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- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivaciónPersonajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Noche de chicos
09/06/23, 07:13 pm
Recuerdo del primer mensaje :
-Ethan, ¿lo has hablado ya con ellos?
Aquella noche el cielo brillaba con especial intensidad. Una luna resplandeciente dibujaba una media sonrisa adornada con multitud de constelaciones a su alrededor. Los hermanos descansaban en la terraza de una pequeña casita rural, disfrutando de las vistas desde la comodidad de sus hamacas. Jasper estaba tumbado, con una pierna tirada en uno de los laterales y ambos brazos descansando tras su nuca. Ethan por el contrario retraído en un pequeño espacio de su asiento, escondido tras sus propias piernas. Ambas apoyadas en su pecho.
-Nah, que va. No se aún siquiera si es buena idea.
Y ahí seguía, dando las mismas vueltas al mismo tema. Jasper le dedicó un resoplido liberando una de sus manos para echarse el pelo hacia atrás.
-¿En serio sigues con eso? ¡Si la última vez estabas ilusionado de cojones!
-Ya, pero… Es que no les va a gustar y es verdad que tampoco sé si lo conseguiré quiero decir es… No sé. Da un poco de miedo, ¿y si no es la opción correcta?
Otro suspiro. El joven llevaba así toda la semana, debatiéndose entre dudas que ya deberían de estar resueltas.
-¿Qué quieres hacer tú? Al margen de lo que puedan decir esos viejos amargados.
-Pues… Supongo que me gustaría intentarlo. Sé que estudiar medicina está bien pero, no sé. -Ethan ya no sabía ni a dónde mirar. Entrar a la universidad cada vez le parecía más lejano y no precisamente por sus notas, si no por sus ganas. Desde hacía tiempo se había estado planteando la opción de intentar meterse a bombero. El problema era la incertidumbre que le daba aquel cambio tan radical.
-Bueno, pues entonces ya está.
-¿Ya está? ¿El qué? - Ethan levantó la voz, agobiado ante respuestas tan insulsas. No como una incriminación a su hermano, si no como una queja al aire.
- Ay la leche, te comes demasiado la cabeza. Escúchame, mira, que soy un viejo pellejo y ya me he llevado palos por todos lados. No hay decisiones buenas o malas, porque la vida es una perra y te puede joder escojas la que escojas. - Termino la frase con una media sonrisa, encogiendose de hombros como si estuviera orgulloso de sus propias palabras.
-Pues vaya, gracias. Ya me siento mucho mejor. -Le respondió siendo notoriamente irónico.
-No he terminado, shu! Lo que quiero decir es que, como no podemos ser adivinos, no sirve de nada darle tantas vueltas al asunto. -A medida que hablaba gesticulaba con una de sus manos, como si aquella charla se la estuviera dedicando a las estrellas. -Olvídate de lo que pueda ocurrir en un futuro y quédate con lo que de verdad sientas que quieres hacer ahora mismo. Que además, sabes que te voy a apoyar sea cual sea tu decisión.
Ethan estaba lejos de quedarse tranquilo, pero parte de esas palabras lograron calar en él. Dejando que aquella actitud más relajada se le contagiara y procediera a recostarse sobre su asiento. Imitando de forma más retraída la postura de Jasper.
-Supongo que tienes razón. Algo. Un poquito.
-¿Un poquito solo? -Le respondió sonriendo, con notable burla en su voz.
-Un poquito solo. -A su pesar, hicieron contacto visual, viéndose cegado por la felicidad de su hermano mayor. Entre piqué y piqué el espacio no tardó en llenarse de risas compartidas. -Te odio. -Sentenció con una amplía sonrisa invadiendo su rostro.
-Yo también te quiero, estúpido. Y recuerda, toma siempre las decisiones que quieras, que ya tendrás tiempo de arrepentirte más tarde.
La escena se desdibujó en un paraje mucho menos bonito. Uno sin estrellas, ni el consuelo de un familiar cercano. Ethan tachaba por quinta vez uno de los folios que tenía sobre el escritorio. Arrodillado en el suelo para estar medianamente cómodo mientras escribía.
-No si ya, tengo para rato. Esto es una absoluta mierda. No he tomado peores decisiones porque no me han dejado, que sí no... - Farfulló para sí mismo, mientras se rascaba la mejilla con la parte trasera del lápiz.
Su hospedaje en el cuarto no había sido precisamente tranquilo. Al llegar decidió quedarse con la cama más alejada de la puerta, donde había una ventana. Dejó doblada su camisa térmica y el calcetín compresor que escondía bajo su pantalón sobre la misma, pero lejos de irse a dormir pensó que podría aprovechar el tiempo en redactar alguna norma de convivencia.
Si Connor había soportado el repiqueteo constante del lápiz contra el papel, y la luz irregular que generaba la antorcha colocada sobre el escritorio, aún le quedaban los murmullos constantes que el asiático profería en bajo. Mezclando sus quejas con suspiros resignados ya que nada de lo que escribía lograba convencerle. Un ejercicio que en un inicio consistía en un mero entretenimiento se le había terminado volviendo frustrante. Imaginando la multitud de conflictos que podrían formarse por el mero hecho de proponerlas.
-De verdad, ¿cómo puede ser todo esto tan complicado?
Nada. No le salía nada. Cansado de sus nulos intentos y con un folio en el que apenas quedaba hueco entre tanto grafito decidió rendirse. Para suerte del pelirrosa, los siguientes minutos pasaron en relativo silencio interrumpido solo por el suave ruido de las hojas al doblarse.
-Hmm perdón eh, no quiero molestar… Bueno, creo que ya lo estoy haciendo qué tontería…
-Esto último lo comento en un tono más bajo, hablando de nuevo para sí. -Es que vi el símbolo de tu chupa, el dragón que tienes en tu espalda… y eh…
Se estaba rifando una hostia o dos y seguramente merecidas. Dudoso, se acercó al lateral de la cama del canadiense, manteniendo una distancia prudencial y sin separarse del suelo donde seguía sentado. Para acercarle una mano donde podía enseñar lo que le tenía preparado. Ofreciendo que lo cogiera si lo quería.
-Es una tontería. Tengo la mania de regalarlos pero vamos, puedes tirarlo si no te gusta.
En su palma descansaba la figurita pequeña de un dragón blanco con manchitas negras. El pobre no podía sostenerse pues ambas alas se encontraban desplegadas, simulando que estaba apunto de echarse a volar aún careciendo de vida.
-Ethan, ¿lo has hablado ya con ellos?
Aquella noche el cielo brillaba con especial intensidad. Una luna resplandeciente dibujaba una media sonrisa adornada con multitud de constelaciones a su alrededor. Los hermanos descansaban en la terraza de una pequeña casita rural, disfrutando de las vistas desde la comodidad de sus hamacas. Jasper estaba tumbado, con una pierna tirada en uno de los laterales y ambos brazos descansando tras su nuca. Ethan por el contrario retraído en un pequeño espacio de su asiento, escondido tras sus propias piernas. Ambas apoyadas en su pecho.
-Nah, que va. No se aún siquiera si es buena idea.
Y ahí seguía, dando las mismas vueltas al mismo tema. Jasper le dedicó un resoplido liberando una de sus manos para echarse el pelo hacia atrás.
-¿En serio sigues con eso? ¡Si la última vez estabas ilusionado de cojones!
-Ya, pero… Es que no les va a gustar y es verdad que tampoco sé si lo conseguiré quiero decir es… No sé. Da un poco de miedo, ¿y si no es la opción correcta?
Otro suspiro. El joven llevaba así toda la semana, debatiéndose entre dudas que ya deberían de estar resueltas.
-¿Qué quieres hacer tú? Al margen de lo que puedan decir esos viejos amargados.
-Pues… Supongo que me gustaría intentarlo. Sé que estudiar medicina está bien pero, no sé. -Ethan ya no sabía ni a dónde mirar. Entrar a la universidad cada vez le parecía más lejano y no precisamente por sus notas, si no por sus ganas. Desde hacía tiempo se había estado planteando la opción de intentar meterse a bombero. El problema era la incertidumbre que le daba aquel cambio tan radical.
-Bueno, pues entonces ya está.
-¿Ya está? ¿El qué? - Ethan levantó la voz, agobiado ante respuestas tan insulsas. No como una incriminación a su hermano, si no como una queja al aire.
- Ay la leche, te comes demasiado la cabeza. Escúchame, mira, que soy un viejo pellejo y ya me he llevado palos por todos lados. No hay decisiones buenas o malas, porque la vida es una perra y te puede joder escojas la que escojas. - Termino la frase con una media sonrisa, encogiendose de hombros como si estuviera orgulloso de sus propias palabras.
-Pues vaya, gracias. Ya me siento mucho mejor. -Le respondió siendo notoriamente irónico.
-No he terminado, shu! Lo que quiero decir es que, como no podemos ser adivinos, no sirve de nada darle tantas vueltas al asunto. -A medida que hablaba gesticulaba con una de sus manos, como si aquella charla se la estuviera dedicando a las estrellas. -Olvídate de lo que pueda ocurrir en un futuro y quédate con lo que de verdad sientas que quieres hacer ahora mismo. Que además, sabes que te voy a apoyar sea cual sea tu decisión.
Ethan estaba lejos de quedarse tranquilo, pero parte de esas palabras lograron calar en él. Dejando que aquella actitud más relajada se le contagiara y procediera a recostarse sobre su asiento. Imitando de forma más retraída la postura de Jasper.
-Supongo que tienes razón. Algo. Un poquito.
-¿Un poquito solo? -Le respondió sonriendo, con notable burla en su voz.
-Un poquito solo. -A su pesar, hicieron contacto visual, viéndose cegado por la felicidad de su hermano mayor. Entre piqué y piqué el espacio no tardó en llenarse de risas compartidas. -Te odio. -Sentenció con una amplía sonrisa invadiendo su rostro.
-Yo también te quiero, estúpido. Y recuerda, toma siempre las decisiones que quieras, que ya tendrás tiempo de arrepentirte más tarde.
La escena se desdibujó en un paraje mucho menos bonito. Uno sin estrellas, ni el consuelo de un familiar cercano. Ethan tachaba por quinta vez uno de los folios que tenía sobre el escritorio. Arrodillado en el suelo para estar medianamente cómodo mientras escribía.
-No si ya, tengo para rato. Esto es una absoluta mierda. No he tomado peores decisiones porque no me han dejado, que sí no... - Farfulló para sí mismo, mientras se rascaba la mejilla con la parte trasera del lápiz.
Su hospedaje en el cuarto no había sido precisamente tranquilo. Al llegar decidió quedarse con la cama más alejada de la puerta, donde había una ventana. Dejó doblada su camisa térmica y el calcetín compresor que escondía bajo su pantalón sobre la misma, pero lejos de irse a dormir pensó que podría aprovechar el tiempo en redactar alguna norma de convivencia.
Si Connor había soportado el repiqueteo constante del lápiz contra el papel, y la luz irregular que generaba la antorcha colocada sobre el escritorio, aún le quedaban los murmullos constantes que el asiático profería en bajo. Mezclando sus quejas con suspiros resignados ya que nada de lo que escribía lograba convencerle. Un ejercicio que en un inicio consistía en un mero entretenimiento se le había terminado volviendo frustrante. Imaginando la multitud de conflictos que podrían formarse por el mero hecho de proponerlas.
-De verdad, ¿cómo puede ser todo esto tan complicado?
Nada. No le salía nada. Cansado de sus nulos intentos y con un folio en el que apenas quedaba hueco entre tanto grafito decidió rendirse. Para suerte del pelirrosa, los siguientes minutos pasaron en relativo silencio interrumpido solo por el suave ruido de las hojas al doblarse.
-Hmm perdón eh, no quiero molestar… Bueno, creo que ya lo estoy haciendo qué tontería…
-Esto último lo comento en un tono más bajo, hablando de nuevo para sí. -Es que vi el símbolo de tu chupa, el dragón que tienes en tu espalda… y eh…
Se estaba rifando una hostia o dos y seguramente merecidas. Dudoso, se acercó al lateral de la cama del canadiense, manteniendo una distancia prudencial y sin separarse del suelo donde seguía sentado. Para acercarle una mano donde podía enseñar lo que le tenía preparado. Ofreciendo que lo cogiera si lo quería.
-Es una tontería. Tengo la mania de regalarlos pero vamos, puedes tirarlo si no te gusta.
En su palma descansaba la figurita pequeña de un dragón blanco con manchitas negras. El pobre no podía sostenerse pues ambas alas se encontraban desplegadas, simulando que estaba apunto de echarse a volar aún careciendo de vida.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Re: Noche de chicos
14/06/23, 05:19 pm
-Gracias- respondió asintiendo ligeramente a la oferta de Ethan y se sentó en la cama de al lado de donde estaban él y Connor, de tal forma que pudiera ver a los dos mientras hablaban. Antes de ello se fijó en la ventana que tenía al lado, pero fuera no se veía absolutamente nada. Siendo otro mundo no tenía por qué tener una luna (aunque justo les habían dicho que tenían que aguantar hasta que saliera), pero al oscurecer no se esperó que tampoco se vieran las estrellas. Era cuanto menos preocupante y algo triste.
El halago por la figurita de papel hizo tanto efecto en el chico que incluso se ofreció a hacerle una también. Algo sorprendido, el neoyorquino sonrió contento y aceptó: -¡Vaya, no esperaba un regalo de bienvenida, pero con mucho gusto me encantaría si te apetece!- Lo pensó rápido y añadió: -Las rapaces me gustan bastante. No se si sabes hacer un águila o un búho, aunque tampoco se si me estoy pasando con algo difícil- El gesto era bonito, pero tampoco quería abusar de la buena fe del medio japonés.
Zanjando eso, le pusieron al corriente de lo que habían estado hablando. -Ya veo...- comentó de brazos cruzados tras la explicación de Ethan, mirando con una sonrisilla al dragón que tenía el motero en las manos. Justo este le preguntó por ideas, aunque el neoyorquino no es que tuviera nada en mente. -Pues no se me ocurre mucho, todavía estamos conociéndonos al fin y al cabo. Aunque espero que no se llegue a ese punto- respondió, lo último ligeramente preocupado. A Rick le quedaba claro que el grupo era muy diverso y ya desde la fuente e incluso antes se podía ver que podían chocar en ciertas cosas, pero la conversación que habían tenido horas antes le daba esperanzas de que podían llegar a convivir. -Creo que esperaría unos días a que estemos más asentados antes de proponer nada, por si acaso- dio su opinión, pero añadió: -¿Teníais algo en mente ya?- Tenía curiosidad por saber que habían pensado.
El halago por la figurita de papel hizo tanto efecto en el chico que incluso se ofreció a hacerle una también. Algo sorprendido, el neoyorquino sonrió contento y aceptó: -¡Vaya, no esperaba un regalo de bienvenida, pero con mucho gusto me encantaría si te apetece!- Lo pensó rápido y añadió: -Las rapaces me gustan bastante. No se si sabes hacer un águila o un búho, aunque tampoco se si me estoy pasando con algo difícil- El gesto era bonito, pero tampoco quería abusar de la buena fe del medio japonés.
Zanjando eso, le pusieron al corriente de lo que habían estado hablando. -Ya veo...- comentó de brazos cruzados tras la explicación de Ethan, mirando con una sonrisilla al dragón que tenía el motero en las manos. Justo este le preguntó por ideas, aunque el neoyorquino no es que tuviera nada en mente. -Pues no se me ocurre mucho, todavía estamos conociéndonos al fin y al cabo. Aunque espero que no se llegue a ese punto- respondió, lo último ligeramente preocupado. A Rick le quedaba claro que el grupo era muy diverso y ya desde la fuente e incluso antes se podía ver que podían chocar en ciertas cosas, pero la conversación que habían tenido horas antes le daba esperanzas de que podían llegar a convivir. -Creo que esperaría unos días a que estemos más asentados antes de proponer nada, por si acaso- dio su opinión, pero añadió: -¿Teníais algo en mente ya?- Tenía curiosidad por saber que habían pensado.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Noche de chicos
14/06/23, 07:33 pm
Nohlem tardó un buen rato en hacer otra cosa que no fuera pensar y mirar los anillos en su mano. Los hizo girar sobre sus dedos, fijándose en los pequeños detalles que los hacían suyos mientras la poca luz que se colaba dentro del cuarto se iba perdiendo.
¿Qué iba a pasar con ellos? ¿De verdad iban a estar encadenados a ese limbo durante un año entero? ¿Cómo iban a aguantar tanto, buscando su propio alimento en bañeras flotantes en una ciudad hecha ruinas? O peor, ¿cazándolo? Encima tenían niños a cargo. ¿Y si enfermaban? No tenían medicinas. Tan siquiera agua corriente. Y luego estaban sus padres. Ah, Santos, había estado evitando pensar en ello, ya tenía demasiado en el plato para añadirle un remordimiento más. ¿Habría ido su madre expresamente a buscarle al jardín? Ya podía imaginar a todos los sirvientes movilizados para encontrarle, a su padre saliendo confuso del taller preguntando qué pasaba. Primero una simple orden para mandarle frente a su madre y llevarse la riña del siglo. Luego la rabia de pensar que habría salido por la ciudad sin su permiso, rabia que poco a poco, según llegaba la noche, se iría deshaciendo en el miedo mortal de haber perdido a su hijo. Desaparecido sin dejar rastro…
Espera.
¿No era eso lo que había pasado con Kahlo?
El varmano se deshizo la corbata, pues de repente sentía que le apretaba de más. Pero no, no era eso, su ahogo venía de dentro. Se quitó el chaleco y lo dejó sobre su chaqueta a un lado, pero eso tampoco le deshizo de la presión.
Su hermana había desaparecido, sin más. Hoy habían entrado en su casa sin que nadie se diera cuenta, y una chica, fantasma, lo que fuese, una balera con rasgos extraños como los tipos de la plaza le había drogado y luego… ¿qué?
“¿Dónde estoy? ¿Dónde estás?”
Él no tenía hermanos, y de repente no solo tenía una melliza sino que recordaba todos sus años con ella, como si alguien hubiera metido esa información con una jeringuilla a presión en su cerebro. La última vez que había visto a su hermana… ¿Cuándo fue? Joder. En una fiesta. Estaba comprometida. Bueno, iba a estarlo, con Ovhirio, el mismo idiota que le había metido a él en las apuestas. Después de eso, nada. Hijo único. Aquel no había sido un evento para firmar un contrato, ni siquiera sus padres despilfarraban tanto por un simple acuerdo, había sido- no, habría sido mucho más que eso. Nohlem dejó descansar los codos sobre ambas rodillas, y a su vez el rostro entre las manos. Nada tenía sentido, o al menos le costaba dárselo. ¿Por qué la recordaba ahora? ¿Es que a Kahlo le había pasado lo mismo? ¿Acaso el fantasma sabía cuando tenían miedo y lo usaba para llevárselos? ¿Se aprovechaba de sus deseos de escapar para engañarles? Porque es lo que ella habría querido esa noche: desaparecer. Se la había encontrado en las escaleras, le había pedido tiempo para esconderse en su cuarto…
Si lo que pensaba era cierto su hermana estaba allí también. Pero, ¿de eso hacía ya cuánto? ¿Un año…?
“Ah.”
—Mierda.
Era hijo único, pero tenía una hermana. Tenía una hermana, pero volvía a estar solo. Y si ella había vuelto a casa, ahora le tocaba a él no existir.
“No llores más. No llores más. Habías conseguido parar, por favor…”
El sonido que estaba haciendo su zapato de tanto mover una pierna no solapó el sonido de una puerta abriéndose no muy lejos suya. A este le siguió un murmullo de voces. Y él no quería estar solo.
Tras unos largos segundos de duda en los que todo su cuerpo estuvo en tensión, Nohlem se levantó hecho un manojo de nervios y salió a paso lento de su habitación. La tenue luz de las antorchas le indicó el recorrido, el cual hizo con la misma delicadeza de un niño que, desvelado por una pesadilla, teme despertar bruscamente a sus padres. Además, era tarde, seguro más de uno estaba ya dormido.
Sin embargo Nohlem no entró. Se quedó ahí, en silencio, a escasos metros de la puerta oyendo las voces de quienes estaban dentro en un intento de ponerles cara, que al no ser familiares todavía costaba asociar instantáneamente a sus dueños. Al reconocerlos como humanos otro pinchazo le hizo desabrocharse el botón más alto de la camisa, pero de nuevo eso no ayudó a quitar el nudo en su garganta. Claro. Estaban juntos. Ellos eran de la misma especie, era lógico que hicieran piña. Mientras, él era el único varmano. Se sentía tan fuera de lugar que pensó en desandar el camino, hacerse una bola en la cama mugrosa y acartonada donde se había sentado antes y aguantar, mas tan solo fue capaz de dar dos pasos atrás antes de quedarse quieto en el sitio, abrazado a sí mismo.
Porque es que no quería estar solo.
¿Qué iba a pasar con ellos? ¿De verdad iban a estar encadenados a ese limbo durante un año entero? ¿Cómo iban a aguantar tanto, buscando su propio alimento en bañeras flotantes en una ciudad hecha ruinas? O peor, ¿cazándolo? Encima tenían niños a cargo. ¿Y si enfermaban? No tenían medicinas. Tan siquiera agua corriente. Y luego estaban sus padres. Ah, Santos, había estado evitando pensar en ello, ya tenía demasiado en el plato para añadirle un remordimiento más. ¿Habría ido su madre expresamente a buscarle al jardín? Ya podía imaginar a todos los sirvientes movilizados para encontrarle, a su padre saliendo confuso del taller preguntando qué pasaba. Primero una simple orden para mandarle frente a su madre y llevarse la riña del siglo. Luego la rabia de pensar que habría salido por la ciudad sin su permiso, rabia que poco a poco, según llegaba la noche, se iría deshaciendo en el miedo mortal de haber perdido a su hijo. Desaparecido sin dejar rastro…
Espera.
¿No era eso lo que había pasado con Kahlo?
El varmano se deshizo la corbata, pues de repente sentía que le apretaba de más. Pero no, no era eso, su ahogo venía de dentro. Se quitó el chaleco y lo dejó sobre su chaqueta a un lado, pero eso tampoco le deshizo de la presión.
Su hermana había desaparecido, sin más. Hoy habían entrado en su casa sin que nadie se diera cuenta, y una chica, fantasma, lo que fuese, una balera con rasgos extraños como los tipos de la plaza le había drogado y luego… ¿qué?
“¿Dónde estoy? ¿Dónde estás?”
Él no tenía hermanos, y de repente no solo tenía una melliza sino que recordaba todos sus años con ella, como si alguien hubiera metido esa información con una jeringuilla a presión en su cerebro. La última vez que había visto a su hermana… ¿Cuándo fue? Joder. En una fiesta. Estaba comprometida. Bueno, iba a estarlo, con Ovhirio, el mismo idiota que le había metido a él en las apuestas. Después de eso, nada. Hijo único. Aquel no había sido un evento para firmar un contrato, ni siquiera sus padres despilfarraban tanto por un simple acuerdo, había sido- no, habría sido mucho más que eso. Nohlem dejó descansar los codos sobre ambas rodillas, y a su vez el rostro entre las manos. Nada tenía sentido, o al menos le costaba dárselo. ¿Por qué la recordaba ahora? ¿Es que a Kahlo le había pasado lo mismo? ¿Acaso el fantasma sabía cuando tenían miedo y lo usaba para llevárselos? ¿Se aprovechaba de sus deseos de escapar para engañarles? Porque es lo que ella habría querido esa noche: desaparecer. Se la había encontrado en las escaleras, le había pedido tiempo para esconderse en su cuarto…
Si lo que pensaba era cierto su hermana estaba allí también. Pero, ¿de eso hacía ya cuánto? ¿Un año…?
“Ah.”
—Mierda.
Era hijo único, pero tenía una hermana. Tenía una hermana, pero volvía a estar solo. Y si ella había vuelto a casa, ahora le tocaba a él no existir.
“No llores más. No llores más. Habías conseguido parar, por favor…”
El sonido que estaba haciendo su zapato de tanto mover una pierna no solapó el sonido de una puerta abriéndose no muy lejos suya. A este le siguió un murmullo de voces. Y él no quería estar solo.
Tras unos largos segundos de duda en los que todo su cuerpo estuvo en tensión, Nohlem se levantó hecho un manojo de nervios y salió a paso lento de su habitación. La tenue luz de las antorchas le indicó el recorrido, el cual hizo con la misma delicadeza de un niño que, desvelado por una pesadilla, teme despertar bruscamente a sus padres. Además, era tarde, seguro más de uno estaba ya dormido.
Sin embargo Nohlem no entró. Se quedó ahí, en silencio, a escasos metros de la puerta oyendo las voces de quienes estaban dentro en un intento de ponerles cara, que al no ser familiares todavía costaba asociar instantáneamente a sus dueños. Al reconocerlos como humanos otro pinchazo le hizo desabrocharse el botón más alto de la camisa, pero de nuevo eso no ayudó a quitar el nudo en su garganta. Claro. Estaban juntos. Ellos eran de la misma especie, era lógico que hicieran piña. Mientras, él era el único varmano. Se sentía tan fuera de lugar que pensó en desandar el camino, hacerse una bola en la cama mugrosa y acartonada donde se había sentado antes y aguantar, mas tan solo fue capaz de dar dos pasos atrás antes de quedarse quieto en el sitio, abrazado a sí mismo.
Porque es que no quería estar solo.
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación
Re: Noche de chicos
15/06/23, 12:21 am
Ninguno de sus compañeros era consciente de la chispa que estaba resurgiendo en el interior del asiatico. Aún era pequeña, apenas el inicio de lo que podría llegar a ser pero que se reanimara aquella fogata ya apagada era un buen indicio. Un año llevaba sin poder regalar una figurita a nadie, un año donde el único reclamo para hacerlas era decorar una tumba fría y solitaria. Era una situación extraña pero le alegraba encontrar cierto confort entre aquel malestar constante. Regalárselas a un muerto nunca tuvo más sentido que el consuelo propio, hacerlo con ellos tenía muchos matices diferentes. Le permitía revivir una tradición y una historia que al menos hoy no contaría.
-Pff nunca vi un búho bueno de origami y mira que lo que más me gusta hacer son pájaros pero… águilas si se. -Intento obviar lo Americana que había quedado aquella propuesta. Sin conocer la nacionalidad de Rick empezaba a hacerse una idea de cuál podía ser, controlar pistolas a su edad tampoco es que dejará muchas dudas al respecto. -En verdad no es taan difícil como parece, solo requiere cierta memoria y mucha paciencia. -Se quedó a medias en su explicación, cortado por sus propios nervios al no querer incomodar explayándose en un tema tan ridículo.
Se incorporó del suelo solo para dirigirse de vuelta al escritorio improvisado, pues necesitaba una superficie plana donde poder doblar correctamente el papel. Un ruido en el exterior le hizo dudar apenas un segundo, tensandose con la inercia de quien nunca había logrado llegar a relajarse por culpa de las circunstancias. Por suerte, tan pronto como el miedo vino se fue, al razonar que serían los del baño yéndose a descansar. Terminó su trayecto de rodillas, extendiendo los folios que había subido. Con un lápiz y ayudándose de otro papel a modo de regla empezó a trazar líneas que manchaba el blanco puro. A falta de guía era su mejor opción para ir recordando los pasos sin llegar a liarla. Le iba a costar un buen rato sacar algo de ahí.
-Bueno, mi plan es hacerlas para prevenir encontrarnos todos los problemas de cara... -Empezó a comentar con la vista centrada en el trabajo, levantando el lápiz como para afianzar su punto. -E irónicamente una de mis ideas era similar a la que ha comentado Connor. Quería hacer un consenso para prohibir cualquier tipo de violencia entre nosotros… Que se que parece una estupidez pero solo hoy ya hemos tenido dos golpes a falta de uno y por mucho que quiera justificar ambos no me agradan, menos cuando fueron hacía un niño.
Tuvo que parar de dibujar al no verse suficientemente concentrado para ello, se le notaba por el tono que ese tema le tenía ciertamente cabreado. Después del calor del momento y analizándolo en frío le daba igual las normas sociales que tuviera cada uno, pegar a un pequeño no tenía excusa. Bueno, en verdad a nadie pero el hecho de que encima la violencia se hubiera proyectado hacía una de las personas más vulnerables del grupo solo lo convertía en un peor acto.
-La otra era con el tema de armas, es verdad que a mi me pueden generar mayor inseguridad que a otros que bueno, simplemente estáis más acostumbrados pero me gustaría que se pudiera limitar en cierta manera su uso. Que nadie pueda pasear con una por la casa y que si se van a tomar sea o para salir o para usarlas en el patio. -Ante esto se encogió de hombros, se imaginaba que podría ser controversial. -Creo que si todos vamos con una solo se generaría un ambiente inseguro y agrandaría los posibles accidentes que.. -Un suspiro intercalo la frase al recordarlo. -Sin botiquines nos dejaría con un problema grave ante el mínimo corte.
-Pff nunca vi un búho bueno de origami y mira que lo que más me gusta hacer son pájaros pero… águilas si se. -Intento obviar lo Americana que había quedado aquella propuesta. Sin conocer la nacionalidad de Rick empezaba a hacerse una idea de cuál podía ser, controlar pistolas a su edad tampoco es que dejará muchas dudas al respecto. -En verdad no es taan difícil como parece, solo requiere cierta memoria y mucha paciencia. -Se quedó a medias en su explicación, cortado por sus propios nervios al no querer incomodar explayándose en un tema tan ridículo.
Se incorporó del suelo solo para dirigirse de vuelta al escritorio improvisado, pues necesitaba una superficie plana donde poder doblar correctamente el papel. Un ruido en el exterior le hizo dudar apenas un segundo, tensandose con la inercia de quien nunca había logrado llegar a relajarse por culpa de las circunstancias. Por suerte, tan pronto como el miedo vino se fue, al razonar que serían los del baño yéndose a descansar. Terminó su trayecto de rodillas, extendiendo los folios que había subido. Con un lápiz y ayudándose de otro papel a modo de regla empezó a trazar líneas que manchaba el blanco puro. A falta de guía era su mejor opción para ir recordando los pasos sin llegar a liarla. Le iba a costar un buen rato sacar algo de ahí.
-Bueno, mi plan es hacerlas para prevenir encontrarnos todos los problemas de cara... -Empezó a comentar con la vista centrada en el trabajo, levantando el lápiz como para afianzar su punto. -E irónicamente una de mis ideas era similar a la que ha comentado Connor. Quería hacer un consenso para prohibir cualquier tipo de violencia entre nosotros… Que se que parece una estupidez pero solo hoy ya hemos tenido dos golpes a falta de uno y por mucho que quiera justificar ambos no me agradan, menos cuando fueron hacía un niño.
Tuvo que parar de dibujar al no verse suficientemente concentrado para ello, se le notaba por el tono que ese tema le tenía ciertamente cabreado. Después del calor del momento y analizándolo en frío le daba igual las normas sociales que tuviera cada uno, pegar a un pequeño no tenía excusa. Bueno, en verdad a nadie pero el hecho de que encima la violencia se hubiera proyectado hacía una de las personas más vulnerables del grupo solo lo convertía en un peor acto.
-La otra era con el tema de armas, es verdad que a mi me pueden generar mayor inseguridad que a otros que bueno, simplemente estáis más acostumbrados pero me gustaría que se pudiera limitar en cierta manera su uso. Que nadie pueda pasear con una por la casa y que si se van a tomar sea o para salir o para usarlas en el patio. -Ante esto se encogió de hombros, se imaginaba que podría ser controversial. -Creo que si todos vamos con una solo se generaría un ambiente inseguro y agrandaría los posibles accidentes que.. -Un suspiro intercalo la frase al recordarlo. -Sin botiquines nos dejaría con un problema grave ante el mínimo corte.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Re: Noche de chicos
16/06/23, 07:09 pm
Connor escuchó la respuesta de Rick desde el asiento de su cama. Que prefiriera esperar unos días antes de proponer nada tenía sentido en cierto modo, en el caso de que acabaran llevándose mejor de lo que creían y ni siquiera hiciera falta... Pero Connor estaba seguro de que no sería así, teniendo en cuenta lo diferentes que eran unos de otros y los problemas que habían tenido entre ellos ya el primer día. Cuando el neoyorquino preguntó qué tenían en mente ellos el motero volvió a pensar en algunas ideas de las que quería hablar, mientras Ethan contestaba a la par que le hacía a Rick su correspondiente figurita de papel.
De primeras el motero no estaba de acuerdo con la primera norma que comentó Ethan. Connor no veía mal una gran y justificada colleja a un crío si con eso se le quitaba la tontería. Al fin y al cabo él mismo había sido criado de esa forma entre los miembros del club. Cuando solo era un niño se acostumbró a que esa fuera la forma que tenían los Wyverns de decirle que se había portado mal. Una buena colleja a tiempo seguida de un "No vuelvas a faltar el respeto". Por eso mismo su primera reacción fue levantar en volandas a Damian cuando se portó mal aquella misma tarde, un reflejo de cómo lo habían educado a él. Pero después no pudo evitar pensar en aquellos horribles años en el orfanato y en que
el se veía exactamente como uno de esos trabajadores. Aún así estaba dispuesto a seguir regañando de esa forma a Damian si era necesario, a pesar de que le pudiera traer malos recuerdos. Porque era eficaz y porque era por su puto bien. Pero quizás una colleja sí sería demasiado y no quería sentirse tan jodidamente miserable.- Está bien, joder...-Diría Connor asintiendo con la cabeza.- Nada de putas collejas.- Por otro lado no se le escapó lo profundamente cabreado que se le veía a Ethan con aquel asunto. Estaba claro que eran muy diferentes entre ellos...
Con el otro tema estuvo más que de acuerdo desde el principio, asintiendo con la cabeza para trasmitírselo tanto a Ethan como a Rick. Si aquel torreón era seguro no tenían por qué ir armados hasta los dientes dentro. Además, normalizar portar armas solo las acercaría peligrosamente a los críos.
-Yo tengo otra idea.- Comenzó Connor mirando a sus dos compañeros, con el ceño fruncido y volviendo a apoyar su espalda en la pared.- Puede que mañana encontremos comida, pero joder, a lo mejor no da para todos. Si ese es el caso... que los putos niños coman primero.- Dijo el motero completamente convencido de lo que decía, la mirada perdida en algún punto de la pared. Su mente perdida en su pasado. Él sabía lo que era sufrir el hambre a una edad tan temprana, y ni de coña pensaba dejar que Aniol o Damian pasaran por lo mismo. Lo hacía por ellos, si. Pero también tenia una connotación egoísta. Verlos sufrir de esa manera le acabaría trayendo recuerdos que prefería que estuvieran enterrados en un cofre bajo llave.
Puede que no todo el grupo estuviera de acuerdo con esa idea suya, pero le bastaba con cumplirla él mismo.
De primeras el motero no estaba de acuerdo con la primera norma que comentó Ethan. Connor no veía mal una gran y justificada colleja a un crío si con eso se le quitaba la tontería. Al fin y al cabo él mismo había sido criado de esa forma entre los miembros del club. Cuando solo era un niño se acostumbró a que esa fuera la forma que tenían los Wyverns de decirle que se había portado mal. Una buena colleja a tiempo seguida de un "No vuelvas a faltar el respeto". Por eso mismo su primera reacción fue levantar en volandas a Damian cuando se portó mal aquella misma tarde, un reflejo de cómo lo habían educado a él. Pero después no pudo evitar pensar en aquellos horribles años en el orfanato y en que
el se veía exactamente como uno de esos trabajadores. Aún así estaba dispuesto a seguir regañando de esa forma a Damian si era necesario, a pesar de que le pudiera traer malos recuerdos. Porque era eficaz y porque era por su puto bien. Pero quizás una colleja sí sería demasiado y no quería sentirse tan jodidamente miserable.- Está bien, joder...-Diría Connor asintiendo con la cabeza.- Nada de putas collejas.- Por otro lado no se le escapó lo profundamente cabreado que se le veía a Ethan con aquel asunto. Estaba claro que eran muy diferentes entre ellos...
Con el otro tema estuvo más que de acuerdo desde el principio, asintiendo con la cabeza para trasmitírselo tanto a Ethan como a Rick. Si aquel torreón era seguro no tenían por qué ir armados hasta los dientes dentro. Además, normalizar portar armas solo las acercaría peligrosamente a los críos.
-Yo tengo otra idea.- Comenzó Connor mirando a sus dos compañeros, con el ceño fruncido y volviendo a apoyar su espalda en la pared.- Puede que mañana encontremos comida, pero joder, a lo mejor no da para todos. Si ese es el caso... que los putos niños coman primero.- Dijo el motero completamente convencido de lo que decía, la mirada perdida en algún punto de la pared. Su mente perdida en su pasado. Él sabía lo que era sufrir el hambre a una edad tan temprana, y ni de coña pensaba dejar que Aniol o Damian pasaran por lo mismo. Lo hacía por ellos, si. Pero también tenia una connotación egoísta. Verlos sufrir de esa manera le acabaría trayendo recuerdos que prefería que estuvieran enterrados en un cofre bajo llave.
Puede que no todo el grupo estuviera de acuerdo con esa idea suya, pero le bastaba con cumplirla él mismo.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Re: Noche de chicos
24/06/23, 04:13 pm
Rick asintió a la explicación de Ethan sobre el origami: -Entiendo- No tenía motivos para dudar de lo que decía, aunque tampoco es que hubiera intentado hacer figuritas para confirmarlo. Desde luego, la habilidad del chico lo hacía parecer fácil.
Lo miró con curiosidad coger lápiz y papel para empezar a marcar los pliegues de la futura águila. El neoyorquino también escuchó algo fuera, aunque no le dio demasiada importancia. -(Con lo viejo que parece este sitio normal que las tablas crujan solas)- razonó antes de centrarse en la conversación. También podía ser perfectamente alguien que había ido a los servicios en realidad, pero para el caso era lo mismo.
Escuchó las propuestas de los dos de brazos cruzados, encontrando lógicas las tres. En cuanto a la primera, quería achacarlo más al encontronazo que había sido encontrarse todo el mundo sin saber bien dónde estaban que a que hubiera gente agresiva en el grupo (que podía ser, sin ir más lejos Connor parecía alguien con quien no parecía buena idea meterse). Por lo general, claro, porque el golpe que había recibido Ethan había sido aposta por lo que le habían contado Airi y Connor. No tenía claro que Damian fuera malo, pero desde luego le faltaba educación. Lo segundo lo veía igual, Kalna había cogido la espada creyendo que había algún peligro y Abel... más o menos parecido salvando las distancias de habilidad de cada uno.
-Estoy con vosotros. Quiero pensar que ambas vendrían solas en cuanto se calme un poco la situación, pero no estaría mal comentarlo- opinó soltando los brazos. -Lo que seguramente haya allí abajo no tiene pinta de parecerse a nada que haya manejado, pero tengo claro que con armas no se juega.- Del único que podía tener cierta preocupación de que no entendiera eso era Damian, pero Rick sabía que el resto se encargaría de avisarle.
Miró a Connor antes de contestar: -Y sobre eso... Es lo justo. Les hace más falta que a cualquier otro.- Demasiado tenían con tener que aguantar allí como para que no comieran, sobre todo teniendo en cuenta el grado obvio de desnutrición del chaval de los gritos. Le rugía la barriga solo con mencionar la comida, aunque el neoyorquino no podía hacer nada para remediarlo. Resopló y continuó diciendo: -No han dicho nada de la frecuencia, pero espero que mañana aparezcan también esas bañeras. Si no vamos a estar en problemas.- Que tuvieran que racionar lo que encontraran era un inconveniente menor y más llevable a sus ojos, pero para eso necesitaban tener asegurado un alimento que no sabían cuando aparecería.
Lo miró con curiosidad coger lápiz y papel para empezar a marcar los pliegues de la futura águila. El neoyorquino también escuchó algo fuera, aunque no le dio demasiada importancia. -(Con lo viejo que parece este sitio normal que las tablas crujan solas)- razonó antes de centrarse en la conversación. También podía ser perfectamente alguien que había ido a los servicios en realidad, pero para el caso era lo mismo.
Escuchó las propuestas de los dos de brazos cruzados, encontrando lógicas las tres. En cuanto a la primera, quería achacarlo más al encontronazo que había sido encontrarse todo el mundo sin saber bien dónde estaban que a que hubiera gente agresiva en el grupo (que podía ser, sin ir más lejos Connor parecía alguien con quien no parecía buena idea meterse). Por lo general, claro, porque el golpe que había recibido Ethan había sido aposta por lo que le habían contado Airi y Connor. No tenía claro que Damian fuera malo, pero desde luego le faltaba educación. Lo segundo lo veía igual, Kalna había cogido la espada creyendo que había algún peligro y Abel... más o menos parecido salvando las distancias de habilidad de cada uno.
-Estoy con vosotros. Quiero pensar que ambas vendrían solas en cuanto se calme un poco la situación, pero no estaría mal comentarlo- opinó soltando los brazos. -Lo que seguramente haya allí abajo no tiene pinta de parecerse a nada que haya manejado, pero tengo claro que con armas no se juega.- Del único que podía tener cierta preocupación de que no entendiera eso era Damian, pero Rick sabía que el resto se encargaría de avisarle.
Miró a Connor antes de contestar: -Y sobre eso... Es lo justo. Les hace más falta que a cualquier otro.- Demasiado tenían con tener que aguantar allí como para que no comieran, sobre todo teniendo en cuenta el grado obvio de desnutrición del chaval de los gritos. Le rugía la barriga solo con mencionar la comida, aunque el neoyorquino no podía hacer nada para remediarlo. Resopló y continuó diciendo: -No han dicho nada de la frecuencia, pero espero que mañana aparezcan también esas bañeras. Si no vamos a estar en problemas.- Que tuvieran que racionar lo que encontraran era un inconveniente menor y más llevable a sus ojos, pero para eso necesitaban tener asegurado un alimento que no sabían cuando aparecería.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Noche de chicos
25/06/23, 12:50 pm
Nohlem se quedó ahí plantado un rato más, rascando lo que oía de la conversación que estaban teniendo dentro. Al menos no parecía nada personal ni privado como para no poder meterse, pero en ese momento el varmano tenía más vergüenza que hambre (que ya es decir) y no podía evitar verse como un estorbo.
"Por todos los Santos Nohlem, qué te pasa", se recriminó, "pareces tonto."
Él no era precisamente tímido, más bien todo lo contrario; desde pequeño le habían tenido que corregir para que fuera más moderado, pero estaban pasando tantísimas cosas que era inevitable que se sintiera tan fuera de sí mismo. Y como si un secuestro interplanetario no fuera suficiente, verse rodeado de criaturas no tan educadas y en su mayoría blancos como baleras, tenía de sobra en lo que carcomerse gracias a su antigua-nueva hermana.
Tomó aire, empujó el pudor debajo del diafragma y, habiéndose limpiado la cara por quinta vez en diez minutos, caminó hacia la puerta con paso seguro para alertar de su presencia. Aparecer de la nada era una opción terrible en un sitio como ese, y él no iba a ser el causante de un susto a esas horas de la noche. Tocó la puerta un par de veces antes de que el silencio se volviera extraño, y antes de que empezara a arrepentirse de ello. Estaba entreabierta, así que solo tuvo que empujarla para asomarse dentro.
—¿Se puede?
Efectivamente eran todos humanos, cosa que no era difícil habiendo una mayoría tan descompensada. Nohlem hizo hueco ahí donde había metido su vergüenza para dejar también la tensión y, de paso, el respeto que seguía causándole Connor. Al recibir una positiva pasó dentro y cerró detrás de sí.
—Perdón. Soy incapaz de dormir —confesó con una media sonrisa que no camuflaba su incomodidad todo lo que le gustaría—. Y mi habitación es demasiado ominosa. ¿Interrumpo algo?
Obviamente aunque les había escuchado por lo bajini no se iba a delatar como cotilla. Tampoco es que pretendiera quedarse ahí a dormir, pero iría poco a poco dirección a la cama libre más cercana solo por sentarse en ella. Si veía que era bienvenido, claro...
"Por todos los Santos Nohlem, qué te pasa", se recriminó, "pareces tonto."
Él no era precisamente tímido, más bien todo lo contrario; desde pequeño le habían tenido que corregir para que fuera más moderado, pero estaban pasando tantísimas cosas que era inevitable que se sintiera tan fuera de sí mismo. Y como si un secuestro interplanetario no fuera suficiente, verse rodeado de criaturas no tan educadas y en su mayoría blancos como baleras, tenía de sobra en lo que carcomerse gracias a su antigua-nueva hermana.
Tomó aire, empujó el pudor debajo del diafragma y, habiéndose limpiado la cara por quinta vez en diez minutos, caminó hacia la puerta con paso seguro para alertar de su presencia. Aparecer de la nada era una opción terrible en un sitio como ese, y él no iba a ser el causante de un susto a esas horas de la noche. Tocó la puerta un par de veces antes de que el silencio se volviera extraño, y antes de que empezara a arrepentirse de ello. Estaba entreabierta, así que solo tuvo que empujarla para asomarse dentro.
—¿Se puede?
Efectivamente eran todos humanos, cosa que no era difícil habiendo una mayoría tan descompensada. Nohlem hizo hueco ahí donde había metido su vergüenza para dejar también la tensión y, de paso, el respeto que seguía causándole Connor. Al recibir una positiva pasó dentro y cerró detrás de sí.
—Perdón. Soy incapaz de dormir —confesó con una media sonrisa que no camuflaba su incomodidad todo lo que le gustaría—. Y mi habitación es demasiado ominosa. ¿Interrumpo algo?
Obviamente aunque les había escuchado por lo bajini no se iba a delatar como cotilla. Tampoco es que pretendiera quedarse ahí a dormir, pero iría poco a poco dirección a la cama libre más cercana solo por sentarse en ella. Si veía que era bienvenido, claro...
- ♪♫♬:
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivaciónPersonajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Re: Noche de chicos
30/06/23, 03:27 pm
La respuesta de Connor ante la primera norma le hizo dibujar una leve sonrisa conforme con ella. Era difícil no juzgar a un libro por su portada y el del pelirrosa era un tomo lleno de grietas maltrechas, pero aún así, llevaba demostrando desde un inicio que quizá la dureza de su cubierta no tenía porque ser similar al contenido que protegía en su interior. Al menos parecía ser una persona que entendiendo sus múltiples diferencias, no le importaba dialogar para encontrar puntos medios.
Esto se reafirmó cuando decidió aportar una nueva norma y la sorpresa inicial de Ethan se vio escondida tras una sonrisa sincera. Definitivamente eran muy contrarios, pero al menos compartían el mismo vínculo a la hora de querer proteger a los pequeños.
-Dioses, esperemos que mañana traigan más o la comida va a ser un verdadero dolor de cabeza. -Necesitaba ser positivo al menos en ese aspecto porque viendo el medievo en el que estaban sumidos dudaba que la comida se conservará bien a la intemperie… Aunque bueno, a saber. Quizá los alimentos eran tan mágicos como la bañera que los llevaba. La idea de la magia si que le generaba dolor de cabeza. -Y estoy de acuerdo, no me importa dejar a los pequeños comer los primeros.
Al volver a pensar en ese tema una cadena desengrasada y oxidada de su mente se empezó a mover de nuevo. El barco flotante, la figura monstruosa de aquella mujer, la magia extraña de la fuente, el que hubieran despertado en celdas, Akeyo engañandoles… Todas las circunstancias que les había llevado a ese preciso instante y que por mera supervivencia su mente trataba de mantener al margen seguían flotando en un malestar que aún notando lejano era constante. ¿Que podían tener ellos en común? ¿Habría alguna pauta en los secuestros o solo escogían a personas que en ese momento se encontraran en una situación vulnerable? Las preguntas eran demasiado apabullantes ante una incógnita que nadie de allí sabía responder.
-Oye vosotros cre - No llegó a visibilizar sus dudas, pues los pasos del pasillo ocupó la atención del cuarto y la llegada de un nuevo integrante fue la excusa perfecta que necesitaba su mente para distraerse de nuevo. -Claro pasa, y no te preocupes si estamos todos igual.
Otro alma perdida para la habitación. Le saludo cuando pasó a su lado y se le quedó mirando con la misma intriga que cuando entró Rick. El chico gato era otra persona con la que apenas había tenido contacto, pero a él le tenía que añadir la curiosidad ante sus rasgos felinos. La sonrisa alicaída de su rostro delataba que efectivamente nadie estaba pasando una buena noche y ante el momento de incertidumbre no supo muy bien cómo actuar. Por ello volvió a centrarse en su papel, apartando momentáneamente un águila que apenas había comenzado a doblar para tomar un folio nuevo. De este apena necesito una esquina y un minutito para sacar una pequeña forma aplastada, no era aún visible de qué animal se trataba, pero no importaba, esa era la gracia. Se acercó a la cama del recién llegado y se lo ofreció señalando lo que parecía ser un hociquito algo abierto.
-Ah eh, toma es un regalo de bienvenida por haber escogido nuestro increíble hospedaje -Bromeó soltando una ligera risa nerviosa, preocupado de que la ironía no hubiera entrado bien. -Tienes que soplar por aquí para ver que te ha tocado.
Si Nohlem decidiera hacer caso, conseguiría una especie de conejo rechoncho en forma de cuadrado, muy pequeño pero bastante adorable. Le había hecho uno no solo porque fuera más rápido y sencillo de hacer, si no por intentar distraerle de los malos pensamientos que pudiera tener. El que fuera interactivo tenía su gracia o al menos para el asiático era así.
>>Bueno en verdad, que tonto, no se si compartimos los mismos animales ah… En mi mundo esto son conejos, no se si… bueno… -Busco con la mirada a los otros dos humanos, tan perdido como estaba y con el conflicto de Colmillo tan reciente le causaba cierto temor meter la pata en esos asuntos. -En verdad no se de donde viene nadie… Podríamos empezar por ahí, ¿verdad? Aunque nosotros compartimos procedencia la verdad es que creo que somos de diferentes lugares. -Comentó señalando al resto, en parte porque era verdad y en otra parte por intentar hacer sentir a Nohlem más incluido.
-Yo, por ejemplo, vengo de Londres una ciudad dentro de Gran Bretaña, que es como una isla enorme que tenemos junto a uno de nuestros continentes. Ellos creo que justo son del otro lado del océano, de otro país.
La aclaración iba para el extranjero, pero la propuesta de poderse ir conociendo mejor era para todos. Aunque se imaginaba por el uso de armas de fuego que eran estadounidenses era preferible y más agradable hablar de sus orígenes a tener que centrarse en el panorama tan angustioso que suponía el presente.
Esto se reafirmó cuando decidió aportar una nueva norma y la sorpresa inicial de Ethan se vio escondida tras una sonrisa sincera. Definitivamente eran muy contrarios, pero al menos compartían el mismo vínculo a la hora de querer proteger a los pequeños.
-Dioses, esperemos que mañana traigan más o la comida va a ser un verdadero dolor de cabeza. -Necesitaba ser positivo al menos en ese aspecto porque viendo el medievo en el que estaban sumidos dudaba que la comida se conservará bien a la intemperie… Aunque bueno, a saber. Quizá los alimentos eran tan mágicos como la bañera que los llevaba. La idea de la magia si que le generaba dolor de cabeza. -Y estoy de acuerdo, no me importa dejar a los pequeños comer los primeros.
Al volver a pensar en ese tema una cadena desengrasada y oxidada de su mente se empezó a mover de nuevo. El barco flotante, la figura monstruosa de aquella mujer, la magia extraña de la fuente, el que hubieran despertado en celdas, Akeyo engañandoles… Todas las circunstancias que les había llevado a ese preciso instante y que por mera supervivencia su mente trataba de mantener al margen seguían flotando en un malestar que aún notando lejano era constante. ¿Que podían tener ellos en común? ¿Habría alguna pauta en los secuestros o solo escogían a personas que en ese momento se encontraran en una situación vulnerable? Las preguntas eran demasiado apabullantes ante una incógnita que nadie de allí sabía responder.
-Oye vosotros cre - No llegó a visibilizar sus dudas, pues los pasos del pasillo ocupó la atención del cuarto y la llegada de un nuevo integrante fue la excusa perfecta que necesitaba su mente para distraerse de nuevo. -Claro pasa, y no te preocupes si estamos todos igual.
Otro alma perdida para la habitación. Le saludo cuando pasó a su lado y se le quedó mirando con la misma intriga que cuando entró Rick. El chico gato era otra persona con la que apenas había tenido contacto, pero a él le tenía que añadir la curiosidad ante sus rasgos felinos. La sonrisa alicaída de su rostro delataba que efectivamente nadie estaba pasando una buena noche y ante el momento de incertidumbre no supo muy bien cómo actuar. Por ello volvió a centrarse en su papel, apartando momentáneamente un águila que apenas había comenzado a doblar para tomar un folio nuevo. De este apena necesito una esquina y un minutito para sacar una pequeña forma aplastada, no era aún visible de qué animal se trataba, pero no importaba, esa era la gracia. Se acercó a la cama del recién llegado y se lo ofreció señalando lo que parecía ser un hociquito algo abierto.
-Ah eh, toma es un regalo de bienvenida por haber escogido nuestro increíble hospedaje -Bromeó soltando una ligera risa nerviosa, preocupado de que la ironía no hubiera entrado bien. -Tienes que soplar por aquí para ver que te ha tocado.
Si Nohlem decidiera hacer caso, conseguiría una especie de conejo rechoncho en forma de cuadrado, muy pequeño pero bastante adorable. Le había hecho uno no solo porque fuera más rápido y sencillo de hacer, si no por intentar distraerle de los malos pensamientos que pudiera tener. El que fuera interactivo tenía su gracia o al menos para el asiático era así.
>>Bueno en verdad, que tonto, no se si compartimos los mismos animales ah… En mi mundo esto son conejos, no se si… bueno… -Busco con la mirada a los otros dos humanos, tan perdido como estaba y con el conflicto de Colmillo tan reciente le causaba cierto temor meter la pata en esos asuntos. -En verdad no se de donde viene nadie… Podríamos empezar por ahí, ¿verdad? Aunque nosotros compartimos procedencia la verdad es que creo que somos de diferentes lugares. -Comentó señalando al resto, en parte porque era verdad y en otra parte por intentar hacer sentir a Nohlem más incluido.
-Yo, por ejemplo, vengo de Londres una ciudad dentro de Gran Bretaña, que es como una isla enorme que tenemos junto a uno de nuestros continentes. Ellos creo que justo son del otro lado del océano, de otro país.
La aclaración iba para el extranjero, pero la propuesta de poderse ir conociendo mejor era para todos. Aunque se imaginaba por el uso de armas de fuego que eran estadounidenses era preferible y más agradable hablar de sus orígenes a tener que centrarse en el panorama tan angustioso que suponía el presente.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Noche de chicos
01/07/23, 01:01 pm
Rick esperaba que los conflictos que había tenido el grupo no se repetirían más adelante, pero Connor no estaba muy seguro de ello. Acababan de conocerse y ya había quedado más que claro lo diferentes que eran unos de otros, así que contaba con más choques en el futuro. Rick le parecía una persona razonable y lógica por lo poco que sabía de él, pero como con todos los extraños que no formaban parte del club no se fiaba del todo de él ni de nadie. A pesar de ello se sentía algo cómodo en su compañía al igual que le ocurría con Ethan.
Se alegró de que los tres estuvieran de acuerdo en que los niños debían comer primero y no se le escapó la sonrisa sincera del británico. Puede que no fuera la mejor estrategia a la hora de sobrevivir como grupo, pero al motero no podía importarle menos poner en riesgo su propia seguridad. Y parecía que a Rick y a Ethan tampoco. Aún era incapaz de creerse que aquellos cabrones de la ciudad hubieran metido a un par de putos críos en sus macabros juegos, y ya de paso a todos ellos. Todo aquel día había sido un completo desmadre acompañado de un gran número de preguntas sin respuesta, pero estar ahí sentado con otros dos chicos de la Tierra le hacía sentirse más cerca de casa al menos...
-Si, joder...Más nos vale encontrar la puñetera comida mañana o estaremos jodidos.- Secundó Connor los comentarios de sus compañeros. Aquello era un problema que esperaba por el bien de todos que se solucionara al día siguiente. Ethan fue a hablar pero unos golpes en la puerta lo interrumpieron, centrando todos la atención en el origen del ruido. No supo reconocer del todo la voz, pero pronto apareció su dueño tratándose de Nohlem. Connor no tenía muy claro qué pensar de él pero su vestimenta le recordaba a "puto pijo de mierda". Puede que estuviera equivocado por supuesto, pero el motero no podía evitar que a la desconfianza inicial que sentía por cualquiera se sumara aquel prejuicio. A ojos del motero la frase de Nohlem y su vocabulario solo hizo confirmar sus sospechas sobre su origen poco humilde. <<¿Qué cojones significa que su habitación es ominosa, cojones?>> Aún así se unió a Ethan y Rick aceptando que entrara en la habitación, curioso por saber más de él.- Entra, joder. Solo interrumpes nuestros putos lloriqueos.- Le dijo al felino con sorna, aunque la cara del canadiense era la viva imagen de la amargura. El problema de Nohlem era el mismo de todos. ¿Habría alguien capaz de dormir aquella noche? Connor lo dudaba. Aunque quizás Kalna y Räg si pudieran, teniendo en cuenta que eran los que más sabían de allí.
Ethan no tardó en aparcar un instante el águila que le estaba haciendo a Rick para hacerle uno a Nohlem. El motero bufó algo divertido negando con la cabeza. Alzó el dragoncito de papel para que el felino lo viera y se encogió de hombros, dándole a entender que él también había sido antes su objetivo. Ethan tenía un hobby muy extraño, pero más lo era que quisiera hacerle una figurita a cada persona que entrara por la puerta. Eran regalos entregados de forma genuina y generosa y aún seguía sin entender mucho aquello. Aún así empezaba a agradecer un poco aquel gesto por raro que eso le hiciera sentir. No sabía qué clase de animal era el regalo del felino, pero supuso que cuando soplara se trataría de un jodido gato.
La propuesta de contar de dónde venían le pareció bien porque sentía bastante curiosidad por saber más del mundo de Nohlem. Por otro lado antes de perder sus idiomas originales ya había escuchado hablar al británico, así que no le sorprendió escuchar que venía de Londres.
-Yo soy de Texas, de una ciudad llamada El Paso.- Explicó Connor con la vista fija en el suelo y el ceño fruncido. No pensaba contarles que en realidad había nacido en Toronto, Canadá. Porque quizás eso conllevara preguntas incómodas en el futuro sobre aquel traslado y desde luego le gustaba tener ese pasado e infancia bien oculto. Aún así hablar de El Paso y Texas tampoco era agradable porque le recordaba lo lejos que estaba de su familia. Del club. Pasados unos segundos sin embargo una sonrisa nostálgica adornó su rostro y volvió a hablar esta vez mirando a sus compañeros, con un tono algo menos sombrío.- Es un sitio de puta madre. Puedes ver las jodidas montañas desde cualquier sitio y casi siempre está soleado. Por eso lo llaman La Ciudad del Sol.- Dijo el motero sonriendo un poco, aunque pronto su rostro se vio enturbiado por la preocupación cuando su mente dejó de estar en El Paso para volver a encontrarse allí. En Rocava- lo que cojones fuera.- Joder, vaya mierda.- Sería lo último que diría el canadiense, apartando la vista del resto e inconscientemente desviando un segundo la mirada hacia su chaleco reposado en el baúl.
Sólo llevaba un día sin el club, pero los echaba de menos como si llevaran diez años separados. Quizás se debiera a la incertidumbre de no saber si volverían a encontrarse. Luego observaría con aire distraído la figurita que le había hecho Ethan mientras escuchaba al resto.
Se alegró de que los tres estuvieran de acuerdo en que los niños debían comer primero y no se le escapó la sonrisa sincera del británico. Puede que no fuera la mejor estrategia a la hora de sobrevivir como grupo, pero al motero no podía importarle menos poner en riesgo su propia seguridad. Y parecía que a Rick y a Ethan tampoco. Aún era incapaz de creerse que aquellos cabrones de la ciudad hubieran metido a un par de putos críos en sus macabros juegos, y ya de paso a todos ellos. Todo aquel día había sido un completo desmadre acompañado de un gran número de preguntas sin respuesta, pero estar ahí sentado con otros dos chicos de la Tierra le hacía sentirse más cerca de casa al menos...
-Si, joder...Más nos vale encontrar la puñetera comida mañana o estaremos jodidos.- Secundó Connor los comentarios de sus compañeros. Aquello era un problema que esperaba por el bien de todos que se solucionara al día siguiente. Ethan fue a hablar pero unos golpes en la puerta lo interrumpieron, centrando todos la atención en el origen del ruido. No supo reconocer del todo la voz, pero pronto apareció su dueño tratándose de Nohlem. Connor no tenía muy claro qué pensar de él pero su vestimenta le recordaba a "puto pijo de mierda". Puede que estuviera equivocado por supuesto, pero el motero no podía evitar que a la desconfianza inicial que sentía por cualquiera se sumara aquel prejuicio. A ojos del motero la frase de Nohlem y su vocabulario solo hizo confirmar sus sospechas sobre su origen poco humilde. <<¿Qué cojones significa que su habitación es ominosa, cojones?>> Aún así se unió a Ethan y Rick aceptando que entrara en la habitación, curioso por saber más de él.- Entra, joder. Solo interrumpes nuestros putos lloriqueos.- Le dijo al felino con sorna, aunque la cara del canadiense era la viva imagen de la amargura. El problema de Nohlem era el mismo de todos. ¿Habría alguien capaz de dormir aquella noche? Connor lo dudaba. Aunque quizás Kalna y Räg si pudieran, teniendo en cuenta que eran los que más sabían de allí.
Ethan no tardó en aparcar un instante el águila que le estaba haciendo a Rick para hacerle uno a Nohlem. El motero bufó algo divertido negando con la cabeza. Alzó el dragoncito de papel para que el felino lo viera y se encogió de hombros, dándole a entender que él también había sido antes su objetivo. Ethan tenía un hobby muy extraño, pero más lo era que quisiera hacerle una figurita a cada persona que entrara por la puerta. Eran regalos entregados de forma genuina y generosa y aún seguía sin entender mucho aquello. Aún así empezaba a agradecer un poco aquel gesto por raro que eso le hiciera sentir. No sabía qué clase de animal era el regalo del felino, pero supuso que cuando soplara se trataría de un jodido gato.
La propuesta de contar de dónde venían le pareció bien porque sentía bastante curiosidad por saber más del mundo de Nohlem. Por otro lado antes de perder sus idiomas originales ya había escuchado hablar al británico, así que no le sorprendió escuchar que venía de Londres.
-Yo soy de Texas, de una ciudad llamada El Paso.- Explicó Connor con la vista fija en el suelo y el ceño fruncido. No pensaba contarles que en realidad había nacido en Toronto, Canadá. Porque quizás eso conllevara preguntas incómodas en el futuro sobre aquel traslado y desde luego le gustaba tener ese pasado e infancia bien oculto. Aún así hablar de El Paso y Texas tampoco era agradable porque le recordaba lo lejos que estaba de su familia. Del club. Pasados unos segundos sin embargo una sonrisa nostálgica adornó su rostro y volvió a hablar esta vez mirando a sus compañeros, con un tono algo menos sombrío.- Es un sitio de puta madre. Puedes ver las jodidas montañas desde cualquier sitio y casi siempre está soleado. Por eso lo llaman La Ciudad del Sol.- Dijo el motero sonriendo un poco, aunque pronto su rostro se vio enturbiado por la preocupación cuando su mente dejó de estar en El Paso para volver a encontrarse allí. En Rocava- lo que cojones fuera.- Joder, vaya mierda.- Sería lo último que diría el canadiense, apartando la vista del resto e inconscientemente desviando un segundo la mirada hacia su chaleco reposado en el baúl.
Sólo llevaba un día sin el club, pero los echaba de menos como si llevaran diez años separados. Quizás se debiera a la incertidumbre de no saber si volverían a encontrarse. Luego observaría con aire distraído la figurita que le había hecho Ethan mientras escuchaba al resto.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Noche de chicos
02/07/23, 12:10 am
Por supuesto, Ethan estaba de acuerdo con lo de la comida. En lo que también estaban de acuerdo los tres era en la duda de si a la mañana siguiente habría suerte y encontrarían algo para saciar el estómago de todo el mundo El problema no era simplemente si las bañeras aparecerían con cierta frecuencia, sino que también tenían que llegar a donde fuera que decidieran descargar las provisiones. A falta de fijarse hacia dónde iban las otras, para llegar a la que siguieron por el día tenían que encontrar la forma de cruzar un abismo enorme en el que no habían visto ningún puente y que bajar era una opción descartadísima. -(Y espero que los gusanos no salten, ya lo que nos faltaba)- pensó preocupado con solo imaginarse aquel escenario.
Ethan iban a preguntar algo cuando alguien llamó a la puerta y Rick miró hacia ella. No tardó en aparecer Nohlem, en la mismo situación que ellos tres. -Claro, adelante. El insomnio es la norma por aquí parece y tranquilo, no interrumpes nada- se sumó al resto en un tono amigable y levantando la mano un poco a modo de saludo. Era obvio que el chico de rasgos felinos estaba tan cansado como ellos, aunque con lo que había dicho tal vez se le podía sumar algo de miedo. A qué no lo tenía claro del todo, aunque sin saber nada de dónde estaban podía entenderlo.
Atendió con curiosidad a la figurita que había preparado a toda velocidad el británico, con una sonrisilla que a punto estuvo de pasar a una leve risa. Se acercó un poco, todavía sentado en la cama, para ver a Nohlem soplar y revelar un conejito de papel. Tal vez no era tan espectacular como un dragón, pero el gesto y la intención eran igual de bonitos. -(Además, ya hay que tener maña para hacerlo en tan poco tiempo aunque sea más sencillo)- se argumentó. A Rick le empezaba a entrar curiosidad por su hobby, tenía claro que para el chico era algo especial si iba haciéndolas y regalándolas a todo el mundo. Ante su mirada buscando ayuda, dio una explicación sencilla igual que hizo con Kalna: -Son animales pequeños y peludos, con dientes diseñados para roer y orejas largas. Algunas personas en nuestro mundo los tienen de mascota.-
El tema cambió a los lugares de origen de los cuatro, algo que agradecía sobre todo para entender un poco más al único no humano en ese momento. ¿Cómo de distinto sería en comparación a La Tierra? El primero fue Ethan, que ya por lo que le escuchó hablar antes de beber de la fuente intuía que era como mínimo británico. Siguió Connor y ante la mención de Texas Rick alzó las cejas por la casualidad. -Anda, somos paisanos entonces- comentó de pasada mientras le dejaba continuar. Lo que contaba le sonaba un poco de lo que había escuchado del lugar, aunque nunca había pisado el estado. Había viajado por Estados Unidos, claro, pero no a demasiados sitios y menos estando tan lejos. La expresión del grandullón lo desconcertó un poco, tanto por no esperársela de un "tipo duro" como por lo que se le había pasado por la mente para causarlo. ¿Nostalgia, tal vez? Ni idea, pero no sería raro. En aquellos momentos empezaba a preocuparse por cómo estarían Bob y el resto que había dejado en su ciudad.
Cuando terminó el motero, decidió seguir él: -Yo soy de los Estados Unidos, igual que Connor, aunque prácticamente vivía en la otra punta del país. En concreto vivía en Nueva York, una ciudad bastante grande y conocida en La Tierra. Lo que más suele llamar la atención aparte de los monumentos son los rascacielos- explicó sobre todo para Nohlem. Con la de películas, series y demás que se ambientaban allí, estaba seguro que los dos humanos sabían como era perfectamente. Que hablando de eso, añadió por si acaso: -Los rascacielos son edificios muy altos, de cientos de metros, en los que hay oficinas o vive gente, ya depende del sitio.-
Si tenía alguna duda más estaría encantado de respondérsela, aunque la curiosidad le pudo y le cedió el turno al último: -¿Y tú? ¿Cómo es tu mundo?-
Ethan iban a preguntar algo cuando alguien llamó a la puerta y Rick miró hacia ella. No tardó en aparecer Nohlem, en la mismo situación que ellos tres. -Claro, adelante. El insomnio es la norma por aquí parece y tranquilo, no interrumpes nada- se sumó al resto en un tono amigable y levantando la mano un poco a modo de saludo. Era obvio que el chico de rasgos felinos estaba tan cansado como ellos, aunque con lo que había dicho tal vez se le podía sumar algo de miedo. A qué no lo tenía claro del todo, aunque sin saber nada de dónde estaban podía entenderlo.
Atendió con curiosidad a la figurita que había preparado a toda velocidad el británico, con una sonrisilla que a punto estuvo de pasar a una leve risa. Se acercó un poco, todavía sentado en la cama, para ver a Nohlem soplar y revelar un conejito de papel. Tal vez no era tan espectacular como un dragón, pero el gesto y la intención eran igual de bonitos. -(Además, ya hay que tener maña para hacerlo en tan poco tiempo aunque sea más sencillo)- se argumentó. A Rick le empezaba a entrar curiosidad por su hobby, tenía claro que para el chico era algo especial si iba haciéndolas y regalándolas a todo el mundo. Ante su mirada buscando ayuda, dio una explicación sencilla igual que hizo con Kalna: -Son animales pequeños y peludos, con dientes diseñados para roer y orejas largas. Algunas personas en nuestro mundo los tienen de mascota.-
El tema cambió a los lugares de origen de los cuatro, algo que agradecía sobre todo para entender un poco más al único no humano en ese momento. ¿Cómo de distinto sería en comparación a La Tierra? El primero fue Ethan, que ya por lo que le escuchó hablar antes de beber de la fuente intuía que era como mínimo británico. Siguió Connor y ante la mención de Texas Rick alzó las cejas por la casualidad. -Anda, somos paisanos entonces- comentó de pasada mientras le dejaba continuar. Lo que contaba le sonaba un poco de lo que había escuchado del lugar, aunque nunca había pisado el estado. Había viajado por Estados Unidos, claro, pero no a demasiados sitios y menos estando tan lejos. La expresión del grandullón lo desconcertó un poco, tanto por no esperársela de un "tipo duro" como por lo que se le había pasado por la mente para causarlo. ¿Nostalgia, tal vez? Ni idea, pero no sería raro. En aquellos momentos empezaba a preocuparse por cómo estarían Bob y el resto que había dejado en su ciudad.
Cuando terminó el motero, decidió seguir él: -Yo soy de los Estados Unidos, igual que Connor, aunque prácticamente vivía en la otra punta del país. En concreto vivía en Nueva York, una ciudad bastante grande y conocida en La Tierra. Lo que más suele llamar la atención aparte de los monumentos son los rascacielos- explicó sobre todo para Nohlem. Con la de películas, series y demás que se ambientaban allí, estaba seguro que los dos humanos sabían como era perfectamente. Que hablando de eso, añadió por si acaso: -Los rascacielos son edificios muy altos, de cientos de metros, en los que hay oficinas o vive gente, ya depende del sitio.-
Si tenía alguna duda más estaría encantado de respondérsela, aunque la curiosidad le pudo y le cedió el turno al último: -¿Y tú? ¿Cómo es tu mundo?-
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Noche de chicos
02/07/23, 10:17 pm
—Gracias —respondió con una sonrisa a Rick e Ethan, y con la breve exhalación de una risa a las formas de Connor. Eran tan diferentes como violentas, y aunque seguía aterrándole no parecía ir a malas. Pensó en decir “me sumo a vuestros lloriqueos entonces”, pero teniendo en cuenta que había llorado de verdad no le apetecía hacer el chiste.
Para no hacer las cosas mas incómodas no tardó en aceptar la hospitalidad y se sentó en el borde de la cama vacía más próxima. No estaba arrugada como la que tenía al lado, así que supuso que no era de nadie. Todavía no tenía claro si había sido buena idea colarse con ellos, pero Ethan le distrajo de comerse el coco cuando se le acercó con un papelito de los suyos.
—Ah, ¿gracias? —dijo con una pequeña risa a pesar de que no sabía que tenía en las manos. No se lo esperaba. El gesto que tuvo el pelirrosa le hizo sonreír otro poco, algo más seguro de que el chico no daba tanto miedo como creía. “Eh, el suyo está mejor”, pensó con humor. Le dio la vuelta por el lado donde le dijo que soplase y así hizo, descubriendo una… ¿cabeza de conejo? —. Oh —se rió otra vez, examinando al animalito ahora rechoncho desde distintos ángulos—. ¡Sí que se te da bien esto! —resultaba aún más irrisorio que se molestase en explicarle lo que era. Sonrió con más ánimo—. Sí, sí. Nosotros también tenemos conejos.
Era lógico que tuviera esa duda, no eran del mismo mundo a fin de cuentas. Y por mucho que ese conejo que sostenía le hacía creer que casualmente los conejos terrestres eran como los varmanos, lo cierto es que aquella representación era la de un animalito mucho más pequeño y pacífico que los que él conocía. Quien le diría que no tenían espoleones en las patas traseras con los que acuchillar miriápodos gigantes de los que alimentarse.
Dejó el obsequio sobre su regazo y atendió con renovado interés. Uno a uno le fueron explicando de donde venían, y aunque con tantísimos nombres era un lío quedarse con todo, curiosidad no le faltaba. Ethan venía de una zona y Connor y Rick de otra compartida pero de distintas ciudades. A pesar de estar divididos por un océano Nohlem imaginó, por el color de sus pieles y cabellos, que si tuviera que situarlos en un globo terráqueo los tres estarían a una latitud parecida, igual que pasaba con los balera, los okae y los granta. Que Ethan tuviera rasgos ligeramente distintos cobraba sentido ahora. Las descripciones despertaban unas enormes ganas de poder ver aquellos paisajes con sus propios ojos: Ciudad del Sol sonaba preciosa, y esos rascacielos de los que hablaba Rick se le antojaban irreales. En Varmania tenían estructuras gigantes, pero hasta donde él sabía nadie tenía su casa en ellas. Había miradores, sí, cafeterías incluso, ¿pero viviendas enteras?
—Londres, El Paso y Nueva York —les señaló respectivamente, repitiendo para asegurar que lo había entendido bien. Por primera dejó de ser consciente de su sonrisa—. Y vuestro mundo se llama Tierra...
Se notaba que quería hacer más preguntas que respuestas, pero le tocaba a él. Sabía que la pena le pegaría tan fuerte como a Connor, pero rodeado de gente era difícil que se dejase leer.
—Mi mundo se llama Varmania. Yo soy un granta. Somos los varmanos que nacemos en las zonas más céntricas del planeta. Donde hace... —suspiró teatralmente—, bastante menos frío que aquí. No sé lo que es un país, pero mi ciudad se llama Bermellón. Por el color que tiene la montaña sobre la que está construida —añadió con cierto apuro a quedar inculto. Varmania se estructuraba por ciudades y áreas geográficas nada más—. Hay bastante vegetación para la zona en la que estamos y como es tan alta se puede ver el mar desde el centro de la ciudad. Ahora que, o coges el tranvía o sacas piernas de acero —se rió suavemente, obviando el detalle de que él ya vivía en la zona céntrica y privilegiada—. La verdad es que es muy bonita. No te das cuenta de esas cosas hasta que, bueno. Te sacan de ella —sonrió con amargura, bajando brevemente la vista al conejo en sus piernas—. Nosotros no tenemos rascacielos, pero sí miradores de… no sé, ¿unos 200-300 metros? ¿En serio la gente vive tan alto en Nueva York? ¿No os da vértigo?
No quería dejar fuera a los demás, no cuando encima Ethan se había tomado las molestias de hacerle un regalo, así que antes de que Rick contestase les miró.
—Ah, perdón, pero antes de que se me olvide, ¿cuántos años tenéis?
Para no hacer las cosas mas incómodas no tardó en aceptar la hospitalidad y se sentó en el borde de la cama vacía más próxima. No estaba arrugada como la que tenía al lado, así que supuso que no era de nadie. Todavía no tenía claro si había sido buena idea colarse con ellos, pero Ethan le distrajo de comerse el coco cuando se le acercó con un papelito de los suyos.
—Ah, ¿gracias? —dijo con una pequeña risa a pesar de que no sabía que tenía en las manos. No se lo esperaba. El gesto que tuvo el pelirrosa le hizo sonreír otro poco, algo más seguro de que el chico no daba tanto miedo como creía. “Eh, el suyo está mejor”, pensó con humor. Le dio la vuelta por el lado donde le dijo que soplase y así hizo, descubriendo una… ¿cabeza de conejo? —. Oh —se rió otra vez, examinando al animalito ahora rechoncho desde distintos ángulos—. ¡Sí que se te da bien esto! —resultaba aún más irrisorio que se molestase en explicarle lo que era. Sonrió con más ánimo—. Sí, sí. Nosotros también tenemos conejos.
Era lógico que tuviera esa duda, no eran del mismo mundo a fin de cuentas. Y por mucho que ese conejo que sostenía le hacía creer que casualmente los conejos terrestres eran como los varmanos, lo cierto es que aquella representación era la de un animalito mucho más pequeño y pacífico que los que él conocía. Quien le diría que no tenían espoleones en las patas traseras con los que acuchillar miriápodos gigantes de los que alimentarse.
Dejó el obsequio sobre su regazo y atendió con renovado interés. Uno a uno le fueron explicando de donde venían, y aunque con tantísimos nombres era un lío quedarse con todo, curiosidad no le faltaba. Ethan venía de una zona y Connor y Rick de otra compartida pero de distintas ciudades. A pesar de estar divididos por un océano Nohlem imaginó, por el color de sus pieles y cabellos, que si tuviera que situarlos en un globo terráqueo los tres estarían a una latitud parecida, igual que pasaba con los balera, los okae y los granta. Que Ethan tuviera rasgos ligeramente distintos cobraba sentido ahora. Las descripciones despertaban unas enormes ganas de poder ver aquellos paisajes con sus propios ojos: Ciudad del Sol sonaba preciosa, y esos rascacielos de los que hablaba Rick se le antojaban irreales. En Varmania tenían estructuras gigantes, pero hasta donde él sabía nadie tenía su casa en ellas. Había miradores, sí, cafeterías incluso, ¿pero viviendas enteras?
—Londres, El Paso y Nueva York —les señaló respectivamente, repitiendo para asegurar que lo había entendido bien. Por primera dejó de ser consciente de su sonrisa—. Y vuestro mundo se llama Tierra...
Se notaba que quería hacer más preguntas que respuestas, pero le tocaba a él. Sabía que la pena le pegaría tan fuerte como a Connor, pero rodeado de gente era difícil que se dejase leer.
—Mi mundo se llama Varmania. Yo soy un granta. Somos los varmanos que nacemos en las zonas más céntricas del planeta. Donde hace... —suspiró teatralmente—, bastante menos frío que aquí. No sé lo que es un país, pero mi ciudad se llama Bermellón. Por el color que tiene la montaña sobre la que está construida —añadió con cierto apuro a quedar inculto. Varmania se estructuraba por ciudades y áreas geográficas nada más—. Hay bastante vegetación para la zona en la que estamos y como es tan alta se puede ver el mar desde el centro de la ciudad. Ahora que, o coges el tranvía o sacas piernas de acero —se rió suavemente, obviando el detalle de que él ya vivía en la zona céntrica y privilegiada—. La verdad es que es muy bonita. No te das cuenta de esas cosas hasta que, bueno. Te sacan de ella —sonrió con amargura, bajando brevemente la vista al conejo en sus piernas—. Nosotros no tenemos rascacielos, pero sí miradores de… no sé, ¿unos 200-300 metros? ¿En serio la gente vive tan alto en Nueva York? ¿No os da vértigo?
No quería dejar fuera a los demás, no cuando encima Ethan se había tomado las molestias de hacerle un regalo, así que antes de que Rick contestase les miró.
—Ah, perdón, pero antes de que se me olvide, ¿cuántos años tenéis?
- ♪♫♬:
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivaciónPersonajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Re: Noche de chicos
03/07/23, 01:13 pm
-¡Ah, perdón! -Ethan trató de corregirse un tanto apurado. A pesar de que Nohlem no había dado signos de malestar quería evitar a toda costa otra situación similar a la de Colmillo. -Si ves que te explicamos cosas de más o si soltamos algo incorrecto porfa nos dices. -Y aunque ya estaba dispuesto a guardar silencio una interrogante le asaltó tan fuerte, que no pudo evitar querer expresar en voz alta. -Iba a decir que es sorprendente como siendo mundos que estarán a tomar por culo compartimos animales, pero la verdad es que comparando somos bastante similares.
Se guardó para sí la paranoia de aquella casualidad. En esa habitación que la galaxia se expandiera de esta manera resultaba hasta anecdótico. La charla se asemejaba más a un cambio cultural que al hecho de estar hablando frente a un alienígena medio felino que por lo que fuera tenía un desarrollo idéntico a su especie. Quizá por que su cerebro tenía un cupo de lo que podía asimilar por día y hoy, hoy ya había superado cualquier límite.
Ese margen permitió que cuando el pelirrojo empezó a hablar de su hogar la incertidumbre diera paso a la curiosidad, y una mente exhausta tomará las riendas de la situación para dejar que al menos, por esa noche, las paranoias fueran apartadas. La descripción que dio delataba que efectivamente, sus sociedades tenían que ser bastante similares y si bien aún había margen a algún giro macabro, daba la sensación de que no iba a ser así.
-Ah, eh país? Espera. -Dio gracias a tener la hoja recortada del conejito, y rápidamente le hizo un dibujo a lápiz de un mapamundi un poco deforme y simplificado. -Bienvenido a clases terrícolas! -Comentó con cierta burla a medida que le daba un toquecito al papel, fingiendo ser un profesor venido a menos. -Está noche hablaremos de cómo dividimos nuestro mundo. Nosotros tenemos por así decirlo 5 grandes zonas a las que llamamos continentes, ellos son de este, América y yo de este otro llamado Europa. -Los fue marcando a medida que hablaba, dibujando un gran círculo para delimitarlos y unos más pequeños en las zonas concretas donde habían dicho que eran. -Dentro de cada uno tenemos lo que se llaman países que vienen a ser como reinos propios? El mio es este más pequeño y el suyo es este enorme porque funciona algo diferente. Es que son de Estados Unidos, y creo que el nombre se explica solo. Igualmente un país es como un dominio donde varias ciudades y aldeas cooperan y se rigen bajo la misma autoridad, vaya.
Contada la guía y apenas habiendo ocupado una parte del mapa, dejó en su cama los utensilios por si acaso Rick o el propio Nohlem querían también dar alguna explicación más visual. Tampoco quería avasallar con tanta información al pobre felino.
-¿Grata, es como una etnia no? Nosotros nos llamamos según el lugar de nacimiento. Yo como soy de Londres, soy un Londinense. -Se le dibujó una sonrisa afable en el rostro, a diferencia del resto no había nostalgia en sus palabras. Su ciudad estaba tan vacía de recuerdos felices, que poca tristeza le quedaba al abandonarla. Es más, la distancia curaba heridas que estaban aún sin cerrar, aunque era demasiado pronto como para percatarse de ello. -Nuestras etnias digamos que van aparte. Yo por ejemplo soy mestizo, y para mucha gente sería asiático -Señaló el sitio en el mapa. -Pero es solo por mi ascendencia, vaya.
Menos mal que había decidido no abrumar con tantos datos irrelevantes... Se había dejado llevar por la emoción de su propio discurso, así que cuando se percató de ello decidió recular. Con una pequeña risa nerviosa volvió a alejarse hasta tomar asiento en el escritorio, tratando de volver a centrarse en el pajarito sin acabar de Rick.
-¡Perdón por toda la info repentina, yo tengo 18!
Se guardó para sí la paranoia de aquella casualidad. En esa habitación que la galaxia se expandiera de esta manera resultaba hasta anecdótico. La charla se asemejaba más a un cambio cultural que al hecho de estar hablando frente a un alienígena medio felino que por lo que fuera tenía un desarrollo idéntico a su especie. Quizá por que su cerebro tenía un cupo de lo que podía asimilar por día y hoy, hoy ya había superado cualquier límite.
Ese margen permitió que cuando el pelirrojo empezó a hablar de su hogar la incertidumbre diera paso a la curiosidad, y una mente exhausta tomará las riendas de la situación para dejar que al menos, por esa noche, las paranoias fueran apartadas. La descripción que dio delataba que efectivamente, sus sociedades tenían que ser bastante similares y si bien aún había margen a algún giro macabro, daba la sensación de que no iba a ser así.
-Ah, eh país? Espera. -Dio gracias a tener la hoja recortada del conejito, y rápidamente le hizo un dibujo a lápiz de un mapamundi un poco deforme y simplificado. -Bienvenido a clases terrícolas! -Comentó con cierta burla a medida que le daba un toquecito al papel, fingiendo ser un profesor venido a menos. -Está noche hablaremos de cómo dividimos nuestro mundo. Nosotros tenemos por así decirlo 5 grandes zonas a las que llamamos continentes, ellos son de este, América y yo de este otro llamado Europa. -Los fue marcando a medida que hablaba, dibujando un gran círculo para delimitarlos y unos más pequeños en las zonas concretas donde habían dicho que eran. -Dentro de cada uno tenemos lo que se llaman países que vienen a ser como reinos propios? El mio es este más pequeño y el suyo es este enorme porque funciona algo diferente. Es que son de Estados Unidos, y creo que el nombre se explica solo. Igualmente un país es como un dominio donde varias ciudades y aldeas cooperan y se rigen bajo la misma autoridad, vaya.
Contada la guía y apenas habiendo ocupado una parte del mapa, dejó en su cama los utensilios por si acaso Rick o el propio Nohlem querían también dar alguna explicación más visual. Tampoco quería avasallar con tanta información al pobre felino.
-¿Grata, es como una etnia no? Nosotros nos llamamos según el lugar de nacimiento. Yo como soy de Londres, soy un Londinense. -Se le dibujó una sonrisa afable en el rostro, a diferencia del resto no había nostalgia en sus palabras. Su ciudad estaba tan vacía de recuerdos felices, que poca tristeza le quedaba al abandonarla. Es más, la distancia curaba heridas que estaban aún sin cerrar, aunque era demasiado pronto como para percatarse de ello. -Nuestras etnias digamos que van aparte. Yo por ejemplo soy mestizo, y para mucha gente sería asiático -Señaló el sitio en el mapa. -Pero es solo por mi ascendencia, vaya.
Menos mal que había decidido no abrumar con tantos datos irrelevantes... Se había dejado llevar por la emoción de su propio discurso, así que cuando se percató de ello decidió recular. Con una pequeña risa nerviosa volvió a alejarse hasta tomar asiento en el escritorio, tratando de volver a centrarse en el pajarito sin acabar de Rick.
-¡Perdón por toda la info repentina, yo tengo 18!
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Noche de chicos
05/07/23, 05:43 pm
Después de haber explicado de dónde venía se había intentado distraer observando el regalo de Ethan, mientras su mente luchaba entre pensar en su familia y escuchar a sus compañeros. Sin embargo, que Rick procediera de Estados Unidos le hizo alzar la cabeza en su dirección y centrarse por completo en sus palabras. Aparcando durante un rato aquella nostalgia que sentía. <<Ahora tiene un poco más de sentido, joder.>> Pensó el motero observando al neoyorquino. Desde que Rick mencionó su práctica con armas de fuego Connor se había sentido intrigado. Ahora al menos podía darle algo de lógica a aquello si el chico procedía de Estados Unidos, aunque no por ser de ese país eras automáticamente un jodido pistolero. Tenía que haber otra razón y en lo primero que pensó Connor fue que su padre fuera el típico militar retirado o algún puto loco de la caza. La tercera opción que se le ocurría es que fuera como él: un delincuente. Pero de momento era la opción menos clara.
-Joder, si somos putos vecinos.- Dijo el motero observándolo y con más curiosidad que antes si eso era posible.- Nunca he estado en Nueva York, pero conozco a gente que sí y dicen que se merece una jodida visita.- Comentó Connor mientras dejaba la figurita del dragón sobre el chaleco, encima del baúl. Lo cierto es que nunca había salido muy lejos de El Paso ya que Eva siempre lo quería cerca suya por si hacía falta en el club. Y teniendo en cuenta que eran una banda como mucho de nivel regional nunca había tenido muchas razones para cruzar el país.
Luego llegó el turno de Nohlem, quien antes repitió los nombres de las ciudades humanas y Connor asentiría con la cabeza cuando llegara a la suya para confirmar que estaba en lo cierto. Después el felino empezó a relatar cómo era su mundo y el motero lo escuchó con sumo interés. En algún momento dejaría de estar recostado en la pared de la cama para sentarse en el borde, algo inclinado hacia delante y la vista fija en Nohlem por la curiosidad. Su descripción no parecía muy diferente a cómo era la Tierra ya que había mencionado un tranvía. Aún no le caía en gracia teniendo en cuenta que seguía pensado que era un jodido pijo (uno que sabía usar armas de fuego, lo que le intrigaba más), pero su comentario sobre cómo no se dio cuenta de lo bella que era su ciudad hasta ahora le hizo reflexionar. Él siempre había sido consciente de lo increíble que era su hogar, pero el varmano tenía razón. Que estuvieran a saber cuánta distancia de sus mundos solo le hacía recordar con mayor brillo todos los colores de Texas.
Por otro lado Ethan había decidido hacer una especie de mapa de la Tierra, para explicarle a Nohlem qué eran las ciudades. Conforme más dibujaba y hablaba el británico más aumentaba la sonrisilla en los labios de Connor. <<Como siga parloteando le va a explotar la puta cabeza al gato éste>>. Pensó con una expresión divertida en el rostro.
-Tú quédate con que Londres y Nueva York no valen una maldita mierda al lado de El Paso.- Comentó con sorna a Nohlem intentando simplificar todo aquello, y aunque de verdad lo pensaba era evidente que solo trataba de vacilarle un poco a sus compañeros humanos. Porque joder, como necesitaba dejar de machacarse la puta cabeza y relajarse un poco. - Y tengo veinte.- Añadiría justo después al escuchar a Ethan decir su edad.
El motero tenía muchas preguntas para todos, pero si empezaba a soltarlas todas aquello sería un jodido caos. Así que empezó por la más acuciante para él.
-¿Os diferenciáis en algo a los demás vranamos?- Le preguntó a Nohlem con curiosidad, estando completamente seguro de haber dicho bien el nombre.- Ya has visto que en nuestra especie somos distintos de cojones-. Por un momento se había visto tentado de preguntarle si en su mundo existían las motos, porque un jodido tío con rasgos de gato en motocicleta era demasiado surrealista para ser verdad, pero teniendo en cuenta que parecían tener tranvías no veía por qué no.
-Joder, si somos putos vecinos.- Dijo el motero observándolo y con más curiosidad que antes si eso era posible.- Nunca he estado en Nueva York, pero conozco a gente que sí y dicen que se merece una jodida visita.- Comentó Connor mientras dejaba la figurita del dragón sobre el chaleco, encima del baúl. Lo cierto es que nunca había salido muy lejos de El Paso ya que Eva siempre lo quería cerca suya por si hacía falta en el club. Y teniendo en cuenta que eran una banda como mucho de nivel regional nunca había tenido muchas razones para cruzar el país.
Luego llegó el turno de Nohlem, quien antes repitió los nombres de las ciudades humanas y Connor asentiría con la cabeza cuando llegara a la suya para confirmar que estaba en lo cierto. Después el felino empezó a relatar cómo era su mundo y el motero lo escuchó con sumo interés. En algún momento dejaría de estar recostado en la pared de la cama para sentarse en el borde, algo inclinado hacia delante y la vista fija en Nohlem por la curiosidad. Su descripción no parecía muy diferente a cómo era la Tierra ya que había mencionado un tranvía. Aún no le caía en gracia teniendo en cuenta que seguía pensado que era un jodido pijo (uno que sabía usar armas de fuego, lo que le intrigaba más), pero su comentario sobre cómo no se dio cuenta de lo bella que era su ciudad hasta ahora le hizo reflexionar. Él siempre había sido consciente de lo increíble que era su hogar, pero el varmano tenía razón. Que estuvieran a saber cuánta distancia de sus mundos solo le hacía recordar con mayor brillo todos los colores de Texas.
Por otro lado Ethan había decidido hacer una especie de mapa de la Tierra, para explicarle a Nohlem qué eran las ciudades. Conforme más dibujaba y hablaba el británico más aumentaba la sonrisilla en los labios de Connor. <<Como siga parloteando le va a explotar la puta cabeza al gato éste>>. Pensó con una expresión divertida en el rostro.
-Tú quédate con que Londres y Nueva York no valen una maldita mierda al lado de El Paso.- Comentó con sorna a Nohlem intentando simplificar todo aquello, y aunque de verdad lo pensaba era evidente que solo trataba de vacilarle un poco a sus compañeros humanos. Porque joder, como necesitaba dejar de machacarse la puta cabeza y relajarse un poco. - Y tengo veinte.- Añadiría justo después al escuchar a Ethan decir su edad.
El motero tenía muchas preguntas para todos, pero si empezaba a soltarlas todas aquello sería un jodido caos. Así que empezó por la más acuciante para él.
-¿Os diferenciáis en algo a los demás vranamos?- Le preguntó a Nohlem con curiosidad, estando completamente seguro de haber dicho bien el nombre.- Ya has visto que en nuestra especie somos distintos de cojones-. Por un momento se había visto tentado de preguntarle si en su mundo existían las motos, porque un jodido tío con rasgos de gato en motocicleta era demasiado surrealista para ser verdad, pero teniendo en cuenta que parecían tener tranvías no veía por qué no.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Noche de chicos
06/07/23, 12:27 pm
El comentario de Connor le sacó una sonrisilla. -La merece, desde luego. Es tan grande que siempre hay algo nuevo que hacer- le respondió vendiéndole un poco más su hogar. A Rick le encantaba viajar, aunque no hubiera salido nunca del país, pero le tenía un cariño especial a su ciudad. Vale, era un poco cliché cuando salía en tantos sitios, pero aquello no quitaba que Nueva York le encantara.
-Exacto- le confirmó a Nohlem cuando repitió los nombres de sus ciudades antes de contar sobre su mundo. El neoyorquino escuchó con especial interés, intentando formar una imagen mental con lo que iba diciendo el varmano. Sentado en el borde de la cama, imagino aquel lugar que parecía tan idílico y bastante parecido a algo que podría existir en su mundo. Sin ir más lejos, y salvando las distancias, le recordaba a lo poco que sabía de Lisboa. -Tiene que ser preciosa, sí- comentó embelesado con la descripción. De pura empatía entendió el sentimiento de Nohlem de añoranza. No hacía ni un día que estaban fuera de sus mundos, pero ya empezaba a echar de menos todo lo que había dejado atrás. Pensar en que les quedaba todo un año a saber en qué condiciones para volver era desalentador, pero no podían hacer otra cosa más que seguir adelante.
A falta de una, el chico de rasgos felinos le dejó dos preguntas, aunque antes de respondérselas Ethan se adelantó a explicar algunos conceptos. Se le escapó una risa suave ante el improvisado profesor, que añadido al mapamundi que había hecho ya estaba esperando que fuera a imitar a Yakko nombrando los países de la Tierra. Sentía un pelín de lástima por el varmano, teniendo que digerir tanta información de golpe, aunque todo sea dicho la clase del británico era sencilla de seguir. -Creo que no se podría haber explicado mejor. Harían falta más profesores como tú- lo felicitó. De momento no entraría en detalles de cómo funcionaba su país, al menos hasta que preguntara y no andaba saturado con todo lo demás. -Te doy el beneficio de la duda porque no he visto cómo es- le siguió el juego a Connor mirándolo y señalándolo para enfatizar lo que había dicho.
>>Yo tengo también 18 años- comenzó a responder a las dudas de Nohlem. -En cuanto a lo de los rascacielos... Hay gente que sí, que le daría pánico vivir a tanta altura, pero también las hay que no tienen problema alguno. De todos modos la mayoría no vive en edificios tan altos como esos, entre que son pocos, caros y en parte se utilizan para oficinas y miradores. En el barrio donde vivía por ejemplo los pisos son bastante más bajos, aunque no quita que te puedas encontrar alguno de diez plantas o más- Si tenían miradores tan altos, al menos aquello último podía ser más cercano a lo que tuvieran en Varmania. O al menos es el razonamiento al que llegaba con lo anterior.
Rick tenía tantas dudas como los otros humanos de la habitación, pero de momento dejaría que las preguntas de Ethan y Connor fueran primero.
-Exacto- le confirmó a Nohlem cuando repitió los nombres de sus ciudades antes de contar sobre su mundo. El neoyorquino escuchó con especial interés, intentando formar una imagen mental con lo que iba diciendo el varmano. Sentado en el borde de la cama, imagino aquel lugar que parecía tan idílico y bastante parecido a algo que podría existir en su mundo. Sin ir más lejos, y salvando las distancias, le recordaba a lo poco que sabía de Lisboa. -Tiene que ser preciosa, sí- comentó embelesado con la descripción. De pura empatía entendió el sentimiento de Nohlem de añoranza. No hacía ni un día que estaban fuera de sus mundos, pero ya empezaba a echar de menos todo lo que había dejado atrás. Pensar en que les quedaba todo un año a saber en qué condiciones para volver era desalentador, pero no podían hacer otra cosa más que seguir adelante.
A falta de una, el chico de rasgos felinos le dejó dos preguntas, aunque antes de respondérselas Ethan se adelantó a explicar algunos conceptos. Se le escapó una risa suave ante el improvisado profesor, que añadido al mapamundi que había hecho ya estaba esperando que fuera a imitar a Yakko nombrando los países de la Tierra. Sentía un pelín de lástima por el varmano, teniendo que digerir tanta información de golpe, aunque todo sea dicho la clase del británico era sencilla de seguir. -Creo que no se podría haber explicado mejor. Harían falta más profesores como tú- lo felicitó. De momento no entraría en detalles de cómo funcionaba su país, al menos hasta que preguntara y no andaba saturado con todo lo demás. -Te doy el beneficio de la duda porque no he visto cómo es- le siguió el juego a Connor mirándolo y señalándolo para enfatizar lo que había dicho.
>>Yo tengo también 18 años- comenzó a responder a las dudas de Nohlem. -En cuanto a lo de los rascacielos... Hay gente que sí, que le daría pánico vivir a tanta altura, pero también las hay que no tienen problema alguno. De todos modos la mayoría no vive en edificios tan altos como esos, entre que son pocos, caros y en parte se utilizan para oficinas y miradores. En el barrio donde vivía por ejemplo los pisos son bastante más bajos, aunque no quita que te puedas encontrar alguno de diez plantas o más- Si tenían miradores tan altos, al menos aquello último podía ser más cercano a lo que tuvieran en Varmania. O al menos es el razonamiento al que llegaba con lo anterior.
Rick tenía tantas dudas como los otros humanos de la habitación, pero de momento dejaría que las preguntas de Ethan y Connor fueran primero.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Noche de chicos
06/07/23, 02:54 pm
Nohlem atendió a aquellas clases particulares improvisadas con las orejas ligeramente gachas en una mezcla de concentración y abrumación. Genial, más nombres. El concepto de lo que era un país fue fácil de entender, pues aunque ellos carecieran de un término la estructura era parecida dentro de cada región. Tenían leyes universales y la cooperación entre ciudades era común, por no decir casi obligatoria para los granta, así que formar países se le antojaba innecesario.
—En Varmania solo hay un continente, o al menos no se ha descubierto ninguno más. O vuestro mundo es gigantesco o vuestros continentes más pequeños.
Quiso corregir a Ethan (era granta, no "grata"), pero de repente el chico dijo ser... ¿¿mestizo??, que realmente venía de la otra punta del planeta y Nohlem petó por un segundo, claramente confuso. Sus pupilas ya agrandecidas por la falta de luz lo hicieron un poco más. Vale, la Tierra tenía que ser minúscula. ¿Cómo podías migrar de un sitio tan distante a otro? ¿Acaso migrar era común? ¿Habían sido nómadas o algo? La primera vez que él había visto a un balera fuera revistas, discos y periódicos había sido, bueno, ¡ayer! Al menos los rascacielos no parecían tan imposibles ni eran la norma, o ya estaría creyendo que todos los europos vivían sobre las nubes. Porque Rick era europo, ¿no? No espera, ese era el mestizo... Rick era estadounidino nuevoyorko y americano. Santítimo Maliketh, lo fácil que era ser bermejo y punto.
—Vale, sí, diez plantas es más o menos el máximo normal en Varmania... —el comentario de Connor le arrancó una risa, conforme con aquella suerte de resumen—. De acuerdo, esa parte es fácil. Espera, ¡¿20?! —su edad le sorprendió, porque si bien es cierto que el pelirrosa parecía mayor no se lo imaginaba tanto. En realidad en el equivalente varmano Connor tendría que tener solo unos meses más que él—. Wow, estás ya para casarte. No lo aparentas... o sea sí, pero te hacía un poco más joven. Yo tengo 17 años.
Quizás en otro momento hubiera razonado que los años duraban distinto en otros planetas, pero la conversación no le daba margen a ello. La siguiente errata le hizo echar muy atrás las orejas, aunque ni de broma se atrevería a corregirle directamente.
—Sí, claro. Como dijo Ethan, tenemos etnias distintas... —una sonrisita irónica adornó su rostro con el añadido de Connor. "Uy sí. Distintísimos". Mejor los sarcasmos para otro momento—. Entre los varmanos hay okaes, baleras y grantas como yo. Es muy raro que haya mestizos porque vivimos en regiones lejanas y es muy difícil acceder a ellas. Eh, —señaló el papel y lápiz de Ethan—, ¿me permites?
Era su turno de dar clase. Dibujó rápidamente una especie de patata con picos y mordiscos e hizo unas cuantas rayas divisorias en la misma.
>>Me salto las islas, no le hagáis mucho caso a la fidelidad del mapa. Aquí —señaló el centro con la punta del lápiz—. Estamos los granta. Tenemos la piel oscura y el pelo de colores tierra. Naranja, rojo, cobre, a veces dorado... en fin. Ya me estáis viendo. Y aquí y aquí —señaló las zonas que rodeaban la granta—. Están los okae. Tienen la piel un poco más clara, como uno de vuestros pequeños, Aniol, y el pelo de color turquesa, verde, lima... —hizo giros con el lápiz como etcétera—. Entre ellos y nosotros hay muchísimas montañas y selva, así que os podéis imaginar porque es difícil acceder a ellos. Es un terreno horrible para hacer más vías de tren y habría que talar demasiados árboles. Y luego en el sur están los balera, que son... tan blancos como vosotros o más —les echó un vistazo significativo, divertido—. Ellos tienen el pelo azul o morado, dentro de ese rango. Y aquí hace un frío horrible. En el norte es casi peor, por eso ahí no vive nadie. ¡Y ya está! Culturalmente somos todos muy parecidos, pero tampoco he viajado para averiguarlo. Supongo que somos tres "estados unidos" muy grandes.
Pero donde uno creería que había tenido suficiente para que le doliera la cabeza, Nohlem, no conforme con la tortilla de información, dejó a un lado el lápiz y el papel con ambos mapas y se inclinó hacia Ethan, ávido de curiosidad. Lo mejor es que aquello le ayudaba a no pensar en todo lo malo.
—¿Hay muchos como tú en la Tierra? ¡Digo mestizos! ¿Cómo viajaron tus antepasados?
—En Varmania solo hay un continente, o al menos no se ha descubierto ninguno más. O vuestro mundo es gigantesco o vuestros continentes más pequeños.
Quiso corregir a Ethan (era granta, no "grata"), pero de repente el chico dijo ser... ¿¿mestizo??, que realmente venía de la otra punta del planeta y Nohlem petó por un segundo, claramente confuso. Sus pupilas ya agrandecidas por la falta de luz lo hicieron un poco más. Vale, la Tierra tenía que ser minúscula. ¿Cómo podías migrar de un sitio tan distante a otro? ¿Acaso migrar era común? ¿Habían sido nómadas o algo? La primera vez que él había visto a un balera fuera revistas, discos y periódicos había sido, bueno, ¡ayer! Al menos los rascacielos no parecían tan imposibles ni eran la norma, o ya estaría creyendo que todos los europos vivían sobre las nubes. Porque Rick era europo, ¿no? No espera, ese era el mestizo... Rick era estadounidino nuevoyorko y americano. Santítimo Maliketh, lo fácil que era ser bermejo y punto.
—Vale, sí, diez plantas es más o menos el máximo normal en Varmania... —el comentario de Connor le arrancó una risa, conforme con aquella suerte de resumen—. De acuerdo, esa parte es fácil. Espera, ¡¿20?! —su edad le sorprendió, porque si bien es cierto que el pelirrosa parecía mayor no se lo imaginaba tanto. En realidad en el equivalente varmano Connor tendría que tener solo unos meses más que él—. Wow, estás ya para casarte. No lo aparentas... o sea sí, pero te hacía un poco más joven. Yo tengo 17 años.
Quizás en otro momento hubiera razonado que los años duraban distinto en otros planetas, pero la conversación no le daba margen a ello. La siguiente errata le hizo echar muy atrás las orejas, aunque ni de broma se atrevería a corregirle directamente.
—Sí, claro. Como dijo Ethan, tenemos etnias distintas... —una sonrisita irónica adornó su rostro con el añadido de Connor. "Uy sí. Distintísimos". Mejor los sarcasmos para otro momento—. Entre los varmanos hay okaes, baleras y grantas como yo. Es muy raro que haya mestizos porque vivimos en regiones lejanas y es muy difícil acceder a ellas. Eh, —señaló el papel y lápiz de Ethan—, ¿me permites?
Era su turno de dar clase. Dibujó rápidamente una especie de patata con picos y mordiscos e hizo unas cuantas rayas divisorias en la misma.
>>Me salto las islas, no le hagáis mucho caso a la fidelidad del mapa. Aquí —señaló el centro con la punta del lápiz—. Estamos los granta. Tenemos la piel oscura y el pelo de colores tierra. Naranja, rojo, cobre, a veces dorado... en fin. Ya me estáis viendo. Y aquí y aquí —señaló las zonas que rodeaban la granta—. Están los okae. Tienen la piel un poco más clara, como uno de vuestros pequeños, Aniol, y el pelo de color turquesa, verde, lima... —hizo giros con el lápiz como etcétera—. Entre ellos y nosotros hay muchísimas montañas y selva, así que os podéis imaginar porque es difícil acceder a ellos. Es un terreno horrible para hacer más vías de tren y habría que talar demasiados árboles. Y luego en el sur están los balera, que son... tan blancos como vosotros o más —les echó un vistazo significativo, divertido—. Ellos tienen el pelo azul o morado, dentro de ese rango. Y aquí hace un frío horrible. En el norte es casi peor, por eso ahí no vive nadie. ¡Y ya está! Culturalmente somos todos muy parecidos, pero tampoco he viajado para averiguarlo. Supongo que somos tres "estados unidos" muy grandes.
Pero donde uno creería que había tenido suficiente para que le doliera la cabeza, Nohlem, no conforme con la tortilla de información, dejó a un lado el lápiz y el papel con ambos mapas y se inclinó hacia Ethan, ávido de curiosidad. Lo mejor es que aquello le ayudaba a no pensar en todo lo malo.
—¿Hay muchos como tú en la Tierra? ¡Digo mestizos! ¿Cómo viajaron tus antepasados?
- ♪♫♬:
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivaciónPersonajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Re: Noche de chicos
06/07/23, 08:14 pm
Decidió guardarse los comentarios sobre Estados Unidos para sí mismo, porque como buen inglesito que era no tenía ninguno bueno que aportar al respecto. Dudaba bastante que ninguna ciudad de las nombradas fuera más bonita que Londres y menos siendo conocedor de que allí podías comprar un arma a la vez que pillabas una pipas. Irónico, porque al menos eso les vendría bien estando donde estaban.
Siguió escuchando mientras trabajaba en la figurita y cuando Connor mencionó lo diferentes que eran le sacó una ligera risa que acompañó con un rubor ante el halago esporádico de Rick. Diferentes, bueno... Aniol y él quizá, pero el resto precisamente no eran un buen ejemplo de toda la diversidad que tenían como especie.
No quiso contradecir aquellas palabras pues pronto Nohlem siguió la charla y tuvo que volver a centrarse en la misma por educación y sobre todo, por curiosidad. No todos los días podías conversar con un alienígena sobre las diferencias culturales.
Qué solo tuvieran un continente era una duda tan extraña que se resolvió parcialmente cuando nombró el matrimonio. Vale, o tenían una sociedad más atrasada o allí crecían a pasos agigantados. Por un momento se planteó explicar como era en su sociedad, pero el malentendido le hizo tanta gracia que, tratando de esconder una sonrisa tonta decidió alimentarlo.
-Ah claro, en nuestra sociedad tenemos una costumbre única. Cuando estamos comprometidos la pareja escoge un color específico y ambos se tiñen del mismo para unificar su amor eterno. -Decidió omitir géneros, porque ante la obviedad de que Connor era hetero no lo quería cabrear asignándole una pareja masculina- Rick y yo lo tenemos moreno que es nuestro tono natural, pero Connor si te fijas esta pintado de rosa. Seguramente tu chica también lo tenga así, ¿verdad? - Le dedico al canadiense una sonrisa tan amplia como inocente. No podía hacer daño gastar una pequeña bromita.
Tras aquel inciso dejó que Nohlem continuará sin más interrupciones. Por lo que contaba sus etnias eran bastante más cerradas y marcadas respecto a las suyas, siendo que cuando explicó que apenas tenían vías de transporte cobró bastante sentido en su totalidad. ¿Sólo disponían de trenes? Hasta ahora no se lo había planteado pero claro, a pesar de las similitudes quizá contaban con diferentes avances tecnológicos o quizá, como era su anterior hipótesis estaban menos desarrollados en algunos aspectos.
-Ah, mestizos? Si claro, en su totalidad todos somos mezcla a estas alturas. Incluso entre continentes tan lejanos tenemos formas de viajar muy rápidas y accesibles asi que nos hemos globalizado mucho. Mis abuelos sin ir más lejos viajaron en una especie de coche volador hasta donde yo vivo ahora. -Explicó con calma, sin saber muy bien cómo podía hablar sobre barcos o aviones a alguien que quizá nunca había visto uno. -La diferencia es que cuando son etnias tan diferentes, se nota mucho más el mestizaje, pero ni de lejos soy un caso único. Los eh, asiáticos como mi padre son muy palidos, más bajitos, ojos rasgados y tonos negros tanto de iris como de cabello mientras que la etnia de mi madre es caucásica. Tienen más variedad de colores en el pelo pero tienden a ser claros como el de Damian igual que los ojos son más grandes y también pueden ser desde marrones, verdes hasta azules. Imagino que desde fuera no se ve tanta diferencia como la que notamos nosotros igualmente.
Eso último lo aclaro a sabiendas ahora, de que siendo la raza felina tan multicolor, el rango humano se veía bastante menos amplio y muchísimo más ambiguo. Era difícil al no tener etnias tan marcadas poder categorizarlas de una forma sencilla como había hecho el pelirrojo.
>>Igualmente hay muchas más etnias. Aniol por ejemplo es una que tiene tonos más oscuros de piel, y hay otra que se asemeja más a ti, aunque ellos tienen el pelo de otra textura y son de colores oscuros en su totalidad. Nuestros únicos pelirrojos son como Serena. -Se encogió de hombros al mencionarla, al menos tenía ejemplos físicos que facilitaban la explicación. -Se podría decir que somos bastante más aburridos en cuanto a posibilidad de colores, pero es más fácil ver variaciones en una misma etnia.
Después de tener que dar tanta explicación, confiaba en ambos chicos para que quisieran contarle sobre sus diferentes transportes.
Siguió escuchando mientras trabajaba en la figurita y cuando Connor mencionó lo diferentes que eran le sacó una ligera risa que acompañó con un rubor ante el halago esporádico de Rick. Diferentes, bueno... Aniol y él quizá, pero el resto precisamente no eran un buen ejemplo de toda la diversidad que tenían como especie.
No quiso contradecir aquellas palabras pues pronto Nohlem siguió la charla y tuvo que volver a centrarse en la misma por educación y sobre todo, por curiosidad. No todos los días podías conversar con un alienígena sobre las diferencias culturales.
Qué solo tuvieran un continente era una duda tan extraña que se resolvió parcialmente cuando nombró el matrimonio. Vale, o tenían una sociedad más atrasada o allí crecían a pasos agigantados. Por un momento se planteó explicar como era en su sociedad, pero el malentendido le hizo tanta gracia que, tratando de esconder una sonrisa tonta decidió alimentarlo.
-Ah claro, en nuestra sociedad tenemos una costumbre única. Cuando estamos comprometidos la pareja escoge un color específico y ambos se tiñen del mismo para unificar su amor eterno. -Decidió omitir géneros, porque ante la obviedad de que Connor era hetero no lo quería cabrear asignándole una pareja masculina- Rick y yo lo tenemos moreno que es nuestro tono natural, pero Connor si te fijas esta pintado de rosa. Seguramente tu chica también lo tenga así, ¿verdad? - Le dedico al canadiense una sonrisa tan amplia como inocente. No podía hacer daño gastar una pequeña bromita.
Tras aquel inciso dejó que Nohlem continuará sin más interrupciones. Por lo que contaba sus etnias eran bastante más cerradas y marcadas respecto a las suyas, siendo que cuando explicó que apenas tenían vías de transporte cobró bastante sentido en su totalidad. ¿Sólo disponían de trenes? Hasta ahora no se lo había planteado pero claro, a pesar de las similitudes quizá contaban con diferentes avances tecnológicos o quizá, como era su anterior hipótesis estaban menos desarrollados en algunos aspectos.
-Ah, mestizos? Si claro, en su totalidad todos somos mezcla a estas alturas. Incluso entre continentes tan lejanos tenemos formas de viajar muy rápidas y accesibles asi que nos hemos globalizado mucho. Mis abuelos sin ir más lejos viajaron en una especie de coche volador hasta donde yo vivo ahora. -Explicó con calma, sin saber muy bien cómo podía hablar sobre barcos o aviones a alguien que quizá nunca había visto uno. -La diferencia es que cuando son etnias tan diferentes, se nota mucho más el mestizaje, pero ni de lejos soy un caso único. Los eh, asiáticos como mi padre son muy palidos, más bajitos, ojos rasgados y tonos negros tanto de iris como de cabello mientras que la etnia de mi madre es caucásica. Tienen más variedad de colores en el pelo pero tienden a ser claros como el de Damian igual que los ojos son más grandes y también pueden ser desde marrones, verdes hasta azules. Imagino que desde fuera no se ve tanta diferencia como la que notamos nosotros igualmente.
Eso último lo aclaro a sabiendas ahora, de que siendo la raza felina tan multicolor, el rango humano se veía bastante menos amplio y muchísimo más ambiguo. Era difícil al no tener etnias tan marcadas poder categorizarlas de una forma sencilla como había hecho el pelirrojo.
>>Igualmente hay muchas más etnias. Aniol por ejemplo es una que tiene tonos más oscuros de piel, y hay otra que se asemeja más a ti, aunque ellos tienen el pelo de otra textura y son de colores oscuros en su totalidad. Nuestros únicos pelirrojos son como Serena. -Se encogió de hombros al mencionarla, al menos tenía ejemplos físicos que facilitaban la explicación. -Se podría decir que somos bastante más aburridos en cuanto a posibilidad de colores, pero es más fácil ver variaciones en una misma etnia.
Después de tener que dar tanta explicación, confiaba en ambos chicos para que quisieran contarle sobre sus diferentes transportes.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Noche de chicos
09/07/23, 02:19 pm
Cuando Nohlem se extrañó por su edad Connor frunció el ceño algo confundido, sin saber qué había de raro ahí. Fue entonces con su comentario sobre que estaba en edad de casarse que el motero abrió un poco los ojos sorprendido con aquello. Estaba en un mundo rodeado de aliens, pero de entre todas las diferencias culturales aquella le pareció desde luego de las más absurdas. Estuvo a punto de negar de forma irónica aquella gilipollez, pero Ethan se le adelantó. Y vaya adelantamiento. Al igual que le pasó con Colmillo y los "yodas", estuvo a punto de descojonarse delante de todos. Aún así aguantó el tipo por el bien de la broma, asintiendo con la cabeza dándole la razón. <<Joder con el inglesito...>>. Pensó divertido el motero, sin esperarse esa faceta más traviesa de Ethan.
-Eso es, joder. Es una costumbre muy antigua que tenemos.- Empezó a mentir encogiéndose de hombros, para reforzar la broma de Ethan.- A mí me habría gustado más de color morado, pero llegamos a un puto acuerdo. Y el rosa también me gusta así que...- Cuando el británico mencionó una posible chica el motero levantó una ceja ante aquello, divertido. La verdad es que siempre daban por hecho que era hetero, pero en realidad Connor había tenido muchas experiencias en ambos lados. Con una sonrisa igual de inocente se dirigió a Ethan.- ¿Y quién coño ha hablado aquí de ninguna chica, eh?-
Teniendo en cuenta sus respuestas parecía ser el mayor de ahí, aunque no por mucho. Desde luego en el grupo había una gran diferencia entre edades. Sin ir más lejos él mismo debía sacarle como unos nueve o diez años a los críos. ¿Qué tenían de especial todos ellos para haber sido raptados juntos, a pesar de ser tan opuestos? Rick explicando un poco los pisos dónde vivía lo sacó de esos pensamientos, y por lo que decía no tenía pinta de ser el típico neoyorquino pijo de mierda. Para el motero eso era un jodido punto a favor.
Tras eso Nohlem siguió detallando su mundo y las diferencias entre ellos. Aunque al rato el canadiense se perdió un poco con tantos nombres. <<Vranamos, otaes, baleras y grantas...>> Intentó memorizar recordando bien algunas palabras y otras no tanto. Tampoco se esperó que su especie tuviera colores tan raros de pelo y su mundo parecía ser lo bastante tecnológico para tener trenes pero no para haberse globalizado y por tanto mezclado. Desde luego era bastante curioso y el motero estaba más que dispuesto a saber más de él y del resto de sus compañeros extraterrestres. Escuchó en silencio la explicación bastante acertada de Ethan sobre las etnias de la Tierra o el mestizaje. Al principio pensó que lo del coche volador era otra broma del británico y estuvo a punto de apoyarle, hasta que entendió a qué se refería.<< Ah joder, que se refiere a un puto avión...>>. Pensó algo decepcionado con que no fuera otra oportunidad de vacilar al felino.
-Que tengáis tantos colores para el pelo es jodidamente raro... o a lo mejor los putos raros somos nosotros- Le dijo a Nohlem con sorna.- También has dicho que tenéis trenes como nosotros, pero no parece que tengáis muchos más vehículos.- Comentó el motero interesado en aquel tema.- En nuestro mundo tenemos de todo: coches, barcos, aviones, las puñeteras motocicletas...- Empezó a contar, aún sin acostumbrarse a decir "en nuestro mundo" a un alienígena con cara de gato y vestimenta de ricachón podrido en el dinero.- Los barcos son como... eh....- La verdad que no tenía ni idea de como explicarse y miró a sus compañeros humanos en busca de algo de ayuda.- Son como... joder, como putos trenes sin raíles pero que van por el agua. O alguna mierda así. Y los aviones son como coches gigantes con forma de... pájaros de metal.- No sabía si estaba siendo claro o no, pero contaba con que Ethan y Rick supieran explicarlo mejor si hacía falta. Después volvió a hablar algo más interesado y una leve subida de voz, que delataba algo más de emoción por aquello.- ¿Tenéis motocicletas allí? Ya sabes, joder...- Preguntó mientras simulaba que sus manos estaban en un manillar. Una explicación jodidamente vaga, pero es que confiaba plenamente en que el británico y el neoyorquino fueran más espabilados para esas cosas.
-Eso es, joder. Es una costumbre muy antigua que tenemos.- Empezó a mentir encogiéndose de hombros, para reforzar la broma de Ethan.- A mí me habría gustado más de color morado, pero llegamos a un puto acuerdo. Y el rosa también me gusta así que...- Cuando el británico mencionó una posible chica el motero levantó una ceja ante aquello, divertido. La verdad es que siempre daban por hecho que era hetero, pero en realidad Connor había tenido muchas experiencias en ambos lados. Con una sonrisa igual de inocente se dirigió a Ethan.- ¿Y quién coño ha hablado aquí de ninguna chica, eh?-
Teniendo en cuenta sus respuestas parecía ser el mayor de ahí, aunque no por mucho. Desde luego en el grupo había una gran diferencia entre edades. Sin ir más lejos él mismo debía sacarle como unos nueve o diez años a los críos. ¿Qué tenían de especial todos ellos para haber sido raptados juntos, a pesar de ser tan opuestos? Rick explicando un poco los pisos dónde vivía lo sacó de esos pensamientos, y por lo que decía no tenía pinta de ser el típico neoyorquino pijo de mierda. Para el motero eso era un jodido punto a favor.
Tras eso Nohlem siguió detallando su mundo y las diferencias entre ellos. Aunque al rato el canadiense se perdió un poco con tantos nombres. <<Vranamos, otaes, baleras y grantas...>> Intentó memorizar recordando bien algunas palabras y otras no tanto. Tampoco se esperó que su especie tuviera colores tan raros de pelo y su mundo parecía ser lo bastante tecnológico para tener trenes pero no para haberse globalizado y por tanto mezclado. Desde luego era bastante curioso y el motero estaba más que dispuesto a saber más de él y del resto de sus compañeros extraterrestres. Escuchó en silencio la explicación bastante acertada de Ethan sobre las etnias de la Tierra o el mestizaje. Al principio pensó que lo del coche volador era otra broma del británico y estuvo a punto de apoyarle, hasta que entendió a qué se refería.<< Ah joder, que se refiere a un puto avión...>>. Pensó algo decepcionado con que no fuera otra oportunidad de vacilar al felino.
-Que tengáis tantos colores para el pelo es jodidamente raro... o a lo mejor los putos raros somos nosotros- Le dijo a Nohlem con sorna.- También has dicho que tenéis trenes como nosotros, pero no parece que tengáis muchos más vehículos.- Comentó el motero interesado en aquel tema.- En nuestro mundo tenemos de todo: coches, barcos, aviones, las puñeteras motocicletas...- Empezó a contar, aún sin acostumbrarse a decir "en nuestro mundo" a un alienígena con cara de gato y vestimenta de ricachón podrido en el dinero.- Los barcos son como... eh....- La verdad que no tenía ni idea de como explicarse y miró a sus compañeros humanos en busca de algo de ayuda.- Son como... joder, como putos trenes sin raíles pero que van por el agua. O alguna mierda así. Y los aviones son como coches gigantes con forma de... pájaros de metal.- No sabía si estaba siendo claro o no, pero contaba con que Ethan y Rick supieran explicarlo mejor si hacía falta. Después volvió a hablar algo más interesado y una leve subida de voz, que delataba algo más de emoción por aquello.- ¿Tenéis motocicletas allí? Ya sabes, joder...- Preguntó mientras simulaba que sus manos estaban en un manillar. Una explicación jodidamente vaga, pero es que confiaba plenamente en que el británico y el neoyorquino fueran más espabilados para esas cosas.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Noche de chicos
11/07/23, 12:29 pm
Vale, las ciudades de su mundo tenían edificios altillos. Ya con lo anterior le había quedado claro que tampoco tenían tantas diferencias tecnológicas como podría ser con otros del grupo, era curioso que sonara parecido a cómo era La Tierra unas cuantas décadas en el pasado. Tenía ganas de saber más detalles de Varmania, si solo era un continente tenía que ser inmenso, ¿no?
Nohlem parecía tener 17 años, así que más o menos tenían la misma edad (ignorando que ninguno sabía de la diferencia de los años en ambos mundos). El comentario hacia Connor le sorprendió un poco, aunque si tal como estaba deduciendo se parecía a su mundo en el pasado, no parecía descabellado que en Varmania tuvieran que casarse más jóvenes. Lo que sí vio extremadamente raro fue la respuesta de Ethan al respecto del tinte del motero, que el mismo corroboró. Miró a uno y a otro perplejo, con la boca entreabierta con duda. No pasó por alto lo último que dijo Connor, pero ahora mismo el neoyorquino tenía preguntas para otras cosas. -Espera, espera ¿Desde cuándo se hace eso? No lo he...- Con el sueño que tenía encima, era ahora cuando empezaba a entender lo que estaban tramando. Dándose cuenta, una ligera risa pasó rápidamente a convertirse en una carcajada (no muy fuerte para no despertar a nadie). -Jajaja. Perdón, creo que os lo acabo de chafar sin querer.- se disculpó.
Después de haber estado denso, Rick volvió a centrarse en la explicación del varmano, que había tomado el relevo de las clases de geografía. -(Granta, okae... ¿y balera?- se repitió mentalmente para quedarse con la lección. Sonaba cuanto menos curioso y con los colores de pelo tan diversos no parecían difícil de diferenciarlos. Al menos si recordabas que colores podía tener cada uno, claro. -Muy interesante. Se me hace curioso que aunque las conexiones sean difíciles culturalmente no os diferencieis mucho- comentó mesándose la barbilla, dejando abierta la "pregunta" por si Nohlem conocía los motivos de aquello.
La conversación pasó a ser sobre los mestizos. Asintió a la explicación de Ethan, saliéndole una pequeña sonrisilla por cómo explicó rápidamente lo que debía ser un avión. -Son diferencias más sutiles que las vuestras, supongo. Pero tal como ha dicho hay bastante diversidad.- le dijo al varmano reforzando lo anterior.
Connor por su parte decidió contar sobre los transportes terrestres, sin mucho éxito a ojos de Rick. Eran un intento de visualizarlo, desde luego, pero lo de los barcos le hizo arquear las cejas de forma bastante pronunciada. Antes de que el cerebro de Nohlem cortocircuitase con toda la nueva información, se levantó de la cama para coger el papel donde habían dibujado los mapas y el lápiz. -Si no hay problema, te explico un poco más como son- se dirigió al varmano, quedándose de pie en la cama donde había estado sentado antes. Aquello también iba por el motero, no quería menospreciar en absoluto la explicación que había dado. -Si vivís cerca de la costa imagino que habrá pesca. Algo tendréis para adentraros en el mar, ¿no? Aunque sean canoas o barcos a vela o remo. Un barco viene a ser más grande, aunque depende del uso que se le de.- contó mientras hacia un pequeño dibujo que enseñó a los tres: un barco parecido al Titanic. -Un avión es más complicado de explicar, pero puedes quedarte con lo de un "pájaro de metal". Es el medio de transporte que más rápido y lejos nos puede llevar en nuestro mundo, ya has escuchado antes la historia de los abuelos de Ethan.- igual que antes, dibujó un avión que mostró a todos.
Para terminar la clase sobre vehículos, dio unos pocos detalles más sobre las motocicletas de las que hablaba Connor. -Ehm... Si tenéis bicicletas en Varmania, sería eso más o menos pero con un motor. No se si hay coches, que sería lo más parecido, pero sino piensa en el motor de un tren en miniatura, aunque no usamos carbón.- Había intentado mantenerlo lo más sencillo posible, pero se le hacía raro explicar cosas tan cotidianas en La Tierra adaptándose a lo que podían conocer en ese otro mundo.
Nohlem parecía tener 17 años, así que más o menos tenían la misma edad (ignorando que ninguno sabía de la diferencia de los años en ambos mundos). El comentario hacia Connor le sorprendió un poco, aunque si tal como estaba deduciendo se parecía a su mundo en el pasado, no parecía descabellado que en Varmania tuvieran que casarse más jóvenes. Lo que sí vio extremadamente raro fue la respuesta de Ethan al respecto del tinte del motero, que el mismo corroboró. Miró a uno y a otro perplejo, con la boca entreabierta con duda. No pasó por alto lo último que dijo Connor, pero ahora mismo el neoyorquino tenía preguntas para otras cosas. -Espera, espera ¿Desde cuándo se hace eso? No lo he...- Con el sueño que tenía encima, era ahora cuando empezaba a entender lo que estaban tramando. Dándose cuenta, una ligera risa pasó rápidamente a convertirse en una carcajada (no muy fuerte para no despertar a nadie). -Jajaja. Perdón, creo que os lo acabo de chafar sin querer.- se disculpó.
Después de haber estado denso, Rick volvió a centrarse en la explicación del varmano, que había tomado el relevo de las clases de geografía. -(Granta, okae... ¿y balera?- se repitió mentalmente para quedarse con la lección. Sonaba cuanto menos curioso y con los colores de pelo tan diversos no parecían difícil de diferenciarlos. Al menos si recordabas que colores podía tener cada uno, claro. -Muy interesante. Se me hace curioso que aunque las conexiones sean difíciles culturalmente no os diferencieis mucho- comentó mesándose la barbilla, dejando abierta la "pregunta" por si Nohlem conocía los motivos de aquello.
La conversación pasó a ser sobre los mestizos. Asintió a la explicación de Ethan, saliéndole una pequeña sonrisilla por cómo explicó rápidamente lo que debía ser un avión. -Son diferencias más sutiles que las vuestras, supongo. Pero tal como ha dicho hay bastante diversidad.- le dijo al varmano reforzando lo anterior.
Connor por su parte decidió contar sobre los transportes terrestres, sin mucho éxito a ojos de Rick. Eran un intento de visualizarlo, desde luego, pero lo de los barcos le hizo arquear las cejas de forma bastante pronunciada. Antes de que el cerebro de Nohlem cortocircuitase con toda la nueva información, se levantó de la cama para coger el papel donde habían dibujado los mapas y el lápiz. -Si no hay problema, te explico un poco más como son- se dirigió al varmano, quedándose de pie en la cama donde había estado sentado antes. Aquello también iba por el motero, no quería menospreciar en absoluto la explicación que había dado. -Si vivís cerca de la costa imagino que habrá pesca. Algo tendréis para adentraros en el mar, ¿no? Aunque sean canoas o barcos a vela o remo. Un barco viene a ser más grande, aunque depende del uso que se le de.- contó mientras hacia un pequeño dibujo que enseñó a los tres: un barco parecido al Titanic. -Un avión es más complicado de explicar, pero puedes quedarte con lo de un "pájaro de metal". Es el medio de transporte que más rápido y lejos nos puede llevar en nuestro mundo, ya has escuchado antes la historia de los abuelos de Ethan.- igual que antes, dibujó un avión que mostró a todos.
Para terminar la clase sobre vehículos, dio unos pocos detalles más sobre las motocicletas de las que hablaba Connor. -Ehm... Si tenéis bicicletas en Varmania, sería eso más o menos pero con un motor. No se si hay coches, que sería lo más parecido, pero sino piensa en el motor de un tren en miniatura, aunque no usamos carbón.- Había intentado mantenerlo lo más sencillo posible, pero se le hacía raro explicar cosas tan cotidianas en La Tierra adaptándose a lo que podían conocer en ese otro mundo.
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