Primer sueño de José Antonio

Al despertar notó una presión en el pecho, los ojos tardaron en acostumbrarse a la oscuridad que lo abarcaba todo. Estaba en el fondo del mar, pero no era un mar corriente, estaba en el suelo de la ciudad. Se llevó las manos a la garganta pensando que moriría en poco tiempo, no podría respirar. Esperaba la muerte cuando se dió cuenta que respiraba a la perfección. Qué estupidez.
Intentó levantarse pero le fue imposible, todo lo que consiguió fue ponerse a cuatro patas y recuperar el aliento del esfuerzo que le llevó levantarse. Le era imposible ver con claridad más que los corales luminosos que lo rodeaban - Vaya se ve que no es suficiente con glamour- pensó.
A lo lejos vio como unas luces se movían y se dirigió hacía ellas pensando que le llevarían al refugio, antes de cruzar el círculo de coral pensó que igual debía ir hasta el lado contrario. Si la ciudad estaba inundada de agua, lo lógico es que el faro diese paso a la tierra seca. Si el agua estaba en la ciudad, la playa daría paso a un mar seco. Como pudo y gateando se dirigió al lado contrario donde las luces le avisaban que estaba Sendar.

Le escocían las manos y rodillas cuando se rompió el silencio.
- Hola hola, perdona esque no me dejas responderte- Toni se levantó con dificultad- yo soy Toni y creo que soy humano. Tu no tienes pinta de pez Mirlo, pero supongo que somos lo que queremos ser. Si puedes bajar un poco la voz, es que tengo la cabeza como metida en un botijo. ¿Sabes que está pasando aquí?

Se extrañó cuando notó el agua por la garganta pero más aún que le pareciera tan natural, como si siempre hubiera sido así. Al ver como el apéndice se acercaba a él y notar  que la cara de su padre lo miraba, Toni gritó tanto y tan fuerte que al parar le dolió la garganta.
- Perdona, te pareces mucho a mi padre, creo que demasiado- dijo jadeando, apoyando sus manos en las rodillas sin mirar al pez- mi padre tiene tu misma sonrisa.

No estaba gritando pero todavía le duraba el susto.
- No se, tengo la sensación de que estoy buscando algo, pero no se el qué, de hecho ahora que lo dices, no se si alguna vez fui humano. Igual me estoy buscando a mi. No. Creo que estoy buscando oxígeno, pero no se si me hace falta en realidad.

Se terminó de erguirse cuando vio el sobresalto del pez. Cuanto más sonreía más se parecía a su padre. Aquella imagen le hizo ver lo lejos que estaban sus padres y el sentimiento aquel le dio una sensación de calidez extraña.
- Pues me vendría muy bien tu luz, no veo apenas y las formas parecen difusas. Quiero ir hacia el Faro, lo mismo allí puedo encontrar algo- dijo dando un par de pasos para ponerse al lado del pez- ¿Vamos?

La sensación de miedo comenzó a dar paso al pavor absoluto. Temblaba con cada paso. No solo por ir con un pez con la cara de su padre, sino por el tono de su voz, por la sensación que tiraban de él. Era como si tuviera amarrado el pecho con una cuerda y mil forzudos tiraran de ella.

- ¿Falta mucho para llegar?

Le costaba enfocar la mirada, hasta el punto de dejar de vislumbrar al pez en algunas ocasiones.

- Mirlo, ¿puedes no mirarme tanto? - pidió Toni con toda la dulzura que pudo- es que de verdad tienes la misma cara que mi padre. Y yo no veo medusas.

- Si mejor, pero llamame Tóni. Oye ¿puedes cambiar la cara a tu antojo?- en la voz del muchacho se notaba la sorpresa pero forzaba por no mostrarlo- Si es así mejor que te pongas otra cara, porque mi madre me da el mismo miedo que mi padre. Verás, no tengo buena relación con ellos, son un poco hijos de puta.

Era la primera vez que hablaba así de sus padres, pero le pareció tan liberador que repitió mentalmente el insulto varias veces.

- Me encantaría ir más rápido pero esque no puedo, mi cuerpo no hace todo lo que quiero. ¿Cómo haces lo de la cara? Me encantaría hacerlo, es que siempre me caigo de cara y esta ciudad está todo empedrada, igual en una mala caída la dejo en una piedra y me vendría como muy bn.

Toni veía de reojo los enormes ojos que parecían nadar plácidamente mientras lo observaban, tragó saliva y siguió a Mirlo.