Burdel de Dama Espasmo (Archivo II)

Recuerdo del primer mensaje :

Gritos, una manzana, una persona moribunda... Las ideas y los sucesos se me agolpan en la cabeza, que me empieza a doler de la tensión del momento. Caín dice algo y me parece entender la palabra tablas. ¿Las necesitarán para curarlo? Y sin decir ni mu, corro hasta la habitación y traigo varias tablillas para que cojan la que más les cuadre. Las suelto en el suelo y retrocedo aterrado por la imagen. Siento un ligero picor en los ojos pero contengo las ganas de echarme a llorar como un idiota.

- Mucho mejor, gracias a vosotros- respondo a la chica que me ha hablado, siendo consciente de que la que estaba tumbada se ha incorporado un poco.- Pero me he perdido muchas cosas, por lo visto... ¿Podrías hacerme un pequeño resumen?

Kaila me pregunta que cómo estoy y niego con la cabeza. En un primer momento había pensado en decirle que bien, para ahorrar explicaciones, pero por la razón que sea, mi subconsciente me juega una mala pasada y responde por mí.
-Familia... de menos-le explico, recuperando mi cara la expresión de tristeza de antes de entrar al salón-. Y miedo... ciudad...-no consigo enlazar las palabras con ninguna que recuerde. No me gusta mucho hablar de esto delante de tanta gente, pero en estos momentos no podía guardarlo más.

Veo como llega Erika y la chica del torreón se pone de pie, pero no saludo como debería haber hecho.

-¿Un resumen?, Pueees, a ver, hay una biblioteca a la que fuimos a coger algunos libros que nos interesaban, recibimos visitas constantes de gente de otros torreones como habrás podido apreciar.- Me quedo pensando en más cosas.- Para los alimentos y todo eso, vamos a recoger unas cestas que caen en determinados lugares y que van llenas de comida, también te recuerdo que algunos de nosotros podemos practicar magia, yo no lo he probado, pero Cain y Bonnie son buenos en eso- No se que mas contarle, creo que he resumido todo.- ¡Ah, por cierto!, ni se te ocurra subir a la tercera planta, es una prohibicion no una sugerencia.- Me pongo seria totalmente.

Llega Erika.
-Buenas noches, Erika.- saludo
Escucho a Drike. Creo que echa de menos a su familia y que tiene miedo a la ciudad... Le pasa lo mismo que a mi. Todavía no me he acostumbrado a vivir sin mis padres o sin mi tía, pero murieron, y no es momento de ponerse a recordar el pasado y llorar...Como estoy haciendo ahora.
-Me pasa lo mismo que a tí.- le digo a Dirke mientras le abrazo.

Nia se levanta. A saber porque habia dormido tanto. Tras desperezarse. Decide salir del cuarto. Aun no sabia lo que habia sido de aquellos dos. Y Harm dijo que tendria que esperar para saber la respuesta. Sale de la habitacion, aun abrazada a su cojin de terciopelo rojo. Oye ruido escaleras abajo y baja, en silencio. En el salón, distinge a varias personas: Elliot, Erika <<asi que ella ha debido de comerse a jack...>>razonó. y por ultimo a un chico y a una chica que no conocia. Se acerca en silencio a ellos y se presenta.
-¡Hola! ¡Mi nombre es Nia! ¿Como os llamais?-aun parecia algo dormida; no habia dormido muy bien.

- Creo que como resumen va bastante bien- le contesto a Erika. De repente, ahora que estoy más informada, comienzo a sentirme un poco más tranquila.
Kaila abraza a Dirke, intentando tranquilizarle, aunque yo solo he entendido algunas palabra sueltas. Y, de nuevo, me vuelvo a sentir bastante perdida, más aún cuando llega otra chica.
- Soy Martalar- dice, contestando a su pregunta.

Me acerco a Dirke y a Kaila, había escuchado la conversación y no tenian el animo por las nubes:
-Nada de caras tristes, se que es duro estar lejos de la familia pero estamos juntos en esto, y vamos a salir de aqui y a volver con nuestras familias, os lo juro por mi vida, ¿Entendido?, ahora os quiero ver sonreir como solo vosotros sabeis hacer.- Me quedo mirando a ambos, sonrio.

Veo que se pone a llorar y me abraza. Le devuelvo el abrazo con fuerza, susurrando un "no llorar" y dándome cuenta de que realmente todos estamos igual. Erika se acerca y nos dice algo, suena muy convencida y a pesar de que no la entiendo, me da la sensación de que trata de subirnos el ánimo. Tuerzo la boca en media sonrisa y asiento cuando acaba.

Luego veo que llega una niña con mechas, bastante pequeña ( más que yo) y se acerca alegremente. Sonrío al verla tan feliz y alzo la mano para saludarla. Juraría que se ha presentado, así que pruebo suerte:
-Yo, Dirke-respondo no muy convencido.

Le escucho atentamente, atento a sus palabras ... imaginando los palacios, y las iglesias que describe, los monumentos ... me dice que de pequeño no salía, pero que luego empezó a hacerlo ...
-Yo de pequeño solía pasear, me llevaban a ver lugares y al campo, pero no duro mucho, hasta los nueve años ... desde entonces para salir me escapaba de casa, pero tampoco se percataban - aclaro - , así que tampoco me escapaba realmente, no es escaparse si realmente no te hecha en falta ...
Me quedo un momento con la mirada perdida ... ¿por qué me ignoraron después de la muerte de mi madre?, ¿por qué solo existía realmente para mi tía?, son preguntas para las que he buscado respuesta sin éxito ...
-¿Por que no entrabas en las iglesias? - le pregunto algo desconcertado - ... ¿acaso no te gustaba dibujarlas?, por dentro hay algunas que son majestuosas ... cientos de cuadernos, vaya - digo admirado - ... me gustaría ver alguno, pasabas mucho tiempo dibujando ... ¿verdad? ...

Miro a Elliot, sigue tumbada en el sofá y no habla, tampoco está dormida. Me acerco lentamente y la toca la espalda:
-Elliot, ¿Estás bien?
Nia entra al salón, con esa alegría tan propia, siempre feliz, parece que nunca está triste:
-¡Ey Nia!, ¿Donde te metiste ayer por la noche?- Pregunto desde el sofá, ayer cuando sali de la habitación no la vi, parecía como si se hubiese escondido.

Tras un rato pensando, abro los ojos y me incorporo con cuidado. Me despido de Norou en susurros y vuelvo a entrar en el burdel. <<Tengo hambre...Vamos a hacer un poco de carne>> Bajo por la escalera hasta llegar a la planta principal y entro al salón al escuchar voces. <<Erika, Dirke, Nía, Elliot sigue en los cojines y Martalar...¿Tendrán hambre? Seguramente...>> Me encojo de hombros y paso al salón
-Hola. ¿Tenéis hambre? Lo digo porque iba a prepararme algo, así aprovecho y cocino para más-luego miro a Dirke en especial y sigo.-Dirke. ¿Hambre? ¿Comer?
<<Aunque no será una cena como las de Caín o Vacuum...Y podría probar a abrir los huevos esos raros que había en las cestas>>

Nia le dedica una mirada a Erika y cuando va a abrir la boca para preguntar a que sabia Jack, Harm le interrumpe.
<<No lo hagas.>>
-Estas muy borde...-dice conteniendo un puchero.
Entonces le sorprende con esa pregunta.
<<No le digas que les estabas espiando. Se enfadaran contigo y te echaran a la cazuela, junto con jack>>
-¡NO!-dice en voz alta, luego se gira hacia erika.-Pues...me fui derecha a dormir...-
Sin embargo se fija en los demas, parece que algo ocurria.
-¿Pasa algo?-les pregunta ladeando la cabeza.
De pronto entra Jack.
-¡JACK!-exclama sorprendida. Luego frunce el ceño.
-¡Harm! ¿los humanos pueden clonarse a si mismos?-
<<Que cruz...>>

- Bueno... Aunque resulte extraño, estoy bastante cansada...- murmuro, a nadie y todos a la vez.- Así que me voy a mi cuarto. Hasta mañana.
Vuelvo lentamente, derrotada, a la habitación de la que he salido al despertar. Vuelvo a sentire bastante mal: aquel ambiente de tristeza que se respiraba en la atmósfera ha terminado por hundirme en una honda melancolía. Sé que estoy en la misma situación que ellos y, al mismo tiempo, que no es así: entre todos esos chicos y chicas parece haber un fuerte e invisible lazo que se ha desarrollado bastan rápido.
Y, sin embargo, yo me siento más sola que nunca. Tras tumbarme en mi cama, acabo por derramar una lágrima. Pero ninguna más. Me seco la cara. Llorar como una niña pequeña no va a servir de nada. Y, con este pensamiento, lentamente me voy quedando dormida.

Jack entra también y, en mi opinión, la sala se llena de demasiada gente. Escuchar a tantos hablando en un idioma que no controlo me pone de los nervios y me hace sentirme tonto, así que decido evadirme de alguna manera que no me haga quedar como un maleducado. Cuando Jack propone hacer algo de comer, sonrío al ver que he encontrado esa oportunidad y asiento.
-¿Poder ayudar a ti?-le pregunto mientras me levanto, dejando el libro sobre los cojines.

Me despido de Martalar y sin separarme de Elliot contesto a Jack y Nia:
-¡Vaya te fuiste a la cama!, como una niña buena, muy bien.- Sin embargo me seguía pareciendo sospechoso todo, hasta me sorprendo de como se alegra de ver a Jack.
-¿Comida? Puff que ganas tengo, llevo mucho tiempo sin comer y estoy que muerdo, ¿Que vas a preparar?

-Yo empecé a vivir a los diez...-susurra Cain. Estaba tumbado boca arriba en la cama con la cabeza colgando en el borde, mirando a un Vacuum al revés- Mi madre siempre me decía que los seres malditos no entran en las iglesias, siempre me daba algo de... miedo, como si no mereciera estar allí, como si no fuese mi sitio... Luego empecé a llevar esto- le muestra el anticristo que siempre llevaba al cuello- Pero siempre me gustaba mirarlas por fuera, tenían tantísimos detalles... Un verano lo pasé en la plaza del Duomo dibujando la catedral. Era algo molesto dibujar con los turistas mirando por encima de mi hombro aunque fue así como conocí a...- Cain se detuvo. Lucía, ¿como había podido olvidarse de ella? Esa chica tan... rara. No sabía por qué le estaba contando esto a Vacuum, él no era de contar su vida, pero qué más daba, ahora no iba a callarse- Era de Venezuela, estaba de vacaciones con su familia y venía a verme a dibujar casi todos los días. Era una chica muy curiosa, muy invasiva... -recordarla le hacía reír, también era algo payasa- Al principio me ponía nervioso, luego me enfadaba cuando no aparecía. Creo que fue la primera vez que le cogí apego a alguien aparte de mi primo...

La punta de mi lanza surgió desde el otro lado del monstruo que acababa de matar, yo caí al suelo con él acababa de deshacerme de un regimiento entero.

<<Algún día tengo que buscar el lugar del que salen, y encargarme del problema de raiz>>

Cada día mis imaginaciones eran mas vividas... tendré que tomármelo menos en serio o perderé la cabeza jajaja

Estoy demasiado cansado como para cenar siquiera, me duele todo, y tengo las manos rojas de manejar la lanza, me voy directamente a dormir, arrastrando la lanza.

Apoyo la lanza contra la pared, al lado de mi cama, por si la necesito de noche, y me tumbo.

Si está pasando algo en el burdel, ni me entero, estoy demasiado cansado.