Torreón Maciel (Archivo III)
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Giniroryu
Naeryan
Esmael
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MewtwoEsMiAmanteBandido
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Elliot
LEC
Administración
dama draco
Matt
Frikomid
C.a.e
Muffie
hechdi
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- hechdi
Ficha de cosechado
Nombre: Lief
Especie:
Habilidades: buen oido, reflejos y velocidadPersonajes : -Lief: 15 años. Varmano, raza balera. Altura media, pelo azul con tonos morados, piel clara y ojos oscuros. Es tímido, imaginativo, y le gusta llevarse bien con la gente.
-Athan: 16 años. Es griego. Estatura media y complexión fuerte. Pelo castaño y ojos oscuros. Es tímido, imaginativo y se agobia con facilidad. El mar le apasiona.
Torreón Maciel (Archivo III)
15/04/12, 12:20 am
Recuerdo del primer mensaje :
Después de andar un rato acabamos llegando al edificio del que hablaban. Era un edificio de tres plantas, aunque parecía que fuera a haber cuatro, solo que donde debería estar ésta había una especie de esqueleto empotrado. Al principio era un edificio que parecía seguro, pero según me acercaba iba cambiando de idea. Había algo en él que no me gustaba, aparte del esqueleto.Me acerqué el primero. No sabía si el resto se habían quedado parados o solamente habían frenado un poco, pero no me importaba. Solo me importaba encontrar un sitio seguro donde pasar la noche. Abrí la puerta despacio, sin fijarme en ella apenas, solo quería saber como estaba el interior. Al abrirse ésta produjo un leve chirrido, que a lo mejor el resto no escuchaba, pero yo sí. Entré dentro. En cuanto puse un pie dentro me vino un olor a polvo que me hizo toser. Todo estaba oscuro. Apenas veía un paso por delante de mi. En cuanto puede me apoyé en una pared para tener un sistema de referencia. Miré a mi alrededor. Fui notando como me acostumbraba a la penumbra. Cuando veía medianamente bien vi que el interior estaba en bastante buen estado "Parece que no está tan mal al fin y al cabo" Me dije mientras lo observaba todo. Entonces di media vuelta y salí fuera.
- Está bastante bien por dentro. Les dije desde la puerta. Fue en ese momento cuando me fijé en que una de las cadenas del portón estaba rota, y que había pintadas. Pero no le di importancia. Cada vez estaba más cansado y quería encontrar un lugar seguro donde dormir, y ese torreón era el edificio más seguro que me había parecido ver en toda esta maldita ciudad. - Está muy oscuro, tened cuidado de no chocaros con nada. Les advertí. "No me puedo creer que este edificio con un esqueleto encima sea lo más seguro que hayamos visto en esta ciudad" Me repetía una y otra vez asombrado de que pudiera haber ciudades tan horribles.
Busqué con la mano algo donde sentarme mientras todos entraban. Estaba muerto de cansancio. Llevaba sin dormir desde esa mañana, y no es que hubiera dormido especialmente bien. Su mano encontró una silla. La sacudió un poco y se sentó en ella, sumido en sus pensamientos.
Después de andar un rato acabamos llegando al edificio del que hablaban. Era un edificio de tres plantas, aunque parecía que fuera a haber cuatro, solo que donde debería estar ésta había una especie de esqueleto empotrado. Al principio era un edificio que parecía seguro, pero según me acercaba iba cambiando de idea. Había algo en él que no me gustaba, aparte del esqueleto.Me acerqué el primero. No sabía si el resto se habían quedado parados o solamente habían frenado un poco, pero no me importaba. Solo me importaba encontrar un sitio seguro donde pasar la noche. Abrí la puerta despacio, sin fijarme en ella apenas, solo quería saber como estaba el interior. Al abrirse ésta produjo un leve chirrido, que a lo mejor el resto no escuchaba, pero yo sí. Entré dentro. En cuanto puse un pie dentro me vino un olor a polvo que me hizo toser. Todo estaba oscuro. Apenas veía un paso por delante de mi. En cuanto puede me apoyé en una pared para tener un sistema de referencia. Miré a mi alrededor. Fui notando como me acostumbraba a la penumbra. Cuando veía medianamente bien vi que el interior estaba en bastante buen estado "Parece que no está tan mal al fin y al cabo" Me dije mientras lo observaba todo. Entonces di media vuelta y salí fuera.
- Está bastante bien por dentro. Les dije desde la puerta. Fue en ese momento cuando me fijé en que una de las cadenas del portón estaba rota, y que había pintadas. Pero no le di importancia. Cada vez estaba más cansado y quería encontrar un lugar seguro donde dormir, y ese torreón era el edificio más seguro que me había parecido ver en toda esta maldita ciudad. - Está muy oscuro, tened cuidado de no chocaros con nada. Les advertí. "No me puedo creer que este edificio con un esqueleto encima sea lo más seguro que hayamos visto en esta ciudad" Me repetía una y otra vez asombrado de que pudiera haber ciudades tan horribles.
Busqué con la mano algo donde sentarme mientras todos entraban. Estaba muerto de cansancio. Llevaba sin dormir desde esa mañana, y no es que hubiera dormido especialmente bien. Su mano encontró una silla. La sacudió un poco y se sentó en ella, sumido en sus pensamientos.
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
27/08/12, 03:47 am
Salgo de la habitación ignorando las ultimas palabras de Enna. "No puedo creer que exista alguien como ella."
Wed está en la puerta con los brazos cruzados hablando con Nasher. Me acerco a ellos mientras me rasco. "¿Y ellos?¿Puedo confiar en ellos? Esa desgraciada ha llegado a engañarme como un chino." Miro a Wedn y sonrío levemente. "En realidad ahora me siento mucho mejor. Tenia que decirle lo que pienso. Wedn... Wed es una buena chica.. si hubiese querido matarme ya lo hubiese echo en Gamides." Mi mirada se posa en Nasher. "El... no es malo... Se le ve a legua.. Nasher es un buen tipo. Se come a sus muertos pero... es su costumbre.. hay gente que los incinera y los tiene en la chimenea." Al acercarme escucho como quieren echar a la niña del torreón. Sonrío al darme cuenta de que en ese aspecto piensan exactamente igual que yo y le cuento lo sucedido en la celda improvisada. -Yo voto por echarla lo mas lejos que podamos de aquí. No quiero verla cerca del torreón jamas. Pero no le demos nada... Que sobreviva como pueda la hija de puta. Si algo tiene que matarla.. no seremos nosotros.- Me dirijo a Nasher y toco su hombro. -Bueno... habrá que buscar mas madera.-Me paro y respiro hondo.- Venga que te ayudo.. te lo dige.-
Después de seguir rompiendo algún que otro mueble y haber colocado la pila me despido de Nasher y le explico que yo la parte del banquete prefiero pasarla. Subo a mi habitación y busco un cigarrillo de los tres que me quedan. Me lo enciendo y me siento en la cama. "¿Y ahora que? Tenemos una psicópata amordazada abajo.. yo lleno de manchas que no se de donde coño han salido...¿Que está ocurriendo? ¿Vamos a ir matándonos unos a otros?¿ Así va esto? ¿Si no nos mata la ciudad.. no matamos entre nosotros?" Miro hacia la puerta y se me ilumina la mirada. "El libro.."
Salgo rápido de mi cuarto dando una calada y me meto en el cuarto de Enna. -¿Donde lo has escondido hija de puta?- Comienzo a revolver la habitación y me paro.-A ver.. soy una puta loca homicida lila sin ningún respeto por la vida ajena... ¿Donde escondería un libro?- Después de un rato revolviendo la habitación encuentro el libro.-Bingo.- Abro el libro y lo ojeo. -Magia...Esta era la magia a la que se refería.- Cojo el libro y el cigarro y me bajo a las Mazmorras.
-Wed.. Déjame ahora estar de guardia... Haz tu el siguiente turno por favor.- Wedn acepta y me siento en el suelo ojeando el libro e intentando comprenderlo. "Podría haber algún hechizo que me cure estas ronchas." Veo hechizos de sanación, levitación, para incitar el sueño en una persona." Esto mola." Sigo ojeando el libro e intentando memorizar un par hechizos. La chica lila no parece moverse en la habitación por lo que puedo leer tranquilo llegando a perder la noción del tiempo. no se muy bien cuanto tiempo ha pasado pero Wedn llega a relevarme. -Vaya ¿Ya? Se me ha echo entretenido. Wed este libro tiene muchas cosas entretenidas.- Se lo ofrezco con una sonrisa y continuo hablando- ¿Te apetece una lectura ligera?- Le dejo el libro y subo a comer algo. Como sin ganas, casi con asco. "Debería intentar dormir. Mañana sera un día jodido."
Subo a mi cuarto y me quito las dagas tirándome en la cama justo después. "¿Que demonios pasará mañana? ¿Quien puede ser el próximo?" Poco a poco cierro los ojos pero comienzo a dar vueltas en la cama. Al cabo de un par de horas por fin puedo dormir.
A la mañana siguiente me levanto rápido y voy a coger cubos para darme un buen baño. Después de darme un baño y vestirme bajo a la sala donde están los demás y nos ponemos de acuerdo para sacar a Enna de Maciel cuanto antes. -Yo sigo votando por dejarla lo mas lejos posible- Digo seriamente.-Y si hay un bicho con hambre cerca por mi perfecto.-Me paro y suelto un bufido. "No se merece morir. Pero si le dan un par de bocados estaría bastante bien." Una sonrisa algo extraña se dibuja en mi cara pero niego con la cabeza y continuo hablando -Voy a por mis cosas.- Subo a mi cuarto y me armo rápidamente. Después de armarme salgo rápido a la puerta del torreón esperando a los demás que trajesen nuestro "paquete".
Nasher viene con el cuerpo inconsciente de Enna. Pasa por delante de mi y no puedo evitar soltar una mueca al ver las puntas blancas del pelo de Enna. -Hija de puta.. Espero no volver a verte por aquí... por que si no.- "Te mataré... No permitiré que vuelvas a hacer daño a los míos. Si tengo que matarte.. no dudaré en hacerlo. Te deseo lo peor en lo que te quede de vida." Me hubiese encantado decir esas palabras en alto pero prefiero guardarme esos pensamientos para mi. Pronto me veo de nuevo metido en mi mundo de pensamientos caminando escoltando a nuestra amiga lila a su ultimo paseo con nosotros. - Después de dejar a esta...-"Hija de puta homicida" No podía parar de insultar por mi interior a esa chica lila. No solo por haber matado a uno de los nuestros... Sino por haber conseguido mantenerme engañado por tanto tiempo.- A esta mujer.- Digo con una mueca de asco en mi cara. -Me gustaría pasarme por la biblioteca.-
"Preferiría que vinieseis conmigo pero si he de hacerlo solo iré.. necesito saber que pasa con estas ronchas."
Wed está en la puerta con los brazos cruzados hablando con Nasher. Me acerco a ellos mientras me rasco. "¿Y ellos?¿Puedo confiar en ellos? Esa desgraciada ha llegado a engañarme como un chino." Miro a Wedn y sonrío levemente. "En realidad ahora me siento mucho mejor. Tenia que decirle lo que pienso. Wedn... Wed es una buena chica.. si hubiese querido matarme ya lo hubiese echo en Gamides." Mi mirada se posa en Nasher. "El... no es malo... Se le ve a legua.. Nasher es un buen tipo. Se come a sus muertos pero... es su costumbre.. hay gente que los incinera y los tiene en la chimenea." Al acercarme escucho como quieren echar a la niña del torreón. Sonrío al darme cuenta de que en ese aspecto piensan exactamente igual que yo y le cuento lo sucedido en la celda improvisada. -Yo voto por echarla lo mas lejos que podamos de aquí. No quiero verla cerca del torreón jamas. Pero no le demos nada... Que sobreviva como pueda la hija de puta. Si algo tiene que matarla.. no seremos nosotros.- Me dirijo a Nasher y toco su hombro. -Bueno... habrá que buscar mas madera.-Me paro y respiro hondo.- Venga que te ayudo.. te lo dige.-
Después de seguir rompiendo algún que otro mueble y haber colocado la pila me despido de Nasher y le explico que yo la parte del banquete prefiero pasarla. Subo a mi habitación y busco un cigarrillo de los tres que me quedan. Me lo enciendo y me siento en la cama. "¿Y ahora que? Tenemos una psicópata amordazada abajo.. yo lleno de manchas que no se de donde coño han salido...¿Que está ocurriendo? ¿Vamos a ir matándonos unos a otros?¿ Así va esto? ¿Si no nos mata la ciudad.. no matamos entre nosotros?" Miro hacia la puerta y se me ilumina la mirada. "El libro.."
Salgo rápido de mi cuarto dando una calada y me meto en el cuarto de Enna. -¿Donde lo has escondido hija de puta?- Comienzo a revolver la habitación y me paro.-A ver.. soy una puta loca homicida lila sin ningún respeto por la vida ajena... ¿Donde escondería un libro?- Después de un rato revolviendo la habitación encuentro el libro.-Bingo.- Abro el libro y lo ojeo. -Magia...Esta era la magia a la que se refería.- Cojo el libro y el cigarro y me bajo a las Mazmorras.
-Wed.. Déjame ahora estar de guardia... Haz tu el siguiente turno por favor.- Wedn acepta y me siento en el suelo ojeando el libro e intentando comprenderlo. "Podría haber algún hechizo que me cure estas ronchas." Veo hechizos de sanación, levitación, para incitar el sueño en una persona." Esto mola." Sigo ojeando el libro e intentando memorizar un par hechizos. La chica lila no parece moverse en la habitación por lo que puedo leer tranquilo llegando a perder la noción del tiempo. no se muy bien cuanto tiempo ha pasado pero Wedn llega a relevarme. -Vaya ¿Ya? Se me ha echo entretenido. Wed este libro tiene muchas cosas entretenidas.- Se lo ofrezco con una sonrisa y continuo hablando- ¿Te apetece una lectura ligera?- Le dejo el libro y subo a comer algo. Como sin ganas, casi con asco. "Debería intentar dormir. Mañana sera un día jodido."
Subo a mi cuarto y me quito las dagas tirándome en la cama justo después. "¿Que demonios pasará mañana? ¿Quien puede ser el próximo?" Poco a poco cierro los ojos pero comienzo a dar vueltas en la cama. Al cabo de un par de horas por fin puedo dormir.
A la mañana siguiente me levanto rápido y voy a coger cubos para darme un buen baño. Después de darme un baño y vestirme bajo a la sala donde están los demás y nos ponemos de acuerdo para sacar a Enna de Maciel cuanto antes. -Yo sigo votando por dejarla lo mas lejos posible- Digo seriamente.-Y si hay un bicho con hambre cerca por mi perfecto.-Me paro y suelto un bufido. "No se merece morir. Pero si le dan un par de bocados estaría bastante bien." Una sonrisa algo extraña se dibuja en mi cara pero niego con la cabeza y continuo hablando -Voy a por mis cosas.- Subo a mi cuarto y me armo rápidamente. Después de armarme salgo rápido a la puerta del torreón esperando a los demás que trajesen nuestro "paquete".
Nasher viene con el cuerpo inconsciente de Enna. Pasa por delante de mi y no puedo evitar soltar una mueca al ver las puntas blancas del pelo de Enna. -Hija de puta.. Espero no volver a verte por aquí... por que si no.- "Te mataré... No permitiré que vuelvas a hacer daño a los míos. Si tengo que matarte.. no dudaré en hacerlo. Te deseo lo peor en lo que te quede de vida." Me hubiese encantado decir esas palabras en alto pero prefiero guardarme esos pensamientos para mi. Pronto me veo de nuevo metido en mi mundo de pensamientos caminando escoltando a nuestra amiga lila a su ultimo paseo con nosotros. - Después de dejar a esta...-"Hija de puta homicida" No podía parar de insultar por mi interior a esa chica lila. No solo por haber matado a uno de los nuestros... Sino por haber conseguido mantenerme engañado por tanto tiempo.- A esta mujer.- Digo con una mueca de asco en mi cara. -Me gustaría pasarme por la biblioteca.-
"Preferiría que vinieseis conmigo pero si he de hacerlo solo iré.. necesito saber que pasa con estas ronchas."
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
27/08/12, 05:59 am
Cuando Matt y Nasher subieron para preparar el banquete, Wen se quedó vigilando a la prisionera. Matt había dejado la puerta abierta, así que Wen se sentó contra la pared y se dedicó a mirar a Enna por el resquicio de la puerta, mientras giraba su navaja con una mano, para paliar el mono de un cigarro. Ni se inmutó cuando la niña pidió una manta.
- Haberlo pensado antes de traicionarnos. - murmuró.
Mientras estuvo ahí, sintió pena por Nasher. El lagarto le había dado toda su confianza a la niña y esta la había pisoteado como si de basura se tratara. “Por eso yo desconfío de todo el mundo. Puedo contar con los dedos de una mano las personas en las que he confiado realmente en mi vida y me sobrarían dedos.” Se dijo, contenta por desconfiar de la gente y así evitarse esos problemas. Aunque, en el fondo, sabía que eso era mentira. Puede que la Wen de Londres sí que desconfiara de todo el mundo, donde ella sola escapaba y sola sobrevivía en la calle, pero en Rocavarancolia no luchaba sola, no corría sola y no comía sola. En Rocavarancolia tenía compañeros de fatiga, que padecían sus mismos males y cometían sus mismos errores. Y en los que parecía que empezaba a confiar. Wen se sacudió la cabeza apartando esa idea de su mente. “¡No! Mira lo que le ha pasado a Nasher por confiar. Tú eres una loba solitaria, como decía Church. No necesitas confiar en nadie. Son tus compañeros de torreón y punto. Puede que hables con ellos y hasta alguna vez les trates bien, pero son solo eso, compañeros.” Se dijo.
Matt llegó proponiéndole un cambio de turno y Wen aceptó sin mucha ímpetu. No era algo que le alegrara ni le desagradara.
- Toda tuya. Si te pide una manta, no se la des. Que lo hubiera pensado antes. - le advirtió antes de comenzar a subir las escaleras.
Un vez en la cocina, comió unas piezas de fruta, más por alimentarse que por verdadera hambre, y comenzó a girar la navaja en la mano, gesto que ya había adoptado como método para paliar el mono. Kestel apareció en la cocina pidiendo perdón por no haberla ayudado con Enna y exponiendo sus excusas.
- No te preocupes, Kestel, entiendo que en tu mundo las mujeres sean superiores y no quieras dañar a ninguna, pero mañana tendrás que ayudarnos a trasladarla. El lugar que he elegido no parece estar cerca y hace falta gente que la sujete y gente que vigile por cualquier peligro que pueda aparecer. - le dijo distraídamente. Cada vez se le daba mejor tratar con otras personas, pero todavía le resultaba difícil.- ¿Harás eso por mi? - pidió haciendo un pequeño esfuerzo para parecer encantadora. El esfuerzo pareció funcionar, pues Kestel se sonrojó levemente y asintió con la cabeza enérgicamente antes de retirarse.
Cuando el banquete terminó, Wen salió al patio, dispuesta a seguir practicando con su arco. Hacía mucho tiempo que no había practicado toda una tarde como solía hacer los primeros días y, teniendo en cuenta que ya había elegido el nuevo destino para Enna y que ese día no iban a salir, pensó que esa ocasión sería la mejor. Comenzó con un único objetivo y, al ver que en puntería había mejorado bastante respecto a la primera vez que había tirado, decidió intentar algo nuevo y comenzó a correr mientras disparaba a los distintos objetivos que se ponía. El resultado no fue esplendido, pero si mucho mejor de lo que ella hubiera esperado. “Hace una semana me pasaba haciendo esto mismo todos los días y ahora todo es diferente.” Recordó. Wen veía las horas de tiro que había pasado hacía tan solo una semana como un tiempo lejano y diferente. Con su primera salida todo había cambiado. Habían descubierto la magia y las muertes habían empezado. Eso era lo que la ciudad guardaba para ellos: muerte y magia. “En mi trato con la magia yo he salido perdiendo. En mi trato con la muerte… ahí yo he sido la muerte.” Se dijo, viendo su marcador empate en esa batalla en la que la ciudad le ponía a prueba. Por un momento, Rocavarancolia le recordó a Londres. “Si, Londres también me ponía a prueba.” Pero decidió dejar de pensar en eso, para centrarse de nuevo en su práctica de arco.
La noche comenzaba a caer cuando Wen decidió poner fin a su práctica. “Ya es suficiente, mañana tenemos un gran camino y tengo que descansar.” Se dijo. Comiendo una pieza de fruta, se encaminó a su habitación, donde no pasó del umbral. La última vez que había estado ahí, había matado a Resizsan. La habitación ahora estaba limpia, pero Wen seguía viendo las marcas de sangre en las paredes y suelo. No pensaba dormir ahí. Tanteó su cinturón sin quitar la mirada de la habitación hasta dar con el cuchillo que le habían quitado a Enna.
- En esta habitación… no se puede entrar. - se dijo a sí misma en voz alta, a la vez que lanzaba el cuchillo de Enna al interior de la habitación haciendo que este se clavara, con poca fuerza, en el baúl que antes había guardado sus pertenencias, las cuales ahora llevaba continuamente a la espalda. “Mientras pueda evitarlo, nadie entrará en esta habitación.” Se dijo mientras cerraba la puerta, esperando que esta nunca se abriera.
Cogió unas mantas del piso superior, suficientes para no pasar frio en las mazmorras, y bajó a hacer el relevo de Matt. Una vez acomodada en el suelo, con las mantas encima para no pasar frio, la mochila de almohada y la navaja bajo esta como precaución, miró el libro que Matt le había dado. “Es un libro de magia.” Dedujo al leer la primera página. El libro estaba lleno de hechizos, a su entender, bastante sencillos; pero que Wen, a pesar de llevar en la mano el cristal aun cargado y copiar los movimientos y las palabras perfectamente, no pudo ejecutar. Cansada de tantos intentos, optó dejar el libro y dormir un poco. “Quizás necesite más práctica, o quizás yo no esté hecha para hacer hechizos.” Pensó, aunque de todas las maneras decidió conservar el libro y seguir practicando al día siguiente u otro día.
_______________________________________________________________________________________________
Wen se despertó con un gemido de dolor, sudando y palpando incansablemente su cuello, intentado librarse de la asfixia y, a la vez, buscando su preciado pañuelo. Nadie la asfixiaba y su pañuelo seguía ahí como el día anterior. La niña repelente, la que la adoraba, su yo desesperada, el cadáver de Matt, la policía y Resizsan insultándola e intentado matarla. Todo el fuego, el movimiento, los olores, el ruido. Todo había sido un sueño. Un horrible y de lo más realista sueño. “No podrás huir del ruido.” Se repitió en la mente. El Resizsan real y el del sueño le habían dicho esa frase antes de desaparecer en las tinieblas. Wen se estrujó la cabeza intentado descifrar su significado. Después de un buen rato sin respuesta por su mente, decidió por el bien de su salud mental que lo mejor sería olvidarlo, al menos, por el momento.
Cuando Nasher apareció por las escaleras con comida para Enna, Wen ya había recogido todas sus cosas y se disponía a subir a dejar las mantas en la sala, antes de prepararse para marchar. Cuando volvieran de su salida, decidiría cual iba a ser su nueva cama, pero por el momento había decidido dejar las mantas, así como el libro de magia escondido bajo ellas, en la sala.
Comió una pieza de fruta y se refrescó un poco con el agua del pozo antes de esperar al resto del grupo en la cocina, que no tardaron en llegar arrastrando a Enna consigo.
- Yo iré delante. Nasher y Matt, vosotros lleváis a Enna. Kestel, tu cubre la retaguardia. - ordenó antes de cargar su arco con una flecha y abrir la marcha.
Sigue en el Rio.
- Frikomid
Ficha de cosechado
Nombre: Tsusu
Especie:
Habilidades: - Sentido Comun, reflejos, conocimiento de técnicas de supervivencia
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
27/08/12, 12:05 pm
Tsusu se encontraba practicando magia, cuando, casualmente volvió a escuchar alboroto en la plan de abajo. Cogió su garrote con cristales y bajo sin hacer ruido, sabía que podía delatarse el solo pues últimamente esta hiperventilando mucho.
- ¡No está muerta! ¡Yo no he matado a Cira! -Le escuché decir a Enna.
¿Pero ya se han cargado a otro? ¿Pero donde he ido yo a parar?
- Gracias a Cira puedo, ¿sabes? Puedo curar vuestras heridas, todas ellas... Gracias a Cira he aprendido a hacer magia... -Dijo ella
" ¿¿¡¡ELLA TAMBIÉN SABE HACER MAGIA!!?? maldita sea... bueno, no pasa nada, seguro que ella no puede invocar la esfera sirviente..."
- Quédate quieta o te vuelo la cabeza Otra muerte... temo que como no me ponga las pilas sea yo el siguiente...
"Cira... la joven Cira... la inocente Cira... esto es horrendo" Se dijo Tsusu. Estando un poco ahí se enteró de que la iban a llevar a las mazmorras y que posiblemente la matasen, Tsusu, temeroso se volvió a su cuarto, debía aprender magia suficiente para lograr evitarlos.
Bueno, hechizos... según pude leer los hechizos de aquí son de baja categoría salvo uno o dos que son un poco más avanzados.
"Intangibilidad... tres páginas de instrucciones para realizar bien el hechizo ¡PERO ESTO QUE ES!" paso... aunque podría serme útil... no se no se... tres páginas... a ver que mas hay en el libro...
"Llamas... Reblandecimiento... Olor falso... pero este parece ser inutil... Curación de rasguños y heridas leves... parece útil, pero esto no es gran cosa."
Tsusu se clavó los cristales en la mano y empezó a practicar más magia, justo cuando se oía más jaleo abajo.
- ¡No está muerta! ¡Yo no he matado a Cira! -Le escuché decir a Enna.
¿Pero ya se han cargado a otro? ¿Pero donde he ido yo a parar?
- Gracias a Cira puedo, ¿sabes? Puedo curar vuestras heridas, todas ellas... Gracias a Cira he aprendido a hacer magia... -Dijo ella
" ¿¿¡¡ELLA TAMBIÉN SABE HACER MAGIA!!?? maldita sea... bueno, no pasa nada, seguro que ella no puede invocar la esfera sirviente..."
- Quédate quieta o te vuelo la cabeza Otra muerte... temo que como no me ponga las pilas sea yo el siguiente...
"Cira... la joven Cira... la inocente Cira... esto es horrendo" Se dijo Tsusu. Estando un poco ahí se enteró de que la iban a llevar a las mazmorras y que posiblemente la matasen, Tsusu, temeroso se volvió a su cuarto, debía aprender magia suficiente para lograr evitarlos.
Bueno, hechizos... según pude leer los hechizos de aquí son de baja categoría salvo uno o dos que son un poco más avanzados.
"Intangibilidad... tres páginas de instrucciones para realizar bien el hechizo ¡PERO ESTO QUE ES!" paso... aunque podría serme útil... no se no se... tres páginas... a ver que mas hay en el libro...
"Llamas... Reblandecimiento... Olor falso... pero este parece ser inutil... Curación de rasguños y heridas leves... parece útil, pero esto no es gran cosa."
Tsusu se clavó los cristales en la mano y empezó a practicar más magia, justo cuando se oía más jaleo abajo.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
30/08/12, 07:26 pm
Salto Temporal
Wen ni siquiera se daba cuenta de cuantos días llevaba en aquella ciudad, pero cada día ansiaba más la Luna prometida, sobre todo, desde que Matt había llegado con ese libro. Transformados, para eso les habían traído a esa ciudad, para convertirlos en brujos, guerreros y bestias. A pesar de lo que hubiera pensado la primera vez, la idea le fascinaba. Wen no se daba cuenta de lo grotesco de algunas transformaciones, solo pensaba en el poder y en la libertad que daban las mejores. A veces, antes de dormir, se quedaba observando el cielo, buscando en este un destello rojo, pero la luna nunca aparecía y ella se sentía estúpida.
Desde la muerte de Kestel, ningún compañero más había sucumbido ante la ciudad, pero la británica seguía entrenándose y tomando precauciones. Había mejorado considerablemente su puntería, hasta el punto de que apenas fallaba, pero no era un hecho extraño. La morena se había propuesto ser la mejor con el arco y en esos meses el entrenamiento fue su única actividad constante, a la cual dedicaba una media de 8 horas diarias.
La magia era otra cosa, un tema que no le gustaba tocar demasiado. Aunque Nasher conseguía los mismos resultados que ella y Kaethe ni siquiera podía hacer un solo hechizo, le frustraba que Matt y Tsu aprendieran magia antes que ella. Wen se pasaba sus horas de descanso cargando cristales y practicando hechizos, pero, aunque los terminaba por conseguir, cada vez le costaba más aprender y cada vez estaba más frustrada. La emoción que le había embargado al conseguir realizar su primer hechizo había ido desapareciendo con el tiempo.
Las relaciones entre ellos fueron difíciles al principio, después de todas esas muertes, se habían distanciado. Enna había sembrado la desconfianza entre ellos y la posibilidad de que una nueva muerte les sacudiera hacía que prefirieran no estrechar lazos. A medida que el tiempo iba avanzando, comenzaron a hablar más y ayudarse mutuamente, pero todos siguieron reacios a las relaciones. Las excursiones habían disminuido, desde la muerte de Kestel apenas salían a buscar comida y ya no exploraban la ciudad, sino que se limitaban a ir por los caminos por los que ya habían pasado, a pesar de que Wen tenía tan estudiado el mapa de Rocavarancolia que podrías cruzar la ciudad varias veces sin perderse.
Más de una vez, Wen había tenido la necesidad de ir a la calle de las casas carnívoras. Había conseguido que Nasher la acompañara alguna vez a cambio de que esta le enseñara a leer. El lagarto estaba sobre aviso de lo que hacían las casas por lo que solo se quedaba a una distancia prudencial mirando con melancolía. Matt le había dicho alguna vez que solo se hacía daño, que ir ahí solo servía para que le doliera más el hecho de que no los volvería a ver, pero Wen no lo veía así. Para la británica era una forma de ver a los pocos seres queridos que había tenido en su vida y, a la vez, hacerse más fuerte con las imágenes. Ni la magia ni el entrenamiento, nada le hacía sentirse más fuerte que el no correr a los brazos de Margaret cuando está se lo pedía.
La hora de dormir era otro tema diferente. Como había jurado, nadie había entrado a su antigua habitación desde que ella la había cerrado, lo que quería decir a su vez, que Wen no tenía donde dormir. Por suerte, al solo quedar cinco de ellos en el torreón, las habitaciones no eran algo que escaseara, por lo que Wen había elegido una rápidamente, en la que solo dormía de vez en cuando, pues no eran pocas las veces que la morena se quedaba dormida en la bañera o en un sofá del salón con cualquier libro de los que habían cogido en la biblioteca en las manos. Kaethe siempre le decía que se exigía demasiado. De su boca salían frases como “No es normal pasarse tantas horas entrenando y en los descansos practicar magia, vas a terminar desfalleciendo del cansancio.” Pero Wen no decaía. Se había obsesionado con no dejarse matar por la ciudad y hacía todo lo que estuviera en su mano para conseguirlo.
Había notado muchos cambios desde que había llegado a la ciudad, pero había uno que destacaba por encima de los demás. El pudor. Ella misma quedaba estupefacta al verse comprobando varias veces que una puerta estaba cerrada antes de desvestirse o de ducharse. A veces, pensaba en lo absurdo de la situación e intentaba salir al pasillo solo cubierta con una toalla, pero lo único que conseguía era sonrojarse y temblar solo de pensarlo. Odiaba esa situación, pero no parecía querer desaparecer.
Los días se habían convertido en rutina, por eso al oir los chillidos atronadores de Matt, a Wen le costó tanto creérselo. Su enfermedad había avanzado. Todos sabían que algo le estaba pasando a Matt por las ronchas que le salían en la piel, pero nadie se esperaba una evolución tan rápida. Lo único que pudieron hacer sus compañeros fue vendar sus heridas. Unas horas después, cuando los gritos se calmaron, los habitantes del torreón tuvieron miedo de que se volviera agresivo, por lo que decidieron atarle a la cama hasta que descubrieran que le pasaba.
Wen se encontraba, como todos los días, practicando con el arco, evitando pensar en su compañero que aun se encontraba atado a su cama, cuando una sensación extraña la recorrió. “Algo se acerca. Algo importante.”
Wen ni siquiera se daba cuenta de cuantos días llevaba en aquella ciudad, pero cada día ansiaba más la Luna prometida, sobre todo, desde que Matt había llegado con ese libro. Transformados, para eso les habían traído a esa ciudad, para convertirlos en brujos, guerreros y bestias. A pesar de lo que hubiera pensado la primera vez, la idea le fascinaba. Wen no se daba cuenta de lo grotesco de algunas transformaciones, solo pensaba en el poder y en la libertad que daban las mejores. A veces, antes de dormir, se quedaba observando el cielo, buscando en este un destello rojo, pero la luna nunca aparecía y ella se sentía estúpida.
Desde la muerte de Kestel, ningún compañero más había sucumbido ante la ciudad, pero la británica seguía entrenándose y tomando precauciones. Había mejorado considerablemente su puntería, hasta el punto de que apenas fallaba, pero no era un hecho extraño. La morena se había propuesto ser la mejor con el arco y en esos meses el entrenamiento fue su única actividad constante, a la cual dedicaba una media de 8 horas diarias.
La magia era otra cosa, un tema que no le gustaba tocar demasiado. Aunque Nasher conseguía los mismos resultados que ella y Kaethe ni siquiera podía hacer un solo hechizo, le frustraba que Matt y Tsu aprendieran magia antes que ella. Wen se pasaba sus horas de descanso cargando cristales y practicando hechizos, pero, aunque los terminaba por conseguir, cada vez le costaba más aprender y cada vez estaba más frustrada. La emoción que le había embargado al conseguir realizar su primer hechizo había ido desapareciendo con el tiempo.
Las relaciones entre ellos fueron difíciles al principio, después de todas esas muertes, se habían distanciado. Enna había sembrado la desconfianza entre ellos y la posibilidad de que una nueva muerte les sacudiera hacía que prefirieran no estrechar lazos. A medida que el tiempo iba avanzando, comenzaron a hablar más y ayudarse mutuamente, pero todos siguieron reacios a las relaciones. Las excursiones habían disminuido, desde la muerte de Kestel apenas salían a buscar comida y ya no exploraban la ciudad, sino que se limitaban a ir por los caminos por los que ya habían pasado, a pesar de que Wen tenía tan estudiado el mapa de Rocavarancolia que podrías cruzar la ciudad varias veces sin perderse.
Más de una vez, Wen había tenido la necesidad de ir a la calle de las casas carnívoras. Había conseguido que Nasher la acompañara alguna vez a cambio de que esta le enseñara a leer. El lagarto estaba sobre aviso de lo que hacían las casas por lo que solo se quedaba a una distancia prudencial mirando con melancolía. Matt le había dicho alguna vez que solo se hacía daño, que ir ahí solo servía para que le doliera más el hecho de que no los volvería a ver, pero Wen no lo veía así. Para la británica era una forma de ver a los pocos seres queridos que había tenido en su vida y, a la vez, hacerse más fuerte con las imágenes. Ni la magia ni el entrenamiento, nada le hacía sentirse más fuerte que el no correr a los brazos de Margaret cuando está se lo pedía.
La hora de dormir era otro tema diferente. Como había jurado, nadie había entrado a su antigua habitación desde que ella la había cerrado, lo que quería decir a su vez, que Wen no tenía donde dormir. Por suerte, al solo quedar cinco de ellos en el torreón, las habitaciones no eran algo que escaseara, por lo que Wen había elegido una rápidamente, en la que solo dormía de vez en cuando, pues no eran pocas las veces que la morena se quedaba dormida en la bañera o en un sofá del salón con cualquier libro de los que habían cogido en la biblioteca en las manos. Kaethe siempre le decía que se exigía demasiado. De su boca salían frases como “No es normal pasarse tantas horas entrenando y en los descansos practicar magia, vas a terminar desfalleciendo del cansancio.” Pero Wen no decaía. Se había obsesionado con no dejarse matar por la ciudad y hacía todo lo que estuviera en su mano para conseguirlo.
Había notado muchos cambios desde que había llegado a la ciudad, pero había uno que destacaba por encima de los demás. El pudor. Ella misma quedaba estupefacta al verse comprobando varias veces que una puerta estaba cerrada antes de desvestirse o de ducharse. A veces, pensaba en lo absurdo de la situación e intentaba salir al pasillo solo cubierta con una toalla, pero lo único que conseguía era sonrojarse y temblar solo de pensarlo. Odiaba esa situación, pero no parecía querer desaparecer.
Los días se habían convertido en rutina, por eso al oir los chillidos atronadores de Matt, a Wen le costó tanto creérselo. Su enfermedad había avanzado. Todos sabían que algo le estaba pasando a Matt por las ronchas que le salían en la piel, pero nadie se esperaba una evolución tan rápida. Lo único que pudieron hacer sus compañeros fue vendar sus heridas. Unas horas después, cuando los gritos se calmaron, los habitantes del torreón tuvieron miedo de que se volviera agresivo, por lo que decidieron atarle a la cama hasta que descubrieran que le pasaba.
Wen se encontraba, como todos los días, practicando con el arco, evitando pensar en su compañero que aun se encontraba atado a su cama, cuando una sensación extraña la recorrió. “Algo se acerca. Algo importante.”
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
30/08/12, 10:43 pm
Salto temporal.(sin terminar)
Al llegar de la biblioteca Matt enseñó el libro a los chicos y comenzó a preocuparse por eso de transformación. Kaethe le explico las dudas sobre la luna por lo que comienza a estudiarse los libros.
EDITADO DE URGENCIA POR LOS GM'S
-Matt no encuentra la pulsera hasta que queda algo más de un mes para la salida de la Luna.
-Cuando se la pone, se transforma, quedando su piel semiderretida y arenosa y amplificándose sus capacidades mágicas hasta superar un poco las de un brujo.
-Sus compañeros lo descubren por los gritos de dolor, a veces a cámara rápida y agudos, a veces a cámara lenta y graves. Siente un hormigueo en todo su cuerpo, incluso en las entrañas. Sus manos y pies quedan esqueléticos. Su cara se llena de pliegues de arena que la cubren como lodo.
Todo esto pasa inmediatamente después de ponerse la pulsera con la piedra lunar. Las piedras efectúan transformaciones casi completas en poco tiempo antes de la Luna.
Al llegar de la biblioteca Matt enseñó el libro a los chicos y comenzó a preocuparse por eso de transformación. Kaethe le explico las dudas sobre la luna por lo que comienza a estudiarse los libros.
EDITADO DE URGENCIA POR LOS GM'S
-Matt no encuentra la pulsera hasta que queda algo más de un mes para la salida de la Luna.
-Cuando se la pone, se transforma, quedando su piel semiderretida y arenosa y amplificándose sus capacidades mágicas hasta superar un poco las de un brujo.
-Sus compañeros lo descubren por los gritos de dolor, a veces a cámara rápida y agudos, a veces a cámara lenta y graves. Siente un hormigueo en todo su cuerpo, incluso en las entrañas. Sus manos y pies quedan esqueléticos. Su cara se llena de pliegues de arena que la cubren como lodo.
Todo esto pasa inmediatamente después de ponerse la pulsera con la piedra lunar. Las piedras efectúan transformaciones casi completas en poco tiempo antes de la Luna.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
30/08/12, 11:43 pm
Los primeros días Nasher apenas comió. Bajaba únicamente al pozo, a beber un poco y a mirar fijamente su reflejo. Le daba vueltas a la cabeza a todo lo ocurrido, y las frases crueles que creaba su cabeza se juntaban con las palabras de Enna, las palabras de Wen, los gritos de Kestel...
Poco a poco se fue encontrando mejor. Decidió dedicarle más horas a entrenar, y el ejercicio físico le mantenía activo y alerta, además de que no podía centrar su mente en otra cosa. Aun así fueron necesarios muchos intentos de sus compañeros para sacarlo de nuevo del torreón. Le había cogido pánico a la ciudad, convencido de que él sería el siguiente en morir en sus manos, hasta tal punto que se negó a salir incluso días después de haberse quedado sin comida. Cuando lograron convencerle fue en parte para acompañar a Wen a ver sus queridas casas carnívoras. Nasher encontraba enfermiza la fijación de la chica por esas imágenes, pero decidió no decir nada al respecto y mantenerse alejado. La colaboración dio sus frutos y sus compañeras se prestaron a enseñarle a leer. Era una tarea pesada y difícil, empezar desde cero a esa edad, pero Nasher hizo todo lo que pudo y más o menos logró apañárselas para leer algunos hechizos de los libros. La magia fue otra cosa en la que avanzaron... más o menos, y también aprendieron cosas nuevas de la ciudad.
El libro que Matt había traído revelaba parte de la verdad sobre la Luna. Nasher había preferido hacerse el sueco, pero sentía la inquietud de sus compañeros, y conforme los días pasaban el aire se enrrarecía. hasta que ocurrió el accidente
Oyeron los gritos, extraños y alarmantes. Luego vieron a Matt. A punto estuvieron de matarlo pero no lo hicieron, en su lugar usaron en el los hechizos de curación que sabían y, visto que no le hacían nada lo vendaron de los pies a la cabeza para que su piel no se desprendiera del todo y lo tuvieron atado a una cama. La estraña enfermedad no parecía contagiosa, ni peligrosa, y tampoco parecía avanzar mucho más. No sabían loq ue la había provocado, pero no se podían arresgar, así que tuvieron a Matt bajo estrecha vigilancia.
Nasher volvió a las pesadillas, a sus rondas diarias y a sus pensamientos tortuosos, pero la situación en el torreón acabó normalizándose dentro de lo que cabe. Aun así, Nasher seguía presintiendo algo... ese nerviosismo inexplicable, esa sensación de inseguridad ante algo que parece estar ante tus narices, pero que nunca alcanzas a ver...
Poco a poco se fue encontrando mejor. Decidió dedicarle más horas a entrenar, y el ejercicio físico le mantenía activo y alerta, además de que no podía centrar su mente en otra cosa. Aun así fueron necesarios muchos intentos de sus compañeros para sacarlo de nuevo del torreón. Le había cogido pánico a la ciudad, convencido de que él sería el siguiente en morir en sus manos, hasta tal punto que se negó a salir incluso días después de haberse quedado sin comida. Cuando lograron convencerle fue en parte para acompañar a Wen a ver sus queridas casas carnívoras. Nasher encontraba enfermiza la fijación de la chica por esas imágenes, pero decidió no decir nada al respecto y mantenerse alejado. La colaboración dio sus frutos y sus compañeras se prestaron a enseñarle a leer. Era una tarea pesada y difícil, empezar desde cero a esa edad, pero Nasher hizo todo lo que pudo y más o menos logró apañárselas para leer algunos hechizos de los libros. La magia fue otra cosa en la que avanzaron... más o menos, y también aprendieron cosas nuevas de la ciudad.
El libro que Matt había traído revelaba parte de la verdad sobre la Luna. Nasher había preferido hacerse el sueco, pero sentía la inquietud de sus compañeros, y conforme los días pasaban el aire se enrrarecía. hasta que ocurrió el accidente
Oyeron los gritos, extraños y alarmantes. Luego vieron a Matt. A punto estuvieron de matarlo pero no lo hicieron, en su lugar usaron en el los hechizos de curación que sabían y, visto que no le hacían nada lo vendaron de los pies a la cabeza para que su piel no se desprendiera del todo y lo tuvieron atado a una cama. La estraña enfermedad no parecía contagiosa, ni peligrosa, y tampoco parecía avanzar mucho más. No sabían loq ue la había provocado, pero no se podían arresgar, así que tuvieron a Matt bajo estrecha vigilancia.
Nasher volvió a las pesadillas, a sus rondas diarias y a sus pensamientos tortuosos, pero la situación en el torreón acabó normalizándose dentro de lo que cabe. Aun así, Nasher seguía presintiendo algo... ese nerviosismo inexplicable, esa sensación de inseguridad ante algo que parece estar ante tus narices, pero que nunca alcanzas a ver...
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
31/08/12, 12:19 am
Wen dejó caer el arco y la flecha al suelo y se agarró la cabeza con ambas manos. “¡Duele mucho!” pensó para sí y, el simple hecho de hacerlo, hizo que la cabeza le doliera más. No sabía que le pasaba, hacía unos minutos estaba practicando como cada día con el arco. “Y ahora la cabeza me va a estallar.” Por unos instantes, tuvo miedo de que Matt le hubiera pegado su enfermedad y de que se fuera a convertir en lo mismo.
No podía pensar en nada, con un solo pensamiento que cruzara su mente su cabeza estallaba de dolor. Aun agarrándose la cabeza con ambas manos, cayó de rodillas al suelo, revolcándose en vagos intentos de que el dolor remitiera.
- ¡Que alguien pare esto! - gritaba desesperadamente, intentando que alguien se apiadara de ella y le quitara el dolor con algún hechizo o medicina.
Algo húmedo cubrió su mano y por un momento olvidó el dolor, asustada. “¿Es sangre?” se preguntó. Y, efectivamente, en su frente se habría una profunda brecha que manaba sangre. Con movimientos lentos y forzados, Wen consiguió ignorar el dolor de cabeza lo suficiente como para recoger su arco y entrar al torreón donde se cubrió la frente con unos trozos de tela, cortando la hemorragia. “Magia. El hechizo de curación.” Se recordó, pero de poco le sirvió, el dolor de cabeza no remitía lo suficiente como para poder concentrarse en el hechizo.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- Frikomid
Ficha de cosechado
Nombre: Tsusu
Especie:
Habilidades: - Sentido Comun, reflejos, conocimiento de técnicas de supervivenciaPersonajes : .
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
31/08/12, 12:31 am
Salto Temporal
El tiempo había pasado, y Tsusu había cambiado un poco; había ido aprendiendo más magia, e incluso había logrado realizar con éxito alguna vez el hechizo más dificil del libro de magia que encontró. Realizaba magia con cierta facilidad, pero últimamente prefería descansar, se sentía raro y mal.
Desde hacía tiempo se sentía raro, pues su corazón latía muy rápido e incluso a veces tenía que hiperventilar en reposo, por lo cual hacía bastante ruido y le chafaba a veces sus hechizos.
Él estaba sangrando algo por la espalda, era algo viscoso que, pese a estar hiriendo a Tsusu no terminaba de desagradarlo. Pero hería, y hacía daño, y Tsusu a veces se encontraba realmente mal; para aliviar esa ansiedad, cogía su garrote y se ponía a girar y a girar, como en los viejos tiempos.
Tsusu echaba un poco de menos los tiempos en los que estaba aprendiendo magia, o estaban todos juntos, estos días era realmente alarmante lo que estaba ocurriendo.
Tsusu no sabía describir lo que había ocurrido con Matt cuando chilló de tal manera, aquello era simplemente imposible, ilógico e irreal. Intentó realizarle alguna curación, Tsusu se quedó horrorizado, y como el, sus compañeros.
A Wen la sangraba la frente y chillaba de dolor; a Nasher le picaba todo el cuerpo, a el mismo sangraba por la espalda... seguro que tenía algo que ver con el libro que el pobre Matt trajo consigo. Algo sobre la Luna Roja.
Tsusu le prestó algo de atención, aunque bastante tenía con lo suyo, pero todo cambió cuando Matt cambió.
El tiempo había pasado, y Tsusu había cambiado un poco; había ido aprendiendo más magia, e incluso había logrado realizar con éxito alguna vez el hechizo más dificil del libro de magia que encontró. Realizaba magia con cierta facilidad, pero últimamente prefería descansar, se sentía raro y mal.
Desde hacía tiempo se sentía raro, pues su corazón latía muy rápido e incluso a veces tenía que hiperventilar en reposo, por lo cual hacía bastante ruido y le chafaba a veces sus hechizos.
Él estaba sangrando algo por la espalda, era algo viscoso que, pese a estar hiriendo a Tsusu no terminaba de desagradarlo. Pero hería, y hacía daño, y Tsusu a veces se encontraba realmente mal; para aliviar esa ansiedad, cogía su garrote y se ponía a girar y a girar, como en los viejos tiempos.
Tsusu echaba un poco de menos los tiempos en los que estaba aprendiendo magia, o estaban todos juntos, estos días era realmente alarmante lo que estaba ocurriendo.
Tsusu no sabía describir lo que había ocurrido con Matt cuando chilló de tal manera, aquello era simplemente imposible, ilógico e irreal. Intentó realizarle alguna curación, Tsusu se quedó horrorizado, y como el, sus compañeros.
A Wen la sangraba la frente y chillaba de dolor; a Nasher le picaba todo el cuerpo, a el mismo sangraba por la espalda... seguro que tenía algo que ver con el libro que el pobre Matt trajo consigo. Algo sobre la Luna Roja.
Tsusu le prestó algo de atención, aunque bastante tenía con lo suyo, pero todo cambió cuando Matt cambió.
- Spoiler:
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
31/08/12, 12:34 am
Nasher no había podido dormir bien esa noche, no paraba de picarle todo el cuerpo, y temió haber cogido lo mismo que Matt << Joder, más vale que no>> pensó asustado. Se desperezó y en cuanto salió a la luz un río de colores brillantes y chillones casi le hacen perder el equilibrio. Se tapó los ojos con las manos, y bajó a tientas en busca de los demás. Para colmo, se le debía haber irritado la nariz pues todos los olores le golpeaban el cerebro. Acabó entrando de nuevo en la habitación y buscando ropa. Se tapó la nariz y la boca con un pañuelo y se cubrió con una capa para que la luz no le diera en los ojos directamente. Aun tenía que ir con los ojos entrecerrados y mirando al suelo, y el mareo persistía, pero era mejor que nada. Bajó lo más rápido que pudo al escuchar los gritos de Wen
-¿Qué ocurre?
Al salir al patio tardó en reconocer a Wen, pues la intensidad de los colores le dificultaba distinguir una cosa de otra. Pronto vio el rojo de la sangre.
-Wen! ¿Qué pasa?
Le apartó las manos y trató de curarle la herida con el unico hechizo curativo que sabía, pero volvía a abrirse. Le gritó a Kaethe que trajese trapos ya que la chica se había quedado absorta mirando una pared fijamente, y con ellos trataron de parar la hemorragia, o al menos limpiar la sangre.
-¿Qué ocurre?
Al salir al patio tardó en reconocer a Wen, pues la intensidad de los colores le dificultaba distinguir una cosa de otra. Pronto vio el rojo de la sangre.
-Wen! ¿Qué pasa?
Le apartó las manos y trató de curarle la herida con el unico hechizo curativo que sabía, pero volvía a abrirse. Le gritó a Kaethe que trajese trapos ya que la chica se había quedado absorta mirando una pared fijamente, y con ellos trataron de parar la hemorragia, o al menos limpiar la sangre.
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
31/08/12, 04:54 am
"No puedo mas con mi vida." El dolor es insoportable.
El momento en que puse la pulsera en mi muñeca el tiempo se paró a mi alrededor. Todo era dolor, hormigueos y mas dolor. Solo recuerdo notar como poco a poco mis manos se iban desprendiendo de la carne y ese sabor a arena en la boca. Recuerdo ver a Wed y Nasher corriendo hacia mi y después todo es dolor, picor y mas dolor. Todo se resume en eso.
No se si ha pasado un mes o si quizás han pasado años. El transcurrir del tiempo desde entonces ha cambiado para mi. De pronto acaba de amanecer como al poco tiempo ya es de noche o la mañana se hace interminablemente larga y la tarde un suspiro. Mi cuerpo esta vendado desde los pies hasta la cabeza y los chicos me han atado a la cama. "Necesito ayuda, no una cárcel."
Los intentos por curar mis heridas son en vano por lo que poco a poco voy dejándome caer en el sueño esperando a que mi vida acabe. El picor, el escozor y los dolores son incesantes. Mi vida se basa en el dolor y los ardores. "Dios... necesito que pare esto."
El hormigueo hoy parece haberse detenido un poco. "Hoy no me duele tanto. ¿ Quizás... me haya acostumbrado al dolor." Comienzo a escuchar ruidos de gritos abajo. -¿Que pasa? ¿Que ocurre?- Nadie dice absolumante nada. De pronto mi cuerpo se estremece con el hormigueo masivo que siento en mi interior.
Del hormigueo pasa a ser un escozor molesto pero al momento todo se vuelve negro. El dolor es indescriptible. Noto como mi cuerpo poco a poco empieza como a desmembrarse. No puedo para de gritar e intentar quitarme las ataduras de mi cuerpo. Intento tirar de mis brazos pero solo consigo mas y mas dolor.
Noto como mi cuerpo se ralentiza al intentar volver a tirar de las cuerdas y al momento mi mano se mueve extremadamente rápido. De un tirón seco arranco una de las cuerdas llenando la cama de arena. "¿Que me esta pasando?¿Que esta pasando abajo?". Casi al momento y a una velocidad pasmosa me deshago de las demás ataduras. Me levanto y al mirar a la cama esta llena de arena. -¿Arena?¿Que demonios es esto?- Mientras digo esto un nuevo pinchazo me hace retorcerme de dolor y gritar.
-¡Jodeeer! ¡Que alguien lo pare!- Intento andar dos pasos pero el dolor de mis extremidades hace que me caiga de boca como si me tratase de un fardo de tierra. Intento levantarme pero al poner mi brazo en el suelo para impulsarse este parece romperse por lo que me golpeo de nuevo la cabeza en el suelo. Todo me da vueltas. Solo escucho a Wedn gritar y gritar y a Nasher dando voves. No puedo entender nada, solo siento dolor y desconcierto.
Vuelvo a poner el brazo para impulsarme y salgo como una bala de la habitación. En menos de un minuto he llegado a donde están todos pero al verlos se me cae el alma al suelo. Wedn esta con la cara llena de sangre y Nasher intenta ayudarla "Matt, tienes que ayudarla joder. Están sufriendo todos. ¿Es esto lo que le depara la luna?. Ellos han estado cuidándote. Aunque duela Matt. Hay que intentar curarla a ella. Ellos no pueden hacer nada por ti. Haz tu algo de provecho" -¡Nasher! Déjame ayudarte. Puedo intentar cu.....- Al avanzar hacia ellos noto como mi pierna derecha me falla y vuelvo a caer al suelo. Noto como el suelo se acerca lentamente. Mucho mas lentamente de lo que debería. El dolor es intenso. Algo dentro de mi se rompe y se vuelve a componer causándome un dolor extremo. -Necesitamos ayuda- Suspiro mientras de golpe el dolor se va y quedo inconsciente en el suelo del salon por el golpe en la cabeza.
El momento en que puse la pulsera en mi muñeca el tiempo se paró a mi alrededor. Todo era dolor, hormigueos y mas dolor. Solo recuerdo notar como poco a poco mis manos se iban desprendiendo de la carne y ese sabor a arena en la boca. Recuerdo ver a Wed y Nasher corriendo hacia mi y después todo es dolor, picor y mas dolor. Todo se resume en eso.
No se si ha pasado un mes o si quizás han pasado años. El transcurrir del tiempo desde entonces ha cambiado para mi. De pronto acaba de amanecer como al poco tiempo ya es de noche o la mañana se hace interminablemente larga y la tarde un suspiro. Mi cuerpo esta vendado desde los pies hasta la cabeza y los chicos me han atado a la cama. "Necesito ayuda, no una cárcel."
Los intentos por curar mis heridas son en vano por lo que poco a poco voy dejándome caer en el sueño esperando a que mi vida acabe. El picor, el escozor y los dolores son incesantes. Mi vida se basa en el dolor y los ardores. "Dios... necesito que pare esto."
El hormigueo hoy parece haberse detenido un poco. "Hoy no me duele tanto. ¿ Quizás... me haya acostumbrado al dolor." Comienzo a escuchar ruidos de gritos abajo. -¿Que pasa? ¿Que ocurre?- Nadie dice absolumante nada. De pronto mi cuerpo se estremece con el hormigueo masivo que siento en mi interior.
Del hormigueo pasa a ser un escozor molesto pero al momento todo se vuelve negro. El dolor es indescriptible. Noto como mi cuerpo poco a poco empieza como a desmembrarse. No puedo para de gritar e intentar quitarme las ataduras de mi cuerpo. Intento tirar de mis brazos pero solo consigo mas y mas dolor.
Noto como mi cuerpo se ralentiza al intentar volver a tirar de las cuerdas y al momento mi mano se mueve extremadamente rápido. De un tirón seco arranco una de las cuerdas llenando la cama de arena. "¿Que me esta pasando?¿Que esta pasando abajo?". Casi al momento y a una velocidad pasmosa me deshago de las demás ataduras. Me levanto y al mirar a la cama esta llena de arena. -¿Arena?¿Que demonios es esto?- Mientras digo esto un nuevo pinchazo me hace retorcerme de dolor y gritar.
-¡Jodeeer! ¡Que alguien lo pare!- Intento andar dos pasos pero el dolor de mis extremidades hace que me caiga de boca como si me tratase de un fardo de tierra. Intento levantarme pero al poner mi brazo en el suelo para impulsarse este parece romperse por lo que me golpeo de nuevo la cabeza en el suelo. Todo me da vueltas. Solo escucho a Wedn gritar y gritar y a Nasher dando voves. No puedo entender nada, solo siento dolor y desconcierto.
Vuelvo a poner el brazo para impulsarme y salgo como una bala de la habitación. En menos de un minuto he llegado a donde están todos pero al verlos se me cae el alma al suelo. Wedn esta con la cara llena de sangre y Nasher intenta ayudarla "Matt, tienes que ayudarla joder. Están sufriendo todos. ¿Es esto lo que le depara la luna?. Ellos han estado cuidándote. Aunque duela Matt. Hay que intentar curarla a ella. Ellos no pueden hacer nada por ti. Haz tu algo de provecho" -¡Nasher! Déjame ayudarte. Puedo intentar cu.....- Al avanzar hacia ellos noto como mi pierna derecha me falla y vuelvo a caer al suelo. Noto como el suelo se acerca lentamente. Mucho mas lentamente de lo que debería. El dolor es intenso. Algo dentro de mi se rompe y se vuelve a componer causándome un dolor extremo. -Necesitamos ayuda- Suspiro mientras de golpe el dolor se va y quedo inconsciente en el suelo del salon por el golpe en la cabeza.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
31/08/12, 03:13 pm
Wen no podía soportarlo. Su frente no hacía más que sangrar y el dolor de la cabeza se estaba comenzando a extender por todo el cuerpo. Tenía que salir de ahí. A penas se dio cuenta de que, hasta hacia unos segundos, Nasher y Kaethe la habían estado intentado curar y limpiar las heridas, el dolor era horrible y no le daba tiempo a percibir lo que pasaba a su alrededor, solo a actuar. Nunca supo cómo llegó ahí, ni por qué había elegido esa habitación para esconder sus cosas, solo sabía que estaba en la habitación donde habían muerto Resizsan y Dys escondiendo todas sus pertenencias en el baúl debajo de las mantas. En un intento de evitar que sus bienes más preciados no se mancharan, también guardó sus guantes y su pañuelo, quedando completamente vulnerable. “¡Qué más da! El dolor es tan horrible que seguro que muero. La ciudad me ha ganado, no soy digna de llevarlos puesto.” Pensó antes de cerrar el baúl, en el que también había guardado el arco, el carcaj y la navaja. “Si voy a morir, ¿de qué me tengo que proteger?” justificó el dejar sus armas.
El dolor ya había llegado a todas las partes de su cuerpo, sabía que iba a morir, un dolor como ese no presagiaba nada bueno, pero ansiaba un alivio mientras la muerte le llagaba. Por su cabeza pasaron varios métodos de alivio, pero solo uno se mantuvo. “Agua.” Todos los quemazos y las heridas que se había hecho a lo largo de su vida se le habían aliviado con agua. Quizás esto no fuera lo mismo, pero al sentir como no solo su interior dolía, sino también su piel, decidió que esa sería la opción correcta.
A sabiendas de lo estúpido que sería tirarse de cabeza al pozo, decidió irse al rio, donde sus gritos de dolor no molestarían a sus compañeros y podría morir en paz.
Sigue en el Rio.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
31/08/12, 04:15 pm
Nasher ya no sabía qué hacer. Wen había salido corriendo a la vez que Kaethe caía a su lado como un fardo. Había creído oír gritos de Matt, pero comprobar que la chica no tenía pulso le había puesto histérico. ?Qué tenía que hacer? ¿Ayudar kaethe? ¿Ayudar a Wen? ¿Ayudar a Matt? El pánico le hacía rascarse la piel de forma compulsiva y los ojos le escocían a horrores. Se hinchaban y se movían sin control, incluso podía sentirlos cada uno mirando en una dirección. Se sentó en el suelo dle patio con náuseas y mareado, no podía dar un paso. Se frotó los ojos un poco más hasta que sintió que se calmaban... Al abrirlos todo era rojo. No por la sangre de Wen, era algo más grande.
La Luna. Una luna enorme y brillante, roja como la sangre se alzaba en el cielo, llenándolo todo con su luz. Nasher se quedó embobado mirándola, y no se dio cuenta de que una a una sus escamas se iban iluminando, imitando al astro carmesí. El asreniano brillaba como la Luna Roja. Un latigazo de dolor en la cola acabo sacándole de su trance. Se la agarró justo para oírla crujir, luego otra vez y otra vez. Gritó de dolor y un fogonazo de luz se extrendió por su cuerpo, dejándolo ciego por unos segundos.
-¿Qué pasa? Mi cuerpo se ha vuelto loco!!
Y no solo su cuerpo. Las estriges no parecían muy contentas con el espectáculo de luces que presentaba Nasher y habían bajado a por él. Se lanzaban en picado contra el pobre cosechado que no pudo hacer nada salvo correr para ponerse a salvo, cubriéndose los ojos con las manos.
-¡Desagradecidas, os he estado alimentando desde que estoy aqui!- les reprendía Nasher
Algunas estirges se atrevieron incluso a entrar en el torreón, por lo que Nasher se vio medio ciego huyendo de ellas. Acabó tropezando con algo, con Matt, que estaba tirado en el suelo. El chico tardó en darse cuenta de que se había llevado medio brazo suyo por delante.
-¡¡Matt!! Joder, Matt ¿qué te ha pasado?
Era algo estúpido hablarle a algo que seguramente no podía oírle, pero Nasher no se daba cuenta de ello. Tampoco de que si el chico despertaba, no podría verle. Las estirges ya se acercaban, pero no podía permitir que desmoronasen a más a Matt.
-¡¡Fuera de aquí, bichos!!- les gritó, y para sorpresa de Nasher todos los pájaros volaron espantados fuera del torreón.
La Luna. Una luna enorme y brillante, roja como la sangre se alzaba en el cielo, llenándolo todo con su luz. Nasher se quedó embobado mirándola, y no se dio cuenta de que una a una sus escamas se iban iluminando, imitando al astro carmesí. El asreniano brillaba como la Luna Roja. Un latigazo de dolor en la cola acabo sacándole de su trance. Se la agarró justo para oírla crujir, luego otra vez y otra vez. Gritó de dolor y un fogonazo de luz se extrendió por su cuerpo, dejándolo ciego por unos segundos.
-¿Qué pasa? Mi cuerpo se ha vuelto loco!!
Y no solo su cuerpo. Las estriges no parecían muy contentas con el espectáculo de luces que presentaba Nasher y habían bajado a por él. Se lanzaban en picado contra el pobre cosechado que no pudo hacer nada salvo correr para ponerse a salvo, cubriéndose los ojos con las manos.
-¡Desagradecidas, os he estado alimentando desde que estoy aqui!- les reprendía Nasher
Algunas estirges se atrevieron incluso a entrar en el torreón, por lo que Nasher se vio medio ciego huyendo de ellas. Acabó tropezando con algo, con Matt, que estaba tirado en el suelo. El chico tardó en darse cuenta de que se había llevado medio brazo suyo por delante.
-¡¡Matt!! Joder, Matt ¿qué te ha pasado?
Era algo estúpido hablarle a algo que seguramente no podía oírle, pero Nasher no se daba cuenta de ello. Tampoco de que si el chico despertaba, no podría verle. Las estirges ya se acercaban, pero no podía permitir que desmoronasen a más a Matt.
-¡¡Fuera de aquí, bichos!!- les gritó, y para sorpresa de Nasher todos los pájaros volaron espantados fuera del torreón.
- Frikomid
Ficha de cosechado
Nombre: Tsusu
Especie:
Habilidades: - Sentido Comun, reflejos, conocimiento de técnicas de supervivencia
Personajes : .
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
31/08/12, 04:44 pm
Tsusu estaba cambiando, y como el todos los demás. A Tsusu le dolía cada vez más la espalda así que recurría a pedirle cosas al lacayo grotesco.
La Luna Roja salió y todo estaba cambiando. Mientras salía la ciudad parecía teñirse del color de la vida y del movimiento, y su pocos moradores parecían cambiar. Un claro ejemplo eran los cosechados.
Wed estaba huyendo gritando del torreón, la vio desde la ventana de la habitación, iba sin nada y no tenía pinta de regresar pronto. La ciudad estaba llena de trampas y maldades. Tsusu invocó al lacayo grotesco, cogió una fruta grande de un tamaño que pudiese carrearla consigo el lacayo y le dio varias órdenes.
Señalándole a Wen, que corría le ordenó lo siguiente al lacayo.
"Di esto ahí: No es mucho, pero es algo para que puedas alimentarte algo, raciónalo. Vuelve cuando estés mejor. Tsusu."
"Tráela eso" - Le puso la fruta en la boca y el lacayo se puso en marcha hacia donde Wen corría.
"Mi espalda... ay..." Pensaba Tsusu
Tsusu estaba hiperventilando otra vez, su corazón le latía rápido. Sin quererlo se había convertido en algo así como el pequeño ayudante del torreón, como podía asistía a Matt, o lo que quedaba de el y ayudaba a Nasher con otras cosas como algunos consejos sobre la magia.l
Pero Nasher tmabien había empezado a cambiar. Se estaba rascando todo el rato.
La Luna Roja estaba en su punto álgido, impasible a lo sucedido en la ciudad. De repente, el dolor paralizó al pequeño repoblador.
La Luna Roja salió y todo estaba cambiando. Mientras salía la ciudad parecía teñirse del color de la vida y del movimiento, y su pocos moradores parecían cambiar. Un claro ejemplo eran los cosechados.
Wed estaba huyendo gritando del torreón, la vio desde la ventana de la habitación, iba sin nada y no tenía pinta de regresar pronto. La ciudad estaba llena de trampas y maldades. Tsusu invocó al lacayo grotesco, cogió una fruta grande de un tamaño que pudiese carrearla consigo el lacayo y le dio varias órdenes.
Señalándole a Wen, que corría le ordenó lo siguiente al lacayo.
"Di esto ahí: No es mucho, pero es algo para que puedas alimentarte algo, raciónalo. Vuelve cuando estés mejor. Tsusu."
"Tráela eso" - Le puso la fruta en la boca y el lacayo se puso en marcha hacia donde Wen corría.
"Mi espalda... ay..." Pensaba Tsusu
Tsusu estaba hiperventilando otra vez, su corazón le latía rápido. Sin quererlo se había convertido en algo así como el pequeño ayudante del torreón, como podía asistía a Matt, o lo que quedaba de el y ayudaba a Nasher con otras cosas como algunos consejos sobre la magia.l
Pero Nasher tmabien había empezado a cambiar. Se estaba rascando todo el rato.
La Luna Roja estaba en su punto álgido, impasible a lo sucedido en la ciudad. De repente, el dolor paralizó al pequeño repoblador.
- Spoiler:
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
31/08/12, 05:05 pm
"Oscuridad... grumosa oscuridad." Me noto como mi cuerpo poco a poco se deshace. No puedo abrir los ojos, solo escucho murmullos y algún que otro aleteo. De pronto un golpe seco me hace salir de mi sopor.
-¡¡Matt!! Joder, Matt ¿qué te ha pasado?- Distingo la voz de Nasher y el aleteo frenético de algo acercándose y alejandose.
"¡Matt reacciona! Te necesitan." Al alzar la cabeza distingo a Nasher y a un par de estigres revoloteando en la sala. -Largo de aqui malditos bichos- Al incorporarme puedo ver como un trozo de mi antebrazo esta desperdigado por el suelo del torreón. -¡Mierda mi brazo!- Me agacho de rodillas y para mi sorpresa el antebrazo comienza a moverse y se acerca a mi volviéndose a recolocar en su sitio. -¿Pero que demonios?- Miro a Nasher extrañado mientras empiezo a mover mi brazo recolocado. "Es como si nunca se hubiese desprendido. ¿Soy... de arena?" No puedo reprimir volver a recordar las playas de California y como me gustaba enterrarme de pequeño. Miro hacia todos los lados buscando a los demás pero solo distingo a Nasher y Kaethe tirada en el suelo.
Me levanto para ir hacia Nasher pero cuando estoy a un par de pasos vuelvo a escuchar el aleteo de uno de los pájaros del torreón. Me giro y veo como se dirige en picado hacia el cuerpo de Kaethe. -¡No! ¡Para! ¡ Aléjate de ella maldito bicho!- Mi cuerpo se congela al ver como poco a poco el pájaro va ralentizando su descenso hasta quedar casi suspendido en el aire sin moverse. Solo duro un par de segundos. Después el pájaro volvió a su velocidad normal y se puso al lado de cuerpo de la chica. -¡He dicho que te alejes de ella!- Muevo el brazo para espantar a la estigre pero en el segundo movimiento la arena desperdigada en el suelo sale disparada en una nube hacia el pájaro haciendo que este eche a volar y desaparezca por una de las ventanas.
Miro a Nasher con la mirada de total incredulidad y le hablo. -¿Has visto eso?- Tras decir eso corro hacia Kaethe y me tiro a su lado zarandeándola. -¡Kat! ¡Kat por dios! ¡Espabila!- Mientras la zarandeo noto como toda la nubecilla de arena que está alrededor de ella vuelve a mi cuerpo. Sube por mis rodillas y se deposita en la zona del estomago.
"¿Que soy?¿En que me estoy convirtiendo?¿Donde está Wed?¿Y Tsusu?"
-¡¡Matt!! Joder, Matt ¿qué te ha pasado?- Distingo la voz de Nasher y el aleteo frenético de algo acercándose y alejandose.
"¡Matt reacciona! Te necesitan." Al alzar la cabeza distingo a Nasher y a un par de estigres revoloteando en la sala. -Largo de aqui malditos bichos- Al incorporarme puedo ver como un trozo de mi antebrazo esta desperdigado por el suelo del torreón. -¡Mierda mi brazo!- Me agacho de rodillas y para mi sorpresa el antebrazo comienza a moverse y se acerca a mi volviéndose a recolocar en su sitio. -¿Pero que demonios?- Miro a Nasher extrañado mientras empiezo a mover mi brazo recolocado. "Es como si nunca se hubiese desprendido. ¿Soy... de arena?" No puedo reprimir volver a recordar las playas de California y como me gustaba enterrarme de pequeño. Miro hacia todos los lados buscando a los demás pero solo distingo a Nasher y Kaethe tirada en el suelo.
Me levanto para ir hacia Nasher pero cuando estoy a un par de pasos vuelvo a escuchar el aleteo de uno de los pájaros del torreón. Me giro y veo como se dirige en picado hacia el cuerpo de Kaethe. -¡No! ¡Para! ¡ Aléjate de ella maldito bicho!- Mi cuerpo se congela al ver como poco a poco el pájaro va ralentizando su descenso hasta quedar casi suspendido en el aire sin moverse. Solo duro un par de segundos. Después el pájaro volvió a su velocidad normal y se puso al lado de cuerpo de la chica. -¡He dicho que te alejes de ella!- Muevo el brazo para espantar a la estigre pero en el segundo movimiento la arena desperdigada en el suelo sale disparada en una nube hacia el pájaro haciendo que este eche a volar y desaparezca por una de las ventanas.
Miro a Nasher con la mirada de total incredulidad y le hablo. -¿Has visto eso?- Tras decir eso corro hacia Kaethe y me tiro a su lado zarandeándola. -¡Kat! ¡Kat por dios! ¡Espabila!- Mientras la zarandeo noto como toda la nubecilla de arena que está alrededor de ella vuelve a mi cuerpo. Sube por mis rodillas y se deposita en la zona del estomago.
"¿Que soy?¿En que me estoy convirtiendo?¿Donde está Wed?¿Y Tsusu?"
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
31/08/12, 07:01 pm
Matt se despierta, y Nasher observa como el brazo que había deshecho sin querer al tropezar volvía a su lugar. No se movió del sitio, se quedó ensimismado viendo la arena moverse, con sus granitos uniéndose y endureciéndose hasta volver a la consistencia de la carne. Era increíble. Tanto que tardó en darse cuenta de que Matt se había levantado y estaba con Kaethe
-¿Qué?- preguntó confundido
Matt trataba de despertar a la chica, pero Nasher sabía que no había manera. Estaba muerta, no tenía pulso. Todo le resultaba absurdo, Kaethe no podía morir, no le había ocurrido nada, estaba perfectamente bien hacía unos segundos, estaba ayudándole con Wen. << Wen..>>
-Wen salió corriendo- dijo antes de entrar a la carrera en el torreón y buscarla.
No estaba, pero sí dio con otra cosa: el libro rojo, el que trajo Matt de la biblioteca. Nasher lo cogió con desconfianza, como si pudiese hacerle daño << Al fin y al cabo fue el que lo empezó todo... ¿Por esto está Matt así?>> No decía nada aclaratorio, solo hablaba de un montón de criaturas. Tan solo al pasar por una línea ''..las funciones vitales se detienen cuando la Luna Roja sale...'' Volvió a releerla, hablaba de vampiros, pero no solo de ellos.
Nasher corrió emocionado de vuelta al patio con el libro en las manos, sin darse cuenta de que había desaparecido de la perspectiva de Matt y el chico solo podría ver un libro abierto flotando hacia él.
-Matt, ¡el libro! A lo mejor nos explica, sice que la Luna le ha hecho eso a Kaethe, pero tiene que despertar- lo que Nasher no sabía era... ¿convertida en qué?
-¿Qué?- preguntó confundido
Matt trataba de despertar a la chica, pero Nasher sabía que no había manera. Estaba muerta, no tenía pulso. Todo le resultaba absurdo, Kaethe no podía morir, no le había ocurrido nada, estaba perfectamente bien hacía unos segundos, estaba ayudándole con Wen. << Wen..>>
-Wen salió corriendo- dijo antes de entrar a la carrera en el torreón y buscarla.
No estaba, pero sí dio con otra cosa: el libro rojo, el que trajo Matt de la biblioteca. Nasher lo cogió con desconfianza, como si pudiese hacerle daño << Al fin y al cabo fue el que lo empezó todo... ¿Por esto está Matt así?>> No decía nada aclaratorio, solo hablaba de un montón de criaturas. Tan solo al pasar por una línea ''..las funciones vitales se detienen cuando la Luna Roja sale...'' Volvió a releerla, hablaba de vampiros, pero no solo de ellos.
Nasher corrió emocionado de vuelta al patio con el libro en las manos, sin darse cuenta de que había desaparecido de la perspectiva de Matt y el chico solo podría ver un libro abierto flotando hacia él.
-Matt, ¡el libro! A lo mejor nos explica, sice que la Luna le ha hecho eso a Kaethe, pero tiene que despertar- lo que Nasher no sabía era... ¿convertida en qué?
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
31/08/12, 08:01 pm
Kaethe sigue sin dar ninguna señal de vida por mucho que la zarandeé. Me incorporo dejandola tumbada en el suelo y busco a Nasher. -¿Nasher?- Nasher a desaparecido de la habitacion."¿A donde coño a ido?" Escucho unos ruidos en el patio por lo que salgo y me quedo mirando fijamente a la nueva luna. Ese astro rojo enorme y fulgurante me invita a fusionarme con ella. "Es preciosa... es absolutamente maravillosa."
Mientras observo la luna empiezo a notar como mi estomago ruge y se retuerce produciéndome un dolor punzante. Una pequeña nube de arena sale de mi cuerpo y comienza a rodearme. Noto como la arena fluye por el aire girando haciendo círculos a mi alrededor y pasando por los dedos de mis manos suavemente. "Guau..." Mientras veo como la arena flota a mi alrededor escucho la voz de Nasher por lo que me giro y suelto un grito al ver el libro rojo flotando en el aire.
-¿Pero que coño?- Doy un salto para alejarme del libro y la arena que fluye a mi alrededor sale disparada hacia el libro. La arena impacta sobre el libro de manera suave y choca contra algo depositándose formando la silueta de unos hombros.
"¿Pero que? ¿Es Nasher? No... No puede ser... ¿invisible?" -¿Nasher?- Digo mientras me acerco lentamente al libro con cara de total incredulidad.
Mientras observo la luna empiezo a notar como mi estomago ruge y se retuerce produciéndome un dolor punzante. Una pequeña nube de arena sale de mi cuerpo y comienza a rodearme. Noto como la arena fluye por el aire girando haciendo círculos a mi alrededor y pasando por los dedos de mis manos suavemente. "Guau..." Mientras veo como la arena flota a mi alrededor escucho la voz de Nasher por lo que me giro y suelto un grito al ver el libro rojo flotando en el aire.
-¿Pero que coño?- Doy un salto para alejarme del libro y la arena que fluye a mi alrededor sale disparada hacia el libro. La arena impacta sobre el libro de manera suave y choca contra algo depositándose formando la silueta de unos hombros.
"¿Pero que? ¿Es Nasher? No... No puede ser... ¿invisible?" -¿Nasher?- Digo mientras me acerco lentamente al libro con cara de total incredulidad.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Maciel (Archivo III)
31/08/12, 08:55 pm
-¡¡Argh! ¡¡Tu arena me ataca!!- se quejó el chico cuando vio la nube de arena salir disparada hacia él.- ¿Qué pasa?
Matt le miraba de forma extrañada...Bueno, no le miraba a él, miraba al libro. Nasher le dio varias vueltas para ver qué le ocurría que asustaba tanto a Matt. mientras tanto, el patrón de sus escamas cambió a líneas horizontales luminosas de varios colores que subían por su cuerpo centelleando. En esa ocasión Nasher sí fue consciente de que algo raro pasaba con él.
-¿Por qué brillo?- preguntó al aire, mirándose.
Frunció el ceño y las líneas pasaron de ascender a descender, con una gama distinta de colores. A Nasher esto le hizo gracia y trató de cambiar el patrón de nuevo, pero no fue capaz. << Vamos, tiene que haber una forma..>> No podía estar eternamente brillando de forma tan llamativa, por muy gracioso que resultase, o la mitad de los monstruos de la ciudad sabrían donde está en todo momento. Tras varios intentos más de órdenes a su propio cuerpo, dio un pisotón de rabia al suelo y sus escamas tomaron el mismo gris que la piedra del torreón, quedando parcialmente camuflado.
-¡Mola!
En ese momento, Kaethe despertó, se incorporó, y miró a sus compañeros con unos profundos ojos oscuros. Su carne estaba fría y pálida, y su pulso no había vuelto, pero estaba viva. Viva y hambrienta.
Matt le miraba de forma extrañada...Bueno, no le miraba a él, miraba al libro. Nasher le dio varias vueltas para ver qué le ocurría que asustaba tanto a Matt. mientras tanto, el patrón de sus escamas cambió a líneas horizontales luminosas de varios colores que subían por su cuerpo centelleando. En esa ocasión Nasher sí fue consciente de que algo raro pasaba con él.
-¿Por qué brillo?- preguntó al aire, mirándose.
Frunció el ceño y las líneas pasaron de ascender a descender, con una gama distinta de colores. A Nasher esto le hizo gracia y trató de cambiar el patrón de nuevo, pero no fue capaz. << Vamos, tiene que haber una forma..>> No podía estar eternamente brillando de forma tan llamativa, por muy gracioso que resultase, o la mitad de los monstruos de la ciudad sabrían donde está en todo momento. Tras varios intentos más de órdenes a su propio cuerpo, dio un pisotón de rabia al suelo y sus escamas tomaron el mismo gris que la piedra del torreón, quedando parcialmente camuflado.
-¡Mola!
En ese momento, Kaethe despertó, se incorporó, y miró a sus compañeros con unos profundos ojos oscuros. Su carne estaba fría y pálida, y su pulso no había vuelto, pero estaba viva. Viva y hambrienta.
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