Torreón Maciel (Archivo III)

Recuerdo del primer mensaje :

Después de andar un rato acabamos llegando al edificio del que hablaban. Era un edificio de tres plantas, aunque parecía que fuera a haber cuatro, solo que donde debería estar ésta había una especie de esqueleto empotrado. Al principio era un edificio que parecía seguro, pero según me acercaba iba cambiando de idea. Había algo en él que no me gustaba, aparte del esqueleto.Me acerqué el primero. No sabía si el resto se habían quedado parados o solamente habían frenado un poco, pero no me importaba. Solo me importaba encontrar un sitio seguro donde pasar la noche. Abrí la puerta despacio, sin fijarme en ella apenas, solo quería saber como estaba el interior. Al abrirse ésta produjo un leve chirrido, que a lo mejor el resto no escuchaba, pero yo sí. Entré dentro. En cuanto puse un pie dentro me vino un olor a polvo que me hizo toser. Todo estaba oscuro. Apenas veía un paso por delante de mi. En cuanto puede me apoyé en una pared para tener un sistema de referencia. Miré a mi alrededor. Fui notando como me acostumbraba a la penumbra. Cuando veía medianamente bien vi que el interior estaba en bastante buen estado "Parece que no está tan mal al fin y al cabo" Me dije mientras lo observaba todo. Entonces di media vuelta y salí fuera.

- Está bastante bien por dentro. Les dije desde la puerta. Fue en ese momento cuando me fijé en que una de las cadenas del portón estaba rota, y que había pintadas. Pero no le di importancia. Cada vez estaba más cansado y quería encontrar un lugar seguro donde dormir, y ese torreón era el edificio más seguro que me había parecido ver en toda esta maldita ciudad. - Está muy oscuro, tened cuidado de no chocaros con nada. Les advertí. "No me puedo creer que este edificio con un esqueleto encima sea lo más seguro que hayamos visto en esta ciudad" Me repetía una y otra vez asombrado de que pudiera haber ciudades tan horribles.

Busqué con la mano algo donde sentarme mientras todos entraban. Estaba muerto de cansancio. Llevaba sin dormir desde esa mañana, y no es que hubiera dormido especialmente bien. Su mano encontró una silla. La sacudió un poco y se sentó en ella, sumido en sus pensamientos.

Tsusu estaba cambiando, y como el todos los demás. A Tsusu le dolía cada vez más la espalda así que recurría a pedirle cosas al lacayo grotesco.

La Luna Roja salió y todo estaba cambiando. Mientras salía la ciudad parecía teñirse del color de la vida y del movimiento, y su pocos moradores parecían cambiar. Un claro ejemplo eran los cosechados.

Wed estaba huyendo gritando del torreón, la vio desde la ventana de la habitación, iba sin nada y no tenía pinta de regresar pronto. La ciudad estaba llena de trampas y maldades. Tsusu invocó al lacayo grotesco, cogió una fruta grande de un tamaño que pudiese carrearla consigo el lacayo y le dio varias órdenes.

Señalándole a Wen, que corría le ordenó lo siguiente al lacayo.

"Di esto ahí: No es mucho, pero es algo para que puedas alimentarte algo, raciónalo. Vuelve cuando estés mejor. Tsusu."

"Tráela eso" - Le puso la fruta en la boca y el lacayo se puso en marcha hacia donde Wen corría.

"Mi espalda... ay..." Pensaba Tsusu

Tsusu estaba hiperventilando otra vez, su corazón le latía rápido. Sin quererlo se había convertido en algo así como el pequeño ayudante del torreón, como podía asistía a Matt, o lo que quedaba de el y ayudaba a Nasher con otras cosas como algunos consejos sobre la magia.l

Pero Nasher tmabien había empezado a cambiar. Se estaba rascando todo el rato.

La Luna Roja estaba en su punto álgido, impasible a lo sucedido en la ciudad. De repente, el dolor paralizó al pequeño repoblador.

"Oscuridad... grumosa oscuridad." Me noto como mi cuerpo poco a poco se deshace. No puedo abrir los ojos, solo escucho murmullos y algún que otro aleteo. De pronto un golpe seco me hace salir de mi sopor.

-¡¡Matt!! Joder, Matt ¿qué te ha pasado?- Distingo la voz de Nasher y el aleteo frenético de algo acercándose y alejandose.

"¡Matt reacciona! Te necesitan." Al alzar la cabeza distingo a Nasher y a un par de estigres revoloteando en la sala. -Largo de aqui malditos bichos- Al incorporarme puedo ver como un trozo de mi antebrazo esta desperdigado por el suelo del torreón. -¡Mierda mi brazo!- Me agacho de rodillas y para mi sorpresa el antebrazo comienza a moverse y se acerca a mi volviéndose a recolocar en su sitio. -¿Pero que demonios?- Miro a Nasher extrañado mientras empiezo a mover mi brazo recolocado. "Es como si nunca se hubiese desprendido. ¿Soy... de arena?" No puedo reprimir volver a recordar las playas de California y como me gustaba enterrarme de pequeño. Miro hacia todos los lados buscando a los demás pero solo distingo a Nasher y Kaethe tirada en el suelo.

Me levanto para ir hacia Nasher pero cuando estoy a un par de pasos vuelvo a escuchar el aleteo de uno de los pájaros del torreón. Me giro y veo como se dirige en picado hacia el cuerpo de Kaethe. -¡No! ¡Para! ¡ Aléjate de ella maldito bicho!- Mi cuerpo se congela al ver como poco a poco el pájaro va ralentizando su descenso hasta quedar casi suspendido en el aire sin moverse. Solo duro un par de segundos. Después el pájaro volvió a su velocidad normal y se puso al lado de cuerpo de la chica. -¡He dicho que te alejes de ella!- Muevo el brazo para espantar a la estigre pero en el segundo movimiento la arena desperdigada en el suelo sale disparada en una nube hacia el pájaro haciendo que este eche a volar y desaparezca por una de las ventanas.

Miro a Nasher con la mirada de total incredulidad y le hablo. -¿Has visto eso?- Tras decir eso corro hacia Kaethe y me tiro a su lado zarandeándola. -¡Kat! ¡Kat por dios! ¡Espabila!- Mientras la zarandeo noto como toda la nubecilla de arena que está alrededor de ella vuelve a mi cuerpo. Sube por mis rodillas y se deposita en la zona del estomago.

"¿Que soy?¿En que me estoy convirtiendo?¿Donde está Wed?¿Y Tsusu?"

Matt se despierta, y Nasher observa como el brazo que había deshecho sin querer al tropezar volvía a su lugar. No se movió del sitio, se quedó ensimismado viendo la arena moverse, con sus granitos uniéndose y endureciéndose hasta volver a la consistencia de la carne. Era increíble. Tanto que tardó en darse cuenta de que Matt se había levantado y estaba con Kaethe

-¿Qué?- preguntó confundido

Matt trataba de despertar a la chica, pero Nasher sabía que no había manera. Estaba muerta, no tenía pulso. Todo le resultaba absurdo, Kaethe no podía morir, no le había ocurrido nada, estaba perfectamente bien hacía unos segundos, estaba ayudándole con Wen. << Wen..>>

-Wen salió corriendo- dijo antes de entrar a la carrera en el torreón y buscarla.
No estaba, pero sí dio con otra cosa: el libro rojo, el que trajo Matt de la biblioteca. Nasher lo cogió con desconfianza, como si pudiese hacerle daño << Al fin y al cabo fue el que lo empezó todo... ¿Por esto está Matt así?>> No decía nada aclaratorio, solo hablaba de un montón de criaturas. Tan solo al pasar por una línea ''..las funciones vitales se detienen cuando la Luna Roja sale...'' Volvió a releerla, hablaba de vampiros, pero no solo de ellos.

Nasher corrió emocionado de vuelta al patio con el libro en las manos, sin darse cuenta de que había desaparecido de la perspectiva de Matt y el chico solo podría ver un libro abierto flotando hacia él.

-Matt, ¡el libro! A lo mejor nos explica, sice que la Luna le ha hecho eso a Kaethe, pero tiene que despertar- lo que Nasher no sabía era... ¿convertida en qué?

Kaethe sigue sin dar ninguna señal de vida por mucho que la zarandeé. Me incorporo dejandola tumbada en el suelo y busco a Nasher. -¿Nasher?- Nasher a desaparecido de la habitacion."¿A donde coño a ido?" Escucho unos ruidos en el patio por lo que salgo y me quedo mirando fijamente a la nueva luna. Ese astro rojo enorme y fulgurante me invita a fusionarme con ella. "Es preciosa... es absolutamente maravillosa."

Mientras observo la luna empiezo a notar como mi estomago ruge y se retuerce produciéndome un dolor punzante. Una pequeña nube de arena sale de mi cuerpo y comienza a rodearme. Noto como la arena fluye por el aire girando haciendo círculos a mi alrededor y pasando por los dedos de mis manos suavemente. "Guau..." Mientras veo como la arena flota a mi alrededor escucho la voz de Nasher por lo que me giro y suelto un grito al ver el libro rojo flotando en el aire.

-¿Pero que coño?- Doy un salto para alejarme del libro y la arena que fluye a mi alrededor sale disparada hacia el libro. La arena impacta sobre el libro de manera suave y choca contra algo depositándose formando la silueta de unos hombros.

"¿Pero que? ¿Es Nasher? No... No puede ser... ¿invisible?" -¿Nasher?- Digo mientras me acerco lentamente al libro con cara de total incredulidad.

-¡¡Argh! ¡¡Tu arena me ataca!!- se quejó el chico cuando vio la nube de arena salir disparada hacia él.- ¿Qué pasa?

Matt le miraba de forma extrañada...Bueno, no le miraba a él, miraba al libro. Nasher le dio varias vueltas para ver qué le ocurría que asustaba tanto a Matt. mientras tanto, el patrón de sus escamas cambió a líneas horizontales luminosas de varios colores que subían por su cuerpo centelleando. En esa ocasión Nasher sí fue consciente de que algo raro pasaba con él.

-¿Por qué brillo?- preguntó al aire, mirándose.

Frunció el ceño y las líneas pasaron de ascender a descender, con una gama distinta de colores. A Nasher esto le hizo gracia y trató de cambiar el patrón de nuevo, pero no fue capaz. << Vamos, tiene que haber una forma..>> No podía estar eternamente brillando de forma tan llamativa, por muy gracioso que resultase, o la mitad de los monstruos de la ciudad sabrían donde está en todo momento. Tras varios intentos más de órdenes a su propio cuerpo, dio un pisotón de rabia al suelo y sus escamas tomaron el mismo gris que la piedra del torreón, quedando parcialmente camuflado.

-¡Mola!

En ese momento, Kaethe despertó, se incorporó, y miró a sus compañeros con unos profundos ojos oscuros. Su carne estaba fría y pálida, y su pulso no había vuelto, pero estaba viva. Viva y hambrienta.

El libro de pronto comienza a gritarme.

-¿Nasher?¡Eres invisible tio!- Digo mientras la arena se retira hacia mi estomago de nuevo. De pronto comienza a brillar como si se tratase de un palito fluorescente. -¡Ostias como mola Nasher! Eres como.... un camaleón psicodelico!- Digo mientras me acerco a el. -Ostias ostias como mola pero... ¿Te duele?- Antes de que Nasher pueda contestarme Kaethe se despierta y se queda mirándonos fijamente con la mirada perdida.

-¿Kat? ¿Que te pasa?- La niña no responde por lo que me acerco a Nasher y le hablo al oído. O al menos pienso que es su oído al estar casi camuflado con el mismo color que la piedra del torreón. -Nasher... no se muy bien como son los vampiros pero.... no me gusta... me da mala espina. Mírala.. esta en trance, parece como si estuviese muuuuuuuy lejos.- Digo mirando hacia Kaethe. -Kat..¿Estas bien chiquilla?- "¿Como coño se supone que va a estar bien Matt? Hace un momento estaba tirada en el suelo sin pulso. En ocasiones parezco tonto enserio"Me acerco a ella quedándome a un metro de ella. Esperando a su respuesta.

-No, no duele... Picaba un poco antes pero ya no, estoy bien...- respondió, riendo.

Kaethe se había levantado, pero no parecía la Kaethe de siempre. Nasher revisó el libro buscando si podría ser un vampiro.

-No tiene pinta...- dijo. Luego encontró los ghouls en la misma sección- Er... Matt, ¿puedes leerme esto?- señaló la descripción del ghoul.

De lo poco que había entendido, reconoció la palabra comer por algun sitio << No nos vaya a comer a nosotros..>> La chica se puso en pie de forma pesada. Sus órganos internos hicieron un sonido líquido no muy agradable y se puso en camino con paso seguro y mecánico; había localizado su objetivo. Sin mediar palabra, se dispuso a salir del torreón y Nasher la siguió con la mirada, aun sin decidirse por ir tras ella o buscar a los demás.

-¿Qué hacemos?

A Tsusu la espalda y la cola le dolían horrores.

En el salón estaban Matt y Nasher tambien gritando de dolor. Kaethe parecía estar muerta. Matt estaba cubierto de arena y Nasher era invisible. No, era de todos los colores. No, no se de que color era Nasher ahora.

Tsusu gritó, y de la espalda le salieron dos magníficos pares de alas. Con otro grito sus colas cambiaban y su cuerpo dio un cambio brusco.

Tsusu se intentó relajar, pero no podía, conforme salían sus alas y sus colas cambiaban el no dejaba de gritar e hiperventilar. Nunca había sufrido tanto.

Tras un rato, logró serenarse y calmarse. Se sentía más ligero, más agil... y la espalda le pesaba. Tsusu se dio cuenta de sus magníficas alas luminiscentes y de su cola fosforescente.

- Soy... soy... seré... sería la envidia de todos los repobladores.

A Tsusu se le paso por la cabeza las ganas de estar en el Macetero y aniquilar a los que se rieron de el. Que fácil habría sido ahora que podía invocar y modelar el fuego.

Se sentía eufórico, sentía que nada lo podía parar. Sus alas y sus colas se iluminaron y ante la mirada de Nasher y Matt se dispuso a despegar y a volar... pero de dio un batacazo contra la pared que tenía justo al lado.

- ¡Nadie dijo que esto fuese facil! Jajaja.

Tsusu se reia, e hiperventilaba; cualquier humano diría que era gracioso y adorable.

Kaethe, por su parte, salía del torreón, muerta en vida.

- Matt, Nasher... ¿que somos? ¿que soy? ¿que sois?

"Nasher es un lagarto luminiscente, Yo un engendro de arena y Kaethe un ghoul. ¿Esto es lo que somos realmente?" Pienso al cerrar el libro y observar como Kaethe anda perdida en su mundo y sale apesadumbradamente del torreón.

Me fijo en un destello luminoso que se estrella contra la pared.-¿Tsusu? ¿Eres tu?- Comienzo a reírme y toso mientras me acerco a el.-¿Que te ha pasado tío? ¡Tienes alas!.- "Eres un mosquito mutante luminoso." Me incorporo y sonrío a mi amigo volador.

-Pues resumiendo... de momento aun no sabemos que demonios nos esta ocurriendo. Como puedes observar yo... estoy algo grumoso últimamente y a Nasher le ha dado por ser una bola de discoteca andante... Cosas de la vida.- "Intento que parezca una maldita broma pero... joder no se que está pasando conmigo ahora mismo... Tengo miedo.." De pronto una idea se me pasa por la cabeza que me hace castigarme internamente por no haberme fijado antes. -¿Y Wed? ¿Donde coño esta?¿En que se ha convertido?-

Al mirar a Nasher me comienza a escocer la cara de nuevo por lo que comienzo a rascarme y al retirar la mano no puedo reprimir un gritito de sorpresa y de asco.-¿Pero que coño?¡Mi mano! ¡Es....Hueso!- Observo con autentico pavor como mis dedos han perdido toda su carne quedando solamente mis falanges desnudas."¡O dios mio! ¿Voy a deshacerme y acabar asi?" De pronto un hormigueo sacude mi antebrazo y cientos de partículas de arena brotan de mi omóplato para arrastrarse por mi brazo y cubrir mis dedos como si mi piel siempre hubiese sido así.

-Vaya. Impresionante- Digo mientras muevo los dedos y los rozo para comprobar su consistencia.-Increible.- Digo absolutamente maravillado mirando mis dedos. "Matt, Hay que buscar a Wed. Quizas necesite ayuda. Espabila capuyo." Vuelvo al mundo y observo al cambiante de Nasher. -Nasher, Hay que localizar a Wed y hay que ir a buscar a Kaethe. Hay que salir rápido antes de que se nos escape. Podemos encerrarla en las mazmorras y ver que podemos hacer con ella. No puede irse sola.- Me paro al pensar que Wed podría estar muerta o en el mismo estado que Kaethe. -Y Wed... puede necesitar nuestra ayuda hay que darse prisa.-


Al andar noto un quemazon en las piernas que me dificulta la tarea de caminar un poco por lo que cojeo- Un segundo, He de ir a mi cuarto.- Al dar un paso noto como el cuerpo se me acelera y todo a mi alrededor se vuelve mas lento. Subo las escaleras y entro en mi cuarto. -Las dagas... ¿Donde demonios las han puesto?-

Rebusco en la habitación por encima y no encuentro nada. -¿Donde estáis cabronas?- Me agacho con dificultad y dolores mientras me apoyo una mano en la cama y miro debajo de ella. -Bingo- Las dagas están debajo de la cama. Al cogerlas noto un extraño hormigueo en el brazo en el que estoy apoyado por lo que me incorporo y observo atónito la escena.

La arena de la cama comienza a moverse y a trepar por mi brazo recorriendo todo mi cuerpo y haciéndose uno con el resto de mi nueva piel. -¡Ai va! Esto... sigue siendo muy extraño.- El dolor abdominal que sentía hace un momento había desaparecido. Solo me quedaban unos pocos pinchazos en algunas zonas y el dolor de extremidades. Algo que no me seria difícil soportar.

Me termino de incorporar de la cama y saldo de la habitación en dirección a las escaleras pero de camino un nuevo dolor en el pecho hace que me detenga en seco y que comience a toser angustiosamente teniéndome que sujetar en las paredes para no caer de boca de las escaleras. Al toser expulso arena por la boca en un pequeño puñado de diminutas partículas. -Teeengo la bocaaa.. como un zapato.- Digo mientras me recompongo del golpe de tos y continuo bajando volviendo al salón donde aun siguen los chicos.

-Señores, hay que ir a buscar a las chicas-. Salgo del torreón el primero y observo de nuevo la luna roja. "Maravillosa.... Nunca pude pensar que serias así pequeña."

-Nasher, por que no intentas localizarla por el olor. Hay que encontrar a Kaethe como sea. No puede salir sola. Ademas, cuanto antes la encontremos antes podremos buscar a Wed-

Nasher iba a preguntarle a Matt qué era un ghoul cuando un destello volador se estampó contra la pared. Ladeó la cabeza tratando de determinar qué era aquello, pero sus dudas se disiparon cuanod el destello habló con la voz de Tsusu.

-¡Tsu, tienes alas! ¡Es increible!- exclamó maravillado.

No se le había pasado por la cabeza que a alguien pudiesen crecerle alas. La posibilidad de volar... << Hubiese preferido eso a las lucecitas de colores...>> Como respuesta a sus pensamientos sus escamas dieron otro fogonazo de luz que de nuevo le dejó ciego por unos segundos.
''Hay que buscar a Wen'' << Cierto, ¿donde fue Wen?>> Matt había subido a armarse y él hizo lo propio. Casi se había acostumbrado a los movimientos arenosos de su compañero, pero no podía evitar quedarse embobado a veces. Cuando encontró sus cuchillos y los guardó entre la ropa, se encaramó a la estatua de la estirge para olisquear el aire por una dirección. El olor de Kaethe ya no olía como antes. Era Kaethe sin duda, pero tenía algo distinto << ¿Se está pudriendo?>> pensó con desagrado. Quedándose con la dirección salió a la puerta y volvió a rastrear el olor. No podía haber ido muy lejos, y en efecto, el rastro venía de un edificio en ruinas junto a su torreón...

Sigue en las Ruinas de Margalar.

"Bueno, Nasher y Matt se han ido en busca de Kaethe. Me doy cuenta de que he estado más o menos recluido en esta torre intentando realizar magia, y ahora domino todos los conjuros de este libro... Creo que debería ir a devolver el libro, y quien sabe, también debería dar un garbeo por la ciudad..."

Tsusu invocó al lacayo grotesco.

- Di esto aquí cuando vuelvan Nasher y Matt: He salido, seguramente vuelva pronto. Si necesitáis algo manden a un lacayo grotesco a por mi.

Tsusu cogió su estaca de madera con los cristales clavados. Sacó varios cristales y los depositó en el lugar en el que los encontró, pero se llevó consigo unos pocos.

Cogió el libro de magia que había cogido hacía ya bastante tiempo de la biblioteca y un paño en el que llevar el libro.

Salió del Torreón y dejó al lacayo justo a la entrada.

Sigue en la Cicatriz de Arax.

Después de pasar por la Sede para reunirnos con Jack, Adara, Toima y Tania nos dirigimos sin más dilación al torreón Maciel. Por el camino no paramos de parlotear acerca de los cosechados y nuestras apuestas, aunque había quien nos miraba reprobadoramente, como Nia. Pero en general todos estábamos eufóricos: la Luna Roja estaba allí, impresionante y ejerciendo su influjo. Pronto alcanzamos el torreón. Esperaba oír revuelo, movimiento, gritos de dolor provocados por las transformaciones con grandes cambios físicos... Sonreí maliciosamente: eso me vendría bien. Lo que tanto me había hecho sufrir a mí en su día ahora me resultaría muy beneficioso. Pero la realidad era que no se oía absolutamente nada.
-Caballeros, -me dirigí a mis amigos- a menos que mi oído me engañe ahí dentro no hay ni un alma. O ninguno ha resistido el embate de la ciudad o se han ido de juerga y no nos han invitado -meneo la cabeza con fingida expresión de desaprobación- Qué maleducados, se van cuando vienen invitados de los cuales no saben absolutamente nada a visitarlos.

Entramos en el torreón para cerciorarnos y entre todos enseguida revisamos todas las habitaciones. No me equivocaba pero al mismo tiempo sí. Había alguien en el torreón: un lacayo grotesco. El hecho de que estuviera allí al menos indicaba que había alguien vivo, pero fue lo único que pudimos sacar en claro, ya que el lacayo se limitó a observarnos sin apenas moverse.
-Pues nada, que no están en casa, ¿y ahora qué hacemos? ¿Los rastreamos? Supongo que mucha ayuda no deben necesitar si se han largado, pero no se librarán de nosotros.

Salimos del torreón y enseguida nos pusimos manos a la obra. No necesitamos ni siquiera utilizar magia: entre el olfato de Giz y su capacidad para seguir el rastro de la magia, la capacidad de Jack para sentir la sangre bullir, los ojos de Toima y mi oído dimos con un rastro muy pronto. Estaban en las ruinas del antiguo torreón que había muy próximo a Maciel. Pero según nos acercábamos Giz se detiene un momento para olfatear con expresión extrañada y nos comunica a todos que hay un olor familiar en el aire...

Sigue en las Ruinas de Margalar.

- De vuelta en el torreón... Que recuerdos me trae esto... hace apenas horas que me largué de aquí.

Tsusu entró en el torreón y se dio cuenta de que estaba solo. Tenía el torreón para el solo, para practicar magia. Para volar.


Depositó su garrote con cristales mágicos en una mesa al lado del libro de magia.

Se pasó ratos largos practicando vuelo en una sala vacía que había. Batiendo las alas fuertemente, intentando coordinarlas y batirlas al mismo tiempo. Se sorprendió de lo rápido que se podían mover esas alas y de lo poco que le costaba alzar el vuelo, así mismo, se sorprendió de lo fuerte que se chocaba contra las paredes. Al cabo de un rato logró dominar un poco las alas, ya no se chocaba tanto, pero pese a todo no se atrevería a volar en la calle.

"Esto no está bien" Se dijo Tsusu echándole un vistazo al torreón en si.

Sentía como si esa hubiese dejado de ser su casa, como si ya no perteneciese a ese torreón, como si tuviese que largarse de ahí para que otros lo hiciesen.

Así que, sin saber porque, Tsusu intentó acaldar un poco el torreón, puso cajones en su sitio, apiló las armas... El torreón ahora estaba un poquitín más ordenado.

Echó de menos a Enna, a Nasher, a Matt y a Wen; ¿que habría sido de ellos? Subió a la planta más alta del torreón y lo primero que vio fue el río, luego, donde estaba Wen antes, estaba una serpiente gigante. Tsusu tuvo una intuición y bajó corriendo.

Sigue en el Rio.

Entro en el torreón rápidamente esperando encontrarles a todos y contarles lo que he descubierto pero al entrar solo encuentro en el salón a un lacayo grotesco que me comunica un mensaje. -He salido, seguramente vuelva pronto. Si necesitáis algo manden a un lacayo grotesco a por mi.- Es uno de los lacayos de Tsusu.

-Muchas gracias majo.- Digo dándole toques es su oronda cabeza. Me dirijo a la cocina observando todo y me inundan cientos de recuerdos. "Eramos una gran familia. Ahora solo estamos cuatro... eramos nueve.. quedamos cuatro." Entro en la cocina y observo las cestas. "Queda poca comida." Cojo un trozo de cecina y me lo meto en la boca.

"Dios que puto hambre. Comienzo a masticar la cecina y me la trago casi de golpe. Recuerdo unas lineas de los libros donde decía que podría comer sin masticar por lo que cojo un trozo mas de cecina y lo parto a la mitad. "Paso de atragantarme la verdad sea dicha" Me meto el trozo en la boca y lo ingiero sin masticar. "Mmmm... Nada no me atraganto." Cojo el otro trozo y me lo vuelvo a tragar sin masticar. -Esto mola, puedo comer sin esfuerzo.... con lo perro que soy es perfeeeecto.- Vacío el contenido de las cestas y reúno siete tiras de cecina, dos piezas de fruta y las ramas de saber fuerte que no me gustan. -Mmm ¿Podré con esto?- Digo mirando a la fruta. Doy un gran bocado llenando mi boca y trago.-Mmm.. ¡Nada!- Suelto una risilla. -¡Estoy hecho un autentico garganta profunda!-

Dejo la pieza de fruta y un par de cecinas por si ellos vienen a comer y subo a mi cuarto. El silencio es absoluto, solo se escucha el revolotear de los pájaros de la planta de arriba. "Aquí antes había vida... y muerte... había un poco de todo la verdad" En mi cuarto cojo el Zippo y lo guardo en el pantalón. Busco debajo de la cama y saco el libro de transformaciones y el bestiario. "Ya no lo necesito. Voy a llevarlo a la biblioteca." Salgo de Maciel y me detengo en la entrada. "Aun recuerdo el primer momento en que entré... sigo esperando al servicio de habitaciones." Con el estomago lleno y los libros en la mano pongo rumbo a la biblioteca.

"¿Donde estarán los chicos?" Con la mente puesta en ellos camino lentamente por las calles bañadas por el carmesí del astro.

Sigue en la Biblioteca Mágica