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Torreta Matakrakens

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Rocavarancolia Rol
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10/03/19, 06:50 pm
Única superviviente de las doce torretas que protegieron los acantilados de posibles ataques desde el mar antes del ataque de la Alianza de Mundos. La fachada occidental del edificio todavía está oscurecida por las llamas de Umbra Gala, el dragón de Basa que murió defendiendo esta posición. Su nombre se debe a que esta torreta fue esencial para repeler el ataque de una criatura marina de proporciones gigantescas traída por las corrientes uncidas. En la azotea todavía se hallan restos del nido donde vivieron la arpía dama Moreda y la cabeza del traidor inmortal Alastor Borodín: un pedestal en el centro y una techumbre medio derruida de tablones y alfombras.
Kanyum
Kanyum

Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma

Personajes :
Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
Nohlem: varmano granta. 1’69m
Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m

Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.

Status : Prrrr prrrrr

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12/09/24, 02:16 pm
Odiaba la cercanía del mar en ese sitio. En Bermellón el mar era precioso, cálido y amable, y la ciudad se inclinaba hacia él con suavidad. Teñía de turquesa, azul y naranja el bajo del horizonte, les regalaba un clima más clemente que el habitual en las zonas granta e impregnaba el aire de olor a sal. En Rocavarancolia no. El mar empezaba y acababa abruptamente, rodeado de picos y acantilados, dando la impresión de estar dentro de la boca abierta de una bestia. Su color era del mismo gris que todo y olía a desastre y tormenta, incluso si rara vez se veía una sola nube en el cielo. El océano también intimidaba en su ciudad natal, pero allí, con sus enormes olas rotas, era una amenaza constante.

Nohlem no tenía que fingir estar inquieto. Ser cebo era una mierda. Mientras que lo normal sería alegrarse porque no apareciese Letargo, esta vez es lo que necesitaban. Tan sencillo como no presentarse y su plan se iba a la mierda. Durante el recorrido no quiso buscar de más a sus enemigos entre los tejados para no parecer sospechoso ni voltearse para delatar al segundo grupo, pero sí se encontró revisando cualquier recoveco por las criaturas que pudieran salirles. No sería sorpresa de nadie que lo hiciesen. Las ruinas bajas de lo que parecía una antigua muralla poco más allá delante suya les dejaría tan expuestos a ellos como a los bichos, siendo la excepción una torre destartalada, única superviviente de un misterio que cada vez le importaba menos.

Suspiró. No es que hubiera una humedad excepcional en el ambiente, pero sentía el hombro resentido como los viejos que se quejaban de ella, producto de la tensión.

_________________________________________

♪♫♬:
Aes
Aes

Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.

Personajes : Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
Fleur: Humana (Francia)
Siwani
Aniol: Humano (Polonia)


Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.

Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D

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12/09/24, 08:57 pm
La promesa de que más tarde Connor fuera su corcel personal para jugar a los caballitos aligeró los nervios de Aniol, quien se alegraba de que Räg, Airi y Rick se prestaran a aquella labor. Por una vez, y puede que solo por esta vez, todos parecían tener un objetivo común. Y es que todas las tribus no se llevaban siempre bien, pero eso no significaba que fueran a permitir más perdidas.

El niño expresó un suspiro de agradecimiento mientras una sonrisa brotaba en sus labios al contemplar la escena que se daba a su lado entre Ethan y Nohlem. Sabiendo lo que sabía no pudo evitar que sus comisuras le traicionaran un poco, ni siquiera estaba seguro de que el asunto le hiciera gracia del todo pero el mero hecho de poseer de manera más directa una información que el resto ignoraba le hacía sentir importante. Así que solo acarició la palma de la mano del medio japonés cuando se despidieron, siendo consciente de que éste parecía temeroso de lo que estaba por venir.

Lo entendía, ver a Damian marchar a lo lejos le hizo sentir como si alguien retorciera su estómago con un alicate. Nunca se separaba de él, si salían lo hacían juntos, incluso a la sombra de la noche incauta. Y si se quedaban en el torreón también lo acordaban en unísono. Este día sería distinto. A lo mejor solo así lograban cambiar algo.


Aunque más cerca de aquel mar imprevisible, las callejuelas de la ciudad seguían sin dar tregua. Se retorcían angostas, llenas de pasajes extraños con ángulos agudos y tan despobladas como un colegio en vacaciones. Lo único que escuchaba nuestro pequeño churumbel era el rumor del oleaje más allá de aquel edificio raro y parcialmente chamuscado. El Señor Santa sabía que el verano y el agua nunca habían estado entre sus prioridades, de hecho no hacía mucho que Aniol había pedido un Invierno eterno en su carta de regalos. Pero ahora mismo echaba de menos el clima templado de las costas de Polonia, con sus orillas gigantes y repletas de dunas y vegetación. Todo lo contrario al gris cemento de Rocavarancolia. Piedra, piedra y más piedra.

Y ah, el roce casi imperceptible de las sandalias al desplazarse en silencio. Desde su posición todavía podía ver el negro azulado del cabello de Airi, y la inconfundible figura del mjorní caminar con parsimonia. Como si no pasara nada, como si no fuera una trampa para ratones. La visión del otro grupo recortándose en la distancia todavía le relajaba, junto a la presencia de Ethan y Connor a su lado, por supuesto.

Se encontraban apostados entre unos escombros altos, a la sombra de un edificio ruinoso que los resguardaba de miradas inoportunas. Al contrario que Nohlem ellos sí podían permitirse observar a su alrededor sin reparo. Los ojos melosos de Aniol saltaban de una fachada a otra con la misma velocidad que su corazón galopaba impaciente.

Veo veo... —susurró, dándole un codazo suave al motero y hablando tan bajito que casi parecía que el viento se había inventado sus palabras. A Ethan le regaló una sonrisa nerviosa muy sincera, con la que solo esperaba que su angelito de la guarda la devolviera un gesto para reducir su ansiedad. Lo cierto es que conformaban un trío extraño y premeditado, parecían dos padres adolescentes apostados a su izquierda y a su derecha en mitad de una guerra sin precedentes. En otra ocasión hasta se habría agarrado a sus manos para balancearse.

Pero las necesitaba para otra cosa.

Tenéis que decir... ¿Qué ves? —propuso de manera infantil. Lo que no resultaba tan pueril era la manera en que su nariz aguileña solo apuntaba al frente, sin distraerse del foco principal como un mini soldado que es capaz de hacer chistes mientras arregla el cableado de una bomba descomunal. Vale, a lo mejor estaba pasando demasiado tiempo con Damian. Pero esperaba que a lo lejos se activara uno de los escudos de un momento a otro tras una lluvia de flechas. Y si se obligaba a pensar en Serena y Aria nacía una convicción desmedida para alguien de tan corta edad. Y es que esta vez no serían ellos los que lamentaran su suerte.

_________________________________________

"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."

"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."

"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."

"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
Seth
Seth

Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Personajes :
Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre

Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena

Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.

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13/09/24, 01:07 pm
La despedida fue algo amarga. No estaban acostumbrados a separarse de aquella manera en la ciudad, ni mucho menos a hacer lo que se estaban proponiendo. Era cierto que él ya había tenido experiencias parecidas con el club, la más grave de todas la puta pelea con Markus y Roderick. Pero no podía negar que bajo toda esa capa de rabia y venganza anidaba un miedo profundo. Aquello no era una jodida pelea de bar, joder, ni siquiera una con tiroteos. Se trataba de minas a punto de explotar y la puñetera magia: poderosa pero impredecible. Se trataba de Damian y Aniol. Confiaba en ellos, pero también temía. Joder, le habría preocupado no hacerlo... Se trataba de aquella ciudad de mierda. No solo debían estar atentos contra los cabrones de Letargo, si no que como siempre tenían que tener cuidado con cada calle y esquina. A la espera de encontrarse con un monstruo.

Peligro doble. Más posibilidades de que algo saliera mal.

Pero aquello era una puta guerra, ¿no? Quizás una pequeña, pero lo era. Y al menos estaban todos en el mismo barco en ese plan, más o menos... Unos eran el jodido cebo y otros la puñetera caña de pescar. Solo esperaba que el pez que pillaran no tuviera los cojones de revolverse demasiado o habría mucha más sangre. Su mirada se cruzó con la de Ethan y asintió con seriedad. Un silencio tácito pero no por ello menos cargado de significado. Ahora solo estarían ellos dos y un niño a cargo de ellos, por lo que agradecía bastante compartir esa responsabilidad con Ethan. Durante un par de segundos solo pudo recordar el primer día en la mazmorra al cuidado de Aniol y Damian, como una especie de deja vú. Y aunque ni siquiera se le estaba viniendo a la cabeza la posibilidad de tener que elegir entre los dos... Lo que Connor sí estaba pensando era que los intentaría defender con la misma determinación casi suicida que tuvo contra el oso mutante. Si había tambaleado a ese cabrón peludo, esperaba arrancarle la cabeza a cualquier otra cosa que se encontraran. O eso quería creer. Antes de cruzar la puerta del torreón pasó el brazo por encima del hombro de Ethan y con la otra mano acercó a Aniol hacia su cadera en una especie de abrazo.

-Vamos a hacerlo bien, ¿vale, joder?- Murmuró con un asentimiento de cabeza mirando a uno y a otro. Su mirada pretendiendo ser tranquilizadora tanto para ambos como para sí mismo. - Porque va a salir bien, cojones. Y luego de vuelta a nuestra puñetera casa...-

-----------

La ciudad seguía su propio ritmo decadente. Callejuelas sin sentido y nada más que polvo y piedra. Solo que ésta vez podía escucharse el rugir del mar a lo lejos, y de vez en cuando le llegaba el salado olor de la espuma al chocar contra los acantilados. El motero caminaba junto a Ethan y Aniol, con la mirada danzante entre posibles escondites y las figuras alejadas del resto del grupo. Al menos Damian llevaba el colgante protector, lo que jodidamente lo tranquilizaba un poco. <<Tengo que centrarme, cojones... Emboscamos a uno de esos cabrones y luego nos preocupamos de lo demás>> Pensó para sí mismo en un intento por recordar una de las lecciones aprendidas del club: "Si tu cabeza no está con el club y lo que te pide, ni eres motero y la palmarás antes de serlo" . Ya apostados entre unos escombros no pudo evitar sonreír, una mezcla entre genuinidad y algo de forzado, hacia la pregunta de Aniol y su leve codazo. Seguramente un pobre intento por aliviar una tensión demasiado grande para un niño pequeño. Pero ese "niño pequeño" ya le había degollado el puto cuello a un monstruo. Y estaba allí listo para lo que sea. Si alguien le hubiera dicho un año antes que se sentiría seguro al lado de un niño que hacía magia se habría descojonado, y luego le habría preguntado dónde pillaba una puta hierba tan buena. Pero era real.

-¿Qué ves...?- Su voz un susurro apenas sostenido entre sus labios. Su mirada buscó la de Ethan, a una altura mayor que la de Aniol, y se encogió de hombros. No era una mala idea para matar el tiempo... Apretó la maza con fuerza, a la espera de cualquier movimiento sobre los tejados.
Giniroryu
Giniroryu
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas

Personajes :
Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
Lethe: Horus, enderth.
Rägjynn: mjörní.
Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.


Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.

Armas :
Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
Irianna: arco y estoque.
Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
Lethe: arco y lanza.
Rägjynn: jō.
Naeleth: arco, sai y báculo.


Status : Gin: do the windy thing.

Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.

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13/09/24, 03:23 pm
No ser el único que se encontraba más taciturno e incapaz de bromear le hacía sentirse menos extraño, pero desde luego no aliviaba en absoluto la tensión y el miedo que le atenazaban. Buscó confort en las convicciones del resto, sobre todo de Airi con quien había hablado más que con nadie de cómo se sentían respecto a todo aquello, y la sensación de estar haciendo algo útil en comprobar una última vez que llevaban todo lo que habían podido preparar. Sobre todo, se quiso asegurar de que Damian disponía de medios para protegerse en caso de algo saliese mal.

Y en su cabeza, no parecía que nada pudiese salir bien. Solo quería llegar pronto a aquella edificación que habían visto a lo lejos y habían elegido como lugar para atraer la atención de sus enemigos y que ocurriese lo que tuviese que ocurrir antes de que el fatalismo lo arrastrase por completo. A fin de cuentas, una parte de él temía que sus peores miedos se cumpliesen, y la otra que se acobardase en el último momento y no pudiese llevar a cabo su papel en todo aquel plan… o incluso que todavía pudiese existir la posibilidad de que su condición de sanguinario estuviese esperando la oportunidad para mostrarse tal y como le habían dicho que sería.

No había cabida para el positivismo en sus pensamientos, y por eso quiso evitar sumirse en ellos y centrarse en el entorno.

Estaban muy cerca del mar. Un mar que poco tenía que ver con el que rodeaba la isla en la que había vivido. Con sus aguas claras y la marea que a veces mostraba los coloridos corales que mantenían las islas de Mjörne a flote. Aquel era un mar igual de gris y sucio que el resto de la ciudad. Invitaba a pensar que cosas peores que un jörd podían surgir de sus aguas en cualquier momento, incluso si no tuviesen el tamaño de las enormes serpientes marinas. No, era mejor que solo dirigiese su atención a lo que fingían que habían ido a explorar aquel día.

El edificio podría haber sido más de su interés si de verdad estuviesen allí en una simple excursión de exploración. A simple vista no ofrecía mucho, pero uno podía preguntarse qué había ocurrido en aquella torre que tenía una pared de piedra completamente chamuscada y cuál había sido su propósito, pues en comparación con el Torreón Sendar no parecía haber sido pensada como una vivienda. ¿Quizás un antiguo faro que sufrió un accidente?

¿Creéis que deberíamos intentar subir? No sé si parece muy estable…
Rägjynn no quería subir a ningún lado. Tan solo fue su pobre intento de aparentar un propósito falso, por si el insecto les pudiese estar escuchando.

---

Raki no podía escucharles, pero sí que se había movido en su dirección en cuanto los vio desde lo alto de un edificio. Saltó de tejado en tejado lo más sigilosamente que pudo, fijándose que, por algún motivo, parecía que habían decidido salir pocos. ¿Estaría el resto herido del encuentro del día anterior? Tal vez estaban rebuscando entre nuevas ruinas posibles cosas útiles, a fin de cuentas no era muy distinto de lo que habían decidido hacer ellos.

Planeó hasta el edificio más cercano que pudo. No era una distancia ideal, pero se encontraban muy cerca del acantilado. Si lograba dar a alguno quizás podía conseguir que se cayese, o quizás alguna de aquellas molestas gaviotas que solían frecuentar la costa se llevase a alguien paralizado... Fuese como fuese, debía intentar algo o tendría que soportar una de las infumables charlas del ulterano por "no haber aprovechado una clara oportunidad" o cualquier otra frase lapidaria que se le ocurriese. Si veía que no lograba alcanzarles, volvería por donde había venido.

Había factores, no obstante, que el clinger desconocía en ese momento.
Uno era el grupo de sendarios oculto, que habían podido escuchar su planeo hacia el edificio más cercano y observar como se colocaba en posición.

El edificio de dos plantas en el que se encuentra el clinger está medio derruido. Le falta una parte de la fachada, pero tiene una zona del techo bastante plana intacta. Raki está semi oculto encaramado tras los restos de la chimenea.
Isma
Isma

Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Personajes :
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.

Armas :
  • Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
  • Damian: Dientes
    Daga

Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj

Torreta Matakrakens Empty Re: Torreta Matakrakens

13/09/24, 05:00 pm
Tener aquella propuesta de hacer una guerra a caballito motivó al niño, a la vez que le restaba importancia al ahora viendo un después que le parecía tan probable que ignoraba en una visión infantil lo jodida que podría ser la misión que llevaría a cabo junto al resto de sus compañeros.

Sin embargo, recibir el colgante de manos de Ethan le hizo sentir algo más serio. Sabía que esa cosa tenía algo para tener una barrera que te protegía y se la estaban cediendo a él. Se sintió importante, como una piedra angular en la misión por portar algo tan importante en el cuello así como lo hacía Nohlem con el otro que te curaba.

Lo haremos de puta madre, ¡ya nos veremos después! —se despidió alzando el brazo, con una expresión algo preocupada dirigida a su mejor amigo. Ya salió aquella primera vez vez sin él pero desde que lo acompañó, no le agradaba separarse de él.

——

Aquel sitio le traía unos recuerdos no muy claros. Por supuesto había visto playas y se bañó en muchas de ellas pero… ¿aquel mar tan gris era algo siquiera nostálgico? Damian frunció el ceño, observando las vistas sin estar muy convencido de si esa playa podría llamarse playa al no conocer tampoco la definición exacta de acantilado.

Le quitó la vista de encima para mirar mejor aquel edificio que adornaba el lugar. Tampoco era nada del otro mundo, un lado de ésta parecía achicharrado que era lo único así destacable.

Hmmm… ehh no sé, está como quemadilla y se va a desmoronar que flipas —se permitió la duda de subir. Era cafre pero no tanto, otra caída desde las alturas no quería.
Raven
Raven

Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación
Personajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75

Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.

Armas : Ethan Lanza partesana y una daga

Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.

Torreta Matakrakens Empty Re: Torreta Matakrakens

13/09/24, 05:31 pm
La ciudad estaba llena de secretos y entre sus sinuosos callejones, uno más quedaba oculto a simple vista. Los pasos apenas resonaban, mullidos en una habilidad acostumbrada a esquivar escombros. Solo sus sombras pronunciadas hacían eco de su llegada, dibujando serpenteantes sombras a cada nueva ruta tomada. Se movían en zig zag, allí donde la penumbra podía esconderlos y las paredes semiderruidas de su alrededor protegerlos. Como ratones evitando ser foco de una ave de presa iban agachados, con el ritmo suficiente para poder seguir los pasos de los demás aún sin verlos. Era curioso pues el avance había sido tan paulatino y tan natural que si quiera Ethan podía asombrarse por el cambio. Poco quedaba de aquel muchacho que inocente levantaba la voz y lucía sus vibrantes ropajes azules. Ahora no era más que el eco que quedaba cuando uno se acostumbraba a ser la presa y no el cazador, cuando el lujo de la elegancia se veía reducido a una comodidad poco llamativa y cuando hasta hablar se sentía como una interrupción al paisaje por el que osaban caminar.    

Sus instintos ya no eran los que eran, no había sobresaltos pues el balance había encontrado un punto medio entre el miedo y la supervivencia. No podía permitirse sorprenderse, pero eso no le impedía girar de forma natural el rostro en cada esquina, o pararse a escuchar las entrecortadas respiraciones que hacía una ciudad en su lecho de muerte. El polvo levantándose, los casquetes cayendo o incluso los aullidos lejanos se habían vuelto una melodía tan cotidiana como inquietante. Ahí iba su lanza, apuntando como un rayo guía cada vez que escuchaba algo que no era originario de su grupo.

Por suerte, no podía estar mejor acompañado, aún tenía la sonrisa bordada tras la despedida de Nohlem y el cálido agarre de Connor. Mentiría si dijera que había nostalgia en su rostro, pues la escapada de la prisión se le hacía tan lejana como su antigua vida. Fuesen quienes fuesen esos muchachos ya no estaban con ellos. Ya no era el mismo joven asustado ante la presencia del motero, ni era este quien portaba el único arma del grupo. No había temor del filo que cargaba encima como si fuera una extensión más de sí mismo y desde luego que Aniol no era el mismo niño lloroso al que se había encontrado agazapado.

No, desde luego que no. No podría decirse que fueran guerreros natos, ni si quiera buenos militares, pero eran supervivientes y joder, se les estaba empezando a dar de puta madre aguantar otro día más.

-¿Qué ves? -Susurro tras el canadiense, con una sonrisa cómplice invadiendo su rostro.

Su mirada voló a los alrededores, tratando de enfocar en la lejanía el intento de torre que servía de cebo. Lo complicado llegó después, con el aleteo sorpresivo de una polilla que se veía atraída a una luz sin saber que lo que veía no era más que el fuego que estaba a punto de quemarla. Una sonrisa victoriosa iluminó su cara antes de que el mar empezará a desdibujarse con el horizonte y lo que quedará ante él no fuera más que el dibujo difuso de un cuadro mal formado. Manchas, manchas sin contorno, eso era lo que estaba viendo.

-Mierda -Masculló en bajo alejándose del sitio para poderse acomodar en uno de los lados más resguardados. -¿Lo veis?

Respondió mientras en contraposición el londinense colocaba una de sus manos frente a los ojos, moviéndola de un lado a otro con la desesperación de quien razonaba estar perdiendo un sentido. Ya no sabía que hacer, ese problema cada vez le ocurría más a menudo y lo que en su día justificaba con tener un día cansado ya no le servía. Veía las tonalidades tan oscuras y manchadas como la atmósfera gris que les rodeaban. Al final acabó frotándose el rostro con el brazo libre, tratando desesperado de que la fuerza sobre sus ojos pudiera hacerlos volver a funcionar.

-¿Está muy lejos? Tenemos que movernos…
Tak
Tak
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.

Personajes :
Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
Kin: demonio raigaurum irrense.
Ayne: anima sinhadre.
Eara: sinhadre sin esencia.
Nime: demonio mineral libense.
Iemai: cercana, fallecida.
Airi: sanaí.


Unidades mágicas : 8/8

Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.


Armas :
Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
Kin: alfanje y guan dao.
Ayne: sable.
Eara: ballesta de repetición.
Nime: dagas.
Airi: vara y arco.


Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧

Torreta Matakrakens Empty Re: Torreta Matakrakens

13/09/24, 08:18 pm
Cuando todo estuvo listo solo quedaba marcharse por la puerta. Le sanaí tragó saliva e hizo de tripas corazón tras la despedida que les había dedicado Ethan. Ojalá tuviese razón, pero si no ocurría nada lo haría otro día. Fuese como fuese, intentó sonreír de vuelta y se echó a la calle caminando cerca de sus amigos.

No creía que resultase sospechoso que caminase todo el tiempo con el arco en la mano. Era la norma últimamente. Por muy cebo que fuesen, no pensaba permitir que nada les hiciese daño, y aferrarse al arma le daba una falsa sensación de seguridad. Solo estaban relativamente protegidos, y la zona a la que iban le resultaba escalofriante.

A Airi el océano le daba un miedo difícil de describir. Antes de llegar a Rocavarancolia nunca había visto mares ni lagos. La masa de agua más grande que conocía era el río que pasaba cerca de su aldea, que apenas era un lodazal la mayor parte del año. La inmesidad del agua que abarcaba hasta el horizonte y más allá era inquietante, pero ni siquiera se comparaba con lo que le producía pensar en lo que podía esconderse debajo. Conocía las historias de krakens y otros monstruos marinos que destruían los barcos pesqueros, y en aquella ciudad no se habían encontrado criaturas más amables que en su mundo como para pensar que el océano fuese a ser diferente. Los cientos de pecios que se agolpaban contra el acantilado hablaban por sí solos. Cualquier sanaí tenía respeto al océano; elle, que no lo había conocido, mucho más.

Con todo, aquella inmensidad de gris verdoso no era horrible. Había algo melancólico en el vaivén de las olas que rompían contra los acantilados. Tal vez se sentiría de forma diferente en otras circunstancias, pero allí y en ese momento decidió no mirarlo demasiado para no marearse. Centró su atención en la torre que se elevaba al borde del abismo, que tampoco dejaba de ser una vista ominosa. Su aspecto no dejaba claro si había estado en uso hasta hace poco o estaba tan abandonada como la gran mayoría de la ciudad. Personalmente no creía que fuesen a encontrar mucha información allí, pero si del faro habían sacado un libro quien sabía si aquella excursión también podía dar frutos inesperados.

Es verdad que podría no ser seguro —respondió Airi al escuchar las dudas de Damian tras la sugerencia de Räg. Parte de elle tenía reparos en entrar, sí, pero lo que le preocupaba realmente era que Raki los perdiese de vista, o que decidiese marcharse si no los tenía a tiro. Ni siquiera sabían si andaba cerca o no, y lo mejor era permanecer visibles. Por otra parte, entrar podía hacer que se arriesgase a bajar a tierra firme para seguirles, pero lo veía poco probable. Tal vez era por la temeridad que había hecho Sutileza siguiéndoles aquella vez, pero sus enemigos no habían vuelto a exponerse tanto desde entonces.
»Vamos a asegurarnos primero desde fuera de que la estructura está estable —improvisó, con un tono que animaba a leer entre líneas en sus palabras— . Igual es muy pronto para entrar.
Aes
Aes

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Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
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Siwani
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Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.

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Torreta Matakrakens Empty Re: Torreta Matakrakens

14/09/24, 11:12 am
Durante unos segundos que parecieron eternos Aniol temió que ninguno de sus dos protectores les siguiera el juego. La realidad fue bien distinta y las circunstancias que rodeaban aquel momento no impidieron que pudieran distraerse con un juego tan banal como ese. La manera en que Ethan esbozó una sonrisa cómplice y Connor se encogió de hombros provocó que se diera cuenta de cuánto los quería y necesitaba a su lado. Tomar un chocolate caliente junto a una chimenea siempre sería tentador, pero caminar agachado junto a ellos, con la cautela de no ser vistos y en una ciudad repleta de monstruos tampoco estaba tan mal.

El churumbel sabía que perder el miedo era imprudente. Sin embargo, ya no era el niño frágil y asustado de los primeros días. Había contemplado a Serena marchitarse con la garganta inflamada producto de un veneno que la asfixió sin contemplaciones. Observó los restos de Aria como si siempre se hubiera tratado de una sandía enferma. Cayó metros hacia las profundidades de la ciudad y solo había salido a la superficie después de segar el cuello de una criatura gigante con forma de oso.

Todo eso cambiaba a cualquiera. Así que una mueca de triunfo cruzó su rostro cuando avistó al enemigo planear desde un edificio. Primero fue el sonido del rasgar el aire, y luego el identificar su figura inconfundible de insecto escondiéndose en uno de los tejados. Los susurros de Ethan a su lado fueron la confirmación de que no se estaba imaginando nada. El plan estaba dando sus frutos, y encima había coincidido con la ralentización del otro grupo más allá.

Una hormiguita... —canturreó, aún metido en el juego estúpido del veo veo. Quien despertó su preocupación fue el medio japonés... ¿Acaso no veía bien como para saber si estaba muy lejos? El polaco se le quedó mirando con el ceño fruncido mientras el chico se restregaba los ojos, quizás fuera el polvo de la ciudad. Las calles conformaban siempre una amalgama de ruinas y escombros muy extraña, al fin y al cabo.

Pero tenía razón, tenían que moverse. De modo que eso fue exactamente lo que hicieron. Como tres gatitos que persiguen un ratón su grupo se deslizó sigiloso hasta las proximidades del lugar previsto. Ya una vez cerca sintió como la rabia se arremolinaba en su interior como espirales de lava candente que amenazaban con quemar su estómago.

A lo mejor deberíamos flotar como globitos... —masculló antes de frenar la marcha. La mitad del edificio al que debían subir se encontraba derruido y quizá fuera mejor sorprenderle si levitaban por detrás. Se quedó a la espera, ese tipo de decisiones se las dejaba a los adultos.

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Harek
Harek

Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :

Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.

Armas :

  • Rick: Sable y arco
  • Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire

Status : The journey never ends

Humor : Cualquier cosa me vale.

Torreta Matakrakens Empty Re: Torreta Matakrakens

14/09/24, 01:57 pm
Antes de que todos se pusieran en marcha, aún hubo unas últimas despedidas. El neoyorquino asintió con algo de pesadez al adiós de Ethan, no porque no compartiera el sentimiento, pues esperaba que así fuera, sino porque era consciente de que el plan podía torcerse en cualquier momento con bastante facilidad. Todo en la ciudad era imprevisible y, aunque el plan se había pensado bastante, no había garantías de que fuera a salir a la perfección. Aunque siendo justos, también le preocupaba lo que fuera a pasar después si funcionaba, pero por el momento que hubiera más heridos era el miedo más fuerte.

No tardaron mucho en llegar a las cercanías de la torre que tenían como objetivo y, por consiguiente, al mar. Lo común por allí no era precisamente lo acogedor, así que la primera vez que habían pasado por la zona, Rick tenía claro que no iba a ser una tranquila playa con olas suaves. Le faltaba una fuerte tormenta, pero por lo demás era una escarpada y peligrosa costa desde la que algún personaje se caía con dramatismo en libros y películas. Solo que era real. Le entraban escalofríos viendo la cantidad de barcos que había allí abajo, naufragados por intentar llegar hasta tierra firme. Sabiendo como estaba el faro, lo más probable es que hubiesen navegado tan perdidos como ellos en sus primeros días. -(Y aún con todo lo que tenemos, todavía tengo la sensación de que vamos a chocar)- pensó amargamente por un momento antes de volver a centrarse en el camino.

El viaje lo había hecho como de costumbre, arco en mano y atento a los alrededores. Tenían otro motivo para salir, pero los peligros tanto del otro grupo como de los monstruos seguían estando y además estaban separados en esa ocasión. Todo parecía ir tranquilo, aunque no por ello estaba en calma en absoluto. Se permitió observar durante unos instante la torre, algo más simple que en la que vivían y en la que destacaba una parte oscurecida por algún incendio probablemente, y luego siguió atento a los alrededores mientras escuchaba al grupo.

Habían llegado, aunque ahora les tocaba la parte más difícil: esperar. El neoyorquino no había visto en ningún momento al insectoide de Letargo y seguía sin verlo, al igual que a Aniol, Ethan y Connor. Podía ser que con la pelea de ayer no quisieran arriesgarse o, tal vez, estaba escondido en alguno de los edificios de por allí. No tenía claro que opción era la peor. Räg rompió el silencio con una propuesta que, de ser otro día, tal vez habría aceptado si iban con cuidado, aunque con lo que vino después quedaba claro que había mucho más en aquellas palabras. -Sí... Esa mancha no tiene buena pinta, a saber como de deteriorado estará por dentro- se sumó a las dudas de Airi. A lo siguiente asintió un poco más convencido, o al menos es la sensación que daba: -Será mejor asegurarse antes de investigar.- Por supuesto, captaba lo que intentaba decir.

El neoyorquino aportó su granito de arena a la improvisación dirigiéndose al varmano. -Puedo vigilar si prefieres acercarte un poco con ellos- se ofreció con una pizca de preocupación. Quería confiar en que si se acercaban a la torre no iba a pasar nada cuando estaban armados y tenían magia todavía, aunque mejor prevenir, y confiaba en la puntería de Nohlem que había demostrado con creces. Era su aportación a ganar un poco de tiempo, pero parte de ella era genuina, porque tampoco quería que el chico tuviera toda la responsabilidad en un momento complicado y menos con todo lo que había pasado ayer, si bien parecía que estaba algo mejor de sus heridas. No tendría problemas con lo que prefiriera; fuera una cosa u otra, Rick iba a estar atento de todo por si acaso.
Kanyum
Kanyum

Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
Nohlem: varmano granta. 1’69m
Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m

Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.

Status : Prrrr prrrrr

Torreta Matakrakens Empty Re: Torreta Matakrakens

14/09/24, 10:44 pm
Podría haber algo útil dentro… —dijo tras Räg con poca convicción. Sabía a qué estaban jugando, pero tampoco le salía fingir ser estúpido y actuar como si entrar en otro sitio en ruinas le pareciera buena idea—. Pero… —se movió a un lado, sopesando la torre desde otro ángulo—. Vale —concedió a Airi después—, de nada nos sirve ningún tesoro si nos aplasta primero la casa.

Echó un vistazo a su espalda, a los edificios que habían dejado atrás. Le inquietaba enormemente no saber cuando el insecto iba a hacer aparición (si es que lo hacía), por no decir lo mismo del monstruo porculero de turno que decidiera joderles el día esta ocasión. Suspiró. Por la nitidez de su alrededor sabía que tenía las pupilas gruesas, mas la sorpresa de encontrarse a Rick dirigiéndose directamente a él se las afiló por apenas un instante, un pálpito antes de crecer más por su para nada curado enojo. Tomó aire sonoramente y le evitó la mirada.

No. Lo hago yo. A mi no me da miedo disparar.

¿Era un error llevarse los cabreos al trabajo? Sí. ¿Podía evitarlo? No.
El dolor era reciente, y no solo el físico. Si iba a ser el responsable, lo sería también para eso. Para dar a entender su postura dio la espalda a la torre y se plantó como un guardia, bajando el arco de su hombro con una tensión que le profirió una mueca de genuina molestia. Sabía que si lo rotaba un poco el pinchazo cesaría, pero no podía echar por tierra su teatro de malherido. Si jodía de verdad menos tendría que fingirlo. Lo cierto es que no quería quedarse ahí plantado con una diana en la cabeza, el corazón se le aceleraba de solo pensarlo, pero ahora mismo dictaba el orgullo. Nohlem podía aceptar no ser tan bueno en orfebrería como su hermana, que bastaba que esta lo usase en su contra para que se esforzase en demostrar lo contrario. Si algo tenían en común los Ghiope era su tozudez.

Y si el insecto necesitaba encargarse de alguien, que fuera él su primer objetivo. No estaba en condiciones de aceptar ningún favor de Rick aún.

Tú asegúrate de que no se hagan daño —continuó un tono más bajo, privado—, que eso seguro se te da mejor que a mi.

_________________________________________

♪♫♬:
Seth
Seth

Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Personajes :
Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre

Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena

Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.

Torreta Matakrakens Empty Re: Torreta Matakrakens

15/09/24, 12:43 pm
Connor mostró una leve sonrisa de medio lado y bufó divertido cuando Ethan les siguió el juego. ¿No era aquello una mierda surrealista? Estaban al acecho, esperando caerle encima a ese cabrón de Letargo y poder sacarle toda la información que necesitaban. Por las buenas o por las malas. Lo que pasara luego era algo evidente para Connor... Y allí estaban. Jugando al Veo Veo para matar el puñetero tiempo. No pudo evitar recordar las horas previas al asesinato de Markus y Roderick en el motel de las afueras de la ciudad, bromeando junto a Rhona y Yasser mientras comían con avidez. ¿Tan normal era bromear antes de hacer algo jodidamente sangriento? Connor sabía que sí. Porque eran pobres intentos de mantener el miedo o los nervios a raya, bajo una falsa capa de seguridad o despreocupación.

Frunció el ceño y desvió la mirada hacia un edificio derruido, pensando que había sido un error volver a pensar de nuevo en Rhona y Yasser... Aunque tenía claro por qué le ocurría... No había matado a nadie más desde aquel día. Desde que le agujereó el puto rostro a Markus con más de seis balas y apuñaló a Roderick por lo menos un mínimo de quince veces. Y ahora estaba dispuesto a hacerlo de nuevo. Joder, deseaba hacerlo. Por ellos, pero mentiría si no dijera que también lo quería hacer por él. Por satisfacción personal. La puta venganza podía ser más dulce que la miel... Ya la había probado con anterioridad. Y aunque te dejaba un puñetero pozo en el jodido pecho a la larga, en el momento era como una droga estimulante.

Prefirió centrarse en esos oscuros pensamientos antes que en los recuerdos del pasado. Aunque no tuvo mucha ocasión, porque un inconfundible aleteo llamó su atención junto a Ethan y Aniol. Frunció el ceño y dejó escapar parte de su aire contenido mientras seguía su planeo, como si así pudiera descargar parte de su rabia. En vano. Su mirada eran promesas de dolor y sangre por verter, pero se suavizó un instante con el canturreo de Aniol.

-Una hormiguita bien jodida...- Le siguió el juego antes de girarse hacia Ethan con gesto confundido. Entre sus palabras y su restregar de ojos, el motero lo observó con cierta preocupación. ¿Le había entrado algo en los putos ojos? ¿Era el cansancio? No tenía ni idea, pero aquel insecto hijo de puta estaba a tiro de piedra y tenían que moverse. -No está lejos... Vamos.- Apremió mientras avanzaban con sigilo entre las ruinas que había entre ellos y aquel ser posado en un edificio. No tardaron en llegar. El corazón de Connor bombeaba con fuerza pero con control. Se sentía igual que cuando Rhona, Yasser y Markus estaban a punto de lanzar aquellos botes de humo para emboscar a Roderick en la mina. Los nervios apremiantes... Antes de la traición. Connor asintió con fuerza ante la idea del niño polaco. -Esa es una idea de puñetera madre...- Susurró con una mano apoyada en la pared del edificio y la otra en la maza de acero. Luego se giró hacia Ethan con una mirada cargada de mayor significado y negó con la cabeza. Buscando la complicidad del único mayor que había allí aparte de él.- Que no le dé tiempo a reaccionar a ese cabrón. No podemos dárselo, joder.- Que esperaba que su amigo entendiera en su idioma como un: Caigámosle encima como hijos de puta y que no le dé ni tiempo a mearse encima.

Luego, con cierta dificultad que delataba lo novato que era en ello, empezó a levitar con lentitud por uno de los laterales del edificio. Sentía el poder drenarse poco a poco de su cuerpo, pero el hecho de estar flotando o de que iba camino de enfrentarse a una hormiga humanoide... Hacía que no lo tuviera muy en cuenta.

-Tú mandas, Aniol... En cuanto hagas lo tuyo, hacemos lo nuestro.-
Susurró a medio camino con una leve sonrisa tranquilizadora. Porque el niño era quien más magia tenía y por tanto más margen de error al fallar hechizos. Era como si tuviera un revólver de quince balas mientras él tenía un cargador con solo seis. Ethan también subía a su lado gracias al papel con las runas de levitación. Lo miró un instante y señaló sus propios ojos con gesto interrogativo, en una clara pregunta que quería decir si ya podía ver mejor. Eran tres figuras voladoras en una ciudad en ruinas. Había visto magia antes, pero seguía siendo sorprendente. Y pronto estuvieron arriba del tejado. Aquel cabrón no parecía haberse dado cuenta aún, mientras espiaba al resto de sus amigos. Connor aterrizó con suavidad y miró en silencio a Ethan y luego a Aniol, al que le asintió con determinación. La maza aferrada con fuerza en la mano derecha, en la izquierda empezaba a preparar en silencio el hechizo de parálisis.
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