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- InvitadoInvitado
Llamando a casa
26/04/21, 12:38 am
Recuerdo del primer mensaje :
La relación de Rocavarancolia y Libo se iba asentando y eso significaba que cada vez había más normas y protocolos que tenían que tener en cuenta. Por esta razón, y por su necesario descanso tras la tragedia de la Torre de los Soñadores, Mánia había tardado mucho más de lo que le hubiese gustado en contactar con su última cosechada. Estaba gratamente sorprendida de que hubiese sobrevivido; era la libense más joven que había hasta la fecha que había sido elegida y la embajadora se había mentalizado en que no tendría muchas posibilidades. Pero la cría era fuerte y había dado con un buen grupo. O puede que alguna deidad velase por ella.
Sea como fuere Mánia había llegado a la Sede y había mandado llamar a Nime para que se encontrase con ella en la sala común. Por la hora que era no había nadie así que podrían hablar tranquilas. Tal vez por su naturaleza territorial no se sentía cómoda yendo a buscarla a su dormitorio cuando no había avisado con antelación.
Vestía de manera informal para sus estándares, con un body negro de cuello de barco y mangas francesas y un arnés de cuero con remaches dorados. Pero llevaba sus garras y orejas ceremoniales y maquillaje tradicional. También llevaba una cesta de regalo con productos típicos libenses. Sabía que era un regalo frívolo para alguien que acababa de pasar por el trauma de una criba pero no quería ir con las manos vacías y eso tenía en su opinión mucho más valor que cualquier producto local.
La relación de Rocavarancolia y Libo se iba asentando y eso significaba que cada vez había más normas y protocolos que tenían que tener en cuenta. Por esta razón, y por su necesario descanso tras la tragedia de la Torre de los Soñadores, Mánia había tardado mucho más de lo que le hubiese gustado en contactar con su última cosechada. Estaba gratamente sorprendida de que hubiese sobrevivido; era la libense más joven que había hasta la fecha que había sido elegida y la embajadora se había mentalizado en que no tendría muchas posibilidades. Pero la cría era fuerte y había dado con un buen grupo. O puede que alguna deidad velase por ella.
Sea como fuere Mánia había llegado a la Sede y había mandado llamar a Nime para que se encontrase con ella en la sala común. Por la hora que era no había nadie así que podrían hablar tranquilas. Tal vez por su naturaleza territorial no se sentía cómoda yendo a buscarla a su dormitorio cuando no había avisado con antelación.
Vestía de manera informal para sus estándares, con un body negro de cuello de barco y mangas francesas y un arnés de cuero con remaches dorados. Pero llevaba sus garras y orejas ceremoniales y maquillaje tradicional. También llevaba una cesta de regalo con productos típicos libenses. Sabía que era un regalo frívolo para alguien que acababa de pasar por el trauma de una criba pero no quería ir con las manos vacías y eso tenía en su opinión mucho más valor que cualquier producto local.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Llamando a casa
21/05/21, 11:22 am
Nime sonrió cuando la embajadora le dijo que no sería una molestia recibirla en cualquier momento. Se sentía bien que alguien tan importante la tratase así, y era su mentalidad libense la que lo hacía aún más significativo.
—Muchas gracias por la oportunidad, y por darme tiempo.
Acompañó aquellas palabras con una profunda reverencia, aunque un poco torpe, ya que no había hecho muchas en su vida. Tras eso recibió el mapa y lo cogió con cuidado, para ser ella.
—¡Hasta mañana, embajadora!
Cuando empezó a agitar la mano para despedirse mientras Mánia se alejaba, terminó de romper por completo la fachada de niña educada que había intentado mantener a toda costa.
Al día siguiente, tal y como lo habían acordado, Nime se acercó a Luna Alta con un sobre y un paquetito bajo el brazo. Después de meditar más tiempo del que normalmente meditaría nada la demonio mineral, se había decidido a escribir una carta lo más concisa posible. Cuanta menos información diese, mejor, y menos posibilidades de meter la pata. Sus padres también sabían que no era de las que se paraba a dar explicaciones y no creía que se sorprendiesen mucho.
En la carta les preguntaba todo tipo de cosas, que aunque en parte era para despistar y rellenar líneas, eran cosas que quería saber. Decidió contarles que estaba bien, que había hecho muchos amigos y superado las pruebas de la ciudad sin ningún problema, y que era muy feliz allí, aunque no fuese más que una verdad bastante maquillada. El paquete, por otra parte, solo contenía dos cosas: la ropa con la que había llegado a la ciudad, que hacía mucho tiempo que no le servía, y un tarro de polvo de cacao. Nime pensó que la ropa era una manera de verificar que era ella. Las prendas estaban gastadas, pero no destrozadas, lo que pensó que le daría credibilidad a su historia. Junto al cacao puso una nota sobre cómo prepararlo para que estuviese delicioso, y le recomendaba a sus hermanos beber un vaso antes de irse a dormir. Sabía que les iba a chiflar.
Nime tragó saliva y llamó a la imponente puerta. Tenía varias dudas en mente para plantearle a la embajadora, y con los nervios del día anterior se le habían pasado por alto.
—Muchas gracias por la oportunidad, y por darme tiempo.
Acompañó aquellas palabras con una profunda reverencia, aunque un poco torpe, ya que no había hecho muchas en su vida. Tras eso recibió el mapa y lo cogió con cuidado, para ser ella.
—¡Hasta mañana, embajadora!
Cuando empezó a agitar la mano para despedirse mientras Mánia se alejaba, terminó de romper por completo la fachada de niña educada que había intentado mantener a toda costa.
Al día siguiente, tal y como lo habían acordado, Nime se acercó a Luna Alta con un sobre y un paquetito bajo el brazo. Después de meditar más tiempo del que normalmente meditaría nada la demonio mineral, se había decidido a escribir una carta lo más concisa posible. Cuanta menos información diese, mejor, y menos posibilidades de meter la pata. Sus padres también sabían que no era de las que se paraba a dar explicaciones y no creía que se sorprendiesen mucho.
En la carta les preguntaba todo tipo de cosas, que aunque en parte era para despistar y rellenar líneas, eran cosas que quería saber. Decidió contarles que estaba bien, que había hecho muchos amigos y superado las pruebas de la ciudad sin ningún problema, y que era muy feliz allí, aunque no fuese más que una verdad bastante maquillada. El paquete, por otra parte, solo contenía dos cosas: la ropa con la que había llegado a la ciudad, que hacía mucho tiempo que no le servía, y un tarro de polvo de cacao. Nime pensó que la ropa era una manera de verificar que era ella. Las prendas estaban gastadas, pero no destrozadas, lo que pensó que le daría credibilidad a su historia. Junto al cacao puso una nota sobre cómo prepararlo para que estuviese delicioso, y le recomendaba a sus hermanos beber un vaso antes de irse a dormir. Sabía que les iba a chiflar.
Nime tragó saliva y llamó a la imponente puerta. Tenía varias dudas en mente para plantearle a la embajadora, y con los nervios del día anterior se le habían pasado por alto.
- InvitadoInvitado
Re: Llamando a casa
22/05/21, 12:52 am
Mavel recibió a Nime en la puerta y la guió hasta el despacho de la embajadora. Mánia estaba en su escritorio, oculta tras dos torres de papel. Cuando vio a la niña cruzar la puerta su rostro se iluminó. Estaba harta de papeleo.
-¡Nime! Bienvenida. Toma asiento, por favor -le indicó una mesita redonda que había a un lado de la sala con dos butacas. -Mavel, haz té.
-Sí, señora.
No se molestó ni en terminar la línea que estaba escribiendo, dejó el documento y la pluma a un lado y fue a reunirse con Nime, sentándose en el lado opuesto de la mesita. Ese día vestía unos pantalones cortos de cuadros con tirantes, una camisa negra con cuello de encaje y un lazo al cuello cerrado con un broche. Solía usar ropa más terrestre cuando trabajaba desde casa.
-¿Qué tal con la carta? Veo que traes también un paquete, ¿quieres que use algún hechizo de protección o conservación en él?
-¡Nime! Bienvenida. Toma asiento, por favor -le indicó una mesita redonda que había a un lado de la sala con dos butacas. -Mavel, haz té.
-Sí, señora.
No se molestó ni en terminar la línea que estaba escribiendo, dejó el documento y la pluma a un lado y fue a reunirse con Nime, sentándose en el lado opuesto de la mesita. Ese día vestía unos pantalones cortos de cuadros con tirantes, una camisa negra con cuello de encaje y un lazo al cuello cerrado con un broche. Solía usar ropa más terrestre cuando trabajaba desde casa.
-¿Qué tal con la carta? Veo que traes también un paquete, ¿quieres que use algún hechizo de protección o conservación en él?
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Llamando a casa
22/05/21, 08:43 pm
Nime esperó a que le abriesen la puerta observando los detalles de la fachada, y cuando un apareció un sirviente se sobresaltó ligeramente. No sabía quién era realmente, así que se aseguró de hablarle con respeto también y se dejó guiar hasta Mánia. La embajadora parecía inmersa en su trabajo, tal y como le había advertido el día anterior. Al interrumpirla se aseguró de hacerle una reverencia decente.
—Muchas gracias por recibirme. Y por el té —añadió al ver marchar al sirviente tras la orden de la embajadora.
Se sentó a la mesa que le indicó Mánia y dejó el paquete sobre esta. Le intimidaba aún más estar en la embajada que el encuentro del día anterior en la sede, pero por suerte ya se había acostumbrado un poco a todo aquello.
—Me costó un poco escribirla, pero creo que está bien, no les he dicho nada —respondió—. Y el paquete lo preparé bien, pero tenga cuidado de que no se rompa, porfa. Metí un bote de cacao, es de cristal. ¿Eso se puede mandar, verdad? Bueno, y mi ropa vieja. Sé que es un poco raro, pero no les puedo mandar retratos ni nada… Y pensé que como teníais que traducir la carta ni siquiera iban a reconocer mi letra. ¿Cómo va a hacer eso? —Mientras hablaba, la mirada de la niña no dejaba de escaparse a sus alrededores, examinando la estancia de cabo a rabo. La decoración de aquel lugar era lo más libense que veía en mucho tiempo, y aun así no igual. De todos modos le gustaba aquel palacete, y aunque sabía que no debía ser muy descarada no podía evitarlo.
—Muchas gracias por recibirme. Y por el té —añadió al ver marchar al sirviente tras la orden de la embajadora.
Se sentó a la mesa que le indicó Mánia y dejó el paquete sobre esta. Le intimidaba aún más estar en la embajada que el encuentro del día anterior en la sede, pero por suerte ya se había acostumbrado un poco a todo aquello.
—Me costó un poco escribirla, pero creo que está bien, no les he dicho nada —respondió—. Y el paquete lo preparé bien, pero tenga cuidado de que no se rompa, porfa. Metí un bote de cacao, es de cristal. ¿Eso se puede mandar, verdad? Bueno, y mi ropa vieja. Sé que es un poco raro, pero no les puedo mandar retratos ni nada… Y pensé que como teníais que traducir la carta ni siquiera iban a reconocer mi letra. ¿Cómo va a hacer eso? —Mientras hablaba, la mirada de la niña no dejaba de escaparse a sus alrededores, examinando la estancia de cabo a rabo. La decoración de aquel lugar era lo más libense que veía en mucho tiempo, y aun así no igual. De todos modos le gustaba aquel palacete, y aunque sabía que no debía ser muy descarada no podía evitarlo.
- InvitadoInvitado
Re: Llamando a casa
07/06/21, 12:32 am
-No te preocupes, me aseguraré de que llega en perfecto estado -le respondió a la niña. -Seguro que les encanta el regalo. Yo siempre llevo algo de chocolate cuando voy de visita. Sobre el retrato… podríamos pensar algo en el futuro. Tal vez hacerte una fotografía y decirles que te hiciste las modificaciones con magia porque te apetecía, o retocarla para que aparezcas sin ellas.
En la cultura libense las modificaciones corporales no eran algo extraño, y conforme la tecnología avanzaba se hacían más arriesgadas. No le extrañaría nada que alguien se hiciese cambios como los de Nime en caso de tener magia a su disposición.
Mavel llegó con el té y Mánia levitó el paquete con cuidado hasta su escritorio para dejar espacio en la mesita para la bandeja. El té era de arándanos y chocolate e iba acompañado de hojaldres de nueces. Mientras Mavel servía la bruja siguió hablando:
-Para traducir la carta uso un hechizo logomántico. Mantiene la caligrafía original así que seguramente tu familia seguirá pudiendo reconocerla -le explicó. -¿Has pensado en si quieres ir de visita?
Tomó uno de los hojaldres y se lo metió entero en la boca.
En la cultura libense las modificaciones corporales no eran algo extraño, y conforme la tecnología avanzaba se hacían más arriesgadas. No le extrañaría nada que alguien se hiciese cambios como los de Nime en caso de tener magia a su disposición.
Mavel llegó con el té y Mánia levitó el paquete con cuidado hasta su escritorio para dejar espacio en la mesita para la bandeja. El té era de arándanos y chocolate e iba acompañado de hojaldres de nueces. Mientras Mavel servía la bruja siguió hablando:
-Para traducir la carta uso un hechizo logomántico. Mantiene la caligrafía original así que seguramente tu familia seguirá pudiendo reconocerla -le explicó. -¿Has pensado en si quieres ir de visita?
Tomó uno de los hojaldres y se lo metió entero en la boca.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Llamando a casa
07/06/21, 08:27 pm
Nime soltó otro agradecimiento, acompañado de una pequeña reverencia, cuando la embajadora le aseguró que el regalo llegaría en buen estado. Lo que le dijo después sobre el retrato o una foto, como las que hacía el ordenador de los irenses, suponía, la dejó pensativa. No estaba segura de que sus padres y hermanos pudiesen entender qué la había llevado a cambiarse los ojos por joyas, y por muy mágico que fuese el mundo parecía algo demasiado llamativo, mucho más que los cristales incrustados.
—A lo mejor en algún momento podría… cuando pueda cambiarme con magia. Me gustaría mandarles algo para que puedan verme.
Asintió, mostrando interés ante la existencia de un hechizo que traducía la carta sin cambiar la forma de escribir, y continuó hablando para responder la pregunta de Mánia.
—No lo sé, ahora mismo no podría. Me da miedo volver. Me da miedo volver y querer quedarme, y por eso no quiero. Me gustaría verles, ver cómo están… pero solo puedo si voy a casa.
Nime tenía la cabeza hecha un lío y le costaba explicarse de forma coherente. A lo mejor la embajadora se reía de ella por tonta, aunque no lo demostrase, y es que menuda guerrera sería si no era capaz de decir adiós a su familia.
—Pero… pero me lo pensaré. ¿Podría mandar más cartas después de esta? Prometo que no abusaré —añadió, casi solemnemente.
—A lo mejor en algún momento podría… cuando pueda cambiarme con magia. Me gustaría mandarles algo para que puedan verme.
Asintió, mostrando interés ante la existencia de un hechizo que traducía la carta sin cambiar la forma de escribir, y continuó hablando para responder la pregunta de Mánia.
—No lo sé, ahora mismo no podría. Me da miedo volver. Me da miedo volver y querer quedarme, y por eso no quiero. Me gustaría verles, ver cómo están… pero solo puedo si voy a casa.
Nime tenía la cabeza hecha un lío y le costaba explicarse de forma coherente. A lo mejor la embajadora se reía de ella por tonta, aunque no lo demostrase, y es que menuda guerrera sería si no era capaz de decir adiós a su familia.
—Pero… pero me lo pensaré. ¿Podría mandar más cartas después de esta? Prometo que no abusaré —añadió, casi solemnemente.
- InvitadoInvitado
Re: Llamando a casa
24/06/21, 02:34 am
-Si quieres puedo investigar sobre magia ilusoria a ver qué alternativas hay -ofreció.
Nime era muy joven para pagarse un talismán, eran chismes caros, y sus compañeros ya estaban bastante endeudados.
Cuando la niña le confesó sus preocupaciones Mánia no pudo evitar que la preocupación se reflejara en su rostro. No podía identificarse completamente con ese sentimiento, y tampoco es que fuera la mejor consolando a la gente, pero hizo el esfuerzo y tomó a Nime de la mano.
-Reconozco que yo no tenía muchas personas a las que volver, pero sé lo que es no ser capaz de renunciar a tus raíces -confesó -Date un tiempo, dale una oportunidad a la ciudad, tal vez en unos meses seas capaz de verla como un hogar al que querer volver. Mientras tanto puedes mandar todas las cartas que quieras.
Sonrió a la niña demonio para darle fuerzas.
Nime era muy joven para pagarse un talismán, eran chismes caros, y sus compañeros ya estaban bastante endeudados.
Cuando la niña le confesó sus preocupaciones Mánia no pudo evitar que la preocupación se reflejara en su rostro. No podía identificarse completamente con ese sentimiento, y tampoco es que fuera la mejor consolando a la gente, pero hizo el esfuerzo y tomó a Nime de la mano.
-Reconozco que yo no tenía muchas personas a las que volver, pero sé lo que es no ser capaz de renunciar a tus raíces -confesó -Date un tiempo, dale una oportunidad a la ciudad, tal vez en unos meses seas capaz de verla como un hogar al que querer volver. Mientras tanto puedes mandar todas las cartas que quieras.
Sonrió a la niña demonio para darle fuerzas.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Llamando a casa
25/06/21, 04:47 pm
Nime no se esperaba que la embajadora fuese a ofrecerle tanta ayuda y ser tan amable. Cuando le tomó la mano abrió los ojos con sorpresa pero le sonrió de vuelta enseguida disimulando aquel desliz. A pesar de la cercanía que empezó a demostrarle, continuaba sintiendo que debía tratarla con respeto, aunque cada vez le costaría menos ser ella misma alrededor de Mánia.
—¡Claro! —le respondió—. Me lo paso muy bien aquí con mis amigos y podemos hacer cosas que antes solo aparecían en los cuentos. Si pudiera, me gustaría poder tenerlo todo, pero sé que no se puede —dijo lo más seria que pudo para sonar segura de sí misma—. ¡Gracias por dejarme mandar más cartas! Con eso llega, podemos investigar la magia esa entre mis amigos y yo —añadió dubitativa, ya que dependía completamente de ellos en aquel terreno—. ¿Puedo venir sin avisar a traer las cartas? Quiero decir, si debo avisar antes o algo…
La niña no sabía si estaba haciendo el ridículo. Ni siquiera tenía mensajeros, pero a sus ojos era extraño contactar con la nobleza como quien llama a la puerta del vecino para pedir algo prestado.
—¡Claro! —le respondió—. Me lo paso muy bien aquí con mis amigos y podemos hacer cosas que antes solo aparecían en los cuentos. Si pudiera, me gustaría poder tenerlo todo, pero sé que no se puede —dijo lo más seria que pudo para sonar segura de sí misma—. ¡Gracias por dejarme mandar más cartas! Con eso llega, podemos investigar la magia esa entre mis amigos y yo —añadió dubitativa, ya que dependía completamente de ellos en aquel terreno—. ¿Puedo venir sin avisar a traer las cartas? Quiero decir, si debo avisar antes o algo…
La niña no sabía si estaba haciendo el ridículo. Ni siquiera tenía mensajeros, pero a sus ojos era extraño contactar con la nobleza como quien llama a la puerta del vecino para pedir algo prestado.
- InvitadoInvitado
Re: Llamando a casa
23/07/21, 02:40 am
Mánia sabía que no era más que la ingenuidad típica de los niños, pero aun así las palabras de Nime le hicieron feliz. Tal vez fuera porque había algo de esa ingenuidad en su plan cuando decidió plantearle la alianza al Consejo. Ingenuidad y egoísmo, esa había sido la base de sus ambiciones, no quería renunciar a nada y no entendía por qué debía hacerlo.
-Puedes venir siempre que quieras. Mabel se encargará de recoger tus cartas y me las dará cuando vuelva si no me encuentro en casa -respondió. Luego añadió: -Mabel es el chico que te abrió la puerta y el que nos ha servido el té.
Mánia le dijo que podía acudir a ella si necesitaba cualquier cosa, no solo para las cartas, y Mabel se encargaría de llevarle el mensaje si no estaba disponible o mandarla a buscar.
-Esta ciudad es muy caótica y puede ser confuso manejarte en ella al principio, así que cuenta conmigo si tienes algún problema.
¿Se estaba pasando? Desde su punto de vista no lo creía. Era un desperdicio dejar a jóvenes perfectamente capaces a su suerte. No tenían escuelas, no tenían tutores ni responsables ni guías, y una de las razones por las que había creado la Embajada era para que al menos los transformados libenses tuvieran un punto de referencia.
-Puedes venir siempre que quieras. Mabel se encargará de recoger tus cartas y me las dará cuando vuelva si no me encuentro en casa -respondió. Luego añadió: -Mabel es el chico que te abrió la puerta y el que nos ha servido el té.
Mánia le dijo que podía acudir a ella si necesitaba cualquier cosa, no solo para las cartas, y Mabel se encargaría de llevarle el mensaje si no estaba disponible o mandarla a buscar.
-Esta ciudad es muy caótica y puede ser confuso manejarte en ella al principio, así que cuenta conmigo si tienes algún problema.
¿Se estaba pasando? Desde su punto de vista no lo creía. Era un desperdicio dejar a jóvenes perfectamente capaces a su suerte. No tenían escuelas, no tenían tutores ni responsables ni guías, y una de las razones por las que había creado la Embajada era para que al menos los transformados libenses tuvieran un punto de referencia.
- TakGM
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Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Llamando a casa
26/07/21, 11:39 pm
Mánia no se opuso a que la niña mandase cartas cuando quisiese, y Nime le sonrió ampliamente. Trataría de recordar el nombre del sirviente, o por lo menos su cara, para la próxima visita.
—¡Genial! —exclamó, y luego corrigió su actitud—. Gracias. Prometo que no me pasaré mandando cartas.
Por si fuera poco, Mánia se estaba ofreciendo a ayudarla siempre que lo necesitase. Nime no sabía si había o no embajadores en el resto de mundos, pero de haberlos no habían contactado con sus amigos ni ofrecido su ayuda. Se estaba sintiendo un poco especial, y aquella noche sus amigos iban a tener que lidiar con su ego inflado.
—Es usted muy amable, embajadora —dijo, con una reverencia—. Sé que yo no tengo mucho ahora mismo, pero si alguna vez necesita algo de mí, lo que sea, también puede llamarme y le devolveré el favor. Pienso convertirme en alguien importante en el ejército algún día —añadió, como si eso arreglase algo.
La sonrisa de la demonio mineral destilaba confianza, a pesar de no tener idea de cómo podía saldar su deuda. Para ella lo más importante en aquel momento era que parecía haberse ganado el favor de la embajadora.
—¡Genial! —exclamó, y luego corrigió su actitud—. Gracias. Prometo que no me pasaré mandando cartas.
Por si fuera poco, Mánia se estaba ofreciendo a ayudarla siempre que lo necesitase. Nime no sabía si había o no embajadores en el resto de mundos, pero de haberlos no habían contactado con sus amigos ni ofrecido su ayuda. Se estaba sintiendo un poco especial, y aquella noche sus amigos iban a tener que lidiar con su ego inflado.
—Es usted muy amable, embajadora —dijo, con una reverencia—. Sé que yo no tengo mucho ahora mismo, pero si alguna vez necesita algo de mí, lo que sea, también puede llamarme y le devolveré el favor. Pienso convertirme en alguien importante en el ejército algún día —añadió, como si eso arreglase algo.
La sonrisa de la demonio mineral destilaba confianza, a pesar de no tener idea de cómo podía saldar su deuda. Para ella lo más importante en aquel momento era que parecía haberse ganado el favor de la embajadora.
- InvitadoInvitado
Re: Llamando a casa
08/08/21, 11:27 pm
A Mánia no le sorprendió saber que Nime tenía intención de unirse al ejército. Era algo habitual en las niñas libenses, y con la incorporación de los dragones el ejército rocavarancolés resultaba incluso más atractivo.
-No es necesario -le dijo, sonriendo más para sí que para la niña -Quiero que la ciudad prospere, y los recursos que ofrece el Consejo a veces son… escasos.
Por mucho que hubiera té y pasteles aquella era una reunión más o menos oficial y estaba feo insultar al Consejo en esa situación, pero Mánia sentía que había mucho potencial desperdiciado.
Aunque acabaran las preguntas la merienda continuó un poco más. Mánia se esforzó en que la conversación se mantuviera ligera a pesar de su curiosidad por la vida de Nime en Libo y su nueva vida en la ciudad. Debido a su ineptitud social y emocional las anécdotas de la niña con sus amigos le resultaban fascinantes y le despertaban cierta envidia.
Antes del ocaso se ofreció para acompañar a Nime a la Sede, no sin acordarse en el último momento de que Mabel tenía un día libre a la semana. Se lo anotó en una tarjeta de visita por si acaso iba a verla justo un día en el que solo estarían en la casa los cadáveres reanimados.
-No es necesario -le dijo, sonriendo más para sí que para la niña -Quiero que la ciudad prospere, y los recursos que ofrece el Consejo a veces son… escasos.
Por mucho que hubiera té y pasteles aquella era una reunión más o menos oficial y estaba feo insultar al Consejo en esa situación, pero Mánia sentía que había mucho potencial desperdiciado.
Aunque acabaran las preguntas la merienda continuó un poco más. Mánia se esforzó en que la conversación se mantuviera ligera a pesar de su curiosidad por la vida de Nime en Libo y su nueva vida en la ciudad. Debido a su ineptitud social y emocional las anécdotas de la niña con sus amigos le resultaban fascinantes y le despertaban cierta envidia.
Antes del ocaso se ofreció para acompañar a Nime a la Sede, no sin acordarse en el último momento de que Mabel tenía un día libre a la semana. Se lo anotó en una tarjeta de visita por si acaso iba a verla justo un día en el que solo estarían en la casa los cadáveres reanimados.
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