Burdel de Dama Espasmo (Archivo III)

Recuerdo del primer mensaje :

Despierto. Bajo demasido deprisa lss escaleras, tropiezo yantes de poder hacer nada estoy tirada en el suelo. Me levanto lo mas rapido que puedo y voy a la cocina.Saludo a Martalar y a Freejey y cojo una pieza de fruta, que como con voracidad.

-No eres aburrida, y para charla la que te solte yo el otro dia sin venir a cuento. Lo siento.-digo desviando la mirada.-eres bastante buena con el arco. yo he empezado a practicar con los cuchillos porque de cerca tengo maneras de luchar, pero a distancia soy inutil. Al principio era bastante malo.-señalo el destrozo de la pared.-pero he mejorado.-lanzo uno de los cuchillos, que se clava junto a su flecha con un chasquido.

Me había quedado ensimismado, de nuevo, pero mucho más profundamente. Los pensamientos volvían una y otra vez a colocar ballesteros en los balcones frontales del burdel mientras otros de nosotros corríamos a por las cestas...Pero para eso debíamos hacer las ballestas. Y si la segunda idea funcionaba, podríamos tener ballestas de cuatro disparos...Pero primero la sencilla. Cuando vuelvo a abrir los ojos, Erika ya no está, solo Martalar sigue aquí. Le dedico una sonrisa y luego recojo las ballestas de anoche, para después subir corriendo a la armería. Allí, dejo las ballestas aparte y cojo el cuerpo de la que hicimos Dirke y yo el otro día. Asiento, pensativo, y busco un arco corto lo suficientemente pequeño, cosa que encuentro al momento. Me siento junto a la ballesta a medias, cojo uno de mis cuchillos de hueso y hago un hueco en la madera, para poder encajar el arco. Lo ajusto con unos tendones cruzados y pruebo a ver si se cae o no el arco. <<Se queda, bien, parte una conseguida>> Ahora necesitaría a Dirke, para hacer el disparador, pues él tiene las manos más pequeñas y está acostumbrado a trabajar con objetos diminutos. Así pues, dejo lo montado en la armería y vuelvo al salón, recupero el escudo de tortuga y mi espada y subo al cuarto de entrenamiento, pero como oigo voces, me voy al de desuello. Allí, con unos cuchillos de hueso y piel de colaespina, me hago una vaina para la espada, anudándola con tendones. Dejo la espada envainada y me voy a uno de los balcones frontales del Burdel. <<Con un soporte de madera y alguien aquí, podría cubrirnos mientras yo u otro cogemos las cestas...Buena idea>> Y me pongo a hacerlo, cogiendo madera de los muebles que quitamos del cuarto de entrenamiento. El soporte encaja en la verja del balcón y encima encaja la ballesta, para que no haya que apoyarla en el hombro. . .

-No, tranquilo, todos alguna vez necesitamos echar una larga charla para desahogarnos, ¿No crees?- Como hoy, la charla con Jack me había dejado más tranquila, había hecho que ya no tuviera tanto miedo a esas pesadillas que parecían atormentar a todo el mundo. Aparte, habíamos "descubierto" más cosas sobre este sitio.
Miro a Skull mientras efectúa el tiro con los cuchillos. No era nada malo, su cuchillo se queda justo al lado de mi flecha.- ¡Vaya!, ¿Y yo soy buena?, tu cuchillo se ha quedado al lado de mi flecha, buen tiro.- Me acerco a la diana y cojo la flecha que me guardo en el carcaj. A continuación saco el cuchillo que está clavado en la diana y se lo lanzo a Skull.- ¿Has probado alguna vez con el arco?

-No, la verdad es que nunca se me ha pasado por la cabeza.-Digo despues de atrapar el cuchillo.- Lo bueno que tienen los cuchillos esque tambien son utiles de cerca. ¿Tu has probado alguna vez con los cuchillos?-Le devuelvo la pregunta.- Bueno, y a ti, en la tierra, que te gustaba?-pregunto cambiando de tema.

-No, nunca he probado.- Lo único que había lanzado contra una diana de momento eran el arco y los dardos de aquel bar al que siempre íbamos papá y yo en Alemania.- ¿Me dejas?- Asiente con la cabeza y me cede uno de ellos. Lo cojo con cuidado de no cortarme. Me planto delante de la diana, a una distancia media, quería probar estando cerca. Miro fijamente el centro de la diana, cuando siento que estoy preparada lanzo el cuchillo. Me quedo sorprendida cuando acaba justamente en el centro, mucho mejor que con el arco.- ¡Menuda sorpresa!- Miro a Skull.- ¿Qué que me gusta?, una pregunta con una respuesta bastante larga, intentare resumir; Casi todo mi tiempo libre lo gastaba leyendo, escuchando música o saliendo a la calle con mis amigos. Me gustaban mucho las películas, preferentemente el género de la comedia, adoraba los dulces y los viajes largos con la familia. Todo eso me gustaba, pero había algo que se convirtió en un hobby para mi, escaparme de casa.- La lista era más larga, pero tampoco iba a hablar yo durante dos horas mientras él solo observaba y escuchaba. Me acerco a la diana y cojo el cuchillo que anteriormente había lanzado. Esta vez no se lo tiro si no que me acerco y se lo tiendo en la mano.- ¿Quieres probar ahora con el arco?, tenemos para rato porque ahora eres tú el que me tiene que decir que es lo que te gustaba.

-increible.-digo cuando veo su increible lanzamiento.- A lo mejor deberias dejar el arco y dedicarte a esto.-cuando me ofrece su arco, lo cojo y decido probar. tenso el arco y disparo la flecha, que se clava en uno de los extremos de la diana.- uff...creo que esto no es lo mio.-sonrio hasta que recuerdo mi vida en la tierra.- que me gusta...pues, comparto contigo el gusto por la musica, toco la guitarra electrica. Tambien leia bastante...porque no tenia amigos. Hasta que conoci a Isabella y a Franchesco, ellos son diferentes...espero volver a encontrarlos algun dia.-Se me hace un nudo en la garganta al recordar a los niños, y me giro para que Erika no me vea.

¿Dejar el arco?, no me veía lanzando cuchillos como una loca, pero todo era cuestión de probar:
-O practico con las dos cosas, así ya tengo dos armas.- Al final había encontrado mi punto fuerte, la puntería era lo mio. De momento tanto el arco como los cuchillos funcionaban de la misma manera, pero cuantas más armas mayor seguridad.
Me quedo apoyada en la pared mientras él prueba con el arco y responde a mi pregunta:
-Seguro que vuelves a verles, esta ciudad no puede hacernos prisionera eternamente.- Todo el mundo echaba de menos a alguien y era normal, todavía guardaba la esperanza de volver a casa algún día.- El arco cuesta, lo digo por experiencia, pero si te sirve de algo, manejas los cuchillos de maravilla.- Le miro mientras sonrió.

-gracias.-Le respondo con una sonrisa, agradeciendole su esfuerzo por animarme.- si quieres puedo ayudarte a elegir unos cuchillos que se adapten mejor a ti, para que los lleves de arma secundaria. estos son demasiado grandes, unos mas pequeños te funcionarian mejor.-una duda cruza mi cabeza.-Erika, ¿puedo hacerte una pregunta?.-digo mientras le devuelvo el arco.- ¿Porque aceptaste venir aqui? Tenias amigos y una familia que te queria, porque arriesgarte en un mundo desconocido?

-¿Querer?, no diría eso exactamente.- Me devuelve el arco, lo dejo de nuevo en la esquina junto con el carcaj, después me siento en el suelo para continuar.- Nací en Moscú, pero me abandonaron cuando tenía pocos meses. Pasados unos años me adopto la familia con la que he convivido hasta llegar aquí. Siempre he intentado llevarme bien con ellos y lo conseguí, pero solo con mi padre. Mi madre se mostraba más esquiva, cosa que nunca entendí, si adoptas a una niña es porque quieres y te tienes que responsabilizar de ella. Pero parecer ser que nunca lo entendió. Cuando murió mi padre en el accidente de coche temí lo peor, la convivencia con mi madre iba de mal en peor; peleas frecuentes, insultos y solo unos pocos momentos de tranquilidad. Por eso me escapaba de casa, intentaba alejar de ella y empezar de nuevo otra vida, pero eso era imposible, siempre me pillaban. No me extraña que siempre perdiese jugando al escondite, soy malisima.- Bromeo.- Pero aquel hombre me ofreció ir a un lugar nuevo así que acepte, sin saber que perdería todo, ¿Pero que se le va a hacer? se me puede engañar fácilmente como ves.

Me quedo helado con su historia. parece ser que ninguno de los que estamos aqui hemos sido felices en la tierra.Vuelvo a recordar los ojos dorados de mis pesadillas.- A mi me dijo que me haria mas fuerte, sabes?-suelto de golpe.-cuando encontre a Franchesco y Isabella unos matones se estaban metiendo con ellos.-recuerdo en voz alta mientras las imagenes vuelven a mi cabeza.- el chaval protegia a su hermana y no dejaba que los chicos se le acercaran. Llege justo cuando uno de ellos le daba una bofetada. Era un niño de diez años, y su hermana apenas tenia seis, y esos niñatos se metian con ellos solo por diversion. Me volvio a suceder. Se me nublo la mente y cuando recupere la claridad los matones huian a la carrera y los niños se agarraban a mis piernas. Han sido mis unicos amigos, y me he dedicado a cuidarlos...pero el otro dia...-me invade una profunda tristeza.- cuando llege al teatro abandonado donde los deje ya no estaban. un policia los habia visto entrar y los habian llevado a un orfanato. Fui alli e intente que los dejaran, pero me trataron con el desprecio de siempre. esa noche, aque hombre vino. Dijo que entrenaria mis capacidades...y podria sacarlos de alli.- termino furioso, y con un movimiento rapido, lanzo uno de los cuchillos, que se clava profundamente en el centro de la diana.

Escucho su historia todavía sentada en el suelo. A medida que va relatando todo me fijo en que todos los que estamos aquí no hemos tenido muy buena suerte en la Tierra. Ya sean nuestros padres, amigos...Todos hemos sufrido por alguien o algo. Pero en lo que si coincidíamos era al haber sido engañados por aquel hombrecillo.
Cuando acaba tira el cuchillo con rabia hacia la diana, quedándose clavada justamente en el centro de la diana. Me levanto del suelo y me sacudo el kimono por atrás:
-Todos lo hemos pasado mal al parecer. Pero también hemos sigo engañados por aquel hombre que vino y nos prometió muchas maravillas que solo se convirtieron en pesadillas...Pero ahora no hay vuelta atrás así que tendremos que intentar sobrevivir y salir de este sitio para volver a casa.- Me acerco de nuevo a la diana y como ya he hecho otras dos veces saco el cuchillo y se lo paso a Skull.- Sobrevivir y no echarse atrás, ¿Entendido? Ahora lo único que importa es eso, el pasado es historia porque cuando volvamos habremos olvidado todo y empezaremos de cero. Es como si tuviésemos otra oportunidad para cambiar las cosas.

Cojo el cuchillo y lo aprieto con fuerza en la mano, pero segun comprendo sus palabras me relajo un poco.- Tienes toda la razon, eso es el pasado.-asiento.-pero pienso regresar a por esos chicos, se lo prometi, y nunca incumplo mis promesas.- afirmo mientras guardo el cuchillo en el cinturon.-gracias por la conversacion, llevaba dias sin hablar con nadie y me atacaban las pesadillas. y ademas me parece que he visto que me brillaba el tatuaje.-digo señalandome el pecho.- no entiendo nada, la verdad, pero creo que voy a ir a acostarme.-murmuro mientras me aparto el flequillo de los ojos.

¿Pesadillas?, ¿Él también?, ¿Que el tatuaje le brilla?:
-Vaya, parece que ahora están de moda las pesadillas, he tenido una algo fuerte recientemente.- Ahora cada vez que pienso en ella no le tengo tanto miedo, <<No es real, sólo un sueño producto de tu imaginación>> repetía constantemente en mi cabeza.- Eso de que te brille el tatuaje es más raro.- Tatuajes brillantes, eso es nuevo. Se le veía algo cansado así que intento no entretenerle más para que se pueda ir a dormir.- Vete a dormir ya, yo iré también dentro de nada no he dormido muy bien y estoy algo cansada.- Salgo yo primero de la habitación y me quedo esperándole en el pasillo.

salgo detras de Erika y camino a su lado.-asique no soy el unico que tiene pesadillas...por casualidad tu tambien sueñas con unos ojos dorados?-pregunto mientras recorremos el pasillo.-yo es lo unico que recuerdo de ellas...y lo mas extraño es que...te parecera una tonteria, pero creo que he visto esos ojos antes.-digo mientras me llevo la mano al tatuaje inconscientemente.

-Ojala hubiese soñado yo con ojos dorados...Desgraciadamente mi pesadilla ha sido un poco más sangrienta: Era la única cirujana de un hospital y tenía que operar a una mujer, yo me negaba porque odiaba la sangre, pero finalmente lo hago con la ayuda de un enfermero que vivía en Zurich y con el cual hablo por teléfono. Él me daba instrucciones y yo las seguía. Al final consigo operarla y sale todo de maravilla, pero en plena celebración traen a un nuevo paciente, está grave, casi muerto. El doctor me da nuevas instrucciones, cuando estoy dispuesta a empezar a operar me doy cuenta de que es mi padre. Yo me niego a seguir allí, no quiero hacer nada con su cuerpo, pero me obligan. En ese momento me siento como una marioneta, no sabía lo que hacía, solo seguía instrucciones de una persona que ni siquiera estaba delante de mi. Finalmente lo que empieza siendo una operación acaba en un juego macabro. Al final, la policía acaba deteniéndome diciendo que soy una asesina.- Me paro en seco, dicho así parecía una locura.- Intento olvidarla pero me cuesta.- Hago varias pausas antes de seguir hablando.- Pero bueno, una mala pesadilla, eso es todo, esta noche soñare con algo mejor, seguro.- Intento sonreír.

me quedo de piedra cuando me relata su pesadilla, y le pongo una mano en el hombro, intentando reconfortarla.-tranquila, solo ha sido un mal sueño, seguro que esta noche duermes del tiron.-le digo con una sonrisa.- y si alguien te ataca en sueños, lo dejas seco de un flechazo, que con tu punteria no deberia ser un problema.-digo intentando quitarle peso.- y lo de los ojos dorados...cuando tenia 10 años, iba paseando con mis padres y me perdi. no recuerdo nada de ese dia, salvo ver unos profundo ojos dorados. cuando desperte, estaba tirado en un callejon y tenia esto en el pecho.-digo señalando el tatuaje.-y eso fue el principio de mis problemas...

-Ojala pudiese atacar con las flechas o con tus cuchillos, así seguro que no tendría más pesadillas.- Seguimos andando hacia su habitación. Me cuenta la historia de los ojos dorados...No me sonaba eso de los ojos así que no podía ayudarle mucho, cosa que me fastidiaba un poco.- Ojos dorados, vaya, me hubiese gustado verlos, ese color no es muy común.- Me fijo en el tatuaje que tiene en el pecho, ese era que el supuestamente brillaba.- ¿Te brilla en algún momento en especial?