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Torreón Letargo (Archivo II)

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Caillech
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Caillech
Caillech

Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)
Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.

Torreón Letargo (Archivo II) - Página 4 Empty Torreón Letargo (Archivo II)

09/11/11, 08:05 pm
Recuerdo del primer mensaje :

Oía pasos detras de mi, pero en ningún momento miré atras para comprobar si eran los humanos o el ser quien me perseguía. Tampoco me quité la mano de la nariz, el intenso hedor me habría frenado al instante. Hacer cualquiera de las dos cosas solo haría que perdiera unos valiosos segundos que podrían ser la diferencia entre mi vida o mi muerte a manos de aquel apestoso ser. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Solo la imagen de él comiendo mi cuerpo inerte me ponía enferma. Esa era, en definitiva, la peor final para alguien como yo, terminar anclada a alguien como eso. No había ni peor muerte ni peor destino, estaba segura. Era un destino que no le esperaba ni a mi peor enemigo, ni siquiera a un Ranta.

Mientras corría más de una vez maldecí a mi suerte. No podía haber sido un ser que no poseyera olor, no debía ser el engendro que peor olía de toda la ciudad quien nos debía de perseguir. Las estrellas no debían de estar muy contentas conmigo para hacerme tal cosa. Ciertamente, no era de su agrado. Eso era algo que había descubierto hace mucho tiempo, el mismo día que me expulsaron de la tribu por un crimen que no era mío.

A mitad del recorrido mis pulmones empezaron a pedirme más aire de la que le facilitaba por la mordaza que tenía por mano alrededor de ellos. Debía encontrar un lugar pronto donde el aire fuera minimamente respirable o perder al engendro de vista, sino no sabía lo que podría llegar a pasar. Y lo cierto era que prefería no pensar en ello. Esas imagenes o pensamientos no me ayudarían en nada a salir de esta. No me servían de nada más que para ponerme peor y como tal los expulsé de mi mente, encerrándolos bajo llabe en algún rincón oscuro de la que no pudiera salir.

Nadie puede describir, entonces, mi dicha y alegría cuando vi como se alzaba una torre no a muchos metros de mí. ¡Si!, grité para mis adentros, esa debía ser la otra torre de la que nos habían hablado aquella pareja, la torre que nos mantendría a salvo. Debía llegar allí a toda costa, no podría aguantar mucho más de la forma que estaba.

Reuní todas las fuerzas que aún tenía y los empleé para alargar aún más las zancadas. Mientras más cerca veía la torre más esfuerzo hacía yo para acortar aún más la distancia hasta que desapareció dicha distancia. Entré como una exalación, de la misma forma que había entrado en la otra torre, aunque esta vez no me impulsaba el enfado sino las ganas de sobrevivir. Nada más transpasar el umbral di una gran bocanada de aire mientras me quitaba la mano de la cara.

- Si, esto es otra cosa - dije mientras me hacía con cuanto aire podía almacenar mis pulmones, parecía que quisiera succionarlo. Ciertamente, no deseaba pasar por aquella esperiencia jamás. Ya podía aprender muchas cosas que no pensaba pasar por semejante dolor sensorial nuevamente. - Por, Nasandra, esto duele... - me doilían la nariz. Me volvía a llevar las manos a esta con la esperanza de que así disminuyese el dolor punzante. Hasta ahora no me había permitido sentir nada, pero en estos momentos me venía la factura por haber pasado tanto tiempo con aquel ser de olor tan penetrante.

_________________________________________

Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.

Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar

Alicia

Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos

Torreón Letargo (Archivo II) - Página 4 Empty Re: Torreón Letargo (Archivo II)

27/11/11, 01:53 pm
1-25 acierta
26-100 falla
(tiene mala puntería)
Rocavarancolia Rol

Torreón Letargo (Archivo II) - Página 4 Empty Re: Torreón Letargo (Archivo II)

27/11/11, 01:53 pm
El miembro 'Alicia' ha efectuado la acción siguiente: Número Aleatorio

'Dado de 100 caras' : 92, 20, 98, 35, 13, 89, 53
Caillech

Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)

Torreón Letargo (Archivo II) - Página 4 Empty Re: Torreón Letargo (Archivo II)

27/11/11, 03:24 pm
No sabría decir cuanto tiempo estuve entrenando con la lanza, como siempre me solía ocurrir cuando me enfrascaba en alguna nueva empresa que me había impuesto yo misma había perdido el santo al cielo. Sin apenas detener mis movimientos miré al cielo para verificar a que hora del día nos encontrábamos. Por Nasandra, el sol se encontraba en lo alto, ¿tanto tiempo había estado ensimismada entrenando? A mi me habían parecido apenas unos minutos, a lo sumo unas pocas horas, pero no tanto. Bueno, por lo menos había aprendido unas cuantas cosas sobre el manejo de esta arma. No era aún una experta, no me engañaba pensando que con un día de entrenamiento con un arma hasta entonces desconocida para mi lograría ser capaz de vencer a Vlad por ejemplo, quien parecía haber crecido con algunos maestros a su lado, los cuales le enseñaron bastante bien.

Una brisa llegó a mi mientras atravesaba el corazón de Sezk tras apuñalarle en el hombro derecho, desarmándolo. Instintibamente olfateé el aire. Era una constumbre que había cogido tras los años que había pasado en el desierto sola. Solía olfatear mis alrededores constantemente en busca de alguna amenaza o para reconocer el terreno en busca de alimentos y agua. Así descubría algo de lo que no me había percatado por culpa de mis ansias para mejorar en el manejo de las armas, había plantas, muchas plantas. Eso me sorprendió, ¿cómo podía haber plantas sin un oasis alrededor? Estúpida, me dije, esto no es Asrena, es Rocavarancolia, un planeta completamente diferente, con reglas completamente diferente y con personas y lugares completamente diferentes.

Pero no era lo único que se encontraba por allí. Mánia. Supe que era ella antes de que saliese de los arbustos en los que se escondía mientras me espiaba. Ella no era como los humanos, ni su comportamiento ni siquiera su olor coincidían. Además, estaba su notable aversión a mi raza o eso creía yo hasta entonces, que no odiaba o temía por nuestro aspect... ¿Había sido eso una sonrisa? Fruncí el ceño extrañada. Esa niña era de lo más extraña. En un momento se encontraba intentando atacar a Giz y al siguiente me sonreía con... ¿respeto? No llegaba a comprender la mente de aqulla pequeña, juro que no lo hacía.

Entonces vi como se acercaba a mi compañero Asreniano, quien se encontraba con una de aquellas misteriosas piedras que parecían poder brillar aunque aún no lo supieramos como. De repente, la pequeña Mánia, quien había estado embelesada con la piedra, se lo arrebató de las manos cortándose. Pude ver como, al contacto de su sangre brillaba. Aquella extraña hembra había descubierto el secreto de activar aquellas piedras, la sangre, eso era lo que le daba vida.

Pensativa me quedé, dejando atras el entrenamiento, mirando como la pequeña salía corriendo con la piedra mientras me situaba al lado de Giz.

- Esa hembra no coincidirá con algunos de los patrones humanos, pero ciertamente nos ha ayudado a descubrir algo que podría sernos de utilidad - en ese momento miré hacia él apartando la vista de la pequeña para hacerle la pregunta que se me había ocurrido en aquellos momentos - ¿Te apetece hacer un poco de investigación? Yo he acabado de entrenar por ahora y podríamos emplearlo para saber para qué sirven estas extrañas piedras. Me vendría bien un par de ojos más para ello, ¿vienes?
Yber
GM

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Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.

Torreón Letargo (Archivo II) - Página 4 Empty Re: Torreón Letargo (Archivo II)

27/11/11, 04:22 pm
Si no fuera porque el olor a perfume de la muchacha me advirtió de su proximidad, no habría caído en la cuenta de su llegada, pues llevaba bastante tiempo examinando el cristal, como hipnotizado. Sin embargo, no reacciono a tiempo para evitar que Mania me quite el cristal. Me levanto entre sorprendido y enfadado para reprenderle esa actitud, pero observo como el cristal brilla en sus manos, y creo oler el por qué. La chica se ha hecho un corte pequeño y ni puedo ver la sangre, pero el olor es inconfundible. << Ya no tendré que sumergir uno en agua o cortarme para averiguar cual de las dos encendió el cristal de Alicia >> Pienso divertido mientras miro emocionado el cristal. Ya se me ha pasado el cabreo momentáneo por la actitud de la muchacha nueva. Aunque cuanto más la veo, más me recuerda a un animalillo por su forma de moverse y actuar.

Justo cuando pienso en pedirle a Mania que me preste de nuevo el cristal, aparece Caillech y me sugiere ir a investigar el uso de los cristales. Tal vez sea lo mejor, porque la chica no parece dispuesta a soltar el cristal por las buenas. Asiento a la proposición de Cai sonriente.
-A mí no me apetece entrenar siquiera-desde mi entrenamiento con Alicia me quedó patente que no era lo mío-, así que perfecto-le digo-. Además ayer encontré una habitación con bastantes de estos. Podríamos empezar por allí.
Alicia

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Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos

Torreón Letargo (Archivo II) - Página 4 Empty Re: Torreón Letargo (Archivo II)

27/11/11, 04:58 pm
Solo acertó dos de los siguientes siete tiros. Intentó fijarse en qué había cambiado de un tiro a otro, si había movido el arco de alguna manera, si había tensado la cuerda de esta otra... pero no sacó nada en claro. Justo cuando bajaba los brazos, sintiendolos de plomo, Mánia arrancó de las manos de Giz el cristal que había estado mirando recostado . Como un gato que sigue la luz de una linterna. La cara perpleja del lagarto, junto con la escena en conjunto, hizo reir a Alicia. Era la primera vez que reía desde que había llegado. Y se sintió recofortada.
Pero el cristal brillaba entre los dedos de la pequeña. ¿se habría cortado y era la sangre? ¿o el contacto con la piel...? no, no podía ser con solo tocarlo, porque cuando lo recogió del suelo...
Sangre, entonces.
Cail propuso a Giz investigar, y este aceptó.
¿Pero que vamos a sacar en claro de esto?, pensó, Si de verdad es la sangre.. eso es todo lo que vamos a poder saber. ¿su utilidad es algo tan tonto como encenderse? Imposible. Para eso solo tendrían que encender un fuego, no necesitarían cortarse cada vez que quisieran una linterna. ¿entonces qué? Lo que necesito es un libro, un texto, ¡algo! yo sola solo puedo hacer teorías y más teorías. Me falta información. El cristal de ayer ya está apagado. ¿son de un solo uso? ¿solo duran un rato? Eso no hace más que darme la razón. Encenderse no puede ser la finalidad de este cristal. Entonces....entonces... es un síntoma? Pero ¿un síntoma de qué?
- Escuchad. Noel habló de un edificio por aquí cerca. Quiero ir. Tengo algo que buscar.... que no creo que esté aquí, si es como el otro torreón. Algún libro. Y si no es eso... bueno, cualquier cosa que encontremos puede venirnos bien, y a la vuelta, las bañeras ya habrán pasado, y podemos ir por comida. Ayer con el tema de explorar el torreón se nos pasó el día.


Última edición por Alicia el 28/11/11, 03:51 pm, editado 1 vez
Caillech
Caillech

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Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
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Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)

Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.

Torreón Letargo (Archivo II) - Página 4 Empty Re: Torreón Letargo (Archivo II)

27/11/11, 05:49 pm
Ya me estaba comiendome la cabeza con la utilidad que podrían tener esas piedras, pero no se me ocurría nada que no fuera dar luz, una meta bastante estúpido para un objeto que necesita alimentarse de sangre ajena para hacer lo que hace. La cosa era averiguar lo que era lo que realmente hacían.

Estaba a punto de decirle a Giz que si, que fueramos a investigar a esa habitación que había encontrado. Con un poco de suerte encontrábamos algo entendible que nos mostrara para lo que servian de verdad esas piedras. Quien sabía, podrían sernos de utilidad y todo una vez que supiesemos para lo que fueron creadas por quien sabe hace quien sabe. Estaba ansiosa por desvelar su secreto, pero entonces habló Alicia. Al parecer ella también deseaba ir a explorar el edificio que Noel había mencionado antes para verificar si estaba allí algo que ella buscaba. Ella quería averiguar si había un libro que nos sirviese allí, pues dudaba que aquí encontrasemos algo útil. Además, estaba el tema de las bañeras...

No tenía opción, yo debía ir si o si. Era la única del grupo que se sentía medianamente a gusto con las armas, era la única que sabía de supervivencia y haría cualquier cosa para seguir vivos. Si fuesen ellos solos podrían morir, decepcionando así a Mark, alguien que había confiado lo suficiente en mi como para dejarme la vida de los demás, una confianza que hacía mucho que no veía y buscaba sin yo saberlo. Además, me quedaría sola, sin compañía, en una ciudad asesina. Algo poco recomendable.

Por otra parte, si cabía la posivilidad de encontrar algo que nos sirviese...

Estaba decidido. Clavé la lanza en el suelo y saqué mi espada y mi daga de sus respectivos escondites.

- Si estais decididos a iros allí tendré que ayudaros, no sea que algún engendro os mate. Hariais que Hannah se riera de mi por no saber cuidar de unos cuantos humanos. Y eso es algo prefiero evitarlo - contesté con una sonrisilla -. Armaos y llevad alguna de esas piedras también. Si encontramos algo relacionado con ellos podríamos probar si es cierto lo que esta escrito o no - entonces miré por donde el olor de Noel me venía -. Noel, prepárate que nos vamos a ese edificio que viste ayer.

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Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.

Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
Yber
Yber
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.

Personajes :
Dirke/Ramas.
Giz.
Tap/Malahierba.
Lara 37/Saria Omen.
Rasqa: parqio transformado en moloch.
Eitne.


Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.

Torreón Letargo (Archivo II) - Página 4 Empty Re: Torreón Letargo (Archivo II)

27/11/11, 06:33 pm
Debo de ser el único cuya curiosidad no supera al miedo que me produce salir hacia una zona desconocida de la ciudad, pero el entusiasmo de Cail y Alicia se me contagia enseguida. Subo arriba como ha sugerido Cai y bajo con un puñado de cristales dentro de una bolsita improvisada con una manta pequeña y un cordel. Ato la bolsa a mi cinturón y desenvaino la cimitarra para dar a entender que ya estoy listo. Considerando lo relativo que significa estar listo en estas circunstancias. Me fijo en Mánia, que parece distraída todavía con el cristal. Me acerco un poco a ella, esta vez con más cuidado que ayer a las puertas del Torreón y le sonrío tratando de mostrarme amable.

-¿Estás ya mejor?-le pregunto tratando de comenzar con buen pie-. Perdona por el susto de ayer, no era mi intención ni mucho menos-me excuso. Hago un amago de poner mi mano sobre su hombro, pero la retiro antes de llegar a hacerlo-. Vamos a ir a explorar un edificio cercano. ¿Vienes con nosotros? - le ofrezco. No sé por qué, pero nada más callarme ya tengo la impresión de que he metido la pata hablando, pero bueno, no quería dejar pasar la oportunidad para disculparme con ella.

Antes de que me responda, me apoyo contra la pared a la espera de que el resto del grupo acabe de prepararse para la excursión.

Sigue en la Biblioteca Mágica.


Última edición por Giz el 28/11/11, 05:50 pm, editado 1 vez

_________________________________________

No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
Giniroryu
Giniroryu
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas

Personajes :
Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
Lethe: Horus, enderth.
Rägjynn: mjörní.
Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.


Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.

Armas :
Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
Irianna: arco y estoque.
Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
Lethe: arco y lanza.
Rägjynn: jō.
Naeleth: arco, sai y báculo.


Status : Gin: do the windy thing.

Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.

Torreón Letargo (Archivo II) - Página 4 Empty Re: Torreón Letargo (Archivo II)

28/11/11, 05:31 pm
Torreón Letargo (Archivo II) - Página 4 S
Me costó unos minutos conseguir un fuego decente. La extraña chica, que había dicho que se llamaba Mánia, había salido como una exhalación a recorrer el torreón. Había vuelto poco después con una sudadera que sería cuatro tallas más grandes de lo que necesitaba, pero agradecía que no anduviese medio desnuda por ahí. Además en esta ciudad hacía frío, y eso que yo estaba acostumbrado a un clima de bajas temperaturas. Se arrimó al fuego que había encendido, sin prestarme la más mínima atención, y se introdujo en la sudadera aovillándose como un animalillo. La escena me hizo algo de gracia a pesar de que no me gustase el comportamiento de aquella niña. Era casi más extraña que Deianira en cierto modo. Bueno, cada una a su manera, aunque Mánia casi parecía un animalillo. No comprendía como una chica tan joven llevaba aquella indumentaria... Porque era humana, ¿o no? De pronto miré a Giz y Caillech y una duda me asaltó. ¿Y si ella no era... de la Tierra? Su aspecto era indudablemente humano, pero su comportamiento era demasiado extraño. Bueno, podría ser que lo fuera, ahí teníamos a Vladimir con su forma de actuar y hablar más propias de hace diez siglos. Decidí que hablaría en otro momento con Giz o Cai acerca de eso, quizás ellos distinguieran algo en la chica que se me escapaba. También se lo podía preguntar a ella, claro, pero visto el caso que nos había hecho hasta el momento no albergaba mucha esperanza de que me respondiese. Tampoco tenía demasiado interés en entablar conversación con ella debido a su actitud, pero me podía la curiosidad.

Iba a llamar mis compañeros para que viniesen a hacer la comida, Mánia estaba profundamente dormida y no la desperté. Dudé un momento, iba a preguntarle a Alicia si podía preparar ella la comida mientras yo la ayudaba y así aprendía algo, pero... recordé que no sería muy buena idea. Ethan se me acercó y dijo que él podía preparar algo, lo cual agradecí inmediatamente al mismo tiempo que me sorprendí, pues era un chico muy callado. Presté atención a lo que hacía y cuando terminó llamamos a los demás, que se habían ocupado en explorar un poco el torreón.

Tras comer, continúamos la exploración. Alicia había dicho que sería buena idea dejar la salida que yo había propuesto para el día siguiente a lo cual asentí. El torreón era muy parecido al otro, aunque ya teníamos una ligera idea de la noche pasada que habíamos pasado en él. Las diferencias radicaban en que los baños se encontraban en la segunda planta y en la tercera había una habitación bastante grande en donde estaban todas las camas. Además, en la segunda planta, había un estudio también similar al del otro torreón donde Alphonse se había encerrado a desentrañar algunos libros. No pude ignorar un extraño círculo pintado en el suelo, mi curiosidad nuevamente en marcha, pero no tenía ni idea de por qué estaba eso ahí. Seguía habiendo una armería en el sótano cargada de armas de toda clase. El piso de arriba, en contraste, sólo contenía unas pocas aquí y allá... Estaba claro que no era otra armería, pero en ese momento no supe decir cuál era la finalidad de aquella habitación. La suciedad era lo único que habitaba en esa planta a parte de las pocas armas. ¿Para qué se utilizaría? El patio también era similar, tenía una estatua en el centro, en este caso de una ninfa llena de estacas clavadas por todo el cuerpo. Cerca de la estatua había un pozo. Pero sin duda lo que más llamaba la atención era toda la vegetación que allí había, más abundante que la del torreón que habíamos abandonado. Giz pareció interesado en lo que parecía ser un huerto abandonado y no pude sino compartir su interés. Sin embargo también me di cuenta de algo; el patio parecía más pequeño debido al huerto y por lo tanto no habría tanto espacio para entrenar... Recordé entonces las armas que había visto en la gran habitación prácticamente vacía del piso superior y comprendí su función. Alguien la había utilizado como sala de entrenamiento y, sin duda, nosotros deberíamos seguir su ejemplo. Así se lo expresé a mis compañeros y decidí que a partir de mañana intentaría entrenar un poco a diario aunque no tuviésemos a Vladimir para enseñarnos... Le pediría ayuda a Cai. Otra cosa que indudablemente llamó mi atención fueron lo que parecían unas tumbas. Había un montículo de tierra y una piedra colocada encima. Por supuesto no había forma de saber quién o qué estaban enterrados ahí porque no había ninguna inscripción. Fuera como fuese, me sentí un poco melancólico sin saber por qué al contemplarlas a pesar de que era evidente que no conocía a quienes estaban ahí enterrados.

Tras quedar satisfechos con el examen del torreón, decidimos limpiar un poco. No estaba demasiado sucio, pero sí hacía falta quitar el polvo y barrer, entre otras cosas. También tendí mi ropa en la estatua, tras limpiarla con un cepillo un poco, para que terminase de secar. Mañana volvería a ponérmela, decidí. Estábamos exhaustos del viaje, el entrenamiento del día anterior y de la limpieza, por lo que después de cenar nos acostamos enseguida. Mánia seguía dormitando en la cocina y la dejamos allí. Alicia, Ethan y yo subimos al tercer piso y nos acostamos en las camas. Cai y Giz estaba claro que no acostumbraban a dormir en camas, al menos en el otro torreón yo había visto a Giz dormirse junto a la estatua del patio. Suponía que había hecho lo propio también ahora y quizás Cai le hubiese imitado. Pensando en todas estas cosas y en lo que había pasado durante el día, no tardé en conciliar el sueño.

-------------------------------------------------

Me desperté bastante aturdido. Miré a mi alrededor hasta que comprendí que ya no estábamos con Mark, Alphonse, Vladimir y Hannah. Nos habíamos mudado al otro torreón la noche anterior. Me desperecé y me levanté, Abajo ya estaban desayunando cuando entré, así que les pedí que me despertasen si otro día tardaba demasiado en bajar; acostumbraba a dormir bastante cuando no tenía nada que hacer en mi casa... Mi casa, que lejos en el tiempo sonaba aquello a pesar de que habían pasado sólo cuatro días. Suspiré y comencé a comer. Me di cuenta, una vez más, de que aún conservaba la caja de cerillas en el bolsillo y las saqué de allí para colocarlas en algún cajón. Ni siquiera sabía cuando las había vuelto a meter en mi bolsillo. Tampoco nos hacían falta ya porque habíamos encontrado una especie de mechero, pero nunca se sabía cuándo nos podían servir. El asunto de los fósforos me resultó cómico y supuse que simplemente había sido fuerza de costumbre, pero decidí desechar esa aburrida explicación en favor de otra más divertida.
-Espero que en el otro torreón también encuentren algún mechero porque mucho me temo que he descubierto una faceta de mí: parece que padezco cleptomanía selectiva -lo digo aparentando seriedad y hago una pausa para beber-. Sólo robo fósforos... Vaya por dios, suena muy poco épico -sonrío ampliamente y continúo comiendo.

Cuando terminamos de comer fui a recoger mi ropa al patio. Cai y Alicia estaban entrenando allí, todavía no habíamos empezado a usar la sala. Mientras recogía la ropa Giz seguía dándole vueltas al uso que podían tener los cristales y cómo activiarlos. Igual que con todo lo desconocido, sentía mucha curiosidad. Y Mánia, que había llegado al patio hacía un momento, se lo arrebató de las manos. Fruncí el ceño debido a la brusquedad con la que lo hizo, a parte de que parecía una cría que necesitaba apropiarse de todo lo que veía. Entonces Mánia se cortó con el cristal y éste se iluminó.
<< Entonces es la sangre... >>, pensé recordando lo que había dicho Alicia acerca del cristal.

Poco después Alicia propuso salir a explorar el edificio que yo había visto, pero sin mirarme en ningún momento... Estaba claro que aún se sentía muy avergonzada. Yo ya casi había "olvidado" el asunto, pero estaba claro que ella no. Tendría que intentar hablar con ella más tarde. Cai apoyó la exploración y yo por supuesto también. Giz entonces se acercó a Mánia y le habló de forma amable a pesar de la brusquedad con la que le había quitado el cristal.
-A veces eres demasiado bueno, Giz -le digo sonriente sin molestarme por bajar la voz, pues Mánia no me había hecho el más mínimo caso desde que habíamos llegado-. Bien, pues... esperad a que me cambie de ropa un momento y estaré listo.
Subí al baño y me cambié de ropa. Dejé la que llevaba puesta metida en un cesto con intención de lavarla por la noche. También recogí mi cimitarra y mi daga que había dejado cerca de mi nueva cama y bajé de nuevo al patio.
-Yo estoy listo -anuncio.

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Última edición por Giniroryu el 14/04/12, 01:53 am, editado 2 veces
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Torreón Letargo (Archivo II) - Página 4 Empty Re: Torreón Letargo (Archivo II)

28/11/11, 07:26 pm
Mánia se giró bruscamente cuando el chico lagarto le habló y desnudó los dientes de forma instintiva, pero al comprobar el trato que le daba la guerrera se serenó, tal vez el chico fuese suyo, no quería ofenderla, pero sí dió un pequeño salto hacia atrás cuando Giz alzó la mano para tocarla y le fulminó con la mirada a modo de advertencia. Por una vez, desde antes de llegar a la ciudad, atendió a las palabras de un hombre y cuando el lagarto acabó su proposición, meditó largamente la respuesta. Sentía verdadera curiosidad por ver ese edificio del que hablaban, y seguro que tenía muchas cosas interesantes que ver... pero los recuerdos de las noches que había pasado a la intemperie, el miedo que había pasado y el olor a peligro constante que llenaba las calles le hicieron decidirse por una respuesta clara.
-Me quedo aquí- dijo tras negar tan efusivamente la cabeza que parecía que las orejas de oro iban a salir volando. Retrocedió varios pasos, abrazándose como si temiera que la obligasen a salir, luego recuperó su postura firme al darse cuenta de lo absurdo de esa idea << Que se atrevan esos plebeyos...>> Los observó irse uno a uno manteniendo la distancia y con un deje de duda es la mirada. Quería ir, pero tenía miedo de salir del torreón... y también tenía miedo de quedarse sola... Los siguió hasta la entrada manteniendo las distancias, carcomida por las dudas... Un movimiento repentino le hizo desviar la vista del grupo que se alejaba, uno de los hombres se había quedado con ella... Bueno, no era tal vez la compañía más adecuada pero al menos no estaría sola, y eso la tranquilizó lo suficiente como para avivar su interés por seguir explorando el torreón << Además es bastante guapo...>> pensó fijandose detenidamente en él; tenía el pelo negro y la piel blanca... y unos ojos verde lima. A Mánia le gustaba el verde lima, pero no tenía permitido llevarlo... Se quedó observando al chico un buen rato hasta que éste alzó la mirada hacia ella, lo que hizo que Mánia se esfumase escaleras arriba.
Ya había revisado todas las habitaciones a conciencia, salvo una... En el último piso había descubierto una trampilla en el techo, y tenía que llevar a algún sitio, a algún sitio interesante, Mánia lo sabía. Pero la trampilla estaba demasiado alta y en la habitación no había nada a lo que pudiese trepar para alcanzarla. Había intentado subir algún mueble pero era imposible, no tenía la fuerza suficiente y de todas formas las escaleras eran demasiado estrechas como para que pudiese maniobrar una sola persona llebando un mueble. Se sentó en el suelo con las piernas y los brazos cruzados, visiblemente enfadada. Quería subir, quería ver lo que había allí arriba y Mánia estaba acostumbrada a tener lo que quería y cuando lo quería, por eso mismo volvió a bajar al salón.
Con una determinación y una firmeza dignas de su Madre se acercó al chico de los ojos verdes y le señaló la escalera en un gesto imperioso.
-Ábreme la trampilla- el gesto era brusco pero nada agresivo, como una niña pequeña que te pide que le des un juguete o una golosina.
Sorprendéntemente para cualquiera que no fuese Mánia, el chico se levantó del sillón en el que estaba sentado y acompañó a la andrógina hasta el último piso. No tuvo problemas en abrir la trampilla y bajar la escalera que facilitaba el acceso, incluso subió detrás de Mánia.
Lo que había allí arriba era una azotea, toda de piedra rodeada de almenas, desde donde se podía ver toda la ciudad. Mánia se aupó al murete de piedra para poder ver mejor y sonrió maravillada mientras el viento le revolvía el pelo. La ciudad era enorme, amplia y luminosa en comparación a su amada capital, con los edificios más extraños y dispares de todos los materiales y tamaños posibles. Mánia gritó de pura emoción y admiración, la ciudad era preciosa, y desde allí arriba, el miedo y la sensación de peligro se disiparon. Desde su posición, Mánia solo podía oler milagros, milagros y aventuras.
Yber
Yber
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Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.

Personajes :
Dirke/Ramas.
Giz.
Tap/Malahierba.
Lara 37/Saria Omen.
Rasqa: parqio transformado en moloch.
Eitne.


Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.

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29/11/11, 04:00 pm
Al paso que vamos, apenas tardamos en llegar al torreón. Hasta que no hemos estamos en la puerta, ni me he podido fijar en lo oscuro que está todo. La noche no me había llamado la atención tanto como la serpiente o el tipo con alas al principio, y luego, mientras corría, me pareció más importante mirar al suelo que hacia arriba, para no tropezar. Además el calor de la carrera había camuflado bastante bien el ambiente fresco tras la puesta del sol.

Nada más pasar al torreón me encamino hacia el patio y me siento bajo la estatua, es hora casi de dormir, pero no me siento con el más mínimo sueño. Todo lo que me apetece es leerme el libro. Tanto que por una vez desde que llegamos aquí, no pienso en el bien del grupo ni todo eso que nos enseñaban en la tribu. Abro el libro y, tras colocarlo en la posición correcta gracias a la pista de la numeración en las páginas, comienzo a leer.


Al principio no entiendo casi nada. Habla sobre magia, hechizos y cosas que suenan como ensoñaciones o lo típico que una persona vería por culpa de unas alucinaciones. Pero pronto llego a una sección del libro que habla sobre talismanes, donde aparecen los cristales dibujados. Según este, los cristales almacenaban energía mágica gracias a la sangre y el hecho de que lucieran significaba que estaban cargándose. Acto reflejo abro la bolsa con el resto de cristales que había cogido y me hago un pequeño corte en la palma mano con uno de ellos. Esparzo los cristales por el suelo y hago caer una gota en todos. Salvo uno de ellos, todos comienzan a lucir. << Entonces… >>. Cojo el cristal que no se ha iluminado y lo examino. Es el que encendí en la habitación y según lo que decía el libro, debía de estar cargado. Una sonrisa de satisfacción surca mi rostro, como si acabase de hacer algo prodigioso.

Finalmente acabo por guardar los cristales en la bolsa y la aseguro bien al cinto antes de seguir leyendo. El frío de la noche hace que se me entumezcan los músculos, sé que es hora de dormir y debería descansar, pero me apetece seguir leyendo un poco más. Repaso las páginas y mi mente se vuelve incapaz de creer lo que lee. << ¿Será broma? >> Lo que en un momento me había parecido ser fruto de los alucinógenos era lo que se podía conseguir usando los cristales. Poder hacer levitar objetos, insonorizar salas, congelar cosas… Todo es demasiado irreal, pero esta ciudad ya lo es de por sí, y si algo sé es que por probar no perdería nada. << Pero mejor mañana >>. Cierro el libro, lo estrecho contra mí pasando el poncho por encima para arroparme y apoyo la cabeza en el pedestal de la estatua hasta caer rendido de sueño.

_________________________________________

No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
Giniroryu
Giniroryu
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas

Personajes :
Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
Lethe: Horus, enderth.
Rägjynn: mjörní.
Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.


Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.

Armas :
Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
Irianna: arco y estoque.
Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
Lethe: arco y lanza.
Rägjynn: jō.
Naeleth: arco, sai y báculo.


Status : Gin: do the windy thing.

Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.

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29/11/11, 05:23 pm
Llegué a Letargo junto con los demás cuando ya era bien entrada la noche. Habíamos pasado más tiempo del que creía en la biblioteca, parece ser. Bueno, habíamos tenido algunos "eventos inesperados" después de todo. Todavía me siento nervioso por le miedo y la emoción sufridos.
-¡Ethan!, ¿sabes qué nos ha pasado?
Le cuento apresuradamente al chico todo lo que hemos hecho y también le muestro el libro de mapas que nos dio el bibliotecario, haciendo hincapié en los nombres de los torreones.
Después dejo el libro en el salón del torreón para que lo consulte quien quiera.
Como habíamos tenido incidentes no pudimos recoger más comida, por lo que cenamos lo que nos quedaba. Por suerte Giz y Cai necesitaban comer menos que nosotros, así que nos llegó bastante bien.
-Mañana creo que deberíamos fijarnos hacia donde salen las otras bañeras para ir a conseguir más comida sin tener que recorrer tanto... Ni atravesar esa maldita brecha.
Una vez finalizamos de comer, Giz sale al patio a leer el libro que llevó con él mientras yo le acompaño lavando la ropa que encontré en Maciel. Giz lee en silencio y sca los cristales, haciendo pruebas con un corte.
-Mañana me explicarás qué has descubierto, ¿eh? -le digo a Giz sonriente.
Cuando termino de lavar y poner la ropa a secar me dirijo al segundo pisto con intención de acostarme, nuevamente me encuentro muy cansado. Busco nueva ropa en un baúl para que me sirva de pijama y me cambio. Esta vez me cuesta un poco más conciliar el sueño, pues no puedo dejar de pensar en la pelea que habíamos presenciado... y también en nuestros compañeros de Maciel, ¿estarán bien? Poco a poco, sin darme cuenta, el sueño me vence por fin.

------------------------------------------------

Me despierto bastante descansado. Esta vez ya no lo hago desorientado y desde el primer momento sé donde me encuentro. Tengo un vago recuerdo de haber soñado algo esta noche... Salían libros volando por una sala enorme y extraños seres alados rasgando sus páginas. No recuerdo mucho más. Me cambio de ropa para ponerme la que había traído puesta desde la Tierra. << Espero que no les ocurra nada a mi chaqueta y mis botas >>, pienso. Tengo demasiado aprecio al atuendo con el que me estaba vistiendo una vez más, por lo que intentaba ser lo más cuidadoso posible con ello. Una vez terminé de cambiarme bajé al patio y comprobé que la ropa que había tendido por la noche aún no había secado del todo. Saludé a Giz que todavía se encontraba allí.
-Buenos días, Giz. ¿Has dormido bien? ¿No pasas frío durmiendo aquí fuera? -le inquiero-. Deberíamos salir a por comida pronto, pero a la vuelta quisiera estudiar ese libro contigo -señalo el libro que se trajo ayer de la biblioteca y que por lo visto no soltó en toda la noche.
Me siento a su lado apoyándome en la estatua mientras charlo con él y esperamos que se despierten los demás.
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29/11/11, 06:32 pm
Mánia estornudó, despertando en una de las camas de la habitación grande. Había pasado toda la tarde anterior con el chico de los ojos lima en la terraza, observando la ciudad hasta que vieron a los otros llegar y bajaron a recibirles. No había hablado una palabra con el chico, a excepci´n de un par de comentarios, por lo que había estado un poco aburrida, y para colmo los otros habían vuelto con un montón de libros raros. Se los estuvieron pasando durante la cena, pero Mánia había estado pegada al horno todo el rato, pues había cogido frío estando fuera, así que no tuvo oportunidad de verlos, y tampoco de escuchar la historia sobre la serpiente emplumada. Al despertar tuvo clara una cosa... tenía que buscar algo con lo que cubrirse los pies o pillaría un resfriado. Sus asistentas nunca le dejaban ir descalza en determinadas zonas del castillo por miedo a que se enfermase o se estropeasen sus delicados pies... Mánia se los miró, hacía tiempo que habían dejado de ser delicados, estaban sucios y llenos de pequeños cortes y magulladuras en las que no había reparado hasta ahora, también se dió cuenta que tenía un par de uñas rotas. Bufó.
Buscó ropa limpia en su ''nido'' y luego a alquien que la bañase. La mayoría estaban durmiendo o no pudo encontrarles. Fue al baño y tampoco encontró agua en ningún sitio. Se sentó en el suelo y se echó a llorar, odiaba estar sucia, odiaba que no le hiciesen caso y sobretodo odiaba que verse incapaz de hacer algo sin que nadie le ayudase. Derrotada por su propia ignorancia se puso un par de calcetines gordos para protegerse los pies y bajó a buscar algo de comida, aún con la ropa en la mano.
Comió un pan duro y asqueroso y algo de queso sobrante que habría escupido a la cara de alguien si no fuera por el hambre que tenía, luego salió al patio... y se alegró de ver a alguien fuera; el chico lagarto y al de cabello negro que había encendido el horno el día anterior. Dudaba que el extravagante chico lagarto conociese el honor de atender a un andrógino así que se dirigió al chico moreno que parecía ser de alguna capital
-Quiero bañarme- dijo al llegar a su altura, tendiéndole la ropa limpia que había elegido, y al ver que su petición no había sido tan evidente como había pensado añadió- Ayúdame.- su espresión, lejos de la firmeza y determinación de la orden que le había dado a Ethan, se acercaba más a un gesto lastimero, que trató de corregir pero le fue imposible. Quería un baño y lo quería ahora, y no quería que le bañase el lagarto.
Giniroryu
Giniroryu
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas

Personajes :
Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
Lethe: Horus, enderth.
Rägjynn: mjörní.
Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.


Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.

Armas :
Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
Irianna: arco y estoque.
Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
Lethe: arco y lanza.
Rägjynn: jō.
Naeleth: arco, sai y báculo.


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29/11/11, 06:57 pm
Estaba conversando con Giz cuando vemos que Mánia se acerca a nosotros. Se había puesto unos calcetines en sus pies anteriormente descalzos... Alguien debería decirle que se ponga unos zapatos. Mientras pensaba eso, para mi sorpresa, me habla por primera vez. Cuando manifiesta su deseo de bañarse comencé a hablarle.
-El baño está subiendo las escaleras, tendrás que llevar cubos con ag... -pero sin darme tiempo a terminar de responderle me dice otra cosa, su voz esta vez suena algo angustiada.
<< ¿¿Qué la ayude?? >>, pienso sobresaltándome. Aquella chica no conocía la vergüenza, o eso parecía. Primero andaba medio desnuda si ningún tipo de pudor y ahora me pedía ayuda A MÍ para bañarse. Creo que me he puesto rojo como un tomate y cuando le vuelvo a hablar lo hago mirando al suelo.
-¿Qué... qué dices? Báñate tú sola -alcanzo a decir.
Entonces levanto la mirada y me doy cuenta de algo. Es una chica muy pequeña, no parece tener apenas fuerza. Quizás sólo me pedía ayuda para subir el agua, aunque no sé por qué a mí si no me había hecho ningún caso desde que la vimos por primera vez.
-Yo te puedo ayudar a transportar cubos con agua si quieres, al fin y al cabo dudo que puedas tú sola -suspiro, aún evitando mirar hacia ella y me levanto para llenar un cubo en el pozo.
Refunfuñando por lo bajo hago varios viajes y lleno la bañera de agua.
-Ya te puedes bañar -le digo a Mánia.
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29/11/11, 07:17 pm
Mánia no daba crédito a lo que oía ¿¿Se había negado a bañarle?? ¿¿Se estaba negando a atender a un andrógino?? Frunció el ceño y miró a Noel como si estuviese loco, luego la incredulidad dió paso a la rabia. Estaba a punto de ponerse a gritar cuando vió que el chico iba al pozo y llenaba un cubo con agua. Le siguió el primer trayecto y comprendió que le estaba llenando la bañera. La rabia de Mánia se disipó al instante << Tal vez el chico no se considere digno...>> Aquel pensamiento llenó a la chica de ternura y esperó pacientemente a que Noel acabase de llenar la bañera con una sonrisa dulce en los labios.
-Muy bien- le dijo cuando terminó, a modo de felicitación. Era el único gesto de reconocimiento al que estaba acostumbrada para con los hombres sin rango que no eran mascotas... << Dudo que a este chico le haga gracia que le rasque la pancita...>>
Se acercó al borde de la bañera y rozó el agua con los dedos ¡Estaba helada! Fue a decírselo a Noel, pero ya se había marchado, dejándola sola en el baño. Durante un buen rato no supo que hacer ¿Tenía que calentar ella el agua? ¿Acaso debía bañarse con agua fría? Tal vez fuera eso... Se desnudó y fue a meter un pie en el agua pero... ¡No! No podía, ¡estaba muy fría! Se tapó como pudo y echó a correr por el torreón buscando a su chica de campo, estaba segura de que ella le ayudaría a diferencia de ese ingrato. Llegó hasta Alicia y le tendió la ropa en el mismo gesto que había usado con Noel, más lastimero si cabe.
-Báñame- imploró, sintiendo su dignidad desgarrarse y derramarse por sus mejillas en forma de lágrimas- El agua está fría
Caillech
Caillech

Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)

Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.

Torreón Letargo (Archivo II) - Página 4 Empty Re: Torreón Letargo (Archivo II)

29/11/11, 07:37 pm
Todos corríamos por nuestras vidas, todos corríamospara llegar a nuestro refugio, el Torreón Letargo. Nadie deseaba morir, como era lógico. Tanto aserenianos como humanos corríamos tan rápido como nos permitían nuestras piernas sin mirar en ningún momento para atras, hacia la serpiente alada. Todos sabíamos que un momento así disminuiría nuestra marcha y nos haría perder unos minutos que podrían ser cruciales para salvar nuestras escamas o nuestro pellejo, según la raza en cuestión. Aunque ni Giz ni yo necesitábamos hacer tal movimiento entorpecedor para estar al tanto de nuestro maltrecho perseguidos alado, solo debíamos afinar bien nuestro sentido del olfato y ello nos diría todo lo que necesitábamos, ya sea si todavía nos perseguia o cuanta ventaja le seguiamos sacando gracias a nuestra velocidad y sus heridas.

Sabía que no nos dejaría en paz, lo había visto en sus ojos la primera y única vez que lo miré a los ojos. Solo fue por unos segundos, pero fui capaz de ver la locura y el hambre voraz que se escondían en su interior de lo intensos que eran. No, nos dejaría en paz a menos que consiguiese merendarse a uno de nosotros como mínimo y dudaba que eso tampoco lo parase. La única solución que teníamos para sobrevivir er... ¿Qué diablos? La serpiente nos había dado la espalda y volvía hacia la biblioteca donde debía haber olido a otra presa. ¿El personaje que nos había dado el libro? ¿Sería ese su próxima victima?

Uno
de los erráticos aleteos levantó una brisa que me trajo el olor
inconfundible de un ser que no era el que nosotros habíamos encontrado. No sabía de que o quien se trataba, pero algo me decía que preferiria no saberlo. Sin darme cuenta me encontré redoblando mis zancadas. Parecía que mi cuerpo deseaba poner la mayor distancia entre aquel nuevo ser y mi escamoso cuerpo, al cual quería por encima de todo, aunque la razón por la que lo hacía no se lo reveló a la mente.

Gracias a nuestra velocidad, corriendo entre calles y callejuelas que antes habíamos pasado en el sentido inverso en nuestra caminata hacia la biblioteca, pronto vimos emerger el torreón. Entré en él como una exhalación y, después de dejar los libros que había rescatado tras haberlos dejado caer Alicia en una de las mesas, me apoyé en una de las paredes. Estaba cansada, le había pedido mucho a mi cuerpo teniendo en cuenta que había estado entrenando muy duramente antes y apenas si había dormido, pero debería de posponer el sueño. Primero quería leer el libro que tenía en la mochila. Lo saqué de su escondite. "Matar es vivir", así se titulaba aquel peculiar y viejo ejemplar rojo, similar a la sangre, el cual había sido escrito por alguien llamado Dama Muerte.

No penseis que lo había escogido porque ya comenzaba a convertirme en una especie de Ranta, eso jamás. No, lo había hecho porque en su interior había ilustraciones de distintos tipos de armas, con sus nombre y algunas anotaciones de como emplearlos adecuadamente. No os voy a engañar, también contenia cosas que hubiese quitado el sueño a cualquiera. Como dibujos muy realistas de cuales eran los mejores puntos para clavarle la espada a alguien para asegurarse de que jamás volvería a molestarte.

Comencé a empaparme en su conocimiento, pero en algún momento debí quedarme dormida tal como estaba porque al despertar me encontré sentada en el suelo con el libro abierto en una imagen de lo más espeluznante. Lo cerré. Salí a nuestro patio/jardin particular donde algunos ya se encontraban, Giz entre ellos. Querí mostrarle lo que había encontrado y preguntarle asi mismo que había descubierto él.

- Buenas, que, ¿algo interesante? - me coloqué a su lado mientras hacía la pregunta -. Yo por lo menos si, este libro, aparte de ser un poco tétrico, tiene algunas cosas que podrían servirnos en nuestros entrenamientos e información sobre armas de lo más extrañas. - había encontrado un apartado en la que se contaba cosas sobre armas con propiedades de lo más extrañas. Espadas que tenían voluntad propia, hachas que congelaban con un tajo a sus oponentes, lanzas con un veneno que no tenía cura... Aunque creía que esa parte era un especie de broma por parte de la escritora. Tenía un sentido de lo más extraño de humor.


Última edición por Caillech el 30/11/11, 06:57 am, editado 1 vez

_________________________________________

Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.

Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
Alicia
Alicia

Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos

Personajes :
  • Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
  • Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
  • Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
  • Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.


Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.

Torreón Letargo (Archivo II) - Página 4 Empty Re: Torreón Letargo (Archivo II)

29/11/11, 07:49 pm
Cuando todos corrían, algo había hecho detenerse momentáneamente al grupo. Alicia solo se giró a tiempo de ver a una joven con alas rojas decapitar a su atacante en la puerta de la biblioteca. Ellos se encontraban a varios metros ya del edificio, y no les salpicó la misma sangre que bañó a la ¿persona? ¿criatura? Alicia se había quedado fascinada y horroriza por igual. Su "salvadora" tenía rasgos humanos, pero su piel era negra, cubierta de pequeños puntos brillantes. Como si hubiese arrancado un jirón de noche para vestirlo. Y Tenía alas. En su mente solo se repetía la escena en la que les libraba de la serpiente emplumada con un tajo limpio de estas. ¿que debía entender de aquello? ¿había cambiado la serpiente de rumbo para ir a por la chica? Luego ella se había alejado volando antes de que pudiesen temer por sus vidas, o agradecérselo, o...
Alicia no creía que la joven alada lo hubiese hecho como un gesto caritativo. Había visto su rostro al ejecutar al reptil. Pero aun así, se habían salvado una vez más, y eso era digno de celebrarse. Llegaron a Letargo poco después.
Letargo... la mente de Alicia jugó un rato con el recién descubierto nombre del torreón. Aquel era ahora su hogar. Podría haber decidido tomarlo como “el lugar donde vivía”, y no su “hogar”, pero puesto que se había prometido que iba vivir y no confiaba en la posibilidad de regresar a Dinamarca jamás, estaba decidida a hacer de aquel edificio algo más que un techo con paredes y puertas. Sin embargo, sus compañeros de piso estaban muy lejos de poder sustituir a una familia.
No participó en ninguna conversación aquella tarde, y se dedicó a leer en el dormitorio. Saltaba las líneas de vez en cuando, intentando buscar sólo lo que pudiese ser útil saber de aquellos textos.
Hasta que la luz fue insuficiente, y se echó a dormir.
***

Alicia despertó sin una idea clara de la hora, aunque sí del día. 6 de noviembre. El 15 era su cumpleaños. Antes de bajar, quiso cambiarse de ropa. Se puso la muda que el día anterior le había ofrecido Mánia, y eligió de entre la ropa, un conjunto parecido a los que llevaba la gente que monta caballo. Unos pantalones de cuero oscuro, con los que se sentía extraña (ella no llevaba pantalones tan pegados normalmente, y menos de cuero), pero que resultaban cómodos y flexibles. No se puso las maltratadas zapatillas de deporte. Fue un acto inconsciente, porque ella solía andar descalza por su casa. Se puso una blusa blanca, y se aseguró de llevarse puestos unos guantes en las manos, de cuero también. Porque las yemas de los dedos se le resentían al practicar con el arco. Se recogió el pelo en una trenza y se dispuso a bajar por las escaleras cuando Mánia le dio alcance. Le imploró que la bañase. Durante dos milesimas de segundo Alicia estuvo a punto de negarse en rotundo. No era la criada de nadie. Había ayudado a la chica cuando esta había estado al borde de una hipotermia, pero eran situaciones muy distintas. Desde entonces Mánia había parecido esperar alguna clase de servilismo por parte del resto de habitantes del torreón, y ella solo se habá dedicado a ignorar aquella actitud, hasta aquella petición tan directa. Pero entonces la niña que le recordaba a un gato comenzó a llorar, y aquello descolocó a Alicia. ¿Que hacer en esa situación? A Alicia nunca le había gustado mucho la gente – excepto unos pocos escogidos, cercanos a ella – y por tanto, tampoco era lo suyo tratarla. Y Mánia realmente parecía desvalida y pequeñita cuando lloraba así.
- ¿Tu no puedes hacerlo sola?- preguntó atragantada con la idea. Pero se dio cuenta al mirarle de que era una pregunta estúpida. Suspiro exasperada.- De acuerdo. Te “ayudaré”.
Acompañó a la niña hasta el baño.
- Me temo que el agua está fría y no hay nada que se pueda a hacer. Si quieres estar limpia. Tienes que meterte dentro.- dijo. No la arropó con sus palabras, de manera maternal, pero tampoco fue brusca. Se limitó a exponerle las cosas como eran a la niña. Tranquilamente, y con paciencia.
Mánia se resignó y se quitó lo que le envolvía. Alicia no pudo evitar mirar el cuerpo de la chica. No le echaba más de trece o catorce, pero no le faltaban curvas. Ni pircings. De hecho, parecía haberse agujereado bastante. Tenía dos aros negros en el labio, dos bolitas rojas en las claviculas. Alicia se llevó la mano a la clavicula conteniendo un escalofrío. Hacerse un pircing ahí debía de ser desagradable. Tenía dos aros más en los pezones, y dos pircing más en el ombligo. Mánia metió un pie en la bañera y soltó algo muy parecido a un bufido.
- Entra.- dijo Alicia con la misma tranquilidad, pero dando claramente una orden. La chica terminó de meterse en el agua fría. Cogió el jabón y comenzó por los pies, porque debía de ser lo más sucio. Mánia llevaba andando descalza bastante. Limpio con suavidad, porque se dio cuenta de que tenía varias heriditas y habló mientras.- Mira bien lo que tienes que hacer, porque no creo que te bañe más veces, Mánia. Yo no soy la doncella de nadie. Y aquí no siempre va a haber alguien dispuesto a concederte un capricho.
No habló con dureza, sino como si le hablase del tiempo. Únicamente, era paciente porque intuía que Mánia no estaba acostumbrada a que nadie le dijese ese tipo de cosas. Después de un rato de silncio, durante el cual se dedicó a seguir enjabonandole, le preguntó:
- ¿Puedo preguntarte de donde vienes? Tienes una manera de vestir... extraña.

Quizás ya esperaba una respuesta como la que recibió y no se sorprendió mucho. Le escuchó hablar y le aclaró, si es que no era obvio ya, que no venían del mismo sitio.
La terminó de lavar e incluso le ayudó a secarse. Cuando terminó de hacer todo lo que la niña le pidió, murmuró un corto “de nada”. Y con un gesto de cabeza, bajó para poder entrenar.
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29/11/11, 09:44 pm
Mánia se mordió el labio y durante un momento pensó seriamente en huir y pasar del baño, pero tenía que estar presentable, tenía que estar limpia... Cuando Alicia por fin terminó con su helada tortura Mánia corrió a envolverse con una toalla áspera que en nada se parecía a las toallas suaves y esponjosas que tenía en el castillo. Se vistió con la lencería que había elegido, un conjunto de encaje negro con transparencias y se puso encima un jersey de color rojo sangre que le iba bastante grande y dejaba sus hombros al descubierto al igual que las clavículas perforadas y se cubrió las piernas hasta los muslos con unos calcetines grises de lana gruesa que aunque picaban un poco eran calentitos y cómodos. Adornó sus tobillos con sus pulseras de cascabeles y se recolocaba las orejas de oro cuando Alicia le hizo una pregunta.
-¿Cómo que de dónde soy? -preguntó alzando una ceja como si la chica hubiese dicho una estupidez - Soy de Libo, evidentemente. Soy una andrógina propiedad de la duquesa de Zhandre, ¿es que no sabes ni eso, chica de campo?- pero la chica se marchó.
Mánia la siguió tintineando por las escaleras hasta llegar al patio, donde seguía el chico lagarto con su libro. Se le había unido la guerrera y efectivamente allí estaba Alicia. Bufó, no quería molestarla realmente, pero no entendía la pregunta que le había hecho... Entonces una lucecita se encendió en su cabeza. ¿Y si aquella gente no era de su mundo? Miró a los lagartos, no se parecían en nada a ningún habitante de Libo... Ninguno que ella haya visto, pero Libo era grande y ella no había salido demasiado de su castillo, por lo cual nunca había descartado la posibilidad,... << Lo mejor será asegurarse...>> Se acercó a los lagartos y ladeando la cabeza les preguntó:
-Er... vosotros... sois de Libo, ¿verdad?
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