Torreón Letargo (Archivo III)

Alder terminó de leer en cuanto escucho que la llamaban para comer. Estaban el resto abajo, y Atol proponía salir de excursión. Stefan en cambio propuso otra cosa. Había tenido un conflicto interno al principio con el chico: era el pensamiento de que, como ambos sabían, había estado dispuesta a abandonarlo a su suerte cuando supieron de él. Que por ella, podría haber muerto lentamente en la casa. Escuchar a Stefan, verlo en general, vivo y respirando, era un pequeño recordatorio de lo egoista que podía ser. Pero lo había superado bastante pronto. Había empezado por decirse que fue por Seon, y eso era verdad a medias. Tenía que reconocer que también había tenido cautela por ella misma, y luego por todos los demás que estaban con ella. Gente a la que ya conocía. Caras reales y visibles, y no lo que según su paranoia podía ser mentira. Por eso a los pocos días pudo ser verdaderamente natural con Stefan "Pues sí. Fui egoista con alguien a quien no conocía, en favor de mi misma y mi otra mitad, a la que amo. El caso es que esta vivo, y si todo va bien seguirá igual, hoy, mañana y pasado y así hasta que cada uno volvamos a casa" . Y por eso no tenía ningun reparo ya en hablar con él, o gastarle las mismas pullas que al resto. Al principio había cierto desafío en su "naturalidad" esperaba en parte que él la rechazara, y como se había dicho a si misma que su comportamiento había sido coherente, esperaba afrontar con indiferencia su rechazo, pero como nunca sucedió, ahora solo estaba comoda.
- La sal... ¿es como una especia? Es lo que le da el sabor al mar, ¿no? En ese caso me parece un plan estupendo. Por cierto, y Seon?- Atol le contestó que arriba comiendo, y Alder se encogió de hombros.Era igual que cuando Seon se metía en proyectos de estampado de telas con su padre, pues ella se buscaba la vida. - Bueno, entonces podemos ir nosotros. Aunque, ¿que tal si me das tiempo a digerir toda esta maravillosa comida?- terminó su plato, y se levantó, le dirigió una sonrisa a Atol y se dirigió a lavar las cosas mientras añadía: Ya sabes, por si toca correr y eso, que hacerlo con el estomago lleno no es lo mejor del mundo. Mientras me voy a leer. Si mi aurva baja de su encierro con Yrio MataLagartos, decidle que me busque. Y si entrenais esta tarde, también me podeis avisar. He decidido que arma quiero usar, Atol.- dijo por ultimo, con cierto tono de confesión. Luego subió de nuevo las escaleras.

Al llegar al torreón por un momento le pareció que nada había cambiado, que todo estaba igual que cuando vivía allí. Pero visto de cerca se dio cuenta de que eso era lo que parecía tan solo. Había pasado más tiempo del que creía desde que había estado allí por última vez. La enredadera crecía, y el patio estaba diferente, pero volvía a tener un huerto. Chicos listos.

Lo que sí ofrecieron los habitantes de Letargo fue un espectáculo cuanto menos curioso. Gael meneó la cabeza mientras los observaba, pensando que con tanto conflicto no iban a ir muy lejos. Intuyó que en este torreón iba a augurar más muertes que en el anterior. Estaba a punto de comunicar las apuestas para los chicos del patio cuando el repoblador, furioso, abandonó el torreón sin que pudieran esconderse de sus ojos. Se los quedó mirando, quizá incluso horrorizado, no pudo verlo bien, pero se marchó sin dar la alarma. «Bien, pues, un grupo de monstruos acechando a tus compañeros y como acabas de enfadarte con ellos no das la voz de alarma… O prefieres salir corriendo. Iba a apostar que vivías, pero creo que he cambiado de opinión, anda que salir solo» pensó al ver al repoblador alejándose.

Se escondieron en un edificio cercano por si a los otros les daba por salir, pero no fue así. «Vaya grupito…». Caín repitió el truco de la palangana, pero esta vez le pidió a él la sangre.
-¡Au! –soltó al ser pinchado-. ¡O… oye! No me voy a celar de ningún pinchazo –añadió malamente, sonrojándose ligeramente por el otro comentario al que no hizo alusión. Se llevó el dedo pinchado a los labios y observó con los demás las imágenes que iban apareciendo, escuchando las bromas y comentarios de los demás. Cuando por fin llegó a una conclusión sobre los cosechados esperó a que hubiera un momento de silencio para informar de su apuesta.

-A ver si no me dejo ninguno… primero el repoblador. Por cómo se marchó solo, digo que va a morir. El que le amenazó con fuego fue algo cabrón también, pero precisamente por eso creo que tiene las de sobrevivir. El ulterano también, básicamente porque me recuerda a nuestro Kaiser. El del arco… igual es por su puntería, pero me da en la nariz que muere. El chaval moreno parece torpe, muy torpe, así que muerte. ¡Ah! Y de los sinhadres de Jack… los veo sobreviviendo a los tres. –Hizo una pausa y miró a Jack. –No es por ti, es por ellos, que conste. Les veo posibilidades. Ah, sí, y la varmana también vive, creo. Y me quedan… ¿otros tres de aspecto humano, no? –Se quedó pensativo un momento-. Creo que… muerte para los tres. Me han parecido más débiles. Pero a saber. Así se queda la apuesta.

Cuando terminaron de hacer sus apuestas se dispusieron a recoger. Entonces Nia recordó aquello que les había comentado hacía tiempo. Gael se golpeó la frente con la mano.
-¡Oh! Se me había pasado completamente el tema –exclamó-. Me alegro de que siga en pie, me había quedado con la intriga. ¿Cuándo vamos, Nia? ¿Vas a decirnos antes qué es?
Quiso insistir un poco más, pero tras la auto-invitación de Caín se cambió de tema, era una buena ocasión para dejar caer lo de la cena, y Gael también se unió a hacer la invitación formal después de que Noel lo comentase.
-Aquí los vampiros espías tienen las orejas muy largas –soltó riendo por lo bajo después de escuchar a Jack.

Cuando Wen escuchó las contestaciones de sus amigos, sonrió sarcásticamente. “¿Quién apostaría por ella cuando era la que más seguridad en sí misma mostraba y era prácticamente la única que entrenaba duramente todos los días con el arco?” pensó con un poco de prepotencia.

- No me esperaba otra contestación. - confesó, para luego mirar a Matt.- ¡oh, venga, Matt! No me mires así. Tu estuviste en la misma criba que yo, cualquiera hubiera votado antes por tu muerte que por la mía, hasta tu mismo, reconócelo. - bromeo con el brujo de arena dándole un puñetazo en el hombro que hizo saltar algunos granos.

Sin perder mucho tiempo, el grupo puso rumbo a Letargo, el otro torreón de cosechados, el cual la británica nunca había pisado. Sus amigos le habían hablado de su estancia en ese torreón, por lo que podría imaginárselo un poco, pero esa sería la primera vez que estaría en él y lo vería con sus propios ojos.

Encaramándose a la tapia del torreón, pudieron ver a la perfección lo que pasaba en el interior. El espectáculo que les recibió fue, cuanto menos, divertido. Con un solo vistazo, Wen ya tenía dos supervivientes y una muerte.

- El repoblador me cae bien, me gusta su carácter, tan diferente al de Tsusu. Voto a su favor. - comenzó a decir Wen.- pero el chico del arco acabará mal. Todo lo contrario que el ulterano, ¿es ulterano, no, Nia? - preguntó a la niña para asegurarse y prosiguió.- Ese sobrevivirá. Con el de Libo estoy dudando, pero creo que me decantaré por su supervivencia, voy a ser buena. Al que se mantiene aparte de la discusión: muerte. Y el chico guapo vive. - En ese momento, dos pequeños, de Sihndro parece ser, se asomaron por la ventana para desaparecer poco después.- Voto a favor del niño y en contra de la niña, parece demasiado débil.

El repoblador, enfadado por los hechos, se fue del torreón sobre su avispa, viéndoles aunque no dando la voz de alarma. “Mal compañero, mal compañero…” pensó la vouivre mientras Cain sacaba su palangana dispuesto a volver a hacer el hechizo de visualización.

- Mmm,… así que todos los cuchitrileros sois puros y castos, ¿eh? - comentó la británica jocosamente.- Creo que os vendría bien pasaros uno de estos días por el burdel. Si al jefe no le importa os haremos precio. - terminó guiñándoles el ojo a Gael y Noel y echándose a reír.

Una vez Cain hubo terminado el hechizo, aparecieron nuevas imágenes en la palangana que se sucedieron hasta terminar mostrando a cuatro cosechadas más.

- Mi voto por las chicas es… todas muertas. - sentenció la vouivre.- No hacen nada. Excepto la que está en la armería, esa vive; pero el resto mueren. Sobre todo la varmana. - terminó de decir, al recordar a la desagradable Lia.

Una vez terminadas las apuestas y aceptando la invitación a cenar del cuchitril y la pequeña excursión de Nia, se fueron de ahí, perdiendo de vista el torreón y los que lo ocupaban.

De camino hasta allí, una vez se hubo cerciorado de que iban en la dirección correcta, la mente de Shizel puso a su cuerpo en piloto automático. Ahora que volvía a inaugurarse el circuito de salidas tenía bastantes cosas que quería llevar a cabo: tenía que pasarse por la Biblioteca durante al menos unas cuantas horas, volver a hablar con Tap sobre algo que había acabado quedando en el aire la última vez y salir en busca de chatarra por Rocavarancolia. Todo aquello era demasiado para llevarlo a cabo hoy, así que tendría que dosificarlo a lo largo de los días siguientes. Al fin y al cabo, si algo le sobraba ahora era tiempo.

Alargó la mano y llamó tres veces con energía al portal de Letargo. Creyó entreoír voces dentro: en Maciel también era raro, por no decir inexistente, el día en el que el torreón se quedaba vacío.
-Sabemos que estáis ahí, venimos a devolveros la visita- llamó-. Si no abrís entraremos trepando.

Mientras esperaba alargó la mano al bolsillo en busca de sus canicas, para no tantear más que aire. Recordó que aquel día, por primera vez desde que había llegado a Rocavarancolia, no había querido cogerlas. Recordando la pesadilla que acababa de tener, se tanteó las muñecas distraídamente, como queriendo comprobar si seguían ahí.

Como era de esperar, a Tap no le hizo ninguna gracia que casi matara a su avispa por accidente. Sin embargo, antes de que pudiera responder a sus gritos e insultos la voz de Yrio resuena desde una ventana. A partir de ese momento se armó una discusión en la que participaron tanto ellos dos como Atol, que entró poco después, y que amenazó al repoblador con fuego que hizo con magia.
“Primero la paliza a Stefan y ahora esto. Hoy alguien se ha levantado de mala leche”

Al final se olvidaron de mí, y preferí no decir nada, aprovechando para escabullirme del patio. Como estaba dentro no vi a Tap marcharse y no me enteré hasta un rato después, durante la comida, donde Atol planeó una salida.

-No me importa cuando salgamos siempre que no sea de noche. Me apunto-
No había salido del torreón desde el último ataque. Y todavía no se atrevía a volver a donde las cestas, pero tampoco quería quedarse para siempre en el torreón.
Aun no habían terminado de comer cuando llamaron a la puerta.
“¿Será Tap? No. Tap no llamaría”
Del otro lado de la puerta llegaron unas voces que no reconocí.
“Tienen que ser los del otro torreón”
Dirigí a los demás una mirada interrogante.
-¿Abrimos... o también los vais a dejar fuera hasta que se arrepientan de salir sin vuestro permiso?- Les dije con una sonrisa. Habían pasado dos semanas y, aunque me lo había tomado bien no había olvidado el día que no me dejaron entrar. Pensaba recordárselo durante mucho tiempo.
-En fin ya abro yo-
Una vez abro la puerta me encuentro un grupo bastante variopinto de personas. A algunos los conozco, a otros no.
-Vaya, tenemos visita ¿quien lo habría dicho?- Dije con una sonrisa mientras me hacía a un lado para dejarles entrar.
-Podeis pasar todos, menos él- sin dejar de sonreir señalé a Shizel.
- Tu entras trepando-

Sin embargo, los ánimos no están para salir, al menos no de momento. Escucho a Stefan y suspiro, empezando a pensar a qué dedicar el día entonces, pero luego me sugiere que consigamos sal sacándola del mar <<Podría funcionar... Pero a saber si no se colaría algún bicho raro en el cubo>>
-Claro que hay sal en mi mundo. Vale que no sepa de religiones, pero ¡sal! Y algo que deberías tener grabado a fuego es que no subestimes a los ejércitos de Libo.-le suelto mosqueado por lo que dijo antes de evitar un conflicto.

Alder también se une a la negativa de salir, de momento, ya que dice de esperar a la digestión. En respuesta a su "maravillosa comida" me brillan los ojos; y sonriendo, asiento varias veces y respondo apresuradamente:
-Claro, claro, el tiempo que necesites.

Terminando de recoger, veo cómo se dirige a la cocina y empieza a fregar, me llevaría las manos a la cabeza de ser el primer día o quizá es porque lleve cubiertos, pero lo dejo estar y solo un suspiro-gruñido se escapan. <<Yrio Matalagartos... Mola jaja>>
-Oh, elegiste arma? Genial, luego lo veo.-exclamo finalmente, deseando verla luchar en serio, por fin.

¡Pero tenían que llamar a la puerta! Tap se fue... ¿No habrá atraído a algo, no? Sea como sea, reconozco las voces de fuera, así que me acerco a abrir pero Pablo se adelanta: fuera, Wintel, Karimé, DL, Ariv, RR y Shizel. Los miro ladeando la cabeza, intentando discernir a qué puede deberse la visita, pero por el tono jocoso que traen no parece nada grave. Y es comprensible que vengan tantos. Lo mejor: K y Alder a la vez. Y estos fueron los que se molestaron por creer que pertenecían a Karimé... Bah>> Pero Pablo ha dicho algo, qué digo... varias cosas, a las que no puedo evitar responder:
-¿Shizel trepará? Eso habría que verlo, pero si se desparrama contra el suelo, lo limpiará Pablo.-bromeo.-Es el perrito, duerme fuera y limpiará con esmero, no os preocupéis.-y esto no va en tono jocoso sino todo lo contrario.-¿A qué debe nuestro hogar su visita, mi Señora K?-inquiero, inclinándome y haciendo un gesto de invitación, pero añado rápidamente-Y sus... sus compañeros, pasad, pasad.

Luego me quito de en medio, arreándole un codazo en las costillas a Pablo, que por lo visto aún le queda el cabreo de que no le abriera cuando se fue tras el enano, y le susurro
-¿Por qué no te fuiste tras tu amante esta vez? No seas idiota, anda.-y luego me acerco a los recién llegados, curioso y expectante.

Haciendo caso omiso de la pulla de Atol me dispongo a empezar a descifrar un poco mi libro, y cuando llevo apenas linea y media que decía algo sobre la luna golpean repetidamente la puerta <<Genial, ponte a hacer algo interesante y alguien te interrumpirá por cualquier tontería >>.

Pasan unos segundos y por fin veo como Pablo se levanta a abrir, cierro mi libro con un golpe seco y me pongo a atender hacia la puerta, claramente se oyen voces al otro lado y cuando Pablo abre la puerta de par en par dice no se que tontería de que hay uno que se queda fuera, enseguida se le acerca Atol tratando a Pablo como un perro, y parece que se quieren quedar a charlar con los visitantes en la puerta <<Esto ya es el colmo>>.

-¿Os vais a apartar de una vez de la puerta para que puedan pasar?, y cuando entren cerrad la puerta que se va a colar por ahí media ciudad a este paso- digo un tanto exasperado.

Me acerco al grupo que esta en la puerta y los hago pasar a todos, y me encaro a Atol y Pablo y les suelto:

-Tú -digo señalando a Pablo,- ¿que es eso de que un invitado salte el muro?, y tú -le digo a Atol,- por dios no trates al pobre como si fuera un perro.

Volviéndome al resto que acaba de llegar les doy la bienvenida a todos y acto seguido me siento en un sillón para ver como se desarrollan los acontecimientos.

Alder se detuvo en el piso de arriba antes de abrir la habitación, porque escuchó las voces.
Bajó toda contenta, ante la perspectiva de una novedad. Y sonrió ampliamente al ver al grupo que estaba abajo.
- ¡Mira quien es! ¿La Furcia esta aquí como ofrenda de paz? - oviamente era broma, y miró unos segundos a DL, segura de que lo había entendido.- Voy a avisar a un par de rezagados. No todos los dias alguien rompe nuestra monotonía. Os ofrecería de comer, pero vereis, no se cocinar (:'D)
Al poco, despues de interrumpir a Seon e Yrio en lo que fuera que hacían, para decirles que estaban los chicos del otro torreón abajo, y añadir un " y está K, Yrio, asi que no creo que te importe interrumpir tus importantes tareas, a que no?"
Sacarle la lengua al niño con un deje juguetón, y arrastrar a su pareja escalones abajo, reapareció antes los macieleros.
- Sentios en casa. Si vuestra casa tenia polvo y a veces era invadida por lagartos grandes, estoy segura que apreciareis el parecido.- dijo con una sonrisa sarcastica.
- ¿por que estais aqui, chicos?- pregunto Seon, con su dulzura habitual.

Después de un rato caminando, por fin llegaron a Letargo. Ariv había estado fijándose durante todo el camino para memorizar la ruta. Tenía planeado seguir haciendo algún que otro mapa, por si acaso lo necesitaban en algún momento. Estaba segura de que le saldría bien.
Después, Shizel llamó a la puerta. Les abrió un chico al que Ariv no conocía y que le sugirió al idrino, en broma, que entrara trepando. A la niña aquello le hizo gracia, y rió. De momento, le había caído bien. A continuación, aparecieron Atol y otro muchacho. Éste parecía un poco molesto con sus compañeros… La sinhadre ladeó la cabeza, pero no dijo nada, aunque no entendía del todo su reacción. Los saludó a los tres, y preguntó a los dos chicos desconocidos para ella:
—¿Cómo os llamáis? ¡Yo soy Ariv!
En ese momento, llegó Alder. Ariv la miró y, aunque en un primer momento verla le recordó a todo aquello que creía haber enterrado, pronto se repuso y le dedicó una sonrisa. En el fondo, se alegraba de que estuviera allí. La saludó también. Alder enseguida subió al piso de arriba y, al regresar, trajo a su aurva con ella. Ariv la recordaba: aunque apenas habían hablado, le había parecido amable la vez que estuvieron en Maciel. En realidad, todos le habían caído simpáticos, y lamentó no haber aprovechado aquella visita para conocerlos un poco mejor.
—Queríamos haceros una visita —respondió a su pregunta—. Teníamos que salir y decidimos pasar por aquí.

Me escabullí entre mis compañeros rápidamente al escuchar la voz de Pablo. Lo miraba nerviosamente en busca de si tenía la pluma que mandé a Tap que le diera en algún lugar, efectivamente la llevaba colgada del cinto, lo que me hizo muy feliz. Atol le propinó un codazo a Pablo y este se doblo instintivamente por el impacto inesperado.


“eh! Eh! EH ¡ - le grito a Atol mientras le daba palmaditas nerviosamente en el codo como si quisiera escavar en el y gruñendo-“


Luego le susurró algo y atendió a los demás. Un Pielrosado que no conozco se acerca quejándose a los demás a saludar a la puerta y también aparecieron Alder y Seon, tan exóticas como siempre, daban una imagen de fragilidad que no daba Karime, simplemente no las podía imaginar luchando o peleando o dando ordenes como ella. Veía algo especial en ellas aunque no sabría decir el qué, algo que me llamaba la atención como el brillo de las plumas.


Después de despertar del pequeño lapsus que me provocan las Sinhadres, vuelvo a Pablo.


“¿Pablo, estas bien? ¿te ha hecho daño ese bruto? – le pregunto frotándole el costado exageradamente- Veo que te llegó la pluma, me alegro -digo sonriendo un poco ido- pero eso ya no es suficiente… tengo que hablar contigo de algo importante - termino abriendo al máximo los ojos – ven, ven, ven – digo nervioso agarrandolo del brazo y llevándolo a un lugar apartado del grupo - ¿Aquí también están usando magia, verdad? Puedo olerlo – digo olfateando teatreramente y escupiendo al suelo repetidamente – No debes caer en la tentación de usarla, es mala, si si si.... te corromperá primero por dentro y luego te transformará en un monstruo - digo bajito casi susurrando y con miedo- dime que no lo estas haciendo Pablo, dímelo – termino mirándolo con lastima –“

El alboroto de voces del piso inferior les hizo pensar que tenían visita. Alder llegó como un torbellino al poco confirmando sus sospechas. Yrio iba a quejarse pero la pulla de la peliverde le afectó exactamente como ella quería y bajó tras las dos chicas como el idiota que era, dejando su preciado proyecto olvidado por el momento << De todas formas no podía seguir sin Seon>> se dijo mentalmente para justificar su debilidad. Abajo le esperaba un grupo de caras conocidas, entre ellas K, como le había dicho Alder, uno de los pieles plateadas y los foners, para gran alería de Yrio. Eran los únicos que le faltaban para completar su compendio de mundos, así que subió a por su libreta a toda velocidad.

-Si tanto te molesta el polvo ponte a limpiar, ¿o es que tiene que venir Atol a barrer el suelo por donde pasas?- respondió al comentario de Alder, mientras volvía a bajar las escaleras

Los invitados se habían instalado en el salón. Yrio le lanzó una mirada interrogante a Pablo y a Wintel que se habían ido a un rincón apartado, pero no le dio más importancia y empezó su interrogatorio. Eligió primero a la ''furcia'' que parecía que soportaba bien ciertas bromas sinhadres y que tenía un aspecto mucho menos amenazador que su compañero pelirrojo. Cuando acabase con ambos ya iría a mendigar un abrazo de K.
-Hola- saludó a DL- En nuestro último encuentro me faltaron un par de mundos para completar mis apuntes, el tuyo era... ¿Fonera?- hacía tiempo que no usaba ese tono amable en alguien que no fuera Seon. Le estaba costando- ¿Podrías responderme a algunas preguntas de tu mundo? Si quieres puedo hablarte del mío a cambio, aunque a lo mejor no te hace falta teniendo en tu grupo a Ariv, pero tengo apuntes de todos los mundos salvo el tuyo y el suyo- señaló a Shizel- ¿Tiene algún significado el color de cuestros ojos? - aquella solía ser la primera pregunta de todos sus interrogatorios.

Al llegar al torreón se quedo un poco sorprendido por la vegetación que rodeaba el muro de Letargo, pues esta brillaba por su ausencia en Maciel. Su atención volvió a la entrada justo después de que Pablo les abrieran encontrándose con casi todos los miembros del otro grupo abajo. DL se quedo un poco extrañado cuando vio todo caras conocidas de cuando llegaron a la fuente, a excepcion de un chico que no conocía de nada.

-Cada ve que os veo, tenéis mas gente en vuestro torreón, primero la planta parlante y ahora ese ¿tenéis un aparato para reproduciros o que?- pregunto alzando una ceja entre sarcástico y extrañado, pues seria un poco el colmo que ni agua caliente hubiera y estos tuvieran un método de concepción similar al de su mundo, lo cual dudaba seriamente. Escuchar el "furcia" proveniente de Alder que bajaba del otro piso le causo gracia, mas que enfado, no es que le importunara realmente- Cada vez que me ves me halagas- sonrió en broma, cuando volvió a bajar junto a su compañera, ala cual observo detenidamente por unos segundos y junto a Yrio. Escucharlo dirigirse a el en busca de aprender de su mundo le extraño un poco, pero no tuvo mayor problema en responder.

-No tengo problemas, te explicare lo mejor que pueda -respondió en realidad le vendría bien conocer un poco de los otros mundos, ya se había dado cuenta con su conversación con Shizel y Ariv, que eran abismalmente diferentes unos de otros- Sobre tu pregunta, el color de ojos y cabello en mi mundo va por castas...el negro es la casta mas baja, el blanco la casta mas alta y hay varios colores intermedios...-comenzó intentando explicarle lo mas practico y resumidamente posible aquello, teniendo que hacer mención del hecho de que eran creados de esa forma, como clones, algo un hecho que al parecer resultaba incomprensible para algunos y dado que no sabia del nivel de ciencia del mundo de Yrio, pues había hablado con Ariv pero no lo suficiente, le pidió a cambio también algunos apuntes que estuviera de los otros mundos, pues le ayudaría bastante a conocer u poco a los demás.

Shizel esbozó una sonrisa burlona mientras pasaba al interior.
-Sólo dije que treparía si no abríais la puerta- dijo con una decepción falsísima-. Y habéis abierto, así que no os voy a hacer el feo.

Sin embargo una vez dentro notó la atmósfera un poco tensa, o al menos bastante más enrarecida que cuando los letarguinos habían ido a visitar Maciel. Quizá fuese la manera en que algunos de los integrantes del torreón se miraban a los otros, quizá fuese el hecho de que al contrario que en Maciel las bromas entre ellos carecían del tono despreocupado de "vete a pastar", sino que poseían incluso algo de agresividad contenida. Quizá fueron simplemente los modales con los que el recién llegado al que no conocía amonestó a los otros dos. Shizel alzó las cejas ante tal escena pero no dijo nada.
"Qué sobrados vamos para ser nuevos, ¿no?"
-Creo que no nos han presentado- se limitó a decir en aras de la cortesía, al contrario que DL que fue visiblemente más directo con su comentario sobre reproducirse. La alusión sobre las presentaciones era una sutil indirecta para preguntar su nombre-. No recuerdo haberte visto en la plaza de la fuente, aunque también podría haber estado despistado- no lo había estado. Shizel había desarrollado buena memoria para los grupos por la cuenta que le traía en Idris, y estaba seguro de que aquel chaval semejante a Aleksei en raza no estaba entre los que habían abandonado juntos las mazmorras el primer día. Sin embargo, la educación le requería no establecer eso en voz alta.

Supo que llegaba Alder antes de verla bajar por las escaleras: la voz animosa de la sinhadre rompía un poco con el ambiente del lugar.
-En nuestro torreón ya hay alguien que limpia- contestó a la chica con una sonrisa. "Aunque no sea yo precisamente"-, así que con suerte pronto el polvo no será algo en común. Y de momento no se nos ha colado nada a domicilio que yo sepa.

Nadie más bajó, y con "nadie" se refería a Tap, al que estaba buscando. Vaciló un instante antes de preguntar con cautela:
-¿Y los demás? ¿Han salido?

Respondió la pulla de Yrio con una risita.
- Puedes limpiarlo tú a sillazos. Sería poco ortodoxo, pero mas divertido.
Volvió el rostro hacia Shiz, que le estaba contestando segundos antes, y le dedico una sonrisa y un encogimiento de hombros
- Que le vamos a hacer,no se puede ser perfecto. Aqui tenemos una bonita acumulacion de mascotas infructuosas. Quizas algun dia os prestemos alguna. Por ahora de todas formas, solo nos quedó el cadáver de una.

Alder echó otro vistazo a la sala. El chico abrigado ya no estaba tan abrigado, sino que se había llenado de adornos, algo burdos pero interesantes. Y sin sus capas de ropa, parecía mas pequeño y delgado. Hubiera hecho alguna broma al respecto, pero parecía que necesitaba hablar con Pablo.
Pasó su interes del delgadito lleno de plumas, a K a quien sonrió como una vieja amiga, sin preocuparse en evitar que su mirada la barriera de arriba abajo. Terminó encarando a Shiz de nuevo, para responder su pregunta. Pero Seon ya estaba contestando.
- Tap sí.- dijo con cierta preocupación.
- Hace un rato, pero no es la primera vez que lo hace.

La broma fue bien recibida por los invitados, pero no por el resto, el codazo es buena prueba de ello. Stefan no se queda atrás y nos sermonea a los dos “¿En serio?”

-¿Pero que coño te pasa hoy?- Le grité a Atol cuando me recuperé del golpe, pero me callé enseguida. Solo iba a conseguir provocar una pelea, y no tenía ninguna posibilidad contra el libense, por no hablar de que tenían invitados.
Hablando de invitados, allí estaba Wintel. El nublino actuaba de forma extraña, y antes de que pudiera hacer poco más que presentarme a los que no me conocían me arrastró a un lugar apartado.

-Estoy bien, no ha sido nada. Pero deja de tocar que duele- Le dije.
Cuanto más me hablaba mas me parecía que algo no andaba bien. Las veces que había estado con Wintel no se comportaba de forma tan excéntrica.
-No, no he usado magian ni puedo usarla-
Parecía obsesionado con que la magia era peligrosa, pero hasta ahora a nadie le había pasado nada malo por usarla, quitando el cansancio cuando se esforzaban mucho.

Oye ¿te pasa algo? Y que es eso de que me transformará en un monstruo?

Wintel estaba empezando a asustarme.

Observo como van entrando todos sentado ya en el sillón, desde luego a casi ninguna de las razas que entran las reconozco. También observo como Pablo se encara con Atol por el codazo cosa que entiendo a la perfección y rápidamente como un chico de pelo gris claro le defiende, parece que el y Pablo si se conocen pues se van a hablar a otra zona mas apartada. Los observo un minuto y veo como el chico gesticula y hace aspavientos y me queda claro que o todos en su mundo son así o es que esta como una cabra.

Mientras pienso esto la voz de otra de las razas desconocidas me saca de mis pensamientos:

-No, nunca nos hemos visto, te recordaría,- comente mirando de arriba a abajo al chico, otro con el pelo de un color muy claro y piel gris,- mi nombre es Stefan, y no nos vimos en la plaza de la fuente por que me desperté antes que vosotros y me fui por mi cuenta, hace unas dos semanas nos encontramos y me vine a vivir aquí,- todo esto lo comento dándome importancia.

<<No estoy mintiendo, tan solo les omito información, información que ademas no les hace falta>>

Dejo de mirar a ese chico y me fijo en el otro que Yrio tiene secuestrado, también de pelo muy claro, en esto que la pregunta del piel gris me saca de mis pensamientos otra vez, y cuando Seon le contesta suelto un bufido de exasperación:

-Yo no me preocuparía mucho por el, en mi mundo tenemos un dicho "Mala hierba nunca muere",- y dicho esto comienzo a reírme de mi propio chiste.

Mis ojos vuelan hasta posarse en otras dos chicas que hay en la habitación, a las cuales paso medio por alto salvo a la chica que esta medio en pelotas, y me fijo en otro chico de pelo rojo que también va sin camiseta, frunzo el ceño y pienso <<Vaya calores que se gastan este par>>.

Como tampoco tengo mucho que decir me quedo un tanto taciturno pensando en como me gustaría largarlos de una patada y poder seguir descifrando el libro, ya que este, que aun tenia en mis manos, parecía mas interesante que todas las conversaciones que se desarrollaban a mi alrededor.

En cuanto DL dijo lo de la salida, Karime ya se estaba preparando y cogiendo sus armas. “Ya era hora de comenzar con las aventuras de nuevo.” Pensó emocionada. Aunque en las últimas dos semanas habían salido de vez en cuando, a la libense le habían sabido a poco y la perspectiva de pasarse por el otro torreón a visitar a sus compañeros vecino se le hacía apetecible.

Mientras caminaban hacia el torreón, Karime fue recordando la última y primera vez que había visto al otro grupo. “Tengo ganas de volver a ver a Alder y a su aurva. Y al pequeñín del pelo morado. También a Atol, necesito una dosis de piropos. El puñado de hierba también parecía gracioso.” Pensaba al acercarse al torreón. Todavía no había determinado el sexo del repoblador, por lo que lo trataría de forma masculina hasta que le dijeran lo contrario. “Así será más divertido para mí.”

- ¡Hola, vecinitos! ¿Nos habéis echado de menos? No hace falta que contestéis, ya sé que si.- gritó mientras entraba por la puerta.

Al primero que vio de su interés fue Atol, el libense, al que saltó a abrazar fuertemente y presionándole fuertemente contra su pecho por si tenía la suerte de ponerlo nervioso.

- Atol, queridísimo Atol. Yo sí que te he echado de menos. En mi torreón no me piropean como se merece una mujer de mi estatus social. ¿¡qué digo!? ¡No me piropean ni como se merece una mujer! Son todos unos desconsiderados.- Le decía efusivamente mientras le presionaba y le daba bandazos.

Tras soltar a Atol, miró al chico nuevo de arriba abajo varias veces y dando vueltas en círculos a su alrededor, “valorando la mercancía.”

- ¿Qué, Alder, estás abasteciéndote de chicos para superar a los míos?- le preguntó con una sonrisa picara.- Que lo estás haciendo bien y eso, pero no te vendría mal pasar una temporadita en mi humilde morada para tener buenas vistas contínuas.- Dicho eso, inclinó el cuerpo para ver detrás de la sinhadre al resto del grupo y prosiguió.- Que, excepto por algunas excepciones de aquí, que no malas, mis chicos están mejor dotados.

Antes de que la edeel pudiera contestarle, Yrio se interpuso en la vista de la libense y ella no dudó en saltar a abrazarlo, presionándole contra su pecho como había hecho con Atol.

- Y como pago quiero a este pequeñín, ya lo sabes. No he olvidado mi deseo de convertirlo en mi aurva.- dijo revolviéndole el pelo al sinhadre después de ponerlo en el suelo de nuevo.- ¿Qué beneficios tiene tener un pequeñín para ti? ¿Puedo tener dos? Tampoco quiero que Ariv se quede sola.