Plaza del Estandarte

intento dejar la caja en el suelo por que solo estorba pero algo me obliga a guardarla ante todo, me sigo colando entre las estatuas, pero entonces la criatura escupe algo que esquivo por los pelos << será mejor no tocar eso >> me digo a mi mismo sacándome la cazadora y guardando la lanza partida de piedra en el cinturón del pantalón << la cazadora me cubrirá de los fluido >> y me subo a la estatua mas alta que veo preparando mi ataque

la iguana escupe y yo me pongo la cazadora delante de la mitad superior del cuerpo (no se lo que hace la saliva del bicho pero se que me voy a quedar sin cazadora) saco la lanza y cuando me va a intentar morder le coloco la lanza partida de piedra entre la mandíbulas. Ruedo sobre mi mismo y caigo al suelo, pero caigo mal y la pierna derecha me comienza a doler mucho, agarro la caja y comienzo a intentar correr cojeando mientras la iguana se intenta sacar la lanza de la boca
- Freejey ayúdame, no se cuanto aguantar eso es demasiado fuerte – digo con un dolor creciente en la pierna
(al final la chorrada me a salido cara)

La pelea los ha acercado a la casa en la que estaba escondido, así que cuando veo que Leon tiene problemas hecho a correr como un loco hacia él.

La cosa fea está ocupada intentando sacarse la lanza de la boca, lo que nos dará un tiempo precioso, llego a junto Leon y me paso su brazo izquierdo sobre el hombro.

Leon mide casi 30cm mas que yo, pero empezamos a alejarnos a una buena velocidad.

Llegamos como pudimos a la casa derruida donde me había ocultado antes, y empezamos a trepar y conseguimos llegar al tejado de la casa del al lado.

La cosa fea intenta saltar hasta nosotros y no lo consigue con poco. Consigo arrastrar a Leon de forma que no resulte fácil que le alcance con las babas.

Los colmillos y las garras del bicho están lejos de nosotros, ahora solo tenemos que preocuparnos de los escupitajos... y de que el tejado no se caiga.

mi miro el brazo izquierdo, lo tengo rajado y entumecido
- hay que ir rápidamente a curarme esto digo algo alarmado - ni mi curiosa personalidad bajo presión podía aguantar el dolor de brazo sumado al de la pierna



(sigue en la Plaza de los colaespinas)

Caminamos con cuidado de tejado en tejado, por suerte no nos encontramos con ningún tejado demasiado débil ni ningún salto que no consigamos cruzar, y nos acercamos poco a poco a la plaza de las colaespinas.

Hemos dejado atrás al bicho feo, pero algo me dice que nos sigue desde abajo, no parece que se valla a dar por vencida.

(Continúa en la Plaza de los Colaespinas)

Cain se para en seco en medio de una plaza llena de estatuas... Definitivamente se había perdido. Se sienta en el lomo de un jaguar de dos cabezas y revisa el mapa. Una parte se había emborronado y había tenido que adivinar la calle... O más bien coger la calle que Estigma le obligaba a coger <<Y al final nos hemos perdido, ya estarás contento...>> Cain suspiró. La plaza era algo impresionante, resultaba increíble que alguien hubiese podido recrear una batalla semejante de fomra tan realista. Paseó un rato por las estatuas, admirado, y se puso a pensar si ir o no ir a Letargo. <<Podría ir a preguntar por Jack... y tengo que devolverle el boli...>> Intentó darse un chocazo contra la pierna de un gigante solo por pensar una excusa tan tatética <<Soy idiota...>> Vio un anillo a lo lejos. Vale, iría en esa dirección...

(sigue en la casa gamides)

Llego corriendo a la plaza, me paro en seco y contemplo las estatuas con una sonrisa. El sitio es bonito, muy bonito. Me acerco a luna estatua y la contemplo asombrada.¡Parece tan real! Voy caminando por la plaza, fijandome en cada una de las estatuas, en todos sus detalles, en lo realistas que son. Desde luego, ha sido buena idea venir. Me siento a los pies de la estatua de un gigante y espero a que Dirke llegue. Espero que no tarde mucho.

Llego hasta la plaza y me paro en mitad, apoyándome en las rodillas para coger aire. Al alzar la cabeza mis ojos casi se salen de sus órbitas, pues la plaza está llena de varias estatuas casi reales que parecen estar peleando entre ellas, y por un momento había pensado que estaban vivas. Me acerco a una con forma de centauro y paso mi mano por el lomo con expresión de asombro, pues parecía que el escultor se había esmerado mucho. Casi puedo sentir el pelaje del ser que estoy acariciando.

-Es... es...-no encuentro adjetivos para expresarme con claridad en rocavarancolés-... Bonito.

Me acerco a Kaila y me siento al lado, con el palo cogido con fuerza, por miedo a lo que pudiera pasar.

Dirke también se queda asombrado por las estatuas. Se sienta a mi lado.
-Sí, es bonito. Muy bonito-comento.
No sé que decir ni que hacer. Porque, a fin de cuentas, estamos en una plaza con estatuas que simulan librar una batalla. No hay mucho que hacer.
-Y...¿Qué tal vas con el idioma?-pregunto, aunque es una pregunta estúpida. Cada día mejora más y se nota.

Justo cuando voy a responder a Kaila, oigo un extraño ruido sobre nuestras cabezas. No me da tiempo ni a mirar arriba ni a coger el palo antes de sentir un fuerte dolor en el hombro. Suelto un fuerte grito al tiempo que me echo la mano al hombro y consigo observar la figura que se encuentra sobre nuestras cabezas, se parece a un ser humano, pero unos ojos negros que parecen clavarse en nosotros, y unas alas como de insecto. De una de sus garras gotea sangre, la misma de la que se está manchando mi mano en el hombro. Al verla, el gesto de mi cara se transforma en una mezcla de dolor, miedo y asco. Retrocedo rápidamente, alejándome de la estatua, y compruebo que Kaila hace lo mismo. Le dirijo una mirada de puro terror y digo algo que ni yo mismo sé, no soy capaz de vocalizar, aunque juraría que es algo relacionado con el palo que había traído como arma y que ahora descansa bajo la estatua donde está ese bicharraco.

Kaila se acerca y alza una mano, en la que lleva enganchados un puñado talismanes, y pronuncia el hechizo de parálisis señalando al bicho. La observo expectante, soltando algún gruñido de vez en cuando, por el dolor de la herida.