Torreón Sendar

Recuerdo del primer mensaje :

Magia:

La divisaron a lo lejos. Una enorme cueva vertical se alzaba desde la tierra, colosal, majestuosa e imponente sobre la calle, y con una vista espléndida sobre esta. Aceleró el paso por curiosidad y esperanza, porque que algo estuviera en mejor estado que las calles que habían atravesado... ya era mucho. Además, no quería seguir hablando de los Hijos de Bakaiar allí, fuera, al descubierto, como si pensar en ellos o mencionarles pudiera atraer al de antes.

Cuando llegaron, sonrió al reconocer un foso, porque le era familiar del hogar, y se maravilló aún más al ver la enorme superficie de madera que lo atravesaba y que conectaba con el edificio.
—No sé si esto es lo que buscábamos, pero tiene buena pinta.

No esperó a los demás. Se había fijado en unos inventos nuevos que sujetaban la madera del foso y que se introducían en la cueva, y quería investigar tanto eso, como el interior como todo lo que pudiera. Se adelantó al grupo y caminó por la lámina de madera con toda la curiosidad del mundo, hasta llegar a la lámina vertical. La reconoció, parecida a las de esa cueva donde despertaron, así que empujó con el hombro hasta que se movió. Y... una vez dentro, se quedó parado en la puerta. ¡Era enorme! ¡Y había un sinfín de cosas sin determinar!  
—¡Esto es alucinante! —exclamó mientras liberaba el camino para entrar.

Le temblaba la pierna derecha, pero de anticipación por querer explorarlo y entenderlo todo. Su mirada saltaba de un artefacto a otro, de una pared a otra, de un punto a otro. Y aún tenía que investigar los hierros que entraban y salían de la cueva y se anclaban a la lámina de madera del exterior. Necesitaba nombres para aquellas cosas nuevas. Ahora sería él quien preguntara a los demás.

Kiki Comía. Y Kiki escuchaba, y trataba de degustar la comida. Y un bocado mas. Kiki se había propuesto no molestarlos mas por aquel día, y de paso no permitir que la molestaran. Estaba tratando de descifrar cosas en su cabeza cuando toda la bomba del rey llego como respuesta a sus preguntas mentales. "Espera espera espera espera espera esperaesperaespera". Su cerebro estaba apenas digiriendo un poco de todo aquel rollo, mientras su boca dejaba  de masticar, cuando todos empezaron a preguntar lo mismo a Nery's. Acosaban al acosador, ella debió de haber disfrutado ese momento, por supuesto que debería haber sonreído ante eso, pero su mente estaba encajando engranajes poco a poco.  Levanto su mano para detener a los demás, aunque no lo necesitó tras la confesión del frivy. En realidad no quería defenderlo (no del todo) pero por ahora y dada la revelación, el era la mejor fuente de información que tenían.

- Alto alto alto, aaaaaaalto por mas realeza que digas ser, detente ahí por favor....que lo único que faltaba era que me acose un príncipe o algo por el estilo pare terminar el libro sobre este secuestro....a ver, a ver,  a ver, entiendo mucho de lo que dices pero todos tienen algo de razón aquí. Vamos a calmarnos y recordar que este es otro mundo donde hay bestias asesinas y monstruos mágicos así que un príncipe espía no cuadra por muy bien que suene dentro del argumento... Pero  debes admitir aunque, no lo quieras, que por mas magia planetaria, trascendental o lo que quieras decirle, este sitio es una mierda...concuerdo contigo en los niveles de devastación masiva que pueden desatar según lo que cuentas, pero entonces ¿porque este sitio sigue así?  sin contar que hablando a niveles planetarios, entre nosotros y los secuestradores somos poquisisisisisimos... -  se giro cruzándose de brazos y encarando a Nery's con los ojos entrecerrados y olvidándose de la comida o de cualquier sutileza. - Numero uno...quizás sea muy aventurado, pero es obvio que este sitio con toda la magia que tenían, perdió en algún momento, porque si no, esto no estaría en un estado tan...deplorable. Número dos, no te lo tomes a mal por favor, pero el que seas de la realeza indica que no les importa el estatus social, ni las aptitudes físicas.. - Kiki se puso una mano en el pecho aceptando que era la inutilidad física encarnada - Lo que significa que buscan algo más de las personas que traen aquí, ya que somos demasiado pocos para...no se, cualquier cosa...lo que me lleva al numero tres...

La humana se ajusto la bufanda , tratando de quitar la frase "repoblar este mundo" de su cabeza, y siguió imperturbable hablándole al frivy. No quería voltear porque no quería ver los ojos  de sus compañeros, no quería ver la mirada de Fleur que probablemente la haría replantearse la siguiente pregunta, necesitaba respuestas, o al menos mas información, quería saber más. No entendía aquello que parecía irreal, y sin embargo estaba sucediendo. Necesitaba por lo menos saber una leyenda, una suposición, algo. La finlandesa suspiró y apretó los puños antes de preguntar con calma, la misma calma que cuando no te quedan más opciones que aceptar algo.

- ¿Que significa que cuando regresan, lo hacen como ellos? ¿Cómo momias? ¿Cómo gente  voladora con magia? ¿Los cambian aquí? Aun si no sabes la respuesta... - Levanto la mano para callar una posible replica rápida del frivy. Ya había mencionado a Ulmara que no sabía mucho mas, pero eso era mucho mejor que nada - ¿Que es lo poco que puedes deducir? Ya vimos que esto es muy real, y te pido por favor que nos...que me cuentes todo lo que sabes de este sitio...

Una sombra pasaba por la mente de Kyllikki, como cuando sus padres le decían de pequeña que no pregunte, que era grosero, que era inapropiado hacerlo directamente, y que le contarían después. Pero ahora ya no era una niña, vamos, que a todos les habían soltado a vivir allí sin más. Cuando pregunto todo eso no tenía idea de lo que podían responderle, pero su corazón estaba latiendo rápido, no de miedo, sino de emoción.

Cuando Nery's comenzó a hablar para responder sus preguntas y las del resto de forma normal, Rua se pregunto porque no hablaría de aquella forma todo el tiempo. Aun así la sueca no dijo nada escuchando con seriedad, el ceño ligeramente fruncido, sus palabras.

Pudo notar un evidente tono de fastidio cuando menciono que eran estúpidos por dudar de el cuando llevaba mencionado aquello desde el día anterior y Rua tecleo impaciente con sus uñas en la mesa ante la respuesta. << Disculpanos señor-necesito-ser-observado-y-no-me -gusta-que-me-ignoren, que aunque entiendo ese sentimiento...teníamos muchas otras cosas en las que pensar. Como por ejemplo averiguar como obtener eso que estas zampandote, así que relaja las nalgas >> pero decidido mantener la cremallera cerrada y con ella su opinión o capaz solo provocaba que no dijera nada. Y sinceramente le interesaba saber de que iba todo ese cuento sobre el gobernante de ese mundo.

Cuando al fin las quejas encubiertas quedaron atrás y la explicación comenzó Rua se mantuvo expectante. Oír que era de la realeza, que su mundo también poseía una tecnología potente y que, ademas, habían decidido rendirse por que los habitantes de aquel lugar poseían magia con la que no podía rivalizar, le hizo pensar seriamente en que había algo que no terminaba de encajarle de toda aquella explicación.

Si hablaban de seres que tenían el poder para crear una epidemia en un mundo, masacrar a toda una raza, destruir edificios enormes cual terroristas y tenían magia súper chula capaz de hacer lo que quisieran sin que las armas de ese mundo le afectasen...¿porque carajos tenían su propia ciudad hecha una mierda? ¿era cosa de estilismo? ¿o solo les gustaba dar la imagen deteriorada a aquellos que secuestraban? Suponiendo que lo hubieran hecho mas veces, cosa que Nery's mismo había dado a entender que si. Si eso era así, parecía un enorme malgasto. ¿Para que invertir su tiempo y su magia en traer a cuatro pasotas de sus mundos -y a uno de la realeza- en vez de invertir eso en mejorar su propia ciudad? .

Y no fue la única que llego a una conclusión similar. Kiki, que de nuevo pareció sacar todo el alma de su cuerpo a través de sus rápidas palabras, parecía también estar razonando un poco aquella explicación de Nery's. Miró fijamente a este esperando a ver que diría al amplio pero certero análisis de la finlandesa, que llegó a cierta conclusión que hizo que Rua la mirara fijamente. La mención del motivo por el que los había traído a ese lugar. No podía ser como mano de obra para reparar ese sitio, eran demasiados pocos y demasiados poco adecuados para ello en comparación a lo que ellos podrían hacer con esa magia de la que Nery's hablaba.

<<¿Por qué traerían a un grupo de gente de mundos diferentes a este lugar sino es para reparar este sitio? Ni que fuésemos ganado seleccionados exclusivamente para producir algún tipo de materia prima >> pensó por un instante en esos monstruos que los trajeron como los ganaderos y en ellos como ganado de buena calidad pero de diferentes orígenes. ¿Estaban haciendo algún tipo de selección especial con ellos? ¿Pero con que objetivo?

-Sonara un poco absurdo pero...parecemos como ganado al que preparan para alimentarlo, que se fortalezca en un territorio hostil y aprenda como sobrevivir a el, para luego echarlos a criar entre los que sobrevivan y que produzcan crías mas fuertes que sus progenitores. O algo similar...pero sin bebes cagones y llorones de por medio. Cosa que que agradecería, que bastante mierda hay ya en todo este asunto... -comentó Rua con un bufido ante lo desagradable que le sonaba incluso a ella. Fuese así o no, lo que estaba mas que claro es que el traerlos tenia un por qué y luego de que Nery's mencionase que los que iban a esa ciudad volvían mas fuerte y como aquellos seres que habían visto en la fuente, solo daba mas peso a su teoría.

Kiki estaba especialmente emocionada con aquello, sus preguntas certeras y que no carecían de importancia le interesaron. Recordaba vagamente a la mujer que le llevo allí mencionadole que era la elegida y sobre la posibilidad de obtener magia, así que ciertamente, cabía la posibilidad que parte de lo que Kiki decía fuese cierto.¿pero eso de volver pareciendo a alguno de esos seres? No haba escuchado nada de eso antes. La visión de la vieja pelleja le provocó un escalofrió y ardor de estomago. Imaginarse con esa horrorosa apariencia era repugnante.

-¿Has visto personalmente a alguno de esos frivys que han vuelto de esta ciudad? ¿Como lucían?- preguntó Rua añadiendo aquella a las cuestiones de Kiki, mirándolo con suma atención también interesada en lo que diría, aunque la conversación estaba ciertamente tomando un turbio rumbo. Obtener magia, si, no sonaba mal, pero eso de que podrían volver como la momia pelleja, por ejemplo, no le sonaba para nada agradable- Estoy también interesada en saber que mierdas pasa realmente en este lugar...no me apetece lo mas mínimo ser un ganado sin cerebro, que hace todo de forma automática tal y como quieren sin entender el por qué. Así que cuéntanos cualquier cosa que sepas, Nery's, ya va a ser bastante mas de lo que sabemos hasta ahora, al menos...- pidió Rua con la misma seriedad, comprendiendo y a la vez no la emoción de Kiki con aquel asunto. Esperaba que aquello se debiera al hecho de poder obtener magia mas que a lo otro. Porque si de verdad ahí había alguien con ganas de parecerse a la vieja pelleja, estaba definitivamente loco de atar.

Escuchó con paciencia y sin inmutarse las preguntas o declaraciones. Aquel joven de gestos vagos, amables y graciosos había desaparecido para traer en su lugar a un hombre de absoluta seriedad y sin resquicios de duda o fragilidad en la mirada, era, en todos los aspectos posibles, el aspecto de alguien que cargaba con el peso de un mundo a sus espaldas. Miraba con intensidad a todos los presentes, vigilando sus reacciones.

-No creo que sea el caso de usarnos de ganado, pues sería mucho más lógico traer grandes números y usar la esclavitud directa en mi mundo. -Le contestó a Rua sin titubear. Acto seguido empezó a responderle a Killikki.

-A lo primero, tienes razón, yo también quede asombrado al ver que este mundo no es más que una ruina. Al principio pensé que sería el terreno de prueba o algo similar para los elegidos de este décimo de año, pero al escuchar el discurso del consejo no pude si no concluir que se trataba en efecto de Rocavarancolia como tal. Como bien has señalado parece el resultado de una guerra perdida, y al escuchar que en el mundo de Ulmara hay magia de su boca solo se me ocurre que se debió abrir un portal a un mundo con una magia incluso más poderosa o un mundo que combinaba la ciencia con la magia, pues como podemos ver en las ruinas la ausencia de tecnología en esta civilización es casi completa.

A tu segunda cuestión te dire que dado el registro de personas seleccionadas sabemos de buena mano que no les importa nada salvo un factor. La edad. Fracamente, estoy aliviado de no ver entre nosotros ningún niño, aunque no voy a poner la mano en el fuego por decir cuántos había en la fuente pues fue un momento muy confuso y caótico. Las estadísticas recopiladas indican que la enorme mayoría de elegidos en mi mundo se sitúan por debajo de los dos años, edad que alcanzaré yo en pocos meses.

Se había dado cuenta de la curiosidad mezclada con miedo que había dado a Killikki a formular su tercera cuestion, tambien las prisas de Rua, y las emociones del resto. Era normal tras aquello y no le cabía la menor duda de que uno de los suyos ya se hubiese echado a llorar o se hubiera desmayado.

A la tercera cuestión responderé a su vez a Rua. Si. Una de las frivys que han regresado se podría decir que es ahora amiga mía, dado que suele regresar con frecuencia a mi mundo y yo me encargo de los intercambios monetarios para que ella y su novia disfruten de nuestro planeta y sus recursos. La otra, ha sido directamente la que me ha traído aquí, e imagino que a partir de este décimo de año será la encargada de revisar a los elegidos de mi mundo que vengan.

A la primera, no la conocía de antes, pero os puedo decir que sin necesidad de magia sus capacidades físicas dejan prácticamente a cualquier criatura de mi mundo en la vergüenza, así como al resto de mi raza, ni siquiera yo ni los más atléticos frivys podemos compararnos. También se de buena tinta gracias a ella que a los visitantes no les dejan filtrar información de aquí.
A la segunda si la conocía de antes, pues trabajaba para otra de las gobernantes y ahora que la he visto de vuelta, su belleza ahora es inconparable entre los míos, sea lo que sea que le ha pasado aquí desde luego ha sido a su beneficio.
No puedo teorizar mucho sobre los miembros del consejo o otros seres que hemos tenido en mi planeta pues siempre los hemos considerado razas de otros mundos, lo que si os puedo asegurar, después de veros a vosotros, es que la novia de mi amiga, así como el rey Andras Sula, seguramente sean ambos humanis como los aquí presentes.

Llevó su mano a un vaso de agua cercano, le seguía picando la garganta del frio y hablar tanto no le hacía bien, pero no pensaba dejar de hacerlo, después de un rápido trago, siguió hablando.

-En resumen, no todo el mundo vuelve y tras ver la peligrosidad del lugar no cabe duda del porqué, los que vuelven lo hacen con ciertas de sus capacidades aumentadas y la capacidad de hacer magia y ni ellos ni otros visitantes pueden darnos información, no sé si aquellos seres extraños son simplemente de otros mundos o este lugar te puede cambiar a ese nivel y por último estoy casi cien por cien seguro de que el rey actual pertenece a la raza humanis.

Volvió a echarle otro trago al vaso, sin romper la rigidez en su espalda y su pose seria, a la espera de respuestas.

Que las palabras del frivy hubiesen levantado sospechas era normal. Iemai no sabía por dónde iba a salir el chico, pero si algo tenía claro era que lo tenía tan crudo como el resto, y que su procedencia o quien hubiese sido ya daba igual.

Le molestó la acusación de que nadie le había prestado atención. Obviamente había percibido comportamientos extraños en él, pero estaba demasiado ocupada analizando los de todos los demás al mismo tiempo. El chico sonaba pretencioso al presentarse de nuevo, como si hubiese salido de algún cantar de gesta pero en prosa. No tardó en dejar de importarle cómo empezase la explicación, porque lo que estaba diciendo el frivy era realmente turbio.

Iemai se tapó la boca con una mano mientras escuchaba. La seriedad de Nery’s dejaba ver que no era un engaño. Por supuesto, Iemai se lo creía. ¿Cómo no iba a hacerlo? Los Rocavarancoleses resultaban temibles, y su amenaza se cernía sobre todos los mundos de los presentes, no solo el del frivy. Quien sabía qué cosas se podían cocer a sus espaldas en la Cercanía mientras la población las ignoraba.

No intervino, sino que esperó a que Nery’s respondiese a las preguntas de los demás antes de añadir nada. Una vez les había revelado que sabía más de lo que decía, el resto no fue sorprendente en absoluto –salvo quizá descubrir que tenía dos años, que fue como oir chiste que no era buen momento para reír–. Los frivys cosechados volvían siendo más fuertes, sabiendo hacer magia; básicamente lo que les habían prometido a los cosechados. Lo que no habían hecho era explicarles cómo.

Sin embargo, aquellas promesas no podían importarle menos a Iemai. Ella estaba allí porque no había querido convertirse en lejana y, de momento, lo había conseguido, aunque a un precio muy elevado. No iba a rendirse después de haber llegado tan lejos.

—Esto es muy difícil de digerir, pero tenemos que centrarnos —tomó la palabra, dando un toquecito en la mesa para enfatizar—. Ya nos han dicho todo eso, pero fragmentado. Los cosechadores nos prometieron poder, y la vieja vendada de ayer dijo que teníamos que levantar las ruinas de esta ciudad. Que tenemos que ser aptos para hacerlo. Ya sabíamos que quieren algo de nosotros, lo que nos falta es entender el qué. Si lo que nos pidió la anciana fuese literal nos habrían dado herramientas de construcción, no refugios y comida. Algo tenemos que significar si nos quieren mantener con vida sin pedir nada concreto a cambio. —Habló con seriedad, forzándose a detener su mirada un instante en cada uno de los presentes.

Fleur aceptó el contacto de la mano de Maila más que nunca, le gustaba saber que aún siendo valiente y saliendo a por comida luego la buscaba y tenían un momento como amigas. Aunque no se esperó que la propia chica expresara sus inquietudes sobre Nery´s. Aquello la desestabilizó y sintió como la sombra de la duda la dominaba.
Pero cuando estableció contacto con el frivy no pasó por alto su sonrisa triste, casi reservada a ella. ¿Qué quería decir?. Le devolvió el gesto con discreción y sutileza, tal y como había aprendido en el convento, las frases irrelevantes a veces iban cargadas de miradas reveladoras y la francesa solo quería que su compañero hablara de una vez.
No sabía hasta qué punto, pero en aquellos momentos Nery´s le parecía más misterioso que cualquier otro, incluso que Sarah.

Con sus primeras palabras Fleur cambió su expresión a una de profunda preocupación. Si pretendía alejar las suposiciones de que fuera un topo no estaba siendo muy hábil, el chico lo desmintió segundos después pero a pesar de ello la francesa no pudo evitar sentirse ingenua y algo tonta. Había tenido a uno de los gobernantes de otro mundo muy cerca  y que además estaba al tanto de muchas de las cosas que todos se habían estado preguntando. ¿Quiénes eran? ¿Qué pasaría? ¿Por qué ellos eran seleccionados como especiales para una ciudad en ruinas?. Fleur retrocedió con el ceño fruncido cuando percibió tanta autoridad y porte y se preguntó por qué. Nery´s parecía totalmente cómodo ante las miradas del grupo y aunque entendía que venía de alta cuna prefería al frivy amable que agradeció que lo apoyara con Tony y cargó con Kiki a cuestas.

Fleur pestañeó varias veces, observando la conversación como un partido de tenis de un lado a otro, no se dio cuenta de que estaba apretando la mano de Maila demasiado fuerte.
No le sorprendió que la finlandesa y muchísimo menos Rua expresaran sus opiniones e hicieran preguntas, aunque sí la rudeza de ésta última. Fleur aún tenía que acostumbrarse a aquella chica que tan impactante impresión le había dado al principio. Especialmente cuando se refirió a todos como “ganado” que criaban para producir crías más fuertes que sus progenitores. Le sonaba a una mala historia y de momento estaba metida de lleno. Además se parecía horriblemente al hilo de pensamientos Camus, corderos y lobos.

Fleur se tomó unos segundos para tranquilizarse e incluso tuvo que sentarse al lado de la hawaiiana para que no se le viera su rodilla izquierda temblona, si hubiera sido capaz se habría puesto más pálida.
No podía procesar toda la información de Nery´s de golpe, ni su importante carga cultural, ni que la gente cambiaba allí y por supuesto que no todos volvían. Aunque ese era un detalle que conocía por el suceso de la fuente Fleur no dejaba de preguntarse por qué el frivy habría aceptado el trato de antemano.

Tras Iemai quién tomó la palabra asintió y tragó saliva advirtiendo que su garganta se encontraba muy seca. Tenía cientos de dudas e inseguridades pero Fleur no se salió de su molde habitual, paseó la mirada por varios de los presentes y como siempre se quedó muda.

Maila escuchaba  estupefacta al frivy,sorprendida por su forma de hablar. Había demasiadas cosas que digerir. No tanto que Nery´s fuera un gobernante de su mundo como la incertidumbre de si  volverían de una pieza a casa sabiendo aquellas revelaciones. Aquello lo cambiaba todo, la visión que tenía Maila de la ciudas, de sus habitantes...<<¿Cómo puede el rey de este lugar ser humano, haber pasado por esto y hacernos eso mismo?¿Qué clase de persona haría algo así?>> Se preguntó con cierta rabia.

-Sí... si que parecemos como ganado.- Añadió la hawaiana al comentario de Rua. <<Nos están utilizando de forma descarada y ni siquiera sabemos para qué>> Pensó amargamente. Las preguntas iban y venían pero de lo único que estaba atenta por completo era al contacto de Fleur. La reconfortaba y llenaba de alivio. Ella no era una duda, una inseguridad como lo demás. Era real, y estaba allí con ella. La hawaiana le apretó la mano aún más fuerte.

-Sea lo que sea lo que quieren de nosotros dudo que lo tengamos, al menos por ahora.- Dijo la chica tras escuchar todos los comenatarios de sus compañeros. Se estaba esforzando por no dejarse llevar por los nervios. Habían huido de aquella bestia y aún no le había dado tiempo a tranquilizarse cuando surgía todo ese debate.-Si tuviéramos lo que necesitan tanto no estaríamos aquí,  estaríamos en el castillo del gilipollas ese recibiendo instrucciones de qué hacer, no nos habrían dejado a nuestra suerte con aquel caballo del demonio ni con ese reptil asesino. Aunque... teniendo en cuenta lo crueles que son... quizás les da igual que mueran unos pocos de nosotros mientras el resto de gente que vimos en la plaza se salva-. Terminó Maila con un suspiro, la verdad era que no había pensado mucho en lo que había dicho. Más bien lo había estado diciendo mientras se le iba ocurriendo.

Y cuando se dio cuenta de que podría haber puesto a alguien más incómodo aún volvió a hablar.- Lo siento, es que este sitio saca lo peor de uno, joder-. Dijo esto último más para sí, mientras le daba un bocado a la comida por hacer algo que por hambre.

Toni se mantuvo en silencio durante toda la comida. Prefería recuperar algo de fuerzas antes de esforzarse en mantener una conversación.
Escuchaba a trozos, sin mucho esfuerzo. Más por la debilidad producida por tantas horas sin ingerir alimentos que por desinterés.
Lo que sí era consciente era de la incomodidad de la mayoría de los compañeros. Nerys estaba hablando como si diera un discurso político. Estaba claro que era alguien importante en su mundo.

Cuando termino de comer y el calor comenzó a expandirse desde el estómago Toni elevo un poco la voz sin llegar a gritar, sin dirigir su mirada a Nerys.

- Tres cojones me importa que seas quien seas en tu mundo, ya no estás en él. Así que si sabes algo más, lo más mínimo, ya lo estás soltando. Por si no te has dado cuenta, somos de especies distintas y lo que para tí es algo obvio para el resto puede que no.- Miró a Rua mientras decía la últimas palabras, ella había comentado lo que había traído con ella y para Toni eran cosas cotidianas.

- Está claro que o nos espabilamos o nos comen las piedras. Creamos saber lo que creamos, estamos en otro mundo o otra realidad o a saber qué coño pasa. Pero si queremos sobrevivir tenemos que tener claro algo. Por muy mal que nos caigamos tenemos que estar juntos y defendernos los unos a los otros. Hasta al príncipe de los cojones este que se cree con derecho de hablarnos como si fuéramos súbditos- Cuando dijo la última frase clavó la mirada en Nerys durante un segundo y se levantó inmediatamente.

Toni nunca había tenido la necesidad de mantener un conflicto abierto con nadie, siempre había tenido la protección y el amparo de todo el mundo por lo que hasta él mismo se sorprendió de su reacción. Se arrepintió instantáneamente, no quería ofender a nadie.
Bueno, a casi nadie.

Pefka miraba entre desde la desconfianza y el desconcierto al frivy según les hablaba. Nada de lo que decía tenía sentido para él. Todo le sonaba como sacado de un cuento con demasiados alucinógenos. Solo sacó en claro que en el mundo de las cercanas había magia, que los frivys llamaban "años" a los ciclos lunares, y que realmente no sabía nada útil sobre su cometido allí. Es más, cuando él acabó y algunos añadieron más comentarios... Nadie lo sabía.

El nombrado, en cambio, tenía varias cosas bien claras. Uno, que menuda perorata había soltado el chico para no decir nada relevante, solo sembrar dudas que él no necesitaba. Dos, que si el frivy se creía alguien superior, lo iba a tener claro con ellos, como ya Toni le había demostrado. Y tres, su opinión en cuanto a qué hacían allí.
—Creo que el motivo de nuestra presencia aquí seguramente sea tan superior a nosotros que no lo entendamos aún. Pero da igual, hay que sobrevivir, como dice Toni —miró al humano y asintió levemente—. Y ahora me retiro. Mucho que asumir y pensar. No me busquéis.

Recogió y lavó su plato y después se marchó a la armería. Necesitaba silencio y estar cerca de algo que comprendiera mejor, aunque fueran unas cuantas flechas y machetes. Pero no quería pensar en nada de lo hablado en ese momento, así que en su lugar se decidió a ordenar aquella habitación. No lo haría solo, además. Ulmara se le unió poco después, y lo agradeció. Si iban a entrenar y salir armados en los días sucesivos, habría mucho jaleo allí dentro y prefería que tardasen lo mínimo en buscar y prepararse.

Se le fue la tarde con esa tarea, recolocando las armas y protecciones según su tipo y longitud. Había muchas que no conocía, pero casi todas pasaron por sus manos. Las evaluó con curiosidad y las empuñó con cuidado. No le convencieron, la verdad, pesaban más de lo que estaba acostumbrado, pero la cercana pudo explicarle de unas y otras. En cambio, las joyas que se encontró le parecieron atractivas. Si tuviera pinturas corporales o ropas mejores, podría hacerse un buen atuendo con ellas.

Al caer el sol, el hijo de lunas salió al patio con sus pieles y su capa de zedim. Se remojó una última vez y se tumbó junto a la pared. No tuvo que cubrirse mucho con las pieles, lo suficiente para estar cómodo en el suelo de piedra. La temperatura era agradable, pero refrescaría por la noche y no quería enfermar.

Estaban solos él, la estatua y el cielo vacío. Había venido a ese mundo convencido por la enviada de las lunas, así que no podía ni debía perder la fe en su sabiduría. Creía, o quería creer, que su ausencia era un reto para él, pero dudaba porque era la primera vez que no le acompañaban en el camino, y él tampoco se veía tan importante. «Deja eso. Aún no lo entendemos, eso es todo» A todos les habían traído allí por algo, y si había tanto secreto alrededor sería por alguna causa mayor. No obstante su fe, agradecería algún atisbo de las lunas, alguna señal, algo, en el futuro, por tener certeza. Era un explorador de la naturaleza salvaje, se guiaba por olores y huellas, así que aquella oscuridad sin guía le asustaba. Además, para colmo, echaba de menos a Karane, la música y una buena fogata a la que arrimarse.

La noche anterior había dormido en el interior, sin duda sobrepasado por las circunstancias, pero algunas de las siguientes las pasaría en el exterior de aquella cueva. Si las lunas aparecían, él estaría a la vista. Aunque él no las viera, ellas sí. Quizá lo entendieran como él, como un gesto de su confianza en sus designios.

Con suerte, soñaría con su mundo.

Nery’s dio un cambio de ciento ochenta grados. De repente hablaba sin todos los dejes y terminaciones que les había mostrado hasta ahora. Ulmara frunció el ceño visiblemente y clavó sus ojos en su figura, juzgándolo con dureza. ¿Tal vez sí que tenía una tapadera cojonuda? Se cruzó de brazos y solo rompió su postura levemente para rascarse a un lado del pico.

—Me cago en la mochila de Aramara… —susurró llegado un punto. No quería desalentarse, ni afectar al ánimo del resto, pero era difícil. Se sentía abrumada en aquel instante y ni todas las palabras de Nery’s eran suficientes para recomponer el puzle que tenía la cercana en su cabeza. Como mucho le servía para atar un par de cabos, pero eso era todo. Aun así quiso dejar algo claro a Nery’s—. Como ya han dicho, en este plano todos somos lo mismo —<<víctimas>>, pensó—. Los privilegios que tenías en tu hogar no significan nada en esta torre, tenlo en cuenta.

>>No sé cómo picos vamos a hacerlo, pero encontraremos una manera de resolver esta mierda —. <<Ulmara, ¡la lengua!>>—. Con perdón.

Se levantó de la mesa y fue directa al fregadero para limpiar su plato y sus cubiertos. En parte por costumbre, pero también porque se sentía en deuda, limpiaría cualquier pieza sucia que amontonaran a su lado. Después optó por bajar a la armería para comprobar con qué contaba para sus entrenamientos matutinos. Allí se encontró con Pefka, cuya presencia agradeció enormemente. Entre los dos pusieron un poco de orden en aquella planta y conversaron sobre las armas que había allí abajo.

Por un lado, Ulmara sentía que estaban bien abastecidos, aunque algunas armas hubieran visto tiempos mejores, pero por otro tenía una espina clavada desde que los otros habían vuelto con las cestas: ¿de qué servirían sus entrenamientos contra bestias gigantes? ¿Contra caballos marinos? Creía… No. Estaba segura de que, ante seres así, les convendría más huír que plantar cara. Pero eso era algo que tendría tiempo de hablar.

Perdió el resto del día curioseando en baúles y armarios, sacudiendo polvo y doblando ropa. Al anochecer, se disculpó para subir a la azotea con un candil que había encontrado en la planta inferior. Lo colocó en el suelo y se sentó frente a él. Con los ojos cerrados, sacó su colgante de debajo de la ropa y lo aferró con su puño izquierdo. Ante la presión y el calor corporal, la magia anclada en él se activó y un olor lejano llenó los pulmones de Ulmara: el ambientador de flores de su madre mezclaba su fragancia con el aroma especiado de los guisos de su padre y la brisa fresca de su puesto vigía.

Con ese olor que nadie podría captar, respiró hondo y entabló una conversación con Aramara y el resto de su panteón: les habló de absolutamente todos sus compañeros; compartió con ellos sus dudas, sus miedos y preocupaciones, así como las pequeñas alegrías y los leves momentos de orgullo cercano cuando la inseguridad no la apelmazaba. Hablaron (habló ella) durante casi una hora, hasta que los murciélagos en llamas cubrieron el cielo y la distrajeron. La cercana se despidió de sus dioses y permaneció otro rato arriba, contemplando la danza errática de aquellas criaturas. Se preguntaba si cazaban y qué se estarían comiendo. ¿Insectos? ¿Acaso les hacían falta? Conocía criaturas extraplanares de fuego que podían vivir durante tanto tiempo como se mantuvieran vivas sus llamas. ¿Y si venían de aquí? ¿Y si Rocavarancolia les había suministrado a los Otros para alimentar sus guerras? ¿Lo sabrían el consejo iritre o los gobernadores alaís?

A este paso no la matarían ni criaturas carroñeras ni caballos asesinos, sino la montaña de incógnitas que no cedía en su crecimiento. Se fue a la cama tarde para unos y temprano para ella, con la esperanza de despertar al día siguiente con energía suficiente para no morir durante los entrenamientos. En el fondo, también se sentía ansiosa porque llegara aquel momento del día: quería aprender más de sus compañeros; aliviar el peso de la montaña.

- ok ok ok, si si...ha sido suficiente por hoy...y por mucho tiempo parece - llego a decir Kiki después de todos. Levanto su plato con desgano y  espero un poco a que los que estuvieran frente a ella terminaran de lavar los suyos. Cuando acabo se estaba retirando con las manos levantadas, como una cirujana antes de operar, una costumbre que le hacia gracia a sus padres pero termino sacudiéndolas y secándose en su ropa. El trabajo que había hecho el frivy dejaba mucho que desear asi que con un suspiro, acomodo las telas alrededor de su cuello, quizás con mas fuerza de lo normal pero al menos no moriría de una neumonia aquella noche.

El resto de aquel aciago dia lo paso en su habitación, doblando retazos de tela de forma mecánica y tratando de encajar una idea tras otra. Bien podían ser ganado, lo que significaba que a carne de los humanos y otros seres era muy muy nutritiva, o que las bestias que habían encontrado hasta ahora tenían una dieta muy pobre y que no les duraría mas de un par de meses. Y si no eran ganado, algo querían de ellos, porque prometer la gloria sin mas, y luego abandonarlos no tenia mucho sentido. También le daba vueltas a aquello de la guerra. No estaba particularmente orgullosa de que su raza hubiera demostrado a lo largo de los años tanto talento para aniquilarse a si misma, pero le parecía raro que en unos mundos los engañen para ir, y en otros no. Lo que le hacia suponer nuevamente que había normal que no entendía y que sinceramente, dado el estado de la ciudad, o tenían que ver con magia o no se explicaba porque no secuestraban unos 500 adolescentes y los criaban hasta esperar el momento adecuado para lo que sea que los hubieran llevado allí. Las horas pasaron y el montón de ropa y telas dobladas creció a su costado. Aquel día estaba agotada, incluso de conversar consigo misma así que no bajo al anochecer, ni desde luego, se acordó de la amenaza del acosador. Solo se quedo allí en su habitación murmurando para si misma, abrigándose mas y mas y pensando que un porro aquella noche, no valía todo esto. Es mas, aunque le regalaran un animalito hecho de materiales varios que tenia vida propia, aun así, tendría que pensárselo mucho antes de aceptar una segunda propuesta de Akeyo.

-Así es, Iemai. Desgraciadamente cuando se anunciaron ante nosotros en mi mundo, todos mis compañeros y yo ya teníamos su soga al cuello. Lamento no haber podido indagar más en lo que quieren. -Agachó la cabeza ante aquella extraña ser pues para él, su desconocimiento no era culpa de nadie más que de sí mismo por no haber sido más inquisidor cuando había podido.

Al levantar la cabeza observó de nuevo a todo el mundo, la duda en Fleur, la frustración de Maila, la furia tomando control de Toni antes de estallar, la confusión de Pefka y la abrumación de este y Ulmara, el cansancio mental de Kyllikki.

-No pasa nada Maila, es lo normal. Simplemente saldremos de esta poniendo todo lo que tengamos al fuego. -Relajó las facciones y una sonrisa amable les fue dirigida tanto a ella como a Fleur.

Recibió las palabras de Toni y Ulmara como un rompeolas recibe aquello para lo que ha sido construido. Impasiva e inamoviblemente. Devolvió la mirada al humano, clavandole de vuelta sus ojos, unos ojos tan claros que parecían irradiar ellos mismos luz, sin embargo no había ni rastro de furia o desagrado en su semblante. -Toni, Ulmara, me disculpo si mi discurso ha sonado como uno de autoridad. Seguramente sea por mi falta de costumbre a tratar este tema con civiles y también a que me cuesta bajar el registro frivy a como habláis todos incluido el consejo. Superes difícil que te tronchy´x. -Dijo esto último acompañado por una risa ya más propia del Nery´s normal que el que había dado el discurso. Risa que fue cortada por una tos leve, a lo que se llevó de nuevo el vaso a la boca y se levantó recogiendo sus cubiertos.

-Os invito a revisar mis actos desde ayer hasta ahora, y a que juzguéis vosotros mismos si estoy aquí con el propósito de extender y abusar de mi autoridad. -Marchó entonces a la cocina a dejar su plato y a por más agua.

Dejó que Kiki le ajustase su "bufanda" resignado ya a tener que llevar tales trapos para no morir de hipotermia, y se dedicó a pulular por el torreón y a proponer y ayudar a que se pudiesen dar un baño caliente, ofreciendo que se bañaran de dos en dos para ahorrarse trabajo y problemas, cosa que fue rechazada a exasperación suya.

Pasaban las horas y él solo se maldecía por haber tenido que desvelar quien era ya en el segundo puñetero día y se decía que mejor hubiese cerrado la boca con toda esa información que total no les servía de nada para sobrevivir aquí.
Al final, con la caída de la noche simplemente se preparó para dormir con Kiki, tomandose otra de sus pastillas.

-Hey, ¿Megaestas despierta todavía? -Dijo en tono bajo para no molestar al resto. -Superme he puesto unos calzoncillis y una camisa, pero hiperno se si así sigue dando miedo a los humanis la desnudez. ¿Así ultrabasta? La verdad hiperes que estoy empezando a coger fresquis.

Fleur ya no sabía si lo que querían de ellos lo tenía o no, y con tanto intercambio de opiniones se sintió algo mareada. Pero contempló de cerca como el humano y Ulmara dejaban claro ciertas diferencias con el frivy respecto a su posición en su mundo. Algo incómoda por la sonrisa amable de Nery´s tuvo que darles la razón a los otros dos, en algunas frases había detectado cierta desigualdad y ella solo deseaba que pudieran llevar una relación cordial entre todos hasta averiguar exactamente más cosas sobre la ciudad.

Sin pensar que ninguno de sus compañeros tuviera maldad terminó por retirarse junto al resto para deambular por el torreón con diversas tareas para distraer los pensamientos más negativos. Conversó con Maila, adecentó lo que quedara por repasar, y al tomar los baños quiso hacerlo de las últimas para compensar a los que habían recogido comida.

>>A ti no te puedo compensar. Gracias, por traerlos a todos, y haz que los de fuera continúen bien<<.
Rezó, antes de abandonarse al devenir que el siguiente día le trajera en su colchón.

El resto de la conversación la pasó escuchando a sus compañeros, no tenía mucho más que decir y además estaba cansada de tanta cháchara. Necesitaba hacer algo productivo de verdad, como limpiar los platos o lo que fuera. Por otro lado le pareció muy bien que sus compañeros mencionaran que allí eran todos iguales. No es que pensara que Nery´s se creyera mejor que ellos, pero no estaba mal dejarlo caer en público.

En cuanto algunos empezaron a levantarse Maila hizo lo mismo y limpió su plato arduamente. Después se dedicó a registrar el torreón en busca de algo que no estuviera del todo limpio y ordenado. Durante todo ese tiempo mantuvo la mente en blanco, dedicada a dichas labores, a excepción de algunos momentos puntuales en los que  la imagen de un caballo siniestro y atroz aparecía en su cabeza. Más tarde hablaría con la francesa, olvidándose de sus temores temporalmente.

En cuanto la noche empezó a descender sobre la ciudad Maila se tomó un baño, se dirigió a la cama y se acurrucó junto a Fleur bocarriba.<<Venga duérmete ya, mañana será otro día...>> Pensaba la chica cada vez que imágenes pesadillescas la atormentaban al cerrar los ojos,  a pesar de ello se sumió en un profundo sueño debido al cansancio acumulado.

Toni vio como el resto se levantaban y clavaban los platos. Los suyos aún estaban en la mesa.
Nerys contesto con un tipo de disculpa algo rara, no por las palabras sino por su actitud. Quería sonar conciliador y se esforzaba en parecerlo. *No se si príncipe pero político seguro que si* pensó.

- A ver, como he dicho somos especies distintas. Tenemos que hablar como si nadie supiera nada de nuestros mundos- dijo como si nadie supiera porque a el no le gustaban que dieran precio cosas de él que no tenían sentido.
- Estamos todos en el mismo barco- carraspeo pensando que lo mismo no sabían lo que era un barco - quiero decir, en el mismo bando, equipo, de la misma parte.

Cogió su plato y cubiertos y se dispuso a lavarlo. En la vida había limpiado platos, ni vasos, ni nada en realidad. Observó tímidamente como lavaban los otros e intento imitarles.

Después de comer, con la sangre en el estomago y el sueño atrasado de la noche anterior a Toni se le cerraban los ojos. Siempre le había molestado los cliché de los andaluces, nunca había dormido siesta pero en aquella ocasión la necesitaba. *Probablemente nadie sepa ni siquiera que es Andalucía por aquí* pensó.

Se dirigió al cuarto y vio que Rua estaba trasteando con la ropa.

(*Inciso)

Cuando abrió los ojos y descubrió el rostro de Rua, le parecía ver la cara de alguien cercano, de una amiga. Cuando estás solo te aferras a cualquier persona que se muestre un poco afable para soportarlo. Esto Toni no los sabía aún,  llegaría a tal reflexión cuando todo terminase.
La conversación con Rua le había movido algo dentro, un clic que no había escuchado; que sin saberlo había iniciado una serie de detonaciones en cadena muy silenciosas.
Por primera vez había conocido a alguien que había sido criado por dos madres y parecía normal. Nada de una persona con taras, ni emocionalmente débil (parecía incluso con más estabilidad de la que él podía presumir). Había tenido cariño y habían sabido hacerle sentir bien (algo de lo que Toni tampoco podía presumir).
Durante el resto de la tarde no fue capaz de quitar de su pensamiento esta reflexión y no paraba de observar a Rúa para buscar la más mínima anomalía, por muy pequeña que fuera.

Ahora que estaba descansado y con el estómago lleno, pretendía empezar a conocer un poco más al resto. Si tenían que sobrevivir, mejor llevarse bien. El miedo había mutado en algo que Toni no supo distinguir. Desde la conversación, durante el almuerzo, junto con su puñetazo (metafórico) en la mesa, había empezado a sentir una extraño valor tamizado con curiosidad. Si esto iba a ser así mejor que llorar a solas, cuando nadie lo viese.
- Ya descubriré algún tipo de tara en Rúa, no puede ser perfecta-  pensó.

Escuchó en silencio la explicación de Nery's y la respuesta que daba tanto a sus preguntas como a las hechas por Kiki. El tono en que comenzó a responder le enervo un poco, mas bien bastante pero Rua contó hasta veinte para mantener sus genio controlado y centrarse en escuchar toda aquel bombardeo de datos. Era demasiado para digerir en un momento, incluso si en si mismo no echaba mucha luz sobre por que se encontraban allí o que pretendían hacer con ellos en aquel lugar, sino que dejaba aun mas incógnitas. El sentimiento de indignación y frustración se hacían mas y mas fuertes.

Nery's, en vez de responder sus dudas solo estaba incrementándolas. ¿Para que los traerían a ese lugar prometiendo magia?¿Estaban acaso faltos de gente con dicho don y necesitaban sangre nueva para ello? Si ese fuera el caso ¿porque traían gente de mundos donde no existía? Tendría sentido que trajeran a cercanos, del mundo de Ulmara y Iemai, donde si parecía haber la magia ¿pero que pintaban allí todos los humanos, Nery's o Pefka? No iban a poder aportar nada.

Si todo eso se le añadía todo aquello que mencionaba sobre los cambios que habían sufrido esos frivys que había llegado a conocer y que volvieron vivos de aquella ciudad, solo planteaba mas dudas. Rua frunció el ceño saturada por tanta información <<Bueno...al final no hemos sacado una mierda en claro ¿vale la pena comerse la cabeza por esto cuando lo que tenemos son cuatro cosas sueltas sin mucho sentido>> concluyó Rua viendo la explosiva reacción de Tony, que se había mantenido en silencio hasta el momento y que criticaba la forma altiva de hablar de Nery's, que tanto le había chocado también a Rua. Y también añadía algo bastante vital en las circunstancias donde se encontraban. O trabajabann en grupo pese a las posibles discordias que pudieran surgir entre ellos, o iban a acabar siendo almuerzo de cualquier cosa de la ciudad.

-Entonces la conversación acaba aquí por el momento, no hay mucho mas que sacar. Al final haremos lo que pretendíamos hacer desde el inicio porque no hay mas cojones, y eso es sobrevivir. De los demás nos preocuparemos conforme vaya surgiendo, no hay otra -finalizo finalmente Rua mientras se levantaba de su silla y llevaba sus platos ala cocina. No, no iba a darle mas vueltas al asunto de lo estrictamente necesario ¿para que? ¿para no ser capaz de dormir y al final no sacar nada en claro? Innecesario, una perdida de tiempo y una ayuda a sufrir dolores de cabeza. Necesitaba concentrarse en lo que sabia, en lo que podía hacer y en el presente, no le servía de nada elucubrar y darle vueltas a lo mismo en un bucle infinito. Tenía otras cosas con las que lidiar ahora.

Rua decidió no quedarse en la cocina una vez lavó su plato como pudo con una mano, ya que no quería mojarse la venda . Una vez hecho eso, decidió subir al cuarto a dejar sus botas y sus gafas de sol. Necesitaba buscar algo de calzado adecuado para correr, era prioritario. Y si podía rescatar algo de ropa también, pues mejor que mejor. <<Cuando termine con esto iré a ver si puedo darme un baño, realmente lo necesito>> pensó un poco desalentada de saber que; o tendría que bañarse con agua fría o tendría que cargar a saber cuantos cubos con agua caliente, solo para que al final de tanto tiempo perdido, acabase fría igualmente. Cualquiera de las dos opciones le parecían un coñazo, acostumbrada a tener agua caliente cuando quisiera sin esfuerzo.

Estaba pensando mientras gruñía por lo bajo sobre las condiciones insalubres de aquel lugar, cuando al cuarto entró Toni, al que miró por el rabillo del ojos por unos instantes, antes de volver su atención a su búsqueda. No fue mucho tiempo después que Toni comenzó a hablarle (*) mientras Rua seguía tranquilamente con su búsqueda decidió que no estaba de mas conversar con alguien, para variar, sin que estuvieran hablando cinco o seis personas al mismo tiempo.

La conversación duró hasta que Toni empezó a dar señales de sueño y dijo de tomar una siesta, un hecho por demás curioso para Rua, que aunque ya sabia de donde era dada la conversación que habían mantenido le sorprendía aun un poco que el estereotipo se cumpliera. Accedió aun así a despertarle en un rato y mientras tanto siguió con su busqueada. Ya había encontrado no solo unos zapatos adecuados, sino también unos calcetines algo raídos y un pantalón vaquero desgastado y una camiseta que necesitara un par de modificaciones para cuando tuvo que despertarle. Una vez lo hizo, se dispuso a continuar con su siguiente objetivo. Darse un baño.

Llego a tiempo de escuchar a Nery's mencionar la posibilidad de bañarse de dos en dos para facilitar las cosas, cosa por la que Rua le miró con una mezcla de humor y sarcasmo. <<Tienes pretenciones muy altas amigo, estoy calculando cuanto vas a tardar en llevarse un guantazo con comentarios así >> pensó Rua tras decidirse a echar una mano.

Tuvo que esperar para bañarse igualmente, por lo que volvió al cuarto por la ropa con la que dormía y cuando logró agenciarse la bañera, el agua estaba medio fría para su fastidio, pero igual se resignó. Estar llenando y vaciando cada dos por tres la bañera con agua caliente era un coñazo. <<En este momento si que vendría bien la jodida magia>> pensó cansada, mientras se dirigía ya limpia hacia el cuarto tras colocarse la camisa ancha de dormir del día anterior y su ropa interior.

Todo el estrés de la mañana estaba de nuevo adueñándose de ella. Una vez en su cuarto se recostó en la cama pesadamente, escuchando la voces de aquellos que iban entrando para seguramente ir haciendo lo mismo. Sabía que compartía habitación con parte del grupo, que dormía en las otras camas, pero no se había llegado a fijar realmente en quienes la mañana anterior, adormilada como estaba. Logró medio escuchar los murmullos bajos de Kiki hablando consigo misma en acierto momento, a pesar de no entender nada de lo que decía, pero aquello confirmó su estancia en la habitación. Rua cerros los ojos cansada, acurrucándose bajo la precaria sabana que había rescatado el día anterior de un baúl. No es como si tuviese frio en realidad, pero ver como el cuarto se hacia cada vez mas y mas oscuro y las siluetas del resto de habitantes de la habitación se veían medio reflejadas por los sombríos reflejos de las velas, daba realmente muy mal rollo. Las sabanas eran como su escudo, en cierta forma.

La oscuridad ya llevaba un rato siendo bastante obvia en la habitación y en el resto del edificio. Apenas el sol caía, la oscuridad se hacia casi total, apenas iluminaba por algunas velas que habían conseguido ir colocando y encendiendo el día anterior para, por lo menos, no estar completamente a oscuras e ir tropezándose con todo en su caminos a las camas.

Con un gruñido exasperado pues no lograba dormirse, Rua rodó sobre la cama ligeramente buscando acomodarse mejor en la incomoda superficie con los ojos cerrados. Lentamente comenzó a adormilarse, escuchando vagamente pasos en el silencio que empezó a haber en la habitación, pero Rua no le dio importancia en el momento, suponiendo simplemente que debía de tratarse de algunos de los que dormía en el cuarto que volvía del baño e intentaba no tropezarse con todo. Escucho vagamente el murmullo de voces hablando pero mas dormida que despierta ni les presto atención ni se esforzó en entenderlo. Estaba demasiado cansada.

(*) Inciso

Nery´s sonrió ampliamente al oír que estaba bien y volvió a hablr en voz baja. -Menos mal, ultrame temía que tuviera que bajar de nuevis. -Se adentró en las mantas y sabanas poniéndose de lado de Kyllikki. Según entró ya se podía notar el calor irradiando de su cuerpo. -Brrrr, normalmente super estamos sanísimos que te roksi´x de la total pero aquí hace mucho frio. Extendió uno de sus brazos por debajo de la almohada. -Hiper seguro que funcionan. -Y bostezó.

-Bueno, ven aquí. -Puso voz tonta para las siguientes palabras. -Mega-acepta el castigo del todopoderoso gobernante, tu penitencia, superser cruelmente abrazada toda la noche. -Una risa tonta salió de él mientras que con el brazo libre hacia hueco por las sabanas para que ella se acercase.