Burdel de Dama Espasmo (Archivo II)

Recuerdo del primer mensaje :

Gritos, una manzana, una persona moribunda... Las ideas y los sucesos se me agolpan en la cabeza, que me empieza a doler de la tensión del momento. Caín dice algo y me parece entender la palabra tablas. ¿Las necesitarán para curarlo? Y sin decir ni mu, corro hasta la habitación y traigo varias tablillas para que cojan la que más les cuadre. Las suelto en el suelo y retrocedo aterrado por la imagen. Siento un ligero picor en los ojos pero contengo las ganas de echarme a llorar como un idiota.

Me siento al lado de la muchacha que me ha preguntado el nombre.
- Parece que las cosas por el norte tampoco están tranquilas - le digo - ¿y tú como te llamas?

Cain coge algo de la cocina y sube a las habitaciones. Le lleva la comida a Gilbert, que sigue encadenado (y dormido) y va a ver a Martalar. La herida está totalmente cerrada y ya no tiene fiebre, por lo que le retira todas las vendas y abre la ventana de la habitación para renover el aire. Se asoma, los colaespinas salen a buscar comida. Parece que hay menos, ¿una pelea interna tal vez?

-Kaila- respondo, esbozando lo que pretende ser una sonrisa.-Por cierto, ¿sabes lo que le ha pasado?-digo, señalando a Leon. Tal vez ella sepa algo...Tal vez.

- Encantada, Kaila - le digo amablemente - pues Bonnie me ha dicho que le ha mordido en el brazo un dragón - respondo - un muchacho le ha estado curando el brazo... no me ha dicho como se llama - digo mientras me llevo un dedo a los labios pensativa.

Cain se fue dejando la ventana entreabierta, aunque al final se lo pensó mejor y la acabó cerrando. Bajó y comprobó una vez más las hierbas que quedaban, Ya no daban para otra dosis...
-Voy a salir- anunció- Me acercaré a Letargo- Me vendría bien un acompañante...

Me despierto. Llevaba dos días durmiendo y estaba hambrienta. Me levanto de la cama y bajo a la cocina. Para ir, tengo que pasar por la sala central, hay gente despierta así que les saludo, también me fijo en la chica nueva. Antes de presentarme, voy un momento a la cocina y cojo una pieza de fruta, después vuelvo a la sala y me empiezo a presentar:
-Hola, soy Erika.- Miro a la china nueva y seguidamente doy un mordisco a la pieza de fruta.

- Abigail - le sonrío amablemente - cada vez aparece más gente nueva en éste burdel - respondo mientras me siento cómodamente en uno de los puf's y miro tranquilamente como comienza a haber movimiento.

-La nueva eres tú, nosotros llevamos semanas aquí viviendo...- comentó Cain- Hey Erika, voy a Letargo, te vienes?- No entendía su hostilidad con la nueva, simplemente le ponía nervioso toda la gente que no paraba de llegar. Al principio estaban bien, pero pronto tendrían problemas con la comida, y si no tenían sobras para llevarle a los de Letargo tampoco tendrían hierbas medicinales... Se mordió el labio

-Si no te importa si me voy contigo, quiero estirar las piernas y salir fuera.

-Yo soy Bonnie, encantada. -Digo mientras resurjo de mi ensoñamiento momentáneo.
Pensaba en mis amigos... En la última noche que los vi. Pensaba en Jacob, con el que me quería encontrar vestida de sedas. Pensaba en Will, el mejor amigo que pudiera existir en el mundo. En la última de sus llamadas, en cómo hablábamos, tan emocionados por la fiesta de Halloween...

Y ahora estoy aquí, presentándome ante gente que no había visto en mi vida y con un tío moribundo en el sofá. Tiene guasa.

Cain coge una daga corta, más por hacer el paripé que por otra cosa, y sus chuletas de hechizos y plantas, y salió del burdel despidiéndose con un gesto.

(sigue en la plaza de los colaepinas)

Me fijo en el pelo de la nueva...largo no, larguísimo, pero muy bonito, eso llamaba la atención.
Cain se despide de los demás y se va, y yo, al igual que él, me despido de todos y le sigo.

(Sigue en la plaza de los colaespinas)

- Creo que no se alegran mucho de que haya tanto gente "nueva" - le digo a Bonnie mientras me señalo a mí misma, pero veo que está distraída - ¿Estás pensando en algo importante, verdad?

-Encantada, Abigail
Me fijo en la nueva. Me sorprende que tenga es pelo tan largo, yo nunca me lo dejé muy largo, me molestaba.
-Yo soy Kaila.-me presento.-Me gusta tu pelo, Bonnie.

-Abi, Kaila ¿me acompañáis? Voy a ponerle ungüento en el brazo a León. Muchas gracias, Kaila... Lo cierto es que me lo dejé crecer a partir de los 13 años, cuando... -Callo un momento, y una sombra cruza mi lívido rostro. -Cuando logré superar el cáncer.
Digo yo, intentando parecer resuelta y tranquila.

- Pues claro - le contesto mientras le hecho una mano a Bonnie con el chico que está herido.
Respiro profundamente.
- Lo siento, Bonnie, debió de ser muy duro.

-Sí, bueno... -Digo mientras vuelvo a dejar las hierbas en su sitio. -Pero una vez que pasas algo así te sientes más fuerte... más valiente. A demás, puede que no tenga muchos amigos, pero los que tenía eran buenos... y siempre han estado conmigo... No sabéis cómo los echo de menos... daría lo que fuera por que estuvieran conmigo.
Intento no llorar. Llevo todo el día dándole vueltas al tema, y ahora he tenido que desahogarme...
-Pero bueno, no hablemos de penas. -Digo yo, intentando sonreír. -Kaila, yo soy de Irlanda... ¿Y tú?