Plaza del Estandarte
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Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Plaza del Estandarte
02/08/11, 04:27 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Enorme plaza repleta de estatuas blancas, muchas de ellas destruidas, que representan a criaturas de las más diversas especies enzarzadas en una violenta batalla.
En cada esquina de la plaza hay una torre, todas idénticas en altura y forma: la base y los dos primeros pisos tienen forma pentagonal, mientras que el resto de los edificios son rectangulares. Todas las fachadas tienen grandes ventanales con forma de arco de medio punto casi sin separación entre ellos.
Una de las torres está construida de mármol claro (cuya azotea parece haber estallado hacia fuera), otra de cristal y espejos (la fachada norte posee tantas grietas que parece una telaraña), otra de madera verdosa y la última, de la cual solo queda la primera planta, de hielo mágico de Arfes.
En cada esquina de la plaza hay una torre, todas idénticas en altura y forma: la base y los dos primeros pisos tienen forma pentagonal, mientras que el resto de los edificios son rectangulares. Todas las fachadas tienen grandes ventanales con forma de arco de medio punto casi sin separación entre ellos.
Una de las torres está construida de mármol claro (cuya azotea parece haber estallado hacia fuera), otra de cristal y espejos (la fachada norte posee tantas grietas que parece una telaraña), otra de madera verdosa y la última, de la cual solo queda la primera planta, de hielo mágico de Arfes.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Plaza del Estandarte
29/06/13, 12:02 pm
Estaban comenzando a formar aquellas irritantes alas que tanto problemas le estaban dando para que quedasen ambas del mismo tamaño sin retorcerse en su lugar como si estuvieran rotas sin mucho éxito, cuando un enorme temblor sacudió el suelo que pisaba tumbándolo al suelo sorprendido y. una estatua cercana que sostenía precariamente sobre una sola pierna se derrumbo ante el temblor apenas a un par de metros. "Joder...me he salvado por un pelo, ¿que pasa ahora?" se pregunto asustado al notar el suelo temblor y como toda la ciudad parecía cobrar vida. Sintió un estremecimiento desconocido al notar, ya fuese en el aire o en su propio cuerpo, un chispazo increíblemente fuerte de magia que le hizo girarse aun en el sitio intentando ubicar el lugar, pues venia de un sitio en concreto aunque no tuviera clara su dirección, todo eso unido a un increíble viento que pareció surgir de la nada. Esa noche era un caos de proporciones épicas.
-¡No teníamos bastante con casas que nos comen ¿que ahora el suelo también?! -se pregunto con cierto tono nervioso mientras se incorporaba a duras penas- Y encima magia...¡magia a toda potencia! Me sorprende que no estallase nada aun - exclamaba bastante inquieto parecía que la paranoia no se le había curado del todo al transformarse, aun con cierta inquietud se alejo de las estatuas no fuese a caerse alguna mas, justo cuando escucho pasos y una voz hablándole girándose bruscamente apunto de desenvainar y a tacar a su vez con las garras desconfiado y sintiéndose estúpido por la poca alerta que había mostrado. Pero ante el se encontraba el chico de la quimera de meses atrás al que miro con los ojos entrecerrados mientras hablaba. Ya había visto bastante transformados durante esa noche otro mas no era diferente, aunque este parecía totalmente humano, sin fuego, alas u ojos saliendo de su cuerpo.
-La que esta liando la maldita luna -dijo mirando al astro en el cielo, que por algún motivo, siendo lo único nuevo de la ciudad aparte de los recién convertidos, debía ser su culpa- Solo estaba practicando, pero si hay bichos por aquí no pienso quedarme, gracias por el aviso me largare a un lugar con mas gente, no puedo hacer gran cosa contra una enorme cantidad de alimañas-dijo rápidamente observandolo y ocurriendosele algo, en esa situación ir solo no era muy inteligente- La Biblioteca y Letargo no quedan muy lejos una de la otra vayamos juntos, tu podrás defenderte solo supongo, pero no me vendría mal una ayuda -dijo al ver con cierto horror a la distancia, cosas correteando por el suelo, esperaba que fuesen alucinaciones solo pero no pensaba quedarse a averiguarlo. No sabia si Jack aceptaría sus palabras pero por el momento DL puso como prioridad el correr cuanto le dieran sus piernas.
Sigue en Plaza de la Fuente
-¡No teníamos bastante con casas que nos comen ¿que ahora el suelo también?! -se pregunto con cierto tono nervioso mientras se incorporaba a duras penas- Y encima magia...¡magia a toda potencia! Me sorprende que no estallase nada aun - exclamaba bastante inquieto parecía que la paranoia no se le había curado del todo al transformarse, aun con cierta inquietud se alejo de las estatuas no fuese a caerse alguna mas, justo cuando escucho pasos y una voz hablándole girándose bruscamente apunto de desenvainar y a tacar a su vez con las garras desconfiado y sintiéndose estúpido por la poca alerta que había mostrado. Pero ante el se encontraba el chico de la quimera de meses atrás al que miro con los ojos entrecerrados mientras hablaba. Ya había visto bastante transformados durante esa noche otro mas no era diferente, aunque este parecía totalmente humano, sin fuego, alas u ojos saliendo de su cuerpo.
-La que esta liando la maldita luna -dijo mirando al astro en el cielo, que por algún motivo, siendo lo único nuevo de la ciudad aparte de los recién convertidos, debía ser su culpa- Solo estaba practicando, pero si hay bichos por aquí no pienso quedarme, gracias por el aviso me largare a un lugar con mas gente, no puedo hacer gran cosa contra una enorme cantidad de alimañas-dijo rápidamente observandolo y ocurriendosele algo, en esa situación ir solo no era muy inteligente- La Biblioteca y Letargo no quedan muy lejos una de la otra vayamos juntos, tu podrás defenderte solo supongo, pero no me vendría mal una ayuda -dijo al ver con cierto horror a la distancia, cosas correteando por el suelo, esperaba que fuesen alucinaciones solo pero no pensaba quedarse a averiguarlo. No sabia si Jack aceptaría sus palabras pero por el momento DL puso como prioridad el correr cuanto le dieran sus piernas.
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- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Plaza del Estandarte
02/09/13, 09:16 pm
La Luna seguía en lo alto del cielo, continuando con su reinado sobre Rocavarancolia, impasible a lo que viviésemos aquellos a los que nos había tocado. Sonreí sardónico al pensar en lo que podía cambiarnos algo en apariencia tan inofensivo como una enorme roca espacial. No tenía hambre gracias a las "reservas" de hombres bestia que poseía la Secta, que eran bastante más fáciles de deshumanizar y verlos como simples animales que cualquier otra criatura inteligente.
Fui calmándome ante el fresco (y algo ventoso) aire nocturno, intentando borrar las imágenes de mi mente. A pesar de todo, el cielo, presidido por la Luna Roja, era hermoso, y no tardé mucho en dejar en blanco mi mente mientras lo miraba, borrando cualquier pensamiento de extrañas pesadillas o transformaciones traumáticas.
Fui calmándome ante el fresco (y algo ventoso) aire nocturno, intentando borrar las imágenes de mi mente. A pesar de todo, el cielo, presidido por la Luna Roja, era hermoso, y no tardé mucho en dejar en blanco mi mente mientras lo miraba, borrando cualquier pensamiento de extrañas pesadillas o transformaciones traumáticas.
- Poblo
Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Re: Plaza del Estandarte
02/09/13, 10:33 pm
Todo a mi alrededor daba vueltas, al menos desde mi propia perspectiva porque lo que en realidad daba vueltas era yo. Había intentado en vano tomar el control de mis movimientos, pero el viento podía conmigo, y para cuando lograba controlar mi trayectoria una nueva corriente me descontrolaba de nuevo. Acabé dándome por vencido y decidí aterrizar. Entonces descubrí que las corrientes también me impedían descender. “Genial, sencillamente genial ¿Y ahora que hago?”
Realmente sabía lo que hacer. Si recuperaba mi forma humana descendería por mi propio peso, pero el viento me había arrastrado hasta una altura más que considerable, y me daba miedo no ser capaz de frenar mi caída al final y espachurrarme.
Mientras repartía mi mente entre tratar de estabilizarme sin éxito y discutir internamente si atreverme a hacerlo o no el paisaje bajo mis pies fue cambiando, hasta que me encontré sobre una plaza. Estaba demasiado alto como para distinguir los detalles, pero era un buen lugar para aterrizar. Si tenía que jugármela tenía que ser ahora.
“Mala idea, mala idea, mala idea” Pero por muy poco que quisiera hacer esto también comprendía que no me quedaba otra, así que reuniendo toda la fuerza de voluntad que tenía me recompuse.
La gravedad hizo su trabajo y comencé a caer al instante. Una de las cosas buenas que había tenido volver a tener forma humana era que ya no daba vueltas y ahora veía lo que tenía debajo con claridad. La plaza en cuestión parecía estar llena de estatuas, e iba distinguiendo cada vez más detalles a medida que me acercaba “Claro que te acercas. Vas directo al suelo, alarmántemente rápido de hecho”
Intenté hacerme polvo de nuevo, pero el viento seguía igual por lo que tuve que recomponerme antes de que me arrastrara arriba de nuevo. Fue entonces cuando me percaté de que había alguien más en la plaza. No lo distinguía bien, pero tenía cola y era peludo, y lo más preocupante: iba directo hacia él. “Mierda. Tenía que haber alguien. De todos los sitios para estrellarme...”
Intenté detener mi caída con un hechizo de levitación. No logré que me saliera, y mientras el suelo seguía acercándose. Probé de nuevo y a la segunda lo conseguí, deteniéndome lo bastante cerca del suelo como para distinguir que quien estaba debajo era un trasgo. Sin embargo apenas aguante a flote un segundo, puede que incluso menos. Una nueva corriente me desconcentró y caí a plomo de nuevo. Ya era tarde para intentar frenar.
-¡¡Cuidado abajooooo!!- grite intentando advertirle, pero aun así caí directamente encima de él, derribándolo.
Lo bueno: Tener un aterrizaje blando me había salvado de llevarme más de un moratón. También el haberme frenado con la levitación antes había impedido que la caída fuera peligrosa, pero aun así dolía.
Lo Malo: Quién hubiera recibido el golpe no iba a estar contento, y siendo un trasgo lo mejor sería salir por paras cuanto antes. Eso estaba a punto de hacer cuando reconocí a Brann.
-Oh, eres tú- Dije casi sin pensar mientras me quitaba de encima y me podía en pie. -Estás... ¿estás bien? No esperaba estrellarme sobre alguien- "No pensaba estrellarme para empezar"
Realmente sabía lo que hacer. Si recuperaba mi forma humana descendería por mi propio peso, pero el viento me había arrastrado hasta una altura más que considerable, y me daba miedo no ser capaz de frenar mi caída al final y espachurrarme.
Mientras repartía mi mente entre tratar de estabilizarme sin éxito y discutir internamente si atreverme a hacerlo o no el paisaje bajo mis pies fue cambiando, hasta que me encontré sobre una plaza. Estaba demasiado alto como para distinguir los detalles, pero era un buen lugar para aterrizar. Si tenía que jugármela tenía que ser ahora.
“Mala idea, mala idea, mala idea” Pero por muy poco que quisiera hacer esto también comprendía que no me quedaba otra, así que reuniendo toda la fuerza de voluntad que tenía me recompuse.
La gravedad hizo su trabajo y comencé a caer al instante. Una de las cosas buenas que había tenido volver a tener forma humana era que ya no daba vueltas y ahora veía lo que tenía debajo con claridad. La plaza en cuestión parecía estar llena de estatuas, e iba distinguiendo cada vez más detalles a medida que me acercaba “Claro que te acercas. Vas directo al suelo, alarmántemente rápido de hecho”
Intenté hacerme polvo de nuevo, pero el viento seguía igual por lo que tuve que recomponerme antes de que me arrastrara arriba de nuevo. Fue entonces cuando me percaté de que había alguien más en la plaza. No lo distinguía bien, pero tenía cola y era peludo, y lo más preocupante: iba directo hacia él. “Mierda. Tenía que haber alguien. De todos los sitios para estrellarme...”
Intenté detener mi caída con un hechizo de levitación. No logré que me saliera, y mientras el suelo seguía acercándose. Probé de nuevo y a la segunda lo conseguí, deteniéndome lo bastante cerca del suelo como para distinguir que quien estaba debajo era un trasgo. Sin embargo apenas aguante a flote un segundo, puede que incluso menos. Una nueva corriente me desconcentró y caí a plomo de nuevo. Ya era tarde para intentar frenar.
-¡¡Cuidado abajooooo!!- grite intentando advertirle, pero aun así caí directamente encima de él, derribándolo.
Lo bueno: Tener un aterrizaje blando me había salvado de llevarme más de un moratón. También el haberme frenado con la levitación antes había impedido que la caída fuera peligrosa, pero aun así dolía.
Lo Malo: Quién hubiera recibido el golpe no iba a estar contento, y siendo un trasgo lo mejor sería salir por paras cuanto antes. Eso estaba a punto de hacer cuando reconocí a Brann.
-Oh, eres tú- Dije casi sin pensar mientras me quitaba de encima y me podía en pie. -Estás... ¿estás bien? No esperaba estrellarme sobre alguien- "No pensaba estrellarme para empezar"
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Plaza del Estandarte
02/09/13, 11:18 pm
Me había quedado observando las estatuas de la plaza, recordando que la última vez que había estado aquí el lugar estaba infestado de las alimañas más grandes que había visto nunca. Al escuchar un grito por encima de mí fruncí el ceño y miré el cielo, extrañado, solo para ver cayendo directamente sobre mí y tirándome al suelo.
—¡Ay! ¿Pero qué...? —el que había caído sobre mí se levantó rápido, aunque pareció tranquilizarse al reconocerme, y entonces comprendí quién era—. Sí, estoy bien. ¿Y es que sí pensabas estrellarte? Los humanos tenéis unas costumbres bastante raras —le dije jocosamente después de levantarme—. La próxima vez que vueles ten más cuidado donde caes anda —había sido un buen golpe y estaba dolorido, por lo que hasta no decir eso no me di cuenta de algo—. Oye, ¿cómo que puedes volar? No tienes alas —pregunté, mirando curioso a las zonas donde cualquier ser alado tendría alas, que no existían en este caso, lo que me dejaba extrado ante el hecho de que Pablo hubiese caído del aire.
—¡Ay! ¿Pero qué...? —el que había caído sobre mí se levantó rápido, aunque pareció tranquilizarse al reconocerme, y entonces comprendí quién era—. Sí, estoy bien. ¿Y es que sí pensabas estrellarte? Los humanos tenéis unas costumbres bastante raras —le dije jocosamente después de levantarme—. La próxima vez que vueles ten más cuidado donde caes anda —había sido un buen golpe y estaba dolorido, por lo que hasta no decir eso no me di cuenta de algo—. Oye, ¿cómo que puedes volar? No tienes alas —pregunté, mirando curioso a las zonas donde cualquier ser alado tendría alas, que no existían en este caso, lo que me dejaba extrado ante el hecho de que Pablo hubiese caído del aire.
- Poblo
Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Re: Plaza del Estandarte
02/09/13, 11:49 pm
Internamente solté un suspiro de alivio al comprobar que no había signos de odio o de que fuera a atacar, al menos nada más allá del cabreo por caerle encima, pero eso era comprensible.
-Obviamente no, pero ya que iba a estrellarme pues también ha sido mala suerte caerte encima- La pregunta del vuelo me sorprendió, sobre todo porque estaba acostumbrado a que la gente ya lo supiera.
-Oh pues.... así- Sería mucho más rápido mostrárselo que ponerme a explicarlo, y así lo hice, aunque tuve cuidado de no ascender demasiado. No quería que el viento me secuestrara otra vez.
-Lo que pasa es que pilotar esto no se me da demasiado bien- dije tras recomponerme -aunque creo que eso ya lo has notado- "Y tanto"
Ahora que ya no me encontraba en peligro inminente empecé a preguntarme qué podría estar haciendo el trasgo aquí. De hecho por lo que sabía no vivía en ninguno de los dos refugios. Decidí arriesgarme a preguntar.
-¿Que haces aquí por cierto? A mí me ha arrastrado el viento, literalmente, pero no se me ocurre ninguna razón por la que otro esté aquí. Por cierto no vives en ningún refugio ¿verdad?-
-Obviamente no, pero ya que iba a estrellarme pues también ha sido mala suerte caerte encima- La pregunta del vuelo me sorprendió, sobre todo porque estaba acostumbrado a que la gente ya lo supiera.
-Oh pues.... así- Sería mucho más rápido mostrárselo que ponerme a explicarlo, y así lo hice, aunque tuve cuidado de no ascender demasiado. No quería que el viento me secuestrara otra vez.
-Lo que pasa es que pilotar esto no se me da demasiado bien- dije tras recomponerme -aunque creo que eso ya lo has notado- "Y tanto"
Ahora que ya no me encontraba en peligro inminente empecé a preguntarme qué podría estar haciendo el trasgo aquí. De hecho por lo que sabía no vivía en ninguno de los dos refugios. Decidí arriesgarme a preguntar.
-¿Que haces aquí por cierto? A mí me ha arrastrado el viento, literalmente, pero no se me ocurre ninguna razón por la que otro esté aquí. Por cierto no vives en ningún refugio ¿verdad?-
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Plaza del Estandarte
03/09/13, 12:56 am
No me esperaba lo de convertirse en polvo, cosa que me sorprendió bastante. Parecía ser algo bastante útil, siempre y cuando no acabases cayendo encima de un trasgo desde una buena altura. «No podía tocarme a mí eso, no. Yo tenía que ser el chico de las bocas».
—Sí, ya me ha parecido que tus aterrizajes son un poco accidentados —dije con una risita. Sus siguientes palabras no me gustaron tanto y me quedé más tenso, recordando la pesadilla por la que estaba allí.
—Pues... Digamos que necesitaba tomar el aire —dije vacilante, tras unos momentos de duda. Al fin y al cabo, era la verdad—. Llevo unos días sin salir de mi habitación y lo necesitaba —dije algo distraído, más para mí que para él—. Y bueno, me he buscado un refugio más... Personal —dije evasivamente, sin querer profundizar mucho en ello—. Y ahora que lo pienso, todavía no los he visitado. ¿Cómo estáis por ahí? —le pregunté con más interés, no solo para distraerle de su pregunta, sino también porque sentía verdadera curiosidad por saber qué tal les iba a mis compañeros.
—Sí, ya me ha parecido que tus aterrizajes son un poco accidentados —dije con una risita. Sus siguientes palabras no me gustaron tanto y me quedé más tenso, recordando la pesadilla por la que estaba allí.
—Pues... Digamos que necesitaba tomar el aire —dije vacilante, tras unos momentos de duda. Al fin y al cabo, era la verdad—. Llevo unos días sin salir de mi habitación y lo necesitaba —dije algo distraído, más para mí que para él—. Y bueno, me he buscado un refugio más... Personal —dije evasivamente, sin querer profundizar mucho en ello—. Y ahora que lo pienso, todavía no los he visitado. ¿Cómo estáis por ahí? —le pregunté con más interés, no solo para distraerle de su pregunta, sino también porque sentía verdadera curiosidad por saber qué tal les iba a mis compañeros.
Re: Plaza del Estandarte
03/09/13, 01:44 am
La respuesta de Branniel fue esquiva, y no me costó comprender el por qué, así que decidí no insistir, salvo por una cosa.
-¿Ni siquiera vas a darnos algún medio para contactar contigo? Los demás se acabarán preocupando por ti a este paso- Hablando de amigos no tardó en interesarse por sus compañeros.
-Pues todos están bien en general. Mejor que yo al menos, pero claro ellos no tienen que lidiar con nuestro... “problema”- Quizás sacar ese tema no era la mejor idea, pero ya había empezado. -Lo triste es que de los que nos ha tocado tragar con esto seguramente soy yo el que mejor lo lleva y tampoco es que yo lo lleve tan bien peor podría ser peor. La daeliciana de Sendar por ejemplo, Dahannei creo recordar que se llamaba, se transformó en lo mismo que yo, y cuando la encontré prácticamente había enloquecido por la sed, y eso que la alimentaban. Pensar que yo estaría igual o peor si no llego a tener ayuda...-
Vale suficiente. No solo estaba sacando un tema peligroso, sino que a este paso me afectaría a mí también. Hora de cambiar de tema.
-Mira, ya que mencionas lo de visitarlos, yo me dirigía a Serpentaria antes de estrellarme. ¿Por qué no me acompañas? Así podrás verlos-
-¿Ni siquiera vas a darnos algún medio para contactar contigo? Los demás se acabarán preocupando por ti a este paso- Hablando de amigos no tardó en interesarse por sus compañeros.
-Pues todos están bien en general. Mejor que yo al menos, pero claro ellos no tienen que lidiar con nuestro... “problema”- Quizás sacar ese tema no era la mejor idea, pero ya había empezado. -Lo triste es que de los que nos ha tocado tragar con esto seguramente soy yo el que mejor lo lleva y tampoco es que yo lo lleve tan bien peor podría ser peor. La daeliciana de Sendar por ejemplo, Dahannei creo recordar que se llamaba, se transformó en lo mismo que yo, y cuando la encontré prácticamente había enloquecido por la sed, y eso que la alimentaban. Pensar que yo estaría igual o peor si no llego a tener ayuda...-
Vale suficiente. No solo estaba sacando un tema peligroso, sino que a este paso me afectaría a mí también. Hora de cambiar de tema.
-Mira, ya que mencionas lo de visitarlos, yo me dirigía a Serpentaria antes de estrellarme. ¿Por qué no me acompañas? Así podrás verlos-
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Plaza del Estandarte
03/09/13, 02:14 am
—¿Medio de contactar? ¿Cuál? De todas formas sé dónde vivís, simplemente he perdido un poco la noción del tiempo —sonaba despreocupado, pero ahora me daba cuenta de cuanto había echado de menos contacto con otras personas, especialmente después de días encerrados.
Sí, el problema... A la Luna parece gustarle la ironía, o por menos conmigo ha sido así. Que me iba a transformar en un dios, creía —respondí a Pablo, algo molesto con el iluso que había sido antes de la Luna. Las siguientes palabras del humano captaron por completo mi atención. No podía hacer otra cosa que mirarlo incrédulamente mientras hablaba de Dahannei, recordando tanto la pesadilla compartida como los recuerdos que, de alguna manera, me había traspasado. Había logrado mantener esa información encerrada, incapaz de lidiar con algo tan imposible y tan complejo, pero ahora volvía a verlos ante mis ojos, confundiendo algunas de mis propias sensaciones con las de la vampira.
—Pues... Sí, creo que sí iré —musité ante su ofrecimiento de ir a Serpentaria después de unos segundos de duda. Una parte de mí quería asegurarse de que mis compañeros no tenían ni el aspecto ni las expresiones con la que me habían mirado en la pesadilla, pero también tenía otro interés en visitar los refugios—. Solo una cosa. ¿Dónde vive Dahannei? ¿No has vuelto a verla? —tenía curiosidad por saber cómo le había ido, pero además quería ver cómo llevaba su nuevo apetito y, si era posible, ayudarla. Todavía recordaba lo espantosamente desagradable que era el hambre, y la locura confusa que había sufrido el día que fui a comer con Nihil.
Sí, el problema... A la Luna parece gustarle la ironía, o por menos conmigo ha sido así. Que me iba a transformar en un dios, creía —respondí a Pablo, algo molesto con el iluso que había sido antes de la Luna. Las siguientes palabras del humano captaron por completo mi atención. No podía hacer otra cosa que mirarlo incrédulamente mientras hablaba de Dahannei, recordando tanto la pesadilla compartida como los recuerdos que, de alguna manera, me había traspasado. Había logrado mantener esa información encerrada, incapaz de lidiar con algo tan imposible y tan complejo, pero ahora volvía a verlos ante mis ojos, confundiendo algunas de mis propias sensaciones con las de la vampira.
—Pues... Sí, creo que sí iré —musité ante su ofrecimiento de ir a Serpentaria después de unos segundos de duda. Una parte de mí quería asegurarse de que mis compañeros no tenían ni el aspecto ni las expresiones con la que me habían mirado en la pesadilla, pero también tenía otro interés en visitar los refugios—. Solo una cosa. ¿Dónde vive Dahannei? ¿No has vuelto a verla? —tenía curiosidad por saber cómo le había ido, pero además quería ver cómo llevaba su nuevo apetito y, si era posible, ayudarla. Todavía recordaba lo espantosamente desagradable que era el hambre, y la locura confusa que había sufrido el día que fui a comer con Nihil.
Re: Plaza del Estandarte
03/09/13, 01:49 pm
“Pero nosotros no sabemos donde vives tú” Ignoraba las razones por las que Branniel no quería decirnos donde estaba, pero ese era su problema.
-Yo ni siquiera sabía que me iba a transformar, pero ahora ya es tarde para lamentarlo. Además, nos guste o no, realmente obtuvimos lo que nos prometieron, lo que pasa es que no nos lo contaron todo-
No me esperaba una reacción así cuando hablé de la daeliciana “¿Se conocerían de antes?” Como sea, aceptó acompañarme, aunque no sin antes preguntarme sobre Daha.
-En la propia serpentaria, o al menos allí estaba la última vez que la vi. Bueno ¿nos ponemos en marcha?- No necesitaba escuchar la respuesta. Su cara lo decía por él "Por el camino le preguntare sobre Daha"
Sigue en la Torre Serpentaria.
-Yo ni siquiera sabía que me iba a transformar, pero ahora ya es tarde para lamentarlo. Además, nos guste o no, realmente obtuvimos lo que nos prometieron, lo que pasa es que no nos lo contaron todo-
No me esperaba una reacción así cuando hablé de la daeliciana “¿Se conocerían de antes?” Como sea, aceptó acompañarme, aunque no sin antes preguntarme sobre Daha.
-En la propia serpentaria, o al menos allí estaba la última vez que la vi. Bueno ¿nos ponemos en marcha?- No necesitaba escuchar la respuesta. Su cara lo decía por él "Por el camino le preguntare sobre Daha"
Sigue en la Torre Serpentaria.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Plaza del Estandarte
11/09/13, 10:42 pm
El aprendiz se asombró de como todos no se habian dado por vencidos y querian seguir explorando. Aun así se mostraban algo reticentes a salir por el miedo hacia las criaturas que habia fuera, desde esas alimañas hasta titanes al parecer. El aprendiz entonces se vio forzado a guardar una rígida postura militar, llevandose el canto de la mano con el puño cerrado a la altura del pecho donde se hallaba el corazón formando lo que parecia una especie de pose o saludo militar y, alzando la voz como tal, comenzó a hablar en personaje.
-¡Si nos rendimos al miedo! ¡Si abandonamos nuestras alas! ¡Nunca podremos experimentar la verdadera libertad! ¡Yo digo que salgamos ahí fuera y les pateemos los traseros a esta ciudad!-
Cuando terminó el acto, rompió a reir, como habia hecho en otras ocasiones. Era increible como se estaba acostumbrando a reirse él solo sus gracias que nadie más pillaba.
No tardaron mucho más en salir y menos aún en decidir una dirección. Estaban explorando y se podian encontrar con cualquier cosa. El aprendiz iba avanzando por los tejados, finalmente habiendo masterizado como usar su bõ para ayudarse como una pértiga e iba en cabeza, vigilando en la distancia si se asomaba algo peligroso y avisar a los demás. De un salto cayó en otro patio abierto. Un reflejo del sol sobre metal le captó la atención y, tras apartar unas cajas podridas, encontró lo que parecia una areola de metal, o mejor dicho, un halo, por su tamaño. Lo cogió y se dio cuenta de que apenas estaba manchado de suciedad. Barriendolo con la mano lo observó de cerca. Parecia de bronce pero no estaba hecho de bronce, era de algun metal más barato pero más resistente aunque ligeramente flexible. No sabia que proposito original habia tenido, pero sin duda se le ocurrió uno al instante que podia emplearlo. Con una sonrisa de oreja a oreja se lo pasó por encima de su cabeza y se lo dejó colgando de su cuello cual colgante antes de seguir sus cabriolas por los tejados.
Y finalmente alcanzaron a ver un sitio mencionable. Una plaza abierta entre las calles. Desperdigada por toda ella, infinitud de estatuas de una piedra homogenea y con un tallado demasiado realista. Un escalofrío recorrió su espalda. Una vocecilla le decia que era mala idea acercarse, pero su curiosidad le superó y acabó descendiendo sobre un claro entre las estatuas de un salto ágil, terminado en voltereta para aminorar el impacto. Aunque no recibió ningun daño de la caida en si, al rodar se clavó alguna piedra en el brazo izquierdo, justo donde le habia mordido dias antes la alimaña y no pudo evitar soltar un breve gimoteo, acariciandose las vendas que cubrian su brazo con lastimoso cariño. Ya estaba casi curada pero aun así aquello dolió.
Al aterrizar, se dió cuenta de que aquello que habia creido un claro, no lo era ni lo habia sido. Originalmente, donde él se alzaba, habia habido una cosa enorme, tan grande para formar un claro en medio de aquellas estatuas tan lúgubres. Fue entonces cuando, repartidas entre las diferentes criaturas y personas representadas por estatuas, se dió cuenta de que parecian sumidas en una clara batalla de proporciones monstruosas. Una guerrera de más de dos metros sostenia dos espadas de aspecto sádico y las blandia inertemente contra lo que parecia ser un cíclope con una cabeza enana en comparación a su cuerpo.
La mandibula del aprendiz se quedó colgando, comprobando como aquellas escenas tan violentas se repartian a lo largo y ancho de todas las estatuas de la plaza, al menos en las que se encontraban en perfecto estado, hasta que finalmente habló.
-¿Qué diablos es todo esto?-dijo con una mezcla de miedo e inspiración guerrera.-Es como si alguien hubiera mandado a algun escultor prodigioso a representar toda una batalla entre monstruos en esta plaza...-terminó por decir.
-¡Si nos rendimos al miedo! ¡Si abandonamos nuestras alas! ¡Nunca podremos experimentar la verdadera libertad! ¡Yo digo que salgamos ahí fuera y les pateemos los traseros a esta ciudad!-
Cuando terminó el acto, rompió a reir, como habia hecho en otras ocasiones. Era increible como se estaba acostumbrando a reirse él solo sus gracias que nadie más pillaba.
No tardaron mucho más en salir y menos aún en decidir una dirección. Estaban explorando y se podian encontrar con cualquier cosa. El aprendiz iba avanzando por los tejados, finalmente habiendo masterizado como usar su bõ para ayudarse como una pértiga e iba en cabeza, vigilando en la distancia si se asomaba algo peligroso y avisar a los demás. De un salto cayó en otro patio abierto. Un reflejo del sol sobre metal le captó la atención y, tras apartar unas cajas podridas, encontró lo que parecia una areola de metal, o mejor dicho, un halo, por su tamaño. Lo cogió y se dio cuenta de que apenas estaba manchado de suciedad. Barriendolo con la mano lo observó de cerca. Parecia de bronce pero no estaba hecho de bronce, era de algun metal más barato pero más resistente aunque ligeramente flexible. No sabia que proposito original habia tenido, pero sin duda se le ocurrió uno al instante que podia emplearlo. Con una sonrisa de oreja a oreja se lo pasó por encima de su cabeza y se lo dejó colgando de su cuello cual colgante antes de seguir sus cabriolas por los tejados.
Y finalmente alcanzaron a ver un sitio mencionable. Una plaza abierta entre las calles. Desperdigada por toda ella, infinitud de estatuas de una piedra homogenea y con un tallado demasiado realista. Un escalofrío recorrió su espalda. Una vocecilla le decia que era mala idea acercarse, pero su curiosidad le superó y acabó descendiendo sobre un claro entre las estatuas de un salto ágil, terminado en voltereta para aminorar el impacto. Aunque no recibió ningun daño de la caida en si, al rodar se clavó alguna piedra en el brazo izquierdo, justo donde le habia mordido dias antes la alimaña y no pudo evitar soltar un breve gimoteo, acariciandose las vendas que cubrian su brazo con lastimoso cariño. Ya estaba casi curada pero aun así aquello dolió.
Al aterrizar, se dió cuenta de que aquello que habia creido un claro, no lo era ni lo habia sido. Originalmente, donde él se alzaba, habia habido una cosa enorme, tan grande para formar un claro en medio de aquellas estatuas tan lúgubres. Fue entonces cuando, repartidas entre las diferentes criaturas y personas representadas por estatuas, se dió cuenta de que parecian sumidas en una clara batalla de proporciones monstruosas. Una guerrera de más de dos metros sostenia dos espadas de aspecto sádico y las blandia inertemente contra lo que parecia ser un cíclope con una cabeza enana en comparación a su cuerpo.
La mandibula del aprendiz se quedó colgando, comprobando como aquellas escenas tan violentas se repartian a lo largo y ancho de todas las estatuas de la plaza, al menos en las que se encontraban en perfecto estado, hasta que finalmente habló.
-¿Qué diablos es todo esto?-dijo con una mezcla de miedo e inspiración guerrera.-Es como si alguien hubiera mandado a algun escultor prodigioso a representar toda una batalla entre monstruos en esta plaza...-terminó por decir.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Plaza del Estandarte
12/09/13, 02:03 am
«Excesivamente dramático, pero cierto» pensó al ver el exagerado teatro del pelirrojo. Una vez se hubieron puesto de acuerdo para salir se comenzaron a organizar. Cío recuperó el alfanje, que no tocaba desde la última salida, y regresó al salón con él bamboleándose en su cinturón. No participó en la decisión acerca de qué dirección tomar, le daba exactamente igual. Solo quería salir al mundo que tenía delante de sus narices. Volvía a estar como en Irraria, pero en menor escala. Siempre encerrados en un espacio pequeño, con todo un mundo por explorar que bien por miedo o por el clima estaba lejos de su alcance.
Lograron avanzar de nuevo por calles vacías, sin llegar a encontrarse animales agresivos ni tranquilos. Simplemente exploraron nuevos caminos, con cautela y prestando atención. Cío seguía tratando de formarse un mapa mental con las intrincadas calles de Rocavarancolia, pero no era tarea fácil. Y todo fueron callejones y edificios hasta que llegaron a una plaza amplia. Aunque tenía un tamaño considerable, casi costaba abrirse paso entre la infinidad de estatuas blanquecinas que la cubrían de forma caótica. «Si pretendían imitar una batalla campal el caos está bien, pero como monumento deja bastante que desear». A pesar de lo poco útil que resultaba, era cierto que las estatuas tenían un gran nivel de detalle, independientemente de lo erosionadas que estaban por el paso del tiempo.
Se dedicó a vagar entre los cuerpos de piedra, viendo la variedad de seres que representaban, la variedad de armas que empuñaban, sin cortarse en toquetear cualquier cosa que le llamase la atención. Quizá representaban gente de más mundos o quizá seres de fantasía, todo era posible. Sus expresiones estaban muy conseguidas y la batalla que representaban parecía haber sido fiera.
—Claro que sí, busca la plaquita conmemorativa —le respondió a Shaco con una sonrisa burlona. Había apoyado los brazos en la cabeza de una criatura de corta estatura que, de haber estado viva, habría muerto instantes después atravesada por una lanza enemiga.
Lograron avanzar de nuevo por calles vacías, sin llegar a encontrarse animales agresivos ni tranquilos. Simplemente exploraron nuevos caminos, con cautela y prestando atención. Cío seguía tratando de formarse un mapa mental con las intrincadas calles de Rocavarancolia, pero no era tarea fácil. Y todo fueron callejones y edificios hasta que llegaron a una plaza amplia. Aunque tenía un tamaño considerable, casi costaba abrirse paso entre la infinidad de estatuas blanquecinas que la cubrían de forma caótica. «Si pretendían imitar una batalla campal el caos está bien, pero como monumento deja bastante que desear». A pesar de lo poco útil que resultaba, era cierto que las estatuas tenían un gran nivel de detalle, independientemente de lo erosionadas que estaban por el paso del tiempo.
Se dedicó a vagar entre los cuerpos de piedra, viendo la variedad de seres que representaban, la variedad de armas que empuñaban, sin cortarse en toquetear cualquier cosa que le llamase la atención. Quizá representaban gente de más mundos o quizá seres de fantasía, todo era posible. Sus expresiones estaban muy conseguidas y la batalla que representaban parecía haber sido fiera.
—Claro que sí, busca la plaquita conmemorativa —le respondió a Shaco con una sonrisa burlona. Había apoyado los brazos en la cabeza de una criatura de corta estatura que, de haber estado viva, habría muerto instantes después atravesada por una lanza enemiga.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Plaza del Estandarte
12/09/13, 04:30 pm
Archime había recogido de las cestas una vez más los bollos irrenses por si la salida se alargaba demasiado. Dejó que la manipulación del puente levadizo recayera sobre alguno de los que sabía capaces de llevarla a cabo adecuadamente, ya que era mucho más lógico que su bajada y subida estuviese al cargo de alguno de los que iban a permanecer en el torreón, y salió junto al resto del grupo para quedarse rezagado como de costumbre al poco de comenzar la marcha. Su retraso no solo se debía a su lentitud de desplazamiento, sino también que los alrededores eran escudriñados lo más minuciosamente posible por sus analíticos ojos, atentos a cualquier novedad o eventualidad.
La dirección que estaban tomando pasaba cerca de la plaza donde se encontraba la fuente del agua mágica pero habían seguido un camino diferente. La visión de las estatuas a lo lejos, junto con el espacio que se abría ante ellos libre de edificios, conllevó el suficiente interés como para que el grupo se acercase. El biomecánico hizo un amago de comenzar a apretar el paso, casi a la carrera, para alcanzar a sus compañeros pero se detuvo en cuanto notó el primer síntoma de ahogo. Jadeando ligeramente, alcanzó al resto a tiempo para escuchar el comentario de Shaco y la respuesta sarcástica de Cío.
En cuanto pudo examinar las estatuas más de cerca, quienes no se libraron del acoso de la cámara de sus gafas especiales. El humano tenía, para variar, razón y aquellas esculturas parecían representar una encarnizada batalla como las que narraban novelas o videojuegos de ficción en Irraria. Las criaturas allí representadas eran de toda clase y muy diversas, aunque también reconoció algunas figuras similares a algunos de sus compañeros de cosecha, como un hombre con capa que tenía el brazo extendido señalando hacia un corpulento ser con grandes cuernos en la cabeza. Se preguntó si todos ellos provenían de otros mundos o algunos representaban habitantes de Rocavarancolia ya que no parecían tratarse de bestias sin inteligencia debido a que empuñaban armas. La información irrense ya no era fiable, por lo que aunque no hubiese constancia en los archivos de que los rocavarancoleses tuviesen aspectos tan dispares, tampoco había constancia ninguna del atraso tecnológico con el que contaba la ciudad. Las estatuas, además, representaban un interés extra para el ingeniero porque pertenecían a una forma de arte que en Irraria tan solo se podía apreciar en museos de restos antiguos, ya que en la actualidad los únicos vestigios de ella se realizaban de forma digital como modelados en tres dimensiones.
—Tal vez esta obra escultural a gran escala conmemore la guerra que presumiblemente provocó la decadencia en la que se halla sumida Rocavarancolia, tratándose de un acontecimiento de relevancia tal no sería descabellado pensar que se haya llevado a cabo una inversión de este calibre —aportó al enfoque de sus compañeros mientras no quitaba ojo a las esculturas cercanas.
La dirección que estaban tomando pasaba cerca de la plaza donde se encontraba la fuente del agua mágica pero habían seguido un camino diferente. La visión de las estatuas a lo lejos, junto con el espacio que se abría ante ellos libre de edificios, conllevó el suficiente interés como para que el grupo se acercase. El biomecánico hizo un amago de comenzar a apretar el paso, casi a la carrera, para alcanzar a sus compañeros pero se detuvo en cuanto notó el primer síntoma de ahogo. Jadeando ligeramente, alcanzó al resto a tiempo para escuchar el comentario de Shaco y la respuesta sarcástica de Cío.
En cuanto pudo examinar las estatuas más de cerca, quienes no se libraron del acoso de la cámara de sus gafas especiales. El humano tenía, para variar, razón y aquellas esculturas parecían representar una encarnizada batalla como las que narraban novelas o videojuegos de ficción en Irraria. Las criaturas allí representadas eran de toda clase y muy diversas, aunque también reconoció algunas figuras similares a algunos de sus compañeros de cosecha, como un hombre con capa que tenía el brazo extendido señalando hacia un corpulento ser con grandes cuernos en la cabeza. Se preguntó si todos ellos provenían de otros mundos o algunos representaban habitantes de Rocavarancolia ya que no parecían tratarse de bestias sin inteligencia debido a que empuñaban armas. La información irrense ya no era fiable, por lo que aunque no hubiese constancia en los archivos de que los rocavarancoleses tuviesen aspectos tan dispares, tampoco había constancia ninguna del atraso tecnológico con el que contaba la ciudad. Las estatuas, además, representaban un interés extra para el ingeniero porque pertenecían a una forma de arte que en Irraria tan solo se podía apreciar en museos de restos antiguos, ya que en la actualidad los únicos vestigios de ella se realizaban de forma digital como modelados en tres dimensiones.
—Tal vez esta obra escultural a gran escala conmemore la guerra que presumiblemente provocó la decadencia en la que se halla sumida Rocavarancolia, tratándose de un acontecimiento de relevancia tal no sería descabellado pensar que se haya llevado a cabo una inversión de este calibre —aportó al enfoque de sus compañeros mientras no quitaba ojo a las esculturas cercanas.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Plaza del Estandarte
13/09/13, 12:05 am
La ordesa avanzó como siempre avanzaba, incluso con una postura más exagerada si cabía. Con toda la atención puesta en sus oídos, encorvada y caminando de puntillas, hubo varias ocasiones en las que casi se cae delante de todos. Tras cada uno de sus tropiezos, Lara recompuso la pose sin atisbo alguno de sentirse avergonzada y siguió avanzando. El nerviosismo que llevaba encima podía medirse por la cantidad de veces que balanceaba la cola por minuto. Hasta que dio con la mejor plaza de todas las que había visto en Rocavarancolia y en toda su vida y tanto la cola como las orejas frenaron en seco.
-Wow...-fue todo lo que fue capaz de decir antes de perderse entre las estatuas.
Algunas medían como dos veces su propio cuerpo y Lara podía pasar sin mucho problema entre las piernas de las esculturas. Fue debajo de la panza de caballo (yegua, visto lo que vería desde ahí) de un ser mitad equino mitad mono cuando cayó en la calidad de detalle de las esculturas. No solo es que los pelos estuvieran esculpidos uno por uno, es que desde ahí, Lara sabía a ciencia cierta que la vagina de ese ser había vivido tiempos mejores. <<Y visto de todo>>.
Mientras avanzaba entre la multitud estatuada, Lara prestó atención a las conversaciones. Encontró la que supo que sería su estatua preferida, una especie de bestia con alas, y trepó sobre ella. Fue mientras observaba el milimétrico detalle de cada uno de los filamentos de las plumas cuando una chispa de intuición le estalló en la cabeza.
-Oíd... Esto no son estatuas normales-expuso-. No pueden serlo. O una de dos: o son obras de un afín escultórico o es gente viva, o muerta, cubierta de una película pedregosa. Tal vez se hayan topado con un basilisco o tal vez fueron castigados por no buscar alternativas pacíficas al conflicto que los hiciera pelear como parece que hacían. O tal vez...-descartó la idea de que fuese una maldición de la propia plaza, por el miedo que le generó-. Nada, nada. Pero enserio, es que fijaos...-pasó las manos por el plumaje de la bestia-. es que es TAN real que no puede no ser lo que digo. Aquí hay un trabajo de magia muy serio y... ¡Esperad! ¿Y si hay alguna manera de desempedrarles? Podríamos poner todos las manos en una misma estatua y creer con fuerza. O podríamos colocarle todas las protecciones que llevo unos segundos o incluso podría probar a bautizarlos con el agua mágica que llevo en la cantimplora. Por el Azar... ¿Os imagináis si funcionara? ¡Sería apoteósico!-Lara dio un salto sobre el lomo del animal y casi se resbaló, por lo que decidió seguir aportando ideas disparatadas a ras del suelo.
>>¿Y si el basilisco es uno de los jefes de esta zona y (...)-Lara continuó su verborrea.
-Wow...-fue todo lo que fue capaz de decir antes de perderse entre las estatuas.
Algunas medían como dos veces su propio cuerpo y Lara podía pasar sin mucho problema entre las piernas de las esculturas. Fue debajo de la panza de caballo (yegua, visto lo que vería desde ahí) de un ser mitad equino mitad mono cuando cayó en la calidad de detalle de las esculturas. No solo es que los pelos estuvieran esculpidos uno por uno, es que desde ahí, Lara sabía a ciencia cierta que la vagina de ese ser había vivido tiempos mejores. <<Y visto de todo>>.
Mientras avanzaba entre la multitud estatuada, Lara prestó atención a las conversaciones. Encontró la que supo que sería su estatua preferida, una especie de bestia con alas, y trepó sobre ella. Fue mientras observaba el milimétrico detalle de cada uno de los filamentos de las plumas cuando una chispa de intuición le estalló en la cabeza.
-Oíd... Esto no son estatuas normales-expuso-. No pueden serlo. O una de dos: o son obras de un afín escultórico o es gente viva, o muerta, cubierta de una película pedregosa. Tal vez se hayan topado con un basilisco o tal vez fueron castigados por no buscar alternativas pacíficas al conflicto que los hiciera pelear como parece que hacían. O tal vez...-descartó la idea de que fuese una maldición de la propia plaza, por el miedo que le generó-. Nada, nada. Pero enserio, es que fijaos...-pasó las manos por el plumaje de la bestia-. es que es TAN real que no puede no ser lo que digo. Aquí hay un trabajo de magia muy serio y... ¡Esperad! ¿Y si hay alguna manera de desempedrarles? Podríamos poner todos las manos en una misma estatua y creer con fuerza. O podríamos colocarle todas las protecciones que llevo unos segundos o incluso podría probar a bautizarlos con el agua mágica que llevo en la cantimplora. Por el Azar... ¿Os imagináis si funcionara? ¡Sería apoteósico!-Lara dio un salto sobre el lomo del animal y casi se resbaló, por lo que decidió seguir aportando ideas disparatadas a ras del suelo.
>>¿Y si el basilisco es uno de los jefes de esta zona y (...)-Lara continuó su verborrea.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Plaza del Estandarte
13/09/13, 02:39 am
A Taro no le hizo demasiada gracia constatar que estaban tomando un rumbo peligrosamente cercano al de la plaza de la fuente (o la plaza del titán, como más vívidamente la recordaba él). No obstante al final acabaron tomando un desvío, algo que le tranquilizó bastante en su fuero interno.
Su línea de pensamiento al ver a los inquilinos de dicha plaza fue curiosamente opuesta a la que siguieron la mayoría de sus compañeros. "Hostias, los han petrificado", pensó asustado, para luego pensarlo mejor. "No... serán estatuas. Puede que los de aquí solo sean unos hachas modelando."
Sí, debía ser, porque ¿para qué iba nadie a petrificar a tanta gente? Si realmente el embrujo les había pillado pegándose tenía sentido, pero aún así... Taro no se consideraba un genio táctico precisamente, pero ¿para qué convertir en piedra a los dos bandos?
Aunque la conjetura de Archi parecía muy probable, y de hecho era más tranquilizadora, las palabras de Lara le devolvieron a la mente el primer pensamiento que había tenido al entrar y Taro despegó los labios por fin para responderle.
-Pues... puede ser- dijo dubitativo-. El hechizo existe y eso, pero es de categoría B... B-algo- resopló. No prestaba demasiada atención en clase y la estricta legislativa carabesa le sonaba de oídas-. Vaya, que no se puede hacer por la calle. Pero igual aquí ni es ilegal petrificar a todo el que pasa- se encogió de hombros.
Esperó a que la verborrea de Lara amainara un poco antes de cortarle el entusiasmo, aunque le diese un poco de pena.
-Para eso hace falta saberse un ensalmo de esos de restauración, y no creo que sea el caso de nadie, ¿no?- ninguno de sus compañeros en aquel tiempo había demostrado aptitudes mágicas y Taro ya estaba convencido a aquellas alturas de que había caído en el grupo de los inútiles, donde correspondía, mientras que los "elegidos" con más probabilidades de ganar circulaban por otro lado de la ciudad. Con todo, no le importaba. Eran un grupo de don nadie majos, que por lo general vivían y dejaban vivir. Taro sabía de gente en los puestos más bajos de las clasificaciones que no se tomaba sus circunstancias con esa misma calma.
Un leve rumor se elevó entre los graníticos inquilinos de la plaza y las escasas personas de carne y hueso que acababan de llegar. Secuencias rítmicas de notas, armonías cambiantes: el conjunto de fenómenos que a lo largo de aquel mundo y de mil más se conocía como música.
Retumbando de forma queda pero perfectamente audible, no tenía nada de especial. No era hipnótica, no se reconocía letra ni patrones conocidos en aquella partitura invisible. Solamente que era de una belleza indescriptible.
Alguien con un oído fino, o que simplemente escuchase el tiempo suficiente, habría podido localizar el origen del sonido en algún punto aún más al sur..
Su línea de pensamiento al ver a los inquilinos de dicha plaza fue curiosamente opuesta a la que siguieron la mayoría de sus compañeros. "Hostias, los han petrificado", pensó asustado, para luego pensarlo mejor. "No... serán estatuas. Puede que los de aquí solo sean unos hachas modelando."
Sí, debía ser, porque ¿para qué iba nadie a petrificar a tanta gente? Si realmente el embrujo les había pillado pegándose tenía sentido, pero aún así... Taro no se consideraba un genio táctico precisamente, pero ¿para qué convertir en piedra a los dos bandos?
Aunque la conjetura de Archi parecía muy probable, y de hecho era más tranquilizadora, las palabras de Lara le devolvieron a la mente el primer pensamiento que había tenido al entrar y Taro despegó los labios por fin para responderle.
-Pues... puede ser- dijo dubitativo-. El hechizo existe y eso, pero es de categoría B... B-algo- resopló. No prestaba demasiada atención en clase y la estricta legislativa carabesa le sonaba de oídas-. Vaya, que no se puede hacer por la calle. Pero igual aquí ni es ilegal petrificar a todo el que pasa- se encogió de hombros.
Esperó a que la verborrea de Lara amainara un poco antes de cortarle el entusiasmo, aunque le diese un poco de pena.
-Para eso hace falta saberse un ensalmo de esos de restauración, y no creo que sea el caso de nadie, ¿no?- ninguno de sus compañeros en aquel tiempo había demostrado aptitudes mágicas y Taro ya estaba convencido a aquellas alturas de que había caído en el grupo de los inútiles, donde correspondía, mientras que los "elegidos" con más probabilidades de ganar circulaban por otro lado de la ciudad. Con todo, no le importaba. Eran un grupo de don nadie majos, que por lo general vivían y dejaban vivir. Taro sabía de gente en los puestos más bajos de las clasificaciones que no se tomaba sus circunstancias con esa misma calma.
-
Un leve rumor se elevó entre los graníticos inquilinos de la plaza y las escasas personas de carne y hueso que acababan de llegar. Secuencias rítmicas de notas, armonías cambiantes: el conjunto de fenómenos que a lo largo de aquel mundo y de mil más se conocía como música.
Retumbando de forma queda pero perfectamente audible, no tenía nada de especial. No era hipnótica, no se reconocía letra ni patrones conocidos en aquella partitura invisible. Solamente que era de una belleza indescriptible.
Alguien con un oído fino, o que simplemente escuchase el tiempo suficiente, habría podido localizar el origen del sonido en algún punto aún más al sur..
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
Re: Plaza del Estandarte
13/09/13, 01:38 pm
Para ser una salida de exploración, Xalkoth se movía con poco ánimo. Estaba contento, pero eso era todo, no daba saltitos, ni molestaba al de al lado como haría otras veces, debido en parte por la monotonía de los últimos días, y también porque empezaba a estar molesto por el asunto de la magia que parecía ser el tema de conversación del resto.
Cuando las estatuas aparecieron ante él por primera vez el clinger no cupo en su asombro, y ni que decir tiene que rápidamente salió a tocar la más cercana. Fue entonces cuando comprendió que las estatuas eran muy realistas. Demasiado. Se puso alerta de inmediato.
“Y si... y si esto es obra de alguna criatura? ¿Y si sigue por aquí?”
No sabía si esto había sucedido hace una eternidad o hacía apenas unos segundos, pero en estos casos siempre era más sensato ponerse en lo peor. “Mejor irse”
No llegó a sugerirlo. Mientras él había estado preocupándose por la seguridad, ¿qué había hecho el resto? Una trepar para soltar estupideces mágicas, y lo peor, que el resto (y por el resto se refería a Taro, pero como nadie replicaba incluyó a los demás también) le daba la razón. Y ahí estaban, soltando una buena sarta de teorías idiotas. Apretó los puños. Ya había tenido suficiente.
-¿Vosotros sois idiotas o solo fingís serlo? ¡Claro que son demasiado realistas como para ser esculpidas! ¿Y eso que significa? Que alguien o algo los dejó así. Pero claro, no vamos a pensar que ese algo podría seguir cerca y que es un peligro, no. En su lugar trepemos a las estatuas y lancemos deseos idiotas con la falsa creencia de que así se desempiedren. ¡Venga!-
Había estado ignorando a propósito todas las tonterías mágicas de las que hablaban durante esos días, con la esperanza de que fuera algo pasajero, pero ahora veía que no iba a ser así, sus compañeros habían decidido ser idiotas hasta el final.
-No solo es una estupidez, sino que, en el imposible caso de que se pudiera hacer, ¿De verdad creéis que me apetece ver una de esas cosas...- Señaló a la estatua más amenazadora que vio -¿Viva y en condiciones de matarnos?-
Señaló a Lara -Tú. ¿No tenías cinco hijos? Se supone que los marsupiales cuidan las madres de todos los que tienen. Pero vas y los dejas a diario. ¿Imagino que es por una razón buena y responsable? Pues no. Solo por divertirte fuera. Menuda madre- Ese último comentario había sido muy descarado por su parte, ya que los clingers de su nación, incluyéndose a él mismo jamás cuidarían de sus propios hijos, pero no le importaba. Solo estaba furioso, y lo estaba demostrando.
-Y tú- Señaló esta vez a Taro -Deja de alimentar estas tonterías con más cuentos de magia. La magia no sirvió para no perderse en los callejones, ni para conseguir las cestas, ni para cocinar, ni para protegernos del ataque, ¡NI PARA NADA!-
Iba a decir más cosas pero fue entonces cuando lo escuchó. Un sonido que ya llevaba ahí un rato, y del que algunos ya se habían percatado, como el naranjito. “¿Música? ¿En un sitio como este? ¿Quién la toca? Es bonita”
Estaba a punto de dirigirse al lugar del que venía, pero se detuvo. “¿Y si es una trampa? Un cebo para atraer presas. ¿Y si la está haciendo lo que sea que ha dejado así a estos?” Echó un vistazo a las estatuas.
“No espera. Estos estaban peleando, aquí no ha tenido nada que ver la música. ¿Entonces es inofensiva? ¿O es una amenaza distinta?”
El clinger estaba indeciso, y se debatía entre la curiosidad y la sensatez. Así estuvo unos segundos hasta que finalmente la curiosidad se impuso.
-Voy... voy a ver de donde viene esa música. No es lo mas sensato... pero necesito saber qué la hace. Vosotros esperadme. O no me esperéis- El cabreo que tenía volvió en el último momento.
-¿Sabéis? Haced lo que os de la gana, pero no esperéis mi ayuda. Yo tampoco espero la vuestra a estas alturas-
Sin esperar respuesta, que sería sin duda alguna réplica o bronca, el clinger trepó el edificio más cercano. Desde allí avanzó por las azoteas hacia el origen del sonido.
Sigue en el Barrio Quemado.
Cuando las estatuas aparecieron ante él por primera vez el clinger no cupo en su asombro, y ni que decir tiene que rápidamente salió a tocar la más cercana. Fue entonces cuando comprendió que las estatuas eran muy realistas. Demasiado. Se puso alerta de inmediato.
“Y si... y si esto es obra de alguna criatura? ¿Y si sigue por aquí?”
No sabía si esto había sucedido hace una eternidad o hacía apenas unos segundos, pero en estos casos siempre era más sensato ponerse en lo peor. “Mejor irse”
No llegó a sugerirlo. Mientras él había estado preocupándose por la seguridad, ¿qué había hecho el resto? Una trepar para soltar estupideces mágicas, y lo peor, que el resto (y por el resto se refería a Taro, pero como nadie replicaba incluyó a los demás también) le daba la razón. Y ahí estaban, soltando una buena sarta de teorías idiotas. Apretó los puños. Ya había tenido suficiente.
-¿Vosotros sois idiotas o solo fingís serlo? ¡Claro que son demasiado realistas como para ser esculpidas! ¿Y eso que significa? Que alguien o algo los dejó así. Pero claro, no vamos a pensar que ese algo podría seguir cerca y que es un peligro, no. En su lugar trepemos a las estatuas y lancemos deseos idiotas con la falsa creencia de que así se desempiedren. ¡Venga!-
Había estado ignorando a propósito todas las tonterías mágicas de las que hablaban durante esos días, con la esperanza de que fuera algo pasajero, pero ahora veía que no iba a ser así, sus compañeros habían decidido ser idiotas hasta el final.
-No solo es una estupidez, sino que, en el imposible caso de que se pudiera hacer, ¿De verdad creéis que me apetece ver una de esas cosas...- Señaló a la estatua más amenazadora que vio -¿Viva y en condiciones de matarnos?-
Señaló a Lara -Tú. ¿No tenías cinco hijos? Se supone que los marsupiales cuidan las madres de todos los que tienen. Pero vas y los dejas a diario. ¿Imagino que es por una razón buena y responsable? Pues no. Solo por divertirte fuera. Menuda madre- Ese último comentario había sido muy descarado por su parte, ya que los clingers de su nación, incluyéndose a él mismo jamás cuidarían de sus propios hijos, pero no le importaba. Solo estaba furioso, y lo estaba demostrando.
-Y tú- Señaló esta vez a Taro -Deja de alimentar estas tonterías con más cuentos de magia. La magia no sirvió para no perderse en los callejones, ni para conseguir las cestas, ni para cocinar, ni para protegernos del ataque, ¡NI PARA NADA!-
Iba a decir más cosas pero fue entonces cuando lo escuchó. Un sonido que ya llevaba ahí un rato, y del que algunos ya se habían percatado, como el naranjito. “¿Música? ¿En un sitio como este? ¿Quién la toca? Es bonita”
Estaba a punto de dirigirse al lugar del que venía, pero se detuvo. “¿Y si es una trampa? Un cebo para atraer presas. ¿Y si la está haciendo lo que sea que ha dejado así a estos?” Echó un vistazo a las estatuas.
“No espera. Estos estaban peleando, aquí no ha tenido nada que ver la música. ¿Entonces es inofensiva? ¿O es una amenaza distinta?”
El clinger estaba indeciso, y se debatía entre la curiosidad y la sensatez. Así estuvo unos segundos hasta que finalmente la curiosidad se impuso.
-Voy... voy a ver de donde viene esa música. No es lo mas sensato... pero necesito saber qué la hace. Vosotros esperadme. O no me esperéis- El cabreo que tenía volvió en el último momento.
-¿Sabéis? Haced lo que os de la gana, pero no esperéis mi ayuda. Yo tampoco espero la vuestra a estas alturas-
Sin esperar respuesta, que sería sin duda alguna réplica o bronca, el clinger trepó el edificio más cercano. Desde allí avanzó por las azoteas hacia el origen del sonido.
Sigue en el Barrio Quemado.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Plaza del Estandarte
13/09/13, 02:22 pm
Nero tardó en decidir que opinaba sobre las estatuas de la plaza. Dejó que los demás hablansen, mientras se paseaba entre los combatientes de piedra, tocando sus rostros de pasada. Se detuvo a admirar los detalles de una armadura, no muy lejos de donde Archi opinaba. Negó levemente con la cabeza. ¿Y por qué tantas, y por qué tan buenas? Quizás la magia hiciera sencillo esculpir, pero aquellas parecían hechas a escala, y no había dos iguales. Eran perfectas, pero estaban colocadas igual de caótico que una pelea real. A su altura, sin podios, ni placas. No era algo conmemorativo.
No descartó tan rápido la chachara de la ordesa, aunque sí la idea de revivirlos con Fé. “Esta chica ha bebido demasiado verde”. Taro solo se lo confirmó, con lo que se dio por satisfecho.
- Estas estatuas no están precisamente limpias, no se si te has percatado.- le respondió al insecto, que andaba de pataletas. Por un lado, había demostrado cierta sensatez e inteligencia, pero al mismo tiempo era completamente infantil.- quien fuera que las hiciese no tiene por qué estar necesariamente en frente.
“Para no creer en la magia, te asusta mucho la posibilidad de que te vaya a pasar lo mismo”. La mención a Lara le arrancó una sonrisa interna, aunque pareció completamente indiferente al desarrollo del discurso. Lara no pasaba de ser un animal parlante, a ojos de Nero. Uno con delirios extraños, y que a veces decía cosas interesantes, pero un animal. Peludo, bajito, y probablemente inferior. Era disculpable que fuese irresponsable o no muy racional. Dado el cariño que parecía tener por sus crías, probablemente aquella referencia le daría una buena dosis de culpabilidad. Encontraba divertido sin poder evitarlo que fuera Xalkoth, que caía aun más bajo en su escala y al que solo le concedía el hecho de ser útil, el que diese lecciones morales a la ordesa.
La música le llegó a los oídos, interrumpiendo la conversación. Era una pieza bonita, difícil de definir, pero realmente agradable. No le importaba escucharla allí mismo, hasta el final del concierto. . La música y el arte no le causaban gran interés. Apreciaba la belleza, la disfrutaba si se la ponían delante, y ahí acababa todo. No le movía el alma, como sus tutores afirmaban que hacía, y por eso no le importaba su ausencia. De avanzar todo el grupo, les seguiría; era, al fin y al cabo, una promesa de entretenimiento.
No descartó tan rápido la chachara de la ordesa, aunque sí la idea de revivirlos con Fé. “Esta chica ha bebido demasiado verde”. Taro solo se lo confirmó, con lo que se dio por satisfecho.
- Estas estatuas no están precisamente limpias, no se si te has percatado.- le respondió al insecto, que andaba de pataletas. Por un lado, había demostrado cierta sensatez e inteligencia, pero al mismo tiempo era completamente infantil.- quien fuera que las hiciese no tiene por qué estar necesariamente en frente.
“Para no creer en la magia, te asusta mucho la posibilidad de que te vaya a pasar lo mismo”. La mención a Lara le arrancó una sonrisa interna, aunque pareció completamente indiferente al desarrollo del discurso. Lara no pasaba de ser un animal parlante, a ojos de Nero. Uno con delirios extraños, y que a veces decía cosas interesantes, pero un animal. Peludo, bajito, y probablemente inferior. Era disculpable que fuese irresponsable o no muy racional. Dado el cariño que parecía tener por sus crías, probablemente aquella referencia le daría una buena dosis de culpabilidad. Encontraba divertido sin poder evitarlo que fuera Xalkoth, que caía aun más bajo en su escala y al que solo le concedía el hecho de ser útil, el que diese lecciones morales a la ordesa.
La música le llegó a los oídos, interrumpiendo la conversación. Era una pieza bonita, difícil de definir, pero realmente agradable. No le importaba escucharla allí mismo, hasta el final del concierto. . La música y el arte no le causaban gran interés. Apreciaba la belleza, la disfrutaba si se la ponían delante, y ahí acababa todo. No le movía el alma, como sus tutores afirmaban que hacía, y por eso no le importaba su ausencia. De avanzar todo el grupo, les seguiría; era, al fin y al cabo, una promesa de entretenimiento.
-
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Plaza del Estandarte
13/09/13, 04:21 pm
Lara frunció el ceño ante las palabras del insecto y se envaró. La manera tan gratuita en que le estaba echando todo en cara le dolió y acabó súbitamente con toda la ilusión que había acumulado por la respuesta de Taro. Se puso de puntillas para dar un poco más de talla y habló en un tono de voz lo suficientemente alto y cortante como para que llegara a los oídos de viejo sordo de Xalkoth.
-¡No pienso tener en cuenta ningún tipo de crítica sobre mi conducta maternal emitida por la langostuza que se lanzó a abrazar a los mediopájaros dentro de su propio nido! Hasta mis hijos saben que no puede salir nada bueno de ahí-cualquier buen observador habría notado que Lara dejó de hablar no porque hubiera dicho todo lo que tenía que decir, sino porque su voz había perdido poco a poco la firmeza y estaba arrancando a llorar.
La seguridad de sus hijos no era un tema fácil para ella y prefería evitar considerarlo desde esa perspectiva tan negativa, tanto por sí misma como por ellos. Había dado el paso de venir, o al menos eso creía, por darles a sus hijos un futuro que en su propia tierra no se habría ni atrevido a soñar. Gloria, magia y poderes más allá de la suerte no eran cualquier cosa. Pero por muy infantil que fuera, Lara no se había olvidado de los niños en ningún momento. Había que salir del torreón, eso estaba claro, más aún con la poca voluntad que había entre los elegidos de su grupo; pero si Xalkoth pensaba que iba a sacar a sus hijos a la virulé por el mismo camino que había transitado antes un gigante de cinco metros, los serpelinos o los mediopájaros, es que no tenía dos dedos de frente. <<¿Solo por divertirme? Estoy fuera por ellos, ¡410 de mierda!>>. Y con las fuerzas renovadas por su propio cauce de ideas, se secó las lágrimas y se puso alerta a tiempo para escuchar una melodía.
Fue la primera en oírlo, probablemente, pero no fue la primera en hacer referencia a ella. La música era tan bonita que la reconfortaba, dopando de alguna manera su reciente subida de ánimos. Sin embargo, cuando escuchó de nuevo a Xalkoth, todavía tenía resquicios suficientes del cabreo anterior como para resoplar y añadir con falsa calma:
-El día que este necesite mi ayuda se la pienso dar, pero en dosis del tamaño de las mazas del torreón y vía rectal. Y luego le cantaré una nana que dice: "duérmete, que los cabronazos dormidos no dan tanta guerra", que vea lo que es de verdad una mala madre-y echó a andar en la misma dirección.
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-¡No pienso tener en cuenta ningún tipo de crítica sobre mi conducta maternal emitida por la langostuza que se lanzó a abrazar a los mediopájaros dentro de su propio nido! Hasta mis hijos saben que no puede salir nada bueno de ahí-cualquier buen observador habría notado que Lara dejó de hablar no porque hubiera dicho todo lo que tenía que decir, sino porque su voz había perdido poco a poco la firmeza y estaba arrancando a llorar.
La seguridad de sus hijos no era un tema fácil para ella y prefería evitar considerarlo desde esa perspectiva tan negativa, tanto por sí misma como por ellos. Había dado el paso de venir, o al menos eso creía, por darles a sus hijos un futuro que en su propia tierra no se habría ni atrevido a soñar. Gloria, magia y poderes más allá de la suerte no eran cualquier cosa. Pero por muy infantil que fuera, Lara no se había olvidado de los niños en ningún momento. Había que salir del torreón, eso estaba claro, más aún con la poca voluntad que había entre los elegidos de su grupo; pero si Xalkoth pensaba que iba a sacar a sus hijos a la virulé por el mismo camino que había transitado antes un gigante de cinco metros, los serpelinos o los mediopájaros, es que no tenía dos dedos de frente. <<¿Solo por divertirme? Estoy fuera por ellos, ¡410 de mierda!>>. Y con las fuerzas renovadas por su propio cauce de ideas, se secó las lágrimas y se puso alerta a tiempo para escuchar una melodía.
Fue la primera en oírlo, probablemente, pero no fue la primera en hacer referencia a ella. La música era tan bonita que la reconfortaba, dopando de alguna manera su reciente subida de ánimos. Sin embargo, cuando escuchó de nuevo a Xalkoth, todavía tenía resquicios suficientes del cabreo anterior como para resoplar y añadir con falsa calma:
-El día que este necesite mi ayuda se la pienso dar, pero en dosis del tamaño de las mazas del torreón y vía rectal. Y luego le cantaré una nana que dice: "duérmete, que los cabronazos dormidos no dan tanta guerra", que vea lo que es de verdad una mala madre-y echó a andar en la misma dirección.
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No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
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