Burdel de Dama Espasmo (Archivo II)

Recuerdo del primer mensaje :

Gritos, una manzana, una persona moribunda... Las ideas y los sucesos se me agolpan en la cabeza, que me empieza a doler de la tensión del momento. Caín dice algo y me parece entender la palabra tablas. ¿Las necesitarán para curarlo? Y sin decir ni mu, corro hasta la habitación y traigo varias tablillas para que cojan la que más les cuadre. Las suelto en el suelo y retrocedo aterrado por la imagen. Siento un ligero picor en los ojos pero contengo las ganas de echarme a llorar como un idiota.

Cain se despierta de la siesta con un leve dolor de cabeza... había dormido demasiado. Busca a Vacuum con la mirada pero no está en la habitación <<¿Dónde habrá ido?>> Aparta las sábanas para levantarse y se da cuenta de que están... pringosas, así que decide cambiarlas. Las quita y las tira a un lado de la habitación para bajarlas luego a lavar. Busca por los baúles y cajoneras sábanas nuevas... y en un principio encuentra de todo menos sábanas, incluso una cajita de carey con unos saquitos de piel dentro que parecían... <<Esto me puede venir bien>> piensa con una sonrisa perversa. Al final encuentra las sábanas y las pone. Recoloca todos los cojines como puede y, para evitar dormirse otra vez se pone a recoger la habitación <<Si me quedo quieto me amodorraré y será peor...>>

-De acuerdo - le respondo a Jack - ... aunque no puedo hablar por Elliot, ella decide, por mi parte yo os acompaño, necesitareis la mayor ayuda posible ...
Me dirijo a la puerta y me cuelgo la espada a la espalda, entre la guitarra y la sudadera, dejo el escudo para cuando salga y me encamino de vuelta a la cocina, donde cojo un vaso de agua y me lo bebo, algo ensimismado, tarareando suavemente ...
Me apoyo en la encimera y miro a Jack curioso ...
-¿Cabezas? - le pregunto curioso, mis ojos se oscurecen un poco - ...

Cain deja un montón de ropa sucia sobre las sábanas y luego se sienta al borde de la cama.
-Mejor-dice- pero me canso con nada. Aún tardaré en poder hacer magia...- se le hacía raro pasar tanto tiempo sin hacer nada, pero se le hacía más raro que tuviese tantas ganas de ponerse a trabajar en algo- Y tú- señala a Elliot con un dedo acusador- No vuelvas a limpiar nada que no hayas ensuciado tú, eres una invitada, y los invitados no limpian, y menos si ni los propios inquilinos de la casa no lo hacen- la reprendía en tono de broma, con una sonrisa en la cara. Sabía que Elliot al final haría lo que le diese la gana y que si le daba por limpiar iba a limpiar pero no le gustaba que fuese la chacha de nadie y menos de ellos

-Hum...Se hace tarde. Mejor nos vamos los tres cuanto antes.
Vacuum se prepara y se pone a tararear, gruño por un repentino pinchazo del dolor de cabeza y me callo lo que iba a pensar en voz alta.
-Sí, cabezas. Las de los dos murciélagos. Las clavé en lanzas y las pondré fuera del burdel. Voy a coger mis cosas.
Salgo de la cocina y subo al cuarto de entrenamiento, me pongo los guantes garra, cojo la espada y el látigo con la zurda para volver a la cocina.
-¿Listos?-miro a Erika.-El arco a poca distancia contra esos bichos no sirve, solo vas a tener que correr, nosotros nos encargamos.
Salgo de la cocina y me planto frente a la puerta del burdel, la chica me sigue. Espero a Vacuum y luego abro la puerta, cojo una de las lanzas y la apoyo en la pared exterior del burdel, luego hago lo mismo con la otra y miro a los tres.
-Toca correr.
Y echo a correr hacia la plaza de los colaespinas, deseando haberme traído el escudo de Letargo. . .
(Sigue en la plaza de los colaespinas)

Jack me cuenta lo de las cabezas de murciélago y me fijo en las lanzas que hay en la puerta, no las había visto y me parecen una buena idea como advertencia ... asiento ante su comentario y me pongo derecho cuando sube a por sus cosas ...
-Estarás bien - le digo a Erika - ... no nos pasara nada - digo riendo - ...
Me acerco a la puerta y cojo el escudo, me lo coloco en el brazo izquierdo y vuelvo a la cocina, miro mi mano, aun llevo el anillo que cogí en Letargo, cuando Elliot nos enseño los talismanes, es de plata y no me lo he quitado desde entonces, pero me había olvidado de el ...
-Debe estar muy cargado - digo para mi - ...
Jack baja de nuevo y va a la puerta, la abre y salimos afuera, mientras el coloca las cabezas en la calle ... cuando acaba echamos a correr hacia la plaza donde dejan las cestas ...

Continua en la Plaza de los Colaespina.

-Yo aún no me explico como no han muerto de hambre- comenta riendo- Creo que si no llega a estar Vacuum aquí lo habrían hecho... o lo habría hecho yo... -el griego le había ayudado mucho y se alegraba de poder contar con gente así, y no solo él, era sorprendente la cantidad de gente que había conocido en este lugar que se preocupaba por él <<Tal vez sí que tenga razón...>> piensa recordando las palabras de Vacuum- Supongo que os iréis hoy ¿no?- no quería que se fueran, sobretodo no quería que Vacuum se fuera pero sabía que no iban a quedarse para siempre <<Y tampoco vivímos tan lejos, ¿a qué viene tanto melodrama?>>- ¡Argh! ¡No puede ser! ¡Me estoy ablandando!- se queja echándose hacia atrás en la cama y tapándose la cara con las manos

Veo como Elliot va hacia las habitaciones, y los demás salen también en busca de las cestas.
"Otra vez sola..."
Entonces, tomo una deicisón. Buscaré la armería, me haré con un arma que pueda manejar y aprenderé a usarla, aunque sea a base de enfrentarme a enemigos invisibles hasta acabar volviéndome loca.
Pero antes de eso... "Me vendrá bien un buen baño", pienso mientras me dirijo hacia las termas.

-Este sitio amodorra a la gente... relaja demasiad y a veces te olvidas de dónde estás, de en qué ciudad estás...- Cain hablaba en tono algo ausente, mirando por la ventana abierta- Y eso no es bueno. Mira lo que nos pasó a nosotros y lo que seguramente nos pase. No, este sitio no es un lugra donde debas bajar la guardia- Y bien que lo sabía. Había estado meditando el tema con calma durante esos días de reposo. Debían extremar las medidas de seguridad para evitar que se volviese a repetir lo de los murciélagos, establecer un toque de queda para que no pasase lo que a Leon o a Gilbert. El burdel no tenía tantas defensas como los torreones, por eso tenían que ponerlas ellos- A todo esto.. Has visto a Vacuum? Estaba aquí hace un momento tocando la guitarra...

Alexander despierta jadeante en el tejado y contempla extasiado el sobrecogedor paisaje de rocavarancolia. No quería volver a la Tierra,además,por alguna razón,aquí era mas rapido,más ágil,más letal. Pero las pesadillas no dejaban de acosarle,tenía que controlarse. Se puso en pie y se descolgó hasta una ventana del último piso. Para despejarse bajó al dojo,allí se entrenó con sus dagas mientras descargaba su ira hasta hacerla controlable.
-Kiai!

Cuando termino de darme ese relajante baño en las termas, me pongo nuevamente mi kimono. Entonces, camino hacia el cuarto donde están las armas. Varias lanzas y alabardas... Ninguna arma que yo sepa manejar. Así que voy a la cocina y rebusco hasta dar con un viejo cuchillo, que escondo entre los pliegues de mi kimono.
Camino hacia el dojo. Allí hay otro chico entrenando con furia, de forma ágil y letal. Durante unos segundos, lo contemplo ensimismada.

Aunque mi objetivo es apuñalar,siempre acabo dando patadas,al fin y al cabo,son mi fuerte. Doy una serie de patadas al aire complementadas con cuchilladas,no es muy organizado,pero ya lo decia mi profe de karate,ataco como un psicopata irreflexivo. Hay una chica mirando.
-Hola,¿nos conocemos? Creo que no,soy Alexander.

Llegamos corriendo al burdel, yo por detrás de Erika y de Jack ... ambos están cargados, así que me acero a la puerta y la llamo fuerte con los tres golpes habituales, que resuenan en todo el edificio ...
-Mierda - mascullo tocando la espina que sobresale de mi antebrazo izquierdo - ... ¿vosotros estáis bien? - les pregunto preocupado - ... han llovido muchas espinas ...
Mientras espero a que habrán agarro la espina con la mano y de un tirón la arranco, una mueca de dolor cruza mi rostro ...
-Adentro me lo curo - digo mirando tras de mi, mientras la maga se mancha de sangre - ...

Durante unos segundos, no soy consciente de mi situación. De que estoy aún de pie mirando embobada, y de que el chico me está hablando. Sabiendo que voy a quedar como una imbécil, tardo unos instantes más en entender sus palabras.
- Soy Martalar- contesto.- Si no es una pregunta demasiado indiscreta... ¿Sabías pelear antes de venir aqui?- pregunto. Siento curiosidad, pero lo cierto es que también intento disimular la cara de idiota que se me debe haber quedado y debo tener en esos momentos.