Torreón Letargo (Archivo I)

Recuerdo del primer mensaje :

Llegamos a las afueras del torreón, que esta completamente cubierto de enredadera, a primera vista no se ve la puerta, así que me pongo a buscarla ...
-Ayudarme por favor - les pido a Elliot y a Gael - ...
Comienzo a golpear con la punta del bate suavemente sobre las enredaderas, esperando oír algo que no sea la madera golpeando contra la piedra bajo de las enredaderas ...

Gracias Gael-dijo Nia con una sonrisa. El chico fue a por agua. Nia se acomodo en la bañera y recordo que Gael aun no le habia respondido. Nia trago saliva. Se lo recordaba o no? Nia se sumio en un debate interno sobre si el chico la queria o no. No habia dicho que si. Pero tampoco habia demostrado lo contrario. Se mordio el labio y decicio esperar a ver cuando recordaria y, si nunca recordaba, eso le valdria de respuesta. Nia pataleo de los nervios.
-Ah Gael tonto!-dijo Nia con un puchero como si estuviera a su alrededor y empezo a practicar como se lo podria dejar caer...justo cuando el chico entro al cuarto y ella se puso roja como un tomate y mas tensa que una cuerda extendida. Gael fue dejando el agua en la bañera. Nia lo agradecio. Aunque no era agua de mar se sentia bien el contacto. Se dio cuenta de que, aunque no tuviera que meterse periodicamente en el agua, aun preferiria estar en ella. Gael le pregunto si necesitaba algo mas y Nia se volvio a poner roja.
-N-n-no...Estoy bien. G-g-gracias por todo Gael.-Murmuro al final cuando el chico salio del cuarto. Toda la tension acumalda en Nia se libero y la chica se sumergio bajo el agua haciendo burbujas.
Mañana practicaria magia y visitaria a todo el mundo del torreon. Los parpados de Nia fueron pesandola mas y mas hasta que se quedo sumida otra vez en un sueño sin pesadillas.

Cuando desperto, no habia nadie a su alrededor como era obvio
Salio de la bañera con la ayuda de sus tentaculos y lentamente aunque bastante mas rapido que la primer vez, fue hacia el salon. Alli estaba su querido libro. Nia lo abrazo con fuerza como si se tratara de una mascota que no habia visto en mucho tiempo. Luego encontro uno de los libros de magia. Nia sabia que no tenia tiempo que perder. Ya volveria a su amada lectura una vez que hubiera dominado todos y cada uno de los hechizos que venian en el. Lo abrio. Al principio no era muy complicado. Salia un (humano) levitando una piedra enorme sobre su cabeza.
<<Este el primero!>>Penso Nia y cogio algunos amuletos cargados que habia por ahí tirados y se concentro y siguio los pasos que indicaba el libro. Pronto hacia que uno de sus cuchillos se zarandease, pero aun no conseguia despegar. Nia no cejo en su esfuerzo y se puso un pasador en el pelo, llevandoselo hacia atras y, poniendo una cara de esfuerzo, volvio a la practica, dispuesta a aprender costara el esfuerzo que le costara.
(Saludos desde la clase de economia xD Tengo un compañero liando un porro a mi lado que os saluda xD puede que esta tarde no me pueda meter y queria al menos dejar Nia con algo. No os olvideis de saludarla si pasais por el salon. Las medusas nunca olvidan!...o eran los elefantes? XDD)

Poco a poco recupero la consciencia tras el largo sueño. Parpadeo confuso, me imagino mi cara ojerosa después de tantas horas sin dormir... Y entonces recuerdo que la cara en la que debo pensar no es como la que imagino ahora. Estaría tiznada, cubierta de llamas azules. Retiro la manta y compruebo que no se ha quemado, como tampoco ha hecho la ropa. Algo más que mi aspecto ha cambiado. Pero todavía no me conozco lo suficiente. Es como... como conocer a madias a alguien, solo que ese alguien eres tú mismo. Confunde. Y asusta.
Doblo la manta y la dejo a un lado. No quiero perderla y tener que encantar otra. Lo primero que hago es subir a la azotea, para ver de nuevo la ciudad, con la Luna vigilante, oculta tras la luz del día. Sin embargo allí encuentro a alguien, que en un primer momento no reconozco. Está envuelto en una capa, y con una capucha puesta. Me acerco a la figura con cautela, no tenía ni idea de quién podía ser. En la espalda tenía algo abultando, y pensé en las alas de Adara, aunque menos voluminoso. Levité hasta su lado y lo rodeé para ver su cara. Abrí la boca emitiendo una exclamación al reconocer a Vacuum. Pero no era como siempre, su cara había cambiado... Como había predicho aquella bestia con la que se topó. Tenía una especie de cuernos en la frente, orejas puntiagudas, su color de piel había cambiado... Pero era él, y su bufanda lo confirmaba. Dormía plácidamente, pero parece que lo he despertado. Me lamento por ello y farfullo una disculpa por lo bajo. Cruzo las piernas en el aire y levito frente a él, llameando con intensidad.
-Vac... -No sé qué decirle-. Me alegra verte a salvo. He estado toda la noche buscándoos. ¿Están todos bien? -Pregunto hablando lentamente. Tengo miedo de las respuestas que pueda darme, o... ¿y si también ha cambiado por dentro? Intento no asustarme cuando me mira, sus ojos han cambiado también, pero no veo malicia en ellos. Por su mirada espero que me diga que no ha pasado nada a nadie... si están todos bien... cambiados, pero bien, estaré por fin tranquilo.
Las demás cosas que le hubiera dicho se me atascan en la garganta. Lo primero es lo primero, ya hablaremos sobre lo que somos ahora. Todavía recordaba sus palabras, lo de servir a aquella criatura llamada Ewa, la locura... Me tenso en el aire, esperando su respuesta. Y también esperando no asustarlo con mi aspecto.

Algo me saca de mi sueño, enfoco la mirada y veo a Gael flotando ante mi. Llamea con fuerza, cubierto de flamas azules, le miro con curiosidad, parece tenso y me mira cauteloso, me a reconocido, pero esta esperando algo. Recuerdo mi encuentro con el adepto de Ewa y mi conversación con el, conversación que revele a Gael ... quizá piense que estoy loco. Mis ojos brillan divertidos, escucho su pregunta y me pongo en pie. Gael esta flotando, pero ahora me doy cuenta que también he crecido algo en altura. Extiendo mi mano y revuelvo su pelo cubierto de llamas, no me doy cuenta de lo que hago hasta que ya tengo la mano sobre el, pero misteriosamente el fuego no me quema ... solo me hace cosquillas. Retiro la mano y hablo.
-No te preocupes Gael, Ewa aun no me ha reclamado, y no tengo intención de que lo haga, al menos voluntariamente - le aclaro con una mirada de determinación - ... pero esa no es la cuestión, tu también has cambiado - comento observado sus flamas y su piel tiznada - ... yo también como puedes ver - digo retirando la capucha, la luz hace destellear los reflejos rojos de mi cabellera negra - ... y Elliot y Cain estan bien, Cain no ha cambiado, al menos físicamente, pero Elliot ... bueno, digamos que ha perdido la cabeza - le comento distraído - ... le va acostar asumirlo del todo, pero con nuestra ayuda supongo que lo logre ...
La luz empieza a molestarme y me calo la capucha de nuevo con una sonrisa dirigida al chico, hago el hechizo de levitación, tengo la impresión de que mi poder mágico ha aumentado, y el resultado del hechizo lo demuestra, me elevo sobre las almenas y quedo de pie en el aire, se siente extraño, es una sensación curiosa que me gusta bastante ... podría volar, pero aun no se hacerlo, el anillo de mi mano esta a rebosar de energía mágica y aun sigue acumulando ... la Luna Roja lo ha recargado bastante, pero parece que tiene mucha capacidad de almacenamiento. Miro a Gael y le sonrío ...
-Voy a ir a la biblioteca un momento - tengo que devolver el herbolario y vere si me puedo llevar algún libro - le digo sacando el libro de plantas de debajo de la capa, le cogí anoche antes de subir - ... ¿vienes? - le pregunto guardándolo de nuevo y encaminando mi paseo aéreo hacia la biblioteca - ...

Continúa en la Biblioteca Mágica.

Vacuum me revuelve el pelo amigablemente, parece el de siempre. Le sonrío ampliamente al ver que lo importante no ha cambiado, y entonces empieza a hablar. Me alegra saber que todavía conserva su libertad, pero cuando me habla de los demás me extraño Cain no ha cambiado por fuera y Elliot... ¿ha perdido la cabeza? ¿A qué se refiere? Se ha vuelto loca, ¿es eso? Y no está con ella... Supongo que se pondrá mejor. Igual ahora no conviene verla. Iba a preguntarle a qué se refiere, pero empieza a despedirse, va a la biblioteca.
-¡Espera Vac! ¡Voy contigo! -respondo sin pensar, empezando a seguirlo por el aire. Recordé a los demás, que también querían ir, pero tal vez sigan dormidos. No importa... volveremos pronto, seguramente. Si hace falta volveré con ellos más tarde.
Alcanzo a Vacuum y doy vueltas a su alrededor, llameando. No quiero perderlo de vista otra vez, ni quedarme solo en la azotea. Yo también tengo muchas consultas que hacer en la biblioteca, y no quiero esperar ni un minuto más. Necesito saber muchas cosas sobre fuegos fatuos... sobre todo lo que pueda. El ansia de saber me llama más que nunca, y ahora ya no tendría que temer el salir solo, o eso creo

(Sigue en la Biblioteca Mágica).

Vacuum y yo volvemos al torreón como salimos, flotando hasta la terraza. Él entra en el interior, pero yo me quedo fuera con los libros abiertos en el suelo. Levito muy cerca de ellos, en la misma pose en que estaría si los estuviese leyendo tumbado en el suelo. Paso páginas y más páginas del libro de hechizos, aprendiendo las posilibidades que me da el manejo del fuego. El libro es introductorio, pero así me va explicando detalladamente las particularidades de ese elemento. Los hechizos que venían en el anterior libro eran solo para principiantes, aquí hay más, mucho más.
En el otro libro en cambio se habla de otras habilidades. La que más me interesaba era la de poseer muertos, después de lo que pasó ayer. Tal vez me pueda conseguir algún libro sobre nigromancia, ritos fúnebres... Pero por el momento me conformo con leer sobre las limitaciones de la posesión. Puedo poseer más de uno a la vez, pero cuantos más cadáveres a la vez, peor. Lo que más fácil puedo poseer son humanos o humanoides, pero también mamíferos y seres pequeños. Una vez dentro de ellos es muy difícil hacerme daño. Si el cadáver queda inservible la posesión perderá fuerza. Pero puedo ir de uno en otro, sin mostrar mi forma expuesta. Esta puede apagarse con agua o viento, y eso debilitaría mi poder, pero no me mataría ni nada parecido. Parece que hace falta magia para ello. Me estremezco al pensar en mi debilidad, en mi muerte. Sacudo la cabeza, es una tontería pensar en ello. Ya antes estaba expuesto a la muerte, no importa que hayan cambiado mis puntos débiles. Prosigo la lectura, descubriendo que si el fuego se apaga puede volver a encenderse, y si es con agua, secándome. Para mi sorpresa descubro que con gases combustibles no se me puede ahogar, pero sí con otros, y que además resisto menos a la asfixia. La falta de oxígeno apagaría mi fuego, como es de esperar. Reflexiono sobre todo lo que estoy aprendiendo de mí mismo y ya me siento un poco más tranquilo. Estos libros están llenos de curiosidades. Me gustaría coger alguno más si pudiera ser, pero hoy ya era algo tarde. La noche estaba llegando a la ciudad, y había estado tan ensimismado mirando los libros que no me daba cuenta de que ya casi no se podían leer. Quedaba mi fulgor azulado tan solo.
Cierro los libros y me meto de nuevo en el torreón. Estoy demasiado agotado para seguir hoy, y por culpa de la curiosidad todavía no había comido nada. Me moría de hambre. Bajo las escaleras hasta llegar a la cocina y revuelvo en las cestas en busca de algo que llevarme a la boca. Dejo los libros sobre la encimera y empiezo a devorar un trozo de queso mohoso. El pan ya no está en buen estado. Después cojo dos piezas de fruta que están ya un poco maduras de más y me las como. Mientras, pienso en los demás compañeros del torreón. Todavía no los he visto a todos. Me preocupan, pero no quiero ir a la habitación solo para mirarlos fijamente a ver si les han salido pelos o escamas, o lo que sea. Sin saber qué hacer abro de nuevo el libro de fuegos mágicos y paso las páginas en busca de algo de utilidad que pueda ir intentado hacer.

Ayer me quede dormido nada más acostarme y no llevaba mucho tiempo durmiendo cuando me despertaron para ir a ver el discurso... Fue algo muy interesante, pero me parecía bastante injusto... Todo este tiempo no nos han ayudado nada y han estado viviendo tan tranquilos mientras esperaban a que todos murieramos y ahora nos ofrecen su ayuda para mejorar mientras les sirvamos para algo, aunque es algo razonable sigue siendo inhumano, pero claro, ya no somos humanos si no monstruos asi que supongo que aqui todo lo que se pensaba en la Tierra sobre derechos aqui no le interesa a nadie... cada vez tengo más claro lo que quiero conseguir en esta ciudad...

Después del discurso me eché a dormir otra vez, el cansancio acumulado de dos noches pudo conmigo y ahora me he vuelto a despertar. En la habitación están Adara y Nía durmiendo, las camas estan deshechas así que supongo que estarán todos fuera haciendo cosas. Cuando me levanto me doy cuenta de que además del cansancio acumulado también tengo muchísima hambre, bajo al salón intentando no despertar a nadie, allí me encuentro a Nia y le saludo. Después voy a la cocina me encuentro a Gael, esta comiendo y leyendo un libro que no recuerdo haber visto por el torreón.

Me acerco a él y cojo las sobras que quedan de la cesta.

-Hola Gael, que tal estas?-pregunto mientras empiezo a comer.-Has ido a la biblioteca?

Le he pillado muy concentrado en su lectura. Me pongo a comer y mientras pienso en el discurso "Deberíamos ir a los entrenamientos, va a ser la mejor manera de aprender cosas nuevas..."

Nia siguio practicando cuando de pronto un ser sin cabeza, pero con forma humana irrumpio en la sala ignorando compleatamente su presencia. Revoluciono un poco y luego se fue.
-¿Eso...¿Eso era un habitante del torreon?-Nia trago saliva. ¿Que clase de monstruo puede vivir sin cabeza? Lo que era más, ni la habia notado. Lo cual la calmo y enfadó un poco a la vez. Siguio intentando levantar el cuchillo y, finalmente, con ayuda de unos pocos amuletos el cuchillo levitaba por encima de su cabeza. Nia dio unas palmas.
-¡Al fin! ¡Ahora a pasar a cosas más grandes!-Nia comenzó a buscar cosas más grandes.

Después del viaje a la biblioteca volvemos al torreón. Gael se queda en la azotea, pero a mi me molesta la luz, así que me bajo ... me quedo en el estudio, en la mesa junto al circulo mágico. Saco los libros de debajo la capa y los pongo sobre la mesa, tengo intención de ponerme a leerlos, pero de pronto todo se me viene encima ... aquí murió Tesla, en este mismo sitio. Y yo tan tranquilo, felizmente dispuesto a ponerme a leer, una amalgama de sentimientos me invade, me corta la respiración ... me quedo bloqueado durante un buen rato, sin saber que hacer, sin poder moverme. La luz del día declina y la oscuridad de la noche me saca de mi ensimismamiento. Necesito moverme, necesito salir de aquí ... agarro los libros y los meto bajo mi capa, salgo del estudio y subo a la tercera planta, a dejar junto a la cama de Yip sus espadas, las que recogí antes abajo. Bajo las escaleras de dos en dos, calándome la capucha por el camino, paso frente a Gael, Nia y creo que Niko, solo que su piel parece ser metálica ...
-Necesito irme, necesito salir de aquí - les digo con voz rara - ... luego os veo ...
Salgo por la puerta con paso rápido, el aire fresco me golpea en la cara y me despeja momentáneamente las ideas, empiezo a caminar sin un rumbo fijo, para, después de un rato, elevarme por el aire, buscando el aire de mas arriba. Mi paseo aéreo me lleva hacia el oeste, pero no soy muy consciente de mi rumbo, mi cabeza esta ocupada con otras cosas ...

Continua en el Castillo.

Nikolas aparece de pronto por las escaleras. Lo saludo rápidamente, cerrando el libro.
-Hola -saludo-. Sí, ya he ido a la biblioteca, pero todavía querría algún libro más...
Él se pone a comer algo y yo jugueteo con la tapa del libro sin saber qué hacer. Me levanto mientras y voy a la sala porque me parece escuchar ruidos allí. Al llegar veo a Nia, que hace levitar objetos. Me sorprende verla allí, y ver su magia. Le sonrío.
-¡Hola! -saludo rápidamente. Me sonrojo al acercarme-. ¿Magia, Nia? ¡Genial! Otro cambio más...
Me fijo en que todavía hace levitar cosas pequeñas, pero tal vez con práctica consigua levantarse a sí misma. Me la quedo mirando un instante y después me acerco con cautela para cogerla de la mano. Rozo sus dedos y retiro la mano, por si todavía quema lo suficiente. A Vacuum no le quemaba y los libros no arden, pero debo de estar más caliente de lo normal. No parece que le haya quemado, así que vuelvo a cogerla de la mano y tiro de ella. Le lanzo el hechizo de levitación para que pueda seguirme más cómodamente.
-Ven con nosotros a la biblioteca, Nia. ¿Quieres venir? Vamos a por libros.
Sonrío y tiro de ella nuevamente. En la cocina Niko está esperando. En ese momento baja Vacuum y se marcha de forma misteriosa. Miro a los demás, extrañado, pero supongo que no hay de qué preocuparse. Vac puede ir a donde quiera, es fuerte. Cojo los libros que dejé en la encimera y salimos afuera, camino a la biblioteca.

(Sigue en la Biblioteca Mágica).

Nia sonrio al ver a Gael y le hizo señas para que se acercara.
-Aha. Puedo levantar cosas ligeras, dentro de poco ¡podre con una piedra enorme como sale aqui!-El cuchillo levitó en el aire y de pronto Gael le cogio de la mano. El corazón de Nia dio un tumbo y el cuchillo cayó al suelo, con un tintineo metálico. Nia se sonrojó.
-Biblioteca...si...-dijo mientras cerraba el libro y se puso a levitar, agarrada de su mano con fuerza. De vez en cuando lanzaba a Gael una mirada. Juntos, partieron hacia la biblioteca mágica.
(CONTINUA LA BIBLIOTECA MAGICA)

El cambiante sigue a Vacuum, como un perro faldero, pues se siente confuso al estar en un edificio con más gente, pero cuando ve que deja unas espadas en la cama, se le iluminan los ojos y cambian a unos ojos humanos, los ojos que tenía Yip antes de transformarse, después se abalanza sobre la cama y coge las espadas y comienza a acunarlas mientras murmura

-Mío mío mío mío mío recuerdos míos, si, recuerdos, espada, entrenamientos, les dije, suicidio si, recuerdos, casa de meretrices si... pelirroja de afecto negociable si... recuerdos recuerdos, torreones, gente, comidas, magia, levitaciones que le jodan si...

El ruido de hombre de la capa al marcharse le saca de sus ensimismamientos, y baja corriendo las escaleras con las espadas en las manos para darle las gracias por ayudarle a recordar, pero cuando baja no está, por lo que empieza a seguirle hasta...


El castillo/entrenamientos