Burdel de Dama Espasmo (Archivo I)

Recuerdo del primer mensaje :

Elegante, era la palabra apropiada para el edificio. Cain no estaba seguro de que Dirke supiese realmente donde les había llevado, pero eso ya no importaba. El lugar parecía deshabitado, y desde hace bastante tiempo, a juzgar por su aspecto dejado. Pero ese aire decadente hacía del sitio un lugar...
-Mágico...- susurró Caín dejando su cesta en el suelo
Nada más llegar, los chicos se habían dejado caer en los divanes y cojines del suelo, agotados por la carrera.

Cain se despertó de nuevo sobresaltado. Ya debería estar acostumbrado pero parecía que a su corazón le gustaba dar esos saltos. Bajó el volumen de la canción* un poco y se levantó. Bajó y tras lavarse la cara en la fuente se metió en la cocina. Había encontrado apio en el fondo de la cesta (o algo que se le parecía mucho) y podría usarlo para condimentar la comida. Se colocó los auriculares a modo de pasada para quitarse el flequillo de la cara y se fue comiendo una fruta mientras cocinaba.

*(https://www.youtube.com/watch?v=jcnQ0rFdZqw)

Intento abrir la puerta, pero está atrancada desde dentro. Empiezo a aporrear.
-¿HOLAAA? ¿HAY ALGUIEN EN CASA?

En ese momento la canción termina y pasa a la siguiente. Con el comienzo de What I've Done* Cain cree oír golpes. Se asoma a la sala central y pone la mano en la puerta. Efectivamente alguien la estaba aporreando. Va a abrirla, nada se lo impide, por lo que no era peligroso. Abre un resquicio, comprueba la apariencia del otro y acaba abriendo del todo.
-Quién eres?- pregunta

*(https://www.youtube.com/watch?v=LrZdsBJ984w&feature=fvst)

Me quedo mirando al chico.
-Me llamo Aníbal...he vito humo en la chimenea y he venido a investigar...eres el primer ser humano despierto que veo-digo con una sonrisa.

-Er... vale... -Cain no sabía muy bien qué decir o qué hacer en ese momento, pero sentía algo de curiosidad. Había más chicos como ellos en esa ciudad, ¿cuántos serían en total? - Te... apetece pasar?- ofrece

Asiento.
-Gracias...creo que no me has dicho tu nombre.-digo sin dejar de sonreir.

-Cain- dice secamente. Va a la cocina y retira la comida del fuego. Por fin había encontrado algo con lo que hacer un buen estofado. Cogió un par de naranjas moradas antes de volver a la sala y se tumbó en un puff a pelarlas con un cuchillo- Ah, y ese es Norou- dice señalando al tipo durmiendo contra una pared- No hables alto o le despertarás.

Asiento.
-De acuerdo.-digo en voz baja.
Miro a mi alrededor. La casa está muy bien.

Me despierto. Hago la cama y bajo por las escaleras.Allí esta Cain y un chico al que no conozco.
- Buenos dias-digo, sonriendo.

Me giro. Hay una chica que no conozco.
-Hola...-dejo la frase sin concluir. No sé su nombre.

Cain se queda pensando en qué preguntarle al chico. Baja Kaila y le lanza una naranja a modo de saludo.
-Mira lo que nos ha traído Santa Claus- dice señalando a Aníbal

Me quedo perplejo.
-¿Santa Claus? Bueno, podria decirse así...-digo, y suelto una risa.
Veo que los que estan en la sala no tienen muchas armas. Saco mis cuchillos y los pongo en la mesa.
-Santa Claus también os ha traido esto...

- Me llamo Kaila- le digo al chico.
Cain me tira una naranja, o algo que se le parece, de color morado. La cojo en el aire y le doy un mordisco. El chico pone unos cuchillos en la mesa. No sé que decir, a si que me quedo callada.

Sonrio.
-Me he fijado en que, al menos vosotros, no tenéis armas. Tomad, a mi me sobran. Y me llamo Aníbal, Kaila.-respondo.

La Serpiente caía en picado por el orificio del techo con las fauces abiertas sobre mí, Me despierto de golpe a la vez que suelto un gemido y me incorporo tan rápido que choco fuertemente contra la pared emitiendo un sonido seco *¡ploaaa!* el golpe no parece importarle a Norou, pero se queda mirando el orificio del techo con mirada preocupada.

-Parecen más fáciles de manejar que las alabardas- comentó cain con la boca llena, la naranja estaba bastante ácida por lo que hizo una mueca. Tragó como pudo y preguntó- ¿De donde vienes? - Norou se despierta d eun golpe y Cain le mira extrañado

El otro chico se despierta sobresaltado.
-Vengo de un torreón. Está lejos, pero he venido a ver si quedaba algo en las cestas de la bañera.