarrando a la chica y sacándola a la fuerza de su confinamiento. La puso en el suelo sin ningún cuidado. - Ya pensé que la muerte iba a abrazarte... hubiese sido un desperdicio. Bueno, no mas desperdicio que lo que tu estabas haciendo en tu continuo letargo. - Le hablaba con una sonrisa fría en la cara, muy distinta de todas esas sonrisas dulces y cuidadas que mostraba a sus compañeros. Era un reflejo de pura demencia, sus tenían un brillo divertido y perverso. - Pero ahora vas a ser de utilidad... ya que no tu no has hecho nada por el grupo, he decidido que no te importara que lo haga yo por ti, ¿verdad? - Preguntó aunque la niña seguía amordazada y todo lo que salía de ella eran sonidos desesperados. - Gracias a ti, podré dominar este don que el demiurgo me ha entregado. Magia, Cira... ¿Puedes creértelo? Si, y con esa magia podre mantener con vida a esos ineptos de ahí abajo. ¿No te parece que te voy a dar un uso muy noble? ¡Gracias a ti salvare a todos! - Dijo riendo. "O les condenaré... pero, ¿no es acaso lo mismo?" La pequeña se alejó de su victima unos segundos para coger su libro de magia y la piedra. Luego sacó el cuchillo de su escondite mostrándoselo por primera vez a alguien en aquella ciudad. Sin previo aviso, Enna hizo un largo corte en la mejilla de la muchacha, arrastrando tras el cuchillo su lengua para limpiar la sangre tras ella mientras Cira se retorcía y lloraba, mezclando en la boca de la Daeliciana los frutos del dolor y del miedo.
Enna comenzó a realizar el hechizo de curación que ya había memorizado y al segundo intento vio como la herida de la chica se cerraba. Volvió a coger el cuchillo y esta vez el corte fue en las costillas, mas largo y más profundo. El suelo se manchó de sangre, la ropa y las manos de Enna también, pero en apenas unos minutos, la herida volvía a estar cerrada. -
-Mirate... ¿No adoras las maravillas que estas presenciando? Sangre, dolor, sufrimiento... y magia... - Dijo la niña que le miraba con una sonrisita. Enna creia firmemente que eso era un milagro, una maravilla mas allá de lo que la gente podía reconocer. Ella tenía el poder para herir y curar a esa niña. Tenía el poder para hacerle sufrir tanto como quisiese... Continuó así, haciendo cortes grandes y pequeños, superficiales y profundos a lo largo de todo el cuerpo de la chica, curándole después hasta que notó que su energía había disminuido de forma considerable.
Buscó otro hechizo rápidamente por el libro y cuando dio con él, comenzó a realizarlo. Una vez para Cira. Otra vez para ella. Otra más para el suelo. Cuando acabó todo estaba limpio, como si nunca hubiese sucedido nada. - ¿Por que lloras? No llores... ¿No te das cuenta de todo el bien que estas haciendo? Es por el bien del grupo, es por el bien de todos... dormida no eras útil y ahora si lo eres. ¡Deberías agradecérmelo! - Enna miró a la chica unos segundos y luego le dió un beso en las mejillas que sabían a sal y a miedo. Luego ayudandose un poco de un hechizo de levitación volvió a ponerle en el baul y lo cerró. - No hagas ruido. No querría tener que dejarte sin comer ni beber. - Amenazó Enna mientras salía del cuarto y cerraba la puerta tras de si.
Bajó sonriente a donde estaba el resto de gente. Sin haberse dado cuenta, ya era mas de medio día. Se acercó a la cocina y cogió algo de carne en salazón para comer puesto que ya no quedaba nada de miel.
-Cuando Wed y Matt vuelvan podríamos salir a por algo de comida... se nos acaba. - Dijo mordiendo el trocito de carne.
Me haré una cama con tus huesos, Invitado, Muajajaj!
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Re: Torreón Maciel (Archivo III)
20/08/12, 12:21 pm
<< Tal vez...>> pensó Nasher con trsiteza. De verdad le hacía ilusión poder hacer magia. Tsusu se marchó con su libro y Enna también hizo lo propio. Nasher se quedó en el pasillo sentado contra la pared. Luego subió al ultimo piso a ver a los pajarracos y, a partir de ahí bajó habitación pro habitación haciendo la ronda. La piedra del torreón parecía brillar con un intenso azul, y cualquier objeto que veía le deslumbraba ligeramente con sus colores, que resaltaban de forma antinatural. No era normal, era como si pudiese distinguir al menos el doble o triple de colores en un solo vistazo. Nasher se frotó los ojos y entró en la habitación de Wen. A pesar de todo lo que habían limpiado (él también había ayudado a frotar la sangre) el olor a muerte seguía impregnando las paredes, y algo le decía que iba a permanecer así mucho tiempo. La habitación de Enna también olía raro, pero al estar al lado de la de Wen, Nasher pensó que seguramente aun tendría el olor de las vísceras embotado en las fosas nasales.
Bajó al patio y cazó un par de bichos como acompañamiento a la comida, y se sentó a comer con Enna.
-Tu cuarto huele raro- informó.- Creo que es porque esta muy cerca de el de Wen, pero deberías ventilarlo, el olor a carnicería no es bueno.- Se dio toquecitos en la cabeza. Había oído leyendas de gente que se había embriagado o vuelto loco al presenciar o participar en una matanza ranta, tan solo por el olor.
Bajó al patio y cazó un par de bichos como acompañamiento a la comida, y se sentó a comer con Enna.
-Tu cuarto huele raro- informó.- Creo que es porque esta muy cerca de el de Wen, pero deberías ventilarlo, el olor a carnicería no es bueno.- Se dio toquecitos en la cabeza. Había oído leyendas de gente que se había embriagado o vuelto loco al presenciar o participar en una matanza ranta, tan solo por el olor.
- Elliot
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Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
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Re: Torreón Maciel (Archivo III)
20/08/12, 12:39 pm
Nasher se sentó al lado de la niña y se puso a comer varios bichos que había cogido. Lo que dijo sorprendió bastante a Enna, aunque también le pareciese gracioso en parte.
- ¿Raro? - preguntó ella con curiosidad. "¿Puede oler a la chica? ¿Su miedo? ¿La sangre?" Debía andarse con cuidado. Por muy bueno que pareciese el chico, sin duda no era tonto, y si se enteraba del uso que le estaba dando a Cira, Enna tenía muy claro que acabaría como Res. - Yo no he olido nada... - dijo ella con tono preocupado.
La niña se levantó y fue corriendo a su cuarto a por las espadas. Luego bajó de nuevo y se fue al patio a entrenar durante un rato. Le gustaba tener las espadas en las manos, con ellas se sentía mas poderosa, como si nada pudiese detenerle, aunque claro está, eso no era cierto. La ciudad guardaba cientos de trampas y peligros de los que unos trocitos de metal afilados no podrían salvarle... pero tenía magia. Tan solo pensar en la magia, Enna notaba como todo el cuerpo le temblaba.
Viendo que Wed y Matt tardaban mas de lo que ella había supuesto, Enna entró al torreón, llenó una de las bañeras y se dió un baño rápido para quitarse el sudor. Luego bajó con Nasher de nuevo. - Voy a salir a dar una vuelta, si hay una biblioteca seguramente haya algún sitio con medicinas para Lief... - dijo ella sabiendo que con ese reclamo el chico estaría mas dispuesto a acompañarle. - ¿Me acompañas? - Preguntó finalmente mirándole con una media sonrisa.
Sigue en el Rio.
- ¿Raro? - preguntó ella con curiosidad. "¿Puede oler a la chica? ¿Su miedo? ¿La sangre?" Debía andarse con cuidado. Por muy bueno que pareciese el chico, sin duda no era tonto, y si se enteraba del uso que le estaba dando a Cira, Enna tenía muy claro que acabaría como Res. - Yo no he olido nada... - dijo ella con tono preocupado.
La niña se levantó y fue corriendo a su cuarto a por las espadas. Luego bajó de nuevo y se fue al patio a entrenar durante un rato. Le gustaba tener las espadas en las manos, con ellas se sentía mas poderosa, como si nada pudiese detenerle, aunque claro está, eso no era cierto. La ciudad guardaba cientos de trampas y peligros de los que unos trocitos de metal afilados no podrían salvarle... pero tenía magia. Tan solo pensar en la magia, Enna notaba como todo el cuerpo le temblaba.
Viendo que Wed y Matt tardaban mas de lo que ella había supuesto, Enna entró al torreón, llenó una de las bañeras y se dió un baño rápido para quitarse el sudor. Luego bajó con Nasher de nuevo. - Voy a salir a dar una vuelta, si hay una biblioteca seguramente haya algún sitio con medicinas para Lief... - dijo ella sabiendo que con ese reclamo el chico estaría mas dispuesto a acompañarle. - ¿Me acompañas? - Preguntó finalmente mirándole con una media sonrisa.
Sigue en el Rio.
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Re: Torreón Maciel (Archivo III)
20/08/12, 01:12 pm
Ante la respuesta de Enna, Nasher pensó que sí que debía ser que su olfato estaba embotado. Acabó de comer y le bajó agua y comida a Lief, pero el chico no fue capaz de comer nada. Le puso paños fríos sobre la cabeza y la herida que era todo lo que podía hacer y descartó totalmente la idea de pedirle ayuda para leer. Mientras subía las escaleras, meditó sobre cómo habían cambiado las cosas; de ser el chico tocado por Nassandra, que traía la paz y la felicidad a la tribu, a vivir rodeado de muerte y sufrimiento. Todo aquello era raro para él, no estaba acostumbrado a tanta crudeza, y aun cuando su cultura aceptaba bien las muertes, ¿cómo era posible aceptar ese tipo de muertes? Todas cruentas y horribles.
Salió al patio a entrenar para despejar la mente, y en poco tiempo su respiración agitada y su pulso palpitaban de tal forma en su cabeza que le era imposible oir sus propios pensamientos. El ejercicio le relajaba, y el pensar que todo avance en su entrenamiento, por pequeño que fuera, aumentaría sus posibilidades de enfrentarse a la ciudad. Además, los nuevos colores le daban una visión totalmente nueva de todo, los giros y las perspectivas eran mucho más impresionantes, y cuando acabó el entrenamiento estaba tumbado boca arriba en el suelo, con una sonrisa en el rostro, admirando las nubes que hace unos días le parecían grises y aburridas. << ¿Quien iba a decir que el gris pudiese ser tan bonito?>>
Enna se le acercó con una propuesta en los labios y a Nasher le faltó tiempo para prepararse y salir corriendo por la puerta.
Salió al patio a entrenar para despejar la mente, y en poco tiempo su respiración agitada y su pulso palpitaban de tal forma en su cabeza que le era imposible oir sus propios pensamientos. El ejercicio le relajaba, y el pensar que todo avance en su entrenamiento, por pequeño que fuera, aumentaría sus posibilidades de enfrentarse a la ciudad. Además, los nuevos colores le daban una visión totalmente nueva de todo, los giros y las perspectivas eran mucho más impresionantes, y cuando acabó el entrenamiento estaba tumbado boca arriba en el suelo, con una sonrisa en el rostro, admirando las nubes que hace unos días le parecían grises y aburridas. << ¿Quien iba a decir que el gris pudiese ser tan bonito?>>
Enna se le acercó con una propuesta en los labios y a Nasher le faltó tiempo para prepararse y salir corriendo por la puerta.
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Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
22/08/12, 01:10 pm
Cuando los chicos llegaron al torreón, la noche ya se cerraba sobre el cielo de rocavarancolia y los murcielagos iluminaban la oscuridad como pequeñas estrellas fugaces. Habían tardado menos tiempo en salir de aquel barrio que en entrar debido a que el fino olfato del lagarto aun podía oler el rastro que habían dejado antes.
Nasher había llenado bastante mas su cesta mientras que Enna lo único que había hecho era meter dos botes mas de miel en la suya, no quería cargarse demasiado por si tenía que huir.
A Enna le seguía impresionando la oscuridad de ese mundo... por el día era brillante si, pero por la noche... por la noche todo se llenaba de tinieblas, todo era negro. Le encantaba... ¿Cuantas maravillas se esconderían tras esas sombras?
Entraron en el torreón y fueron a dejar la comida en la cocina. El torreón estaba demasiado silencioso a su parecer. - ¿Aun no han vuelto Matt y Wed? - Preguntó la chica con algo de falsa preocupación en su voz. Las cosas estaban tal y como ellos las habían dejado al salir y no había muestras de que nadie hubiese entrado. Enna aprovechó para coger un bote de miel y un trozo de ese queso que a nadie le gustaba y subió las escaleras. Pasó por delante del cuarto de Wed y Matt para asegurarse y pudo comprobar que ambos estaban vacíos. Mejor. La niña se dirigió ahora hacia su cuarto y dejó la comida allí. Luego bajó de nuevo y fue hacia el patio donde llenó el cubo de agua en el pozo y también se lo subió al cuarto. Cerró la puerta y sonrió.
Enna puso un mueble delante de la entrada para que nadie pudiese pillarle por sorpresa. Se acercó al baúl y lo abrió, encontrando a Cira dormida. La sacó de allí sin muchos miramientos. - Hola amiga, ¿Que tal el sueño? ¿Era bonito? Seguro que si. - Le acarició el pelo. - Te he traído comida y bebida. Acabamos de ir a por ella. Quieres, ¿verdad? - Le dijo con una sonrisa. Enna se acercó al bote de miel y comenzó a comer, lentamente, con su sonrisa perenne en los labios, bajo la mirada de la hambrienta niña. Cuando se sintió llena, apartó el bote.
- ¿Quieres comer? Bien, te quitaré lo que tienes en la boca. - Enna sacó el cuchillo de su escondite y se lo puso al cuello. - No gritarás. Te limitarás a comer y beber. - Su voz, normalmente cálida y dulce, sonó más fría y afilada que el cuchillo que tenía en la mano. Le quitó la mordaza y le acercó el queso y el agua. La niña comió en silencio mientras lloraba. Cuando acabó Enna le puso la mordaza de nuevo y le dio un beso sobre ésta. - Muy bien, muy bien... ahora dejaré que vuelvas a tus dulces sueños... así que descansa, porque mañana jugaremos. - La Daeliciana le abrazó unos segundos, acariciando los trozos de tela que ataban sus manos mientras Cira se retorcía tratando de evitar su roce.. - Vamos, ya te dije que no llorases. No llores.
Enna se acercó a por su libro y buscó uno de los hechizos. Luego, cogiendo el cristal, obligó a la niña a tumbarse y comenzó a acariciar su cuerpo lentamente. En menos de veinte minutos, Cira dormía profundamente. La daeliciana sonrió y metió a la niña dentro del baul como si se tratase únicamente de una muñeca con la que había acabado de jugar. Cerró la tapa, quitó el mueble de delante de la puerta y se tumbó en la cama dispuesta a dormir.
Nasher había llenado bastante mas su cesta mientras que Enna lo único que había hecho era meter dos botes mas de miel en la suya, no quería cargarse demasiado por si tenía que huir.
A Enna le seguía impresionando la oscuridad de ese mundo... por el día era brillante si, pero por la noche... por la noche todo se llenaba de tinieblas, todo era negro. Le encantaba... ¿Cuantas maravillas se esconderían tras esas sombras?
Entraron en el torreón y fueron a dejar la comida en la cocina. El torreón estaba demasiado silencioso a su parecer. - ¿Aun no han vuelto Matt y Wed? - Preguntó la chica con algo de falsa preocupación en su voz. Las cosas estaban tal y como ellos las habían dejado al salir y no había muestras de que nadie hubiese entrado. Enna aprovechó para coger un bote de miel y un trozo de ese queso que a nadie le gustaba y subió las escaleras. Pasó por delante del cuarto de Wed y Matt para asegurarse y pudo comprobar que ambos estaban vacíos. Mejor. La niña se dirigió ahora hacia su cuarto y dejó la comida allí. Luego bajó de nuevo y fue hacia el patio donde llenó el cubo de agua en el pozo y también se lo subió al cuarto. Cerró la puerta y sonrió.
Enna puso un mueble delante de la entrada para que nadie pudiese pillarle por sorpresa. Se acercó al baúl y lo abrió, encontrando a Cira dormida. La sacó de allí sin muchos miramientos. - Hola amiga, ¿Que tal el sueño? ¿Era bonito? Seguro que si. - Le acarició el pelo. - Te he traído comida y bebida. Acabamos de ir a por ella. Quieres, ¿verdad? - Le dijo con una sonrisa. Enna se acercó al bote de miel y comenzó a comer, lentamente, con su sonrisa perenne en los labios, bajo la mirada de la hambrienta niña. Cuando se sintió llena, apartó el bote.
- ¿Quieres comer? Bien, te quitaré lo que tienes en la boca. - Enna sacó el cuchillo de su escondite y se lo puso al cuello. - No gritarás. Te limitarás a comer y beber. - Su voz, normalmente cálida y dulce, sonó más fría y afilada que el cuchillo que tenía en la mano. Le quitó la mordaza y le acercó el queso y el agua. La niña comió en silencio mientras lloraba. Cuando acabó Enna le puso la mordaza de nuevo y le dio un beso sobre ésta. - Muy bien, muy bien... ahora dejaré que vuelvas a tus dulces sueños... así que descansa, porque mañana jugaremos. - La Daeliciana le abrazó unos segundos, acariciando los trozos de tela que ataban sus manos mientras Cira se retorcía tratando de evitar su roce.. - Vamos, ya te dije que no llorases. No llores.
Enna se acercó a por su libro y buscó uno de los hechizos. Luego, cogiendo el cristal, obligó a la niña a tumbarse y comenzó a acariciar su cuerpo lentamente. En menos de veinte minutos, Cira dormía profundamente. La daeliciana sonrió y metió a la niña dentro del baul como si se tratase únicamente de una muñeca con la que había acabado de jugar. Cerró la tapa, quitó el mueble de delante de la puerta y se tumbó en la cama dispuesta a dormir.
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Re: Torreón Maciel (Archivo III)
22/08/12, 05:00 pm
Nada más llegar, Nasher dejó las cestas sobre la mesa de la cocina y fue a deshacerse de sus cuchillos cuando se lo pensó mejor, y tan solo dejó la espada encima de la mesa. Subió a los dormitorios y fue inspeccionando las habitaciones para asegurarse de que todo estaba en orden, cruzándose con Enna por el camino.
Cuando llegó abajo, sin más novedad que el hecho de que Matt y Wen aún no habían vuelto, lo cual le preocupaba bastante. ¿Les habría pasado algo? ¿Debería salir a buscarles? No, era de noche, no podían salir ahora... << Mañana saldremos si no vuelven...>> decidió. Planeando la posible partida de búsqueda del día siguiente preparó un cubo con agua, trapos y algo de comida y bajó al sótano a ver cómo estaba Lief. Allí encontró a Kaethe en cuclillas delante del cuerpo del varmano, mirándolo fijamente.
-Kae... ¿qué ocurre?
Al acercarse mejor pudo verlo; Lief estaba echado de lado, con los ojos entreabiertos. No necesitó comprobarlo para saber que no tenía pulso. Nasher no se sentía con fuerzas para celebrar un funeral en el momento, esperaría al día siguiente, así que se limitó a limpiar el cadáver y dejarlo sobre la mesa cubierto con una sábana. Kaethe no le quitó la vista de encima, siguiendo el cuerpo sumida como en un trance.
-Lief... lo siento...- murmuró
El había salido a buscar medicinas. Lo recordaba, Enna le había dicho que iban a buscar medicinas, pero solo habían traido comida, y los cadáveres no comen... De nuevo la rabia y la impotencia se apoderaron de ver. Subió las escaleras con paso derrotado y entró en la habitación de Enna. La chica ya estaba acostada. Sin mediar palabra se metió en la cama con ella y allí se echó a llorar, explicándole entre lágrimas que Lief había muerto, convencido de que era por su culpa.
-Yo... tendría que haber ido a buscar una cura en lugar de jugar con los peces. Tendría que haber ido a la biblioteca, y tendría que buscar a Matt y a Wen porque a lo mejor lo estan pasando mal... y... - se abrazó a su compañera con fuerza y permaneció así hasta que se calmó.
Entonces lo olió. << Otra vez... Y es más fuerte...>> Pero en esta ocasión no dijo nada al respecto.
Cuando llegó abajo, sin más novedad que el hecho de que Matt y Wen aún no habían vuelto, lo cual le preocupaba bastante. ¿Les habría pasado algo? ¿Debería salir a buscarles? No, era de noche, no podían salir ahora... << Mañana saldremos si no vuelven...>> decidió. Planeando la posible partida de búsqueda del día siguiente preparó un cubo con agua, trapos y algo de comida y bajó al sótano a ver cómo estaba Lief. Allí encontró a Kaethe en cuclillas delante del cuerpo del varmano, mirándolo fijamente.
-Kae... ¿qué ocurre?
Al acercarse mejor pudo verlo; Lief estaba echado de lado, con los ojos entreabiertos. No necesitó comprobarlo para saber que no tenía pulso. Nasher no se sentía con fuerzas para celebrar un funeral en el momento, esperaría al día siguiente, así que se limitó a limpiar el cadáver y dejarlo sobre la mesa cubierto con una sábana. Kaethe no le quitó la vista de encima, siguiendo el cuerpo sumida como en un trance.
-Lief... lo siento...- murmuró
El había salido a buscar medicinas. Lo recordaba, Enna le había dicho que iban a buscar medicinas, pero solo habían traido comida, y los cadáveres no comen... De nuevo la rabia y la impotencia se apoderaron de ver. Subió las escaleras con paso derrotado y entró en la habitación de Enna. La chica ya estaba acostada. Sin mediar palabra se metió en la cama con ella y allí se echó a llorar, explicándole entre lágrimas que Lief había muerto, convencido de que era por su culpa.
-Yo... tendría que haber ido a buscar una cura en lugar de jugar con los peces. Tendría que haber ido a la biblioteca, y tendría que buscar a Matt y a Wen porque a lo mejor lo estan pasando mal... y... - se abrazó a su compañera con fuerza y permaneció así hasta que se calmó.
Entonces lo olió. << Otra vez... Y es más fuerte...>> Pero en esta ocasión no dijo nada al respecto.
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e Imaginación
Personajes : Elliot es una Dullahan bastante fácil de cabrear y con quien es mejor no llevarse mal (aun que ésto sea dificil) Conoce el manejo del casi todas las armas, y tiene un Dragón llamado Deatach que es quien le instruye y ayuda.
Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
22/08/12, 08:09 pm
Enna estaba tumbada en la cama, boca arriba, mirando el techo mientras reía pensando en todo lo que había visto desde que había llegado. Había vivido mas en esos meses que en todos sus años en Daelicia.
Una sombra se deslizó dentro del cuarto y Enna se envaró durante un segundo, acariciando el cuchillo que guardaba. Soltó todo el aire de golpe en un suspiro cuando vio que tan solo era Nasher. Enna se apretó contra la pared para dejar espacio al chico. Miró de refilón el baúl a sus pies y dio gracias al demiurgo por haber dormido con magia a la chica un rato antes.
El chico entró en su cama y Enna volvió a ponerse alerta. Sabía que el chico era completamente inofensivo, al menos con ella, pero aun le resultaba algo incomoda la idea de que estuviese en su cama. La Daeliciana le arropó. - ¿Y esta vez por... - empezó a preguntar en un tono divertido, pero se calló al ver que el chico lloraba. Se sintió poderosa por un segundo a comparación con él, que podía derrumbarse por algo tan cotidiano como la muerte.
A Enna le divertía mucho ver como el chico se sentía culpable de las muertes, le hacía mucha gracia ver lo débil que era. Él no había hecho nada, ni siquiera habia estado cerca cuando murió, ni siquiera había sido él quien le había hecho la herida. Nasher había cuidado de Lief tanto como había podido... y aun así, se sentía culpable por su muerte... para la Daeliciana eso no tenía el más mínimo sentido.
-Nasher... Nasher... - la niña le acarició la espalda en un gesto adquirido tras años de práctica, aunque realmente no era lo que quería. Sabía que así el chico se tranquilizaría. Enna quería decirle que si era su culpa. Quería mentirle y decirle que Matt y Wed estaban muertos y que eso también era culpa suya por no cuidarles, quería ver cuanto podría aguantar Nasher antes de derrumbarse definitivamente... pero todavía podía necesitar al chico y no debía arriesgarse a perderle... aun. - No ha sido tu culpa... no podrias haber hecho mas, era su destino, pero no te preocupes, seguro que ahora está mejor. Ahora no sufrira por la herida, ni tendra miedo por las noches. Ahora a lo mejor está en el mundo anterior... o en el mundo anterior del que fuese su mundo... Seguro que ahora está mejor, Nasher, seguro... no llores, vamos no llores. - Le dijo con voz dulce y suave, acariciandole aun. El chico le abrazó con fuerza y Enna no se resistió. El calor del chico le rodeó y ella se sintió a gusto. Le dio un beso en la frente. - Ahora deberías dormir... mañana será un día largo. - "Y de nuevo habrá banquete..." añadió mentalmente con una sonrisa.
Una sombra se deslizó dentro del cuarto y Enna se envaró durante un segundo, acariciando el cuchillo que guardaba. Soltó todo el aire de golpe en un suspiro cuando vio que tan solo era Nasher. Enna se apretó contra la pared para dejar espacio al chico. Miró de refilón el baúl a sus pies y dio gracias al demiurgo por haber dormido con magia a la chica un rato antes.
El chico entró en su cama y Enna volvió a ponerse alerta. Sabía que el chico era completamente inofensivo, al menos con ella, pero aun le resultaba algo incomoda la idea de que estuviese en su cama. La Daeliciana le arropó. - ¿Y esta vez por... - empezó a preguntar en un tono divertido, pero se calló al ver que el chico lloraba. Se sintió poderosa por un segundo a comparación con él, que podía derrumbarse por algo tan cotidiano como la muerte.
A Enna le divertía mucho ver como el chico se sentía culpable de las muertes, le hacía mucha gracia ver lo débil que era. Él no había hecho nada, ni siquiera habia estado cerca cuando murió, ni siquiera había sido él quien le había hecho la herida. Nasher había cuidado de Lief tanto como había podido... y aun así, se sentía culpable por su muerte... para la Daeliciana eso no tenía el más mínimo sentido.
-Nasher... Nasher... - la niña le acarició la espalda en un gesto adquirido tras años de práctica, aunque realmente no era lo que quería. Sabía que así el chico se tranquilizaría. Enna quería decirle que si era su culpa. Quería mentirle y decirle que Matt y Wed estaban muertos y que eso también era culpa suya por no cuidarles, quería ver cuanto podría aguantar Nasher antes de derrumbarse definitivamente... pero todavía podía necesitar al chico y no debía arriesgarse a perderle... aun. - No ha sido tu culpa... no podrias haber hecho mas, era su destino, pero no te preocupes, seguro que ahora está mejor. Ahora no sufrira por la herida, ni tendra miedo por las noches. Ahora a lo mejor está en el mundo anterior... o en el mundo anterior del que fuese su mundo... Seguro que ahora está mejor, Nasher, seguro... no llores, vamos no llores. - Le dijo con voz dulce y suave, acariciandole aun. El chico le abrazó con fuerza y Enna no se resistió. El calor del chico le rodeó y ella se sintió a gusto. Le dio un beso en la frente. - Ahora deberías dormir... mañana será un día largo. - "Y de nuevo habrá banquete..." añadió mentalmente con una sonrisa.
Me haré una cama con tus huesos, Invitado, Muajajaj!
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
¡Superpor la aceptación, la integración y los derechy'x Frivy's!
- Spoiler:
Click en la imagen para ver el esquema de relaciones entre los Cosechados del Rol
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
22/08/12, 08:23 pm
Nasher se dejó consolar por Enna, dejó que sus palabras dulces lo calmasen y dejó sus pensamientos apartados por un momento. Sus ojos, abiertos en la oscuridad, veían perfectamente la piel de la niña y sus colores estridentes, los tonos entrelazados de los hilos de su camisa, el blanco sucio de las sábanas. Podía verlo todo. Y mientras lo veía, también podía olerlo todo. El olor de Enna, el de las sábanas polvorientas, la madera vieja, la piedra fría. Podía oler el metal de sus propias armas, pegadas a su piel y podía oler ese olor indescriptible, ese olor que lo tenía intrigado. Algo iba mal, algo no funcionaba y tenía que averiguar el qué. AL mismo tiempo, temía averiguarlo, temía saber qué ocurría tras ese misterioso olor y a qué se debía la sensación de inseguiridad que le perseguía. El peligro y la muerte le acechaba en todas partes. Nasher miró a Enna a los ojos, y creyó que estaba mirando a otra persona...
Se giró en la cama, con un afectado ''buenas noches'' y cerró los ojos, abandonándose en un sueño ligero mientras su mente trazaba un plan a toda velocidad.
Se giró en la cama, con un afectado ''buenas noches'' y cerró los ojos, abandonándose en un sueño ligero mientras su mente trazaba un plan a toda velocidad.
- Frikomid
Ficha de cosechado
Nombre: Tsusu
Especie:
Habilidades: - Sentido Comun, reflejos, conocimiento de técnicas de supervivencia
Personajes : .
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
22/08/12, 11:07 pm
Tsusu seguía pensando en lo que había sucedido. Había invocado algo. Por instinto había huido, pero se dio cuenta tarde de que era SU invocación y no le haría daño.
Nasher le había devuelto el libro de magia y había seguido investigando. En las páginas sobre el ente que invocó venían cosas en otro idioma que el había ignorado con anterioridad, así que investigó sobre ello. Se dio cuenta de que eran órdenes. pocas. pero eran órdenes, podía invocar a esa horrenda criatura y darla órdenes! sería por fin el dueño de alguien y tendría a alguien bajo su mando. Tsusu deseó que la criatura fuese apática y no tuviese sentimientos, se sentiría mal por darla órdenes todo el rato.
Así que volvió a repetir el hechizo. Y falló.
Y otra vez. Y volvió a fallar.
Tsusu se puso a pensar y se dio cuenta de que la otra vez que lo había logrado se había clavado un cristal. Tsusu recelaba, pero lo intentó. Cogió su estaca de madera y en ella metió como pudo el cristal asegurándolo bien para que no se callese, luego apretó la palma de una de sus manos contra el cristal y este se iluminó, luego recitó el hechizo y...
Volvió a aparecer ante el, esa esfera rugosa dotada de vida.
Tsusu se puso nervioso y empezó a hiperventilar. Su corazón le latía rápido y sus poros emitían ruiditos, así que como pudo volvió a sacar el cristal iluminado de su estaca y se la mostró a la esfera.
- &%· &(%$$)· /($&• /·((·&"%% (Tráeme Eso) -Le pidió Tsusu señalando varios cristales de magia que quedaban en el idioma que indicaba el libro. Lo pronunció torpemente pero claro.
El ente esférico-rugoso se desplazó hasta donde estaban los cristales y con la boca atrapó varios, de los cuales dos se le calleron. Volvió donde Tsusu y los depositó a sus pies. Tsusu los cogió y los insertó en las muescas de su estaca apretándolos y asegurándose de que estuviesen bien fijados.
Solo entonces Tsusu se dio cuenta delo que había hecho. Magia, había logrado hacer magia.
Tsusu entonces ojeó con más atención el resto de hechizos del libro, mostraba como crear pequeñas fogatas, reblandecer objetos... Y Tsusu empezó a estudiarse esos hechizos.
Nasher le había devuelto el libro de magia y había seguido investigando. En las páginas sobre el ente que invocó venían cosas en otro idioma que el había ignorado con anterioridad, así que investigó sobre ello. Se dio cuenta de que eran órdenes. pocas. pero eran órdenes, podía invocar a esa horrenda criatura y darla órdenes! sería por fin el dueño de alguien y tendría a alguien bajo su mando. Tsusu deseó que la criatura fuese apática y no tuviese sentimientos, se sentiría mal por darla órdenes todo el rato.
Así que volvió a repetir el hechizo. Y falló.
Y otra vez. Y volvió a fallar.
Tsusu se puso a pensar y se dio cuenta de que la otra vez que lo había logrado se había clavado un cristal. Tsusu recelaba, pero lo intentó. Cogió su estaca de madera y en ella metió como pudo el cristal asegurándolo bien para que no se callese, luego apretó la palma de una de sus manos contra el cristal y este se iluminó, luego recitó el hechizo y...
Volvió a aparecer ante el, esa esfera rugosa dotada de vida.
Tsusu se puso nervioso y empezó a hiperventilar. Su corazón le latía rápido y sus poros emitían ruiditos, así que como pudo volvió a sacar el cristal iluminado de su estaca y se la mostró a la esfera.
- &%· &(%$$)· /($&• /·((·&"%% (Tráeme Eso) -Le pidió Tsusu señalando varios cristales de magia que quedaban en el idioma que indicaba el libro. Lo pronunció torpemente pero claro.
El ente esférico-rugoso se desplazó hasta donde estaban los cristales y con la boca atrapó varios, de los cuales dos se le calleron. Volvió donde Tsusu y los depositó a sus pies. Tsusu los cogió y los insertó en las muescas de su estaca apretándolos y asegurándose de que estuviesen bien fijados.
Solo entonces Tsusu se dio cuenta delo que había hecho. Magia, había logrado hacer magia.
Tsusu entonces ojeó con más atención el resto de hechizos del libro, mostraba como crear pequeñas fogatas, reblandecer objetos... Y Tsusu empezó a estudiarse esos hechizos.
- Spoiler:
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e ImaginaciónPersonajes : Elliot es una Dullahan bastante fácil de cabrear y con quien es mejor no llevarse mal (aun que ésto sea dificil) Conoce el manejo del casi todas las armas, y tiene un Dragón llamado Deatach que es quien le instruye y ayuda.
Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
23/08/12, 11:54 am
El chico dejó de llorar y parecía bastante más tranquilo. Enna, en esa oscuridad que le rodeaba, no alcanzaba a ver siquiera la cara del chico ante ella, pero teniéndole así de cerca, no era difícil darse cuenta de que las palabras de Enna habían funcionado.
El chico que quedó unos segundos quieto y luego se giró dándole la espalda a la niña únicamente con un "buenas noches" - Buenas noches Nasher... - "Y que tus sueños hagan lo que yo no he podido hacer... que sean rápidos y acaben antes del alba" añadió ella mentalmente temerosa de que el chico siguiese en el cuarto cuando Cira despertase.
Enna pasó un brazo por encima de Nasher, abrazándole como la ultima vez, para que si el chico hacía cualquier movimiento, ella se enterase y se dejó arrastrar por el sueño.
La niña despertó cuando los primeros rayos de luz se colaban por la pequeña ventana. Escuchó el silencio del cuarto y sonrió al comprobar que Cira estaba dormida aun... o al menos no hacía ruido. Nasher aun estaba a su lado dormido. Enna sopesó la posibilidad de irse a desayunar y dejarle ahí, pero no se sentiría segura si lo hacía. Decidió hacerse la dormida hasta que el chico se despertase y se fuese.
El chico que quedó unos segundos quieto y luego se giró dándole la espalda a la niña únicamente con un "buenas noches" - Buenas noches Nasher... - "Y que tus sueños hagan lo que yo no he podido hacer... que sean rápidos y acaben antes del alba" añadió ella mentalmente temerosa de que el chico siguiese en el cuarto cuando Cira despertase.
Enna pasó un brazo por encima de Nasher, abrazándole como la ultima vez, para que si el chico hacía cualquier movimiento, ella se enterase y se dejó arrastrar por el sueño.
La niña despertó cuando los primeros rayos de luz se colaban por la pequeña ventana. Escuchó el silencio del cuarto y sonrió al comprobar que Cira estaba dormida aun... o al menos no hacía ruido. Nasher aun estaba a su lado dormido. Enna sopesó la posibilidad de irse a desayunar y dejarle ahí, pero no se sentiría segura si lo hacía. Decidió hacerse la dormida hasta que el chico se despertase y se fuese.
Me haré una cama con tus huesos, Invitado, Muajajaj!
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
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Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
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¡Superpor la aceptación, la integración y los derechy'x Frivy's!
- Spoiler:
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- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
23/08/12, 12:34 pm
Nasher abrió los ojos y parpadeó varias veces para despejarse. No se había dado cuenta de que Enna le había abrazado mientras dormía. Se quitó el brazo de la chica de encima con mucho cuidado y se quedó sentado en la cama, observando la habitación. La luz que entraba por la diminuta ventana era tan clara que podía distinguir los rayos de sol, todos ellos, y ver a la perfección cómo la luz matizaba lor colores de todo lo que había en el cuarto. Su estómago se quejó, y fue a saltar de la cama y bajar a desayunar cuando se lo pensó mejor.
-Enna- llamó- Despierta, ya es de día- zarandeó a la chica suavemente para despertarla y le hizo una propuesta.- Te vi entrenar ayer en el patio, ¿te apetece que entrenemos juntos después de desayunar?
Era una buena idea, así tendría a la chica más cerca. Podría mantenerlos a todos en el mismo sítio y así tenerlos vigilados... ¿Pero cómo convencería a los demás? Entonces recordó.
-Antes tenemos que hacer el funeral de Lief...
Los funerales se hacían de noche, siempre de noche, pero no podía dejar que el cuerpo se estropease o lo atacasen los bichos, así que debían hacerlo cuanto antes. Se levantó de la cama e insistió a la chica para que bajase con él a ayudarle.
-Enna- llamó- Despierta, ya es de día- zarandeó a la chica suavemente para despertarla y le hizo una propuesta.- Te vi entrenar ayer en el patio, ¿te apetece que entrenemos juntos después de desayunar?
Era una buena idea, así tendría a la chica más cerca. Podría mantenerlos a todos en el mismo sítio y así tenerlos vigilados... ¿Pero cómo convencería a los demás? Entonces recordó.
-Antes tenemos que hacer el funeral de Lief...
Los funerales se hacían de noche, siempre de noche, pero no podía dejar que el cuerpo se estropease o lo atacasen los bichos, así que debían hacerlo cuanto antes. Se levantó de la cama e insistió a la chica para que bajase con él a ayudarle.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
23/08/12, 09:07 pm
Cuando Wen vió Maciel al final de la calle, no dudó en echar a correr para entrar en el torreón cuanto antes. Tenía hambre, mucha a decir verdad, la mañana anterior apenas había comido el desayuno y no había bebido demasiada agua en todo el día. Cruzó la cocina en un soplo, arrastrando una de las cestas a su paso, y salió al patio donde bebió agua del pozo como si la vida le fuera en ello. Al darse cuenta de su comportamiento desesperado, se serenó y comenzó a beber y comer tranquilamente, ignorando a Matt que había decidido limpiar sus nuevas heridas haciendo que Wen se ruborizara.
Un ruido de pisadas les alertó de que ya había gente despierta. “¿Quiénes serán?” se preguntó dándose cuenta de que apenas conocía a sus compañeros de torreón, exceptuando Yankiee, al lagarto y a la niña azúcar glass. Ellos eran los únicos con los que había tenido un poco de trato en ese tiempo que llevaban en la ciudad. “¿Qué sería de los otros?” se preguntó. Recordaba la muerte de Lia y nunca olvidaría la de Dys y la de Res, pero no sabía que podría haber sido del resto del torreón. De normal, no le importaría demasiado la vida del resto de compañeros, pero teniendo en cuenta que uno de ellos había resultado ser un asesino, quizás sería mejor que estuviera alerta.
Cuando entró al torreón de nuevo, vió aparecer por las escaleras a Nasher y un escalofrió la recorrió. “La última vez que lo vi, mi navaja aun no se había hundido en el estomago de Res.” Recordó, pero no pudo pensar mucho más en eso cuando se percató de que un cuerpo cubierto estaba encima de la mesa.
- ¿Quién es? - preguntó, creyendo que sería alguno de los dos cadáveres que hace dos días ocupaban su habitación.
Un ruido de pisadas les alertó de que ya había gente despierta. “¿Quiénes serán?” se preguntó dándose cuenta de que apenas conocía a sus compañeros de torreón, exceptuando Yankiee, al lagarto y a la niña azúcar glass. Ellos eran los únicos con los que había tenido un poco de trato en ese tiempo que llevaban en la ciudad. “¿Qué sería de los otros?” se preguntó. Recordaba la muerte de Lia y nunca olvidaría la de Dys y la de Res, pero no sabía que podría haber sido del resto del torreón. De normal, no le importaría demasiado la vida del resto de compañeros, pero teniendo en cuenta que uno de ellos había resultado ser un asesino, quizás sería mejor que estuviera alerta.
Cuando entró al torreón de nuevo, vió aparecer por las escaleras a Nasher y un escalofrió la recorrió. “La última vez que lo vi, mi navaja aun no se había hundido en el estomago de Res.” Recordó, pero no pudo pensar mucho más en eso cuando se percató de que un cuerpo cubierto estaba encima de la mesa.
- ¿Quién es? - preguntó, creyendo que sería alguno de los dos cadáveres que hace dos días ocupaban su habitación.
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