Torreón Letargo (Archivo III)
+20
Evanna
Xana
Muffie
Tak
Giniroryu
Leonart
Lops
Dal
Carmesí
Red
Reisha
Naeryan
Administración
LEC
Serokrai
Jack
Alicia
Yber
Poblo
Elliot
24 participantes
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e ImaginaciónPersonajes : Elliot es una Dullahan bastante fácil de cabrear y con quien es mejor no llevarse mal (aun que ésto sea dificil) Conoce el manejo del casi todas las armas, y tiene un Dragón llamado Deatach que es quien le instruye y ayuda.
Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Torreón Letargo (Archivo III)
09/09/12, 11:32 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Tras mucho andar, los chicos habían acabado dando con un enorme torreón de piedra cubierto casi completamente con enredaderas. Era el edificio mas aceptable que habían visto desde que habían llegado y, que tuviese algo vivo en él, les daba un poco de tranquilidad. Era lo unico verde que habían visto desde que llegaron a Rocavarancolia.
Empezaron a rodear el torreón y tardaron un buen rato en encontrar la puerta, puesto que la hiedra la había tapado casi completamente. Cuando consiguieron apartar las ramas, aun tuvieron que conseguir abrir aquel portón de madera vieja. Estaba atascada por lo que obviamente pudieron deducir que llevaba mucho tiempo sin usarse.
Cuando entraron se encontraron con una imagen que, a los ojos de Thras, era desoladora. Se encontraron con un enorme salón con una mesa y varias sillas. También había una especie de cocina con trastos tirados por medio y todo lleno de una gruesa capa de polvo. Thras avanzó en silencio y dejó la cesta sobre aquella mesa. - Pero... ¿megaseguro que queréis así como dormir aquí? - preguntó. No le gustaba. Estaba muy sucio, olía a polvo y a cerrado, era feo y estaba oscuro. No tenía nada de diseño... no le gustaba nada... pero le gustaba mas que las mazmorras o que las calles... o que aquellas casas con lengua.
-Tendremos que superllamar al servicio de limpiecy's para que hiperadecenten esto. - Dijo pasando un dedo por la mesa, dejando tras el un caminito y después sacudiéndose el polvo del dedo. Vio unas escaleras que subían y otras que bajaban, pero decidió no aventurarse solo... aun tenia demasiado reciente el discurso que le habían dado y la visión de aquellas casas.
Tras mucho andar, los chicos habían acabado dando con un enorme torreón de piedra cubierto casi completamente con enredaderas. Era el edificio mas aceptable que habían visto desde que habían llegado y, que tuviese algo vivo en él, les daba un poco de tranquilidad. Era lo unico verde que habían visto desde que llegaron a Rocavarancolia.
Empezaron a rodear el torreón y tardaron un buen rato en encontrar la puerta, puesto que la hiedra la había tapado casi completamente. Cuando consiguieron apartar las ramas, aun tuvieron que conseguir abrir aquel portón de madera vieja. Estaba atascada por lo que obviamente pudieron deducir que llevaba mucho tiempo sin usarse.
Cuando entraron se encontraron con una imagen que, a los ojos de Thras, era desoladora. Se encontraron con un enorme salón con una mesa y varias sillas. También había una especie de cocina con trastos tirados por medio y todo lleno de una gruesa capa de polvo. Thras avanzó en silencio y dejó la cesta sobre aquella mesa. - Pero... ¿megaseguro que queréis así como dormir aquí? - preguntó. No le gustaba. Estaba muy sucio, olía a polvo y a cerrado, era feo y estaba oscuro. No tenía nada de diseño... no le gustaba nada... pero le gustaba mas que las mazmorras o que las calles... o que aquellas casas con lengua.
-Tendremos que superllamar al servicio de limpiecy's para que hiperadecenten esto. - Dijo pasando un dedo por la mesa, dejando tras el un caminito y después sacudiéndose el polvo del dedo. Vio unas escaleras que subían y otras que bajaban, pero decidió no aventurarse solo... aun tenia demasiado reciente el discurso que le habían dado y la visión de aquellas casas.
Me haré una cama con tus huesos, Invitado, Muajajaj!
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
¡Superpor la aceptación, la integración y los derechy'x Frivy's!
- Spoiler:
Click en la imagen para ver el esquema de relaciones entre los Cosechados del Rol
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
18/02/13, 12:59 am
El alivio que sintió Tap cuando comprobó que Seon no tenía intención de preguntar por lo de esta tarde duró bien poco, lo que tardó en interesarse por las plantas. Le recorrió un escalofrío y estuvo a nada de clavarle los dedos en el hombro en un acto reflejo. Para lo bien que había empezado, acabó consiguiendo que Tap se sintiera como si le hubiesen metido una rama por el recto, o en el ojo. O las dos cosas a la vez y con mucha saña.
-Puedes arrancarlas si quieres y serán igual de útiles-contestó de mala gana, aunque no sin razón. Faltaba mucho para que las plantas dieran algo comestible y según su libro carecían de ningún uso más, salvo el de producir alimento. <<A este paso vamos a morir todos antes de comernos nada>>. Sin embargo, Tap no tardó en recordar que no tenía nada más que ese estúpido huerto ahora mismo-. O puedes regarlas con no demasiada agua, si te apetece- concedió en un tono algo más suave, <<o si no puedes dormir>>.
Se quedó un rato más sobre ella, mientras decidía qué manera habría de evitar al resto de gigantes al día siguiente. No le apetecía querer matar a nadie, siendo nadie un 40% Atol, otro 40% Yrio y el 20% sobrante el resto de los gigantes.
-Oye...-acabó diciendo con dificultad, como solía pasarle siempre que necesitaba ayuda-¿Te puedo pedir un favor? No quiero que los demás me vean mañana, por si intentan encerrarme debajo de una cesta o algo parecido-ya había antecedentes, no sería de extrañar-. Sobretodo si se dan cuenta de...-se le formó un nudo en la garganta y dejó pasar un par de segundos antes de poder seguir hablando-. Bueno, si se dan cuenta de que he vuelto solo-cogió aire y lo soltó despacio por la espalda en un intento de relajarse. Confiaba en que Seon entendería que se refería a su avispa, pues era de las pocas gigantes que parecía tener sentido común-. ¿Puedes hacer como que no sabes que he vuelto? Yo me esconderé por aquí y ya os cogeré comida cuando pueda-se descolgó por su ropa hasta caer al suelo y saltó a las enredaderas antes de que la sinhadre le confirmara o no si le ayudaría-. Deberías descansar para mañana-acabó añadiendo, sin saber si venía del todo a cuento antes de esconderse.
Horas más tarde, Tap pudo ver de primera mano como Pablo parecía querer ahogarse en un cubo de agua e inevitablemente acabó pensando en lo peor. <<¿Habrá acabado de morirse Orejones?>>. El repoblador se había pasado toda la noche en vela y entre otras cosas, había llegado a la certera conclusión de que lo mejor que podía pasarle a la varmana era morirse. <<Se entierra su cuerpo y a otra cosa, mariposa>>, pensó con una mueca a medio camino entre la tristeza y el asco consigo mismo por ciertos remordimientos que le atacaban a ratos.
A pesar de todo, no se acercó a preguntar. No pensaba delatarse de momento y lo que le pasara a la Varmana no tardaría en saberse.
-Puedes arrancarlas si quieres y serán igual de útiles-contestó de mala gana, aunque no sin razón. Faltaba mucho para que las plantas dieran algo comestible y según su libro carecían de ningún uso más, salvo el de producir alimento. <<A este paso vamos a morir todos antes de comernos nada>>. Sin embargo, Tap no tardó en recordar que no tenía nada más que ese estúpido huerto ahora mismo-. O puedes regarlas con no demasiada agua, si te apetece- concedió en un tono algo más suave, <<o si no puedes dormir>>.
Se quedó un rato más sobre ella, mientras decidía qué manera habría de evitar al resto de gigantes al día siguiente. No le apetecía querer matar a nadie, siendo nadie un 40% Atol, otro 40% Yrio y el 20% sobrante el resto de los gigantes.
-Oye...-acabó diciendo con dificultad, como solía pasarle siempre que necesitaba ayuda-¿Te puedo pedir un favor? No quiero que los demás me vean mañana, por si intentan encerrarme debajo de una cesta o algo parecido-ya había antecedentes, no sería de extrañar-. Sobretodo si se dan cuenta de...-se le formó un nudo en la garganta y dejó pasar un par de segundos antes de poder seguir hablando-. Bueno, si se dan cuenta de que he vuelto solo-cogió aire y lo soltó despacio por la espalda en un intento de relajarse. Confiaba en que Seon entendería que se refería a su avispa, pues era de las pocas gigantes que parecía tener sentido común-. ¿Puedes hacer como que no sabes que he vuelto? Yo me esconderé por aquí y ya os cogeré comida cuando pueda-se descolgó por su ropa hasta caer al suelo y saltó a las enredaderas antes de que la sinhadre le confirmara o no si le ayudaría-. Deberías descansar para mañana-acabó añadiendo, sin saber si venía del todo a cuento antes de esconderse.
Horas más tarde, Tap pudo ver de primera mano como Pablo parecía querer ahogarse en un cubo de agua e inevitablemente acabó pensando en lo peor. <<¿Habrá acabado de morirse Orejones?>>. El repoblador se había pasado toda la noche en vela y entre otras cosas, había llegado a la certera conclusión de que lo mejor que podía pasarle a la varmana era morirse. <<Se entierra su cuerpo y a otra cosa, mariposa>>, pensó con una mueca a medio camino entre la tristeza y el asco consigo mismo por ciertos remordimientos que le atacaban a ratos.
A pesar de todo, no se acercó a preguntar. No pensaba delatarse de momento y lo que le pasara a la Varmana no tardaría en saberse.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
19/02/13, 12:43 am
Yrio alzó la vista de su libro hacia Atol, y luego hacia la ventana. No se había dado cuenta de que había amanecido, concentrado como estaba en su lectura. Se levantó de su rincón con dificultad y todos sus huesos crujieron.
-Argh, me rompo- se quejó- Macak no ha dado problemas. Me pidió syv hará un par de horas y se lo preparé, el resto del tiempo ha estado durmiendo....
Yrio no dijo nada de los delirios ni de los murmullos que había oido de la chica mientras dormía. Lle habían hecho desear ser capaz de realizar el hechizo de insonorización, incluso lo probó varias veces, pero no pensaba admitir lo mucho que le habían asustado las palabras de la varmana, ni el encontrarse solo y a oscuras ante aquel mantra fatalista. Se echó al hombro la manta que había robado y se crujió el cuello una vez más antes de salir por la puerta.
-Voy a echarme un rato, me duelen los ojos a horrores. Luego a la tarde Seon y yo iremos a la playa a entrenar ya probar una cosa.- informó
Se fue a la habitación común, dejó el libro y los talismanes a un lado con mucho cuidado y se tiró en plancha a la cama, cayendo dormido inmediatamente. Sin duda el amanecer era la mejor hora para irse a dormir, con ese fresco agradable y la tranquilidad que se había apoderado de todo el torreón. Seguramente en un rato sus compañeros montarían escándalo para ir a la biblioteca a investigar de nuevo, pero él estaba demasiado cansado como para preocuparse en ese momento.
-Argh, me rompo- se quejó- Macak no ha dado problemas. Me pidió syv hará un par de horas y se lo preparé, el resto del tiempo ha estado durmiendo....
Yrio no dijo nada de los delirios ni de los murmullos que había oido de la chica mientras dormía. Lle habían hecho desear ser capaz de realizar el hechizo de insonorización, incluso lo probó varias veces, pero no pensaba admitir lo mucho que le habían asustado las palabras de la varmana, ni el encontrarse solo y a oscuras ante aquel mantra fatalista. Se echó al hombro la manta que había robado y se crujió el cuello una vez más antes de salir por la puerta.
-Voy a echarme un rato, me duelen los ojos a horrores. Luego a la tarde Seon y yo iremos a la playa a entrenar ya probar una cosa.- informó
Se fue a la habitación común, dejó el libro y los talismanes a un lado con mucho cuidado y se tiró en plancha a la cama, cayendo dormido inmediatamente. Sin duda el amanecer era la mejor hora para irse a dormir, con ese fresco agradable y la tranquilidad que se había apoderado de todo el torreón. Seguramente en un rato sus compañeros montarían escándalo para ir a la biblioteca a investigar de nuevo, pero él estaba demasiado cansado como para preocuparse en ese momento.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
19/02/13, 10:54 pm
Me sobresalte cuando la voz de Erin llego a mis oídos, no sabia cuanto tiempo había pasado, me había enfrascado con la traducción de una oración bastante enrevesada y había perdido la noción del tiempo.
Levante la cabeza y mire a Macack, con la luz que había creía que la mancha negra se seguía extendiendo, aunque no podía decirlo a ciencia cierta.
Erin me pregunta algo que en un principio no entiendo, por que estaba pensando si el syv habría servido de algo, así que le digo que me lo repita:
-Estoy descifrando un libro sobre la Luna Roja, me pareció interesante saber mas sobre este fenómeno, ya que por aquí no hay ni luna ni estrellas. Por cierto, ahora que lo mencionas debo leerme Danza de Dragones,- dije de pasada, mas para mi que para ella.
Un tiempo después Erin menciono mi juramento, <<Vaya, parece que no se ha olvidado, y no parece que ahora vaya a librarme sacando otro tema>>. Sin ver otra salida le dije:
-De acuerdo te lo contaré pero no se lo digas a nadie, no quiero que se rían de mi,- dije frunciendo el ceño, después de pronunciar esas palabras Erin me apremio.- Bueno yo.... yo juraba.....-sentía como me iba poniendo rojo- juraba que os protegería en la medida de lo posible, que no dejaría que os pasara nada, ya sé que suena pretencioso viniendo de mi pero.....
Justo en ese momento apareció Yrio, <<Mierda, ¿me habrá oído?, es imposible que no lo haya hecho>>, me puse mas rojo si cabe, y azorado dije que me iba a la cama, recogí el libro y este se me cayo de la mano, torpemente volví a recogerlo y me fui de la habitación con la mirada clavada en el suelo.
En cuanto mi cabeza toco la almohada caí en un sueño ligero, estaba cansado, pero había tantas preocupaciones que mi sueño fue intranquilo, preparado para saltar al mínimo sonido de alarma.
Ya de mañana me desperté, había algunas camas vacías, ni me fijé en cuales, pues estaba completamente grogui, bajé las escaleras, milagro que no me despeñara por ellas, salí al patio y me froté la cara con agua, y luego subí a ver como estaba Macack, en la habitación me encontré con Atol y le pregunte:
-¿Que tal esta?,- una vez satisfecha mi curiosidad le dije- ¿entrenamos algo?, o si no quieres puedo entrenar yo solo claro.
Levante la cabeza y mire a Macack, con la luz que había creía que la mancha negra se seguía extendiendo, aunque no podía decirlo a ciencia cierta.
Erin me pregunta algo que en un principio no entiendo, por que estaba pensando si el syv habría servido de algo, así que le digo que me lo repita:
-Estoy descifrando un libro sobre la Luna Roja, me pareció interesante saber mas sobre este fenómeno, ya que por aquí no hay ni luna ni estrellas. Por cierto, ahora que lo mencionas debo leerme Danza de Dragones,- dije de pasada, mas para mi que para ella.
Un tiempo después Erin menciono mi juramento, <<Vaya, parece que no se ha olvidado, y no parece que ahora vaya a librarme sacando otro tema>>. Sin ver otra salida le dije:
-De acuerdo te lo contaré pero no se lo digas a nadie, no quiero que se rían de mi,- dije frunciendo el ceño, después de pronunciar esas palabras Erin me apremio.- Bueno yo.... yo juraba.....-sentía como me iba poniendo rojo- juraba que os protegería en la medida de lo posible, que no dejaría que os pasara nada, ya sé que suena pretencioso viniendo de mi pero.....
Justo en ese momento apareció Yrio, <<Mierda, ¿me habrá oído?, es imposible que no lo haya hecho>>, me puse mas rojo si cabe, y azorado dije que me iba a la cama, recogí el libro y este se me cayo de la mano, torpemente volví a recogerlo y me fui de la habitación con la mirada clavada en el suelo.
En cuanto mi cabeza toco la almohada caí en un sueño ligero, estaba cansado, pero había tantas preocupaciones que mi sueño fue intranquilo, preparado para saltar al mínimo sonido de alarma.
Ya de mañana me desperté, había algunas camas vacías, ni me fijé en cuales, pues estaba completamente grogui, bajé las escaleras, milagro que no me despeñara por ellas, salí al patio y me froté la cara con agua, y luego subí a ver como estaba Macack, en la habitación me encontré con Atol y le pregunte:
-¿Que tal esta?,- una vez satisfecha mi curiosidad le dije- ¿entrenamos algo?, o si no quieres puedo entrenar yo solo claro.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
24/02/13, 04:35 pm
<<Nada nuevo... Malditos sean los fantasmas esos... ¿Entonces qué? ¿Seguimos así, esperando a ver si mejora o no? ¿Y ya está?>>
Me encogí de hombros ante las palabras de Yrio y antes de marcharse, le dije
-Intenta descansar, anda. Hum... Luego? Entonces iré a por cestas antes de que os vayáis.
No me gustaba la idea de dejar el torreón tan vacío con la varmana en semejante estado, menos aún sabiendo lo que dijo de Pablo y el desaparecido Tap. <<¿Habrá vuelto ya? Después miraré en el patio...Bah, allá él si no quiere hacerse ver>>
Al rato apareció Stefan por la puerta y lo saludé con un mero gesto de cabeza, aún contrariado por su comportamiento durante la visita de los de Maciel y su repentina escapada.
-¿Y quién hace guardia con Macak?
Pero la varmana nos interrumpió diciendo que quería bajar, comer algo y que le diese el aire, así que eso hicimos. Preparé un rápido desayuno, añadiendo el syv de los sinhadres, y luego fui a la armería a por las armas de entrenamiento. Pero esta vez me cogí un escudo de madera, circular pero al que le faltaban fragmentos y así tenía picos <<Mejor, más peligroso será>>, junto a una de las espadas, con los que planté cara al chaval ya en el patio.
-Entrenemos pues. Y mientras tanto me podrías explicar qué demonios te pasó durante la visita de los otros.-y sin más preámbulo, lancé el primer golpe: un empujón frontal con el escudo mientras caminaba de lado.
Me encogí de hombros ante las palabras de Yrio y antes de marcharse, le dije
-Intenta descansar, anda. Hum... Luego? Entonces iré a por cestas antes de que os vayáis.
No me gustaba la idea de dejar el torreón tan vacío con la varmana en semejante estado, menos aún sabiendo lo que dijo de Pablo y el desaparecido Tap. <<¿Habrá vuelto ya? Después miraré en el patio...Bah, allá él si no quiere hacerse ver>>
Al rato apareció Stefan por la puerta y lo saludé con un mero gesto de cabeza, aún contrariado por su comportamiento durante la visita de los de Maciel y su repentina escapada.
-¿Y quién hace guardia con Macak?
Pero la varmana nos interrumpió diciendo que quería bajar, comer algo y que le diese el aire, así que eso hicimos. Preparé un rápido desayuno, añadiendo el syv de los sinhadres, y luego fui a la armería a por las armas de entrenamiento. Pero esta vez me cogí un escudo de madera, circular pero al que le faltaban fragmentos y así tenía picos <<Mejor, más peligroso será>>, junto a una de las espadas, con los que planté cara al chaval ya en el patio.
-Entrenemos pues. Y mientras tanto me podrías explicar qué demonios te pasó durante la visita de los otros.-y sin más preámbulo, lancé el primer golpe: un empujón frontal con el escudo mientras caminaba de lado.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
25/02/13, 10:12 pm
Bajamos a Macack al salón y allí me encuentro con Erin que esta practicando magia, pille una manzana para comer y vi como Atol salia al patio con la varmana, me entretuve mirando hacia Erin, repetía una y otra vez los mismo gestos y palabras, aunque no parecía estar consiguiendo ningún resultado, me acorde de mi infructuoso intento de magia el día anterior, y empece a pensar que quizás la magia requería mas intentos que tan solo el primero para que salieran las cosas, Erin parecía esforzarse y yo no había hecho lo mismo el día anterior, lo había intentado una vez y le había dado la patada, me entraron ganas de volver a probar viendo como Erin lo estaba haciendo.
Acabe mi manzana y me acerque a Erin y le pregunte:
-Erin, ¿ podrías dejarme tus apuntes y uno de los cristales por favor?,- con toda la amabilidad del mundo, Erin cedió a regañadientes y cuando me di la vuelta con ellos hacia la mesa juro que la oí decir algo como:"Malditos muggles que son atraídos por la magia".
No le hice mucho caso y me instale en la mesa, comencé a pasar paginas mirando hechizos buscando uno que fuera sencillo, me llamo la atención uno en concreto, el hechizo tapón, cogí un vaso y lo llene de agua, y me puse a intentar aquel hechizo.
La primera vez fue un fracaso, al intentar darle la vuelta al vaso el agua se desparramo por el cubo, <<Menos mal que se me ha ocurrido poner el cubo debajo>>.
Volví a llenar el vaso y volví a probar, una y otra vez repetí la misma operación, <<¿Que demonios falla?>> me pregunte después de la enésima vez, <<Estoy seguro de estar haciendo bien los gestos, y las palabras creo que también las pronuncio bien, ¿sera un problema de concentración?>>.
Intente concentrarme mas en el dichoso vaso, prácticamente estaba absorto mirándolo, no atendía a nada mas que a ello, esta vez cuando finalicé el hechizo sentí como se drenaba mi energía, que fue a parar al vaso.
Incrédulo levante el vaso otra vez y lo puse boca abajo, no caía agua, cosa que no era del todo cierto por que el vaso goteaba, de forma lenta pero contínua. <<No CAE, NO CAE, entonces ¿puedo hacer magia?>>, en cuanto este pensamiento pasó por mi cabeza el agua cayó a plomo sobre el cubo.
Estaba eufórico, y mientras silbaba una alegre melodía le devolví a Erin sus cosas dándole las gracias, a lo que ella respondió con un incomprensible:"Vaya así que al final es de Hufflepuff".
Salí al patio y allí me esperaba Atol con un escudo y una espada, recogí los míos y cuando me di la vuelta Atol me lanzo una pulla y arremetió con el escudo:
-Lo siento, no los conocía de nada, me puse a la defensiva con ellos, y siento haberos despreciado.- Mientras estas palabras salían de mi boca esquivé el escudo de Atol y trabé mi espada con la suya.
<<Guau parece que no se le olvidan las cosas>>
Acabe mi manzana y me acerque a Erin y le pregunte:
-Erin, ¿ podrías dejarme tus apuntes y uno de los cristales por favor?,- con toda la amabilidad del mundo, Erin cedió a regañadientes y cuando me di la vuelta con ellos hacia la mesa juro que la oí decir algo como:"Malditos muggles que son atraídos por la magia".
No le hice mucho caso y me instale en la mesa, comencé a pasar paginas mirando hechizos buscando uno que fuera sencillo, me llamo la atención uno en concreto, el hechizo tapón, cogí un vaso y lo llene de agua, y me puse a intentar aquel hechizo.
La primera vez fue un fracaso, al intentar darle la vuelta al vaso el agua se desparramo por el cubo, <<Menos mal que se me ha ocurrido poner el cubo debajo>>.
Volví a llenar el vaso y volví a probar, una y otra vez repetí la misma operación, <<¿Que demonios falla?>> me pregunte después de la enésima vez, <<Estoy seguro de estar haciendo bien los gestos, y las palabras creo que también las pronuncio bien, ¿sera un problema de concentración?>>.
Intente concentrarme mas en el dichoso vaso, prácticamente estaba absorto mirándolo, no atendía a nada mas que a ello, esta vez cuando finalicé el hechizo sentí como se drenaba mi energía, que fue a parar al vaso.
Incrédulo levante el vaso otra vez y lo puse boca abajo, no caía agua, cosa que no era del todo cierto por que el vaso goteaba, de forma lenta pero contínua. <<No CAE, NO CAE, entonces ¿puedo hacer magia?>>, en cuanto este pensamiento pasó por mi cabeza el agua cayó a plomo sobre el cubo.
Estaba eufórico, y mientras silbaba una alegre melodía le devolví a Erin sus cosas dándole las gracias, a lo que ella respondió con un incomprensible:"Vaya así que al final es de Hufflepuff".
Salí al patio y allí me esperaba Atol con un escudo y una espada, recogí los míos y cuando me di la vuelta Atol me lanzo una pulla y arremetió con el escudo:
-Lo siento, no los conocía de nada, me puse a la defensiva con ellos, y siento haberos despreciado.- Mientras estas palabras salían de mi boca esquivé el escudo de Atol y trabé mi espada con la suya.
<<Guau parece que no se le olvidan las cosas>>
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
26/02/13, 12:17 am
Después de que pasaran unos minutos, y de tres intentos de ahogarme con el cubo, finalmente logré recuperar la compostura. Apenas había comenzado el día y ya estaba que no podía más. Lo de Macak, el sueño... habían pasado demasiadas cosas, y lo peor era que no podía hacer nada al respecto, haciendo que me sintiera peor.
Al final, con la resignación de alguien que acaba de aceptar que no puede hacer otra cosa más que dejar que todo siga igual, decidí subir a ver como se encontraba la varmana.
No hizo falta. Cuando me estaba dirigiendo a la puerta me la encontré saliendo a tomar el aire.
Sentí un alivio tremendo al verla caminando, pero poco duró. Lo justo para darme cuenta de que no había mejorado, y para ver la mirada que me lanzó. Una mirada de resignación que prácticamente parecía estar diciéndome "Voy a morir, y tú eres el siguiente".
"Es verdad. ¿Y si realmente los fantasmas eran los causantes de esto? ¿Va a pasarme lo mismo que a Macak? ¿Le pasará también a Tap? Y hablando de Tap. ¿Dónde está? No he vuelto a verle desde que se marchó ayer. Espero que no le haya pasado nada. Aunque la verdad si le pasa algo él se lo ha buscado al irse solo"
Por la puerta también aparecieron Atol y Stefan. Los dos listos para entrenar. Me di cuenta de que Stefan parecía feliz por algo Y decidí que más tarde le preguntaría al respecto.
Los dos.comenzaron a entrenar, y pensé en unirme. Aunque la mala leche que estaba teniendo Atol y la saña con la que daba sus golpes no parecía precisamente una invitación, pero necesitaba hacer algo para quitarme de la cabeza los problemas. Y quien sabe, puede que llevarse un buen golpe ayude.
-¿Hay sitio para uno más en la carnicería? Porque en un segundo bajo a por mis cosas y me preparo-
Al final, con la resignación de alguien que acaba de aceptar que no puede hacer otra cosa más que dejar que todo siga igual, decidí subir a ver como se encontraba la varmana.
No hizo falta. Cuando me estaba dirigiendo a la puerta me la encontré saliendo a tomar el aire.
Sentí un alivio tremendo al verla caminando, pero poco duró. Lo justo para darme cuenta de que no había mejorado, y para ver la mirada que me lanzó. Una mirada de resignación que prácticamente parecía estar diciéndome "Voy a morir, y tú eres el siguiente".
"Es verdad. ¿Y si realmente los fantasmas eran los causantes de esto? ¿Va a pasarme lo mismo que a Macak? ¿Le pasará también a Tap? Y hablando de Tap. ¿Dónde está? No he vuelto a verle desde que se marchó ayer. Espero que no le haya pasado nada. Aunque la verdad si le pasa algo él se lo ha buscado al irse solo"
Por la puerta también aparecieron Atol y Stefan. Los dos listos para entrenar. Me di cuenta de que Stefan parecía feliz por algo Y decidí que más tarde le preguntaría al respecto.
Los dos.comenzaron a entrenar, y pensé en unirme. Aunque la mala leche que estaba teniendo Atol y la saña con la que daba sus golpes no parecía precisamente una invitación, pero necesitaba hacer algo para quitarme de la cabeza los problemas. Y quien sabe, puede que llevarse un buen golpe ayude.
-¿Hay sitio para uno más en la carnicería? Porque en un segundo bajo a por mis cosas y me preparo-
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
26/02/13, 04:38 pm
Yrio se pasó durmiendo toda la mañana, exactamente en la misma posición en la que se habia desplomado sobre el colchón. Cuando se despertó, con los ojos legañosos y el pelo alborotado, el sol ya estaba muy alto. Bajó al patio a lavarse la cara y casi se metió de lleno en el entrenamiento de Stefan y Atol
-¡JODER!- gritó despejándose definitivamente
Logró arrastrarse hasta el pozo donde se lavó bien la cara y se mojó el pelo, llevándose por delante gran parte del tinte. Luego volvió al torreón donde encontró a Seon haciendo bocadillos. Yrio sonrió, por fin iban a probar su nuevo invento. Subió a ponerse las botas, pues ya se había partido un par de dedos contra los escombros por salir descalzo y aunque conocía hechizos de curación ninguno le hacía inmune al dolor. << Mis pobres deditos>> pensó mirándose una uña ennegrecida. Se cubrió de amuletos y ayudó a Seon a bajar los escudos. No llevaron ningún arma más salvo una espada corta y un par de dagas. Llenaron con fastidio dos botellas con agua del poo, pues el syv era ahora para Macak y salieron a despedirse.
- Vamos a entrenar a la playa, volveremos antes de que empiece a ponerse el sol- anunció Yrio a los que estaban entrenando en el patio.
Sigue en la Bahía de los Naufragios.
-¡JODER!- gritó despejándose definitivamente
Logró arrastrarse hasta el pozo donde se lavó bien la cara y se mojó el pelo, llevándose por delante gran parte del tinte. Luego volvió al torreón donde encontró a Seon haciendo bocadillos. Yrio sonrió, por fin iban a probar su nuevo invento. Subió a ponerse las botas, pues ya se había partido un par de dedos contra los escombros por salir descalzo y aunque conocía hechizos de curación ninguno le hacía inmune al dolor. << Mis pobres deditos>> pensó mirándose una uña ennegrecida. Se cubrió de amuletos y ayudó a Seon a bajar los escudos. No llevaron ningún arma más salvo una espada corta y un par de dagas. Llenaron con fastidio dos botellas con agua del poo, pues el syv era ahora para Macak y salieron a despedirse.
- Vamos a entrenar a la playa, volveremos antes de que empiece a ponerse el sol- anunció Yrio a los que estaban entrenando en el patio.
Sigue en la Bahía de los Naufragios.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
28/02/13, 10:53 pm
Después del incidente con Pablo intentando ahogarse, el ajetreo en el patio fue a peor y Tap no consiguió descansar apenas. Había permanecido oculto en un rincón maldiciendo mentalmente a todos los gigantes conforme decidían salir a tomar el aire. Había olvidado lo difícil que era estar escondido, contenerse le costaba la vida misma, y en más de una ocasión se vio tentado a salir a pegarle cuatro gritos a Atol o a Stefan. Debido a esto, entre sus pensamientos concurrían a menudo escenas imaginarias de tropiezos que acababan con una espada en la cabeza de Atol o en la garganta de Stefan. No es que les deseara la muerte realmente, le bastaba con que se hicieran el suficiente daño como para volver para dentro y dejar el patio despejado. Necesitaba estirarse y relajarse un poco.
En los momentos en los que no cargaba mentalmente contra sus compañeros de panal, probaba a hacer inventario de todas las plantas que había en el jardín o intentaba, con resultados poco alagüeños, recordar cuanto había leído en el libro de herbología. Todo con el mismo fin de apartar de su memoria lo que había ocurrido ayer.
Cuando ya se había acostumbrado al entrechocar leñoso entre Metálico y Moscardón, un grito le sacó de su enésimo repaso a un listado de verduras. Tap tuvo que respirar varias veces para autoconvencerse de que era mejor no arremeter a gritos contra Yrio, dueño del molesto grito. Por suerte, no tardó en irse a la playa con Seon, y su no-presencia alivió a Tap lo suficiente como para permitirse aguantar escondido hasta que su barriga decidió que tenía hambre.
Para ese momento, Orejones llevaba unos minutos fuera, tiempo en el que Tap había reafirmado que estaba a medio paso de ser abono, y Pablo pretendía entrenarse con Atol, que acababa de apalizar al Moscardón. Había demasiada gente como para cruzar sin ser visto y al repoblador solo se le ocurrió una idea para para pasar desapercibido.
Sacó su cerbatana a medida y embadurnó uno de los dardos con veneno somnífero. Se acercó cuanto pudo sin salir de su escondite entre las hojas y apuntó a la varmana. No dudó mucho, pues en el fondo sabía que le hacía un favor. <<Mientras duerma, se olvidará de que está más muerta que viva y yo podré colarme>>. Sopló y el dardo dio en el blanco, sobre el tobillo de la muchacha. Orejones no tardaría en caer dormida, literalmente.
En los momentos en los que no cargaba mentalmente contra sus compañeros de panal, probaba a hacer inventario de todas las plantas que había en el jardín o intentaba, con resultados poco alagüeños, recordar cuanto había leído en el libro de herbología. Todo con el mismo fin de apartar de su memoria lo que había ocurrido ayer.
Cuando ya se había acostumbrado al entrechocar leñoso entre Metálico y Moscardón, un grito le sacó de su enésimo repaso a un listado de verduras. Tap tuvo que respirar varias veces para autoconvencerse de que era mejor no arremeter a gritos contra Yrio, dueño del molesto grito. Por suerte, no tardó en irse a la playa con Seon, y su no-presencia alivió a Tap lo suficiente como para permitirse aguantar escondido hasta que su barriga decidió que tenía hambre.
Para ese momento, Orejones llevaba unos minutos fuera, tiempo en el que Tap había reafirmado que estaba a medio paso de ser abono, y Pablo pretendía entrenarse con Atol, que acababa de apalizar al Moscardón. Había demasiada gente como para cruzar sin ser visto y al repoblador solo se le ocurrió una idea para para pasar desapercibido.
Sacó su cerbatana a medida y embadurnó uno de los dardos con veneno somnífero. Se acercó cuanto pudo sin salir de su escondite entre las hojas y apuntó a la varmana. No dudó mucho, pues en el fondo sabía que le hacía un favor. <<Mientras duerma, se olvidará de que está más muerta que viva y yo podré colarme>>. Sopló y el dardo dio en el blanco, sobre el tobillo de la muchacha. Orejones no tardaría en caer dormida, literalmente.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
01/03/13, 11:19 pm
Macak no sintió el pinchazo, pues estaba demasiado absorta en sus oscuros pensamientos, en sus ideas de muerte y almas en pena. Pronto el veneno comenzó a hacer efecto y, debido a su cansancio y extrema debilidad la hizo caer al suelo dormida, con tal mala suerte que su cabeza dio con una piedra que sobresalía del suelo. El golpe fue fatal. Macak ahora dormía para siempre.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
04/03/13, 10:31 am
Esquivó el golpe y buscó mi espada con la suya, mientras respondía. <<Típico: disculpa y justificación. Vago>> pensé al mismo ritmo que hacía una finta a un lado para buscar su costado con mi escudo.
-¿Y la escapada lloriqueando después?-gruñí, buscando cabrearlo. <<A ver si se mantiene frío en combate>>
Pero Pablo apareció por la puerta, queriendo apuntarse, así que me alejé del otro y cambié mi escudo por otra espada de madera.
-Pues claro. ¿O acaso no tengo dos manos?-siempre gruñendo.
Pablo volvió al poco, armado, y sin dilación me acerqué a él mientras lanzaba una estocada con la zurda directa a su cabeza, deteniéndola en el aire.
-¿Por qué tú no estás enfermo?-y seguidamente empecé a repartir estocadas contra él, buscando darle mientras preguntaba, cabreado.-¿Lo contasteis todo? ¿Por qué habría de creeros a todos mientras una hija de los Grandes Felinos está enferma y vosotros no? ¡Y ni rastro de Tap!-vociferaba, golpeando cada vez más fuerte...
Durante el combate contra los dos, recibiendo golpes sin apenas inmutarme mientras respondía con series de cortes y estocadas certeras, un mensaje se hizo oír de nuevo como la otra vez. <<¿Embajadora Mánia? ¿Alianza con esta ciudad?>> Me dejó boquiabierto unos segundos, lo que me costó varios golpes en los costados y el torso. Pensando en que luego tendría tiempo para entenderlo, volví mi mente al entrenamiento y seguí luchando con fiereza y disciplina.
Lo que ninguno esperaba fue lo que ocurrió al rato, algo que colmó el vaso, derramándolo por completo pero en forma de sangre. Escuchamos un golpe, seco, que nos hizo detener el entrenamiento y mirar al origen: Macak desplomada en el suelo, sangrando en abundancia. Mis espadas cayeron al suelo mientras corría a su lado y me arrodillé a su lado, levantando su frágil cuerpo con delicadeza y limpiándole la sangre con la mano, temblando. Sabía de heridas, pero aun así busqué su pulso, en vano.
-Por qué... Mi Señora... Se estaba recuperando, se recuperaría...
Tenía los ojos cerrados... ¿Se habría dormido y desplomado por su propia debilidad? Entonces había sido culpa nuestra, mía. <<Estaba a mi cargo...>> Respirando agitadamente, con los ojos vidriosos pero aún sin llorar, cargué con ella y volví a tumbarla donde estaba antes. Luego caí de rodillas a su lado, ahora sí, sollozando en silencio.
-Ha sido culpa mía... Sólo mía... Que alguien avise a los demás, por favor... Luego haremos sus ritos...-logré tartamudear, sin dejar de repetirme lo mismo mentalmente. Y... <<¿Qué diría mi Señora Karimé al enterarse? Una diosa enferma muere por quedarse dormida y no estar yo atento... ¡Estúpido!>>
-¿Y la escapada lloriqueando después?-gruñí, buscando cabrearlo. <<A ver si se mantiene frío en combate>>
Pero Pablo apareció por la puerta, queriendo apuntarse, así que me alejé del otro y cambié mi escudo por otra espada de madera.
-Pues claro. ¿O acaso no tengo dos manos?-siempre gruñendo.
Pablo volvió al poco, armado, y sin dilación me acerqué a él mientras lanzaba una estocada con la zurda directa a su cabeza, deteniéndola en el aire.
-¿Por qué tú no estás enfermo?-y seguidamente empecé a repartir estocadas contra él, buscando darle mientras preguntaba, cabreado.-¿Lo contasteis todo? ¿Por qué habría de creeros a todos mientras una hija de los Grandes Felinos está enferma y vosotros no? ¡Y ni rastro de Tap!-vociferaba, golpeando cada vez más fuerte...
Durante el combate contra los dos, recibiendo golpes sin apenas inmutarme mientras respondía con series de cortes y estocadas certeras, un mensaje se hizo oír de nuevo como la otra vez. <<¿Embajadora Mánia? ¿Alianza con esta ciudad?>> Me dejó boquiabierto unos segundos, lo que me costó varios golpes en los costados y el torso. Pensando en que luego tendría tiempo para entenderlo, volví mi mente al entrenamiento y seguí luchando con fiereza y disciplina.
Lo que ninguno esperaba fue lo que ocurrió al rato, algo que colmó el vaso, derramándolo por completo pero en forma de sangre. Escuchamos un golpe, seco, que nos hizo detener el entrenamiento y mirar al origen: Macak desplomada en el suelo, sangrando en abundancia. Mis espadas cayeron al suelo mientras corría a su lado y me arrodillé a su lado, levantando su frágil cuerpo con delicadeza y limpiándole la sangre con la mano, temblando. Sabía de heridas, pero aun así busqué su pulso, en vano.
-Por qué... Mi Señora... Se estaba recuperando, se recuperaría...
Tenía los ojos cerrados... ¿Se habría dormido y desplomado por su propia debilidad? Entonces había sido culpa nuestra, mía. <<Estaba a mi cargo...>> Respirando agitadamente, con los ojos vidriosos pero aún sin llorar, cargué con ella y volví a tumbarla donde estaba antes. Luego caí de rodillas a su lado, ahora sí, sollozando en silencio.
-Ha sido culpa mía... Sólo mía... Que alguien avise a los demás, por favor... Luego haremos sus ritos...-logré tartamudear, sin dejar de repetirme lo mismo mentalmente. Y... <<¿Qué diría mi Señora Karimé al enterarse? Una diosa enferma muere por quedarse dormida y no estar yo atento... ¡Estúpido!>>
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
04/03/13, 02:20 pm
La siguiente pregunta de Atol me la esperaba, ademas tenia preparada una respuesta para eso:
-No sabes nada de mi vida Atol, necesitaba estar solo durante un tiempo, cosa imposible en este torreón, quizás algún día te cuente todos mis motivos para marcharme pero no ahora.- el golpe de su escudo me echo para atrás, pero mantuve el equilibrio y replique con mi espada hacia su costado izquierdo.
Algunos intercambios de golpes después, mas por parte de Atol que por la mía, aunque lo intentaba con ganas, aparece Pablo preguntando si se puede unir, Atol responde afirmativamente y cambia su escudo.
-Vamos compañero, me vendrá bien algo de ayuda contra esta bestia parda.- le dije a Pablo con una sonrisa cuando vuelve con sus cosas.
Atol comienza a atosigar a Pablo con preguntas y con espadazos, pare algún que otro golpe dirigido hacia mi compañero humano, dos contra uno era mejor que uno solo, aun así Atol no parece vacilar en ningún momento y aunque también se lleva algún golpe de refilón no parece darles la menor importancia, escuchamos el pregón entre el entrechocar de las armas y yo al menos no le doy la menor importancia.
Seguimos con nuestro combate hasta que escucho un sonido inconfundible, antes de darme la vuelta ya sabia lo que me iba a encontrar, lo que no me esperaba era que fuese de esa manera.
Corrí hacia Macack llegando medio segundo después que Atol, le grite a Pablo algo como un busca ayuda y me arrodille ante la varmana, observe como Atol le tomaba el pulso y negaba con la cabeza lo que confirmo mis temores.
-No.....No.....!!NO¡¡.- le busque el pulso mientras Atol al sostenía en brazos, sabia que era inútil, pero cuando vi a Atol con lagrimas en los ojos la verdad cayo sobre mi como una guillotina.
Atol comenzó a culparse y las lagrimas en sus ojos caían sobre la varmana.
-Atol no es culpa tuya, en tal caso seria mía. Yo fui quien te insistió en entrenar, si no lo hubiera hecho esto no habría pasado.- se me humedecieron los ojos, y la herida de la mejilla comenzó a picarme, la toque y una especie de latigazo me recordó el juramento, y sobre todo me recordó que había fallado. No había podido salvar ni siquiera a aquella chica, <<¿quien soy yo para proteger a todas las personas del torreón?, soy débil, pero eso tiene que cambiar>>.
Pose la mano en el suelo y note algo pegajoso, una especie de fluido, levante la mano y la vi llena de sangre.
Comencé a temblar y unas imágenes pasaron ante mis ojos, un coche saliéndose de una carretera comarcal y cayendo por un terraplén hasta una obra en construcción, luego oscuridad. Cerré los ojos y volví a abrirlos como si realmente estuviera en el pasado. Dos figuras en los asientos delanteros, un hombre y una mujer. Él atravesado por unas varillas metálicas que habían perforado por completo su cuerpo. Ella con otra de esas barras atravesándole la garganta. Sangre por todos lados y un niño pequeño sentado en el asiento de atrás vio durante horas a sus padres muertos.
Cerré los ojos fuertemente intentando suprimir las imágenes, pero estas seguían allí presentes, me encogí sobre mi mismo y me tumbe en el suelo hecho una bola tratando de olvidar, las lagrimas corrían por mis mejillas y mi cuerpo temblaba violentamente.
-No sabes nada de mi vida Atol, necesitaba estar solo durante un tiempo, cosa imposible en este torreón, quizás algún día te cuente todos mis motivos para marcharme pero no ahora.- el golpe de su escudo me echo para atrás, pero mantuve el equilibrio y replique con mi espada hacia su costado izquierdo.
Algunos intercambios de golpes después, mas por parte de Atol que por la mía, aunque lo intentaba con ganas, aparece Pablo preguntando si se puede unir, Atol responde afirmativamente y cambia su escudo.
-Vamos compañero, me vendrá bien algo de ayuda contra esta bestia parda.- le dije a Pablo con una sonrisa cuando vuelve con sus cosas.
Atol comienza a atosigar a Pablo con preguntas y con espadazos, pare algún que otro golpe dirigido hacia mi compañero humano, dos contra uno era mejor que uno solo, aun así Atol no parece vacilar en ningún momento y aunque también se lleva algún golpe de refilón no parece darles la menor importancia, escuchamos el pregón entre el entrechocar de las armas y yo al menos no le doy la menor importancia.
Seguimos con nuestro combate hasta que escucho un sonido inconfundible, antes de darme la vuelta ya sabia lo que me iba a encontrar, lo que no me esperaba era que fuese de esa manera.
Corrí hacia Macack llegando medio segundo después que Atol, le grite a Pablo algo como un busca ayuda y me arrodille ante la varmana, observe como Atol le tomaba el pulso y negaba con la cabeza lo que confirmo mis temores.
-No.....No.....!!NO¡¡.- le busque el pulso mientras Atol al sostenía en brazos, sabia que era inútil, pero cuando vi a Atol con lagrimas en los ojos la verdad cayo sobre mi como una guillotina.
Atol comenzó a culparse y las lagrimas en sus ojos caían sobre la varmana.
-Atol no es culpa tuya, en tal caso seria mía. Yo fui quien te insistió en entrenar, si no lo hubiera hecho esto no habría pasado.- se me humedecieron los ojos, y la herida de la mejilla comenzó a picarme, la toque y una especie de latigazo me recordó el juramento, y sobre todo me recordó que había fallado. No había podido salvar ni siquiera a aquella chica, <<¿quien soy yo para proteger a todas las personas del torreón?, soy débil, pero eso tiene que cambiar>>.
Pose la mano en el suelo y note algo pegajoso, una especie de fluido, levante la mano y la vi llena de sangre.
Comencé a temblar y unas imágenes pasaron ante mis ojos, un coche saliéndose de una carretera comarcal y cayendo por un terraplén hasta una obra en construcción, luego oscuridad. Cerré los ojos y volví a abrirlos como si realmente estuviera en el pasado. Dos figuras en los asientos delanteros, un hombre y una mujer. Él atravesado por unas varillas metálicas que habían perforado por completo su cuerpo. Ella con otra de esas barras atravesándole la garganta. Sangre por todos lados y un niño pequeño sentado en el asiento de atrás vio durante horas a sus padres muertos.
Cerré los ojos fuertemente intentando suprimir las imágenes, pero estas seguían allí presentes, me encogí sobre mi mismo y me tumbe en el suelo hecho una bola tratando de olvidar, las lagrimas corrían por mis mejillas y mi cuerpo temblaba violentamente.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
04/03/13, 06:14 pm
En un primer momento, Tap se quedó petrificado. Su intención había sido solo dormirla para que los gigantes se la llevaran dentro y poder correr a por comida mientras le prestaban una atención innecesaria, no matarla. << No... No la he matado >> se convenció a si mismo, agitando la cabeza al tiempo que retrocedía entre las hierbas del huerto hasta las enredaderas, para esconderse del todo.
Ciertamente, él no había sido. <<La ha matado la gravedad, se ha muerto por ser tan alta>>, pero seguro que los gigantes no iban a reconocerle eso al repoblador. Respiró hondo varias veces mientras seguía autoconvenciéndose de la ausencia de culpa por su parte. <<Ha sido ella la que ha decidido poner la nuca al frente de la caída>>. Trepó por los tallos de las enredaderas hasta subir a las almenas justo a tiempo para oír una voz que parecía estar en todas partes.
Entró en pánico y el corazón se le aceleró de tal manera que casi lo vomita. Lo primero que pensó fue en los flotantes y en que habían venido a delatarle, que lo que Metálico decía era cierto y era culpa suya que Macak acabara de perder la vida. Pero pronto escuchó el mensaje y diluyó un poco su paranoia en poco más que cierta calma nerviosa. << Son noticias... >>. Solo eso. Y hablaban de los lugares. No recordaba a quién pertenecían, pero le sonaban los nombres. <<Seguro que alguno es el de...>> fue consciente de que ni recordaba el nombre de la varmana y volvió a sentirse culpable. Y volvió a negar con la cabeza con tanto ímpetu que casi se disloca el cuello. <<No, no, no. No he sido yo>>. Echó un vistazo al patio y vio el revuelo que había causado entre el resto de gigantes. Vio el cuerpo sujeto por Metálico y Moscardón, vio el charco de savia que manchaba el suelo y se mordió los labios hasta hacerse daño. <<Era lo mejor, era lo mejor que podía pasarle>>. El sonido de sus tripas se abrió paso entre el caos mental del repoblador.
Ciertamente, él no había sido. <<La ha matado la gravedad, se ha muerto por ser tan alta>>, pero seguro que los gigantes no iban a reconocerle eso al repoblador. Respiró hondo varias veces mientras seguía autoconvenciéndose de la ausencia de culpa por su parte. <<Ha sido ella la que ha decidido poner la nuca al frente de la caída>>. Trepó por los tallos de las enredaderas hasta subir a las almenas justo a tiempo para oír una voz que parecía estar en todas partes.
Entró en pánico y el corazón se le aceleró de tal manera que casi lo vomita. Lo primero que pensó fue en los flotantes y en que habían venido a delatarle, que lo que Metálico decía era cierto y era culpa suya que Macak acabara de perder la vida. Pero pronto escuchó el mensaje y diluyó un poco su paranoia en poco más que cierta calma nerviosa. << Son noticias... >>. Solo eso. Y hablaban de los lugares. No recordaba a quién pertenecían, pero le sonaban los nombres. <<Seguro que alguno es el de...>> fue consciente de que ni recordaba el nombre de la varmana y volvió a sentirse culpable. Y volvió a negar con la cabeza con tanto ímpetu que casi se disloca el cuello. <<No, no, no. No he sido yo>>. Echó un vistazo al patio y vio el revuelo que había causado entre el resto de gigantes. Vio el cuerpo sujeto por Metálico y Moscardón, vio el charco de savia que manchaba el suelo y se mordió los labios hasta hacerse daño. <<Era lo mejor, era lo mejor que podía pasarle>>. El sonido de sus tripas se abrió paso entre el caos mental del repoblador.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
04/03/13, 09:47 pm
Tras recoger lo que necesitaba de la armería volví al patio y me uní al entrenamiento. Atol, que había sustituido su escudo por otra espada, se enfrentó con Stefan y conmigo a la vez, y a pesar de ser un dos contra uno no le costaba rechazarnos. Durante un rato centró la mayoría de los ataques en mí, mientras volvía a interrogarme sobre lo de Macak.
-¿Y cómo quieres que lo sepa? ni que pudiera decidir cuando alguien enferma-
Pase casi todo el tiempo luchando a la defensiva, lo que por un lado sirvió para que me llevara muchos menos golpes que Stefan, pero por el otro acerté muchos menos golpes que él.
En pleno combate sonó un pregón, lo que decía no significaba mucho para mí, pero sin duda sorprendió a Atol, al que no dudamos en apalear en cuanto bajó la guardia. Una jugada rastrera quizás, pero tras estar siempre perdiendo...
Sin embargo no estaba tan despistado como para no contraatacar, y confiado como estaba no pude desviar una estocada que me habría dado en la cabeza de no ser por Stefan, que logró desviarla a tiempo.
-Gracias-
Y así seguimos, hasta que ocurrió algo que no me esperaba para nada, pero para lo que tendría que haber estado preparado dados los últimos sucesos. Macak murió.
Ni siquiera murió por lo que tenía, sino por una caída. Tuvo la mala suerte de darse en la cabeza al caer, y ya no volvió a levantarse.
Los tres pudimos oír el golpe mientras entrenábamos. Atol fue el primero en reaccionar, Stefan le siguió un instante después y los dos la examinaron confirmando lo que todos temíamos.
Yo... yo no hice nada. Me quedé ahí plantado mirándolos mientras ellos lo hacían todo. Lo peor, parecía como si su muerte no me hubiera afectado. No lloraba, no gritaba, simplemente estaba ahí parado, mirando.
No fue hasta que me gritaron que avisara al resto cuando reaccioné. Eché a correr hacia el interior del torreón, pero aminoré el paso una vez dentro.
"¿Para qué correr? Ni que hubiera prisa. Ya está muerta, correr no ayudará"
Y seguí andando mientras buscaba a los demás hasta que los iba encontrando.
-Macak ha muerto. Está en el patio-
Una vez lo decía seguía hasta encontrar al siguiente y repetía lo mismo.
Mientras tanto, en mi mente nada tenía sentido. No entendía lo que estaba haciendo, ni por qué no lloraba o me horrorizaba como los otros, y tampoco estaba seguro de si me importaba. ¿Acaso no estaba triste? Sí, lo estaba, más triste de lo que había estado nunca, al menos desde... desde la otra muerte.
Cuando terminé de contarles a todos la noticia volví al salón y me senté en uno de los sillones.
"Esto podía haberse evitado. No estaba bien, lo sabía. Tenía que haber dejado el entrenamiento para otro momento y haberla vigilado. Así podría haber evitado esto, pero no lo hice. Y ahora Macak esta muerta, muerta..."
-¿Y cómo quieres que lo sepa? ni que pudiera decidir cuando alguien enferma-
Pase casi todo el tiempo luchando a la defensiva, lo que por un lado sirvió para que me llevara muchos menos golpes que Stefan, pero por el otro acerté muchos menos golpes que él.
En pleno combate sonó un pregón, lo que decía no significaba mucho para mí, pero sin duda sorprendió a Atol, al que no dudamos en apalear en cuanto bajó la guardia. Una jugada rastrera quizás, pero tras estar siempre perdiendo...
Sin embargo no estaba tan despistado como para no contraatacar, y confiado como estaba no pude desviar una estocada que me habría dado en la cabeza de no ser por Stefan, que logró desviarla a tiempo.
-Gracias-
Y así seguimos, hasta que ocurrió algo que no me esperaba para nada, pero para lo que tendría que haber estado preparado dados los últimos sucesos. Macak murió.
Ni siquiera murió por lo que tenía, sino por una caída. Tuvo la mala suerte de darse en la cabeza al caer, y ya no volvió a levantarse.
Los tres pudimos oír el golpe mientras entrenábamos. Atol fue el primero en reaccionar, Stefan le siguió un instante después y los dos la examinaron confirmando lo que todos temíamos.
Yo... yo no hice nada. Me quedé ahí plantado mirándolos mientras ellos lo hacían todo. Lo peor, parecía como si su muerte no me hubiera afectado. No lloraba, no gritaba, simplemente estaba ahí parado, mirando.
No fue hasta que me gritaron que avisara al resto cuando reaccioné. Eché a correr hacia el interior del torreón, pero aminoré el paso una vez dentro.
"¿Para qué correr? Ni que hubiera prisa. Ya está muerta, correr no ayudará"
Y seguí andando mientras buscaba a los demás hasta que los iba encontrando.
-Macak ha muerto. Está en el patio-
Una vez lo decía seguía hasta encontrar al siguiente y repetía lo mismo.
Mientras tanto, en mi mente nada tenía sentido. No entendía lo que estaba haciendo, ni por qué no lloraba o me horrorizaba como los otros, y tampoco estaba seguro de si me importaba. ¿Acaso no estaba triste? Sí, lo estaba, más triste de lo que había estado nunca, al menos desde... desde la otra muerte.
Cuando terminé de contarles a todos la noticia volví al salón y me senté en uno de los sillones.
"Esto podía haberse evitado. No estaba bien, lo sabía. Tenía que haber dejado el entrenamiento para otro momento y haberla vigilado. Así podría haber evitado esto, pero no lo hice. Y ahora Macak esta muerta, muerta..."
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
05/03/13, 09:51 pm
Después de que Yrio les relevase, Erin se fue a dormir. No tenía mucho sueño, pero quería volver a la biblioteca por la mañana y necesitaría estar descansada. Quería apuntar más hechizos y buscar algo para ayudar a Macack. Así, entre planes para el día siguiente se durmió.
Cuando despertó ya era por la mañana y había bastante actividad en el torreón. << Mierda. Mierdamierdamierda. Seguro que se han ido a la biblioteca sin mi >>, pensó, enfadada con el mundo desde primera hora. Bajó al salón y tras sentarse en el suelo sacó sus apuntes de magia y los cristales que llevaba en el bolsillo. Ya que se habían ido a la biblioteca sin ella, practicaría magia. Eligió uno de los hechizos y empezó a pronunciarlo una y otra vez sin ningún resultado. No podía concentrarse en lo que decía por mucho esfuerzo que hiciese. Entonces oyó la voz del nuevo pidiéndole que le dejase sus apuntes y los cristales. << ¿Pero este quién se cree que es? ¡Que le pida el libro a otro! >>, pensó antes de decir nada. Pero viendo que el chico no pensaba irse sin los apuntes, se los dejó a regañadientes. –Estúpidos muggles…No es normal que la magia les atraiga tanto –dijo en voz baja, aunque lo suficientemente alto para que él la oyese.
Siguió sentada en el suelo a falta de algo que hacer. Podría ir al patio a practicar con el arco, pues su puntería seguía siendo pésima, pero aún así se quedó en el salón pensando en la Tierra. Sin duda alguna, si en Rocavarancolia pudiese leer los libros que leía en la tierra se quería a vivir allí. << Es una aventura. Y en las aventuras… ¡¿POR QUÉ COJONES NO SE PARAN CON EL RUIDITO ESE?! >>. Hacía unos segundos que escuchaba un molesto ruido que perturbaba sus pensamientos. Miró alrededor con el ceño fruncido solo para descubrir que el ruido provenía de su mano derecha. Sin darse cuenta había empezado a tamborilear con los dedos. Paró de hacer aquel sonido y volvió a perderse en sus pensamientos, pero el ruido volvió a aparecer. Lo odiaba. Lo había odiado siempre y no iba a dejar de odiarlo en ese momento.
Al rato, el nuevo le devolvió sus apuntes y los cristales dándole las gracias. La canadiense se encogió de hombros. Poco la importaba que aquello le hubiese ayudado. Lo que de verdad la importaba era que podía hacer magia. –Pufff…Un Hufflepuff –murmuró. Probablemente, si el enrevesado sistema que tenía para meter a cada persona en una casa de Hogwarts hubiese colocado al nuevo en Slytherin o en Gryffindor -Ravenclaw era solo para contadas personas- ya habría salido a contárselo a todos. Pero no iba a levantarse por un Hufflepuff, no merecía la pena. Continuó practicando hechizos un rato más, sin poder concentrarse, hasta que se dio cuenta que solo era capaz de concentrarse con el sonido de sus dedos tamborileando en el suelo. ¡Era absurdo! ¿Desde cuándo podía concentrarse solo con un ruido que odiaba de fondo? << A lo mejor los cristales son como el anillo único y te corrompen y hacen que hagas cosas raras. Como Gollum >>.
Tal vez debería subir a ver a la chica-gato, pero cuando la vio bajar y subir al patio se encogió de hombros. Parecía estar mejor; aunque Erin seguía pensando que estaría mejor muerta. << Es como Gollum. Muerta estaría mejor, pero guardamos la esperanza de que sobreviva y vuelva a ser como antes >>, pensó. Poco a poco se iba acostumbrando al sonido de sus dedos tamborileando sobre el suelo, aunque el ruido le seguía pareciendo molesto. –Me he convertido en el tipo de persona que más odio, los que hacen ruido con las manos –pensó en voz alta mientras guardaba los apuntes y los cristales en el bolsillo. No todo era magia en Rocavarancolia; también necesitaba usar armas. Y ya que los demás estaban entrenando, era una buena oportunidad para “socializar”, que, desde el punto de vista de Erin, era conocer personas que te traicionarían por la espalda.
Antes de ir a la armería, se oyó un mensaje, como la otra vez, en el que contaban cosas de diversos mundos, aunque no de la Tierra << Normal, estarían horas contando todo lo que pasa en la Tierra… >>, pensaba. Bajó a la armería a por el arco que solía usar y subió las escaleras con tranquilidad… hasta que oyó un grito. En ese momento empezó a correr. En cuanto llegó al salón, se encontró con Pablo, quien le dijo que Macack estaba muerta. Dejó el arco y el carcaj en el suelo con poco cuidado y salió al patio.
La escena que se encontró no fue para nada lo que esperaba. Se había imaginado a la chica-gato con una herida provocada por un error en el entrenamiento,. -¿Qué…Qué ha pasado? –preguntó a nadie en particular. << Pero es normal en la arena… Mueren todos salvo uno. Y yo voy a ganar >>, se dijo. No sabía que decir ni hacer. No se le daba bien consolar a la gente; ni siquiera se le daban bien las relaciones sociales. Y se veía en el mismo estado que la chica-gato si se atrevía a expresar su opinión. Todos se autoculpaban, pero Erin creía que la culpa era en parte de todos. << Sufría. Tendríamos que haberla matado antes, aunque fuese difícil. No habría sufrido más durante ese tiempo y nos habríamos ahorrado este disgusto >>. –Ninguno tiene la culpa. Ha sido un accidente –dijo cuando le contaron que se había golpeado la cabeza con una piedra. Probablemente se hubiese desmayado. Estaba débil, todos lo sabían. Pero ellos no tenían la culpa de que Macack fuese tan irracional para salir al patio.
Se quedó quieta unos segundos. No sabía cómo reaccionar. ¿Cómo se sentía exactamente? No sentía alivio totalmente, pero tampoco sentía una tristeza plena… Estaba confusa. Nunca había vivido una muerte. Confundía las ideas en su mente y sentía como las piernas le temblaban tanto que tuvo que sentarse en el suelo. –Yo…yo… -empezó diciendo, pero se vio incapaz de seguir. << Estaba mejor muerta. Estaba mejor muerta. Estaba mejor muerta. Estaba… >>, se repitió una y otra vez mentalmente. Necesitaba convencerse de aquello, necesitaba sentir el alivio que habría sentido si la hubiesen matado ellos. Sin darse cuenta, había vuelto a empezar a tamborilear con los dedos.
Cuando despertó ya era por la mañana y había bastante actividad en el torreón. << Mierda. Mierdamierdamierda. Seguro que se han ido a la biblioteca sin mi >>, pensó, enfadada con el mundo desde primera hora. Bajó al salón y tras sentarse en el suelo sacó sus apuntes de magia y los cristales que llevaba en el bolsillo. Ya que se habían ido a la biblioteca sin ella, practicaría magia. Eligió uno de los hechizos y empezó a pronunciarlo una y otra vez sin ningún resultado. No podía concentrarse en lo que decía por mucho esfuerzo que hiciese. Entonces oyó la voz del nuevo pidiéndole que le dejase sus apuntes y los cristales. << ¿Pero este quién se cree que es? ¡Que le pida el libro a otro! >>, pensó antes de decir nada. Pero viendo que el chico no pensaba irse sin los apuntes, se los dejó a regañadientes. –Estúpidos muggles…No es normal que la magia les atraiga tanto –dijo en voz baja, aunque lo suficientemente alto para que él la oyese.
Siguió sentada en el suelo a falta de algo que hacer. Podría ir al patio a practicar con el arco, pues su puntería seguía siendo pésima, pero aún así se quedó en el salón pensando en la Tierra. Sin duda alguna, si en Rocavarancolia pudiese leer los libros que leía en la tierra se quería a vivir allí. << Es una aventura. Y en las aventuras… ¡¿POR QUÉ COJONES NO SE PARAN CON EL RUIDITO ESE?! >>. Hacía unos segundos que escuchaba un molesto ruido que perturbaba sus pensamientos. Miró alrededor con el ceño fruncido solo para descubrir que el ruido provenía de su mano derecha. Sin darse cuenta había empezado a tamborilear con los dedos. Paró de hacer aquel sonido y volvió a perderse en sus pensamientos, pero el ruido volvió a aparecer. Lo odiaba. Lo había odiado siempre y no iba a dejar de odiarlo en ese momento.
Al rato, el nuevo le devolvió sus apuntes y los cristales dándole las gracias. La canadiense se encogió de hombros. Poco la importaba que aquello le hubiese ayudado. Lo que de verdad la importaba era que podía hacer magia. –Pufff…Un Hufflepuff –murmuró. Probablemente, si el enrevesado sistema que tenía para meter a cada persona en una casa de Hogwarts hubiese colocado al nuevo en Slytherin o en Gryffindor -Ravenclaw era solo para contadas personas- ya habría salido a contárselo a todos. Pero no iba a levantarse por un Hufflepuff, no merecía la pena. Continuó practicando hechizos un rato más, sin poder concentrarse, hasta que se dio cuenta que solo era capaz de concentrarse con el sonido de sus dedos tamborileando en el suelo. ¡Era absurdo! ¿Desde cuándo podía concentrarse solo con un ruido que odiaba de fondo? << A lo mejor los cristales son como el anillo único y te corrompen y hacen que hagas cosas raras. Como Gollum >>.
Tal vez debería subir a ver a la chica-gato, pero cuando la vio bajar y subir al patio se encogió de hombros. Parecía estar mejor; aunque Erin seguía pensando que estaría mejor muerta. << Es como Gollum. Muerta estaría mejor, pero guardamos la esperanza de que sobreviva y vuelva a ser como antes >>, pensó. Poco a poco se iba acostumbrando al sonido de sus dedos tamborileando sobre el suelo, aunque el ruido le seguía pareciendo molesto. –Me he convertido en el tipo de persona que más odio, los que hacen ruido con las manos –pensó en voz alta mientras guardaba los apuntes y los cristales en el bolsillo. No todo era magia en Rocavarancolia; también necesitaba usar armas. Y ya que los demás estaban entrenando, era una buena oportunidad para “socializar”, que, desde el punto de vista de Erin, era conocer personas que te traicionarían por la espalda.
Antes de ir a la armería, se oyó un mensaje, como la otra vez, en el que contaban cosas de diversos mundos, aunque no de la Tierra << Normal, estarían horas contando todo lo que pasa en la Tierra… >>, pensaba. Bajó a la armería a por el arco que solía usar y subió las escaleras con tranquilidad… hasta que oyó un grito. En ese momento empezó a correr. En cuanto llegó al salón, se encontró con Pablo, quien le dijo que Macack estaba muerta. Dejó el arco y el carcaj en el suelo con poco cuidado y salió al patio.
La escena que se encontró no fue para nada lo que esperaba. Se había imaginado a la chica-gato con una herida provocada por un error en el entrenamiento,. -¿Qué…Qué ha pasado? –preguntó a nadie en particular. << Pero es normal en la arena… Mueren todos salvo uno. Y yo voy a ganar >>, se dijo. No sabía que decir ni hacer. No se le daba bien consolar a la gente; ni siquiera se le daban bien las relaciones sociales. Y se veía en el mismo estado que la chica-gato si se atrevía a expresar su opinión. Todos se autoculpaban, pero Erin creía que la culpa era en parte de todos. << Sufría. Tendríamos que haberla matado antes, aunque fuese difícil. No habría sufrido más durante ese tiempo y nos habríamos ahorrado este disgusto >>. –Ninguno tiene la culpa. Ha sido un accidente –dijo cuando le contaron que se había golpeado la cabeza con una piedra. Probablemente se hubiese desmayado. Estaba débil, todos lo sabían. Pero ellos no tenían la culpa de que Macack fuese tan irracional para salir al patio.
Se quedó quieta unos segundos. No sabía cómo reaccionar. ¿Cómo se sentía exactamente? No sentía alivio totalmente, pero tampoco sentía una tristeza plena… Estaba confusa. Nunca había vivido una muerte. Confundía las ideas en su mente y sentía como las piernas le temblaban tanto que tuvo que sentarse en el suelo. –Yo…yo… -empezó diciendo, pero se vio incapaz de seguir. << Estaba mejor muerta. Estaba mejor muerta. Estaba mejor muerta. Estaba… >>, se repitió una y otra vez mentalmente. Necesitaba convencerse de aquello, necesitaba sentir el alivio que habría sentido si la hubiesen matado ellos. Sin darse cuenta, había vuelto a empezar a tamborilear con los dedos.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
07/03/13, 04:30 pm
Seon asintió sombría a la petición de Tap de no revelar su posición. A ella misma le hubiera gustado esconderse de nuevo en un rincón, especialmente cuando Yrio fue a buscarla para practicar con " su plan". Tuvo un momento de ansiedad, de rechazo instintivo, pero acabo por dejarse arrastrar. Ya estaba cuidando de Macack. Necesitaban practicar. Si daba resultado podrían proteger a los demás...
Seon arrastró los pies hasta la playa. Estaba insegura y la idea de usar magia le causaba cierto temor. Pero cuando comenzaron, fue como hacer click en la mente. Eran cosas que habían repasado mucho, y que entendía. No había resultados imprevistos. No había sorpresas desagradables. Era un juego, un reto. LLegó a sonreir mientras detenía los intentos del aurva. Cuando descansaron, la realidad caló de nuevo poco a poco, y se hizo el silencio. Tirada sobre la arena, la claridad, tranquila sobre sus cabezas, casi parecía un mal presagio. Un recuerdo de que sus vidas estaban iluminadas en aquella ciudad.
Durante el regreso, sonó un nuevo pregón, noticias sobre otros mundos. Al contrario de lo que habría sucedido normalmente, Seon apenas les prestó atención.
Y dentro, solo esperaban malas noticias. Como en los cuentos, las desgracias sucedían a luz del Sol.
Después no recordaría como empezó. Si alguien le avisó, o vio directamente la sangre y el cuerpo.
Solo que el primer choque, no le arrancó un grito, ni una palabra. Que solo se dejó caer de rodillas y empezó a llorar.
Había matado a una persona.
Y Alder no estaba allí para servir de refugio.
Seon arrastró los pies hasta la playa. Estaba insegura y la idea de usar magia le causaba cierto temor. Pero cuando comenzaron, fue como hacer click en la mente. Eran cosas que habían repasado mucho, y que entendía. No había resultados imprevistos. No había sorpresas desagradables. Era un juego, un reto. LLegó a sonreir mientras detenía los intentos del aurva. Cuando descansaron, la realidad caló de nuevo poco a poco, y se hizo el silencio. Tirada sobre la arena, la claridad, tranquila sobre sus cabezas, casi parecía un mal presagio. Un recuerdo de que sus vidas estaban iluminadas en aquella ciudad.
Durante el regreso, sonó un nuevo pregón, noticias sobre otros mundos. Al contrario de lo que habría sucedido normalmente, Seon apenas les prestó atención.
Y dentro, solo esperaban malas noticias. Como en los cuentos, las desgracias sucedían a luz del Sol.
Después no recordaría como empezó. Si alguien le avisó, o vio directamente la sangre y el cuerpo.
Solo que el primer choque, no le arrancó un grito, ni una palabra. Que solo se dejó caer de rodillas y empezó a llorar.
Había matado a una persona.
Y Alder no estaba allí para servir de refugio.
-
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
08/03/13, 06:59 pm
El camino hacia el torreón fue tan tranquilo que casi pareció que la ciudad les estaba gastando una broma pesada. Uno de esos chistes macabros que no te esperas y que lejos de hacerte reír te dejan con un sabor amargo en la boca y un desagradable nudo en el estómago. La noticia les golpeó nada más poner un pie en Letargo, y fue Pablo quien la trajo.
-¿Como?- quiso preguntar, pero la voz se le cortó a media palabra, convirtiéndose en un gemido estrangulado.
Atol había movido el cuerpo, pero la sangre seguía ahí. Seon n o tardó en desplomarse, e Yrio se arrodilló junto a ella y la rodeó con los brazos. No iba a ayudar como Alder, eso lo sabía, pero era mejor que nada. También sabía lo que estaría pensando la chica en ese momento. Probablemente se estaría culpando por haber salido del torreón dejándola sola, o creería que ella lo había causado con su hechizo. Yrio se sintió realmente mal por habérsela llevado a entrenar, pero en ese momento había varios sentimientos por encima de la culpa. Primero la incredulidad ¿Cómo podía haber muerto de aquella forma absurda? Habían estado cuidándola y haciendo guardia para que si moría al menos que fuese calmada, o puede que incluso encontrasen una forma de curarla si aguantaba lo suficiente.
-¿Qué hacía fuera?
Luego estaba la rabia y la impotencia. La habían cuidado y acondicionado la habitación, habían estado pendientes de ella, ¿cómo se había tenido ese descuido?
-¿Por qué la dejasteis fuera?- gritó poniéndose en pie. Tenía los ojos empañados de lágrimas así que no veía muy bien a quien estaba gritando, tan solo mantuvo la mano firme sobre Seon- ¿Como ha podido pasar esto? La teníamos vigilada, habíamos logrado calmarla ¿Cómo ha podido morir de esta forma tan estúpida?
Era absurdo. Era la broma macabra que la ciudad les había gastado. Se habían comportado como idiotas, eran todos una panda de idiotas y habían estado haciendo el idiota desde el día en que llegaron. Daba igual lo mucho que lo intentasen, eran una pena de grupo, eran una panda de niñatos sin conocimientos de supervivencia, ni medicina, sin el menor sentido común que no eran capaces ni de velar por la seguridad de una compañera cuando claramente se estaba muriendo. Yrio maldijo una y mil veces su estúpido proyecto y sus estúpiudas ilusiones. Él querido que Macak viviese, por eso tendría que haberse quedado con ella, no dejarla en manos de los demás. << ¿Por qué de esta forma? ¿Qué vamos a hacer ahora?>> Fue hacia uno de los escudos que habían usado en los entrenamientos y empezó a darle patadas hasta que lo quebró. Entró en el torreón y derribó sillas, volcó cestas, rompió platos y luego se desplomó en el suelo para llorar como el niño pequeño quie era.
-¿Como?- quiso preguntar, pero la voz se le cortó a media palabra, convirtiéndose en un gemido estrangulado.
Atol había movido el cuerpo, pero la sangre seguía ahí. Seon n o tardó en desplomarse, e Yrio se arrodilló junto a ella y la rodeó con los brazos. No iba a ayudar como Alder, eso lo sabía, pero era mejor que nada. También sabía lo que estaría pensando la chica en ese momento. Probablemente se estaría culpando por haber salido del torreón dejándola sola, o creería que ella lo había causado con su hechizo. Yrio se sintió realmente mal por habérsela llevado a entrenar, pero en ese momento había varios sentimientos por encima de la culpa. Primero la incredulidad ¿Cómo podía haber muerto de aquella forma absurda? Habían estado cuidándola y haciendo guardia para que si moría al menos que fuese calmada, o puede que incluso encontrasen una forma de curarla si aguantaba lo suficiente.
-¿Qué hacía fuera?
Luego estaba la rabia y la impotencia. La habían cuidado y acondicionado la habitación, habían estado pendientes de ella, ¿cómo se había tenido ese descuido?
-¿Por qué la dejasteis fuera?- gritó poniéndose en pie. Tenía los ojos empañados de lágrimas así que no veía muy bien a quien estaba gritando, tan solo mantuvo la mano firme sobre Seon- ¿Como ha podido pasar esto? La teníamos vigilada, habíamos logrado calmarla ¿Cómo ha podido morir de esta forma tan estúpida?
Era absurdo. Era la broma macabra que la ciudad les había gastado. Se habían comportado como idiotas, eran todos una panda de idiotas y habían estado haciendo el idiota desde el día en que llegaron. Daba igual lo mucho que lo intentasen, eran una pena de grupo, eran una panda de niñatos sin conocimientos de supervivencia, ni medicina, sin el menor sentido común que no eran capaces ni de velar por la seguridad de una compañera cuando claramente se estaba muriendo. Yrio maldijo una y mil veces su estúpido proyecto y sus estúpiudas ilusiones. Él querido que Macak viviese, por eso tendría que haberse quedado con ella, no dejarla en manos de los demás. << ¿Por qué de esta forma? ¿Qué vamos a hacer ahora?>> Fue hacia uno de los escudos que habían usado en los entrenamientos y empezó a darle patadas hasta que lo quebró. Entró en el torreón y derribó sillas, volcó cestas, rompió platos y luego se desplomó en el suelo para llorar como el niño pequeño quie era.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
09/03/13, 08:46 pm
Los demás empiezan a llegar al aviso de Pablo y Stefan intenta convencerme de patrañas. <<Me confié, sencillamente. E igual de sencilla ha sido su muerte... Y estúpida. Y estúpido yo>> Erin vuelve a lo mismo, a que no es culpa de nadie <<¿En qué quedamos?>> Necesito alejarme de quienes hablan, así que voy a la cocina a por un paño y luego limpio la sangre tanto de su cuerpo como del suelo con esmero, intentando distraerme para pensar, mudo.
Al poco, demasiado poco ya que aún queda sangre, Seon e Yrio vuelven. La primera se desploma ante la visión y antes de que yo pueda reaccionar, Yrio toma la iniciativa, para estallar a continuación. Tiene razón, así que sigo limpiando sin responderle, con la cabeza gacha y evitando su mirada. Pero lo de empezar a romper cosas y gritar sin sentido...
-Eso no sirve de nada, igual que tampoco echarnos la culpa o llorar. No ahora, luego quizá.-pienso en voz alta, levantándome mirando fijamente el paño y luego la negrura de la piel de la varmana.-Maldición... No toquéis la sangre... Aunque yo ya la he tocado pero como era responsabilidad mía...-<<Lo que suceda, me lo merezco>>
Busco a Yrio con la mirada y lo veo, también en el suelo, llorando. Después de lavarme me acerco a él y, sin agacharme, le digo:
-¿Tienes en tu cuaderno los ritos fúnebres exactos de Varmania? No podemos dejarla ahí. Recuerdo que había que sacarle los ojos pero...-musito, mirando el cuerpo inerte, dudando, pero sé que no podría ni podré.-Que se encargue otro, suficiente daño he hecho ya... -susurro, imaginando que lo hago mal y mirando al infinito unos segundos para luego recuperarme.-Podemos enterrarla en el patio luego... Y le haré alguna estatuilla de madera...-finalizo, pensando en voz alta.
Luego bajo lentamente a la armería y vuelvo con un par de palas para empezar a cavar el agujero. Dejo el par en el patio y empiezo a hincar la pala en el suelo, pensando fugazmente en Tap
-Si volviste y estás por ahí, Tap, ten cuidado, nadie quiere tener enterrar otro cadáver hoy.-gruño, para luego sacar más tierra y dedicar una mirada significativa a los chavales sin decir nada.
Al poco, demasiado poco ya que aún queda sangre, Seon e Yrio vuelven. La primera se desploma ante la visión y antes de que yo pueda reaccionar, Yrio toma la iniciativa, para estallar a continuación. Tiene razón, así que sigo limpiando sin responderle, con la cabeza gacha y evitando su mirada. Pero lo de empezar a romper cosas y gritar sin sentido...
-Eso no sirve de nada, igual que tampoco echarnos la culpa o llorar. No ahora, luego quizá.-pienso en voz alta, levantándome mirando fijamente el paño y luego la negrura de la piel de la varmana.-Maldición... No toquéis la sangre... Aunque yo ya la he tocado pero como era responsabilidad mía...-<<Lo que suceda, me lo merezco>>
Busco a Yrio con la mirada y lo veo, también en el suelo, llorando. Después de lavarme me acerco a él y, sin agacharme, le digo:
-¿Tienes en tu cuaderno los ritos fúnebres exactos de Varmania? No podemos dejarla ahí. Recuerdo que había que sacarle los ojos pero...-musito, mirando el cuerpo inerte, dudando, pero sé que no podría ni podré.-Que se encargue otro, suficiente daño he hecho ya... -susurro, imaginando que lo hago mal y mirando al infinito unos segundos para luego recuperarme.-Podemos enterrarla en el patio luego... Y le haré alguna estatuilla de madera...-finalizo, pensando en voz alta.
Luego bajo lentamente a la armería y vuelvo con un par de palas para empezar a cavar el agujero. Dejo el par en el patio y empiezo a hincar la pala en el suelo, pensando fugazmente en Tap
-Si volviste y estás por ahí, Tap, ten cuidado, nadie quiere tener enterrar otro cadáver hoy.-gruño, para luego sacar más tierra y dedicar una mirada significativa a los chavales sin decir nada.
No Hope. No Dreams. No Love.
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