Torreón Letargo (Archivo II)
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Elliot
Martalar
Shylver
Leonart
Lops
Vlad
Administración
Rocavarancolia Rol
Yber
Giniroryu
Sevent
Alicia
Caillech
17 participantes
Página 25 de 26. • 1 ... 14 ... 24, 25, 26
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Torreón Letargo (Archivo II)
09/11/11, 08:05 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Oía pasos detras de mi, pero en ningún momento miré atras para comprobar si eran los humanos o el ser quien me perseguía. Tampoco me quité la mano de la nariz, el intenso hedor me habría frenado al instante. Hacer cualquiera de las dos cosas solo haría que perdiera unos valiosos segundos que podrían ser la diferencia entre mi vida o mi muerte a manos de aquel apestoso ser. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Solo la imagen de él comiendo mi cuerpo inerte me ponía enferma. Esa era, en definitiva, la peor final para alguien como yo, terminar anclada a alguien como eso. No había ni peor muerte ni peor destino, estaba segura. Era un destino que no le esperaba ni a mi peor enemigo, ni siquiera a un Ranta.
Mientras corría más de una vez maldecí a mi suerte. No podía haber sido un ser que no poseyera olor, no debía ser el engendro que peor olía de toda la ciudad quien nos debía de perseguir. Las estrellas no debían de estar muy contentas conmigo para hacerme tal cosa. Ciertamente, no era de su agrado. Eso era algo que había descubierto hace mucho tiempo, el mismo día que me expulsaron de la tribu por un crimen que no era mío.
A mitad del recorrido mis pulmones empezaron a pedirme más aire de la que le facilitaba por la mordaza que tenía por mano alrededor de ellos. Debía encontrar un lugar pronto donde el aire fuera minimamente respirable o perder al engendro de vista, sino no sabía lo que podría llegar a pasar. Y lo cierto era que prefería no pensar en ello. Esas imagenes o pensamientos no me ayudarían en nada a salir de esta. No me servían de nada más que para ponerme peor y como tal los expulsé de mi mente, encerrándolos bajo llabe en algún rincón oscuro de la que no pudiera salir.
Nadie puede describir, entonces, mi dicha y alegría cuando vi como se alzaba una torre no a muchos metros de mí. ¡Si!, grité para mis adentros, esa debía ser la otra torre de la que nos habían hablado aquella pareja, la torre que nos mantendría a salvo. Debía llegar allí a toda costa, no podría aguantar mucho más de la forma que estaba.
Reuní todas las fuerzas que aún tenía y los empleé para alargar aún más las zancadas. Mientras más cerca veía la torre más esfuerzo hacía yo para acortar aún más la distancia hasta que desapareció dicha distancia. Entré como una exalación, de la misma forma que había entrado en la otra torre, aunque esta vez no me impulsaba el enfado sino las ganas de sobrevivir. Nada más transpasar el umbral di una gran bocanada de aire mientras me quitaba la mano de la cara.
- Si, esto es otra cosa - dije mientras me hacía con cuanto aire podía almacenar mis pulmones, parecía que quisiera succionarlo. Ciertamente, no deseaba pasar por aquella esperiencia jamás. Ya podía aprender muchas cosas que no pensaba pasar por semejante dolor sensorial nuevamente. - Por, Nasandra, esto duele... - me doilían la nariz. Me volvía a llevar las manos a esta con la esperanza de que así disminuyese el dolor punzante. Hasta ahora no me había permitido sentir nada, pero en estos momentos me venía la factura por haber pasado tanto tiempo con aquel ser de olor tan penetrante.
Oía pasos detras de mi, pero en ningún momento miré atras para comprobar si eran los humanos o el ser quien me perseguía. Tampoco me quité la mano de la nariz, el intenso hedor me habría frenado al instante. Hacer cualquiera de las dos cosas solo haría que perdiera unos valiosos segundos que podrían ser la diferencia entre mi vida o mi muerte a manos de aquel apestoso ser. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Solo la imagen de él comiendo mi cuerpo inerte me ponía enferma. Esa era, en definitiva, la peor final para alguien como yo, terminar anclada a alguien como eso. No había ni peor muerte ni peor destino, estaba segura. Era un destino que no le esperaba ni a mi peor enemigo, ni siquiera a un Ranta.
Mientras corría más de una vez maldecí a mi suerte. No podía haber sido un ser que no poseyera olor, no debía ser el engendro que peor olía de toda la ciudad quien nos debía de perseguir. Las estrellas no debían de estar muy contentas conmigo para hacerme tal cosa. Ciertamente, no era de su agrado. Eso era algo que había descubierto hace mucho tiempo, el mismo día que me expulsaron de la tribu por un crimen que no era mío.
A mitad del recorrido mis pulmones empezaron a pedirme más aire de la que le facilitaba por la mordaza que tenía por mano alrededor de ellos. Debía encontrar un lugar pronto donde el aire fuera minimamente respirable o perder al engendro de vista, sino no sabía lo que podría llegar a pasar. Y lo cierto era que prefería no pensar en ello. Esas imagenes o pensamientos no me ayudarían en nada a salir de esta. No me servían de nada más que para ponerme peor y como tal los expulsé de mi mente, encerrándolos bajo llabe en algún rincón oscuro de la que no pudiera salir.
Nadie puede describir, entonces, mi dicha y alegría cuando vi como se alzaba una torre no a muchos metros de mí. ¡Si!, grité para mis adentros, esa debía ser la otra torre de la que nos habían hablado aquella pareja, la torre que nos mantendría a salvo. Debía llegar allí a toda costa, no podría aguantar mucho más de la forma que estaba.
Reuní todas las fuerzas que aún tenía y los empleé para alargar aún más las zancadas. Mientras más cerca veía la torre más esfuerzo hacía yo para acortar aún más la distancia hasta que desapareció dicha distancia. Entré como una exalación, de la misma forma que había entrado en la otra torre, aunque esta vez no me impulsaba el enfado sino las ganas de sobrevivir. Nada más transpasar el umbral di una gran bocanada de aire mientras me quitaba la mano de la cara.
- Si, esto es otra cosa - dije mientras me hacía con cuanto aire podía almacenar mis pulmones, parecía que quisiera succionarlo. Ciertamente, no deseaba pasar por aquella esperiencia jamás. Ya podía aprender muchas cosas que no pensaba pasar por semejante dolor sensorial nuevamente. - Por, Nasandra, esto duele... - me doilían la nariz. Me volvía a llevar las manos a esta con la esperanza de que así disminuyese el dolor punzante. Hasta ahora no me había permitido sentir nada, pero en estos momentos me venía la factura por haber pasado tanto tiempo con aquel ser de olor tan penetrante.
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
21/03/12, 09:23 pm
Noel me sigue también hasta el foso y el hombre nos saluda a ambos para después mencionar Asrena.
-Por supuesto, lo conozco -le contesto. Se quita la máscara y me mira fijamente de forma severa, y lo que me dice a continuación junto con la forma en que lo hace me dejan desarmado por un momento. Parpadeo perplejo tratando de hilar una respuesta. Sencillamente por como lo dijo no había opción a negarse. Me enderezo y asiento lentamente.
-De acuerdo, lo he entendido. Lo haré lo mejor posible. ¿Qué más tengo que saber?
Mientras hablo, no paro de pensar en Giz, Gula y el otro asreniano de la taberna. En más como ellos llegando a la ciudad y en otros muriendo en cualquier lugar... por haber venido aquí, por haberlos traído. Pero los que sobreviven se hacen más fuertes, ¿verdad? Con eso hago remitir los remordimientos. Los ayudaría a venir al lugar donde serán quienes deben ser, eso no es algo malo. Entonces recuerdo que Noel está justo a mi lado y me pregunto qué estará pensando, si me odiará por lo que acabo de responder. Acaban de transformarse y las muertes de sus compañeros están recientes, quizá ellos todavía no lo vean de la misma manera que yo. Pero ahora no hay nada que pueda hacer. No me atrevo a apartar la mirada del hombre del consejo para ver la cara de Noel.
-Por supuesto, lo conozco -le contesto. Se quita la máscara y me mira fijamente de forma severa, y lo que me dice a continuación junto con la forma en que lo hace me dejan desarmado por un momento. Parpadeo perplejo tratando de hilar una respuesta. Sencillamente por como lo dijo no había opción a negarse. Me enderezo y asiento lentamente.
-De acuerdo, lo he entendido. Lo haré lo mejor posible. ¿Qué más tengo que saber?
Mientras hablo, no paro de pensar en Giz, Gula y el otro asreniano de la taberna. En más como ellos llegando a la ciudad y en otros muriendo en cualquier lugar... por haber venido aquí, por haberlos traído. Pero los que sobreviven se hacen más fuertes, ¿verdad? Con eso hago remitir los remordimientos. Los ayudaría a venir al lugar donde serán quienes deben ser, eso no es algo malo. Entonces recuerdo que Noel está justo a mi lado y me pregunto qué estará pensando, si me odiará por lo que acabo de responder. Acaban de transformarse y las muertes de sus compañeros están recientes, quizá ellos todavía no lo vean de la misma manera que yo. Pero ahora no hay nada que pueda hacer. No me atrevo a apartar la mirada del hombre del consejo para ver la cara de Noel.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
21/03/12, 10:24 pm
El hombre comienza a hablar y no puedo evitar sorprenderme al escuchar que me llama por mi nombre completo. Pero enseguida explica por qué lo sabe.
-No, no me lo he cambiado... -musito un tanto cohibido.
Observo con curiosidad su rostro serio cuando se quita la máscara. Sus rasgos eran suaves y agradables, en contraste con el aspecto misterioso que daba cuando tenía puesta la máscara.
A continuación le explicó a Gael por qué había ido a buscarle allí. Mi interés aumentó cuando mencionó Asrena. Querían que Gael se encargase de traer cosechados de allí. Más víctimas como nosotros que se verían obligados a venir a Rocavarancolia. Pensé en lo que eso significaba. La ciudad era cruel, especialmente cuando veías como tus compañeros se morían sin poder hacer nada por evitarlo. Sin embargo, por otra parte, yo no podía decir que había sido del todo infeliz allí. Había hecho unos amigos fantásticos, si tan sólo Ethan hubiera sobrevivido... Sacudí ligeramnete la cabeza para evitar seguir por esa línea de pensamiento. Gael nos había dicho que la Luna Roja sacaba nuestro verdadero ser, que así es como deberíamos ser. Me miré primero las garras que ahora tenía por manos y luego, lentamente, el resto del cuerpo. Costaba un poco creer que de verdad así es como tenía que ser, especialmente tras lo que había leído en el libro acerca de mi especie, pero por otra parte había algo, un sentimiento en mi interior, que por algún motivo no sentía rechazo por lo que era ahora. Sin duda los métodos que usaban para seleccionar nuevos habitantes de la ciudad no eran los más civilizados, tampoco entendía por qué no podían intervenir, posiblemente alguna especie de ley tradicional de la ciudad. Pero no podía negar que me sentía bastante fascinando por aquel lugar. Era peligrosa, sí, pero también emocionante. No lamentaba el haber venido, tan sólo lamentaba no poder haber hecho nada por evitar las muertes de mis compañeros de cosecha. Finalmente pensé en Caillech, para ella venir aquí había significado dejar atrás una vida de tormento y, por lo que podía deducir, también para el señor kaiser había sido así...
Gael me sacó de mis pensamientos cuando habló. Aceptó lo que le había dicho el hombre. Por lo poco que sabía hasta ahora de la ciudad tampoco creía que tuviese otra elección. No estaba muy seguro qué pensaba él internamente al respecto, pero no pude evitar notar que evitaba mirarme. Me acerqué a él, haciendo ademán de ponerle una mano sobre el hombro, retirándola a tiempo al darme cuenta de lo que estaba a punto de hacer.
-Casi me chamusco la garra -dije con una sonrisa como tratando de quitarle seriedad al asunto-. Estoy seguro de que lo harás bien -dije con sencillez-. Quien sabe lo que uno puede descubrir al llegar a Rocavarancolia... -dije con aire medio ausente.- Por cierto, a pesar de todos los problemas que hemos tenido en la taberna me lo pasé muy bien hoy. Supongo que a partir de ahora estarás más ocupado, pero espero que podamos volver a divertirnos todos juntos -le sonreí.
-No, no me lo he cambiado... -musito un tanto cohibido.
Observo con curiosidad su rostro serio cuando se quita la máscara. Sus rasgos eran suaves y agradables, en contraste con el aspecto misterioso que daba cuando tenía puesta la máscara.
A continuación le explicó a Gael por qué había ido a buscarle allí. Mi interés aumentó cuando mencionó Asrena. Querían que Gael se encargase de traer cosechados de allí. Más víctimas como nosotros que se verían obligados a venir a Rocavarancolia. Pensé en lo que eso significaba. La ciudad era cruel, especialmente cuando veías como tus compañeros se morían sin poder hacer nada por evitarlo. Sin embargo, por otra parte, yo no podía decir que había sido del todo infeliz allí. Había hecho unos amigos fantásticos, si tan sólo Ethan hubiera sobrevivido... Sacudí ligeramnete la cabeza para evitar seguir por esa línea de pensamiento. Gael nos había dicho que la Luna Roja sacaba nuestro verdadero ser, que así es como deberíamos ser. Me miré primero las garras que ahora tenía por manos y luego, lentamente, el resto del cuerpo. Costaba un poco creer que de verdad así es como tenía que ser, especialmente tras lo que había leído en el libro acerca de mi especie, pero por otra parte había algo, un sentimiento en mi interior, que por algún motivo no sentía rechazo por lo que era ahora. Sin duda los métodos que usaban para seleccionar nuevos habitantes de la ciudad no eran los más civilizados, tampoco entendía por qué no podían intervenir, posiblemente alguna especie de ley tradicional de la ciudad. Pero no podía negar que me sentía bastante fascinando por aquel lugar. Era peligrosa, sí, pero también emocionante. No lamentaba el haber venido, tan sólo lamentaba no poder haber hecho nada por evitar las muertes de mis compañeros de cosecha. Finalmente pensé en Caillech, para ella venir aquí había significado dejar atrás una vida de tormento y, por lo que podía deducir, también para el señor kaiser había sido así...
Gael me sacó de mis pensamientos cuando habló. Aceptó lo que le había dicho el hombre. Por lo poco que sabía hasta ahora de la ciudad tampoco creía que tuviese otra elección. No estaba muy seguro qué pensaba él internamente al respecto, pero no pude evitar notar que evitaba mirarme. Me acerqué a él, haciendo ademán de ponerle una mano sobre el hombro, retirándola a tiempo al darme cuenta de lo que estaba a punto de hacer.
-Casi me chamusco la garra -dije con una sonrisa como tratando de quitarle seriedad al asunto-. Estoy seguro de que lo harás bien -dije con sencillez-. Quien sabe lo que uno puede descubrir al llegar a Rocavarancolia... -dije con aire medio ausente.- Por cierto, a pesar de todos los problemas que hemos tenido en la taberna me lo pasé muy bien hoy. Supongo que a partir de ahora estarás más ocupado, pero espero que podamos volver a divertirnos todos juntos -le sonreí.
- Administración
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
21/03/12, 10:35 pm
Sepalian escuchó todo aquello con compostura. Le pareció curioso que justamente los seres de magia con precio se cambiaran tan poco de nombre.
-El fuego turquesa les gustará a los Asrenianos. Si lo combinas con polvo marrón anaranjado, será perfecto. Encárgate de conseguir un buen medio de transporte o practica con maestría extraordinaria los hechizos de levitación. Suerte, Koval.
Sepalian hizo un breve gesto de cortesía para despedirse y se fue con una enérgica levitación.
-El fuego turquesa les gustará a los Asrenianos. Si lo combinas con polvo marrón anaranjado, será perfecto. Encárgate de conseguir un buen medio de transporte o practica con maestría extraordinaria los hechizos de levitación. Suerte, Koval.
Sepalian hizo un breve gesto de cortesía para despedirse y se fue con una enérgica levitación.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
22/03/12, 12:04 am
Escucho las últimas instrucciones tratando de grabarlas en la cabeza y cuando Sepalian se retira escucho a Noel animándome. A pesar de que él cambia de tema hacia lo de la taberna lo miro a los ojos e insisto.
-No tenía otra opción... ¿verdad? -Niego con la cabeza. Si él lo deja pasar no es momento de inseguridades-. No se lo digas a Giz y a los demás todavía, a los de Asrena. No sé cómo se lo tomarán. -De repente recuerdo al Giz amenazante que conocí en la biblioteca y decido que no quiero volver a verlo así contra mí-. El hechizo de parálisis se va acabar enseguida, será mejor que lo tranquilicéis entre todos -añado señalando al lugar donde dejé el cuerpo del Kaiser-. Debería marcharme ya a Serpentaria, se ha hecho demasiado tarde. Me alegro de que al menos lo hayas pasado bien en la taberna -digo sonriendo tristemente a Noel-. ¡Hasta la próxima!
Agito la mano para despedirme y me marcho de nuevo hacia la torre pensando en cómo cumplir la responsabilidad que de pronto recaía sobre mis hombros, repasando la lista de hechizos útiles y posibilidades. Quitando la parte de dejar a pobres criaturas indefensas en la ciudad, la tarea me parecía bastante interesante, era todo un reto para lo que había aprendido en este último año, y además me permitía ser útil por una vez. Tendría que dar lo mejor de mí como quiera que fuese.
Sigue en la Torre Serpentaria.
-No tenía otra opción... ¿verdad? -Niego con la cabeza. Si él lo deja pasar no es momento de inseguridades-. No se lo digas a Giz y a los demás todavía, a los de Asrena. No sé cómo se lo tomarán. -De repente recuerdo al Giz amenazante que conocí en la biblioteca y decido que no quiero volver a verlo así contra mí-. El hechizo de parálisis se va acabar enseguida, será mejor que lo tranquilicéis entre todos -añado señalando al lugar donde dejé el cuerpo del Kaiser-. Debería marcharme ya a Serpentaria, se ha hecho demasiado tarde. Me alegro de que al menos lo hayas pasado bien en la taberna -digo sonriendo tristemente a Noel-. ¡Hasta la próxima!
Agito la mano para despedirme y me marcho de nuevo hacia la torre pensando en cómo cumplir la responsabilidad que de pronto recaía sobre mis hombros, repasando la lista de hechizos útiles y posibilidades. Quitando la parte de dejar a pobres criaturas indefensas en la ciudad, la tarea me parecía bastante interesante, era todo un reto para lo que había aprendido en este último año, y además me permitía ser útil por una vez. Tendría que dar lo mejor de mí como quiera que fuese.
Sigue en la Torre Serpentaria.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
22/03/12, 12:29 am
Toima sintio como de pronto su cuerpo se volvia a mover. ¿Que habia ocurrido? En un instante estaba en la taberna, apunto de partirle la fea cara a aquel capullo y ahora estaba en un sitio diferente que si bien le era familiar, estaba demasiado borracho.
-¿Dónde...¿Dónde se ha ido todo el mundo?-dijo con los mareados ojos moviendose aleatoriamente por todos lados. Los encontró. Aún no sabia ni que habia pasado-Ha sido ese desgraciado del bar...-hipó.-Sheguro...Maldito sea él y su cara...cara ffffffea...-y su voz estalló en una sonora carcajada.-Cara fea...es gracioso porque tiene una cara fea.-bostezó y se acercó al grupo con las piernas hechas gelatina, temblandole.-Ha sido una fieshta divertida...-sus ojos se fijaron entonces en el papel en la pared.-¿Quesh eshto?-intentó centrar la mirada en la pared.-HEEEYY-dijo en un berrido, aunque estuvieran al lado.-Alguien ha clavado unosh papeles por aquí.-la voz de Toima irrumpio en un sonoro gallo mientras hipaba al final de la frase. Manoteó el aire como si intentase espantar una mosca invisible y, con la mirada en sus multiples ojos perdida bostezó y mientras lo hacia dijo sus ultimas palabras del día.
-Bueno, jamados compañeros.-rio infantilmente.-jamados...-hizo una pausa.-Me voy a dormir...que ando algo cansado aunque creo que se me está olvidando partirle la cara a alguien...Pero ya que he aparecido en el torreón, puesh me voy a la cama... Buenas noshes...-y andando como un zombie, arrastrando los pies y apartando aquella mosca invisible de su cara comenzó a subir las escaleras, sin saber ni adonde iba. Segundos despues perdia el conocimiento en la segunda planta y cayó al suelo como un tronco, dormido y roncando sonoramente con una sonrisa de felicidad dibujada en la cara.
-¿Dónde...¿Dónde se ha ido todo el mundo?-dijo con los mareados ojos moviendose aleatoriamente por todos lados. Los encontró. Aún no sabia ni que habia pasado-Ha sido ese desgraciado del bar...-hipó.-Sheguro...Maldito sea él y su cara...cara ffffffea...-y su voz estalló en una sonora carcajada.-Cara fea...es gracioso porque tiene una cara fea.-bostezó y se acercó al grupo con las piernas hechas gelatina, temblandole.-Ha sido una fieshta divertida...-sus ojos se fijaron entonces en el papel en la pared.-¿Quesh eshto?-intentó centrar la mirada en la pared.-HEEEYY-dijo en un berrido, aunque estuvieran al lado.-Alguien ha clavado unosh papeles por aquí.-la voz de Toima irrumpio en un sonoro gallo mientras hipaba al final de la frase. Manoteó el aire como si intentase espantar una mosca invisible y, con la mirada en sus multiples ojos perdida bostezó y mientras lo hacia dijo sus ultimas palabras del día.
-Bueno, jamados compañeros.-rio infantilmente.-jamados...-hizo una pausa.-Me voy a dormir...que ando algo cansado aunque creo que se me está olvidando partirle la cara a alguien...Pero ya que he aparecido en el torreón, puesh me voy a la cama... Buenas noshes...-y andando como un zombie, arrastrando los pies y apartando aquella mosca invisible de su cara comenzó a subir las escaleras, sin saber ni adonde iba. Segundos despues perdia el conocimiento en la segunda planta y cayó al suelo como un tronco, dormido y roncando sonoramente con una sonrisa de felicidad dibujada en la cara.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
22/03/12, 02:42 am
Como pensaba, Gael no está del todo seguro acerca de la decisión que acaba de tomar.
-No te preocupes, Gael, yo no creo que hayas hecho nada malo -trato de animarle-. Además por el tono de voz de... ¿sabes cómo se llama?- Gael me lo dice-. Pues de Sepalian... no parecía que estuviera ofreciéndote nada, más bien era una orden. Y no se lo diré a Giz ni a nadie, díselo tú mismo cuando te sientas capaz. Supongo que los demás actuaron con más desconfianza que yo con vosotros... Bien, es normal en un sitio como este. Yo no desconfíé de vosotros porque si hubieseis querido hacerme daño no me habríais ayudado. Podríais haberme hecho todo el daño que quisieseis mientras agonizaba de dolor -sentí necesidad de explicarle esto para aclarar por qué mis compañeros parecían desconfiar más que yo-. Además creo que me sentí tan agradecido y aliviado de que alguien me ayudase que tampoco me paré a pensar demasiado en nada más -sonreí-. Pero ahora estoy seguro de que sois buenas personas.
Me despedí de Gael que se marchó en cuanto desparalizó al señor kaiser, sin darme tiempo a ofrecerle quedarse a dormir en el torreón. Él señor kaiser empezó a balbucear una serie de cosas para las que no esperaba respuesta. Entró en la sala y yo tras él para asegurarme de que no hacía nada indebido. Pero parecía mucho más tranquilo que en la taberna y tan sólo se tambaleó de un lugar a otro. Me reí mientras lo contemplaba y escuchaba sus incoherencias de ebrio. Sin embargo me llamó la atención cuando habló de unos papeles colgados. Me acerqué a mirar y pude comprobar que efectivamente había aparecido un pergamino bien grande en la pared. ¿Lo habría colgado Sepalian?
Iba a leer su contenido pero entonces el señor kaiser comenzó a subir escaleras y centré mi atención en él. En su estado era fácil que se cayera.
-Señor kaiser, tal vez no deberías subir. Yo ya tengo experiencia en caerse por las escaleras y créeme que no es nada agradable.
Subí tras él cuando ya llevaba un trecho subido y, sin previo aviso, al llegar al descansillo del segundo piso se cayó al suelo, totalmente dormido.
<< Vaya faena, pesa demasiado para que pueda moverlo yo solo y es mejor que no pida ayuda a Giz en las condiciones que se encuentra... >>, pensé. Opté por buscar una manta en la habitación y se la puse encima al señor kaiser. << Será mejor que nada... >> Después bajé para ayudar a Giz a salir al patio, donde dormía siempre. Le ayudé a echarse un poco de agua en la cara y lo dejé apoyado en la estatua.
-Buenas noches, Giz... Me temo que mañana vas a saber dolorosamente lo que es una resaca -digo entre divertido y preocupado mientras entro de nuevo al torreón.
Me acerqué al enorme pergamino y comencé a leer su contenido. Resumiendo decía que debíamos abandonar los torreones porque pronto traerían a nuevos cosechados.
-Ya no volveremos a vivir aquí... Tenemos que abandonar Letargo, como Gael y los demás -musité en voz baja.
Una pequeña sensación de tristeza me inundó mientras pensaba en ello. Durante casi un año había sido nuestra casa, y ahora tendríamos que abandonarla para siempre. Era lógico y esperable, pero estaba seguro de que echaría de menos el lugar. Tocaba adaptarse al cambio en más de un sentido. Nuestro cuerpo había cambiado y ahora también cambiaría nuestro hogar. Me animé un poco al pensar que también cambiaría nuestra situación respecto a la ciudad y que habíamos conocido a gente buena desde que había salido la Luna. El pergamino hablaba acerca de unas residencias para magos y guerreros. Al día siguiente hablaría de ello más detenidamente con mis compañeros y le preguntaría a Gael, Jack o quien fuera si tenía oportunidad.
Sin esperar un minuto más subí al dormitorio y me acosté en mi cama tras cambiarme de pantalones. No había vuelto a ponerme una camiseta desde que me había transformado.
<< Es un engorro esto de tener las y cola para vestirse... >>, pensé con esfuerzo mientras se me cerraban los ojos de puro cansancio.
-No te preocupes, Gael, yo no creo que hayas hecho nada malo -trato de animarle-. Además por el tono de voz de... ¿sabes cómo se llama?- Gael me lo dice-. Pues de Sepalian... no parecía que estuviera ofreciéndote nada, más bien era una orden. Y no se lo diré a Giz ni a nadie, díselo tú mismo cuando te sientas capaz. Supongo que los demás actuaron con más desconfianza que yo con vosotros... Bien, es normal en un sitio como este. Yo no desconfíé de vosotros porque si hubieseis querido hacerme daño no me habríais ayudado. Podríais haberme hecho todo el daño que quisieseis mientras agonizaba de dolor -sentí necesidad de explicarle esto para aclarar por qué mis compañeros parecían desconfiar más que yo-. Además creo que me sentí tan agradecido y aliviado de que alguien me ayudase que tampoco me paré a pensar demasiado en nada más -sonreí-. Pero ahora estoy seguro de que sois buenas personas.
Me despedí de Gael que se marchó en cuanto desparalizó al señor kaiser, sin darme tiempo a ofrecerle quedarse a dormir en el torreón. Él señor kaiser empezó a balbucear una serie de cosas para las que no esperaba respuesta. Entró en la sala y yo tras él para asegurarme de que no hacía nada indebido. Pero parecía mucho más tranquilo que en la taberna y tan sólo se tambaleó de un lugar a otro. Me reí mientras lo contemplaba y escuchaba sus incoherencias de ebrio. Sin embargo me llamó la atención cuando habló de unos papeles colgados. Me acerqué a mirar y pude comprobar que efectivamente había aparecido un pergamino bien grande en la pared. ¿Lo habría colgado Sepalian?
Iba a leer su contenido pero entonces el señor kaiser comenzó a subir escaleras y centré mi atención en él. En su estado era fácil que se cayera.
-Señor kaiser, tal vez no deberías subir. Yo ya tengo experiencia en caerse por las escaleras y créeme que no es nada agradable.
Subí tras él cuando ya llevaba un trecho subido y, sin previo aviso, al llegar al descansillo del segundo piso se cayó al suelo, totalmente dormido.
<< Vaya faena, pesa demasiado para que pueda moverlo yo solo y es mejor que no pida ayuda a Giz en las condiciones que se encuentra... >>, pensé. Opté por buscar una manta en la habitación y se la puse encima al señor kaiser. << Será mejor que nada... >> Después bajé para ayudar a Giz a salir al patio, donde dormía siempre. Le ayudé a echarse un poco de agua en la cara y lo dejé apoyado en la estatua.
-Buenas noches, Giz... Me temo que mañana vas a saber dolorosamente lo que es una resaca -digo entre divertido y preocupado mientras entro de nuevo al torreón.
Me acerqué al enorme pergamino y comencé a leer su contenido. Resumiendo decía que debíamos abandonar los torreones porque pronto traerían a nuevos cosechados.
-Ya no volveremos a vivir aquí... Tenemos que abandonar Letargo, como Gael y los demás -musité en voz baja.
Una pequeña sensación de tristeza me inundó mientras pensaba en ello. Durante casi un año había sido nuestra casa, y ahora tendríamos que abandonarla para siempre. Era lógico y esperable, pero estaba seguro de que echaría de menos el lugar. Tocaba adaptarse al cambio en más de un sentido. Nuestro cuerpo había cambiado y ahora también cambiaría nuestro hogar. Me animé un poco al pensar que también cambiaría nuestra situación respecto a la ciudad y que habíamos conocido a gente buena desde que había salido la Luna. El pergamino hablaba acerca de unas residencias para magos y guerreros. Al día siguiente hablaría de ello más detenidamente con mis compañeros y le preguntaría a Gael, Jack o quien fuera si tenía oportunidad.
Sin esperar un minuto más subí al dormitorio y me acosté en mi cama tras cambiarme de pantalones. No había vuelto a ponerme una camiseta desde que me había transformado.
<< Es un engorro esto de tener las y cola para vestirse... >>, pensé con esfuerzo mientras se me cerraban los ojos de puro cansancio.
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
22/03/12, 02:03 pm
Llegué un poco renqueante al Torreón. Se notaba que aún seguía dolida por la paliza que había recivido por el otro trasgo, pues a eso no se podía llamarlo pelea. Una pelea era cuando dos personas se enfrentaban entre si. Aqui solo había estado yo cogiendo todo lo que me tiraba encima sin poder hacer nada para defenderme ni para alejarlo de mi. Ahora sabía lo que nuestro muñeco de entrenamiento sentía cuando lo golpeaba hasta que mis manos sangraban. Realmente lo miraría de otra forma de ahora en adelante a aquel muñeco que Noel y yo hiciemos, pues dudaba que pudiese quitarme de la mente la imagen del trasgo golpeandome tan duramente que por un momento pensé que había llegado la hora de partir a Nassandra.
Por fortuna eso no ocurrió, y aunque tenía mi paso prohibido a aquel lugar, seguía viva, un poco dolorida aún, pese a mi pobre intento de curarme, pero viva al fin y al cabo. No era poco en este nuevo mundo.
Para cuando entré por la puerta del Torreón los demás ya habían vuelto, parecía que había estado fuera más de lo que había pensado. Bueno, no importaba ya, hablaría con ellos mañana y me disculparía por el haber perdido el control de mi misma de aquella forma. Pero lo primero era coger otra arma para sustituirlo, la mia se había quedado en la Taberna. Después de haberlo tirado hacia el trasgo no es que hubiese tenido mucho tiempo para recogerlo, suficiente había tenido manteniendome con vida.
Bajé a nuestra armería para coger una daga con una hoja que medía unos 24 centimetros por 6 de ancho. A siemple vista podía apreciar que era un arma ideal para apuñalar, pudiendo con una buena acometida perforar seguramente mi cota de malla. Además podía sentir que la hoja tenía mucha resistencia y firmeza. Me gustaba. Me lo guardé para mi, sonriendo.
Ya mejor al tener otra arma más conmigo, haciendome sentirme mejor y todo. Volvía a subir y, después de limpiarme el cuerpo nuevamente, me encontré con el pergamino que nos instaba a salir del Torreón para dejar lugar al siguiente cosecha.
- ¿Y ahora a donde iriamos? - me pregunté en voz alta - ¿Y quienes vendran este año a este mundo? Solo espero que no haya nadie conocido entre ellos, para algo salí de mi mundo...
Pensativa me senté en el patio y cerré los ojos. Así fue que mis últimos pensamientos fueron hacia el pergamino y la proxima cosecha antes de que el sueño me venciese.
Por fortuna eso no ocurrió, y aunque tenía mi paso prohibido a aquel lugar, seguía viva, un poco dolorida aún, pese a mi pobre intento de curarme, pero viva al fin y al cabo. No era poco en este nuevo mundo.
Para cuando entré por la puerta del Torreón los demás ya habían vuelto, parecía que había estado fuera más de lo que había pensado. Bueno, no importaba ya, hablaría con ellos mañana y me disculparía por el haber perdido el control de mi misma de aquella forma. Pero lo primero era coger otra arma para sustituirlo, la mia se había quedado en la Taberna. Después de haberlo tirado hacia el trasgo no es que hubiese tenido mucho tiempo para recogerlo, suficiente había tenido manteniendome con vida.
Bajé a nuestra armería para coger una daga con una hoja que medía unos 24 centimetros por 6 de ancho. A siemple vista podía apreciar que era un arma ideal para apuñalar, pudiendo con una buena acometida perforar seguramente mi cota de malla. Además podía sentir que la hoja tenía mucha resistencia y firmeza. Me gustaba. Me lo guardé para mi, sonriendo.
Ya mejor al tener otra arma más conmigo, haciendome sentirme mejor y todo. Volvía a subir y, después de limpiarme el cuerpo nuevamente, me encontré con el pergamino que nos instaba a salir del Torreón para dejar lugar al siguiente cosecha.
- ¿Y ahora a donde iriamos? - me pregunté en voz alta - ¿Y quienes vendran este año a este mundo? Solo espero que no haya nadie conocido entre ellos, para algo salí de mi mundo...
Pensativa me senté en el patio y cerré los ojos. Así fue que mis últimos pensamientos fueron hacia el pergamino y la proxima cosecha antes de que el sueño me venciese.
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
22/03/12, 03:16 pm
Noel me ayuda a llegar hasta el torreón y, tras un rato en el que lo pierdo de vista, vuelve a echarme una mano para salir al patio. Las piernas se me tambalean y apenas me tengo en pie, si no es por él me habría caído una veintena de veces. Pero lo cierto es que me resulta todo tan cómico que no puedo evitar soltar alguna risilla de vez en cuando. Me echa agua en la cara y dice algo de una resaca. No sé lo que significa esa palabra, pero pruebo a repetirla y me echo a reír. Es graciosa. Me recuesto sobre la estatua gracias otra vez a su ayuda y le doy las buenas noches antes de que se marche. El sueño más que venirme de pronto, me arrasa y me quedo profundamente dormido en apenas unos minutos.
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El sol me golpea la cara, casi literalmente, y me obliga a abrir los ojos a pesar de mi reticencia. La cabeza me duele horrores y siento como si hubieran drenado todas mis fuerzas mientras dormía, en lugar de recuperarlas descansando. Doy un vistazo general y me encuentro a Cai dormida. << Qué afortunada... >> pienso con algo de envidia sana mientras me llevo la mano a la cabeza y me levanto con cierta dificultad impropia de mí. Resoplo y decido pasar al interior del torreón. Hoy sí que me apetece usar uno de esos sillones mullidos que los blanditos suelen utilizar. Al entrar veo un cartel colgado de la pared y me acerco a leerlo. Tardo en afinar la vista, pero finalmente lo leo a pesar de la espesura física y mental con la que me he levantado hoy. Por lo visto toca mudarnos de sitio.
Lejos de sentir pena, me hace sonreír, esto me recuerda a cada uno de los viajes que hacía con la tribu. Al ser nómadas no parábamos de viajar y siempre me gustaba imaginarme como sería cada nuevo lugar, aunque al final resultase ser poco más que la misma arena en un punto del desierto distinto, esa ilusión previa al viaje siempre me emocionaba. Igual que ahora. En otras circunstancias, habría subido para avisar al resto, pero tal y como me encuentro hoy, me dejo caer sobre un sillón y espero a que bajen, tapándome la cara con una almohada. << Ya podrían apagar el sol un rato... >> me quejo mentalmente.
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El sol me golpea la cara, casi literalmente, y me obliga a abrir los ojos a pesar de mi reticencia. La cabeza me duele horrores y siento como si hubieran drenado todas mis fuerzas mientras dormía, en lugar de recuperarlas descansando. Doy un vistazo general y me encuentro a Cai dormida. << Qué afortunada... >> pienso con algo de envidia sana mientras me llevo la mano a la cabeza y me levanto con cierta dificultad impropia de mí. Resoplo y decido pasar al interior del torreón. Hoy sí que me apetece usar uno de esos sillones mullidos que los blanditos suelen utilizar. Al entrar veo un cartel colgado de la pared y me acerco a leerlo. Tardo en afinar la vista, pero finalmente lo leo a pesar de la espesura física y mental con la que me he levantado hoy. Por lo visto toca mudarnos de sitio.
Lejos de sentir pena, me hace sonreír, esto me recuerda a cada uno de los viajes que hacía con la tribu. Al ser nómadas no parábamos de viajar y siempre me gustaba imaginarme como sería cada nuevo lugar, aunque al final resultase ser poco más que la misma arena en un punto del desierto distinto, esa ilusión previa al viaje siempre me emocionaba. Igual que ahora. En otras circunstancias, habría subido para avisar al resto, pero tal y como me encuentro hoy, me dejo caer sobre un sillón y espero a que bajen, tapándome la cara con una almohada. << Ya podrían apagar el sol un rato... >> me quejo mentalmente.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
22/03/12, 04:02 pm
Toima se despertó en mitad de la escalera, con la boca pastosa y el cuerpo y la cabeza doloridos. Le dolia abrir los ojos, moverlos, usarlos, o simplemente pensar. Usó el ojo de la palma izquierda para ubicarse, entrecerrado, muy sensible a la luz que se filtraba dentro del torreón. Se llevó la otra mano a la cara, frotandosela para espabilarse. Su boca tenia un regustillo metálico de la sangre que probablemente se habia hecho al caer contra las escaleras. Se incorporó, como si tuviera un peso titánico sobre su pecho y se dio cuenta de que alguien le habia tapado con una manta. Se destapó y dejó la manta en un asiento en el descansillo de la escalera. Se estiró y todo sus musculos se quejaron a la vez, como si ya no fuera bastante con su cabeza.
-No vuelvo a beber alcohol en mi vida, joder...-se crujio el cuello y se preparó para hacer los estiramientos mañaneros. Reguló su respiración y se desvistio el torso para estar más cómodo. Sus ojos rehuian la luz como si fueran láseres que le quemaran las retinas. Se miró el estómago y gruñó ligeramente, pellizcandose la musculosa carne entorno al ombligo.
-Maldicion...me estoy volviendo obeso...-fantaseó.-No puedo saltarme mis ejercicios ni por que mi cuerpo se halla transformado...-se colgó de la escalera y comenzó una intensa sesion de dominadas, con ambos brazos y luego con solo uno. Cuando terminó, pasó a hacer flexiones militares, tambien alternando con ambos brazos. Para rematar, salio al patio donde vio a Giz a lo lejos tambien afectado por el alcohol que tomó ayer. Toima se hizo el fuerte y fingio que la cabeza no le dolia y, saludandole, pasó a hacer una serie de carreras cortas para entrenar la potencia explosiva.
Una vez que terminó con sus ejercicios pasó al baño para asearse. Mientras se secaba la cabeza, fue a la cocina y de camino se encontró un papel clavado en la pared. Habia que mudarse. Entró a la cocina, algo distraido y comio alguno de los restos que sobraron de la ultima vez. Sacó el cuchillo de pescado de su vaina y terminó de preparar la cabeza. Separó las partes útiles como los dientes, ojos y antena de la carne que guardó con las demás. Todos estos materiales seguramente le serian utiles en un futuro.
-Así que magos y guerreros...-se dijo para si mismo con una voz rasposa.-Fijo que no entro en la categoria de los primeros.-dijo triste.-Entonces me toca ir a este sitio...Sede de los Taumaturgos con la mujer-lagarto...-bufó.-No pinta nada bien...-se asomó por la cocina por si alguno bajaba.-Pero no quiero separarme de mi grupo...-comentó con tristeza.
-No vuelvo a beber alcohol en mi vida, joder...-se crujio el cuello y se preparó para hacer los estiramientos mañaneros. Reguló su respiración y se desvistio el torso para estar más cómodo. Sus ojos rehuian la luz como si fueran láseres que le quemaran las retinas. Se miró el estómago y gruñó ligeramente, pellizcandose la musculosa carne entorno al ombligo.
-Maldicion...me estoy volviendo obeso...-fantaseó.-No puedo saltarme mis ejercicios ni por que mi cuerpo se halla transformado...-se colgó de la escalera y comenzó una intensa sesion de dominadas, con ambos brazos y luego con solo uno. Cuando terminó, pasó a hacer flexiones militares, tambien alternando con ambos brazos. Para rematar, salio al patio donde vio a Giz a lo lejos tambien afectado por el alcohol que tomó ayer. Toima se hizo el fuerte y fingio que la cabeza no le dolia y, saludandole, pasó a hacer una serie de carreras cortas para entrenar la potencia explosiva.
Una vez que terminó con sus ejercicios pasó al baño para asearse. Mientras se secaba la cabeza, fue a la cocina y de camino se encontró un papel clavado en la pared. Habia que mudarse. Entró a la cocina, algo distraido y comio alguno de los restos que sobraron de la ultima vez. Sacó el cuchillo de pescado de su vaina y terminó de preparar la cabeza. Separó las partes útiles como los dientes, ojos y antena de la carne que guardó con las demás. Todos estos materiales seguramente le serian utiles en un futuro.
-Así que magos y guerreros...-se dijo para si mismo con una voz rasposa.-Fijo que no entro en la categoria de los primeros.-dijo triste.-Entonces me toca ir a este sitio...Sede de los Taumaturgos con la mujer-lagarto...-bufó.-No pinta nada bien...-se asomó por la cocina por si alguno bajaba.-Pero no quiero separarme de mi grupo...-comentó con tristeza.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
23/03/12, 01:33 pm
Me despierto bastante tarde y, por primera vez en varios días, sentía que había descansado bastante bien. Me desperecé, proceso durante el cual mis alas y cola se movieron sin control. Cada vez era capaz de controlar mejor mi nuevo cuerpo, pero todavía tenía mucho que aprender. Por lo menos parecía que ya podía caminar con más o menos normalidad. << Al menos ya no pareceré un viejo reumático >>, pensé mientras bostezaba. Bajé al primer piso y me asomé a la cocina. Allí estaba el señor kaiser de nuevo peleando con el pescado. Lo saludé y me dirigí a la sala, donde estaba el pergamino de la noche anterior y volví a leerlo a pesar de que recordaba lo que decía. Giz estaba allí, así que me acerqué. Como esperaba, se lo veía bastante aquejado.
-Buenos días, Giz. ¿Te duele mucho la cabeza? -pregunté con una media sonrisa para luego suspirar-. Debí haberte explicado bien cómo funciona una taberna -todavía me sentía culpable-. En el fondo es mi culpa que estés así...
Pasé a explicarle lo que había sucedido anoche y también qué es lo que había bebido.
-Y ahora tienes resaca -finalicé-. Es lo que pasa al día siguiente cuando te emborrachas. Dolor de cabeza, garganta seca... No te puedo decir mucho más ya que nunca me he emborrachado, pero por lo que sé te molestarán la luz y los ruidos. El señor kaiser estará igual que tú aunque intente disimularlo -añadí divertido-. Bueno -digo cambiando de tema-. ¿Has leído ya el pergamino? Me pone un poco triste pensar que tenemos que dejar Letargo, pero creo que deberíamos irnos cuanto antes, tampoco tenemos mucho tiempo. Hay que reunirse todos para hablarlo. Yo personalmente tengo poco que recoger.
<< La ropa que traje cuando llegué aquí... No podré volver a ponerme nunca más la chaqueta ni las botas, pero me gustaría conservarlas >>, pensé.
-Buenos días, Giz. ¿Te duele mucho la cabeza? -pregunté con una media sonrisa para luego suspirar-. Debí haberte explicado bien cómo funciona una taberna -todavía me sentía culpable-. En el fondo es mi culpa que estés así...
Pasé a explicarle lo que había sucedido anoche y también qué es lo que había bebido.
-Y ahora tienes resaca -finalicé-. Es lo que pasa al día siguiente cuando te emborrachas. Dolor de cabeza, garganta seca... No te puedo decir mucho más ya que nunca me he emborrachado, pero por lo que sé te molestarán la luz y los ruidos. El señor kaiser estará igual que tú aunque intente disimularlo -añadí divertido-. Bueno -digo cambiando de tema-. ¿Has leído ya el pergamino? Me pone un poco triste pensar que tenemos que dejar Letargo, pero creo que deberíamos irnos cuanto antes, tampoco tenemos mucho tiempo. Hay que reunirse todos para hablarlo. Yo personalmente tengo poco que recoger.
<< La ropa que traje cuando llegué aquí... No podré volver a ponerme nunca más la chaqueta ni las botas, pero me gustaría conservarlas >>, pensé.
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
23/03/12, 04:39 pm
Abri los ojos para descubrir que el sol ya había salido.
Me desperecé alzando las manos sobre mi cabeza, cosa que me causó un poco de molestia aún. Era una pena que mi transformación no me hubiese dado también un factor curativo más rápido, así no me vería adolorida. Aún así, podía aguantarlo, siempre y cuando no me diese por volver a hacer otra tontería. No pensaba utilizar magia en esta curación más de lo que ya había utilizado, ya que lo único que quedaban eran unos cuantos moratones y musculos doloridos. Podría vivir con ello.
Entré en el Torreón siguiendo el ruido de los demás, no eras que digamos muy discretos tampoco. En el camino volví a encontrarme con aquel pergamino. Se me hacía raro la idea de salir. Es verdad que en mi otra vida no paraba de ir de un lugar a otro, sin nunca parar en un mismo sitio por más de unos pocos días, pero ahora... No sabría como describirlo, este Torreón me había hecho sentir segura, algo que nunca pensé que me ocurriría a causa de mi naturaleza nómada. Pero no había otra, además de que según parecía teníamos preparados otros lugares a donde ir según nuestros cualidades. Yo tenía claro a donde partir, a donde pertenecía, en la torre de los guerreros junto con ojitos y puede que con el conde, no estaba segura. Pero los otros...
Al llegar a donde se encontraban, no sin antes taparme la nariz y la boca con el trapo, les dirigí unas miradas, se hacía raro pensar que por primera vez tuvieramos que separarnos, nunca creía al aceptar el trato que haría compañeros así.
No queriendo demostrar mis pensamientos empecé a hablarles para decir aquello que el día anterior no pude hacer.
- Hey, esto... no se si sabreis lo que pasó ayer en la Taberna, pero bueno... se podría decir que perdía el control de mi misma nuevamente y digamos que no me siento especialmente bien. Siento si os cause algún problema con ello - no estaba acostumbrada a pedir disculpas, pero hice mi mejor esfuerzo, pues algo me decía que si las cosas iban por ahí me volvería una gran experta.
Entonces miré a Giz, quien no tenía un buen aspecto.
- ¿Te encuentras bien, Giz? No tienes buena cara que digamos, aunque ahora que lo digo yo tampoco debo tenerlo - dije mientras me miraba a mi misma, se podría decir que mis ropas había visto mejores días - Y por cierto, respecto a ese pergamino que hay por ahí, parece que debemos irnos más bien pronto para dejar a la siguiente cosecha sitio. Yo traje poca cosa y lo poco que traje siempre lo llevo conmigo, así que estoy preparada. Lo único... ¿habeis pensado a donde ir?
Me desperecé alzando las manos sobre mi cabeza, cosa que me causó un poco de molestia aún. Era una pena que mi transformación no me hubiese dado también un factor curativo más rápido, así no me vería adolorida. Aún así, podía aguantarlo, siempre y cuando no me diese por volver a hacer otra tontería. No pensaba utilizar magia en esta curación más de lo que ya había utilizado, ya que lo único que quedaban eran unos cuantos moratones y musculos doloridos. Podría vivir con ello.
Entré en el Torreón siguiendo el ruido de los demás, no eras que digamos muy discretos tampoco. En el camino volví a encontrarme con aquel pergamino. Se me hacía raro la idea de salir. Es verdad que en mi otra vida no paraba de ir de un lugar a otro, sin nunca parar en un mismo sitio por más de unos pocos días, pero ahora... No sabría como describirlo, este Torreón me había hecho sentir segura, algo que nunca pensé que me ocurriría a causa de mi naturaleza nómada. Pero no había otra, además de que según parecía teníamos preparados otros lugares a donde ir según nuestros cualidades. Yo tenía claro a donde partir, a donde pertenecía, en la torre de los guerreros junto con ojitos y puede que con el conde, no estaba segura. Pero los otros...
Al llegar a donde se encontraban, no sin antes taparme la nariz y la boca con el trapo, les dirigí unas miradas, se hacía raro pensar que por primera vez tuvieramos que separarnos, nunca creía al aceptar el trato que haría compañeros así.
No queriendo demostrar mis pensamientos empecé a hablarles para decir aquello que el día anterior no pude hacer.
- Hey, esto... no se si sabreis lo que pasó ayer en la Taberna, pero bueno... se podría decir que perdía el control de mi misma nuevamente y digamos que no me siento especialmente bien. Siento si os cause algún problema con ello - no estaba acostumbrada a pedir disculpas, pero hice mi mejor esfuerzo, pues algo me decía que si las cosas iban por ahí me volvería una gran experta.
Entonces miré a Giz, quien no tenía un buen aspecto.
- ¿Te encuentras bien, Giz? No tienes buena cara que digamos, aunque ahora que lo digo yo tampoco debo tenerlo - dije mientras me miraba a mi misma, se podría decir que mis ropas había visto mejores días - Y por cierto, respecto a ese pergamino que hay por ahí, parece que debemos irnos más bien pronto para dejar a la siguiente cosecha sitio. Yo traje poca cosa y lo poco que traje siempre lo llevo conmigo, así que estoy preparada. Lo único... ¿habeis pensado a donde ir?
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
23/03/12, 08:03 pm
Devuelvo el saludo a Toima con la mano, sin moverme del sofá, y agradezco que no haya utilizado su potente tono de voz para saludar. Un rato después baja Noel y se me acerca a darme los buenos días, se los devuelvo intentando no sonar demasiado molido, y escucho con toda la atención que puedo lo que me dice. Me explica lo que es una taberna, el alcohol, la resaca... y me pide perdón por no habérmelo explicado antes. Sonrío y niego con la cabeza.
-No pasa nada, yo también fui un poco abundante y enseguida me figuré una idea que no era correcta, sin preguntar si quiera-carraspeo y continuo-. Lo de la resaca... Creo que ya la voy conociendo bien-digo antes de soltar una carcajada de la que pronto me arrepiento. Agito la cabeza, como si esperara que el efecto y el dolor se fueran, y me levanto-. A mí no me da mucha pena el irnos-le digo cambiando al tema de la mudanza-, llevo toda la vida haciendo eso mismo. Es solo un desplazamiento más, seguramente a un sitio mejor-digo tratando de animarlo. Yo, por mi parte, solo necesito mi ropa: el poncho, la túnica y los cinturones. Apenas me los he quitado, salvo para limpiarlos de allá para cuando. Solo hay una cosa de la que no estoy seguro. Alzo el carcaj con las flechas y la cimitarra que había adoptado como mías desde que llegamos-¿Esto tendré que dejarlo o podré llevármelo conmigo?-le pregunto a Noel. Puede que lo pusiera en el papel, pero ahora mismo no estoy para recordarlo.
Al rato Cai se acerca, todavía no me he acostumbrado a su nuevo e imponente aspecto. De hecho, ha crecido tanto que si decidiera mantener una conversación cara a cara con ella durante un rato largo, acabaría con tortícolis. Me pregunta que qué tal estoy, a lo que le explico lo de la resaca y le quito importancia, y luego nos pregunta a cual de los dos sitios disponibles pensamos ir.
-En mi caso está claro-digo señalando lo evidente-. En la Sede no pintaría nada, así que me trasladaré a Serpentaria-solo de pensar lo que me pueda encontrar allí y las cosas que nos enseñarán me hace ilusión, aunque ahora mismo esta no se distinga en mi tono de voz resacoso.
-No pasa nada, yo también fui un poco abundante y enseguida me figuré una idea que no era correcta, sin preguntar si quiera-carraspeo y continuo-. Lo de la resaca... Creo que ya la voy conociendo bien-digo antes de soltar una carcajada de la que pronto me arrepiento. Agito la cabeza, como si esperara que el efecto y el dolor se fueran, y me levanto-. A mí no me da mucha pena el irnos-le digo cambiando al tema de la mudanza-, llevo toda la vida haciendo eso mismo. Es solo un desplazamiento más, seguramente a un sitio mejor-digo tratando de animarlo. Yo, por mi parte, solo necesito mi ropa: el poncho, la túnica y los cinturones. Apenas me los he quitado, salvo para limpiarlos de allá para cuando. Solo hay una cosa de la que no estoy seguro. Alzo el carcaj con las flechas y la cimitarra que había adoptado como mías desde que llegamos-¿Esto tendré que dejarlo o podré llevármelo conmigo?-le pregunto a Noel. Puede que lo pusiera en el papel, pero ahora mismo no estoy para recordarlo.
Al rato Cai se acerca, todavía no me he acostumbrado a su nuevo e imponente aspecto. De hecho, ha crecido tanto que si decidiera mantener una conversación cara a cara con ella durante un rato largo, acabaría con tortícolis. Me pregunta que qué tal estoy, a lo que le explico lo de la resaca y le quito importancia, y luego nos pregunta a cual de los dos sitios disponibles pensamos ir.
-En mi caso está claro-digo señalando lo evidente-. En la Sede no pintaría nada, así que me trasladaré a Serpentaria-solo de pensar lo que me pueda encontrar allí y las cosas que nos enseñarán me hace ilusión, aunque ahora mismo esta no se distinga en mi tono de voz resacoso.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
24/03/12, 01:15 am
Mientras dialogo con Giz me doy cuenta de que oigo mucho mejor que el día anterior. De hecho me da la impresión de percibir cualquier sonido más fácilmente. La distorsión seguía ahí, pero ya no me costaba entender lo que decían y podía distinguir mejor los sonidos. Al fin se estaba pasando el problema inicial de audición que acarreaba la transformación.
Tanto Giz como yo hacemos gestos de desagrado con la cabeza cuando él se ríe, pero por motivos diferentes. << Al menos la resaca es algo transitorio... >>, pienso con tristeza. El tema de las risas me preocupaba cada vez más, pero no había nada que pudiera hacer por el momento. Me animé un poco al respecto de irnos del torreón al comprobar el entusiasmo de Giz al respecto.
-Supongo que los humanos sentimos apego con facilidad por los lugares en los que vivimos... Somos bastante sedentarios -le explico-. Pero tienes razón, puede que vayamos a un sitio aún mejor. Respecto a las armas... me temo que tenemos que dejarlo todo aquí, el pergamino dice que no podemos llevarnos nada que estuviese inicialmente en el torreón.
Mientras hablábamos se nos acercó Cail, disculpándose por lo acontecido en la taberna.
-Nos lo contó Jack -le digo con expresión seria-. Creo que ayer le causamos demasiados problemas a Jack... Pero sé que es consencuencia de tu transformación. Cuando entrenes con Jack haz todo lo posible por aprender lo que te enseñe y poner interés en ello, creo que sigue dispuesto a ayudarte, pero trata de hacerle ver que de verdad quieres poner empeño en ello.
No me sentía con ánimo de ser duro con ella, pero tampoco quería pensase que no pasaba nada por lo que había hecho. Decdí no añadir nada más y concentrarme en el traslado.
-¿Serpentaria? -me giré hacia Giz-. Ah, es el refugio para magos del que habla el pergamino. ¿Sabes algo de ella? -pregunté-. Yo no estoy seguro de entrar en ninguna de las dos categorías. No tengo mucha pinta de guerrero, aunque se supone que puedo utilizar mis plumas como armas... Y puedo hacer magia pero ahora mismo no tengo ni una gota de ella. La verdad es que me gustaría intentar dominar ambos campos, pero si tú te vas a Serpentaria me iré contigo. Supongo que tú iras al refugio para guerreros, Cail -me giré hacia ella de nuevo-. Viviremos en lugares separados por primera vez desde que llegamos aquí... Pero no pasa nada, nos podemos ver a menudo, seguro.
Recordé entonces que aún no había leído nada acerca de las transformaciones de los demás.
-Oh, voy a buscar mi ropa y mientras os preparais me pondré a leer el libro acerca de transformaciones.
Subí al dormitorio y recogí mis cosas. Mi camiseta y pantalones que llevaba puestos cuando llegué a la ciudad. Mis botas... ya no me las podría poner. Mis pies habían cambiado mucho y además había crecido un poco. Lo mismo me sucedería con los pantalones. Y mi chaqueta. Mi preciada chaqueta de cuero. Tampoco podría volver a ponérmela porque no pensaba rajarla para poder meter las alas. Lo doblé todo lo mejor que pude y lo envolví en una tela. Después bajé y pedí el libro a Giz.
Caillech era un trasgo... el libro decía que podían hacer magia. << Vaya, al final también ella puede >>. Hablaba sobre el hambre vorz que sentían los trasgos por la carne fresca y del precio de su magia. Tras haber leído comprendí mucho mejor por lo que debería estar pasando mi amiga.
Pasando páginas me encontré por casualidad con una criatura que podía cambiar a placer de forma... entre humana y lobuna. << Oh, claro, esto es lo que era Hannah >>. Sólo la había visto a medio transformar, pues seguramente aún no controlase su nuevo cuerpo, pero ahora que me fijaba sí que parecían rasgos de lobo lo que había visto. El libro daba poca información acerca de estas criaturas, pero era algo más fácil de entender. Sonreí con cierta malicia al leer que era una criatura sin magia. Eso me ponía en ventaja respecto a ella si intentaba hacerme daño. Al fin y al cabo cabía la posibilidad de que se hubiera vuelto más agresiva. Y estaba claro que yo no le caía muy bien. Aunque se había preocupado por mí la tarde anterior...
Por más que busqué no encontré nada acerca de lo que le había ocurrido a Alicia ni de la criatura en la que se había transformado Alphonse. Supongo que tendría que ir a la biblioteca y buscar otro libro.
Por último busqué el ser lleno de ojos, que sí venía.
-Eh, señor kaiser -le llamé para que me oyese desde la cocina-. ¿No quieres saber más acerca de tu transformación? Mira, eres un "argos magnético". Échale un ojo al libro... o mejor unos cuantos que tú puedes permitírtelo -bromeé.
Nunca había oído hablar de esa criatura, pero me pareció interesante su capacidad para percibir la variaciones en campos eléctricos. Era una criatura sin magia, sin embargo, así que el señor kaiser también iría a esa "sede de los Taumaturgos". Con Cail...
-Cail -me acerqué a ella y hablé bastante bajo-. Intenta llevarte bien con el señor kaiser, te aseguro que no es tan malo como parecía. No quisiera que os estuvieseis peleando todo el tiempo...
Volví a sumergirme en el libro pero casi al momento recordé algo.
-Oíd -digo de pronto mientras cierro el libro-. ¿Qué habrá sido de Mánia y Vlad? Espero que no les haya ocurrido nada...
Las Alicias también habían estado discutiendo acerca de qué hacer a partir de ahora. Discutir era una palabra adecuada pues no parecían estar nunca de acuerdo la una con la otra. Al final la Alicia que vestía de azul decidió que iría al refugio para magos. La de rojo, en cambio, recogió sus cosas y dijo algo como que se iría a cualquier sitio menos a ese. Antes de que pudiéramos estar listos, la Alicia de rojo anunció que ya se iba. Me levanté del sillón de un salto para despedirla.
-Hasta otra... -no sabía muy bien que decirle ya que su repentina decisión de marcharse me había cogido por sorpresa-. Volveremos a vernos pronto, espero, cuídate.
Miré alternativamente a ella y a su "hermana". Creo que esperaba que la detuviera pero la situación no podría estar nada más lejos de eso. La Alicia de azul ni siquiera se despidió de la otra Alicia. Con tristeza vi como Alicia, bueno, una de ellas, abandonaba el torreón. No sabía cuándo la volveríamos a ver.
Nota fdr: el asunto de las Alicias lo he descrito tanto por mi cuenta porque DP no puede conectarse hasta más tarde del plazo para abandonar los torreones así que nos dejó al cargo de sacar a sus personajes de aquí. La de rojo se ha ido ya para que ni siquiera podamos saber en que dirección se va y todo eso lo decida ella cuando vuelva. Espero que cuando leas esto estés conforme con como lo he hecho, nuera
Y a parte pido disculpas por mi redacción un tanto atropellada últimamente, estoy muy DERP.
Tanto Giz como yo hacemos gestos de desagrado con la cabeza cuando él se ríe, pero por motivos diferentes. << Al menos la resaca es algo transitorio... >>, pienso con tristeza. El tema de las risas me preocupaba cada vez más, pero no había nada que pudiera hacer por el momento. Me animé un poco al respecto de irnos del torreón al comprobar el entusiasmo de Giz al respecto.
-Supongo que los humanos sentimos apego con facilidad por los lugares en los que vivimos... Somos bastante sedentarios -le explico-. Pero tienes razón, puede que vayamos a un sitio aún mejor. Respecto a las armas... me temo que tenemos que dejarlo todo aquí, el pergamino dice que no podemos llevarnos nada que estuviese inicialmente en el torreón.
Mientras hablábamos se nos acercó Cail, disculpándose por lo acontecido en la taberna.
-Nos lo contó Jack -le digo con expresión seria-. Creo que ayer le causamos demasiados problemas a Jack... Pero sé que es consencuencia de tu transformación. Cuando entrenes con Jack haz todo lo posible por aprender lo que te enseñe y poner interés en ello, creo que sigue dispuesto a ayudarte, pero trata de hacerle ver que de verdad quieres poner empeño en ello.
No me sentía con ánimo de ser duro con ella, pero tampoco quería pensase que no pasaba nada por lo que había hecho. Decdí no añadir nada más y concentrarme en el traslado.
-¿Serpentaria? -me giré hacia Giz-. Ah, es el refugio para magos del que habla el pergamino. ¿Sabes algo de ella? -pregunté-. Yo no estoy seguro de entrar en ninguna de las dos categorías. No tengo mucha pinta de guerrero, aunque se supone que puedo utilizar mis plumas como armas... Y puedo hacer magia pero ahora mismo no tengo ni una gota de ella. La verdad es que me gustaría intentar dominar ambos campos, pero si tú te vas a Serpentaria me iré contigo. Supongo que tú iras al refugio para guerreros, Cail -me giré hacia ella de nuevo-. Viviremos en lugares separados por primera vez desde que llegamos aquí... Pero no pasa nada, nos podemos ver a menudo, seguro.
Recordé entonces que aún no había leído nada acerca de las transformaciones de los demás.
-Oh, voy a buscar mi ropa y mientras os preparais me pondré a leer el libro acerca de transformaciones.
Subí al dormitorio y recogí mis cosas. Mi camiseta y pantalones que llevaba puestos cuando llegué a la ciudad. Mis botas... ya no me las podría poner. Mis pies habían cambiado mucho y además había crecido un poco. Lo mismo me sucedería con los pantalones. Y mi chaqueta. Mi preciada chaqueta de cuero. Tampoco podría volver a ponérmela porque no pensaba rajarla para poder meter las alas. Lo doblé todo lo mejor que pude y lo envolví en una tela. Después bajé y pedí el libro a Giz.
Caillech era un trasgo... el libro decía que podían hacer magia. << Vaya, al final también ella puede >>. Hablaba sobre el hambre vorz que sentían los trasgos por la carne fresca y del precio de su magia. Tras haber leído comprendí mucho mejor por lo que debería estar pasando mi amiga.
Pasando páginas me encontré por casualidad con una criatura que podía cambiar a placer de forma... entre humana y lobuna. << Oh, claro, esto es lo que era Hannah >>. Sólo la había visto a medio transformar, pues seguramente aún no controlase su nuevo cuerpo, pero ahora que me fijaba sí que parecían rasgos de lobo lo que había visto. El libro daba poca información acerca de estas criaturas, pero era algo más fácil de entender. Sonreí con cierta malicia al leer que era una criatura sin magia. Eso me ponía en ventaja respecto a ella si intentaba hacerme daño. Al fin y al cabo cabía la posibilidad de que se hubiera vuelto más agresiva. Y estaba claro que yo no le caía muy bien. Aunque se había preocupado por mí la tarde anterior...
Por más que busqué no encontré nada acerca de lo que le había ocurrido a Alicia ni de la criatura en la que se había transformado Alphonse. Supongo que tendría que ir a la biblioteca y buscar otro libro.
Por último busqué el ser lleno de ojos, que sí venía.
-Eh, señor kaiser -le llamé para que me oyese desde la cocina-. ¿No quieres saber más acerca de tu transformación? Mira, eres un "argos magnético". Échale un ojo al libro... o mejor unos cuantos que tú puedes permitírtelo -bromeé.
Nunca había oído hablar de esa criatura, pero me pareció interesante su capacidad para percibir la variaciones en campos eléctricos. Era una criatura sin magia, sin embargo, así que el señor kaiser también iría a esa "sede de los Taumaturgos". Con Cail...
-Cail -me acerqué a ella y hablé bastante bajo-. Intenta llevarte bien con el señor kaiser, te aseguro que no es tan malo como parecía. No quisiera que os estuvieseis peleando todo el tiempo...
Volví a sumergirme en el libro pero casi al momento recordé algo.
-Oíd -digo de pronto mientras cierro el libro-. ¿Qué habrá sido de Mánia y Vlad? Espero que no les haya ocurrido nada...
Las Alicias también habían estado discutiendo acerca de qué hacer a partir de ahora. Discutir era una palabra adecuada pues no parecían estar nunca de acuerdo la una con la otra. Al final la Alicia que vestía de azul decidió que iría al refugio para magos. La de rojo, en cambio, recogió sus cosas y dijo algo como que se iría a cualquier sitio menos a ese. Antes de que pudiéramos estar listos, la Alicia de rojo anunció que ya se iba. Me levanté del sillón de un salto para despedirla.
-Hasta otra... -no sabía muy bien que decirle ya que su repentina decisión de marcharse me había cogido por sorpresa-. Volveremos a vernos pronto, espero, cuídate.
Miré alternativamente a ella y a su "hermana". Creo que esperaba que la detuviera pero la situación no podría estar nada más lejos de eso. La Alicia de azul ni siquiera se despidió de la otra Alicia. Con tristeza vi como Alicia, bueno, una de ellas, abandonaba el torreón. No sabía cuándo la volveríamos a ver.
Nota fdr: el asunto de las Alicias lo he descrito tanto por mi cuenta porque DP no puede conectarse hasta más tarde del plazo para abandonar los torreones así que nos dejó al cargo de sacar a sus personajes de aquí. La de rojo se ha ido ya para que ni siquiera podamos saber en que dirección se va y todo eso lo decida ella cuando vuelva. Espero que cuando leas esto estés conforme con como lo he hecho, nuera
Y a parte pido disculpas por mi redacción un tanto atropellada últimamente, estoy muy DERP.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
24/03/12, 01:37 am
Toima comprobó como se iban reuniendo uno a uno los letarguinos. La resaca aun le daba guerra asi que no se unio inmediatamente a ellos sino que esperó en la cocina, a que el dolor cediese un poco. Tras unos instantes, salio a reunirse con los demás, arrastrando los pies y con la mayoria de ojos cerrados. Después, Noel habia encontrado su transformacion.
-Un nombre extraño para un cuerpo extraño...-comentó mientras parpadeaba, recorriendo el libro con la mirada y luego posandose en Cailech. Toima se acercó a ella, con aire consensuador.-Parece que vamos a tener que vivir juntos apartir de ahora...-comentó.-Espero que consigamos entendernos mejor a partir de ahora...-le dio unas palmaditas en el hombro y se volvio a girar al creciente grupo.
-El conde estará bien. Y si la cria está con él, tambien estará a salvo. No es un estupido y tampoco es débil, aunque me preocupa en lo que se ha convertido... y lo que nos puede obligar a hacer...-negó con la cabeza. Era un valioso compañero de cosecha. El nunca nos haria daño.
-Bueno, toca marcharnos. Si lo teneis todo ya, salimos en este mismo instante. ¿Quereis que nos separemos o vamos todos juntos hasta los sitios?-preguntó Toima.
-Un nombre extraño para un cuerpo extraño...-comentó mientras parpadeaba, recorriendo el libro con la mirada y luego posandose en Cailech. Toima se acercó a ella, con aire consensuador.-Parece que vamos a tener que vivir juntos apartir de ahora...-comentó.-Espero que consigamos entendernos mejor a partir de ahora...-le dio unas palmaditas en el hombro y se volvio a girar al creciente grupo.
-El conde estará bien. Y si la cria está con él, tambien estará a salvo. No es un estupido y tampoco es débil, aunque me preocupa en lo que se ha convertido... y lo que nos puede obligar a hacer...-negó con la cabeza. Era un valioso compañero de cosecha. El nunca nos haria daño.
-Bueno, toca marcharnos. Si lo teneis todo ya, salimos en este mismo instante. ¿Quereis que nos separemos o vamos todos juntos hasta los sitios?-preguntó Toima.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
24/03/12, 11:33 pm
Al tiempo que veo como la Alicia de rojo abandona en silencio el torreón, asiento a la pregunta de Noel. Algo sí que sé de ese torreón, pero tardo varios minutos en organizar las ideas en mi resacosa cabeza.
-Creo que Gael, o Koval, me dijo que vivía allí-comienzo a explicarle-. Es una torre en la que se alojan la mayoría de los magos de la ciudad, o eso creí entender, y solo recuerdo una cosa más: que la puerta tenía contraseña o algo así-carraspeo y continúo-. Seguro que allí aprendemos un montón de hechizos y cosas útiles-le digo animado-. Y si es como imagino, no tendré problemas de falta de magia, lo cual haría que fuera el sitio perfecto para mi- entonces pienso en la forma en que Noel tiene que hacerse con magia y pronto caigo en que probablemente he metido la pata-. Bueno y... yo mismo estoy dispuesto a gritar si te hace falta, ya lo sabes-esbozo mi mejor sonrisa mañanera para tratar de quitarle hierro al asunto.
Mientras Noel va a por sus cosas, yo bajo a la armería a deponer las flechas y la cimitarra, pues al final no pueden venir con nosotros. << El no poder llevar armas no jugará a nuestro favor durante el camino a los torreones, pero ahora somos todos más fuertes que los niños que nos encontramos en las celdas el primer día >>. Me digo mentalmente mientras subo. Llego a la planta baja justo a tiempo de escuchar las cualidades del nuevo Kaiser, lo cual me deja más tranquilo. << Adiós a las emboscadas sorpresivas >>.
-Lo mejor es que vayamos juntos-respondo al Kaiser-. Vamos desarmados, salvo que trajérais armas de fuera del torreón, y, aunque podemos usar magia, tampoco debemos arriesgarnos a separarnos antes de tiempo. Permaneceremos juntos mientras podamos-sentencio al tiempo que salgo del torreón, intentando que desestabilidad física no echara por tierra mi primer y probablemente último intento de llevar la voz cantante.
Sigue en la Torre Serpentaria.
-Creo que Gael, o Koval, me dijo que vivía allí-comienzo a explicarle-. Es una torre en la que se alojan la mayoría de los magos de la ciudad, o eso creí entender, y solo recuerdo una cosa más: que la puerta tenía contraseña o algo así-carraspeo y continúo-. Seguro que allí aprendemos un montón de hechizos y cosas útiles-le digo animado-. Y si es como imagino, no tendré problemas de falta de magia, lo cual haría que fuera el sitio perfecto para mi- entonces pienso en la forma en que Noel tiene que hacerse con magia y pronto caigo en que probablemente he metido la pata-. Bueno y... yo mismo estoy dispuesto a gritar si te hace falta, ya lo sabes-esbozo mi mejor sonrisa mañanera para tratar de quitarle hierro al asunto.
Mientras Noel va a por sus cosas, yo bajo a la armería a deponer las flechas y la cimitarra, pues al final no pueden venir con nosotros. << El no poder llevar armas no jugará a nuestro favor durante el camino a los torreones, pero ahora somos todos más fuertes que los niños que nos encontramos en las celdas el primer día >>. Me digo mentalmente mientras subo. Llego a la planta baja justo a tiempo de escuchar las cualidades del nuevo Kaiser, lo cual me deja más tranquilo. << Adiós a las emboscadas sorpresivas >>.
-Lo mejor es que vayamos juntos-respondo al Kaiser-. Vamos desarmados, salvo que trajérais armas de fuera del torreón, y, aunque podemos usar magia, tampoco debemos arriesgarnos a separarnos antes de tiempo. Permaneceremos juntos mientras podamos-sentencio al tiempo que salgo del torreón, intentando que desestabilidad física no echara por tierra mi primer y probablemente último intento de llevar la voz cantante.
Sigue en la Torre Serpentaria.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Shylver
Ficha de cosechado
Nombre: Akasha
Especie: Ochroria
Habilidades: «Agilidad, Motivación, Carisma»
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
25/03/12, 12:16 pm
De pronto y sin previo aviso se empiezan a escuchar gritos en el piso superior. Los gritos no parecen de dolor, ni de sorpresa. Son más bien gritos de emoción. Los gritos se van moviendo lentamente de un sitio a otro hasta que son sustituidos por un sonido de madera siendo golpeada de forma repetitiva, periódica, que culmina con mi cuerpo llegando al piso inferior después de rodar por las escaleras.
-¡Ay!-exclamo al pasar el último escalón.-Agh...
Me levanto un poco sin dejar de estar sentado y miro a mi alrededor para ver a todo el mundo hablando en grupo, y aparentemente con intención de marcharse. La emoción de antes se desvanece unos segundos para dejarme preguntar tranquilo.
-Eh, ¿a dónde va todo el mundo? ¿Paseo?
No necesito que me respondan, pues al levantar a cabeza veo en una pared cercana un... bonito pergamino, hecho evidentemente para llamar la atención, o más bien para forzar a la atención a centrarse sobre él. Me arrastro un poco intentando levantarme a ratos y echo un prolongado vistazo a lo que lleva escrito. ¿Irse de los torreones, en serio? No es que me importe demasiado, no le tengo mucho aprecio a los torreones, sobre todo después de ver que el estado de los mecanismos de los puentes hace que su reparación sea prácticamente imposible sin la ayuda de un herrero especializado en mecanismos de precisión, por no hablar de la necesidad de instalar una placa de engranajes nueva, y un marco. No hay entretenimiento para mis habilidades mecánicas en ese lugar.
No tengo nada que recoger de Maciel, pues me llevé mis cosas antes de salir, pero sí tengo cosas que devolver. La lanza puedo dejarla aquí, pero mi... la bañera...
-¿Os ibais del torreón sin avisarme?-pregunto a Giz, que es el que más cerca tengo.-Ya sé que ayer estuve bastante poco participativo con el grupo, pero solo era porque me vino la inspiración. Y he desarrollado unos diseños bastante interesantes mientras estaba encerrado en la habitación. El caso es... ¿Cómo os habéis organizado? ¿Quién va a dónde?-un resumen de la situación no me vendría nada mal.-Y tengo que pasar por Maciel para dejar la bañera...
Me pongo en pie como puedo y me apoyo en cualquier silla o mueble cercano. Al menos tengo el hechizo de humedad en funcionamiento. Tengo que intentar no olvidar lo que se me ha ocurrido durante la noche. Es demasiado útil como para dejarlo pasar. Si solo pudiera conseguir los materiales necesarios para construirlo... tendría a mi disposición una gran herramienta de supervivencia.
-¡Ay!-exclamo al pasar el último escalón.-Agh...
Me levanto un poco sin dejar de estar sentado y miro a mi alrededor para ver a todo el mundo hablando en grupo, y aparentemente con intención de marcharse. La emoción de antes se desvanece unos segundos para dejarme preguntar tranquilo.
-Eh, ¿a dónde va todo el mundo? ¿Paseo?
No necesito que me respondan, pues al levantar a cabeza veo en una pared cercana un... bonito pergamino, hecho evidentemente para llamar la atención, o más bien para forzar a la atención a centrarse sobre él. Me arrastro un poco intentando levantarme a ratos y echo un prolongado vistazo a lo que lleva escrito. ¿Irse de los torreones, en serio? No es que me importe demasiado, no le tengo mucho aprecio a los torreones, sobre todo después de ver que el estado de los mecanismos de los puentes hace que su reparación sea prácticamente imposible sin la ayuda de un herrero especializado en mecanismos de precisión, por no hablar de la necesidad de instalar una placa de engranajes nueva, y un marco. No hay entretenimiento para mis habilidades mecánicas en ese lugar.
No tengo nada que recoger de Maciel, pues me llevé mis cosas antes de salir, pero sí tengo cosas que devolver. La lanza puedo dejarla aquí, pero mi... la bañera...
-¿Os ibais del torreón sin avisarme?-pregunto a Giz, que es el que más cerca tengo.-Ya sé que ayer estuve bastante poco participativo con el grupo, pero solo era porque me vino la inspiración. Y he desarrollado unos diseños bastante interesantes mientras estaba encerrado en la habitación. El caso es... ¿Cómo os habéis organizado? ¿Quién va a dónde?-un resumen de la situación no me vendría nada mal.-Y tengo que pasar por Maciel para dejar la bañera...
Me pongo en pie como puedo y me apoyo en cualquier silla o mueble cercano. Al menos tengo el hechizo de humedad en funcionamiento. Tengo que intentar no olvidar lo que se me ha ocurrido durante la noche. Es demasiado útil como para dejarlo pasar. Si solo pudiera conseguir los materiales necesarios para construirlo... tendría a mi disposición una gran herramienta de supervivencia.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
25/03/12, 04:30 pm
Cuando Giz me cuenta que Gael vive en Serpentaria me emociono bastante.
-¿De verdad? No me había parado a pensar que ellos podrían estar viviendo allí... A lo mejor también Jack o Adara viven en uno de los refugios -aventuro.
El señor kaiser comenta algo acerca de Vlad y siento curiosidad por saber en qué se ha transformado. Sonrío al escuchar al señor kaiser tratando de ser conciliador con Cail.
De pronto nos interrumpen unos gritos de emoción procdentes del piso de arriba y, a continuación, un ruido en la escalera. Un ruido que me suena muy familiar. Alphonse se había caído por las escaleras, probablemente por intentar bajar con demasiado ímpetu. El paralelismo con mi propia caída del día anterior es evidente y no soy capaz de reprimir una carcajada.
-Perdona que me ría, pero es que a mí me pasó lo mismo ayer -le explico a Alphonse-. ¿Estás bien?
Pide un resumen de la situación así que le pongo al corriente.
-Por ahora Giz, Alicia y yo iremos al refugio para magos, la torre Serpentaria. Gael... Koval también está allí. El señor kaiser, Caillech y Hannah irán a la Sede de los Taumaturgos. ¿Qué vas a hacer tú?
Como Alphonse tiene que volver a Maciel a dejar su vehículo de transporte improvisado, decidimos que Hannah le acompañará hasta allí mientras los demás nos dirigimos hacia los refugios.
-Giz y yo podemos pasar por Serpentaria a recoger a Gael, los demás podéis esperarnos en la sede, si os parece bien -propongo-. Vamos a mirar en el mapa donde está cada sitio. Supongo que también nos podemos guiar por el olfato de Giz y Cail... Al menos para llegar a Serpentaria.
Una vez hemos estudiado el mapa nos sentimos más preparados para salir. Recuerdo que también teníamos otros cuatro libros más en el torreón y voy a buscarlos.
-Los devolveremos a la biblioteca la próxima vez que vayamos.
Antes de irnos salgo un momento al patio y me acerco a las tumbas. No sabía cuando podría volver por allí.
-Hasta otra, Mark, Ethan... y todos los demás compañeros de Gael.
Entro de nuevo en la sala y recojo mis cosas. Atravieso la puerta del torreón decididamente acompañado por Giz. Antes de que nuestros pasos se alejen de Letargo, echo un último vistazo a nuestro hogar, algo entristecido pero con ánimo por ver que nos espera en el futuro.
Sigue en la Torre Serpentaria.
-¿De verdad? No me había parado a pensar que ellos podrían estar viviendo allí... A lo mejor también Jack o Adara viven en uno de los refugios -aventuro.
El señor kaiser comenta algo acerca de Vlad y siento curiosidad por saber en qué se ha transformado. Sonrío al escuchar al señor kaiser tratando de ser conciliador con Cail.
De pronto nos interrumpen unos gritos de emoción procdentes del piso de arriba y, a continuación, un ruido en la escalera. Un ruido que me suena muy familiar. Alphonse se había caído por las escaleras, probablemente por intentar bajar con demasiado ímpetu. El paralelismo con mi propia caída del día anterior es evidente y no soy capaz de reprimir una carcajada.
-Perdona que me ría, pero es que a mí me pasó lo mismo ayer -le explico a Alphonse-. ¿Estás bien?
Pide un resumen de la situación así que le pongo al corriente.
-Por ahora Giz, Alicia y yo iremos al refugio para magos, la torre Serpentaria. Gael... Koval también está allí. El señor kaiser, Caillech y Hannah irán a la Sede de los Taumaturgos. ¿Qué vas a hacer tú?
Como Alphonse tiene que volver a Maciel a dejar su vehículo de transporte improvisado, decidimos que Hannah le acompañará hasta allí mientras los demás nos dirigimos hacia los refugios.
-Giz y yo podemos pasar por Serpentaria a recoger a Gael, los demás podéis esperarnos en la sede, si os parece bien -propongo-. Vamos a mirar en el mapa donde está cada sitio. Supongo que también nos podemos guiar por el olfato de Giz y Cail... Al menos para llegar a Serpentaria.
Una vez hemos estudiado el mapa nos sentimos más preparados para salir. Recuerdo que también teníamos otros cuatro libros más en el torreón y voy a buscarlos.
-Los devolveremos a la biblioteca la próxima vez que vayamos.
Antes de irnos salgo un momento al patio y me acerco a las tumbas. No sabía cuando podría volver por allí.
-Hasta otra, Mark, Ethan... y todos los demás compañeros de Gael.
Entro de nuevo en la sala y recojo mis cosas. Atravieso la puerta del torreón decididamente acompañado por Giz. Antes de que nuestros pasos se alejen de Letargo, echo un último vistazo a nuestro hogar, algo entristecido pero con ánimo por ver que nos espera en el futuro.
Sigue en la Torre Serpentaria.
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