Torreón Letargo (Archivo III)
+20
Evanna
Xana
Muffie
Tak
Giniroryu
Leonart
Lops
Dal
Carmesí
Red
Reisha
Naeryan
Administración
LEC
Serokrai
Jack
Alicia
Yber
Poblo
Elliot
24 participantes
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e ImaginaciónPersonajes : Elliot es una Dullahan bastante fácil de cabrear y con quien es mejor no llevarse mal (aun que ésto sea dificil) Conoce el manejo del casi todas las armas, y tiene un Dragón llamado Deatach que es quien le instruye y ayuda.
Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Torreón Letargo (Archivo III)
09/09/12, 11:32 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Tras mucho andar, los chicos habían acabado dando con un enorme torreón de piedra cubierto casi completamente con enredaderas. Era el edificio mas aceptable que habían visto desde que habían llegado y, que tuviese algo vivo en él, les daba un poco de tranquilidad. Era lo unico verde que habían visto desde que llegaron a Rocavarancolia.
Empezaron a rodear el torreón y tardaron un buen rato en encontrar la puerta, puesto que la hiedra la había tapado casi completamente. Cuando consiguieron apartar las ramas, aun tuvieron que conseguir abrir aquel portón de madera vieja. Estaba atascada por lo que obviamente pudieron deducir que llevaba mucho tiempo sin usarse.
Cuando entraron se encontraron con una imagen que, a los ojos de Thras, era desoladora. Se encontraron con un enorme salón con una mesa y varias sillas. También había una especie de cocina con trastos tirados por medio y todo lleno de una gruesa capa de polvo. Thras avanzó en silencio y dejó la cesta sobre aquella mesa. - Pero... ¿megaseguro que queréis así como dormir aquí? - preguntó. No le gustaba. Estaba muy sucio, olía a polvo y a cerrado, era feo y estaba oscuro. No tenía nada de diseño... no le gustaba nada... pero le gustaba mas que las mazmorras o que las calles... o que aquellas casas con lengua.
-Tendremos que superllamar al servicio de limpiecy's para que hiperadecenten esto. - Dijo pasando un dedo por la mesa, dejando tras el un caminito y después sacudiéndose el polvo del dedo. Vio unas escaleras que subían y otras que bajaban, pero decidió no aventurarse solo... aun tenia demasiado reciente el discurso que le habían dado y la visión de aquellas casas.
Tras mucho andar, los chicos habían acabado dando con un enorme torreón de piedra cubierto casi completamente con enredaderas. Era el edificio mas aceptable que habían visto desde que habían llegado y, que tuviese algo vivo en él, les daba un poco de tranquilidad. Era lo unico verde que habían visto desde que llegaron a Rocavarancolia.
Empezaron a rodear el torreón y tardaron un buen rato en encontrar la puerta, puesto que la hiedra la había tapado casi completamente. Cuando consiguieron apartar las ramas, aun tuvieron que conseguir abrir aquel portón de madera vieja. Estaba atascada por lo que obviamente pudieron deducir que llevaba mucho tiempo sin usarse.
Cuando entraron se encontraron con una imagen que, a los ojos de Thras, era desoladora. Se encontraron con un enorme salón con una mesa y varias sillas. También había una especie de cocina con trastos tirados por medio y todo lleno de una gruesa capa de polvo. Thras avanzó en silencio y dejó la cesta sobre aquella mesa. - Pero... ¿megaseguro que queréis así como dormir aquí? - preguntó. No le gustaba. Estaba muy sucio, olía a polvo y a cerrado, era feo y estaba oscuro. No tenía nada de diseño... no le gustaba nada... pero le gustaba mas que las mazmorras o que las calles... o que aquellas casas con lengua.
-Tendremos que superllamar al servicio de limpiecy's para que hiperadecenten esto. - Dijo pasando un dedo por la mesa, dejando tras el un caminito y después sacudiéndose el polvo del dedo. Vio unas escaleras que subían y otras que bajaban, pero decidió no aventurarse solo... aun tenia demasiado reciente el discurso que le habían dado y la visión de aquellas casas.
Me haré una cama con tus huesos, Invitado, Muajajaj!
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
¡Superpor la aceptación, la integración y los derechy'x Frivy's!
- Spoiler:
Click en la imagen para ver el esquema de relaciones entre los Cosechados del Rol
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
18/09/12, 01:30 am
Sin más problemas logramos llegar al Torreón, a todo correr y frenando luego para buscar la maldita puerta tras las enredaderas. En unos minutos damos con ella y Erin llama a la puerta hasta que Yrio abre y nos recibe un olor a sopa recién hecha. Dejo que pasen los demás delante de mí y cierro la puerta, para después exclamar
-Huele bien. Huele a limpio y a comida.
Dejo la cesta en la cocina y echo un vistazo a los que se quedaron: Yrio y Seon parecen ser los que han cocinado y Thras está como ausente, Alder no está ni aquí ni en el patio, estará arriba o bañándose. Al poco baja Macak y la saludo con una inclinación de cabeza. Hecho esto, me apoyo en una de las paredes mientras me libero de las espadas*, dejándolas en un mueble.
-Hemos visto a los del otro grupo; viven en otro torreón-refugio. Aparentemente están todos vivos. Y hemos traído libros, podemos volver otro día para que cojáis uno si queréis, uno por cada sólo. Y tenemos un mapa y un bestiario, pero para salir primero necesitaremos entrenamiento para todos y de eso nos encargamos Serok y yo, pero también hay un libro de esto. Y nuestro nuevo amiguito plantador podrá ponerse con el huerto cuando quiera.-informo a los demás del día fuera y luego miro al grupo de la biblio.-Si se me olvida algo, decidlo.
Después ayudo a poner la mesa y servir los platos y me siento a cenar, pero esperando a que todos estén listos, especial atención a las chicas...
-Huele bien. Huele a limpio y a comida.
Dejo la cesta en la cocina y echo un vistazo a los que se quedaron: Yrio y Seon parecen ser los que han cocinado y Thras está como ausente, Alder no está ni aquí ni en el patio, estará arriba o bañándose. Al poco baja Macak y la saludo con una inclinación de cabeza. Hecho esto, me apoyo en una de las paredes mientras me libero de las espadas*, dejándolas en un mueble.
-Hemos visto a los del otro grupo; viven en otro torreón-refugio. Aparentemente están todos vivos. Y hemos traído libros, podemos volver otro día para que cojáis uno si queréis, uno por cada sólo. Y tenemos un mapa y un bestiario, pero para salir primero necesitaremos entrenamiento para todos y de eso nos encargamos Serok y yo, pero también hay un libro de esto. Y nuestro nuevo amiguito plantador podrá ponerse con el huerto cuando quiera.-informo a los demás del día fuera y luego miro al grupo de la biblio.-Si se me olvida algo, decidlo.
Después ayudo a poner la mesa y servir los platos y me siento a cenar, pero esperando a que todos estén listos, especial atención a las chicas...
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
18/09/12, 02:14 am
El repoblador se olvidó de su desánimo nada más pasar, lo que tardó en escuchar a Atol hablar del huerto. Se zambulló en las cestas de comida, arrancó un par de hojas y las relió, enganchándolas a su cinturón. Cuando salió de ellas, habló en general a todos los gigantes:
-Tenéis mucha suerte de que os den la comida así, reunida-comentó antes de ir a lo que le interesaba-. Si coméis fruta, no tiréis las semillas, guardadlas todas para mí-les indicó casi en una orden-. Ah, y como he visto que tenéis problemas de comprensión tactil, un gigante socializador me ha sugerido ponerme un nombre sonoro: Tapón-les explicó-. Es un tipo de Cactus. Tap también me vale.
Saltó al suelo y puso rumbo al patio, pero a medio camino se acordó del libro.
-Pablo, ¿llevas el manual sobre el suelo de piedra del patio que hay bajo la figura tallada?-le pidió-. Yo voy a... hacer una cosa. Enseguida voy a echarle un vistazo a las plantas de fuera.
Salió por fin a fuera y se enganchó en las enredaderas que cubrían el edificio. Trepó agilmente, evitando las entradas de luz a las partes superiores del panal, para que no le pudieran ver desde dentro y alcanzó la cima. Una vez allí, hizo sonar su espalda para atraer la atención de su pobre avispa, que había estado sola durante bastante tiempo. Le dio la comida que había cogido de las cestas y estuvo un rato con ella, acicalándola y haciéndole compañía.
Le habló de los gigantes, de la bliblioteca, de las hojas encerradas que en realidad eran troncos. Le habló de fetos y sangre. De panales con lengua y todas las cosas en general que se había encontrado. Le daba igual que no entendiera. Cuando se cansó de parlotear solo, trepó sobre el lomo del insecto y en un par de palmadas, echó a volar.
No se alejó apenas del torreón, se limitó a dar un par de vueltas alrededor y poco más. No lo hacía solo por él, aunque le encantara la sensación de adrenalina que le producía sentir el viento entre los tallos, sino porque su animal estirara las alas un poco. Sabía que aquí los vuelos eran un lujo, sobretodo cuando se acercaba la noche con esas llamas voladoras, y tampoco quiso abusar de tal. Enseguida se bajó y dejó que la avispa se volviera a esconder entre el verde.
Se quedó un rato a solas, observando las vistas que se daban desde lo alto del panal, y pronto volvió abajo, esperando que Pablo hubiera dejado el libro donde le había pedido.
-Tenéis mucha suerte de que os den la comida así, reunida-comentó antes de ir a lo que le interesaba-. Si coméis fruta, no tiréis las semillas, guardadlas todas para mí-les indicó casi en una orden-. Ah, y como he visto que tenéis problemas de comprensión tactil, un gigante socializador me ha sugerido ponerme un nombre sonoro: Tapón-les explicó-. Es un tipo de Cactus. Tap también me vale.
Saltó al suelo y puso rumbo al patio, pero a medio camino se acordó del libro.
-Pablo, ¿llevas el manual sobre el suelo de piedra del patio que hay bajo la figura tallada?-le pidió-. Yo voy a... hacer una cosa. Enseguida voy a echarle un vistazo a las plantas de fuera.
Salió por fin a fuera y se enganchó en las enredaderas que cubrían el edificio. Trepó agilmente, evitando las entradas de luz a las partes superiores del panal, para que no le pudieran ver desde dentro y alcanzó la cima. Una vez allí, hizo sonar su espalda para atraer la atención de su pobre avispa, que había estado sola durante bastante tiempo. Le dio la comida que había cogido de las cestas y estuvo un rato con ella, acicalándola y haciéndole compañía.
Le habló de los gigantes, de la bliblioteca, de las hojas encerradas que en realidad eran troncos. Le habló de fetos y sangre. De panales con lengua y todas las cosas en general que se había encontrado. Le daba igual que no entendiera. Cuando se cansó de parlotear solo, trepó sobre el lomo del insecto y en un par de palmadas, echó a volar.
No se alejó apenas del torreón, se limitó a dar un par de vueltas alrededor y poco más. No lo hacía solo por él, aunque le encantara la sensación de adrenalina que le producía sentir el viento entre los tallos, sino porque su animal estirara las alas un poco. Sabía que aquí los vuelos eran un lujo, sobretodo cuando se acercaba la noche con esas llamas voladoras, y tampoco quiso abusar de tal. Enseguida se bajó y dejó que la avispa se volviera a esconder entre el verde.
Se quedó un rato a solas, observando las vistas que se daban desde lo alto del panal, y pronto volvió abajo, esperando que Pablo hubiera dejado el libro donde le había pedido.
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e Imaginación
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
18/09/12, 12:54 pm
Thras se sentó en una de las sillas mientras Seon e Yrio hablaban, pero estaban contando acerca de sus vidas y al Frivy no le interesaba demasiado. Aun estaba triste y desanimado y no le apetecía demasiado hablar. El torreón volvía a parecerle un lugar frío e inhóspito y sus compañeros demasiado raros y distintos. Yrio y Seon se levantaron y se pusieron a cocinar. Mientras, el chico decidió bajar a ver que había en la armería.
Thras no tenía ni idea de como se usaba ningún arma, ni de cual era mejor ni peor... la mayoría le parecían feas, y otras pocas no eran mas que espejos deformes. "Esto superestá hecho para hacer daño..." pensó con algo de miedo mientras se paseaba por allí. Había muchos tipos de armas, demasiados... "¿Y esto que megahace aqui?" Se agachó a recoger un objeto del suelo. Aquello no era un arma, era una cadena larga y acabada con un pincho y un contrapeso en cada extremo. El chico se la puso al cuello a modo de collar y sonrió. Pesaba un poco, pero seguro que le quedaba genial.
Un olor conocido hizo que el chico subiese las escaleras de dos en dos como movido por una fuerza superior. Llegó a la cocina y miró con ojos brillantes y una sonrisa en la cara lo que estaban preparando Seon e Yrio. - ¡asparragacy's! - Exclamó lleno de felicidad mientras se olvidaba por unos segundos de todo lo que había pasado antes. Le dio un abrazo a cada uno, eufórico.
Los que habían salido a la biblioteca vuelven con más comida aun y Atol informa que han visto a el otro grupo y que están bien "Menos mal..." El bichito verde dijo que quería que le llamasen Tap y Thras asintió. Le daba exactamente igual como llamarle siempre que tuviese un nombre. Atol comenzó a poner la mesa mientras el Frivy esperaba pacientemente. Cuando todo estuvo listo y la gente sentada, comenzaron a comer. Thras disfrutó de su comida, incluso mas que cuando estaba en Frivo porque, aunque la comida era sin duda de muchísima menos calidad que la que el estaba habituado a comer y estaba guisada de forma rara, sabía lo que era, y eso al menos le daba algo de tranquilidad.
Thras no tenía ni idea de como se usaba ningún arma, ni de cual era mejor ni peor... la mayoría le parecían feas, y otras pocas no eran mas que espejos deformes. "Esto superestá hecho para hacer daño..." pensó con algo de miedo mientras se paseaba por allí. Había muchos tipos de armas, demasiados... "¿Y esto que megahace aqui?" Se agachó a recoger un objeto del suelo. Aquello no era un arma, era una cadena larga y acabada con un pincho y un contrapeso en cada extremo. El chico se la puso al cuello a modo de collar y sonrió. Pesaba un poco, pero seguro que le quedaba genial.
Un olor conocido hizo que el chico subiese las escaleras de dos en dos como movido por una fuerza superior. Llegó a la cocina y miró con ojos brillantes y una sonrisa en la cara lo que estaban preparando Seon e Yrio. - ¡asparragacy's! - Exclamó lleno de felicidad mientras se olvidaba por unos segundos de todo lo que había pasado antes. Le dio un abrazo a cada uno, eufórico.
Los que habían salido a la biblioteca vuelven con más comida aun y Atol informa que han visto a el otro grupo y que están bien "Menos mal..." El bichito verde dijo que quería que le llamasen Tap y Thras asintió. Le daba exactamente igual como llamarle siempre que tuviese un nombre. Atol comenzó a poner la mesa mientras el Frivy esperaba pacientemente. Cuando todo estuvo listo y la gente sentada, comenzaron a comer. Thras disfrutó de su comida, incluso mas que cuando estaba en Frivo porque, aunque la comida era sin duda de muchísima menos calidad que la que el estaba habituado a comer y estaba guisada de forma rara, sabía lo que era, y eso al menos le daba algo de tranquilidad.
- Poblo
Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
18/09/12, 05:26 pm
Lo primero que noté cuando llegamos al torreón fue que todo estaba más limpio que cuando nos habíamos ido, seguido de un olor a comida recién hecha. Dejé la cesta en la cocina y le eché un vistazo a la cena.
-Huele bien- fue lo único que dije.
Escuché a Tap comentar algunas cosas, como su nuevo nombre sonoro, y que guardaramos las semillas. "¿Para qué? Ninguna de las plantas que podamos cultivar con esas semillas crecerá muy deprisa" Pero no discuto. Por último me pide que lleve su libro al patio y sale fuera.
Salgo al patio justo después y dejo el libro donde me había dicho. Me parecía raro que quisiera salir a estas horas. Miré hacia el huerto esperando encontrarlo allí, pero lo descubro trepando por las enredaderas.
"¿Que hace ahí?" Está oscuro y acabo perdiéndolo de vista, pero parecía dirigirse a la azotea. Sea lo que sea lo que pretenda es evidente que no quiere que lo veamos. "No se lo que quiere hacer allí arriba, pero lo averiguaré"
Volví a entrar en el torreón, donde la gente ya estaba sentada en la mesa listos para cenar.
-Empezad sin mí, que tengo que hacer una cosa. Vuelvo enseguida-
Acto seguido subí las escaleras hasta llegar a la azotea. Allí no hay nadie. "Que raro, juraría que había subido aquí"
Había empezado a examinar la azotea en busca de cualquier cosa que me pudiera dar alguna pista cuando escuché un zumbido. Era el zumbido de un insecto, pero mucho más intenso que cualquier zumbido que hubiera escuchado antes.
En el aire, y volando peligrosamente cerca del torreón distinguí la sombra que lo que parecía ser una abeja gigante, ¿O era una avispa? En cualquier caso era lo bastante grande como para ser mortalmente peligrosa. Me escondí detrás de las almenas y me llevé una mano al la daga del cinto, intentando ignorar el asco que me daba el simple hecho de tocarla.
El insecto se posó en la azotea y me quedé totalmente inmóvil, rezando para que no reperara en mi presencia, y entonces le ví, subido sobre el insecto. "¿Tap? ¿Pero como...?" Entonces lo recuerdo. Era un domador, eso había dicho esta mañana. De modo que el insecto debía ser suyo. "¿Y por qué no dijo nada?" Me arrepentí casi al instante por hacerme una pregunta tan estúpida. La respuesta era bien sencilla: no confiaba en nosotros, y no podía culparle. Estaba en un mundo desconocido, rodeado de gente desconocida. De hecho yo tampoco confiaba del todo en los demás.
Algo raro me sucedía. El repoblador no confiaba en mí, me había ocultado cosas y había estado a punto de hacer quenos mataran las casas carnívoras. Debería estar furioso con él, pero en vez de eso, poco a poco, parecía estar fornandose en mí un sentimiento de camaradería hacia él, algo que no me había pasado desde hacía años.
Esperé a que Tap escondiera a su mascota, tomando nota de dónde estaba, y cuando se disponía a bajar al patio hablé.
-¿Qué tal el vuelo?-
-Huele bien- fue lo único que dije.
Escuché a Tap comentar algunas cosas, como su nuevo nombre sonoro, y que guardaramos las semillas. "¿Para qué? Ninguna de las plantas que podamos cultivar con esas semillas crecerá muy deprisa" Pero no discuto. Por último me pide que lleve su libro al patio y sale fuera.
Salgo al patio justo después y dejo el libro donde me había dicho. Me parecía raro que quisiera salir a estas horas. Miré hacia el huerto esperando encontrarlo allí, pero lo descubro trepando por las enredaderas.
"¿Que hace ahí?" Está oscuro y acabo perdiéndolo de vista, pero parecía dirigirse a la azotea. Sea lo que sea lo que pretenda es evidente que no quiere que lo veamos. "No se lo que quiere hacer allí arriba, pero lo averiguaré"
Volví a entrar en el torreón, donde la gente ya estaba sentada en la mesa listos para cenar.
-Empezad sin mí, que tengo que hacer una cosa. Vuelvo enseguida-
Acto seguido subí las escaleras hasta llegar a la azotea. Allí no hay nadie. "Que raro, juraría que había subido aquí"
Había empezado a examinar la azotea en busca de cualquier cosa que me pudiera dar alguna pista cuando escuché un zumbido. Era el zumbido de un insecto, pero mucho más intenso que cualquier zumbido que hubiera escuchado antes.
En el aire, y volando peligrosamente cerca del torreón distinguí la sombra que lo que parecía ser una abeja gigante, ¿O era una avispa? En cualquier caso era lo bastante grande como para ser mortalmente peligrosa. Me escondí detrás de las almenas y me llevé una mano al la daga del cinto, intentando ignorar el asco que me daba el simple hecho de tocarla.
El insecto se posó en la azotea y me quedé totalmente inmóvil, rezando para que no reperara en mi presencia, y entonces le ví, subido sobre el insecto. "¿Tap? ¿Pero como...?" Entonces lo recuerdo. Era un domador, eso había dicho esta mañana. De modo que el insecto debía ser suyo. "¿Y por qué no dijo nada?" Me arrepentí casi al instante por hacerme una pregunta tan estúpida. La respuesta era bien sencilla: no confiaba en nosotros, y no podía culparle. Estaba en un mundo desconocido, rodeado de gente desconocida. De hecho yo tampoco confiaba del todo en los demás.
Algo raro me sucedía. El repoblador no confiaba en mí, me había ocultado cosas y había estado a punto de hacer quenos mataran las casas carnívoras. Debería estar furioso con él, pero en vez de eso, poco a poco, parecía estar fornandose en mí un sentimiento de camaradería hacia él, algo que no me había pasado desde hacía años.
Esperé a que Tap escondiera a su mascota, tomando nota de dónde estaba, y cuando se disponía a bajar al patio hablé.
-¿Qué tal el vuelo?-
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
18/09/12, 06:52 pm
La voz de Pablo sorprendió al repoblador y le hizo saltar en su sitio, soltando un sonido agudo y chirriante por el susto.
-¡Joder!-no había visto la trampilla que conducía a la cima y no se le había ocurrido pensar que los gigantes podrían llegar hasta allí.
Se llevó sus cuatro manos a la cara mientras calibraba la situación y luego dirigió una mirada entre seria y triste al gigante. No quería que le pasara nada a su animal y, en otra ocasión, habría estado dispuesto a dormir a Pablo para hacerle creer que había sido un sueño si hiciera falta, pero esta no era otra ocasión. Pablo le había llevado a cuestas y le había salvado del panal cazador a la vuelta de la bliblioteca. << No puedo hacerle eso... >>. Le dio la espalda y cruzó los brazos tras ella, lo que venía a ser una petición de silencio, y luego trepó por el brazo del gigante hasta el hombro. Se sentó junto a su cuello y comenzó a "escribir" a caricias en él que le guardara el secreto. Sin embargo recordó las dificultades que tenían para leerle así y acabó agarrando la oreja de Pablo, tirándo de ella y acercando la cara al interior del orificio, para hablarle sin que nadie los oyera. << Qué agujero más feo... >> pensó antes de centrarse en lo importante.
-Es mi avispa-le explicó-. Es amiga, buena y obediente. El gigante sembrado me dejó traerla a la ciudad y pensé que sería de mucha ayuda. Pero Rocavarrancolia da miedo y no quiero que le pase nada, por eso la dejo escondida-estaba siendo todo lo sincero que podía ser con un desconocido y lo cierto era que le estaba incluso costando-. Pero no puedes decírselo a nadie, Pablo-a pesar de ser una prohibición, el tono de voz no era firme, sino preocupado-. ¿Me vas a guardar este secreto? Tienes que hacerlo. Por favor-odiaba pedir cosas por favor a seres pensantes. No es como cuando adiestras a un animal, que te escuchan y obedecen. La inteligencia les daba la capacidad de decidir y a veces las decisiones ajenas hacían daño. Más de un compañero suyo había sido desterrado por tomar decisiones desacertadas y dañinas para la colonia-. Si no lo haces...-su tono era lastimero y daba a entender algo totalmente distinto a lo que realmente pensaba. << Que la flora cuide a la avispa de ti o a ti de mí, mal que me pueda pesar >>.
Saltó al suelo de la cima y se alejó cabizbajo hacia las enredaderas, por las que bajó al patio. No quería hacer daño a Pablo, ni a él ni a ninguno de los gigantes del panal. Eran buenos seres y Tap empezaba a sentirse como en la colonia entre ellos. Quizá un poco más pequeñito en comparación, pero no importaba, le hacían sentir como parte de algo más, como en casa. Solo esperaba que Pablo fuera buen gigante y guardara su secreto. Realmente no quería dañar a un compañero. << Decide bien... >>.
El resto de la noche lo dedicó a enterrar las semillas que había encontrado por la mañana y que el libro calificaba de buenas hierbas. La mayoría solo daban alimento o condimento, concepto que no acababa de entender muy bien. Pero pensó que estaría relacionado y no le dio importancia. Cuando acabó, pidió a uno de los gigantes que le trajera agua y le ayudara a regar la tierra y arrancar las plantas muertas.
Tras eso, se agenció una cesta vacía, la arrastró con dificultad hacia el patio y la puso bocabajo en una punta despoblada. Enterró los pies en suelo blando bajo su improvisado techo y se arropó con un par de hojas secas.
-¡Joder!-no había visto la trampilla que conducía a la cima y no se le había ocurrido pensar que los gigantes podrían llegar hasta allí.
Se llevó sus cuatro manos a la cara mientras calibraba la situación y luego dirigió una mirada entre seria y triste al gigante. No quería que le pasara nada a su animal y, en otra ocasión, habría estado dispuesto a dormir a Pablo para hacerle creer que había sido un sueño si hiciera falta, pero esta no era otra ocasión. Pablo le había llevado a cuestas y le había salvado del panal cazador a la vuelta de la bliblioteca. << No puedo hacerle eso... >>. Le dio la espalda y cruzó los brazos tras ella, lo que venía a ser una petición de silencio, y luego trepó por el brazo del gigante hasta el hombro. Se sentó junto a su cuello y comenzó a "escribir" a caricias en él que le guardara el secreto. Sin embargo recordó las dificultades que tenían para leerle así y acabó agarrando la oreja de Pablo, tirándo de ella y acercando la cara al interior del orificio, para hablarle sin que nadie los oyera. << Qué agujero más feo... >> pensó antes de centrarse en lo importante.
-Es mi avispa-le explicó-. Es amiga, buena y obediente. El gigante sembrado me dejó traerla a la ciudad y pensé que sería de mucha ayuda. Pero Rocavarrancolia da miedo y no quiero que le pase nada, por eso la dejo escondida-estaba siendo todo lo sincero que podía ser con un desconocido y lo cierto era que le estaba incluso costando-. Pero no puedes decírselo a nadie, Pablo-a pesar de ser una prohibición, el tono de voz no era firme, sino preocupado-. ¿Me vas a guardar este secreto? Tienes que hacerlo. Por favor-odiaba pedir cosas por favor a seres pensantes. No es como cuando adiestras a un animal, que te escuchan y obedecen. La inteligencia les daba la capacidad de decidir y a veces las decisiones ajenas hacían daño. Más de un compañero suyo había sido desterrado por tomar decisiones desacertadas y dañinas para la colonia-. Si no lo haces...-su tono era lastimero y daba a entender algo totalmente distinto a lo que realmente pensaba. << Que la flora cuide a la avispa de ti o a ti de mí, mal que me pueda pesar >>.
Saltó al suelo de la cima y se alejó cabizbajo hacia las enredaderas, por las que bajó al patio. No quería hacer daño a Pablo, ni a él ni a ninguno de los gigantes del panal. Eran buenos seres y Tap empezaba a sentirse como en la colonia entre ellos. Quizá un poco más pequeñito en comparación, pero no importaba, le hacían sentir como parte de algo más, como en casa. Solo esperaba que Pablo fuera buen gigante y guardara su secreto. Realmente no quería dañar a un compañero. << Decide bien... >>.
El resto de la noche lo dedicó a enterrar las semillas que había encontrado por la mañana y que el libro calificaba de buenas hierbas. La mayoría solo daban alimento o condimento, concepto que no acababa de entender muy bien. Pero pensó que estaría relacionado y no le dio importancia. Cuando acabó, pidió a uno de los gigantes que le trajera agua y le ayudara a regar la tierra y arrancar las plantas muertas.
Tras eso, se agenció una cesta vacía, la arrastró con dificultad hacia el patio y la puso bocabajo en una punta despoblada. Enterró los pies en suelo blando bajo su improvisado techo y se arropó con un par de hojas secas.
- Serokrai
Ficha de cosechado
Nombre: Serokrai
Especie: Ulterano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad y nociones de lucha (especialista en lucha con armas a dos manos, especialmente guadañas y similares).
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
19/09/12, 12:27 am
Cuando llegamos al torreón casi había caido la noche sobre nosotros. Cuando los muchachos del otro grupo dijeron que debiamos darnos prisa en recoger nuestros libros y regresar al torreón antes de que cayera la noche recordé que aun teníamos que recoger la comida antes de volver al torreón. Los otros muchachos nos dijeron que habían encontrado un torreón del que habían echo su hogar, lo cual nos convenía más. De esa forma si tubieramos que huir de este por algun motivo tendríamos otro refugio al que acudir. Se despidieron apresuradamente y se fueron a reunirse con el resto de su grupo.
El bibliotecario, después de deterner los ataques contra los libros de el repoblador se perdió entre las estanterías farfullando. Tenía muchas preguntas que hacerle, pero no había tiempo para ello. Me prometí regresar en un futuro no muy lejano. Desandé el camino que había hecho para sorprender a los chicos, hasta llegar al libro que llamo mi atención antes: Cazando en Rocavarancolia. Saque el libro de la estantería y lo observe. La cubierta marron no mostraba más decoración que las sencillas letras que formaban el título, y sus ojas estaban cerradas por un simple lazo rojo. Ni se me paso por la cabeza el abrirlo. Supe que era lo que estaba buscando, asi que lo agarre y me encaminé al exterior de la biblioteca, junto con mis compañeros. El repoblador se subió encima de Pablo y todos juntos emprendimos el camino hacia la avenida de las casas carnívoras.
Aunque Atol había advertido al hombrecillo de las taimadas casas, este no tardó en saltar de Pablo al suelo y correr como alma que lleva el diablo en dirección a la más proxima. Hice ademán de lanzarme en su persecución, pero Pablo se me adelantó y sujeto al repoblador, a tiempo de salvarlo de la peligrosa lengua que pugnaba por agarrarlo. Después de recibir una regañina por parte de Atol, continuamos hasta el lugar donde nos aguardaban las cestas de comida. Atol cargo con una, y yo cojí la otra con la mano izquierda. La diestra la tenía preparada por si acaso algun peligro salía nuestro encuentro. Sin embargo, el resto del camino transcurrió sin ningun tipo de percance. Y aquía estamos otra vez, delante del torreón.
Damos vueltas a su alrededor hasta que encontramos la escondida entrada. Cuando los demás nos abren la puerta, observamos que todo se encuentra visiblemente más limpio y recogido. Además, la cena esta ya preparada. Dejamos las cestas en la cocina y me siento en una silla, con la comida delante. Atol menciona que el y yo nos encargaremos de entrenar al resto, a lo cual asiento. Eso es algo prioritario si pretendemos sobrevivir a una ciudad cargada de peligros como esta demostrando ser Rocavarancolia. Como rapidamente, pues tengo hambre. La comida consiste en una sopa de verduras, por lo que no pierdo ningún diente. Los que perdí en la anterior comida ya casi se me habían regenerado por completo.
Antes de cenar el repoblador, que nos había pedido que nos dirigieramos a el como Tap, desapareció junto con Pablo en dirección al patio. Me pregunto que estarán haciendo cuando veo a Pablo subir solo las escaleras, aunque tampoco dedico mucho tiempo a pensar en ello. Limpio mi plato, pues no quiero ganarme otra mirada recriminatoria por parte de Atol. Una vez he cumplido con mis obligaciones, mi atención se dispara hacia el libro que elegí en la biblioteca.
Lo había dejado al lado de la cesta de comida que me encarge de traer, asi que lo cojo y me siento en una silla, dispuesto a informarme un poco de las posibilidades de caza de la ciudad. Con cuidado de no dañarla, desenvuelvo la cinta roja que sujeta las hojas y abro el libro.
El bibliotecario, después de deterner los ataques contra los libros de el repoblador se perdió entre las estanterías farfullando. Tenía muchas preguntas que hacerle, pero no había tiempo para ello. Me prometí regresar en un futuro no muy lejano. Desandé el camino que había hecho para sorprender a los chicos, hasta llegar al libro que llamo mi atención antes: Cazando en Rocavarancolia. Saque el libro de la estantería y lo observe. La cubierta marron no mostraba más decoración que las sencillas letras que formaban el título, y sus ojas estaban cerradas por un simple lazo rojo. Ni se me paso por la cabeza el abrirlo. Supe que era lo que estaba buscando, asi que lo agarre y me encaminé al exterior de la biblioteca, junto con mis compañeros. El repoblador se subió encima de Pablo y todos juntos emprendimos el camino hacia la avenida de las casas carnívoras.
Aunque Atol había advertido al hombrecillo de las taimadas casas, este no tardó en saltar de Pablo al suelo y correr como alma que lleva el diablo en dirección a la más proxima. Hice ademán de lanzarme en su persecución, pero Pablo se me adelantó y sujeto al repoblador, a tiempo de salvarlo de la peligrosa lengua que pugnaba por agarrarlo. Después de recibir una regañina por parte de Atol, continuamos hasta el lugar donde nos aguardaban las cestas de comida. Atol cargo con una, y yo cojí la otra con la mano izquierda. La diestra la tenía preparada por si acaso algun peligro salía nuestro encuentro. Sin embargo, el resto del camino transcurrió sin ningun tipo de percance. Y aquía estamos otra vez, delante del torreón.
Damos vueltas a su alrededor hasta que encontramos la escondida entrada. Cuando los demás nos abren la puerta, observamos que todo se encuentra visiblemente más limpio y recogido. Además, la cena esta ya preparada. Dejamos las cestas en la cocina y me siento en una silla, con la comida delante. Atol menciona que el y yo nos encargaremos de entrenar al resto, a lo cual asiento. Eso es algo prioritario si pretendemos sobrevivir a una ciudad cargada de peligros como esta demostrando ser Rocavarancolia. Como rapidamente, pues tengo hambre. La comida consiste en una sopa de verduras, por lo que no pierdo ningún diente. Los que perdí en la anterior comida ya casi se me habían regenerado por completo.
Antes de cenar el repoblador, que nos había pedido que nos dirigieramos a el como Tap, desapareció junto con Pablo en dirección al patio. Me pregunto que estarán haciendo cuando veo a Pablo subir solo las escaleras, aunque tampoco dedico mucho tiempo a pensar en ello. Limpio mi plato, pues no quiero ganarme otra mirada recriminatoria por parte de Atol. Una vez he cumplido con mis obligaciones, mi atención se dispara hacia el libro que elegí en la biblioteca.
Lo había dejado al lado de la cesta de comida que me encarge de traer, asi que lo cojo y me siento en una silla, dispuesto a informarme un poco de las posibilidades de caza de la ciudad. Con cuidado de no dañarla, desenvuelvo la cinta roja que sujeta las hojas y abro el libro.
- Administración
Ficha de cosechado
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Habilidades:
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
19/09/12, 01:14 am
Las cintas rojas que, atadas, cerraban el libro se soltaron con facilidad. La portada comenzó a tragárselas como si de ilustraciones se trataran, y así fue como las cubiertas quedaron adornadas por dos sencillas filigranas rojas. Imposibles de despegar.
La primera página estaba en blanco.
La segunda también.
La tercera tenía un símbolo debajo que en rocavarancolés de la fuente significaba el número tres.
Entre la cuarta y la quinta había dos citas escritas a letra finísima y esmerada:
"Digan lo que digan, arruinar una criba es marcar un hito en la historia"
Dama Vigésima
"Y cuando los blandos trozos de tarta queden secos y fermentados y cínicos y corrompidos y muertos, todos podremos irnos a esperar como nublinos aburridos"
Tiento Tros
Las páginas sexta y séptima estaban en blanco.
La octava tenía dibujado un intrincado cuarto de círculo y unas instrucciones en un raro idioma matemático para repetirlo cuatro veces y formar un círculo completo.
La novena página estaba ocupada por una decaestrella llena de detalles caóticos como garabatos furiosos.
Entre las páginas diez y once había un mapa con una flecha señalando un lugar cercano al anfiteatro, que también aparecía representado.
El resto de páginas estaban vacías.
La primera página estaba en blanco.
La segunda también.
La tercera tenía un símbolo debajo que en rocavarancolés de la fuente significaba el número tres.
Entre la cuarta y la quinta había dos citas escritas a letra finísima y esmerada:
"Digan lo que digan, arruinar una criba es marcar un hito en la historia"
Dama Vigésima
"Y cuando los blandos trozos de tarta queden secos y fermentados y cínicos y corrompidos y muertos, todos podremos irnos a esperar como nublinos aburridos"
Tiento Tros
Las páginas sexta y séptima estaban en blanco.
La octava tenía dibujado un intrincado cuarto de círculo y unas instrucciones en un raro idioma matemático para repetirlo cuatro veces y formar un círculo completo.
La novena página estaba ocupada por una decaestrella llena de detalles caóticos como garabatos furiosos.
Entre las páginas diez y once había un mapa con una flecha señalando un lugar cercano al anfiteatro, que también aparecía representado.
El resto de páginas estaban vacías.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
19/09/12, 04:39 pm
Descendí las escaleras distraído, pensando en lo que había pasado en la azotea, y a punto estube de caerme en un despiste.
Cuando llegué a la cocina todos habían terminado ya de cenar "¿Cuánto tiempo había estado arriba?" La mirada y los gruñidos que me dedicó Atol al verme sirvieron como respuesta "Mucho tiempo".
Me senté y me puse a cenar en silencio. Nadie me preguntó por lo que había estado haciendo arriba. "Mejor. No creo que pudiera inventarme una excusa convincente en este momento."
Cuando terminé de cenar y de limpiar mi plato, salí al patio para buscar a Tap. Lo encontré en el huerto, No parecía querer hablar asi que no dije nada. Me limité a echarle una mano regando y arrancando algunas plantas muertas. Cuando terminé me dirigí de vuelta al torreon, pero antes de cruzar la puerta me di la vuelta.
-Guardaré tu secreto- le dije, y volví al salón.
Me senté en uno de los sillones y examiné el bestiario que había traído de la biblioteca. Se trataba de un tomo de tapas finas pero rígidas en granate. Lo abrí y empezé a leerlo pero no consigo concentrarme. Me invade una extraña sensación de sueño.
-Me voy a dormir-
Sin esperar respuesta subo las escaleras "Ya me despertarán si pasa algo importante". Dejé el libro en una de las estanterías del estudio mientras subía, Entré en el dormitorio y me acosté, para volver a sumirme en mis pesadillas.
Cuando llegué a la cocina todos habían terminado ya de cenar "¿Cuánto tiempo había estado arriba?" La mirada y los gruñidos que me dedicó Atol al verme sirvieron como respuesta "Mucho tiempo".
Me senté y me puse a cenar en silencio. Nadie me preguntó por lo que había estado haciendo arriba. "Mejor. No creo que pudiera inventarme una excusa convincente en este momento."
Cuando terminé de cenar y de limpiar mi plato, salí al patio para buscar a Tap. Lo encontré en el huerto, No parecía querer hablar asi que no dije nada. Me limité a echarle una mano regando y arrancando algunas plantas muertas. Cuando terminé me dirigí de vuelta al torreon, pero antes de cruzar la puerta me di la vuelta.
-Guardaré tu secreto- le dije, y volví al salón.
Me senté en uno de los sillones y examiné el bestiario que había traído de la biblioteca. Se trataba de un tomo de tapas finas pero rígidas en granate. Lo abrí y empezé a leerlo pero no consigo concentrarme. Me invade una extraña sensación de sueño.
-Me voy a dormir-
Sin esperar respuesta subo las escaleras "Ya me despertarán si pasa algo importante". Dejé el libro en una de las estanterías del estudio mientras subía, Entré en el dormitorio y me acosté, para volver a sumirme en mis pesadillas.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
19/09/12, 05:18 pm
Yrio recibió con una gran sonrisa a sus compañeros recién llegados, que además de libros traían comida. No solo habían vuelto intactos, sino que se habían encontrado con los otros chicos, confirmando que todos estaban bien y a salvo en otro refugio.
-Oh, ¿iremos a verles algún día?- preguntó.
Había decidido que no quería quedarse en el torreón todo el día, y el que sus compañeros estuviesen bien tras su excursion le animaba a apuntarse a futuras salidas. Además, él también quería un libro, quería ver la biblioteca. << Me gustan las bibliotecas>> Al menos la de mi ciudad me gustaba...
Escuchó atentamente a sus compañeros mientras le contaban el día. Al parecer habían tenido un pequeño roce con el otro grupo, pero por suerte no había pasado nada grave. Casi se olvidó de comer cuando le hablaron de los libros voladores. Definitivamente se llevaría uno de esos... Habló él luego de su día a toda velocidad, omitiendo algunos detalles que prefirió que los otros no supieran. Algunos se fueron levantando, pero él siguió hablando como si nada.
-He decidido haceros entrevistas a todos para saber más sobre vuestros mundos, así que id pensando quien quiere ir primero. Sino, yo mismo os perseguiré y os acosaré hasta quedar satisfecho con la información que me dais.- amenazó con buen humor.
Pablo se levantó por segunda vez y se sentó a leer. A Yrio le daba menos respeto que el gigante peliblanco así que limpió su plato con disimulo y se acercó para leer por encima de su hombro. Bichos, muchos bichos. Pero Yrio no tuvo tiempo de ver mucho, pues Pablo se fue a acostarse. Se tumbó enfurruñado en el sofá, mirando al techo y escuchando las conversaciones de los otros sin prestar mucha atención, hasta que el cansancio pudo con él y se quedó dormido.
-Oh, ¿iremos a verles algún día?- preguntó.
Había decidido que no quería quedarse en el torreón todo el día, y el que sus compañeros estuviesen bien tras su excursion le animaba a apuntarse a futuras salidas. Además, él también quería un libro, quería ver la biblioteca. << Me gustan las bibliotecas>> Al menos la de mi ciudad me gustaba...
Escuchó atentamente a sus compañeros mientras le contaban el día. Al parecer habían tenido un pequeño roce con el otro grupo, pero por suerte no había pasado nada grave. Casi se olvidó de comer cuando le hablaron de los libros voladores. Definitivamente se llevaría uno de esos... Habló él luego de su día a toda velocidad, omitiendo algunos detalles que prefirió que los otros no supieran. Algunos se fueron levantando, pero él siguió hablando como si nada.
-He decidido haceros entrevistas a todos para saber más sobre vuestros mundos, así que id pensando quien quiere ir primero. Sino, yo mismo os perseguiré y os acosaré hasta quedar satisfecho con la información que me dais.- amenazó con buen humor.
Pablo se levantó por segunda vez y se sentó a leer. A Yrio le daba menos respeto que el gigante peliblanco así que limpió su plato con disimulo y se acercó para leer por encima de su hombro. Bichos, muchos bichos. Pero Yrio no tuvo tiempo de ver mucho, pues Pablo se fue a acostarse. Se tumbó enfurruñado en el sofá, mirando al techo y escuchando las conversaciones de los otros sin prestar mucha atención, hasta que el cansancio pudo con él y se quedó dormido.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
19/09/12, 10:57 pm
Mientras cenábamos, el repoblador dijó algo de "comprensión táctil", refiriéndose seguramente a los gestos en la piel que hace, y luego nos dijo un nombre "sonoro" para dirigirnos a él, el cual memoricé a base de repetirlo mentalmente << ¿Sabrá lo que es un tapón? No lo parece... Pero se le ve tan convencido, dejemosle >> Y con sus hojas en el cinturoncillo, salió al patio seguido de Pablo, el cual se excusa y le sigue.
-Si se os enfría os apañáis luego.-gruño mientras sigo comiendo y entonces Yrio empieza a hablar animadamente, captando mi atención.-Claro que iremos a visitarles, aprovecharemos algún día entero para tener tiempo.-su velocidad al hablar me saca una risa y asiento lentamente.-Cuando quieras. Será bueno eso, para no tener problemas tontos entre nosotros.
Terminamos la cena y voy recogiendo mi plato y el de las chicas, acompañado por Serok que coge el suyo y luego se va a ojear su libro. Pablo vuelve de donde quiera que fuese y tras cenar en solitario, también se sentó a leer su bestiario. Yo preferiría acostarme cuanto antes y madrugar mañana con la primera luz del alba... Pero también es tempranillo, así que me acerco a los lectores con mi tomo dispuesto a intentar descifrar sus misteros, hasta que veo lo que le sucede al del ulterano
-Pero qué demonios... ¿No lo abriste allí?-inquiro cuando veo pasar las páginas, con extrañas inscripciones y dibujos las primeras, vacías las siguientes.-Qué es eso... ¿Pretenden arruinarnos?
El otro chaval sube a dormir mientras intento sacar algo de lo que dicen las páginas estas, pero no hay nada muy claro excepto lo de arruinar la criba. Para cuando Yrio se ha quedado dormido, ya me he hartado y acabo sugiriendo, serio:
-Podríamos volver a la biblioteca y pedirle explicaciones al bibliotecario, a ver de qué va esto.
Nos hemos quedado solos, así que voy a la cocina, cojo un cuchillo tras fregarlo, lo guardo en el cinturón y me despido de Serok por si se quedase más tiempo
-Yo me subo, hasta mañana. Si subes, elige una cama y si queda alguna libre, podrías bloquear la puerta con ella.
Después cojo a Yrio en brazos con total cuidado, para luego subir y dejarlo en su cama y echarle la manta por encima. Finalmente me siento en la mia, me quito todo lo sobrante para dormir, dejo el cuchillo bajo la almohada y me echo mirando al techo.
<< Mañana... Limpiar poco, comida tenemos... Hay que explorar esto a fondo, hay ropa sin descubrir y baúles sin abrir. También podríamos empezar a entrenarnos con las armas de abajo. aunque no las conozco todas y sólo Serok parece tener idea de luchar, diablos... Ya veremos cómo nos apañamos, ahora a descansar... Mañana más >> Ya llegará el sueño...
-Si se os enfría os apañáis luego.-gruño mientras sigo comiendo y entonces Yrio empieza a hablar animadamente, captando mi atención.-Claro que iremos a visitarles, aprovecharemos algún día entero para tener tiempo.-su velocidad al hablar me saca una risa y asiento lentamente.-Cuando quieras. Será bueno eso, para no tener problemas tontos entre nosotros.
Terminamos la cena y voy recogiendo mi plato y el de las chicas, acompañado por Serok que coge el suyo y luego se va a ojear su libro. Pablo vuelve de donde quiera que fuese y tras cenar en solitario, también se sentó a leer su bestiario. Yo preferiría acostarme cuanto antes y madrugar mañana con la primera luz del alba... Pero también es tempranillo, así que me acerco a los lectores con mi tomo dispuesto a intentar descifrar sus misteros, hasta que veo lo que le sucede al del ulterano
-Pero qué demonios... ¿No lo abriste allí?-inquiro cuando veo pasar las páginas, con extrañas inscripciones y dibujos las primeras, vacías las siguientes.-Qué es eso... ¿Pretenden arruinarnos?
El otro chaval sube a dormir mientras intento sacar algo de lo que dicen las páginas estas, pero no hay nada muy claro excepto lo de arruinar la criba. Para cuando Yrio se ha quedado dormido, ya me he hartado y acabo sugiriendo, serio:
-Podríamos volver a la biblioteca y pedirle explicaciones al bibliotecario, a ver de qué va esto.
Nos hemos quedado solos, así que voy a la cocina, cojo un cuchillo tras fregarlo, lo guardo en el cinturón y me despido de Serok por si se quedase más tiempo
-Yo me subo, hasta mañana. Si subes, elige una cama y si queda alguna libre, podrías bloquear la puerta con ella.
Después cojo a Yrio en brazos con total cuidado, para luego subir y dejarlo en su cama y echarle la manta por encima. Finalmente me siento en la mia, me quito todo lo sobrante para dormir, dejo el cuchillo bajo la almohada y me echo mirando al techo.
<< Mañana... Limpiar poco, comida tenemos... Hay que explorar esto a fondo, hay ropa sin descubrir y baúles sin abrir. También podríamos empezar a entrenarnos con las armas de abajo. aunque no las conozco todas y sólo Serok parece tener idea de luchar, diablos... Ya veremos cómo nos apañamos, ahora a descansar... Mañana más >> Ya llegará el sueño...
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e ImaginaciónPersonajes : Elliot es una Dullahan bastante fácil de cabrear y con quien es mejor no llevarse mal (aun que ésto sea dificil) Conoce el manejo del casi todas las armas, y tiene un Dragón llamado Deatach que es quien le instruye y ayuda.
Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
20/09/12, 01:20 pm
Pronto todos menos Pablo y el bichito verde estaban cenando. Yrio preguntó si irian a ver de nuevo a los del otro torreón. Thras sonrió, él también quería ir a verles, aunque, recordando a aquel tipo de rojo le dio un poco de miedo.
Cuando Pablo volvió, la mayoría ya había acabado de comer. Luego se puso a leer al igual que Serokrai. Thras se sentía bastante cansado y, tras el golpe que había sufrido antes y su posterior remedio, un sueño espeso había invadido su cabeza impidiendo casi que pensase.
Yrio fue el primero en levantarse para irse a la cama y el Frivy le siguió. Vio a Alder dormida y una punzada de resentimiento recorrió su cuerpo. Por suerte, esa noche las sabanas olían a limpio y estaban suaves por lo que Thras no tardó en quedarse dormido.
Despertó de nuevo con las primeras luces del día. Sonrió frotándose los ojos mientras se levantaba de la cama, tan desnudo como se había acostado. Sus compañeros seguían tranquilamente dormidos. El chico ni siquiera se vistió, bajó al patio y, durante varias horas estuvo haciendo ejercicio. Luego entró al torreón y fue hacia las cestas de fruta. Había demasiada carne cruda que el no sabía cocinar y demasiadas cosas que el no conocía. "Fruta, la fruta no se supercocina" pensó. Cogió una manzana y se puso a darle muerdos sentado en una de las sillas de la cocina.
Cuando Pablo volvió, la mayoría ya había acabado de comer. Luego se puso a leer al igual que Serokrai. Thras se sentía bastante cansado y, tras el golpe que había sufrido antes y su posterior remedio, un sueño espeso había invadido su cabeza impidiendo casi que pensase.
Yrio fue el primero en levantarse para irse a la cama y el Frivy le siguió. Vio a Alder dormida y una punzada de resentimiento recorrió su cuerpo. Por suerte, esa noche las sabanas olían a limpio y estaban suaves por lo que Thras no tardó en quedarse dormido.
Despertó de nuevo con las primeras luces del día. Sonrió frotándose los ojos mientras se levantaba de la cama, tan desnudo como se había acostado. Sus compañeros seguían tranquilamente dormidos. El chico ni siquiera se vistió, bajó al patio y, durante varias horas estuvo haciendo ejercicio. Luego entró al torreón y fue hacia las cestas de fruta. Había demasiada carne cruda que el no sabía cocinar y demasiadas cosas que el no conocía. "Fruta, la fruta no se supercocina" pensó. Cogió una manzana y se puso a darle muerdos sentado en una de las sillas de la cocina.
Me haré una cama con tus huesos, Invitado, Muajajaj!
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
¡Superpor la aceptación, la integración y los derechy'x Frivy's!
- Spoiler:
Click en la imagen para ver el esquema de relaciones entre los Cosechados del Rol
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
20/09/12, 06:32 pm
El sol, que se coló furtivamente por las rendijas de la cesta, despertó al pequeño ser. Tap se estiró bajo su improvisada guarida, desenterró sus pies y "salió" al patio. Se sorprendió de encontrar a... a... había olvidado su nombre, era el primer gigante que lo había visto ayer, el del pelo negro. Iba sin una sola de las pieles falsas que solían utilizar los gigantes y hacía un baile extraño. Al repoblador le hizo gracia y había estado a nada de imitarlo, pero se echó atrás para no sorprender al chico. << ¿Danzas de apareamiento? >> luego preguntaría, cuando tuviera más confianza.
Cuando el chico pasó al interior, Tapón se dirigió inmediatamente a comprobar que su animal seguía vivo. << Pablo, no me defraudes... >>. De momento no lo había hecho, pero Tap no sabía cuantas semillas estaría Pablo dispuesto a plantar por él. La avispa estaba escondida tras las lianas alrededor del panal, frotándose los ojillos con las patas delanteras. El repoblador la saludó alegremente, le hizo cosquillas bajo el cuello y la palmeó varias veces. Le pidió disculpas por no haber podido traerle comida y le prometió que luego volvería con algo mientras le acariciaba el pelo de su parte trasera, aunque trataría de ser más cuidadoso que ayer.
Una vez volvió al patio, se dedicó a rebuscar un par de semillas que no le dio tiempo ayer a plantar y las enterró en tierra blanda. Con esto, gracias a la ayuda de Pablo ayer, el huerto estaba todo lo bien que podía. Era todo tierra fea y solo un par de plantas que habían aguantado al probable abandono del lugar, pero pronto las semillas crecerían, y serían más en cuanto se hiciese con otro puñado. << Pronto esto será verde >> y entonces se encargaría de lo demás. Fuera del panal era donde se encontraría con un verdadero reto.
Cansado, entró al habitáculo que los gigantes utilizaban de almacén de alimentos y trepó hasta la mesa en la que se encontraba Primero, que era como Tap recordaba a Thras. Se sentó frente a él, junto a las cestas de cuyo interior se agenció un par de bayas, y saludó al muchacho con un canturreo.
-Antes te vi bailar-le informó con una vocecilla divertida, entre bocados y gestos de amargura tras comprobar el sabor poco agradable de la fruta-. ¿Es una danza de apareamiento? Las avi... Las aves-se corrigió-. Las aves macho hacen bailes en el aire para conquistar a sus hembras en edad reproductoooooora-se puso de pie y agitó los brazos como si volara, imitando con su espalda el sonido melódico de algún canto de pájaro del bosque. Saltó sobre el brazo del gigante y trepó hasta su hombro. Se sentó, con los pies colgando por delante y la cola por detrás, olvidando rápidamente su teatro aviar, y añadió-. Pero para triunfar, necesitan hacerlo frente a las hembras, necesitan exhibir sus encantos. ¿Tus bailes de esta mañana son para reproducirte con alguien?-preguntó sin rodeos, pues no los veía necesarios. Quizá, como mucho, habría añadido que este lugar era muy feo para criar pequeños brotes, pero lo dejó pasar por esta vez. Luego se dio cuenta de algo en lo que no había pensado antes y volvió a preguntar con curiosidad puramente intelectual-Oh, y por cierto... ¿Eres macho o hembra? Es que no sé cual es cual en vosotros. Sois todos tan raros...-Tap había sido consciente enseguida de que había varias diferencias entre gigantes, pero no sabía discernir entre cuales eran por sexo o cuales por el lugar de procedencia u oficio dentro de la manada.
Cuando el chico pasó al interior, Tapón se dirigió inmediatamente a comprobar que su animal seguía vivo. << Pablo, no me defraudes... >>. De momento no lo había hecho, pero Tap no sabía cuantas semillas estaría Pablo dispuesto a plantar por él. La avispa estaba escondida tras las lianas alrededor del panal, frotándose los ojillos con las patas delanteras. El repoblador la saludó alegremente, le hizo cosquillas bajo el cuello y la palmeó varias veces. Le pidió disculpas por no haber podido traerle comida y le prometió que luego volvería con algo mientras le acariciaba el pelo de su parte trasera, aunque trataría de ser más cuidadoso que ayer.
Una vez volvió al patio, se dedicó a rebuscar un par de semillas que no le dio tiempo ayer a plantar y las enterró en tierra blanda. Con esto, gracias a la ayuda de Pablo ayer, el huerto estaba todo lo bien que podía. Era todo tierra fea y solo un par de plantas que habían aguantado al probable abandono del lugar, pero pronto las semillas crecerían, y serían más en cuanto se hiciese con otro puñado. << Pronto esto será verde >> y entonces se encargaría de lo demás. Fuera del panal era donde se encontraría con un verdadero reto.
Cansado, entró al habitáculo que los gigantes utilizaban de almacén de alimentos y trepó hasta la mesa en la que se encontraba Primero, que era como Tap recordaba a Thras. Se sentó frente a él, junto a las cestas de cuyo interior se agenció un par de bayas, y saludó al muchacho con un canturreo.
-Antes te vi bailar-le informó con una vocecilla divertida, entre bocados y gestos de amargura tras comprobar el sabor poco agradable de la fruta-. ¿Es una danza de apareamiento? Las avi... Las aves-se corrigió-. Las aves macho hacen bailes en el aire para conquistar a sus hembras en edad reproductoooooora-se puso de pie y agitó los brazos como si volara, imitando con su espalda el sonido melódico de algún canto de pájaro del bosque. Saltó sobre el brazo del gigante y trepó hasta su hombro. Se sentó, con los pies colgando por delante y la cola por detrás, olvidando rápidamente su teatro aviar, y añadió-. Pero para triunfar, necesitan hacerlo frente a las hembras, necesitan exhibir sus encantos. ¿Tus bailes de esta mañana son para reproducirte con alguien?-preguntó sin rodeos, pues no los veía necesarios. Quizá, como mucho, habría añadido que este lugar era muy feo para criar pequeños brotes, pero lo dejó pasar por esta vez. Luego se dio cuenta de algo en lo que no había pensado antes y volvió a preguntar con curiosidad puramente intelectual-Oh, y por cierto... ¿Eres macho o hembra? Es que no sé cual es cual en vosotros. Sois todos tan raros...-Tap había sido consciente enseguida de que había varias diferencias entre gigantes, pero no sabía discernir entre cuales eran por sexo o cuales por el lugar de procedencia u oficio dentro de la manada.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e ImaginaciónPersonajes : Elliot es una Dullahan bastante fácil de cabrear y con quien es mejor no llevarse mal (aun que ésto sea dificil) Conoce el manejo del casi todas las armas, y tiene un Dragón llamado Deatach que es quien le instruye y ayuda.
Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
20/09/12, 07:41 pm
Thras no había lavado la manzana y en la piel de esta se mezclaba el sabor de la sal y la sangre de la carne. Estaba definitivamente asquerosa, pero no sabía cocinar y no podía comer otra cosa. El torreón estaba en casi en completo silencio y eso ponía nervioso al frivy. No le gustaba estar solo, no le gustaba esa tranquilidad.
Fue un alivio cuando vio al bichito verde acercándose. Le hacía muchísima gracia aquel ser. Realmente no le veía como una persona sino como una mascotita mona. Le ayudó a subir a la mesa con una sonrisa en la cara. Tap se puso a comer bayitas a muerdos bajo la atenta mirada del chico. El bichito empezó a hablar.
-¿Bailar? - Preguntó - No superbailaba, hacía whoopunchy’x. - Explicó. Thras rió sonoramente cuando aquel ser le preguntó si eso era una danza de apareamiento. Realmente, en parte, lo era... El bichito se puso de pie y emitió un sonido gracioso, como de pájaros. Luego comenzó a subir por su brazo haciendole cosquillas hasta que se sentó en el hombro. - Megapodría ser... hay... hiperhay bailes cuyo fin es... ese - recordó los bailes de las discotecas de su mundo... aunque realmente no servían para reproducirse sino mas bien para pasar un buen rato. - Pero el superobjetivo del whoopunchy’x es ponerte megaguapo de la total para gustarle a la gente. - Explicó. Luego aquel ser le preguntó si era macho o hembra y Thras se sintió confuso... ¿Como podía no saberlo? Thras miró entre sus piernas comprobando que aquello que debería estar ahí no había desaparecido. - Megasoy un hombry's, por supuesto. - Dijo. "Y tu no megareres mas grande que lo que me superhace hombre" rió interiormente, se le hacía muy graciosa la idea. - ¿Tu que hipereres? -le prguntó cogiéndole en las manos y examinandole en busca de pechos o genitales que le identificasen en alguno de los dos géneros.
Fue un alivio cuando vio al bichito verde acercándose. Le hacía muchísima gracia aquel ser. Realmente no le veía como una persona sino como una mascotita mona. Le ayudó a subir a la mesa con una sonrisa en la cara. Tap se puso a comer bayitas a muerdos bajo la atenta mirada del chico. El bichito empezó a hablar.
-¿Bailar? - Preguntó - No superbailaba, hacía whoopunchy’x. - Explicó. Thras rió sonoramente cuando aquel ser le preguntó si eso era una danza de apareamiento. Realmente, en parte, lo era... El bichito se puso de pie y emitió un sonido gracioso, como de pájaros. Luego comenzó a subir por su brazo haciendole cosquillas hasta que se sentó en el hombro. - Megapodría ser... hay... hiperhay bailes cuyo fin es... ese - recordó los bailes de las discotecas de su mundo... aunque realmente no servían para reproducirse sino mas bien para pasar un buen rato. - Pero el superobjetivo del whoopunchy’x es ponerte megaguapo de la total para gustarle a la gente. - Explicó. Luego aquel ser le preguntó si era macho o hembra y Thras se sintió confuso... ¿Como podía no saberlo? Thras miró entre sus piernas comprobando que aquello que debería estar ahí no había desaparecido. - Megasoy un hombry's, por supuesto. - Dijo. "Y tu no megareres mas grande que lo que me superhace hombre" rió interiormente, se le hacía muy graciosa la idea. - ¿Tu que hipereres? -le prguntó cogiéndole en las manos y examinandole en busca de pechos o genitales que le identificasen en alguno de los dos géneros.
Me haré una cama con tus huesos, Invitado, Muajajaj!
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
¡Superpor la aceptación, la integración y los derechy'x Frivy's!
- Spoiler:
Click en la imagen para ver el esquema de relaciones entre los Cosechados del Rol
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
20/09/12, 09:22 pm
Lo primero que noté al despertarme, fueron varios pinchazos en la cintura. Había estado tan distraído la noche anterior que me había dormido con las armas aún en el cinturón, y ahora pagaba las consecuencias. Mientras esperaba para ver si se me pasaba el dolor reparé en un baúl que no estaba muy lejos de donde me encontraba. Me levanté y lo abrí. Dentro había una camiseta y unos pantalones de color azul. También encontré lo que parecía ser una túnica, también azul. "Estupendo. Si mi ropa queda inservible tendré repuestos".
Cerré el baúl y bajé las escaleras. "Creo que ya va siendo hora de que me de un baño".
Encontré a Thras y a Tap en la planta baja. Sin apenas mirarlos les saludé y salí al patio a coger agua del pozo. No fue hasta que saqué el cubo llenode agua cuando me di cuenta de que cuando había pasado hacia el patio Thras estaba desnudo.
Puse los ojos en blanco. Apenas sabía nada del mundo de Thras ni de su cultura, pero todo apuntaba a que allí, el concepto de verguenza no existía. Volví a subir hasta elcuarto con las bañeras y vacié el cubo. repetí el proceso hasta que la bañera estubo llena. Una vez listo el baño cerré la puerta, me quité la ropa y me metí en la bañera.
Solté un bufido nada más entrar. El agua estaba helada, pero me acostumbré enseguida. Tan pronto como acabé y estube seco y vestido de nuevo cogí el bestiario de la estantería del estudio donde lo había dejado la noche anterior, bajé a la cocina y picoteé algo de las cestas. Luego me senté en un sillón y me puse a leer.
Hablaba sobre todo tipo de criaturas. Algunas las reconocía, otras no. Había monstruos peligrosísimos que parecían inofesivos, y también criaturas temibles que no eran para tanto. Me dediqué a memorizar tantas cosas como pude. Si me encontraba con alguna de esas criaturas, conocer sus puntos fuertes y débiles sería vital para sobrevivir.
Cerré el baúl y bajé las escaleras. "Creo que ya va siendo hora de que me de un baño".
Encontré a Thras y a Tap en la planta baja. Sin apenas mirarlos les saludé y salí al patio a coger agua del pozo. No fue hasta que saqué el cubo llenode agua cuando me di cuenta de que cuando había pasado hacia el patio Thras estaba desnudo.
Puse los ojos en blanco. Apenas sabía nada del mundo de Thras ni de su cultura, pero todo apuntaba a que allí, el concepto de verguenza no existía. Volví a subir hasta elcuarto con las bañeras y vacié el cubo. repetí el proceso hasta que la bañera estubo llena. Una vez listo el baño cerré la puerta, me quité la ropa y me metí en la bañera.
Solté un bufido nada más entrar. El agua estaba helada, pero me acostumbré enseguida. Tan pronto como acabé y estube seco y vestido de nuevo cogí el bestiario de la estantería del estudio donde lo había dejado la noche anterior, bajé a la cocina y picoteé algo de las cestas. Luego me senté en un sillón y me puse a leer.
Hablaba sobre todo tipo de criaturas. Algunas las reconocía, otras no. Había monstruos peligrosísimos que parecían inofesivos, y también criaturas temibles que no eran para tanto. Me dediqué a memorizar tantas cosas como pude. Si me encontraba con alguna de esas criaturas, conocer sus puntos fuertes y débiles sería vital para sobrevivir.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
21/09/12, 09:03 pm
La explicación del baile dejó perplejo a Tap. Apenas había entendido nada. El Primero hablaba demasiado raro.
-Eh... ¿Guopunchis? ¿Para estar megaguapo?-se rascó la cabeza mientras intentaba comprender una mínima parte de toda la información que acababa de absorber su cabecilla-. ¿Megaguapo es muy-guapo?-preguntó. Como cualquier repoblador, no creía necesario tener que arreglarse o destacar físicamente para poder hacer algo. Las únicas diferencias, más allá de las interraciales con los de las islas, las montañas o el pantano, eran los tonos de la piel y los propios tatuajes-nombre. Además, no había nada para lo que el físico interviniera. Los oficios se repartían según las aptitudes. El concepto de "ponerse guapo", por tanto, le sonaba a diálogo de peces-. No entiendo muy bien, ¿cosas de mundos?-tampoco acababa de creerse lo de los mundos, de hecho prefería no pensar mucho en el tema. La simple idea de que existieran tantos lugares inalcanzables desde su bosque le resultaba un dato demasiado grande para poder analizarlo sin volverse loco.
Se dejó coger por el gigante y se puso de pie sobre su mano mientras este lo inspeccionaba. Al parecer, creía que era como los animales, macho o hembra. Soltó una risilla mientras este le alzaba los brazos buscando algún indicativo de género.
-Nosotros somos como las flores-le explicó, señalándose los pequeños brotes en la cabeza-. No somos machos ni hembras. Por cierto. ¿Cómo os distinguís unos de otros? ¿Los gigantes con bultos en el pecho los usan para algún oficio o es una diferencia de género? -volvió a preguntar, haciendo gestos con las manos, como si él también los tuviera.
En algún momento de la conversación, vio como Pablo aparecía antes de perderse por alguna habitación del panal. Lo saludó y lo siguió con la mirada, asegurándose de que no iba solo al patio y cuano comprobó que no, siguió a lo suyo. Luego subiría a comprobar que su avispa seguía viva. << Más le vale a Pablo >>. Le dolería hacer daño al gigante, pero estaría dispuesto si algo le pasara a su animal.
-Eh... ¿Guopunchis? ¿Para estar megaguapo?-se rascó la cabeza mientras intentaba comprender una mínima parte de toda la información que acababa de absorber su cabecilla-. ¿Megaguapo es muy-guapo?-preguntó. Como cualquier repoblador, no creía necesario tener que arreglarse o destacar físicamente para poder hacer algo. Las únicas diferencias, más allá de las interraciales con los de las islas, las montañas o el pantano, eran los tonos de la piel y los propios tatuajes-nombre. Además, no había nada para lo que el físico interviniera. Los oficios se repartían según las aptitudes. El concepto de "ponerse guapo", por tanto, le sonaba a diálogo de peces-. No entiendo muy bien, ¿cosas de mundos?-tampoco acababa de creerse lo de los mundos, de hecho prefería no pensar mucho en el tema. La simple idea de que existieran tantos lugares inalcanzables desde su bosque le resultaba un dato demasiado grande para poder analizarlo sin volverse loco.
Se dejó coger por el gigante y se puso de pie sobre su mano mientras este lo inspeccionaba. Al parecer, creía que era como los animales, macho o hembra. Soltó una risilla mientras este le alzaba los brazos buscando algún indicativo de género.
-Nosotros somos como las flores-le explicó, señalándose los pequeños brotes en la cabeza-. No somos machos ni hembras. Por cierto. ¿Cómo os distinguís unos de otros? ¿Los gigantes con bultos en el pecho los usan para algún oficio o es una diferencia de género? -volvió a preguntar, haciendo gestos con las manos, como si él también los tuviera.
En algún momento de la conversación, vio como Pablo aparecía antes de perderse por alguna habitación del panal. Lo saludó y lo siguió con la mirada, asegurándose de que no iba solo al patio y cuano comprobó que no, siguió a lo suyo. Luego subiría a comprobar que su avispa seguía viva. << Más le vale a Pablo >>. Le dolería hacer daño al gigante, pero estaría dispuesto si algo le pasara a su animal.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
22/09/12, 01:01 am
La avispa no era el único "inquilino" del torreón. Algo se había puesto cómodo entre las enredaderas de Letargo en el tiempo que éste había permanecido abandonado, y no le había hecho la menor gracia la llegada de nuevos intrusos.
La abundancia de plantas había servido de perfecto camuflaje a una criaturilla que hasta el momento había estado malviviendo en los Jardines de la Memoria. Un animal parecido a un gecko del tamaño aproximado de un pastor alemán estaba oculto a los ojos de los cosechados, pegado a las paredes de Letargo sin sobresalir de las enredaderas gracias a su cuerpo aplanado. Sus colores eran una copia exacta de los que representaban la maleza y flores de Letargo, y una serie de apéndices móviles en forma de cepas le habían servido hasta el momento para atrapar crías de murciélago flamígero con las que alimentarse.
Unos zarcillos verdosos, fácilmente confundibles con enredaderas, se deslizaron casi con mimo en dirección al repoblador que trepaba. Desanimados por su rapidez al escalar, sin embargo, decidieron ir a por una presa menos inquieta: la avispa que esperaba a su jinete. Sin prisas, en absoluto silencio, los tentáculos adoptaron posiciones en torno al animal, visibles a cualquiera que estuviese allí.
La abundancia de plantas había servido de perfecto camuflaje a una criaturilla que hasta el momento había estado malviviendo en los Jardines de la Memoria. Un animal parecido a un gecko del tamaño aproximado de un pastor alemán estaba oculto a los ojos de los cosechados, pegado a las paredes de Letargo sin sobresalir de las enredaderas gracias a su cuerpo aplanado. Sus colores eran una copia exacta de los que representaban la maleza y flores de Letargo, y una serie de apéndices móviles en forma de cepas le habían servido hasta el momento para atrapar crías de murciélago flamígero con las que alimentarse.
Unos zarcillos verdosos, fácilmente confundibles con enredaderas, se deslizaron casi con mimo en dirección al repoblador que trepaba. Desanimados por su rapidez al escalar, sin embargo, decidieron ir a por una presa menos inquieta: la avispa que esperaba a su jinete. Sin prisas, en absoluto silencio, los tentáculos adoptaron posiciones en torno al animal, visibles a cualquiera que estuviese allí.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
22/09/12, 01:40 am
Cuando acabó de hablar con el Primero, decidió que era un buen momento llevar comida a su avispa. Cogió otras pocas hojas y bajó al suelo. Desandó el camino hasta el patio y comenzó a escalar enredadera arriba tan rápido como podía. Estaba dando de comer poco a la avispa, poco y a deshora para se exactos, pero era eso o nada, no había más posibilidades de subir a hurtadillas.
Sin embargo, a medio camino entre el escondite de su montura y él, pudo descubrir horrorizado como comenzaban a sobresalir varios zarcillos alrededor de la avispa. Esta estaba tranquila y no era consciente del peligro que se cernía sobre ella. << Mierda, mierda, mierda, mierda >>. Realizó rápidamente la llamada de la avispa, para tratar de atraer su atención hacia él y luego comenzó a emitir un ruido chirriante por la espalda mientras acortaba el camino entre ambos. Con un poco de suerte, el depredador se asustaría o los gigantes lo escucharían a tiempo; con una peor, habría podido ser chirriantemente molesto antes de que se lo comieran. Por el camino, una de sus manos abró un saquito de veneno y sumergió uno de los cristales en él antes de cerrarlo. << Sonríeme, Flora >> rezó.
Sin embargo, a medio camino entre el escondite de su montura y él, pudo descubrir horrorizado como comenzaban a sobresalir varios zarcillos alrededor de la avispa. Esta estaba tranquila y no era consciente del peligro que se cernía sobre ella. << Mierda, mierda, mierda, mierda >>. Realizó rápidamente la llamada de la avispa, para tratar de atraer su atención hacia él y luego comenzó a emitir un ruido chirriante por la espalda mientras acortaba el camino entre ambos. Con un poco de suerte, el depredador se asustaría o los gigantes lo escucharían a tiempo; con una peor, habría podido ser chirriantemente molesto antes de que se lo comieran. Por el camino, una de sus manos abró un saquito de veneno y sumergió uno de los cristales en él antes de cerrarlo. << Sonríeme, Flora >> rezó.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
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