Burdel de Dama Espasmo (Archivo III)

Recuerdo del primer mensaje :

Despierto. Bajo demasido deprisa lss escaleras, tropiezo yantes de poder hacer nada estoy tirada en el suelo. Me levanto lo mas rapido que puedo y voy a la cocina.Saludo a Martalar y a Freejey y cojo una pieza de fruta, que como con voracidad.

Se sienta, pero sigo agachado, sé que si me sentase no iría a trabajar. Aunque...
-Una pesadilla...-suspiro, me cuesta hablar de esto, no estoy acostumbrado.-Una pesadilla es solo eso, una pesadilla. Este lugar es de pesadilla, pero-señalo la puerta del burdel.-la pesadilla está ahí fuera, aquí estamos a salvo, siempre que estemos juntos...-me quedo unos segundos pensando y sigo.-Pesadillas...Norou dijo que cuando dejemos de tenerles miedo, ellas nos temerán a nosotros. El miedo es normal, todos tenemos miedos, pero la noche, el sueño, debe ser nuestro, sin pesadillas...Pero te puedo asegurar que esa pesadilla no es real, no sucederá y no volverá...-pero no sé qué más decir...-Y...jo, solo quiero que estés bien...
Me quedo un rato pensando, pero al final cambio de tema
-En el torreón...bien, estuvimos bien. Y anoche visitamos el Cementerio. Los muertos hablan...¡Hablan! No quiero convertirme en un esqueleto parlanchín si muero, sería bastante aburrido.-digo riendo para aliviar la tensión de la situación y de la pesadilla.

Escucho atentamente. A medida que habla, voy temiendo menos a la pesadilla. Tenía razón, ¿Por qué temer de algo que he soñado cuando lo que debería de asustarme es todo lo que hay en el exterior? Hasta hace poco tenía miedo de salir afuera, pero al final tuve que acostumbrarme y quitarme de encima el miedo. Ahora tenía que hacer lo mismo.
Cuando termina de hablar, sonrío:
-Tienes razón, tengo que animarme, menos caras largas.- Me alegraba que hubiesen vuelto, últimamente esto estaba un poco abandonado.- ¿Muertos que hablan?, algo siniestro pero mola, ¿Os dijeron algo?

Ahora sí que tengo que sentarme, cosa que hago. Me apoyo la barbilla sobre las manos y empiezo, pensativo:
-Sí, a mí al menos sí. Primero, algo en el cementerio quería que fuese allí, no lo sé, pero quizá fueran los muertos. Dijeron que era un cosechado y algo de una luna hambrienta...El caso es que nunca he visto una luna de noche en este sitio...Algunos decían tonterías, pero varios se pusieron a discutir entre ellos, diciendo unos lo de la luna y otros diciéndoles a estos que no me ayudasen...Este mundo es muy raro...Y no me da buena espina nada de lo que nos está sucediendo. No eres la única con pesadillas...-le digo, luego me estremezco al recordar la mía.-En la mía moríamos en una cámara de gas después de golpear yo a Norou...Pero no es real. Lo que sí es real es mi picor de ojos al darme la luz de frente, tus molestias en la barriga, el pequeño Dirke que no nos entiende, la magia, que a Vacuum le haya dado por comer plantas, la bipolaridad de algunos...Aquí pasa algo y creo que no me va a gustar cuando lo averigüe...-digo terminando. Pero sigo, más alegre.-Pero no hay que preocuparse por lo que pueda pasar. Cuando ocurra, nos ocuparemos.

Vaya, mucha información en poco tiempo. Asimilo lo primero que me ha dicho, ¿Cosechado?, ¿Así nos llaman a nosotros?, una luna hambrienta...Genial, una luna hambrienta en un cielo sin luna, osea, ¿Pronto saldría una luna?...Si es así, tal y como la llaman no parece que vaya a ser un buen "evento". Sabía que no era la única con pesadillas, estos días todos hemos tenido alguna, o al menos eso pensaba. En cambio todo lo que nos esta pasando a nosotros si es raro; Su picor de ojos, lo de Dirke, lo mio...A casi todos nos pasaba algo:
-Luna hambrienta.- Pienso en voz alta.- Lo que nos está pasando a todos...Raro.- Recuerdo las palabras de los muertos.- ¿No has pensado que los muertos guardan algún secreto relacionando con todo esto?, te han dado mucha información y sin embargo, algunos de ellos se peleaban para que guardasen silencio. Si lo que quieren es mantenerlos en silencio es porque algo ocultan, ¿No?

Espero unos minutos, para que asimile todo el torrente de información que acabo de decir, mientras yo lo pienso y repienso, buscando un sentido a todo esto, en vano. <<Como dije anoche, de locos...>> Pero Erika retoma la conversación y la escucho con atención, asintiendo de vez en cuando. Cuando acaba, asiento, pensativo:
-Ocultan algo...Cierto. Y no solo ellos, sino la ciudad entera. Se supone que aquí vive gente, si no, ¿para qué un burdel, una biblioteca, un cementerio y demás? Pero no hemos visto a nadie, a casi nadie que aquí viva, excepto los monstruos y el bibliotecario. Y el tipo que nos recogió en nuestras casas...Esta ciudad nos oculta algo...Pero los muertos discutían, unos para ayudarme, otros para evitarlo...-al decir esto, una idea va apareciendo.-Y si...¿y si las pesadillas fuese una forma de hablarnos que tiene la ciudad?-cuando lo digo, me estremezco, pues si esto es cierto, las pesadillas pueden cumplirse...<<Maldita sea...>>

-Pues esa forma que tiene de hablarnos no me gusta nada de nada...Sólo de pensar en el cuerpo de mi padre me dan escalofríos.- Tal vez demasiados secretos, pero alguno de ellos podría ser revelado, solo necesitábamos a alguien que supiese algo de esta cuidad y que nos lo contara, no nos hacía falta la historia completa con algo que nos ayudase a entender un poco más nos daríamos por satisfechos.- Necesitamos respuestas y no hace falta respuestas a todo, a mi me vale con saber un poco más. Tenemos que hablar con alguien de esta ciudad y parecer ser que los únicos que están dispuestos a charlar son los muertos, tenemos que sonsacarles información, como has dicho algunos quieren ayudarnos. Además no tenemos que tenerles miedo, están muertos, no pueden hacernos nada, ¿No?- Tampoco me fiaba mucho de los muertos, en este sitio cualquier cosa podía herirte.

Me había quedado ensimismado, pensando, hasta que reconozco esa voz no como propia, pues se me había instalado en mi mente como si fuese mía. Sacudo la cabeza y asiento, luego digo
-Espero que estén muertos y que hablen por arte de magia, no me gustaría descubrir que es gente enterrada viva.-digo estremeciéndome.-Aunque...todo es posible al parecer...Nos perdimos en el camino hacia el Cementerio y acabamos en un barrio que había sido azotado por un incendio bestial, pero aunque la ceniza parecía reciente, las paredes estaban frías como el hielo...Y...y lo peor era que aún se escuchaban los lamentos de los transeúntes...-me estremezco.-Así que si alguna vez sales del burdel y acabas en un sitio similar, date la vuelta y corre, a saber qué magia vive en ese barrio...-termino y me doy cuenta de que me he desviado del tema, sacudo la cabeza de nuevo y suspiro.-Los muertos...a saber si saldrían de sus tumbas a pelearse entre sí los que quieren ayudarnos y los que no...

-Nunca saldría sola, este lugar tiene trampas escondidas, en cuanto una te pille ya te puedes dar por muerto.-Este lugar es traicionero, parece frágil, como si todo se fuese a caer con solo tocarlo, pero son solo apariencias. Siempre se enseña diciendo <<Las apariencias engañan>> y es verdad. Cuando vine aquí lo veía todo muy fácil, teníamos un lugar donde vivir, comida...Pero todo era totalmente diferente, muertos que hablan, monstruos capaces de devorarte en segundos...Aterrador.- Siempre he tenido más miedo a alguien vivo que a un muerto. No tienen vida, no creo que quieran pelearse entre ellos, viendo este lugar ya tuvieron suficiente con lo que pasaron cuando aún vivían.

Me incorporo de golpe.
Perdida en mis pensamientos como estaba, apenas he escuchado nada de su conversación.
Solo algo sobre una luna supuestamente inexistente y sobre una visita al cementerio.
Pero tanto Jack como Erika parecen estar bastante serios.

Tras una larga charla me despido de Jack y Martalar. Me acerco a la cocina y aprovecho para coger una manzana y así picar algo. Mientras le doy mordiscos subo las escaleras hasta el dojo, para practicar un poco más con el arco. Al llegar a la sala veo a otro chico entrenando, parece bastante bueno en eso de manejar cuchillos:
-Tu eres Skull, ¿Me equivoco?- Entro a la sala, sin duda alguna era el que había llegado al burdel recientemente, ese chico del tatuaje.- Hace mucho que no te veo.- Aunque más bien dicho hace mucho que no salgo de mi habitación y no veo a nadie.
Miro la diana de la pared, esta hecha un asco de tanto practicar, pero de todas formas servirá. Termino de comerme la manzana y cojo el arco que está apoyado en una de las esquinas de la pared:
-Si no te importa me gustaría entrenar aquí, tengo que coger práctica al arco.

Oigo una voz y me giro para ver a quien pertenece. Veo a una chica que me suena, pero que no logro situar. De repente recuerdo el dia que la conoci y me pongo rojo.
-Si. Me he dedicado a practicar con los cuchillos, pero no he salido del burdel- Respondo.-Tu eres Erica, no?...siento lo del otro dia...no se que paso.-Digo mientras me dirijo a la diana a recuperar los cuchillos.- ¿Sabes manejar un arco?

Asiento con la cabeza a su primera pregunta:
-Al principio no tenía ni idea de manejarlo, de hecho, no me hacía mucho gracia manejar un arma. Sin embargo me di cuenta de que si quiero sobrevivir tengo que tener al menos un arma, Norou me aconsejo el arco ya que tengo buena puntería. Tras varios días practicando he mejorado un poco, pero no llego a ser una experta.- Cojo una de las flechas y la coloco, seguidamente busco mi objetivo, cuando lo tengo, tenso la cuerda y suelto la flecha. Ésta no llega a tocar el centro de la diana, pero se queda a escasos centímetros.- Llevo días sin venir aquí, pero no recordaba la diana así de mal.- Me quedo en silencio.- Por cierto, te he dado una buena charla, siento ser tan aburrida, a veces me da por hablar.

-No eres aburrida, y para charla la que te solte yo el otro dia sin venir a cuento. Lo siento.-digo desviando la mirada.-eres bastante buena con el arco. yo he empezado a practicar con los cuchillos porque de cerca tengo maneras de luchar, pero a distancia soy inutil. Al principio era bastante malo.-señalo el destrozo de la pared.-pero he mejorado.-lanzo uno de los cuchillos, que se clava junto a su flecha con un chasquido.

Me había quedado ensimismado, de nuevo, pero mucho más profundamente. Los pensamientos volvían una y otra vez a colocar ballesteros en los balcones frontales del burdel mientras otros de nosotros corríamos a por las cestas...Pero para eso debíamos hacer las ballestas. Y si la segunda idea funcionaba, podríamos tener ballestas de cuatro disparos...Pero primero la sencilla. Cuando vuelvo a abrir los ojos, Erika ya no está, solo Martalar sigue aquí. Le dedico una sonrisa y luego recojo las ballestas de anoche, para después subir corriendo a la armería. Allí, dejo las ballestas aparte y cojo el cuerpo de la que hicimos Dirke y yo el otro día. Asiento, pensativo, y busco un arco corto lo suficientemente pequeño, cosa que encuentro al momento. Me siento junto a la ballesta a medias, cojo uno de mis cuchillos de hueso y hago un hueco en la madera, para poder encajar el arco. Lo ajusto con unos tendones cruzados y pruebo a ver si se cae o no el arco. <<Se queda, bien, parte una conseguida>> Ahora necesitaría a Dirke, para hacer el disparador, pues él tiene las manos más pequeñas y está acostumbrado a trabajar con objetos diminutos. Así pues, dejo lo montado en la armería y vuelvo al salón, recupero el escudo de tortuga y mi espada y subo al cuarto de entrenamiento, pero como oigo voces, me voy al de desuello. Allí, con unos cuchillos de hueso y piel de colaespina, me hago una vaina para la espada, anudándola con tendones. Dejo la espada envainada y me voy a uno de los balcones frontales del Burdel. <<Con un soporte de madera y alguien aquí, podría cubrirnos mientras yo u otro cogemos las cestas...Buena idea>> Y me pongo a hacerlo, cogiendo madera de los muebles que quitamos del cuarto de entrenamiento. El soporte encaja en la verja del balcón y encima encaja la ballesta, para que no haya que apoyarla en el hombro. . .

-No, tranquilo, todos alguna vez necesitamos echar una larga charla para desahogarnos, ¿No crees?- Como hoy, la charla con Jack me había dejado más tranquila, había hecho que ya no tuviera tanto miedo a esas pesadillas que parecían atormentar a todo el mundo. Aparte, habíamos "descubierto" más cosas sobre este sitio.
Miro a Skull mientras efectúa el tiro con los cuchillos. No era nada malo, su cuchillo se queda justo al lado de mi flecha.- ¡Vaya!, ¿Y yo soy buena?, tu cuchillo se ha quedado al lado de mi flecha, buen tiro.- Me acerco a la diana y cojo la flecha que me guardo en el carcaj. A continuación saco el cuchillo que está clavado en la diana y se lo lanzo a Skull.- ¿Has probado alguna vez con el arco?

-No, la verdad es que nunca se me ha pasado por la cabeza.-Digo despues de atrapar el cuchillo.- Lo bueno que tienen los cuchillos esque tambien son utiles de cerca. ¿Tu has probado alguna vez con los cuchillos?-Le devuelvo la pregunta.- Bueno, y a ti, en la tierra, que te gustaba?-pregunto cambiando de tema.

-No, nunca he probado.- Lo único que había lanzado contra una diana de momento eran el arco y los dardos de aquel bar al que siempre íbamos papá y yo en Alemania.- ¿Me dejas?- Asiente con la cabeza y me cede uno de ellos. Lo cojo con cuidado de no cortarme. Me planto delante de la diana, a una distancia media, quería probar estando cerca. Miro fijamente el centro de la diana, cuando siento que estoy preparada lanzo el cuchillo. Me quedo sorprendida cuando acaba justamente en el centro, mucho mejor que con el arco.- ¡Menuda sorpresa!- Miro a Skull.- ¿Qué que me gusta?, una pregunta con una respuesta bastante larga, intentare resumir; Casi todo mi tiempo libre lo gastaba leyendo, escuchando música o saliendo a la calle con mis amigos. Me gustaban mucho las películas, preferentemente el género de la comedia, adoraba los dulces y los viajes largos con la familia. Todo eso me gustaba, pero había algo que se convirtió en un hobby para mi, escaparme de casa.- La lista era más larga, pero tampoco iba a hablar yo durante dos horas mientras él solo observaba y escuchaba. Me acerco a la diana y cojo el cuchillo que anteriormente había lanzado. Esta vez no se lo tiro si no que me acerco y se lo tiendo en la mano.- ¿Quieres probar ahora con el arco?, tenemos para rato porque ahora eres tú el que me tiene que decir que es lo que te gustaba.